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dominical 06.02 - La Opinión de Zamora · caminos sufrieron un cierto impulso, de mo-do que entre 1.895 y 1.910 se proyectaron entre otras, las obras siguientes: ... absorber hábitos

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«Los caminos y la construcción del terri-torio en Zamora. Catálogo de puentes», de Pilar Chías y Tomás Abad Balboa, editado por el I.E.Z. Florián de Ocampo, FCC y Mi-nisterio de Fomento, aporta otros muchos datos de interés sobre el tráfico de mercan-cías en la provincia.

Fragmento occidental del mapa de Coe-llo de la provincia de Salamanca, en el que se aprecian las barcas de paso del Tormes entre Ledesma y Fermoselle. A.M.P.T.

Partiendo de Ledesma encontramos: Bar-ca de Carbellino, Barca de Argusino, Barca de Cordece, Barca de Fermoselle y Barca de Villarino. Y los accidentes: Casa de los Oli-vos, Vuelta del Canal de Perín y Tajos del Encuentro, alguno de ellos desconocido, co-mo la Barca de Cordece, al día de hoy un pueblo bajo las aguas de un embalse, Argu-sino, y todas las barcas desaparecidas.

«Camino de Ledesma a Fermoselle y a Miranda do Douro. Este camino seguía el curso de la antigua ruta de postas montadas que se prolongaba hasta Salamanca por el sur. En 1.829 y según la descripción de Ca-banes, discurría por Almendra, lugar en el que bifurcaba, un ramal continuaba por Fer-moselle y otro directo a Miranda por Fariza. Ello suponía la existencia de dos travesías del Tormes, que entonces se realizaban en barca, una de ellas en el lugar que hoy ocu-pa el puente de San Lorenzo».

Con lo que acabamos de exponer se de-muestra que Fermoselle siempre mantuvo estrechos lazos y de muy variada índole con la provincia charra, con sus pueblos ribere-ños y, sobre todo, con la universitaria capi-tal, a pesar de tener que salvar el arribe y el cauce del Tormes en barca hasta casi finales del siglo XIX en que se construyó el nuevo puente. Y aportando más datos, los trajes tí-picos o tradicionales de la villa siempre se dijeron «charro» o «charra», conocimos mo-mentos en el siglo XX en que dos empresas de viajeros por carretera las unían con mo-dernos autobuses, hoy ninguna, la afluencia a las fiestas de los pueblos vecinos era fre-cuente, y hasta no eran extraños los matri-monios.

Mapa de Zamora, por Coello. B. N. 1.849.

Especialmente orográfico y de las princi-pales poblaciones y comunicaciones.

Presenta anejo numerosa información, que por su reducido tamaño y falta de clari-dad no es posible su lectura, pero lo consi-deramos como el mapa de la provincia más logrado o preciso hasta ese momento. En-contramos, por supuesto, Fermoselle.

Mapa de Zamora, 1.853. B. N. Representa a la provincia, parte del anti-

guo reino de León. «Por otra parte, la desconfianza hacia Por-

tugal había llevado a mantener una franja de respeto a lo largo de la frontera que perjudi-caba seriamente a cualquier intento de mo-dernización de las comunicaciones entre ambos países. Por ejemplo, a mediados del siglo sólo había tres puestos de aduanas abiertos para el tráfico de mercancías —Ca-labor, Alcañices y Fermoselle—, y el tránsi-to era muy escaso a causa del contrabando». Guerola 1.854.

A todo esto añadimos cuanto nos dice el recordado Gobernador Guerola: «... todas las 34 leguas de frontera portuguesa están sin un solo camino; y así la Puebla de Sana-bria, Villardeciervos, Alcañices y Fermosel-le, poblaciones de importancia se ven aisla-das, sin más animación que la que les pres-ta desgraciadamente el contrabando, siempre perseguido, siempre castigado, pe-

ro nunca extinguido porque le mantiene en ese mismo terreno quebrado donde trepa el contrabandista con su mula y sus paquetes, pero donde no puede penetrar el carromato de comerciantes de buena fe. En la parte de Fuentesaúco y Bermillo se ve el mismo ais-lamiento».

En relación a lo expuesto hemos de darlo por válido, aunque reconociendo que el con-trabando en Fermoselle no alcanzó las cotas de otras poblaciones, bien porque la Ronda del Resguardo (posteriormente Carabineros y Guardia Civil) vigilaba palmo a palmo el terreno, porque el control aduanero fuera más eficaz o porque la gigantesca barrera de precipicios del Duero lo hacían más difícil. Y si alguien estuviera interesado en el tema, recordamos que pueden consultar hasta 9 páginas o trabajos que publicamos en este diario en los comienzos de 2.010.

«La ley de 1.857 ofrecía la nueva división en carreteras de servicio público, que eran a su vez de 1º, 2º ó 3º orden y en el Plan Ge-neral de carreteras del Estado se establecía en 1.860 la clasificación para la provincia de Zamora. Entre las de 2º orden figura la de Zamora a Bermillo de Sayago y de 3º la de Bermillo a Fermoselle».

Como puede comprobarse, estábamos ya entonces igual que hoy, en 3ª división.

Mapa de España. Servicio de Correos de

las capitales de provincia y partidos judicia-les, trazado por la Dirección General de Co-rreos, de López Fabra. 1.863. A. M. P. T. In-cluye la ruta de Fermoselle. Figuran aparte todas las localidades incluidas.

«...las comunicaciones de la margen de-recha del Esla así como del partido de Saya-go presentan por todas partes estorbos a cau-sa de la desigualdad del terreno, montes, arroyos y peñascales que se ven por aquellas comarcas...» Fulgosio.

«La penuria generalizada llevó a la Dipu-tación a tomar la decisión de acometer las obras de las cuatro vías más importantes de comunicación, que serán: El camino de Za-mora a Villalpando, de Zamora a Benaven-te, de Zamora a Fuentesaúco y de Zamora a Bermillo».

«De esta época son los proyectos de ca-rretera desde Medina de Rioseco a Toro y los de los puentes en Pino en la carretera de

Fonfría a Salamanca y Fermoselle». Calde-rón.

Fulgosio parece achacar la mala situación de las comunicaciones sayaguesas a proble-mas orográficos, estorbos de todo tipo que encarecen su realización.

Ante tan crítica situación la Diputación decide poner en marcha cuatro vías impor-tantes, entre ellas la carretera a Bermillo y Fermoselle.

Al fin vemos que se lleva a cabo el pro-yecto y realización del puente de San Lo-renzo sobre el río Tormes, limítrofe entre Zamora y Salamanca, que tanto anhelaba la

villa, del que daremos más datos en otra ocasión.

Atlas Geográfico Descriptivo de la Pe-nínsula, por el Comandante Graduado de In-fantería, Don Emilio Valverde y Álvarez, 1.880. B. N.

La mala reproducción no permite la lec-tura de los amplios datos que ofrece.

«En este año ya había concluido la cons-trucción de los 6 kms desde Fermoselle al lí-mite provincial con Salamanca y los 61,800 de la de Zamora-Bermillo-Fermoselle».

«En 1.898 contaba la provincia con 685 kms de carreteras de 1º, 2º y 3º entre las que se cita la de Zamora a Fermoselle por Ber-millo de Sayago».

A finales del siglo XIX estrenó la villa la carretera y el nuevo puente de «San Loren-zo» sobre el río Tormes que la unía definiti-vamente con la provincia charra, a través de Trabanca, Ledesma y Salamanca, así como la mejora de la arteria Zamora a Fermosel-le, que era el verdadero cordón umbilical de la localidad con la provincia y España. Dos realidades claves para entonces, pero que por diversas circunstancias no resolvieron la crítica situación, pues a partir de este mo-mento se incrementó de manera llamativa la emigración a América.

Dirección General de obras Públicas. Pro-vincia de Zamora. Principios del XX.

Además del mapa de la provincia se in-cluye una amplia descripción general, apa-reciendo Fermoselle.

