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La grandeza del amor de Dios no
pretende impresionarnos y agobiarnos
sino salvarnos, traernos la paz y la
justicia; por eso envió a su Hijo entre
nosotros y lo sigue enviando en la
sencillez del pan y el vino que se
transforma en su Cuerpo y su Sangre.
Vamos a celebrar este misterio de fe y
vamos a hacerlo desde la confianza
que nos da el saber que estamos en
Monición de entrada
CANTO DE ENTRADA
Hacia ti, morada santa,
hacia ti, tierra del Salvador,
peregrinos, caminantes, vamos hacia
ti.
Venimos a tu mesa, sellaremos tu
pacto, comeremos tu carne, tu sangre
nos limpiará. Reinaremos contigo en
tu morada santa, beberemos tu
sangre, tu fe nos guiará.
Lectura del libro del Génesis 22,1-2. 9-
13.15-18
En aquellos días, Dios puso a prueba a
Abrahán, llamándole: - «¡Abrahán!»
Él respondió:
- «Aquí me tienes.»
Dios le dijo:
- «Toma a tu hijo único, al que quieres, a
Isaac, y vete al país de Moria y
ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los
montes que yo te indicaré.»
Cuando llegaron al sitio que le había
dicho
Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló
la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo
puso sobre el altar, encima de la leña.
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para
degollar a su hijo; pero el ángel del
Señor le gritó desde el cielo:
«¡Abrahán! Abrahán!»
Él contestó:- «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó:
- «No alargues la mano contra tu hijo ni
le hagas nada. Ahora sé que temes a
Dios, porque no te has reservado a tu
hijo tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un
carnero enredado por los cuernos en la
maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo
ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a
Abrahán desde el cielo: -- «Juro por mí
mismo -oráculo del Señor-: Por haber
hecho esto, por no haberte reservado tu
hijo único, te bendeciré, multiplicaré a
tus descendientes como las estrellas del
cielo y como la arena de la playa. Tus
descendientes conquistarán las puertas
de las ciudades enemigas.
Todos los pueblos del mundo se
bendecirán con tu descendencia, porque
me has obedecido.»
Palabra de Dios.
Salmo 115
Caminaré en presencia del Señor,en el país de la vida.
Yo seguía confiando, aunque dijera: «¡Qué desgraciado soy!»El Señor siente profundamente la muerte de los que lo aman.
Caminaré en presencia del Señor,en el país de la vida.
Señor, soy tu siervo, hijo de tu esclava: rompiste mis ataduras.Te ofreceré un sacrificio de acción de gracias invocaré tu nombre.
Caminaré en presencia del Señor,en el país de la vida.
Cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo el pueblo, en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén.
Pablo a los Romanos 8, 31b-34
Hermanos : Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros?
El que no perdonó a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará todo con él?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios?
¿Dios, el que justifica? ¿Quién
condenará? ¿Será acaso Cristo, que
murió, más aún resucitó y está a la
derecha de Dios, y que intercede por
nosotros?
Palabra de
Dios.
Iglesia de la Transfiguración, cima del monte Tabor
Aleluya
En el esplendor de la nube se oyó
la voz del Padre: «Éste es mi Hijo,
el amado; escuchadlo.»
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 2-10En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: - «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres
tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Ellas.»Estaban asustados, y no sabía lo que decía.Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube:- «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo.»De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:- «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de
entre los muertos.»Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos». Palabra de Dios
Detalle de la Iglesia de la Transfiguración
HOMILÍA.CREDO.ORACIÓN DE LOS FIELES (leída, las preparadas por MD, desde el ambón).
OFERTORIO.Yo no soy nada y del polvo nací, pero Túme amas y moriste por mí. Ante la cruzsólo puedo exclamar: Tuyo soy, tuyo soy.Toma, mi mano, te pido, toma, mis labioste amo, toma mi vida ¡oh Padre!, tuyo soy,tuyo soy.Cuando de rodillas te miro, oh Jesús, veotu grandeza y mi pequeñez. ¿Qué puedodarte yo? Sólo mi ser. Tuyo soy, tuyo soy.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ. CORDERO DE DIOS.
COMUNIÓN.
Cerca de Ti, Señor, yo quiero estar;
tu grande eterno amor quiero gozar.
Llena mi pobre ser, limpia mi corazón,
hazme tu rostro ver, en la aflicción.
Mi pobre corazón inquieto está,
por esta vida voy buscando paz.
Más sólo tú, Señor, la paz me puedes
dar; cerca de Ti, Señor, yo quiero estar.
Pasos inciertos doy, el sol se va, más si
contigo estoy, no temo ya. Himnos de
gratitud, alegre cantaré y fiel a Ti,
Señor, siempre seré.
Día feliz veré, creyendo en Ti, en que
yo habitaré, cerca de Ti. Mi voz
alabará, tu santo nombre allí y mi
alma gozará, cerca de Ti.
Más cerca, oh Dios de Ti; más cerca
sí, cuando la cruz, Señor, me lleve a
Ti. Si tiende al sol la flor, si el agua
busca el mar, a Ti, mi sólo bien, he de
buscar.
Eres mi visión, oh Señor de mi
corazón.
Tú solo existes, el resto no es nada,
día y noche tu eres mi mejor
pensamiento,
despierto o dormido tú presencia es
mi luz.
Eres mi sabiduría, mi verdadera
palabra
Señor, yo contigo y tú conmigo, Tú, mi
padre supremo y yo tu verdadero hijo,
Tú, morando en mí y yo en ti.
Yo no necesito de riquezas ni de
Tú eres mi patrimonio a lo largo de
mis días, Tú, y solo tú, el primero en
mi corazón, Tú eres mi tesoro, gran
Rey de los cielos.
Gran Rey de los cielos, sol brillante
del cielo, Recuérdame sus gozosos
después de la victoria; Cristo de mi
corazón, el que va a venir. Sea
siempre mi visión, oh soberano del
universo.
Dios es fiel: guarda siempre su
Alianza; libra al pueblo de toda
esclavitud. Su Palabra resuena en los
profetas, reclamando el bien y la
virtud.
CANTO DE DESPEDIDA