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Displasia valvular tricuspidea con defecto del tabique ventricular en un perro de raza Bulldog Ingles. Reporte de caso http://www.veterinaria.org/revistas/redvet/n070716/071604.pdf

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REDVET - Revista electrónica de Veterinaria - ISSN 1695-7504

Displasia valvular tricuspidea con defecto del tabique ventricular en un perro de raza Bulldog Ingles. Reporte de caso

G. Figueroa Aguilar *²,³ D. Rodríguez Velázquez*¹,³ M.A. Barbosa Mireles1,4

1Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma del Estado de México Centro Universitario el Cerrillo Piedras Blancas, Código Postal 50200, Toluca, México. ²Estudiante de Medicina Veterinaria y Zootecnia ³Centro Médico Veterinario 4 Hospital Veterinario de Pequeñas Especies, FMVZ- UAEMex

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Resumen Se describe el caso de un perro domestico raza Bulldog inglés, edad 3.5 meses, macho, que presenta dificultad para respirar, intolerancia a la actividad física, así como una protuberancia abdominal (hernia), al examen físico se escucha a la auscultación torácica un soplo con intensidad de 6/6 con punto de mayor intensidad a nivel 5° espacio intercostal en hemitórax derecho así como ritmo cardiaco irregular; en campos pulmonares se escuchan estertores de burbuja fina. Se le realizaron los siguientes estudios, electrocardiograma en donde se observó complejos de bajo voltaje en todas las derivadas, artefactos de movimiento, contracciones ventriculares prematuras (CVP) se halló aislado en la derivada aVF, en el estudio radiográfico, se apreció cardiomegalia generalizada, desplazamiento dorsal de la tráquea y patrón alveolar, finalmente el ecocardiograma mostró defecto septal perimembranoso y defecto del tabique ventricular. Debido a las diferentes alteraciones anatómicas y cambios hemodinámicos el tratamiento no logra en tan poco tiempo estabilizar al paciente reportando los dueños muerte a los dos días de haber iniciado el mismo. Palabras clave: Bulldog inglés, displasia valvular tricuspídea, defecto del tabique ventricular. Introducción Se consideran cardiopatías congénitas aquellas que aparecen en el momento del nacimiento, pudiendo ser hereditarias y adquiridas. Sin



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embargo, una cardiopatía puede ser hereditaria y no congénita, es decir, solamente es potencial en el momento del nacimiento, siendo sus consecuencias de aparición más tardía. (Kathryn M. M.2010) Los datos de la literatura indican que la incidencia de malformaciones cardíacas y de los grandes vasos de tipo congénito en el perro es del 68 % de la población canina, coincidiendo los diferentes autores en que los porcentajes más elevados (84%) corresponden al conducto arterioso persistente, estenosis pulmonar y estenosis aortica, el resto de los defectos (persistencia del arco aórtico derecho, comunicación interventricular, Tetralogía de Fallot, comunicación interauricular, malformación de válvulas atrio ventriculares, entre otras representan un porcentaje más escaso. (Brambilla et al. 2003, Fernández et al. 1996) En un estudio retrospectivo realizado por Schweiz (2003) sobre enfermedades cardiacas con 148 perros en la universidad de Zurich. Reportó con respecto a todos los perros con enfermedad cardiaca, que la mayoría de los defectos comunes fueron estenosis aortica 31.5%, estenosis pulmonar 23.3%, defecto del tabique ventricular 14.4%, conducto arterioso persistente 13.7%, displasia tricúspidea 7.5% y defectos complejos en un 8.2% de los perros. La displasia de la válvula tricúspidea es una malformación congénita del aparato valvular formado por los músculos papilares, cuerdas tendinosas, valvas, anillo valvular, atrio y ventrículo derecho. (Kittleson, 1998). Esta anomalía cardiaca está asociada a una regurgitación por cuerdas tendinosas demasiado cortas, largas o ectópicas, valvas malformadas o músculos papilares alterados. (Ochoa, 2013). Los defectos valvulares se diagnostican antes del año de vida. Los animales que padecen de esta enfermedad suelen asociar otras cardiopatías congénitas. (Lightowler, 2012). Estudios de Detweiler y Patterson demostraron lesiones en la válvula mitral en el 61.5% de los casos, lesiones en la tricúspidea en el 22.6% y sólo 2.9% de lesiones aórticas. La explicación de la prevalencia de estas lesiones en el corazón izquierdo con relación al derecho puede relacionarse con la menor distorsión valvular en el corazón derecho, cuya cámara trabaja con baja presión, a diferencia de lo que acontece en el ventrículo izquierdo, y que la degeneración tricúspide no produce la misma significación clínica (Belerenian, 2007). El tratamiento es posible en perros sometidos a reemplazo de la válvula tricúspidea con una bioprótesis, las complicaciones de la corrección quirúrgica relacionadas con la prótesis incluyen proceso inflamatorio, trombosis, endocarditis y fibrilación auricular postoperatoria, que puede