Mapa del Servicio de Correos de España, Servicios Adyacentes y Posesiones Españo-las en Marruecos. Editado por la Dirección General de Correos y Telégrafos. 1.912. Aparece un gran nº de localidades, entre ellas Fermoselle.

«Se anuncia que existen en la provincia 247 kms sin estudiar, entre los que se inclu-yen 6 kms de Fermoselle al límite con Sala-manca».

Mapa de Correos, 1.929. A. M. P. T. Encontramos que desde Fermoselle se

distribuía el correo a Villarino de los Aires (Salamanca) a Argusino (hoy desaparecido por el embalse de Almendra) y a Pinilla y Fornillos de Fermoselle.

«En las primeras décadas del siglo XX los caminos sufrieron un cierto impulso, de mo-do que entre 1.895 y 1.910 se proyectaron entre otras, las obras siguientes:

-La de Fermoselle a la Venta de los Lla-nos al barco del Tormes. (1.899).

-La carretera de la de Zamora a Fermo-selle a Ledesma. (1.898-1.923), que discu-rría sobre la antigua carrera de postas.

-La carretera de Fonfría a la de Salaman-ca a Fermoselle (1.895-1.909), que incluía la construcción del extraordinario viaducto en Pino.

-La carretera de Fermoselle a la barca de Múcena.

Por otra parte, muchos caminos se en-contraban en 1.905 en un estado natural, co-mo el carretero de Bermillo a Cubo del Vi-no, el de herradura de Fermoselle a Alcañi-ces...».

Las mejoras llevadas a cabo en estas ca-rreteras no cabe duda que supusieron un cla-ro avance para la época pero estamos ha-blando que todas ellas eran todavía de tierra y polvo.

Hasta el próximo día, (D. M).

Fermoselle en la historia

✒ Manuel Rivera Lozano

❜❜A mediados del siglo XIX solo había tres puestos de aduanas abiertos para el tráfico de mercancías, Calabor, Alcañices y Fermoselle, y el tránsito era muy escaso a causa del contrabando

Las comunicaciones de la villa a lo largo de los siglos (V)

Arco o Puerta de Zamora que daba acceso al recinto amurallado de la villa en la época medieval. El autor bien pudo ser Benjamín Bermejo Prieto.

IV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011

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Oriente en OccidenteEl balti, curry local de Birmingham, y el rijsttafel holandés, de origen indonesio, resumen el provecho que países con cocinas tradicionales de mala reputación han sacado de sus antiguas colonias

✒ Luis M. Alonso

Si no fuera porque los tiempos cambian que es una barbaridad, se podría decir que España, al igual que le sucede a Italia, es un país muy poco esponjoso cuando se trata de absorber hábitos culinarios de otros lugares. Ya digo que avanzan los tiempos y con ello mudan las costumbres, pero hasta no hace mucho, de nuestro pasado colonial, apenas habíamos sacado en limpio los llamados pin-chitos morunos que no eran otra cosa que una versión cateta y bastante adulterada de las brochetas de carne especiada que se co-men en el norte de África, los kebabs y las keftas del Próximo Oriente. No se puede de-cir, además, que no hayamos tenido la opor-tunidad de incorporar a nuestra dieta el re-sultado de la experiencia en Asia (Filipinas), el Caribe o la misma África. Sin embargo, con las cocinas de fuera nos ha pasado igual que con los idiomas extranjeros.

Francia, donde el interés por la gastrono-mía no se reduce simplemente a una cuestión de moda y a un grupo distinguido de cocine-ros, ha incorporado a su acervo culinario no pocos platos o productos procedentes de In-dochina, el Magreb y de sus posesiones del Índico, como es el caso de la Isla Reunión que cuenta con una de las cocinas criollas más ricas que existen. Cualquier día propi-cio para las sensaciones fuertes les contaré algo de la salsa rougail. Sigamos; en Portu-gal, la aventura de ultramar está presente en los hábitos culinarios desde la influencia goesa –el vindalho, el balchão o las samo-sas– hasta las muambas, las matatas, el pi-ri-piri o las cabidelas africanas.

Pero también hay países de nuestro entor-no donde jamás podrán tirar cohetes por su cocina tradicional y que, sin embargo, han sabido adaptarse a lo de fuera haciendo de ello una tradición. Me refiero a los casos de Birmingham con el balti, el famoso curry lo-cal, toda una experiencia para el que visita la segunda ciudad de Inglaterra y a Holanda, que hizo del rijsttafel, su variada mesa de arroz, de origen indonesio, la suma gastro-nómica más interesante de un país con una reputación culinaria horrible, incluso entre los propios holandeses.

Si hablamos de Birmingham hay que ha-cerlo del «Triángulo Balti», una zona po-blada de restaurantes que sirven el afama-

do curry que se cocina en una olla de hierro o en un wok chino. El balti lo trajeron a la ciudad a mediados de los años 70 los miem-bros de las populosas comunidades origi-narias de Pakistán y Cachemira y lo fueron perfeccionando los cocineros locales hasta adquirir el punto que lo hace diferente a otros currys que se pueden comer, bien en la isla o en India. El llamado «Triángulo Balti» se halla a dos millas al sureste del centro urbano en los barrios de Sparkbrook, Balsall Heath y Moseley. Los locales don-de se sirve este tipo de comida son muy po-pulares; en las «balti houses» no se servía

inicialmente alcohol, lo que libraba a sus propietarios de cotizar por la elevada tasa de las bebidas y así podían mantener unos precios muy asequibles en las cartas. Lo ha-bitual en los clientes era llevar vino o cer-veza para acompañar el curry. La casas es-pecializadas en balti, un término discutido, que podría venir de una deformación del vocablo cachemiro bati que se usa para de-signar a las ollas o bien de la comarca de Baltistán cercana al Tíbet, se han extendido por otros lugares de las Midlands occiden-tales y del Reino Unido. El curry de Bir-mingham se acompaña como otros currys de arroz blanco y de naam, uno de los panes in-dios tradicionales.

Sin embargo, el caso más notable de adopción culinaria es el del popular rijstta-fel holandés. Quienes hayan estado alguna vez en Holanda habrá visto familias y gru-pos de amigos sentados en torno a una me-sa de arroz, compartiendo los platillos que se sirven alrededor y que suelen preservar su calor gracias a velas, braseros o lámpa-ras de alcohol. Ha sido seguramente la mo-desta cocina local la que ha llevado a los holandeses a abrazar por necesidad el rijsttafel de los colonos de Indonesia como algo genuinamente holandés. De no ser así, la cocina tradicional de los Países Bajos se reduciría al insípido hutspot, un cocido de carne, patatas, cebolla y zanahoria, que la historia atribuye a los defensores de Leiden, aunque más justo sería hacerlo a sus sitia-dores españoles. Según se ha dicho, los sol-dados cuando abandonaron el asedio deja-ron atrás pucheros de garbanzos sobre los

que se arrojaron los famélicos residentes de la plaza. La costumbre del puchero se per-petuó, salvo los garbanzos que dejaron aquellas tierras a la vez que lo hicieron nuestros tercios.

También habría que referirse a los ma-atjes. Al hablar de Holanda, uno no se pue-de olvidar de los arenques jóvenes. Marina-dos o en salmuera, se comen en cualquiera de los puestos callejeros dedicados a ello; es costumbre cogerlos por la cola, levantarlos por encima de la cabeza y llevarlos a la bo-ca, todo ello con un estilo algo más depura-do que el de las focas cuando dan saltos pa-ra pillar los peces al vuelo.

Algunos se preguntarán en qué consiste el rijsttafel. Lo dicho, en torno a un gran cuen-co de arroz se sirven una docena o más de platillos diferentes: son característicos los llamados sambal (goreng, kacang, iris o ulek) a base de chiles fritos, pasta de esos mismos chile, cacahuetes, etcétera); el ren-dang, un curry de carne de buey aromatiza-do con coco; el babi kecap, cerdo braseado en salsa de soja; el bebek betutu, pato asado en hojas de plátano; el daging semur, tiras de buey frito con salsa, y el gado-gado, vegeta-les cocinados o crudos con salsa de caca-huete. En el rijsttafel suelen abundar también los platillos con pasta frita de gambas, rollos de primavera y plátanos fritos.

