Diseño de interacción e Independencia Colaborativa ...€¦ · de interacción esta vinculado también a la construcción de un sistema de representación social, y por derivación

Procedimientos / Procedures228

“(…) lo importante no será entonces inventar lo múltiple, sino llevarlo a la práctica“Roger Pol Droit en Le Monde, un día después de la muerte del filósofo Guilles Deleuze (1995).

INTRODUCCIÓN

El sociólogo Pierre Bourdieu fue fundamental en la consolidación de un área de los estudios sociales en lo que definió como campos de producción simbólica. Es decir, así como la sociología clásica se hace cargo del comportamiento de la sociedad, esta línea de investigación apunta al comportamiento de las representaciones de realidad. Pero incluso aún más importante, permite entender el espacio de interacción de estos campos como aproximación interdisciplinaria al diseño de interacción – y por lo tanto como parte de una epistemología proyectual –, al mismo tiempo que, sumado a otros autores, entrega herramientas a la representación del espacio interactivo y su planificación.

Esta reflexión de Bourdieu es contemporánea a la de otros autores. En el ámbito epistemológico, a la crítica de la economía política del signo, de Jean Baudrillard, pero de manera más política , a la formulación que hacía el diseñador Gui Bonsiepe supervisando el Instituto de Investigación Tecnológica (INTEC) de Corfo de Chile, en 1972. Bonsiepe elabora este mecanismo de interacción cuando es necesario desarrollar las interfaces de un sistema descentralizado, colaborativo para el manejo descentralizado de las áreas de producción de un país, con transmisión de información de tiempo real. Es decir el mecanismo de interacción esta vinculado también a la construcción de un sistema de representación social, y por derivación a un espacio social con base a lo que Stafford Beer llamó heterarquía.

Diseño de interacción e Independencia Colaborativa Descentralizada (ICD)Epistemología y metodología de una sociología de la producción simbólica/ Sociology of symbolic production. A Methodological Proposal for the Study of Project-bound DisciplinesDavid F. Maulen

Palabras clave: Heterarquía, Interface, Sudamérica, Modelo de Sistema Viable.

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229Conferencia Internacional Imaginación Política y Ciudad

Antes de focalizarse de manera específica en la propuesta de los campos de producción simbólica Bourdieu consideraba dos momentos claves en los procesos sociales (Bourdieu: 1971):

a) La construcción de un sistema de sentido b) Un sistema de hechos.

Un sistema de hechos es lo que este autor identifica como institución, por ejemplo una representación de la sociedad que incide en su comportamiento es un tipo de institución propia de la producción simbólica. Dentro de este proceso Bourdieu establece diferentes etapas diferenciadas por lo que llama campos de producción simbólica.

El primero coincide con la construcción de sistema de sentido, el cual desde la perspectiva sociológica es definido como sub campo de producción simbólica restringida. En el caso de que algún fragmento de esta producción simbólica restringida, que podríamos asociar a la formulación epistemológica de cualquier fenómeno, logra transformarse en un referente comunitario y social, pasaría al espacio de poder.

Existe a la vez cierta dificultad para identificar la postura epistemológica de Bourdieu la cual varía desde el análisis estructuralista al constructivismo. Para aprovechar de mejor manera los planteamientos de Bourdieu es necesario hacer un cruce con otros aportes, por ejemplo con el concepto de “cartografía cognitiva“, el cual es reutilizado por Fredric Jameson desde herencias tan disímiles como Kevin Lynch, y su clásico texto “La imagen de la ciudad“, y los aportes más experimentales de la Escuela de Frankfurt respecto al posible cruce entre la economía política con el psicoanálisis, que Jameson lleva más lejos en su personal enfoque con los planteamientos de Jacques Lacan.


