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#CON “W“ DE WOLFRAMIO! - “BEHIND THE SCENES“ -

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La idea de realizar una aventura larga de Mortadelo y Filemón surgió poco después de que Jordi David Redo nos ayudase durante meses a identificar la autoría de más de mil historietas cortas de Mortadelo y Filemón. Y algunos lectores se preguntarán: “¿Pero quien es ese tipo?”. Jordi David fue uno de los dibujantes que Bruguera contrató en los setenta para realizar historietas de Mortadelo y Filemón en masa. Y es que, para los que aún no lo sepan, junto a Jordi, otros muchos dibujantes (como Antoni Bancells, Ramón Mª Casanyes, Martínez Osete, Juan Manuel Muñoz o Tino Santanach) dieron vida a centenares de historietas de los personajes ante la imparable demanda de la época. Una demanda que Ibáñez no podía satisfacer semanalmente y que motivó la creación del “Estudio Sanchis”, integrado por estos y otros dibujantes.

Jordi acogió con agrado la propuesta de realizar una aventura larga de los personajes partiendo de un guión que realizaríamos de forma consensuada los propios aficionados en el “Foro de la T.I.A.”, nuestro particular punto de encuentro. El dibujante nos había hecho llegar pocos meses antes el guión de una historieta corta que nunca había llegado a dibujarse debido a la debacle de Bruguera. El guión iba firmado por “Mike” Ratera y nos sirvió como patrón para definir al artista la disposición de las viñetas en cada página y las escenas que tendrían lugar en cada una de ellas (además de los textos de cada uno de los bocadillos).

UN HOMENAJE CARGADO DE REFERENCIAS...

El proyecto ánimo a numerosos aficionados que pronto aportaron un torrente de ideas, inicialmente para decidir el argumento principal y, posteriormente, para desarrollar la aventura. Si algo teníamos claro la mayoría de los aficionados era la realización de un pequeño homenaje a las primeras historietas de los personajes; que estos pudieran tener ese primitivo aspecto que Ibáñez les dio en 1958. Las alternativas pasaban por realizar un viaje en el tiempo en el que los personajes se encontrasen con ellos mismos o bien comenzar la aventura de forma onírica: una pesadilla en la que Mortadelo reviviese una persecución que habría tenido lugar en aquel entonces. Ésta fue la opción que finalmente se llevó a cabo y que a la vez guardaba ciertas similitudes con el comienzo del clásico “Valor... ¡y al toro!”. Boceto a lápiz, entintado y coloreado de la primera viñeta

El villano de la aventura, Wolframio, huye de los agentes a bordo de un flamante Plymouth Fury del '58 mientras Mortadelo y Filemón le persiguen subidos en un trasto de los años treinta (que tomamos prestado del que Ibáñez dibujó en 1983 para la portada del OLÉ nº 269).

Wolframio abandona su coche en la puerta del mítico edificio del 13 Rúe del Percebe -un homenaje más- en el que planificará su huida desde la azotea del edificio. Mortadelo y Filemón intentan darle caza en una persecución metamórfica: van perdiendo por las escaleras los elementos propios de esa etapa (sombreros, pipa, paraguas...) hasta llegar a su aspecto actual. Jordi salió airoso en este primer reto en el que no sólo dejó su impronta con un estilo heredado de su etapa

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“Disneyana” sino que además supo introducir en las viñetas esos pequeños detalles cómicos tan propios del genial Ibáñez. El sonido de las sirenas de la policía sirvió como elemento de unión o nexo entre el mundo onírico y el mundo real: en su sueño, Mortadelo interpreta el estridente sonido de su despertador como la llegada de la policía mientras Wolframio escapa subido en un cohete. Poco después el agente despierta de su pesadilla en el dormitorio de su pensión. Y es que Hergest, administrador del blog “Pensión El Calvario” y mecenas de la aventura, había pedido expresamente que la aventura comenzase allí.

