Domingo, 3 de mayo de 1998 Veracruz, México

LA BATALLA DELSÉPTIMO SELLO

EN EL GRANMISTERIO DEL

SÉPTIMO SELLODomingo, 3 de mayo de 1998

Veracruz, México

Es nuestra intención hacer una transcripción fi el y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión, y no debe interpretarse como errores del Mensaje. El texto contenido en esta conferencia puede ser verifi cado con las grabaciones del audio o del video. Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio hasta que sea publicado formalmente.

NOTA AL LECTOR

Notas

Notas

LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLOEN EL GRAN MISTERIO

DEL SÉPTIMO SELLO

Dr. William Soto SantiagoDomingo, 3 de mayo de 1998

Veracruz, México

Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes y radioyentes. Es para mí una bendición

y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo fi nal, y así tener una plática con ustedes acerca de todo el Programa Divino que Dios ha prometido llevar a cabo en este tiempo fi nal, conforme al libro del Apocalipsis y demás profecías del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Para lo cual tendremos como tema: “LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO EN EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”. Para lo cual quiero leer en el libro del Apocalipsis y también en el libro o carta del apóstol San Pablo a los Corintios, en su primera carta, capítulo 15, verso 42 al 58. Leemos primero Primera de Corintios, capítulo 15, versos…, vamos a leer versos 49 al 56, donde dice:

DR. WILLIAM SOTO SANTIAGO4

“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio (va a hablar de un misterio del Reino de Dios; dice): No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la fi nal trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad fi rmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Y Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 al 5, dice: “Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.

LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO… 65

Aquí estamos viendo el gran misterio del Séptimo Sello siendo revelado en el occidente, en la América Latina y el Caribe; por lo cual le damos gracias a nuestro amado Señor Jesucristo. Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes y sobre mí también; y pronto sea recogido hasta el último de los escogidos de Dios; y pronto todos los muertos en Cristo resuciten, y nosotros los que vivimos seamos transformados, y luego vayamos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, en la Casa y a la Casa de nuestro Padre celestial; y allí estemos con Cristo esos tres años y medio de la Cena de las Bodas del Cordero, mientras la Tierra pasa por los juicios de la gran tribulación; y luego regresemos a la Tierra, para el glorioso Reino Milenial de Cristo con Su Iglesia y con los seres humanos que estarán viviendo en ese tiempo del Gran Reino Milenial. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes y radioyentes. Ha sido para mí un privilegio grande darles testimonio de este gran misterio: “EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO Y LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO”. Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de Cristo; y con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín. “LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO EN EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”.


sin un Mensaje. Dios envía siempre a Sus profetas con un Mensaje del Cielo. Y ahora, podemos ver que en ese profeta viene el Ángel del Pacto, que es el Verbo, que es la Palabra, que es el Espíritu Santo manifestado en carne humana; como estuvo manifestado en los profetas del Antiguo Testamento, como estuvo manifestado en los apóstoles, como estuvo manifestado en los siete ángeles mensajeros y como estuvo manifestado en nuestro amado Señor Jesucristo. Y así es como el gran misterio del Séptimo Sello y la batalla del Séptimo Sello se abre para todos los escogidos de Dios, se abre este gran misterio, para así nosotros darle la bienvenida al Séptimo Sello, al Ángel que era diferente a los demás, viniendo en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo; y manifestando, operando por medio de ese Ángel, los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. ¿Y dónde están las personas que estarían viendo este gran evento, este gran misterio siendo abierto, siendo cumplido, y recibiéndolo en Su Venida? Pues aquí estamos, en la América Latina y el Caribe; en el territorio donde vendría el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que sería la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, de Jesucristo en Espíritu Santo, del Espíritu Santo, del Verbo, de la Palabra encarnada en un hombre de este tiempo fi nal, del occidente. Aquí estamos dándole gracias a Dios por la bendición tan grande que nos ha tocado y el privilegio tan grande que nos ha tocado: de vivir en el territorio en donde este gran misterio sería cumplido, sería abierto y sería dado a conocer a todos los hijos e hijas de Dios.


Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”. En estos dos pasajes encontramos: en Apocalipsis el Séptimo Sello siendo abierto en el Cielo, que es la Segunda Venida de Cristo; y en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58, encontramos el misterio de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, en donde San Pablo nos dice que sonará la Trompeta Final y luego vendrá la resurrección de los muertos y la transformación de los que vivimos, en donde obtendremos una total victoria porque obtendremos la inmortalidad física también. Nuestro tema es: “LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO EN EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”. El misterio del Séptimo Sello es el misterio más grande de los Cielos y de la Tierra, del cual Cristo —hablando de este misterio de la Segunda Venida de Cristo— dijo que ni en el Cielo ni en la Tierra, nadie sabía cuándo sería el día y la hora; y dijo: “Ni aun los ángeles saben, ni aun el Hijo sabe cuándo será”1. O sea que aun Jesucristo mismo, humanamente no sabía cuándo sería la Venida del Hijo del Hombre en el Día Postrero, porque todavía Dios no había hecho consciente a 1 San Mateo 24:36, San Marcos 13:32


Jesús el misterio de la Segunda Venida en cuanto a cuándo sería el día y la hora de la Segunda Venida de Cristo. No sabía en qué siglo sería la Segunda Venida, pero Él sabía que la Venida del Hijo del Hombre se cumpliría en el tiempo fi nal, y profetizó de la Venida del Hijo del Hombre para el tiempo fi nal; y encontramos algunas profecías de Jesús, el gran profeta de Nazaret, en San Mateo, capítulo 16, versos 27 al 28, donde dice… vamos a ver aquí… vamos a comenzar en el verso 24 para que tengan un cuadro más claro; dice: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”. Y luego, en el capítulo 17, verso 1 en adelante, de San Mateo, dice: “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfi guró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.


ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”. Este Ángel no es el Señor Jesucristo: él es el profeta de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular. Por eso es que no aceptó la adoración de Juan el apóstol, porque no puede ser adorado un hombre. “Dios es Espíritu; y los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque tales adoradores busca el Padre que le adoren”35. Y ahora, podemos ver que este Ángel Mensajero no es Jesucristo, sino que es un profeta de Jesucristo enviado a Su Iglesia, y después será enviado al pueblo hebreo. Este Ángel Mensajero es el profeta mensajero de la Edad de la Piedra Angular para la Iglesia de Jesucristo, y es el profeta de la Dispensación del Reino con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá. Es la primera ocasión en que Jesucristo envía a Su Iglesia un profeta dispensacional. Anteriormente había enviado a Su Iglesia mensajeros de edades, pero ni San Pablo, ni tampoco Ireneo, ni Martín, ni Colombo, ni Lutero, ni Wesley, ni William Branham, ninguno de ellos fue un profeta dispensacional; aunque entre ellos hubo profetas, pero no dispensacionales. Es la primera ocasión en que Dios envía un profeta dispensacional a Su Iglesia, a la Iglesia del Señor Jesucristo; y lo envía con un Mensaje dispensacional; porque Dios no puede enviar un profeta dispensacional 35 San Juan 4:23-24


escogidos de Dios para ser transformados y raptados en este tiempo fi nal. “EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO”. ¿Vieron lo sencillo que es este misterio? Bien dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo que si no vigilábamos nos pasaría por encima el Séptimo Sello, o sea, la Venida del Señor; porque sería tan sencillo todo (que el Séptimo Sello sería cumplido, manifestado, en sencillez), que si no vigilábamos nos pasaría por encima34. El mismo Jesucristo dijo que estuviéramos vigilando. ¿Vigilando por qué? Por Su Venida. Porque vean, sería una cosa tan sencilla que la humanidad ni se daría cuenta del cumplimiento de la Venida del Señor en el Día Postrero, de la Venida del Ángel del Pacto viniendo en carne humana, en un velo de carne del Día Postrero, y manifestando Sus atributos en este tiempo fi nal, los atributos prometidos para ser manifestados en la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles en el Día Postrero; pero el Ángel no es el Señor Jesucristo. Juan el apóstol quiso adorarlo en dos ocasiones: en Apocalipsis, capítulo 19, versos 6 al 10, y Apocalipsis 22, versos 6 al 9, y el Ángel le dijo: “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo…”. Vamos a ver, para que lo tengan en claro; dice Apocalipsis 22, versos 7 en adelante: “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del 34 Los Sellos: “Dios en simplicidad”, pág. 52, párr. 204; “El Primer Sello”, pág. 122, párr. 99; “El Segundo Sello”, pág. 152, párr. 13; “El Tercer Sello”, pág. 197, párrs. 30-31; pág. 209, párr. 90; “El Cuarto Sello”, pág. 264, párr. 157; “Preguntas y respuestas”, pág. 412, párr. 161; “El Sép mo Sello”, pág. 449, párr. 54; pág. 472, párr. 165


Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos (era una visión que Cristo les dio a Sus discípulos allí). Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. En este pasaje de San Mateo, capítulo 17, verso 1 al 13, tenemos la visión de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles viniendo en el Reino de Su Padre. Recuerden que esta es una visión que contiene todos los elementos que estarán manifestados en la Venida del Hijo del Hombre


con Sus Ángeles en el Reino de Su Padre. Todo está allí mostrado en esa visión, todo está en miniatura allí, para ser cumplido en el Día Postrero. Y ahora, tenemos la promesa de que la Venida del Reino de Dios, con el Hijo del Hombre viniendo con Sus Ángeles, será cumplida en el Día Postrero, que es el séptimo milenio; porque “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”, dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el Salmo 90, verso 4, el cual es un salmo del profeta Moisés. Un día delante de Dios, para los seres humanos es mil años; y cuando Jesús habló del Día Postrero está hablando del milenio postrero, en donde Cristo realizará la resurrección de los muertos en Cristo. La promesa está en San Juan, capítulo 6, versos 39 al 40, donde dice: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Esa es una promesa de Cristo para ser cumplida en el Día Postrero. También en San Juan, capítulo 11, versos 21 en adelante, dice: “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero”.


