dote, junta las manos, y su mirada suplica con fervor angelical. Enternecido el ministro de Dios,...
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dote, junta las manos, y su mirada suplica con fervor angelical. Enternecido el ministro de Dios, accede, por fin, a tan vivos deseos. No bien la sagrada Forma hubo tocado la lengua