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Diario de la memoria Córdoba, diciembre de 2011 Publicación de la Comisión y Archivo Provincial de la Memoria. Año IV, Nº 5. <<< Lucas Di Pascuale: Chanina, de la serie Colecciones, 2009. Tinta sobre papel, 35 x 25 cm. Epígrafe en dibujo: Carnaval, 1973. Tecnica mista, 48 x 40 cm. Chanina, arte e trajetoria Edições Ematita Belo Horizonte, 2003. Tiempos | Espacios | Memorias

Dmiaerimo deo lra ia de la... · 2015. 10. 29. · Un monstruo Imaginario La muestra “Un monstruo Imagi-nario” la dictadura en el ámbito educativo, trabaja sobre la serie documental

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  • Diario de lamemoria Córdoba, diciembre de 2011

    Publicación de laComisión y Archivo Provincialde la Memoria. Año IV, Nº 5.

  • Diario de la memoria

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    Ludmila da Silva Catela

    Los procesos de construcción de memo-rias son un laboratorio de ideas y recur-sos para imaginar y reconstruir aquelloque en una nación se produce en torno alos usos del pasado; a lo que se recuerda;a lo que se silencia u olvida; o mejor a loque se hace con el recuerdo, el silencio yel olvido del pasado en el presente. Pro-ducto de la interacción y la construcciónentre la subjetividad de los individuos ylas normas colectivas, sociales, políticas,religiosas y jurídicas, el trabajo de lamemoria fabrica identidades sociales,enunciando tanto lazos de pertenenciacomo relaciones de diferenciación.

    Hace cinco años, en el marco del 30 ani-versario del Golpe de Estado, se votó porunanimidad la Ley de la Memoria (9286)que creó la Comisión y el Archivo Pro-vincial de la Memoria, ambas empla-zadas en lo que fue un Centro Clandesti-no de Detención conocido como D2. Hoyes un sitio de memoria en pleno centro dela ciudad de Córdoba; un espacio creadopara recordar la extrema violencia des-atada por el terrorismo de Estado. Perosobre todo un lugar que teje puentesentre generaciones y mira al futuro sinolvidar ni silenciar el pasado.

    La Comisión Provincial de la Memoriarecibió el edificio del D2 el 11 de diciem-bre de 2006. Era un lugar cargado detragedia al que había que indagar, com-prender, transformar, llenar de conteni-dos, de significados. Un Archivo Provin-cial de la Memoria instituido por ley,pero sin documentos. El inicio de estelugar de memoria implicó tejer estrate-gias y planificar acciones para imprimirnuevos sentidos a ese espacio. La activi-dad principal en los primeros meses fuela recepción y el acompañamiento delas personas que habían sido secuestra-das y que habían pasado por allí en losaños sesenta y setenta. Ellas comenza-

    ron a visitar el lugar para recuperarparte de sus memorias lastimadas,fragmentadas, subterráneas. Casi todoshabían silenciado su experiencia en elD2 por años. Frente al encuentro con ellugar, esas mujeres y hombres reaccio-naban de diversas maneras: llorando,recorriendo el lugar lentamente, tocan-do las paredes, cerrando sus ojos a finde ubicarse. Que en este inicio el lugarhaya estado vacío, en todos los sentidos,fue fundamental como primer contactoentre quienes comenzábamos a trabajarallí y los que habían sufrido la situaciónextrema del secuestro y la tortura. Así,el acompañamiento a las víctimas, fueadquiriendo diversos sentidos. El prin-cipal, fue permitir el ingreso a un lugarclausurado durante años; luego apren-der de sus testimonios y reconocer loscircuitos de represión y tortura que seutilizaban en este espacio. Se asentó asíuna dinámica elemental del trabajo delAPM que une el habla, el resguardo detestimonios e informaciones, la com-prensión del pasado, la liberación, aun-que sea parcial o fragmentaria, de dra-máticas experiencias individuales ycolectivas, la acción promotora de ver-dad y justicia. Finalmente, había unainstitución pública capaz de recuperardiariamente, y para fines que comple-mentan y trascienden la orientaciónjurídica, cada uno de los relatos dilace-rantes que evidencian el accionar siste-mático de la represión policial en Cór-doba. Esos testimonios dieron basepara poder interpretar la lógica de losdocumentos policiales. Por otro lado, laacumulación de esos registros oralespotenció la idea inicial de crear unarchivo de historia oral, que dotara alAPM de otros puntos de vistas sobre larepresión más allá de los documentos.De esta forma, el edificio que inicial-mente era simplemente un oscurolugar, se convirtió en un “sitio de memo-

    rias”. Una acción inmediata fue “reco-nocer”, junto a los sobrevivientes, paraqué se había usado cada pieza, cadapatio. El edificio había sufrido muchoscambios. Algunas paredes habían sidodestruidas y otras levantadas para des-figurar el espacio, para borrar los luga-res de la represión. Sin embargo, lamemoria sensorial de las víctimas per-manecía casi intacta: ruidos, olores, tac-to, cantidad de pasos que el dolor retu-vo en la memoria por años. Poco a pocose pudo reconstruir y comprender comoestaba organizada esta “arquitecturade la destrucción”.

    El APM, como espacio de memoria, nopuede ser observado, pensado y analiza-do sólo como un espacio que contienedocumentos sin tener en cuenta de dón-de vinieron; qué luchas se dieron paraque ocupen ciertas instituciones; cuál esel rol que cumple hoy frente a las accio-nes de violencia del Estado o ante expe-riencias tan arbitrarias como el Códigode faltas de la provincia de Córdoba. Elrecorrido de memorias que se propone,cuenta con la posibilidad de visitardiversas historias (desde lo documentala lo testimonial), estimular los sentidos

    (tocando un libro prohibido) y apelar alas sensaciones (con un álbum de fotosde un desaparecido) como algunas de lasmaneras posibles de contar lo que allípasó, pero también para tornar posiblela compresión de lo que significa, en elsentido más amplio y complejo, un “cri-men contra la humanidad”.

    La producción de memorias en unespacio que contiene un sitio, un archi-vo y un memorial, implica pensar a estecomo un territorio de memorias en plu-ral, que permita rescatar capas de lasmúltiples historias presentes, tanto desu edificio como de los períodos de vio-lencia de la provincia de Córdoba, y deesta forma, no restringir su mirada ysus acciones, sólo a los años comprendi-dos entre 1976-1983. Mirar hacia atrás,a cinco años de la ocupación del sitio dememoria, nos invita a un nuevo procesode auto-reflexión para no dejar de pen-sar el Archivo, condición para que elarchivo no deje de hacer pensar a otros,especialmente a tantos que aún no hansido interpelados por los significados dela violencia política y la terrible fractu-ra que significó y significa el terrorismode Estado.

    Pensar un archivo que haga pensar.A cinco años de la creación del Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba

    Comunicarse permiteintercambiar, poner encomún, reflexionar, trasmitir,difundir.

    El Diario de la Memoriaes una publicación de la

    Comisión y el Archivo Provincial de laMemoria. En sus páginas, distintos puntosde vista, pretenden recuperar lo que elterrorismo de Estado, intentó borrar.Hacer visible, con la fuerza de laspalabras, los trabajos que desde esteespacio llevan a reconstruir y trasmitir elpasado y sus memorias.

    Dirección: Comisión Provincial de la Memoria,Archivo Provincial de la Memoria: Pasaje SantaCatalina 66. Tel.: (0351) 4342449 / 4341501. E-mail: [email protected]ó[email protected]

    AutoridadesComisión Provincial de la Memoria:

    • Abuelas de Plaza de Mayo• Familiares de Desapare -

    cidos y Detenidos porRazones Políticas

    • H.I.J.O.S. Hijos e Hijas por la Identidad y laJusticia, contra el Olvido y el Silencio

    • SERPAJ Servicio Paz y Justicia

    • Asociación de ex PresosPolíticos de Córdoba

    • Universidad Nacional deCórdoba

    • Poder Ejecutivo de laProvincia de Córdoba

    • Poder Legislativo de laProvincia de Córdoba

    • Poder Judicial de laProvincia de Córdoba

    Archivo Provincial de la MemoriaDirectora: Ludmila da Silva Catela

    Diario de la memoriaEdición:

    María Laura VillaRoberto MartínezAgustín Di Toffino

    Colaboración:

    María Cristina Enrique HansenLyllan Luque Diego Carro Natalia MagrinVirginia RozzaMarcelo YornetAlexis OlivaEmanuel KahanGustavo Sora Gustavo MorelloSilvina JensenSara Waitman Marily PiottiRodolfo Novillo CorvalanLaura Torres

    María del Carmen TorresGabriela Halac

    Fotografías:

    Acervo Fotográfico delArchivo Provincial de laMemoriaPablo BecerraMaría CristinaNatalia MagrinNatalia FerreroLudmila da Silva CatelaMaría Noel Tabera

    Diseño:

    Di Pascuale Estudio[ www.dipascuale.com ]

    EDItorIAl

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    Diario de la memoria

    La Justicia262 represores condenados. 802 procesados.

    Los números se desprenden delinforme publicado por la UnidadFiscal de Coordinación y Segui-miento de causas por violación alos Derechos Humanos durante elterrorismo de Estado.

    Del total de represores procesa-dos, la mitad cumple prisión pre-ventiva y sus causas ya tienen eleva-ción a juicio oral y público. En el pre-sente, hay más de 14 juicios en curso yya tienen fecha otros 10 juicios orales.

    Un monstruoImaginarioLa muestra “Un monstruo Imagi-nario” la dictadura en el ámbitoeducativo, trabaja sobre la seriedocumental “Circulares” de laDirección Nacional de Ense-ñanza Media y Superior gene-radas entre 1972/1983. Losdocumentos fueron encontra-dos en Escuela Normal Supe-rior Dr. Alejandro Carbó,

    Entre las marcas que exhibela superficie discursiva, se pue-den ver claramente que la vigi-lancia sistemática y permanentedesarrollada por la dictadura, pre-tendió lo imposible: atravesar a lasociedad en su totalidad. Todos lorecursos estatales puestos al serviciode vigilar –“y castigar”– a cientos demiles de ciudadanos, permanentemen-te, en todas sus actividades.

    Al exponer la serie documental“Circulares” de la Dirección Nacio-nal de Enseñanza Media y Supe-rior (1972-1983), encontradosen Escuela Normal SuperiorDr. Alejandro Carbó, la mues-tra “Un monstruo imagina-rio…” pretende dar cuenta decómo se ejerció el control des-de ámbitos de producción depoder específico: las escuelas.

    RecordisLA biCiCLEtA vErDE EStÁ LiStA PArA SEr PEDALEADA

    La bicicleta verde que perteneció a su tío Eduardo, desaparecido en la dicta-dura, es el centro de la instalación Recordis, de la artista Soledad Sánchez Gol-dar. Durante años, la bicicleta permaneció a la intemperie, cohabitó lugares enla casa de su abuela y siempre fue parte de su recuerdo fresco de infancia.