las Bodas del Cordero; y luego veremos a Jesucristo en Su cuerpo glorifi cado; pero antes, solamente lo estaremos viendo manifestado en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero. Ese es el misterio del Séptimo Sello, ese es el gran misterio del Séptimo Sello siendo revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo; y ese es el misterio también relacionado a la batalla del Séptimo Sello por la cual tendrá que pasar el Séptimo Sello, o sea, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová en carne humana en el Día Postrero. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de este gran misterio del Séptimo Sello, en donde dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo que ese Jinete del caballo blanco vendrá (¿dónde y de dónde?) del occidente, o sea, del continente americano. El velo de carne será un hombre del occidente; ese será el Ángel del Señor Jesucristo, el cual estará en medio de la Iglesia de Jesucristo, el cual será un redimido con la Sangre de Jesucristo, el cual habrá nacido en el Reino de Dios, en la Iglesia de Jesucristo, por medio de creer en Cristo como su Salvador y lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y recibir Su Espíritu Santo. Ese es el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo33 en el Día Postrero; ese es el Ángel que tiene en el Día Postrero el Sello del Dios vivo, el Espíritu Santo manifestado en él, en carne humana, conforme a la promesa divina. Ese es también el Mensajero al pueblo hebreo; pero primero viene en medio de la Iglesia de Jesucristo, para llamar y juntar a los escogidos de Dios con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, y preparar así a todos los 33 Apocalipsis 7:2


manifestado el Ángel del Pacto en Su Ángel Mensajero. Ahora podemos ver que aunque habrá una batalla por la cual pasará el Séptimo Sello, o sea, la Segunda Venida de Cristo, la promesa es, la profecía dice, hablando de los diez reyes y de la bestia, dice (vamos a leer aquí): “La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición”. Estoy leyendo Apocalipsis 17, verso 11 en adelante; dice: “Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fi eles”. Aquí tenemos la profecía de ese enfrentamiento entre Cristo y el anticristo; porque la bestia perseguirá, combatirá la Segunda Venida de Cristo, la bestia y esos diez reyes; pero, vean ustedes, encontramos que ese combate, esa lucha, vean ustedes, será el diablo que estará manifestado en el anticristo, en la bestia, y combatirá la Venida de Cristo, el Ángel del Pacto viniendo en carne humana en Su Ángel Mensajero. Y con Su Ángel Mensajero vendrán también, luego que haya sonado la Trompeta, al fi nal, vendrán los muertos en Cristo y estarán con Él, y nosotros los que vivimos seremos transformados y estaremos con Él también; estaremos con Cristo manifestado en Su Ángel Mensajero. Y luego de estar aquí en la Tierra de 30 a 40 días en el nuevo cuerpo, luego nos iremos con Cristo a la Cena de


Esto fue lo que Jesús había enseñado en el capítulo 6 de San Juan: que en la resurrección Él resucitaría a todos los santos creyentes en Él, y eso sería para el Día Postrero; y Marta conocía la enseñanza de Jesús, de la resurrección de los santos en Cristo para ser resucitados (¿cuándo?) en el Día Postrero. “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo (Marta): Sí, Señor (ella creyó lo que Jesús le dijo); yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”. Ahora vean ustedes la revelación divina que Marta tenía con relación a Jesús de Nazaret: sabía que era el Hijo de Dios; sabía (Marta) que su hermano Lázaro resucitaría porque era un creyente en nuestro amado Señor Jesucristo; y ella sabía que la resurrección sería para el Día Postrero, de todos los creyentes en Cristo, porque Cristo había hecho la promesa para todos los creyentes diciendo: “… y yo le resucitaré en el día postrero”. Pero en este caso de Lázaro, Cristo está colocando a Lázaro como tipo y fi gura de todos los creyentes en Él que serán resucitados en el Día Postrero si han muerto sus cuerpos físicos; y si sus cuerpos físicos no han muerto, sino que están vivos, y vean la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles y luego vean a los muertos en Cristo resucitados, esas personas serán transformadas: sus cuerpos serán cambiados en sus átomos, y entonces tendrán un cuerpo eterno, un cuerpo nuevo, como el de nuestro amado Señor Jesucristo, así como también los santos que resucitarán tendrán un cuerpo eterno.


Pero Cristo va a tomar como tipo y fi gura, como símbolo de los muertos en Cristo que van a resucitar en el Día Postrero, va a colocar a Lázaro como ejemplo, para mostrar que es Cristo el que va a resucitar a los creyentes en Él que han muerto, así como va a resucitar a Lázaro como ejemplo de que Él tiene ese poder para llevar a cabo esa resurrección en el Día Postrero. Y ahora, toma a Lázaro como ejemplo, el cual había dormido, dijo Jesús; pero en la forma de hablar de los seres humanos se dice: “Ha muerto”; pero para los hijos e hijas de Dios se dice: “Ha dormido”, porque los hijos de Dios no mueren, porque ellos tienen vida eterna. Solamente duerme o muere el cuerpo físico, pero en el Día Postrero los muertos en Cristo se levantarán en cuerpos eternos. Solamente es durmiendo hasta que llegue ese momento, durmiendo la parte física de la persona; pero despertará en un cuerpo eterno, despertará a esta realidad que vivimos nosotros aquí en la Tierra, porque vendrán de la sexta dimensión (de la dimensión donde se encuentran en sus cuerpos teofánicos), vendrán, regresarán, resucitarán en un cuerpo eterno que Cristo les dará; y entonces estarán con nosotros nuevamente aquí en la Tierra, todos los de las diferentes etapas o edades de la Iglesia de Jesucristo, estarán con nosotros en este tiempo fi nal, y nosotros los que vivimos seremos transformados. Ahora, cuando decimos “nosotros los que vivimos seremos transformados y los muertos en Cristo serán resucitados”, se refi ere a las personas que han creído en Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre preciosa de Jesucristo, y han recibido el Espíritu de Jesucristo, el Espíritu Santo; y por consiguiente han obtenido el nuevo nacimiento, han nacido de nuevo, han nacido en el Reino de Dios.


Y ahora, vean lo que dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo en el mensaje “El único lugar provisto por Dios para adorar” (página 1 y 2); y ahora, en el libro de Citas, el cual contiene extractos de diferentes mensajes del reverendo William Branham, encontramos, en la página 166 y verso 1485, el extracto que dice: 1485 – “Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ‘¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?’. Y sólo recuerden, del oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como estemos listos. Vean ustedes, es una promesa”. Si es una promesa, tiene que estar en la Biblia; y esa promesa está en Apocalipsis 19, que es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, el cual es el Verbo viniendo en el Día Postrero. Es la Venida del Verbo; es la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto; es la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en carne humana en Su Ángel Mensajero en este tiempo fi nal, en el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Y si encontramos a ese Ángel Mensajero, estaremos encontrando en él al Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová, a Jesucristo en Espíritu Santo manifestado; y estaremos encontrando ahí los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús siendo manifestados, siendo operados por el Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero. Ahora hemos visto el misterio, EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO, y hemos visto también LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO por la cual tendrá que pasar. Tendrá que pasar por una batalla la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles,


Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Es en el occidente, el continente americano, donde el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 viene manifestado en carne humana en este tiempo fi nal. Es en el occidente donde viene el Verbo, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Jesucristo, la Palabra encarnada en un hombre. El continente americano consta de Norteamérica, Centroamérica, Suramérica y el Caribe. Y ya la parte correspondiente a Norteamérica fue cumplida en la séptima edad de la Iglesia gentil, donde envió al precursor de la Segunda Venida de Cristo, el reverendo William Branham, y se cumplió la séptima edad de la Iglesia gentil. Y ahora solamente queda (del continente americano, del continente del occidente) la América Latina y el Caribe, para el cumplimiento de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Venida de la Palabra encarnada en un hombre; es la Venida del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto viniendo en carne humana en el Día Postrero, vistiéndose de carne humana, vistiéndose de un velo de carne en medio de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero. Y ahora, vean ustedes, solamente nos queda el territorio latinoamericano y caribeño para el cumplimiento de la Edad de la Piedra Angular y el cumplimiento de las cosas que Él ha dicho que hará en el Día Postrero; y por eso viene en la Edad de la Piedra Angular manifestado en Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo fi nal. ¿Y dónde viene? En el occidente, en la América Latina y el Caribe, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.


Cristo hablando del nuevo nacimiento, el cual coloca a la persona en el Reino de Dios, dijo a Nicodemo, cuando Nicodemo le visitó de noche; dice así, San Juan, capítulo 3, verso 1 en adelante: “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (o sea, no lo puede comprender). Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”. No se puede maravillar ni Nicodemo, ni ser humano alguno, de que se requiera nacer de nuevo para entrar al Reino de Dios o Reino de los Cielos, porque toda persona necesita creer en Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo y recibir Su Espíritu Santo; y así es como se efectúa en la persona el nuevo nacimiento, y así nace en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, nace así en el Reino de Dios o Reino de los Cielos, y viene a ser parte de ese Cuerpo Místico de creyentes llamado la Iglesia del Señor Jesucristo.


Si esa persona muere en cuanto a su cuerpo físico, no tiene ningún problema, porque esa persona ya tiene vida eterna cuando creyó en Cristo, esa persona recibió vida eterna, y por consiguiente ya es una persona inmortal; pero su cuerpo físico es mortal, y por eso su cuerpo físico muere; pero la persona sigue viviendo en alma y en espíritu, porque tiene un espíritu teofánico de la sexta dimensión, un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, que es parecido a este cuerpo que nosotros tenemos aquí en la Tierra, pero es un cuerpo de otra dimensión: de la sexta dimensión. Y la persona, si muere su cuerpo físico, va a vivir en ese cuerpo teofánico, va al Paraíso a vivir; hasta que llegue el momento de la resurrección de los muertos en Cristo, en donde regresará esa persona o esas personas, y tomarán un nuevo cuerpo, un cuerpo eterno; no el mismo cuerpo que tuvieron cuando vivieron aquí en la Tierra, porque el cuerpo que hemos obtenido por medio del nacimiento a través de nuestros padres terrenales es un cuerpo mortal, corruptible y temporal. Por eso se requiere, para vivir eternamente, un cuerpo eterno; porque la carne y la sangre no pueden heredar la incorrupción, la carne y la sangre no pueden heredar tampoco el Reino de Dios. Estaremos en el glorioso Reino Milenial de Cristo, reinando con Él como reyes y sacerdotes, cuando estemos en el nuevo cuerpo; pero en este cuerpo mortal tenemos que estar viviendo en este planeta Tierra como los demás seres humanos, y teniendo un trabajo terrenal como los demás seres humanos: el que la persona escoja o el que la persona pueda obtener aquí en la Tierra, de acuerdo a su condición económica y social.


