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Documento de trabajo núm. 9, marzo de 2011 El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo? Rocío Vázquez Martí

Documento de trabajo nº 09

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Noveno número de la serie Documentos de trabajo, publicado en marzo de 2011 con el título "El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo?", obra de Rocío Vázquez Martí.

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Documento de trabajo núm. 9, marzo de 2011

El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo?

Rocío Vázquez Martí

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Rocío Vázquez Martí es arabista, investigadora en el Institu-to Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán de Casa Árabe (Córdoba).

Documento de trabajo núm. 9, marzo de 2011

El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo?

Rocío Vázquez Martí

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Autora: Rocío Vázquez Martí Título: El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo? Edición: Casa Árabe-IEAM (Documentos de Trabajo de Casa Árabe,

núm. 9, marzo de 2011) Diseño de cubierta: Íñigo Cabero DL: M-40612-2007 ISSN: 1888-1300 Este documento se edita bajo licencia Creative Commons Reconocimien-to-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 España, que permite su libre reproducción, distribución y comunicación bajo las siguientes condiciones: 1) se deben mencionar siempre de forma clara los nombres del autor, traductor, editor y los términos de esta licencia; 2) no se puede utilizar esta obra para fines comerciales; 3) no se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. Consúltense las condiciones com-pletas de la licencia en:

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Casa Árabe-IEAM no comparte necesariamente las opiniones expresadas en este texto, que son responsabilidad exclusiva de su autor.

Casa Árabe es un consorcio formado por:

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El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo?

Rocío Vázquez Martí

El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid, que llevaba quince años intentando obte-ner su legalización, y que nunca la obtuvo bajo el régimen presidido por Mubarak, fue reconocido por la Comisión de Partidos el pasado 19 de febrero de 2011, después de cinco intentos. Esta es la primera formación política que obtiene la autorización tras la denominada Revolución del Tahrir. Al-Wasat es un partido político islamista que represen-ta la ruptura generacional que se está dando en el universo islamista egipcio y, concre-tamente, dentro de los Hermanos Musulmanes (HH. MM.). 1 De hecho, desde la desinte-gración del régimen de Mubarak y dada la renovada intención de los HH. MM. de crear un partido político, la generación más joven del grupo, compuesta por jóvenes de vein-te y treinta años, está haciendo oír su voz con más fuerza y está exigiendo cambios in-ternos estructurales muy profundos.

Al-Wasat constituye el primer elemento de diversidad y competencia dentro del mo-vimiento islamista egipcio. Su programa e ideología, más aperturista y modernizador que el de los HH. MM., les da una oportunidad real de encajar en el nuevo panorama político egipcio aunque tienen ante ellos la necesidad de ganarse una base social de la que ahora carecen.

Antecedentes y contexto histórico

El partido político al-Wasat al-Yadid nació en El Cairo el 10 de enero de 1996 como una nueva propuesta islamista de carácter pragmático y plural. La importancia de estu-diar más de cerca el fenómeno que supone la creación del partido al-Wasat reside en dos aspectos fundamentales. En primer lugar, demuestra una vez más que el islam polí-tico, como religión y modo de vida, no sólo contiene en sí mismo los mecanismos y herramientas que le permiten cambiar, evolucionar y adaptarse a nuevas circunstancias, sino que, de hecho, está en continua evolución. La experiencia histórica del islam políti-co ha mostrado que los movimientos de renovación son inherentes a su evolución. Los dos conceptos fundamentales del vocabulario islámico que sirven a los movimientos de renovación son taydid e islah. El primero suele traducirse por renovación y el segundo por reforma. La presencia de ambos conceptos demuestra que la tradición de renovación de la fe islámica ha existido siempre en la práctica de las comunidades musulmanas y

1 Sobre esta organización véase Gilbert Delanoue, s. v. «al-Ikhwān al-Muslimūn» [Los Hermanos Musulma-nes], en Encyclopaedia of Islam (ed. de P. Bearman, T. Bianquis, C. E. Bosworth, E. van Donzel y W. P. Hein-richs), 2.ª ed., vol. III, Leiden: Brill, 2011, pág. 1068, columna 2; Husam Tamam, Tahawwulat al-Ijwan al-Muslimun [Transformaciones de los Hermanos Musulmanes], El Cairo: Maktabat Madbuli, 2006; Xavier Ter-nisien, Los Hermanos Musulmanes (trad. de José Miguel Marcén), Barcelona: Bellaterra, 2007.

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refuerza la convicción de que la búsqueda de la renovación y la reforma son parte de la evolución histórica del islam. Tanto si se trata de movimientos fundamentalistas, como las revisiones wahabíes, o de movimientos modernizadores, como el iniciado por al-Afgani, se han desarrollado siempre con el objetivo de renovar la práctica islámica. En unas ocasiones se persigue la vuelta a la pureza de los primeros tiempos del islam; en otras, se pretende encontrar una vía más adecuada para combatir la debilidad moral de las sociedades. Pero en ambos casos muestra la capacidad de la interpretación islámica para hacer frente a nuevas situaciones y adaptarse a nuevas circunstancias.

En segundo lugar, al-Wasat constituye una alternativa, si bien modesta, a la organiza-ción de los HH. MM. El islam político en Egipto ha estado monopolizado por esta orga-nización desde su nacimiento en 1928. Es cierto que, dada su arraigada implantación social y su actuación en el escenario político, es un grupo al que resulta verdaderamente difícil hacer la competencia. No obstante, la máxima prioridad de al-Wasat fue siempre, durante quince años, conseguir la legalización como partido por parte de las autoridades por lo que, hasta que llegó ese momento, su margen de maniobra era muy limitado. Pero lo que constituye una diferencia importante es que el proyecto de al-Wasat es más abierto, más flexible y, quizás en un futuro, capaz de englobar las aspiraciones de un sector amplio de la población. Al-Wasat ha conseguido esquivar, con un discurso más modernizador, las objeciones que se suelen plantear al proyecto de los HH. MM. . Sus nociones sobre la creación de un Estado islámico, la aplicación de la Sharía (ley islámi-ca), el trato a las mujeres y a las minorías religiosas, entre otras cosas, hacen que el pro-yecto de al-Wasat pueda llegar a gozar de apoyo entre la población egipcia y, asimismo, quizás ser percibido desde el exterior, donde el miedo al islamismo está arraigado, como un grupo de referencias islámicas pero menos «islamista» y aceptable como actor políti-co reconocido. Ésta es una circunstancia a tener en cuenta ya que la comunidad inter-nacional ejerce una influencia, positiva o negativa, sobre la política interna de Egipto.

Por último, es interesante subrayar que el nacimiento del partido al-Wasat demuestra que, a pesar de las apariencias, sí existen diferencias en el seno de los HH. MM.: diferen-tes corrientes de pensamiento y diferentes generaciones que marchan por caminos se-parados. La organización de los HH. MM., que tanto se cuida de actuar como un bloque y de ser percibido como un grupo homogéneo, no puede negar que al-Wasat ha nacido en su interior y que, por lo tanto, existen diferencias de opinión internas, tanto ideoló-gicas como generacionales.

Por todas estas razones, que afectan a la política interna egipcia y a la evolución del is-lamismo egipcio, el estudio del partido al-Wasat tiene un interés justificado.

No obstante, sí habría que señalar que en el contexto egipcio existe un precedente interesante de mencionar. Nos referimos a Hizb al-‘Amal (Partido del Trabajo) y a la figura de ‘Adil Husayn, influyente activista y pensador egipcio. Si bien la trayectoria intelectual de ‘Adil Husayn no tiene nada que ver con la de Abu l-‘Ala Madi (fundador de al-Wasat), la teoría de un islam reformista y nacionalista que elaboró ‘Adil Husayn en el partido ‘Amal, y sobre todo a través del periódico al-Sha‘b, tiene elementos en común con lo que plantea al-Wasat. Según sus palabras, el partido «abogaba por la unidad ára-be, por la justicia social, por la independencia efectiva, pero todo ello expresado en el

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marco de la ideología islamista».2 Es muy interesante señalar que en las elecciones legislativas de 1987 el Partido del Trabajo y los HH. MM. concurrieron juntos en una «alianza islámica» y obtuvieron 64 escaños.3 Desde esta formación política se apoyó la formación del partido al-Wasat.

Al-Wasat al-Yadid, que ha logrado su legalización tras cinco intentos consecutivos (en 1996, 1998, 2004, 2009 y, finalmente, 2011), se presenta como un partido civil (hizb madani) con referencias islámicas. Los dos rasgos que definen con más claridad la natu-raleza de este grupo son: que se identifican principalmente como ciudadanos y que el programa que presenta es civil (madani) y no religioso.4 Al-Wasat constituye una inicia-tiva islamista que está a favor de las reformas democráticas, de la defensa de los dere-chos humanos, de la protección de los derechos de las mujeres y de la integración de los no musulmanes en el proyecto.

Al-Wasat ha elaborado su programa recurriendo tanto a las fuentes clásicas de teoría política islámica5 como al asesoramiento de importantes pensadores contemporáneos como Muhammad Salim al-‘Awwa6 y Tariq al-Bishri.7 Además, los miembros del parti-do están profundamente influidos por las obras de personalidades como el sheyj Yusuf al-Qaradawi,8 el sheyj Muhammad al-Gazali,9 Muhammad ‘Imara,10 Ahmad Kamal