En Amsterdam, una buena dirección en-tre las decenas de lugares donde se puede co-mer el rijsttafel, es la del restaurante Long Pura (Rozengraacht 46-48), muy cerca de la casa de Anna Frank. Por si van a la capital de los canales y les apetece intentarlo.

En Holanda, si no fuera por el rijsttafel la cocina local se reduciría al hutspot, un hervido de origen español, y los arenques

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La mirada de LúculoCrónicas gastronómicas

SOLUCIONES A LOS PASATIEMPOS

dominical / VDomingo, 6 de febrero de 2011 / LA OPINION-EL CORREO

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Mi sobrina María es la monda de la pata-ta. O al menos lo era cuando tenía doce años y vino por primera vez al pueblo a pasar unas vacaciones con nosotros. Mi hermana se había casado con un tío de playa y mi so-brina se había pasado la niñez entre la are-na de Nerja y el asfalto de Madrid. Quizás por eso, la primera vez que vio el pueblo, sintió que entraba en un mundo nuevo.

Mi hermana me la mandó en el tren con un cartelito al cuello como si fuera tonta pa-ra que al llegar la avisaran. Ponía: Puebla de Sanabria. Como si ella no supiera leer el cartel de la estación. Fui a esperarla. Tenía ganas de verla. Desde su comunión no ha-bía vuelto a saber de ella. Por eso, cuando la vi bajar del tren, me quedé anonadado. Mi sobrina se había convertido en una mujerci-ta rubia, de preciosos ojos azules.

Corrió hacia mí como si adivinara que, de entre los cien tíos que estábamos esperando familiares, yo fuera su pariente. Luego me di cuenta de que ser calvo, vestir una pata de madera y tener bigote la ayudó a distinguir-me entre la muchedumbre.

La monté en el Seiscientos y la llevé a ca-sa. Había comenzado a oscurecer. Después de una cena muy rural, a base de chorizos y cachelos con sardinas, le enseñé su habita-ción. Con la punta del pie saqué la bacinilla de debajo de la cama y le dije:

—Mira chacha, pa que orines, que aquí no falta de nada…

Durmió como un cesto. A la mañana si-guiente, cuando se levantó, me soltó:

—Tío ¿vamos a desayunar a la cafetería y tomamos churros?

Yo no sé qué se habría imaginado mi so-brina, pero lo cierto es que en mi pueblo la única cafetería que había era el bar de Luis. Y entonces no servía desayunos y mucho menos churros. Si acaso un café con una co-pita de orujo y una galleta de vainilla o una onza de chocolate.

No quise decepcionarla. No sería difícil convencer a Luis o a Inve, su mujer, para que le dieran a mi sobrina un café con leche con unas galletas. Efectivamente, le dieron un estupendo desayuno a base de leche de

la vaca casera y unas magdalenas hechas con huevos también caseros.

Al acabar Luis dijo, voy al gallinero a echarle algo de comer a las gallinas… Mi sobrina se apuntó. No había visto jamás una gallina en vivo y en directo. Solo en la tele-visión. Aquello era una gran experiencia pa-ra ella. Sería como visitar un zoo.

Llegamos al corral de Luis, cogió unas berzas y le echó unos truejos a las gallinas. Luego le enseñó a mi sobrina los ponederos. En uno de ellos había una gallina pedrosa, roja como la sangre. Mientras Luis le echa-ba pienso en las tolvas, mi sobrina María co-menzó a gritar:

—¡Luis, Luis, una gallina está dando a luz!.. ¡Hay que llamar a la enfermera!

Luis ni levantó la cabeza, seguro que lo que mi sobrina decía era una broma. Pero mi sobrina seguía gritando y entonces Luis se dio la vuelta mientras murmuraba:

—Coño, una gallina pariendo, eso sí que no me lo pierdo yo…

Pero claro, la gallina no estaba pariendo. La gallina estaba poniendo un huevo. Mi so-brina se había acercado al culo de la gallina y miraba absorta, como si estuviera asis-tiendo a un espectáculo extraordinario. Le-jos de callarse, mi sobrina seguía señalan-do:

—¡Mira tío, mira tío, el bebé de la galli-na no tiene pelo, está calvo como tú!

No podía creer lo que estaba oyendo, pe-ro mi sobrina lo decía con tanto convenci-miento, que acabé pensando que aquella ni-ña no estaba de risas.

—Mira tío, mira… Y es blanquito… Pe-ro está enfermito. No respira —había acer-

DELFÍN RODRÍGUEZ delfinario

La turista de ciudad

A JULIÁN, QUE LUCHA POR RECUPERAR LA LIBERTAD. HAZ TU VIDA, PERO SIN OLVIDAR QUIÉN FORMA PART

Con la punta del pie saqué la

bacinilla de debajo de la cama y le

dije: Mira chacha, pa que orines, aquí no falta de nada…

Mi sobrina dijo: ¡Mira tío, mira tío,

el bebé de la gallina no tiene pelo, está calvo

como tú!..

HACE ALGUNOS AÑOS, MI SOBRINA MARÍA VINO A PASAR UNOS DÍAS A MI CASA DEL PUEBLO. JAMÁS HUBIERA IMAGINADO QUE EN LA CIUDAD FUERAN TAN INCULTOS.

El chistazo—Doctor, quiero que me haga una vasectomía. —¿Lo ha consultado con su mujer y sus hijos? —Sí. Uno ha dicho que no y diecisiete que sí.

VI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011

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cado la mano al huevo y lo palpaba co-mo si fuera una matrona—. Y no tiene manos. Ni piernas. Ni pico… Este be-bé parece un huevo kínder de los que mi madre me compra en la tienda…

Juro que mi sobrina no era tonta. Ha-bía sacado unas notas extraordinarias. Pero me parecía increíble que nadie le hubiera enseñado a distinguir entre un pollito y un huevo. A no ser que ella pensara que las gallinas parían las taja-das de la cazuela cocinadas en pepito-ria, claro.

Luis se había arrimado a una peral y se apoyaba en el tronco muerto de risa. A mí más que risa me daba pena. Tuve que explicarle a mi sobrina que las ga-llinitas no parían, que las gallinitas de los pueblos incubaban los huevos. Pe-ro mi sobrina no sabía lo que era incu-bar un huevo. Me armé de paciencia y le conté:

— Las gallinitas, cuando tienen hue-vos, se sientan sobre ellos para darle calor. Con el calor se va desarrollando el pollito dentro del huevo, que luego rompe con el pico y sale afuera.

—Ah, ya, y su mamá le da la teta… —Sí, se quita el sujetador y le da la

teta, no te jode… —perdí los nervios. Luis comenzó a toser con la risa. Por

un momento creí que se ahogaba. Cuando se recuperó, se dirigió a mi so-brina, la cogió de la mano y la llevó a un cajón. Lo destapó y le enseñó el contenido. Dentro había una gallina. La levantó y le dijo:

—Mira, hija. ¿Ves esos doce hue-

vos? Pues ahí dentro se están forman-do doce pollitos. Esta gallina se sienta encima de ellos para darle calor y que puedan crecer…

—¿Entonces las gallinas no se que-dan embarazadas?

—Bueno —Luis titubeó—. En cierto modo, sí se quedan embarazadas. Bue-no, en cierto modo, no. Bueno, no sé…

Salimos del corral y al pasar por de-lante del prado que tiene al lado de su casa, Luis le silbó a su burro Romual-do, que era pequeñito y lanudo. Levan-tó la cabeza y comenzó a dar saltitos de alegría como si le hubiera conocido. Mi sobrina dijo:

—Hala, tío. Tío, tío, mira qué perro más grande…

El burro comenzó a rebuznar y mi sobrina se llevó una mano asombrada a la boca:

—Y qué manera más rara de la-drar…

El burrito estaba enamorado y se en-contraba cortejando a una burra a la que le enseñaba el cimbel, la enorme salud que pendía entre sus patas trase-ras. Mi sobrina dijo asombrada:

—Mira tío, mira, tiene una antena entre las piernas, qué es eso tío, para qué quiere la antena…

Yo me moría de vergüenza. Incapaz de darle una explicación cabal, le dije:

—Es que los burros de los pueblos han avanzado mucho. Esa antena la quiere para hablar por el móvil y entrar en internet…

Ella dijo, qué chuli tío, qué antena

más chuli… Y los burros hablando por el móvil…

Al día siguiente, cuando se levantó, cogió el secador de pelo y salió al co-rral. Creí que iba a lavarse la cabeza y le dije que allí abajo no había enchufe para el secador. Pero ella dijo que era igual, que su secador también funcio-naba con pilas y que iba a dar una vuel-ta con él.