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reducirse o prevenirse mediante el tratamiento preoperatorio con amiodarona (Arai et al. 2013). La reseña del animal, antecedentes clínicos, examen físico minucioso, pruebas diagnósticas como electrocardiograma, radiografías torácicas y análisis de laboratorio permiten orientar el diagnóstico de las patologías cardiovasculares. Se considera que para efectuar el diagnóstico definitivo es necesario el uso de la ecocardiografía (bidimensional, modo M y Doppler color) ya que permite diagnosticar la mayoría de las cardiopatías congénitas. Caso clínico. Un perro Bulldog inglés de 3.5 meses de edad y 7 Kg de peso, fue remitido al Centro Médico Veterinario, el propietario comentó que presentaba un abultamiento en el abdomen, dificultad para respirar, no toleraba actividad física y solo se acostaba del lado izquierdo. Lo destacable en el examen físico fue la presencia de un soplo sistólico de 6/6 con punto de mayor intensidad en 5° espacio intercostal en hemitórax derecho con ritmo cardiaco irregular y frecuencia cardiaca de 187 lpm, se observó al paciente con disnea, a la auscultación de campos pulmonares se escucharon estertores de burbuja fina. Durante la palpación abdominal se detecta una hernia umbilical aproximadamente de 4cm. Se sospecha de una enfermedad cardiaca congénita con signos de compensación. Con el fin de determinar el tipo de cardiopatía congénita se realizó los siguientes estudios. Estudio radiológico de tórax: Los hallazgos encontrados fueron cardiomegalia generalizada, medición de Buchanan’s de 15.5 cuerpos vertebrales, desplazamiento dorsal de la tráquea, campos pulmonares con incremento de la radiopacidad a nivel de la región perihilar. (Fig. 1 y 2)

Figura 2. Proyección dorso ventral, se observa aumento del mediastino craneal, disminución de la distancia cardio-costal por cardiomegalia generalizada.

Figura1. Proyección latero lateral de tórax, se observa desplazamiento dorsal de tráquea y cardiomegalia generalizada.



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Estudio ecocardiográfico bidimensional y doppler color: Lo más importante en este caso fue lo siguiente: Se observó en el modo B comunicación interventricular por defecto septal ventricular proximal a la válvula aórtica, sobrecarga de volumen de la cámara ventricular derecha, agrandamiento de su valva septal de la válvula tricúspidea con prolapso en dirección atrial, cuerdas tendinosas hiperecogenicas y ectópicas, dilatación de la arteria pulmonar correspondiente al doble de la aorta. El doppler color a nivel del tracto de salida del ventrículo izquierdo mostró comunicación de izquierda a derecha a través del defecto septal ventricular por debajo de la válvula tricúspidea. Los hallazgos del ultrasonido fueron

Defecto septal perimembranoso

Displasia valvular tricuspidea

Estudio electrocardiográfico: En todas las derivadas se apreció complejos de bajo voltaje con artefactos de movimiento, se observó un CVP aislado en derivada aVF (fig. 5). Debido a que presentó complejos QRS isoeléctricos en 4 derivadas no fue posible determinar el eje eléctrico medio. (Fig. 6)

Figura 5. Derivada aVF con CVP después del 5° ciclo cardiaco, frecuencia cardiaca de 166 lpm

Figura 6. Derivada II a 50 mm/seg y 1 cm-1 mv, deflexiones de bajo voltaje.