    “Esa bicicleta hace evidente esa ausencia, su ausencia,siempre allí estacionada, sin dueño, nadie se la adue-

    ñó nunca, nadie la reclamó, siempre fue deEduardo, algunas veces la tomamos prestada,pero allí nos evidencia la espera, la eternaespera que una desaparición produce”.

    “Díganle quesomos buenos”FotoGrAFíAS y obJEtoS

    DE NAtALiA CoLóN

    En la casa de su abuela, la artista Nata-lia Colón encontró una caja con objetos desu madre, desaparecida en la dictadura.El hallazgo fue el disparador para pre-sentar una muestra de objetos y fotogra-

    fías que hablan de la ausencia, losvínculos de familia y la memoria.

    “Díganle que somos buenos”, mimamá escribió esta frase en estay otra carta más. La insistenciade esas palabras me llega hastahoy como un grito desesperadoen medio del aturdimiento devoces en diarios y noticierosque hablaban de ellos comoextremistas violentos queno merecían la vida.

    * FOTO DE JUAN GELMAN: WIKIMEDIA COMMONS, FUENTE:

    HTTP://WWW.PRESIDENCIA.GOV.AR/FOTOGRAFIAS.ASPx

    (BAJO LICENCIA CREATIVE COMMONS GENéRICA DE ATRIBUCIóN 2.0).

    Palabrasde memoria“Los Sitios de Memorias, deben apuntar a convertir el horror enmemoria, aunque cueste mucho. Los relatos que se construyandesde estos lugares van depender de la gente y del lugar. En laArgentina los espacios de memoria están ocupando lugaresmayores que en otras sociedades, que también los necesitan. Sonnecesarios para construir una memoria cívica sana porquetapando lo que pasó no se consigue nada, sigue siendo un cáncerque late ahí abajo. Lo mejor es sacar la verdad a luz, hacer jus-ticia y seguir adelante”.

    Juan Gelman, poeta.

    MuEstrArIo: obrAs DE CorAzóN y MEMorIAquE PAsAroN Por El APM

  • Diario de la memoria

    Gustavo SoráConicet – FFyH, UNC.

    Pasaje estampa no sólo los libros queha comenzado a editar el Archivo Pro-vincial de la Memoria (APM). Pasajenombra a Santa Catalina, lugar centralque aloja esta institución. Pasaje es loque fluye entre las personas que seunen por medio del intercambio, la soli-daridad, el afecto. Pasaje es cambio deestado y es un estado del cambio. Laedición demarca uno de los actos depasaje más poderosos de la historiahumana: es fundante de lo público, porlo tanto de cosas políticas y potencial-mente emancipadoras como la Repúbli-ca, la Nación, la historia, la memoria.Justo es el nombre de la editorial queha constituido el APM; nombre queaugura un proyecto con un potencial noevidente. Es por ello que en estemomento inaugural es relevante pen-sar cuál puede ser la singularidad delsello del APM por relación a los desafí-os generales que plantea el arte y elcomercio de lanzar libros al espaciopúblico.

    Editar es tornar público, hacer públi-co, crear público, pasar mensajes priva-dos a lectores anónimos. En la Grecia

    clásica, el alfabeto fonético y su siste-ma de escritura fueron las tecnologíasdel pensamiento, al decir de JackGoody, que posibilitaron la imaginacióny difusión de saberes humanísticoscomo la filosofía y la historia y derepresentaciones políticas como Repú-blica y democracia. Ya en los albores dela Era contemporánea, el derrumbe delas monarquías absolutistas y la emer-gencia de un mundo de naciones estánsignados por la aparición de un espaciopúblico donde se refundó la crítica y selegitimaron representaciones talescomo soberanía, pueblo, igualdad. Jür-gen Habermas y Benedict Andersondemuestran hasta qué punto ese espa-cio fue posible por las alternativascomunicativas abiertas por el capitalis-mo de edición. Este conllevó la amplia-ción de comunidades de lectores quelentamente (guiados por impresores ylibreros con altas intensiones morales yno menos intereses comerciales) sedemarcaban con libros orientados parala mujer, el obrero o el cam-pesino, categorías que através de ese medio podíanreconocerse como clases yreclamar así un lugar enla historia.

    Es inmensa la trama de accioneshumanas que teje la edición: alguienescribe, otro selecciona su texto paraeditarlo y este se transforma en libro;pasa por múltiples miradas, manos yespíritus entre aquel que traduce, querevisa, que diagrama, que imprime,que lo dispone para el lector que final-mente interpreta, comenta, critica,amplificando y trastocando las ideasque recogerá otro escritor, en un círcu-lo social de comunicación. Resulta deello un poder específico que alimentalas pulsiones de los individuos, grupose instituciones que intervienen sobre lacultura y la sociedad a través de la edi-ción. ¿Quiénes emprenden el arte deeditar? Cuando un grupo intelectual,religioso, político siente que encarnauna misión, una novedad que precisaganar estado público, planea tarde otemprano una revista, un diario, unacolección de libros, una editorial, almenos unos panfletos, traducciones,documentos: para dejar huella históri-ca es imprescindible guardar documen-

    tos, imprimir textos y hacerlos públi-cos. La primera y la tercera de esastres tareas están supuestas en el nom-bre del APM. Pero la segunda no va desuyo y no hubiera sido encarada si allíno se hubiera forjado ese sentimientode misión, militancia, creencia en queese archivo es mucho más que una ins-titución de servicio o una herramientapara una causa política.

    Las Ediciones del Pasaje son unumbral de la acumulación de autono-mía que ha gestado El Archivo (Parén-tesis: quizás el más público de la ciu-dad: ¿qué otro archivo de la ciudad ydel país es visitado por 30.000 personasal año? ¿En cual se alojan anualmentedecenas de espectáculos, exposiciones,conferencias y actos políticos? ¿Quéotro archivo argentino creó una edito-rial?). Esa autonomía es poder que bus-cará ser vigilado y controlado por todosaquellos que puedan usufructuarlo oque se sientan amenazados por esaautonomía, palabra que siempre escondición de liberación. A no olvidar: el

    Pasajea una política editorial

  • APM es una institución autárquica delpoder público provincial.

    Hasta el momento, la editorial delAPM ha aparecido con cierta timidez.Surgió sin mucho plan y sin la interven-ción de un editor que norteara su rum-bo. Sin embargo han salido a luz porahora tres libros que dan cuenta delmaceramiento de las ideas y de las líne-as de acción del APM. La búsqueda.Una entrevista con Charlie Moore deMiguel Robles desafía los límites mora-les o de lo pensable sobre los horroresde la represión política en la última dic-tadura militar: un investigador policialpersigue las huellas del asesinato de supadre. Desarma la versión que incrimi-naba a Montoneros y descubre que supadre (policía retirado) había sido vícti-ma de la patota del D2. Charlie Moorefue su informante. Ex militante delERP, Charlie Moore fue chupado por elD2 y allí permaneció preso durante seisaños, pasando a actuar como “testigo”del siniestro aparato represivo delCCDD cordobés. Su diálogo abre el dis-curso hacia aspectos de la represión quese salen de los libretos conocidos o per-mitidos. La búsqueda es un título que,tal como el Nunca Más, el No matarás oEl vuelo de H. Verbitsky, trata loinnombrado, lo que duele ser visto yconocido, cosas sospechadas y reprimi-das que deben ser pensadas para libe-rar nuevos estados de la opinión y lareflexión sobre qué sociedad es esta quecobijó tales historias de muerte, de trai-

    ciones, de pasajes, de coraje y de cobar-día. La búsqueda representa por tantoun libro que abre un nuevo taxón entrelos géneros de la historia reciente dedi-cados a comprender la última dictadu-ra. No hay duda que lanzar este libro(ya codiciado por grandes editoriales decapital) enmarca la clase de riesgosintelectuales que la editorial del APMpuede asumir y que el público y la críti-ca esperan. Riesgo intelectual es unapostura política que trasciende el juegode la política strictu sensu. Ésta últimasólo afirma una ideología orientadapara la pragmática de la adhesión auna causa y del voto. La primera abreun espacio que provoca las creenciasestablecidas, busca ampliar el orden delo pensado y lo conocido, se funda enuna crítica que pueda renovar los senti-dos de las acciones públicas y políticas.¿No es indispensable pues que la políti-ca no olvide que la seriedad en la cons-trucción de un proyecto de sociedad pre-cisa de un basamento crítico y razona-ble, donde el inagotable universo de loslibros (ahora impresos o electrónicos)sea su territorio?

    Si La búsqueda promete ser un libropara la polémica y el movimiento deopiniones Chupinas de colección abreotro filón igualmente indispensable: laacción pedagógica. Silenciosamente,todos los días, los Sitios de Memoriasrealizan un importantísimo trabajo condocentes y alumnos de todos los niveleseducativos. Chupinas es un libro-colec-

    ción en sí mismo ya que aloja 3 cuader-nillos o apuntes que proponen alterna-tivas para pensar en aula la última dic-tadura, la represión política, la memo-ria. El objetivo es contribuir a laformación de una pedagogía de lamemoria. El nombre regional de estevolumen lo dice todo: para conocer loslímites de un sistema (de pensamiento,de educación, de represión, etc.) esindispensable, en algún momento,salirse de él, tomar aire, por qué nodivertirse, mirar de lejos para volvercon nueva sensibilidad al universo nor-mativo de la vida social.Marcas que no se borran es el tercer

    libro que lleva como sello Ediciones delPasaje. Aquí emerge la acción de otrasáreas de trabajo del archivo: la cons-trucción del acervo documental y laacción de investigación que no se redu-ce a ese material, sino que se expandea través del montaje de un impresio-nante reservorio de historia oral yvisual, del trabajo de campo y en otrosarchivos. Marcas es un homenaje a losasesinados y desaparecidos por el D2que liga semblanza emotiva con datohistórico para recordar a esas víctimasy trazar los mecanismos locales de lailegítima violencia que sufrieron esaspersonas en manos de las fuerzas deseguridad o para-policiales cobijadaspor el Estado. Si algo parece tener enclaro el APM es la dialéctica entrememoria e historia, oralidad y escritu-ra, idea y materia o la necesidad detrascender esas dicotomías. En otraspalabras, la historia y la memoria sonrepresentables en cartografías urbanasque hay que mojonar. Frente a la omni-potencia de los monumentos fastuososy carísimos, el APM todos los años dejahuellas en marcas urbanas como baldo-sas que a lo largo de la ciudad y la pro-vincia documentan y hacen recordardónde, cómo, cuándo el Estado represorarremetió contra algún ciudadano queaferraba una causa política “subversi-va”. El APM milita al mismo tiempo enel terreno performático de la accióncallejera y en el terreno de largo plazoque objetiva esos proyectos de investi-gación y memoria de modo impreso, elúnico soporte que garantiza durabili-dad y ojeada detenida sobre lo que elloshacen y legan.

