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1 INTRODUCCIÓN Con esta asignatura se busca que los estudiantes normalistas adquieran conocimientos geográficos, amplíen la información con que cuentan, desplieguen habilidades para seleccionar y procesar información sobre temas de geografía y su enseñanza, y desarrollen valores y actitudes para orientarse como futuros maestros de educación secundaria en la elaboración de estrategias de trabajo y en la selección o diseño de recursos y medios didácticos. Los dos cursos de esta asignatura tienen como propósitos específicos que los alumnos analicen tanto los aspectos naturales y culturales como los procesos económicos que tienen lugar en el mundo, así como la forma en que se interrelacionan; a partir de ese análisis, comprenderán cómo estos elementos se han conjugado para dar origen a la diversidad geográfica. El concepto central de estos cursos es la diversidad, que permite entender las razones por las cuales una región natural, una cultura, o las actividades para el aprovechamiento de un recurso, no se distribuyen de manera homogénea en el espacio ni presentan las mismas características. Por ejemplo, aun cuando el concepto bosque tropical es genérico, existen diferencias entre el bosque tropical de América con el de África o el de Asia. En ese sentido, es importante que los normalistas identifiquen las condiciones y características generales de un recurso y reconozcan las diferencias que puede presentar por su ubicación en regiones geográficas distintas. La constante referencia al contexto nacional y mundial ayudará a concebir mejor el concepto de diversidad y a trabajarlo bajo una perspectiva que derive en el desarrollo de actitudes de respeto y valoración hacia la naturaleza y el ser humano; además, es necesario abordar los conceptos de patrimonio natural y cultural de la humanidad, para que los alumnos conozcan sus características e importancia, su valor educativo para propiciar un mayor conocimiento sobre el legado que heredamos y adquieran un compromiso para evitar su destrucción. Así, la discusión sobre el efecto causado a las zonas arqueológicas por las visitas masivas poco controladas; la destrucción del patrimonio cultural en nombre de la modernización o de las ideologías; la tala clandestina de áreas selváticas o de bosques; la construcción de centros turísticos en zonas costeras, entre muchos otros ejemplos, pueden generar el análisis y la reflexión del peligro y las consecuencias presentes y futuras de tales acciones en el contexto local y mundial. Este tipo de ejemplos permiten a los alumnos desarrollar su juicio crítico informado y adoptar una actitud frente a situaciones en las que se ve afectado nuestro patrimonio. El sentido de pertenencia, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a lo propio y a lo diferente, son actitudes que se favorecen con el estudio de estos temas. Además, observar, comparar, inferir, analizar y disentir a partir de la consulta de diversas fuentes bibliográficas, audiovisuales y electrónicas (internet), interpretar cartografía temática o realizar prácticas de campo, favorecerán el despliegue de las habilidades propias de la asignatura, al tiempo que son un medio ideal para analizar cómo los adolescentes adquieren las nociones básicas de: espacio geográfico, localización, relación e interacción, temporalidad y cambio, distribución, representación y, por supuesto, diversidad. Es conveniente que a lo largo de ambos cursos se haga alusión y se promueva la reflexión sobre la forma en que los temas de esta asignatura son estudiados en la secundaria y cómo favorecen el pensamiento geográfico en los adolescentes. En el primer curso se estudian los principales factores que han originado la diversidad natural y cultural en nuestro planeta, tales como el relieve, el suelo, el clima, la vegetación y la ubicación geográfica. De igual modo, se analizan la historia, la religión, la lengua y las costumbres como elementos que definen la diversidad cultural. Cabe aclarar que, para efectos de estudio en el curso, los contenidos se organizan en dos bloques, uno destinado a la diversidad natural y el otro a la cultural, lo cual puede constituir una ventaja para conocer las regiones naturales y la riqueza cultural de México y del mundo, ya que lo que se busca es integrar ambos en el concepto de diversidad geográfica. Para ello, se recomienda que al hacer referencia a los aspectos naturales se vinculen éstos con las acciones humanas y viceversa. El curso se orienta al análisis de regiones representativas a nivel mundial, por lo que se abarcarán todos los continentes para identificar los diferentes ámbitos y tener la posibilidad de establecer contrastes. Se propone que los normalistas estudien las características naturales y culturales, los factores que dieron origen a la conformación de los diferentes espacios geográficos y los recursos con que cuentan, lo cual, a su vez, permitirá localizar áreas con gran riqueza natural y/o cultural que han despertado un interés creciente por su grado de conservación y han sido declarados,

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INTRODUCCIÓN

Con esta asignatura se busca que los estudiantes normalistas adquieran conocimientos geográficos, amplíen la información con que cuentan, desplieguen habilidades para seleccionar y procesar información sobre temas de geografía y su enseñanza, y desarrollen valores y actitudes para orientarse como futuros maestros de educación secundaria en la elaboración de estrategias de trabajo y en la selección o diseño de recursos y medios didácticos.

Los dos cursos de esta asignatura tienen como propósitos específicos que los alumnos analicen tanto los aspectos naturales y culturales como los procesos económicos que tienen lugar en el mundo, así como la forma en que se interrelacionan; a partir de ese análisis, comprenderán cómo estos elementos se han conjugado para dar origen a la diversidad geográfica.

El concepto central de estos cursos es la diversidad, que permite entender las razones por las cuales una región natural, una cultura, o las actividades para el aprovechamiento de un recurso, no se distribuyen de manera homogénea en el espacio ni presentan las mismas características. Por ejemplo, aun cuando el concepto bosque tropical es genérico, existen diferencias entre el bosque tropical de América con el de África o el de Asia. En ese sentido, es importante que los normalistas identifiquen las condiciones y características generales de un recurso y reconozcan las diferencias que puede presentar por su ubicación en regiones geográficas distintas.

La constante referencia al contexto nacional y mundial ayudará a concebir mejor el concepto de diversidad y a trabajarlo bajo una perspectiva que derive en el desarrollo de actitudes de respeto y valoración hacia la naturaleza y el ser humano; además, es necesario abordar los conceptos de patrimonio natural y cultural de la humanidad, para que los alumnos conozcan sus características e importancia, su valor educativo para propiciar un mayor conocimiento sobre el legado que heredamos y adquieran un compromiso para evitar su destrucción. Así, la discusión sobre el efecto causado a las zonas arqueológicas por las visitas masivas poco controladas; la destrucción del patrimonio cultural en nombre de la modernización o de las ideologías; la tala clandestina de áreas selváticas o de bosques; la construcción de centros turísticos en zonas costeras, entre muchos otros ejemplos, pueden generar el análisis y la reflexión del peligro y las consecuencias presentes y futuras de tales acciones en el contexto local y mundial.

Este tipo de ejemplos permiten a los alumnos desarrollar su juicio crítico informado y adoptar una actitud frente a situaciones en las que se ve afectado nuestro patrimonio. El sentido de pertenencia, la solidaridad, la tolerancia, el respeto a lo propio y a lo diferente, son actitudes que se favorecen con el estudio de estos temas. Además, observar, comparar, inferir, analizar y disentir a partir de la consulta de diversas fuentes bibliográficas, audiovisuales y electrónicas (internet), interpretar cartografía temática o realizar prácticas de campo, favorecerán el despliegue de las habilidades propias de la asignatura, al tiempo que son un medio ideal para analizar cómo los adolescentes adquieren las nociones básicas de: espacio geográfico, localización, relación e interacción, temporalidad y cambio, distribución, representación y, por supuesto, diversidad.

Es conveniente que a lo largo de ambos cursos se haga alusión y se promueva la reflexión sobre la forma en que los temas de esta asignatura son estudiados en la secundaria y cómo favorecen el pensamiento geográfico en los adolescentes.

En el primer curso se estudian los principales factores que han originado la diversidad natural y cultural en nuestro planeta, tales como el relieve, el suelo, el clima, la vegetación y la ubicación geográfica. De igual modo, se analizan la historia, la religión, la lengua y las costumbres como elementos que definen la diversidad cultural. Cabe aclarar que, para efectos de estudio en el curso, los contenidos se organizan en dos bloques, uno destinado a la diversidad natural y el otro a la cultural, lo cual puede constituir una ventaja para conocer las regiones naturales y la riqueza cultural de México y del mundo, ya que lo que se busca es integrar ambos en el concepto de diversidad geográfica. Para ello, se recomienda que al hacer referencia a los aspectos naturales se vinculen éstos con las acciones humanas y viceversa.

El curso se orienta al análisis de regiones representativas a nivel mundial, por lo que se abarcarán todos los continentes para identificar los diferentes ámbitos y tener la posibilidad de establecer contrastes. Se propone que los normalistas estudien las características naturales y culturales, los factores que dieron origen a la conformación de los diferentes espacios geográficos y los recursos con que cuentan, lo cual, a su vez, permitirá localizar áreas con gran riqueza natural y/o cultural que han despertado un interés creciente por su grado de conservación y han sido declarados,

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“patrimonio de la humanidad” por la UNESCO, a fin de resguardarlos y considerarlos como lugares potencialmente educativos.

En este curso se emplearán distintos recursos didácticos para conocer la diversidad natural y cultural de nuestro planeta: el aprovechamiento del entorno desde el punto de vista educativo; prácticas de campo; mapas temáticos; fotografías de satélite; medios audiovisuales; el análisis documental de libros, revistas, periódicos, compendios, atlas, enciclopedias, entre otros; medios electrónicos como CD e internet; visitas a parques naturales, zonas de patrimonio natural y cultural y jardines botánicos. Es muy importante no perder de vista que al utilizar estos recursos los futuros maestros analizan ampliamente las posibilidades que tienen para emplearlos al enseñar Geografía a los adolescentes.

Durante el desarrollo de la asignatura interesa, de manera especial, que los alumnos normalistas sean capaces de acceder a diferentes medios impresos y sepan buscar y seleccionar información, para lo cual se recomienda la consulta de publicaciones periódicas como: Las 100 maravillas de México, de Clío; Ciencia y Tecnología, de Conacyt; ¿Cómo ves?, de la UNAM; Scientific American y otras que se consideren de interés y respondan a los criterios de consistencia y validez en la presentación de la información.

Con la utilización de estos recursos los estudiantes continuarán desarrollando las habilidades de observación y manejo de criterios de selección para el estudio de una región, trabajadas en Métodos y Procedimientos en el Análisis Geográfico, en cuarto semestre, sobre todo mediante visitas a zonas patrimoniales, jardines botánicos y/o prácticas de campo, en las que puedan identificar los factores que originaron la diversidad natural y cultural –por ejemplo, los tipos de vegetación y fauna, el relieve, las costumbres de un grupo de población y sus actividades productivas. La apropiación de estas habilidades por parte de los estudiantes normalistas favorecerá su futuro desempeño docente.

El empleo de estrategias como el debate en grupo, la argumentación fundamentada, la indagación de información geográfica mundial y nacional, su organización y presentación en reportes escritos, ensayos, exposiciones, murales, elaboración de cápsulas informativas son, entre otros, recursos que permiten compartir y complementar los hallazgos individuales.

Este curso considera los antecedentes trabajados en los cursos Interacción: Relieve, Agua y Clima I y II, y tiene continuidad con Diversidad Geográfica Mundial y de México II, en sexto semestre; además, se relaciona de manera estrecha con Naturaleza, Sociedad e Impacto Ambiental y el Seminario: Efectos Económicos y Sociales de la Globalización.

PROPÓSITOS GENERALES

Uno de los propósitos de la asignatura Diversidad Geográfica, Mundial y de México I es que el estudiante normalista establezca y analice la relación entre los recursos naturales y culturales, la influencia que tienen en el desarrollo económico, así como la forma en que se interrelacionan a partir de ese análisis, comprenderán cómo estos elementos se conjugan para dar origen a la diversidad Geográfica.

El estudiante normalista tendrá que comprender que el espacio geográfico no es homogéneo, y que existen diferentes regiones en todo el mundo.

Promover en los estudiantes la puesta en juego de los conocimientos, habilidades y destrezas, en el estudio de los temas propuestos.

Que el alumno valore la importancia del aprovechamiento racional de los recursos naturales y del ambiente, así como promover el cuidado y preservación de patrimonios culturales.

Favorecer en el estudiante manejo de recursos didácticos para conocer la diversidad natural y cultural de nuestro planeta, así como promover el trabajo de campo, viéndolo desde el punto de vista educativo. También que se utilice los medios electrónicos para este aprendizaje.

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BLOQUE I

DIVERSIDAD NATURAL MUNDIAL Y DE MÉXICO

TEMARIO

1. Factores que han originado la diversidad natural de México y el mundo: relieve, situación geográfica y clima.

2. La interacción entre relieve, suelo, clima, vegetación y fauna en la conformación de las regiones naturales. Distribución de las regiones naturales en el mundo y en México.

3. Regiones naturales que forman parte del patrimonio natural de la humanidad en el mundo y en México. Respeto, valoración y conservación de la diversidad natural.

ACTIVIDADES QUE SE SUGIEREN

TEMA 1: Factores que han originado la diversidad natural de méxico y el mundo: relieve, situación geográfica y clima.

1. Con el propósito de conocer la gran diversidad que existe en México y el Mundo, en binas has un escrito de lo que entiendes por diversidad y biodiversidad.

2. Socializado en el grupo y como producto realicen un pequeño ensayo con las aportaciones de todos los equipos.

3. Leer y analizar el texto de Ángel Bassols Batalla, RECURSOS NATURALES DE MÉXICO, con los elementos analizados hacer un escrito sobre los recursos naturales de nuestro país.

TEMA 2: La interacción entre relieve, suelo, clima, vegetación y fauna en la conformación de las regiones naturales, distribución de las regiones naturales en el mundo y en México.

1. Leer el artículo “El clima y su relación con los seres vivos”, Importancia de la biosfera. Las grandes regiones naturales: localización y relación con las actividades económicas, exponer ante el grupo los siguientes puntos:

• Situación de la tierra

• Movimiento de la tierra

• Inclinación del eje terrestre

• Forma de la tierra

• Atmósfera

• Hidrosfera

• Corteza terrestre

2. Qué importancia tienen estos factores para la vida en la tierra.

3. En equipo realizar exposiciones sobre el clima y su clasificación de Koeppen localizar en el mundo y México, así como analizar el cuadro 5.4 y observar las interacciones del las mismas.

4. En un mapa de la república mexicana localiza las regiones biogeográficas, puedes auxiliarte con la figura 5.25 de la lectura que se menciona en la actividad 1.

5. Analiza e identifica los diferentes ecosistemas, donde encontraras las variadas características de flora, fauna y clima entre otros, auxíliate con el mapa de la figura 5.26, los más importantes son:

• Selva

• Sabana

• Región monzónica

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• Desierto

• Región mediterránea o maqui

• Estepa

• Bosques mixtos

• Bosques fríos O DE CONÍFERAS (taiga)

• Tundra

TEMA 3: Regiones naturales que forman parte del patrimonio de la humanidad en el mundo y en México, respeto, valoración y conservación de la diversidad natural.

1. Realizar por el equipo el estudio de las diferentes regiones naturales que conforman nuestro país auxíliate del texto “LOS RECURSOS BIÓTICOS DE MÉXICO” de Arturo Gómez Pompa.

2. “LA JUNGLA”, “DESIERTO”, "ÁRTICO Y ANTÁRTIDA”, videocintas de la colección Testigo Ocular, analizar el respeto, valoración y conservación de esta diversidad natural, realizar un pequeño ensayo sobre la misma.

3. Al término de estas actividades realiza una propuesta que puedas aplicar con tus alumnos de secundaria para la conservación de la diversidad natural.

BLOQUE II

DIVERSIDAD CULTURAL MUNDIAL Y DE MÉXICO

TEMARIO

1. Los principales grupos de población. Historia, lengua, religión y costumbres: elementos que definen la diversidad cultural del mundo y de México.

2. La riqueza cultural como patrimonio de la humanidad. Respeto y valoración de las diferentes expresiones culturales de los grupos humanos.

3. La interacción de los aspectos naturales y culturales en la conformación de una diversidad geográfica mundial. Formas de apropiación del espacio natural por los diferentes grupos de población.

4. Diseño de estrategias didácticas que propicien en los alumnos de secundaria la comprensión de los conceptos diversidad natural y cultural. El fomento en los adolescentes del sentido de pertenencia a una cultura; las actitudes de respeto y tolerancia hacia las diferentes manifestaciones culturales del mundo y de México; el cuidado de los bienes naturales y culturales.

5. Medios para la enseñanza de la diversidad natural y cultural en la escuela secundaria: el entorno, las prácticas de campo, los mapas temáticos, los audiovisuales, la revisión documental (enciclopedias, compendios, atlas, revistas, periódicos, entre otros), las visitas a parques naturales, zonas de patrimonio natural y cultural y jardines botánicos; el uso de CD e internet.

ACTIVIDADES QUE SE SUGIEREN

TEMA 1: Los principales grupos de población, historia, lengua, religión y costumbres: elementos que definen la diversidad cultural del mundo y de México

1. Realiza la lectura PROBLEMÁTICA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL, Evolución y estructura de la población mundial, a partir de esta y la investigación que se realicen por Internet (ver direcciones en el apartado de bibliografías) elabora un cuadro comparativo en donde menciones los principales grupos de población mundial con las siguientes características:

RAZA HISTORIA RELIGIÓN LENGUA CULTURA

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2. En un planisferio localizar los grupos raciales, separando por colores:

• Variantes del grupo blanco o caucasoide

• Variantes del grupo amarillo o mongoloide

• Variantes del grupo negro o negroide

TEMA 2: La riqueza cultural como patrimonio de la humanidad respeto y valoración de las diferentes expresiones culturales de los grupos humanos.

1. Solicitar que selecciones un país de cada continente. Los localicen en un atlas, señalar la capital, mencione algunos rasgos físicos del país, establecer relaciones con la distribución de la población y sobre todo identificar su riqueza cultural, toda esta investigación será sistematizada y entregada a tu asesor para evolución.

TEMA 3: La interacción de los aspectos naturales y culturales en la conformación de una diversidad geográfica mundial, formas de apropiación del espacio natural por los diferentes grupos de población.

1. Leer el texto completo Enrique Leff, “MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO EN MÉXICO”

2. Formar equipos para exponer lo siguiente:

• Interacción de aspectos naturales y culturales

• Hablar de la sobreexplotación de los recursos

• Manejar las posibles causas

• Qué consecuencias nos trae

• Normas para la protección del medio ambiente

• Posibles alternativas de solución

TEMA 4: Diseño de estrategias didácticas que proporcionen los alumnos de secundaria la comprensión de los conceptos diversidad natural y cultural; las actitudes de respeto y tolerancia hacia las diferentes manifestaciones culturales del mundo y de México; el cuidado de los bienes naturales.

1. En la medida de lo posible realice una práctica de campo en donde visite un patrimonio natural y/o cultural, se puede acudir a:

• El lecho de un río

• Una elevación de un cerro

• Una región natural

• Un parque nacional

• Una reserva ecológica

• Una zona arqueológica

• Una zona de cultivo

• Un aserradero

• Algún puesto, aeropuerto

Esta práctica de campo tiene como finalidad de proporcionar experiencias de aprendizajes y fomentar el sentido de pertenencia, respeto y tolerancia a las diferentes manifestaciones culturales y naturales, Brindado la oportunidad para promover la participación de los alumnos y el grupo en la apropiación y comprensión del conocimiento Geográfico que complemente la formación brindada en el aula. El maestro ha de planear muy bien la práctica de campo, tomando en cuenta las tres etapas básicas definidas por el tipo de actividad a efectuar:

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a) La etapa previa de carácter efectuar

b) La de realización de la práctica

c) La de presentación de resultados por medio de un informe

El la primera etapa, el maestro elabora el proyecto de trabajo de la práctica, donde señala el objetivo o los propósitos que se persiguen, el itinerario, las actividades a efectuar, los materiales y el equipo necesario. Lo presenta al grupo como a las autoridades para su aprobación.

En la segunda etapa el grupo efectúa las actividades previstas y algunas otras que en el momento se consideren de apoyo para el trabajo.

Una vez concluida la actividad de campo, los alumnos prepararan un informe con lo trabajado durante las prácticas así como sus conclusiones.

Este informe se presenta ante el grupo para su discusión, pudiendo abrirse un foro de presentación para su discusión. Los alumnos se auxiliarán de sus registros, notas, croquis y fotografías tomadas durante el desarrollo de la práctica para presentar el reporte final.

La práctica de campo puede ser una experiencia que convoque a los alumnos a tomar parte en una actividad formativa de actitudes de cooperación, participación, organización, respeto hacia los demás y hacia el entorno, respeto a la diferencia entre los seres humanos y la naturaleza, de valoración de los recursos humanos y naturales, de aprecio y respeto a las manifestaciones de la cultura y de la naturaleza.

TEMA 5: Medios para la enseñanza de la diversidad natural y cultural en la escuela secundaria

1. A continuación enumeramos algunas estrategias de trabajo para la enseñanza de la diversidad natural y cultural en la escuela secundaria, apoyarse en el libro para el maestro de geografía, para desarrollar estas estrategias aquí únicamente te las mencionaremos para que tú las desarrolles con algún contenido de educación secundaria:

• Escritos breves

• Ensayo

• Exposición de temas

• Álbum

• El trabajo en grupo

• Equipos de análisis y plenaria

• Planteamiento de un problema eje

• Ficha bibliográfica por autor

• Noticias del periódico, revista y televisión

• Estudio del caso

• Prácticas de campo.

EVALUACIÓN

La evaluación es una actividad que se debe desarrollar de manera continua en la tarea educativa y propiciar la emisión de juicios de valor de tipo cualitativo y cuantitativo acerca del trabajo de los alumnos; se realiza con el propósito de mejorar los procesos de aprendizaje de estos y la práctica escolar.

El asesor junto con los alumnos determinarán los rasgos a evaluar, aparte de los que se mencionan a lo largo de las actividades, así como la ponderancia a cada uno de ellos, sin olvidar que debemos tomar en cuenta los contenidos a desarrollar como son: actitudinales, procedimentales y conceptúales.

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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

• Bassols Batalla Ángel. “RECURSOS NATURALES DE MÉXICO”

• Fabián Ceniceros Eva C. “GEOGRAFÍA GENERAL”. Climas: Clasificación de Koeppen, localización en el mundo y en México p.p. 257 a 271

• Gómez Pompa Arturo. “LOS RECURSOS BIÓTICOS DE MÉXICO”

• SEP/ILCE (1996) “LA JUNGLA” “DESIERTO” “ÁRTICO Y ANTÁRTIDA”. Videocintas de la colección Testigo Ocular México (biblioteca de la normal).

• Fabián Ceniceros Eva C. “GEOGRAFÍA GENERAL”. Problemática de la población mundial pp. 285 a 289.

• Leef Enrique (1990). “MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO DE MÉXICO”. Vol. II

• SEP (2000) Libro para el maestro, educación secundaria: GEOGRAFÍA

INSTITUCIONES Y PUBLICACIONES POR INTERNET

• Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad: http://www.conabio.gob.mx

• Consejo Nacional de Población: http://conapo.gon.mx

• Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática: http://sedesol.gob.mx./ini/ini.htm

• México desconocido: http://www.mexicodesconocido.com.mx

• National Geographic: http://www.nationalgeographic.com

• Population Reference Bureau, ONU: http://www.prb.org

• Organización de las Naciones Unidas: http://www.un.org/spanish/

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MATERIAL

DE

APOYO

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RECURSOS NATURALES DE MÉXICO Ángel Bassols Batalla

TEORÍA, CONOCIMIENTO Y USO

La estructura orográfica como factor determinante del ambiente natural

La orografía es en México –tanto se ha insistido- decisiva y ello no puede negarse, de tal manera que en numerosas ocasiones se afirma que el nuestro es “un país montañoso por excelencia”. Nadie niega que por lo que se refiere al gran cuerpo continental de la República y a extensiones considerables de Baja California, el principio anterior resulta válido, pero no debe olvidarse que de la superficie total de la República debe descotarse una no despreciable área que abarca casi toda la península de Yucatán, excepto sitios aislados del Centro-Sur en Campeche y Quintana Roo, y también las planicies costeras, que no pueden considerarse montañosas. La gran península del Este-Sureste comprende aproximadamente 120 000 kilómetros cuadrados de tierras no montañosas y las zonas bajas de la costa están integradas por no menos de 160 000 km2 lo que reúne un total de 280 000 km2 o sea alrededor del 14% de toda la superficie nacional.

Ahora bien, se dispone de las cifras aproximadas del área que en todo el país alcanza altitudes que no sobrepasan los 300 metros sobre el nivel del mar y su consideración es importante ya que pueden estimarse como terrenos con escasa deformación orográfica: el 29.11% de la superficie, o sea 573 7000 km. .1 Resulta importante tener conciencia de lo anterior para evitar generalizaciones peligrosas y porque su especial interés consiste en mostrar algo que teóricamente sería aprovechable en agricultura fuera de los valles y mesetas altas; sin embargo, por si sola la altura sobre el nivel del mar no es decisiva y de las regiones montañosas del país habría que separar aquellos segmentos no utilizables en materia agrícola por diversas causas, entre ellas la falta o abundancia de agua, problemas de suelo y subsuelo, etc. En relación directa con el área montañosa y vinculando el territorio al uso actual o futuro en materia agrícola o ganadera, se hace imprescindible ir más adelante y tomar en cuenta las áreas que por su escasa pendiente ofrecen mayores probabilidades de servir económicamente. Según la mencionada obra de Tamayo, se calcula en no más de un 5% del total (10 millones de hectáreas) el conjunto de tierras que pueden considerarse casi planas y que no necesitan obras de defensa para su utilización provechosa en cultivo o pastizales, por no tener pendientes mayores de 2%; por otro lado, las superficies que tienen entre 0 y 10% de pendiente (incluyendo en ellas a las áreas antes calculadas como de planicie no montañosa y también a otras regiones de las grandes altiplanicies internas) representan poco más de la tercera parte del país. En estas últimas zonas de escasa pendiente se hace necesario llevar a cabo distintas obras para cultivar y defender el suelo cultivado o por abrirse al cultivo: la cifra de terrenos teóricamente aptos para agricultura en México alcanzarían de esa manera n total de aproximadamente 70 millones de hectáreas. Pero todos los problemas y elementos negativos reducen -como veremos más tarde- el área cultivable de la república a sólo unos 35 millones de hectáreas (17% de la superficie) lo cal demuestra que si bien el relieve juega papel decisivo, no es ni con mucho el único aspecto natural que debe tomarse en cuenta, pues por desgracia las realidades climáticas, de suelos, vegetación y disponibilidad del recurso agua, reducen notablemente un área que de otro modo podría estimarse suficiente e incluso ofrecería posibilidades todavía muy amplias para la agricultura mexicana.

Lo que podríamos llamar “el México montañoso” comprende entonces aproximadamente n 86% del área nacional y en sus caracteres sustanciales lo integran diversos sistemas orográficos, varios de los cuales tienen importancia general y otros destacan en ambientes más modestos. Entre los complicados y vastos sistemas de montañas deben sin duda mencionarse aquellos que se nos obliga a estudiar desde la escuela primaria y otros que por ser menos conocidos a menudo no se recuerdan. Entre los primeros están las Sierras Madres Occidental y Oriental, del Sur y de Chiapas, en tanto que de los segundos deben destacarse la Sierra Madre de Oaxaca, la Cordillera bajacaliforniana, los conjuntos montañosos que pueden denominarse Serranía Norte de Chiapas (incluyendo la llamada, en ocasiones, Meseta de Chiapas), al igual que diversas sierras transversales que corren del sur de Zacatecas, a San Luis y Guanajuato. Especial mención merece el llamado “Eje Volcánico” (Cordillera Volcánica Transversal), que constituye una verdadera barrera en sentido

1 Geografía general de México, IV tomo.

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longitudinal, desde los volcanes del centro de Nayarit, hasta las grandes moles de Veracruz, Puebla, Tlaxcala y el Estado de México, con una aislada prolongación en el volcán de San Martín.

Entre los grandes sistemas montañosos se encuentran comprendidas las enormes altiplanicies Septentrional (también denominada Mexicana, en el Norte y Centro-Norte) y Meridional (Meseta de Anáhuac) al sur de aquella y hasta los límites que significa la cordillera Neovolcánica. Algunas depresiones ocupan espacios muy diversos, sobresaliendo entre ellas la gran depresión del río Balsas. Concomitantemente, resulta natural que México sea un país de grandes y pequeños valles de altura, estructurados por ríos de variable caudal y que pueden tener gran importancia económica, como es el caso del Bajío (en realidad su nombre original es el de “Los Bajíos”, de los valles centrales de Oaxaca y Chiapas, lo mismo que alrededor de Toluca y en Puebla, Tlaxcala (además de la cuenca de México), abundando los pequeños valles en todas las zonas montañosas, desde Chihuahua a las Huastecas, y de Colima a Chiapas.

No contamos en nuestro país con imponentes cordilleras que puedan siquiera compararse a los Himalaya, los Andes o el Tien Shan- Pamir, que alcanzan en muchos sitios alturas superiores a 7 y 8 mil metros sobre el nivel del mar, pero la preponderancia cuantitativa de eso que puede llamarse el México montañoso queda demostrada por el hecho de que en la superficie total más de un 52% está situado entre los 900 y los 2 700 metros, mientras otro 17% yace de los 300 a los 900 metros de altura. Entonces, esta configuración orográfica tan complicada debe inevitablemente evidenciarse en múltiples formas de influencia sobre todos y cada uno de los demás integrantes del medio natural. Lo que Hernán Cortés caracterizó al referirse a México como un territorio semejante a “un papel arrugado”, presenta una zonalización de climas, suelos, vegetación y fauna, que arranca desde la mínima altura sobre el nivel del mar y termina sólo en las cimas de las cordilleras más altas. Claro que dicha sucesión de franjas en vegetación y fauna, en tipos de suelo y caracteres climáticos es variable según la mayor cercanía o alejamiento del ecuador e influyen también multitud de peculiaridades locales. Puede concluirse diciendo que en México las leyes de la zonalización o división en regiones horizontales (que se expresan principalmente del Noroeste al sureste de la República) actúan como en cualquier otra parte del mundo de similares condiciones, pero que de igual o mayor interés resulta la zonalización vertical.

IMPORTANCIA DECISIVA DE LA SITUACIÓN

México está situado en latitudes (de los 14º 30’ a los 32º 43’ de latitud Norte) que le colocan bajo la influencia directa de dos grandes fajas naturales; la desértica del Norte y la tropical al Sur. Precisamente a la altura del norte de la república se extienden en otros continentes los grandes desiertos del Sahara, Libia, Arabia, de Irán y de Thar; mientras que al sur -entre los 10º y los 20º - hay en Asia, América y África, muy amplias regiones tropicales, desde Birmania, Vietnam y el sur de China a la India y las innumerables islas del Caribe. Si otra hubiera sido nuestra historia geológica y las grandes serranías de hoy no existieran, el panorama general sería muy distinto y contemplaríamos quizá una citación en la cual el desierto hubiese invadido la mayor parte del cuerpo nacional, en lucha frente a la resistencia inevitable de los factores tropicales procedentes del sur. En este sentido, las montañas han sido elementos salvadores y a pesar de que ofrecen numerosas dificultades tanto para el desarrollo de las comunicaciones como para el progreso de la agricultura, no deberán menospreciarse nunca sus aspectos positivos, que van desde la influencia sobre el clima y otros factores físicos, hasta los recursos minerales y de otro tipo que en la historia de México han desempeñado n papel capital.

El hecho de que nuestro país se encuentre “cortado” casi a mitad por la línea imaginaria del Trópico de Cáncer y colocado entre dos grandes océanos, explica -pues- la influencia sobre su territorio, ejercen fenómenos naturales originados lejos de él. Entre estos hechos generales, que deben mencionarse ahora sin análisis alguno, se antoja útil recordar la gran importancia de los vientos alisios del Atlántico que chocan con los procedentes del Pacífico y con las masas montañosas, trayendo lluvia de verano u otoño, cuando es particularmente significativa la acción de las masas de aire húmedo llamadas huracanes o ciclones tropicales. Además, otros vientos húmedos o fríos se desprenden del centro de alta presión sobre Canadá y los Estados Unidos, tomando la dirección sur-suroeste entre diciembre y febrero.

También, en el territorio de México se encuentran los límites y se interrelacionan la vegetación y fauna neotropical -procedente del sur- y la neártica (especies de ambiente templado y árido, principalmente) avanzado del norte; esos límites entre las dos zonas deben conocerse exactamente,

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pero al mismo tiempo no debe olvidarse que muchas plantas y animales penetran más allá de los puntos de contacto, cada uno en sentido opuesto y en distintas porciones del territorio nacional. Por ello es lógico que México -puente de dos mundos naturales- presente muchas formas de transición en las áreas de vegetación y fauna. 2

LAS REGIONES GEOGRÁFICAS

La interacción de todos los factores del medio natural cuyas bases son -como se acaba de ver- la situación en el mapa del mundo y la estructura del relieve, puede concretarse cabalmente en nuestro caso (como en el de cualquier otro país similar) sólo en el marco de las regiones naturales, es decir, de una división integral de su territorio en áreas diversas que incluyan las peculiaridades del relieve y los climas, la hidrología y el tipo de suelo, la vegetación y fauna. No siendo el presente un estudio de geografía física, malamente pretendería invadir campos que no le corresponden, pero pensamos que es de gran utilidad incluir antes del análisis de los recursos en sí mismos, una breve reseña del ambiente natural donde existen esos recursos y donde se lleva a cabo la acción de explotar las riquezas y formar la vida económica de la nación. Hemos escogido a las regiones llamadas en muchos casos geográficas3 y donde -al menos- se pueden señalar algunos muy breves rasgos de relieve, vegetación u otras expresiones de la naturaleza. Esas regiones geográficas se ven integradas por las regiones (unidades) geomórficas orogénicas, en las cuales se toma como decisivo el factor relieve, que tiene tan gran importancia en más de un 80% de la superficie, pero también en muchos tratados se estudian los tipos de clima y otros caracteres.

A pesar de lo anterior, no debe olvidarse la acción milenaria de la historia geológica, estructurando el tipo de subsuelo; como tampoco merece despreciarse el impacto que los vegetales, minerales, fenómenos climatológicos y seres vivos tienen en la formación del suelo, al igual que el mar constituye un factor muy destacado -directa e indirectamente- en la integración de las regiones geográficas.

Como es fácil advertir, si en la mayor parte de las regiones de este tipo el papel rector lo juegan el relieve en cuanto fenómeno que modifica la altura sobre el nivel del mar) y la situación en el mapa (por la influencia de leyes universales y particulares), en el caso de México y de otras naciones de parecida estructura, la ubicación de una región al exterior o interior de las vertientes tiene también gran interés. Por otro lado, en varias de esas regiones geográficas puede destacar como característico ya sea uno u otro factor distinto al relieve o la situación en sí; en algún caso puede ser lo más destacado la existencia de la vegetación tropical o desértica, el tipo de suelo o la ausencia de corrientes fluviales. Los integrantes del medio actúan -según se constató anteriormente- todos al mismo tiempo, aunque unos de ellos pueden ser relativamente más importantes que otros y un estudio completo debe preceder al análisis de todos y cada uno de los factores.

Es necesario señalar aquí que no existe en México un estudio integral de nuestras regiones naturales y que las llamadas geomórficas representan, como queda dicho, sólo un intento de agrupar fenómenos diversos en un conjunto armónico. Particularmente urgente resulta que los biólogos y geógrafos mexicanos unan sus esfuerzos para estudiar en detalle el territorio y presentar un mapa moderno de regiones naturales de República, con su correspondiente análisis de conjunto, ya que sí existen investigaciones serias y mapas de regiones hidrográficas y fauna.4

Una de las mejores divisiones del país en regiones “naturales” es la de Ticul Álvarez y Francisco de Lachica, biólogo que al definir dichas regiones dicen que se deben tomar en cuenta no sólo las plantas y los animales, sino también datos geológicos, fisiológicos y edáficos. De esta manera se pueden agrupar comunidades (vegetales y animales) diferentes “que se desarrollan en un clima semejante o en regiones con una historia geológica parecida”. Álvarez y Lachica se basan en la clásica regionalización de Robert C. West (1964), pero se subdivide el espacio y se hacen modificaciones, de tal manera que resultan 31 comarcas “con afinidades faunísticas” (de los anfibios, reptiles y mamíferos), agrupados en 5 regiones: 1) Extratropical seca (ocupa buena parte del Norte y Noroeste); 2) Tropical alta (altiplano del Centro y valles altos del Sur); 3) Tropical baja (costas y vertientes exteriores, de Sinaloa y las Huastecas a Yucatán); 4) Extratropical alta (Sierras

2 Ver los famosos trabajos de Isaac Ochoterena y otros biólogos mexicanos. Últimamente apareció un mapa de este tipo en Middle América. 3 Este nombre se aplica también en otros casos a las regiones puramente geomorfológicas. 4 Una magnífica aportación es el libro de Starker Leopold Fauna silvestre de México.

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Madres Occidental y Oriental), y 5) Subhúmedo extratropical bajo (extremo noroeste de la Baja California).

Los autores hacen ver que las regiones naturales del Norte se continúan en el suroeste de los Estados Unidos y que la vegetación y la fauna de las comarcas del golfo de México y las del Pacífico (Tropical Bajo) son bien diferentes, aunque se comunican por el Istmo de Tehuantepec. Esta región Tropical Baja tiene relación directa con la fauna y flora de Guatemala, así como la extratropical alta (Sierra Madre y los Altos de Chiapas). Entre todas las comarcas vecinas de diversas regiones hay afinidades faunísticas variables, pues no existe límite infranqueable, que impida el movimiento de las especies. Best consideraba a las regiones 4 y 5 como áreas de transición, pero son más bien continuación de la 2 (Tropical Alta), desde el punto de vista de la vegetación y la fauna. Pero son muy distintas por su orografía e historia geológica.

A continuación, pues, se presentan los más sintéticos resúmenes sobre las 25 regiones orogénicas (cubriendo los grandes cuerpos montañosos del país) o geomórficas de México, que constituyen un esquema de regiones geográficas y no pretenden ser regiones naturales completas, por lo que sólo se trata de subrayar algunos de los caracteres físicos.

1. Al occidente de la Cordillera bajacaliforniana, el desierto peninsular ocupa por cerca de 1 250 kilómetros de largo la planicie costera entre la Sierra de San Lázaro y los valles del extremo noroeste de Baja California. El clima es en general de lluvias muy rara, aunque con numerosas nieblas de invierno y primavera que convierten al de Vizcaíno y la Magdalena en “desiertos floridos” con abundante agua subterránea. El paisaje desértico se transforma entre San Quintín y Tijuana en zonas de chaparral, con clima mediterráneo.

2. En el centro-norte de Baja California, bordeadas materialmente por el desierto del Colorado y por las tierras de clima mediterráneo, se encuentran las Sierras Juárez y San Pedro Mártir, donde la altura forma valles de buen suelo negro y más arriba el panorama presenta incluso aislados bosques de hojas y pinares.

3. El desierto ocupa casi toda la Cordillera bajacaliforniana, larga masa de rocas con antigua actividad volcánica, en lo alto de la cual crecen sólo aislados bosques de encinos y coníferas.

4. Más ardiente y árido que el de Vizcaíno es el desierto oriental de Baja California, que se extiende desde el gran Valle de Mexicali a la región de La Paz. La planicie es bien estrecha, desprovista de rica vegetación y con muy escasos recursos hidrológicos al sur del río Colorado, pero aflorando aquí y allá los yacimientos mineros, casi agotados en Santa Rosalía o aún ricos en las islas del Carmen y San Marcos, en el bello Golfo de California.

5. El extremo sur de la península recibe de vez en cuando los vientos húmedos que conducen los ciclones del pacífico y ofrece mejor perspectiva general para la agricultura, pues cuenta además con pequeñas corrientes que descienden de la Sierra de San Lázaro, con su clima subtropical y bosque deciduo.

6. Ya en el cuerpo continental, todo el occidente de Sonora está ocupado por el desierto de Altar (en ocasiones arenoso y en otras de carácter pedregoso) y por el semidesierto, hasta la altura del valle del Yaqui. Extrema escasez de lluvias, ríos aislados que no alcanzan el mar y montes cubiertos por xerófitas. Si alguna región de México es desolada y dura esa es el noroeste de Sonora.

“La Montaña” de Sonora se levanta en cadenas sucesivas al oriente del desierto bajo, con muy escasas lluvias todavía y aislados bosques mezclados, donde los ríos como el Yaqui y sus afluentes han formado enormes cañones. La vegetación es de origen templado y predomina en forma absoluta la flora desértica, con mezquite, encinos y pastos en las altas mesas.

7. La Sierra Madre Occidental, desde la frontera con Estados Unidos al noroeste de Jalisco y el oriente de Nayarit, se levanta imponente y complicada en sus 1 250 kilómetros de extensión, poblada en al sección superior por bosques mezclados o por inmensos pinares regados entre la roca de granito; abajo aparece de lleno -al interior del país- la vegetación desértica o bien -hacia la planicie costera de Nayarit y Sinaloa- la flora tropical.

En la gran Sierra se originan multitud de broncos ríos que bajan al Pacífico desde el centro de Sonora al norte de Nayarit; además, escasas pero muy valiosas corrientes van al interior de la Altiplanicie Septentrional. Rica minería y valles aislados de pastos, en suelo café o negro.

8. Es también enorme la Altiplanicie que desde el norte de Chihuahua y Coahuila recorre toda la porción septentrional de México hasta el centro-sur de Zacatecas y San Luis Potosí. Constituye una gran mancha de vegetación desértica a una altura promedio de 1 100 metros, bordeada por

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la formación mezquital-pastos en las vecindades de los cuerpos montañosos que la aíslan al occidente y al oriente. Ríos afluentes del Bravo, escasas corrientes en cuencas endorreicas y antiguas lagunas casi extinguidas que dan vida a la aislada agricultura de riego en Delicias, la Comarca Lagunera, el Valle de Juárez, etc. y a la de temporal en Durango, Zacatecas o San Luis. Numerosas riquezas minerales, tanto de polimetales en el interior, como de hierro en Durango y Chihuahua, carbón de piedra en la cuenca de Sabinas, se encuentran en esta gran zona natural, prácticamente toda ella comprendida entre el área donde llueve -al igual que en Sonora y Baja California- menos de 400 milímetros, imponiendo restricciones enormes al desarrollo agrícola sin riego.

9. Al otro extremo del cuerpo nacional se alza la Sierra Madre Oriental que desde Coahuila y Nuevo León hasta su unión con el Eje Volcánico en la zona Centro-Sur, se estructura a base de casi aislados trozos en el extremo noreste, que se vuelven sistemas exterior, en las propias Huastecas, y la Sierra Norte de Puebla, chocan los vientos húmedos procedentes del Atlántico y crece el bosque tropical perenne, en tanto que hacia el norte y en las partes altas, vastos espacios quedan cubiertos por una mezcla de pinos y bosques templados de hojas (mientras la vegetación desértica sube por la vertiente interior).

10. La gran Planicie Costera del Noroeste -rota por aisladas serranías- está ocupada por bosques tropicales en el norte de Veracruz, conjuntos espinosos al sur de Tamaulipas y pastizales con mezquite en todo el centro y norte de ese Estado y de Nuevo León. Al norte de Tampico aparece, pues, la transición franca hacia el trópico y las abundantes lluvias sobre la Sierra Madre Oriental permiten la formación de grandes ríos que se suceden (sede el Tamesí y el Pánuco) hasta el centro-este de Veracruz, donde la montaña llega casi hasta el mar.

11. Del sur de Sonora al norte de Nayarit se extiende la planicie noroeste-centro, donde el semidesierto de Sonora se ha transformado ya hacia el norte de Sinaloa en una extensión semiárida con flora espinosa y más tarde en vegetación francamente tropical de sabana entre

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Mazatlán y San Blas, Nay. Los poderosos once ríos bajan a la región plana de Sinaloa, en tanto que el caudaloso Santiago divide en dos porciones al Estado de Nayarit, proporcionando abundantes recursos para riego o energía.

REGIONES O UNIDADES (GEOMÓRFICAS)

(Según J.L. Tamayo y A. Starker Leopold, con modificaciones de Angel Bassols Batalla)

1. Vertiente Occidental bajacaliforniana. 2. Sierra San Pedro Mártir 3. Sistema bajacaliforniano. 4. Vertiente Oriental bajacaliforniana. 5. Sierra San Lázaro. 6. Planicie Costera Noroeste (desierto Sonora, con la Montaña). 7. Sierra Madre Occidental. 8. Altiplanicie Septentrional. 9. Sierra Madre Oriental. 10. Planicie Costera Golfo (Noreste). 11. Planicie Costera Noroeste-Sur. 12. Cordillera Neovolcánica. (Eje Volcánico). 13. Altiplanicie Meridional. 14. Planicie Costera Golfo (Oriente). 15. Planicie Costera Pacífico (Occidente-Sur). 16. Sierra Madre del Sur. 17. Depresión del Balsas. 18. Sierra Madre de Oaxaca. 19. Portillo Istinico. 20. Planicie Costera Istmo-Chiapas. 21. Sierra Madre de Chiapas. 22. Valle Central de Chiapas. 23. Meseta Central y Serranía Norte de Chiapas. 24. Planicie Costera Suroriental. 25. Plataforma de Yucatán.

