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DOMINGO, 25 OCTUBRE 1981 LA VANGUARDIA / 4 u e El centenariodel nacimiento de Picassoaviva del mismo mes— y la iniciativa del dilecto Jaume aún ms en nuestramemoria su amistad y afecto Sabartésde donar su colección particular a Bar- hacia nosotros y su querida Barcelona. celona, asi como otra exposición «45 Linoleums Son innumerables los recuerdos de nuestras re- Picasso» (julio de 1960) y principalmentelas dos laciones con él a lo largo de los casi veinte años siguientes:«30 Pinturas de 1917 a 1960» (no- de continuados contactos y estancias en su casa. viembre diciembre de 1960) y «72 Dibujos de De nuestra devoción y su afecto son testimonio 1897 a 1960» (abril 1961)que atrajeron cantida- las 16 exposiciones que desde octubre de 1955 des enormes depúblico —fueron el detonante para hasta la fechallevamos hechas en nuestragaleria. la creación del «Museo Picasso»de Barcelona. Nufl’ro primer encuentro tuvo lugar el 7 de Para estas dos últimas exposiciones, a nuestro noviembre de 1955. cuando viajamos a Cannes entender las nuestras másimportantes y en cierto llevados por Jaume Sabartés, nuéstro entrañable modo irrepetibles, fue Picasso,él mismo, quien amigo, acompañados de Vidal-Ventosa y Antoni con la ayuda y entusiasmo de Jacqueline Clavé a quien ya conocia de los tiempos de Paris. nuestra asombrada colaboración eligió las piezas Fue emocionante ver la ilusión con que nos espe- a su criterio más representativas de su propia co- raba en la estación.Hubo grandes alegrias.Y su lección. naturalmente fuera de venta. A nuestro reencuentro con Vidal-Ventosa. su viejo amigo de regresode Cannes fuimos gratamentesorprendi- los tiempos de «Els 4 Gats» y el «Guayaba», fue dos por su envio de varias planchaspara las lito- un gran regocijo para Picasso. grafías originales que debian amparar nuestros Desde un principio ya nos hizo participes de la catálogos y carteles para estas muestras. Jamás cordialidad, llaneza y aprecio con que acogió a nos hubiéramos atrevidoa pedírselas y de su pro- sus amigos. Aunque ya sabianios de su estima pia iniciativa nos las mandó: ¡eran para Barce- por nuestra ciudad y nuestro idioma, nos halagó lona! que nos hablara en catalán. El decía siempre: «—Si aixó és lo meu, home, a pesar del meu ac- cent de municipal!». Asi seguiríamos haciéndolo en nuestras conversaciones privadas, alo largo de otras visitas y estancias en «La Californie» y «No- tre Dame de Vie». donde tambiéndisfrutamos de la simpatía y amistad de la dulce Jacqueline. Si bien con ella conversábamos en francés a pesar de su buenconocímientodel castellanoy también de muchas palabras en catalán que sabía por su gran amor al maestro. A partir de esta primera, las visitas de los «Nois Gaspar)) o los «Gaspares» como él se complacia en llamarnos, se prodígaron. Nos honró con tal confianza hasta el extremo de que una vez por encargo suyo le llevamos a Paris al- gunas obras muy queridas de su colección. Asi- mismo, cuando Sabartés cayó enfermoen Paris y debió trasladarse a un piso de más cómodo ac- ceso, fueron los Gaspar quienes debieronpropor cionárselo: «Nadie mejor que vosotros, que lo conocéis,lo podrá hacer mejor».dijo Picasso- Coincidímos en su casa con otros barcelone- Mientras tanto Sabartés, de acuerdo con Pi- casso. ya hahia hecho donación de sus importan- tes fondos de obras de Picassoa la ciudad para constituir el «Museo Picasso». Ya desdeentonces Picasso, con el apoyo deqj dido de Jacqueline. pensóseriamente en el museo, Este que. con la colaboración entre otros de los Gili, José Blajot. el notario R. Noguera y Juan’ Ainaud. entreotros, deberia abrirseen 1963 en su actual emplazamiento, aunque con el nombre de «Palacio Berenguerde Aguilar - Colección Sa- bartés - Obras de Pablo Picasso» por causadelas circunstancias politicas de aquellos tiempos. Después de otras exposiciones nuestras, de sus ultimos linoleums(diciembrede 1962y diciembre de 1964). y «Pinturas, Dibujos y Grabados» (marzo 1968) Picassoen mayo del mismo año hace su primera gran donación al pueblo de Bar- celona y para el «Museo Picasso». Setrata de la serié de obras «Las Meninas» (56 piezasmás un retrato de Jacquehne). Con este gesto rindió ho- menaje a su gran amigo Jaume Sabartés falleci- do unos meses antes, el 13 de