2 François Burgat, El islamismo cara a cara (trad. de Juan Antonio Vivanco), Barcelona: Bellaterra, 1996, pág. 69. 3 Gema Martín Muñoz, Política y elecciones en el Egipto contemporáneo (1920-1990), Madrid: Agencia Española de Cooperación Internacional. Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe, 1992, págs. 400-435. 4 Abu l-‘Ala Madi, «A Model of Islamic Political Thinking in Egypt. Definition of Islamic Political Thinking», [Un modelo de pensamiento político islámico en Egipto. Definición de pensamiento político islámico] [en línea], ponencia presentada en el workshop Changing Knowledge and Authority in Islam [Cambiando el conocimiento y la autoridad en el islam], marzo de 2004, <http://www.alwasatparty.com/modules.php?name=News&file= article&sid=314>. [Consulta: 14/2/2011.] 5 Como por ejemplo a las obras de Abu l-Hasan al-Mawardi (972-1058), concretamente al-Ahkam al-sultaniyya wa-l-wilayat al-diniyya (Los fundamentos del poder y la autoridad divina). Sobre la teoría política islámica ver Gema Martín Muñoz, El Estado árabe. Crisis de legitimidad y contestación islamista, Barcelona, Bellaterra, 1999, págs. 23-68. 6 Nacido en Egipto en 1942. Abogado e intelectual islamista egipcio. Secretario general de la organización Egipto por la Cultura y el Diálogo y de la International Union for Muslim Scholars que dirige el sheyj Yusuf al-Qaradawi. Véase su página oficial: <http://www.el-awa.com/>. [Consulta: 14/2/2011.] 7 Nacido en El Cairo, 1933. Renombrado académico, jurista e historiador egipcio. Hasta su jubilación en 1998, fue vicepresidente del Consejo de Estado y presidente de la Asociación de Fatuas y Legislación. Véase Tariq al-Bishri, «al-Malamih al-‘amma li-l-fikr al-siyasi al-islami fi l-tarij al-mu‘asir» [Características generales del pensamiento político islámico en la historia contemporánea], en ‘Abd Allah al-Nafisi (ed.), al-Haraka al-islamiyya: ruya mustaqbaliyya. Awraq fi l-naqd al-dhati [El movimiento islamista: una visión de futuro. Documentos de autocrítica]. El Cairo: Maktabat Madbuli, 1989, pág. 149. Disponible en línea en <http://www.scribd.com/doc/4619437/alharakah-aleslamiah-royah-mostaqbaliah->. [Consulta: 14/2/2011.] 8 Célebre intelectual y sheyj egipcio, seguidor de Hasan al-Banna y teórico influyente en el pensamiento de los Hermanos Musulmanes, si bien independiente. Además de por su extensa producción bibliográfica, es cono-cido por su programa en el canal de televisión al-Yazira La Sharía y la vida y por ser cofundador de la página web <http://www.islamonline.net/>. Véase Elena Arigita Maza, El islam institucional en el Egipto contemporáneo, Granada: Universidad de Granada, 2005, pág. 275 y su página oficial: <http://www.qaradawi.net/>. [Consul-ta: 14/2/2011.] 9 Nacido en la provincia de al-Buhayra (Egipto) en 1917 y fallecido en Arabia Saudí en 1996. Fue uno de los más célebres hombres de religión de su tiempo, orador y teórico del islam. Considerado por muchos uno de los principales referentes sobre el pensamiento islamista de la segunda mitad del siglo XX. Fue miembro de los Hermanos Musulmanes hasta que fue expulsado por Hasan al-Hudaybi, segundo guía general, en 1953. Véase Malika Zeghal, Guardianes del islam. Los intelectuales tradicionales y el reto de la modernidad (trad. de Ana Herrera), Barcelona: Bellaterra, 1997, págs. 215-218. 10 Nacido en Kufr al-Sheyj (Egipto) en 1931. Intelectual, teórico político, ensayista y miembro de la Academia de Estudios Islámicos de al-Azhar. Seguidor contemporáneo de las ideas de al-Afgani y ‘Abduh. Según Nazih

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Abu l-Magd,11 Farid ‘Abd al-Jaliq12 o Fahmi Huwaydi.13 Estos intelectuales han sido englobados por algunos analistas en lo que se ha venido a llamar corriente centrista de pensamiento (wasatiyya). Todos ellos son figuras especializadas en fiqh (derecho islámi-co), en iytihad (interpretación de las fuentes islámicas) y, en general, en la renovación y reinterpretación del marco jurídico islámico. El trabajo de estos intelectuales tiene como objetivo definir el vínculo entre los valores inamovibles del islam y la siempre cambiante realidad, teniendo en cuenta dichos cambios y el desarrollo global del ser humano. Esta corriente intelectual comenzó a percibirse ya en los años ochenta, entre los periodistas, los profesionales agrupados en sindicatos y en la generación más joven de los HH. MM.

Según estos intelectuales, existen en el islam ciertos principios generales que el musulmán está obligado a acatar pero los detalles, los matices, deben ser definidos por los acadé-micos e intelectuales musulmanes según los cambios de espacio y tiempo. Los detalles del sistema político en un Estado islámico deben decidirlos los musulmanes de acuerdo con la naturaleza de la sociedad, de acuerdo con la circunstancia espacial y temporal.

Aparte de la influencia de esta corriente centrista de pensamiento, se dieron otras tres circunstancias que favorecieron la aparición de al-Wasat. En primer lugar, la politiza-ción de los sindicatos profesionales en Egipto.14 En los años noventa, los HH. MM. llegaron a dominar las juntas directivas electas de los colegios profesionales más im-portantes del país y fue allí donde la generación de los setenta (yil al-saba‘inat) co-menzó a ganar experiencia al tiempo que aumentaba su deseo de participar activamen-te en política. Comenzó así a darse un cambio en el seno de los HH. MM. dirigido por un grupo de jóvenes líderes, entre los que se encontraban Abu l-‘Ala Madi,15 ‘Isam al-

Ayubi, ‘Imara «es el más prolífico de los liberales islámicos […], afirma que el islam está en contra de imprimir un carácter religioso a la política o al Estado o de unificar las dos autoridades en una». Nazih Ayubi, El islam político: teorías, tradición y rupturas (trad. de Ana Herrera), Barcelona: Bellaterra, 1996, pág. 281. 11 Nacido en Asiut (Egipto) en 1930. Político, activista e intelectual islamista egipcio. Fue responsable del nacimiento de una de las organizaciones de jóvenes más importantes que conoció Egipto en los años sesenta y setenta, Munazhzhamat al-Shabab (Organización de los Jóvenes), de la que fue secretario general. Consecu-tivamente, ha sido abogado, juez, profesor de derecho en El Cairo y Kuwait, ministro de Información y Ju-ventud y, actualmente, vicepresidente de la Asamblea Nacional de Derechos Humanos. Consultar: <http://politicalislam.org/Articles/PI%20907%20Ahmad%20Kamal%20Abu%20al-Majd.pdf>. [Consulta: 14/2/2011.] 12 Nacido en al-Sharqiyya (Egipto) en 1915. Investigador, intelectual islamista y poeta egipcio. Compañero de Hasan al-Banna, excepcional testigo del siglo XX y de la trayectoria de los Hermanos Musulmanes. Ex miem-bro del Comité Fundacional de los Hermanos Musulmanes y del Gabinete de Orientación del guía general. En los años setenta fue el director de la Casa de los Libros y de la Casa de Documentos Nacionales, así como delegado del Ministerio de Cultura. Véase: Farid ‘Abd al-Jaliq, «Nahw muraya‘at al-maqulat wa-l-aliyyat» [Hacia una revisión de los discursos y los instrumentos], en ‘Abd Allah al-Nafisi (ed.), op. cit., pág. 311. 13 Escritor, periodista e intelectual egipcio. Uno de los referentes del pensamiento islamista contemporáneo. Durante un breve periodo, fue miembro de la organización de los Hermanos Musulmanes, lo que le costó dos años de prisión en época del presidente Naser, pero la abandonó pronto. Actualmente es miembro de la International Union for Muslim Scholars y colabora semanalmente en los periódicos al-Ahram (egipcio) y al-Sharq al-Awsat (saudí publicado en Londres) y diariamente en al-Dustur (egipcio). Véase su blog personal: <http://fahmyhoweidy.blogspot.com>. [Consulta: 14/2/2011.] 14 Sobre este período de los años noventa ver Gema Martín Muñoz, «L'Egypte dans l'échiquier arabe face au mouvement islamiste» [Egipto en el tablero árabe frente al movimiento islamista], Hérodote. Revue de géographie et géopolitique, núm. 77, 1995, págs. 142-174. Versión española: «Egipto, sistema político y marco regional», en Gemma Aubarell (ed.), Las políticas mediterráneas, Barcelona, Icaria, 2000, págs. 261-296. 15 Ex miembro de los Hermanos Musulmanes. Es una de las personalidades más importantes de al-Wasat y portavoz de sus fundadores. Tratamos su biografía detallada más adelante.

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‘Aryan,16 ‘Abd al-Mun‘im Abu l-Futuh17 o ‘Isam Sultan.18 Dentro de los colegios profe-sionales, las aspiraciones de estos jóvenes consiguieron un gran apoyo incluso de per-sonas que no simpatizaban necesariamente con los movimientos islamistas.

En segundo lugar, los HH. MM. se han caracterizado siempre por tener una estructura interna muy rígida y excluyente donde las decisiones son tomadas por un grupo muy limitado de personas. Por esto, muchos de sus miembros, especialmente los jóvenes, se sintieron marginados y alejados de la toma de decisiones y comenzaron a cuestionarse si la organización era realmente distinta del gobierno al que pretendían hacer frente. Hay que destacar que, finalmente, algunos de esos jóvenes líderes, como ‘Isam al-Arian o ‘Abd al-Mun‘im Abu l-Futuh, decidieron no abandonar los HH. MM., a pesar de su sim-patía por la iniciativa de al-Wasat, precisamente porque habían logrado introducirse en la jerarquía y en las instancias directivas de la organización.

En tercer lugar hay que tener también en cuenta la dureza de la campaña de acoso y hostigamiento lanzada por las fuerzas de seguridad egipcias en 1995 contra los HH. MM., justo antes de las elecciones legislativas de aquel año, lo que pudo tener como conse-cuencia una toma de conciencia entre algunos de sus miembros de la necesidad de apa-ciguar el enfrentamiento con el régimen.

Fue así como, precisamente en 1996, algunos miembros de los HH. MM. decidieron, finalmente, separarse de la organización islamista para fundar un partido político.

El pensamiento político de al-Wasat

Durante las dos últimas décadas, el escenario político árabe ha sido testigo del surgi-miento de diversos grupos y corrientes políticas islamistas que se presentan como fuer-zas «centristas». Concretamente, al-Wasat se identifica con la experiencia del partido Justicia y Desarrollo (PJD) de Marruecos y, especialmente, con el partido Justicia y Desarrollo (PJD) turco. Asimismo, se ven respecto a los HH. MM. como el PJD marroquí respecto al mo-vimiento al-‘Adl wa-l-Ihsan y como el PJD turco respecto al Partido del Bienestar que le pre-cedió. En este sentido, al-Wasat está también participando en la elaboración de un pensa-miento que define de manera moderna y democrática la relación entre religión y Estado.

El partido al-Wasat al-Yadid nace, según su programa, con la vocación de desarrollar la nación y hacer progresar a la sociedad egipcia basándose en dos ideas fundamentales: por una parte, una interacción positiva con el resto del mundo, teniendo siempre en

16 Nacido en El Cairo en 1954. Médico de carrera y licenciado también en Sharía y derecho por la Universidad de al-Azhar. Miembro de los Hermanos Musulmanes y diputado del Parlamento egipcio (Maylis al-Sha‘b) entre 1987 y 1990. Es miembro fundador de la Conferencia Islámica Nacional y de la Organización Egipcia de Derechos Humanos. Actualmente es responsable del Gabinete Político de los Hermanos Musulmanes. Véase la entrevista publicada en la página web de al-Yazira <http://www.aljazeera.net/NR/exeres/AC2D6CBF-D154-49A4-ACAD-6706CFA1AB41.htm>. [Consulta: 18/8/2008.] 17 Médico y destacado líder estudiantil en los años setenta. Es considerado uno de los miembros más apertu-ristas de los Hermanos Musulmanes y actualmente forma parte del Gabinete del guía general. Véase Xavier Ternisien, op. cit, págs. 55-58. 18 Abogado y uno de los dirigentes del partido al-Wasat. También es miembro de la asociación Egipto por la Cultura y el Diálogo. Es conocido por haber acusado públicamente a responsables del Estado de recibir so-bornos y de corrupción. Consultar la biografía más adelante.

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cuenta los cambios que acontecen en él, intentando beneficiarse de los logros de la civi-lización humana y del desarrollo industrial; por otra, preservar y proteger los valores de la civilización árabo-islámica, especialmente las especificidades culturales. Para los miembros de al-Wasat, interactuar con el mundo no significa, en ningún caso, renunciar a su personalidad específica.