12. El largo Eje Volcánico -900 kilómetros- ocupa una de las áreas más importantes de la República con bosques mezclados y de coníferas, significando por su dirección, su historia geológica y su altura, una verdadera barrera que rompe en dos porciones al país. Sin embargo, la división de los dos tipos de vegetación, el neártico y el neotropical, no sigue estrictamente a la Cordillera sino que arranca al norte de Mazatlán en el Pacífico, bordea por el sur el mismo Eje y la depresión del Balsas, pasando luego a los valles centrales de Oaxaca, a la vertiente exterior de la Sierra Madre Oriental y acaba al norte de Tampico, constituyendo -como ya se dijo- una faja de transición. En la propia Cordillera Neovolcánica se pueden observar todos los efectos del volcanismo reciente y al mismo tiempo están las montañas de mayor altura: no sólo el Pico de Orizaba sino verdaderos sistemas que encierran los valles y cuencas con mayores concentraciones de población.

13. Entre las montañas del Eje Volcánico y las serranías transversales de Zacatecas, Salinas, Guanajuato, San Miguelito; Sierra Gorda y las dos Sierras Madres, yace comprendida la región de la Altiplanicie Meridional, con los “Bajíos” y las cuencas de lagos que todavía se conservan (Chapala, Cuitzeo, Yuriria) o han desaparecido casi del todo en Jalisco, Michoacán norte, Guanajuato y Querétaro. El río Lerma y sus afluentes forman un importante sistema, necesario para el riego en esas zonas de clima semiárido. Los valles centrales del Bajío se transforman más al sur en otros valles con altura media de 2000 metros, en Toluca, Puebla y el Mezquital, quedando también la cuenca de México entre dos prolongaciones de la Cordillera Neovolcánica.

El límite norte de la lluvia anual superior a 800 milímetros corre bordeando las partes bajas de la Cordillera Neovolcánica, por lo que es natural que en esos bajíos el medio ofrezca graves problemas para una agricultura próspera de temporal.

14. Desde el centro-este de Veracruz al Istmo se extiende la Planicie Costera Oriental, que es amplia en la baja Cuenca del Papaloapan-San Juan y del Coatzacoalcos. Región netamente tropical, se encuentra cortada -como Sinaloa- por numerosas corrientes que bajan de la Sierra Madre Oriental y de Oaxaca, ofreciendo una vasta reserva de potencialidad hidroeléctrica, pero al mismo tiempo representando amenazas de inundación. Suelos de calidad para las plantaciones tropicales y pastos abundantes en valles y en laderas de la región de Los Tuxtlas, en Oaxaca y centro de Veracruz.

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15. Otra larga planicie se extiende por la costa centro y sur del Pacífico, siendo siempre estrecha (con no más de 50 kilómetros en promedio dentro de los Estados de Oaxaca, Guerrero, Colima, Michoacán y Jalisco, porciones pequeñas del suroeste de Nayarit). Esta unidad geomórfica no comprende solamente los terrenos bajos y llanos, sino que incluye también los últimos cerros de la vertiente exterior de la Sierra Madre del Sur -pegados casi al mar- que tienen semejante clima tropical de ardiente calor y lluvias irregulares como en la pequeña planicie. Se combinan allí sababa, la selva espinosa y el bosque tropical de hojas caducas, en sitios de mayor lluvia y suelo.

16. El cuerpo de la Sierra Madre del Sur, relativamente estrecho en el occidente del Estado de Michoacán, se amplía en Guerrero y alcanza su mayor anchura -150 km- en Oaxaca oeste, constituyendo el “mar de montañas” de Las Mixtecas: cordilleras, mesetas y montes aislados se suceden unos a los otros, separados entre sí por los cauces de innúmeros ríos que bajan al Pacífico. Algunos valles de importancia en Oaxaca y Guerrero ofrecen mayor oportunidad para la agricultura en ese paisaje “arrugado” del sur de México continental. Predomina la vegetación mezclada en lo ancho de las serranías y las coníferas cubren extensas áreas de altura, en tanto que la influencia de la vegetación “árida tropical” se deja sentir incluso en La Cañada y los valles centrales de Oaxaca, partes de Guerrero y el sur de Michoacán que ve a la depresión del río Balsas.

17. Esta unidad geomórfica llamada “depresión del Balsas” o “Austral” abarca no sólo la sección baja, inmediata al cauce, sino todas aquellas partes que integran el declive de las Sierras Madres del Sur y de Oaxaca, lo mismo que de la Cordillera Neovolcánica y de donde bajan los principales afluentes del Mezcala-Balsas en su cuenca media y baja. Este hundimiento es un fenómeno natural de gran importancia para el sur de México, pues la vegetación de xerófitas ocupa en él extensiones enormes, en tanto los bosques templados se refugian en partes altas, al concentrarse allí las más elevadas precipitaciones. En la depresión no llueve más de 800 milímetros y se conservan las altas temperaturas que han hecho famosa a la “Tierra Caliente” de Michoacán y Guerrero, donde se ha registrado uno de los polos del calore en toda la República, calor que es casi permanente y no presenta la notable disminución invernal que muestran los climas extremosos de Mexicali o Monterrey.

18. La Sierra Madre de Oaxaca (identificada todavía por algunos -erróneamente- con los llamados “nudos” Mixteco y de Zempoaltépetl) ocupa el norte del Estado y partes del sureste de Puebla, constituyendo otra barrera donde chocan masas de aire húmedo procedentes del Atlántico y el Mar de las Antillas. De allí de deriva la existencia de bosques tropicales y “de neblina” en la vertiente exterior, que se convierten en mixtos de hojas y coníferas en el cuerpo alto, combinándose en el interior con la vegetación xerófita.

19. En el Istmo oaxaqueño, separado del tupido bosque tropical de hojas perennes por la Sierra Atravesada y las montañas donde se forman los afluentes de Coatzacoalcos, se presentan evidentes caracteres tropicales debido a la ausencia de heladas, pero la lluvia es relativamente escasa y apenas alcanzan a formarse algunas áreas de sabana y bosque tropical de hojas caducas.

20. -23. Chiapas ofrece una sucesión extremadamente interesante de regiones geomórficas y por lo tanto grandes contrastes naturales, que van desde la planicie costera de sabana (entre Tonalá y la frontera) y grandes bosques del Soconusco, a la Sierra Madre que aísla el Valle o Depresión Central y la Serranía Norte-Meseta, con sus grandes diferencias de clima, vegetación y suelos. En la llamada “Meseta Central”, a la que sucede al norte la Serranía, se alzan extensos bosques templados, tanto en el país indígena de San Cristóbal Las Casas, como en las cadenas montañosas externas, pero hacia Comitán y el valle del Alto Grijalva esa vegetación se convierte en bosque tropical deciduo.

La muy peculiar Sierra Madre de Chiapas constituye otra barrera natural de interés y en sus alturas se pueden encontrar bosques de tipo templado y lluvioso, en tanto que más abajo aparecen las combinaciones de coníferas y bosques de hojas; hacia la planicie costera, principalmente, y al Valle Central en menor medida, la vegetación tropical es abundante y rica. En el Soconusco y en el norte de Chiapas se localizan los “polos” de la lluvia (superior en varios lugares a 4000 milímetros) y en general son terrenos con fuertes precipitaciones (promedio superior a 1 600 milímetros). El alto bosque tropical del oriente chapaneco presenta un espectáculo que en gran medida nos recuerda la gran selva ecuatorial de Suramérica.

Disminuye la lluvia bruscamente en los valles internos y la vegetación de xerófilas juega incluso papel importante en la flora de la “depresión”. Encerrada casi por sus accidentes naturales,

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Chiapas es un mundo peculiar, paraíso para el estudio biológico lo mismo que museo infinito de variada actividad humana, disímbola pero cuyas partes se complementan.

24. La planicie suroriental se estructura entre el Golfo de México, la plataforma calcárea del sureste y las estribaciones de la Serranía Norte de Chiapas y los montes del Istmo veracruzano. Casi sin accidentes naturales que la deformen y nivelada por la acción reciente de los ríos Grijalva-Usumacinta, Tonalá, Coatzacoalcos y Candelaria, esta vasta llanura tiene no obstante en La Chontalpa, el sureste de Veracruz y el occidente de Tabasco algunas depresiones pantanosas e inundables tanto por las avenidas de los ríos como por el agua de huracanadas y abundantes lluvias. El bosque tropical que bordea la sabana tabasqueña, se continúa a Chiapas, Campeche y Quintana Roo, constituyendo reservas importantes para el país. Los ríos, siempre caudalosos, ofrecen también una gran riqueza que permitirá con el tiempo crear no sólo zonas de próspera agricultura donde le agua sobra, sino incluso regiones industriales a base de la energía eléctrica y usando el agua misma.

25. Finalmente, la península entera de Yucatán es -desde el punto de vista geomórfico- bastante uniforme, pues representa una gran masa calcárea, sin ríos superficiales importantes pero con corrientes subterráneas y cenotes. El clima francamente semiárido aunque tropical por la falta de heladas y con vegetación de arbustos espinosos, que se observa en la costa noroeste, se va transformando lentamente en una variedad semihúmeda y después húmeda en las porciones centro y sur de Campeche y Quintana Roo, donde se extienden grandes bosques de hojas perennes. Asimismo, los suelos de terra rosa, son extremadamente delgados en el norte de la península, y se convierten en suelos más gruesos y ricos en humus, hacia el sur, pero abundan los pantanos y los bosques húmedos, que ofrecen resistencia considerable al esfuerzo humano por conquistar la naturaleza de nuestro trópico, de cualquier manera una de las reservas para el futuro.

LOS RECURSOS DE VEGETACIÓN

Sobre la diversidad y las peculiaridades geobotánicas

Como se ha señalado en diversos pasajes de este libro existe un desconocimiento muy acentuado sobre la verdadera magnitud de nuestros recursos físicos y uno de los ejemplos notables al respecto es el de la vegetación, pues no contamos con la división del país en zonas de vegetación natural, cuya escala se aproxime a ofrecer el cuadro detallado real del país. Mucho han contribuido a esclarecer los hechos, distintos trabajos de investigadores nacionales y extranjeros, entre los cuales pueden contarse Starker y Leopold, Miranda, E. García, T. Gutiérrez, Tamayo, Vivó, E. Beltrán y otros. Pero aún queda mucho más por hacer en la investigación biológica y geobotánica de la República. Los actuales levantamientos aéreos terrestres que lleva a cabo el INEGI, al concluirse, podrán quizás darnos un buen mapa de recursos vegetales.

De cualquier manera, puede afirmarse que México es -como consecuencia de su particular situación en el mapa, de sus variadas condiciones orográficas, climáticas, de suelos, agua e historia geológica, a que hemos aludido en las primeras páginas de la obra- uno de los más interesantes, contrastados y complejos países del mundo en especies vegetales (como lo es también en fauna). Existe la clara división, enunciada ya en la página 64, en dos tipos de grandes regiones biogeográficas: la neártica y la neotropical. La primera abarca sustancialmente vegetales y animales que se adaptan a vivir en climas de carácter “templado”. Lo mismo en regiones áridas que en las húmedas, no tropicales. La segunda, por lo contrario, incluye las especies de climas tropicales. Sin embargo, en México la inmensa variedad climática explica la existencia de numerosos ejemplares en áreas de transición, donde aquéllos se mezclan en complicadas asociaciones, por lo que no existen muchas veces líneas fijas entre uno y otro tipo. Para simplificar los hechos se ha trazado un límite simbólico entre vegetación y fauna neártica neotropical, arranca desde el norte de la Sierra madre del sur y la Oriental, hasta la altura del sur de Tamaulipas, de donde se dirige hacia el Golfo de México. “Al norte (de ese límite) la flora es neártica, excepto la pequeña porción meridional de la Sierra Madre del Sur en que existe flora de transición y por lo que hace a la fauna toda ella es neártica; al sur de esa línea la flora es de transición y la fauna neotropical”.5

5 Geografía moderna de México * Para mayores detalles véase “Vegetación de México”, por J. Rzedowski, libro aún no superado que incluye excelentes mapas y fotografías.

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Con anterioridad hemos presentado un cuadro general de los tipos de vegetación de México, que creemos conveniente ampliar ahora, para más tarde considerar algunos aspectos específicos de diversos tipos de vegetación.

Pueden encontrarse en nuestro país casi todas las zonas vegetales pero éstas deben entenderse cabalmente sólo mediante el estudio de las condiciones locales, únicas que pueden desentrañar el porqué de situaciones a primera vista inexplicables. Algunas de esas zonas se extienden horizontalmente de norte a sur o de este a oeste, de acuerdo con las leyes generales (modificadas por la orografía), pero la mayoría aparecen en sentido vertical, comenzando por los manglares y bosques tropicales, hasta la vegetación “templada” y la de alta tundra*

Algunos de los bosques o selvas tropicales del sur de tabasco, sureste de Veracruz, norte y noreste de Chiapas, tienen caracteres cercanos a los del bosque ecuatorial, sin alcanzar la riqueza y magnitud comunes en el Amazonas o el Congo. Más extendidos son los bosques netamente tropicales, que corresponden a los climas lluviosos de ese tipo, con período de sequía bien marcado: se localizan al centro y sur de la península de Yucatán, y en vertientes exteriores de la Sierra Madre Oriental, de la Cordillera Volcánica y de las sierras madres de Chiapas y de Oaxaca, aunque varias regiones de Nayarit, costas de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Chiapas y Oaxaca, también pertenecen a las provincias neotropicales.

La transición o sea la asociación herbácea de sabana y árboles aislados, es visible en las planicies costeras y en zonas aledañas del Pacífico (del sur de Sinaloa al Istmo) y del Golfo en Veracruz, norte de Tabasco y parte de Tamaulipas, centro de Chiapas y norte de Yucatán: también aquí se ha dejado sentir la acción humana, que a través de la roza y de la agricultura ha contribuido a disminuir las áreas de típica vegetación tropical de bosque y selva.

En enormes extensiones de nuestro territorio, se nota la presencia de flora desértica, tanto en los sitios con clima estepario, como en los semidesérticos, y de carácter muy seco y extremoso. Los desiertos típicos de México, es necesario insistir, son las porciones del noroeste, centro y oriente de la Baja California, el noroeste de Sonora y extremo norte de Chihuahua. Hay diversas zonas de semidesierto hasta norte de Sinaloa, Zacatecas y San Luis Potosí. En todo el resto de la Altiplanicie Septentrional, igual que en el Bajío, el valle del mezquital, este de Puebla, costa sur de Sonora, Sinaloa y mesetas de Oaxaca, las asociaciones son de pradera, con mayor riqueza en vegetación que las típicamente desértica con ejemplares provenientes de la región neotropical, y depende la mayor abundancia de una u otra clase, de condiciones locales de clima, suelos e hidrología. En la depresión del Balsas, bajo condiciones netamente tropicales, abunda la vegetación desértica, al igual que en el sur del Istmo y el interior de Chiapas central.

El bosque mixto o mezclado se extiende en las zonas montañosas de alta media, tanto sobre el cuerpo del Eje o Cordillera Volcánica, como en las sierras madres Oriental, Occidental, del Sur y de Chiapas. Son muy abundantes allá el pino, cedro, oyamel, ahuehuete, junto al encino, fresno, nogal y roble. En algunos casos, se forman bosques compactos de encinos, que son como anticipo a la aparición de los bosques de pináceas, los cuales forman una zona especial a mayores alturas sobre el nivel del mar.

Una franja de bosque de coníferas ocupa diversas porciones altas de la Sierra Madre Occidental, sobre todo formando los macizos del occidente de Chihuahua y Durango; en la Codillera Volcánica, se encuentra esparcida esta asociación vegetal por el sur de Jalisco, centro de Michoacán y México, Distrito Federal, norte de Morelos y partes de Puebla. Otra faja independiente puede delinearse en al parte alta de la Sierra Madre Oriental y las Huastecas, el occidente de Veracruz y oriente de Hidalgo, continuándose al norte de Oaxaca; hay también varios manchones de pináceas en las sierras San Pedro Mártir, Madre del Sur y de Chiapas y aislados terrenos en la Altiplanicie Septentrional.6

Es tan complejo el panorama de la vegetación en México que conviene hacer hincapié en algunos aspectos especiales, típicos de cada clase y con ello ayudaremos a comprender el todo y sus partes.

Sobre los bosques de pinos y encinos, el observador francés Aubreville, escribe que “son una de las grandes riquezas de México, por su superficie considerable y por la belleza de algunos de ellos, me sorprendió la variabilidad extremada de los límites altitudinales inferiores de aparición de los pinos. Han surgido a 800 metros, otros a 2 000 m. e incluso en el istmo de Tehuantepec, hay pinos a 280 m. de altitud, mientras que la vegetación tropical -en estas mismas estaciones bajas en que se encuentran los pinos- se eleva mucho más. Su expansión no puede, por tanto, más que verse favorecida por los desmontes y el pastoreo repetido que llevan a reemplazamiento de la vegetación leñosa por praderas en las que los pinos pueden instalarse espontáneamente. Las plantaciones de

6 Geografía económica de México

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baja altitud podrían, pues, ser debidas a “descensos” de pinos desde las cimas a los pastos de baja o mediana altitud”. Los pinos tienen también capacidad “de adaptación a altitudes bajas, en tanto que no haya competencia con la vegetación de las especies frondosas. De hecho, todos los pinares de débil altitud que he visto -dice- tenían muchos pastos, lo que mantiene el estado descubierto del suelo”.

“Los encinos son, a este respecto, aún más extraordinarios, ya que he visto al nivel del mar (otras pequeñas formaciones a altitudes de 100 a 100m) en las regiones de Acayucan, sobre los campos de lava, mezcladas con arbustos tropicales (región de San Martín), etc. La explicación propuesta para los pinos apenas me parecería válida en el caso de los encinos. Quizás haya que buscarla más lejos, en el tiempo, y considerar estos encinos como reliquias, más o menos bien adaptadas a las condiciones actuales, de una extensión en un período cuaternario más frío que el presente, mantenidos ahí donde la competencia interespecífica de la flora tropical no es excesiva”. Resultan de sumo interés las notas de Aubreville sobre el bosque seco bajo deciduo y el matorral deciduo.

“Fue para mí muy sorprendente -agrega- comprobar que bajo un clima tan árido, pudiera mantenerse una vegetación forestal tan densa, incluso en condiciones de sequía agravadas aún más cuando se establece sobre pendientes rocosas abruptas y no obstante las intromisiones humanas. No he observado casos comparables en África, donde bajo condiciones climatológicas tales se encontrarían sabanas boscosas y bosques claros, es decir, formaciones abiertas. Pienso también que la influencia marina debe ser tenida en cuenta y también, sin duda, un cierto estado figurado de las rocas, propició al enraizamiento de los árboles y arbustos de estos bosques bajos y matorrales”. Luego, “cuando el medio se vuelve más árido, estos matorrales se abren, los arbustos toman sus distancias y el matorral se transforma en estepas arbustivas o en estepas espinosas, cuando los arbustos espinosos son numerosos, o aun en estepas de suculentos (cactus, agaves, bromeliáceas)”.

Por otro lado son variadísimos los tipos de bosque tropical en México, desde el húmedo perenifolio “evergreen” del sueste de Veracruz y Tabasco, el cual es probable que “recubriera en otro tiempo toda una banda de terrenos eocénicos que se extiende al este y al sur de Coatzacoalcos, en el valle del río de este mismo nombre y que atraviesan en parte la carretera de Acayucan a Tehuantepec. Esta región del istmo de Tehuantepec también estuvo seguramente cubierta de bosque denso húmedo perenifolio hasta cerca de Matías Romero, no muy lejos del Pacífico. Hoy está cubierta de pastos y cultivos, pero quedan aún algunos grandes árboles testigos del antiguo bosque, especialmente grandes ceibas (Ceiba pentandra) y palmeras (Scheelea)”. En Yucatán es distinto: “Entre Escárcega y Chetumal la carretera atraviesa primero muchas formaciones secundarias, después, cortando la depresión interior de Quintana Roo, en donde las lluvias se acumulan sin derramamiento, atraviesa numerosos «matorrales sobre suelos periódicamente inundados» (tintal), caracterizados florísticamente por la abundancia de un árbol bien conocido, Haematoxylon campechianum. Es sobre todo entre Chetumal y Peto, cobre el territorio de Quintana Roo, donde es posible y fácil observar bien este bosque de la península de Yucatán reputado por estas tres especies que le dan su valor: la caoba (Swietenia macrophylla), el cedro (Cederla mexicana) y el zapote (Achras zapota) productor de chicle. La carretera atraviesa durante 150 Km. o más un bosque intacto, no desmontado. En un «bosque denso seco deciduo» o solamente «semi-deciduo» cuando los grandes árboles, tales como Achras zapota de hojas persistentes, son abundantes. Los árboles raramente alcanzan grandes dimensiones en diámetro, lo que no es de extrañar sobre terrenos de caliza kársica, donde el suelo propiamente dicho es muy superficial y en las condiciones de clima de Quintana Roo”.

Termina Aubreville con una observación muy importante: los bosques templados en zona tropical, son “bosques tropicales de alta montaña”. “Es cierto que existen en estos bosques géneros que se consideran representativos de la zona templada, tales como liquidámbar, Quercus, Pinus. Hay que comprender más bien que estos géneros tienen representantes a la vez en la zona templada y en la zona tropical. Las especies en una y otra zona no son las mismas, salvo excepciones que probablemente encontrarán su explicación en la historia de las floras y de sus migraciones. Se puede concebir “perfectamente, biológicamente hablando, que no haya necesariamente un hiato entre una flora templada y una flora tropical y que pueda existir una flora de transición (subtemplada = subtropical)”. Como es de observarse, muchas de las ideas del autor francés deben considerarse como meras hipótesis, pero no dejan por ello de tener interés al estudiar los tipos de bosque en México.

Recordemos que fue también Alejandro de Humboldt quien en su ENSAYO POLÍTICO dio la clave para entender las causas de la diversidad de tipos de vegetación en México, al afirmar que “no se podría formar idea exacta de la riqueza territorial de un estado sin conocer el armazón de las montañas, la altura a que se hallan las grandes llanuras de lo interior y la temperatura propia de

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unas regiones en que, por decirlo así, se suceden los climas por capas, unos encima de otros”. Además, agregó Humboldt, los climas y demás recursos renovables no dependen “precisamente de su distancia al polo, sino al mismo tiempo de su elevación sobre el nivel del mar, de su proximidad al Océano, de la configuración del terreno y de otras muchas circunstancias locales”.

RECURSOS DE FAUNA

Inmensa variedad de la fauna terrestre

Al hablar en el capítulo anterior de la diversidad de la flora y las peculiaridades geobotánicas de nuestro territorio, insistíamos tanto en el relativo desconocimiento que existe sobre la magnitud real de los recursos de vegetación como de la ausencia de una regionalización del país que en forma detallada mostrara las particularidades de la distribución de la extraordinariamente rica flora mexicana. Sin embargo, también señalábamos que se continuaba profundizando en la materia. Lo mismo podemos ahora afirmar al referirnos a la fauna, terrestre y acuática, de la República. A trabajos como los de Smith, Stuart, Goldman, Leopold, West y otros autores extranjeros, se han sumado en los últimos años serias investigaciones de biólogos mexicanos, entre los cuales conviene destacar a Bernardo Villa, Gastón Guzmán, M. Alvarez del Toro, Alfredo Barrera y Ticul Alvarez. En verdad, debe hacerse observar que muchas obras de este género, tanto de los pioneros Isaac Ochotorena, Osorio Tafall, Miranda y J. Ramírez, como de sus continuadores, lógicamente se refieren no sólo a aspectos aislados de fauna sino también a la distribución de la flora, pues ambas están íntimamente ligadas y en su relación con otros integrantes del sistema de la naturaleza forman las regiones naturales, en tanto “las provincias bióticas incluyen las asociaciones faunísticas así como su marco natural representado por los vegetales, teniendo en consideración las dimensiones espaciales que las integran”.7 El trabajo de Ticul Alvarez y Francisco de Lachica, del cual tomamos la cita anterior, es una valiosa contribución al conocimiento de las provincias bióticas y las regiones naturales.

Como lo han señalado todos los especialistas, hay una variedad fabulosa de especies animales en México, debido -como hemos repetido a lo largo de este libro- a la especial situación del país en el mapa; a su constitución orográfica, historia geológicas influencias oceánicas; a su carácter de “puente” entre Norte y Centroamérica, etc. que crearon una gran diversidad de climas, suelos, tipos de relieve, litorales, caracteres limnológicos e hidrológicos y de vegetación. Parece innecesario repetir conceptos acerca de la variedad geobotánica del territorio nacional y sólo mencionaremos algunas ideas sobre las dos grandes regiones zoogeográficas y la división en provincias bióticas y “naturales”. La región neártica -dicen Lachica y Alvarez- “comprende casi todo Norteamérica, desde el altiplano mexicano y las cadenas montañosas que lo bordean, la península de Baja California, la zona desértica sonorense y la planicie costera tamaulipeca, hacia el norte. Se consideran como extremo sur de esta región los altos valles de la Sierra Madre del Sur y el altiplano chiapaneco-guatemalteco, en los Andes Centroamericanos. La región Neotropical comprende Centro y Sudamérica, más las tierras bajas tropicales mexicanas que rodean la región neártica”. Las barreras biogeográficas entre ambas regiones, agregan dichos autores “no son absolutas. Su efectividad es limitada por la adaptación y poder de desplazamiento de los grupos animales que chocan con éstas, así como por el tiempo y las circunstancias. Esta característica provoca que las faunas neártica y neotropical no sean detenidas bruscamente en los límites, permitiendo que ambos elementos se mezclen profundamente y formen una compleja zona de solapamiento de faunas”. (Zona de Transición Mexicana). Según barrera el límite aproximado de ambas faunas en las Sierras Madres es una faja alrededor de los 1 500 metros sobre el nivel del mar, pero éste varía según la latitud, alejamiento del Ecuador, situación externa o interna de las distintas áreas y caracteres locales y microrregionales. Entre los mamíferos más importantes de la región neártica se encuentran los osos, berrendos, lobos y coyotes, musarañas, murciélagos, conejos, roedores diversos y ardillas, en tanto que en la fauna neotropical son más abundantes (monos, tapires, osos hormigueros, venados, armadillos, jaguares, etc.) A los “grupos compartidos por las dos regiones americanas” pertenecen los pumas, ocelotes, linces, cacomixtles y demás especies, de uno u otro origen. Se han separado 17 provincias bióticas y las 5 grandes “regiones naturales” de West, a su vez subdivididas en 31 comarcas, principalmente sobre la base de afinidad faunística de los vertebrados terrestres.

7 Zoogeografía de los vertebrados de México. En El escenario geográfico, INAH, 1974, p. 241

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GEOGRAFÍA GENERAL

Los climas: clasificación de Köeppen, localización en el mundo y en México

La clasificación de climas realizada por Wilhelm Köeppen es universal. Los elementos básicos en que se asienta son los regímenes térmicos y los pluviométricos junto con el tipo de vegetación.

Para facilitar el estudio de esta clasificación en la figura 5.22 se encuentran los elementos básicos para la clasificación de climas. La combinación de éstos forma la nomenclatura de cada uno de los climas.

En la tabla 5.4 se ofrecen símbolo, nombre y características más sobresalientes de cada uno de los climas. Este cuadro se completa con los datos de vegetación, característica y fauna correspondiente. También se agregan las actividades de cada región como resultado de clima, flora y fauna, así como la localización de cada uno.

Figura 5.22 Elementos básicos para la clasificación de los climas según Wilhelm Köeppen

TEMPERATURA

A: Tropical B: Seco C: Templado D: Frío E: Polar

PRECIPITACIONES

Lluvia

f: Diaria

w: En Verano

s: En invierno

m: Monzónica

x: Escasa

Otros Climas

BS: Seco estepario

BW: Seco desértico

ET: Polar de tundra

EB: Polar de alta montaña

Esta clasificación fue adoptada por la mayoría de los países del mundo, por lo que se considera universal. Tiene trece tipos de climas, que a continuación se enumeran.

Tropicales: Af con lluvias diarias Am con lluvias de monzón en verano Aw con lluvias en verano

Secos: Bs estepario BW desértico

Templados: Cf con lluvias diarias Cw con lluvias en verano Cs con lluvias en invierno Cx’ con lluvias escasas todo el año

Fríos: Df con lluvias diarias (nevadas en invierno) Dw con lluvias en verano

Polares: ET de tundra EB de alta montaña

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Tabla 5. 4 Cuadro de clasificación de los climas basado en w. köeppen

Símbolo Nombre Flora Fauna Actividades económicas

Localización

Af

Tropical con lluvias de convención diariamente.

Bosque tropical lluvioso o selva: tiene vegetación exuberante de árboles de gran tamaño (40 a 50 m. de altura), arbustos, plantas parásitas, etc.

Como la vegetación es exuberante exis-

Ten monos, reptiles aves de bello plumaje y gran variedad de insectos.

Recolecciónde frutos,

raices, semillas, y hojas; esporádicamente caza. Agricultura de manutención y migratoria.

Cuenca del Amazonas, del Congo, costas del golfo de Guinea, Malasia, Nueva Guinea.

Am

Tropical con lluvias

monzónicas (verano)

Bosque Tropical: poco a poco ha ido desapareciendo para dar paso al cultivo de arroz. Vegetación de jungla.

Pantera, tigre, león, mono, puma, jabalí; ganado va-cuno y porcino, aves de corral.

Agricultura; industria de la seda, pesca en litorales. Explotación maderas precio-

sas.

Sur de Asia; este de

La india, Birmania,

Tailandia, Viet Nam, sur de China, Japón

(zona cercana a la

Selva)

Aw

Tropical con lluvias

En verano.

Sabana: herbácea, pastos altos, bosque en la orilla de los ríos llamados bosques galerías.

Carnívoros, león, tigre, sheeta, her-vívoros, elefante

rinoceronte, jirafa; aves; Ganado vacuno.

Agricultura de productos tropicales: café, plátano, tabaco, caña. Ganadería comercial.

Venezuela, Colombia, Brasil, centro de África (zonas cercanas a la selva).

BW

Seco desértico con

Lluvias escasas.

Desierto: plantas espinosas, xerófitas y cactus. En los oasis, palmeras datileras y hortalizas. existen zonas sin vegetación.

Camello, caballo,

reptiles, arácnidos,

ganado cabrío.

Comercio. En los oasis pastoreo, horticultura. En algunas zonas se extrae petróleo y fosfatos.

Desiertos: Sahara,

Victoria, Arabia,

Kalahari, Atacama,

Arizona, Nuevo México.

BS

Seco estepario con

Lluvias irregulares

Estepa: pastos, gramíneas, plantas forrajeras (maíz, trigo, centeno, etcétera); en algunas regiones plantas xerófitas y árboles espinosos.

Ganadería en ge-neral; roedores; tuza, liebre, rata de campo.

Agricultura de riego y ga-nadería muy desarrolladas: pastoreo en algunos países. Comercio e Industria.

Praderas: centro de E.U., Pampa Argentina, estepas ucranianas. Zonas que rodea el desierto.

Cf

Templado con llu-vias diarias.

Bosque mixto: árboles de hoja caduca, oyamel, brezo, nogal y algunas gomíferas, como el abeto.

Conejo, llama, aves canoras migratorias, ardilla, puerco espín.

Explotación forestal, made-ras, celulosa, pegamzentos, papel; comercio.

Japón, Nueva Zelanda, centro y oeste de Europa. Oeste de Canadá, noroeste de E.U.

Cw Templado Bosque mixto: Roedores, zorro, Explotaciòn forestal Sureste de E.U.,

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con llu-vias en verano.

árboles de hoja caduca, nogal, castaño, roble, encino, etcétera; se cultivan algunas gramíneas.

ci-ervo, ganado vacu-no, porcino y otros.

e industria derivada. Ganadería comercial.

este de Argentina, oeste de Europa.

Cs

Templado con llu-

vias en invierno.

Maquì o mediterráneo: matorrales, vid, olivo y cítricos; pinos enanos; arbustos y árboles pequeños de hoja perenne. Vegetación original de madroño y laurel.

Ganado en general; animales domésticos.

Agricultura de productos me-

diterráneos: olivo, vid, cítricos y ganadería. Indus-

tria alimenticia vitivinícola. Comercio

Cuenca del Mediterrá-neo, suroeste de Australia.

Df

Frío con lluvias de convección diaria.

Taiga o floresta: bosque de coníferas, principalmente pinos.

Venado; animales de pieles finas: marta, armiño, visón.

Explotación forestal. Indus-trias derivadas. Caza y cría de animales de pieles finas.

Alaska, centro de Canadá, oeste de Rusia, Suecia, noruega, Finlandia y Siberia

Dw

Frío con lluvias en

Verano.

Bosque de coníferas: pinos, abetos, oyamel.

Animales de pieles finas.

Cría de animales de pieles finas. Explotación forestal e industrias derivadas.

Noreste de china este de Siberia.

ET

Polar de tundra.

Tundra: suelos cubiertos de musgos, líquenes y pinos enanos (un metro de altura).

Reno, oso blanco, foca, morsa, balle-na.

Su riqueza se mide por cabezas de reno. Pastoreo y pesca durante el verano.

Norte de Alaska y Canadá, norte de Suecia, Noruega y Finlandia

EB

Polar de alta mon-

Taña.

Alta montaña: la vegetación varía de acuerdo con la altura hasta desaparecer.

Cóndor, águila, ca-bra.

Minería; explotación forestal en las laderas.

Sierras: Rocallosas, Andes, Himalaya, Cáu-caso, Alpes

EF

Polar de hielos perpetuos.

No tiene vegetación.

Pingüino en la Antárida; oso blanco en Groenlandia; ballena, lobo marino y foca.

Algunas actividades cientí-ficas en diferentes esta-ciones.

Groenlandia, Antártica, zonas polares.

CLIMAS DE MÉXICO

Gracias a su localización geográfica, México está dentro de dos zonas térmicas: la tórrida o tropical y la templada norte, ya que el Trópico de Cáncer altravieza su territorio. También está entre dos grandes océanos, zonas donde se originan corrientes de aire cargadas de humedad que se mueven

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hacia el continente, y se encuentran con las Sierras Madre. Una gran porción continental se extiende a.C. el norte del país, por donde penetran los vientos fríos y secos. A una latitud norte de 30º se localiza la zona de calma descendente subtropical (CDST), donde se localizan los desiertos; gradualmente dan lugar a otro tipo de vegetación, fauna y suelo de acuerdo con su latitud dentro del globo terrestre.

En el territorio de México se encuentra una gran diversidad de climas y ecosistemas, lo que en gran parte se debe a la presencia de las Sierras Madre Oriental, Occidental y del Sur, las Sierras de Zacatecas, San Luis, Guanajuato y el Eje Volcánico Transversal, entre otras, además, como contraste se tienen las altiplanicies y las grandes costeras.

Los climas que se encuentran en México son (figura 5:24):

• Af. Tropical con lluvias todo el año: este clima se encuentra en la Sierra Madre Oriental en Puebla, sureste de Veracruz, estado de Tabasco, norte de Chiapas, sur de Campeche, norte de Yucatán y oeste de Quintana Roo.

• Aw. Tropical con lluvias en verano: llanuras costeras del Pacífico, desde Sinaloa hasta Oaxaca; llanuras costeras del Golfo, desde Tampico, Tamaulipas, hasta Alvarado, Veracruz y gran parte de la península de Yucatán; Valle central de Chiapas, noroeste de la Sierra Madre de Chiapas.

• Am. Tropical con lluvias mozónicas: se encuentra en una pequeña región costera de Tamaulipas (noroeste).

• Bs. Seco estepario: se localiza en la Altiplanicie Septentrional o Llanuras Boreales, también al sur de la península de Baja California, en la depresión del Balsas y al noroeste de la península de Yucatán; en zonas pequeñas situadas en la vertiente oriental de la Sierra Madre Occidental.

• BW. Seco desértico: bolsón de Mapimí, desierto de Altar, desierto de Vizcaíno y gran parte de la península de Baja California.

• Cw. Templado con lluvias en verano: sur y centro de la Altiplanicie Mexicana, meseta de Anáhuac, meseta de Chiapas, oeste de la Sierra Madre Occidental, sureste de la Sierra de Puebla y de Zacatecas, valle de Toluca y cuenca de México.Cs. Templado con lluvias en invierno: solamente se encuentra en la Sierra de Juárez y en la de San Pedro Mártir, al noroeste de la península de Baja California.

• Cf. Templado con lluvias todo el año: vertiente sur de la Sierra Madre Oriental (Huasteca Veracruzana), Sierra de Oaxaca; regiones altas del Eje Volcánico Transversal.

• Cx. Templado con lluvias irregulares durante todo el año: este tipo de clima lo encontramos en una pequeña región de la parte norte de los estados de Sonora, Chihuahua y Durango.

• EB. Polar de alta montaña: en las cumbres de las montañas más altas, a más de 4 000 m de altitud como el Citlatépetl, el Popocatépetl y el Ixtlaccíhuatl.

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EL CLIMA Y SU RELACIÓN CON LOS SERES VIVOS

Importancia de su biosfera. Las grandes regiones naturales: Localización y relación con las actividades económicas.

La vida en la Tierra no sería tal y como se conoce sin la intervención de los factores geográficos y astronómicos, algunos de los cuales son los siguientes:

• Situación de la Tierra: la Tierra forma parte del Sistema Solar, en donde ocupa el tercer lugar en cuanto a distancia media al Sol (150 000 000 km). Por esta circunstancia recibe una gran cantidad de luz y calor solar que ha propiciado el desarrollo de la vida. La posición de la Tierra, en relación con la galaxia, en realidad carece de importancia, ya que, por nuestro tamaño, dependemos de la acción directa del Sol.

• Movimiento de Tierra: la Tierra forma parte del Sistema Solar, en donde ocupa el tercer lugar en cuanto a distancia media al Sol (150 000 000 km) propiciado el desarrollo de la vida. La posición de la Tierra, en relación con la galaxia, en realidad carece de importancia, ya que, por nuestro tamaño, dependemos de la acción directa del Sol.

• Movimiento de la Tierra: si la tierra no tuviera los movimientos de rotación y traslación, la vida no sería posible, porque las condiciones meteorológicas serían diferentes; si la Tierra siempre presentara la misma cara al Sol, la insolación en un hemisferio tendría temperaturas altísimas, mientras el otro sumergido en la oscuridad, tendría perpetuamente temperaturas de muchos grados bajo cero.

• Inclinación del eje terrestre: su inclinación junto con el movimiento de traslación originan los cambios de estaciones, de luminosidad, variaciones de humedad, temperatura y presión, conocidas como estaciones astronómicas, que influyen en la reproducción, desarrollo y muerte de los vegetales y animales que determinan, a su vez, el desarrollo de diversas actividades del hombre como son caza, pesca, agricultura, ganadería y otras.

• Forma de la Tierra: la diferencia de luminosidad y calor solar por el diferente ángulo de incidencia de los rayos solares produce las zonas térmicas, cuyas diferentes manifestaciones vitales no existirían si la Tierra fuera plana.

• Atmósfera: tiene los elementos indispensables para el desarrollo de los seres vivos. Los fenómenos meteorológicos que se producen en ella influyen en todas las manifestaciones de la vida.

La atmósfera es la envoltura gaseosa que rodea la Tierra; se considera vital porque en ella se encuentra el aire que respiramos. Diariamente nuestros pulmones filtran alrededor de 15 kg de aire, aunque sólo absorbemos 2.5 kg de agua y poco menos de 1.5 kg de alimentos.

Como te pudiste dar cuenta, la atmósfera está formada por una mezcla de gases: vitales (oxígeno), raros (argón, esporas, polvo, cenizas volcánicas, hollín…), además de vapor de agua, por el cual se forman las nubes que originan las lluvias.

En la atmósfera se distinguen varias capas: troposfera, estratosfera, ionosfera y exosfera. Primeramente te hablaremos de la troposfera, que es la capa atmosférica más importante para el desarrollo del hombre, ya que dentro de ésta se encuentra la biosfera, considerada como “zona de vida”, en los primeros 5 000 metros de altura desde la superficie terrestre, donde se reúnen las condiciones necesarias para el desarrollo de los seres vivos. Para que tengas una idea más completa de la estructura de la atmósfera, te explicaremos las características generales de cada una de las capas anteriores.

El conjunto de las capas atmosféricas que te hemos explicado protege a nuestro planeta de los miles de cuerpos que vagan por el espacio. Muchos de ellos se desintegran por el calentamiento que experimentan al rozar con la atmósfera mientras penetran en ella. Esta envoltura gaseosa que nos rodea desempeña una tarea importante: proteger la Tierra, al conservar el calor ideal para el desarrollo de la vida.

• Hidrósfera: el agua es vital para la vida. La presencia de los mares hace posible, mediante la acción de los rayos del Sol, la formación de lluvias, que influyen directamente sobre las actividades del hombre. Los ríos. Mares y lagos han facilitado el desarrollo de las civilizaciones, del comercio y de las industrias.

• Corteza terrestre: los seres vivos guardan íntima relación con las características y cualidades superficiales de la corteza terrestre. Además, el hombre extrae de ella gran diversidad de productos que sirven para el desarrollo de la humanidad.

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• Distribución de tierras y aguas: la desigual distribución de tierras y aguas influye en los climas que, a su vez, tienen marcada influencia sobre el hombre. Como consecuencia de esta distribución encontramos mayor desarrollo de la civilización en el hemisferio norte.

La energía, los átomos, los electrones, las moléculas y las diferentes células que forman los organismos están presentes en el mundo cósmico donde se desarrolló la Tierra. Por ello, se afirma que la vida es un fenómeno donde intervienen factores cósmicos y geográficos.

Grandes regiones biogeográficas, localización y actividades principales

La biogeográfica es la ciencia que se encarga de estudiar la distribución de las diferentes especies vegetales y animales sobre la superficie de la Tierra, así como los factores que las determinan y su posible relación con diferentes hechos y fenómenos geográficos. Respecto al hombre, el tema de estudio de la biogeografía son las relaciones de dependencia o acción según el medio físico en que vive y se desarrolla.

La República Mexicana se divide en dos grandes regiones biogeográficas, que a su vez se encuentran seccionadas en 23 distritos continentales y oceanográficas, tomando como base la distribución de su flora y fauna característica, además de las especies que el hombre ha introducido en ellas por medio de la agricultura y la ganadería. Las características fisiográficas de su territorio también se toman en cuenta para dicha división. En el mapa de la figura 5.25 se encuentran localizadas las dos grandes provincias: Neártica y Neotropical; además, en cada una de ellas, se ubican los diferentes distritos.

Existen una íntima relación entre la distribución de los factores climáticos, edáficos (suelos), hidrológicos, topográficos, etcétera, y la vegetación. Así, se puede observar que en las zonas donde la lluvia es abundante durante todo el año aparecen vegetales que se desarrollan en forma exuberante (bosques). Estas regiones poco a poco se degradan generalmente por la acción del hombre, para dar lugar a las sabanas en las zonas cálidas o a las estepas en regiones secas. Además, en realidad que disminuyen las precipitaciones decrece también la vegetación, para dar lugar a las zonas desérticas. Ello quiere decir que las asociaciones vegetales varían de acuerdo con el régimen térmico y la cantidad de lluvia que reciben. Estas asociaciones y los distintos factores geográficos que intervienen dan como resultado los diferentes ecosistemas (figura 5.26).

Los ecosistemas tienen variadas características de flora, fauna y clima entre otros. Los más importantes son:

• Selva: zona ecuatorial con clima tropical lluvioso (Af). Las lluvias se producen gracias a la convergencia de los vientos alisios en ambos hemisferios. La temperatura es alta ya que los rayos del Sol caen perpendicularmente sobre la zona. El calor y la humedad propician el desarrollo de una vegetación exuberante, con gran variedad de especies, desde árboles de gran tamaño hasta vegetales microscópicos y una gran maraña de plantas trepadoras y parásitas. Los animales que viven en esta región no son de gran tamaño, pues necesitan moverse entre una vegetación muy tupida. En ocasiones, el hombre se dedica a la explotación forestal, la cual presenta grandes dificultades. En esta región existen maderas preciosas como la caoba y el ébano además del hevea, de donde se extrae el caucho. La madera de teca, que se utiliza para la fabricación de embarcaciones, se desarrolla principalmente en Birmania. Los ríos son caudalosos por la abundante lluvia que recibe la región.

• Sabana: tiene clima tropical con lluvias en verano (AW). Aunque la temperatura es elevada, sólo se encuentran abundantes lluvias durante el verano, lo que disminuye el desarrollo de plantas que forzosamente son diferente, al tener que soportar una estación de sequía: sus tallos se endurecen y disminuye su tamaño para dar paso a los pastos altos, arbustos de pequeño tamaño y árboles cercanos a los ríos (galerías). En esta región viven grandes carnívoros, como el león, la pantera, el leopardo, etcétera, y hervíboros de gran tamaño como el elefante, la jirafa, el rinoceronte y otros.