febrero.en Paris. Esta fue unadecisiónrelámpago. aunque ciada desde tiempo. aprovechand el «Mayo de ¡968». Probablemente consideró queera una oca- sión propicia y a nuestro regreso a Barcelonael 29 de abril. Juan Ainaud, director de Museos, José Selva,conservador, y el delegado de Cultura del Ayuntamiento. José L. Sicart, debidamente in formados, se trasladaron a Cannes al día si- guiente. para los trámites de su envio a Barcelo na, como asi fue a los pocos días. Entonces el museo ya tenia la enseña«Museo Picasso», con gran satisfacciónsuya, y, ni qué de- cirse tiene, de todos los amigos barceloneses que andábamos metidos en esta aventura. Vino después (1970) su donación de sus cuan- Liosas obras de juventud amorosamente guarda das en casade los Vilató, cuya relacióny fotos ha- bian sido sometidas a su examen por el notario y amigo Rainion Noguera. Algunas otras obras vi- nieron después, pero el «Museo Picasso”,más o menos a trancas y barrancas, ya estaba en marcha. Nos damos cuenta ahora, en estas rápidas impresiones. que tal vez estamos hablandoen de masía de Barcelona y los barceloneses, y de noso (ros mismos pero no del gran amigo de Barce lona que fue Pablo Picasso. Picasso. viendo la maqueta del Museo, por el que se paseaba «in mente» gracias a su sagacidad. siempre nos decía: «Paraquéqueréis másobras si ya no hay lugar para más: si tuviérais más espa cío os llenaria todas las paredes con muchas otras’i. Las circunstanciashicieron que no se pu dieran habilitar más locales, y no por culpa del entonces alcalde J. M. de Porcioles, lo cual fue una gran lástima para nuestra ciudad. Recordando su espíritu de fidelidad consigo mismo, vienen a colación estas anécdotas: Un dia almorzando en su casa, también con D.H. Kahnweiler, recibió a carta del ministro del Interior francés reiterándole el ofrecimientode su Gobierno para que aceptara la nacionalidad francesa. después de sesentaaños de residir en Francia, aún conservandosus derechos de ciuda dania española.Nos la leyó en voz alta y frun ciendo el ceño nos dijo rompiéndola: «Hay que morir con la mismanacionalidad y religión en que se ha nacido!». ses: nuestros amigos Fin y Javier Vilató, su viejo amigo Manuel Pallarés.Gustavo y Ana M.» Gili, Antonio y Madel Clavé (ambas parejas muy así- En otra ocasiónal despedirnos con Sabartés en e1 Aeropuerto de Niza, nos dijo: «;Y pronto. dentro de una hora, vosotros volveréis a ver el duas a su casa), JosepSelva, Maurici Torra-Ba lan JosepBlajot, el arquiteo Xavier Busquets Raimon Noguera, estos dos últimos presentados a Picasso en vistas a la culminación de la ilusión de todos nosotros de conseguir el «Museo Pi casso» de Barcelona. que seria el único en el mundo creado por voluntad propia de Picasso. importante demostración de su amor por nuestra ciudad, monumento a Colón!». y al decirlo le escapó una lágrima de emociónrecordandosu querida Barce lona. Fue siempreun gran amante de la libertad, en su arte como en todos los aspectos de la vida. Sus sentimientos de amistad estaban completamente al margen de las categoríassociales, amaba por . encima de todo la calidad humana de las perso nas, fueran de la condición que fuesen. Buena Aunque no coincidimos con ellos en estaépoca también veia a sus viejos amigos Pilar y Joan Miró (de quien guardaba desdeaños y con gran cariño su autorretrato de 1919) y «La bailarina española))de 1921, Jacinto Raventós. hijo de su prueba de estos sentimientos de amistad es que después de la muerte de Sabartés. siguió de- dicándole con gran cariño un ejemplar de todos sus grabados posteriores para quefueran entrega- dos al «MuseoPicasso» de Barcelona.Allí están. amigo el lamoso médico a quien él llamaba «El Cintet». También a Alexandre Cirici, JosepPalau Fabre. Joan Peruchoy el editor Muga entre otros Y así podríamos seguir recordando los muchos rasgos de su personalidad humana. sin llegar a mencionar los muchos y extraordinarios méritos de este artista. barcelonés de adopción, gran ge nio de nuestro siglo que es PABLO PICASSO. J a b a más. Nuestra exposición: «Pintura, Escultura. Cerámica y Mosaico» octubre de 1957 —en la que Kahnweiler dio una memorable conferencia el 7 1 .4, /Tfji LA VANGUARDIA Óomingo. 25 de octubre de 1981 Director: Horacio Sáenz Guerrero. -.. T.I.S.A.. Redacción y Talleres: Pelayo, 28