Al-Wasat se presenta como representante de un sector de la sociedad egipcia que busca el progreso y el bienestar al tiempo que mantiene y conserva los valores y los principios de la nación islámica (umma). El programa político de al-Wasat se caracteriza por la re-novación y la flexibilidad, por una parte, y la preservación de los valores nacionales, islámicos y de ciudadanía, por otro.

Conviene matizar lo que al-Wasat entiende por centro. El concepto de centrismo (wasa-tiyya), como explican los miembros del partido, no indica la idea de «un punto intermedio entre dos extremos», no consiste en «conceptos derivados del consenso» o en alcanzar un «punto medio de cruce entre dos caminos».19 El centro, en el proyecto político islámico de este partido, no se entiende, como en el pensamiento político occidental, como un punto entre la derecha capitalista y la izquierda socialista. En el islam político, el islam centrista es el islam correcto o «moderado».20

La idea de crear el partido al-Wasat fue, por lo tanto, el resultado de la evolución inte-lectual y las experiencias prácticas de un grupo de jóvenes pertenecientes a la corriente islamista egipcia que se dieron cuenta de que era necesario desarrollar un partido políti-co civil que fuera capaz de trasladar a la realidad el proyecto político árabo-islámico. Estas personas ya se habían implicado en los movimientos estudiantiles de los años se-tenta y en las organizaciones sindicales en los ochenta y mediados de los noventa. Tam-bién habían pasado por las asambleas municipales y habían participado en el trabajo parlamentario, con lo que habían adquirido y acumulado cierta experiencia que intensifi-caba su deseo de pasar a la acción política, algo que se convirtió en su máxima prioridad.

El programa del partido al-Wasat al-Yadid21 está dividido en seis ejes: político, econó-mico, social, cultural, reforma ética y política exterior, cuyas líneas generales intentare-mos resumir, deteniéndonos particularmente lo relativo al islam, la Sharía y las institu-ciones religiosas dentro del programa.

El objetivo principal en todos los ámbitos es lo que los fundadores de al-Wasat deno-minan la «autorreforma» (al-islah al-dhati). En este sentido, los puntos clave son: una estricta separación entre el trabajo político y la labor de predicación religiosa (da‘wa); tomar siempre la ciudadanía como nexo fundamental de unión entre los ciudadanos; y lograr una alternancia política real.

19 Al-Wasat fi kalimatayn [al-Wasat en dos palabras], s. l.: s. n., s. d. 20 Esta afirmación hace referencia a una cita coránica que reza: «Hemos hecho así de vosotros una comunidad moderada» (ummatan wasatan), el Corán, 2:143; v. El Corán (ed. y trad. de Julio Cortés), 3.ª ed., Barcelona: Her-der, 1986, pág. 98. 21 Mientras no se especifique lo contrario, los entrecomillados de este apartado remitirán siempre a ideas extraídas literalmente del programa que el partido presentó en su tercer intento. Ya no se puede consultar en internet puesto que ha sido sustituido por el que redactaron para presentar por cuarta vez, si bien los cambios no son significativos. El cuarto programa puede consultarse en árabe en su página web: <http://www.alwasatparty.com/>.

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En el campo de la política interior, el partido no hace sino aspirar a desarrollar las cues-tiones más elementales y básicas de una democracia: el pueblo como fuente de poder, la igualdad de todos los ciudadanos, la separación de los tres poderes o la alternancia pací-fica en el poder mediante elecciones libres y transparentes. Para alcanzar estos objeti-vos, al-Wasat se impone como prioridad luchar contra la extendida corrupción, prote-ger las libertades y los derechos de los ciudadanos, eliminar los tribunales y las leyes de excepción y suspender el estado de emergencia, en vigor desde 1981, tras el asesinato del presidente Sadat. La introducción del concepto de ciudadanía y la importancia que se le concede es uno de los puntos más significativos de la ideología del partido al-Wasat. Es significativa la propuesta de que sea la ciudadanía, y no la religión, el nexo de unión entre todos los egipcios. Evidentemente, esta premisa abre la puerta a la integra-ción de los coptos, y a miembros de otras confesiones, y sitúa a este partido a favor, por ejemplo, de que el cargo de presidente de la República pueda ser ocupado por cualquier egipcio, independientemente de su religión. En una entrevista publicada en el Arab Re-form Bulletin de la Fundación Carnegie, Abu l-‘Ala Madi aseguró «apoyar la prohibición estipulada en la Constitución que impide la creación de partidos políticos de base reli-giosa» y añade: «El problema reside en la definición de partido religioso. La definición que tengo en mente es la de un partido cuyos miembros pertenezcan a una sola religión o que estén a favor de un gobierno teocrático. La base de cualquier partido debe ser la ciudadanía […]. Nuestro partido da la bienvenida a los egipcios cristianos […]».22

En cuanto a las cuestiones económicas, al-Wasat tiene como objetivo «luchar contra la corrupción y el desempleo», identificados como graves problemas nacionales. El parti-do aspira a desarrollar y modernizar el papel del Estado a fin de que proteja los dere-chos de los trabajadores y los consumidores, se encargue de la explotación de los recur-sos nacionales, organice la recaudación de impuestos de manera eficaz y modernice el sistema de aduanas. También considera necesario «crear tribunales específicos para las cuestiones económicas, así como comités y comisiones independientes que supervisen las leyes y las decisiones que se tomen en este sector». Por último, considera fundamen-tal que Egipto se integre en la economía regional e internacional, fomentando y desarro-llando la cooperación con el resto de países árabes.

En el plano social, los objetivos de al-Wasat se centran en la «reforma del sistema edu-cativo a todos los niveles», tanto universitario como preuniversitario, aunque la absoluta prioridad del partido al-Wasat es la educación básica, ya que la considera una herra-mienta fundamental para acabar con el analfabetismo. «Esta reforma debería afectar no sólo a la infraestructura y el equipamiento de los centros, que deben modernizar sus instalaciones y dotarse de materiales nuevos, sino también a la preparación del profeso-rado y a la mejora de sus salarios.» La mayoría de los profesores de educación básica y secundaria se ven obligados a impartir clases particulares, con las que ganan más dinero que en los propios colegios. Así, es habitual que los maestros descuiden su trabajo en las escuelas y los alumnos que no pueden permitirse pagar clases privadas se ven tre-mendamente perjudicados. No olvida el partido la necesidad de alcanzar la justicia so-cial, intentando que la brecha entre la clase media y la paupérrima clase baja se vaya haciendo cada vez más estrecha. Así mismo, también propone ampliar y modernizar la red de cobertura sanitaria.

22 Entrevista completa en <http://www.carnegieendowment.org/files/Madi.pdf>. [Consulta: 20/6/2008.]

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El concepto de reforma ética es uno de los rasgos fundamentales del partido y afirma que «debe basarse en los valores y los principios de la religión islámica». En este amplio sentido, la reforma ética consiste en la evaluación y corrección del comportamiento humano, que requiere, para poder llevarse a cabo, un entorno favorable, leyes justas e instituciones eficaces. Consideran que:

[…] la reforma ética es la respuesta lógica a la descomposición social que, según dicen, se está produciendo en la sociedad y que puede verse en la creciente hipocresía y en la mentira que dominan todos los ámbitos, en los sobornos y el favoritismo que actúa por doquier, la ne-gligencia, el poco interés por la participación y por lo que pasa en el mundo, la apatía, la ten-dencia cada vez mayor al materialismo y al consumismo, el aumento de los índices de crimi-nalidad y violencia, el mal entendimiento del interés general, la disminución de la capacidad —y del deseo— del ciudadano de realizar un trabajo productivo, el desequilibrio en la balan-za de la justicia […].

Además, el partido considera que los medios de comunicación, egipcios y extranjeros, tienen un discurso muy débil respecto a los contenidos ético-morales. Dado el gran poder que constituyen los medios de comunicación, deberían ayudar a crear una con-ciencia ética y comprometida que sirva a los intereses de la reforma en todos los ámbi-tos: político, económico y jurídico, evitando al mismo tiempo desviarse de los orígenes y de los presupuestos sociales y religiosos.

En el ámbito de la política exterior y las relaciones internacionales, el programa se cen-tra en la «unidad del género humano» (al-wahda al-insaniyya) y en la «unidad de la reli-gión» (wahdat al-din). Por una parte, la concepción que el partido tiene del mundo se basa en que la humanidad está dividida en pueblos que deben conocerse y no separarse; cooperar y no rivalizar. Por otra, confirma que «el islam considera legítimos a todos los profetas que han sido enviados, en definitiva, por el mismo Dios, a todos los fieles que creen en el mismo Dios, a todos los libros revelados por el mismo Dios». Su visión re-chaza toda fuente de diferencia, adversidad y lucha entre las gentes de cualquier religión y llama a abrir la puerta de la cooperación activa. Las relaciones internacionales deben basarse en la justicia, la igualdad, la libertad, el compromiso con los acuerdos alcanza-dos, la seguridad, la credibilidad, la cooperación, la ayuda mutua y el trabajo conjunto.

Evidentemente, el conflicto palestino-israelí es una de las preocupaciones fundamenta-les del partido pues considera que se trata de una cuestión que afecta a la seguridad na-cional de Egipto y del mundo árabe, una cuestión de liberación nacional y de derechos humanos. «Esta lucha ha sido y sigue siendo uno de los ejes fundamentales de las rela-ciones exteriores de Egipto pues se trata de una ocupación ilegal del territorio palestino y constituye una de las claves para la estabilidad de la región». Así, el partido confirma el «pleno derecho del pueblo palestino a resistir a la ocupación por todos los medios, in-cluso mediante la lucha armada, puesto que considera que se trata de una resistencia legítima contemplada en todos los tratados internacionales».

Otra de las cuestiones a la que dedican un apartado especial es la relación con Occiden-te. En este sentido, el programa del partido explica que existen dos corrientes: el recha-zo total y el clientelismo. Al-Wasat asegura que se encuentra dentro de una tercera vía que considera que la interacción con Occidente no debe seguir ninguno de los caminos anteriores sino que debe saber aprovechar de él lo que es beneficioso y rechazar lo que es perjudicial. Es evidente que Occidente posee un conocimiento, una civilización y una experiencia de la que se puede obtener beneficios. Además, no hay que olvidar que

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muchos de los logros alcanzados por Occidente son herencia de lo aportado por otras civilizaciones, entre ellas la árabo-islámica, por lo que sería igual de legítimo que ahora, la civilización árabo-islámica heredara también de Occidente los avances científicos, académicos, intelectuales etc. que pueden suponer una aportación importante para su evolución.

Sobre el papel del islam, la Sharía y las instituciones religiosas

El camino hacia la «autorreforma» se basa en los valores de la civilización árabo-islámica y en las especificidades culturales que se derivan, en gran medida, del contexto religioso de los egipcios, tanto musulmanes como cristianos. Al-Wasat considera que «en Egipto el referente islámico ocupa un lugar primordial puesto que, para los musul-manes, se trata de la religión que profesan y, para los no musulmanes, se trata de un marco-referencia de la civilización que caracteriza a su país y a cuya sombra han surgido sus pensadores, sus sabios, sus líderes». Por todo esto, aspirar, por medios democráti-cos, a la aplicación del artículo 2 de la Constitución egipcia, que estipula que la Sharía es la fuente principal de la legislación,23 será uno de los objetivos fundamentales que el partido contará entre sus prioridades.