los ministerios de Moisés por segunda vez, de Elías por quinta vez y de Jesús por segunda vez. Eso es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19: la Venida del Verbo en carne humana en el Día Postrero. Y ahora, hemos visto que esto es para ser cumplido en la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, la pregunta de muchos es: “¿Y en qué territorio se estará cumpliendo esa promesa: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles viniendo en carne humana en el Día Postrero?”. El precursor de la Segunda Venida de Cristo nos habló de ese Jinete y de dónde vendría ese Jinete. Ahora, encontramos que a través de las edades Cristo ha estado viniendo de edad en edad, manifestado en carne humana en cada ángel mensajero, y ha estado (¿dónde?) en el territorio donde envió a cada uno de esos mensajeros, y en la edad en donde se cumplió Su Obra correspondiente a ese ministerio que operó en cada ángel mensajero; y llamó y juntó a Sus escogidos en cada una de esas edades, en el territorio correspondiente a cada edad; y de ahí se extendió el Mensaje a otras naciones. Y ahora, vean ustedes, la Primera Venida de Cristo fue en la tierra de Israel. Cristo dijo32: “Como el relámpago que sale del oriente (o sea, la tierra de Israel) y se muestra en el occidente (el occidente es el continente americano), así será la Venida del Hijo del Hombre”. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifestará, se revelará; o sea, se revelará, se manifestará como el relámpago resplandeciendo (¿dónde?) en el occidente. Es en el occidente donde resplandece la Venida del 32 San Mateo 24:27


Ángel Mensajero, que es el último profeta: el profeta de la Dispensación del Reino, de la séptima dispensación, que viene con el Mensaje del Evangelio del Reino, y es también el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Ese es el instrumento de Cristo en el cual estará Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Verbo encarnado en el Día Postrero. Ahí es donde estará manifestado en carne humana el Ángel que era diferente a los demás, que apareció en esta nube formada por ángeles en febrero 28 de 1963. Y con la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero, la cabellera blanca del Señor (lo cual es un tipo y fi gura que será cumplido en el Día Postrero con la Venida de ese Ángel que era diferentes a los demás manifestado en carne humana), tendremos a Jesucristo como Juez de toda la Tierra, y como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Hemos visto en esta ocasión este misterio: el misterio de LA BATALLA DEL SÉPTIMO SELLO BAJO EL GRAN MISTERIO DEL SÉPTIMO SELLO; el gran misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Pero recuerden: el instrumento, el velo de carne, el Ángel de Jesucristo, no es Jesucristo ni es Moisés ni es Elías; es un redimido por la Sangre de Cristo, un hijo de Dios del Cuerpo Místico de Cristo, el cual estará en el Día Postrero (en el séptimo milenio) aquí en la Tierra; y estará en la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular como el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo. Y a través de ese hombre, de ese mensajero, estará Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto manifestado, operando


Ahora, podemos ver que no tiene gran importancia en qué trabajemos aquí en la Tierra, siempre y cuando sea un trabajo honrado y podamos ser fi eles a Cristo aun en nuestro trabajo. Toda persona debe tener un trabajo, pero que sea un trabajo honroso, un trabajo que esté de acuerdo a las leyes del país donde vive; no debe meterse en negocios dudosos, que estén fuera de la ley de su país. Ahora, conforme a la vida terrenal, nosotros vivimos aquí en esta Tierra estando en este cuerpo mortal, corruptible y temporal; pero cuando tengamos el nuevo cuerpo, entonces estaremos en la posición y función de reyes y sacerdotes con Cristo, en el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Y antes de llegar ese glorioso Reino Milenial, que será después de la gran tribulación, donde los juicios divinos se derramarán sobre la Tierra, antes de eso nosotros obtenemos ese glorioso cuerpo eterno, aun antes de la gran tribulación; y estaremos aquí en la Tierra en ese cuerpo por 30 o 40 días, y después nos iremos a la Casa de nuestro Padre celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. O sea que el rapto o arrebatamiento de los escogidos de Dios, de la Iglesia de Jesucristo, será en cuerpos eternos. Ninguna persona podrá ser arrebatado y llevado a las Bodas del Cordero estando en el cuerpo mortal, corruptible y temporal; necesita un nuevo cuerpo, necesita estar vestido con la vestidura del nuevo cuerpo para poder ir a la Cena de las Bodas del Cordero. Ese cuerpo nuevo lo recibiremos estando nosotros aquí en la Tierra, cuando veamos a los muertos en Cristo resucitados en cuerpos eternos. Ahora, antes de ocurrir la resurrección de los muertos


en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, dice el apóstol San Pablo que sonará la Trompeta, la Trompeta Final. Y ahora, es importante saber lo que es la Trompeta Final, lo cual o la cual estará sonando en el Día Postrero, en el tiempo en donde los muertos en Cristo han de resucitar y nosotros los que vivimos hemos de ser transformados. Para poder comprender lo que es la Trompeta Final, tenemos que ir a las Escrituras; y vamos a Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, donde dice el apóstol San Juan: “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor…”. ¿Dónde estaba Juan?, ¿a qué tiempo fue transportado Juan? Al Día del Señor. El Día del Señor es el séptimo milenio; ese es el Día Postrero, ese es el Día del Señor. “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta (¿Qué escuchó? Una gran voz como de trompeta), que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. ¿Quién es el Alfa y Omega?, ¿quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Juan el apóstol, siendo transportado en espíritu (o sea, en su cuerpo teofánico) al Día del Señor (o sea, al séptimo milenio), escuchó una gran voz como de trompeta hablando, hablándole, y le decía: “Yo soy el Alfa y Omega, el primero y el último”. Es la Voz de nuestro amado Señor Jesucristo hablando en el Día Postrero e identifi cándose como el mismo que estuvo en un cuerpo de carne humana dos mil años atrás. Y ahora, para el Día Postrero Él estará nuevamente en la Tierra, en medio de Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia con esa Gran Voz de Trompeta.


humanidad lo que Cristo ha dicho en este tiempo fi nal; y así será como la Tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, de la gloria de Jesucristo en Su Venida en este tiempo fi nal. Ahora, el Ángel del Señor Jesucristo, donde estará esta manifestación de Cristo en Espíritu Santo manifestando los ministerios de Moisés, de Jesús y de Elías: ese Ángel no es Moisés, ese Ángel tampoco es Elías y ese Ángel tampoco es Jesús. Él es un hombre de este tiempo fi nal, un ser humano de este tiempo fi nal redimido por la Sangre de Cristo y lleno del Espíritu de Cristo; es un miembro del Cuerpo Místico de Cristo, uno nacido en el Cuerpo Místico de Cristo por el Espíritu Santo, nacido de nuevo; en el cual estará Jesucristo en Espíritu Santo manifestado cumpliendo todas estas promesas, estará Jesucristo, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que es Jesucristo. En el Antiguo Testamento es llamado el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; y en el Nuevo Testamento es Jesucristo. Y luego que ascendió al Cielo, vean ustedes, le apareció a Saulo de Tarso en la Columna de Fuego. Le dice a Saulo de Tarso: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Y Saulo, sabiendo que ese era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el cual le había hablado a Moisés, le dice: “Señor (o sea, Elohim), ¿quién eres?”. Y ahora, Ese que está hablando desde esa luz más potente que el sol, le dice: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”31. Vean ustedes, Jesucristo es la Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, es Jesucristo en Espíritu Santo, el cual en el Día Postrero vendrá en carne humana en Su 31 Hechos 9:1-5


Trompeta o Trompeta Final o Trompeta de Dios; y así estará hablándonos y revelándonos por medio de carne humana, por medio de ese instrumento, estará revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. Ese velo de carne será llamado o es llamado en la Escritura: el Ángel de Jesucristo: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Apocalipsis, capítulo 22, verso 16. Y sigue diciendo ahí mismo, vean ustedes, sigue diciendo: “Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. Ahora, podemos ver aquí que Jesucristo envía Su Ángel Mensajero; y es por medio de Su Ángel Mensajero que Jesucristo se revela, se manifi esta, y opera, manifi esta en él, todos estos atributos; y por medio de él se manifi esta como la raíz y el linaje de David, y como la Estrella resplandeciente de la Mañana, y nos habla todas estas cosas que deben suceder pronto; y así es como estaremos escuchando la Voz del Espíritu Santo en el Día Postrero. “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven”. O sea, el Espíritu Santo por medio de Su manifestación en carne humana en Su Ángel Mensajero, estará hablando todas estas cosas que deben suceder pronto. Y la Esposa, que es la Iglesia de Jesucristo, estará diciendo lo mismo, porque tendrá a Cristo manifestado en medio de ella en carne humana: en Su Ángel Mensajero, y estará oyendo la Voz de Cristo; y luego estará dándole a conocer a la


Y ahora, lo encontramos nuevamente en Apocalipsis, capítulo 4 y verso 1, donde dice Juan: “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Ahora, tenemos la invitación de Cristo hablando con esa Voz de Trompeta: es la Voz de Cristo hablando con esa Voz de Trompeta en el Día Postrero e invitándonos a subir donde Él está: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”. Cristo ha estado en Su Iglesia de edad en edad, manifestado por medio del mensajero de cada edad, Cristo en Espíritu Santo ungiendo al mensajero de cada edad y hablando por medio del mensajero de cada edad durante estas siete etapas o edades de la Iglesia gentil. En la primera edad de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles estuvo Cristo en Espíritu Santo manifestado en San Pablo. San Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí”2. Fue Cristo en San Pablo hablando en aquella primera etapa o edad de la Iglesia gentil, la cual se cumplió en Asia Menor. Fue el mismo que le apareció a Moisés en aquella Columna de Fuego3; ahora le había aparecido a Saulo de Tarso en el camino a Damasco, en esa misma Luz o Columna de Fuego (que es una luz más fuerte que la luz del sol), y le dijo a Saulo de Tarso: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón”. Y San Pablo, sabiendo que era la Voz del mismo que le había hablado a Moisés allá en el monte Sinaí, le 2 Gálatas 2:203 Éxodo 3:1-10


dice: “Señor, ¿quién eres?”4; porque ese era el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, como le había dicho a Moisés. Y ahora Saulo quiere saber quién es porque le dice que lo está persiguiendo, y Saulo lo que está persiguiendo es a los cristianos, a los creyentes en Jesucristo; porque Saulo era un hombre muy celoso de su religión, y estaba dispuesto aun a matar a cualquier persona por defender su religión. Como hay muchas personas también que se van a los extremos, se van hasta el fanatismo, y hasta se atreven a matar a cualquier otra persona; y entonces se encuentran en la posición de criminales ante la presencia de Dios, se encuentran en la posición en que se encontró Caín cuando mató a su hermano Abel5; y entonces se encuentran con sus manos manchadas en sangre, en la sangre de sus hermanos; y luego tendrán que dar cuentas a Dios, porque la sangre de sus hermanos clama delante de la presencia de Dios. Y ahora, vean ustedes cómo las personas que se van a los extremos religiosos cometen graves errores, de los cuales después tendrán que darle cuenta a Dios. Ahora, vean ustedes cómo en los tiempos de Jesús y aun de los profetas del Antiguo Testamento, cuando Dios enviaba un profeta, en la mayor parte de las ocasiones los perseguían y hasta los mataban. Encontramos que a Moisés, el mismo pueblo que él sacó de Egipto, por diez ocasiones quisieron matar a su profeta Moisés6; no todo el pueblo, sino personas que se