La población se dedica a la agricultura, a la ganadería y en ocasiones a la caza. La sabana más extensa se encuentra en África.

• Región monzónica: tiene tropical con lluvias monzónicas (Am). Al sur de Asia y a causa del gran tamaño del continente se produce una región de características propias: en invierno sopla el viento frío y seco del continente hacia el mar (monzón de invierno); en verano sopla un monzón cálido y húmedo que se forma sobre el mar y sopla en dirección al continente, lo cual forma lluvias abundantes durante toda la estación. En ocasiones, las intensas lluvias provocan

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inundaciones que destruyen las cosechas de arroz y té, principalmente. Esta región está sobrepoblada como se comprueba en Bangladesh, situado el noreste de la India.

• desierto: su clima es seco desértico (BW). Se localiza a los 30º de latitud norte y sur. La ausencia de lluvias se debe al descenso de los vientos contralisios (altas presiones subtropicales). La oscilación térmica es extremosa por la falta de vegetación que sólo está formada por plantas xerófitas, como nopal, biznaga, maguey y otros cactus que almacenan agua en sus tallos y hojas. A veces, en estas regiones de arena y roca aparecen oasis, que son lugares donde existen manantiales como resultado del surgimiento de algunos ríos subterráneos que atraviesan el desierto. En estos lugares el hombre se dedica principalmente al cultivo de palma datilera, al pastoreo de cabras y al comercio.

• Región mediterráneo maquí: tiene clima templado con lluvias en invierno (Cs) lo que quiere decir que su verano es seco y su invierno lluvioso. Su vegetación típica es de matorrales, por lo que la abundante población se dedica al cultivo de la vid, el olivo y los cítricos, así como a industrias conexas, como la vitivinícola y la aceitera. En costas encontramos la pesca y sus industrias derivadas que constituyen actividades económicas de gran importancia. También se practica la ganadería, sobre todo de ganado bovino, sobre la cual se asienta la industria de lácteos, pieles, etcétera.

• Estepas: tienen clima seco estepario (BS). Las estepas, localizadas en regiones cercanas a los desiertos, son grandes llanuras continentales de clima extremoso y lluvias escasas; sus tierras grises, rojizas y amarillas, de acuerdo con la composición del suelo, favorecen el desarrollo de las gramíneas que forman parte de los cultivos que genera el hombre. Entre ellos se destacan el trigo y la cebada que se cultivan en las tierras negras o chernozen en Ucrania, Hungría y la llanura rumana, que constituyen los graneros del mundo. En esta región crecen abundantes pastos por lo que la ganadería forma parte de las actividades del hombre, cuya industria origina un gran movimiento comercial. En los Estados Unidos de América toma el nombre de pradera y en Argentina de pampa.

• Bosques mixtos o bosques de regiones templadas: su clima templado con lluvias en verano (Cw) propicia que estas regiones sean las más pobladas del mundo. Así las grandes ciudades como Japón, Nueva Cork y México se encuentran en esta región. Crecen árboles de hoja caduca como el encino, el roble, el nogal y el castaño. También encontramos las mejores redes de comunicación, una gran diversidad de industrias, un elevado movimiento comercial y el desarrollo creciente de la civilización.

• Bosques fríos o de coníferas: encontramos clima frío con lluvias diarias (Df). Las coníferas como el pino y el abeto, principalmente, son los árboles característicos de esta región, ya que pueden soportar bajas temperaturas con abundante lluvia, que durante el invierno se convierte en nieve. Los animales que habitan son explotados comercialmente como la marta, el armiño, el visón y el zorro, entre otros. La población, además de la explotación forestal, se dedica a la cría de los animales de pieles finas; Liberia ocupa el primer lugar en el mundo como centro productor de pieles finas. En los litorales encontramos pueblos dedicados a la pesca de altura. En Canadá toma el nombre de floresta y en Siberia de taiga.

• Tundra: (ET) el clima polar de la tundra se debe principalmente a su cercanía con las zonas polares. Tiene un invierno prolongado. Su suelo aparece cubierto de nieve las tres cuartas partes del año y sólo durante el verano surgen musgos, líquenes y pinos enanos que no miden más de un metro de altura. El hombre que habita estas regiones aprovecha el reno i caribú como animal de trabajo, para alimentación y vestido. También aquí viven el oso blanco, el zorro blanco, las focas y los pingüinos del hemisferio sur.

En las regiones montañosas se encuentra una gran diversidad de climas, propiciados principalmente por la altitud; sin embargo, intervienen también la latitud los vientos dominantes, los tipos de suelo, etcétera. Podemos localizar regiones de clima estepario BS, en el sotavento de las cordilleras, como son las sierras Madres Oriental y Occidental, en México, y en los Andes, en Sudamérica. En las cimas de algunas montañas se localizan nieves perpetuas EB, como por ejemplo en el Kilimanjaro, en África, que está situado muy cerca del Ecuador terrestre y el Pico de Orizaba, que se encuentra dentro de la zona tropical. En estas regiones predominan los musgos y líquenes, a veces algunas plantas herbáceas. A 4 000 metros de altitud sólo se localizan los desiertos helados semejantes a la tundra.

En el mapa de la figura 5.26 se localizan los principales ecosistemas del mundo.

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CAUSAS Y EFECTOS DEL IMPACTO DEL HOMBRE EN LAS REGIONES NATURALES:

Importancia de la conservación de la biodiversidad

Cuando destruimos la naturaleza, se destruye la biodiversidad, producto de más de 4 000 años de evolución de millones de especies de plantas, animales y microorganismos que conviven en el medio natural.

Los ecosistemas están formados por diversos factores como la situación geográfica, la historia geológica, los factores y fenómenos del clima, los seres vivos, tanto animales como vegetales, el hombre y las relaciones que guardan en conjunto.

El hombre, para poder utilizar las materias primas y extraer los recursos naturales que necesita, debe regenerar el equilibrio que guarda el ecosistema. Actualmente se ha observado que este equilibrio tiene un gran número de alteraciones, entre ellas la destrucción de enormes zonas de bosques, casi siempre para dar lugar a la agricultura y a la ganadería; la extinción de un gran número de especies animales y vegetales; la contaminación en todas sus formas que ha afectado suelo aire y agua; la explotación desmedida de los recursos naturales y mucho más. Es necesario conocer el medio geográfico donde se vive, para valorar la riqueza natural que representa y aplicar los conocimientos científicos, además de toda la tecnología, para conservarlo.

PROBLEMAS GLOBALES DEL DETERIORO AMBIENTAL

La contaminación del medio es la presencia de materia o energía producida artificialmente que altera las condiciones naturales del ambiente, lo cual pone en peligro la salud de todo ser vivo.

La contaminación es el cambio de las características químicas, físicas y biológicas del aire, agua y tierra, que puede perjudicar la salud e impedir la sobre vivencia o las actividades de los seres vivos.

Contaminación del aire

El esmog o smog (de las palabras inglesas que viene de smoke, humo y fog, niebla), propio de los centros industriales, es muy dañino porque afecta las vías respiratorias. En las grandes ciudades, como Nueva Cork, Tokio y México, la contaminación atmosférica es mayor por la acumulación de los gases expulsados por la gran cantidad de vehículos de transporte que utilizan gasolina y sus derivados. Además, existe la contaminación industrial que, como sabemos, constituye un grave problema (figura 5.27).

Las fuentes principales de contaminantes son los desechos domésticos, las emisiones industriales y el gas del escape de los automóviles, así como los incendios forestales y la quema de basura, entre otros.

Observe la figura 5.28.

Los diez principales elementos contaminantes

• Bióxido de carbono

• Monóxido de carbono

• Dióxido de azufre

• Óxidos de nitrógeno

• Fosfatos

• Mercurio

• Plomo

• Petróleo

• DDT y otros plaguicidas

• Radiación nuclear

Los contaminantes que afectan la calidad del aire de las principales ciudades del mundo, entre ellas México, son, en orden de importancia:

Ozono (Oз): es un gas de color azul pálido que consiste en oxígeno triatómico y es un compuesto vital en la capa superior de la atmósfera, que filtra los rayos ultravioleta del Sol. Sin embargo, cuando se encuentra a nivel del suelo, constituye un contaminante que irrita y daña el aparato respiratorio. El ozono no es producido directamente por vehículos o fábricas, sino que se forma en el aire en días soleados a partir de otros contaminantes precursores (óxidos de nitrógeno) y de los hidrocarburos.

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LOS RECURSOS BIOTICOS DE MÉXICO (REFLEXIONES) Arturo Gomez – Pompa

LOS RECURSOS BIÓTICOS Y EL HOMBRE PRIMITIVO

El hombre como parte y producto de la Naturaleza, depende de ella irremediablemente. Los productos que requiere para su subsistencia constituyen sus recursos naturales. Aire, suelo, agua rocas, plantas y animales son los recursos naturales básicos, no sólo para la vida del hombre, sino para todo ser viviente de nuestro planeta.

Cada organismo tiene necesidades distintas; sin embargo, podemos identificar claramente que existen algunas que son comunes para ciertos grupos de seres vivos; así por ejemplo, los peces requieren de agua y aire en forma distinta a las aves; sin embargo, ambos precisan de otros organismos para s alimentación.

Es difícil definir con exactitud los recursos que requiere una especie determinada para su sobre vivencia, pero esto se ha logrado saber para algunas especies que interesan al hombre, como es el caso de plantas y animales domesticados. En estos casos lo que conocemos son las necesidades esenciales que el hombre puede manejar, más no los recursos que en la naturaleza podría utilizar la especie de planta o animal, como recurso para satisfacer sus necesidades. Así por ejemplo, a un pavo en cautiverio el hombre le da agua, minerales, vitaminas y nutrimentos que requiere, convirtiéndose por ello, en un aportador de los recursos naturales indispensables para la vida del pavo.

En cambio, en estado silvestre, las aves cubren estas necesidades de los recursos naturales del medio en el que viven, como puede ser agua de charcos y otros cuerpos de agua, minerales y vitaminas de las plantas o del suelo, y sus nutrimentos de las mismas plantas o de los animales silvestres, que integran su dieta. La diversidad de recursos que dispone una especie silvestre o salvaje es enorme y conocerla con detalle es objeto de estudios muy minuciosos y difíciles, que irremediablemente serán incompletos, ya que sólo incluyen información de una o unas cuantas poblaciones y no de la totalidad de las mismas de la especie.

Un buen ejemplo de esto lo tenemos en el estudio de los hábitos alimenticios del venado cola blanca en la Reserva de la Biosfera de la Michilía en el Estado de Durango, como se puede apreciar en la lista de especies que se identificaron como alimentos del venado; éstos son sólo algunos de los recursos alimenticios para esta población en este sitio, ya que se sabe –por estudios en otras zonas- que en caso de escasez pueden utilizar cono alimento otras especies de la misma región.

La población conoce sus recursos alimenticios actuales y potenciales. Pero no sólo esto, sino que también reconoce las especies que son tóxicas y éste es un temo aún muy poco conocido y apasionante, ya que el saber los mecanismos de aprendizaje de los animales sobre sus posibles enemigos –plantas o animales tóxicos o venenosos- podría ser de gran utilidad para el hombre mismo, porque se ha descubierto que muchas especies tóxicas tienen propiedades medicinales. Si buscáramos en la bibliografía, seguramente encontraríamos que para otras poblaciones de venado cola blanca en otros sitios distintos, los recursos de la especie serán similares pero nunca iguales, ya que la flora y fauna de cada región cambia y con ello los recursos disponibles.

Con el ejemplo anterior nos podemos dar cuenta lo difícil y complicado que es el poder determinar cuáles son los recursos para una especie determinada. Esto es de especial interés por lo que se refiere al hombre y sus recursos naturales, ya que el mismo problema esbozado anteriormente se aplica al mismo. En este sentido, los recursos naturales de un grupo étnico amazónico son diferentes a los de un australiano o un europeo. Evidentemente todos requieren agua, aire, suelo, plantas y animales, pero difieren especialmente en la clase de plantas y animales que usan como alimento, medicina, vestido y construcción.

La especie humana, al igual que otros animales, ha evolucionado en un ambiente variable y ambiente produciendo la gran diversidad de seres vivientes que han existido, y existen, en nuestro planeta. Parte importante de su adaptación ha sido, precisamente, el haber desarrollado el conocimiento de la diversidad biológica a la que se enfrentaba, y enfrenta, para poder subsistir.

Esta característica de diversidad en el espacio y en el tiempo, es la que diferencia más claramente a los recursos bióticos de los demás. Con mucha frecuencia se ha clasificado a los recursos naturales

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en renovables y no renovables; sin embargo, esta clasificación no es del todo satisfactoria, ya que los recursos vivos, que son los renovables por excelencia, pueden llegar a ser totalmente irrenovables por extinción. Todo es cuestión de tiempo. Lo mismo puede aplicarse a los no renovables, como el carbón y el petróleo, que fueron producidos por organismos del pasado y que pueden producirse por los seres vivos de la actualidad; todo es cuestión de tiempo o de técnicas.

Independientemente del criterio que se siga en la clasificación –que en definitiva, es sólo un problema de semántica- es indudable que los recursos vivos, los bióticos, forman un grupo muy aparte de los demás y permiten, por tanto, un tratamiento por separado. Así también, es necesario entender que tanto los recursos bióticos como los no bióticos, son a su vez, los recursos de las especies vivas y por ello el mismo hombre es un recurso para otras especies.

Esta forma de ver los recursos difiere un tanto de la forma tradicional, en donde sólo se consideran como tales si son recursos para el hombre. Evidentemente, como miembros de esta especie notable de la tierra, nos interesa sobremanera entender cuáles han sido, son y podrán se nuestros recursos bióticos con el objeto de conocerlos mejor para saber utilizarlos, transformarlos, mejorarlos, incrementarlos sin destruirlos, o sea, para conservarlos.

No podemos desprendernos de una posición egocéntrica en donde el hombre es el objetivo principal de nuestra preocupación y que todo gira a su alrededor. En este sentido, por mi parte, considero a los recursos bióticos como el conjunto de especies de plantas, animales y microorganismos que influyen directa o indirectamente el bienestar y subsistencia del hombre. En este libro nos concentramos en México; sin embargo, esto no nos atará para discutir otras varias poblaciones humanas y sus recursos, así como otras especies y recursos.

Todas las culturas pasadas y presentes están totalmente ligadas a sus recursos bióticos y sus costumbre influenciadas por ellos. El hombre primitivo que vivía de la caza y la recolección de plantas dedicaba, quizá, la mayor parte de su tiempo a la búsqueda de sus alimentos y al descubrimiento de nuevos recursos. Seguramente, en sus exploraciones buscando nuevas áreas con más recursos, se tenía que enfrentar a la necesidad de identificar las especies, y experimentar con aquellas que no conocía. Probablemente muchos de nuestros antepasados prehistóricos fallecieron “investigando” nuevos recursos bióticos y otros proliferaron al descubrir nuevos y abundantes recursos.

Poco sabemos de los hábitos, costumbres y alimentación de nuestros antepasados, pero sin lugar a

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dudas, todos estuvieron ligados a nuevos recursos o a nuevos usos para los mismos. Podemos imaginarnos a la sociedad humana antes y después del fuego; el cambio que se produjo debió haber sido extraordinario pues tuvo impacto en su forma de cazar, alimentarse, calentarse y con esto último la exploración de zonas más frías, pero con abundantes alimentos.

La leña y el carbón aparecen como recursos bio-energéticos importantes, perdurando hasta nuestros días en donde pueden representar el 90% de la energía disponible para millones de seres humanos en zonas rurales de países del tercer mundo. En 1980 la leña representó el 94.3% del combustible utilizado en Molowi y el 91.4% en Tanzania. En México, poco sabemos sobre el uso de leña y carbón en zonas rurales, pero seguramente juegan un papel importante en el consumo global de energéticos.

Desafortunadamente, en los estudios y pronósticos de las necesidades energéticas de México, el recurso leña y carbón no ha sido tomado debidamente en cuenta a pesar de su disponibilidad, renovabilidad y bajo costo. Sin embargo, si el recurso llegara a escasear o faltar, como ya sucede en algunas zonas del país, podría tener un consto ecológico y social muy alto que no se ha previsto en nuestro país. Un ejemplo notable de esto lo tenemos en el desierto de Sahel, en África, donde la deforestación por problemas ecológicos y sociales de gran magnitud, que han impactado al mundo, y movilizado grupos de científicos para entender y resolver los problemas.

Así como el fuego jugó un papel importante en la evolución del hombre y su relación con los recursos, también podemos citar el otro gran evento de la sociedad humana primitiva, que fue el descubrimiento de la posibilidad de cultivar algunas de las especies que apreciaba. ¿Cómo sucedió?. Nadie lo sabe realmente; sin embargo, varios científicos han esbozado hipótesis sobre este tema.

Independientemente de lo que verdaderamente sucedió, podemos imaginarnos al recolector de frutos, semillas y raíces que llevaba su morada alimentos para su familia, tal como lo hacen muchos otros animales, y algunos de ellos, se almacenaban para el futuro. Nada difícil sería que varios de éstos propágalos germinaran y produjeran una nueva planta. Esto seguramente fue observado por el hombre provocando el deseo de experimentar; con ello se inicia el cultivo de los recursos vegetales silvestres, o sea, la agricultura.

Aparentemente este importantísimo evento en la historia de la humanidad ocurrió en forma paralela e independiente en varias partes del mundo, a donde el hombre recolector y cazador había llegado. El resultado fue el cultivo de distintas especies por diferentes grupos étnicos, lo cual trajo consigo no

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sólo la evolución de varios cultivos, sino la evolución de las propias etnias en relación a las especies cultivadas, hecho que perdura hasta nuestros días.

Ejemplo de este proceso cultural lo tenemos en el maíz, alrededor del cual gira una buena parte de las costumbres, prácticas agrícolas, nutrición, creencias mágicas y religiosas de muchos grupos

Étnicos. Lo mismo podemos decir del arroz para los asiáticos; cereales para las culturas mediterráneas; yuca o casava para los habitantes del trópico americano.

Es interesante mencionar que los cinco cultivos de alimentos básicos más importantes en el mundo no son descubrimientos nuevos; todos fueron herencia de las culturas primitivas. Vale mencionar que las mejoras genéticas que la ciencia moderna ha realizado, si las comparamos con los antecesores silvestres de los cultivos, apenas representan un porcentaje pequeño.

Es notable el hecho de que la totalidad de estas especies que constituyen el alimento básico de la humanidad, son todas plantas herbáceas de producción en ciclos de vida menores a un año. Esto es fácil de explicarse si nos remontamos a nuestros antepasados primitivos y sus primeras observaciones y experimentos en plantas usadas para su alimentación: las que germinaban más rápido y produjeron semillas en corto tiempo, fueron las anuales.

Un hecho también muy notable es que el hombre actual de la sociedad moderna industrial, sigue dependiendo de esas cinco especies originales. Esto parece ridículo, si sabemos que existen en el mundo más de un cuarto de millón de especies de plantas superiores y de ellas un número considerable se sabe que son comestibles y de buena calidad nutricional. Sin embargo, la mayoría de estas últimas sólo son cultivadas y conocidas localmente y representan recursos bióticos potenciales probados de gran valor, que pueden tener una importancia enorme hacia el futuro.

Junto con la agricultura, el advenimiento de la ganadería, o sea, la domesticación de animales salvajes para fines de alimentación, fue también un evento de gran trascendencia al permitir al hombre cambiar de cazador al de pastor. Con ello se desarrolló el conocimiento y apreciación de los forrajes, tanto naturales como de sus esquilmos agrícolas.

Al igual que para las plantas, la historia de la domesticación de animales se remonta a nuestros

FIGURA 4. El maíz ha evolucionado notablemente por la intervención del hombre. Del maíz primitivo a las razas indígenas, el cambio fue más notable que el de las razas indígenas al maíz híbrido moderno, a teosinte; b, híbrido Chalco teosinte y Argentina popcorn; c, maíz de 8 hileras; d, maíz híbrido moderno de 16 hileras. (Ilustraciones de Manuel Escamilla, basadas en material proporcionado por H. Iltis).

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remotos antepasados y a sus actividades y observaciones sobre los recursos faunísitcos salvajes. De ellos fueron seleccionando aquellos más apreciables y disponibles; tal es el caso del pavo y el perro escuintle en México, o bien cabra, oveja, vaca, en otras zonas geográficas. Lo mismo que para las plantas, debemos admitir que los cinco animales domésticos usados como alimentos básicos, todos son legados de antiguas culturas.

Para cerrar este capítulo introductorio solo deseo señalar que para analizar la vida del hombre en la tierra, no puede hacerse sin tomar en cuenta los recursos bióticos y su interrelación con el resto de los recursos. En todos los aspectos de la vida humana aparecen los recursos biológicos; si es en la pintura, colorantes vegetales; en la música, instrumentos de madera; en literatura, el papel; en medicina, las plantas han sido y son base fundamental; en el vestido, construcción e industria los recursos biológicos son también fundamentales.

Pocas actividades humanas pueden entenderse sin la participación de los recursos entenderse sin la participación de los recursos vivos; sin embargo parece que por obvio, a menudo pasa inadvertido este hecho, y sólo cuando los agotamos o los ponemos en peligro, nos damos cuenta de ello.

LOS RECURSOS BIOTICOS DEL MUNDO

Si empleamos el término recurso en su sentido amplio y no sólo en lo referido a los utilizados para el hombre, de hecho, los recursos bióticos del mundo son todas las especies de animales, plantas y microorganismos que existen en la tierra, ya que, sin excepción, todo organismo requiere de otros para su subsistencia, convirtiéndose así en recursos vivos. Incluso, si quisiéramos restringirnos a los recursos bióticos para la especie humana, tendríamos gran dificultad para hacer una clasificación satisfactoria.

En este sentido, toda la biota terrestre y acuática es un recurso biótico actual o potencial para la especie humana y como tal debe tratarse.

Los recursos bióticos disponibles para el hombre son enormes y la única limitación es su capacidad para conocerlos, estudiarlos y eventualmente utilizarlos. La especie humana, gracias a su capacidad de estudiar lo que le rodea y a su facultad de obtener conocimientos, acumularlos y transmitirlos, ha permitido crear la conciencia de la dependencia irremediable del hombre con los demás seres vivientes y las infinitas posibilidades que nos abre la investigación científica de los organismos con los que compartimos nuestra vida en esta tierra.

La generación de conocimientos sobre los recursos bióticos es tan antigua como el hombre mismo, ya que de ello ha dependido su vida. El distinguir sus alimentos de otras especies, especialmente de las tóxicas, es asunto de vida o muerte y esto sigue siendo válido para cualquier sociedad o cultura por avanzada o atrasada que se le considere. Pero no sólo esto es importante; la cantidad de conocimientos de las distintas culturas actuales o pasadas, sobre sus recursos vivos, es de tal magnitud que ha rebasado todas las posibilidades de analizar, o sencillamente, acumular al respecto la sabiduría humana.

Este hecho es de gran importancia ya que estamos refiriéndonos a la sabiduría humana en su totalidad, y no sólo a la generada por ciertas culturas que predominaron en el pasado, o predominan en el presente. Así, por ejemplo, tan importantes son los conocimientos de los recursos bióticos de los mayas en Yucatán como los de los suizos en los Alpes.

Las plantas y los animales que usan unos y otros pueden ser totalmente distintos, pero todos ellos son recursos bióticos potenciales para toda la humanidad; además, lo más notable es que los mayas quizá tengan mayores conocimientos, ya que su vida depende sólo de ellos; en cambio, los suizos pueden obtener los recursos bióticos para su subsistencia de otras regiones, a menudo distantes. Aunado a esto, los mayas tienen un medio ambiente biológicamente muy rico, en contraste con el empobrecido ambiente biológico de los Alpes.

Sin embargo, para nuestros fines, la mayor diferencia que se encuentra, es que el conocimiento de los recursos de los mayas sólo está disponible para ellos, ya que su aislamiento y por ende su falta de comunicación con el exterior, ha impedido que sus conocimientos sean incorporados al patrimonio cultural del hombre. Quizá ello explique la indiferencia de ciertas sociedades modernas hacia los conocimientos étnicos, que aún conservan vasta información no incorporada a la ciencia moderna.

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Para darnos una idea más clara de lo que esto significa, debemos darnos cuenta que existen en el mundo miles de grupos humanos con conocimientos abundantes y precisos de sus recursos bióticos locales, que aún no han sido registrados e incorporados al acervo cultural del hombre.

Con el objeto de ilustrar con datos concretos lo expuesto anteriormente, a continuación resumiré la información de varios estudios realizados en tres comunidades indígenas de México, y que representan los esfuerzos de científicos por conocer y capturar la información tradicional sobre los recursos bióticos locales. Es menester mencionar que estos estudios no son exhaustivos y no tuvieron el objetivo único de conocer los recursos bióticos, sino como parte de la investigación antropológica y etnobiológica, el conocer los recursos fue un aspecto importante de la investigación.

Los recursos vegetales alimenticios de los seris, tarahumara y huastecos

He escogido estos tres étnicos por diversas causas: primero porque existen buenos estudios sobre ellos, segundo, representan tres zonas ecológicas características de México, desiertos, bosques templados y selvas; y tercero, son grupos humanos con una gran riqueza cultural biológica, muy representativos de la diversidad mexicana.

Los seris. Los seris son un grupo étnico que habita en la costa del estado de Sonora. Esta región se caracteriza por un clima extremadamente árido en donde la precipitación pluvial promedio es de aproximadamente 200 mm pudiendo ser aún menor en diversas regiones y en distintos años

Los seris viven de la caza, pesca y recolección de plantas. Los estudios realizados 6 sobre este grupo étnico son de gran interés que nos presenta tanto una insospechada riqueza de recursos bióticos como de conocimientos de los mismos. A través de generaciones, los seris han venido explorando y experimentando con los recursos disponibles con lo que lograron sobrevivir en un medio que para cualquiera podría resultar inhabitable. Este conjunto de conocimientos es un ejemplo notable de la aportación cultural de este grupo étnico al patrimonio cultural y genético de la humanidad.

Como ejemplo, sólo presentaré la lista de las especies vegetales comestibles de los seris, que constituye una porción importante de sus recursos bióticos.

Los tarahumaras. Uno de los grupos étnicos más importantes del norte de México son los tarahumaras. Habitan en la parte norte de la Sierra Madre Occidental en una región caracterizada por su abrupta topografía con grandes cañones, partes altas y bajas, que le dan una diversidad ambiental muy grande.

La vegetación es muy variada debido a los distintos climas que se presentan en la zona y se encuentran tanto bosques templados de pino y encino en las partes altas con mejor precipitación y temperatura más baja, como selvas tropicales en el fondo de los cañones, con especies arboreras típicas de selvas tropicales del sur de México, como es el caso de chicozapote, achras sapota, de varias higueras, Ficus spp. En las zonas de transición existe vegetación típica de zonas áridas, con abundancia de cactáceas y leguminosas espinosas y distintas agaváceas.

El estudio más importante realizado sobre el medio ambiente y los recursos bióticos de esta cultura es el de Pennington y del mismo hemos extraído una lista de plantas comestibles que usan los tarahumaras. Este autor considera a este grupo como semiagrícola, ya que parra ellos los recursos silvestres son tan importantes como sus cultivos y rebaños.

LOS RECURSOS BIÓTICOS DEL MUNDO

Recursos vegetales alimenticios de los seris (tomando de felger y moser, 1976). Los más importantes estan en negritas.

Sem

illas

Fruto

Raíc

es

tubér

culo

s,

bulb

os

Tal

los

Flore

s

Hie

rba

ve

rde

Agave dentiens X

Agave chrysoglossa X

Agave fortiflora X

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Agave pacifica X

Agave pelona X

Agave subsimplex X

Allenolfea occidentalis X

Allium cf. haematachiton X

Amaranthus fimbriatus X

Amaranthus watsonii X

Amoreuxia palmatifida X X X X

Batis maritima X

Boerhavia coulteri X

Bumelia occidentalis X

Carnegia gigantea X X X

Celtis tala X

Cercidium floridum X X X

Cercidium microphylum X X X

Chenopodium murale X

Cnidoscolus palmeri X

Echinocereus fendleri X

Ferocactus cf. acanthodes X X

Ferocactus covillei X X X

Ferocactus wislizenni X X X

Ficus padifolia X

Ficus petiolaris X

Ficus radulina X

Jacquinia pungens X

Lantana sp. X

Lemaireocereus thurberi X X

Lippia palmeri X

Lophocereus schottii X

Lycium andersonii X

Lycium exsertum X

Lycium fremontii X

Machaerocereus gammosus X

Mammillaria spp. X

Marsdenia edulis X

Matelea cordifolia X

Matelea pringlei X

Muhlenbergia microsperma X

Oligomeris linifolia X

Otneya tesota X

Opuntia arbuscula X

Opuntia bigelovii X

Opuntia fulgida X

Opuntia leptocaulis X

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Opuntia phaeacantha X

Opuntia versicolor X

Opuntia violacea X

Orobanche cooperi X

Pachycereus pringlei X X X

Pasiflora anda X

Passiflora palmeri X

Phaseolus sp. X

Phoradendron californicum X

Physalis crassifolia X

Physalis sp. X

Plantago insularis X

Proboscidea altheifolia X

Prosopis glandulosa X X

Randia thurberi X X

Rhizophora mangle X

Sacrostemma crispum X

Setaria macrostachya X

Simmondsia chinensis X

Sporobolus virginicus X

Tricerma phyllanthoides X

Triteliopsis palmeri X

Vallesia glabra X

Washingtonia robusta X

Wilcoxia strita X

Yucca arizonia X

Zizyphus lycioides X

Zostera marina X

LISTA DE ESPECIES SILVESTRES COMESTIBLES DE LOS TARAHUMARAS (TOMADO DE PENNINGRON, 1963)

Especies

Acacia cymbispina (s) Erodium cicutarium(h) Pinus reflexa(s)

Achras zapota Eryngium carlinae(h) Phitesellobium dulce(f)

Agave hartmani Exogonium bracteatum® Plantago argyea(h)

Agave chihuahuana Ferocactus spp.(f) Plantago geleottiana(h)

Agave patonii Ficus cotinifolia(f) Plantago hirtella(h)

Agave shottii Ficus goldmanii(f) Plantago mahor(h)

Amaranthus bibliotoides (s )(h) ficus padifolia(f) Portulaca oleracea(h)

Amaranthus hibridus Ficus petiolaris(f) Potentilla thurber var strigosus(f)

Anaranthus palmeri (h) (s) Ficus radulina (f) Prionosciadium serratum ( r)

Amaranthus powelli (h) Fraxinus papillosa (h) Prosopis juliflora (f) (s)

Anmaranthus retroflexus (s) (h) Fraxinus velutina (h) Prunus brachybotrya (f)

Arbutus arizona Gaultheria af. Gaucifolia (f) Prunus capuli (f)

Arbutus glandulosa Gossypium mexicanum (f) Prunus virens (f)

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Arbutus xalapensis Guazuma ulmifolia (f) Psidium guajava (f)

Arctostaphylos pungens(s) Helianthus anuss (f) Quercus albocincta (s)

Aremaria alsinoides(h ( e) Hieracium sendleri (h) Quercus durifolia (s) (h) ( j)

Arracacia edulis (h) Ipomoea arborecens (f) Quercus emoryi (s)

Asclepias brachystephana (h) Ipomoea purpurea (h) Quercus epileuca (h) (j)

Asclepias glaucescens (h) Juglans major (s) Quercus hypoleucoides (a) (h) (j)

Begonia gracilis Juniperus pachyphlaea (f) Quercus omissa (a)

Bidens bigelovii (t )(h) Karwinskia humboldtiana (f) Quercus watsoni (s)

Brassica campestris (h) Lantana involucrata (f) Randia echinocarpa (f)

Brassica juncea (Ih) Lemairocereus thurberi (f) Randia laevigata (f)

Caesalpinea pulcherrima Lepidium virginicum (h) Randia watsoni (f)

Calliandra humilis var resticulate (s) Lippia berlandieri (h) Rivina humilis (f)

Casimiroa edulis Lippia palmeri (h) Rorippa mexicanum (h)

Casimiroa sapota Mammillaria heyderi (f) Rubus idaeus (f)

Carya illinoiensis (s) Martynia frageans (s) (h) Sabal uresana (t)

Ceiba acuminata (s) Martynia tragens Salix bonplandiana (f)

Celtis iguanaeuus (f) Metelia sp. (h) Salix goodingi (i)

Celtis goldmanii Mentha canadensis (h) Salix lasiolepis (i) (h) (j)

Cephalocereus leucocephalus Mimulus guttatus (h) Saracha jaltomata (j)

Cephalocereus thurberi Morus microphylla (f) (h) Solanum nigrum (h)

Citrus medica (f) Oenothera laciniata (h) Sonchus asper (h)

Cosmos pringlei (h) Oenothera triliba (h) Sonchus olearaceus (h)

Crescentia alata (f) Opuntia spp. (f) (h) Thryallis glauca (f)

Chenopodium album (h) Oxalis decaphylla (h) (f) Tragia nepetaefolia (h)

Chenopodium ambrosioides (h) Oxalis diversis (h) Ulmus divaricata (f)

Dasylirion wheeleri (t) Pachycereus pecten.aboriginum Ulmus leseuri (f)

Dasylirion durangense (t) Phaseolus metcalfei (s) Ulmus mexicana (f)

Descuarainia pinnata (h) Phoradendron engelmanni (f) Ultica gracilis (h)

Eclipta alba (h) Physalis sordida (f) Viguiera helianthoides (h)

Echinocereus dasycanthys (f) Physalis spp. (f) Viola umbraticola (h)

Eugenia capuli (f) Phsalis aff. Sordida (f) Vitex mollis (f)

Equisetum laevigatum€ Pinus ayacahuite (s) Vitis arizonica (f)

Eriogonum atrorubens ® Pinus cembroides (s)

RECURSOS VEGETALES ALIMENTICIOS DE LOS HUASTECOS (TOMADO DE ALCORN, 1982).

Recursos alimenticios Parte comestible Recursos alimenticios Parte comestible

Abelmoschus esculentus semilla Bidens pilosa hoja, vástago

Acacia angustissima corteza Bidens squarrosa enredadera

acacia cornigera fruto Beoerhaavia erecta hoja

Acanthocereus pentogonus tallos tiernos Bombax ellipticum semilla

Acrocomia mexicana fruto Bromelia karatas fruto

Adelia Barbinervis hoja tierna Bromelia sylvestris fruto

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vástago Brosimum alcastrum fruto

Agave sp. (silim) savia Buettneria aculeata vástago

Agave sp. (wiich)? savia Bumelia celastrina fruto

Allium kunthii planta entera Bunchosia lanceolata semilla

Allium sativum bulbo, hoja fruto

Alophia drummondii bulvo Bursera simaruba hongo

Amaranthus crassipes hoja Cajanus indicus semilla

Amaranthus hybridus hoja Cannavalia villosa flor

Amaranthus leucocarpus semilla, hoja Canna edulis semilla

Ananas comosus atole Canna lutea rizoma

fruto Capsicum annuum fruto

Annona globífera fruto var annuum

Annona reticulata fruto Capsicum annuum fruto

Annona squamosa fruto var glabriusculum

Anredera leptostachys hojas Carica papaya fruto, raíz

Ardisia compressa fruto Cassia pendula fruto

Ardisia escallonioides fruto var pendula

Bauhinia dipetala flor Chaetoptelea mexicana fruto

fruto

Begonia franconis hoja, vástago

Chamissoa altissima hoja Guazuma ulmifolia fruto

Chenopodiun ambrosioids hoja hedeoma drummoindii hoja

Chiococca alba fruto heliocarpus donnell-smithu hongo

Chlorophora tinctoria fruto hylocereus undatus tallos tiernos

Crysophyllum mexicanum fruto fruto

Cissampelos pareira fruto Hymenocallis sp. raíz

Citrullus lanatus fruto Inga spuria fruto

Citrus aurantifolia fruto Inga spura pulpa que rodea

Citrus limetta fruto Ipomoea batatas las semillas

Citrus limonaria fruto Ipomoea dumosa tubérculo

Citrus pardisi fruto Fatropha curcas hoja

Citrus reticulata fruto Funglans hirsuta semilla

Citrus sinensis fruto Lablab purpurea fruta

Clidemia petiolaris hoja Lantana camara semilla

Cnidoscolus multilobus vástago Lentinus cf. Lepideus fruto

flor Leucaena pulverulenta hongos

Cocos nucifera fruto vástago

coffea arabica fruto corteza ?

Conostegia xalapensis fruto Lobelia berlandieri fruto

Coriandrum sativum vástagos Lycopersicum esculentum hoja

Costus ruber tallo Malvaviscus arboreus fruto

Croton draco hongo var. Mexicanas fruto

Croton reflexifolius hoja Mangifera indica

Cucumis melo fruto Manihot esculenta fruto

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Cucurbita ficifolia semilla Manilkara achras tubérculo

Cucurbita mixta fruto, flor Maranta arundinaceae fruto

Curcuma longa rizoma Mastichodendron capiri raíz

Dendropanax arboreus hongo var. Tempisque fruto

Dioscorea alata tubérculo Mastichodendron sp.?

Dioscorea bulbifera tubérculos aéreos Melondria pendula fruto

Dioscurea macrostachya tubérculo Mentha sp. fruto

Dioscurea matagalpensis tubérculo Merremia quinquefolia hoja

Diospyros digyna fruto Musa paradisiaca hoja

Ehretia anacua fruto fruto

Eleutherine bulbosa bulbo Nopalea df. Cochenillifera cormo

Enterolobium cyclocarpum semilla Opuntia cf. Ficus-indica tallos, flores

Eryngium foetidurn hoja Oryza sativa tallos

Erythrina americana flor Oxalis latifolia semillas hervidas

hoja Oxyrhynchus volubilis hoja, té

Erythrina stendleyana fruto inmaduro Pachypteris alliacea semilla

flor Pahyrhizus erosus habichuela

Eugenia aff. Capuli fruto Parathesis serrulata tubérculo

Eugenia capuli fruto Parmentiera edulis fruto

Eugenia jambos fruto Passiflora foetida fruto

Eugenia oerstediana fruto Peperomia cf. macuosa fruto

Fernaldia pandurata hoja, flor Peperomia macuosa hojas

Ficus obtusifolia fruto Persea americana hoja

Ficus padifolia fruto Persea americana fruto

Gonolobus niger fruto var. Drymifolia fruto

Gossypium hirsutum semilla Persea sp. hojas

fruto Phaseolus coccineus fruto

Gossypium lanceolatum semilla Phaseolus coccineus semilla

fruto subsp. Polyanthus semilla

Phaseolus lunatus semilla Selenicereus cf. Spinulosus fruto

Phaseolus vulgaris semilla flor

Phyllanthus adenodiscus fruto Senna occidentalis semilla

Physalis gracilis fruto Sesamum indicum semilla

Physalis melanocystis fruto Smilax aristolochiifolia vástago

var melanocystis Smilax cf. Domingensis fruto, vástago

Phsalis virginiana fruto Smilax sp. raíz

Physalis virginiana fruto Solanum diphyllum fruto

Physalis viscosa fruto Solanum hirta fruto

Phytolacca icosandra hoja Solanum torrum fruto

Pimienta dioica hoja Sonchus oleraceus hoja

fruto Sorghum vulgare semilla

Pithecellobium calostachys pulpa que lo rodea Spondias mombin fruto

Pithecellobium dlce arilo cornoso de corteza

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la semilla Spondias purpurea fruto

Polygala nitida raíz rugente Stizolobium deeringianum semilla

var. Lithophila Syngonium podophyllum fruto

Porophylium macrocephalum hoja Tabehuia rosea hongo

Portulaca oleracea hoja Talinum paniculatun hoja

Pouteria campechiana fruto Talinum triangulare hoja

Pouleria hypogluca fruto Tamarindus indica pulpa que rodea

Pouteria mammosa fruto la semilla

semilla Trophis racemosa hoja

Prosopis laevigata fruto vástago

Prunus persica fruto Ustilag zeae cocinado

Psidium guajava fruto Vanilla planifolia fruto

Psidium guineense fruto Vigna unguiculata semilla

Punica granatum fruto Vitis mesoamericana fruto

Randia laetevirens fruto agua en el tallo

Rhipsalis baccifera fruto Xanthosoma sp.? raíz

Rhynchosia longerasemosa semilla Xanthosoma violaceum raíz, hoja

Rubus sp. frutos cocidos Xylosma flexuosa tallo

Sabal mexicana frutos cocidos Yucca cf. Treculeana flores

vástago, corazón fruto

escarabajo rojo Yucca elephantipes flor

Saccharum officinarum tallo Zamia sp.? "fruto"

Sapindus saponaria semilla Zea mays semilla

Saurauia scabida frutos cocidos Zingiber officianale hoja

Schizophyllum commune hongo fruto

Sechium edule frutos cocidos

Los huastecos. Los teenek son un grupo étnico también conocido como huastecos, que habitan principalmente el norte del estado de Veracruz y de San Luis Potosí, en la región nombrada como “la huasteca”.

Es un grupo poco estudiado desde el punto de vista etnográfico, que habita esta zona por más de 3000 años. Los teenek se han desarrollado en un ambiente tropical y aun cuando se sabe muy poco de ellos, se cree que tienen una relación directa con los mayas.

Hoy en día los huastecos son aproximadamente unos 60000 y aún conservan una buena parte del conocimiento de sus recursos silvestres. La región que ocupan estuvo cubierta por selvas y bosques de distintos tipos, con una gran diversidad biológica, que es característica de los climas cálidos tropicales. Desafortunadamente la zona en donde viven ha sido muy modificada y quizá muchos recursos ya no existen o son muy escasos.

El estudio efectuado por Alcorn sobre la etnobotánica huasteca nos demuestra la riqueza cultural de los teenek y su preciso conocimiento de la naturaleza y sus recursos.

Como muestra de esas riquezas, es suficiente señalar las especies comestibles que se mencionan en ese trabajo.

La riqueza etnobotánica. Del los ejemplos presentados anteriormente podemos darnos cuenta de la riqueza de especies comestibles (seris 75, tarahumaras 137, huastecos 201) y considero preciso mencionar que la información recogida es solo parcial, ya que en los tres casos, el número de informantes es reducido y no se trató de hacer exhaustiva la lista de especies comestibles de las regiones estudiadas.

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Es importante señalar que los recursos a los que me estoy refiriendo con los ejemplos anteriores, en su mayoría sólo se usan localmente y que la ciencia moderna no los ha evaluado en su totalidad. Son, de hecho, recursos para la humanidad, que están en reserva y en cierta forma son un legado de esas culturas, que desafortunadamente están amenazadas con desaparecer.

Hago gran hincapié en esto porque creo que el futuro de la humanidad estará muy ligado al descubrimiento de nuevos recursos, alimentos, medicinas, materias primas industriales y creo que en la naturaleza está la respuesta; hace falta estudiarla y recuperar el conocimiento de culturas indígenas ya que representa siglos de experiencia e investigación empírica. Si unimos estos recursos con los bióticos, que utilizamos en forma más generalizada (maíz, trigo, etc.) y que son ampliamente conocidos, tendremos la base biológica con que cuenta la humanidad para su desarrollo.

Ahora bien, estos recursos son los que ya se conocen, pero quedan aún todos los otros que existen en nuestra biosfera y que ningún hombre o cultura ha estudiado; por tanto, se desconoce su posible uso o papel que puedan jugar para su beneficio. Estos constituyen preciadas opciones de la humanidad.

En la actualidad se conoce un cuarto de millón de plantas superiores, que son la base fundamental de nuestra vida, ya que de ellas dependemos nosotros o los animales que requerimos. Los botánicos piensan que este número aumentará conforme se estudien muchas zonas aún inexploradas de nuestra tierra, especialmente en el trópico.

En las regiones tropicales es donde encontramos la mayor riqueza bilógica de nuestro planeta; más del 70% de las especies conocidas de plantas superiores son tropicales.

Esto aclara perfectamente el porqué se considera a la zona tropical como el reservorio genético más importante de la humanidad. Desafortunadamente la investigación científica de los recursos bióticos tropicales, ha sido escasa y por ello hoy en día se le da alta prioridad a los estudios de estas regiones.

Coincidente con esta diversidad y riqueza biológica, también tenemos una impresionante diversidad de culturas humanas que han surgido y florecido en este ambiente; sin embargo, la mayor parte de ellas o han desaparecido o han estado aisladas de las culturas dominantes; por esta razón su aporte a la llamada “cultura universal” ha sido aún pequeño. En especial, la carencia de una transferencia escrita de los conocimientos de una generación a otra ha sido un gran obstáculo: de aquí la gran importancia de apoyar estudios y formación de personal local que aprenda y capture para la ciencia, los conocimientos que en estas culturas, sólo se transmiten verbalmente.