Los fundadores de al-Wasat consideran que una correcta aplicación de la Sharía facili-taría la transición hacia la modernidad. Según Abu l-‘Ala Madi, «la Sharía es una colec-ción de “principios-guía” que deben ser sometidos a iytihad para, interpretándolos li-bremente, poder adaptarlos a un mundo que está en constante cambio».24 Como partido islamista, mantienen el referente de la legitimidad islámica de la ley pero ade-cuando su interpretación a las necesidades actuales de los ciudadanos. No deja de ser interesante que, defendiendo la existencia de ese referente islámico, este partido cuente con el apoyo de algunas personalidades coptas.

Siendo esto así, al-Wasat afirma que para la correcta aplicación de la Sharía sería necesa-rio primero adecuar este código a todos los aspectos de la vida para poder así impulsar al país hacia adelante, acelerar el desarrollo y favorecer el progreso. Pero el partido in-siste en que «los presupuestos de la Sharía son susceptibles de ser aceptados o rechaza-dos, criticados o revisados y pueden cambiar o mostrarse distintos de un tiempo a otro o de un lugar a otro». El islam contiene en sí mismo todos los mecanismos necesarios para desarrollarse y adecuarse a las circunstancias de cada momento. Es decir, se expre-san en la línea de lo defendido, por ejemplo, por al-Sadeq al-Mahdi25 en su artículo «Is-lam-Society and Change» en el que explica:

23 Para consultar la Constitución egipcia en árabe véase: <http://www.egypt.gov.eg/arabic/laws/constitution/ default.aspx>. [Consulta: 14/2/2010.] 24 Véase Joshua A. Stacher, «Post-Islamist Rumblings in Egypt: the Emergence of the Wasat Party» [Murmu- llos posislamistas en Egipto: la emergencia del partido al-Wasat], The Middle East Journal, vol. 56, núm. 3 (vera-no de 2002), págs. 415-432; reproducido en <http://www.personal.kent.edu/~jstacher/docs/ Stacher,%20Post-Islamism.pdf>. [Consulta: 14/2/2010.] Véase también Abu l-‘Ala Madi, «A Model of Islamic Political Thinking in Egypt. Definition of Islamic Political Thinking», cit. 25 Nacido en Omdurman en 1935. Ex primer ministro sudanés, líder del partido al-Umma y destacado miem-bro de Ansar al-Mahdi, la mayor orden sufí de Sudán. Entre 1986 y 1989 dirigió el último gobierno elegido democráticamente, antes de ser derrocado por un golpe de Estado. Véase Rafael Ortega Rodrigo, El islam político en Sudán. Una propuesta fallida de internacional islamista, Granada: Universidad de Granada, 2004, págs. 45 y ss., así

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Incluso las órdenes más específicas, las que han sido explícitamente especificadas en los tex-tos sagrados, dependen de una serie de condiciones que permiten un alto grado de flexibili-dad […]. Los medios utilizados por los expertos juristas para extraer leyes del Corán y la Sunna ofrecen grandes posibilidades para el cambio y la evolución. Por ejemplo, el iyma‘ (consenso) permite que las corrientes de opinión pública dominantes influyan en la legisla-ción; el qiyas (analogía) permite ampliar los horizontes de (la aplicación de) una ley basándose en la analogía; el istihsan (preferencia) hace posible que las consideraciones racionales anulen las textuales; el istislah (utilidad) hace posible que las consideraciones de utilidad tengan un cierto peso en la balanza; etcétera […].26

El principal objetivo que se persigue con la aplicación de la Sharía es alcanzar una vida mejor para todos los ciudadanos egipcios. La Sharía no debe considerarse un simple texto que deba ser aplicado por los gobernantes sino un conjunto de valores y criterios de referencia a los que recurren los ciudadanos, incluso aunque el Estado no intervenga, y que pueden ayudar a los egipcios a conocer y alcanzar sus derechos.

En el ámbito de la política interior, el partido confirma rotundamente la libertad de culto. Todas las religiones reveladas (samawiyya) deben tener libertad para existir, mani-festarse, hacerse visibles y desarrollar sus ceremonias.

Uno de los puntos fundamentales en los que insiste el partido es en la necesidad de trabajar para conseguir la independencia de al-Azhar,27 tanto económica como adminis-trativamente, de la burocracia del Estado. Al-Wasat considera imprescindible llevar a cabo un proceso de reforma interna y fortalecer el papel que desempeña esta institución en el desarrollo de un pensamiento moderado, manteniendo su labor en la difusión, predicación y enseñanza, a nivel regional e internacional.

En el plano económico, el partido al-Wasat considera que la recaudación del principio religioso de la limosna (zakat) debe ser administrada por una organización civil y garan-tizar un nivel de vida mínimo a los más necesitados. Este impuesto puede utilizarse tam-bién para subvencionar pequeños proyectos, ayudar a solucionar el problema del paro y de la creciente pobreza. Por otra parte, sería necesario fomentar y mejorar la administra-ción de los bienes waqf,28 que son la base económica de las organizaciones civiles que eje-cutan pequeños proyectos de desarrollo, así como promover la donación de la limosna voluntaria, no reglamentada (sadaqa), intentando renovar la cultura de las donaciones y del trabajo voluntario insertando estas nociones en todas las etapas de la enseñanza.

La reforma interna de las instituciones religiosas y del discurso religioso también debe realizarse éticamente:

como la entrevista publicada por el semanario egipcio Al-Ahram Weekly: Gamal Nkrumah, «Sadig Al-Mahdi: The comeback king» [en línea], Al-Ahram Weekly On-Line, núm. 699, 21 de julio de 2004, <http://weekly.ahram.org.eg/2004/699/profile.htm>. [Consulta: 14/2/2010.] 26 Al-Sadiq al-Mahdi, «Islam—Society and Change» [Islam: sociedad y cambio], En John L. Esposito (ed.), Voices of resurgent Islam [Voces del islam renaciente], Nueva York: Oxford University Press, 1983, págs. 230-240. 27 Al-Azhar es la universidad más antigua del mundo y ha funcionado sin interrupción desde su fundación en 975, durante el periodo fatimí –de tradición chií— de Egipto. Transformada en universidad sunní por la dinastía ayyubí de Saladino, ha sido tradicionalmente considerada la máxima referencia de la autoridad del islam sunní. Véase J. Jomier, s. v. «al-Azhar (al-Djāmiʿ al-Azhar)», en Encyclopaedia of Islam (ed. de P. Bearman, Th. Bianquis, C. E. Bosworth, E. van Donzel y W. P. Heinrichs), 2.ª ed., Leiden: Brill, 2011, vol. I, pág. 813, columna 2. 28 Bienes cuyo usufructo se dedica a obras piadosas, tales como construcción de escuelas, mezquitas, hospita-les, etc. Véase Felipe Maíllo Salgado, Diccionario de derecho islámico, Gijón: Trea, 2005, págs. 448-452.

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Ahora más que nunca, es necesaria una reforma de las líneas de actuación, una renovación de los contenidos, la eliminación de los conceptos erróneos y del aislamiento, con el objetivo de adaptarse a los cambios de la realidad, reactivar el papel del discurso religioso en la resolu-ción de los problemas que padece la sociedad, especialmente el sector de los jóvenes. Esta renovación debe reflejarse de forma positiva en las instituciones religiosas, al-Azhar y tam-bién la Iglesia.

En el plano de la política exterior, confirman que el islam niega toda legitimidad a cual-quier incitación a la confrontación por razón de color, raza o sexo y, por lo tanto, re-chaza las guerras que toman estas cuestiones como justificación. La idea de la unidad de la religión impide que se tome la confesión religiosa como justificación de la rivalidad y la lucha entre las gentes de cualquier credo e invita a abrir la puerta de la cooperación activa.

Por último, respecto a la relación con Occidente, este partido considera que la esencia de la religión es la cooperación y la convivencia, por lo tanto, no suscriben en modo alguno la teoría del choque de civilizaciones. Por el contrario, se identifican con esas corrientes que, tanto en el mundo árabe como en el occidental, rechazan rotundamente esta idea e invitan a la cooperación de las civilizaciones y a su conocimiento mutuo.

La creación del partido al-Wasat

«Después de estar durante diez años intentando, en vano, una reforma interna de la organización de los HH. MM.»29 este grupo de miembros de la organización se decidió a crear su propio partido. El 10 de enero de 1996, el ingeniero Abu l-‘Ala Madi anunció que abandonaba la organización de los HH. MM. y que se disponía a presentar la solici-tud para la creación de un nuevo partido bajo el nombre de partido al-Wasat.

Sería muy largo explicar cada paso que ha dado al-Wasat y cómo ha superado todos los obstáculos que las autoridades han interpuesto en su camino.30 Baste decir que han presentado su solicitud cinco veces, cumpliendo siempre con las exigencias legales necesarias y que no han logrado su legalización hasta el cambio de régimen que so-brevino tras la llamada «revolución del 25 de enero». En el último intento, el 19 de febrero de 2011, no introdujeron cambios en sus listas ni en su programa puesto que se daba por hecho que la Comisión de Partidos31 ya podría tomar una decisión verda-deramente independiente no sometida a los condicionantes políticos que imponía el régimen de Husni Mubarak.

Desde el principio, la solicitud fue recibida en los medios políticos con gran escepticismo dado que se temía que fuera una tapadera política de los HH. MM. y, antes incluso de dar su primera respuesta, la Comisión de Partidos advirtió de que «a los HH. MM. no se les iba

29 Jürgen Stryjak, «Hizb al-Wasat: dimuqratiyya wa-ta‘addudiyya islamiyya» [El partido al-Wasat: democracia y pluralidad islámica] [en línea], Qantara.de, <http://www.qantara.de/webcom/show_article.php/_c-579/_nr-8/i.html>. [Consulta: 24/1/2008.] 30 Véase el breve repaso de la historia de la fundación de al-Wasat en la página del partido: «Nubdha tarijiyya» [Notas históricas] [en línea], <http://www.alwasatparty.com/modules.php?name=Content&pa= showpage&pid=6>. [Consulta: 4/3/2011]. 31 Este órgano, creado en 1977, es el encargado de permitir o impedir la creación de nuevos partidos y está formado, en su mayoría, por miembros del partido gobernante, el Partido Nacional Democrático. Los recur-sos que se presentan contra las decisiones de la Comisión son remitidos al Tribunal de Partidos.

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a conceder la autorización para crear un partido»32, trasluciéndose aquí la interpretación que el gobierno egipcio hacía de al-Wasat considerándolo el resultado de una estrategia de la organización de los HH. MM. para lograr la legalización. Esta primera advertencia de la Comisión provocó que algunos, decepcionados, regresaran de nuevo al seno de los HH. MM. lo que tuvo como consecuencia que la solicitud de al-Wasat fuera rechazada porque ya no contaba con el mínimo de cincuenta fundadores necesarios.

Unos días después, Abu l-‘Ala Madi presentó un nuevo proyecto con un nuevo pro-grama político y con un nuevo nombre también: al-Wasat al-Misri (el Centro Egipcio). A pesar de que en esta ocasión se presentaban de manera más clara y tajante como un partido independiente de los HH. MM., el proyecto fue nuevamente rechazado por la Comisión de Partidos y por el Tribunal de Partidos con la argumentación de que su programa «no añadía nada nuevo respecto a los anteriores».33

En este momento empezaron a desarrollar una estrategia de acción pública mediante la creación, en abril de 2000, de una ONG llamada Egipto por la Cultura y el Diálogo (Misr li-l-Thaqafa wa-l-Hiwar) bajo cuyo paraguas comenzaron a actuar gran número de miembros de al-Wasat y otros intelectuales ideológicamente próximos.