A lo largo de sus investigaciones, Jameson pareciera aportar el complemento a la idea de Bourdieu de una sociología de lo simbólico, y el estudio de sus sistemas de representación. En la base referida a Kevin Lynch aparecen diferentes herramientas para analizar la ciudad de acuerdo a la teoría de la configuración y percepción de la Gestalt, mediado por los aportes de Gyorgy Kepes en el MIT . En su texto de 1965, Lynch plantea al menos cinco mecanismos entre los cuales se destaca el concepto de “nodo”, el cual podría ser un preámbulo a la problematización de la ciudad a través de interfaces, las que a la vez canalizarían mecanismos de representación social. Un nodo es en si una institución, según la definición de Bourdieu, porque es un elemento simbólico que modifica un comportamiento social a partir de su referencia, pero a la vez también es una fase intermedia.

Jameson asume este aporte pero a través de la visión de la teoría crítica, aplicando mecanismos de valor de uso, valor de cambio e ideología, pero lo hace además asumiendo la estructura básica del psicoanalista Jacques Lacan, la relación entre lo imaginario y lo simbólico (y real). Lo imaginario es el espacio de la infinita construcción de significado, la subjetividad, que en cada enunciación entrega nuevos contenidos sobre su punto de referencia y su enunciador, pero a la vez, como en la poesía o la filosofía compleja, es muy difícil de transmitir, sin embargo cuando un pequeño porcentaje se representa como “promesa de realidad“ para un interlocutor, se transforma en un espacio de lo simbólico. En este sentido también funciona esta estructuración “ideológica” de la ciudad, a partir de mecanismos cognitivos, como articulación de interfaces tomando como equivalencia los campos de producción simbólica de Bourdieu, como complemento a los espacios representados en el sistema propuesto por Jameson.


El concepto de dispositivo para el constructivismo estructuralista

El lugar en que se sitúa el mismo Bourdieu, el del estructuralismo constructivista, lo pone a medio camino entre las tendencias estructuralistas de los años sesenta, y a la vez utilizando estos aportes en las tendencias de los años noventa en las cuales se replantea la validación de los conocimientos propios como base de la generación de nuevos saberes. Esta tendencia que tendría raíces en los años veinte con Lev Vigodsky, y que resurge en el contexto estructuralista por ejemplo con los trabajos de Jean Piaget, se llama constructivismo. Pero no se refiere a generar conocimiento produciendo ilustraciones de los contextos vernaculares, sino más bien tiene que ver con un conocimiento práctico y aplicado, una generación de estructuras o sistemas como la metodología del diseño podría asumirlo. Dentro de esta tendencia cruzada surge otro autor que también se declara constructivista estructuralista, y que se enfoca específicamente al campo de la percepción.

En los años noventa Jacques Aumont redefinió el concepto de dispositivo utilizado en el cine de los años setenta (Aumont, 1994). En su extenso estudio sobre las teorías de la imagen, Aumont se refiere a este termino como un mecanismo conceptual y material que articula las relaciones de percepción. Dentro de las disciplinas proyectuales sería un mecanismo muy cercano al diseño de interacción conocido como interface. Con la diferencia que al establecer las determinantes del dispositivo este

autor las amplía más allá de la actividad del diseñador, haciendo hincapié además en la posibilidad del receptor en la transformación del mensaje recibido material y conceptualmente. Aumont aclara que en el contexto estructuralista de los años setenta el uso del concepto dispositivo se refería más bien al aparato que generaba la mediatización, pero en el contexto de los años noventa en adelante debe leerse como un elemento generador de percepciones e incluso circuitos de percepción, los que además no son unidireccionales, sino que se reformulan por los receptores de manera continua. Este concepto de dispositivo es el que mejor se adapta a una proyección metodológica de las interfaces entre los campos de producción simbólica, y por lo tanto al diseño de interacción.

Del dispositivo sociocultural a la interface de las disciplinas proyectuales.