Debemos admitir que muchas culturas antiguas desarrollaron una ciencia empírica muy eficiente que nos legó la mayor parte de los alimentos, medicinas y fibras, que son la base de nuestra civilización. Debemos aprender aún mucho de esas culturas ya que en el incierto futuro de nuestra civilización, seguramente tendremos que echar mano de sus conocimientos.

Un interesante ejemplo de lo anteriormente mencionado, nos lo da el sistema agrícola de cultivos múltiples, que por siglos han utilizado los agricultores en diversas partes del trópico del mundo, pasado por alto por los investigadores agrícolas, cuando pensaron que era ineficiente, al no poder someterse a las prácticas agrícolas convencionales de mecanización, fumigación y fertilización.

Las investigaciones modernas demostraron que, para el trópico, los cultivos mezclados son más eficientes no sólo por la sobreproducción que ofrecen y que aún la ciencia moderna no puede explicar, sino por su mejor adaptación a las plagas de insectos y a su capacidad competitiva con malezas, además de la mayor protección al suelo.

En México una de las combinaciones más extraordinarias ha sido la del maíz-frijol-calabaza. La calabaza, siendo una planta rastrera de hojas grandes, cubre el suelo e impide el crecimiento de muchas malezas que son en su mayoría heliófilas; el frijol, trepador, que se siembra cuando la planta de maíz ya ha crecido suficiente, aprovecha al maíz como soporte sin competir por luz con él, ni con la calabaza. A su vez el frijol, enriquece el suelo con sus nódulos con bacterias fijadoras de nitrógeno. Este hermoso ejemplo de una técnica tradicional para el manejo de recursos agrícolas, es sólo uno de tantos, de lo que aún nos queda por aprender de las culturas tradicionales y el respeto y humildad que debemos tener ante ellas.

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RECURSOS BIÓTICOS DE MÉXICO

México posee una diversidad y riqueza biótica única en la tierra, que es objeto de estudio de muchos biólogos de todo el mundo.

México y sus culturas han dado a la humanidad especies de enorme importancia como maíz, calabaza, chile y pavo. En fechas recientes, también dio al mundo el barbasco, dioscorea spp. Materia prima para obtener hormonas esteroides y sus derivados, como es el caso de la píldora anticonceptiva; la joroba, arbusto del desierto de Sonora de cuya semilla se extrae un aceite sustituto del de ballena.

Estos son solamente unos ejemplos notables, pero México tiene muchos más; así por ejemplo, se encuentran más especies de pinos, magueyes, cactos y encinos, que en ningún otro país del mundo; la avifauna posee 1000 especies distintas lo que constituye casi la quinta parte de la mundial. La flora, está compuesta por más de 25000 especies lo que significa un 10% de la flora mundial y mayor cantidad que Estados Unidos de América y Canadá juntos.

Esta enorme riqueza de nuestro territorio se debe a la gran variedad de climas, complicada topografía y complejo mosaico geológico, que produjeron la gran diversidad de habitats que han dado como resultado la riqueza ecológica y biológica. En nuestro país encontramos desde los desiertos hasta las selvas; altas montañas con nieves eternas, hasta los manglares costeros. En esta diversidad de ambientes evolucionó nuestra flora y fauna, hasta nuestros días.

Los mexicanos somos depositarios y responsables de este legado de la naturaleza y del cual muy poco tuvimos que ver. Sólo las culturas antiguas tomaron parte de este legado lo seleccionaron y mejoraron para darnos la gran diversidad de cultivos de maíz, calabaza, frijol, nopales, que ahora disfrutamos. Desafortunadamente, en tiempos recientes muchas personas ignorantes de esta situación y movidos por intereses ajenos, han venido poniendo en peligro nuestra riqueza biótica nacional.

La investigación de los recursos bióticos en México ha sido escasa y sólo hasta fechas muy recientes se le ha venido dando la importancia que merece. Sin embargo, tan importante como la investigación es el uso de la misma y en esto también estamos muy atrasados; los mecanismos de contacto y difusión de la investigación hacia los usuarios han sido muy deficientes, aunando a esto el poco interés por probar nuevas ideas a todos los niveles. Se tiene confianza de que, en el futuro, estas barreras desaparecerán tanto por convencimiento como pro sobrevivencia.

Principales regiones ecológicas de México y sus recursos bióticos

Con el objeto de poder hacer una presentación organizada de los principales recursos bióticos de México, se decidió discutirlos de acuerdo a las grandes zonas climáticas en donde se les encuentra, aprovechando con esto, hacer algunas reflexiones sobre su manejo actual y futuro.

El hacer una clasificación detallada de las principales zonas ecológicas de México, se decidió discutirlos de acuerdo a las grandes zonas climáticas en donde se les encuentra, aprovechando con esto, hacer algunas reflexiones sobre su manejo actual y futuro.

El hacer una clasificación detallada de las principales zonas ecológicas de México sale de los objetivos planeados para este libro. Existen varias clasificaciones y descripciones muy completas sobre las principales regiones ecológicas del país, que pueden dar toda la información necesaria al lector interesado.

En este capítulo sólo incluiremos una clave para la identificación de los principales tipos de vegetación de México que puede darnos un panorama, a grandes rasgos, de nuestra diversidad ambiental y un mapa que nos permite ubicarns en el espacio.

Es necesario señalar que existe una coincidencia lógica entre tipos de vegetación y grandes zonas ecológicas, ya que la vegetación es la mejor expresión sintética de las grandes variables ambientales: clima, suelo, topografía.

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No hemos incluido, prácticamente, en esta clasificación y en esta libro, a los ecosistemas acuáticos ya que ellos, por si mismos, requerirían un libro aparte, y sólo serán mencionados como parte de esquemas de desarrollo propuestos para algunas zonas.

Figura 6. Perfil de vegetación. En la figura se representa el del volcán San Martín. Los Tuxtlas, Veracruz (Según Arturo Gómez-Pompa).

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CLAVE PARA LOS TIPOS DE VEGETACIÓN EN MÉXICO

A. Vegetación dominante formada con árboles (plantas leñosas o mayores de 4 m de alto)

A.A. Vegetación dominante formada por arbustos o plantas herbáceas

B. Comunidad arbórea muy densa con varias especies dominantes de árboles; frecuentemente con diferentes plantas trepadoras (Selvas)

C. Perennifolia. Árboles dominantes mayores de 30 m de alto

C.C. Árboles con hojas caducas

D. Árboles mayores de 15 m. Hasta el 25% de los árboles con hojas caducas………………………… ……………………………………………….. Selva alta o mediana subperennifolia

D.D. Árboles menores de 15 m. Más del 75% de los árboles tienen hojas caducas……………………………………………………………………………………..Selva baja caducifolia

B.B. Comunidad de árboles abierta con pocas especies dominantes de árboles (generalmente 1 o 2) y escasas plantas trepadoras (Bosques)

E. Más del 50% de los árboles son caducos ………………………. Bosque caducifolio

E.E. Más del 75% de los árboles son perennifolios

F. Comunidades terrestres de árboles……………………….. Bosque (pino-encino, enebro)

F.F. Comunidades pantanosas de árboles……………………. Manglar

G. Comunidades terrestres

H. Vegetación dominada por plantas herbáceas

I.En zonas cálidas de baja altitud…………….Sabana

II. En tierras altas templadas y en zonas frías………………………………………………………. Pastizal

H.H.Vegetación dominada por arbustos o plantas espinosas de menos de 8 m. de altura

GG. Comunidades parcial o totalmente sumergidas en el agua parte del año o todo el año… Vegetación acuática (pantano)

ZONAS ÁRIDAS Y SEMIÁRIDAS

(Climas B de Koeppen)

Estas regiones ocupan la mayor parte del territorio nacional. Se caracterizan por una evaporación potencial de la superficie del suelo que excede a la precipitación y ésta generalmente es inferior a los 500 mm por año. Debido a la escasez de agua la población humana es baja, con menos de 20 habitantes por km².

En contraste con esta limitante, en estas regiones es donde se encuentran las zonas agrícolas más importantes del país, ya que los principales ríos han sido embalsados y utilizados para crear distritos de riego de enorme importancia. Esto no es un caso especial; se sabe que en el mundo las mejores zonas agrícolas precisamente están en estas áreas ya que los suelos a menudo son de buena calidad y las condiciones de aridez, sea por falta de agua o intenso frío estacional, disminuyen el peligro de plagas.

El resto de las zonas áridas o semiáridas el hombre las utiliza para una combinación de agricultura temporalera (en las zonas de mayor humedad), ganadería de pastoreo abierto y principalmente para el aprovechamiento de recursos bióticos silvestres de los que viven cientos de miles de familias campesinas.

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Agricultura

Tal como se mencionó anteriormente, existen dos tipos de agricultura en estas zonas: la de riego y la de temporal.

Agricultura de riego

Los distritos de riego de las zonas áridas y semiáridas de México cubren una superficie aproximada de 5 400 000 hectáreas lo cual nos da un primer lugar en Latinoamérica.

Aunado a esta superficie tenemos que añadir las zonas con disponibilidad de agua provenientes de pequeñas obras hidráulicas para la agricultura. Estas zonas de riego, en las regiones áridas de México, constituyen la fuente más importante de producción de granos del país y también una región de primerísimo importancia en el cultivo de hortalizas de exportación, que después del petróleo y el café constituyen una de las más importantes fuentes de divisas del país.

El éxito del desarrollo agrícola en estos distritos de riego, especialmente los del noroeste, ha sido de tal importancia que ha rebasado nuestras fronteras, ya que aquí se llevó a cabo la llamada “revolución verde” que le dio al Dr. Norman Borlaug el Premio Nobel de la Paz. Esta revolución consistió, fundamentalmente, en el desarrollo de nuevas variedades de trigo altamente productivas, que respondieron notablemente al riego, mecanización, fertilizantes y a los plaguicidas. Desafortunadamente y a pesar del enorme éxito de este acontecimiento, en México, esta tecnología solo puede aplicarse en zonas de riego similares a las del noroeste, ya que restricciones ecológicas, económicas y técnicas, limitan su uso en otras regiones.

Entre las restricciones ecológicas, en las zonas áridas y semiáridas, se incluye la falta de ríos adicionales para embalsar, y el riesgo del uso masivo de plaguicidas y fertilizantes que pueden influir negativamente en la producción de otros ecosistemas importantes distantes, como pueden ser las lagunas costeras. Entre las económicas, se encuentra el costo mismo de estos insumos y su disponibilidad oportuna, cuando se les requiere.

Este último hecho adquiere gran importancia si lo vemos en una perspectiva mundial. Así, por ejemplo, si la India aplicara fertilizantes a sus cultivos en la misma cantidad a la que aplican los holandeses, India requeriría casi la mitad de los fertilizantes que se producen a nivel mundial, y quizá no tendría ni las divisas para adquirirlos ni estos estarían disponibles¹³. Entre las limitantes técnicas, se encuentra la falta de extensionistas agrícolas que asesoren a los agricultores y la de investigadores agrícolas ya que el solo hecho de aumentar la cantidad de fertilizantes o aplicar un plaguicida, no siempre trae como consecuencia un aumento en la cosecha.

Entre los principales cultivos de estas zonas de riego están: sorgo, trigo, algodón girasol y hortalizas.

India 1.2 Irán 10.0 Filipinas 1.6 Argentina 14.0 México 3.8 Japón 60.0 Paquistán 4.5 Taiwan 79.0 Tailandia 4.7 Países Bajos 113.0 Colombia 9.0

Figura 7. Número de investigadores agrícolas por cada 100,000 individuos dedicados a la agricultura 1960. Fuente USDA. Changes in Agriculture in 26 Developings Nations. 1948-1963.

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Otra agricultura de riego

Además de la agricultura antes mencionada, existen otras experiencias en estas zonas que merecen ser señaladas ya que quizá, hacia el futuro, pueden llegar a ser de gran importancia.

Dado que el factor limitante es el agua y que los distritos de riego son muy ineficientes en el manejo de este valioso y escaso recurso, ya que por evaporación en presas, canales y láminas de riego se pierde un alto porcentaje de esta vital líquido, los investigadores han venido ideando otros sistemas menos derrochadores de agua entre los cuales podemos mencionar los siguientes: sistemas cerrados (invernaderos) riego por goteo, riego subterráneo.

Sistemas cerrados. Los sistemas cerrados, son muy eficientes en lo que respecta al consumo de agua que se evapora, la cual puede recogerse por su condensación en las paredes del invernadero. Tiene, además la ventaja de que se disminuyen notablemente las plagas, e incluso, su control es más sencillo y menos peligroso para el hombre y los ecosistemas naturales, al tenerlo concentrado en una zona totalmente controlada.

Los fertilizantes también se optimizan, tanto por poder recircularlos como por la disminución drástica de malezas que los utilizan; aunado a esto se encuentra también la reducción a cero del impacto ecológico de estos insumos. Obviamente la cantidad usada es mucho menor, lo que tiene ventajas económicas.

Los sistemas cerrados o más bien semi-cerrados, tienen además la posibilidad de utilizar agua salada que usa el mismo invernadero para su desalinización. En Israel, en forma experimental, han empleado estos invernaderos que usan aguas salinas tanto para riego como para consumo humano. En México se han desarrollado modelos experimentales de diversos tipos siendo el más notable el realizado por el Laboratorio de control Ambiental de la Universidad de Arizona en Puerto Peñasco, Sonora, en colaboración con la Universidad de Sonora. Estos invernaderos se consideran de los más avanzados en el mundo por el control preciso de todos los factores para la producción de hortalizas de alta calidad, y recientemente para la de camarones.

Son varios los problemas que presentan estos sistemas cerrados; los más importantes son los de carácter económico ya que el costo de construirlos es muy grande y hasta la fecha son pocos los productos cuya producción es rentable. La tecnología desarrollada en Puerto Peñasco se utiliza comercialmente en los Estados Unidos de América y Kuwait para la producción de hortalizas de alta calidad, y por lo mismo de alto precio.

Existen otras tecnologías mucho más sencillas y menos costosas que ya se han experimentado en México pero su masificación está aún distante, principalmente por razones económicas. Se prevé que en un futuro este tipo de producción para zonas áridas pueda llegar a ser muy importante ya que el agua cada vez es más escasa y costosa. Los mantos acuíferos subterráneos fósiles son irrenovables y su uso para fines domésticos tendrá mayor prioridad, como de hecho ya sucede en algunos lugares de los Estados Unidos. Si a esto añadimos el azolvamiento de presas y salinización de los suelos en distritos de riego, cuyo costo para remediarse es muy alto y requiere más agua, obviamente las soluciones alternativas que nos ofrecen los sistemas cerrados son de gran interés.

Quizá por este motivo los científicos israelitas están dedicando mucha atención a la construcción de invernaderos para zonas áridas. Varias compañías fabrican elementos estructurales especiales para estos fines; tal es el caso de las láminas de plástico con circulación de agua, que elimina el sobrecalentamiento de estos invernaderos, y constituía uno de los grandes obstáculos, y ahora se consiguen por pedido normal en varias casas comerciales.

Riego por goteo. Es también una de las alternativas más eficientes para la utilización del agua para fines agrícolas en zonas áridas. El sistema consiste en una serie de tubos horadados conectados a un tanque de agua. Cada horadación tiene una válvula que permite la salida del agua en forma regulada. Cada salida coincide con una planta, con lo que el agua que se riega esta dirigida únicamente a la planta sembrada y con ello se evita el desperdicio del riego por lámina.

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Existen muchas variaciones del riego por goteo y varios trabajos se han escrito al respecto; sin embargo, los más avanzados son los israelitas que han hecho casi un arte de riego por goteo en su país. Evidentemente este sistema también tiene la gran restricción del costo de su instalación y mantenimiento pero, nuevamente, si consideramos el valor del agua y su escasez, esta técnica será cada vez más común en los países áridos avanzados, como lo esperamos que sea México.

Figura 9. El riego por goteo es una alternativa para la producción agrícola con escasez de agua. (Foto Adalberto Ríos S.)

Riego subterráneo. Es un paso más allá en la optimización del uso del agua y consiste en sistemas parecidos al riego por goteo, sólo que esto se hace por debajo de la superficie del suelo, con lo que se evita incluso la pérdida por evaporación de la poca agua que usa el riego por goteo. En México se ha utilizado experimentalmente un sistema a base de tubos y filtros de material poroso que da buenos resultados. Al igual que el anterior, la principal limitante es el costo de la instalación de tubos y filtros.

Una muy novedosa modificación a un sistema desarrollado en la Universidad Autónoma de Chapingo, se ha venido ensayando en el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) de México y consiste en la utilización de jarros de barro enterrados con su boca tapada y conectada al exterior con un pequeño tubo de cualquier materia. Estos jarros se les llena de agua y sobre la superficie del suelo, arriba de ellos, se plantan las semillas que se deseen. El barro, al ser material semipermeable, permite la lenta salida del agua que es superficie para abastecer las necesidades de las plantas deseadas. Cada semana, o periódicamente, se revisa el nivel del agua de los jarros y si es preciso se les llena hasta que las plantas lo demanden o el clima lo exija.

Los fertilizantes pueden suministrarse en el agua, con lo que se hace un ahorro considerable de los mismos. Las ventajas de este sencillo procedimiento es el bajo costo de su instalación y mantenimiento, pero tiene el inconveniente de requerir una gran cantidad de mano de obra. El sistema es aún experimental pero puede tener un gran futuro en nuestro país, donde la mano de obra existe y los alimentos básicos escasean.

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Agricultura de temporal

A pesar de la escasa lluvia y la impredictibilidad de la misma, los campesinos de estas zonas, especialmente de las más húmedas, practican sus siembras básicas (maíz) año con año recogiendo cosechas escasas cada 5-10 o más años. La cantidad de trabajo que dedican a esta actividad es grande a pesar de los mínimos resultados.

Con frecuencia, los investigadores se han preguntado los motivos existentes detrás de esta frustrante actividad y hasta la fecha no hay respuesta satisfactoria. La única que se puede intuir es que su economía familiar y su subsistema no dependen de esta cosecha y que si se logra, sólo representa un ingreso adicional. Por otro lado sabemos que si bien el maíz que se obtiene anualmente no produce granos, la parte vegetativa siempre existe y se usa como forraje para sus escasos animales domésticos, que sí representan parte importante de la economía familiar. Si tomamos en consideración estos aspectos podremos entender la buena acogida que ha tenido la técnica de riego subterránea por jarritos sugerida por INIREB.

Además de esta incierta agricultura temporalera de maíz en las zonas áridas y especialmente en las semiáridas, existen otras especies perennes que se cultivan van ampliamente, entre las cuales se destacan nopales y magueyes.

Los nopales han sido un recurso importantísimo para el habitante de las zonas áridas y semiáridas tanto como alimento directo, caso de algunas especies cuyas pencas jóvenes y frutos son comestibles y de gran demanda, nopalitos y tunas. Estas especies comestibles alcanzan gran talla y son ampliamente cultivadas.

El origen de su cultivo no se conoce con precisión; sin embargo, se sabe que estas plantas fueron semi-cultivadas, desde épocas remotas, habiéndolo seleccionado las mejores variedades nuestros antecesores. La mayoría de las especies cultivadas son polipoides, o sea, que tienen varios juegos de cromosomas básicos y esto se produce en la naturaleza por la hibridación de dos especies cuyo producto estéril multiplica sus juegos cromosómicos logrando así ser fértil.

La pregunta que nos salta es ¿el hombre intervino en esta hibridación? o sólo observó las características favorables del polipoide o reprodujo ampliamente gracias a la propagación vegetativa de estas plantas. En realidad no lo sabemos, pero haya sido como sea, lo que heredamos fueron unas plantas impresionantes con una notable capacidad de adaptación a la sequía y grandes frutos de un sabor exquisito.

Un cultivo notable de una especie de Opuntia (O. Picus-indica), se puede ver en Milpa Alta, en el Distrito Federal, en donde campesinos xochimilcas han logrado hacer un cultivo intensivo con fertilización (principalmente orgánica) y técnicas locales muy elaboradas al grado de lograr cosechas de más de 80 toneladas por hectárea por año en suelos pobres y en zonas con escasa precipitación pluvial, lo que lo hace uno de los cultivos temporaleros más eficientes del mundo.

Existen muchas variedades silvestres y cultivadas reconocidas por los campesinos que los botánicos no han podido aún clasificar con precisión. Las siguientes especies son las principales reconocidas por su fruto como comestibles: Opuntia streptacantha, O. megacantha, O. amyclaea, O. robusta, O. Picus-indica, O. leucotricha, O. cantabrigiensis, O. hyptiacantha, O. lasiacantha,

Se han venido haciendo estudios para seleccionar mejores variedades en sabor, presentación y especialmente sin espinas. Sin embargo aún queda mucho por hacer. Será muy necesario crear un jardín botánico, solo para nopales, en donde se introduzcan para su estudio las especies y variedades cultivadas, además de las silvestres, para realizar estudios genéticos y de mejoramiento de las variedades actuales.

Además del uso directo como alimento humano, o sea, los nopalitos, las especies de Opuntia gracias a su abundancia y ausencia de sustancias tóxicas se han usado en las zonas áridas, en forma amplia, como forraje para el ganado, muchas, especies silvestres, e incluso las cultivadas. El problema más importante para este uso es la abundancia de espi8nas y lo que se hace, es quemar las pencas antes de cortarlas (el “chamuscado”).

Desafortunadamente, y al igual de lo que sucede con otros recursos silvestres, esta explotación de nopales Para forraje se ha estado haciendo sin estudios previos y una evaluación de los mismos, con lo que se pone en peligro la riqueza silvestre, y con ello, la posible pérdida de un recurso importante que puede ser totalmente y a corto plazo, renovable.

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Para dar una idea de la magnitud de esta explotación, a continuación se presentan algunas estadísticas disponibles de la introducción de estas plantas para fines forrajeros, sólo a la ciudad de Monterrey.

Figura 10. El riego con jarros de barro ensayados por el INIREB, es una alternativa ecológicamente sensata para campesinos de escasos recursos en zonas con poco agua.

Figura 11. Los nopales silvestres o semicultivados son fuente de ingresos y recursos alimenticios de gran consideración para los campesinos de las zonas áridas

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DATOS SOBRE EL VALOR NUTRITIVO Y EL APROVECHAMIENTO DE DIFERENTES ESPECIES DE NOPAL COMO FORRAJE.

Genotipo Materia

seca

Materia

orgánica

Proteína

cruda

Grasa

cruda Fibra Ceniza E. L. N.*

Nopalea spp. 10.69 73.79 8.92 1.50 17.21 26.21 50.70

Opuntia crysacantha 15.52 73.45 3.54 1.10 4.32 26.55 64.43

O. tenuispina 12.45 70.20 4.42 1.04 5.14 29.80 59.52

O. megacantha 10.12 74.51 7.71 1.38 3.75 25.49 68.87

O. rastrera** 14.41 59.81 2.78 0.76 6.18 40.11 43.23

O. azurea 12.55 68.88 4.54 1.35 3.98 30.12 58.84

O. cantabrigensis 11.89 68.46 4.79 1.09 3.70 31.54 58.87

O. engelmanii 15.07 68.41 3.32 1.19 3.58 31.59 60.32

O. lucens 17.45 69.59 3.67 0.57 2.58 30.43 62.75

O. lindehimeri* 11.57 74.50 4.15 1.03 3.02 25.50 66.25

O. robusta** 10.38 81.41 4.43 1.73 17.63 18.59 57.61

O. streptacantha** 16.10 79.38 3.17 1.99 18.88 20.62 55.34

O. leucotricha** 4.50 74.00 7.56 2.66 14.00 26.00 49.78

O. imbricada 17.71 84.25 7.11 1.75 11.51 15.75 63.86

O. cacanapo 16.95 72.51 5.19 2.06 11.20 27.49 54.04

O. stenopetala 13.24 77.87 8.84 1.74 9.14 22.13 58.16

O. duranguensis 10.34 82.94 4.51 1.29 8.23 17.06 68.91

O. Picus-indica var. Amarillo oro

11.29 86.93 3.80 1.38 7.62 13.07 74.13

*Elementos libres de nitrógeno (E. L. N.)

** Principales especies de Opuntia utilizadas como forraje, además de O. microdusys, O. pilifera y O. Máxima que no figuran en el cuadro.

Porcentaje de digestiblidad del nopal (Opuntia Picus-indica) reportado por varios autores

Especie Materia

orgánica

Proteína

cruda

Grasa

cruda Fibra E. L. N.*

Bovino 69.00 12.00 71.00 37.00 80.00

Bovino 71.00 55.00 70.00 46.00 78.00

Ovino 64.00 56.00 74.00 13.00 76.00

Ovino 68.60 68.00 31.00 53.20 73.80

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Porcentaje de digestibilidad de cinco raciones alimenticias (Hare, 1908)

Alimento M.S. Ceniza Proteína cruda

Grasa Cruda

Fibra E. L. N. M. O.

Nopal solo 64.91 35.69 45.56 68.46 47.66 80.77 72.76

Alfalfa sola 55.88 39.29 65.56 37.94 40.35 69.84 57.75

Harinolina sola 73.70 23.70 88.40 93.30 55.50 60.60 76.10

Nopal y alalfa 68.41 80.59 60.65 52.28 37.37 78.65 64.38

Nopal y harinolina 74.86 57.32 73.70 103.30 35.55 68.77 76.19

Es evidente que esta situación no debe prolongarse por un mayor tiempo y se hace necesario aunar esfuerzos y sabiduría de los agricultores de nopal de Milpa Alta y otros lugares, con los conocimientos agronómicos, botánicos y ecológicos, para definir las políticas del aprovechamiento forrajero de los nopales silvestres y realizar a toda costa su cultivo y repoblación.

Un uso interesante de Opuntia se le conoce principalmente del estado de Oaxaca en donde una especie de este género se le utilizó para cultivar una cochinilla o grano que es un insecto (Dactylopius spp) del que se extrae un colorante carmín muy apreciado en la industria textil. Este uso fue muy importante durante la colonia, pero por motivos de competencia con otros países durante la independencia y más sintéticos, su uso decayó y el cultivo se abandonó. Sin embargo, en tiempos recientes su demanda aumenta y quizá podría rehabilitarse su cultivo ya que la industria lo demanda. Actualmente México lo importa de Perú y esto es un absurdo.

Para aquellos que se interesen en conocer con mayor profundidad estas mexicanísimas plantas inmortalizadas en nuestro escudo nacional, les recomiendo consultar la obra Las Cactéceas de México de H. Bravo.

Loa magueyes. Son miembros del género Agave y pertenecen a la familia de las Agaváceas. Al igual que los nopales sus especies son áridas y subáridas de México. La mayor parte de las mismas son nativas de México y sólo se conocen tras especies en Estados Unidos de América, Caribe y centro y norte de Sudamérica. Varias de sus especies son de interés económico y se cultivan en muy diversas partes del mundo, sido quizá la más conocida a nivel mundial, el sisal.

La historia de los magueyes es muy parecida a la de los nopales. Sabemos que se usan y cultivan desde antaño pero poco nada se sabe de cómo se seleccionaron y mejoraron. Los estudios arqueológicos nos indican que los mexicanos han domesticado magueyes desde hace 9 mil años¹. Lo que tenemos en la actualidad es una serie de interesantes e importantes especies y variedades de Agave que manipularon nuestros antepasados y que con el auxilio de la ciencia moderna estamos tratando de entender. En los magueyes es interesante también el hecho de que los grandes y majestuosos magueyes cultivados son también poliploides, incluso pentaploides.

Al igual que los nopales, los magueyes tienen muchas especies de interés económico diverso y algunas de ellas han tenido, y tienen, una enorme importancia industrial, además de la alimenticia, como es el caso de las especies productoras de fibras y bebidas alcohólicas.

Magueyes pulqueros. Varias especies de Agave se cultivan para la obtención de pulque y a pesar de que el consumo de esta bebida alcohólica está en descenso, sigue siendo un recurso importantísimo para muchas comunidades rurales. La savia que fluye al hoyo producido por el corte del ápice (cogollo) del maguey es producida por las hojas no cortadas y se conoce como “aguamiel” y cuando se fermenta se denomina “pulque”.

El proceso para obtener este aguamiel es muy interesante y consiste en que una vez que un maguey se reconoce que va a florecer, el recolector de pulque, conocido como “tlachiquero”, corta con un instrumento especial al centro del maguey y va raspando hasta dejar una cavidad en la base de las hojas. En esa cavidad, que se tapa con una piedra o con otro objeto, se acumula la savia que diariamente producen las hojas y que el campesino bebe para calmar su sed o la puede extraer por succión con un recipiente especializado. Este aguamiel se lleva para su fermentación a los beneficios y de ahí se distribuye a las pulquerías.

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El pulque, contrariamente a lo que se cree, es una bebida alcohólica moderada (similar a la cerveza), nutritiva, que ha caído en desuso por mala propaganda y mal manejo sanitario del producto. Sin embargo, creemos que su rehabilitación no sólo es posible, sino deseable, ya que implica un recurso biótico de zonas en donde otros cultivos no son posibles y genera trabajo para muchos mexicanos de estas zonas marginadas.

Figura 15. Los magueyes pulqueros son un importantísimo recurso vegetal. En esta foto puede observarse un maguey en explotación. Las hojas centrales se han eliminado para sacar el aguamiel. La piedra sirve de tapón una vez extraído el aguamiel del día. (Fot. Arturo Gómez-Pompa)

Lo que sin duda se requiere, es desarrollar una tecnología para la extracción, procesamiento y comercialización del pulque que sea sanitariamente aceptable y rentable.

En México ha existido una Comisión del Maguey y del Nopal que se supone debió haber hecho esto. Sin embargo, parece que sus objetivos se desviaron a otras áreas de menor importancia nacional. Ojalá pronto se retome el camino adecuado y se rehabilite esta bebida tan mexicana y tan importante. Si el vino y la cerveza son aceptados como bebidas, el pulque tiene mejores credenciales para su uso por los mexicanos.

Se han reconocido seis especies de magueyes productores de pulque pero probablemente existen otras más. Las identificadas son: Agave salmiana, Agave mapisaga, Agave atrovirens, Agave feroz, Agave hookeri y Agave americana. Dentro de ellas existen múltiples variedades sólo conocidas por los campesinos y nunca descritas científicamente.

Las plantas de maguey pulquero, además de servir como productoras de esta bebida, tienen otros innumerables usos: las hojas secas se usan como leña, para techos y bardas; de las hojas se extrae una fibra de múltiples usos, la base de las hojas y el meristemo del tallo son comestibles (masticados), las flores y los tallos florales jóvenes (“quiotes”) de algunos magueyes son también comestibles, las espinas terminales se utilizan como agujas, la planta seca se usa como leña, la cutícula de la hoja para envolver y en sus hojas vive la larva de una mariposa que es comestible (“gusano de maguey”).

Además de estos usos los magueyes pulqueros se siembran en hileras como cortinas rompevientos, para delimitar terrenos y en lomeríos siguiendo los contornos de las pendientes para controlar la erosión; a estas hileras se les denomina “metapancles” y se les conoce desde épocas prehispánicas. Su importancia parra los antiguos mexicanos fue tal que deidificaron al maguey.

Los magueyes pulqueros, al igual que muchas otras especies de Agave, son monocárpicos, o sea, que florecen una sola vez en su vida y esto sucede cada 8-12 años según la especie y el ambiente.

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Después de florecer mueren y quedan brotes vegetativos (hijuelos) que reemplazarán a la planta madre.

La cutícula de las hojas, usada como papel por los antiguos mexicanos, se sigue utilizando hoy en día para preparar el “mixtote”, guiso de borrego envuelto en la cutícula del maguey, muy apreciado. Un uso importante de estos magueyes es como forrajes y esta utilidad es reciente y ofrece muchas posibilidades.

Magueyes para fibra. Muchas especies de Agave se usan para obtener las fibras de sus hojas, con las cuales se elaboran una multitud de productos: costales, cuerdas, petates, etc. las más conocidas son, henequén, sisal y el ixtle de lechuguilla.

El henequén y el sisal pertenecen a dos especies distintas: Agave fourcroydes y Agave sislana. La calidad de su fibra es también distinta y dentro de ellas existen muchas variedades aún poco conocidas científicamente. Estas especies se cultivan ampliamente en las zonas semiáridas de la Península de Yucatán, y en menor escala en varias partes de la República, siendo notables las plantaciones del sur del estado de Tamaulipas.

En el pasado, el henequén y el sisal jugaron un papel muy importante en la economía de Yucatán, pero en el presente la situación ha sido desfavorable por la competencia internacional de otros países que introdujeron nuestras especies y ofrecen el mismo producto a menor precio y mejor calidad, y también por la competencia con las fibras sintéticas que han desplazado a los productos de estas fibras. Este problema se ha tornado muy grave para México ya que el clima y los suelos de las zonas en donde se cultivan, no favorecen otros usos alternativos, con excepción de algunos frutales.

Por estos motivos se hace imprescindible mejorar nuestras plantaciones y la tecnología, para ofrecer mejor producto al mercado internacional y al mismo tiempo, favorecer la investigación científica y tecnológica para diseñar nuevos usos para esta materia prima.

Afortunadamente el Gobierno Federal ha creado el Centro de Estudios Científicos de Yucatán (CICY) con el principal objetivo de estudiar estos productos y encontrarles nuevos usos. Entre los más interesantes es el utilizar el bagazo (lo que queda después de extraer la fibra) para obtener sapogeninas (siendo la hecogenina la principal) que puedan utilizarse para la elaboración de algunas hormonas esteroides. Desafortunadamente esta opción no ha tenido éxito por la competencia con

Figura 16. los magueyes pulqueros se usan para delimitar terrenos agrupados en hileras (metapancles), para controlar la erosión y como cortinas rompevientos. (Fot. Adalberto Ríos S.)

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otras sapogeninas de mejor calidad y menor precio. Sin embargo, esta posibilidad queda aún abierta.

Otro uso para estos recursos, que ha estado en estudio, es el usarlas como materia prima para la fabricación de papel. Si llegara a materializarse este uso, sí sería de gran importancia ya que México es un importador de celulosa y papel. Aunado a ello está el hecho de que México está usando pinos para la fabricación de papel, en lugar de utilizarlos para otros fines más rentables y necesarios.

En contraste con los magueyes cultivados antes mencionados, el Agave lechuguilla es una especie de la que se extrae una fibra conocida como “ixtle de lechuguilla” que además de usarse en cordelería, tiene gran demanda para hacer cepillos. Este maguey crece en forma silvestre y abundante en las zonas áridas de varios estados del norte del país. De la extracción de esta fibra viven cientos de miles de campesinos de estas regiones.

El mercado para esta fibra tiene problemas similares a los anotados para el henequén y el sisal y también es notable la falta de investigaciones científicas y técnicas acerca de esta especie y sus productos. Se sabe que existen variedades y quizá especies distintas, pero nadie las ha estudiado con detenimiento. Tampoco se ha intentado su selección y su posible cultivo, quizá debido a su abundancia en el estado silvestre. La lechuguilla representa otro recurso biótico de las zonas áridas mexicanas que requiere una mayor atención por parte de los centros de investigación nacionales.

Magueyes para bebidas alcohólicas. Dos de las bebidas alcohólicas nacionales son elaboradas de especies de Agave: tequila y mezcal.

La primera se elabora de una sola especie, Agave tequilaza, que se cultiva principalmente en el estado de Jalisco. El tequila es el producto destilado de la fermentación del tronco de los magueyes que incluye la base de las hojas. El mezcal se produce en forma similar pero más rústica y se usan varias especies siendo la más conocida Agave angustifolia. Prácticamente no existen estudios de la taxonomía de las variedades cultivadas localmente de estas importantes especies.

Además de la especie antes mencionada se conocen otras varias de agave empleadas para la elaboración de mezcal; entre ellas podemos citar al Agave rhodacantha, A. shrevei, A. palmieri, A.

Figura 17. El henequén, Agave sisalana, fue la base de la economía de Yucatán (Fot. Adalberto Ríos S.)

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potatorum, A. weberi, A. wocomahi, del que obtienen el “tesguino” los tarahumaras, A. scabra, A. durenguensis.

Se conocen para México más de 80 especies de Agave y la gran mayoría han sido poco estudiadas. Es notable mencionar que en fechas recientes se han descrito varias especies nuevas para la ciencia y quizá queden aún algunas más. Para aquellos que deseen saber más de este importantísimo género de plantas recomendamos la lectura de los trabajos de Gentry,

Figura 18. Las cabezas de Agave tequilaza, están constituídas por la base de las hojas y el tronco de la planta del llamado maguey azul. En la figura inferior, plantación del mismo (Fotografías H.S. Gentry)

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Los frutales. Otros cultivos importantes de las zonas áridas y semiáridas son los frutales, que si bien requieren humedad y algunos riegos de auxilio en su establecimiento, pueden tener amplias posibilidades hacia el futuro, especialmente con el apoyo de riego por goteo.

Entre las especies más importantes podemos mencionar a los nogales que producen la nuez de castilla y la nuez encarcelada que pertenecen a géneros Carya y Juglans, respectivamente, ambos nativos y cultivados en México desde tiempos remotos. Otras plantas introducidas en forma importante son diversas variedades de la vid, Vitis vinifera, que se han adaptado estupendamente a varias zonas áridas de México y de cuya fermentación se obtienen vinos de excelente calidad.

Aún cuando, en todo el mundo, las regiones áridas son zonas marginales, poco pobladas y con muchas carencias, existen ejemplos que nos indican posibilidades hacia el futuro. Tal es el caso de Israel, que en zonas con una aridez extrema, ha logrado desarrollar una agricultura de riego por goteo sorprendente, y que es una de las líneas más importantes de exportación de ese país. Claro está que la inversión en infraestructura ha sido impresionante y difícil de igualar en países en desarrollo, pero muchos de sus avances están disponibles.

Otro ejemplo, realizado con gran éxito en México, han sido las comunidades menonitas de varias zonas áridas y semiáridas del norte del país, que con trabajo, organización y técnicas realmente notables, han logrado resultados dignos de emularse. También en este caso, tenemos la inversión de capital, pero en una escala mucho menor, y no muy alejada de los niveles de inversión que hemos manejado, para fines de desarrollo, de zonas áridas de México en el pasado. La diferencia está en la desorganización, falta de técnica y mala administración de los recursos disponibles.

Entre los frutales que tienen una buena potencialidad para su introducción en las zonas áridas mexicanas están el pistache. Pistacia spp, y el almendro, Prunus communis, que hasta la fecha no se han introducido, pero que tienen sus productos buena demanda nacional e internacional.

RECURSOS SILVESTRES

La flora y fauna de estas zonas del país es muy rica en especie. Esta región geográfica de México tiene una larga historia geológica lo que ha permitido la evolución de una flora única en el mundo. Los endemismos son muy abundantes y por ello ha sido objeto de estudios por científicos de todas partes.

Debido a la escasez de agua, estas zonas no han sido densamente pobladas en el pasado y la mayor parte de las culturas antiguas que las habitaron fueron principalmente de cazadores y recolectores. En la actualidad esto aún prevalece en unión de otras actividades complementarias de gran importancia, como es la ganadería extensiva de pastoreo.

Los recursos bióticos silvestres más importantes en estas regiones son: plantas forrajeras, plantas útiles para el consumo familiar, fauna silvestre para el consumo familiar y fauna silvestre de interés comercial.

RECURSOS FORRAJEROS

La ganadería sin da, es la actividad económica más importante de las zonas áridas y semiáridas. El ganado vacuno y el caprino son los más importantes. La ganadería en estas regiones es del tipo extensivo y en el caso del ganado vacuno, principalmente para cría. El fundamento para lograr esta actividad lo dan los recursos vegetales forrajeros de estas zonas.

Los pastizales son los recursos forrajeros por excelencia. Aun cuando especies de gramíneas se pueden encontrar en todas las regiones, las zonas más favorecidas, en donde llegan a dominar, son las regiones semiáridas de colindancia con los bosques achaparrados de encino, piñoneros y enebro. Descripciones completas de algunos de estos pastizales se pueden encontrar en diversas publicaciones.

Estos pastizales son ricos en especies forrajeras entre las que se destacan: Bouteloua gracilis, B. curtipendula y optras.

La información disponible sobre la calidad de las plantas forrajeras mexicanas es muy escasa a pesar de la importancia que esta tiene. Lo mismo sucede con la relacionada a los coeficientes de agostadero, o sea, la cantidad de cabezas por unidad de superficie. Dado que este último dato tiene

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grandes implicaciones políticas, ya que define la máxima cantidad de tierra que una persona puede poseer, la información es vaga y rara vez sustanciada con datos experimentales. Consecuencia de todo esto es que la gran mayoría de nuestros terrenos de agostadero nos e usan adecuadamente; generalmente son sobre pastoreados, provocando pérdida de recursos forrajeros y del suelo.

Las técnicas para un buen manejo de los pastizales están disponibles gracias a los esfuerzos de investigadores mexicanos, siendo de especial mención los trabajos del Rancho Experimental en La Campana, de Chihuahua. Vale mencionar que las técnicas para el manejo de estos pastizales son las mismas que las que se recomiendan para los Estados Unidos de América ya que tienen condiciones ecológicas muy similares. Es importante también hacer una mención especial a los trabajos que realizan los investigadores del Instituto de Ecología, en la zona de influencia de la Reserva de la Biosfera del Desierto de Mapimí en el estado de Durango, en relación al conocimiento y manejo de los recursos forrajeros de esa zona.

En fecha también reciente se han venido estudiando una serie de plantas de alta calidad forrajera para estas regiones; tal es el caso de la llamada costilla de vaca Atriplex canescens, que podría cultivarse con estos fines en distintas zonas del país. Lo mismo sucede con muchas otras especies nativas que son recursos potenciales forrajeros de enorme importancia.

Una idea innovadora y de gran potencialidad para el futuro, la han venido desarrollando investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB). Consiste en establecer pequeñas unidades de producción animal, con ganado estabulado o semiestabulado, al que se le alimenta de esquilmos agrícolas y especies forrajeras cultivadas para ese fin, como puede ser nopal, costilla de vaca u otras plantas que localmente se seleccionen para su cultivo, añadiendo a estas, forrajes silvestres de calidad conocida como mezquites y huizaches. En estas unidades se podrían criar cerdos, conejos, gallinas y pavos, además de vacas y cabras. En estas unidades se experimenta también el riego por jarros, antes mencionado.

PLANTAS ÚTILES PARA EL CONSUMO FAMILIAR

Sería imposible hacer una lista de estos importantísimos recursos bióticos ya que, tal como se mencionó anteriormente, cada grupo humano vive en un medio distinto y ha desarrollado su propio conocimiento de los recursos que le rodean y que utiliza en forma cotidiana sea para alimentación, medicina, construcción, leña y otros usos.

Para ilustrar la riqueza de estos recursos, a continuación se presenta una lista de plantas medicinales de una comunidad en el desierto de Nuevo León.

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PLANTAS ÚTILES DE INTERÉS INDUSTRIAL

En las zonas áridas existen varias especies que se utilizan industrialmente y otras que han venido estudiándose con el mismo propósito. A continuación haremos referencia a las que se consideran más importantes.

Candelilla. Esta planta tiene una amplia distribución en el norte de México en donde se le utiliza para extraer la cera de la que está cubierta. El nombre científico de esta planta alude a su uso en la medicina popular y es el de Euphorbia antisiphilitica, la cual pertenece a la familia de las Euforbiáceas que es a la que pertenece a la flor de nochebuena, Euphorbia pulcherrima.

La cera de candelilla tiene múltiples usos: fabricar grasas para calzado, pisos y autos gracias a sus propiedades lustradoras, en la fabricación de pinturas, como impermeabilizante tiene diversos usos, como sustituto de otras ceras de menor punto de fusión y muchos otros más. Hace pocos años se descubrió su empleo como protector de la deshidratación de cítricos de exportación. La cera se extrae en forma muy rudimentaria, en el mismo campo, en grandes ollas de agua hirviendo.

La explotación de la candelilla ha sido muy intensa en algunas regiones habiendo terminado con grandes poblaciones de la planta. Hasta la fecha no hay un plan bien definido para asegurar su explotación conservacionista. Esto podría ser indispensable si la demanda del producto aumentara en un futuro.

Un hecho de gran importancia, en relación a este recurso, es que la población que se dedica a la recolección y extracción inicial de la cera son personas de muy escasos recursos que a menudo combinan el “tallado” de la lechuguilla para extraer el ixtle, con este otro recurso, ya que ambos se les encuentra con frecuencia en las mismas zonas; candelilla y lechuguilla constituyen, a menudo su única fuente de ingresos adicionales. Solo por este motivo vale la pena que todos los involucrados en el proceso, desde la investigación hasta la exportación, coordinen sus esfuerzos para buscar nuevas técnicas, nuevos usos y más mercados.

Guayule. Desde la Segunda Guerra Mundial se identificó el guayule como un recurso hulífero potencial. Desde esa época se hicieron estudios minuciosos sobre la taxonomía de esta notable especie, Parthenium argentatum, de la familia de las Compuestas, a la que también pertenece el girasol, Helianthus annus. Además de estos estudios se investigó su genética y posible cultivo. En México renació por esta planta gracias al trabajo del Centro de Química Aplicada (CIQA) que desarrolló, hasta nivel de planta piloto, la extracción de hule de bastante buena calidad, a partir del guayule. Sin embargo, la falta de continuidad en las acciones y la aparente baja rentabilidad de la posible industria, detuvieron los trabajos. Pero el guayule seguirá siendo un recurso potencial de gran importancia para México, máxime si sabemos que se importan cientos de toneladas de hule natural al año.