Pasaron seis años hasta que cristalizó el siguiente proyecto, bajo el nombre al-Wasat al-Yadid (El Nuevo Centro) que contaba, además, con el apoyo de importantes personali-dades, como el intelectual ‘Abd al-Wahhab al-Masiri,34 así como numerosos profesores universitarios, jueces, abogados, empresarios… Una vez más, la Comisión de Partidos rechazó la solicitud alegando que el nuevo programa «no se diferenciaba del proyecto anterior».35 Cabe señalar que tras esta tercera negativa al-Wasat presentó un recurso ante el Tribunal de Partidos del Consejo de Estado, que ordenó la elaboración de un informe por parte de un Comité de Delegados del Estado. Dicho comité, presidido por el vicepresidente del Consejo de Estado, el copto Farid Nazih Tanagu, dispuso que se anulara la decisión de la Comisión de Partidos puesto que consideró que el programa de al-Wasat al-Yadid encajaba perfectamente con el resto de partidos legales.

Los abogados del gobierno exigieron que se volviera a elaborar el informe mientras el Tribunal aplazaba su sentencia varias veces hasta junio de 2006 y, finalmente, a princi-pios de 2007, su solicitud fue de nuevo rechazada.

En mayo de 2008, Abu l-‘Ala Madi anunció su intención de volver a presentar, por cuarta vez, los papeles necesarios para la creación del partido36 y explicó que habían introducido las modificaciones pertinentes derivadas de las últimas enmiendas constitu-cionales37 que, entre otras cosas, elevaban el número de firmas necesarias para la crea-

32 Joshua A. Stacher, art. cit. 33 Ibídem. 34 1938-2008. Tratamos su biografía más adelante. 35 «Nubdha tarijiyya», cit. 36 Declaraciones de Abu l-‘Ala Madi a Islamonline.net. El diario egipcio al-Badil informó, el 21 de junio de 2008, de que el partido había presentado finalmente su nuevo programa ante la Comisión de Partidos. 37 El Parlamento egipcio aprobó en marzo de 2007 una serie de enmiendas constitucionales que, a simple vista, parecían favorecer el proceso democrático en el país. No obstante, lo que se conseguía era limitar aún más el margen de maniobra de los partidos políticos y concentrar el poder en manos del poder ejecutivo y del partido en el gobierno. Para un análisis detallado de dichas enmiendas, véase Nathan J. Brown, Michele Dun-ne y Amr Hamzawi, Egypt's Controversial Constitutional Amendments [Las controvertidas enmiendas constitucio-

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ción de un partido de cincuenta a mil, repartidas en al menos diez provincias diferentes y no pudiendo ser menos de cincuenta por cada una de ellas. Según Madi, este aumento en el número de firmas requeridas constituía un obstáculo muy difícil de salvar, espe-cialmente teniendo en cuenta las campañas de intimidación que llevan a cabo las fuerzas de seguridad contra quienes desean prestar su apoyo al nuevo grupo.38 A pesar de todos los obstáculos administrativos y burocráticos, al-Wasat consiguió recolectar las firmas necesarias pero, según declaraciones de Abu l-‘Ala Madi,39 el mayor obstáculo que im-pide a la Comisión de Partidos dar el visto bueno al nuevo grupo es su estrecha relación con los Hermanos Musulmanes, relación de la que se hablará más adelante.

El partido llevó a cabo una revisión del programa y realizó alguna modificación aun-que, en realidad, superficial. Fue básicamente en el eje económico donde se centraron los cambios que, según Abu l-‘Ala Madi, se introdujeron debido al empeoramiento de la situación económica de los ciudadanos egipcios, que padecen un desproporcionado aumento de los precios. Respecto al apartado relativo a la Sharía como fuente de la legislación, Madi considera que esto no supone un problema puesto que no se trata sino de aplicar el artículo 2 de la Constitución y argumenta que otros partidos total-mente legales también incluyen este apartado en su programa, como el partido al-Tagammu‘ al-Watani al-Taqaddumi al-Wahdawi (Agrupación Nacional Progresista Unionista).40

En 2007, otros diez partidos además de al-Wasat, de diversas corrientes ideológicas, recibieron también la misma respuesta negativa.41 Todo ello demostraba que no se trataba sólo de al-Wasat sino de una resistencia considerable a abrir el marco pluripar-tidista egipcio.

En diciembre de 2010, preguntado sobre si, tras quince años de trabajo, no consideraba que el partido se encontraba «en un callejón sin salida», Madi respondió: «Todo el país se encuentra en un callejón sin salida. Cuando Egipto avance democráticamente, al-Wasat no tendrá ningún problema legal».42 Y parece que el tiempo le ha dado la razón.

Hay que señalar aquí que, a día 22 de febrero de 2011, también los HH. MM. han anunciado su intención de presentar la solicitud para la creación de un partido políti-co, que podría llamarse Libertad y Justicia. Es de esperar que, una vez derrocado Mu-barak, sean varios los partidos que puedan obtener la legalización sin las dificultades anteriores.

nales de Egipto] [en línea], Carnegie Endowment, 23 de marzo de 2007, <http://www.carnegieendowment.org/ files/egypt_constitution_webcommentary01.pdf>. [Consulta: 14/2/2011.] 38 A modo de ejemplo, Madi relató que en la ciudad de Edfú al sur del país, los cuerpos de seguridad interro-garon a diez personas después de que éstas firmaran los papeles de apoyo a la creación del partido. 39 Nathan J. Brown, Michele Dunne y Amr Hamzawi, art. cit. 40 Véanse las declaraciones de Madi en el artículo de Hamdi al-Husayni «Li-l-marra al-rabi‘a… al-Wasat al-misri yas‘a al-i‘tiraf rasmi» [Por cuarta vez, el egipcio al-Wasat busca el reconocimiento oficial] [en línea], IslamOnline, <http://www.islamonline.net/servlet/Satellite?c=ArticleA_C&cid=1209357460401&pagename= Zone-Arabic-News/NWALayout>. [Consulta: 14/2/2011.] 41 Consultar la noticia en <http://yatimdepute.jeeran.com/archive/2007/1/139799.html>. [Consulta: 14/2/2011.] 42 Entrevista personal con Abu l-‘Ala Madi realizada por mí en El Cairo el 4 de diciembre de 2010, en la sede del partido al-Wasat.

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Algunos de sus fundadores

Abu l-‘Ala Madi: el ideólogo

Nació en Minia (Egipto) en abril de 1958. Estudió en la Facultad de Ingeniería de Minia y obtuvo la licenciatura en ingeniería mecánica. En 1977 comenzó su relación con las organizaciones estudiantiles y participó en los campamentos de estudiantes que organi-zaba el movimiento islamista universitario. En ese mismo año fue elegido presidente de la Unión de Estudiantes de Ingeniería de Minia y, después, de la Unión General de Es-tudiantes de dicha universidad. Para finales de 1977, el movimiento islamista de estu-diantes había ganado las elecciones de las uniones estudiantiles en ocho de doce univer-sidades. En octubre de 1978 alcanzó el puesto de vicepresidente de la Unión de Estudiantes Egipcios. Cuando comenzaron los enfrentamientos con el régimen del pre-sidente Sadat en 1979 —por diversas razones: entre ellas, la concesión de asilo político al sha de Irán o la firma del acuerdo de paz con Israel— muchos dirigentes estudiantiles fueron detenidos, entre ellos, Abu l-‘Ala Madi.

Su estancia en la cárcel (1979-1983) le sirvió para reflexionar y debatir, junto con otros de sus compañeros, el futuro del movimiento islamista y la estrategia a seguir. Las cues-tiones principales que se planteaban eran ¿cuál iba a ser su postura en el futuro? ¿Se transformaría el movimiento de estudiantes en un movimiento popular?43 En realidad, esta última cuestión se decidió por sí sola: a medida que se estrechaba el cerco de las fuerzas de seguridad en torno a las universidades y a las uniones de estudiantes, los líde-res de dichos movimientos tuvieron que buscar otros espacios para desarrollar su traba-jo. Así, se trasladaron a las mezquitas donde empezaron a llamar la atención de muchas otras personas fuera del ámbito estudiantil. La transformación había ocurrido sin que sus líderes se lo propusieran. Pero aún quedaba una cuestión por resolver. Esta corrien-te del movimiento islamista existía pero no estaba organizada, entonces ¿cómo iban a estructurarse? ¿Crearían una nueva organización? ¿Debían integrarse en algún grupo islamista ya existente? La idea de crear una organización que contara con un brazo arma-do pasó por la cabeza de algunos de ellos, como por ejemplo Karam Zuhdi,44 pero fue inmediata y tajantemente rechazada por la mayoría del grupo. Así fue como empezaron a pensar en la posibilidad de integrarse en los HH. MM. ya que, a pesar de que tenían ciertos reparos y objeciones, sabían que era la única alternativa pacífica, moderada y más ade-cuada en aquel momento. Sus dudas se disiparon cuando otros dirigentes estudiantiles de El Cairo y otras zonas del norte del país, como el influyente ‘Abd al-Mun‘im Abu l-Futuh, se decidieron a entrar en la organización de los HH. MM. . Fue así como, estando todavía en la cárcel en 1980, decidió, por fin, integrarse en la organización islamista.

43 Abu l-‘Ala Madi, «Hikayati ma‘a al-Ijwan wa qissat al-Wasat» [Mi historia con los Hermanos Musulmanes y el relato sobre al-Wasat], [en línea], al-Misriyun, <http://www.almesryoon.com/news.aspx?id=9998>. [Con-sulta: 14/2/2011]. 44 Célebre líder de al-Gama‘a al-Islamiyya y presidente de su Consejo de Shura. Fue encarcelado en 1981, tras el asesinato del presidente Sadat y liberado en 2003. Durante los 22 años que pasó en prisión llevó a cabo una revisión de los principios de su organización, renunciando al recurso a la violencia y a la lucha contra el Esta-do. Además pidió perdón a las víctimas y a los afectados por sus atentados. Véase Hala Mustafa, al-Islam al-siyasi fi Misr [El islam político en Egipto], El Cairo: Markaz al-Dirasat al-Siyasiyya wa-l-Istratiyiyya, 1992, pág. 160. Se puede consultar la página oficial de la organización: <http://www.egyig.com/> y una breve biografía de Zuhdi en <http://www.egyig.com/about/6-1.shtml>. [Consulta: 14/2/2011.]

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Una vez fuera de la cárcel y dada su gran capacidad de movilización y su activismo en-tusiasta, fue propuesto para presentar su candidatura a la Asamblea del Pueblo —el Parlamento— en 1987 pero no pudo porque no alcanzaba la edad requerida de 30 años. Unos años después, en 1996, decidió escindirse de los HH. MM. para crear su propio partido político, el Hizb al-Wasat.

Actualmente es miembro del Consejo Administrativo de la Asociación de Egipto por la Cultura y el Diálogo y de la Conferencia Nacional Islámica.