Al rato regresó y me dijo, tío me has engañado. Me quedé sorprendido. Ella repitió que lo que le había dicho ayer era mentira. Enseguida pensé en la an-tena del burro y comencé a explicarle que bueno, que lo de la antena solo era una broma…

Me dijo que no se refería a eso, se re-fería a que las gallinas no parían. Le di-je que no, que no la había engañado. Ella insistió:

—Los pollitos del gallinero de Luis no salen del huevo con el calor…

Me agarró por la mano y me condu-jo al gallinero. Cuando entré, me die-ron ganas de retorcerle el pescuezo. Los huevos que la gallina estaba incu-bando estaban achicharrados. Ella ha-bía querido darle calor con el secador de pelo y los abrasó vivos. Llamé a sus padres por teléfono y les rogué que se la llevaran cuanto antes. Menos mal que Luis, que es un gran tipo, se lo to-mó con filosofía y dijo:

—Me da que esos pollos iban a ser morriñosos. Mejor así...

delfí[email protected]

La hija okupa de Zapatero El presidente español estaba loco por la Alianza de Civilizaciones. Aunque su invento quedó en simple ocurrencia, su hija se lo tomó a pecho

TE DE ELLA.

Los jóvenes de hoy van y vienen buscando el amor detrás de cualquier esquina. Como los jó-venes del ayer. Están en la época en que la flor tiene más fragancia y buscan desesperadamente el placer de los aromas, los gustos y los tactos. Las hijas de Zapatero, también. Al menos Laura, la rebelde Laura que para echarle una mano a su padre ha puesto en práctica la alianza de civiliza-ciones que a su progenitor le salió rana.

La muchacha, aquella que dio la vuelta a España montada en el papel de las revistas, envuelta con estética gótica, se ha echado un no-vio moro. Si impresionó a Obama con su perso-nalidad de negro roto, ahora nos impresiona a no-sotros con el presunto novio y el presunto moro.

Y no porque el hijo de Alá le haya tocado el corazoncito, sino porque convertido en un Alí Ba-bá del amor, ha sido capaz de arrancársela a un hijo de acá que, como ella, era aficionado a me-terse en casa ajena en vez de al noble oficio de doblar el lomo para tener casa propia.

La muchacha que conocimos de riguroso ne-gro, botas de militar y medias rotas, estaba muy enamorada de un españolito con el que se fue a Sevilla para ocupar la silla de una casa que tenía dueño. No sé qué le diría su padre respecto de la propiedad privada, pero hombre, que la hija del presidente deje la Moncloa para quitarle la casa a un legítimo dueño, choca.

Más que nada, porque cómo podemos esperar que un hombre ponga orden en la casa nacional si no es capaz de ponerla en la suya propia...

No sabemos si el novio español huyó de su chica cuando supo a quién tenía por suegro. Lo cierto es que la niña se ha echado un menda ma-rroquí que le ha robado el corazón y el seso.

Parece un cuento de navidad. El papá Zapate-ro les cuenta a sus hijas el cuento de la alianza de civilizaciones y las hijas le traen de reyes un no-vio moro. Qué gran regalo para el ilusionista que todos los días saca de la chistera un invento nue-vo, pero no ha sido capaz de sacar ni a tiros un puesto de trabajo…

Tarik, que así se llama el afortunado, le roba besos mientras la lleva a orar a la mezquita de la M-30 de Madrid. Eso es muy poético. El hijo es hijo de un dirigente que apoya al partido del dic-tador alauí. Hassan II estará que no cabe en la chilaba. Ahora el presidente español le dejará pasar mejor los tomates con destino al resto de Europa.

La entrada de Tarik en el corazón de la hija del presidente español es como si de nuevo aquel otro Tarik y Muza vinieran a conquistar Iberia para despojarla de su civilización grecolatina y po-nerla mirando a Cuenca estudiando el Corán.

¡Qué hermoso es el amor! Este amor es el vi-vo ejemplo de la alianza de civilizaciones. Es el abrazo entre dos culturas que se encuentran en las guitarras y en los cantos andalucís. A ellos ya so-lo le falta tener un Miguel Poveda y una Pantoja y a nosotros una odalisca, una Salomé que nos baile la danza del vientre.

Pronto veremos a Zapatero tomando el te en una tienda con su suegro, en medio del desierto. Nador, de donde procede el novio, es una ciudad preciosa enclavada en el Rif. Allí podrá refugiar-se Zapatero. Quizás sea lo que desean los espa-ñoles y su propia hija que, viendo el sistema de pensiones que su padre dejó, se acogerá al siste-ma marroquí.

Esto es lo que le faltaba a Zapatero, después de vivir con la Pajín la maravillosa experiencia de la conjunción planetaria.

dominical / VIIDomingo, 6 de febrero de 2011 / LA OPINION-EL CORREO

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✒ Alicia Morago

El abogado Agustín Bocos lleva más de 25 ejerciendo la abogacía y desde ha-ce 15 dedica casi todo su tiempo a temas ambientales, sobre todo a defender a per-sonas afectadas por los ruidos. Empezó cuando apenas existía normativa al res-pecto y apenas unas pocas sentencias «muy tibias» y, aunque reconoce que se ha avanzado, asegura que las administra-ciones son «muy permisivas» con el sec-tor de la hostelería. Su cruzada personal y profesional contra los ruidos le ha lle-vado a formar parte de la Asociación de Juristas contra el Ruido, que se fundó en 2001, de la que es consultor en las pro-vincias Burgos, Palencia, Valladolid y Se-govia además de en Cantabria, aunque se ocupa de casos por toda España. «Es un tema que me interesaba mucho porque afecta a la salud, a la intimidad del domi-cilio, a la inviolabilidad del mismo y vi que podía haber muchos casos», sostie-ne.

—¿Cuáles son las denuncias más frecuentes?

—La mayoría son por locales de ocio. Dan muchos problemas porque no cum-plen el aislamiento acústico por una cues-tión económica. Con un aislamiento co-rrecto se resolvería el 90 ó 95 por ciento del problema. Luego está el civismo de los ciudadanos cuando salen del local.

—En este sentido, ¿cree que la en-trada en vigor de la Ley Antitabaco ge-nerará un incremento de denuncias por ruido en estas zonas?

—Va a surgir un conflicto. Hay mucha inquietud por el tema. Está empezando a haber muchas quejas de vecinos porque la gente sale a fumar con la copa y se con-vierte en una tertulia sin control de hora-rios. Si no se regula puede terminar en una discoteca al aire libre. Ya me han lle-gado varias consultas por Internet y es un problema que va a más. El alcalde de Va-lladolid ya ha dicho que va revisar la nor-mativa de terrazas. Es una cuestión de ci-vismo y educación, pero cuando no fun-ciona hay que adoptar medidas.

—Volviendo a la insonorización de locales, si es una cuestión de aisla-miento y es obligatorio, ¿cómo han conseguido la licencia para abrir los negocios?

—Porque algo que sucede con muchí-sima frecuencia es que los ayuntamientos

hacen la vista gorda en el control del ais-lamiento acústico, y tengo pruebas de ello. Estoy aburrido de verlo. La causa úl-tima la ignoro, pero pasa.

—¿Qué vías legales tiene una perso-na para hacer valer sus derechos?