El dispositivo de Aumont se puede tomar como la definición general de un mecanismo de interacción, sin embargo hay un tipo de dispositivo en particular que en las últimas décadas esta vinculado al contexto del diseño de interacción en la economía globalizada del conocimiento, la interface. Asociado principalmente a las tecnologías digitales, tanto en los países que solo funcionan como consumidores de tecnología como en los que la generan, el concepto de interface, o Human Use Interface, no nace en un sentido objetual solamente. Es necesario epistemologizar la metodología del diseño que trae consigo, y nos


encontramos con una formulación compleja que ya estaba hecha frente a los desafíos del sistema de sustitución de importaciones que adoptó Chile a fines de los años sesenta. Es en este contexto que el diseñador alemán Gui Bonsiepe estableció en 1972 las bases de lo que el entendía como interface desde el intento de establecer el valor de uso de la estética, es decir del conocimiento generado de una experiencia sensible. Un proceso en extremo subjetivo, pero a la vez con un tiempo, espacio y materialidades definidas.

Respecto a una adopción mecánica del concepto de interacción digital interface, es en la misma época que Bonsiepe especificaba la diferencia entre formalismo y funcionalismo en las aplicaciones multidisciplinarias del diseño, distinguiendo además entre tipos de funcionalismo, como el que asumía las complejidades del contexto de intervención social. O desde una perspectiva culturalista, en relación a la superación de la situación critica que podrían estar señalando los campos de producción simbólica, tanto para una intervención que cambiara estas condiciones de manera positiva, como para los referentes simbólicos sociales que permitieran proyectar de manera colectiva estos cambios necesarios.

Bonsiepe venía de la tradición del diseño moderno de la Escuela de Diseño de la ciudad de Ulm (HfG Ulm) en Alemania de la postguerra. Uno de los principios que guiaban la enseñanza de esta Escuela venía de las investigaciones de Koheler y Kofka en 1915, las cuales apuntaban a sistematizar desde la sicología el

funcionamiento de lo que llamaron Gestalt.

Este término alemán por mucho tiempo fue mal traducido al castellano como sicología de la forma, cuando en realidad es más cercano a lo que entendemos por configuración. El auge de las vanguardias después de la primera guerra mundial adoptó rápidamente las ideas de Kohler y Koffka dentro del espíritu de época que llamaba a refundar las bases de la modernidad reconstruyendo al sujeto social fragmentado del siglo XIX. Es así que la derivación de Gestalt, Gestaltung, fue asimilada en Alemania como sinónimo de diseño.

Esta distinción es fundamental y retoma el uso del concepto diseño asociado a la modernidad secular que lo asocia a un proceso de configuración del cual resulta algún tipo de estructura. Esta forma de entender el diseño hace hincapié en su condición de proceso y no de cosa. Es así que un concepto de diseño asociado a su proceso es la base para entender el concepto de disciplina proyectual o del proyecto. Esta diferencia de definición por lo que se puede entender como diseño establece por lo tanto una metodología proyectual. Y extiende el concepto de diseño a todas las disciplinas involucradas, desde la cerámica a la ingeniería civil informática, pasando por el urbanismo o la arquitectura.

Es más, ya desde la institucionalización de este concepto, por ejemplo cuando la “mítica“ Bauhaus de la ciudad de Dessau es llamada HfG Bauhaus en 1926, el proceso de aprendizaje


no reconoce distinciones entre los diferentes tipos de diseño más allá de los que se pueden identificar como un proceso de aprendizaje. Es decir desde las concepciones básicas de realidad definidas por el tiempo, el espacio o la forma, se pasa al diseño de información en dos dimensiones, luego en tres dimensiones, y se puede hablar de un aprendizaje que va desde los conceptos básicos de percepción y configuración visual, espacial y material al diseño de comunicación visual, luego diseño industrial, después arquitectura, luego urbanismo y finalmente ingeniería.

