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EL DORADO Los obreros del nivel 12 de la mina "El Dorado" situada en el asiento minero de Goyllarisquizga, bajaron a trabajar a las once de la noche del sábado 19 de diciembre de 1964. La jornada se inició con las bromas y chistes de costumbre y nada hacía presagiar que aquélla noche seria completamente diferente a las anteriores. Aunque tal vez, esto sea verdad del todo, porque cada minero, de cualquier turno de trabajo, lleva en el fondo de su alma, clara conciencia de la sangrienta y luctuosa historia de su oficio; una crónica de muertes espantosas, lesiones invalidantes y enfermedades que a la larga, terminan con sus vidas. La cifra de víctimas es tan elevada que apenas se puede calcular. El 23 de Enero de 1910 por ejemplo- se produjo una horrorísima explosión en el pique chico matando a 29 obreros e invalidando a 56, el 10 de agosto de aquel mismo año, en el nivel F la mina sepulto a 310 hombres, rescatándose 72 cadáveres y 60 heridos; no llego a saberse jamás del resto. La cadena sombría y siempre vigente, registra dos o tres muertes por año. Por esta dolorosa razón, cada minero vive con la taladrante idea de que algún día, tarde o temprano...aunque no sea hoy, ni ocurra aquí... Hacia las dos de la madrugada del domingo 20 de Diciembre de 1964, los trabajadores habían avanzado notablemente su labor. La mina, propiedad de la compañía norteamericana Cerro de Pasco Corporation- como una urbe subterránea, entrecruzaba sus calles iluminadas con las simétricas vías de acceso a las galerías hulleras, casi agotadas. "El Dorado" se preciaba de ser fuerte y segura, no en vano en 60 años, no había acaecido ninguna tragedia de grandes proporciones. Sin embargo, a las tres de la madrugada ocurrió un incidente que provoco la hecatombe. Quizás algunos mineros abrieron con sus herramientas y en forma involuntaria, una bolsa de grisú cuya presencia no se sospechaba. El resplandor de una chispa y el inicio del pavor. Cualquiera que fuera la causa, algo provoco una explosión de abominables pesadilla. En la superficie, el estallido se oyó, al principio, como un sordo y dantesco rugido al que siguió un remezón estremecedor; como si la tierra se estuviera hundiendo. En el club Sport Goyllar-vieja y legendaria institución goyllarina- donde los socios habían amanecido libando unas copas y entonando dulces canciones del lugar, se sintieron sacudidos en sus asientos y las copas y botellas rodaron por los suelos. Como saliendo de una horrorosa alucinación, los hombres se pusieron de pie, conmovidos y se miraron espantados,

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EL DORADO

Los obreros del nivel 12 de la mina "El Dorado" situada en el asiento minero de Goyllarisquizga, bajaron a trabajar a las once de la noche del sbado 19 de diciembre de 1964. La jornada se inici con las bromas y chistes de costumbre y nada haca presagiar que aqulla noche seria completamente diferente a las anteriores. Aunque tal vez, esto sea verdad del todo, porque cada minero, de cualquier turno de trabajo, lleva en el fondo de su alma, clara conciencia de la sangrienta y luctuosa historia de su oficio; una crnica de muertes espantosas, lesiones invalidantes y enfermedades que a la larga, terminan con sus vidas. La cifra de vctimas es tan elevada que apenas se puede calcular. El 23 de Enero de 1910 por ejemplo- se produjo una horrorsima explosin en el pique chico matando a 29 obreros e invalidando a 56, el 10 de agosto de aquel mismo ao, en el nivel F la mina sepulto a 310 hombres, rescatndose 72 cadveres y 60 heridos; no llego a saberse jams del resto. La cadena sombra y siempre vigente, registra dos o tres muertes por ao. Por esta dolorosa razn, cada minero vive con la taladrante idea de que algn da, tarde o temprano...aunque no sea hoy, ni ocurra aqu...Hacia las dos de la madrugada del domingo 20 de Diciembre de 1964, los trabajadores haban avanzado notablemente su labor. La mina, propiedad de la compaa norteamericana Cerro de Pasco Corporation- como una urbe subterrnea, entrecruzaba sus calles iluminadas con las simtricas vas de acceso a las galeras hulleras, casi agotadas. "El Dorado" se preciaba de ser fuerte y segura, no en vano en 60 aos, no haba acaecido ninguna tragedia de grandes proporciones. Sin embargo, a las tres de la madrugada ocurri un incidente que provoco la hecatombe. Quizs algunos mineros abrieron con sus herramientas y en forma involuntaria, una bolsa de gris cuya presencia no se sospechaba. El resplandor