—En un tema de aislamiento acústico habría que demandar al constructor. Pero si hay un problema de ruidos ambientales procedente de la calle hay dos tipos de responsabilidades: la del señor que la cau-sa y la del Ayuntamiento. En el caso, por ejemplo, de una discoteca, puedo poner un pleito al dueño del negocio o a la Ad-ministración. En casos graves, incluso se puede avisar a la Policía Local que cuen-ta con sonómetros para medir el nivel de los ruidos. Si no lo hace, en la jurisdicción contencioso administrativa se le podría acusar de dejación de funciones. De he-cho, hay muchas condenas en este senti-do. Por la vía civil también se puede ir contra la persona que causa ese perjuicio, como los dueños de los locales. Y se pue-de ir a la vía penal en casos graves cuan-do se trata de un delito como el caso de la discoteca de Palencia, que fue el primero de España en el que se le impuso una pe-na de prisión y se decretó el cierre del lo-cal. Ahora tengo varios casos penales, el último es en Aranda de Duero donde se abierto juicio oral contra los dueños de cuatro bares por contaminación acústica.

—Y en el caso del aislamiento de las viviendas…

—El 80 por ciento está mal insonori-zada y en la mayoría de los casos la cul-pa es del constructor, que por ahorrarse dinero pone un aislamiento que es un pa-pel de fumar. Tengo muchos casos. Para ello, se hacen unas pruebas para compro-bar su el aislamiento es el adecuado. Ten-go ya sentencias que dicen que los cons-tructores tienen que cumplir esas normas, sobre todo desde que entró en vigor el Código Técnico de la Edificación hace dos años.

—España es uno de los países más ruidosos del mundo, ¿dónde radica el problema?

—En España somos muy ruidosos. Hay una tradición de diversión y ocio li-gada a la calle, sobre todo, en el sur del país, que es donde más problemas ha ha-bido. Yo creo que se ha producido deja-ción de funciones por parte de la Admi-nistración porque se considera que todo vale. Se han olvidado los derechos de los

vecinos y se han degradado zonas histó-ricas de casi todos los municipios de Es-paña. Hay ciudades que da pena verlas, aunque ahora se está intentando hacer al-go pero muy despacio y mal. En Vallado-lid, por ejemplo, ya se ha recuperado al-guna zona pero todavía quedan muchísi-mas. Además, se trata de lugares donde vive gente mayor con pocos recursos.

—Y Castilla y León ¿es una comuni-dad más o menos ruidosa que la media?

—Castilla y León está en una situación muy parecida a la del conjunto del país. Está en la media. Yo trabajo en otras co-munidades y veo unos problemas simila-res. Hay una gran protección hacia el sec-tor de hostelería que hoy por hoy es el que causa más problemas. Por ejemplo, la Ley del Ruido exigía un aislamiento superior al que había y ahora les han am-pliado el plazo después de quejarse de lo mucho que les perjudicaba además la en-trada en vigor de la Ley Antitabaco. Y, en-tonces, les han dado una prórroga. Creo sinceramente que hay mucha permisivi-dad porque se le considera un sector prio-ritario.

—¿Cómo valora la Ley del Ruido de Castilla y León que se aprobó hace un año y medio?

—La Ley del Ruido de Castilla y León es bastante buena y positiva y ha surgido al hilo de tantas sentencias que estaban diciendo que esto no se puede consentir. La labor que han hecho los jueces en es-te tema en concreto ha sido muy impor-

Agustín Bocos

Letrado, miembro de la Asociación de Juristas contra el Ruido y especializado en temas de contaminación acústica

«Está empezando a haber muchas quejas porque la gente sale a fumar con la copa y se convierte en una tertulia sin control de horarios; si no se regula puede terminar en una discoteca al aire libre»

«Con la Ley Antitabaco va a surgir un conflicto, empiezan las quejas de vecinos por el ruido de quienes fuman en la calle»

❜❜La sentencia sobre el caso del vecino de Urueña que denunció el ruido de campanas tardará un poco. Sobre el ruido de las campanas hay ya varias sentencias, una de ellas en Zamora y otra en Castellón, que dicen que no se pueden superar los niveles sonoros con las campanas, ni con nada, y condenan a tomar medidas para no rebasarlos Hay una gran protección hacia el sector de hostelería que hoy por hoy es el que causa más problemas Las denuncias han aumentado muchísimo porque la gente antes se conformaba y no sabía que esas cosas no tenían que consentirlas. Ahora leen en los periódicos que han condenado a una discoteca y entonces piensan: ¿ Por qué voy a consentirlo yo?

X / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011

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Con Open leg rocker mejo-ramos el equilibrio desde el centro abdominal y masajea-mos la columna de forma di-vertida.

Se realiza después del «es-tiramiento de la columna ha-cia delante» .

POSICIÓN INICIAL: Establezca el equilibrio en una posición sentada, con la EIAS (Espinas ilíacas antero-superiores ), desplazada hacia atrás del fémur para llevar el peso por detrás de los isquio-nes. La columna lumbar lige-ramente flexionada, la colum-na torácica alargada. Las pier-nas estiradas en el aire, abiertas en forma de V, un poco más ancho que la anchura de los hombros, los tobillos en fle-xión plantar, los dedos de los pies suavemente en punta. Las manos tomando suavemente

los tobillos, las escápulas esta-bilizadas. Los ojos enfocados sobre los pies.

EJERCICIO: Inspire, inicie profundi-

zando la flexión de la colum-na lumbar y permitiendo la flexión de la columna toráci-ca y cree una curva en forma de C; mantenga esa forma y ruede hacia atrás, no más allá de la región torácica superior.

Espire, ruede hacia delan-te, manteniendo la forma de C con el peso detrás de los is-quiones; estabilice las escá-pulas y alargue la columna torácica, mantenga la flexión lumbar, y vuelva a la posi-ción inicial, las piernas y el tronco crean una forma de V.

REPETICIONES: De 8 a 10 repeticiones

A TENER EN CUEN-TA:

● Asegúrese de que el transverso abdominal esté ac-tivado a lo largo del movi-miento.

● Ruede hasta llegar a la

región torácica superior y no sobre la columna cervical.

● Empiece a rodar hacia atrás desplazando la pelvis del fémur, aumentando la fle-xión de la columna.

● Mantenga una ligera fle-xión a lo largo de la columna lumbar para mantener control cuando se está balanceando en la forma de V.

● Mantenga la estabilidad de las escápulas.

● Ruede por el centro de la columna.

● Si tiene problemas de es-palda o cuello, o tendones de la corva acortados, utilizar este ejercicio como un ejerci-cio de equilibrio y no hacer el balanceo.

MODIFICACIONES: ● Doble las rodillas duran-

te el equilibrio y en la posi-ción inicial y alárguelas cuando ruede, si necesita de-sarrollar control abdominal para equilibrarse.

● Si tiene los isquiotibiales acortados, hágalo con las ro-dillas flexionadas.

(*) Especialista en Pilates. Centro Pilates.

✒ Nieves Álvarez (*)

Secuencia del ejercicio.

tante. Cuando empecé a plantear estos casos no había ni normativa, ni prece-dentes judiciales. Había que hacer una interpretación de las normas generales del derecho. Como después ha habido muchas sentencias no ha quedado más remedio que legislar. Los ayuntamien-tos son la administración que tiene que controlar el aislamiento acústico, mien-tras que a la Junta le corresponde la al-ta inspección.

—La legislación de estas cuestio-nes, ¿ha provocado un incremento de las denuncias?

—Yo veo que están aumentando y han aumentado muchísimo porque la gente antes se conformaba y no sabía que esas cosas no tenían que consen-tirlas. Ahora leen en los periódicos que han condenado a una discoteca y en-tonces piensan: ¿ Por qué voy a con-sentirlo yo?. Por eso, también han pro-liferado las reclamaciones y las denun-cias. La gente se ha hartado y se ha dado cuenta de que no tienen por qué aguantar. Ahora hay ciudadanos para los que este tema se ha convertido en su prioridad absoluta y lo acaban con-siguiendo.

—Entre otros muchos asuntos, ha llevado el caso del vecino de Urueña (Valladolid) que denunció el ruido de las campanas, ¿cómo cree que se resolverá este asunto?