‘Abd al-Wahhab al-Masiri: el intelectual

Nació en 1938 en Damanhur, una ciudad del Delta del Nilo y plaza fuerte de los HH. MM. y fue allí donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Era apenas un ado-lescente cuando entró a formar parte de los HH. MM., de donde salió pocos años des-pués puesto que, como muchos jóvenes de entonces, empezó a acercarse al comunismo a medida que avanzaba en sus estudios.45 Se matriculó en la Universidad de Alejandría en 1955, en el Departamento de Lengua Inglesa de la Facultad de Literatura. En 1963 viajó a Estados Unidos, donde realizó, en 1964, un máster en la Universidad de Colum-bia y, en 1969, obtuvo el doctorado en literatura inglesa comparada por la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey). Cuando regresó a Egipto, comenzó a trabajar en la Univer-sidad de ‘Ayn Shams y en otras universidades del mundo árabe, como en la Universidad Rey Sa‘ud (1983-1988) y en la de Kuwait (1988-1989). También fue miembro del Con-sejo de Expertos del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de al-Ahram (1970-1975) y consejero cultural de la Delegación Permanente de la Liga Árabe en las Nacio-nes Unidas (1975-1979). Los últimos cargos que desempeñó en el ámbito académico fue el de miembro del Consejo de Administración en el Graduate School of Islamic and Social Sciences de Leesburg en Virginia (Estados Unidos), profesor visitante en la Universidad Islámica Internacional de Malasia y redactor en numerosas publicaciones de Malasia, Irán, Estados Unidos, Inglaterra y Francia. En enero de 2007, el movimien-to egipcio Kifaya46 anunció que al-Masiri iba a ser nombrado su nuevo coordinador general, puesto que aceptó y que desempeñó hasta su muerte, el 2 de julio de 2008. Intelectualmente, al-Masiri regresó a sus raíces islamistas pero no volvió nunca a inte-grarse en los HH. MM. . Se consideraba un «islamista independiente».47

45 Según declara en un artículo publicado en Los Angeles Times: «Intenté convencerme a mi mismo de que era ateo». Ashraf Khalil, «Seeking a bridge to change in Egypt» [Buscando un puente hacia el cambio en Egipto] [en línea], Los Angeles Times, 27 de abril de 2007, <http://articles.latimes.com/2007/apr/27/world/fg-enough27>. [Consulta: 30/5/2008.] 46 Kifaya es el sobrenombre oficial del Movimiento Egipcio por el Cambio (al-Haraka al-Misriyya min ayl al-Tagyir). En dialecto egipcio, kifaya significa ‘basta’. Se trata de una organización egipcia civil e independiente creada oficialmente en 2004 con la vocación de oponerse al gobierno de Husni Mubarak, conseguir una alter-nancia real del poder y, por consiguiente, evitar el traspaso hereditario del mismo. Sus miembros proceden de muy diversas corrientes y tendencias políticas, desde islamistas, hasta naseristas, laicos y liberales. Consultar su página web: <http://harakamasria.org/>. 47 Para consultar la biografía y la obra de al-Masiri véase su página oficial <http://www.elmessiri.com/>. Véase también un artículo sobre él publicado por el diario al-Hayat, «‘Abd al-Wahhab al-Masiri wa la‘nat al-garb» [‘Abd al-Wahhab al-Masiri y la maldición de Occidente], reproducido en <http://www.muhawer.net/ forum/showthread.php?p=151881> [Consulta: 14/2/2011], y la entrevista publicada en Los Angeles Times, Ashraf Khalil, art. cit.

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Este célebre y reputado historiador egipcio era conocido, sobre todo, por sus investiga-ciones y publicaciones en torno al pensamiento sionista, tema sobre el que escribió de-cenas de artículos y libros. Pero sin duda, entre sus múltiples obras sobre este asunto, hay que destacar su Enciclopedia de judíos, judaísmo y sionismo: un nuevo modelo de interpreta-ción.48 Esta enciclopedia es uno de los mejores y más serios estudios que existen en ára-be sobre estos temas. Al-Masiri era conocido por su crítica al antisemitismo árabe y a la negación del Holocausto.

Parece que al frente de Kifaya podría haber desarrollado un gran trabajo ya que al-Masiri era uno de los pocos personajes públicos de la escena egipcia que gozaba de aceptación en prácticamente todos los grupos. No formaba parte del núcleo inicial que se escindió de los HH. MM. siguiendo a Abu l-‘Ala Madi pero estaba incluido en la lista, cada vez más amplia, de sus fundadores. Contar con su apoyo era importante.

‘Isam Sultan: abogado contra la corrupción

Nacido en 1964 en Damieta, entró en la Facultad de Derecho de la Universidad de El Cairo en 1971. Enseguida comenzó a participar en las actividades de las asociaciones estudiantiles, realizando numerosas ponencias y conferencias. Rápidamente fue pro-puesto por sus compañeros para presidir, primero, la Unión de Estudiantes de la Facul-tad y, después, en el curso 1985-1986, la Unión de Estudiantes de la Universidad. Nada más licenciarse en Derecho, en 1986, entró de lleno en la vida política a través del Sin-dicato de Abogados y, en pocos meses, ya se estaba dedicando por completo a la crea-ción de la Delegación de Jóvenes de dicho sindicato. Fue ampliando sus horizontes y sus aspiraciones políticas hasta que se decidió, en 1996, a participar con su amigo Abu l-‘Ala Madi en la creación del partido al-Wasat. Su intención era, a través del partido, po-der ayudar a la gente, vencer a la injusticia y plantarle cara a los opresores. Desde muy temprano, ‘Isam Sultan fue considerado uno de los personajes más prestigiosos de la escena egipcia y un incansable defensor de las libertades. En el año 2000, participó también en la creación de la Asociación de Egipto por la Cultura y el Diálogo, presidida por el profesor Muhammad Salim al-‘Awwa, donde ocupó el cargo de secretario gene-ral. También es miembro de la Organización Egipcia de Derechos Humanos, de la Or-ganización Árabe de Derechos Humanos y de Amnistía Internacional, así como de la Conferencia Nacional Árabe y de la Conferencia Nacional Islámica. Conocido por su movilización contra las situaciones que considera injustas, ha denunciado a responsa-bles del gobierno y las instituciones públicas egipcias por corrupción.

La relación con los Hermanos Musulmanes

Entre 1981 y 1986, la organización de los HH. MM. vivió una fructífera etapa de recons-trucción y renacimiento, época en la que el guía general era ‘Umar al-Tilmisani.49 Pero

48 Mawsu‘at al-yahud wa-al-yahudiyya wa-l-sahyuniyya: namudhay tafsiri yadid, El Cairo/Beirut: Dar al-Shuruq, 1999. 49 Bajo el liderazgo de ‘Umar al-Tilmisani, los HH. MM. firmaron un acuerdo con el partido al-Wafd para in-cluir a varios de sus miembros en las listas electorales para las elecciones a la Asamblea del Pueblo en 1984. Ésta era la primera vez que los HH. MM., como organización, tomaban la decisión de participar en un proceso electoral. Anteriormente se habían dado algunas iniciativas individuales (el propio Hasan al-Banna en los años

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con el regreso del exilio de numerosos miembros que habían abandonado el país huyendo de la campaña de detenciones y persecuciones derivadas del asesinato del pre-sidente Sadat en 1981,50 pareció percibirse que la corriente «tradicionalista» pretendía excluir a las generaciones medias, más «reformistas» y que desarrollaban el trabajo práctico, para hacerse con los puestos directivos de la organización. Una de las cuestio-nes que mejor demostraba la existencia de estas dos corrientes era el problema de la existencia legal de la organización. Para los reformistas, la forma más adecuada de re-solver esta cuestión era con la creación de una rama política, como en Jordania con el Frente de Acción Islámica o con Hamás en Palestina. Pero siempre que éstos presiona-ban en esta dirección, la nomenklatura tradicional aseguraba que para ello era necesaria la creación de una comisión que preparara un proyecto en ese sentido. Antes de que el proyecto estuviera terminado, los tradicionalistas ya lo habían hecho fracasar, super-visándolo, revisándolo y obstaculizándolo. Todos los intentos de los sectores reformis-tas fueron neutralizados. En realidad, es probable que el sector directivo de la organiza-ción de los HH. MM. temiera perder las riendas del control del movimiento, teniendo presente las experiencias de Jordania y Palestina donde las ramas políticas (Frente de Acción Islámica y Hamás) han acabado no sólo independizándose de la organización madre, sino incluso superándola. Los reformistas comenzaron a perder la esperanza de que se produjera de hecho algún cambio dentro de la organización, especialmente tras las elecciones internas de 1995, en las que el porcentaje de relevo entre los dirigentes del grupo fue nulo. Entonces, tras un breve periodo de tiempo, Abu l-‘Ala Madi se decidió a presentar su dimisión. Algunos miembros de la organización le rogaron que la aplaza-ra y le pidieron que se presentara a las elecciones a la Asamblea del Pueblo por El Cairo o Guiza. Madi cedió y se presentó por el distrito número 24 de El Cairo. Pero tras esas elecciones y, en su opinión, dada la ausencia de una visión estratégica de la organización y la falta de una evolución intelectual, política y administrativa, se reunió con algunos de sus compañeros y decidieron crear un partido político, tanto si los dirigentes de los HH. MM. estaban de acuerdo como si no. Informaron de su intención, sin ningún tipo de detalles, a Mahdi ‘Akif,51 uno de los responsables influyentes de la organización y futuro guía general, quien pareció acoger positivamente la iniciativa y que no informó de ello al resto de los miembros.

Según relata Abu l-‘Ala Madi en uno de sus artículos52, Gamal Hashmat,53 al igual que otros miembros de los HH. MM., afirmó en el programa de televisión En el aire (‘Ala al-

cuarenta). También en esta etapa, los HH. MM. entraron en los colegios profesionales ganando las elecciones y asumiendo puestos directivos y se introdujeron igualmente en los clubs sociales y en las universidades, en las que también consiguieron notables victorias electorales en las uniones estudiantiles. Véase Gema Martin Muñoz, Política y elecciones en el Egipto contemporáneo (1922-1990), cit. También ‘Abd al-Rahim ‘Ali, al-Ijwan al-Muslimun. Min Hasan al-Banna ila Mahdi ‘Akif [Los Hermanos Musulmanes: de Hasan al-Banna a Mahdi ‘Akif], El Cairo: Markaz al-Mahrusa li-l-Nashr wa-l-Jidmat al-Sahafiyya wa-l-Ma‘lumat, 2007, págs. 214-217. 50 El asesinato del presidente Sadat, en 1981, durante un desfile militar, fue perpetrado por miembros del Yihad Islámico. No obstante, las autoridades egipcias lanzaron una campaña de detenciones contra los miem-bros de todos los grupos islamistas egipcios, sin atender a las diferencias que existen entre ellos. Los HH. MM. negaron reiteradamente su implicación en el magnicidio pero fueron perseguidos al igual que todos los demás. Véase Gema Martín Muñoz, Política y Elecciones en el Egipto contemporáneo (1922-1990), cit., y P. J. Vatikiotis, The History of Modern Egypt. From Muhammad Ali to Mubarak [Historia del Egipto contemporáneo: de Muhammad ‘Ali a Mubarak], Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1991, pág. 424. 51 Séptimo y actual guía general de los Hermanos Musulmanes. Fue elegido en 2004 tras la muerte de Ma’mun al-Hudaybi, que ocupó el cargo entre 2002 y 2004. Véase Xavier Ternisien, op. cit., págs. 58-60. 52Abu l-‘Ala Madi, «Hikayati ma‘a al-Ijwan wa qissat al-Wasat», cit.