    El Archivo ya publicaba su Diario dela Memoria y editó volúmenes impresosde gran calidad y valor, como la Colec-ción Inventarios. Al igual que ahora,nunca se ahorró en diseño gráfico,impresión y volúmenes de las tiradas.Son todas ediciones bellas, atracti-vas, de impacto visual. Ahora estaacción se enmarca en un sello edito-rial. Como afirmé, este pasaje talvez aún no haya sido percibido ymerece ser tratado como tal. Algopasó, aquí esta este nuevo sello yvamos a ver qué pasará. Rituali-

    cemos ese pasaje con reflexión y cele-bración o, mejor, con celebración reflexi-va. La editorial del Archivo nació comootro más de los impulsos de trabajocolectivo que allí se generan. Como si nole alcanzara o no se conformara con laslabores de la misión que les delega laley y la Comisión Provincial de laMemoria, este Archivo va por más,constantemente. Estas líneas quierensubrayar las implicaciones, la especifi-cidad, los compromisos, los riesgos, enfin, la significación de editar libros.

    Hay muchas cosas que pensar. Enprimer lugar la defensa de la edicióncon fondos públicos. El liberalismo edi-torial pronto criticará la aplicación defondos públicos a esta acción de culturapolítica. Sabemos bien que en nuestrassociedades la cultura sin lo público (laUniversidad, las bibliotecas, la educa-ción) no existe. Y nuestro comentariobusca subrayar hasta qué punto lopúblico aquí no es usado para la causade un “partido” sino para la ampliaciónde la esfera pública. Esta editorial esanimada, repitámoslo, por una causaintelectual. La editorial de la UNCtambién ha renacido con esta concien-cia y juntas garantizan empresas deriesgo intelectual que no pueden serafrontadas por el editor privado. Peroal mismo tiempo, estas nuevas empre-sas (como emprendimientos) de lopúblico no pueden ni deberían desen-tenderse de una dimensión esencial dela circulación de las ideas: su participa-ción en mercados (escolares, religiosos,etc.) donde los libros siempre tienen unvalor como mercancías y no sólo comosignificaciones. Hay que provocar fric-ciones entre la edición pública y priva-da que motiven un nuevo estado de lascompeticiones y los combates cultura-les que enriquecen la oferta formativade la opinión, del público lector. Es porello que esta clase de editoriales nodebe desentenderse de condicionantesfactores económicos y profesionales: enciertas posiciones y grados, estasempresas precisan de especialistas detiempo completo que se empapen de losdesafíos de editar y difundir libros. Lomuestra la historia de los mayores edi-tores argentinos: Arnaldo Orfila Rey-nal en el Fondo de Cultura Económicade México (1948-1965) y Boris Spiva-cow en Eudeba (1957-1966), fueron los“más renombrados” editores latinoa-mericanos al frente de empresas liga-das de distinto modo al poder público.Si editoriales como la del APM absor-ben algo de esas historias de militanciacultural americanista y universal através del libro, permitirán mantenerel fuego de justas causas socialmentecomprometidas y generar esperanzaspara un mundo que, siempre amenaza-do por enemigos de la memoria, puedareformular aquella utopía de los librospara todos.

    Diario de la memoria

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  • Diario de la memoria

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    Montaje: Pablo Becerrafotografías HIstÓrICas: ColeCCIÓn antonIo novello – CDa – ffyH – UnC.

    La Foto de ayer y de hoy Este espacio pretende recordar un acontecimiento; un lugar; su historia; la postal del pasadoy el sentido en el presente. Reflexionar y debatir por medio de las imágenes.

  • car brechas, juntarse, compartir,entrar en comunión. Las personas pue-den traspasar las barreras sociales,culturales, económicas… que rigen a lasociedad el resto del año. Este marcoposibilita una comunicación inconcebi-ble en situaciones cotidianas. El len-guaje, los gestos, las señas, los silen-cios, sin constricciones, rompen las dis-

    tancias entre las personas y producenlos elementos que caracterizan al len-guaje carnavalesco. Es en el carnaval,en su lenguaje, en su discurso, en don-de las palabras se recargan con acentossubversivos, críticos y paródicos frentea los valores establecidos, es decir, “sevive en él según sus leyes mientraséstas permanecen actuales, es decir, se

    vive la vida carnavalesca. Ésta es unavida desviada de su curso normal; es,en cierta medida, la ‘vida al revés’, el‘mundo al revés” (Bajtín)

    A través del carnaval –con sus for-mas, lenguajes y estética; con su iden-tidad multiforme y su complejidad fas-cinante– podemos indagar algunasaristas de nuestra historia reciente.

    Diario de la memoria

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    tiempos deCarnaval

    roberto Martínez

    “Visto el expediente, en el que Jefaturade Policía de la Provincia solicita apro-bación del Edicto de Carnaval 1976…”

    Durante la última dictadura militarhasta el carnaval estaba controlado,regulado y sancionado. A cada año unedicto policial resolvía que podía hacer-se y que estaba prohibido. Pasaron 35años para que esta fiesta popular vuel-va a ser consagrada con un feriadonacional.

    Ante el carnaval nos situamos frente aun fenómeno multiforme, fascinante ensu complejidad. En sus formas, lengua-jes y estéticas podemos indagar sobrelos procesos de memoria e identidad.

    Carnavaladas El carnaval, como todas las fiestas

    populares, tiene una relación esencialcon el tiempo, recurrente y circular. Lasfestividades se celebran en determina-das fechas del año y sus rituales se pro-ducen periódicamente en intervalosesenciales. Es en la repetición, en lasexperiencias, que las memorias carna-valescas se permiten ser; cobrandofuerza y sentidos en los acontecimien-tos que discurren en el tiempo, recons-truyendo sus propias formas. Así, lasestructuras de las memorias, absorben,constantemente diferentes expresionesy prácticas de quienes van intervinien-do; logrando transmitir sus elementosde generación en generación.

    El tiempo carnavalesco, su eternoretorno, se celebra públicamente antesde la cuaresma cristiana, con fechavariable (desde finales de enero hastaprincipios de marzo según el año). Perosu tiempo empieza bastante antes de lomarcado por el calendario, como asítambién se ramifica hasta mucho des-pués.

    Es también el espacio –franqueable,movedizo y abierto– otro elemento quecaracteriza al carnaval en tanto mani-festación de la cultura popular. “El car-naval ignora toda distinción entre acto-res y espectadores. También ignora laescena, incluso en su forma embriona-ria. Ya que una escena destruiría elcarnaval. Los espectadores no asistenal carnaval, sino que lo viven, ya que elcarnaval esta hecho para todo el pue-blo. Durante el carnaval no hay otravida que la del carnaval. Es imposibleescapar, porque el carnaval no tieneninguna frontera espacial. En el cursode la fiesta sólo puede vivirse de acuer-do a sus leyes, es decir de acuerdo a lasleyes de la libertad. El carnaval poseeun carácter universal, es un estadopeculiar del mundo: su renacimiento ysu renovación en los que cada individuoparticipa. Esta es la esencia misma delcarnaval, y los que intervienen en elregocijo lo experimenten vivamente”(Bajtín).

    Lo carnaválico, en su espacio y sutiempo, permite a los individuos achi-

  • El disfraz occidental y cristianoLos diferentes fondos documentales

    sobre períodos represivos que confor-man el acervo del Archivo Provincial dela Memoria (APM) dan cuenta de laestructura que el Estado terrorista des-plegó sobre la sociedad. Entre las mar-cas que exhibe la superficie discursiva,se pueden ver claramente que la vigi-lancia sistemática y permanente des-arrollada por la dictadura pretendió loimposible: atravesar a la sociedad ensu totalidad. Todos los recursos estata-les puestos al servicio de vigilar –“ycastigar”– a cientos de miles de ciuda-danos, permanentemente, en todas susactividades.

    De ningún modo el carnaval fue aje-no al devenir político-social argentino.En los años de la última dictadura mili-

    tar, la circularidad temporal de la fies-ta, su reiteración anual, quedó bajo lalupa del poder estatal. En Córdoba, laPolicía provincial, todos los años, pro-ducía edictos que reglamentaban y nor-malizaban la festividad, “dentro de unmarco de respeto, orden y cultura evi-tando se atente contra las buenas cos-tumbres”.1 Desde la visión policial,plasmada en esos documentos, el car-naval era visto como un “peligro” quehabía que controlar.

    Los Boletines Oficiales de la Policíacordobesa –dentro de los cuales tam-bién se publicaban los edictos de carna-val–, como el resto de la documentaciónproducida por el autoproclamado “Pro-ceso de Reorganización Nacional”, per-miten entrever, entre muchas otrascosas, el funcionamiento disciplinador,

    de control global, ejercido por el apara-to estatal.

    Es en el dialogo con el conjunto de losdocumentos de la represión en dondepodemos profundizar y complejizar lasposibles lecturas de los edictos. Desdeallí, estos documentos, nos posibilitanvisibilizar la referencia a tres tiempos;articulados lógicamente en función delas necesidades de justificar los actos defuerza desplegados por el accionarrepresivo. Desde las primeras líneas, elcarnaval es enmarcado en un pasadoinmediato caracterizado por el desor-den y el desgobierno: “Teniéndose encuenta los inconvenientes de distintanaturaleza que a consecuencia de lastradicionales festividades de carnavalse presentan, y con la finalidad de evi-tar consecuencias perjudiciales al orden

    público, la moral y las buenas costum-bres, se hace conocer las disposicionesque deberán ser observadas por lapoblación y cuyo cumplimiento será exi-gido por la policía de la provincia entodo el territorio de su jurisdicción.”

    “Teniendo en cuenta el estado de sitioque rige en el país (…) sus preceptos seadecuan perfectamente a las necesida-des del momento” y justifican la inter-vención y presencia de las fuerzas mili-tares y policiales en escenarios signa-dos por el caos y la anarquía.

    En la proyección de un futuro inspi-rado en las motivaciones del enuncia-dor, se recurre al componente progra-mático, “a fin de que sea analizada porla Secretaría de Estado de Gobierno, laposibilidad de incorporar con carácterpermanente (y no anual) al Código de

    Diario de la memoria

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    tiempos deCarnaval

  • Faltas de la provincia, el régimen queregule las celebraciones o festejos decarnaval”.

    Pasado, presente y futuro posibilitanuna unidad de sentido que tiene comoeje los rasgos ideológicos básicos quedefinieron la producción del discursoautoritario: las Fuerzas Armadas tie-nen la obligación moral de restablecerel orden en una sociedad enferma.

    En 1977, y a los “fines de efectuar unestudio de la problemática”, se creauna Comisión encargada de rever losedictos. Los puntos a desarrollar son:“a) Situación actual; b) Génesis del pro-blema; c) Legislación vigente; d) Solu-ciones propuesta”.

    Los cimientos institucionales en losque se asentó el Estado terrorista seexplicitan claramente en los edictos “se

    prohíbe el uso de disfraces que atentencontra la moral y la decencia pública,uniformes militares, policiales, vestidu-ras sacerdotales y los que ridiculicenautoridades del Estado u otras naciones”.

    Las expresiones más normativas delorden social disciplinador, el “castigosilencioso que opera con la finalidad deproducir cuerpos domesticados” (Fou-cault), se leen en el apartado sobre los“permiso de disfraz”: “quedan someti-dos a disposiciones del presente edicto,los juegos, festejos y usos de disfracesen ocasión de la celebración anual delas festividades de carnaval”. Al permi-so deben “exhibirlo sobre el pecho enlugar visible (…) facilitando de estemodo la identificación de las personas”.“Los permisos para el sexo masculinoserán de color azul y los que se extien-

    dan para el sexo femenino de colorblanco”. “Se reitera la necesidad de laportación del documento de identidad ala persona que viste disfraz, no obstan-te poseer el permiso respectivo”. Sebusca someter e intimar a la sociedad;y las personas, sus cuerpos, son “cerca-dos, marcados, domados”.