Este enfoque era totalmente contario a la división disciplinar del siglo diecinueve, la que también era percibida como un mecanismo que aislaba a los diseñadores de las variables sociales y de contexto a las cuales debía ir enfocado su trabajo. Siguiendo esta tradición la HfG Ulm de los años sesenta donde se forma Bonsiepe, y luego ejerce como docente fue muy abierta a la experimentación y adaptación de los intentos transdisciplinarios de Escuelas tan diversas como la teoría crítica de Frankfurt, donde el análisis de la crítica de la economía política se proyectó a los estudios sociales, e incluso al psicoanálisis, y por otro lado también adaptó a su manera las ideas de la escuela de Viena, especialmente los aportes de Wittgenstein sobre el lenguaje (Bonsiepe, 2006). Este tipo de experiencia también fue catapultada por docentes como Max Bense, y es justamente en la HfG Ulm donde se empieza a hablar de diseño de información, o diseño de comunicación visual en vez del tradicional y “formalista“ diseño gráfico.

Con toda la trascendencia que tiene la formulación que en 1972 hace Bonsiepe del concepto de interface, sin embargo su preocupación en ese momento fue establecer con claridad la suma de variables complejas del proceso proyectual lo cual quedó especificado en su artículo: Vi/vi/sec/ción del diseño industrial, publicado primero en la revista del INTEC, en 1972, y republicado en la revista AUCA al año siguiente.

Este artículo reconoce tres etapas básicas: análisis, diseño, implementación, asumiendo tres principios:

a. La recopilación de antecedentes antes del trabajo de diseñob. La importancia estratégica de los mecanismo de interacciónc. La condición de proceso de cualquier variante del diseño

Con este aporte Bonsiepe eventualmente podría estar sentando las bases económicas para el desarrollo tecnológico de un campo tan subjetivo como las tecnologías de la información, y su nueva etapa respecto a la proyección de una sociología de la producción simbólica, no como descripción, sino como síntesis de herramientas proyectuales para el campo de las economías del conocimiento y sus mecanismos de interacción idealmente heterárquicos.


Conceptos de gestión y Organización: Co op design, VSM, ICD

Para poder entender la vinculación del modelo de sistemas de representación social, a través de los campos de la sociología de la producción simbólica, y el diseño de sus mecanismos de interacción, es necesario primero establecer etapas metodológicas. La primera es la formulación de epistemologías, lo que para Bourdieu sería el campo de producción simbólica restringida, o construcción de sistema de sentido, y para Jameson, utilizando los aportes de Lacan, seria el espacio del imaginario. En este sentido por ejemplo se puede citar el enfoque sobre sistemas de representación planteado por Catherine David para al documenta de Kassel del año 1997, ella se refierió a “politics/poetics“ en un sentido general y retrospectivo que analizaba la configuración de estos sistemas a través de hitos como el fin de la Segunda Guerra Mundial, el movimiento de los estudiantes universitarios de 1968, el fin de los colonialismos en 1977 con la guerra de Argelia, y la caída del muro de Berlín en 1989, como estructurantes del contexto de fin de siglo veinte.

Pero además Catherine David utilizaba un “dispositivo“ centrado en dos factores fundamentales, las “poéticas“, siguiendo la tradición clásica griega, pasando por el espacio del imaginario lacaniano, o de manera más concreta desde la definición de Roland Barthes en su libro póstumo de 1981, “El susurro del lenguaje”. Decía Barthes, “el arte tiene una lógica, como la ciencia, pero es una lógica poética”. Establecido el dispositivo como un elemento

conceptual y material que regula una relación de percepción, la contraparte del dispositivo “curatorial“ de Catherine David es la política, es decir la actividad proyectada, diseñada, hacia el espacio común.