—Creo que tardará un poco. Sobre el ruido de las campanas hay ya varias

sentencias, una de ellas en Zamora y Castellón, que dicen que no se pueden superar los niveles sonoros con las campanas, ni con nada, y condenan a tomar medidas para no rebasarlos. Pa-ra reducir este ruido hay soluciones técnicas, también en el caso de Urue-ña, a pesar de que un técnico dijo en el juicio que no las hay. Desde reducir su tamaño, hasta poner en los badajos dispositivos que reduzcan su ruido. El problema es que en su día había un re-loj que daba las horas pero se estropeó y no se arregló y no sé a quién se le ocurrió que las campanas hicieran de reloj. Hay que gente como mi cliente que no puede trabajar porque tiene un estudio de grabación. Confío en que se resuelva el problema y se rebajen los niveles de ruido.

—También ha llevado casos otros casos como el de Béjar (Salamanca) donde consiguieron que se prohi-biera el botellón o las antenas del García Quintana, ¿cómo está la le-gislación en esta materia?

—Llevo más asuntos sobre electro-magnetismo, es una materia con una legislación estatal muy permisiva. Los niveles autorizados son bestiales, lo di-cen los técnicos. Es prácticamente im-posible superarlos por lo que estos asuntos hay que abordarlos por otros vericuetos legales. Con los niveles per-mitidos, antes te carbonizan que se superan.

El abogado Agustín Bocos./ FOTO MIRIAM CHACÓN

Pilates

Mecedora con piernas abiertasEs un ejercicio de potenciación del abdomen, espalda,

cintura escapular y piernas, y flexibilización de la musculatura posterior del cuerpo (espalda y piernas)

Open leg rocker

dominical / XIDomingo, 6 de febrero de 2011 / LA OPINION-EL CORREO

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XII / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011

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dominical / XIIIDomingo, 6 de febrero de 2011 / LA OPINION-EL CORREO

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En forma

✒ Martín Caicoya Médico

El binomio sedentarismo-obesidad se

prevé como el enemigo público número uno en esta primera mitad de siglo. Los más agoreros estiman que será causa de más del 30% de la mortalidad. El tabaco es todavía la principal causa de muerte en el mundo y no estoy seguro, tal como pre-sionan las tabacaleras a los grupos más vulnerables –los jóvenes y los habitantes de países menos desarrollados– que deje de serlo. Quizá se logre en nuestro me-dio. De hecho, se observa una pequeña disminución del cáncer dependiente de tabaco.

Asociado al sedentarismo y la obesi-dad se ha inventado o construido una en-tidad que tiene cierta aceptación entre los clínicos: el síndrome metabólico. Como tal invento, cada definidor crea su propia definición, lo que produce confusión y quizás escepticismo. Lo puso de largo la Organización Mundial de la Salud en 1998 y eso tiene importancia. Su defini-ción se basa en la presencia de diabetes o intolerancia a la glucosa junto con otros dos problemas más: obesidad ab-dominal, hipertensión o hipertrigliceri-demia. Con estas cuatro características, combinándolas de una forma u otra han jugado todos los que quisieron entrar en la discusión. Algunos complican la cosa añadiendo el colesterol HDL bajo. Qui-zá la que cobra más fuerza es la que cen-tra su definición en la obesidad abdomi-nal como reflejo de un problema del me-tabolismo de las grasas. Y realmente eso encaja bastante bien con la idea de unir este síndrome a la epidemia de obesidad y sedentarismo. Dependiendo de la cla-sificación, en España entre el 22% y el 32% de la población sufriría el síndrome metabólico.

Desde el punto de vista energético, la

ecuación es bien simple: si comemos más y gastamos menos, el exceso de ca-lorías que ingerimos se guardan para tiempos peores. Podemos almacenar un poco en forma de glucógeno, pero la ma-yoría, por una cuestión de peso y espa-cio, lo hacemos como grasa. Antes se creía que el tejido adiposo era metabóli-camente inerte, ahí estaba para cuando se necesitara. Hoy sabemos que no es así. Lo primero que se aprendió es que impide que la insulina trabaje adecuada-mente. La glucosa, que es un alimento fundamental de las células, no puede en-trar en ellas por sí misma, como hace el alcohol o pueden hacer los ácidos grasos. Necesita un transportador: la insulina. La cosa es complicada. En la célula hay unos receptores, una especie de cerradu-ra a la que se acopla la insulina y abre la puerta para pase el azúcar. En los obesos, más si la grasa es abdominal, la insulina no funciona, quizá porque ese tejido se-creta sustancias que modifican los re-ceptores. La consecuencia es que la glu-cemia sube en sangre y el páncreas que segrega más insulina para intentar resol-ver el problema. Algo consigue, pero no durará mucho. Al final el páncreas se agota y la diabetes será inevitable. Ade-más de meter glucosa en la célula, la in-sulina estabiliza la grasa. Lógico, no la necesita el cuerpo mientras haya azúcar sobrante. Pero cuando hay resistencia, otras hormonas están libres y van a di-solver la grasa en la sangre. Se elevan los lípidos hemáticos. Y un problema adi-cional es que con la grasa salen a la san-gre ciertas sustancias inflamatorias. Y ya se sabe, inflamarse es una forma de en-vejecer. Estamos ante toda una amenaza metabólica, metidos en un círculo vicio-so. Porque estas mismas grasas en la san-gre impedirán el buen funcionamiento de la insulina. La obesidad, especialmente la abdominal, es un problema serio. El que la OMS haya basado su definición de síndrome metabólico en la resistencia a la insulina y que la Federación Inter-nacional de Diabetes la centre en la obe-

sidad abdominal refleja esta preocupa-ción. Casi todos los estudios demuestran que las personas con síndrome metabó-lico tienen más riesgo de enfermedad y muerte cardiovascular. Eso era esperable porque esas personas tienen varios fac-tores de riesgo: diabetes o prediabetes, hipertensión, obesidad, alteración de los lípidos. La cuestión que se plantea es si estando juntos interaccionan de tal ma-nera que su efecto sea superior al del producto de ellos. No parece que sea así en los abundantes datos que hay.

Yo tengo mis dudas acerca de la utili-dad de crear esta nueva enfermedad. No sé qué aporta. Quizá nombrándolo se pueda visualizar el problema y facilite su control. A una persona que es obesa, mo-deradamente hipertensa y tiene altos los triglicéridos, le dicen que tiene un sín-drome metabólico y probablemente se sienta peor. Quizá reaccione y se decida a afrontar el problema, o no lo haga y sume a su situación ese mal estar.

La estrategia debe ser de salud pública. La obesidad y el sedentarismo están en el origen del síndrome metabólico. Está cla-ro cómo abordarlo. Uno llega siempre al mismo sitio: hay que mejorar la dieta y hacer más ejercicio.

Entre el 22% y el 32% de la población española sufriría el síndrome metabólico, dependiendo de los criterios de clasificación

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Obesidad y sedentarismo

XIV / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011

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IN-GRID Lounge musiqueEn esta Liga de las estrellas pop, tan desigual como la futbolera, donde sólo tres se juegan —Lady Gaga marca el estilo, a Beyoncé no hay quien le tosa en las ven-tas y a Madonna nadie le pisa el escenario— el glamour en el Olimpo popero, van siendo multitud las damas de honor que, a la vez que sirven de coartada para que haya competición, barajan sus cartas y miden sus posibilidades. In-Grid,

exhibe versatilidad tanto estilística —de un disco dedicado a clásicos franceses, «La vie en rose», 2005, al sorprendente toque retro de «Vive le swing», 2010, pero sin alejarse mucho del manoseado eurodan-ce— como habilidad lingüística —canta en inglés, francés y hasta aventura algún estribillo en castellano—. Este «Lounge musique» ensaya sonidos downtempo en temas propios y versiones de canciones que Toto Cotugno o Serge Gainsbourg popularizaron, junto a ritmos dance con los que animar las pistas de baile.