    Los edictos no se agotan en determi-nar las reglas de lo decible, lo escribibley lo visible. Su poder legitimante defi-ne quiénes son moralmente aptos paraparticipar de la fiesta: “Será condiciónindispensable para el otorgamiento delpermiso de disfraz, la obtención previadel Certificado de Buena Conducta”.

    Siguiendo las tentativas totalizado-ras, el discurso se radicaliza, se expan-de, desesperadamente trata de abarcartodo, a los “que estén disfrazados y a

    los que no (…) Quedando sometidas asu disposiciones todas aquellas perso-nas que participaren en juegos, festejoso reuniones de carácter público, estén ono disfrazadas, relacionados a las festi-vidades de carnaval”.

    En los procesos sociales, todo enuncia-do adquiere un doble nivel: significa yvalora. Quienes se involucran enuncia-tivamente articulan un horizonte valo-rativo-ideológico, en donde “la palabraacompaña como un ingrediente necesa-rio, a toda la creación ideológica engeneral” (Bajtin) trazando distinciones.Así las palabras son sometidas a evalua-ciones; son, en tiempos de dictadura,puestas bajo sospechas: “Se sugieresuprimir la palabra petardo. Por estarprohibida por otras disposiciones”.“Suprimir la palabra subversivo…”.

    Diario de la memoria

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  • Las ideas, los pensamientos, los sue-ños, empiezan a ser posibles, a tomarforma, cuando logramos ponerlos enpalabras, volverlos comunicativos. Todopuede empezar con una palabra. La dic-tadura lo sabe y se resguarda de ellas,“Queda prohibido durante y después determinados los corsos proferir palabrasinsultantes o soeces y la circulación devehículos con alegorías que afecten lossentimientos nacionales”. En los bailespúblicos “quedan prohibidos los cantos,danzas, discursos, etc. indecentes”.

    Las garantías de no alterar el nuevoorden social llegan a la exageración dereglamentar los juegos con agua“teniéndose en cuenta que es frecuenteen la época de la festividad, temperatu-ras inadecuadas para este tipo de juegocon agua. Por ese motivo, se considerósuficiente el lapso de ocho (8) horasdiarias, entre las 10,00 y 18,00 horas”.Además se reglamenta “el tipo de reci-piente a utilizarse”.

    Otro punto de interés para el discur-so de la Fuerzas Policiales es el de con-

    tribuir a justificar y legitimar las múl-tiples tácticas (represivas, clandesti-nas, legales, simbólicas, etc.) de cons-trucción de poder y control social. Poreso exige disciplina e “incrementar (laspenas) para que cumpliera con la fina-lidad coactiva que persigue”.

    En los edictos de carnaval, el discur-so se articula en una doble demarca-ción. Una explícita, focalizada en losfestejos públicos. La otra, la de lo “nodicho”, implícita y subterránea, pene-tra silenciosa en la vida privada.

    ¡vuelve el carnaval que nunca se fue!Las fiestas populares, indudablemen-

    te únicas y diferentes en sus celebracio-nes y festividades, esconden en síestructuras que las posibilitan, proce-sos que se modifican a velocidades dis-tintas de los tiempos y espacios en losque se enmarcan los acontecimientos.El carnaval atraviesa y absorbe rasgosy elementos de otras culturas popularesy religiosas. Por ejemplo, es con el cultoa la Pachamama que se “desentierra el

    carnaval”, es ella, la Madre Tierra,quien lo “libera”. Entre serpentinas,papeles picados, hojas de coca, flores,albahaca, músicas, bailes y cantos sur-ge el diablo, el Pujllay, “rompiendo ecosdormidos”. Es el nacimiento de un nue-vo carnaval, el comienzo de la fiesta.

    En 2011, después de 35 años, el car-naval volvió a figurar en el cronogramade feriados nacionales, lo cual permitióque las carnavaladas se desplazaran aotros espacios; transformándolos consus reglas y lógica.

    El APM; al recuperar esta fecha y suferiado como una conquista de lamemoria colectiva; decidió ser parte delas festividades. Así en el pasaje SantaCatalina se celebró el inicio del carna-val, y hubo desentierro, desfile, juegos,cantos y bailes.

    La comunicación y el encuentro dediferentes grupos artísticos-culturalesposibilitaron liberar al carnaval en elpasaje, transformándolo, creando en elespacio, otro espacio propio de la cele-bración. Así, esa noche, las oficinas del

    Archivo se convirtieron en vestuariospara las Comparsas, Murgas y Capora-les. La fachada fue cubierta por repro-ducciones gigantes de los edictos decarnaval. Afuera se instalaron bañosquímicos y se contrato asistencia médi-ca. Los faroles sirvieron de mástilespara colgar banderines. La callejuelafue cruzada por focos de colores y de loscielos llovió papel picado.

    En esta convivencias de varios carna-vales la tierra que sostiene uno de losalgarrobos de la plaza se abrió y fuemojón, la amada tierra desenterró alcarnaval.

    El Pasaje fue ocupado por una multi-plicidad de acontecimientos; fue elpueblo, el universo humano, sin dueño,ni patrones, que bailaba, cantaba, des-filaba, jugaba, pedía, agradecía… Fue-ron muchos instantes dentro de unescenario desbordado de existencias,de vidas y comunión. Sonaba la músi-ca de los Sikuris, mientras unos niñosdisfrazados se corrían con espumas ytalcos. Una señora y una vieja mala

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    tiempos deCarnaval

  • Diario de la memoria

    con escoba y traje negro le ofrecían cer-veza y cigarros a la Pachamama. Arro-dillados y parados, algunos a los gri-tos, otros en silencio agradecen y pidena la Madre Tierra. Una familia comeunas frutas, al lado de una embaraza-da, que a punto de parir, busca descan-sar en un escalón; un chico con capa yantifaz le besa la panza y llena deesperanzas al mundo.

    Unos perros alterados, corren y sal-tan a la par de las Murgas que largancon el desfile. Un fuego cada vez másexaltado pone a punto los tambores dela Comparsa Afro. Los Caporales sal-tan al pasaje y las sayeras hacen tem-blar la tierra. Las plumas de las Com-parsas levantan vuelo y el cielo se llenade colores. Unos bebés patalean desnu-dos por los aires.

    Entre el flamear de mil banderas, laabuela, la madre y la hija se cuelganunas ramitas de albahaca. Un señor nodescansa hasta ver vacía la caja de vinoy otros recién llegan con un cajón decerveza.

    Un Oso pasadisco larga con el bailon-go. Una niña tira miles de papeles pica-dos a las estrellas y todos se mezclancon todas.

    Un grupo pide los banderines y losfocos de colores… la fiesta sigue mañana.

    La experiencia del carnaval, losmomentos de su festividad, nos danherramientas que nos ayudan a conocery comprender la historia reciente. Es allítambién el momento en donde se produ-ce la transmisión, el momento en queincorporamos el aprendizaje. La expe-riencia es transformadora, va reconfigu-rando los elementos transmisibles, almismo tiempo que desecha algunos eincorpora otros nuevos que nos permitenver más profundamente la realidad.

    El carnaval, trastornó todos los ele-mentos y valores cotidianos, y los distri-buyó a lo largo del espacio y el tiempoque abarcó la festividad; permitiendo lacreación de un escenario apropiadopara la fiesta, también para conocer lahistoria del lugar, de las antiguas caso-nas ubicadas en la callejuela que sepa-

    ra la Catedral del Cabildo. Así, volcán-dose en el universo carnavalero, partedel contenido histórico del lugar se des-plazó al pasaje, a la calle, al mundo…

    Esa calurosa, colorida y perfumadanoche de marzo, el carnaval que nuncase fue conquistó el pasaje Santa Catali-na y las cuatros calles que abrazan a laplaza principal de la ciudad. Aunque,como sostiene el yuyero Sabino Colque,“la fiesta duraba mucho más tiempoque todas esas calles, porque habíaempezado cuando el primer carnavaldel mundo aún no terminaba. Y noalcanzaba a morir, cuando renacía”.

    FuentesBajtín, Mijail. “La Cultura popular en la EdadMedia y en el Renacimiento: el contexto deFrancois Rabelais”.Foucault, Michel. “Vigilar y castigar: nacimientode la prisión”.Koselleck, Reinhart. “Los estratos del tiempo:estudios sobre la historia”.

    Documentos“Edictos de Carnaval”. En “La vida pública bajosospecha”. Colección Documentos policiales. APM.

    1. Los edictos de carnaval citados en este artícu-lo son los redactados entre 1976 y 1978 (perío-dos en el que la dictadura desplegó al máximo suaparato represivo sobre la sociedad). Los docu-mentos pueden consultarse en el APM y enwww.apm.gov.ar

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  • Gabriela Halac,invierno de 2011

    Compartir con otros un espacio, untiempo; preocupaciones sobre el arte,sobre lo social, sobre los derechos huma-nos, sobre el pasado y el presente, pro-mueve un diálogo que enriquece yamplia la propia mirada. Una muestracolectiva dice algo de las relaciones, delas redes de creación, de las problemáti-cas comunes; la densidad de estos víncu-los y de la posibilidad de ocupar unespacio común de significación que nosinvita a reflexionar sobre la construc-ción de la memoria colectiva.

    Para intentar una lectura de unamuestra colectiva necesitaría por lomenos responder tres preguntas:¿Quién reune? y ¿qué es lo común? ¿dequé tipo son las relaciones que se esta-blecen? El texto que sigue es un inten-to respecto a la muestra Córdoba M.realizada entre el 6 de mayo y el 12 dejunio de este año en el Centro de ArteContemporáneo co-organizada con elArchivo Provincial de la Memoria conla curaduría de la artista SoledadSánchez Goldar.

    (Ser parte de la muestra y escribirsobre ella implica que este será simple-mente un texto reflexivo, parcial,inacabado. Será entonces un textocomo cualquier otro, con la simple dife-rencia y aclaración: “fui parte de estamuestra” y desde esa perspectiva dehaber ocupado una de las salas es des-de donde reflexiono).

    Las relaciones en el arte, son a veces eltema fundamental de la construcciónde una obra, y este fue el caso de lo quepropusimos junto a mis compañeros,Lucas Chami y Mariana Giansetto,cuando decidimos hacer una interven-ción de una jornada de trabajo enBower para luego poner en común par-te de ese proceso de creación colectivade postales realizada en tiempos simul-táneos pero también distantes por lospresos del MD1, el grupo de trabajo“Correspondencia” y el público que pos-teriormente intervino ya en el espacioexpositivo. En principio el trabajo erabuscar un lugar donde el arte correorecobrara su potencia, luego entablarrelaciones horizontales de trabajo, mástarde abordar la idea de obra inacaba-da, el lugar múltiple de la autoría. Ytodo esto para decir que todo empezóintentando hacer cosas juntos: primeroel grupo, después las personas con lasque trabajamos en Bower, los asisten-tes a la muestra, el Archivo como unlugar que siempre nos abre las puertas,las relaciones que se van abriendo.

    vecinos de las salas de al ladoEn la sala de al lado está la obra de

    Luis González Palma con su “EstudioTopológico 1045 m2”, una caja de luzque reflexiona en palabras del artista,sobre “las relaciones perversas que se

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    Vivir JuntosSobre la muestra Córdoba M expuesta

    en el Centro de Arte Contemporáneo.