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hawa), del canal al-Safwa, el 26 de diciembre de 2005, que «todo el proceso se inició a petición de los dirigentes de los HH. MM. y que la recolecta de firmas y apoyos se realizó a través de los canales oficiales de la organización». Según Madi, incluso el doctor ‘Isam al-‘Aryan llegó a declarar que la creación misma del partido fue iniciativa de los HH. MM. pero que «cambiaron de opinión tras el primer rechazo por parte de la Comisión de Partidos».54 Sin embargo Abu l-‘Ala Madi desmintió esta información asegurando inclu-so que el partido al-Wasat nació como resultado de una rebelión interna en el seno de los HH. MM. Parece ser que toda la operación se hizo a espaldas de Mustafa Mashhur,55 guía general por entonces, y de su gabinete. El fundador de al-Wasat aseguró incluso que «cuando el guía general se enteró por casualidad de que Abu l-‘Ala Madi y otros compañeros estaban reuniendo firmas para tal fin, intentó por todos los medios con-vencerles de que dieran marcha atrás en su empeño». Pero Madi no se reunió con Mashhur hasta que la solicitud ya había sido presentada.

El proyecto de al-Wasat parece adecuarse a las nuevas circunstancias mejor que el pro-yecto de los HH. MM. , o al menos así lo consideran algunos miembros de esta organiza-ción. Es por esto que algunos sectores de los HH. MM. están intentando hacer suyo el programa de al-Wasat, tratando también de mejorar su imagen. Esta actitud podría con-siderarse un reconocimiento tácito de que al-Wasat se ha adelantado a los HH. MM. en la elaboración de un programa islamista nacional con mayor capacidad de adaptación a la realidad política y con respuestas más definidas sobre cuestiones como los derechos de ciudadanía. En este sentido, parecería que el proyecto de los HH. MM. está anclado en un conservadurismo que no responde a las ideas y las aspiraciones de una nueva gene-ración más pragmática y renovadora. Parte de ella, finalmente, se ha desmarcado de la organización y ha comenzado una nueva etapa en la que se posiciona con menos ambi-güedades en temas de libertad religiosa e igualdad y desarrolla una actividad más activa con otros sectores ideológicos egipcios más secularizados o laicos.

Según Abu l-‘Ala Madi,56 las diferencias fundamentales entre el partido y la organiza-ción de los HH. MM. y las razones por las que decidieron escindirse son cuatro:

los objetivos del grupo: los HH. MM. se presentan como una asociación islamista centrada en la predicación islámica, la educación y la política. Es decir, aúna la la-bor política con la predicación (da‘wa). Al-Wasat considera que un partido político no debe implicarse en el proselitismo religioso y se presenta como un partido civil con referentes islamistas, pero que se centra en el trabajo político;

la existencia legal: Madi reprocha a los HH. MM. que son una organización ilegal desde los tiempos de Naser y que parece que se sienten cómodos con este estatus de ilegales pero tolerados, sin haber hecho todo lo posible por obtener la autori-zación para su legalización y bastándose con haber establecido ciertos acuerdos

53 Médico y destacado líder de los Hermanos Musulmanes. Fue diputado del Parlamento egipcio y actualmen-te es profesor en la Universidad de Alejandría. Véase su biografía y trayectoria en la enciclopedia elaborada por los Hermanos Musulmanes: <http://www.ikhwanwiki.com/index.php?title= حشمت_جمال_محمد >. [Consul-ta: 14/2/2011] 54Abu l-‘Ala Madi, «Hikayati ma‘a al-Ijwan wa qissat al-Wasat», cit. 55 Al-Sharqiyya, 1921-2002. Quinto guía general de los Hermanos Musulmanes, ostentó dicho cargo entre 1996 y 2002, fecha en que fue sucedido por Ma’mun al-Hudaybi. Es considerado el fundador de la organiza-ción internacional de los Hermanos Musulmanes. Véase Husam Tamam, op. cit., págs. 17-31. 56 Entrevista personal con Abu l-‘Ala Madi realizada por mí en El Cairo el 8 de abril de 2008.

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con algunas fuerzas políticas en determinados momentos. Para al-Wasat, conver-tirse en un partido legal ha sido siempre una prioridad absoluta, a fin de participar de forma plena en el juego político;

las ideas políticas: al-Wasat opina que las ideas políticas de los HH. MM. son atra-sadas y considera que no han desarrollado un entendimiento pleno de la demo-cracia. Según el fundador de al-Wasat, los HH. MM. marginan a los no musulmanes y a las mujeres. El vínculo de asociación dentro de los HH. MM. se fundamenta sobre una base religiosa, lo que implica que los puestos directivos y la candidatura a la presidencia de la República están abiertos únicamente a los musulmanes. En al-Wasat, la relación que les une es la ciudadanía. Es decir, todo ciudadano egipcio tiene las mismas posibilidades dentro de este grupo. Esto conlleva importantes consecuencias, por ejemplo, la posibilidad de que un copto pueda presentar su candidatura a la presidencia. Respecto a la mujer, al-Wasat se jacta de haberse ade-lantado a los HH. MM. en la cuestión de la igualdad de derechos políticos. Mientras la organización, en uno de sus comunicados, niega a la mujer la posibilidad de presentar su candidatura a la presidencia, al-Wasat considera que tiene pleno de-recho. Además, al-Wasat se caracteriza por contar con mujeres en puestos directi-vos de su grupo, algo que no encontramos en la organización de los HH. MM.;

el funcionamiento interno: según Madi, los HH. MM. carecen de una estructura interna democrática capaz de respetar las discrepancias existentes y las diferentes tendencias. La organización funciona y se estructura de una manera que no respe-ta totalmente los mecanismos democráticos de elección y decisión y el poder y la autoridad están excesivamente centralizados en las manos del guía general. Al-Wasat, en cambio, cree en la alternancia periódica del liderazgo y considera que un grupo político debe basarse en la existencia de diferentes órganos de decisión que se apoyen y controlen.

A estos cuatro puntos podríamos añadir otras ideas:

Mientras los HH. MM. abogan por el establecimiento de un Estado islámico, al-Wasat con-sidera que el actual Estado ya es un Estado islámico, aunque requiere la reactivación de algunos principios y valores, y que la instauración de un modelo islámico no es un princi-pio estático del islam sino un sistema político susceptible de cambiar y evolucionar. Al-Wasat considera que el marco de la unión que deben alcanzar los Estados árabo-islámicos puede adoptar otras formas y modelos, como por ejemplo el de la Unión Europea.

Madi insiste en dejar claro que la experiencia y la evolución de la relación entre al-Wasat y los HH. MM. es parecida a la del partido Justicia y Desarrollo turco de Erdoğan respecto a su predecesor, el Partido del Bienestar de Erbakan.57 En unas declaraciones para el Arab Reform Bulletin, Abu l-‘Ala Madi asegura: «Nuestros amigos de los partidos Justicia y Desa-rrollo en Marruecos y Turquía están ligados a la idea que subyace detrás de al-Wasat»58.

57 Con su Partido del Bienestar, heredero del Partido de Salvación Nacional, Necmettin Erbakan fue el primer líder islamista en ganar unas elecciones legislativas en Turquía en 1995, convirtiéndose así en primer ministro. Pero a mediados de 1997 fue obligado por los militares a abandonar su cargo. 58 Entrevista completa en <http://www.carnegieendowment.org/files/Madi.pdf>. [Consulta: 23/4/2008.]

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Conclusiones

La primera observación que se puede concluir de la iniciativa lanzada por Abu l-‘Ala Madi y sus compañeros es que pone de manifiesto la naturaleza cambiante y dinámica del islamismo en Egipto. Parecía que el islamismo egipcio empezaba y acababa en el marco definido por los HH. MM. pero los reiterados e inagotables intentos de este grupo, ha estado quince años luchando para alcanzar la creación de su partido, demuestra una pluralidad no siempre reconocida. Al-Wasat es el producto de la evolución natural del movimiento islamista egipcio que comenzó a darse en los años setenta, antes de que sus protagonistas entraran en los HH. MM. . Una vez dentro, intentaron llevar a cabo la transformación de la organización en partido político, algo que no consiguieron y que se tradujo en la escisión de Abu l-‘Ala Madi y sus seguidores.

No obstante, y a pesar del innegable valor de esta iniciativa, hay que señalar que los miembros de este grupo no han logrado todavía transmitir a la sociedad egipcia la idea de que poseen una identidad independiente de los HH. MM. por lo que tienen, de mo-mento, pocos seguidores. Se les percibe como lo que fueron en su origen: una escisión reformadora de los HH. MM., sin lograr transmitir la idea de que se han convertido en una opción política diferente y diferenciada. Así mismo, mientras la vieja guardia de los HH. MM. parecía sentirse cómoda en ese espacio entre el asociacionismo y la política, los miembros de al-Wasat han estado siempre motivados por un deseo más pragmático de participar fundamentalmente en política. Para ellos, ser legalizados por las autoridades era una cuestión prioritaria. Han insistido siempre en demostrar que al-Wasat «no es un simple eslogan»59 sino que cuentan con un programa político detallado y real. Ahora, una vez legalizados, les ha llegado el momento de pasar a la acción política y dejar de ocultarse tras bajo el paraguas de una ONG legal.

Lo que pretende al-Wasat es representar a la sociedad egipcia con todas sus diferencias: a musulmanes y cristianos, mujeres que llevan el hiyab y mujeres que no lo llevan, ricos y pobres. Lo que está claro es que, hoy por hoy, al-Wasat es un partido de élites que cuenta con el apoyo de un espectro muy variado de personalidades: intelectuales de izquierdas, islamistas, activistas de la sociedad civil, personalidades coptas… pero su influencia se limita a un sector muy específico y reducido de la clase media y alta.

Por otra parte, este partido presenta una visión específica de la naturaleza de la relación entre el Estado y la sociedad a través de la que ha intentado solucionar el problema que suele afectar a las corrientes islamistas, especialmente en lo que se relaciona con la auto-ridad, la ciudadanía y la mujer y plantea además un proyecto de modernización de las sociedades árabes. Frente a otras corrientes políticas que no han logrado presentar un proyecto de este tipo, parece que al-Wasat ha conseguido elaborar un nuevo modelo para la relación entre la religión y la modernidad, incluyendo las cuestiones conflictivas relacionadas con la identidad, la esencia de la civilización y la relación con el otro.

Además, al-Wasat insiste en destacar la flexibilidad de su pensamiento, lo que les permi-te hacer evolucionar sus ideas y desarrollar sus mecanismos, estando siempre en estado de fluidez y en constante interacción con las cuestiones contemporáneas. Esto puede

59 Extraído de un vídeo publicado en la página web del partido: Film watha’iqi ‘an al-Wasat [Documental sobre al-Wasat] [en línea], <http://www.alwasatparty.com/files/alwasat.wmv>. [Consulta: 17/4/2008.]