de una chispa y el inicio del pavor. Cualquiera que fuera la causa, algo provoco una explosin de abominables pesadilla. En la superficie, el estallido se oy, al principio, como un sordo y dantesco rugido al que sigui un remezn estremecedor; como si la tierra se estuviera hundiendo. En el club Sport Goyllar-vieja y legendaria institucin goyllarina- donde los socios haban amanecido libando unas copas y entonando dulces canciones del lugar, se sintieron sacudidos en sus asientos y las copas y botellas rodaron por los suelos. Como saliendo de una horrorosa alucinacin, los hombres se pusieron de pie, conmovidos y se miraron espantados, comulgando una sospecha con la esperanza de que no fuera cierta. Todas las ventanas se los campamentos se iluminaron instantneamente; rostros interrogantes y aterrorizados, asomaron por las puertas y ventanas. Los mineros que deban entrar en el turno de las siete de aquella maana, comprendieron en toda su fatdica dimensin, lo que significaba aquel cataclismo y repentino estruendo infernal y la sacudida posterior. Instantneamente premunidos de sus ropas de campaa y el doloroso presentimiento desgarrndoles el alma, corrieron desesperados a la bocamina. En ese momento, el nivel 12 de la mina "El Dorado", estaba convertido en un aterrador infierno. El fuego voraz se extenda violentamente por toda la galera, alimentado por el gas gris y el polvo del carbn. Daba la impresin de que el mundo se acababa irremediablemente, presos de un pnico indecible, los mineros todava con vida, trataron de ganar la salida. No pudieron, las negras galeras, sacudidas por la colosal explosin, se haban cerrado una a una, convirtiendo a los corredores mineros en una horrible sepultura que era iluminada por las detonaciones en cadena del gas metano. El piso de los frontones se arqueo horriblemente, tocando en muchos tramos, el techo de la mina. El movimiento originado por el estallido, retorci como si fueran alambres, infinidad de rieles; aplasto un gran nmero de vagonetas y desmenuzo los cuadros que sostenan los techos de la mina. En el instante en que se produca el cataclismo, un viejo minero caminaba junto a la vera yendo a reparar un descompuesto transportador de carbn, de repente dice, pareci que todo el suelo reventaba y todo lo que haba en el frontn vol como si fuera de papel en medio de un ruido y una corriente de aire como los de un huracn; a m me arrojo muy lejos, como un mueco, cuando recobro el conocimiento, busco a tientas su lmpara en medio de un humo asfixiante de calor y trato de ponerse de pie, pero tena una pierna fracturada en tres partes y se desplomo. Adormecido de dolor hizo girar su lmpara y horrorizado vio clavados en unos salientes de fierro a dos de sus compaeros de trabajo y presa de pavor lanzo un grito sobrehumano, desgarrador y espantado se desmay. A 15 metros de all, otro minero que picaba la veta, sinti de pronto un vaci en las entraas como si todo el aire del mundo se hubiera tragado la tierra y de inmediato y casi simultneamente una estremecedora explosin retumbo en su cerebro en tanto que un zumbido horripilante y agudo le destrozaba los odos; en ese momento se vio arrojado como una pluma sobre las rocas envuelto en una picante nube de sofocante carbn pulverizado. Cuando volvi en s, un dolor irresistible le hincaba el hombro y costado izquierdo y al sentir un gorgoteo tibio saliendo de sus odos, se llev la mano y advirti que sangraba profusamente; tenia los tmpanos destrozados, nunca ms volvi a or. Otro minero, al sentir el primer vaci de la explosin, se tir bajo un carro metalero que estaba pegado a una viga y no obstante la proteccin, sufri un desmayo. Al despertar, las nuseas le apremiaban y una hemorragia incontenible le baaba la cara, senta una sed infernal y una debilidad horrible que volvi a desmayarse. En el hospital, mdicos y enfermeras le miraban perplejos. Cmo te llamas? Ceferino Huanca, respondi; Huanca, haz vuelto a nacer, todos los obreros que trabajaban en tu labor han muerto, solo t sigues con vida. Sepultado a kilmetro y medio de la salida, otro viejo minero se haba recobrado para verse sentado y aturdido, con la lmpara deshecha y arrancada del casco, minutos ms tarde, oa la voz de su joven ayudante que aprisionado en un calabozo de piedras gritaba desesperadamente: auxilio.... por Dios no me abandonen!! No me dejen! No me dejen! inmediatamente, venciendo los dolores que lo agarrotaban, se arrastr hasta donde proceda la llamada y con voz que pretenda ser clara y enrgica, trato de alentarlo