DOMINGO, 25 OCTUBRE 1981 LA VANGUARDIA picasso.pdf · noviembre de 1955. cuando viajamos a Cannes entender las nuestras más importantes y en cierto llevados por Jaume Sabartés,

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DOMINGO, 25 OCTUBRE 1981 LA VANGUARDIA •

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El centenario del nacimiento de Picasso aviva del mismo mes— y la iniciativa del dilecto Jaumeaún ms en nuestra memoria su amistad y afecto Sabartés de donar su colección particular a Bar-hacia nosotros y su querida Barcelona. celona, asi como otra exposición «45 Linoleums

Son innumerables los recuerdos de nuestras re- Picasso» (julio de 1960) y principalmente las doslaciones con él a lo largo de los casi veinte años siguientes: «30 Pinturas de 1917 a 1960» (no-de continuados contactos y estancias en su casa. viembre diciembre de 1960) y «72 Dibujos deDe nuestra devoción y su afecto son testimonio 1897 a 1960» (abril 1961) que atrajeron cantida-las 16 exposiciones que desde octubre de 1955 des enormes de público —fueron el detonante parahasta la fecha llevamos hechas en nuestra galeria. la creación del «Museo Picasso» de Barcelona.

Nufl’ro primer encuentro tuvo lugar el 7 de Para estas dos últimas exposiciones, a nuestronoviembre de 1955. cuando viajamos a Cannes entender las nuestras más importantes y en ciertollevados por Jaume Sabartés, nuéstro entrañable modo irrepetibles, fue Picasso, él mismo, quienamigo, acompañados de Vidal-Ventosa y Antoni con la ayuda y entusiasmo de Jacqueline Clavé a quien ya conocia de los tiempos de Paris. nuestra asombrada colaboración eligió las piezasFue emocionante ver la ilusión con que nos espe- a su criterio más representativas de su propia co-raba en la estación. Hubo grandes alegrias. Y su lección. naturalmente fuera de venta. A nuestroreencuentro con Vidal-Ventosa. su viejo amigo de regreso de Cannes fuimos gratamente sorprendi-los tiempos de «Els 4 Gats» y el «Guayaba», fue dos por su envio de varias planchas para las lito-un gran regocijo para Picasso. grafías originales que debian amparar nuestros

Desde un principio ya nos hizo participes de la catálogos y carteles para estas muestras. Jamáscordialidad, llaneza y aprecio con que acogió a nos hubiéramos atrevido a pedírselas y de su pro-sus amigos. Aunque ya sabianios de su estima pia iniciativa nos las mandó: ¡eran para Barce-por nuestra ciudad y nuestro idioma, nos halagó lona!que nos hablara en catalán. El decía siempre:«—Si aixó és lo meu, home, a pesar del meu ac-cent de municipal!». Asi seguiríamos haciéndoloen nuestras conversaciones privadas, a lo largo deotras visitas y estancias en «La Californie» y «No-tre Dame de Vie». donde también disfrutamos dela simpatía y amistad de la dulce Jacqueline. Sibien con ella conversábamos en francés a pesarde su buen conocímiento del castellano y tambiénde muchas palabras en catalán que sabía por sugran amor al maestro.

A partir de esta primera, las visitas de los«Nois Gaspar)) o los «Gaspares» como él secomplacia en llamarnos, se prodígaron. Noshonró con tal confianza hasta el extremo de queuna vez por encargo suyo le llevamos a Paris al-gunas obras muy queridas de su colección. Asi-mismo, cuando Sabartés cayó enfermo en Paris ydebió trasladarse a un piso de más cómodo ac-ceso, fueron los Gaspar quienes debieron proporcionárselo: «Nadie mejor que vosotros, que lo conocéis, lo podrá hacer mejor». dijo Picasso-

Coincidímos en su casa con otros barcelone-

Mientras tanto Sabartés, de acuerdo con Pi-casso. ya hahia hecho donación de sus importan-tes fondos de obras de Picasso a la ciudad paraconstituir el «Museo Picasso».

Ya desde entonces Picasso, con el apoyo deqjdido de Jacqueline. pensó seriamente en el museo,Este que. con la colaboración entre otros de losGili, José Blajot. el notario R. Noguera y Juan’Ainaud. entre otros, deberia abrirse en 1963 en suactual emplazamiento, aunque con el nombre de«Palacio Berenguer de Aguilar - Colección Sa-bartés - Obras de Pablo Picasso» por causa de lascircunstancias politicas de aquellos tiempos.

Después de otras exposiciones nuestras, de susultimos linoleums (diciembre de 1962 y diciembrede 1964). y «Pinturas, Dibujos y Grabados»(marzo 1968) Picasso en mayo del mismo añohace su primera gran donación al pueblo de Bar-celona y para el «Museo Picasso». Se trata de laserié de obras «Las Meninas» (56 piezas más unretrato de Jacquehne). Con este gesto rindió ho-menaje a su gran amigo Jaume Sabartés falleci-do unos meses antes, el 13 de febrero. en Paris.