4 Hechos 9:1-55 Génesis 4:8-116 Números 14:22


Es Jesucristo en Espíritu Santo, es el Espíritu Santo, pues el Verbo es el Espíritu Santo; es el Ángel del Pacto, es Dios en y con Su cuerpo teofánico; pero Él vendrá en este tiempo fi nal conforme a Apocalipsis, capítulo 19, y conforme a Apocalipsis, capítulo 10, y conforme a San Mateo, capítulo 24, verso 30 al 31. Y ahora, ¿cómo será Su Venida? El precursor de la Segunda Venida de Cristo dice en la página 256 de Los Sellos en español, haciendo referencia al Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, dice: “121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”. ¿Qué será la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, la Venida del Verbo viniendo en el Día Postrero? Será la Venida del Verbo viniendo en carne humana en el Día Postrero. Si encontramos el velo de carne donde estará el cumplimiento de la Venida del Espíritu Santo, de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, pues estaríamos encontrando la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 en carne humana; así estaremos encontrando la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en el Día Postrero, porque ahí estarán los ministerios de Moisés por segunda ocasión, de Elías por quinta ocasión y de Jesús por segunda ocasión. Y así cumplirá Cristo Su Venida en Espíritu Santo: tomando un velo de carne del tiempo fi nal, de este tiempo fi nal, a través del cual estará manifestado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, en medio de Su Iglesia gentil, dándonos Su Mensaje de la Gran Voz de


del Hombre con Sus Ángeles. Y ahora, por cuanto para este tiempo fi nal Dios envió un precursor, el precursor de la Segunda Venida de Cristo… Así como envió para la Primera Venida de Cristo un precursor, que fue Juan el Bautista, ahora para el tiempo fi nal envió al precursor de la Segunda Venida de Cristo con el espíritu y virtud de Elías, el cual fue el reverendo William Branham. Él vino con el espíritu y virtud de Elías, en la cuarta manifestación del ministerio de Elías en medio de la raza humana. Y ahora, veamos lo que dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo que estará sucediendo en este tiempo fi nal. En la página 134 del libro de Los Sellos en español dice: “142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”. Y ahora veamos lo que será la encarnación o la Venida del Espíritu Santo encarnado en el Día Postrero. En la página 277 del libro de Los Sellos en español, orando dice el reverendo William Branham: “[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”. ¿Cómo vendrá el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? ¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, que tiene por nombre EL VERBO DE DIOS?


levantaron en contra de Moisés y quisieron ser líderes también, y levantaron al pueblo en contra del profeta Moisés; y decían que era mejor regresar a Egipto que seguir en esa trayectoria hacia la tierra prometida por el desierto, en donde había tantas difi cultades. En la trayectoria cristiana hacia la inmortalidad que Cristo ha prometido tenemos un camino lleno de muchas difi cultades, de muchas pruebas en el camino; pero miren, todas esas pruebas y esas situaciones difíciles es a causa de que nosotros todavía estamos en estos cuerpos mortales. Y por cuanto todo obra para bien, encontramos que las personas, cuando las cosas están buenas, le dan gracias a Dios y dicen: “Yo le sirvo a Dios porque Él me bendice; me prospera materialmente y me da tantas cosas que yo le sirvo a Dios”. Pero ahora, ¿qué si en vez de tener todas esas bendiciones materiales le vienen pruebas como a Job? Job era un hombre rico y el diablo dijo, acerca de Job, le dijo a Dios: “Job te sirve a Ti porque Tú lo tienes bien, lo has bendecido grandemente, y así cualquiera sirve a Dios, así cualquiera te sirve. Permíteme quitarle todos los bienes, y verás que va a dejar de servirte”7. Dios tiene confi anza en Sus hijos. Dios sabe que un hijo o una hija de Dios le sirve a Dios tenga o no tenga comodidades terrenales, le sirve a Dios tenga bienes terrenales o no tenga bienes terrenales. Un hijo o una hija de Dios le sirve a Dios en las buenas y también en las malas. Y el diablo decía que eso no era así. Y Dios le permitió quitarle todos los bienes… El diablo dijo: “Permíteme que le quite todos los bienes, y verás que te va a negar”. Le dijo: “Puedes quitarle todos los bienes, pero su alma no 7 Job 1:6-22


la toques”. Le quitó todos los bienes, y aun le quitó a los hijos; y Job lo que dijo fue, cuando le dieron la noticia que había perdido todos los bienes y que había perdido a sus hijos también, Job dijo: “Dios dio y Dios quitó; sea el Nombre de Jehová, el Nombre de Dios bendito”. Un hijo o una hija de Dios puede tener muchas facilidades económicas, y de momento las pierde, y dice: “Sea el Nombre del Señor Jesucristo bendito. Seguiré sirviendo a mi Señor Jesucristo”; porque un hijo de Dios sirve a Dios o como pobre o como rico. No hay ninguna diferencia para servir a Dios. Y pueden morir de su familia, o sus padres, o alguno de sus hijos o todos los hijos, y el hijo de Dios o hija de Dios dice: “Dios dio, Dios quitó; y me los quitó, pero se los llevó a un lugar mejor. ¡Se los llevó al Paraíso! Ya no tendrán que estar sufriendo aquí en las luchas de esta vida terrenal. Así que están allí seguritos, y yo los volveré a ver en la resurrección. ¡Sea el Nombre del Señor Jesucristo bendito!”. Y sigue hacia adelante en su vida cristiana. No se pone a decir: “Señor, ¿por qué me los llevaste! Y siendo que me diste a estos hijos, ¿por qué murieron en esta forma!”. No se pone a pelear con Dios. “Señor, Tú me diste estos hijos, y ahora te los llevas, y allá pues los tienes mejor. Me los llevas para el Paraíso, para pasar unas vacaciones allí hasta que ocurra la resurrección; y me los enviarás de nuevo en un cuerpo nuevo, donde no tendrán problemas, en un cuerpo inmortal. Pero yo seguiré hacia adelante, los esperaré cuando regresen, y yo tendré también un cuerpo eterno”. ¿Ven? Así que no hay ningún problema. “Dios dio y Dios quitó”. Ahora, podemos ver que todo obra para bien, dice el apóstol San Pablo, obra para bien para los escogidos


Y ahora, el verso 14… Estaba citándoles San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante. Y ahora en el verso 14 de San Juan, capítulo 1, dice: “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”. El mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que le apareció a Abraham, a Isaac, a Jacob y a diferentes profetas del Antiguo Testamento, y que le apareció a Moisés y que usó a Moisés para la liberación del pueblo hebreo, ahora encontramos que vino vestido de carne humana, vino vestido de humano. El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová —que es un hombre de la sexta dimensión—, ahora se vistió de una vestidura humana, de un cuerpo humano, y vino en medio del pueblo hebreo para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario con ese cuerpo humano. Y ahora, para el Día Postrero, está prometido en la Escritura el Verbo viniendo nuevamente: [Apocalipsis 19:14] “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino fi nísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. Porque es el Rey de reyes y Señor de señores el que viene en el Día Postrero; es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo viniendo en el Día Postrero en Espíritu Santo, y tomando un velo de carne en medio de la raza humana, y por medio de ese velo de carne manifestándose en el cumplimiento de la Venida del Hijo


fue presentado al faraón, era de 30 años cuando fue colocado como segundo en el reino del faraón y cuando recibió también ese nombre nuevo y esa posición nueva como segundo en el imperio del faraón; a tal grado que sus hermanos no lo conocieron cuando lo vieron, cuando vinieron a comprar alimento en Egipto30. Estaba vestido con vestidura gentil: estaba arreglado en la forma que los gentiles se arreglaban y, vean ustedes, estaba vistiendo ropa gentil; y era el que estaba a cargo del alimento para la preservación de la vida de las personas. Y ahora, todo esto nos habla de Cristo y nos habla del tiempo en que Cristo se revelará al pueblo hebreo, en donde no se darán cuenta que es el mismo que estuvo dos mil años atrás en carne humana, en aquel velo de carne llamado Jesús; no se darán cuenta que es el mismo Ángel del Pacto que estuvo velado en carne humana en aquel joven obrero de la construcción llamado Jesús. Ahora, en el tiempo fi nal, Él vendrá nuevamente, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, vendrá nuevamente velado en carne humana. Vean ustedes aquí, dice [Apocalipsis 19:13]: “Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS”. Tiene una vestidura teñida en sangre, y Su Nombre es EL VERBO DE DIOS. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”.30 Génesis 42:1-8


de Dios. ¿Dónde está eso escrito? En Romanos, capítulo 8, dice el apóstol San Pablo, el cual tuvo grandes experiencias, el cual perdió su posición en el Concilio del Sanedrín, perdió su posición con la religión hebrea bajo la Ley, y todo obró para bien: vino a ser una persona más importante de lo que era allá con la religión hebrea, allá en el Sanedrín: vino a ser el gran apóstol de Jesucristo de los gentiles para la primera edad de la Iglesia gentil, vino a ser el ángel mensajero de la primera edad de la Iglesia gentil; y en el glorioso Reino Milenial tendrá una posición muy importante. Y ahora, el sumo sacerdote del tiempo de San Pablo, miren ustedes, era la persona más importante en medio del pueblo hebreo, y no perdió aquella posición en medio del pueblo hebreo, pero no tiene nada para el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Así que, vean ustedes, Pablo lo perdió todo, pero ganó la posición más importante que hombre alguno podía ganar en aquellos días entre los gentiles, en la primera edad de la Iglesia gentil: la posición más alta era la de ser el ángel mensajero de esa primera edad. Así como San Pedro fue el mensajero para el grupo de los hebreos allá en la tierra de Israel, que creyeron el Mensaje de Jesucristo. Él fue el líder máximo del grupo hebreo allá, creyente en Jesucristo; aunque las columnas de la Iglesia hebrea o de la Iglesia entre los hebreos, como se ve en el libro de los Hechos, era Jacobo (Santiago) y también Juan. Pero ahora, podemos ver que San Pablo entre los gentiles obtuvo la posición más alta que un ser humano podía lograr ante la presencia de Dios; así también ha sido para cada ángel mensajero que Dios ha enviado en cada


edad, tanto de las siete edades de la Iglesia gentil como de la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, San Pablo dice, en el capítulo 8 de Romanos, verso 28 en adelante, dice… Capítulo 8, versos 14 al 18, dice: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorifi cados”. Vean, Dios dejó una porción de sufrimientos, de padecimientos, para los escogidos de Dios, los miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Por eso dice: “… si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorifi cados. Pues tengo por cierto que las afl icciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”. Las glorias venideras que han de manifestarse en nosotros cuando tengamos el nuevo cuerpo, vean ustedes, es o son tan grandes que no podemos comparar los sufrimientos que tengamos aquí en la Tierra en este cuerpo mortal, no los podemos comparar con las glorias venideras que se van a manifestar en nosotros cuando tengamos el nuevo cuerpo: seremos reyes y sacerdotes en el glorioso Reino de Jesucristo; y no hay posición más alta que esa en el glorioso Reino de Jesucristo, en ese glorioso Reino Milenial; y estaremos con Él allí.