dndole valor... chuche!! Chuche!! Cllate hijo yo estoy a tu lado no te desesperes ya vendrn a buscarnos. Se fuerte Chuche. .se fuerte, Hiaco. Gracias, maestro...gracias... Ms tarde, cuando providencialmente llegaron los miembros de la cuadrilla de salvataje, una sonrisa nublada por el llanto ilumino su cara; sin embargo, sus piernas haban comenzado a ennegrecerse por una hemorragia interna y cuando las tomaron con las manos para levantarle sus huesos crujieron como vidrios rotos, nunca ms volvi a bailar la Chunguinada como guiador, tuvieron que amputarle ambas piernas. En unos breves instantes, los socavones haban quedado irremediablemente cerrados como hermticas tumbas, dentro cruelmente atrapados entre fierros retorcidos, maderas quebradas y bloques de antracita, condenados a una larga y dolorosa agona, se iban apagando, una a una inexorablemente, las vidas de 57 hijos del pueblo, solo unos pocos, los que murieron instantneamente, se salvaron de sus horrores, con ellos, la muerte haba sido generosa y comprensiva. A las 3.30 de la madrugada, el insistente repiqueteo del telfono, despertaba al comandante de la guardia civil del Cerro de Pasco, Regino Cano Prez, quien con la premura del caso que sesenta hombres se pusieran a su mando, partiendo raudos a la zona del desastre, El servicio de alarma de la mina comenz a funcionar a las 3.20 de la madrugada, en un apremiante llamado de auxilio. A su convocatoria y con rapidez extraordinaria, convergieron en Goyllarisquizga, brigadas de salvamento del Cerro de Pasco, Casapalca, La Oroya y otros centros mineros, los que tan pronto como llegaron se dedicaron a rescatar muertos y heridos. En un conmovedor gesto de solidaridad humana, los integrantes de las cuadrillas de salvamento, llegaron a exponer su propia vida para salvar la ajena. Entre los que se esforzaban por encontrar a los mineros sepultados haba quienes esperaban salvar a un hermano, un hijo o un amigo; y muchos de los que se encontraban en la mina en el momento de la explosin y haban resultado ilesos, imploraban en un gesto que no olvidaremos jams, que les dejaran volver para participar en la bsqueda de sus compaeros. En el lapso de una hora sacaron 46 cadveres, irreconocibles, mutilados, completamente deshechos; en la hora siguiente, rescataron 11 cuerpos ms; de los que haban quedado colgados de los postes incrustados en los fierros salientes, sepultados entre bancos de antracita, Los heridos que se debatan entre la vida y la muerte, fueron 34. Este es un doloroso cuadro que jams olvidaremos los que estuvimos all! Congregados en la fatdica bocamina, todos los hombres, mujeres y nios Goyllarinos, temblorosos de indignacin y llanto, expresaban su dolor y su protesta a grandes voces, Los ecos de aquellos lamentos, todava conmocionan nuestras almas. Cuando entrada la maana llego al cruento escenario el prefecto del departamento, comandante Manuel Barcena, opto por detener al superintendente de la mina EL DORADO, Alex Russell, salvndolo de una muerte segura. Los deudos, llorosos e indignados, se haban sublevado contra el superintendente incriminndolo de asesinato: Los dirigentes del sindicato Minero, los acusaban de negligencia por no haber tomado las providencias del caso, en su oportunidad: S e careca de ventanas de aire y caeras de agua para sacar los gases de la mina. Todos, unnimemente, haban querido lincharlo. El da del sepelio, en un cortejo verdaderamente pattico e impresionante, todos los hombres del pueblo, entre ellos, los dirigentes de la federacin de estudiantes de la UNDAC, llevaron sobre sus hombros, hacia el cementerio del barrio Chapur, los 57 cadveres de aquellos inolvidables hroes de la Minera Pasquea. El inmenso acompaamiento fnebre, semejaba una gigante y negra cadena, deslizndose reptante, por entre los roquedales, rumbo al cementerio: Delante, iba un adusto sacerdote de capa negra, acompaado por dos monaguillos que portaban una cruz. La guardia Civil escoltaba el cortejo en tanto las campanas de la iglesia doblaban ttricos, inundando de pena los campos mineros. Las nobles mujeres en un mar de llanto incontenible con sus nios a sus espaldas y de riguroso y amplio luto, iban detrs de los negros atades, que solo por las letras iniciales, se diferenciaban, unos de otros. Maldiciones y palabras de dolor y de condena; tiernas y taladrantes canciones en quechua, como punzantes saetas de dolor, brotaban de los acongojados labios femeninos. Lloraban a sus hijos; a sus maridos; a sus hermanos a sus Padres.... Llegados al