El hule natural del comercio internacional proviene del árbol tropical, hevea brasiliensis, también de la familia de las Euforbiáceas, originario del brasil, pero cultivado extensamente solamente en Malasia. La razón por la que no se cultiva extensamente en América tropical es debido a un hongo que ataca las plantaciones y que no se ha podido controlar.

En México también cultivamos el hule del Brasil y hasta ahora no hemos tenido la terrible fungosis, pero si esto llegara a suceder, el guayule podría ser una alternativa importante, al igual que el hule mexicano del trópico, Castilla elastica, especie de la familia de las moráceas. Independientemente de todo lo anterior se considera que el guayule es un recurso que no debe ser abandonado en su investigación y desarrollo. Es necesario que México se adelante a los problemas y no sólo responda a los mismos, cuando se presentan.

Jojoba. Desde hace algunos años se conoce este interesante arbusto de los desiertos de Sonora y Baja California que pertenece a la rara familia de las Buxáceas y cuyo nombre es Simondsia chinensis. Este arbusto produce unas semillas con aceite de gran calidad, que sustituye al de las ballenas. Este aceite ha tenido una gran aceptación en la industria de los cosméticos, con lo que ha adquirido un gran valor. Sin embargo, su empleo industrial en el futuro será su uso más importante.

Esta especie es dioica, o sea, que existen plantas masculinas y femeninas y esto ha dificultado su cultivo, aun cuando permite fácilmente el mejoramiento genético. Actualmente existen plantaciones comerciales en el estado de California en los Estados Unidos de América, y en el estado de Sonora, en México. Sin embargo, se tienen introducciones y esfuerzos para su cultivo en Israel, Australia, India, Sudáfrica y Brasil.

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A pesar de que México es el país de origen de esta especie y en donde existe la diversidad genética más importante, no es aquí donde se tiene el liderazgo de la investigación. Esta es una situación que debería remediarse, ya que la joroba es un nuevo recurso para nuestras zonas áridas, en donde estas oportunidades no se dan con frecuencia.

OTROS RECURSOS VEGETALES

Existen un sinnúmero de especies de plantas de estas zonas que actualmente se usan, o que tienen un potencial comercial. Entre ellas podemos citar el sotol que es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación del tronco y base de las hojas de la especie, Dasylirion texana. De la Yucca carnerosana, se consigue una fibra de muy buena calidad de la punta de las hojas, que recibe el nombre de “fibra de samandoca”.

Del mezquite, que es una Leguminosa del género Prosopis, del cual se conocen varias especies, se comercializan sus frutos principalmente para alimento de animales. La producción de frutos puede llegar a las cuatro toneladas por hectárea sin riego, la goma que se obtiene de heridas en sus troncos puede ser un sustituto de la gomo arábiga que se importa, en grandes cantidades, para dulces y medicinas.

La semilla de varias especies de izote, Yucca spp), tienen una buena cantidad de sapogenina, la sarsapogenina utilizada para la fabricación de algunas hormonas esteroides; sin embargo, hasta la fecha esto no se ha llevado a cabo, dado que en nuestro país existen otras materias primas mejores y más económicas. La gobernadora, Larrea divaricada, arbusto muy abundante en las zonas áridas y subáridas -y a menudo la especie dominante- se le ha venido estudiando para v el la posibilidad de su aprovechamiento por las sustancias antioxidantes y antimicrobianas que contienen así como por su potencialidad forrajera.

Otro recurso potencial de descubrimiento reciente por científicos del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) e Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, es la barreta, Helietta parvifolia, de la que se han aislado una serie de aceites esenciales con propiedades biocida para un amplio espectro de plagas, el famoso orégano, Limpia spp, es un recurso silvestre de las zonas áridas mexicanas que requiere estudios para su domesticación ya que tiene gran demanda comercial.

Un recurso biótico notable de nuestras zonas áridas y que hasta ahora sólo se explota en el Valle de México es el alga Spirulina geitleri. Esta interesante alga microscópica solo puede vivir en aguas con grandes concentraciones de sal como las que se dan en algunas cuencas cerradas de zonas áridas y tiene la importante característica de poseer un contenido proteico muy alto (hasta 70%) de buena calidad y fácil asimilación. Como en estas condiciones ecológicas de alta salinidad son muy pocos los organismos que sobreviven, esta planta puede cultivársela con cierta facilidad. Las propiedades alimenticias del alga eran conocidas desde la antigüedad y sólo recientemente se le ha dado la importancia que merece.

En condiciones naturales, únicamente era conocida como recurso natural y usada como tal, en México y en Chad (África). En México, existe una compañía (Sosa Texcoco) que la recolecta, seca y vende. Al igual que en muchos otros casos, la falta de investigación y visión hacia el futuro nos ha dejado atrás de otros países, que viendo la importancia del recurso, lo han estudiado profundamente y ahora lo cultivan en condiciones controladas con mejor calidad y a precios competitivos.

La tecnología para el cultivo comercial de Spirulina la han desarrollado principalmente Japón, Francia e Israel. Ojala pronto dediquemos más atención a este recurso biótico de alto contenido proteico ya que nuestro déficit en este renglón, tanto en alimento humano como de animales domésticos, es grande. Basta mencionar que una hectárea de cultivo de Spirulina puede dar 28 toneladas de proteína que, comparada con los 100 kgr. Por hectárea de proteína que nos da el maíz, es notabilísima la diferencia y por tanto la importancia.

Una mención especial como recursos de las zonas áridas y subáridas merece la familia de las Cacatáceas, que cuenta con más de 278 especies silvestres en México.

Estas plantas son fuertemente codiciadas por viveristas y colectores aficionados, por su rara belleza y alto precio que alcanzan algunas de sus especies. En todo el mundo se han formado grupos de aficionados al cultivo de estas notables plantas mexicanas y por ello la demanda de las mismas.

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También los jardines botánicos de todo el mundo tienen secciones dedicadas a esta familia y a exhibiciones especiales de estas plantas, como es el caso del Jardín Botánico de Mónaco.

Desgraciadamente, en México, poco hemos hecho para cuidar y propagar este importante recurso. Nuestro descuido ha llegado al grado que prácticamente se han extinguido, algunas especies, en la vida silvestre. El resultado de esto, es que los coleccionistas, al saberlo, pagan precios muy elevados precisamente de especies raras o en peligro de extinción, con lo que el problema se agrava.

Lo que procede es suspender todos los permisos de cualquier tipo que amenacen este recurso. Establecer convenios con los países importadores para pedir su ayuda y evitar el contrabando y estimular en México los estudios de estas plantas y los jardines botánicos que se encarguen de propagar las más raras. Identificar las zonas que se consideren reservas biológicas nacionales de cactáceas y prohibir en estas zonas toda explotación.

Al mismo tiempo estimular a viveristas mexicanos a propagar especies raras, que les darán los jardines botánicos autorizados con fines de comercialización. Evidentemente esto requerirá un esfuerzo y una organización a la que no estamos acostumbrados, pero será la única manera de conservar y aprovechar adecuadamente nuestras hermosas cactáceas.

FAUNA SILVESTRE

Los animales salvajes de las zonas áridas y semiáridas son un recurso importante para sus habitantes. Con frecuencia constituyen un complemento a la dieta familiar.

Los especies silvestres comestibles comunes son los conejos, Sylvilagus spp, liebres, Lepus spp, venado, Odocoileus virginianus, jabalíes, Tayassu spp, armadillos, Dasypus novencinctus, y varias especies de aves comestibles como paloma, Columba spp, codorniz, Colinus virginianus, e incluso el guajolote silvestre, Agriocharis ocellata, en algunas zonas.

Existe otro número de especies animales silvestres que también son comestibles pero cuya abundancia es menor; tal es el caso de la tortuga del desierto, Gopherus flavomarginatus, que en la región de Mapimí era muy apreciada y que por este motivo llegó a estar en peligro. Sin embargo, gracias a la actividad del Instituto de Ecología y a la comprensión de los habitantes de esa zona, la especie está ahora protegida no sólo por la ley sino lo que es más importante, por los habitantes de la región.

Figura 22. Las cactáceas mexicanas son apreciadas en el mundo entero por su notable hermosura. El jardín botánico de Mónaco, uno de los más importantes, las usa como atractivo principal. (Fot. Jardín Botánico de Mónaco).

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Muchas de las especies antes mencionadas, además del valor local que tienen por ser comestibles tienen otro adicional, que puede ser incluso más valioso, el cinegético.

La cacería deportiva en México ha sido un pasatiempo importante, al que no se le ha dado la importancia que merece. El cazador deportivo está dispuesto a pagar un precio mucho mayor por sus piezas que el valor intrínseco de las mismas. Sin embargo, las leyes y las costumbres no han

logrado sacar una mejor partida de este recurso biótico de nuestras zonas áridas y semiáridas.

Hasta la actualidad nadie se considera dueño de la fauna silvestre, y aparentemente, cualquiera puede penetrar en un terreno deshabitado, que no sea de su propiedad, a cazar sin tener que pagar nada a nadie. Muy distinto es el caso del ganado doméstico, que está protegido totalmente y hasta el abigeato llegó a estar penado incluso con la muerte.

Este concepto de que la fauna silvestre es de todos y de nadie nos ha llevado al caos que rige hasta la fecha en la administración de este recurso.

Esta desorganización ha hecho que disminuya notablemente el recurso e incluso ha extinguido poblaciones enteras en varias regiones del país y puesto en peligro la existencia misma de muchas especies, como berrendo, Antilocapra americana, oso gris, Ursus Nelson, oso negro, Euarctos americanus, borrego cimarrón, Ovis canadensis, cocodrilo, Crocodytus moreletii, caimán, Caiman crocodilus, tapir, Tapirella bairdii, puma, Felis concolor, tigrillo, Felis wiedii y muchas otras menos conocidas, están a punto de desaparecer en México.

Caso especial es el de comercio de aves conoras y de ornato, que ha llegado a ser un escándalo internacional el tráfico ilegal de este recurso mexicano. Muchas de estas aves son nativas de las zonas áridas y semiáridas de México y dado que, especialmente las aves de presa como águilas, halcones y gavilanes, alcanzan precios elevados gracias a los aficionados a la cetrería, los campesinos atrapan a estas aves y las venden a precios irrisorios.

El resultado final es que estas aves en su mayoría mueren a los pocos meses de atrapadas, y se eliminan de la naturaleza a depredadores escasos que juegan un papel importante en el equilibrio

Figura 23. La tortuga del Desierto de Mapimí, Gopherus flavomarginatus, que estaba a punto de extinguirse, se le protegió dentro de la Reserva de la Biósfera de Mapimí del Instituto de Ecología y ahora está a salvo (Fot. Instituto de Ecología, A.C.)

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ecológico de los ecosistemas. Es evidente que hace falta una legislación muy estricta; pero más que eso, se requerirá una concientización de la ciudadanía para informarla y prevenirla.

La solución a muchos de los problemas antes señalados, estará en un ordenamiento del territorio nacional con legislación que favorezca el uso racional de nuestra fauna, y restrinja y sancione a las personas o actividades que la pongan en peligro. Es indispensable que se le dé a la fauna silvestre el valor que se merece y estimular la creación de cotos de caza, que bien manejados, protegen la fauna y estimulan la actividad regional.

En España, por ejemplo, existen cientos de Cotos de Caza de diversos tipos que son manejados principalmente por concesionarios que pagan al propietario del predio y al gobierno una cuota por la explotación del sitio. Todo cazador debe estar registrado y paga por ese derecho; con él puede ir a cualquier coto en donde se le fijan el número de piezas que se le permiten cazar y sobre ellas también deberá pagar.

Las ventajas de una organización así, es que se restringe al cazador furtivo ya que el propietario, concesionario y las propias autoridades, vigilarán que esto no suceda. Al mismo tiempo vigilarán en cada coto que la fauna no disminuya y al contrario favorecerán la cría en cautiverio para su posterior liberación (Fig. 24). Por otro lado el cazador también se ve favorecido al tener sitios seguros y bien manejados para practicar su deporte.

Esta solución, que es muy viable para México, la han adoptado un buen número de países, con gran éxito. Dada la riqueza de la fauna mexicana en estas zonas áridas y semiáridas y la belleza de los paisajes, seguramente podría ser también un atractivo turístico de importancia. Para dar una idea de la magnitud de lo que esto podría significar, sólo cabe mencionar que en algunos países europeos la cacería es una actividad que representa varios miles de millones de dólares al año.

Sin duda, que esta actividad no sólo es para zonas áridas y subáridas sino para todo el país,; sin embargo, se piensa que es en estas zonas en donde sería más sencillo iniciar esta actividad por su baja densidad de población humana, su más accesible control y en donde existe una gran necesidad de actividades productivas basadas en sus recursos silvestres.

ZONAS TEMPLADAS Y FRÍAS

(Climas C de Koeppen)

Estas regiones, se encuentran situadas principalmente en las zonas montañosas de nuestro país en donde la precipitación excede a la evaporación potencial del suelo y generalmente es superior a los 500 mm y la temperatura promedio del mes más frío inferior a los 18º C.

En esta categoría climática entran una gran diversidad de ecosistemas que incluyen pinares, encinares, oyametales y matorrales de muy diverso tipo e incluso algunas selvas y bosques de zonas húmedas y templadas del sur de México, como es el caso de los bosques caducifolios de liquidámbar y las selvas altas subperennifolias de lauráceas.

Por su clima agradable, estas regiones han sido preferidas para establecer centros de población desde la antigüedad y muchas capitales de los estados de la República están ubicadas en esta gran región climática. Por este motivo sus recursos naturales han estado sometidos a una enorme presión poblacional, que se ha traducido en un gran deterioro ambiental. Dada la característica montañosa de estas regiones, la agricultura y ganadería, si no se practican adecuadamente, son causantes de erosión y esto es un fenómeno que, desafortunadamente, caracteriza a toda esta región.

Los recursos bióticos más importantes, además de los agropecuarios, son los forestales y a ellos se hará referencia especial en este capítulo.

AGRICULTURA

Son las regiones de agricultura de temporal por excelencia. En ellas se produce la mayor parte del maíz y frijol de México, además de un sinnúmero de otros cultivos de importancia nacional. Desde la papa que se cultiva en las altas montañas. Hasta el cafeto en las laderas de las zonas húmedas en donde habitan, o habitaban, los bosques de encino y liquidámbar.

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El intentar hacer una descripción, aunque fuera somera, de las actividades agropecuarias sería inadecuada ya que son de tal importancia y diversidad que rebasan los objetivos de este libro. Pro este motivo sólo se hará referencia a estas actividades, en relación a otros recursos.

Un hecho muy importante de señalar es que en estas zonas es en donde nacen todos nuestros ríos, y por ello, son la fuente de agua para todo el país, esta agua que escurre superficialmente o que penetra a los mantos acuíferos que brota en manantiales o permanece en el subsuelo, es de fundamental, importancia para estas regiones y el resto del país y no se le ha dado el valor que tiene.

Lamentablemente este hecho tan sencillo no ha sido tomado en cuenta para el desarrollo de estas regiones y con frecuencia se han cometido errores costosos e irremediables. Para poder entender esto es necesario conocer, aunque sea superficialmente, el ciclo del agua en la naturaleza.

El agua que llueve en estas zonas montañosas proviene principalmente de la evaporación del agua del mar que llega a la tierra en forma de grandes masas de aire húmedo, que al ascender en las montañas, el aire se enfría y el agua se condensa y precipita,. Esta es la razón por la cual las zonas más húmedas del país son las montañosas. La humedad de estas regiones proviene principalmente de la precipitación, pero además, una fuente muy importante es la humedad atmosférica que se condensa en las hojas, ramas y tallos de las plantas y que también tiene un papel importante en la recarga de acuíferos y en el microclima local.

La vegetación forestal, que es la natural en estas regiones, juega un papel múltiple en lo que se refiere al agua. Además de ser un condensador de la humedad ambiental, es un amortiguador de la lluvia y granizo, que si cayeran directamente al suelo provocarían su erosión y al mismo tiempo la vegetación funciona a manera de esponja, acumulando humedad y agua que desciende más lentamente al suelo con que se permite una mayor penetración de agua al interior del suelo y menos escurrimiento superficial.

Este sencillo sistema hidráulico es producto de una evolución de millones de años y permite, precisamente la conservación del suelo, agua y recarga de acuíferos, y con ello, la vida en todas sus manifestaciones.

Cuando en estas zonas montañosas reemplazamos al bosque por un cultivo herbáceo anual, todo este equilibrio se pierde. La lluvia arrastra el suelo hacia las zonas bajas por escurrimientos superficiales. En una región de Veracruz de Perote, se ha calculado que en estas circunstancias se pierden hasta 100 toneladas de suelo por año.

Además de esto, la falta de capa forestal, con su efecto concentrador de humedad y amortiguador pluvial, impide la recarga normal de acuíferos, con lo que manantiales de zonas bajas resienten la disminución, o sencillamente, se secan.

Esta serie de situaciones, presentada en forma sencilla, es una de las mayores tragedias de México. Muchas zonas montañosas han sido descubiertas de sus bosques, y dedicadas a cultivos anuales fuertemente erosionadotes, con lo que se aumentan los problemas, y el resultado es la pérdida de millones de hectáreas de suelos forestales, azolvamiento de cuerpos de agua y disminución de los acuíferos con todas las consecuencias que estos tres efectos producen en otros aspectos de las actividades humanas.

Este problema no es de reciente descubrimiento, ya nuestra legislación forestal lo prevé, al prohibir los desmontes en terrenos con pendientes de más de 12%. Si esto sólo se hubiera respetado, México sería un país totalmente distinto y con muchos menos problemas ecológicos.

Las soluciones al problema resultan evidentes, aunque no fáciles de llevarse a cabo, y serían: permitir sólo cultivos forestales en zonas con pendientes pronunciadas; en caso de requerir cultivos que producen erosión exigir obras de conservación de suelo y agua, como pueden ser terrazas, estanques o cortinas de árboles que actúen de amortiguadores de la erosión y recargadotes de acuíferos. Este es un problema que no sólo tiene México, sino muchos otros países, que lo han resuelto, y bien podríamos copiarles sus buenos métodos de conservación de suelo y agua.

RECURSOS FORESTALES

La capacidad ecológica de las regiones montañosas y frías es la forestal. Los bosques de estas zonas son los recursos bióticos silvestres más importantes, no sólo por las materias primas que ellos

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proveen, sino por el papel ecológico que cumplen en relación al ciclo hidrológico y a la conservación de suelos, antes mencionados.

En la actualidad la superficie ocupada por estos ecosistemas es de aproximadamente 30 millones de hectáreas lo cual nos da una comparable a la de países netamente forestales como lo son Finlandia y Suecia con la diferencia de que nosotros no somos autosuficientes. Las razones para que esto ocurra son varias: abrupta topología de nuestras zonas forestales, que hace muy costoso su acceso y extracción; desorganización de nuestra industria cuyos planes casi nunca son a largo plazo, como debería ser para este tipo de recursos, lo cual está ligado a una ineficiente y a menudo corrupta administración pública de nuestros recursos forestales.

Aunado a todo esto se tiene una presión de población sobre estas zonas que las reclama para fines agrícolas y ganaderos, a pesar de que su capacidad no lo sea, por los motivos antes expuestos; sin embargo, como la presión es ejercida por grupos campesinos económicamente marginados y en cierta forma expulsados de otras zonas del país, el gobierno ha tenido que permitir estas actividades, a pesar de que violan la ley y a sabiendas de los daños irreparables que producen. El resultado de todo esto es la disminución progresiva de nuestros bosques en las zonas templadas y frías.

Otro factor, no menos importante, es que una vez que se tiene una explotación forestal concesionada, las zonas de corte son inmediatamente usadas por pastores de borregos, cabras o vacas, con lo que la regeneración natural, tan importante y características de estos bosques, no ocurre, y en cambio el sobrepastoreo favorece la erosión, y con ello, se hace incluso difícil la reforestación posterior.

Esta situación ha prevalecido por muchos años, prácticamente desde la conquista, y lo que sucede es que sólo hasta tiempos recientes nos hemos dado cuenta del proceso, debido a la mayor demanda de productos forestales y a la presión de la población por nuevas tierras que cultivar.

La situación es de tal gravedad que amerita una acción de emergencia nacional que detenga el proceso y recupere muchas de las zonas, climáticamente forestales, y que ahora están abandonadas por el proceso erosivo o por el empobrecimiento edáfico.

La importancia de una acción de esta magnitud no sólo es por la recuperación ecológica y su impacto en suelos, agua y microclima, sino porque los pronósticos de necesidades de productos forestales de México hacia el inmediato y mediato futuro, exceden cualquier cálculo conservador. Lo mismo es aplicable a todo el mundo y sus necesidades de estos recursos bióticos.

Ahora bien, si analizamos el potencial de México en estos recursos forestales, la situación es totalmente positiva. La riqueza biológica de nuestros recursos forestales en las zonas templadas y frías es enorme, y en muchos sentidos, un patrimonio de la humanidad.

Para dar una idea más clara de lo que esto significa, debemos mencionar que México cuenta con más especies de pino y encino que ningún otro país del mundo, y algunas especies de pinos mexicanos se utilizan ampliamente en programas de reforestación en muchas áreas del planeta. De hecho, contamos con el germoplasma más rico de este género de árboles.

Además, algunos pinos mexicanos tienen un crecimiento muy rápido, lo cual ha sido una adaptación a los benignos climas templados de nuestro país, con poca fluctuación de temperatura entre verano e invierno. Lo mismo puede aplicarse a los encinos, Quercus spp, aun cuando sus aplicaciones y uso forestal ha estado más restringido, pero hacia el futuro tendrán también una gran importancia.

Dada la gran diversidad geográfica en donde se encuentran estos bosques, existen un elevado número de comunidades diferentes caracterizadas, principalmente, por las especies arboreas dominantes. Los bosques de estos climas templados y fríos van desde los piñoneros, Pinus cembroides, y encinos achaparrados que viven en colindancia con matorrales de zonas semiáridas, hasta los majestuosos bosques de oyamel, Abies religiosa, de las altas montañas del país y los gigantescos bosques de Liquidambar macrophylla de las laderas muy húmedas de la Sierra Madre Oriental y Sierra Madre del Sur.

Descripciones detalladas de la vegetación forestal de algunas zonas de México pueden verse en los trabajos de Gómez-Pompa y Rzedowski.

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FAUNA SILVESTRE

La situación de la fauna en estos ecosistemas es muy similar a la descrita para las zonas áridas y semiáridas, y de hecho comparten mucho de las especies, ya que con frecuencia estos ecosistemas están muy cercanos unos a otros y sólo los diferencia la altitud, lo cual no es un obstáculo para muchos animales que se mueven de un lugar a otro.

La situación es distinta conforme vamos hacia el sur, en donde los bosques templados están en colindancia con selvas y sabanas, que son los ecosistemas más típicos de las zonas tropicales cálido-húmedas, y en estos casos, la fauna es compartida con la de estos ecosistemas.

De la fauna silvestre que tiene un interés como recurso podemos citar a las siguientes especies que son comunes a todas estas zonas y que tienen un valor como complemento alimenticio: conejo, liebre, venado, armadillo, jabalí, etc.

Entre las especies típicas de estos bosques y que tienen un valor cinegético podemos citar al borrego cimarrón, Ovis canadensis, especie muy rara en vías de extinción, que habita las altas montañas de Baja California y Sonora, oso pardo, Euarctos americanus, escaso en los bosques de los estados del norte de México, puma americano, Felis concolor, lince Lynx rufus, etc.

Todas estas especies están fuertemente amenazadas y la mejor solución es la anotada anteriormente para la fauna de las zonas áridas y subáridas y es la de ordenar su aprovechamiento por medio de Cotos de Caza.

En los bosques de las zonas húmedas del sur del país la fauna silvestre es aún más rica, ya que incluye la selvática de las zonas de baja altitud con la típica de las montañas, además de los endemismos. La fauna de los bosques de neblina (bosques de encino y liquidambar) ha sido poco estudiada y por la poca información disponible merece ser protegida a la mayor brevedad, ya que estos bosques son escasos y están siendo amenazados de destrucción para abrir nuevas tierras al cultivo y pastoreo.

En uno de estos bosques, en la región del Triunfo en el estado de Chiapas, Mario A. Ramos y colaboradores del Instituto Nacional de Investigadores sobre Recursos Bióticos (INIREB), han venido estudiando la interesante avifauna de estas montañas de Chiapas; encontraron poblaciones de pavón., Oreophasis derbianus, especie considerada en peligro de extinción en México y lograron conocer más de su biología.

Un hecho notable es que lograron incubar en condiciones artificiales varios huevos, logrando obtener crías que están en perfecto estado de salud y con ello asegurar, al menos, la continuidad de este patrimonio genético.

Esto fue logrado gracias al profundo conocimiento de este grupo de aves que tiene el científico mexicano Jesús Estudillo, que ha logrado en toda una vida de trabajo, tener una de las mejores colecciones vivas de crácidos del mundo. Ojala en un futuro cercano podamos usar en México esa experiencia para repoblar nuestros bosques, selvas y matorrales con las especies que el mismo hombre, prácticamente exterminó. En el bosque en el que se encontró el pavón, se han visto algunos individuos del elegante y hermoso quetzal, Pharomachrus mocinno, ave también amenazada de extinción en México.

En un estudio realizado sobre la avifauna de uno de estos bosques en el Estado de Veracruz, se encontraron las aves indicadas en la lista que aparece en la página siguiente.

Sin duda alguna, los recursos bióticos de esta zona climática de México son de enorme importancia y se requerirá una acción conjunta de los habitantes para lograr conservarlos y enriquecerlos.

Hecho interesante es que la mayor parte de los Parques Nacionales de México están localizados en las regiones templadas y frías. Quizá se explique esto por coincidir con los centros de población más importantes del país, que han exigido contar con zonas verdes preservadas para fines recreativos, a lo que se aúna el agradable microclima que ofrecen estos bosques. Sin embargo, como veremos más adelante, la situación de estos Parques dista mucho de ser la ideal.

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LISTA DE LAS AVES EN LA SIERRA DE LOS TUXTLAS, VERACRUZ.

A. Especies características de la selva alta perennifolia y selva de neblina.

Tinamus major Trogon massena Onocostoma cinereigulare

Crypturellus soui Trogon collares Ornithion semiflavum

Crypturellus boucardi Trogon violaceus Leptopogon amaurocephalus

Chondrohierax uncinatus Hylomanes momotula Pipromorpha oleaginea

Harpagus bidentatus Momotus momota Cyanocoraz yncas

Accipiter bicolor Galbula ruficauda Henicohina leucosticta

Leucopternis albicollis Aulacorchynchus prasinus Turdus assimilis

Spizaetus tyrannus Pteroglossus torquatus Turdus infuscatus

Micastur semitorquatus Piculus rubiginosus Myadestes unicolor

Micastur ruficollis Celeus castaneus Catharus mexicanus

Crax rubra Centurus pucherani Catharus aurantiirostris

Penélope purpurascens Phloeoceastes guatemalensis Smaragdolanius pulchallus

Odontophorus guttatus Dendrocincla anabatina Vireo olivaceus

Columba speciosa Sittasomus griseicapillus Hylophilus ochraceiceps

Columba nigrirostris Dendrocolaptes certhia Hylophilus decurtatus

Leptotila verreauxi Xiphorhynchus flavigaster Cyanerpes cyaneus

Leptotila plumbeiceps Lepidocolaptes souleyetii Parula pitiayumi

Geotrygon lawrencii Lepidocolaptes affinis Myoborus niniatus

Geotrygon montana Anabacerthia variegaticeps Basileuterus culicivorus

Bolborhynchus lineloa Automolus ochrolaemus Basileuterus belli

Pionopsitta haematotis Xenops minutus Amblycercus holosericeus

Amazona autumnalis Formicarius analis Chlorophonia occipitales

Otus guatemalae Grallaria guatimalensis Piranga leucoptera

Pulsatrix perspicillata Pipra mentales Habia rubica

Ciccaba virgata Cotinga amabilis Habia gutturalis

Phaethornis superciliosus Attila spadiceus Lanio aurantius

Phaethornis longuemareus Empidonax flavescens Eucometis penicillata

Campylopterus cursipennis Myiobius sulphureipygius Chlorospingus aphthalmicus

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Campylopterus hemileucurus Onychohynchus mexicanus Caryothraustes poligaster

Colibrí thalassinus Platyrinchus mystaceus Cyanocompsa cyanoides

Amazilia condida Tolmomyas suphurescens Atlapetes Brunei-nucha

Lampornis amathystinus Ryhynchocyclus brevirostris

B. Especies que se encuentran principalmente en la orilla de los bosques, matorrales, hileras de arbustos y árboles y pastizales en las zonas húmedas.

Buteo magnirostris Glaucidium brasilianum Platypsaris aglaiae

Buteo nitidus Nyctibius griseus Tityra semifasciata

Herpetotheres cachinnans Nyctidromus albicollis Tityra inquisidor

Falco albigularis Anthracothorax prevostii Tyrannus melancholicus

Ortalis vetula Paphosia helenae Legatus leucophsius

Columba flavirostris Chlorostilbon canivetii Myiodynastes luteiventris

Columbigallina minuta Amazilia tzacatl Myiodynastes maculatus

Columbigallina talpacoti Ramphastos sulfuratus Megarynchus pitangua

Claravis pretiosa Centurus aurifrons Myiozetetes similis

Aratinga astec Veniliornis Fumigatus Pitangus sulphuratus

Coccyzus minor Synallaxis erythro Myiarchus tyrannulus

Piaya cayana Taraba major Myiarchus tuberculifer

Crotophaga sulcirostris Thamnophilus doliatus Contupus cinereus

Tapera naevia Pachyramphus major Elaina flavogaster

Myopagis viridecata Osinicikax oryzivorus Thraupis abbas

Psilorhinus morio Tangavius aeneus Phlogothraupis sanguinolenta

Campylorhynchus zonatus Cassidix mexicanas Saltador atriceps

Thryothorus maculipectus Dives dives Saltador mexicanus

Troglodytes musculus Icterus prosthemelas Saltador coerulescens

Turdus grayi Icterus wagleri Tichmondena cardinales

Tamphocaenus rufiventris Icterus cucullatus Cyanocompsa parellina

Cyclarhis gujanensis Icterus mesomelas Tiams olivacea

Coereba flaveola Tanagra musica Sporophila torqueola

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Chamaethlypis polisephala Tanagra affinis Volatinia jacarina

Basileuterus rufifrons Tanagra lauta Spinus psaltria

Zarhychus wagleri Tanagra gouldi Arremonops rufivirgatus

Gymnostinops montezuma Thraupis virens Aimophila rufescens

C. Especies características de bosque caducifolio, orillas de bosques matorrales, hileras de árboles o arbustos en zonas áridas.

Crypturellus cinnamomeus Zanaida asiatica Columbigallina passerina

Colinus virginianus Scardafella inca Amazona ochrocepala

ZONAS TROPICALES

(Climas A de Koeppen)

Estas regiones se encuentran en el sur del país y este término lo usamos en el sentido general climático y no en el geográfico. En ella incluimos todas las zonas que tienen una precipitación mayor de 600 mm y la temperatura media del mes más frío es superior a los 18º C. Con estos límites se incluyen a casi todas las planicies costeras abajo del Trópico de Cáncer, lo cual cubre una superficie del país.

Los ecosistemas naturales de esta región son muy diversos y van desde selvas bajas espinosas hasta las altas perennifolias, incluyendo manglares y otros ecosistemas pantanosos, palmares, sabanas y bosques.

Las regiones tropicales de México, al igual que las del mundo, son las zonas biológicamente más ricas del planeta y al mismo tiempo las menos conocidas. Se ha estimado que la biota de estas regiones en el mundo puede alcanzar cifras superiores a los 5 millones de especies, de las cuales la mitad todavía son desconocidas para la ciencia.

Tal como se mencionaba en la introducción de este libro, en esas regiones se han desarrollado una infinidad de culturas que han vivido y sobrevivido de sus recursos bióticos locales. Gran parte de ellos desconocidos para la ciencia moderna; son recursos bióticos potenciales para toda la humanidad.

En contraste con su gran riqueza biológica, la gran mayoría de las zonas tropicales tienen suelos muy pobres, que han requerido el desarrollo de sistemas de producción agrícola complejos y aún poco estudiados.

Desgraciadamente, la exhuberancia de la vegetación aunada a una topografía poco accidentada, ha hecho pensar que estas regiones podían convertirse en el granero del mundo, lo que ha llevado a sonados fracasos.

Es notorio el hecho de que la mayoría de las naciones en vías de desarrollo están situadas en los trópicos del mundo y no podemos afirmar s el subdesarrollo es por razones climáticas o si el estilo de desarrollo que se quisiera para esos países, por parte de los países templados, no es el apropiado para esos climas. Evidentemente, la agricultura tipo “revolución verde” no ha tenido impacto notable en ningún país tropical, como tampoco han tenido éxito las “plantaciones” forestales monoespecíficas típicas de países templados.

En cambio, la riqueza biológica de los ecosistemas tropicales, tan utilizados por las antiguas culturas tropicales, prácticamente no se toman en cuenta en esquemas de desarrollo propuestos para países o regiones tropicales. Esto es un hecho muy importante que debe entenderse y que tiene una base cultural muy fuerte.

En cualquier zona tropical sus habitantes conocen infinidad de especies comestibles, medicinales u otras, que tienen en el patio de su casa, huerta familiar o cerca de sus campos de cultivo. Estas

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zonas en donde se tienen plantas cultivadas, semi-cultivadas o silvestres, juegan un papel importante en la comunidad y en ocasiones la propia comunidad protege estos lugares de donde puede obtener alguna especie cuando la necesite.

AGRICULTURA TROPICAL

Este tema, por su importancia y complejidad, requeriría un tratamiento especial que sale del objetivo de este libro. Sin embargo, no podemos dejar pasar la oportunidad de dar algunos breves comentarios sobre su problemática en México y varias opciones hacia el futuro.

Lo primero que debe quedar claro es que los trópicos, incluso el climático aquí reconocido, son un mosaico de suelos y climas y por tanto no puede hablarse de una sola agricultura tropical. Por lo pronto, debemos reconocer que existe un trópico semiárido o subhúmedo en donde la agricultura puede ser de riego para poder asegurar cosechas.

La ventaja de esta zona es que no presenta un invierno frío y si existe agua, se pueden tener cosechas todo el año. La precipitación se presenta sólo en el verano y puede ser de 600 a 1200 mm. por año. Este clima permite entonces, una cosecha de temporal, y con riego, se agrega una o dos más. La presencia de una temporada seca tiene la ventaja adicional de que las plagas potenciales disminuyen en esa época, por que la mayor parte de los ecosisitemas naturales entran en descanso. La vegetación natural en estos climas son las selvas bajas caducifolias o las selvas bajas espinosas.

Un hecho notable para estas zonas es que en ellas se han descubierto recientemente, tanto en Veracruz como en el sur de la Península de Yucatán, evidencias de sistemas agrícolas hidráulicos prehispánicos muy extensos. Aun cuando no se sabe con seguridad cómo funcionaban y qué cultivaban, por su forma se presume que eran muy similares a la agricultura actual chinampera del Valle de México, que tiene la reputación de ser el sistema agrícola más eficiente que se conoce en el mundo.

En contraste con esa zona tropical tenemos a las regiones cálido-húmedas con precipitaciones anuales superiores a los 1200 mm de lluvia por año y el mes más seco con más de 50 mm. en estas regiones existe también una gran diversidad de suelos pero la gran mayoría se caracterizan por pobreza de nutrientes cuando se les desprovee de su cubierta vegetal. La razón de esto es muy sencilla; en este clima la precipitación es elevada y también la temperatura. Ello trae consigo una gran actividad biológica que descompone los detritos orgánicos con gran rapidez, liberando los nutrientes básicos que al ser solubles en agua, o se pierden por lixiviación o los toman las plantas y los incorporan nuevamente en sus cuerpos.

La evolución biológica tomó el camino de la rápida incorporación y por tal motivo, los investigadores, al analizar en la selva el agua que logra penetrar en el suelo debajo de las raíces para incorporarse a los mantos freáticos, han encontrado una agua sin nutrientes, casi destilada. Todos son recirculados una vez que se descomponen en el suelo. Esto nos explica la exhuberancia de la vegetación selvática ya que es un verdadero banco viviente de nutrientes.

Cuando este delicado equilibrio se rompe y la selva se destruye para dedicarla al cultivo de alguna especie, los nutrientes acumulados en el suelo se liberan y el cultivo inicial se ve favorecido, pero al paso de loa años los nutrientes se pierden y el suelo queda infértil. Este es el motivo por el cual encontramos grandes áreas abandonadas cubiertas de una vegetación muy distinta a la original y sin cultivar o dedicadas a una ganadería extensiva e ineficiente.

La solución que se le ha querido dar, ha sido la de aplicar grandes dosis de fertilizantes, con lo que se logra una mejora en los cultivos, pero en este proceso también se deteriora la estructura del suelo lo cual es de muy difícil solución y esta es costosa.

Para poder entender algunas de las posibles alternativas de agricultura tropical apropiada, será necesario conocer varios de los sistemas agrícolas tradicionales de los habitantes del trópico. Pero antes de esto, quisiera dejar asentado que los fracasos agrícolas del trópico, no han sido de los grupos que tradicionalmente han vivido en él, sino de programas diseñados por técnicos entrenados en agricultura templada, que han querido imponer esta agricultura en estas zonas, con poco éxito.

Ahora bien, los habitantes del trópico son los que, en realidad, sufren de estas experiencias y participan en ellas con desconfianza, abrigando la esperanza de resolver sus problemas en una forma más sencilla. Pero las experiencias nos han demostrado lo contrario, y cada vez la situación alimentaria del trópico se hace más crítica, no solo en México sino en el mundo, ya que nuestros

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países tienen que importar sus alimentos básicos de los templados y los esquemas de desarrollo agrícola para los países tropicales no han funcionado como se quisiera.

Creemos que de un análisis de algunos sistemas agrícolas tradicionales que funcionan en el trópico, podemos sacar experiencias para entender el problema y entonces, quizá, resolverlo.

Probablemente, el sistema agrícola tropical más ampliamente distribuido en el mundo es el denominado agricultura nómada, o agricultura de rozatumba, quema, y también agricultura itinerante. Ha sido tema de investigación de muchos científicos y a pesar de ello aún queda mucho por aprender.

Este sistema está perfectamente adaptado a la delicada dinámica de nutrientes y agua de estos ecosistemas.

En pocas palabras, consiste en que el campesino tumba los árboles de la selva que ha escogido para su cultivo, una vez tumbados roza la vegetación con su machete y la deja secar. Generalmente esta práctica se hace al final de la época de sequía. Una vez que está suficientemente seca le prende fuego, cuidando por lo general, que éste no se extienda a las selvas vecinas, para lo cual con frecuencia deja callejones desprovistos de vegetación llamados guardarayas. Una vez quemada la vegetación, planta las semillas o los tubérculos de las especies que seleccionó para su siembra. Al cabo de algunos meses obtiene sus cosechas, que generalmente son buenas, y después de un deshierbe y quizá otra quema, repite la misma operación de siembra.

El ciclo se prolonga por unos cuantos años, las cosechas van disminuyendo a través del tiempo y las malezas van siendo cada vez más abundantes, hasta hacer incosteable la actividad agrícola y en ese momento el campesino abandona el sitio y busca otra selva en donde iniciar un nuevo ciclo. Al cabo de algunos años el campesino puede regresar al sitio original y repetir todo el procedimiento, ya que el lugar abandonado se ha “recuperado” y se ha desarrollado una selva secundaria.

Existe una infinidad de variantes del sistema antes descrito, pero con lo señalado nos es suficiente para analizarlo. Al cortar, tumbar, rozar y quemar, el campesino está haciendo una liberación masiva de los nutrientes acumulados en la vegetación y los a disposición de sus cultivos. La quema libera más rápidamente los nutrientes que la acción microbiana en el suelo y también elimina, al menos en una primera etapa, a las malezas que pudieran competir con sus cultivos. El mantener bajo cultivo la zona asegura el utilizar los nutrientes liberados, y el deshierbe y quema, además de quitar competencia, también regresa nutrientes al suelo.

Al cabo de cierto tiempo los nutrientes se han perdido, ya sea por la utilización que de ellos hacen las plantas cultivadas, como por el acarreo de los mismos en corrientes de agua superficiales, o su lixiviación a los mantos freáticos subterráneos. Esto es muy visible en zonas con este tipo de agricultura, cuyos ríos tienen aguas turbias, a diferencia de los ríos de la selva con aguas cristalinas.

La zona abandonada para su recuperación, experimenta una serie de cambios progresivos conocidos como sucesión ecológica secundaria, que son una respuesta natural de los ecosistemas para reestablecer un nuevo equilibrio de nutrientes que fue alterado por la acción del hombre. Este período, conocido como barbecho, puede ser de 5 o más según la zona y densidad de población.

En algunos sitios densamente poblados, el tiempo de barbecho se ha venido acortando con lo que el tiempo de recuperación no es suficiente y las cosechas van siendo cada vez menores y los tiempos necesarios de recuperación mayores. El abandono de un sitio, para abrir otro, en ocasiones no sólo es por los nutrientes, sino por las malezas y plagas cuyo control llega a ser de tal magnitud, que el campesino prefiere abrir una nueva zona o a cambiar de sistema de cultivo.

Este sistema de agricultura ha sido practicado por siglos en los trópicos del mundo y ha probado estar bien adaptado a la dinámica natural de los ecosistemas tropicales. El problema fundamental de este sistema nómada, es que requiere amplias extensiones de terreno para su práctica, dependiendo de los ciclos de barbecho.

Así por ejemplo, en una zona con un ciclo de 10 años, si la familia requiere la cosecha de una hectárea para el suministro de sus alimentos básicos por un año, se requerirán 10 hectáreas por familia. Evidentemente que en zonas densamente pobladas este sistema no puede prevalecer.

Un hecho muy importante y poco mencionado es que el sistema de agricultura nómada se practica, fundamentalmente, en zonas de vegetación secundaria, ya que los ciclos de barbecho no son lo suficientemente largos para permitir la regeneración de la selva. Por otro lado, la tumba y la roza son más fáciles en acahuales (vegetación secundaria) que en la selva alta.

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Esto permite un mosaico ambiental con zonas de selvas altas, vegetación secundaria de diversas edades y los campos de cultivo. Evidentemente que en estas condiciones y poca presión sobre la tierra, este sistema es ideal pues permite la convivencia de los tres tipos de ecosistemas para la producción de recursos bióticos para el hombre: agroecosistemas, vegetación secundaria y vegetación primaria.

Es interesante mencionar que este sistema “primitivo” de agricultura tropical se considera como el más eficiente en el uso de energía en relación a la obtenida. Así, por ejemplo: En un cultivo de maíz en África, se calculó que la energía invertida en horas hombre fue de 450 horas lo que equivale a 85 980 kilocalorías y la cosecha fue de 896kg. Que equivalen a 85 kg de proteínas y a 3.248,149 kilocalorías, lo cual nos da una relación de 37.8 kilocalorías cosechadas por kilocalorías cosechadas por kilocaloría invertida.

En contraste, en los Estados Unidos de América una hectárea de maíz pro ejemplo puede producir 5,080 kg. Equivalentes a 457 kg. de proteína a 17.900,000 kilocalorías; y para producir esto se precisaron 22 horas hombre que equivalen a 12,000 kilocalorías y a una inversión de energía fósil (tractores, combustibles, fertilizantes, plaguicidas, etc.) de 6.644,000 kilocalorías, o sea, de energía invertida de 6.656,000 kilocalorías lo cual nos da una relación de 2.6 kilocalorías cosechadas por kilocalorías invertida.

Este contraste nos permite ver con claridad la ineficiencia energética de los sistemas de producción agrícola industriales, en comparación con la eficiencia energética del “primitivo” sistema tradicional. Obviamente esto sólo se ha podido desarrollar y justificar gracias al costo, tan barato, de la energía del petróleo. O sea, que la diferencia de precio está subsidiada por los energéticos fósiles que la naturaleza nos dotó gratuitamente.

Sin embargo, esta situación no podrá seguir así indefinidamente, ya que los energéticos fósiles son irrenovables y la fecha de su agotamiento se acerca irremediablemente y con ello los precios tendrán que subir. Quizás esta razón y no otra, es suficiente para seguir estudiando estos sistemas de producción agrícola “primitivos” de los trópicos.

En vista de que las limitaciones del sistema agrícola nómada están dadas por la baja producción por unidad de superficie, necesidad de grandes áreas de cultivo y presión del crecimiento de la población, vale la pena explorar las soluciones que las propias culturas tropicales han dado a estos problemas.