Desde esta referencia, en el contexto local de Chile de la segunda post guerra podemos observar que el mecanismo del tipo que Bonsiepe esgrimirá para las artes mediales, o diseño de interacción digital, tiene antes un necesario recorrido de construcción de un sustrato conceptual y cultural que lo hace posible veinticinco años después. El caso más específico es la reforma de la arquitectura integral de 1946 en la Universidad de Chile, basada en una lectura de segunda modernidad, descentralizada, integral y no separada por disciplinas. Elaborada en relación al contexto natural, social, cultural y económico y donde la metodología de equipo resulta también una metáfora de la biología. En este camino, llevado al espacio de la ciudad, se entiende perfectamente la relación con las unidades vecinales, con los parques intercomunales, y por ejemplo se entiende el concepto de “núcleos universitarios“, que se opone a la idea de “ciudad universitaria“. Cada “núcleo“ no debe representar un “archipiélago de especialidades“, sino al contrario integrarse con la comunidad y colaborar con las otras unidades de la Universidad en el horizonte de la investigación y desarrollo aplicado con responsabilidad social, que sería el fundamento de la educación superior en un sentido “orgánico“ con el Estado. Así también esta el caso excepcional de la tesis Ensayo de Planificación del Gran Santiago que se presenta en 1953


como anticipo del trabajo de la ciudad, a través de diferentes epistemologías, pero coincidentes, para lo que en 1960 será aprobado como Plan Regulador Intercomunal de Santiago.

En esta lógica las rotondas por ejemplo se oponen a la idea de trébol vial, las rotondas funcionado como nodos, actúan sinérgicamente, respetando la altura de la vista del peatón para el que esta diseñado la ciudad, no para el automóvil como protagonista, como ocurre con los tréboles viales. Y además tiene la capacidad de agrandarse si se necesitan más flujos. Ahora bien, este sistema solo es posible cuando se piensa en la integración a largo plazo del diseño de la ciudad, no cuando este mega master plan se interrumpe en 1975, 1979, y finalmente 1981, volcado aun desarrollo sin planificación, y solo determinado por la especulación inmobiliaria. Pero así como el Ensayo de Planificación del Gran Santiago, u otras tesis de la primera generación reformista ejemplifican la aplicación del modelo de la arquitectura integral, está en su base un planteamiento epistemológico para una metodología del diseño, que anticipa de manera analógica el modelo de sistema viable de la segunda cibernética. Y que encuentra su raíz en el co op design.

Co op design es una metodología del segundo director del HfG Bauhaus Dessau, Hannes Meyer. Modelo de Sistema Viable (VSM), es un concepto del cibernético Stafford Beer quien lo aplicó en la Corfo chilena entre 1971 y 1973, junto a Gui Bonsiepe. Un VSM se basa inicialmente en tres elementos:

a. El espacio de decisión.b. El medio ambiente (natural, cultural, social).c. La tecnología que media la relación entre estas dos variables.

Una vez que existen están tres partes se genera un cuarto elemento: la acción. Beer se hace conocido por implementar lo que se llamó segunda cibernética, un modelo de gestión interdisciplinario para las nuevas tecnologías digitales, pero a diferencia de su antecesor esta vez no es un proceso unidireccional, sino que al contrario participativo entre sus componentes, a esto Beer llama heterarquía. Es decir alternativo a jerarquía.

El Co op design fue sintetizado por Meyer después de sus experiencias con las cooperativas suizas de vivienda social de Freidorf, siguiendo las ideas del educador Pestalozzi –promotor de la escuela activa o escuela nueva–, y la interpretación que hacia Meyer del materialismo dialéctico combinado con la Gestalt. Este sistema se basa en involucrar a todos los agentes y variables ambientales que participan de un diseño, incluidos quienes lo van a recibir, en las diferentes etapas del proceso proyectual, de manera tan participativa y “heterárquica“ como sea posible. El diseño cooperativo fue el sistema que Meyer implementó como director del Bauhaus Dessau, y que luego de su dimisión de 1930 reinterpretó en su colaboración con los técnicos de la URSS de inicios de los años treinta. En estas dos últimas variantes fue acompañado, entre otros, por su ex alumno, y luego asistente, el arquitecto Tibor Weiner.