cementerio, todos cerraron filas en torno a las negras cajas mortuorias y a los oradores, acongojados de dolor condenaron la cruenta explotacin y sacrificio sin lmites de los hroes mineros. Todos escuchaban dolidos, silenciosos, desconsolados. Cuando hablo el presidente de los estudiantes, un silencio absoluto se observ en el cementerio. El orador, tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para contener el llanto que pugnaba por desbordarse de sus ojos. Cada palabra, cada gesto, cada expresin, fueron dictados por el ms sincero y profundo dolor. Al finalizar estas palabras desgarradas retumbaron en el camposanto: y les juro hermanos, dijo- que en cuanto aliente un halito de vida, har conocer a los hombres de nuestra patria y a los nios de nuestro pueblo, la historia del perenne sacrificio de vuestras vidas y el inmenso holocausto en que habis muerto... Dios es testigo de que est cumpliendo su promesa, Lo que vimos despus, no lo olvidaremos jams. Las mujeres al borde de la locura, se aferraban a los fretros que guardaban a sus seres queridos, imploraban que las dejaran un momento ms con ellos: Muchas se desmayaron, los cantos fnebres en quechua, acentuaban el dolor de los presentes. Yo he visto llorar como a nios, desesperados y tiernos, a muchos hombres rudos y fuerte; hombres legendarios que a cada rato, y en cada recoveco de la mina, se jugaban enteros la vida. Cuando fue vencida la resistencia de las esposas y madres; de una sola voz; quebrada por la emocin, comenz a desgarrar, como nunca lo he vuelto a or las desconsoladas y taladrantes notas del Cocha Coyllor En ese marco dolorosamente lgubre, sus compaeros fueron bajando uno a uno a sus fosas a estos inolvidables hroes del trabajo, despus, en sus tumbas, no hubo toque de silencio, ni ascensos pstumos ni condecoraciones, ni fanfarrias, ni nada. Solo el amargo y desconsolado llanto de las viudas y de los hurfanos, fue el desgarrante epilogo de la tragedia.

1.- Realizar un resumen del cuento ledo de la hoja de aplicacin entregado.Hoy se cumple los 50 aos del holocausto de la mina EL DORADO que el 19 de diciembre de 1964 sucedi a las 3:00am de la madrugada en donde murieron 114 y 34 heridos por la explosin generado por el gas metano por la negligencia del superintendente Alex Russell que fue una explosin dantesco que enlut a muchas mujeres madres y padres y nios que lloraban desconsoladamente por sus seres queridos solamente murieron por ganar dinero para mantener a sus familiares y siendo hroes del trabajo nocturno que hasta hoy se recuerda con mucha nostalgia y nos hace reflexionar que para tener una vida plena y de calidad debemos estudiar 2.- Buscar palabras no entendidas y realizar como un vocabulario

Presagiar: Anunciar o anticipar algo que va a suceder a travs de seales o presagiosPique: Persona singular (yo) pretrito indicativoSombra: Aplica al lugar que est poco iluminadoAferraban: Agarra con fuerzaAcaecido: Ocurrir o producirse un hecho. AcontecerHecatombe: Gran catstrofe o desgracia que produce muchos destrozos y un gran nmero de vctimas.Abominables: Introducir pequeas partes o elementos de una materia en otra hasta quedar unidas perfectamente formando un solo cuerpo. Desincrustar.Incrustados: Introducir pequeas partes o elementos de una materia en otra hasta quedar unidas perfectamente formando un solo cuerpo. Desincrustar.Lgubre: Que es triste o es oscuroRecoveco: Vuelta o curva pronunciada de una calle, va, ro o conductoLegendaria: Relativo a las leyendasLibando: Chupar un insecto el nctar de las floresFatdica: Desastre de grandes proporciones que afecta a todo el planeta o a parte de l producido por un fenmeno natural:Estruendo: Ruido muy grande. Estrpito, fragor.Indecible: Que no puede ser dicho o expresado.Horripilante: Que produce horror o una sensacin de miedo muy grande.Pulverizado: Reducir a polvo una cosa slidaApremiaban: Prisa a una persona para que haga algoHermticas Que cierra perfectamente y no deja pasar el aire ni el lquidoInexorablemente: Que no puede ser evitado, eludido o detenidoEpilogo: Parte ltima de una obra literaria, de cine o de teatro en la que se resume o resuelve la accin.3.- Quines son sus personajes principales y secundarios?PRIMARIOEl narrador en tercera personaCeferino Huanca Minero sobreviviente.SECUNDARIOSAlex Russel Superintendente de la mina El DoradoManuel Bercena Comandante Guardia Civil

4.- Segn tus saberes previos a que gnero literario pertenece el texto?. Pertenece al gnero realista Enmarcado a la clase obrera de los aos 1964.