[Apocalipsis 19:12] “Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo”. O sea que viene con un nombre que ninguno conoce, con un nombre nuevo, en Su Segunda Venida. Ese nombre nuevo es el Nombre que corresponde a la Segunda Venida de Cristo; pues Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12… vamos a ver, para que podamos ir teniendo el cuadro claro. Capítulo 3, verso 12, dice aquí Cristo, en Apocalipsis: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Cristo tiene un nombre nuevo. Nuestro Señor Jesucristo cuando murió, resucitó y ascendió al Cielo, recibió un nombre nuevo. Así como el profeta José: cuando le interpretó el sueño a Faraón, y fue colocado como segundo en el trono - en el imperio del faraón, José recibió un nombre nuevo allí, conforme a Génesis, capítulo 41; y ese nombre nuevo que recibió allí, miren ustedes, dice: capítulo 41, versos 45 en adelante, del Génesis, dice: “Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto. Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto”. Ahora podemos ver… vean, tenía como 30 años, era como de 30 años; era de edad de 30 años cuando


siete ángeles mensajeros de Jesucristo, y como estuvo en el velo de carne llamado Jesús. Para el Día Postrero, encontramos en Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 en adelante, que regresa el Verbo en medio de los seres humanos. Dice así: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea”. Ahí tenemos que habrá una batalla, una lucha… Viene una lucha espiritual primeramente. Luego la bestia, con los reyes que le darán su poder y su autoridad, se levantarán en contra de la Segunda Venida de Cristo, conforme a las profecías… Vamos a ver dónde están estas profecías. Capítulo 17 de Apocalipsis, versos 11 al 14, dice: “La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición. Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fi eles”. Son los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, los cuales en el Día Postrero resucitarán en cuerpos eternos; y los que estamos vivos pues seremos transformados, y así también estaremos con este Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Este Jinete del caballo banco de Apocalipsis 19 es Cristo en Su Segunda Venida. Vamos a continuar leyendo para que tengamos el cuadro claro; aquí dice:


Con ningún dinero del mundo usted puede obtener esa bendición, esa posición. Ha sido dada por gracia a todos los hijos e hijas de Dios que han creído en Cristo como su Salvador, y han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y han recibido Su Espíritu Santo; y por consiguiente han nacido de nuevo y han obtenido un cuerpo nuevo, un cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y en el Día Postrero obtendrán un cuerpo físico también, y eterno, en el cual viviremos por toda la eternidad. Ahora, sigue diciendo en el mismo capítulo 8, verso 28 en adelante: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Ahora, vean ustedes, hemos sido predestinados para ser a imagen y semejanza de nuestro Señor Jesucristo; para así tener un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, un espíritu teofánico como el de Cristo, y también tener un cuerpo glorifi cado como el de Jesucristo, y todos ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo; y Él estar en nosotros y con nosotros, y entre nosotros, como nuestro hermano mayor. Dice San Pablo: “… para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Él es nuestro hermano mayor; por eso Él obtuvo Su cuerpo teofánico primero que nosotros, y obtuvo Su cuerpo físico y eterno primero que nosotros. Nuestras almas vienen de Dios, son eternas; estábamos


con Dios siempre, eternamente. Esas almas son los hijos e hijas de Dios, son almas eternas. El ser humano es alma, espíritu y cuerpo. Lo más importante de la persona es su alma. Por eso es que Jesús dice8: “¿De qué le vale al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. ¿Por qué? Porque su alma es lo que en realidad es la persona. El cuerpo físico es solamente una casa, o sea, una vestidura terrenal; y el espíritu que recibe la persona cuando nace es otro cuerpo de otra dimensión. O sea que la persona tiene dos cuerpos: tiene un cuerpo interior y un cuerpo exterior. Al cuerpo interior se le llama “el hombre interior”, y al cuerpo exterior se le llama “el hombre exterior”; y dentro de ese cuerpo interior está el alma de la persona. El alma de la persona viene de Dios si es un hijo de Dios o una hija de Dios. Cristo dijo9: “Toda planta que no sembró mi Padre celestial, será cortada, será desarraigada, y echada al fuego”. Y ahora, vean ustedes cómo todas estas almas que vienen de Dios tienen la promesa de redención. Por ellos vino Cristo en Su Primera Venida como Cordero de Dios, para morir en la Cruz del Calvario y derramar Su Sangre por nosotros, y con Su Sangre limpiarnos de todo pecado; y así ser justifi cados con Dios, como si nunca antes hubiésemos pecado, y así ser restaurados a la vida eterna. Por eso nos da un espíritu teofánico de la sexta dimensión, ese es el nuevo hombre interior; y luego nos dará, en el Día Postrero, en el séptimo milenio, un nuevo cuerpo exterior, que será el cuerpo glorifi cado y será eterno, en el cual viviremos por toda la eternidad.8 San Mateo 16:26, San Marcos 8:36, San Lucas 9:259 San Mateo 15:13, 7:19, 3:10


el misterio más grande de todos los misterios del Cielo y, por consiguiente, de la Tierra también. Ese es el misterio del cual Cristo dijo que ni los ángeles en el Cielo sabían. Ese es el misterio que para el Día Postrero sería revelado a la Iglesia de Jesucristo, en el cumplimiento de ese misterio, porque sería identifi cada la Venida de Cristo con el Séptimo Sello y cumplimiento de ese Séptimo Sello. Y así como fue en la Primera Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Melquisedec, de Elohim en carne humana, en un obrero de la construcción (dos mil años atrás) llamado Jesús: fue algo tan sencillo, tan simple, que tropezaron con el velo de carne; la Segunda Venida de Cristo, o sea, la Segunda Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, en carne humana (que será como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo): todo será tan sencillo que las personas tropezarán —muchas de ellas— en el velo de carne donde estará el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que es Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en el Día Postrero. A través de cada ángel mensajero Él tuvo —Jesucristo en Espíritu Santo— una manifestación parcial, una manifestación temporal y una manifestación en la porción correspondiente a cada edad, o sea, en la porción prometida para cada edad. Y para el Día Postrero Jesucristo tendrá una manifestación en carne humana: Jesucristo en Espíritu Santo estará manifestado también en carne humana en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; como estuvo en las edades pasadas por los profetas del Antiguo Testamento, y por los apóstoles de Jesucristo, y por los


y como Gamaliel, que no consintieron en la muerte de Jesús, no dieron su voto; pero con los que votaron a favor de la muerte de Cristo hubo mayoría, y por consiguiente dictaron la sentencia de muerte sobre Jesús. Todos (o sea, la mayoría) dijeron: “Es digno de muerte”, lo condenaron a muerte. Pero gracias a Dios por eso, porque si Él no moría, la redención no se podía efectuar. Tenía que estar el pueblo hebreo ciego para crucifi car a su propio Mesías, al Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová, al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, al Melquisedec que le apareció a Abraham y al Elohim que le apareció a Abraham, el cual vino en carne humana en medio del pueblo hebreo, lo rechazaron y pidieron Su muerte en la Cruz del Calvario. “No hizo esto Abraham”28. Cuando Abraham lo vio venir en forma humana, lo invitó a cenar, a comer: le preparó una ternera. Él aceptó la invitación y comió con Abraham. Comió panes, comió de la ternera, bebió leche de la vaca o de las ovejas, y compartió con Abraham unos momentos el día antes de la destrucción de Sodoma y de Gomorra29. Allí estaban también, como invitados de Elohim, Sus Arcángeles Gabriel y Miguel, en forma visible también, en la forma de hombres, comiendo con Abraham. Todo esto es tipo y fi gura de lo que Dios estará haciendo en este tiempo fi nal, donde volverá Elohim, Melquisedec, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; el Verbo vendrá nuevamente en carne humana en el Día Postrero. Y ese es el misterio del Séptimo Sello; ese es el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; ese es 28 San Juan 8:4029 Génesis 18:1-8


Viviremos ahí, dentro de ese cuerpo físico y eterno y glorifi cado, con nuestro cuerpo interior, o sea, con nuestro espíritu interior: el espíritu, que es un cuerpo de la sexta dimensión, el cual recibimos cuando hemos creído en Cristo como nuestro Salvador y hemos lavado nuestros pecados en la Sangre de Cristo. Y ahí, dentro de ese cuerpo teofánico metido dentro del cuerpo físico, ahí estará nuestra alma viviendo; pues somos almas vivientes de Dios, viviendo en este planeta Tierra en cuerpos mortales, pero pronto estaremos en un cuerpo inmortal, conforme a la promesa de Cristo. Ahora, estando nosotros viviendo en este cuerpo mortal ocupamos nuestra posición en el Reino de Dios, en el Programa de Dios. Hemos venido a la Tierra para ocupar nuestra posición, tomar nuestra posición en el Programa de Dios, y así ser sellados en el Reino de Dios con el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, para el día de la redención, o sea, para el día en que nuestro cuerpo físico obtendrá la redención, o sea, obtendrá la transformación si estamos vivos; y si murió nuestro cuerpo físico, pues será resucitada la persona en un nuevo cuerpo, en un cuerpo eterno. Y obtener ese cuerpo eterno, en donde tendremos la inmortalidad, es obtener la redención del cuerpo. Y hemos sido sellados con el Espíritu Santo para el día de la redención: para el día en donde Cristo nos dará el nuevo cuerpo a nosotros los que vivimos, y a los muertos en Cristo resucitándolos en el nuevo cuerpo les dará también el nuevo cuerpo. Y así físicamente estaremos todos redimidos y estaremos con Dios, con Cristo, para toda la eternidad; y así físicamente también, nuestro cuerpo será un cuerpo que estará reconciliado con Dios.