Figura 3. Doppler color con regurgtación en válvula pulmonar

Figura 4. Modo B, corte apical izquierdo de 5 cámaras, se observa dilatación del ventrículo derecho y comunicación interventricular, irregularidad valva septal de la válvula tricúspide



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Se envió a casa con tratamiento médico a base de ramipril 0.125 mg/Kg de peso cada 24 horas, furosemida 2 mg/Kg cada 12 horas y dieta baja en sodio. Dos días después reportan sus dueños que el paciente fallece de manera súbita. Se les pide autorización para realizar necropsia. Los hallazgos macroscópicos encontrados fueron dilatación de ventrículo derecho (Fig. 5), defecto del tabique ventricular (Fig. 6), hipertrófia de ventrículo derecho, válvula tricúspidea con valvas cortas y engrosadas (Fig. 7 y 8).

Discusión Algunos estudios indican que la incidencia de malformaciones cardíacas congénitas es del 0.68% de la población canina. Sin embargo la prevalencia de enfermedades congénitas asociadas es baja a diferencia de enfermedades cardiacas congénitas comunes como estenosis aortica, conducto arterioso persistente y estenosis pulmonar. La mayoría de los autores citan que la

Figura 5. Dilatación de ventrículo derecho

Figura 6. Defecto de tabique ventricular

Figura 8. Flecha blanca señala cuerdas tendinosas cortas, flechas amarilla indica hipertrofia de pared libre de ventrículo derecho

Figura 7. Displasia de la válvula tricúspide



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displasia valvular tricuspídea es una malformación común en perros de talla grande, siendo la raza labrador la más afectada. No hay estudios que demuestren que esta patología se presenta en perros cachorros de raza Bulldog inglés, sin embargo Coromoto 2012 expone el caso de una malformación valvular en perro de raza Bulldog francés de 4 meses de edad que a diferencia de nuestro caso el paciente presentaba ascitis y mucosas pálidas. La displasia de la válvula tricúspidea con defecto del tabique ventricular ocasiono sobrecarga de volumen del ventrículo derecho, sin embargo ésta no provocó signos de insuficiencia cardiaca derecha retrograda como en el caso de Coromoto 2012 en donde el Bulldog francés presento signos como pulso yugular positivo y ascitis, en el estudio radiológico, imagen latero-lateral se observó dilatación de vena cava caudal. Se piensa que la causa de la muerte en el Bulldog inglés pudo estar relacionada con la irregularidad del ritmo cardiaco ya que en la necropsia se descartó infarto miocárdico. Conclusión Couto (2010) menciona que las enfermedades cardiacas congénitas pueden estar acompañadas de más anomalías. Pacientes con enfermedades cardiacas asociadas pueden padecer mayores complicaciones hemodinámicas y por ende mayor riesgo de muerte. Lightowler et al, 2012, señalan que los defectos cardiacos son raros porque la mayoría de los cachorros que los presentan mueren las primeras semanas de vida por insuficiencia cardiaca congestiva. No se puede asumir con los resultados de un electrocardiograma estándar que no hay arritmias graves en un pacientes que muestren irregularidad en el ritmo cardiaco con hallazgos radiológicos y ecocardiográficos de una insuficiencia cardiaca grave, es necesario realizar un estudio con el sistema de monitoreo Holter de 24 o 48 hrs. con el fin de corroborar la presencia de éstas que pudieran poner en riesgo su vida. La corrección quirúrgica es el tratamiento idóneo, en la mayoría de los países en desarrollo la cirugía está limitada a la corrección del conducto arterioso persistente, por lo que el tratamiento de las enfermedades cardiacas congénitas está restringido al uso de medicamentos que proporcionen un tiempo de sobrevida con buena calidad, siempre y cuando el tipo de patología y los signos de compensación no seán graves.

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REDVET: 2016, Vol. 17 Nº 7

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