    Actividad organizada en conjunto entre el Archivo Provincial de la Memoria y el Centro de Arte Contemporáneo.

    Grupo Correspondencia

    (Gabriela Halac, Lucas Chami,Mariana Giansetto):Bower MD1.

    Carlos Trilnick, Jorge Castro,

    Emiliano Arias y Esteban Rizzi:

    Memoria ram / reminiscencias visuales(video intervención y video performance).

  • dan en sistemas políticos basados en elpoder y la opresión”. La caja está colo-cada en un vértice, se ilumina desde elinterior y su presencia se impone en lahabitación casi deshabitada. Cada vezque estuve allí me pasaron cosas dis-tintas, hubo un momento particular enel que tuve la sensación de estar enuna habitación del edificio que mues-tra la foto, asistiendo a una serie dedesdoblamiento de planos. La habita-ción es el edificio, el edificio la ciudad,la calle, la oficina pública, la burocra-cia, el poder, el peronismo, la nación, elque vive adentro, el que vive afuera, yasí podría continuar. Es todo al mismotiempo. Ese edificio de alguna manerasimboliza ese “lugar mental” del cualno es posible escapar, ese “laberintored que no tiene centro, ni periferia, nisalida porque es potencialmente infini-to y está regido por principios de cone-xión, heterogeneidad y multiplicidad”como dice González Palma y que son almismo tiempo las características gene-rales que Deleuze menciona para defi-nir el rizoma. Gracias a la conexióncualquier punto del rizoma puedeconectarse con cualquier otro, debido ala multiplicidad estamos obligados auna lectura de lo múltiple, lo diverso, ylo heterogéneo implica un esfuerzo porconectar aquello que a simple vistaresulta inconexo o disímil. El conceptodeleuziano va en contra de la idea dejerarquías y de un pensamiento bina-rio. Construcciones de sentidos comoposibilidades de devenires. En la fotodel edificio conviven dos situacionesheterogéneas que nos hacen preguntarqué es lo que existe, qué de esa imagenes real y qué un imaginario construido,la “superposición” es la base de ese diá-logo; como si González Palma quisierasimbolizar lo que se escapa al acto deconocer, aquello que sucede pero que noes posible decir, construir un mapanuevo y preguntarse si la fotografía esel mapa que permite repreguntarnossobre aquello que sucede a partir de“simbolizar experiencias difíciles derepresentar”. El laberinto visto desdeesta lógica es un devenir que no acaba,ya que si se produce una ruptura siem-pre existe la posibilidad de que reapa-rezcan organizaciones que reestratifi-quen el conjunto.

    En la misma habitación, y convivien-do en el vértice opuesto está el video deDemolición Construcción sobre el pro-yecto “La demolición de todos”.Para verlo hay que darle la espalda a lacaja con luz, entonces la sala se vuelvea reconfigurar en un sentido o en otro.Ese fuera de campo también funcionacomo el reverso. De un lado la construc-ción, y del otro la demolición, incluyén-dose interpelándose. El laberinto y laintemperie.

    El video es el archivo de la acciónrealizada el 22 de marzo de 2010 en laque se trasladaron los restos de lademolición de una vivienda particular.El Proyecto Demolición Construccióninvierte los términos que por lo generalse dan en los procesos creativos, quepiensan en la idea de construir obra.En la definición del proyecto, GracielaDe Oliveira se propone “Construir algoa partir de reconocer una demolición ycompartir este proceso en diálogo gru-pal. La semilla que se demuele para

    germinar.” En el video de la muestra seve una columna continua de personasque realizan un pase mano en mano demosaicos envueltos. Se hace evidente lared de relaciones que se establecenpara la demolición colectiva, donde laspiezas transitan por una línea de sub-jetividades. Como el material expuestoes un registro de una acción en la queno tuve el placer de participar, le pre-gunto a Graciela De Oliveira más deta-lles sobre la experiencia. Ella me res-ponde: “las pieza muestra mi propioproceso, de la casa a demoler, delromanticismo por el material y la nos-talgia de una época... a la demoliciónque tenía que pasar por las institucio-nes, y debía volver al público, diluirseentre todos. Pero como dinámica decomunicación, el día que pasamos amano de CCEC al APM, todos partici-paron (los del CCEC, los del APM, ExPresos Políticos, gente de la calle, todosayudaron con alegría y todos estabanclaros con lo que significaba, ya que erauna convocatoria ideológica muy sim-ple: el acto solidario en sí de ayudar altraslado). Una vez que estuvieron en elAPM apilados como bancos, bueno fuemuy fuerte lo que allí se compartió,está en la parte 2 del vídeo. De allí elpaso último era hacerse cargo y llevar-se una baldosa, para hacer algo conella, o simplemente ayudar a que losbancos de la tortura (ahora que yasabemos que allí estaban) se diluyeranentre la gente... bueno algo así...”.

    El proyecto si bien desde su nombrehabla de lo material, lo que propone esla construcción de espacios mentales,de instancias de comunicación, siendola obra algo inaprensible, donde lomaterial puede ser lo que está en lugarde ese pensamiento, lo que nos permiteconectarnos con el, reconstruirlo, o sim-bolizarlo. (http://www.gracieladeoliveira.com/dc/p_todos.html).

    Como nuestra muestra estaba en unasala con dos puertas, el otro vecino es “ElInforme Daleo”, de Lucas Di Pascuale.La obra es un apunte que contiene latranscripción que realizó entre el 2004 yel 2005, copiando a mano el informe deGraciela Daleo, detenida desaparecidaen la ESMA. En una oportunidad habla-mos con Lucas y me dijo que relacionabael acto de transcribir a su época deescuela, a una acción que tenía comoobjetivo un aprendizaje. El extensoinforme manuscrito muestra las pala-bras de Graciela Daleo en el grafismo deLucas Di Pascuale. Se puede ver la pre-sencia de los dos sujetos. El testimoniocomo relato de un tiempo pasado de lamano de alguien que pudo sobrevivir y elartista en su esfuerzo por transcribir lamemoria de esa otra persona, como unacto de aproximación, una forma detocar esas palabras. El cuerpo del artis-ta se hace presente en la materializaciónde la acción. Su letra cursiva es como undibujo con tachaduras, cambios de tama-ño, de intensidad, una letra de escuelaque alguna vez pude ver en alguna desus obras. El vuelve a esa tipografíamanuscrita cada vez que habla de la dic-tadura, como si volviera a su infancia.

    Lucas también tiene una obra en elexterior del CAC, es el cartel de Lópezcolocado sobre el frente, justo en laesquina por donde pasan los autos. Alcartel de López ya lo conocía porque hainstalado varios. Casi siempre los mon-ta en techos, con la ayuda de un grupode amigos o familiares a quienes invitaa ser parte de esa construcción colecti-va. Lucas dice “quiero la palabra comoparte de la estructura y me gusta pen-sar que esa estructura está construidano sólo con madera sino fundamental-mente por personas. Creo que JorgeJulio López de alguna manera nosrepresenta por su valor, pero sobre todoporque no supimos cuidarlo”.

    Memoria de curadoraLa curaduría de Soledad Sánchez

    Goldar inscribe a todas estas obras enun presente, en este nuevo contextoque propone el espacio del CAC. Elrelato que traza deja ver las relacionespróximas, las temporalidades de cadaobra, las políticas y los sujetos. Entrelas particularidades de esta muestra,se presenta una situación atípica,nadie “convocó” a sumarnos a una idea,nos llamaron por lo que ya habíamoshecho invitándonos a eso que ya había-mos hecho, ahora en el contexto de unamuestra sobre Arte, Política y DerechosHumanos en el CAC. Cada uno de lostrabajos que se presentaron tuvieronsu tiempo y su forma de relacionarsecon el APM. Aquí podemos ver un tra-bajo de Archivo, de relectura de recono-cimiento de la singularidad y de losdiálogos posibles entre los trabajos. Enun campo cultural donde todo es efíme-ro, volver sobre las obras, recuperar suimpronta y ponerlas en diálogo, hablade una política de la memoria del artque vuelve a pensarse en una instanciacolectiva y reflexiva. Lo que queda esquizás una totalidad compleja, abiertae inacabada. Simplemente un ser ahíen un marco amplio que permite la con-vivencia, el cruce, el contagio mientrassucede un hacer memoria de la memo-ria y la producción artística.

    Soledad Sánchez Goldar es una artistaque con su trabajo aborda de distintasmaneras la reconstrucción de la memo-ria. Su trabajo como curadora de lamuestra Córdoba M, convocada porAgustín Di Toffino y Emiliano Arias,fue la de armar ese relato y cuidar queel hecho de vivir juntos dentro de lamuestra fuera posible en términos dia-lógicos. También fue la guía para laescritura de este texto en donde conti-nuamente aportó datos, miradas, refle-

    Diario de la memoria

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    Luis Gonzalez Palma:

    Estudio Topológico 1.045 m2.

  • Diario de la memoria

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    xiones: “fui invitada por Agustín DiToffino a participar de esta curaduríaque ya había comenzado él con Emilia-no Arias, ellos ya barajaban una listade artistas y fuimos conversando sobreel recorrido y sobre el cómo montar,también el contactar a los artistas, con-tarles del proyecto, que para mi formóparte del proyecto curatorial, ese tra-bajo, ayudó a la construcción de senti-do de todo el montaje.

    Córdoba M resultó una muestra aus-tera, y simple, me gustó que haya que-dado simple el montaje y sin artificiosya que siempre se corre el riesgo deescenificar y no queríamos eso, si nomás bien representar mediante las pie-zas que ya se habían exhibido en elAPM o que habían sido generadas allí,diferentes momentos del Archivo,entonces se seleccionaron proyectosque no solo hablan de diversas épocassi no también de diversas maneras deconstruir en torno al arte y los Dere-chos Humanos, al arte y la dictadura ynuestro pasado reciente. Algunos pro-yectos son bien contemporáneos, dearte relacional, más abstractos y otrosconstruidos desde una clave más tradi-cional, eso se me hace muy interesantedel Archivo, cómo conviven este tipo detrabajos tan diversos con el sitio dememoria y entre sí, y creo que logra-mos traducirlo en un espacio expositivocomo el CAC. También consideramosimportante trasladar al Centro de ArteContemporáneo dos salas del APM, lasala Vidas para ser contadas que nos

    acerca a los rostros de los desapareci-dos y sus historias, y la Biblioteca deLibros Prohibidos, ambos proyectos sonbien representativos del APM y queaportaron para contextualizar y hacervisible el extraordinario trabajo delarchivo a la hora de recopilar las histo-rias de vida de los desaparecidos (con elaporte de los familiares) y la bibliotecacon ejemplares de la época”.