Weiner a su vez llegará a Chile como refugiado en 1939, y en 1945 se unirá a los estudiantes de arquitectura de la Universidad de Chile que exigían a través de una huelga, que la enseñanza de su disciplina estuviera acorde a los desafíos del país de ese momento. El planteamiento fue aceptado y se implementó un nuevo plan de estudios: el Arquitecto Integral, el cual en su base se definió entre tres factores:

a. el ser humanob. la naturaleza, c. la Materia o la técnica.

Este plan que siguió en función hasta 1963, es susceptible de ser interpretado como un VSM, así como una reinterpretación del Co op design.

Independencia Colaborativa Descentralizada (ICD) es por lo general la más reciente funcionalización del VSM de Beer, y probablemente el Co op design, principalmente en el manejo de empresas y los estudios culturales, en oposición a su sentido técnico social original.

Desde el ángulo del manejo de empresas las teorías de la “heterarquía“ fueron asumidas tempranamente en la asesoría de grandes sindicatos ingleses de la segunda post guerra, pero luego en los años ochenta fue Fernando Flores, economista chileno a cargo de la Corfo en 1970, y quien diera el puntapié inicial al proyecto Cybersyn/Synco, quien instala una empresa consultora en Estados Unidos para practicar los modelos de interacción planteados para un proyecto social como fue Synco, pero en el reducido ámbito del

beneficio corporativo. Probablemente no tenía otra opción, pero todos los mecanismos de beneficio que provoca la heterarquía en Estados Unidos son asumidos desde finales de los años ochenta para mejorar la interacción en las relaciones interpersonales de una corporación, u organización comercial privada, y no salen de ese espacio. En pocas palabras, la adopción que hace de este mecanismo el sistema de modelo de negocios esta relacionado con la pérdida que significa un grupo de personas dependientes de las decisiones de un mando gerencial superior o intermedio, y los altísimos costos de pérdida que significa la inactividad de los operarios o trabajadores cuando dejan de producir porque no tienen quien los dirija. Este costo es subsanado en una lógica empresarial que se basa en operarios que pueden realizar análisis independiente, y sobre todo tomar decisiones de manera descentralizada, evitando las pérdidas de operarios paralizados sin instrucciones de un mando siempre vertical. Esta lógica de la heterarquía es enseñada en importantes escuelas de negocios de enfoque liberal, como Harvard, pero la diferencia fundamental con su referente es que su dispositivo, el elemento conceptual y material que regula la relación de percepción entre emisor y receptor, es la rentabilidad o crecimiento corporativo, y no el desarrollo integral de una comunidad en términos de impacto social.

Desde otro ángulo, la formulación del concepto interactivo de interface, que a la vez conlleva la reflexión por una teoría que hiciera posible proyectar el diseño de interacción desde la lógica


de la economía política en el espacio de lo simbólico y de la estética, se contrapone al área interdisciplinaria de los estudios culturales que también decidieron adoptar dentro de sus objetos de investigación al llamado campo de los “nuevos medios“, término que desplazó a la cibernética aproximadamente desde los años setenta.

El análisis de la economía política que potenció la formulación del concepto de interactividad venía a la par del cálculo de la aplicación de estos nuevos mecanismos en los procesos productivos, en los procesos sociales y en la configuración de espacios de interacción y decisión social acordes a estas ideas. Por ejemplo el proyecto Cyberfolk. Diseñado también en la Corfo y el INTEC bajo supervisión de Bonsiepe y Beer, Cyberfiolk era un experiemnto para que la comunidad de dos ciudades extremas enfocadas a la producción industrial, Tomé en el sur de Chile, y Arica en el norte, pudiera votar en los consejos comunales a través de una red de televisores instalados en sus casas. Estos televisores a la vez eran fabricados bajo estándares de larga duración, no obsolescencia programada, a través de los diseños del mismo INTEC y se podían adquirir a bajo costo.