Ahora, mientras estamos en este cuerpo físico, mortal, corruptible y temporal, pasamos por diferentes difi cultades, diferentes pruebas en la Tierra, pasamos por diferentes sufrimientos; y esto es que estamos sufriendo con Cristo, para con Cristo reinar durante el Reino Milenial. “Si sufrimos con Él, reinaremos con Él”10. Ahora, ¿por qué sufrimos?, ¿por qué pasamos por diferentes difi cultades? Esto es como sucedió con el pueblo hebreo, que fue libertado por Dios a través del profeta Moisés; y para llegar a la tierra prometida, la tierra de Israel, tuvieron que pasar una temporada de cuarenta años cruzando el desierto. Y ese desierto, desde Egipto hasta la tierra de Israel, se cruzaba en pocos días (menos de un año); pero, miren ustedes, tuvieron que estar en el desierto por cuarenta años por un propósito divino. ¿Cuál fue ese propósito divino? En Deuteronomio, capítulo 8, verso 1 en adelante, dice la razón; dice: “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afl igirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos”. O sea, para que saliera lo que estaba dentro del corazón de las personas y mostraran si iban a servir a Dios todos los días de su vida, estando las cosas buenas o estando las cosas en situaciones difíciles. Porque cuando hay abundancia las personas están muy contentas porque Dios los ha bendecido; pero cuando hay 10 2 Timoteo 2:12


Son cosas que Dios tenía ocultas; aunque conforme a la Escritura tenía que ser un nazareo (nazareno), para tener su voto de nazareo y así cumplir también la Escritura26. Ahora, vean ustedes, el misterio de la Primera Venida de Cristo en medio del pueblo hebreo fue tan grande (aunque estaba profetizado así), fue tan grande que ni el sumo sacerdote, el hombre más capacitado del pueblo hebreo en asuntos religiosos, ni pudo reconocer que Jesús era el Mesías; y si pudo darse cuenta que era un profeta, no lo amó, sino que lo aborreció. Y cuando le dijo: “¿Eres tú el Hijo del Dios viviente?”, Jesús le dijo: “Ya lo he dicho antes y no habéis creído”; y también le dijo: “Tú lo has dicho”. Y cuando escucha esas hermosas palabras, en las cuales Jesucristo se identifi ca como el Hijo de Dios, el Mesías, en vez del sumo sacerdote decir: “¡Gloria a Dios que se ha cumplido la Venida del Mesías! ¡Lo tenemos aquí! ¡Es uno de los nuestros!” (como dijo el profeta Moisés: “Uno de entre vuestros hermanos”); en vez de decir así y darle gloria a Dios, dijo: “¡Ha blasfemado!”, y rompió sus vestiduras. Y le pregunta al Concilio del Sanedrín, le dice: “Ya ustedes lo han oído. ¿Qué dicen ustedes?”27. Ya el sumo sacerdote lo había enjuiciado diciendo que había blasfemado. Y ahora, la sentencia para los blasfemos era la muerte. Y ahora, pregunta al Sanedrín: “¿Qué dicen ustedes?”. Ya la opinión del sumo sacerdote era que era un blasfemo y que era digno de muerte. Y el Concilio del Sanedrín, en su mayoría…; porque hubo algunos, como José de Arimatea, como Nicodemo

26 San Mateo 2:2327 San Mateo 26:62-66, San Marcos 14:60-65, San Lucas 22:66-71


Dios se proveyó para Sí mismo un velo de carne llamado Jesús, para ofrecer el Sacrifi cio por el pecado, para la redención de todos los hijos e hijas de Dios. Se cumplió en Jesús el sacrifi cio del cordero pascual y también el sacrifi cio del macho cabrío (que era sacrifi cado el día de la expiación, el día 10 del mes séptimo de cada año); y se cumplieron en Jesús todos los sacrifi cios que eran efectuados en medio del pueblo hebreo por el pecado, y para la reconciliación y para la paz de los hebreos con Dios. Y ahora vean ustedes qué fue la Primera Venida de Cristo: fue la Venida del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob en carne humana. Por eso es que el pueblo hebreo proclama que la Venida del Mesías es la Venida de Dios en un profeta. Es el Mesías, para el pueblo hebreo, un profeta que vendrá. Y vean ustedes, ya vino dos mil años atrás en carne humana: era el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Verbo hecho carne en medio del pueblo hebreo en un joven obrero de la construcción. ¿Quién se iba a imaginar que en un obrero de la construcción se iba a cumplir la Primera Venida del Mesías? Pero nadie se lo había imaginado; pero Dios sí lo tenía en Su mente, y era un secreto divino en la mente de Dios. Todos sabían que sería el Mesías un hombre que nacería en esta Tierra; y que nacería por medio de una virgen, porque Isaías dijo en el capítulo 7, verso 14: “He aquí, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará su nombre Emanuel”; pero nadie sabía que ese niño sería luego un obrero de la construcción; y que se criaría, luego de nacer en Belén de Judea, ¿se criaría dónde?, en Nazaret.


escasez, las personas protestan contra Dios (algunas)… Así sucedió con el pueblo hebreo: cuando no tenían alimento protestaron contra Moisés y contra Dios y contra Aarón; y por diez ocasiones por poco apedrean a Moisés, su profeta mensajero dispensacional. Y ahora, veamos todo lo que dice aquí; dice: “Y te afl igió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre (o sea, mas de toda Palabra que sale de la boca de Jehová, de la boca de Dios). Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años”. O sea, como diríamos en nuestro tiempo: ni siquiera un callito en el dedo más pequeño les salió a los que por cuarenta años caminaron por el desierto; Dios cuidó hasta los pies de todo el pueblo hebreo; pero cuando se rebelaban contra Dios, entonces caía el juicio divino contra esas personas. “Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga. Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.


Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado”. Aquí, vean ustedes cómo Dios le habla al pueblo hebreo: como le habla un padre a su hijo; y le muestra que será Su heredero, pero que tiene que portarse bien todos los días de su vida mientras está pasando por esas etapas de niño, de jovencito también (la etapa de su juventud)… La etapa de la juventud del pueblo hebreo como nación fue en el desierto, en donde Dios estuvo educando a la nación hebrea en esa etapa de niño del pueblo hebreo, de Israel; pues Dios dice en Su Palabra: “Instruye al niño en su carrera, y aun cuando sea viejo (o sea, cuando sea adulto) no se apartará de ella”11. Y vean cómo Dios estuvo instruyendo a Su pueblo Israel, a Su hijo Israel o Jacob, instruyéndolo, para luego adoptarlo como la nación única de la cual Dios dice que es su Dios, la única nación sobre el planeta Tierra que tiene la Primogenitura como nación; y por consiguiente tiene la promesa de ser adoptada como la nación cabeza de todas las naciones: como la nación donde estará el Trono del Mesías, el Trono del Rey del planeta Tierra completo, que será el Rey de Israel; y será el Hijo de David e Hijo del Hombre sentándose en el Trono de David. O sea que el Trono del Rey del planeta Tierra completo será el Trono de David, donde el Mesías prometido al pueblo hebreo se sentará; y Jerusalén será la capital del mundo, y el territorio de Israel será el Distrito Federal. Jerusalén, vean ustedes, es la Ciudad de Paz; aunque no ha tenido paz por miles de años a causa de las guerras, a causa de los confl ictos que hay en ese territorio, pero durante el Reino Milenial el nombre “Jerusalén” será 11 Proverbios 22:6


No era el profeta Elías literal, que ellos esperaban, sino que era un hombre ungido con ese espíritu ministerial de Elías, en el cual estuvo ese ministerio por tercera ocasión. Había estado en Elías Tisbita, en Eliseo por segunda vez y en Juan el Bautista por tercera ocasión. Y ahora, vean ustedes que siempre que viene ese ministerio, viene con un nombre nuevo y en un velo de carne nuevo. Por lo tanto, no se tiene que llamar Elías el velo de carne, sino que tiene que tener el nombre que sus padres le colocaron cuando lo inscribieron y le dieron ese nombre. Y ahora, para el tiempo de la Primera Venida de Cristo vendría Su precursor preparándole el camino: un profeta. Y luego el Mesías sería (¿qué?) un profeta también; porque la Venida del Mesías es la venida de un profeta en el cual está el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, manifestado en carne humana. Y ahora, eso es la Venida del Verbo, que era con Dios y es Dios25, el Verbo hecho carne. En San Juan, capítulo 1, verso 14, dice, hablando acerca del Verbo viniendo conforme a la promesa de la Primera Venida del Mesías, dice, y leemos este pasaje: capítulo 1, verso 14, de San Juan, dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. ¿Qué fue la Primera Venida de Cristo? ¿Qué fue la Venida del Mesías? Fue la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, dentro de un velo de carne llamado Jesús; eso fue la Primera Venida de Cristo.25 San Juan 1:1


Por eso, vean ustedes, el ministerio de Elías Tisbita luego vino en el profeta Eliseo por segunda ocasión, en una doble porción. Luego vino por tercera ocasión en Juan el Bautista, preparándole el camino al Señor, preparándole el camino (¿a quién?) al Ángel del Pacto, al Ángel de Jehová, preparándole el camino al Verbo que era con Dios y era Dios, el cual creó todas las cosas, y el cual se haría carne y viviría en medio del pueblo hebreo en carne humana. Cuando vino el Elías que tenía que preparar el camino al Mesías en Su Primera Venida (prepararle el camino al Ángel del Pacto, que vendría en un cuerpo de carne), ¿qué sucedió? Juan el Bautista tuvo ese ministerio. Le preguntan23: ―“¿Tú quién eres? ¿Eres tú el Cristo?”. Él dice: “No”. ―“¿Eres tú el profeta?”. Dice: “No”. ―“¿Eres tú Elías?”. Dice: “No”. Ahora, ¿por qué dice que no a todo? No era el Mesías. No era tampoco “el profeta” del cual Dios habló por medio de Moisés, diciendo24: “Profeta como yo os levantará el Señor vuestro Dios; a él oiréis”. Esa profecía es para ser cumplida en el Mesías en Su Primera Venida, y en Su Segunda Venida ser cumplida esa promesa en toda su plenitud. Luego, tampoco era “Elías” literalmente, porque el pueblo hebreo estaba esperando literalmente al profeta Elías; y tampoco era el Elías que tenía que venir precursando la Segunda Venida de Cristo. Por eso él dijo que no era Elías.23 San Juan 1:19-2324 Deuteronomio 18:15


honrado con paz en Jerusalén y en todo el territorio de Israel. Eso será en el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Y así dará honor a su nombre: Jerusalén; y habrá paz, y saldrá paz desde Jerusalén para el mundo entero; y desde Jerusalén saldrá la enseñanza, tanto religiosa como económica y de todas las demás ramas de la vida diaria de la sociedad12. Toda enseñanza —para la humanidad ser llena de conocimiento— será de Jerusalén, de la capital. Así como de la capital sale, de toda nación, ¿sale qué?, sale toda enseñanza: todas las leyes y enseñanzas para la nación, para cada nación; así saldrá para el mundo entero toda enseñanza y leyes y estatutos, tanto en lo religioso como en lo social, en todos los demás campos, en lo político y en todos los demás campos de la raza humana, durante el Reino Milenial. O sea que el Departamento de Educación, ¿dónde estará? En Jerusalén. El Departamento de Justicia, ¿dónde estará? En Jerusalén. El Departamento de Comercio, ¿dónde estará? En Jerusalén. El Departamento Religioso o de la Religión, ¿dónde estará? En Jerusalén. Y el Rey del planeta Tierra completo, ¿dónde estará? En Jerusalén. Y el Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, ¿dónde estará? En Jerusalén también, el cual es Cristo, Melquisedec, el Rey de reyes y Señor de señores. El Melquisedec, que es Rey de Paz y Rey de Jerusalén (Rey de Salem), y Sacerdote del Dios Altísimo del Templo que está en el Cielo, estará en la Tierra en Jerusalén, sobre el Trono de David. Ahora podemos ver la bendición tan grande que tiene el pueblo hebreo para ser manifestada, ser cumplida en el 12 Isaías 2:3, Miqueas 4:2