La primera opción fue la de diversificar sus cultivos y tenerlos múltiples en el tiempo y en el espacio. En el desarrollo de estas opciones se descubrieron muchas combinaciones de alta productividad, y lo que incluso es más importantes, es que se observó que los cultivos mezclados daban una mayor producción en comparación con los cultivos sencillos. Este interesantísimo hecho esta siendo estudiado por agroecólogos para descubrir la base de este sinergismo ecológico.

Existen muchas combinaciones de cultivos mezclados en distintas partes del mundo. El más conocido en México es del de maíz, frijol, calabaza, que ya fue mencionado en el Capítulo 2, pero existen muchos otros más de los cuales mencionaré algunos. El cultivo múltiple es practicado por muchos agricultores tropicales en diversas partes del mundo, especialmente en zonas en donde el terreno disponible para el mismo es pequeño. La clave de este sistema en el de reconocer las diferentes formas biológicas, ciclos de vida, hábitos de crecimiento y comportamiento ecológico de las especies por mezclar.

El sistema más frecuente es el de especies de tamaños diferentes y épocas de maduración distintas. Por ejemplo, en Indonesia, es frecuente ver el cultivo mezclado de maíz, arroz y yuca, en el cual el maíz se cosecha a los 3 meses, el arroz a los 4 y la yuca queda para su cosecha al año, o para fechas posteriores que se le desee. Otras combinaciones conocidas con maíz, son soya con caña de azúcar; y muchísimas otras combinaciones.

Las ventajas de este sistema de cultivo múltiples, en tiempo y espacio, además de la producción adicional que se ha reportado en algunas combinaciones, es la de asegurar las cosechas, ya que se sabe que se reducen los riesgos de las pérdidas totales de la cosecha por plagas, se optimiza el tiempo del campesino para la producción, y se requieren menos superficie.

Las desventajas principales es que dificulta su mecanización y requiere muchas horas adicionales de trabajo. Sin embargo, dadas las necesidades de la población creciente de los trópicos y sus limitaciones de capital, este sistema puede ser una buena alternativa.

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Este sistema de agricultura intensiva tropical también está adaptado a las condiciones ecológicas del equilibrio de nutrientes antes mencionados. La diversidad de especies en los cultivos aun cuando mucho menor a la que se observa en condiciones naturales, la asemeja, y por tanto, hace mejor uso de los nutrientes disponibles que cada especie tiene necesidades distintas y de ahí, quizá, la explicación de la sobreproducción.

Al mismo tiempo, el trabajo de cuidado de las plantas y el suelo, hace necesaria la atención continua a estos factores, especialmente fertilidad y textura de los suelos. En este sentido, en muchas zonas tropicales que practican este tipo de agricultura intensiva, se tienen además prácticas de fertilización de suelos con estiércol y materia orgánica, incluso proveniente de las selvas cercanas, con lo que los factores de pérdida de nutrientes y cambios estructurales del suelo se eliminan.

Estas condiciones de cultivo intensivo en el trópico, permiten zonas tropicales con altas densidades de poblacional de 708.5 hab/Km2 (en 1959) basada en agricultura intensiva tropical, lo cual la hace la zona más densamente habitada de la tierra; y es una región tropical.

Para dar una idea de la potencialidad de este sistema de agricultura nos referiremos a un experimento realizado en el Instituto Internacional de Investigación de Arroz en Filipinas (INFI) en el que se cultivaron en un año, cuatro especies en el mismo pedazo de tierra (arroz, camote dulce, soya, maíz) y se calculó que si se usaban los estándares filipinos de 2 600 calorías de 55 gm. de proteína por persona y por día, un acre, 4 047M2, podría dar suficientes calorías para 29 personas y proteínas para 53.

Si a este sistema intensivo de agricultura añadimos la cría de algunos animales domésticos y piscicultura, tenemos un sistema agroecológico diversificado y autosuficiente en los alimentos básicos y esto, precisamente es lo que encontramos que hacen los campesinos en muchas zonas tropicales en sus pequeños predios.

Desafortunadamente estos sistemas se han generalizado en la mayor parte de las zonas tropicales del mundo por diversos motivos: ignorancia del sistema, falta de semilla o pies de cría, mercado para los excedentes de producción crédito para este tipo de sistema, mano de obra, o sencillamente, usar otros más sencillos que requieren menos trabajo.

Otra alternativa interesante se ha venido desarrollando en el Instituto Internacional de Agricultura Tropical en Nigeria, y consiste en mantener la fertilidad de los campos de cultivo con la adición de materia orgánica producida en cultivos arbóreos, que se hacen en zonas contiguas. Las especies arbóreas que se están experimentando son especies de Leguminosas Leucaena, Gliricidia, u otras especies de descomposición lenta. Como este sistema se lleva a cabo en callejones alternos de agricultura con los de vegetación arbórea, se le ha denominado “agricultura de callejones”.

En cierta forma es un sistema deducido de la agricultura nómada, ya que lo que se hace es utilizar la capacidad de recuperación anual de los nutrientes por la vegetación secundaria –representada por los árboles de rápido crecimiento que se reintegran a los suelos bajo cultivo, mejorando, además, su estructura. El sistema funciona y valdría la pena experimentar con él en México. Es interesante mencionar que dos de las especies tropicales de rápido crecimiento más prometedoras para este tipo de agricultura son mexicanas. Leucaena glauca y Gliricidia sepium. Las dos se usan como forrajeras.

En México, el Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB) ha venido promoviendo otro tipo de sistema de producción diversificada para el trópico, incluyendo algunos elementos novedosos, como son las técnicas chinamperas para el cultivo de hortalizas, empleo de digestores de materia orgánica para la producción de gas metano, fertilizantes que también se usan como alimento de animales y producción de árboles para fines de reforestación frutales.

La idea es el diseñar sistemas agropecuarios, piscícolas y forestales, que semejen a los ecosistemas tropicales, naturales, en donde exista una eficiente recirculación de nutrientes, uso óptimo del agua y que energéticamente sea eficiente.

Si entendemos estos dos extremos de la agricultura tropical, nos será fácil comprender el por qué han fracasado sistemas de monocultivo con grandes necesidades de capital y energía fósil, en suelos tropicales de gran fragilidad.

Esto también nos permite entender el por qué la ganadería extensiva está prácticamente invadiendo todas las zonas son abandonadas, y en estos suelos empobrecidos algunas gramíneas pueden sobrevivir bien, lo que las hace de inmediato una zona potencial para criar ganado. Con la “ventaja”

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adicional que esta actividad no requiere muchos conocimientos, ni usan gran cantidad de mano de obra y los créditos son fáciles de conseguir. De aquí el dicho popular “con agua, tierra y dinero, cualquier tonto puede ser ganadero”

Ante esta perspectiva muchos empresarios invierten en esta actividad –que por otro lado casi no tiene problemas de mercado- ya que los países industriales tienen déficit de proteína animal barata que importan, precisamente, de países tropicales.

Sin lugar a duda la ganadería extensiva en los trópicos ha sido una de las causas más importantes del empobrecimiento de las tierras, y de los hombres, además de ser directamente responsable de la disminución alarmante de las selvas, con su diversidad biológica.

Es evidente que se requieren cambios drásticos al rumbo que ha tomado nuestro país para sus zonas tropicales. Se requerirán decisiones trascendentales para dar mayor énfasis a la agricultura tropical, pero no a la transplantada de las zonas templadas, sino a la basada en los sistemas tradicionales intensivos. Sin duda, que en algunos suelos que sí lo permitan, se deberá practicar la otra agricultura, pero siempre en coordinación con la población local, ya que son ellos quienes conocen mejor sus tierras y la capacidad de la población para similar nuevas tecnologías.

La investigación debe reorientaarse, en una buena parte, hacia la agricultura intensiva de pequeñas granjas y crear y diseñar nuevas variedades y maquinaria para esta escala. Así también deberán revisarse los esquemas de comercialización y organización de productos para fomentar el cooperativismo, y con ello, el compartir conocimientos, técnicas y crédito. Esta última parte no es ninguna novedad, ni para México ni para el mundo; lo que se requiere es el cambio.

Si se lograra lo anterior, tendríamos un trópico diversificado, altamente productivo, con empleos productivos para muchos mexicanos y más acorde con la naturaleza tropical, que quitaría la presión sobre los ecosistemas naturales tropicales que contienen el patrimonio biótico del país y que se está destruyendo, innecesariamente, en perjuicio de nosotros y futuras generaciones.

SILVICULTURA TROPICAL

El cultivo de árboles tropicales con fines forestales y el manejo forestal de las selvas, adolece de muchos de los mismos defectos anteriormente referidos a la agricultura tropical, con el agravante, en México, de que no se practica absolutamente ningún sistema. En el trópico mexicano prácticamente no existen plantaciones de árboles con fines forestales. Las únicas que existen están en campos experimentales o son de muy pequeña extensión.

Por lo que respecta al manejo de las selvas con fines forestales, se hace de una manera tan ignorante que más bien asemeja a una explotación minera. Las selvas naturales de México tienen una serie de especies cuya madera es altamente apreciada y por tal motivo adquiere alto valor en el mercado. Esto ha inducido a personas deseosas de enriquecerse rápidamente -a costa de los recursos del país- conseguir concesiones forestales o permisos de desmonte con “fines” agrícolas y sacar las maderas de alto valor y venderlas -confabulados con ellos- a madereros sin escrúpulos que no les interesa si el recurso se acaba; ya que todos sobemos que estas concesiones jamás realizan reforestación, ni un manejo conservacionista de los recursos.

Para cerrar el círculo destructivo, todas estas actividades se hacen con el conocimiento y aprobación de las autoridades forestales, quienes a su vez, llevan una participación en este botín. Desafortunadamente todo el problema se complica, ya que siempre existe la justificación de la apertura de nuevas tierras de cultivo, que como ya vimos no es más que el disfraz de los ganaderos para adquirir más terrenos o rentarlos, lo cual cierra este círculo de destrucción de nuestras selvas tropicales.

¿Ante todo este panorama tan desolador, qué alternativas existen?. Afortunadamente existen muchas alternativas, pero todas ellas requieren de decisiones de muy alto nivel gubernamental y una participación activa de los propietarios de las selvas y de los verdaderos empresarios forestales, con conciencia nacionalista.

Para poder entender las alternativas que presentaremos es importante conocer algo de la estructura y funcionamiento de las selvas naturales y el uso que les ha dado las culturas tradicionales. Afortunadamente para México, algunos de los estudios ecológicos más importantes en el mundo sobre estos temas se han realizado por investigadores mexicanos.

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Un primer punto que es necesario señalar es que existen muy diversos tipos de selvas en México y obviamente en el mundo y por este motivo no se pueden hacer generalizaciones ni dentro de México ni mucho menos fuera del mismo. Son tres los factores que influyen en estas diferencias entre las selvas: cantidad de distribución de la lluvia; tipo de suelo; e historia biológica de la zona.

En relación a la precipitación pluvial, lo que más influye en la vegetación es la presencia de meses secos (con menos de 50 mm.); de esta sola característica se pueden desprender dos grandes grupos de selvas, las llamadas perennifolias, o sea, que son siempre verdes y las caducifolias, es decir, las que pierden las hojas en el período de sequía algunas de sus especies de árboles dominantes. Existen muchos tipos intermedios de selvas dependiendo de la época de sequía, se es muy pronunciada o no, duración, etc. En México existe una relación muy estrecha entre lo pronunciado de la época de sequía con la cantidad total de lluvia; así por ejemplo, en zonas con 1200mm. de lluvia al año podemos casi asegurar que tienen un período de secas de 5 o más meses; en cambio, una zona de 3000 mm podemos casi con seguridad, afirmar que no tienen meses secos.

En relación al suelo, también este factor es importantísimo para definirnos distintos tipos de selvas. Así por ejemplo, en suelos arcillosos inundables, tenemos un tipo de selva muy distinto en su composición biológica al de una selva contigua con suelos bien drenados. Lo mismo respecto a la roca madre que les dio origen, que nos pueden dar selvas colindantes biológicamente distintas.

La historia biológica de la zona, es un factor más complejo y tiene que ver con el origen geológico de la misma y el contingente biológico disponible; tal sería el caso extremo de Australia, cuya flora y fauna evolucionó independientemente por muchos millones de años, o el caso más sencillo de las selvas en islas. Ahora bien, la historia biológica no se restringe sólo a largos períodos de tiempo, sino también a cortos y en este caso, por ejemplo, la historia de ocupación humana en una zona puede tener una notable influencia en la composición biológica de las selvas.

Con base en lo anterior, a continuación nos referiremos principalmente a las selvas altas que habitan, o habitaban, las zonas más húmedas de baja altitud de nuestro país y que constituyen uno de los recursos biológicos más importantes y también uno de los retos más notables para las ciencias ecológicas y forestales.

En México, estas selvas ocuparon extensiones considerables en el pasado, que ahora están desmontadas y ocupadas por otros ecosistemas, los cuales fueron ya mencionados antes. Las pocas extensiones que aún nos quedan están restringidas a zonas poco comunicadas en los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Campeche y Quintana Roo.

El futuro de estas pequeñas extensiones de selvas altas no parece muy prometedor por las razones anteriormente expuestas, salvo que se rectificara totalmente el rumbo al tipo de desarrollo para el trópico húmedo de México.

Como aún queda algo de optimismo, haremos algunas consideraciones acerca de lo que se podría hacer para devolver a estas áreas su riqueza biológica y asegurar un desarrollo más estable para las selvas y los hombres, en estas regiones.

Uno de los hechos más notables, que asombraron a los científicos que han estudiado las selvas vírgenes de México y Centroamérica, es la abundancia de especies útiles al hombre. Incluso algunos de los árboles dominantes son recursos notables para el mismo.

Ejemplos de estas especies son: el chicozapote, Achras sapota, que nos da el sabroso fruto bien conocido y el chicle natural, latex que se extrae de su tronco, su madera muy dura usada pro los antiguos mayas en la construcción de sus templos y que aún la podemos ver en diversos sitios arqueológicos; el ramón u osh de los mayas, Brosimum alicastrum, cuyo fruto es dulce y comestible de muy buen sabor, su semilla se usa molida y combinada con maíz para hacer tortillas, lo cual las enriquece, -ya que se ha encontrado que estas semillas tienen una calidad protéica superior a la del maíz- las mismas semillas tostadas y molidas se emplean como sustituto de café y son, además, un alimento de excelente calidad para animales, lo mismo que sus hojas (en la actualidad esta especie se cultiva en algunas regiones con este propósito), su madera también es dura y de buena calidad.

Estas dos plantas probablemente son las más abundantes en las selvas de la actualidad y en el pasado, y de hecho, algunas poblaciones deben su nombre a estas especies; tal es el caso de El Zaptal, El Ojital, El Ojochal, que aluden a nombres comunes de estas plantas, cuya distribución actual nos puede dar una idea de la extensión de las selvas altas en el pasado.

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Pero no son estas especies útiles las que se encuentran en las selvas vírgenes, existen muchas otras más son: zapote negro, Diospyros digyna, anonas, Anona spp, caimito, Chrysophyllium caimito, mamey, Calocarpum zapota, cacao silvestre, Theobroma cacao, variedad silvestre encontrado en la selva lacandona, tepejilote, Chamaedorea tepejilote, vainilla, Vainilla planifolia, pitaya, Selenicereus spp., cedro rojo, Cedrella spp., caoba, Swietenia macrophylla, pimienta, Pimienta dioica y el hule, Castilla elastica, entre los mas conocidos.

Esta riqueza de especies útiles al hombre nos hace sospechar mucho de la “virginidad” de estas selvas. Máxime si consideramos que todas estas regiones en el pasado, y en menor grado en el presente, estuvieron ocupadas por culturas muy desarrolladas como es la maya.

Las selvas que hoy llamamos vírgenes, se les encuentra sobre todas las zonas arqueológicas. Los científicos, en el pasado, habían dado por un hecho de que el abandono de los sitios permitió que la selva los cubriera después de siglos de abandono. Sin embargo, esto no nos explica la riqueza de especies útiles en la selva original. La información clave sería saber qué existía en los alrededores de las zonas arqueológicas como Palenque, Bonampak, Yaxchilán, etc. ¿serían grandes campos de cultivos nómadas agrícolas? O ¿eran zonas cubiertas por grandes selvas? P ¿existían cultivos perennes para abstenerse de ciertos productos que ellos deseaban?

En realidad no lo sabemos, y quizá nunca lo leguemos a saber con absoluta seguridad; sin embargo, si revisamos con esta óptica las prácticas de los mayas modernos, encontramos varias claves que nos hacen creer que una mezcla de las tres actividades fue la que permitió sobrevivir a estas culturas, en densidades de población superiores a las actuales.

En los estudios sobre los mayas actuales y sus prácticas agrícolas y de manejo de recursos se ha observado que el maya no distingue entre agricultura y silvicultura; para ellos es una sola actividad, el cultivo de la tierra y el uso de los recursos.

Antes de iniciar la tumba-roza-quema existe una interesante ceremonia en el que se pide permiso a los dioses para destruir la naturaleza. Prácticas clave en este sistema, se encuentran en el proceso de la tumba al conservar algunos árboles útiles y en la roza al dejar “tocones” (o sea tallos cortados a cierta altura de suelo a manera de poda) de especies útiles, usadas en medicina, alimento, construcción, ceremonias, etc., que las “elimina” temporalmente como competencia para sus cultivos, pero que, en el momento del abandono del lugar, juegan un papel primordial como elementos de regeneración del ecosistema.

¿Cuál es el resultado de estas dos prácticas? Al cabo de los años la zona se va enriqueciendo con especies útiles no sólo forestales sino de otras formas biológicas (hierbas, arbustos, bejucos). Con este tenemos una buena aproximación para resolver el misterio de las selvas vírgenes útiles. Pero si indagamos un poco más y buscamos saber qué especies son importantes para ellos en su vida cotidiana, podremos saber mas sobre las que sus antepasados también apreciaban. Para saber esto, el mejor lugar es el huerto familiar, sitio en donde la familia tiene a la mano las especies que más les gustan y necesitan.

Precisamente si analizamos los huertos familiares mayas encontramos en ellos muchas de las especies ya citadas de nuestras selvas “vírgenes” y con ello podemos elucubrar sobre el origen de las actuales.

Es muy probable que, en el pasado, se siguieran las mismas técnicas y que el mismo principio que da origen a los huertos con toda su diversidad, pudiera ser ampliado a extensiones mayores, unidas a la agricultura nómada, con una vegetación secundaria “dirigida” por los “tocones” al momento del abandono, que incluye a los árboles útiles que se respetaron en la tumba.

Esta combinación de selvas hechas por el hombre (tipo huerto), dirigidas por el hombre (abandono en el nomadismo agrícola), con selvas verdaderamente originales, quizá es la mejor explicación a lo que tenemos en la actualizad. Si a todo esto añadimos en conocimiento de sus recursos bióticos silvestres y su uno cotidiano, tendremos un panorama más complejo del suelo y manejo de las selvas por estas antiguas culturas tropicales.

Para darnos una mejor idea de la magnitud del acervo cultural biológico de estas culturas podemos mencionar a 625 especies medicinales registradas hasta esa fecha por R. Mendieta y S. del Amo R. y la Flora de Estado de Yucatán lo que significa que una de cada tres plantas tiene un uso medicinal; y este trabajo no está completo.

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Si aunamos a esta las plantas comestibles, usadas en la construcción, melíferas, forrajeras, ornamentales y ceremoniales, quizá nos encontremos con una flora casi totalmente útil en la Península de Yucatán, en donde aún viven los mayas herederos de este patrimonio biológico y cultural.

Desafortunadamente, para otras zonas, nuestro conocimiento todavía es menos completo debido a la ausencia de estudios o a la falta de herederos de estas culturas antiguas. Sin embargo, incluso regiones donde aún persisten grupos étnicos muy influenciados por la cultura dominante y en donde la destrucción de los recursos y la cultura han sido dramáticos se puede aún rescatar mucha de su sabiduría. Un ejemplo de esto nos lo dan los trabajos recientes de Alcorn y Zizumbo con los huastecos y huaves, respectivamente, que todavía conservan buena parte de su acervo cultural biológico.

Con los zoque-popoluca de la comunidad de Piedra Labrada, Veracruz, encontró 102 especies de plantas medicinales de las cuales 45.36% provenían de la selva alta perennifolia, 22.5% de vegetación secundaria que crece al tumbar las selvas, 21.7% de huertos familiares y 10.4% de pastizales. Otro ejemplo interesante es el estudio de Villers en el que menciona 45 especies de árboles usados para construir la casa tradicional maya.

Un hecho importante digno de destacarse es que en cualquier zona del trópico mexicano, las selvas tienen este potencial biótico que incluso muchas veces es ignorado por los propios campesinos que las habitan, como la demuestra el excelente trabajo de Caballero en la zona de Uxpanapa, Veracruz, en donde campesinos recién llegados a estas selvas carecían del conocimiento de las mismas, pero en pocos años los adquirieron de habitantes de zonas vecinas o conocimientos extrapolados de especies igual o similares de sus lugares de origen. En ese trabajo se citan 244 especies de plantas y animales silvestres útiles en esa región.

Consideramos que este tipo de conocimiento es muy importante, que no está registrado, y lo que es aún más lamentable, que cuando se dispone del mismo tampoco se usa, ya que no existen mecanismos para transferir este tipo de conocimientos en una forma accesible para los campesinos que emigran voluntaria o involuntariamente, a nuevas zonas.

SELVAS DE ZONAS TROPICALES SECAS

En una gran extensión de la tierra de baja altitud del trópico mexicano encontramos una zona ecológica caracterizada por una relativamente baja precipitación pluvial de 700-1200 mm y esta se concentra en unos pocos meses del año. En esta zona la vegetación natural que domina son selvas de pequeño tamaño, hasta de unos 10 m de alto con gran riqueza y diversidad biológica. Las especies de árboles dominantes a menudo son caducifolios o espinosos micrófilos, como es el caso de los mezquites y huizaches.

Esta zona ecológica es muy importante desde el punto de vista agrícola y frutícola. Una buena parte de las zonas bajas del norte de Veracruz, sur de Tamaulipas, noroeste de la Península de Yucatán, Sinaloa, Morelos, Guerrero, Michoacán, Jalisco y muchos otros estados de la República tienen este tipo de condiciones ecológicas.

Los suelos con frecuencia son de buena calidad agrícola y cuando existe la disponibilidad de riego, su potencial es grande.

Sin embargo, la mayor parte también se dedicaban a la ganadería extensiva, por los mismos motivos mencionados con anterioridad. Lo más grave es que en algunos distritos de riego en estas zonas, también están siendo dedicadas a la ganadería extensiva, lo cual es un verdadero absurdo, ya que infraestructuras que tanto le han costado al país para fijes agrícolas, están siendo desaprovechadas.

Creo que en un futuro, será necesario imponer castigos económicos a quien utilice inadecuadamente concesiones de recursos naturales de la Nación, o infraestructura agropecuaria y forestal desarrollada con fondos del pueblo de México. Me parece que la norma de que “el que contamina o deteriore al ambiente debe pagar” es válido y debería aplicarse a la mayor brevedad.

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RECURSOS SILVESTRES

Dada la riqueza biológica y cultural de estas zonas sería inadecuado intentar hacer una lista de los recursos bióticos de las mismas, ya que sería irremediablemente, incompleta; sin embargo, el intentarlo sería un proyecto que bien valdría la pena emprender.

Para los fines de este libro haremos mención de algunos ejemplos notables que ilustran la diversidad e importancia de los recursos bióticos del trópico mexicano.

RECURSOS VEGETALES

Las maderas tropicales mencionadas con anterioridad, son recursos silvestres de gran importancia que manejados adecuadamente y con base en criterios ecológicos, podrían convertirse en una riqueza permanente en México.

Son muchas las especies de maderas mexicanas tropicales que actualmente tienen demanda comercial; sin embargo, es menester indicar que dicha demanda esta dada por el conocimiento que tiene el mercado de las mismas, y en el caso de las maderas tropicales, existen muchas especies aún no conocidas ni por el mercado, ni por la ciencia. En el libro de Pennigton y Sarukhtán se mencionan 149 especies de árboles tropicales de potencial forestal. Entre las más conocidas están; caoba, cedro, primavera (tabebuia sp), guanacaste (Enterolobium cyclocarpum), mangle rojo (Rhizophora mangle), ceiba (Ceiba pentandra), balsa (Ochroma lagopus) y muchos otros más.

Entre las plantas alimenticias silvestres en México podemos citar el cacao, Theobroma cacao, que se sabe se cultiva desde épocas prehispánicas y cuyas semillas se llegaron a usar como moneda; en el mismo caso está la vainilla, Vainilla planifolia, orquídea trepadora de cuyas vainas se extrae la esencia de vainilla natural y cuyo cultivo se remonta a la antigüedad. La yuca y guacamote, Manihot esculenta, que también es un alimento tropical muy antiguo, lo mismo que la chaya, Cnidoscolus chayamansa, cuyas hojas comestibles son muy apreciadas en la Península de Yucatán y Tabasco y que es una de las pocas “verduras” prehispánicas conocidas que se cultivan en México.

La lista de plantas comestibles silvestres no cultivadas sería muy larga, ya que cada región tiene sus propias plantas, y como mencionamos anteriormente, muchas de estas especies se van protegiendo y semi cultivando en los huertos o en las milpas. Tal es el caso de multitud de árboles frutales tropicales.

Es interesante señalar que las especies alimenticias más importantes de México y ampliamente cultivadas: maíz, Zea mais, chile, Capsicum spp, y frijol, Phaseolus spp, también se cultivaron, y se cultivan, en el trópico mexicano con variedades especialmente desarrolladas por nuestros antecesores para estas zonas. Debe destacarse, que los cultivos anuales desarrollados en las zonas tropicales (en sentido geográfico) han tenido una mayor amplitud en su adaptación ecológica.

Así, vemos al maíz, chile frijol sembrados desde las altas montañas con climas fríos hasta el trópico cálido-húmedo. Lo cual es válido para el arroz cuyo cultivo se inicia en el sur de Asia y África, y que ahora cubre zonas muy amplias y distintas de la tierra. Esto no es aplicable a cultivos originarios de zonas extratropicales como son avena, cebada, centeno y trigo.

Otro recurso vegetal tropical de gran importancia son las plantas medicinales. Su uso por las culturas tradicionales es muy extenso como ya se ha mencionado anteriormente. Desafortunadamente son pocos los estudios serios que se han realizado para evaluar estos importantes recursos.

A nivel internacional, la especie mexicana que quizá haya tenido mayor importancia en los tiempos modernos, es el barbasco, Dioscorea composita, de cuyo rizoma se extraen sapogeninas (principalmente diosgenina) a partir de la cual se fabrican diversos productos esteroides; entre ellos se destacan las hormonas sexuales, masculina y femenina y sus derivados, cortisona, píldora anticonceptiva y muchos otros productos más. Este recurso biótico mexicano ha sido la base de la industria químico farmacéutico con valor de varios cientos de millones de dólares.

El barbasco es una especie silvestre de las selvas del trópico cálido-húmedo mexicano. Abunda en la vegetación secundaria que se desarrolla después del abandono de las milpas. Los campesinos que dedican parte de su tiempo para la extracción y venta de este producto (llamados “barbasqueros”) localizan la planta y extraen parte del rizoma dejando pequeños trozos de tierra, de los cuales se regeneran nuevas plantas que podrán ser explotadas en dos o más años. Este sistema de

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explotación ha permitido que las poblaciones silvestres se mantengan en todas las zonas en donde se conserva la vegetación secundaria y la agricultura nómada.

Ante la importancia de estos productos, las empresas buscaron materias primas alternativas para el caso de que llegara a escasear el barbasco y las encontraron en varias plantas; entre ellos podemos citar soya, magueyes, Agave spp, izotes, Yucca spp, y muchas otras plantas más.

Desafortunadamente políticas inadecuadas, respecto a la administración del recurso y una falta de visión a mediano plazo, han venido desplazando a México como principal país productor de esteroides a un plano inferior; a pesar de que tenemos el recurso silvestre, industria instalada, sabemos cómo explotarlo y cultivarlo y la diosgenina mexicana es de muy buena calidad. Ojala podamos recuperar el liderazgo en algún futuro, y si no es así, que nos sirva de experiencia para no repetir los mismos errores.

Como nos podemos dar cuenta, la potencialidad del trópico es grande, y si a ella añadimos la posibilidad de introducir plantas tropicales de otras partes su valor se incremente. En el trópico de nuestro país queda todo por hacer. La potencialidad forestal y agrícola es enorme, siempre y cuando se respete su capacidad ecológica. Aunado a esto, los recursos bióticos silvestres son un banco biológico que se tiene que estudiar y del cual podemos descubrir nuevas medicinas, aceites, alimentos y otros productos.

Lo que no podemos seguir haciendo es empobrecerlo con prácticas agrícolas y pecuarias equivocadas, ni seguirlo explotando como si fuera un recurso no renovable, y con ello de hecho, lo convertimos en no renovable, como ya ha sido probado con trabajos realizados en nuestro país.

RECURSOS ANIMALES

La fauna silvestre de los trópicos, al igual que la flora, es de una riqueza incomparable que ha sido poco estudiada y está fuertemente amenazada por algunas actividades humanas que innecesariamente, han agredido a nuestros ecosistemas naturales del trópico.

Anteriormente ya mencionamos que existen varias especies tropicales de aves y mamíferos amenazados en su existencia en México y seguramente otros grupos animales también lo están, pero tenemos pocos estudios que nos permiten asegurarlo.

Los estudios sobre recursos faunísticos del trópico mexicano son escasos a pesar de su importancia. Sin embargo, sabemos que al igual que con la flora, los conocimientos de nuestras futuras antiguas tropicales sobre su fauna fue muy grande, y hasta la fecha pocos científicos se han dedicado a estudiar esta cultura zoológica de México.

La fauna silvestre constituyó un complemento proteico de gran importancia en las antiguas culturas, y en varias zonas lo sigue siendo. En muchos lugares del trópico se puede aún comer venado, armadillo, tepescuintle, pescados locales, jabalí, etc. Pero esto va siendo cada vez más difícil, ya que los ambientes en donde estos animales se crían se han venido destruyendo, y con ello a los animales. Al igual que lo expresado para la fauna de las zonas áridas, en el trópico también debería haber una mejor administración de su fauna para beneficio de sus habitantes y del recurso mismo.

Las actividades cinegéticas en el trópico, adolecen de los mismos defectos antes mencionados para la fauna de otras zonas. Muchas especies como jaguar, tapir, tigrillo, mono sarguato, mono araña, están cercanos a su extinción en México. Al igual que muchas aves tropicales, que por el alto valor que adquieren en el tráfico ilegal internacional, se ven fuertemente presionadas las poblaciones, con el peligro que las eliminemos definitivamente. Tal es el caso de las águilas, halcones, papagayos, pericos y otras aves.

En relación con la fauna silvestre de las zonas tropicales, es importante mencionar que muchas especies de valor económico son muy características de la vegetación secundaria y que esto es muy conocido por los campesinos. En este sentido cobra aún mayor importancia el sistema agrícola nómada, ya que en el abandono para el “barbecho” no sólo se recupera la fertilidad del suelo y se logran obtener especies vegetales de interés económico, sino que también es un sitio ideal para la reproducción natural de fauna de interés alimenticio y cinegético. Los mayas lo sabían bien y quizá el nombre como se conoce a Yucatán de la “tierra del faisán y del venado” tuvo mucho que ver con este manejo de la fauna en la sucesión secundaria.

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En la selva Lacandona se realizó un importante estudio sobre las plantas y animales de la vegetación secundaria usados por los lacandones y se identificaron más de 50 especies de plantas y 19 especies de animales de importancia económica que se alimentan, principalmente, en las milpas y los acahuales.

Entre las especies más importantes de animales mencionados están el agutí, Dasyprocta mexicana, venado cola blanca, Odocoileus virginianus, mazate, Mazama americana, cuatimundo, Nasua Larica, tejón, Procyon lotor, conejo, Sylvilagus brasiliensis, y jabalí de collar, Tayassu tajacu.

Un ejemplo de nuestra desatención a la fauna silvestre nos la da la ignorancia de los peces comestibles mexicanos. La ictiofauna de nuestros ríos, lagunas y lagos es muy rica; sin embargo, nos hemos empeñado en ignorarla y en lugar de dedicar nuestros esfuerzos en conocerla y manejarla, la hemos venido cambiando por peces exóticos, como carpas y tilapias, que si bien son un recurso adicional bien manejados, al no serlo, se convierten en enemigos de la propia fauna, al introducir en enormes cantidades poblaciones de estos peces en nuestros cuerpos de agua.

Lo mismo sucede con otra fauna acuática como tortugas, caracoles, cocodrilos, y manatíes, que han venido siendo diezmadas sus poblaciones por actividades irracionales como es la sobre pesca.

La pesca en aguas tropicales, sin duda, es un recurso importante más que por su volumen, por sus especies, que adquieren grandes precios como es el caso del camarón. En general, los mares tropicales no son lo que mucha gente piensa en relación a su productividad pesquera; lo son mucho más los mares fríos y por ello, las corrientes frías del Pacífico son las más productivas, desde el punto de vista pesquero.

Los recursos pesqueros en México son muy importantes y también han estado muy descuidados y mal administrados. La investigación ha sido escasa e insuficiente para darnos bases y establecer cuotas de pesquerías, que sean confiables.

La pesca, en realidad, es una actividad de “cazadores” ya que lo que se hace es recoger lo que la naturaleza produce, sin el auxilio del hombre.

Muchos científicos piensan que estamos llegando ya a los límites para muchas especies. Es muy conocida la lucha que se ha librado, a nivel internacional, para terminar con la cacería de las ballenas y cómo unos cuantos países (Japón, Unión Soviética, Noruega y otros) se han negado a suscribir tratados para proteger a estos maravillosos y sorprendentes mamíferos.

El mito de alimentos inacabables e insospechados del mar, se ha acabado, y se sabe que estas enormes masas de agua, en realidad son grandes desiertos.

Por el contrario, las lagunas costeras con todo el aporte de nutrientes continentales y sus aguas superficiales tienen aún una gran potencialidad. Esto es cierto especialmente para México que tiene una superficie de lagunas costeras de aproximadamente 12,550 km y que no han sido aprovechadas adecuadamente. En las lagunas costeras, existen enormes oportunidades para que, con la intervención del hombre, se pueden incluso mejorar sus condiciones y aumentar su productividad; pero está aún pendiente de realizarse, ya que la escasa incluso mejorar sus condiciones y aumentar su productividad; pero está aún pendiente de realizarse, ya que la escasa investigación unida al desbarajuste administrativo del sector pesquero, lo dificultan sobremanera.

La acuacultura tiene un enorme porvenir tanto en lagunas costeras como en cuerpos de agua continentales artificiales. Estudios realizados sobre el tema, demuestran que la cantidad de proteína animal que produce una hectárea de estanques, bien manejados, no la supera ningún otro método conocido de cría de animales. Teniendo la ventaja de que la infraestructura hidráulica puede utilizarse para otros fines igualmente productivos, como es el riego agrícola.

En Asia tropical se ha desarrollado esta actividad a un grado no alcanzado en ninguna otra zona tropical, logrando una excelente combinación de agricultura con acuacultura. Así por ejemplo, en Indonesia es frecuente ver que en los campos inundados de arroz se siembran peces para engordarlos por unos cuantos meses y después se venden para sembrarse en estanques definitivos.

La acuacultura llega a un refinamiento y eficiencia tal que en los mismos campos inundados de arroz se cultiva un helecho acuático, Azolla spp, que tiene la propiedad de tener algas simbióticas fijadoras de nitrógeno atmosférico con lo que enriquecen el suelo del arrozal y la calidad de medio acuático. Sólo por la presencia de este helecho pueden explicarse los altos rendimientos sostenidos de arroz en estas zonas (1-2 ton. por Ha) sin fertilizantes químicos.

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El reconocimiento de este hecho fue conocido por siglos, aun cuando no su interpretación científica moderna, y quedó plasmado en un templo que existe en Vietnam dedicado a este pequeño helecho acuático tropical que tanta importancia ha tenido para los pueblos de Asia tropical quienes, en ese templo, rindieron el único tributo, conocido por nosotros, a un recurso biótico silvestre tropical.

PERSPECTIVA HACIA EL FUTURO DEL TRÓPICO

Para terminar este capítulo queremos dejar establecido que el futuro de México está muy ligado al trópico. Se requerirá un esfuerzo extraordinario para retomar el camino que nos marcaron nuestros antecesores y que a la luz de la ciencia moderna parece el más adecuado y lógico a seguir.

Las posibilidades están ahí, la silvicultura tropical con el enfoque de diversificación y manejo de vegetación secundaria aunado a plantaciones con nuevas técnicas, es más que una posibilidad. Los conocimientos básicos los tenemos en México, no necesitamos tecnología extranjera; lo que si se requiere es confiar en nosotros mismos y aprender de nuestros errores con humildad. Reconocer en donde nos hemos equivocado y plantear alternativas realistas.

La agricultura intensiva, diversificada, es también una realidad que requerirá mucha paciencia para enseñar las nuevas o antiguas técnicas, a campesinos que no las conocen, y precisará también algunos cambios en la administración, sistemas de créditos y comercialización para las nuevas unidades de producción, sean granjas, ejidos o empresas.

La ganadería extensiva, debe dejar de serlo y convertirse, a la brevedad posible, en ganadería estabulada o semiestabulada intensiva, y dejar libre terrenos para la reforestación masiva para el futuro y para la agricultura extensiva que se requiera. Los suelos cuya capacidad se justifique, deberán dedicarse a cultivos extensos de productos que requiera la economía nacional, como caña de azúcar o alguna otra especie que lo amerite; la acuacultura debe convertirse en una realidad.

El hacer esto nos dará un trópico más productivo, diversificado, con más empleos, menos dependiente de insumos importados, menos deterioro de nuestros ecosistemas naturales, más ligado e identificado con nuestras culturas tradicionales y, por ende, más humano. El seguir imponiendo sistemas destructivos, poco productivos, intensivos en capital y deshumanizados nos alejará, cada vez más, de una solución racional a los problemas de todo México.

LA CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS BIOTICOS

Hemos dejado para este último capítulo la discusión sobre la conservación de los recursos bióticos de México, como corolario de las reflexiones antes presentadas.

Entendemos por conservación, en su sentido amplio y moderno, aquella actividad que implica la utilización racional y sostenida de los recursos naturales a largo plazo.

De hecho, todas las discusiones antes presentadas, tienen este objetivo conservacionista, que no sólo es una actitud hacia la naturaleza, sino toda luna filosofía. Desgraciadamente muchas de las tendencias desarrollistas no son conservacionistas y sólo ven el corto plazo y algunas veces el mediano, pero el largo plazo, generalmente está ausente y eso cambia toda la visión.

Se ha presentado a la conservación como antagónica al desarrollo y esto ha causado mucho daño, porque personas poco informadas se confunden, o lo que es peor, las confunden a propósito. Desgraciadamente muchos factores que han estado incidiendo sobre México han hecho Tamar decisiones equivocadas en lo que se refiere a nuestros recursos naturales y han provocado crisis, como la que vivimos en la actualidad.

Quisiéramos resolver todos nuestros problemas con el uso de un solo recurso no renovables; el petróleo, desatendiendo otras posibilidades nacionales como es agricultura, silvicultura, acuacultura, o lo que es aún peor, se atendieron parcial y equivocadamente, aumentando la marginación económica de muchos mexicanos y deteriorando nuestros recursos renovables.

Pero no deseo terminar este libro con una repetición de la crítica que se ha hecho en otros capítulos, sino plantear ideas adicionales sobre acciones que deberían tomarse en cuenta hacia el futuro.

Un aspecto fundamental que se tendría que considerar, ineludiblemente, es el crecimiento de la población. Las demandas de recursos siempre estarán en aumento, si aumenta la población.

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Dado que este problema será crucial tarde o temprano, es necesario crear una conciencia, en todos los mexicanos, que nuestro país es ya un país densamente poblado. Si tomamos en cuenta el número de habitantes en relación con la superficie de tierras laborables, la relación para México es de 1/3 de hectárea laborable por habitante, lo cual es sólo ligeramente superior a la de Asia que tiene 1/5 y que se considera una de las regiones más pobladas de la tierra y en donde en algunas de ellas el hambre es una realidad cotidiana.

Se puede argumentar que su sistema económico, social y religioso, es un impedimento para mejorar la situación. Sin embargo, la situación poro cambiaría. Un ejemplo notable, en este sentido, ha sido China que también compite con India en población por tierra laborable, habiendo logrado un cambio benéfico para las grandes mayorías hambrientas del pasado, no muy remoto, a costa de restricciones que ha tenido que afrontar todo el pueblo chino. Entre otras ha sido su impresionante freno al crecimiento poblacional. Esto ha permitido lograr una mayor estabilidad y usar sus recursos naturales, técnicos y científicos, para planear mejor su desarrollo. En una forma distinta y por otros mecanismos, países como Japón, Francia, la Unión Soviética, han logrado también una mayor estabilidad poblacional.

México ha iniciado con bastante éxito, su política de planeación familiar, pero creemos que aún no es suficiente y esto es de gran urgencia.

Para el año 2000 serán aproximadamente 130 millones de mexicanos a quienes nuestro país deberá proveer de alimentos, medicinas, casa, etc., y las medidas para lograrlo deben empezar a tomarse desde ahora.

Nuestros recursos bióticos deberán proveer las materias primas que requerirá el México futuro. Los árboles que se requerirán en el año 2000 deberán empezar a plantarse de inmediato; no podemos pensar que seguiremos importando papel y otros productos celulósicos, ni que otros países nos darán la madera para construcción que necesitaremos, ya que las proyecciones son ellos también la necesitarán y habrá un déficit mundial.

Además de las medidas para disminuir el crecimiento de nuestra población, debemos, a la mayor brevedad, empezar a planificar, en serio, el uso de la tierra y los recursos naturales renovables.

Se deberán tomar grandes decisiones respecto a las prioridades nacionales de recursos bióticos y estimular las prácticas que hagan un uso conservacionista de los mismos y eliminar las que los pongan en peligro. Las decisiones del uso del suelo y sus recursos no pueden seguir quedando al arbitrio de cada persona, sea o no, dueño de la tierra.}

Muchos países socialistas y no socialistas, tienen cierta planificación del uso del suelo, ya que es la única forma en que puede asegurarse que no se cometan demasiados errores. Esto para México tendrá implicaciones políticas porque atenta contra la pequeña propiedad ganadera y muchas de las concesiones de desmontes y forestales. Sin embargo, no queda otro remedio; si una zona debe ser forestal no debe haber influencia alguna que lo impida. Al igual, para zonas agrícolas, ganaderas, urbanas, turísticas, industriales, etc.

Parte importantísima de esta planeación debe ser la inclusión del área de preservación, ecológica que nos permitan conservar, para el futuro, la diversificación natural biológica de nuestro país.

Hasta el momento esto ha sido un esfuerzo de buenos deseos, que no ha tenido el respaldo gubernamental que requiere, dada su importancia, incluso estratégica, hacia el futuro. El Sistema Nacional de Parques Nacionales y Áreas Protegidas es ridículo, si consideramos la riqueza biótica del país, y más ridículo aún resulta si analizamos el estado de preservación de este sistema.

Para empezar, las tierras protegidas deberían ser propiedad de la nación, sin embargo, la mayoría no lo son. Lo único que asegura su protección es la buena voluntad de los dueños de los parques, de sus vecinos, o lo que es incluso más interesante, la presión de la opinión pública como ha sido el caso reciente del Desierto de los Leones. Sin embargo, por ignorancia, el cambio de tenencia perjudicó al Parque ya que se le da un uso recreativo, lo cual lo pone también en gran peligro.

ÁREAS DE PROTECCIÓN A LA NATURALEZA

Parte importante de una política sensata de manejo conservacionista de los recursos naturales debe ser el incluir zonas representativas de la diversidad biológica y ecológica del país, que estén protegidas de actividades que las pongan en peligro.

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Estas zonas deben formar parte del patrimonio nacional y ser propiedad de la Nación y esta debe tener la responsabilidad de su cuidado y protección.

Estas áreas protegidas nacionales tienen como principal objetivo servir de bancos biológicos para el futuro. Como hemos visto en este libro, la investigación sobre los recursos bióticos silvestres está aún muy retrasada, pero sabemos ya el potencial que estos recursos representan para la humanidad.

Estamos conscientes que muchas de las especies que debemos proteger ya son usadas por culturas tradicionales, pero que la investigación de esas culturas está por hacerse. Sabemos que estamos en una carrera contra el tiempo y si esto no se hace con la seriedad y rapidez que se requiere, iremos perdiendo opciones para el desarrollo futuro.

La erosión biológica, que es la pérdida de genes de nuestras poblaciones de plantas y animales, es uno de los grandes peligros y riesgos que corre nuestra civilización.

Lo hemos aprendido bien, en relación a plantas cultivadas, hasta fechas recientes, pero aún no es suficientemente entendida para plantas y animales silvestres. Es lógico que esto sea así, ya que la mayor inversión en investigación está dedicada a las plantas y animales domésticos, de los que depende la existencia de la mayor parte de las culturas actuales.