A partir de entonces se introducen las directrices habituales: entradas secretas, bromas de mal gusto con Ofelia, la misión del “Súper”... complementadas algunas de ellas con diversas referencias: la entrada secreta es en esta ocasión un cartel del “Cine Lolo” que utiliza al gato de Cheshire como reclamo y que desaparece tras pronunciar una contraseña secreta dejando paso a los agentes al interior de la organización. El gato, extraído de la película de Disney “Alicia en el país de las maravillas”, fue creado originalmente por Lewis Carroll para la novela del mismo título y de la que un servidor se confiesa admirador.

Con algo más de nostalgia recuperamos a la desaparecida “Irma”, secretaria del Súper, con la que Ibáñez caricaturizaba a una atractiva editora alemana. Después de que ésta falleciese el dibujante habría decidido eliminarla de las aventuras durante la década de los noventa.

¿Y cómo íbamos a olvidarnos del maestro Ibáñez? El dibujante hace su aparición en las primeras páginas encarnando a un pintor de brocha gorda contratado por el “Súper” para que le pinte su despacho.

Ya en el despacho del Súper éste mostrará a los agentes una fotografía de Wolframio pero, por una vez, no contará con ellos para afrontar la misión. Éste decidirá encomendarsela a unos agentes más especiales: “Ocarino y Pernales”. Para los que aún no lo sepan comentaremos que en realidad dichos agentes no son otros que los propios Mortadelo y Filemón. Fueron una de las cuatro propuestas que Ibáñez entregó a Bruguera en 1957, pocos meses antes de que se publicase su primera historieta. Los aficionados quisimos recuperar una de estas propuestas desechadas hace décadas por

La entrada secreta se inspira en el gato de Cheshire, de la novela de Lewis Carroll que inspiró a Disney

Bruguera tomando como modelo unos “supuestos” bocetos publicados con motivo del 25º aniversario de los personajes. Los nuevos agentes serán una suerte de “alter-ego” de Mortadelo y Filemón, pero estos no se dejarán pisar y les tenderán una emboscada en los baños del aeropuerto suplantando su identidad para poder pasar desapercibidos ante sus escoltas (Bestiájez y Toneládez).

La sirena de policía se convierte en alarma de despertador y sirve como nexo entre el mundo real y el onírico

Ibáñez encarna a un pintor de brocha gorda. Los agentes tampocose han olvidado de Irma, a la que recuerdan con nostalgia

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La admiración entre los miembros del foro por Franquin y sus personajes es tal que a ninguno nos extrañó la propuesta de Miski: disfrazar a Mortadelo a imagen y semejanza del célebre Spirou. El agente aprovecha el atuendo de botones para eximirse de cualquier responsabilidad en su infructuoso intento de captura del villano años atrás. Jordi también aportó su granito de arena y propuso introducir a la atractiva azafata Natacha, célebre personaje del cómic franco-belga, en una de las escenas del aeropuerto. La azafata terminó paseando su escultural cuerpo ante la embobada mirada del agente Toneládez.

Una de las preocupaciones que surgieron durante la creación de la aventura fue la capacidad que tendríamos de acercarnos al humor de Ibáñez -en sus múltiples manifestaciones- y a la cinética de sus gags. Apostar por un guión más elaborado nos obligaba a reducir la frecuencia con la que Ibáñez introducía los gags. Pero la experiencia de Jordi, que había realizado cerca de trescientas historietas cortas en su etapa en Bruguera, sirvió para explotar un poco más el humor que se podía sacar de cada viñeta sin la necesidad sobrecargar las páginas con más gags.

Desde un principio Miski planteó la idea de llevar a los agentes a algún país de Europa, siguiendo la estela de grandes aventuras como “El sulfato atómico” o “¡En Alemania!”. A partir de esa idea Jacket Man, artífice de buena parte del guión principal, propuso que la misión tuviese lugar en Enania, la capital de los Países Bajitos. Pero aún había que pensar en un argumento sólido para la aventura y éste terminó recordando al de un películas de James Bond: un científico egocéntrico habría instalado su guarida en la cordillera del Urrakórum, próxima a Enania, e intentaría convertirse en el amo del mundo tras apropiarse de un cargamento de Franquinio-97, altamente radiactivo. El nombre que más nos sedujo para el villano fue el de Wolframio y, a la postre, terminó dando lugar al título de la aventura, muy en la línea de las novelas de Ian Fleming: “¡Con “W” de Wolframio!”.

