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Dossier Homer y Langley de E.L.Doctorow

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Dossier de la tertúlia literària Homer y Langley de E.L.Doctorow

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Page 1: Dossier Homer y Langley de E.L.Doctorow

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dimarts, 22 de març de 2012 a les 12:00 hores

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biografia

Doctorow nació en el Bronx, (Nueva York, 6 de enero de 1931) . Sus padres eran descendientes de una generación emigrante de judíos rusos.

En la Preparatoria de Ciencias del Bronx se destacó en la creación artística, mientras leía libros de todo tipo; posteriormente continuó su educación en el Colegio Kenyon, donde estudió con John Crowe Ransom.

Después de graduarse con honores en 1952, trabajó en la Universidad de Columbia, antes de ser enrolado en el ejército estadounidense y ser enviado a Alemania.

Comenzó su carrera como lector en Columbia Pictures y posteriormente fue editor de la New American Library a principios de la década de 1960; durante la misma década

fue también el editor principal de Dial Press, de 1964 a 1969.

Aunque había escrito varios libros con anterioridad a1971, fue con la publicación de El libro de Daniel cuando comenzó a ser reconocido y aclamado. Cuatro años después salió su siguiente libro, Ragtime, que representó un éxito comercial y fue aclamado por la crítica especializada. Miloš Forman la llevó al cine en 1981.

Desde 2006, Doctorow ocupa la plaza Glucksman Chair de Letras Estadounidenses en la Universidad de Nueva York. Su archivo personal está bajo la custodia de la Biblioteca Fales de la misma universidad.

Extret de:

http://es.wikipedia.org/wiki/E._L._Doctorow

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obres

• (1960) Welcome to Hard Times (El hombre malo de Bodie, Grijalbo, 1981)

• (1966) Big As Life

• (1968) The Songs of Billy Bathgate

• (1971) The Book of Daniel (El libro de Daniel, El Aleph, 2007)

• (1975) Ragtime (Ragtime, Puzzle, 2006)

• (1979) Drinks Before Dinner (teatro)

• (1980) Loon Lake (El lago, Argos-Vergara, 1981)

• (1982) American Anthem (A photographic essay)

• (1984) Lives of the Poets: Six Stories and a Novella (Vida de los poetas, Anagrama, 1998)

• (1985) World's Fair (La feria del mundo, Planeta, 1991)

• (1989) Billy Bathgate (Billy Bathgate, Puzzle, 2006). Robert Benton rodó en 1991 una película basada en esta novela con la actuación de Dustin Hoffman, Nicole Kidman, Loren Dean y Bruce Willis

• (1994) The Waterworks (El arca de agua, El Aleph, 2002)

o Poets and Presidents: Selected Essays, 1977-92 (Poetas y presidentes, Muchnik, 1996)

• (2000) City of God (La ciudad de Dios, Quinteto, 2008)

• (2003) Reporting the Universe

• (2005) The March, ISBN 0-375-50671-3 (La gran marcha, Roca, 2006)

• (2006) Creationists: Selected Essays 1993-2006 (Creadores: ensayos seleccionados, 1993-2000, Roca, 2007)

• (2008) Wakefield (short story) New Yorker 14 Jan. 2008

• (2009 Homer & Langley (Homer y Langley, Miscelánea, 2010)