Esto explica la existencia de organismos multinacionales dedicados al arroz, trigo y maíz (IRRI y CYMMYT) que han descubierto la importancia de la preservación de la diversidad biológica de estas especies y sus parientes silvestres.

En el Instituto Internacional del Arroz en Filipinas (IRRI) tienen un banco de germoplasma de variedades de arroz provenientes de diversas partes del mundo. Según Swaminathan se tienen en este banco actualmente 65,000 cultivos de los 120,000 que se cree existen en el mundo. Un ejemplo notable que relata este autor, es que en el noroeste de los Himalayas, las variedades locales son resistentes a un ortóptero, cuyo combate con insecticidas es muy difícil por su capacidad de desarrollar resistencia a los mismos, y las razas de esa zona resistentes no solo a esa plaga sino a otras más y gracias al banco de germoplasma en Filipinas, se pueden usar esas variedades locales para mejorar otras. Ejemplos como este abundan en la bibliografía sobre estos cultivos básicos.

Sin embargo, conforme nos vamos alejando de ellos, vamos encontrando menos información, y desde luego, menos acciones para conservar estos bancos de germoplasma. Un ejemplo notable es la casava, conocida en México como yuca, que representa un cultivo básico para muchos países; y sin embargo, poco se ha hecho para tener un banco de germoplasma de sus variedades y especies cercanas silvestres.

Este último ejemplo nos puede servir para ilustrar la importancia de un sistema nacional de áreas protegidas. Muchos de los parientes silvestres de la casava son mexicanos y se les encuentre en distintos ecosistemas naturales del país por lo que si protegemos dichos ecosistemas, seguramente protegeremos algunos de esos parientes silvestres de yuca en su estado natural. Evidentemente, que cuanto mayor sea la diversidad ecológica que protejamos, será mayor el número de especies o biotipos que conservaremos.

Otro ejemplo importante y distinto de la importancia de la conservación de ecosistemas nos lo dan los parientes silvestres del maíz, Zea mexicana, Zea perennis, Zea diploperennis, que se han descubierto en varias partes de México. Para conservar este banco de germoplasma será necesario proteger y mantener las prácticas antiguas de cultivo de maíz que permiten la coexistencia de los maíces silvestres. Así también será necesario proteger las zonas en donde existen esto agrosistemas antiguos y evitar con ello su destrucción. Al mismo tiempo, se deberán conservar y reproducir estas especies en jardines botánicos para asegurar su conservación.

El uso del término banco es muy apropiado, ya que efectivamente, en el guardamos reservas para alguna eventualidad en el futuro. Cuando más guardemos, mejor estaremos en el futuro. Debemos vivir de los réditos y no del capital; si nos lo gastamos estaremos con las manos vacías y las futuras generaciones nos lo reprocharán.

El sólo uso de las áreas protegidas para estos fines las justifica plenamente, sin embargo, tienen otros empleos de comparable importancia, como puede ser protección del suelo y agua contra la erosión, papel que pueden jugar en el ciclo hidrológico local y zonas de valor estético y recreativo.

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Una función importantísima de estas zonas es la de proveer a la investigación biológica y ecológica de regiones para estudiar a los organismos en su medio natural, y de esta información derivar bases para el manejo de recursos naturales en otras áreas.

Al mismo tiempo, estas áreas pueden proveernos de material biológico para mejorar otros recursos y aprender para el manejo de los mismos o sencillamente, darnos material de propagación de nuevos recursos bióticos.

Existen muchos nombres en México para referirse a estas áreas protegidas, que se han ido acumulando a través del tiempo y reflejan la imprecisión y falta de entendimiento del papel que deben jugar dentro de nuestra sociedad. Entre los nombres más conocidos están: Parques Nacionales, Reservas de la Biosfera, Parques Naturales, Reservas Faunísticas, áreas de Protección Forestal, Santuarios, Reservas Ecológicas, Parques Ecológicos, Estaciones de Biología, etc.

Dada la imprecisión de las definiciones disponibles para cada uno de estos términos, me referiré solamente a cuatro de ellos.

PARQUES NACIONALES

Esta es la categoría mejor conocida de área protegida. De acuerdo con la Comisión de Parques y Áreas Protegidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos (UICN) los parques nacionales deben ser áreas protegidas propiedad de la nación. Si nosotros aplicamos al pié de la letra esto nos encontramos con que en México no tenemos prácticamente ningún Parque Nacional, sencillamente por el hecho de que no son propiedad de la Nación. Si a esto añadimos la falta de protección de los mismos y la obvia incorrección de varios de ellos, como es el caso del de Coyoacán -que podrá ser todo menos un Parque Nacional- tendremos que admitir que es urgente una revisión a fondo, de lo que queremos que sea nuestro Sistema de Parques Nacionales.

Sin duda alguna, el inicio de nuestra política abierta en este sector, que se inicia en el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas, fue bueno y hecho con muy buenas intenciones, pero desafortunadamente no se hizo correctamente y posteriormente no hubo el deseo de corregirlo. Lo que sucedió posteriormente fue que se crearon otros sistemas paralelos de áreas protegidas, que también adolecieron de imprecisión en lo que respecta a la tenencia de la tierra. Seguramente este “tendón de Aquiles” del país es también el causante de los problemas en nuestros Parque Nacionales; desafortunadamente la demagogia con la que se ha manejado nuestra Reforma Agraria no ha permitido una sana política del patrimonio nacional natural.

Quisiéramos ver hacia un futuro cercano, que las prioridades en tenencia de la tierra cambiaron y que se diera una primerísimo prioridad a las tierras que deben ser reservadas y protegidas por su valor para todos los mexicanos y que estas tierras deben quedar en propiedad de la Nación, tal como lo expresa nuestra misma Constitución.

En la lista de Parques Nacionales de México, que sigue a continuación, nos encontramos, además, con la notoria falta de este tipo de zonas para el trópico cálido-húmedo y para muchas otras zonas ecológicas del país.

Por lo anterior, resulta claro que los Parques Nacionales no juegan el importantísimo papel que les corresponde en la conservación de nuestros recursos bióticos, y por ello, será necesario hacer grandes cambios a la política en este sector.

RESERVAS DE BIOSFERA

Ante la preocupación internacional por la conservación del patrimonio biológico de la humanidad, la UNESCO, por medio de su programa internacional El Hombre y la Biosfera (MAB), concibió la idea de una red mundial de áreas representativas de la diversidad biológica de la Tierra en donde se incluyera no sólo las zonas en donde la naturaleza estuviera bien preservada en sus condiciones naturales, sino también zonas vecinas bien manejadas por el hombre que sirvieran de base para la investigación científica y programas de desarrollo experimental. Este concepto de unidad de conservación ecológica tuvo amplia aceptación, precisamente por su novedad de incluir al hombre y el desarrollo.

Cada país escoge zonas ecológicas representativas del mismo y las pone a consideración de la UNESCO para su aprobación y consiguiente inclusión en la Red Internacional México tomó un papel

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bastante activo en este Programa y propuso tres Reservas: Desierto de Mapimí, Sierra de la Michilía y Montes Azules. Las dos primeras en el estado de Durango, que representan ecosistemas de zonas áridas y de bosque de zonas semiáridas (pino-encino), respectivamente; y la tercera, en la Selva Lacandona, en el Estado de Chiapas, representando, principalmente, a las selvas altas perennifolias.

Las reservas de Durango han funcionado razonablemente bien gracias a la participación activa y permanente del Instituto de Ecología y al apoyo recibido tanto por las autoridades locales como de las federales. En cambio la de Montes Azules, hasta la fecha no ha funcionado y existen problemas de tenencia de la tierra, que tendrán que resolverse para poder tener realmente una reserva de la biosfera que verdaderamente funcione.

Para México esta última zona es de vital importancia ya que es la última región importante con estos ecosistemas tropicales y por lo mismo, ofrece oportunidades únicas para colaborar en el desarrollo conservacionista de toda la zona lacandona.

ESTACIONES BIOLÓGICAS

En México, este concepto de unidad de conservación ecológica nació en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM, como una necesidad para la investigación científica en el trópico. La idea básica es la de tener un centro de investigación ligado a una reserva natural, que permita investigaciones a largo plazo.

En la actualidad existen tres estaciones de este tipo. Las primeras fueron la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas”, en Veracruz, y la Estación de Experimentación e Investigación de Chamelia, en Jalisco, que pertenecen al Instituto de Biología de la UNAM y la tercera y última en crearse es la Estación de Investigación de Recursos Bióticos de la Mancha, Veracruz, que pertenece al Instituto Nacional de Investigaciones sobre Recursos Bióticos (INIREB).

Las dos primeras han hecho una labor notable en la investigación básica en biología tropical y son ejemplos a seguir; y la tercera, es una estación más reciente, con el objetivo de estudiar tanto aspectos básicos como aplicados y del desarrollo. Las tres tienen un área anexa bien preservada y facilidades para llevar a cabo, en el lugar, investigaciones científicas.

Me parece que este tipo de iniciativas institucionales deberían ser ampliamente respaldadas en lo económico y en lo político, ya que abre un amplio margen para que instituciones públicas o privadas, contribuyan a la preservación del patrimonio biótico de México y as u investigación.

RESERVAS ECOLÓGICAS

Dentro de este rubro se incluyen a todas aquellas reservas que m con la misma filosofía de las Reservas de la Biosfera de la UNESCO, se puedan establecer en el país dentro de un marco nacional y no internacional.

La parte importante de este tipo de unidades es la inclusión del hombre y sus actividades dentro del desarrollo conservacionista de carácter experimental.

El resto de los nombres usados para áreas protegidas pueden caer en una de estas cuatro categorías. De hecho lo importante no es el nombre, sino que cumplan la función que les corresponde.

JARDINES BOTÁNICOS Y PARQUES ZOOLÓGICOS

Además de las áreas protegidas existen otro tipo de organizaciones para introducir, proteger estudiar, domesticar, propagar o reproducir especies raras o en peligro de extinción o para propagar, reproducir, estudiar y exhibir plantas o animales de interés para el hombre.

Estas instituciones son de muy diversos tipos; pueden ser centros de experimentación, de introducción de plantas o animales, institutos de investigación, universidades, etc. sin embargo, las instituciones cuyos principales objetivos son los mencionados anteriormente, son los jardines botánicos y los parques zoológicos.

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Aun cuando estas instituciones han tenido una fuerte tendencia a dedicarse a la educación y divulgación, su papel fundamental ha sido el de ser centros de investigación y experimentación sobre cultivos y cría de plantas o animales, de interés para el hombre.

En el mundo existen miles de estas instituciones, en su mayoría cumpliendo estos objetivos. Estas instituciones cumplen la función de intercambio de semillas y propágulos en el mundo entero, en el caso de los jardines botánicos o de intercambio de animales en el de los zoológicos. No es raro el caso de que cultivos de gran importancia económica hayan sido introducidas a un país primeramente a través de un jardín botánico; tal sucedió con el hule de Brasil al Asia tropical por medio de los jardines botánicos de Kew en Gran Bretaña, o de la palma de aceite africana al Asia por los jardines botánicos de Java.

En México existe una larga tradición para este tipo de instituciones que se remonta hasta la época prehispánica. Los antiguos mexicanos tenían jardines especiales en donde cultivaban especies útiles procedentes de diversas zonas; fueron notables los de Texcoco, Chapultepec y Oaxtepec.

En la actualidad son pocas las instituciones de este tipo que existen en México y que cumplan adecuadamente sus funciones. De los jardines botánicos sólo son dos los que funcionan normalmente el Jardín Botánico de la UNAM y el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero del INIREB en Xalapa. Afortunadamente existen muchos jardines botánicos nuevos en formación, que esperamos puedan llegar a tener un funcionamiento aceptable. Existen otros que tuvieron un excelente inicio pero que por diversas razones se han abandonado; tal es el caso del Jardín Botánico de Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas; y el de la Universidad Agraria Antonio Narro, en Saltillo, Coahuila.

En relación a los zoológicos sólo existe uno que puede ser considerado como completo: el Zoológico de Tuxtla Gutiérrez, que bajo la dirección del notable zoólogo Prof. Miguel Álvarez del Toro, ha logrado tener una institución con funciones de investigación, reproducción en cautiverio de especies mexicanas en peligro de extinción, así como funciones de educación, divulgación y canje con otros zoológicos de México.

El otro zoológico importante es el de Chapultepec, que desafortunadamente tiene instalaciones inadecuadas, y no ha cumplido totalmente sus funciones, por la presión del público y restricciones a la investigación, dentro del esquema burocrático que le impone el Departamento del Distrito Federal, a donde está adscrito.

Existen otros muchos zoológicos en el país que cumplen sólo las funciones de divulgación y recreo (iguales a las de un parque común) que son de gran importancia, pero no las más importantes en un país como el nuestro urgentemente necesitado de investigación científica y técnica en su fauna silvestre.

Por otro lado un zoológico mal planeado y no bien cuidado, es un espectáculo que poco ayuda a una divulgación adecuada de amor y respeto por los animales salvajes.

MUSEOS DE HISTORIA NATURAL

En general, los museos ofrecen una posibilidad extraordinaria para la divulgación y educación del público deseoso de adquirir cultura. México bien puede enorgullecerse por los nuestros, en todos los campos de las artes y ciencias.

En el caso de los Museos de Historia Natural la situación no ha sido del todo halagadora. Nuestro gran inicio se hizo a principios de este siglo gracias a la tenacidad y capacidad del eminente mexicano Don Alfonso L. Herrera, que formó nuestro primer Museo de Historia Natural de categoría internacional; el Museo del Chopo.

Después de este brillante inicio el Museo sufrió una serie de cambios institucionales que fueron perjudicando sus instalaciones, colecciones, y por tanto, su prestigio. Ese museo murió en las manos de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien se comprometió a formar uno nuevo, digno del prestigio de nuestra máxima casa de estudios y del país.

El único Museo de Historia Natural que actualmente funciona, es el localizado en el Nuevo Bosque de Chapultepec y pertenece al Departamento del Distrito Federal. Su función educativa y de divulgación la cumple muy bien; sin embargo, la falta de investigación integrada al mismo le resta dinamismo. También pienso que su adscripción al Departamento del Distrito Federal no es lo más adecuado. Lo que sí necesita es un apoyo económico sustancial para modernizar sus instalaciones y exhibiciones.

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En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, existe un pequeño Museo de Historia Natural dedicado a Chiapas, que es un ejemplo de los que se puede hacer con pocos recursos e imaginación. Sin duda, este museo requiere mayor apoyo para cumplir cabalmente sus funciones de educación, divulgación e investigación.

ALGUNAS REFLEXIONES FINALES

Nuestro bienestar está dado por una serie de factores que deben reflejar las necesidades básicas, intereses y aspiraciones para tener una buena calidad de la vida.

La calidad de la vida es un concepto difícil y varía de una persona a otra y de una cultura a otra; sin embargo hay componentes esenciales que todos reconocemos: alimentación Suficiente, vestido, casa, medicinas, educación y cultura. La base material para obtener estos satisfactores nos dan los recursos de la naturaleza y de ellos los recursos bióticos son de fundamental importancia.

Esto no debe extrañarnos, somos parte de la naturaleza viviente y no podemos prescindir de ella. Somos una especie más entre millones que han existido y existen en nuestro planeta. Nuestras funciones vitales son las mismas que las de cualquier otro organismo, al igual que ellos, precisamos de los recursos naturales para seguir viviendo.

Nuestra inteligencia, carácter que nos ha dado cierta capacidad de dominancia en la tierra, a veces nos hace olvidar nuestro origen y ligas materiales, poniendo en peligro la existencia misma, al igual que la de muchas otras especies. Olvidamos lo importante por lo cotidiano y en esta actitud pasar por alto lo trascendente por lo intrascendente.

En México nos está pasando esto en relación a nuestros recursos naturales. Por resolver problemas urgentes hemos olvidado de hacerlo con los importantes y eso nos está revirtiendo. Son demasiadas las zonas erosionadas y empobrecidas; son muchos los ríos y lagunas inutilizados; el fantasma del hambre campea ya en muchas zonas de nuestro país. No podemos darnos el lujo de seguir destruyendo la base misma de nuestro bienestar. Fuimos excelentemente dotados por la naturaleza y de la hemos vivido y seguiremos haciéndolo.

Los recursos bióticos de México nos pertenecen a todos y por ello debemos entender que el cuidarlos es nuestra obligación y el exigir que se cuiden, un derecho.

Para terminar sólo deseo hacer notar la importancia que tiene para nuestro país la investigación científica de los recursos naturales. Sólo ella nos podrá dar la información que requerimos. El tener los recursos, no nos asegura su buen uso, ni siquiera el conservarlos nos lo asegura; es la investigación el único camino para avanzar. El bienestar que ahora goza una buena parte de la humanidad ha sido gracias a esta actividad única de la especie humana, que la diferencia de todas las demás especies.

De la investigación científica de nuestros recursos bióticos es de donde saldrán los nuevos alimentos, nuevos controles biológicos de plagas, nuevas medicinas, nuevos insumos industriales de origen biológico. Este es nuestro reto.

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PROBLEMÁTICA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Eva Fabián Ceniceros

EVOLUCIÓN Y ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

Los diversos pueblos distribuidos sobre la superficie terrestre presentan entre sí caracteres de semejanza y deferencias de conformación que han permitido clasificarlos en cierto número de grupos, a los cuales se les ha dado el nombre de razas (aspecto biológico).

Respecto al origen de las diversas razas se ha especulado mucho, pero aún no se tiene una explicación concluyente. Sin embargo, la antropología las clasifica en:

• Raza blanca o caucasoide (se piensa que se originó en el cáucaso al norte de Europa) que tiene las características siguientes: ángulo facial de 85° aproximadamente, cara oval, frente alta y espaciosa, cráneo ovoide, nariz más o menos aguileña, dientes perpendiculares al maxilar, ojos horizontales, piel blanca o sonrosada; comprende actualmente a los pueblos más civilizados (nórdicos, mediterráneos, alpinos e indoarmenios).

• Raza amarilla o mongoloide (originaria de Asia) que se distingue por su ángulo facial de 75° a 80° aproximadamente, cara ancha y aplastada, pómulos salientes, nariz aplastada, fosas nasales muy abiertas, ojos rasgados y oblicuos, cabellos espesos y negros y piel aceitunada; se encuentran dentro de este grupo los subgrupos mongólico, indonesio, esquimal y amerindio. Este último se distingue por su cara ancha, pómulos salientes, menor que el mongoloide, ojos grandes y oblicuos, cabellos negros y lacios y piel cobriza.

• Raza negra o africana (originaria de África) que tiene un ángulo facial de 70° a 77°, rostro alargado y estrecho, con la parte superior deprimida, diente oblicuos hacia adelante y más largos que en los otros grupos, nariz ancha y aplastada, labios gruesos, boca grande y cabello grueso y lanudo.

Como se afirmó al principio todos los grupos tienen rasgos de semejanza y de diferencia, por lo cual algunos antropólogos no aceptan el origen único de razas puras y que tampoco existen razas superiores.

Entre los factores de diferenciación se encuentran:

• La similitud y uniformidad que existen en las funciones de la vida orgánica, duración media de la vida, época de la pubertad, etcétera.

• Las diferencias que se atribuyen al medio geográfico (clima, relieve, etcétera), hábitos, régimen alimenticio, emigración, medio social, talla, tipo orgánico y fisiológico, fuerza muscular, vitalidad y mortalidad.

Los grupos raciales difieren entre sí en diversos aspectos, tales como color de su piel, cabello, forma del cráneo, cara, ojos, nariz y boca y proporciones del cuerpo; sin embargo, considerados en su estructura total, se observa que se asemejan mucho entre sí; la conclusión a la que se llega es que todos tienen un mismo origen: son homo sapiens, es decir, del género homo y de la especie sapiens. Además por la antigüedad de la humanidad no existen razas puras, por lo cual las actuales son consecuencia de un largo proceso mestizaje a lo largo de la historia humana.

Los tipos raciales son:

• Blanco o caucasoide, cuyos grupos representativos son nórdicos, alpinos, eslavos, mediterráneos, indios, camitas y semitas. Por condiciones externas, su piel tiene diferencias de pigmentación. Dentro de este grupo distinguimos cuatro subgrupos.

- Europeos (piel clara): nórdicos, eslavos, latinos, georgianos y armenios.

- Asiáticos (piel oscura): indios, uranios uránicos y aínos.

- Africanos (piel oscura): bereberes, nilóticos, semitas (árabes y judíos) y camitas (etilopes y somalíes).

- Oceánicos: polinesios, micronesios y maoríes.

• Amarillo o mongólico, con grupos representativos como mongol, esquimal, malayo y amerindio. Al igual que en el grupo anterior encontramos:

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- Europeos: lapones y fineses.

- Asiáticos: paleosiberianos, tibetanos, indonesios, malayos, centroasiáticos (turcos, tártaros, uroaltaicos), chinos, japoneses, coreanos, indochinos, birmanos y tailandeses.

- Americanos: esquimales, amerindios, dakotas, aleutianos, sonoras, californianos, pueblos andinos, amazónicos, pampeanos, patagónicos y fueguinos.

• Negra o negroide, cuyos representativos son negros nilóticos, pigmeos, melanesios y negritos. Dentro de este grupo encontramos:

- Negros primitivos: australianos, tasmanes.

- Oceánicos: neocaledonios, papúes y melanesios.

- Asiáticos: veddas.

- Africanos: bosquimanos, hotentotes, pigmeos, sudaneses, nilóticos, cafres y bantúes.

Blanco o caucasoide:

• Norte y este de Europa: alemán, holandés, sueco, noruego, inglés, belga y francés.

• Centro de Europa: austriaco, francés, italiano, y suizo.

• Este y sureste de Europa: ruso, polaco, checo, eslovaco, búlgaro y yugoslavo.

• Sur de Europa: portugués, griego, albanés.

• Sur y sureste de Asia: indio, afgano, persa.

• Sureste de Asia y norte de África: árabe y judío.

Amarillo o mongoloide:

• Centro y este de Asia: mongol, chino, coreano, tibetano, ruso, siberiano.

• Sureste de Asia: birmano, indonesio, malgache, malayo, siamés y anamita.

• América: amerindio, indígenas de todo el continente americano.

Negro o negroide:

• Centro y sur de África: sudanés, bantú, bosquimano, hotentote y cafre.

• Sur de Asia e islas de Malasia: malasio, papúa, australiano, dravidiano (veddas).

• África Ecuatorial e islas Filipinas: pigmeo y delta de Filipinas.

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MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO EN MÉXICO Enrique Leff

(Coordinador)

El caso de la Laguna de Términos

La laguna de Términos (la más extensa del país si se toman en consideración las lagunas tributarias directamente conectadas a ella) posee 2,500 kilómetros cuadrados de aguas abiertas. Se encuentra situada en el sureste de la República mexicana, en el Golfo de México, Lat W 91° 15’ -92|°00? Y long. N18°15’-19°00’. El clima es tropical húmedo de tipo Amw con regímenes de nortes en invierno y turbonadas en verano. La laguna es somera: cuatro metros de profundidad en promedio, excepto en las dos bocas de comunicación al mar, en las que la profundidad es de 10 metros o más. La corriente que entra del Golfo de México a la laguna por la boca de Puerto Real va de este a oeste y sale por la boca del Carmen. Los ríos tributarios son numerosos, con aportes de carácter estacional. La sanidad fluctúa entre 18% y 38%, y en general, al sueste de la Isla del Carmen se presentan los ambientes más marinos de la laguna.

La aglomeración urbana más importante de la zona es Ciudad del Carmen (100,000 habitantes en 1985), cabecera municipal, base naval y puerto de altura y cabotaje, ubicada al oeste de la Isla del Carmen. Las actividades principales de la ciudad se encuentran ligadas a la pesca y a la explotación petrolera. Posee varios astilleros (para construcción y reparación de la flota) y numerosas congeladoras yempacadoras de camarón. La explotación maderera ha sido una actividad muy importante incluso antes del auge camaronero y petrolero.

Existen otras poblaciones alrededor de la laguna: Isla Aguada (3000 habitantes), Atasta y Palizada donde se combinan actividades agrícolas y pesqueras.

La laguna es un área muy diversificada en hábitat naturales de aguas someras que incluyen áreas de manglar, de pastos marinos, y bancos de ostión y almeja.

Todos estos habitat proporcionan una alta productividad biológica que ha sido la base de las ricas pesquerías que tradicionalmente se han practicado en la laguna o en su zona de influencia (Sonda de Campeche) y que incluyen moluscos (ostión y almeja, crustáceos (sobre todo el camarón pero también cangrejos y jaibas), y una gran variedad de peces comestibles (robalo, pargo, mero, mojarra, corvina y tiburón).

La laguna no presenta aún niveles de contaminación que afecten a sus poblaciones naturales. El desarrollo histórico de toda esa zona de la Sonda de Campeche, en la que se encuentra incluida la Laguna de Términos, había sido pesquero por vocación. Recientemente, el descubrimiento y explotación de los yacimientos de petróleo de la Sonda de Campeche han provocado profundos cambios en toda la región, con implicaciones indirectas patentes en el intenso desarrollo urbano que ha provocado en Ciudad del Carmen. De no tomarse medidas preventivas necesarias, estas actividades afectarán negativamente la dinámica ecológica de la laguna, así como el potencial de sus recursos naturales.

UTILIZACIÓN ACTUAL DE SUS RECURSOS RENOVABLES

El camarón

En Ciudad del Carmen se encuentra basada la flota camaronera más importante del país, con registros de embarque que se remontan a 1947. El camarón (blanco, rosado, café) constituye la principal fuente por concepto de pesca en la zona. El camarón se comercializa tanto en el Sureste, como en la ciudad de México y también se exporta a los Estados Unidos y, en menor medida, a Japón. En 1984, el total de las exportaciones por concepto del camarón en México ascendió a 401 millones de dólares, clasificándose como la quinta exportación en importancia para el país.

Esta pesquería, a veces considerada de media altura por las distancias de la costa a las que en ocasiones se pesca, se encuentra íntimamente ligada a la laguna, ya que estos organismos pasan una quinta parte de su vida en las lagunas durante sus estadios juveniles.

Las estadísticas pesqueras indican que para 1981 la captura del camarón en el estado de Campeche (Ciudad del Carmen siendo, por mucho, el centro más importante) fue de 8,270 toneladas y aportó 906’784,000 de pesos. Desde entonces, el incremento de los precios al consumidor ha sido

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dramático. Esto, aunado al deslizamiento de la moneda mexicana, ha hecho de gran incentivo la exportación del producto.

El precio del camarón alcanzó entre 10 y 12 dólares por kilo, en junio de 1985, en los centros de reparto del Distrito Federal, y se llegó a cotizar hasta en 16 dólares en los supermercados de la capital.

El camarón mexicano, en el mercado Fulton de Nueva Cork, varió de 6.25 dólares (categoría U-10) para el camarón blanco y de 5.15 dólares (categoría 26-30) a 9.55 dólares (categoría U-10) para el camarón café (precios de junio 1985).

El ostión

Los bancos ostioneros (Crassostrea virginica) de Laguna de Términos se encuentran localizados sobre todo en las lagunas tributarias y en el complejo Atsta.Pom. Éstos han sido objeto de explotación desde tiempos remotos; sus conchas han sido utilizadas como material de construcción desde antes de la conquista española (ruinas alrededor de Huarixé en Isla del Carmen). La pesquería ha sido hasta ahora fundamentalmente de consumo regional, pero dado que la demanda a nivel nacional va en aumento y que no se va a poder cubrir a corto plazo, es una pesquería que ofrece amplias posibilidades de expansión, sobre todo en cultivo.

La cooperativa de “Los Tamarindos” es la única concesionaria para la captura del ostión, a razón de tres rejillas de ostión al día por socio cooperativista. Estas cuotas no son respetadas y el excedente se vende directamente a mercados o restaurantes de la ciudad.

El precio del ostión en junio de 1985 (datos de la Oficina de Pesca en el Distrito Federal, de la Secretaría de Pesca) varió de 10.40 a 12.50 dólares (sin concha) en los centros de reparto del Distrito Federal. Su predio al consumidor fue de 300 a 360 pesos en frasco chico (30 piezas) en los supermercados de la capital (la tasa de cambio era entonces de 240.70 pesos por dólar). Los precios

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de mayoreo en Estados Unidos variaron de 33 a 36 dólares por galón sin concha, en el mismo período.

La producción de ostión para el estado de Campeche era, de 1968 a 1978, de 1,731 toneladas anuales en promedio, en tanto que para el mismo periodo, tabasco producía 9,19 toneladas en promedio y Veracruz, 20,652.26 estos datos indican que la pesquería del ostión es secundaria en el área de Ciudad del Carmen, y no ha alcanzado, ni remotamente, los niveles de producción del estado de Veracruz.

a. La almeja

Se localiza en las lagunas adyacentes y tributarias de la Laguna de Términos, principalmente en el complejo Atasta-Pom, en menores cantidades en las lagunas de Atasta, del Este, Balchacah, Palizada, Chacahito y Panlau. Son varias especies de almejas comestibles asociadas (Rangia cuneata, Rancia flexuosa y Polymesoda coraliana). Al igual que el ostión, la almeja es un organismo filtrador que se desarrolla en aguas salobres y no tolera salinidades por encima de un 19%. Su explotación tradicional y de tipo artesanal se encuentra hoy amenazada.

b. Los peces

Existe una enorme variedad de peces que se captura en la Laguna de Términos o frente a ella, en la Sonda de Campeche. En Términos globales, los peces de grupos específicos constituyen la segunda pesquería del sur del Golfo de México; entre éstos se pueden nombrar, por su mayor valor comercial, los meros, corvinas, chernas, pargos huachinangos, robalos, cazones, pámpanos y tiburones (cuya utilización es total: dientes, piel, carne, aleta)

Los ingresos generados por concepto de estas pesquerías y los volúmenes de captura se pueden observar en la tabla 1; corresponden a los años entre 1977 y 1982 la captura se destina al consumo local y a la ciudad de México, sobre todo.

La captura por unidad de esfuerzo en la zona se ha calculado, en promedio, de 53 kg/h con amplias variaciones durante el año (incluye camarón y fauna acompañante).

Los estudios realizados indican que no se han alcanzado aún niveles de sobre-explotación.

c. Otras especies comestibles

Son pesquerías menores, sobre todo de cangrejos y jaibas (Callinectes sapidus), muy apreciados en los restaurantes locales y generalmente restringidos al consumo local, de tal manera que la evaluación de captura real se dificulta mucho. Su área de localización y pesca en la laguna se encuentra asociada a las áreas de vegetación sumergida, en particular, al noroeste de la laguna. Los langostinos o acamayas (Macrobrachium) se capturan en ríos tributarios de la laguna. También se captura caracol (Melongena, Strombus spp. Y Fasciolaria gigantea).

d. Acuicultura

La Laguna de Términos ofrece posibilidad de desarrollo de especies comerciales en cultivo, en especial moluscos (almeja y ostión) aunque también peces. Esta actividad, como ya se menciono más arriba, reservada a las cooperativas, se encuentra en fase muy primitiva. Se limita a la resiembra de ostiones prevista por la ley para quien pesca ostión (desgraciadamente, se pasa por alto esta obligación en muchas ocasiones) y a cultivos experimentales hechos por la Secretaría de Pesca y el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM. Se incluyen ahí moluscos y peces. Hay que mencionar también el importante criadero de caimanes “El Fénix”

EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS NO RENOVABLES Y DESARROLLO URBANO

La extracción de arena, grava y concherío para construcción es de tipo local y no afecta aún al ecosistema en forma perceptible. En cambio, la explotación petrolera de los pozos localizados frente a la Laguna de Términos sí ha tenido impacto sobre ésta aunque, hasta ahora, de manera indirecta,

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reflejándose, en particular, en el intenso desarrollo urbano, las construcciones con fines de comunicación que por lo mismo se han hecho necesarias, y los desechos de tipo doméstico se han ido en aumento. Las construcciones que mayor impacto han tenido sobre el medio son dos: 1) La construcción del canal que une al mar con Ciudad PEMEX a través de la Laguna de Pom (Figura 2), que ha eliminado gran parte de la almeja que ahí se explotaba; y 2) el Puente de la Unidad, inaugurado en 1983, que une a Isla del Carmen con Isla Aguada y cuyo impacto aún no se conoce pero estará derivado del freno a la corriente que impone a las aguas del Golfo de México en la entrada de la boca de Puerto Real.

OTROS USOS

Las lagunas costeras son áreas de protección reconocidas de muchas especies, en particular en sus fases larvarias y juveniles, y la Laguna de Términos no es una excepción. Los estudios realizados en ella indican que sirven de área de crianza para el camarón (Pennaeus aztecas, P. duorum y P. setiferus) y para diversos peces de la plataforma continental adyacente.

En la laguna encuentran también refugio los manatíes (Trichechus manatus), mamíferos marinos en peligro de extinción, y cuya veda permanente está en vigor. De éstos se utilizaba la carne, la piel, los huesos y se extraía aceite. También se encuentran caimanes, aunque por los usos recreativos de la laguna se prefiere tenerlos en cautiverio y cultivo. Asimismo, periódicamente se encuentran grandes cantidades de “cacerolitas de mar” (Limulus polyphemus) que ya en Estados Unidos consideran preservar por los usos recientes que se les da en investigación.

Se ha desarrollado mucho el transporte marítimo a través de la Laguna de Términos, ya que Ciudad del Carmen, la concentración urbana de mayor importancia, se encuentra en una isla.

Las actividades ligadas a la extracción de hidrocarburos han provocado incremento en el transporte, en especial del mar a Ciudad PEMEX. El impacto de esta modalidad de uso se traduce principalmente en niveles de mezcla a acrecentados en el agua que por lo somero afectan, de algún modo, a la productividad lagunar (quizás acrecentándola) y potencialmente en derramamientos accidentales.

Por otro lado, es muy reducido el turismo y las actividades de recreación asociadas a los deportes acuáticos que se practican en Laguna de Términos. La laguna en sí es muy bella y existen algunas playas de indudable valor estético (Bajamitos, El Playón). Sin embargo, el interés fundamental de la ciudad ha sido el de desarrollar, prioritariamente, la industria camaronera y petrolera, por lo cual no se da auge a las posibilidades de desarrollar, prioritariamente, la industria camaronera y petrolera, por lo cual no se da auge a las posibilidades de desarrollo turístico. Como actividades recreativas, se practica el esquí acuático, sobre todo en los esteros, y la pesca deportiva, capturándose (para efectos de torneos), sobre todo el sábado (Tarpón atlanticus) por ser de gran tamaño. Éste es más frecuente cerca de las desembocaduras de los ríos. También son objeto de captura la barracuda y el robalo blanco.

Los desechos domésticos de Ciudad del Carmen son vertidos directamente a las aguas circundantes, no existiendo siquiera drenaje. De igual manera se tratan los desechos industriales derivados principalmente de las plantas de tratamiento de camarón y pescado.

Sin embargo, en virtud de las características de las corrientes principales dentro de la laguna (de este a oeste) y de la posición de Ciudad del Carmen, todos los desechos salen casi de inmediato al mar, por lo que no contaminan la laguna. Los desechos derivados de las actividades agrícolas llegan a la laguna acarreados por los ríos y pasando por las lagunas tributarias. Si bien ya hay niveles detectables de estos productos, como el DDT y el Dieldrin, sus niveles son aún bajos: se han detectado, en ostiones, valores de 11 ppb de DDT y de 0.03 ppb. De Dieldrin que no amenazan aún la salud humana. Esto se debe, probablemente en parte, a la poca sofisticación de la agricultura circundante que propicia pocos niveles de desechos de este tipo a los ríos.

Por lo arriba expuesto sobre la situación actual y el desarrollo histórico del área, se puede deducir que la problemática principal a la que se enfrenta la zona de la Laguna de Términos se encuentra ligada a dos causas:

a) Conflicto de intereses en la explotación de sus recursos.

b) Fallas en la gestión actual y en el aprovechamiento racional de sus recursos renovables.

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ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

Conflicto de intereses en la explotación de sus recursos

El rico potencial de uso de los recursos renovables derivados de este ecosistema complejo y diversificado, se enfrenta desde hace unos diez años a las presiones de desarrollo industrial impuestas por la explotación de los ricos yacimientos petroleros del área. Esta disyuntiva constituye la piedra angular de toda planeación en el manejo de la zona. Por otro, lado, tenemos las pesquisas tradicionalmente explotadas, que requieren de la preservación ecológica de la laguna y áreas de influencia, para asegurar que los rendimientos se mantengan o incrementen. Por el otro, tenemos la “bendición” de la riqueza de los yacimientos petroleros del área que si bien son fuente de trabajo, de divisas y de satisfactores básicos para parte de la población, han originado problemas de contaminación directa o indirecta, y provocado cambios sociales, demasiado bruscos y desiguales. De hecho, sólo cierta fracción de la población se ha visto directamente beneficiada (como comerciantes y prestadores de servicios) por el auge petrolero. La mayoría, sin embargo, sufre por la grave inflación que los “petroleros” han provocado en la zona. Es patente el resentimiento hacia es nueva clase privilegiada de fuereños, que, además de afectar seriamente el antiguo ritmo de vida en la ciudad, ha provocado aumento alarmante en la criminalidad y prostitución del área. PEMEX, por su parte, ha hecho ciertos esfuerzos de servicio social en la zona como, por ejemplo, el establecimiento de una gran tienda de autoservicio a precios populares, y el financiamiento de investigaciones sobre la contaminación y los recursos de la zona. Sin embargo, entre la población no directamente beneficiada por la explotación petrolera, y que constituye la mayoría, prevalece la sensación de que la riqueza petrolera que les pertenece no les llega en forma alguna.

Aunque las presiones de desarrollo urbano e industrial se pueden enmarcar dentro del mismo proceso que está acabando a pasos acelerados con los ecosistemas costeros del sureste del país (en particular la zona de Coatzacoalcos), los desechos urbanos y el área creciente ocupada por los asentamientos humanos no han afectado aún el equilibrio ecológico de la zona. Inclusive el derrame del pozo petrolero Ixtoc, ocurrido frente a sus costas en junio de 1970, y calificado como el peor accidente en la historia de la explotación petrolera (425,9000 toneladas de petróleo derramadas al mar), no tuvo consecuencia sobre la productividad pesquera de la región. Esto, empero, fue debido a la conjunción de diversas circunstancias, factores climáticos e hidrodinámicos fundamentalmente, que se conjugaron favorablemente. De hecho, se siguen emprendiendo estudios para conocer el impacto causado a largo plazo sobre la fauna del lugar, y se ha puesto de manifiesto la posibilidad de que ocurra una tragedia ecológica en cualquier momento.

En cuanto a las presiones sobre el medio que origina el crecimiento de la población urbana, la tecnología existente (plantas de tratamiento de aguas negra, por ejemplo) permite limitar su impacto, pero hay que implementar las instalaciones necesarias.

Es tecnológicamente posible desarrollar ambas actividades provechosamente, siempre y cuando se implante una política ambiental en la que las actividades industriales se desarrollen en armonía con el medio ambiente natural y no en su contra, y en la que el desarrollo industrial no se base únicamente en una explotación incrementada con el fin de obtener mayores ganancias a corto plazo, a costa de destruir el medio.

Sería deseable, para implementar esta solución, incrementar el nivel de concientización tanto del sector público como de ciertos grupos del sector privado poco acostumbrados a tomar en consideración la preservación del eso-sistema en sus proyectos de inversión.

Existen ciertas señales que permiten un optimismo cauteloso en este sentido. Por ejemplo, el proyecto de Puerto de Dos Bocas (Laguna de Mecoacán, Tabasco) de PEMEX, cuya primera etapa prevé sustituir las funciones de abastecimiento que cumple actualmente Ciudad del Carmen a las instalaciones de la Sonda de Campeche. Es evidente, desgraciadamente, que esta sustitución afectará de manera adversa a la Laguna de Mecoacán.

FALLAS EN LA GESTIÓN ACTUAL Y EN EL APROVECHAMIENTO RACIONAL DE SUS RECURSOS NATURALES

Además de las fallas ya comentadas en la sección anterior (incapacidad de las cooperativas para explotar o cultivar racionalmente a las especies sobre las que tienen exclusividad y que son las más atractivas comercialmente; desaprovechamiento de la fauna acompañante del camarón; falta de acatamiento de las vedas) se pueden señalar las siguientes:

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a) A pesar de estar prohibido por la ley, se practican arrastres dentro de la laguna con mallas de luz pequeña, lo cual daña considerablemente el potencial de explotación futura al afectar a los criaderos del producto no sólo del camarón sino también de los peces. El control sobre esa práctica ilícita es actualmente imposible, dados los recursos limitados con que se cuenta y la enorme extensión de la laguna.

b) La captura por unidad de esfuerzo del Camarón es baja en comparación con la que se registra en embarcaciones estadounidenses (en 1874 éstos últimos obtuvieron el doble por unidad de esfuerzo). Esto puede deberse, por un lado, a la menor sofisticación de las embarcaciones mexicanas, y por otro, al fuerte aumento en el número de embarcaciones sin que el recurso lo justifique, lo cual implica, mayor número de lances y de gastos para obtener los mismos resultados. También contribuyen las cantidades no registradas de captura, lo cual nos lleva a considerar un tercer factor:

c) La confiabilidad relativa de las estadísticas pesqueras disponibles. Desde luego, esa falla no es exclusiva de México, sino que se da a nivel mundial. Ha sido una de las preocupaciones de los estudiosos de las pesquerías, indicada en varios foros internacionales. La FAO, por ejemplo, en la segunda y cuarta reuniones de la COPACO, señala la necesidad de que las estadísticas sobre camarones, peces de fondo y capturas incidentales sean más completas y amplias y se recomienda mejorar el contenido de las que producen, en general, los países miembros. Si se llega a superar esta deficiencia se podrán aprovechar adecuadamente los datos obtenidos.

d) Los estudios sobre las potencialidades de los recursos pesqueros de la zona (y del país) son insuficientes. No sólo se debe cubrir esta deficiencia en lo relativo a las especies explotadas, sino en lo que se refiere a las potencialidades de consumo de la fauna acompañante del camarón, que parecen sumamente prometedoras. Éstas pueden contribuir, de manera apreciable, a cubrir necesidades básicas de alimentación popular.

e) La comercialización de los productos pesqueros es deficiente. No sólo el consuma a nivel nacional es muy bajo (6.5 kg/habitante/año), sino que la introducción de especies no consumidas tradicionalmente presenta problemas de rechazo en la población. Esto se agrega al problema de la marcada estacionalidad de la demanda (limitada a Cuaresma y Navidad). Es notable, asimismo, que la propaganda que pretende impulsar el consumo de pescado se haga exclusivamente durante la época de mayor demanda natural por le producto y no a lo largo del año. Una campaña propagandística de información y educación popular sostenida en el tiempo contribuirá, sin duda, a la solución de estos problemas. Además, el producto de la pesca es caro para la población, rebasando los precios por kilo de carne, lo cual obviamente desalienta el consumo. Los altos precios de los productos pesqueros, en general, están ligados tanto a la comercialización deficiente, como a la cadena de intermediarios que ahí intervienen y al desperdicio de diferentes etapas del producto (por técnicas inadecuadas de captura, conservación o transporte). El comercio derivado de la pesca debe y puede ser una actividad muy rentable que además beneficie a la población proporcionándole alimento de alta calidad a precio accesible.

f) El mercado de demanda del ostión (para consumo nacional y para exportación) crea incentivos para explotarlo racionalmente e iniciar su cultivo intensivo en la zona. La Secretaría de Pesca, a través de la Dirección General de Acuicultura, está creando actualmente en el país 20 cooperativas adicionales para cultivo de ostión. Éstas, sin embargo, al igual que unos 19 desarrollos importantes ya existentes (12 de ellas en aguas interiores), muy probablemente se encaminarán, sobre todo, a la exportación, con lo cual la demanda nacional no será cubierta a corto plazo. Ante estos incentivos, parece deseable intensificar la explotación e iniciar su cultivo. Una vez más, antes de emprender esta actividad, se debe contar con estudios ecológicos que indiquen tanto la factividad, como la zona más adecuada de cultivo.

g) Se debe explorar la factibidad de cultivo de otras especies susceptibles de consumo popular (peces, por ejemplo). Igual que el punto anterior, ésta es una tarea de profesionales que requiere de estudios previos para obtener resultados positivos. Al respecto, no hay que olvidar que la transferencia de tecnología y las obras de infraestructura necesarias para la acuicultura pueden ser no sólo muy costosas, sino poco redituables si vienen de países con condiciones climáticas diferentes. Es impactante notar la extraordinaria similitud de los métodos usados en acuicultura lagunar ideados por pueblos de muy distintos orígenes: concentrándose en el control de las migraciones animales y el mejoramiento de las reservas de peces, se obtienen en África e Indonesia, con tecnología tradicional, capturas cercanas a los niveles máximos sostenibles sin

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que haya evidencia de sobre- explotación. Estos ejemplos indican que se pueden implementar, a bajo costo, instalaciones muy productivas y que se puede aprender bastante de modelos tradicionales de explotación en cultivo. Es necesario analizar las fallas de los sistemas actuales de acuicultura en el país, cuyo rendimiento nunca ha correspondido a las expectativas, y preguntarse si lo que ha fallado es una tecnología inadecuad, recursos humanos poco capacitados, o los dos a la vez.

h) Las condiciones de vida de los pescadores son altamente desiguales. Existen varias categorías de pescadores: los afiliados a cooperativas y los “libres”. Se designa con el nombre de “rateros” a los pecadores libres que, ilegalmente, pescan camarón dentro y fuera de la Laguna de Términos. Aquí sólo mencionaremos dos hechos relevantes: 1) La organización en cooperativas no ha resuelto las demandas de mejores condiciones de vida y de trabajo de sus afiliados: los pagos por las capturas se hacen de manera muy poco equitativa. En efecto, el dueño de la embarcación con motor se lleva la mayor parte del dinero, ya que obtiene la recuperación del capital invertido inicialmente en la operación, el gasto de gasolina y el 50% de las ganancias que quedan. El resto se reparte, también según su categoría, entre los tripulantes. Los bajos ingresos de los pescadores poco especializados (la mayoría) y las malas condiciones de trabajo, aunados a problemas de alcoholismo, muy generalizados en ese sector de la población, y servicios médicos deficientes, constituyen un problema social digno de atención dentro de la problemática pesquera.