Día Postrero, o sea, en el Día del Señor, que es el séptimo milenio. El Israel terrenal tiene una bendición grande de parte de Dios: tiene la bendición de ser la única nación (recuerden bien, la única nación) que tiene la Primogenitura delante de Dios, para ser la nación cabeza, con una doble porción, y ser la nación donde estará el Rey no solamente del pueblo hebreo, sino de todo ser humano que viva en este planeta Tierra durante el Reino Milenial. Allí estará el Rey del planeta Tierra completo, que también es el Rey del universo completo; porque Él es el Rey de reyes y Señor de señores. Él es Rey-Dios, Rey-Teofanía y Rey-Jesús. Y ahora, encontramos que el Rey de la séptima dimensión (que es Dios), luego el Rey de la sexta dimensión (que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico), estará en la Tierra en carne humana, sentado sobre el Trono de David; y será Rey aquí, en esta dimensión terrenal, en la cual estarán viviendo los seres humanos en cuerpos… Y los escogidos estarán viviendo en cuerpos inmortales, cuerpos incorruptibles, cuerpos glorifi cados, iguales al del Señor Jesucristo. Pero el resto de las personas que entren a ese Reino de Cristo (de las cuales hay muchas viviendo en este planeta Tierra en la actualidad), las que entren por la gracia de Dios, pues será realizado un juicio conforme a San Mateo, capítulo 25 (en donde…); es señalado como el Juicio de las Naciones; en donde el Rey de reyes y Señor de señores determinará qué naciones no entrarán al Reino Milenial de Cristo y qué naciones entrarán al Reino Milenial de Cristo, y qué personas no entrarán y qué personas sí entrarán al Reino Milenial de Cristo.


Dios en Su cuerpo teofánico, realizaba todas esas cosas. O sea que el Ángel del Pacto le decía a Moisés lo que iba a hacer, y Moisés lo anunciaba al pueblo, y entonces todo lo realizaba Dios, el Ángel del Pacto. Y ahora, es este mismo Ángel del Pacto el cual está prometido para venir en carne humana; pero antes dice que envía al mensajero, a Su mensajero, el cual sería Elías y el cual le prepararía el camino; y cuando envió a Elías preparándole el camino, fue un hombre llamado Juan el Bautista. Jesús en el capítulo 11 de San Mateo, verso 14, dice (hablando de Juan el Bautista dice): “Él es aquel Elías que había de venir”. ¿Quién era? Juan el Bautista. El Arcángel Gabriel, cuando anunció el nacimiento de Juan el Bautista, le anunció a Zacarías el sacerdote que tendría por medio de su esposa un hijo, el cual sería profeta de Dios; y el cual vendría en el espíritu y virtud de Elías, en el espíritu y poder de Elías; y el cual convertiría el corazón de los padres a los hijos, o sea, el corazón del pueblo hebreo a la fe cristiana22. Y cuando nació Juan el Bautista le pusieron por nombre Juan. Y si era Elías, el Elías que tenía que venir en aquel tiempo, ¿por qué el Arcángel Gabriel no le dijo: “Pongan el nombre de él Elías”? Porque Elías viniendo era el ministerio de Elías viniendo en otro hombre. El ministerio se llamaba Elías, pero el hombre se llamaba Juan. Cuando Dios promete que enviará de nuevo un hombre que vino en el pasado y tuvo un ministerio, cuando envía el cumplimiento de esa promesa, es otro hombre con el ministerio de aquel profeta que estuvo aquí en la Tierra en tiempos pasados.22 San Lucas 1:11-17


la Primera Venida de Cristo dos mil años atrás, y luego apareció el Mesías… Vean, aquí está: en Malaquías, capítulo 3, verso 1 en adelante, dice: “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis…”. “Y vendrá súbitamente a Su Templo (¿quién?) el Señor a quien vosotros buscáis”. ¿A quién buscaba el pueblo hebreo en el templo, cuando adoraba en el templo? Buscaba al Señor, al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. “… y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”. ¿Quién vendría? Vendría el Señor, el Ángel del Pacto, a quien deseaba el pueblo hebreo. El Ángel del Pacto, que le apareció al profeta Moisés y que envió al profeta Moisés para la liberación del pueblo hebreo. El Ángel del Pacto que libertó al pueblo hebreo, el Ángel del Pacto que guio al pueblo hebreo en aquella Columna de Fuego, el Ángel del Pacto que le dio la Ley en el monte Sinaí, el Ángel del Pacto que acompañó a Moisés y usó a Moisés todos los días de su vida. El Ángel del Pacto, el cual por medio de Moisés abrió el mar Rojo, y pasó el pueblo hebreo en seco, y luego cerró el mar Rojo, y se ahogaron todos los egipcios: todo el ejército del faraón se ahogó allí, en el mar Rojo21. ¿Quién hizo todos esos milagros allí? El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; fue Dios, el cual estaba en Moisés manifestado. Por eso ustedes encuentran que Moisés era el que tenía que levantar sus manos o levantar la vara, y hablar; y luego el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el mismo 21 Éxodo 14


Ahora podemos ver que hay un Programa ya establecido por Dios desde antes de la fundación del mundo, el cual se ha estado llevando a cabo de etapa en etapa, de edad en edad y de dispensación en dispensación, y hemos llegado al tiempo más glorioso del Programa Divino. Hemos llegado al tiempo donde el Programa Divino para la séptima dispensación, que es la Dispensación del Reino, se está abriendo y se está entrelazando con la Dispensación de la Gracia, y el Programa Divino correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo nos llama diciéndonos: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, o sea, las cosas que sucederán después de las que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Ahora, han de suceder un sinnúmero de cosas —que ya están profetizadas— en el tiempo de la Edad de la Piedra Angular; y esas son las cosas que Cristo por medio de Su manifestación en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, nos estará dando a conocer en este tiempo fi nal, y por eso nos dice: “Sube acá”. ¿Por qué? Porque acá, en la Edad de la Piedra Angular, estará Cristo en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto; estará hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta, que es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino; y con ese Mensaje del Evangelio del Reino estará revelándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. El Mensaje del Evangelio del Reino (que es la Gran Voz de Trompeta) gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, o sea, de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, para este tiempo fi nal. Y todas las cosas que


están profetizadas en la Escritura para suceder en el Día Postrero, giran también alrededor de la Segunda Venida de Cristo; porque todas las cosas que estarán sucediendo en este planeta Tierra en este tiempo fi nal, en el séptimo milenio y séptima dispensación (la Dispensación del Reino), están girando en el Día Postrero alrededor del Séptimo Sello. O sea que ese es el centro, el eje, alrededor del cual girarán todas las cosas profetizadas para suceder en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio. Y ese Séptimo Sello, que es la Venida del Señor, la cual es revelada por Cristo mismo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, en Su manifestación a través de Su Ángel Mensajero…; a través del cual para el Día Postrero le estaría dando a conocer a Su Iglesia el misterio del Séptimo Sello, o sea, el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles; el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo como por media hora, en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1. Ese misterio, vean ustedes que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, la Venida del Hijo del Hombre con los ministerios de Moisés y Elías, que fueron manifestados y fueron mostrados en el Monte de la Transfi guración, donde Cristo mostró allí el orden de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en la Venida del Reino de Dios. Vean cómo viene el Reino de Dios en el Día Postrero: viene conforme a como fue mostrado en la visión del Monte de la Transfi guración: la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Ahora, ¿qué fue la Venida del Hijo del Hombre dos mil años atrás? Veamos lo que fue la Venida del Hijo del Hombre dos mil años atrás, y entonces podremos


Y ahora, en San Mateo, capítulo 16, verso 27, dice que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno según sus obras. Y ahora, podemos ver que donde esté Jesucristo, el Hijo del Hombre, manifestado en el Día Postrero en Espíritu Santo, ahí estarán también los Ángeles del Hijo del Hombre, que son Moisés y Elías. Son los ministerios de Moisés y Elías, los cuales fueron mostrados allí, en el Monte de la Transfi guración (Moisés y Elías), mostrando que en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles viniendo en Su Reino, estarían presentes también los ministerios de Moisés y Elías: el ministerio de Moisés por segunda vez y el ministerio de Elías por quinta vez, y también el ministerio de Jesús por segunda vez. ¿Y dónde estarán esos ministerios aquí en la Tierra manifestados? Estarán donde esté Jesucristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto; donde esté manifestado en carne humana, ahí estará cada uno de esos tres grandes ministerios prometidos para el Día Postrero: el ministerio de Jesús por segunda vez, el ministerio de Elías por quinta vez y el ministerio de Moisés por segunda vez. Con esos tres grandes ministerios manifestados por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, llamará y juntará a todos los escogidos de Dios; y nos preparará dándonos la fe para ser transformados y raptados en este tiempo fi nal, dándonos la fe, la revelación de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles en este tiempo fi nal; porque todo gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Ángel del Pacto, de la Venida de Jesucristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, manifestado en carne humana conforme a Su promesa. Y ahora, siendo que Dios envió un precursor para