Esta fue una decisión relámpago. aunqueciada desde tiempo. aprovechand el «Mayo de• ¡968». Probablemente consideró que era una oca-sión propicia y a nuestro regreso a Barcelona el29 de abril. Juan Ainaud, director de Museos,José Selva, conservador, y el delegado de Culturadel Ayuntamiento. José L. Sicart, debidamente informados, se trasladaron a Cannes al día si-guiente. para los trámites de su envio a Barcelona, como asi fue a los pocos días.

Entonces el museo ya tenia la enseña «MuseoPicasso», con gran satisfacción suya, y, ni qué de-cirse tiene, de todos los amigos barceloneses queandábamos metidos en esta aventura.

Vino después (1970) su donación de sus cuan-Liosas obras de juventud amorosamente guardadas en casa de los Vilató, cuya relación y fotos ha-bian sido sometidas a su examen por el notario yamigo Rainion Noguera. Algunas otras obras vi-nieron después, pero el «Museo Picasso”, más omenos a trancas y barrancas, ya estaba enmarcha.

Nos damos cuenta ahora, en estas rápidasimpresiones. que tal vez estamos hablando en demasía de Barcelona y los barceloneses, y de noso(ros mismos pero no del gran amigo de Barcelona que fue Pablo Picasso.

Picasso. viendo la maqueta del Museo, por elque se paseaba «in mente» gracias a su sagacidad.siempre nos decía: «Para qué queréis más obras siya no hay lugar para más: si tuviérais más espacío os llenaria todas las paredes con muchasotras’i. Las circunstancias hicieron que no se pudieran habilitar más locales, y no por culpa delentonces alcalde J. M. de Porcioles, lo cual fueuna gran lástima para nuestra ciudad.

Recordando su espíritu de fidelidad consigomismo, vienen a colación estas anécdotas:

Un dia almorzando en su casa, también conD.H. Kahnweiler, recibió a carta del ministrodel Interior francés reiterándole el ofrecimiento desu Gobierno para que aceptara la nacionalidadfrancesa. después de sesenta años de residir en

Francia, aún conservando sus derechos de ciudadania española. Nos la leyó en voz alta y frunciendo el ceño nos dijo rompiéndola: «Hay quemorir con la misma nacionalidad y religión en quese ha nacido!».

ses: nuestros amigos Fin y Javier Vilató, su viejoamigo Manuel Pallarés. Gustavo y Ana M.» Gili,Antonio y Madel Clavé (ambas parejas muy así-

En otra ocasión al despedirnos con Sabartés ene1 Aeropuerto de Niza, nos dijo: «;Y pronto.dentro de una hora, vosotros volveréis a ver el

duas a su casa), Josep Selva, Maurici Torra-Balan Josep Blajot, el arquiteo Xavier BusquetsRaimon Noguera, estos dos últimos presentadosa Picasso en vistas a la culminación de la ilusiónde todos nosotros de conseguir el «Museo Picasso» de Barcelona. que seria el único en elmundo creado por voluntad propia de Picasso.importante demostración de su amor por nuestraciudad,

monumento a Colón!». y al decirlo le escapó unalágrima de emoción recordando su querida Barcelona.

Fue siempre un gran amante de la libertad, en

su arte como en todos los aspectos de la vida. Sussentimientos de amistad estaban completamenteal margen de las categorías sociales, amaba por

.encima de todo la calidad humana de las personas, fueran de la condición que fuesen. Buena

Aunque no coincidimos con ellos en esta épocatambién veia a sus viejos amigos Pilar y JoanMiró (de quien guardaba desde años y con grancariño su autorretrato de 1919) y «La bailarinaespañola)) de 1921, Jacinto Raventós. hijo de su

prueba de estos sentimientos de amistad es quedespués de la muerte de Sabartés. siguió de-dicándole con gran cariño un ejemplar de todossus grabados posteriores para que fueran entrega-dos al «Museo Picasso» de Barcelona. Allí están.

amigo el lamoso médico a quien él llamaba «ElCintet». También a Alexandre Cirici, Josep PalauFabre. Joan Perucho y el editor Muga entre otros

Y así podríamos seguir recordando los muchosrasgos de su personalidad humana. sin llegar amencionar los muchos y extraordinarios méritosde este artista. barcelonés de adopción, gran genio de nuestro siglo que es PABLO PICASSO.

Jaba

más.Nuestra exposición: «Pintura, Escultura.

Cerámica y Mosaico» octubre de 1957 —en la queKahnweiler dio una memorable conferencia el 7

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/Tfji LA VANGUARDIA — Óomingo. 25 de octubre de 1981 — Director: Horacio Sáenz Guerrero. -.. T.I.S.A.. Redacción y Talleres: Pelayo, 28