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interpretarse como un avance respecto a otro tipo de partidos islamistas que parecen encontrarse enfrascados en la literalidad de los textos religiosos y que no han podido superarlos, lo que les ha conducido a una cierta paralización y les ha dificultado la inte-gración en la vida civil.

En cierto sentido, puede considerarse a al-Wasat como continuador del proyecto de renacimiento árabe iniciado a finales del siglo XIX y principios del siglo XX por Tahta-wi,60 al-Afgani, Muhammad ‘Abduh y Rashid Rida. Al-Wasat podría constituir una pro-longación de aquella corriente de pensamiento reformista que se basaba en una revitaliza-ción religiosa, pero en su versión moderna, lo que le permitiría adaptarse a los cambios de la época pero sin contradecir los pilares fundamentales de la civilización islámica.

En este sentido, conviene destacar los esfuerzos realizados por al-Wasat orientados a superar los binomios de conceptos que han sido considerados, por otras personalida-des, irreconciliables: las raíces y la contemporaneidad; el legado y la modernización; la tradición y la renovación. En el programa de al-Wasat la idea de la universalidad del islam, considerado como un marco cultural-civilizador, ocupa una posición central. Es-ta idea es la que les ha permitido reconciliar la propia identidad —las especificidades culturales— con las ideas de modernización y globalización.

De momento, el partido al-Wasat es poco visible y, dada su muy reciente legalización, está prácticamente ausente de la escena política egipcia, al contrario de lo que ocurre con sus «homólogos» marroquí y turco.61 Se hace, por lo tanto, necesario que el partido trabaje en este sentido, que transmita sus ideas a la sociedad y que refuerce su presencia, dado que puede ofrecer todo tipo de respuestas democráticas y pueden gestionar de-mocráticamente las nuevas situaciones que se plantean en las sociedades modernas y contemporáneas. Al igual que otros grupos, al-Wasat apuesta por las libertades, el Estado de derecho, la igualdad y la paz y podría constituir una alternativa solvente a las corrien-tes islamistas violentas.

A pesar de que siempre han existido corrientes de islamismo pragmático y reformista, los esfuerzos realizados por al-Wasat a fin de convertirse en un actor político legal podrían interpretarse como el inicio de un cambio más profundo en dichas corrientes. Se puede considerar que, dentro del marco específico egipcio, la iniciativa de al-Wasat reviste un valor simbólico importante. En primer lugar, ha destapado la fractura ideoló-gica presente dentro de los HH. MM. , dejando al descubierto la existencia de diversas corrientes ideológicas en el seno de la organización madre. En segundo lugar, parece que ha puesto a los HH. MM. en un aprieto, obligándoles a definir su postura respecto a

60 Octubre de 1801-mayo de 1873. Pensador político, economista, teórico de la educación y reformador so-cial. Uno de los fundadores del renacimiento cultural egipcio (nahda) y padre del pensamiento árabe moderno. Véase: Hala Mustafa, op. cit, págs. 27-30. Véase también: Perspectivas: Revista Trimestral de Educación Comparada, París: Unesco. Oficina Internacional de Educación, vol. XXIV, núm. 3/4, 1994, págs. 635-662. 61 El partido Justicia y Desarrollo marroquí logró un significativo avance en las elecciones legislativas de 2002, en las que obtuvo 42 escaños, sólo superado por la Unión Socialista de Fuerzas Populares con 50 y el partido Istiqlal con 48. Véase el informe elaborado por las Naciones Unidas dentro de su programa para el desarrollo Programme on Governance in the Arab Region [Programa sobre la Gobernanza en la Región Árabe], <http://www.pogar.org/countries/elections.asp?cid=12#sub5>. [Consulta: 21/2/2011.] Por su parte, el partido Justicia y Desarrollo turco domina actualmente el panorama político de Turquía siendo el presidente de la República y el primer ministro miembros de dicho partido.

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temas en los que todavía se expresan con cierta ambigüedad. El mérito de al-Wasat es haber situado a los HH. MM. frente al espejo.

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‘ANANI, Jalil al-, «Ahzab al-wasat al-islami… min al-tahmish ila ta’sil al-murad al-hadari li-l-din» [Los partidos del centro islamista: de la marginalidad a la definición del significado civilizador de la religión] [en línea], al-Hayat, 25 de noviembre de 2006, <http://international.daralhayat.com/archivearticle/118467>. [Consulta: 14/2/2011.]

HAMZAWI, ‘Amr, Interview with Abul Ila Al Madi, Founding Member of Egypt's Wasat (Center) Party [Entevista a Abu l-‘Ala Madi, miembro fundador del partido al-Wasat (Cen-tro) egipcio] [en línea], <http://www.carnegieendowment.org/files/Madi.pdf>.

MADI, Abu l-‘Ala, «Hikayati ma‘a al-Ijwan wa qissat al-Wasat» [Mi historia con los Hermanos Musulmanes y el relato sobre al-Wasat], [en línea], al-Misriyun, <http://www.almesryoon.com/news.aspx?id=9998>. [Consulta: 14/2/2011.]

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DOCUMENTOS DE TRABAJO DE CASA ÁRABE 27

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MAZHHAR, ‘Atif, «Fi bunuwat al-Wasat wa ubuwat al-Ijwan» [Sobre la filiación de al-Wasat y la paternidad de los Hermanos Musulmanes], al-Misriyun, 28 de diciembre de 2005.

MURQUS, Samir, «Hizb al-Wasat al-Yadid wa-l-musalaha bayn al-dini wa-l-madani» [El partido al-Wasat al-Yadid y la reconciliación entre lo religioso y lo civil], al-Misri al-Yawm, 23 de junio de 2009. Reproducido en <http://www.alwasatparty.com/ modules.php?file=article&name=News&sid=9979>. [Consulta: 14/2/2011.]

SALIM AL-‘AWWA, Muhammad, «al-Tiyyar al-islami fil-fikr al-siyasi al-misri. Mashru‘ tiyar al-wasat» [La corriente islamista en el pensamiento político egipcio. El proyec-to de la corriente de centro] [en línea], Onislam.net, 26 de marzo de 2000, <http://www.onislam.net/arabic/madarik/politics/103251-2000-03-26%2007-32-53.html>. [Consulta: 14/2/2011.]

SAYYID, Radwan al-, «‘Abd al-Wahhab al-Masiri wa la‘nat al-garb» [‘Abd al-Wahhab al-Masiri y la maldición de Occidente] [en línea], al-Hayat, 8 de julio de 2008, <http://international.daralhayat.com/archivearticle/187446>. [Consulta: 14/2/2011.]

SHADID, Anthony, «Putting God at the Center» [Poniendo a Dios en el centro], The Washington Post, 8 de agosto de 2005. Reproducido en <http://www.alwasatparty.com/modules.php?name=News&file=article&sid=105>. [Consulta: 14/2/2011.]

SHUBBAKI, ‘Amru, «Al-yidl al-islami hawla al-wasatiyya» [La polémica islamista en torno al centrismo] [en línea], al-Misri al-Yawm, 20 de noviembre de 2008, <http://www.almasry-alyoum.com/article2.aspx?ArticleID=187166>. [Consulta: 14/2/2011.]

TAMAM, Husam, «Zhahirat ahzab “al-‘adala wa-l-tanmiyya” al-islamiyya» [El fenómeno de los partidos “justicia y desarrollo” islamistas»], al-Ajbar, 29 de mayo de 2008. Re-producido en <http://islamismscope.net/articles/250.html>. [Consulta: 14/2/2011.]

Declaraciones y entrevistas

MADI, Abu l-‘Ala, «Abu l-‘Ala Madi: “Al-hizb al siyasi lil-Ijwan al-Muslimin muyarrad fuqqa‘”» [Abu l-‘Ala Madi: «El partido político de los HH. MM. es simplemente una burbuja»] (entrevista realizada por al-Rashid ‘Abdallah bin Muhammad) [en línea], Islam Today, 11 de marzo de 2007, <http://www.islamtoday.net/nawafeth/artshow-89-8801.htm>. [Consulta: 14/2/2011.]

—, «Hizb al-Wasat: dimuqratiyya wa ta‘addudiyya islamiyya» [El partido al-Wasat: demo-cracia y pluralidad islámica] (entrevista realizada por Jürgen Stryjak) [en línea], Qanta-ra.de, 22 de septiembre de 2004, <http://ar.qantara.de/webcom/show_article.php/ _c-579/_nr-8/_p-1/i.html>. [Consulta: 24/1/2008.]

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العربي للبيت عمل أوراق 28

—, «Lastu Erdoğan Misr… wa ‘alaqati maqtu‘a bi-l-Ijwan» [No soy el Erdoğan de Egip-to y mi relación con los HH. MM. está rota] [en línea], al-Ahram al-‘Arabi, 14 de julio de 2007, <http://arabi.ahram.org.eg/arabi/Ahram/2007/7/14/EGFL3.htm>. [Consulta: 14/2/2011.]

SHUBBAKI, ‘Amru al-, «‘Amru al-Shubbaki: la yumkin al-hadith ‘an al-dimuqratiyya fi-l-mintaqa dun damy al-tiyyar al-islami… wa gayr dhalik sayakun ‘abathan» [Amru al-Shubbaki: no se puede hablar de democracia en la región sin integrar a las corrien-tes islamistas. Sin eso será absurdo], al-Misri al-Yawm, 11 de marzo de 2008. Repro-ducido en <http://www.alwasatparty.com/modules.php?name=News&file= article&sid=7422>. [Consulta: 14/2/2011.]

Páginas web

http://www.aljazeera.net http://www.alwasatparty.com http://arabist.net http://articles.latimes.com http://www.attajdid.ma http://www.carnegieendowment.org http://www.daralhayat.com http://www.egyig.com http://www.el-awa.com http://harakamasria.org http://www.ibe.unesco.org http://www.islamonline.net http://www.muslm.net http://www.qantara.de http://www.pogar.org http://www.qaradawi.net http://www.sis.gov.eg http://weekly.ahram.org.eg

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Documentos de Trabajo de Casa Árabe

Núm. 1, septiembre de 2007 Mohammad-Reza Djalili Irán: fortalezas y debilidades de una potencia regional

Núm. 2, septiembre de 2007 Abdeljalil Akkari La escolarización en el Magreb: de la construcción a la consolidación de los sistemas educativos

Núm. 3, septiembre de 2007 Gonzalo Escribano Islamismo y política económica en Marruecos

Núm. 4, diciembre de 2008 Mohamed Khachani Empleo, pobreza y migración: el caso de Marruecos

Núm. 5, abril de 2009 Joan Lacomba Inmigrantes y musulmanes: exclusión e integración en el nuevo medio

Núm. 6, mayo de 2009 Werner Schiffauer Radicalización islámica: el caso del Estado Califal de Cemaleddin Kaplan Muslim Radicalisation – The Case of the Caliphate State of Cemaleddin Kaplan

Núm. 7, julio de 2009 François Burgat y Laurent Bonnefoy El Yemen, entre la integración política y la espiral de la (contra) violencia

Núm. 8, febrero de 2011

Nur Masalha El problema de los refugiados palestinos sesenta años después de la Nakba

Núm. 9, marzo de 2011

Rocío Vázquez Martí El partido político egipcio al-Wasat al-Yadid: ¿un nuevo islamismo?

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