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entrevista E.L. Doctorow: "A veces los malos tienen las mejores frases" El libro empieza así: "Soy Homer, el hermano ciego". En primera persona, E.L. Doctorow cuenta su relato Homer y Langley publicado este mes en castellano por la editorial Roca, una historia real de Nueva York. Los Collyer nacieron en una familia acomodada. La vida les llevó a ser unos acumuladores. Murieron asilados en su domicilio. Langley falleció al caerle una pila de objetos que había ido recogiendo por la basura. Homer, de hambre y sed. Ha novelado hechos reales... Sus vidas se convirtieron en mito. Entonces hay dos existencias, la de los hechos o clínica y la mitológica. El mito no necesita investigación, sólo hay que interpretarlo. Yo hago una interpretación de la casa de los Collyer. Fallecieron en 1947, pero en su libro van más allá. Viven hasta la década de los 80. Los mitos son inmortales. Estas criaturas nunca mueren. ¿Por qué le interesan? Me parecía una historia muy atractiva, con varios significados para nosotros. Hoy se les califica de locos o excéntricos, pero, según mi visión, cada cosa funcionaba con una lógica y tenía sentido. Intentaron encontrar su propio rumbo y esto es lo que me atrae. Me interesó la idea de que pensaran que lo que sucedía en el país pasaba por su casa. En cierto momento sopesé escribir una novela de viaje, picaresca, al estilo del Quijote. No viajaron, aunque el camino conduce a su hogar. Es el camino del libro. La casa ya no existe. No tenían familia y la ciudad se hizo cargo. Estaba en unas condiciones pésimas. La derribaron e hicieron un parque, en la calle 128 con la Quinta Avenida. Entonces era una zona residencial. ¿Cree que la memoria colectiva aún los tiene presentes? En la ciudad son muy conocidos, incluso en el país, porque se convirtieron en el símbolo de este tipo de vida, la de los acumuladores. El jefe de los bomberos de aquí al lado (la entrevista se realiza en el bajo Manhattan, en su despacho de la Universidad de Nueva York) me dijo el otro día que cuando van a una vivienda en malas condiciones utilizan la expresión caso Collyer. Al concluir este libro, tuve la sensación de que no sólo había escrito sobre los Collyer, sino sobre América. El estilo de vida americano significa comprar y atesorar... Nos gusta. En los países europeos la gente no es tan materialista. Si voy a Tuscany o a Atenas, encuentro un espíritu muy diferente. Allí hay gente que no tiene muchas cosas pero disfruta más de lo cotidiano, de una taza de leche o de un vaso de vino. Recuerda su muerte? Era un crío y lo vi en los diarios. Los vecinos dieron la alerta. Los policías hallaron la puerta bloqueada por el material amontonado. Las ventanas estaban selladas.

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Accedieron por el tejado. Miles de personas se congregaron. Había 14 pianos, toneladas de diarios, piezas de bicicletas, un coche desmontado, muchos libros de medicina porque su padre fue doctor, había especímenes médicos. De todo. Nueva York estaba impresionada. Collyer se convirtió en un término para designar el desorden. Si mi madre veía mi habitación sin arreglar, decía que era el cuarto de los Collyer. No esperaban la notoriedad. Estuvieron en lucha con el mundo. Les cortaron la luz o el agua porque no pagaban. Se sentían víctimas, era una paranoia. Y salían las leyendas. Se decía que en la casa había toneladas de dinero. Aunque habían sido ricos, eso era falso. Estos rumores les pusieron a la defensiva, tenían miedo. Usted ha dicho que siguen presentes en la sociedad... Medio siglo después de su muerte, los vecinos trataron de cambiar el nombre del parque. Consideraban que el apellido Collyer daba mala fama, que era algo poco digno. Si a la gente todavía le perturba, esto es la señal social de que estamos ante un mito. ¿Cómo logran ese estadio? Empezó antes de morir. La prensa siempre pensó que era una buena historia. Les sacaban a menudo, rebuscando en la basura. Dos caminos que confluyen en su relato, realidad y ficción. No hago distinciones. Hechos e imaginación van juntos. A partir de los hechos siempre surge la imaginación, que los interpreta. Al plantearse un libro como este, ¿parte de unas ideas previas o emergen al escribir? Un libro empieza, para mí, con algo pequeño, con la primera línea que me viene a la cabeza o con una imagen que tengo. Los Collyer son unos exiliados en su propia casa. Se recluyeron. Es como si hubieran viajado a otro país y ese otro país era su casa. Por esto resultaban inquietantes. Cuando rompes con la comunidad, te conviertes en un crítico de esa comunidad y te transformas en un resentido. Son personas muy enfadadas que deciden vivir con ellas mismas y nadie más. Es una manera de mostrar reproche hacia lo exterior. Langley, que estuvo en la Primera Guerra Mundial, dice que no podía matar a desconocidos... ¿Es usted crítico con su país? Creo que la invasión de Iraq fue un desastre. La Administración mintió a los ciudadanos. Ha sido muy costoso en vidas para los dos bandos. Sí, soy muy crítico con la Administración. Su novela también arremete contra la policía de Nueva York. Ahí es Langley el que habla. No debe asumir que lo que afirma un personaje es lo que piensa el escritor. En mis libros hay buena y mala gente. A veces, los chicos malos tienen las mejores frases Extret de: http://www.lavanguardia.com/cultura/noticias/20100426/53916350614/e.l.-doctorow-a-veces-los-malos-tienen-las-mejores-frases-nueva-york-homer-bush-guerra-mundial-quint.htm

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