Discos por Solana

CHRISTINA ROSENVINGE La joven DoloresEl éxito de «Tu labio superior», 2008, mostraba la versión madura del personaje musical que Christina Rosenvinge había ido levantando entre un revoltijo de esti-los —del pop juvenil de Alex y Christina al garajeo guitarrero con los Subterráneos, del rock introspectivo con ropaje noise de su trilogía neoyorquina al fallido pop de alto standing junto a Nacho Vegas— hasta conjugar un pop cálido de texturas

rockeras y lírica reflexiva que sólo dice desdiciéndose. «La joven Dolores» sigue la misma senda inci-diendo en sus virtudes: mimo en la instrumentación con invitados de lujo —Steve Shelley, Chris Brokaw, Georgia Hubley o el relumbrón de Benjamin Biolay— y textos que ganan altura poética, esta vez centra-dos en figuras femeninas —Eco, Eva, Lot,…— enfrentado su mito a la actualidad y a lo cotidiano. Filigra-na pop que gana con una escucha atenta. Deslumbrante.

WANDA JACKSON The party ain’t overEl inquieto Jack White parece haber encontrado otro modo de expresión musical en el rescate de grandes figuras con las que alimentar musicalmente períodos de descanso en White Stripes que no llenan los escarceos con colegas —Racon-teurs— o el rock directo y crudo que mantiene, últimamente, junto a Dead Weather. Si en 2004 produjo «Van Lear Rose» para la leyenda del country Loret-

ta Lynn ahora, para la dosis de revival, pone la atención en la gran dama del rock’n’ roll, pionera en can-tar rockabilly y en ser la réplica femenina de Elvis Presley. A sus venerables 73 años este «The party’s over» es un traje a medida de la Jackson donde caben piezas de su repertorio, versiones de Dylan y Litt-le Richard, temas de actualidad —“You know I’m no good” que popularizó la Winehouse— y hasta salidas de tono «Rum & Coca-Cola que quedan simpáticas. Tan irregular como apasionante. La fiesta continúa.

JEFFERSON AIRPLANE The Original Fillmore House BandSiempre se dijo que «Jefferson Airplane» hizo al Fillmore, y que el Fillmore hizo a «Jefferson Airplane». Bill Gram, la Jefferson y sus relaciones imposibles afloraron en el Fillmore West todo el atractivo lúdico de la contracultura de San Francisco a mediados de los sesenta celebrando junto los Fuggs y Allen Gingsberg, Quicksilver Messenger Service, Grateful Dead o Santana desparrames psicodéli-

cos de difícil encaje en la encorsetada escena actual. “The Original Fillmore...” es un cofre que entre memorabilia y fotografías cuela un par de horas de música memorables resumiendo en treinta temas el paso de la J. A., con todas sus formaciones —de su folk-rock como grupo de baile en el sesenta y cinco al rock psicodélico y radical del sesenta y siete, o en su encarnación final en el setenta y dos—por el local mas emblemático de toda la Costa Oeste.

JOHN ILLSLEY Streets of heaven«Dire Straits», a comienzos de los noventa, adquirió un tamaño desmesurado, una talla popular cuya música ya no cabía ni en los estadios y Mark Knopfler no encon-tró a su rock de corte clásico resuelto con elegancia más salida que desprender-se de lastre mediático y ajustar sus composiciones intimistas a escenarios donde la proximidad hace del público un cómplice. Estos días su hermano David gira por

nuestro país y John Illsley, que ya había publicado un par de trabajos mientras ponía su bajo rítmico en «Dire Straits» y colaborado con una banda de rock celta —«Cunla»—, se estrena ahora en solitario con este “Streets of heaven”, que sorprende por su manejo de la guitarra y por un sonido cercano al de «Dire Straits», quizás por la presencia de antiguos miembros de la banda como Alan Clark, Chris White, la pro-ducción de Guy Fletcher y hasta el mismo Mark Knopfler en un par de temas. Ecos del viejo sonido.

JOHN CARTER CASH The family secret

Con semejantes apellidos como credenciales –su madre June Carter testaferro de la tradición recibida de la Carter Family; su padre, Johnny Cash, leyenda del country, una personalidad desbordante; su hermana, Roseanne Cash, figura del “americana-, John Carter Cash no podía menos, con tal herencia musical, que

velar por el legado familiar. Reputado productor —de su madre en “Press on”, como colaborador de Rick Rubin en algunos de los “American recordings”, de la Nitty Gritty Dirt Band, Elvis Costello o John Prine—es también escritor de libros biográficos e infantiles y hasta actor ocasional. “The Family secret” lo mues-tra como músico evidenciando eclecticismo —del hard rock a la balada irlandesa—, como compositor que domina la tradición folk y country y hasta versioneando clásicos poco comunes —Tom Paxton o Lou-don Wainbright III—. Interesante.

NACHO VEGAS Los hermanos pequeñosA nada de la salida de su nueva entrega, “La zona sucia”, autoeditado y que publi-cará Maxophone, su disquera de siempre, Limbo Starr, reedita en un hermoso cofre “Los hermanos pequeños”, una colección de seis EP que recorre su repertorio entre 2001 (“Seis canciones desde el norte”) y 2009 (“El género bobo”) en treinta temas que fueron encontrando cobijo en este formato liviano que goza de la provisiona-

lidad, facilita la urgencia creativa, permite el avance del trabajo en construcción y acoge canciones que luego no encuentran sentido en los álbumes. Canciones-río, encrucijadas poéticas enredadas en medios tiempos donde, entre torrentes emocionales las más de las veces en tono crepuscular, se debaten la necesidad vital y la virtud artística. Hermanos de sangre poética, solo menores en minutaje, enormes en intensidad.

VVAA ABC of the bluesEntre las músicas que exploran el alma el blues —como el folk, como el flamenco— ha demostrado una cintura a prueba de géneros y, no pocas veces, de intérpretes que arriman su queja a este poderoso fuego expresivo omnipresente en la música mas popular a través del rock. “ABC of the blues” es un recopilatorio tan monu-mental —52 CD con más de un millar de temas interpretados por un centenar de

clásicos— como barato —apenas un euro por disco—, un producto mas de estos tiempos donde se unen la liberación de catálogos y el afán enciclopédico de los aficionados facilitado por la banda ancha en Internet. Junto a los grandes nombres —Robert Jonson, Muddy Waters, Leadbelly, Son House, …— la legión de artis-tas que igual desgranan penas de amor, reivindican carencias sociales, lamentan existencias personales o animan las noches de los garitos nocturnos en un revoltijo de puro aluvión sonoro. Blues en saldo.

Consultorio jurídico

Los embargados deben acudir a los abogados para plantar oposición a las entidades financieras

✒ Luis Felipe Gómez Ferrero (*) De vez en cuando algún juez de España se olvida

del programa informático «Minerva» y de las repro-ducciones y formulismos de «como dice la Juris-prudencia» ó «como reza el Tribunal Constitucio-nal».

Veamos algún fragmento del Auto dictado por la Audiencia Provincial de Navarra, AUTO Num 111/2010: «El propio banco en la escritura de prés-tamo con garantía hipotecaria y en relación con la finca que es objeto de subasta y que se ha adjudica-do materialmente la citada entidad bancaria, la va-loraba en una cantidad que era superior al principal del préstamo (…) Siendo ello así, es atendible las ra-zones por las cuales la juzgadora de instancia no considera oportuno en este caso continuar la ejecu-ción, por entender que el valor de la finca, no obs-tante el resultado de la subasta, es suficiente para cu-brir el principal de la deuda reclamada e incluso en-contrándose por encima de dicho principal»

Cuando el banco dijo aquello de que «oiga, es que ahora su casa vale menos y nosotros, el banco, no te-nemos la culpa», miren lo que les contesta la Au-diencia Provincial: «Moralmente es rechazable que se alegue para intentar continuar la ejecución la pér-dida de valor de la finca que servía de garantía al préstamo, que no se hubiera concedido si no hubiera tenido un valor suficiente para garantizar el présta-mo concedido, que fue fijado por la entidad banca-ria ahora ejecutante, o cuando menos aceptado, sien-do que dicha pérdida de valor es directamente acha-cable a la crisis económica, fruto de la mala praxis del sistema financiero»,

De vez en cuando hay algún magistrado que saca a relucir el brillante y mítico genio jurídico español, dictando una resolución en la que todos estábamos pensando, pero que nadie se atrevía a dictar.