    Proyectando luzEn la sala colindante, con los que

    siempre se corre el riesgo de tener pro-blemas de convivencia, están las pro-yecciones que se incluyeron en CórdobaM. Soledad por suerte sigue en el chat yme explica cosas que no tenía en claro:“está el video de Jorge Martin que seproyectó en un evento de D/C en elarchivo en el marco de Phronesis Crio-lla. En verdad el video es el resultadode la cámara oscura que hizo en el APMen ese evento. El video de Jorge Martín(La mirada que habita), fue filmado enel archivo. Lo que él hizo fue poner aoscuras la sala y hacer una perforacionpor la que entró luz e imagen del espa-cio exterior al interior de una celda, elvideo es el resultado de esa experien-cia”. En el mismo texto sobre su obra elautor dice “la luz como elemento funda-mental y purificador, penetra en estoslugares que están silenciados por laoscuridad y el olvido, propiciando unametáfora en sí misma”.

    Tanto el trabajo de Jorge Castrosobre el Cordobazo “Op Psi 2” sobre un

    video performance acerca de los símbo-los de represión / en base a videos docu-mentales del Cordobazo, como el deCarlos Trilnick, formaron parte delproyecto “Memoria ram/reminiscenciasvisuales”, donde se proponía a travésde la video intervención y el video per-formance, que los artistas proyectaransus obras sobre los muros, los pasillos ylas habitaciones de lo que fue el CentroClandestino de Detención D2.

    Carlos Trilnik pone el foco en la refle-xión sobre el poder de los medios deconstruir versiones del mundo: “Latelevisión, es la capacidad de ver lo quese encuentra lejos, pero también impli-ca desprenderse del sentido de la vistay ponerlo a cierta distancia, volverseciego”. Mientras flamea la lona negrasobre el arco de fútbol, mis hijos saltansobre la luz como si estuvieran feste-jando, y proyectan sus sombras, ajenosal peso que la imágen tiene para mí. Seproduce entonces la actualización desensaciones inconvivibles que se anula-ron unas a otras. Cumplo con losdeseos del autor y vuelvo a 1978, meencuentro con una infancia llena desentidos subterráneos que empiezan asubir como un río que crece.

    El día de la inauguración Ciro DelBarco realizó una video instalaciónsobre textos de Higinio Mena, un traba-jo que había realizado para el ciclo Esce-na y Memoria. Soledad sigue al chat yme cuenta cosas que me he perdido: “esvideo en tiempo real, solo para el dia dela presentacion Ciro va improvisandocon el video mientras corre el audio”. Medice que el trabajo es increíble, y esperotener oportunidad de verlo.

    Privaciones y restitucionesEl Archivo Provincial de la Memoria

    como espacio reune condiciones para elcruce, la creación fuera de la instituciónartística, el acceso a otros públicos y aotro tipo de producción. La dinámica dellugar propone la convivencia permanen-te con lo que ocurre allí, que son muchasactividades. Lo central es la memoria, ytodas las acciones que permiten tomarcontacto con ella. Esto, quizás es lo queconvierte al Archivo en un espacio don-de no es posible perder de vista el con-texto y la necesidad de convivir y dialo-gar con aquello que allí sucede.

    En el Centro de Arte Contemporáneola bicicleta de Fernando Traverso, porejemplo, en este caso es una pieza de telahecha por mamelucos de una fábrica conla bicicleta impresa. Me vuelven lasdudas, me pregunto si esta obra fue rea-lizada especialmente para la muestra.Entonces chateo con Soledad otra vez yme dice: “la actividad con Traverso en elArchivo fue más colectiva, invitó a gentea pintar su propia bici en telas e hicieronalgunas en los sitios de memoria no sé sino se mostró nunca, pero el Archivo no lahabía mostrado”. Esta tela está extendi-da en el piso y ahora la bicicleta que lle-va implícita la figura de su dueño des-aparecido, está impresa sobre ropa, unaropa que remite a otro. Esta marca mehace pensar que quizás tiene la doblecapacidad de sustitución/restitución dela persona desaparecida, como en algúnmomento lo fueron las 30.000 siluetasque se hicieron gracias a los artistas y alas personas que prestaron sus cuerpospara construirlas. Un ponerse en ellugar del otro, prestar el cuerpo, la ropaen este caso.

    Uno de los vecinos de muestra de Tra-verso es Luis Bernardi, con “Carto-

    grafía de las Memorias”. Es unaintervención urbana, en la que se colo-can 90 baldosas en diferentes lugaresde la ciudad de Córdoba como homena-je a los hombres y mujeres desapareci-dos y asesinados por el D2. Esta activi-dad realizada por el Archivo Provincialde la Memoria, consiste en señalizarlos lugares donde fueron secuestradoso asesinados casi un centenar de vícti-mas en manos del D2. Entrando a lasala hay baldosas en el piso junto auna escultura de madera. En oposicióna la idea de la monumentalización dela memoria, Bernardi quiere “revelarlo oculto, irrumpir en el espacio públi-co, mostrar por medio de una marcalos rastros de la represión en cadabarrio, en cada cuadra, para contribuira la construcción colectiva de memo-rias públicas y sociales”.

    Al lado de Bernardi está la sala de“Vidas para ser contadas”, los álbumesde fotos realizados por familares dedesaparecidos que dejan la marca de lapersona resituyendo parte de su histo-ria. En el Archivo es una sala que sepuede visitar de manera permanen-te.“Esta sala relata momentos, recuer-dos, vidas, experiencias, amores...Esun espacio permanente que intentareconstruir las historias de vida de laspersonas desaparecidas, a través delaporte de amigos, familiares, vecinos,compañeros. Por medio de álbumesque reúnen relatos, recortes de diarios,fotos, certificados (bautismos, escola-res, etc.), D.N.I., cartas, poesías,pequeñas notas, libretas de ahorro,habeas corpus, diarios íntimos, docu-mentos relacionados a la actividadprofesional o política, cassettes, discos,libros, se reconstruye la historia devida de un ser humano con nombre yapellido, rostro, historia, elecciones,familia y amigos”. Soledad sigue en elchat y me dice “ nos parecía capital queconversara en el espacio expositivo conlas obras de arte porque así funcionaen el APM”.

    “La Biblioteca de los Libros Prohibidos”están en el recibidor, como señalamien-to y documentación de la intención decensurar. Están los libros en vitrinas ygigantografías de fotos que documen-tan las quemas de libros. Aquí loslibros son testigos, ponen en evidenciala intención de quemar para construirun relato en base a la negación. Hacepoco me llegó una calcomanía que decía“el negacionismo es la anti-historia”.La falsificación de la memoria sistemá-tica y obsesiva que se realizó en losaños del terrorismo de Estado enArgentina, expone el sentido del traba-jo de construcción de la memoria colec-tiva que se sostiene en evidencias ate-soradas por personas, organizaciones yfamilias. En nuestro contexto, despuésde todo lo ocurrido, el sentido de lamemoria no es simplemente recordar,sino más bien inscribir.

    En Córdoba M. el dispositivo de la mues-tra habla del tema de la muestra. Es unamemoria de estas obras que hablan de lamemoria. No hay azar, la memoria es laposibilidad de reconstruir colectivamen-te estas reflexiones/acciones que juntasse vuelven un devenir sin límites. Des-pués de hacer el recorrido nuevamentesobre Córdoba M, siento que mi memo-ria debe estar traicionando algunasobras, pero es lo que tengo para ofrecer,un fragmento, una parcialidad, lo queme queda después de todo.

    Fernando Traverso:

    Bicicletas vacías.

  • Archivo y Comisión de la Memoria | 5 años del trabajo

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    Instantes de verdadSitios y Museos de la Memoria. Memoriales, baldosas de la memoria. Intervenciones urbanas, homenajes. Juicios. La ciudad, las personas y sus

    acciones contienen las huellas que nos permiten leer nuestra historia reciente; en ellas se observan los pasos y efectos del terrorismo de Estado.

    Hoy, estas marcas nos invitan a reflexionar cómo fue posible la última dictadura, nos invitan a construir el futuro. Estas páginas contienen una síntesis

    fotográfica de los 5 años del trabajo desarrollado desde el Archivo y la Comisión de la Memoria.

    24 de Marzoinauguraciones

    de sitios

    24 de Marzo2008-2011: Salas y señalización del museo de Sitio del Ex D2

    2007: Inauguración de la primera Biblioteca de LibrosProhibidos del país. La misma contiene ejemplaresoriginales prohibidos en años dictatoriales.

    2008: Inauguración del Memorial a los desaparecidosy asesinados de la provincia de Córdoba en el perío-do 1969-1983, en la fachada del archivo sobre elPasaje Santa Catalina.

    2007: Derribando olvidos: actividad de apertura delArchivo Provincial de la Memoria. Familiares de desaparecidos y ex presos políticos demolieron unapared que distorsionaba el espacio original del CentroClandestino de Detención D2.

    2006: Sanción de Ley de la Memoria y entrega de lla-ves del edificio del ex Centro Clandestino de Deten-ción “D2” a la Comisión Provincial de la Memoria.

    Biblioteca de Libros Prohibidos. Sala Escrache a los Represores del D2.

    Sala de Objetos y Vidas para ser contadas. MuestraPermanente del sitio de memoria que recupera lashistorias de vida de las personas desaparecidas, através de sus objetos y de albúmenes producidos porsus familiares.

    Señalización de espacios del Ex D2 en base a testimonios.

    2009: La Comisión Provincial de la Memoria inauguróel Espacio para la Memoria y la Promoción de losDerechos Humanos, ex Centro Clandestino de Deten-ción, Tortura y Exterminio (CCDTyE) “La Perla”.

    2010: La Comisión Provincial de la Memoria inauguróel Sitio de Memoria “Campo de la Ribera”.

    Sala de Objetos y Vidas para ser contadas. MuestraPermanente del sitio de memoria que recupera laHistoria de vida de las personas desaparecidas, a tra-vés de sus objetos y de albúmenes producidos porsus familiares.

    Señalización de espacios del ex centros clandestinode detención D2 en base a testimonios.

    Señalización de espacios del ex centros clandestinode detención D2 en base a testimonios.

  • Instantes de verdad

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    2008: Baldosa de la memoria a 39 años del Cordoba-zo. En homenaje al Máximo Mena, asesinado durantela revuelta popular del Cordobazo. Colocada en laesquina de Bv. San Juan y Arturo M. Bas.

    2010: Baldosa de señalización. Marca el lugar de fun-cionamiento del Centro Clandestino de Detención“D2”. Acción de la Coordinadora de Barrios por laMemoria y la Justicia.

    Comisaria 6ª, Córdoba Capital. Comisarías Malagueño, Carlos Paz y Cosquín. Comisaría Villa Allende.

    Comando radioeléctrico. Guardia de infantería.

    2010: Baldosa de señalización. Colocada en la Comi-saria 9ª, marca uno de los lugares que funcionó comoengranaje de la represión durante el terrorismo deEstado. Av. Castro Barros 766.