La adaptación más conveniente a la localidad seleccionada, tomando en cuenta su entorno, más que la sofisticación ofrecida, constituirá la solución adecuada al manejo armonioso de las técnicas de cultivo.

Para concluir sobre la problemática que presentan las pesquerías en la Laguna de Términos, se considera que, además de los estudios previos y de la formación de recursos humanos especializados, sería conveniente considerar la incorporación del sector privado a la explotación de las especies hasta ahora reservadas a las cooperativas.

El sector privado, además de hacer las inversiones necesarias a la modernización o implementación de la tecnología existente, por su alta competitividad estimularía a la industria pesquera. Se debe acompañar esta medida de una legislación prudente que tienda a proteger el recurso y asegurar que esta riqueza sea repartida también entre la población local. Parece más lógico, de cualquier modo, otorgar permisos de pesca a mexicanos, interesados en desarrollarla, que a barcos extranjeros, como es el caso, desde 1976, con lo pesca del camarón.

La legislación actual es otro rubro que merece atención en materia pesquera, por ser obsoleta. Como ejemplo se puede mencionar que las medidas previstas por la ley cuando el mar territorial era de tres kilómetros, siguen en vigor, ahora que la zona económica exclusiva tiene 200 millas náuticas.

Además, poco o nada se ha hecho en el área de la Laguna de Términos para aprovechar las extensas áreas de manglar que la rodean y cuyas utilizaciones son variadas. Para ello sería necesario realizar estudios ecológicos que definan si es mejor aprovechar la porción aérea del manglar (explotación maderera y extracción de taninos) o la porción sumergida (para acuicultura).

i) Turismo y recreación. La zona posee atractivos turísticos y recreativos indudables, como ya se mencionó, pero el desarrollo de esas actividades, además de ser en cierta forma incompatible con la intensa industrialización del área (pesquera y petrolera), incrementaría las presiones poblacionales y demandas de agua y servicios que parecen difíciles de cubrir. El área no resulta, por ello, apta para el desarrollo de la industria turística. Las áreas de recreación existentes (playas hacia el mar o la laguna) se deben preservar para esparcimiento de la población local.

j) Transporte. El transporte marítimo en la laguna no presenta niveles críticos ni en volumen ni en impacto ambiental. El incremento de tráfico hacia las zonas de plataformas de la Sonda de Campeche conlleva, desde luego, riesgos de derrame accidental. Agreguemos aquí que en lo que se refiere al transporte terrestre, la carretera alternativa que pasa por Escárcega (no. 186) ha venido a aliviar grandemente el tráfico que antes tenía que circular por la carretera 180, atravesando la isla hacia la Península de Yucatán, o viniendo de ella.

k) Zona de desechos. En este caso, un azar venturoso reemplazó la planeación cuidadosa, pues Ciudad del Carmen se encuentra idealmente situada en el lugar de salida de la corriente de la laguna (Figura 2). Los desechos provenientes de los ríos no presentan aún problemas, pero es

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necesario un programa de monitoreo constante para impedir su deterioro futuro, producto de una agricultura más intensiva o sofisticada en el área.

l) Zona de protección y crianza de especies comerciales y zona de protección de especies en peligro de extinción. en este rubro existen algunas deficiencias; la más importante es la que se refiere a la captura de especies en peligro de extinción. el caso más conocido es el de manatí, cuya carne se vende como “ternera” en los mercados de Ciudad del Carmen, y cuya piel, huesos y grasa se aprovechan al margen de la ley. Para resolver este problema y evitar la extinción de la especie, sería conveniente contar con patrullas de vigilancia que al mismo tiempo evitarían los arrastres ilícitos que se practican ahí. Se ha pensado en el ámbito científico declarar a la Laguna de Términos o algunas de sus partes, santuarios de la flora y fauna costeras. Es predecible que una medida así se enfrentaría a numerosos obstáculos si no es planeada con sumo cuidado, por los usos intensivos y diversificados que se la da actualmente.

m) Obras de infraestructura. En la Laguna de Términos la obra de infraestructura que más impacto ha tenido es la del canal que comunica a Ciudad PEMEX con la costa a través de la Laguna de Pom (Figura 2). Este canal, cuyo impacto biológico sobre las almejas ya se comentó, no satisfizo necesidades de transporte más que para PEMEX. Sería deseable (y fácil) complementar la comunicación por vía acuática abriendo un canal hasta el río San Pedro y San Pablo, que sería de utilidad para la población aledaña. Sin embargo, hay que insistir en que se deberán estudiar previamente las consecuencias ecológicas de una obra así.

El puente de la Unidad, que conecta a Isla del Carmen con Isla Aguada, es otra obra importante inaugurada en 1983. Reemplaza útilmente a las tradicionales pangas, que, además de poco prácticas, estaban sujetas a accidentes trágicos, como el sucedido poco antes de que se inaugurara el puente, en el que perdieron la vida unas 30 personas. Su ubicación es ecológicamente delicada, ya que impone cierto freno a la corriente que penetra del Golfo a la laguna. Las consecuencias previsibles son relativas al cambio en las tasas de sedimentación cercanas a la boca de Puerto Real, pero oficialmente no se ha previsto aún estudiarlas.

CONCLUSIONES

En el caso particular de la Laguna de Términos, la riqueza misma de la zona ha provocado un desarrollo desmedido y desorganizado, inflación y violentos conflictos de intereses.

Dadas las magníficas condiciones del área y el avance de la tecnología moderna, es evidente que se podrían desarrollar armoniosamente, y con enorme provecho, actividades pesqueras e industriales, con el menor deterioro ambiental y social posibles.

El criterio ecológico general que parece aplicarse ahí es el de preservar del impacto directo de las actividades industriales los criaderos y zonas de pesquerías naturales.

De manera general, a lo largo de este estudio se han puesto de manifiesto varios puntos problemáticos que son comunes a todos los subsistemas de la zona costera de nuestro país. El que quizás encabeza la lista de prioridades a resolver es el que se refiere al estudio de los subsistemas naturales y la formación de recursos humanos. En efecto, un rasgo común a los países en vías de desarrollo es desconocer sus potencialidades y no darle el peso adecuado a los estudios ambientales. Esto los pone directamente en desventaja al entrar en negociaciones bi o multilaterales que involucran sus recursos naturales. Como un ejemplo, mencionaremos que, en la cuestión pesquera, es claro que al no conocerse las condiciones ecológicas de desarrollo y los rendimientos máximos sostenibles de las especies comerciales, México no puede tener una idea clara de las cuotas permisibles en los convenios con países extranjeros.

En el caso de las lagunas costeras, este desconocimiento conduce a técnicas equivocadas de explotación y a la destrucción del recurso. La importación de tecnologías diseñadas en países con otras características, a menudo no funciona y crea dependencias que pueden resultar muy costosas.

La determinación de la “vocación” de cada laguna y su manipulación (o no) para optimizar la explotación de sus recursos, depende, de la comprensión del funcionamiento ecológico y socioeconómico local y de su integración a la dinámica nacional.

La formación de recursos humanos que lleven a cabo estas investigaciones reviste carácter primordial. En este sentido, son de notarse los esfuerzos realizados en estos quince años por el gobierno mexicano, para dotar al país de investigadores y técnicos de alto nivel en las áreas de

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ciencias del mar. El CONACYT, a través de su programa de becas y apoyo a los proyectos de investigación, ha jugado un papel fundamental en esta formación. Además, existen ya, en la República mexicana, 32 planteles de educación secundaria técnica pesquera, 27 centros de educación tecnológica del mar (todos dependientes de la SEP) y una docena de instituciones de investigación vinculadas con las ciencias del mar.

A pesar de este número relativamente importante de instituciones formativas, lo cierto es que la formación de recursos humanos es muy variable y el nivel académico obtenido dista aún de alcanzar niveles de excelencia. Las instituciones de investigación, por su parte, son casi todas de reciente creación.

La descentralización debe formar parte del desarrollo de dichas instituciones y de cualquier programa de investigación en la zona costera. Una manera de consolidar a estas instituciones es dotar al personal de satisfactores básicos decorosos (vivienda, escuelas, hospitales, medios de esparcimiento), de infraestructura necesaria a su trabajo (equipo y bibliografía) y de alicientes económicos. Es importante reclutar personal originario del área para minimizar los problemas derivados del desarraigo. En Cancún se nota un esfuerzo decisivo en lo referente a escuelas y hospitales, pero el abastecimiento es aún muy insuficiente y los precios elevadísimos.

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EDENES PRODUCTIVOS DEL LITORAL MEXICANO: ARRECIFES CORALINOS, MANGLARES Y PASTOS MARINOS

Viviane Solís-Weiss

LOS TRES ECOSISTEMAS que aquí se analizan: arrecifes coralinos, manglares y pastos marinos, reúnen características similares: su gran valor estético y gran productividad, que los convierten en recursos importantes para el país; su alta complejidad por ser ecosistemas clímax y su baja resistencia al impacto humano al que se encuentran sometidos por su cercanía a la costa.

1. LOS ARRECIFES CORALINOS

Los arrecifes coralinos se presentan no sólo como las comunidades marinas de aguas costeras tropicales más evolucionadas y complejas del mundo, sino además, como las más elogiadas desde el punto de vista estético. Los arrecifes coralinos se componen tanto de la asociación simbiótica de corales pétreos (hematípicos) y algas, denominada comunidad coralina, como de formaciones geológicas estructurales (rocas calcáreas originadas por coral muerto y concherío fósil). A éstos se encuentran asociados grupos numerosos y diversificados de animales y vegetales típicos de estos ambientes.

Su distribución geográfica se encuentra limitada por la isoterma de 18%. La alta productividad que los caracteriza se debe a la buena penetración de la luz que favorece los procesos fotosintéticos y al funcionamiento eficaz de nutrientes en el seno de la comunidad. Es notable que las aguas transparentes que los rodean presentan una bajísima productividad.

El coral es el organismo de mayor importancia de la comunidad entera, razón por la cual, el conocimiento de sus factores limitantes de desarrollo es fundamental para la protección del recurso en términos globales.

Una de las características básicas para la comprensión ecológica y manejo del recurso es saber que los corales se caracterizan por tasas lentas de recuperación. La alta complejidad de la comunidad y el delicado equilibrio en que se encuentra propician un alto potencial de uso, pero igual que en las lagunas costeras, esta propiedad lleva implícita una baja resistencia al impacto humano. Es común el impacto severo por aguas negras y desechos industriales vertidos directamente al mar, pues la posición de los arrecifes tan cercana a la costa y de aguas tan someras propicia que la contaminación los afecte de inmediato.

DISTRIBUCIÓN EN LA REPÚBLICA MEXICANA

Su distribución en la República mexicana se limita a dos zonas con características diferentes:

a) En el litoral del Caribe (estado de Quintana Roo): se encuentran arrecifes de barrera extensos y muy desarrollados, abarcando cerca de 200 kilómetros de largo.

b) En el Golfo de México: se encuentran formaciones arrecifales de densidad y extensión mucho menores, entre las cuales las más importantes están frente a Veracruz, en Cayo Arcas, Arrecifes de alacranes y Triángulos.

En el resto del país se encuentran muy poco desarrolladas algunas comunidades coralinas que no han podido evolucionar a arrecifes y que, por lo tanto, no se tratarán aquí.

UTILIZACIONES ACTUALES Y POTENCIALES DE LOS ARRECIFES CORALINOS EN MÉXICO

Las características más sobresalientes de los arrecifes coralinos, en lo que respecta a su aprovechamiento en México, son los siguientes:

Constituyen una infraestructura turística natural de inapreciable valor. La gran belleza de los arrecifes coralinos y la claridad de sus aguas han propiciado que en otros países como Tahití, Hawai y Filipinas se hayan aprovechado como base fundamental del desarrollo turístico. En México, tenemos como ejemplo equivalente Cozumel que, careciendo de playas, vive únicamente del

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turismo asociado al arrecife (hoteles, renta de equipo de buceo, de lanchas y lancheros) y cuya ocupación de cuartos (aproximadamente 17,000 en 1985) es comparable a la de Cancún).

En Cancún, el desarrollo turístico que se está implementando depende, tanto del arrecife, como de las playas, considerando en esto la calidad y color de la arena que le da, a su vez, esa tonalidad tan especial al agua. Los arrecifes determinan la sedimentación en las playas, su formación y estabilidad, así como la calidad de la arena. La destrucción de estos arrecifes pondría fin a las playas de Cancún, quitando de un agolpe los dos atractivos que sustentan su existencia.

Ofrecen especies de alto valor gastronómico o comercial. Como langosta, cangrejo, caracol y diversos peces finos de consumo. De ahí se sacan también peces de ornato, algunos muy raros, así como conchas de colección o para la artesanía. El mismo coral sirve como base de artesanías y joyería de lato valor (coral negro, coral rojo, coral blanco y coral bambú). Para darse una idea del potencial comercial de estas especies hay que considerar que, por ejemplo en Filipinas, los mercados locales de corales abarcan una pequeña porción del mercado, mientras que las exportaciones del mismo constituyen el 90% del comercio. En 1977, las exportaciones de coral desde Filipinas superaron los dos millones de dólares, con ganancias al por mayor de entre 10 y 20%. Por otro lado, los precios de la materia prima originaria del coral son muy elevados. Tomemos sólo dos ejemplos: el kilo al público de coral negro era, en julio de 1982, de 534 a 638 dólares, y desde entonces se ha encarecido mucho por su rareza y la dificultad que presenta su extracción (a más de 70 metros de profundidad). La langosta se vendía, en mayo de 1985, al equivalente de 16 dólares por kilo en el mercado de la Viga (Distrito Federal). Los precios de las conchas (sin contar el trabajo artesanal) pueden ser elevadísimos y no existe control posible sobre ellos.

Son fuentes naturales de fármacos. La alta diversidad biológica ha provocado en muchos habitantes del arrecife sistemas de defensa con potencial tóxico o antibiótico muy fuerte y de amplio espectro biológico, cuyas potencialidades y aplicaciones son muy poco conocidas aún a escala mundial. Como ejemplo citaremos las toxinas y antibióticos (de las esponjas) y las prostaglandinas (de los corales).

Las prostaglandinas, en particular, son objeto de investigación médica en muchos países desarrollados, ya que sus aplicaciones son amplísimas. Se utilizan, entre otros, para regular la presión sanguínea, en el tratamiento de algunos tipos de cáncer, como antiabortivos y antiasmáticos. Los extractos naturales provienen del coral denominado Plexaura homomalla, que sólo se halla en los arrecifes del Caribe y Atlántico occidental.

La comercialización de estos productos puede ser muy provechosa, ya que los precios de algunos de los fármacos antes citados pueden alcanzar actualmente de 200 a 400dólares por kilo. Las prostaglandinas son mucho más caras: las sintéticas varían entre 31 y 107 dólares por miligramo. En cuanto a los extractos naturales, su precio es tan elevado que en los catálogos las compañías americanas suelen indicar: “Pregunte personalmente y llegaremos a algún acuerdo”

Actúan como estabilizadores de la costa. La posición y desarrollo que alcanzan los arrecifes, los hacen de importancia fundamental en la conformación de la dinámica costera, ya que actúan como estabilizadores y protectores de la acción de huracanes y ciclones sobre la costa. Esto resulta de importancia fundamental en aspectos de planeación urbana, puesto que la protección otorgada a la costa por la presencia de arrecifes (como un rompeolas natural) permite planear concentraciones urbana costeras sin temor a catástrofes como las que sufren, por ejemplo, las ciudades costeras americanas de los estados de Texas y Georgia en época de ciclones, cuando las olas penetran varios kilómetros tierra adentro. Aquí no sólo se evita la destrucción de la costa gracias al arrecife, sino que se logra preservar las playas de interés turístico.

Potencial minero. El minado de arrecifes vivos como fuente de caliza para construcción, común en otras partes del mundo, como India e Indonesia, afortunadamente no se ha implementado en México. En práctica es muy poco recomendable porque las lentas tasas de recuperación de los corales hermatípicos los convierte, de hecho, en un recurso no renovable.

PROBLEMÁTICA Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

El desarrollo turístico que se finca en la belleza de los arrecifes coralinos y de sus playas circundantes constituye, también, la piedra angular de la problemática a la que se enfrenta este recurso.

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En efecto, la protección que le dan los arrecifes a la costa y la preservación de sus playas constituyen un aliciente y cierta seguridad para implementar en esos lugares complejos turísticos de alto valor. Sin embargo, el desarrollo mismo del turismo conlleva un riesgo para el arrecife por dos causas fundamentales: la contaminación del medio y la sobre-explotación de los recursos. Finalmente, la explotación petrolera amenaza también a los corales y sus playas, por lo que es incompatible con el desarrollo turístico.

LA CONTAMINACIÓN DEL MEDIO

La lenta tasa de recuperación de los corales pétreos (la formación de un arrecife se mide en cientos de miles de años, que no incluyan eventos catastróficos inusitados) y sus exigencias biológicas de temperatura, alta calidad y transparencia de las aguas, los hacen especialmente vulnerables a los efectos de la contaminación.

Además, una vez que sufren daño de este tipo y mueren en masa, son rápidamente utilizados como substratos por especies más competitivas, lo que impide la recolonización por coral durante largo tiempo. Esto ha sucedido recientemente en el Mar Rojo en donde, a raíz de la muerte de los corales en un área cercana a instalaciones industriales, se cubrió el área de un tapete algal que impedirá, aún si se retira la fuente de contaminación, la reinstalación de los corales.

En México se tienen cerca de las comunidades arrecifales fuentes de contaminación de tipo tanto doméstico como industrial. Así, en la Isla Verde de Sacrificios, los estragos causados por los efectos de las aguas negras y actividades portuarias de Veracruz alcanzan hoy den día, niveles alarmantes y quizás irreversibles. Cayo Arcas, otro bello arrecife del Golfo de México, está siendo sacrificado por completo a la industria petrolera, ya que es utilizado por PEMEX como reservorio de petróleo para buques tanque. En Cancún se muestran también ciertas señales de deterioro, sobre todo debidas a contaminación por aguas negras.

Al sur de Puerto Morelos (Quintana Roo) el único impacto que se da a la fecha, dado el escaso desarrollo de la zona, es causado por los aportes de breas y alquitranes, producto de vertimientos accidentales de buques que transitan por el Caribe.

La lucha contra la contaminación reviste primordial importancia para este recurso, en especial si se requiere mantener la industria turística generadora de divisas y conservar la estabilidad de las playas bajo su influencia.

Es necesario, para no enfrentarse a los poderosos conflictos de intereses, determinar cuidadosamente la “vocación” de cada área y después actuar en congruencia con esto. En este sentido, parece acertada la decisión de utilizar Cayo Arcas para fines industriales. En efecto, si bien están condenados a desaparecer los organismos marinos y las aves moradoras del lugar, esto al menos se hace en un cayo aislado y tiene por función proteger a la costa de derrames accidentales, producto de las operaciones de carga y descarga del petróleo.

En cambio, se debe proteger totalmente la zona del Caribe. En este caso se enfrenta uno al resultado de la tardía integración del estado de Quintana Roo a la dinámica nacional, mas no al impacto de esta dinámica. Esto ha propiciado, en particular, una situación en que son pocas las normas de protección para impedir el deterioro del recurso por contaminación. Aunque se ha avanzado en la protección (mediante promulgación de leyes a nivel federal), falta implementar mecanismos que permitan su debida aplicación. El retraso de México en este sentido contrasta con el hecho de que prácticamente todos los países que poseen arrecifes coralinos han implementado una estructura diseñada para salvaguardar su recurso sin importar si se trata de países desarrollados o en vías de desarrollo. Esto incluye:

a) Normas jurídicas de protección.

b) Asesoría permanente y estructurada a nivel gubernamental de científicos y técnicos especialistas.

c) Recursos logísticos para implementar el cumplimiento de la ley.

Sería conveniente establecer en México una estructura similar, partiendo del establecimiento de la legislación necesaria para la protección del recurso. Las disposiciones deberán ser ejecutadas a nivel municipal y estatal, particularizando cada caso. Las decisiones de protección total implican gran responsabilidad y deben, por tanto, ser tomadas al más alto nivel del Ejecutivo Federal, ya que

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pueden enfrentarse los intereses de las poblaciones locales y el interés nacional, o inclusive entre países y acuerdos internacionales de protección.

Existe otra forma de impacto humano más sutil que la descarga de aguas negras en aguas aledañas al arrecife y es la acción del hombre sobre él. El incremento del turismo y la mayor accesibilidad al arrecife para el hombre moderno, gracias a las técnicas de buceo autónomo, provocan daños cada vez mayores al coral por descuidos o depredación del tipo colecta de “recuerdos”, o anclas de embarcaciones de recreo.

En Cozumel se inauguró, recientemente, una figura de Cristo que se colocó en el mar y cuyo fin, entre otros, es ofrecer alternativas de visita a los buceadores en lugar de que se concentren siempre en el arrecife.

LA SOBRE-EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS

Varias especies comestibles típicas del ambiente arrecifal ya se encuentran sobre-explotadas, entre las que cabe resaltar la langosta y el caracol, por ser las más importantes. Como no se poseen datos sobre los rendimientos máximos sostenibles de ninguna pesquería, se recurre a métodos empíricos para evaluar la sobre-explotación, como fluctuaciones en las capturas o bajas consideraciones en los índices de captura por unidad de esfuerzo, que indican desaparición gradual del recurso.

La langosta del Caribe (Panulirus Aarhus) se encuentra sujeta a vedas sostenidas, en vista de su gradual desaparición. En 1980, contribuía en 17.3% a la captura nacional de langosta y en 32% al valor total de ésta. La especie se pesca a mano o con trampas y se exporta principalmente a Estados Unidos. Su alta sensibilidad a la contaminación, así como la gran dificultad de reproducirse en cautiverio, la hacen poco apta para acuicultura. La recuperación de la pesquería depende de estudios biológicos pesqueros con el fin de conocer las medidas necesarias para implementar su población. Su alto valor comercial, y calidad de exportación. Su captura se encuentra reservada a las cooperativas.

El caracol burro (Strombus gigas) es un molusco que goza de gran demanda, sobre todo como alimento pero también para fines artesanales, y constituye el segundo recurso pesquero del Caribe, después de la langosta. Sin embargo, actualmente escasea por sobre-explotación. Se pueden observar en los alrededores del banco Chinchorro (sur de Quintana Roo) grandes “cementerios” de conchas de caracol desechadas después de su consumo. Con el fin de preservar el recurso, se ha tratadote orientar a los pescadores hacia otras especies (tiburón y atún entre otras) por iniciativa de la Secretaría de Pesca y del estado de Quintana Roo. Además, se han establecido cuotas de captura (500 kilogramos al mes por cooperativa) y tamaños mínimos de captura (19 centímetros). Sin embargo, la iniciativa más importante para preservar el recurso viene de la Secretaría de Pesca y ha consistido en emprender el cultivo de caracol en su Centro Regional de Investigación y Experimentación en Maricultivos, con resultados aparentemente prometedores. El proyecto se encuentra en desarrollo desde 1983 y había producido ya en 1985 más de 50,000 ejemplares.

LA EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS BIÓTICOS DEL CORAL

Por falta de estudios y personal capacitado, la explotación de varias especies y el manejo general de los recursos, es inadecuado, empírico e insuficiente.

Se trata de los peces de ornato que pueden ser objeto de comercialización muy provechosa y que ahí abundan, de las conchas de colección y de los corales utilizadosen joyería. En este caso, se necesita un programa de explotación racional basado en estudios previos y en una legislación prudente. Consecutivo a esto, se debe implementar un programa de comercialización adecuado sobre todo para la exportación.

La investigación sobre las propiedades farmacológicas de las esponjas no s ha desarrollado aún suficientemente, por lo que no se conoce le potencial de riqueza o explotación de este recuso.

La investigación sobre prostaglandinas del coral blanco Plexaura homomalla ya se encuentra avanzada, puesto que los programas científicos de estudio se iniciaron hace más de siete años. Sin embargo, el país aún no cuenta con directivas de comercialización o explotación de este importante recurso, cuyo potencial generador de divisas es muy alto. Se recomienda, en este caso, intensificar

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los estudios tanto biológicos como económicos sobre ellos y la formación de recursos humanos especializados para dirigir su gestión racional.

En general, se puede decir que falta una política de explotación que aproveche las potencialidades de sus recursos y norme el manejo racional del arrecife, estableciendo las prioridades pertinentes. Esto incluye el planteamiento y ejecución de estrategias estatales y federales en el sector turístico y pesquero. En este último caso, se deben implementar métodos de captura diametralmente opuestos a los de captura de los peces de cardumen. Para el manejo adecuado de las diferentes potencialidades que presenta el coral, se deberán superar fundamentalmente tres causas de ineficiencia:

a) falta de conocimiento y falta de recursos humanos especializados en su manejo y protección.

b) Desvinculación entre el sector científico y los sectores público y social.

c) Falta de legislación adecuada y de medios para implementarla.

El gobierno mexicano ha hecho, durante los últimos años, esfuerzos considerables por formar recursos humanos de alto nivel. Existen instituciones descentralizadas en la región (CIQROO, estación de investigaciones marinas del ICML, UNAM, y el Centro Regional de Investigación y Experimentación en Maricultivos de la Secretaría de Pesca), ambas en Puerto Morelos, la institución que más apoyo ha dado al estudio de los corales, desde el punto de vista integrado, (ecología y explotación) es el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM. Todas estas instituciones son de formación reciente y se encuentran en etapa de consolidación. Además, las posibilidades de trabajo para los especialistas del ramo son muy escasas fuera de las universidades y centros de educación superior, lo cual limita el reclutamiento de estos recursos.

La falta de satisfactores básicos prevaleciente en la zona del Caribe (falta de buenas escuelas y hospitales y alto costo de la vida) dificulta la instalación de centros permanentes de investigación.

La desarticulación entre los diferentes sectores provoca duplicidad de esfuerzos, derroche del gasto público y poco aprovechamiento de los recursos humanos preparados con considerable costo para el país.

El sector científico se encuentra generalmente desvinculado de la problemática regional, ya que no se le permite injerencia en la toma de decisiones. Dada la reciente creación del estado de Quintana Roo, parecen darse ahí condiciones ideales para iniciar la cooperación entre los tres grupos involucrados.

Finalmente, y en vista de que la protección y aprovechamiento de los recursos del arrecife son una fuente de riqueza para México y para el estado de Quintana Roo, se plantea la necesidad de su protección a través de la creación de parques naturales. Actualmente existen tres parques naturales de corales: La Blanquilla en Veracruz, Xel-há y Sian Ka’an (reserva de la biosfera) en Quintana Roo, que se aprovechan también para recreación y estudio. Se debe estudiar la posibilidad de crear más parques naturales, sobre todo en vista de la importancia creciente de Cancún.

Los lineamientos generales para la creación de parques naturales ya han sido planteados en organismos internacionales (Programa MAB-8 de UNESCO y Comisión Nacional de Parques Nacionales y Áreas Protegidas de IUCN-1978). Se sugiere guiarse por ellos con las adaptaciones locales a que se dé lugar, siempre tratando de asegurar la cooperación entre el sector público y el científico, y asesorarse de especialistas familiarizados con la dinámica nacional.

LOS MANGLARES

El manglar es un tipo de vegetación arbórea característica de las zonas costeras tropicales u subtropicales del mundo. Constituye una comunidad anfibia intermedia entre el mar y la tierra, de altura variable (de 3 a 30 metros) y composición florística variada. Se distinguen fácilmente de otro tipo de vegetación por crecer en zonas permanente o periódicamente inundadas, por poseer sistemas radiculares modificados muy conspicuos y por su gran tolerancia a cambios de salinidad. Los manglares se encuentran tanto en lagunas costeras, riberas de ríos y sistemas estuarinos, como directamente expuestos al mar, su vigor y crecimiento se encuentran relacionados en cierta medida con la salinidad y con variaciones fuertes de mareas en playas sin oleaje. La temperatura es un factor limitante, ya que no toleran temperaturas mínimas inferiores a 20ª C y, por lo tanto, su distribución se limita hacia el norte a los 30ª de latitud, aproximadamente.

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Los manglares son comunidades muy bien representadas en los litorales del mundo; se estima que casi el 70% de la línea costera del planeta (en zona tropical y subtropical) está cubierta por manglar. Desde luego, influye grandemente el tipo de substrato, ya que las diferentes especies dominantes de manglar no se pueden establecer en litorales rocosos o, con la excepción de Avicennia, arenosos. El sustrato debe ser blando, fangoso y de preferencia rico en materia orgánica y arcilla fina.

Desde el punto de vista biológico, el manglar es una comunidad muy compleja y productiva por representar estadios avanzados de evolución ecológica. La fauna y flora características del manglar, muy variadas y abundantes, reflejan la dualidad de los ambientes involucrados: agua-tierra.

Las potencialidades de uso de este ecosistema son muy variadas. De las 55 especies que se conocen mundialmente como manglar, cuatro están representadas en México: Rizophora mangle (mangle rojo), Laguncularia racemosa (mangle blanco), Avicennia germinans (mangle negro) y Conocarpus erectus (mangle botoncillo).

La vegetación del manglar puede alcanzar hasta 30 metros de altura. Sin embargo, en México es raro el mangle alto; por lo general es achaparrado y cubre áreas menos extensas que sus contrapartes en el sureste de Asia. El lento crecimiento del mangle se atribuye, generalmente, a la baja salinidad y a la mejor repartición de nutrientes en el medio. El manglar favorece la fijación del sedimento, lo cual tiene dos efectos directos:

a) Juega un papel fundamental en la protección y estabilización de la línea costera. Esto ha sido objeto de controversia al observarse que, en primer lugar, el manglar crece en zonas relativamente protegidas donde los procesos de sedimentación son activos; sin embargo, aun así el manglar se puede considerar indicador de esas condiciones costeras; su implantación y desarrollo indudablemente consolidan e intensifican estos procesos.

b) Construye suelo, lo cual provoca, a su vez, sucesión ecológica y colonización por plantas totalmente terrestres.

Debido a la complejidad que han desarrollado evolutivamente, las comunidades de manglar constituyen un equilibrio susceptible de ser fácilmente alterado por el hombre. La tala irracional de las plantas, ya sea con el fin de aprovechar la madera o con el fin de destruir el manglar para colocar en su lugar alguna construcción (de tipo turístico o industrial) puede tener graves consecuencias, tanto sobre el entorno marino (pesquerías dependientes del manglar) como sobre el terrestre (ya no hay freno a la erosión o inundación del mar).

En los manglares de México se han hecho diversos estudios tanto en la distribución del mangle en sí, como de la flora y fauna asociados a él.

Aunque existen antecedentes más antiguos y extensos que en el caso de los arrecifes coralinos, estos estudios son poco confiables por su falta de precisión en cuanto al mangle en sí (distribución y abundancia) y, en cuanto a la fauna acuática que los acompaña; los estudios son muy incompletos, por ser superficiales o localizados.

DISTRIBUCIÓN EN LA REPÚBLICA MEXICANA

En contraste con los arrecifes coralinos, cuya distribución es muy conocida y está restringida a ciertas áreas del país la distribución del manglar, y con más razón de las diferentes especies que los componen, no es conocida con precisión. En efecto, los estudios con que se cuenta para tratar de delimitar su distribución son muy inexactos. Los mapas que proporciona la SARH tienden a generalizar áreas extensas como manglares, siendo que las colectas efectuadas en las zonas mencionadas no siempre reflejan esta distribución (comparación con ejemplares de herbario). De lo poco que se conoce actualmente, se puede decir que en el Golfo de México su distribución está generalizada en todo le litoral, incluyendo la porción del Caribe mexicano.

En el litoral del Pacífico se encuentran desde la porción sur de la Península de Baja California, alrededor del paralelo 24, y en la costa d Sonora, hasta las costas de Chiapas. La distribución es más discontinua en el Pacífico que en el Golfo. Desde luego que en los dos casos hay que considerar el tipo de costa propicio a la implantación del manglar, así como los factores climáticos dominados por las temperaturas mínimas anuales que tolera el mangle.

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USOS ACTUALES Y POTENCIALES DEL MANGLAR EN MÉXICO

Las características de mayor interés para el aprovechamiento de este recurso en México son las siguientes:

Recurso maderero

Los árboles de manglar pueden ser directamente aprovechados como madera, y su uso incluye la producción de carbón, la construcción de vigas y postes, barriles, galeras tabacaleras (esto localizado en San Andrés Tuxtla, Veracruz) y costillas de pequeños barcos. La dureza y resistencia a la acción del agua del mangle rojo hace que se utilice tradicionalmente este material para construcciones marinas, fabricación de remos e instrumentos relacionados con las artes de pesca. Se llega a utilizar también el mangle rojo y blanco en durmientes de ferrocarril, muebles e instrumentos musicales. Rhizophora mangle ha sido también utilizado como adhesivo en la fabricación de “triplay”.

Producción y aprovechamiento de substancias químicas o farmacológicas

El mangle rojo (Rhizophora) es conocido por el alto contenido de taninos de su corteza, que se emplean en el curtido de pieles, así como para teñir cuerdas, redes y sedales. Este recurso comercial no es aún aprovechado en México, ya que se importan los taninos en lugar de explotar la fuente natural que poseemos. Las propiedades farmacológicas de diferentes partes del mangle aún no han sido investigadas científicamente, pero las poblaciones aisladas que las utilizan garantizan sus propiedades curativas contra diversos males, como tuberculosis, lepra, disentería y otros males menores como fiebre, heridas y picaduras o mordeduras de animales venenosos marinos.

Lugar de protección y cría de especies marinas comerciales

La protección, así como la gran producción de materia orgánica que proporciona el manglar provocan que sea éste la base de una cadena alimenticia y un medio muy adecuado para el crecimiento de especies de interés comercial, como son, en primera instancia, el camarón (fases juveniles), pero también el ostión, mejillón, pata de mula, lisa y mojarra. Se cree que la explotación de estas pesquerías, en especial la producción camaronera, ofrecen, potencialmente mayores ingresos que la producción forestal del manglar.

Aprovechamiento de las tierras de manglar para uso agropecuario

La construcción de suelo, a la que ya se hizo alusión, favorece esta utilización en ciertos casos. Existen investigaciones y experimentos en países como Sierra Leona, Nigeria y Senegal, que prueban que se puede explotar la tierra del mangle negro (Avicennia), con arrozales y cocales. Desde luego, la tierra debe pasar por un proceso de lavado con agua del mar (durante tres o cuatro años), para bajar la acidez de estos suelos. Durante el período de lavado, se puede aprovechar el área inundada para criar peces, hay que tener precauciones, ya que si se carece de estudios previos, se corre el riesgo de obtener tierras inutilizables por diversas causas (inundaciones, deslavamiento, salinidad excesiva, etcétera).

Recurso turístico

El manglar, por la rica fauna que posee (aves, peces) y por su valor estético natural, puede ser aprovechado turísticamente como lugar de recreación y de caza o pesca deportivas. Por ejemplo, cerca de San Blas (Nayarit), de Acapulco (Guerrero) y de Mazatlán (Sinaloa), se explota limitadamente este potencial. Agua Brava y los dos extremos del Mar Muerto, los más ricos en caza y pesca, se encuentran lejos de centros turísticos organizados.

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Lugar de desecho

En ocasiones, se utiliza el manglar como vertedero de basura cuando se encuentra cerca de zonas habitadas. Por ejemplo, en Ciudad del Carmen (Campeche), cerca de la playa de la Manigua, se encuentran depósitos de basura a cielo abierto sobre el manglar. Por cierto que en esa zona,, a continuación se compacta un poco la basura, se tira al manglar y se construyen viviendas populares, con desconocimiento de las mas elementales nociones de higiene.

PROBLEMÁTICA Y ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN

La extensión que cubren los manglares en la zona costera mexicana es muy grande. Además, las utilizaciones posibles derivadas de su complejidad ecológica y de su condición anfibia son variadas. Estas características, aunadas al conocimiento insuficiente de su funcionamiento ecológico, han provocado fallas en su manejo racional. En este caso, la problemática se deriva fundamentalmente de cuatro causas:

a) Desconocimiento del recurso.

b) Aprovechamiento deficiente y en ocasiones incompatible con usos alternativos.

c) Hostilidad natural del medio.

d) Falta de normas de protección del manglar.

Desconocimiento del recurso

No se conoce aún con precisión la extensión de los manglares en México, ni la proporción que ocupa cada especie. Los estudios que se han hecho hasta la fecha han sido sobre ciertas problemáticas de origen local y muy pocos a nivel de conjunto. Destaca, en esta categoría, el estudio general realizado en los manglares de México por Rollet, 1974, por parte del PNUD. Este desconocimiento provoca actitudes de subaprovechamiento y destrucción del recurso. Para corregir esta deficiencia, es prioritario emprender un programa nacional de inventario de recurso. Para esto, sería conveniente utilizar los recursos humanos existentes en las instituciones de investigación del país y, en el proceso, formar más recursos humanos de nivel medio y superior. La colaboración con el sector público es fundamental para llevar a cabo una acción de tal importancia. Este inventario, complementado con estudios ecológicos, servirá para determinar la “vocación de área” de las diferentes localidades y efectuar un plan a largo plazo de explotación racional del potencial más conveniente (maderero, pesquero, turístico o una combinación de éstos).

Lo anterior deberá acompañarse de estudios socioeconómicos y de comercialización que permitirán optimizar los beneficios resultantes de la explotación, la cual, también requiere de recursos humanos especializados. Además de promover su formación a alto nivel, se debe formar personal originario de la zona. Esto tiene la ventaja d minimizar los problemas de adaptación (choque cultural) del personal, a la vez que se integra a la problemática regional.

Aprovechamiento deficiente en ocasiones incompatible con usos alternativos

Del desconocimiento tanto de su fragilidad ecológica como de las consecuencias de su destrucción se deriva, en gran medida, la tala inmoderada del manglar. En efecto, no sólo se tala el mangle con el fin de explotar la madera con las diferentes utilizaciones que ya se mencionaron, sino con el fin de limpiar la zona para uso agropecuario o turístico.

Las áreas que se quieren destinar a uso agropecuario deben ser preparadas durante varios años para adecuarlas a través de la eliminación del exceso de acidez. Esto supone costos, a menudo no evaluados con anterioridad, y el resultado es que el uso resulta incompatible con el beneficio esperado.

Las áreas que se talan con el fin de colocar asentamientos humanos o turísticos provocan también resultados inesperados. Es difícil, en efecto, para los que no son especialistas, comprender cómo la tala de “árboles” afecta negativamente a las pesquerías aledañas. Sin embargo, es así, como lo pudieron comprobar los pescadores del área de Mandinga (Veracruz), después de que se taló una extensa área para instalar ahí asentamientos humanos de tipo turístico. En ese caso, no se tomó en

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cuenta el componente acuático del manglar y su función como exportador de materia orgánica y área de protección que sostiene a las poblaciones objeto de explotación pesquera. Este caso ilustra, convenientemente, los conflictos que se enfrentan en el manejo del manglar, principalmente por sus componentes terrestres y acuáticos.

Otros efectos de la tala que pueden llegar a inutilizar el cuelo que se dejó libre incluyen deslavamiento, inundaciones y erosión incontrolada. Así pues, es conveniente decidir a qué tipo de explotación se va a dedicar el área para no entrar en conflicto de utilizaciones como puede actualmente. En efecto, las áreas de mangle aledañas a poblaciones serán de mayor beneficio para el hombre si se intensifican las actividades que ayuden a desarrollar la vocación particular del área, como son:

a) áreas se prestan para la instalación de parques naturales, utilizando los mismos lineamientos que se sugieren para las comunidades coralinas. Sería conveniente crear vastos parques naturales, cuyo aprovechamiento viene a ser muy redituable: no sólo se preserva el área y con esto se protege su productividad pesquera, sino que los ingresos, por concepto de visitas a estos santuarios, pueden ser muy provechosos. Además, como áreas de estudio aportarán, a largo plazo, interesantes alternativas de explotación suplementaria.

b) acuicultura. Esta actividad, generalmente no entra en conflicto con el ecosistema y se adapta bien a las medidas de conservación. Sin embargo, en ciertos casos, es necesario manipular el ecosistema a través de obras importantes de infraestructura, como aperturas de canales (para favorecer las migraciones de camarón y ostión) o construcción de pozas (para criadero de peces). Por lo delicado del equilibrio ecológico del manglar, es necesario contar con estudios previos de impacto ambiental, para asegurar la obtención de los beneficios esperados y no un costoso desastre ecológico.

Por otro lado, las áreas que se destinen a uso agropecuario o forestal deberán ser escogidas en función de la tradicional explotación de la zona (siempre y cuando no se demuestre que otra utilización sería mucho más provechosa). Se puede conservar el recurso sometiéndolo a explotación moderada en condiciones naturales. Son convenientes los sistemas de rotación, regulación y supervisión. Además, se deben tomar en cuenta las necesidades de tierras de cultivo de las poblaciones implicadas. Es muy difícil convencer a una población necesitada de alimentos (y que no depende de la pesca) de que debe proteger el recurso. La instalación de industrias deberá seguir el mismo precepto y, además, tomar en cuenta la mano de obra existente en cada caso. Una vez más, hay que recalcar la importancia de los estudios previos que den la posibilidad de evaluar qué exportación es la más deseable o cuál acarrea daños calculados menores.

La extracción y comercialización de taninos y otros productos de interés farmacéutico debe ser iniciada, al menos para cubrir la demanda nacional. Para esta aplicación congruente con la utilización forestal del manglar, es necesario contar con estudios previos sobre factibilidad, tecnología y comercialización.

Hostilidad natural del medio

La utilización del manglar por el hombre se ve restringida dado que es un ambiente, en cierta medida, hostil, ya que favorece el crecimiento de especies propagadoras de enfermedades, ponzoñosas o peligrosas. Entre las primeras tenemos a los diferentes artrópodos (moscas, mosquitos, garrapatas), que propagan enfermedades como la malaria, filiariasis, fiebres endémicas y dengue, entre otras. Las larvas y evadíos juveniles de éstos encuentran, en el manglar, un medio ideal para cría por los charcos pantanosos o el agua acumulada en ciertas epífitas (bromeliáceas). Hay enfermedades, son terriblemente molestos y no reaccionan ante repelentes normales. Los piquetes, a veces dolorosos, pueden provocar reacciones alérgicas importantes. También la humedad y el calor propician las enfermedades bacterianas y virales. Entre las especies peligrosas, se cuentan las que atacan al hombre con fines de depredación, como los caimanes.

Estos inconvenientes afectas, sobre todo, las utilizaciones terrestres del manglar como explotación maderera y colocación de asentamientos humanos para resistencia o turismo.

Son necesarios estudios sobre especies peligrosas con el fin de combatirlas o neutralizar sus efectos dañinos sobre el hombre. Esto incluye estudios de investigación médica patológica, bioquímica y biológica, investigaciones sexológicas y comercialización de vacunas, antídotos y repelentes efectivos para las especies endémicas.

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Falta de normas de protección del manglar

No existen programas gubernamentales destinados a proteger el manglar. También es predecible que la enorme extensión que se presume ocupa el manglar, sea un factor que dificulte logísticamente la vigilancia y protección cuando se cuente con la legislación adecuada.

La contaminación marina afecta grandemente al manglar pero también la de tipo terrestre. En efecto, en algunas áreas se usan como depósitos de basura. Dichos lugares, por la escasa circulación de aguas, se vuelven, por la humedad y el calor, focos importantes de infecciones. Se deben tomar medidas para evitar que los desarrollos urbanos aledaños al manglar lo afecten de manera irreversible. La educación de la población a través de los medios masivos de información es necesaria para este fin.

Al igual que en el caso de los arrecifes coralinos, es necesaria la acción concertada del sector público con el sector científico en los niveles municipal, estatal y federal para planear y llevar a cabo una explotación racional provechosa del manglar.