Pues fue en las tierras de Deusto donde se obró Justicia, con mayúsculas, pese a que me hubiese agradado espe-cialmente que hubiese sido en Zamora, pero nos ha faltado valor a los letrados o espe-ranza para plantear seme-jante lucha contra los molinos de viento don-de ese letrado que lu-chaba contra el BBVA decía ver gigantes.

¡No son moli-nos, sino gi-

gantes, mi señor!, decía el letrado del BBVA a nues-tra quijotesca Audiencia provincial de Navarra.

Pero Don Quijote atacó a los Gigantes, pues eso eran, no molinos y, ¡sorpresa!, parece que alguno ha tumbado. Algún gigante había.

Efectivamente, la audiencia de Navarra ha puesto el grito en el cielo ante la verdadera estafa de la so-ciedad española, en la que los bancos nos dicen lo que vale lo que compramos, nos mandan a sus tasa-doras y, si no pagamos, respondemos con todo nues-tro patrimonio.

Señores banqueros, si ustedes dicen lo que valen las cosas, si ustedes nos dan el 80% de lo que uste-des valoraron libremente, ¿por qué tenemos que so-portar el hecho de que ustedes resulta que no tenían ni pizca de razón y ahora lo que, según sus tasado-ras valía 100, ahora resulta que vale 40, y le tene-mos que dar nuestro coche, nuestro sueldo y nues-tra herencia? Es simplemente injusto. Y la Audien-cia de Navarra ha tenido el atrevimiento de hacer Justicia con mayúsculas, echando mano del art. 3.1 del Código Civil, que para algo está: «Las normas se interpretarán según la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamen-talmente al espíritu y finalidad de aquéllas». Pues eso es lo que ha hecho la Sala de Navarra. Pero, no se preocupen, que ya vendrá nuestro político Tribu-nal Constitucional a deshacer tan brillante argu-mento. Y esperen, no le abran unas diligencias pe-nales, que es lo que se estila últimamente si no se baila la Ley al son que tocan ciertas personas y per-sonajes.

Todos saben quiénes son los responsables de la crisis, las entidades financieras. Pues bien, quién la

hace alguna responsabilidad tendrá …

Les animo a todos los que es-tén embargados a que acudan a

su abogado y, si no tienen medios, al servicio de asis-

tencia de nuestro Colegio de Abogados de Zamora,

y anímense a plantear oposición a los ban-

cos y cajas. Luchen contra

el abuso, pues so-lo si luchamos

encont rare-mos el cami-

no hacia la libertad y

la Justi-cia.

Legislación contra los bancos y las cajas

Para consultas en esta sección

(*) Abogado. C/ San Torcuato, 19

dominical / XVDomingo, 6 de febrero de 2011 / LA OPINION-EL CORREO

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Las personas tímidas de la selva

✒ Andrés Montes

La primatología parecía cosa de mu-jeres en la década de los setenta del si-glo pasado cuando Jane Goodall, Dia-ne Fossey y Biruté Galdikas destaca-ban en el panorama de la especialidad entregada cada una de ellas al estudio de una especie distinta. Las tres traba-jaban al amparo de Louis Leakey, pa-triarca de una familia que ha colocado su apellido junto a muchos de los hitos de la paleontología en el último medio siglo.

Leakey trataba de desandar el cami-no evolutivo de los humanos, de cono-cer lo que habían sido sus ancestros a través del estudio del comportamiento de especies con las que estamos em-parentados. Jane Goodall, premio «Príncipe de Asturias» de Investiga-ción Científica en 2003, centró su es-tudio en los chimpancés de la reserva de Gombe, en Tanzania, mientras que Diane Fossey lo hizo con los gorilas de las montañas Virunga, entre Ruanda y el Congo. Biruté Galdikas, la más jo-ven de las tres y la última en llegar, se

dedicó a los orangutanes de Borneo. En los tres casos, lo que comenzó

como una labor científica terminó en lucha por la protección de especies amenazadas por el hombre, una defen-sa con resultados dramáticos en el ca-so de Fossey, asesinada en 1985 pre-sumiblemente por cazadores furtivos. Las tres abrieron el conocimiento a pa-rientes con distintos grado de lejanía. De los chimpancés nos separan en tor-no a seis millones de años de andadu-ra por separado, período en el que nuestros respectivos genomas diver-gieron apenas un 1 por ciento. Hace unos diez millones de años nos distan-ciamos de los gorilas y hace unos 12 de los orangutanes, cuyo genoma com-partimos en un 97 por ciento, según la investigación dada a conocer en «Na-ture» y en cuyo desarrollo participó el equipo asturiano que dirige Carlos Ló-pez Otín.

El lenguaje distanció a los hombres de los orangutanes, según la leyenda de Borneo que López Otín utilizaba para introducir la aportación de su gru-po a esta novedad científica. Mientras los primeros dejaban la selva y se or-ganizaban en grupos, los orangutanes disimularon su capacidad verbal para que los humanos no lo pusieran

a trabajar. El propio nombre común procede del malayo «orang hutan», «persona de los bosques». Y Biruté Galdikas cuenta su expe-riencia en Borneo en un libro titulado «Veinte años entre las personas tímidas de la selva», lo que acen-túa el carácter solitario y silencioso del orangu-

tán, el mayor de los mamíferos arborí-colas cuya permanencia en la espesu-ra selvática fue marcando unas pautas de comportamiento muy distantes de las de otro primates, a los que el de-senvolvimiento en espacios más abier-tos, y por ello con mayor exposición a los depredadores, transformó en seres gregarios con una intensa vida en co-munidad.

Pero, leyendas al margen, ¿qué fue lo que realmente provocó la divergen-cia entre los humanos y el resto de los primates con los que compartimos al-gún ancestro común? La respuesta puede estar en las enfermedades, se-gún expone el bioquímico Víctor Que-sada, miembro del equipo de López Otín. La investigación muestra que nuestro sistema inmunológico junto con el reproductivo estuvieron sujetos a «una gran presión evolutiva». «Hubo infecciones muy importantes o gran-des epidemias, no aisladas ni en un momento concreto, que propiciaron que nuestro sistema inmunológico fue-ra más activo que el de otros primates. Sobrevivieron los que tenían esa ma-yor actividad inmunológica, que no su-pone sólo ventajas, porque lleva apa-rejados los inconvenientes de que re-

quiere más energía y supone para los individuos que la tienen un mayor pe-ligro de enfermedades autoinmunes», explica Víctor Quesada. El bioquími-co añade que «fue esa lucha contra los parásitos la que propició cambios ge-néticos individuales, de los que eran portadores los sujetos más resistentes, cambios que se fueron fijando progre-sivamente por vía reproductiva hasta entrar en un proceso de especiación. Desde ese momento ya no resultó po-sible el intercambio genético porque las uniones entre individuos que no compartían esos cambios genéticos eran estériles. Esta es la hipótesis so-bre la que trabajamos».

Lejos de nosotros quedaron esos se-res lentos, sin apenas interacción so-cial, que sobreviven en las selvas de Borneo y Sumatra, y en la que la con-vivencia de machos y hembras se pro-duce sólo en los períodos de aparea-miento. Pero seres con gran capacidad de aprendizaje, que han creado una «cultura» propia, son capaces de utili-zar herramientas propias para hurgar en los hormigueros o acceder a la miel silvestre y hasta han desarrollado un peculiar lenguaje con el que se despi-den al terminar el día.

Las enfermedades marcaron el progresivo distanciamiento entre nuestros ancestros y el resto de los primates, una divergencia que en el caso de los orangutanes se gestó hace doce millones de años

❜❜Fue la lucha contra los parásitos la que propició cambios genéticos individuales, de los que eran portadores los sujetos más resistentes, cambios que se fueron fijando progresivamente por vía reproductiva hasta entrar en un proceso de especiación

XVI / dominical LA OPINION-EL CORREO / Domingo, 6 de febrero de 2011