    2011: Baldosa de la memoria. En homenaje a MarioHugo Ramello, alumno desaparecido durante la últi-ma dictadura militar. Colocada en el acceso de laEscuela Alejandro Carbó.

    2009: 40 años del Cordobazo: “Topografía de larebeldía”: Señalización y recorrido por los lugaresmás simbólicos y recordados de aquella históricarebelión popular.

    2011: Baldosa de la memoria. En homenaje a AnaMaría Villanueva; Jorge Manuel Diez y Carlos DelfínOliva, asesinados por miembros de comando radioeléc-trico durante la última dictadura militar. Colocada en laintersección de las calles Octavio Pinto y Emilio Caraffa.

    2009: 40 años del Cordobazo: “Topografía de larebeldía”: Acción urbana en el Pasaje Santa Catalina.

    2008: Dos años sin López. Intervención con la Fotode Julio López en el Pasaje Anta Catalina.

    2007: Un año sin López: Intervención Urbana en elcentro de la ciudad. La actividad interpelaba al peatóndesde un “objeto fuera de lugar”. La ropa: que simbo-liza un cuerpo que no está, una familia que espera,una ausencia intolerable.

    2010: Desenterrando el Carnaval: El Archivo Provin-cial de la Memoria recupera esta fecha, esta fiestapopular y su feriado como una conquista de memoria.

    2011: Cartografía de las Memorias / Baldosas en dife-rentes lugares de la ciudad de Córdoba como home-naje a los hombres y mujeres desaparecidos y asesi-nado por el D2. Intervención Urbana realizada por elArchivo Provincial de la Memoria, en base al diseño yrealización del artista plástico Luis Bernardi.

    búsqueda de documentosEl APM, en función de la Ley 9286, realiza relevamientos

    y rescate de documentos vinculados al accionar del

    terrorismo de Estado, en todas las comisarías e

    instituciones dependientes del Estado provincial. Las

    fotos muestran el estado en que se encuentran los

    documentos policiales de la época (1970-1983).

    baldosas de la memoria

    Conmemoraciones

  • Archivo y Comisión de la Memoria | 5 años del trabajo

    17

    2009: Marca de señalización del ex centro clandesti-no de detención “D2 Mariano Moreno”.

    2010: Marca de señalización del Hospital de SantaMaría de Punilla. Durante la última dictadura militar,este hospital, funcionó como Centro Clandestino deDetención.

    2010: Marca de señalización del ex Centro Clandesti-no de Detención Casa de Hidráulica. "Una ventanasobre la Memoria". Ubicado en Rutas 38 y 55, a 500m del embudo y del paredón del Dique San Roque.

    2010: Intervención: Bicicletas Vacías. En diferenteslugares de la ciudad, el artista plástico Fernando Tra-verso, plasmó sus bicicletas, que dibujadas sobre lasparedes, recuerdan a los desaparecidos.

    2010: Intervención: “El Calzonazo”. En el marco delDía Internacional de la Mujer, el APM, junto a la docu-mentalista Ana Mohaded y otros artistas se realizóuna acción que recordaba la resistencia de las presaspolíticas alojadas en la Cárcel de San Martín, cuandose negaron alas requisas vejatorias.

    2010: Homenaje a familiares. Homenaje a Horacio Siriani: Asesinado en el D2 en el año 1975.

    Homenaje a Hector Fabiani: Desaparecido en mayo de 1976.

    2010: Marca de señalización Comisaría Unquillo.Marca de señalización de la ex cárcel del Buen Pas-tor, a 34 años de la fuga de presas políticas. El AMPrecordó a nueve de ellas, desaparecidas durante laúltima dictadura militar (2010).

    Marca de señalización de la ex cárcel del Buen Pastor (2011).

    Marca de señalización de la ex cárcel del Buen Pastor (2011).

    2007: Fotos en el Pasaje Santa Catalina: “Desapare-cidos Presentes”. Todos los jueves, acompañando la“ronda de los Familiares” en la Plaza San Martín, secuelgan las fotos de los desaparecidos y asesinados.Los familiares y amigos de las víctimas acercan susfotos espontáneamente para rendirles este homenaje.

    2009: Cine y memoria en el Pasaje.

    HomenajesA lo largo de cinco años el Archivo

    Provincial de la Memoria ha homenajeado

    a hombres y mujeres por sus luchas en

    torno a los derechos humanos.

    Intervencionesurbanas

    señalizaciones

    También ha recordado, con

    distintos homenajes, a hombres y

    mujeres desaparecidos y asesinados

    durante el terrorismo de Estado.

  • Diario de la memoria

    18

    2009: Durante el desarrollo de los Juicios por críme-nes de Lesa Humanidad, se realizaron Inspeccionesoculares en los Ex CCD.

    2010: Durante el Juicio UP1 el APM desarrollo el pro-yecto Recorriendo Memorias en Barrio San Martin.

    2008: Juicio Menéndez I: intervención callejera en Av.Colón y Sagrada Familia, lugar donde ocurrió el Ope-rativo Ventilador y aparecieron asesinadas las cuatropersonas por las que fueron juzgados los represores.

    2009: Juicio Menéndez II: muestra “La Justicia deAlbareda” que reconstruye la historia de vida deRicardo Fermín Albareda, la víctima del último juicioque condenó por segunda vez a Menéndez.

    Remo Bianchedi. Eduardo Quintana. Luis Bernardi.Tres reconocidos artistas se propusieron una inter-vención del Sitio de Memoria, que presentaron enuna de las reaperturas del APM.

    Demolición Construcción presentó un grupo interdisci-plinario de artistas que se propuso dialogar con lamemoria desde una diversidad de intervenciones.

    Con la dirección de Jorge Villegas, Escena y Memoriase presenta como un ciclo de teatro y memoria don-de diferentes grupos crean puestas en escena queinterpelan el olvido.

    Soledad Sanchez Goldar ha presentado en el APMdiversas obras que mixturan lo artístico y emotivo.En Recordis, nos aproxima a la historia de su tíoEduardo, desaparecido en la dictadura.

    A través de objetos y fotos, Natalia Colón reconstruyelos afectos que rodearon a sus padres, desapareci-dos en la dictadura.

    Interactuando con los interno del Penal de Bower, elGrupo Correspondencia presentó una instalación conpostales que apuestan a vencer la desmemoria.

    En embutes, ex presos políticos exponen los objetosque construyeron durante su cautiverio. Una muestracon mucho valor afectivo y testimonial.

    Diseñadores de todo el mundo comprometidos contrala pena de muerte en una muestra internacional quellegó a Córdoba en el marco de la colaboración delAPM y la UNC.

    rondas de la memoria y Maratón de lectura

    Todos los años se realiza entre agosto y octubre la Ronda de la lectura y laRonda de la Memoria. Actividades organizadas por el Área de Educación.La primera es una invitación a niños y jóvenes; docentes y estudiantes a

    un día de ejercicio pleno de nuestro derecho a leer en libertad. La segunda es un Intercambio de experiencias y producciones

    hechas por jóvenes con el objetivo de compartir producciones y formas de trabajo en la construcción de las memorias locales.

    Muestras artísticasDesde que abrió sus puertas, el Archivo Provincial de la Memoria se

    constituyó como un espacio para la intervención del arte y las expresionesculturales. Decenas de artistas imaginaron recorridos, reconstruyeron

    historias de memoria, actuaron y presentaron instalaciones. Todasacciones para pensar una memoria en movimiento. En estas instantáneas,

    presentamos un recorte de todas esas instalaciones.

    Intervenciones en los juicios

  • Alexis oliva*

    Para un periodista, el acceder a unarchivo y obtener un documento intere-sante es como robar el diamante de “LaPantera Rosa”. Porque en los documen-tos está la mejor comprobación posible–o al menos la más aceptada en la “epis-temología periodística” convencional–de eso que “alguien quiere que no sesepa”.1

    “En este país, para conseguir ciertosdocumentos, hay que mentalizarsecomo un ladrón de diamantes”. Es unaexageración que suelo decir mitad enserio y mitad en broma, cuando en mitaller de redacción periodística aborda-mos el tema de las fuentes de informa-ción; porque, a pesar de los numerososproyectos presentados en el Congresonacional, la Argentina no tiene aúnuna ley de acceso a la informaciónpública.

    Justamente, la carencia de una tute-la legal efectiva a esa instancia tanindispensable del trabajo periodísticoque es la búsqueda de información,obliga al periodista a clandestinizaresa tarea, encubrir su condición y ges-tionar el documento “por izquierda”(Basta recordar cuántas veces se noshabrán secado ciertas fuentes o “secayó el sistema” apenas uno se identifi-có como trabajador de prensa). Laalternativa por la que termina optandola mayoría implica resignarse a ejercerun periodismo “gacetillero”, que se con-forma con cubrir lo que “sucede” o loque el poder quiere informar.

    Por eso la figura del “ladrón de dia-mantes” no está tan alejada de la reali-dad. Más si tenemos en cuenta que enla inmensa mayoría de los casos losdocumentos que nos interesan han sidocreados por (y pertenecen a) un poderinstitucional que no admite con facili-dad someterlos a la consideraciónpública, por más públicos que sean.

    Cualquier periodista sabe lo dificul-toso que es acceder a documentos ofi-ciales, cuando se investiga alguna his-toria incómoda para la institución o elfactor de poder que produjo el docu-mento en cuestión. Entonces, la valora-ción y el eventual reconocimiento del“interés legítimo” del periodista es algoque termina dependiendo del arbitriode la fuente en cuestión.

    Esto ocurre en las institucionespúblicas y ni qué hablar en las priva-das. Muchas veces –y con razón– searrojan los dardos de la crítica a la reti-

    cencia de los gobiernos a brindar infor-mación pública, mientras se olvida queen muchas empresas privatizadas exis-te información tan pública como laotra, que está absolutamente vedada alacceso, no sólo del periodista, sino tam-bién del ciudadano común, incluso a loque le atañe personalmente.2

    Y es justamente su filiación a undeterminado poder lo que debe obligar-nos a valorar el verdadero significado yalcance de los documentos institucio-nales, a contrastarlos con otros docu-mentos creados por fuentes no institu-cionales –no poderosas– (porque,siguiendo la metáfora diamantina, has-ta pueden ser tan falsos como las répli-cas de “La Pantera Rosa”).

    O bien, contrapesarlos con esa otrafuente de investigación, esa otra moda-lidad del discurso social y –en últimainstancia– esa otra forma de la “ver-dad” que es el testimonio. Su no insti-tucionalidad hace que el testimonioesté subvalorado como prueba periodís-tica. Se considera que el documento es“objetivo” y el testimonio “subjetivo”,como si en la elaboración de todo docu-mento no mediara una intenciónhumana. También existe una sobreva-loración de “lo publicado”, y más toda-vía si está publicado en el canónicosoporte libro o en un medio de comuni-cación hegemónico y masivo.