Por medio de Su Ángel Mensajero, vean ustedes, es revelado, es dado a conocer a la Iglesia de Jesucristo todas estas cosas que han de suceder pronto, en el séptimo milenio, y en la Edad de la Piedra Angular y en la séptima dispensación, la Dispensación del Reino. Nadie podrá comprender todas estas profecías que señalan las cosas que Dios hará en el tiempo fi nal, excepto por medio del Ángel Mensajero de Jesucristo, a través del cual viene la revelación divina y la enseñanza divina de todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo fi nal. Por medio de ese Ángel Mensajero es que Cristo estará manifestado en Espíritu Santo, dándole a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo fi nal. Habrá una lucha, una batalla espiritual en este tiempo fi nal; y durante la etapa de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, estaremos viviendo en la etapa más gloriosa de todas, pero habrá luchas, habrá ciertas difi cultades también; pero continuarán los escogidos de Dios, la Iglesia de Jesucristo, hacia adelante siempre, sin desmayar, porque estará siendo guiada por Jesucristo en Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, el cual le estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y estará obteniendo todo este conocimiento; y estarán los escogidos de Dios siendo llamados y juntados con esa Gran Voz de Trompeta, como dijo Jesús20: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos”. Ahora vean que los Ángeles vienen con el Hijo del Hombre, pues Cristo dijo: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta”. ¿Quién los envía? Cristo, el Hijo del Hombre.20 San Mateo 24:31


comprender lo que es el gran misterio del Séptimo Sello y la batalla del Séptimo Sello, o sea, la etapa por la cual pasará la Segunda Venida de Cristo en medio de la raza humana. Así como en la Primera Venida de Cristo hubo una trayectoria: desde que Cristo estuvo en el vientre de María; luego nació, luego fue creciendo; pero, a medida que iban pasando los años, iban sucediendo cosas en la vida de Jesús. Habiendo nacido en Belén de Judea, conforme a la promesa divina13, encontramos que ya cuando tenía alrededor de 2 años de edad, ya el rey Herodes lo estaba buscando para matarlo14. Y ahora, ¿qué piensa usted de un hombre que está buscando a un niño de 2 años para matarlo? Ese delante de Dios no puede ser otra cosa sino un descendiente directo de Caín, que fue el primer homicida aquí en la Tierra. Y ahora, solamente con el pensamiento de matar al Mesías, con eso solamente basta para condenar al rey Herodes y mandarlo al lago de fuego en el Juicio Final. Es culpable también de la muerte de todos aquellos niños varones que fueron matados (los cuales tenían de 2 años hacia abajo) cuando el rey Herodes mandó soldados para matar a todos esos niños, pensando que al matar todos los niños de 2 años hacia abajo mataría al Mesías15; porque el Mesías tenía que tener como 2 años de edad, porque la Estrella de Belén comenzó a salir desde hacía ya 2 años (le dijeron los magos al rey Herodes); por lo tanto, desde que fue vista la señal de la Venida del Hijo

13 Miqueas 5:214 San Mateo 2:1-1615 San Mateo 2:16


del Hombre en el cielo, la Estrella de Belén, el Mesías ya tenía que estar en la Tierra. Así que si mataba a todos los niños de 2 años hacia abajo, mataría al Mesías; aunque no sabían quién era el Mesías, lo estaban buscando cuando tenía 2 años solamente. Pero vean, si no llega a ser porque el Arcángel Gabriel le apareció en sueños a José y le dijo16: “Vete a Egipto; toma al niño y también a su madre, y vete a Egipto, porque el rey Herodes buscará al niño para matarlo”… Lo buscaría para matarlo cuando se diera cuenta que los magos se habían ido por otro camino y no habían regresado a él para darle el informe del encuentro del Mesías. Los magos eran muy obedientes a Dios. Eran personas sabias en asuntos religiosos y en asuntos también del universo: eran astrólogos y tenían también la parte de la astronomía; porque para esos tiempos la astrología y la astronomía estaba bastante unida; y los astrónomos también sabían de la astrología y también tenían conocimientos religiosos; porque ellos comprendían que todo lo que Dios hace en la Tierra es refl ejado en el cielo. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la Obra de Sus manos”17. Siempre que Dios ha de hacer o está haciendo algo aquí en la Tierra, conforme a Su Programa, en el cielo aparecen las señales que dan testimonio de lo que Dios está haciendo en la Tierra. Y para aquellos días Dios estaba cumpliendo la Primera Venida del Mesías, estaba cumpliendo el nacimiento del Mesías, y ya la promesa del Mesías era una realidad en medio del pueblo hebreo; y la señal de que el Mesías estaba en la Tierra era la Estrella de Belén, presente por 2 16 San Mateo 2:1317 Salmos 19:1


rebaño, y un pastor”. ¿Cómo van a escuchar la Voz de Cristo, si Él murió, resucitó y ascendió al Cielo y se sentó a la diestra de Dios en el Cielo? Es por medio de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en cada ángel mensajero, hablando por medio de cada ángel mensajero, y llamando y juntando a Sus ovejas a través del ministerio de Jesucristo en Espíritu Santo en cada ángel mensajero; y así llama y junta a Sus hijos, Sus ovejas en el Redil de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para el Día Postrero viene a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro de la Iglesia de Jesucristo, es la Edad de Oro del Reino de Dios, es la Edad de Oro para Cristo manifestarse y hablarle a Su Iglesia con esa Gran Voz de Trompeta, y decirle: “Sube acá”. ¿A dónde? A la Edad de la Piedra Angular, en donde Él estará manifestado en carne humana también, como estuvo en cada ángel mensajero de las siete edades de la Iglesia gentil. Cristo en Espíritu Santo estará manifestado en carne humana en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y séptimo milenio, hablándonos con esa Gran Voz de Trompeta y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. En Apocalipsis, capítulo 4, dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Y luego, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 en adelante, dice: “Y me dijo: Estas palabras son fi eles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.


154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello…”. ¿Cuál de estos ángeles es el que tiene el Séptimo Sello? El Ángel que es diferente a los demás. “… lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. Los otros Sellos signifi caron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha signifi cado este séptimo”. Ahora, ¿cuál es el Ángel que tiene el Séptimo Sello? El Ángel que era diferente a los demás. Y siendo que ese es el Ángel que tiene el Séptimo Sello, el cual es Cristo, para cumplirse el Séptimo Sello aquí en la Tierra, para cumplirse la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, ese Ángel tiene que venir a la Tierra en carne humana; así como vinieron los otros ángeles de Dios en carne humana y fueron los mensajeros de las siete etapas de la Iglesia gentil: fueron San Pablo, Ireneo, Martín, Colombo, Lutero, Wesley y el reverendo William Branham. Y ahora, cada uno de ellos tuvo su ministerio en la edad en la cual Dios lo envió, y por medio de ellos Dios llamó y juntó a Sus escogidos de cada edad. Sus ovejas las llamó y las juntó en Su Redil, como Cristo había dicho en San Juan, capítulo 10 y versos 14 al 16, cuando Cristo se identifi có como el Buen Pastor y dijo, hablando de Sus ovejas y de la labor que Él haría para recoger a Sus ovejas, dijo: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un


años, y no se sabe cuánto tiempo más permaneció luego que los magos encontraron al Mesías. Ellos, por cuanto tenían conocimiento de esas señales y el signifi cado de esas señales en el cielo, podían buscar en la Tierra lo que esa señal en el cielo estaba anunciando. Así será para el Día Postrero, para el cual Cristo profetizó en San Mateo, capítulo 24 y versos 30 al 31, diciendo de la siguiente manera; y quiero leer estos dos versos de la Escritura, porque estamos viviendo en tiempos paralelos al de la Primera Venida de Cristo y al tiempo también del profeta Moisés; y también estamos viviendo en días paralelos a los de Noé, porque Jesús dijo que la Venida del Hijo del Hombre sería como en los días (¿de quién?) de Noé, y también como en los días de Lot18. Así que es muy importante conocer lo que sucedió en el Programa Divino en aquellos días, para poder ver lo que estará sucediendo en este tiempo fi nal. Ahora, Cristo dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 30 al 31: “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo…”. Una señal prometida para aparecer en el cielo en el Día Postrero. Esa es la señal del Hijo del Hombre, anunciando la Venida del Hijo del Hombre en medio de la raza humana, anunciando la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles a este planeta Tierra en el Día Postrero. “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo (dice Jesús)…”. Jesús ahí está contestando las preguntas que le hicieron Sus discípulos en San Mateo 24, verso 3, cuando dice:18 San Mateo 24:37-39, San Lucas 17:26-30


“Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fi n del siglo?”. Ahora, vean, le pidieron que les diera a conocer (les diera a conocer a ellos, que Jesús les diera a conocer a ellos) qué señal habría de Su Venida y del fi n del mundo o fi n del siglo. Cristo dijo que habría una señal: la señal del Hijo del Hombre en el cielo; esa es la señal de Su Venida. En febrero 28 de 1963 hubo una señal en el cielo, la cual les voy a mostrar dentro de algunos momentos. Sigue diciendo: “… y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”. En febrero 28 de 1963, apareció en el cielo una nube gigante, de 30 millas de ancho, a una altura de 26 millas19, donde no pueden formarse nubes, ¿por qué? Porque no hay humedad a esa altura para la formación de nubes. Esta nube apareció sobre los cielos de Arizona, y la ciencia quedó perpleja en cuanto a esa nube, porque no tenía explicación para la formación de esa nube a esa altura. Ahora, para ese tiempo el reverendo William Branham se encontraba en los montes de Tucson, Arizona, de cacería, y él sí pudo explicar lo que fue esa nube. En la página 469 del libro de Los Sellos en español, predicado por el reverendo William Branham, explica lo que fue esa nube. Dice:19 41.8 km de ancho, a una altura de 48.3 km


“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel”. Se refi ere a este Ángel; porque esta nube fue formada no por humedad, sino por ángeles de Dios, mensajeros de Dios, que son los siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y otro Ángel que era diferente a los demás. Ese Ángel que era diferente a los demás es este que está volando aquí. Si tornamos la foto hacia la derecha, veremos que este es el Ángel que forma el cabello blanco del Señor, porque estos ángeles en esta nube forman el rostro del Señor. No es el rostro literal del Señor, sino el rostro del Señor formado por una nube; así como usted puede formar el rostro del Señor con un lápiz en una cartulina, y hacer un dibujo ahí, y usted formó, hizo el rostro del Señor. Aquí fue hecho por ángeles con sus cuerpos teofánicos, porque aquí ellos están en sus cuerpos teofánicos. Aquí están los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil y aquí está el Ángel que era diferente a los demás, el cual es el Ángel más importante, más sobresaliente, de esos ángeles que aparecieron en esa ocasión. Y dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo: “… y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y signifi caba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?

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Domingo, 3 de mayo de 1998 Veracruz, México