Mortadelo y Filemón tienden una emboscada a Ocarino y a Pernales en los baños del aeropuerto y suplantan su identidad

Mortadelo se disfraza de Spirou

La atractiva Natacha, célebre personaje del cómic franco-belga, hace su aparición en el

aeropuerto

El “Súper” muestra a los agentesuna fotografía de Wolframio

Izquierda: Uno de los bocetos de Ibáñez para Filemón.Derecha: Versión de Ocarino realizada por Jordi David

inspirándose en el primitivo boceto de Filemón

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La propuesta de JacketMan definía a Wolframio como un hombre alto y delgado, peinado con brillantina y bigote fino (una línea recta perfecta típica de Ibáñez), elegante, con su bata de doctor loco. Un poco en la línea de Jorge Negrete. Jordi creó hasta quince modelos para que los aficionados seleccionásemos aquel que más se ajustase a la idea original.

El humor con la tortura; uno de los más explotados por Ibáñez. Los personajes no dudarán en sacar su vena sádica ante cualquier humillación del “Súper”

Los quince modelos de Wolframio que Jordi realizó partiendo de la idea propuesta

Tras suplantar las identidades de Ocarino y Pernales, Mortadelo y Filemón se dan cuenta de que no tienen dinero para el pasaje, por lo que habrán de recurrir al incómodo disfraz de maleta para desplazarse hasta Enania, capital de los Países Bajitos. La ciudad es una de las tres regiones que forman el país junto a Bajovia y Taponia. El skyline de la ciudad, como pronto veremos, se inspiró en el de la ciudad de Albacete (depósito del agua incluido), ya que Mortalbaceteño, la persona que financió dicha página, así lo decidió.

Llegada de los agentes a la capital de los “Países Bajitos”

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Tras la llegada de los agentes a Enania intentamos jugar con los tópicos del país, muy en la línea de los gags que Ibáñez había desarrollado en la mítica “¡En Alemania!” a comienzos de los años ochenta. En este caso fue la estatura de los personajes la que nos dio pié a crear infinidad de gags. El “skyline” de Enania se inspiró en el de Albacete, con su célebre depósito de agua,

a petición de Mortalbaceteño, mecenas de la página

Tinta para la primera tira de la página 8: las primeras impresiones en Enania

Otra de las ideas propuestas fue la de recuperar de alguna forma al señor “Preboste” (protagonista de “El Preboste de Seguridad”) aprovechando su escasa estatura. El homenaje quedó reducido a un divertido cartel electoral por las calles de Enania.

Los agentes tendrán que actuar en la calle acudir al mercado de pulgas para sacar unos frodines con los que pagar la habitación del hotel “Gulliver”. Tausiet, uno de los mecenas, propuso la aparición de ciertos elementos en el “Mercado de Pulgas” de Enania como el busto de Shakespeare, una cabeza de rinoceronte disecada, un busto de Simón del desierto y otro de Marianne (símbolo de la República francesa). En el mercado de pulgas encontraremos también una estatua del gran Julius Von Ferdinand (caricatura de Julio Fernández) y un cameo de Tintín intentando hacerse con una maqueta del “Unicornio” siendo esta ve el vendedor el empeñado en no vendérselo.

Bocetos con los agentes visitando el “mercado de pulgas” y el cameo de Tintín

Las calles de la ciudad dieron mucho juego y Jordi complementó además muchos de nuestros gags con geniales ideas: del banco “Lili & Putiense” saldría el icónico personaje del “Monopoly”, por las calles se advierte la presencia de un pitufo caminando...

Cartel electoral del Preboste (izda.). Portada original de Ibáñez (dcha.)

Actuando, sin demasiado éxito, por las calles de Enania