En la definición misma del concepto “nuevos medios“, el énfasis principal apunta a la situación de mediación, es decir de mediatización, y las consecuencias de ese proceso son las que se analizan a través de los mecanismos de la economía y la sociedad. En este sentido por ejemplo es posible hablar de tercera

revolución industrial o economías del conocimiento, cuando el punto está focalizado en el cambio de las relaciones sociales y productivas al ingresar las economías basadas en la interacción, o mediatización digital. Sin embargo, el campo de los estudios culturales es un área de los estudios académicos, principalmente de las humanidades, donde a pesar del cruce interdisciplinario propio de su condición crítica, al mismo tiempo no es un campo que se proyecte a políticas públicas, sino más bien a la experimentación epistemológica de los investigadores. Dicho de otro modo, los nuevos medios son un cambio de época, independiente que los académicos que participan del campo de los estudios culturales quieran o no ejercer su rol universitario de acuerdo al modelo de investigación y desarrollo aplicado con responsabilidad social.Por lo tanto, como conclusión, como lo mostró en octubre del año 2010 la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, (REFERENCIA) la institución social más creíble en el contexto comparado entre Bolivia, Uruguay y Chile, entregó el resultado de que en Bolivia la institución más creíble eran las organizaciones indígenas, en Uruguay la institución más creíble eran los sindicatos y los gremios y en Chile la institución más creíble era la televisión abierta. Es decir se puede hacer un paralelo con una cultura de la interacción, por ejemplo con el caso Uruguayo, y una economía que se basa en tercera escala en la producción de software, con una sociedad totalmente dirigida por medios de comunicación donde no existe cultura de interacción, y su correspondencia con depender exclusivamente de materias primas.


Es la reflexión que cabe respecto a los referentes y la capacidad de articular elementos de interacción y sus consecuentes sistemas de representación social, o no poder hacerlo, al momento de proyectar o diseñar el espacio público.

David F. MaulenProfesor Asistente

Escuela de Diseño UTEM.Desde 1999 investigador de las

interfaces entre ciencia, tecnología y sociedad.

Curador de la 3° Bienal MNBA: situación del arte contemporáneo

chileno. Colaborador de XII dOCUMENTA de Kassel, plataforma

“modernity?“ Taschen. Diseñador de visualización de datos para SCL2110 y BiblioGAM, colaborador del proyecto

SEAD MIT Press 2015, de Fundación Bauhuas Magazine Collective Design

[email protected]


Referencias

Aumont, Jacques. (1992), La imagen, Paidós: Barcelona.

Beer, Stafford. (1981), The brain of the firm, second edition, John Wiley and sons, Londres.

Bonsiepe, Gui. (1972), VI/VI/SEC/CION del diseño industrial, Revista INTEC n°2. Santiago de Chile.

Bourdieu, Pierre y Passeron, Jean Claude. (1971), El oficio del sociólogo, presupuestos epistemológicos. Siglo XXI. Barcelona.

Bourdieu, Pierre. (1994), Las reglas del arte. Anagrama. Madrid.

David, Catherine. (1997). Politics Poetics, X dOCUMENTA Kassel.

Jameson, Fredric. (1999). Imaginario y simbólico en Lacan, El Cielo por Asalto: Buenos Aires.

Lynch, Kevin (1965). La imagen de la ciudad. Gustavo Gili: Barcelona.

Maulen, David. (2015), Co op design in Chile, Bauhaus magazine n°7, Einsateam, Dessau.

Perren, Claudia et al. (2015). The Co op principle: Hannes Meyer and the concept of Collective Design. Spector Books. Dessau.

i Habría que tomar el término política desde su acepción original, en cuanto a la ciudad, o en cuanto a la polis, es decir al espacio colectivo de interacción, y considerar que para el caso chileno, desde la proscripción a las actividades de los partidos políticos desde 1973, y la supresión de mecanismos de participación ciudadana, el término política quedo estigmatizado y su problematización, o su simple enunciación, suele ser compleja.

Notas

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ISBN: 978-956-362-751-0

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