    Es más, en el campo del periodismohasta se podría cuantificar esta dife-rencia, teniendo en cuenta que a losdocumentos no se les aplica la exigen-cia de “tres fuentes independientes

    Emmanuel Nicolás Kahan*

    Podría comenzar, siguiendo a Derrida1,con una genealogía etimológica del tér-mino “archivo” –arkhé–, pero preferiríacompartir unas reflexiones de índoleprofesional que permitan reconocer lamultiplicidad de problemas que presen-tan los archivos para un historiador.Incluso los que, como en el caso delArchivo Provincial de la Memoria deCórdoba, son considerados como posee-dores de un acervo que daría evidenciade la lógica represiva que imperó duran-te la última dictadura militar en Argen-tina. Estas reflexiones, sin embargo, noconstituyen una etnografía de los “archi-vos de la represión” –esta perspectiva yafue explorada por Ludmila da SilvaCatela2–, sino una serie de consideracio-nes en torno de los distintos sentidos quelos archivos pudieran develar.

    Mi primer acercamiento a un archivode esta índole tuvo lugar en la ciudadde La Plata, donde se encuentra el repo-sitorio la Dirección de Inteligencia de laPolicía de la Provincia de Buenos Aires(DIPBA). Como se suele repetir cuando

    se presentan las características de esteacervo documental, el archivo DIPBAcontiene los vestigios de la “vigilancia”,el “registro” y el “control” efectuadospor un organismo de seguridad estataldurante un período de tiempo conside-rable: sus documentos más antiguosson testigos de la acción desplegada porla Sección de Orden Público durante ladécada del ‘30 y concluyen con el cierrede la Dirección en 1998.

    Llegué allí con el fin de realizar mitesis de maestría en Historia y Memo-ria. Pero al tiempo comencé a colaborarcon una perito judicial en la elabora-ción de informes judiciales para lasdiversas causas que se tramitaban enla provincia de Buenos Aires en tornoal proceso represivo implementadodurante la dictadura: desde “juicios porla verdad” hasta procesos penales con-tra represores. Esta nueva tarea –quese superpuso a la de mi formación aca-démica– me permitió reconocer mira-das diferenciadas sobre un mismo con-junto de documentos.

    La elaboración de los informes peri-ciales obligaba a ver en cada “folio” de

    Diario de la memoria

    19

    Ensayos, análisis, aportes teóricos para la comprensión de los procesos de memoria. En esta edición, invitamos a reflexionar a

    Alexis oliva y Emmanuel Nicolás Kahan sobre la Importancia de los archivos que contienen información sobre violaciones a los

    derechos humanos en tiempos del terrorismo de Estado. También acerca de sus usos (reparación, prueba judicial, fuentes para las

    investigaciones históricas o periodísticas con fines de difusión o pedagógicas) y su accesibilidad (condiciones de apertura, demandas,

    gestiones, políticas institucionales).

    Zona de debate

    Diamantes y carbones

    Diversas miradassobre acervosdocumentales

  • entre sí” que sí rige para los testimoniosorales. Con una “copia fiel” (y a veces notan fiel) basta y sobra.

    En el fondo, la subestimación del testi-monio oral tiene que ver con “su pesaday temible materialidad”, despojada delos procedimientos de censura y controlque Michel Foucault describió en su céle-bre clase magistral publicada con el títu-lo “El orden del discurso”.3 Al contrario,los documentos, por ser institucionales,son más susceptibles de ser censuradospor los recursos de control discursivo.

    El año pasado, en el histórico juiciopor los fusilamientos de presos políti-cos en la cárcel de barrio San Martíndurante 1976, hubo dos situaciones queilustran lo paradójicas o por lo menosrelativas que son estas valoraciones.

    En relación a los documentos, la firmadel entonces teniente primero Osvaldo

    César Quiroga al retirar de la cárcel acuatro presos, tres de los cuales seríanfusilados, era a priori una de las pruebasmás valiosas e irrefutables de la acusa-ción. En el contexto del debate oral, elimputado insistió en que el haber firma-do demostraba su “buena fe”, lo que ter-minó fundamentando –en el discutiblecriterio de los jueces– el beneficio de laduda y la consecuente absolución.

    A la inversa, la calificación de lamuerte por estaqueamiento de RenéMoukarzel, calificada por la instruc-ción de la causa como “apremios ilega-les seguidos de muerte” terminó luegodel debate definida como “homicidiocalificado por alevosía y ensañamiento”–gracias a la valentía, contundencia yprecisión de los relatos de los testigos ya la sólida argumentación de la quere-lla–, lo que derivó en la condena a pri-

    sión perpetua para el por entoncesteniente Gustavo Adolfo Alsina.4

    Por lo tanto, así como hay que descon-fiar de que ciertos diamantes puedanser baratijas, también se debe conside-rar que en lo que aparece como un opa-co carbón bien puede esconderse unapiedra preciosa. Por eso es imprescindi-ble la tarea de los archivos de la memo-ria, tanto en la investigación, recupera-ción y preservación de la documenta-ción, como en la búsqueda, registro ysistematización del testimonio oral.

    Justamente, este presente en que elEstado argentino se está haciendo car-go por fin de juzgar de los delitos delesa humanidad cometidos durante laúltima dictadura tiene, además delvalor de la justicia, la riqueza adicionalde la investigación histórica, alimenta-da por este cruce entre los documentos

    que pudieron ser rescatados y los testi-gos que pudieron sobrevivir.

    Además, los sobrevivientes y fami-liares de las víctimas pueden por finreencontrarse con su propia historia,al acceder a esos expedientes, prontua-rios, informes que el Estado –a travésdel Poder Judicial y los archivos de lamemoria–, los organismos de derechoshumanos y también el periodismo hanpodido exhumar. Así también, hayquienes han recuperado la paz (y has-ta rejuvenecido) al poder testificarante la Justicia y liberarse de esapesada mochila que cargaron durantemás de tres décadas, lo que les permi-te dejar atrás el pasado y emprendernuevas militancias mirando hacia elfuturo.

    Esto que se observa tan claro en laexperiencia individual, es también lo

    Diario de la memoria

    20

    un “Legajo” DIPBA las huellas de ladinámica represiva. Desde el segui-miento efectuado sobre una organiza-ción o un individuo hasta la rubrica deun represor en un Memorandum, podí-an constituirse como “prueba judicial”.De hecho, como el trabajo consistía enpoder encontrar una serie significativade estas “pruebas” al interior del acer-vo DIPBA, la mirada del investigadordebía concentrarse en encontrar losindicios y las responsabilidades de lapersecución perpetrada contra indivi-duos durante el período dictatorial.

    La mirada del investigador –almenos aquella con la que relevé losdocumentos en torno a mi objeto deestudio– tuvo características diferen-tes. Reconociendo que nuestras pesqui-sas no poseen efectos punitivos, la

    investigación intentó reconstruir losdiversos sentidos con los cuales losagentes policiales “registraron” a losactores que animaban la vida de la“comunidad judía” en la ciudad de LaPlata. Atento a una temporalidadmayor que la de la dictaduramilitar –los primeros documentos habí-an sido producidos durante la décadadel ‘40– el trabajo permitió poner ensuspenso la extendida caracterizaciónde una policía provincial con un fuertesesgo antisemita. Al menos no todosaquellos que produjeron informes deinteligencia policial sobre las institucio-nes “judías” de la ciudad de La Platamostraban un encono hacia los “judíos”.

    Más significativo aún resultó el reco-nocimiento sobre la precariedad –tantosimbólica como material– con la cual los

    funcionarios policiales efectuaban sustareas. El agente “C”9, por ejemplo, tuvodificultades para “infiltrarse” cuandofue enviado a “registrar” una reunión dela Organización Sionista de Pioneras.

    “Se desconoce el carácter de las pelícu-

    las y el desarrollo de la reunión en

    detalle, por cuanto resulto imposible,

    por razones obvias, entrar al local en el

    que se reunieron las damas.”3

    Si consideramos como un a priori que la“reunión de damas” era exclusivamentepara mujeres, los funcionarios jerárqui-cos sobrevaloraron la capacidad delagente masculino “C”9. Sin embargo, laimposibilidad de “infiltrarse” en reunio-nes, así sean de mujeres, no se traducíaen un impedimento para obtener infor-

    mación. La presencia y la espera erancompensadas con el registro de algunainformación: el agente pudo, al menos,registrar la cantidad de “damas” queasistieron. En otra ocasión, por ejemplo,durante una cena transcurrida en elcampo de deportes de la Sociedad Israe-lita, el agente solo pudo informar sobrelos asistentes a partir de identificar losvehículos estacionados en las inmedia-ciones del lugar “con chapas patentesde esta provincia”.4

    Si bien se debe considerar que elenvió de funcionarios policiales se diri-gía a buscar algún dato que confirmarael “grado de politización” de las institu-ciones y sus miembros, el informantepolicial siempre se aprestaba a “obte-ner, registrar y transmitir” algunainformación aunque no constituyera

    Zona de debate

    Diamantes y carbones(viene de página anterior)

    Diversas miradas sobre acervos documentales(viene de página anterior)

  • que nos ocurre como sociedad, cuandoentendemos que para construir unfuturo mejor es necesario primerohacer justicia respecto al pasado, unaverdad que el año pasado se encarga-ron de recordarnos figuras como el juezespañol Baltasar Garzón y el teólogobrasileño Leonardo Boff, cuando enrespectivas visitas al juicio de la UP1coincidieron en que “la Argentina leestá dando un ejemplo al mundo”.

    En este apasionante presente históri-co, los periodistas podemos y debemoshacer nuestro humilde aporte a la ver-dad y la justicia. Para cumplir con eserol, hay que combinar astucia y auda-cia a la hora de conseguir la informa-ción, con reflexión y prudencia a lahora de publicarla, por la sencillarazón de que afecta a vidas humanasreales. En este sentido, también debe-

    mos asumir que nuestro trabajo suponeun poder que es necesario asumir conresponsabilidad.

    Finalmente, vale recordar que esoque llamamos historia comenzó con lainvención de la escritura. Y si pensa-mos al periodista como un “historiadordel presente”, no hay que olvidar que eltestimonio es memoria viva. Por esohay que registrarlo hoy, mientras susdepositarios estén en este mundo.

    * Alexis Oliva es periodista y docente. Escribe en las revistas El Sur, El Avión Negro y Umbrales.

    Notas1. La definición pertenece a Horacio Verbitsky yestá expresada en el prólogo de su libro “Unmundo sin periodistas” (Editorial Planeta,Buenos Aires, 1997).

    2. Acaso como una pequeña compensación alvendaval privatizador, en la reforma constitucio-nal del año 1994 se incluyó, en el mismo artícu-lo, la tutela el secreto a las fuentes de informa-ción periodística y la figura del “habeas data”, elderecho que tiene una persona a conocer lainformación referida a ella que exista en cual-quier registro o banco de datos, públicos o priva-dos, y a exigir su corrección si le causara algúnperjuicio. A la fecha, ninguno de estos derechosha sido legislado.

    3. Michel Foucault propuso en esa clase lasiguiente hipótesis: “Yo supongo que en todasociedad la producción del discurso está a la vezcontrolada, seleccionada y redistribuida por uncierto número de procedimientos que tienen porfunción conjurar los poderes y peligros, dominarel acontecimiento aleatorio y esquivar su pesaday temible mat