DUR 05/02/2018 : CUERPO E : 3 : Página 1 sal en el abismo del espejo con una sola cara piedra multiplicada ... ÁNGELA ROSAS ELSIGLODEDURANGO Durango Hace días al campo de las

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  • 3LUNES 5 DE FEBRERO DE 2018 | EL SIGLO DE DURANGOTMPANO |

    POR SCAR JIMNEZ LUNA

    Permiso para entraren la palabra

    JOS SOLRZANO LPEZEL SIGLO DE DURANGO

    Durango

    Sudor caliente fro del cabello a los piesde la concienciasusurro del agua en el canto del aguasilencio de malasangre en los oscuro de enfrentesuena palpitan tambores en el vientre de la madretierrahay luz crecida en el ombligo del cielobienvenida sea nuestra respiracin y el silencio...permiso para convocar a las palabrasabrir los pulmones en el aire del cantoviajar en la ceniza de los rostros antiguosverbos de polvo en la palma de la manotranva de pulsaciones en el llano coloradorodar de piedras humildes en los renglones del papelacordes de msica en el rbol del silenciopermiso para saludar a la palabraadmirada anciana en el aire en la veredaaliento de fuegovivosonrisa de tierra amableagua de abrazo en los cuatro rumbospermiso para acariciar las palabrasalbricia de lluvia en el rostroandar de silencio en los besostinta de sangre en la miradaplumas de quetzal en el sueo lejano ms largosonrisas en el corazn del Sol

    permiso para abrzar las palabrasla montaa dibuja su perfil de Indioel carcaj contiene las flechas necesariasla manada de ojos y astas se ocultan en los brazos de

    la lunael humo del copal abre sendas al espritula sangre de los ancestros cristales de luzel escudo del guerrero descansapermiso para besar las palabrasenredaderas de agua lastimada en tus ojosespinadeldesierto alucinadodanza de luna que duerme y engaa en la pirmide truncacorazn abierto en la flor marchita del sosiegosal en el abismo del espejo con una sola cara piedra

    multiplicadapermiso para salir de la casa de la palabray la paciencia se malgolpea en la puertala banda de los coyotes merodea en la sangre ajenael guila sobrevuela da vuelta en el ojo despiertoaquellos helechos estn enmaraados desde las racesel copal no declina ni apaga su espritu en el enconoen la furia de las brasas insolenteslas espinas queman la lengua de la serpiente ciegalos cuervos posan su sombra en las pupilas que no

    duermenOfrendo silencio y salgo a caminaren lo contentoen el esplendorde aquella antigua palabra.

    NGELA ROSASEL SIGLO DE DURANGO

    Durango

    Hace das al campo de lasletras lleg un nuevo librocon migas de fuego. El es-critor mexicano Jorge Vol-pi obtuvo el Premio Alfa-guara XXI con Una nove-la Criminal, que abrigaentre sus pginas a perso-najes no de ficcin, sinoreales y conocidos.

    Este galardn de Nove-la en Lengua Castellana locre en 1965 la editorialAlfaguara fundada por elescritor Camilo Jos Cela.Alfaguara fue adquiridapor el Grupo Santillana ydesde 1998 se convoca deforma anual dotado de 175000 dlares y una escultu-ra del artista espaol Mar-tn Chirino. Entre otros,lo han obtenido Elena Po-niatowska, Xavier Velas-co, Laura Restrepo, San-tiago Roncagliolo y Ma-nuel Vincent.

    Segn explic Volpi adiversos medios de comu-nicacin como el peridi-co El Pas, la obra premia-da narra los sucesos enque la polica detuvo a Is-rael Vallarta y a FlorenceCassez por los delitos desecuestro e integracin deuna banda criminal. Loshechos provocaron un in-cidente diplomtico queenfrent a Felipe Calde-rn, gobernante de Mxi-co y a Nicolas Sarkozy,presidente de Francia. An-tes de un enfrentamientoque poda haberse conver-tido en una guerra fra,Florence Cassez recobrsu libertad tras ocho aosde prisin.

    El escritor mexicanoeligi la novela A sangrefra como modelo para na-rrar sin ficcin una reali-dad histrica. El juradojustific su eleccin dicien-do que: se trata de una na-rracin despiadada a la ho-ra de mostrar los entresi-jos del poder, las racesms hondas de la corrup-cin y su alcance, as comolos embotados mecanis-mos de la justicia.

    Autor de varias nove-las y ensayos, Jorge Volpise convirti en un fen-meno literario internacio-nal en 1999, cuando publi-c En busca deKlingsor, una obra tradu-cida a diecinueve idiomasy ganadora de los premiosBiblioteca Breve, DeuxOcans, Grinzane y el demejor traduccin del Ins-tituto Cervantes de Roma.

    Volpi form parte de la

    llamada Generacin delCrack, movimiento lite-rario mexicano de finalesdel Siglo XX, junto conotros escritores mexica-nos Ignacio Padilla, EloyUrroz, Pedro ngel Palou,Ricardo Chvez y VicenteHerrasti., quienes lanza-ron el Manifiesto delCrack, con la intencinde innovar las letras de supas. De ellos, el talentosohombre de letras IgnacioPadilla perdi la vida el 20de agosto de 2016 a los 47aos de edad. Ambos erangrandes amigos. As lo de-fini Padilla al grupo: Ge-neralmente la literaturaes una actividad solitaria,no me dejarn mentir y,sin embargo, he tenido lafortuna de vivir la litera-tura como una actividadde grupo, de amistad, laGeneracin del Crack essolo un ejemplo.

    En una entrevista titu-lada La novela es una for-ma de explorar el mundopor Anna Solana y Merce-des Serna, Volpi dijo queJorge Luis Borges estabadetrs de los temas de susnovelas. Siempre me hafascinado l y su idea deconvertir la filosofa, laciencia o el psicoanlisisen una rama de la literatu-ra fantstica..

    Tambin asegur: Mequedan ms que cosas porexplicar, cosas por enten-der. Para m la novela esuna forma de explorar elmundo, partes de la condi-cin humana que son se-cretas y que quiero, deseo,poder explicar. Es un ca-mino de bsqueda.

    Un grupo de escrito-res durangueos tuvi-mos la gran experienciade conocer a Volpi, enGuanajuato pues fue di-rector durante cuatroaos de los coloquios cer-vantinos a los que asisti-mos regularmente.

    Jorge Volpi es un es-critor atpico en el pano-rama cultural mexicanopor su estilo impecable ysobrio. Sus novelas vandirigidas a un lector in-quieto e inteligente, a finde inducirlo a una refle-xin tica. Por ello se es-pera su novela como laprimavera tras el invier-no que padecemos.

    El 15 de marzo llegara las Libreras Una nove-la Criminal cargada deadrenalina para seducir,intrigar, provocar y de-mostrar que leer siguesiendo la mejor forma desublimarse. Enhorabuenapara Jorge Volpi.

    A propsito de JorgeVolpi, premio de Novela

    Alfaguara 2018

    ARMANDO BLANCARTEVILLARREAL

    EL SIGLO DE DURANGODurango

    Que el tiempo se extiendetanto cuando esperas a eseamor, a sabiendas que novolver? Se vuelve espaciovaco, infinito, sin principioni fin, y se expande a lo lar-go, a lo ancho, arriba y aba-jo, sin direccin alguna; yese vaco se clava en la bocadel estmago, sube invadien-do tu pecho hasta la gargan-ta que se cierra. De que es-tn hechos los das sin ti, sintu voz. El tiempo es un agu-jero en mi alma.

    La encontr de frente enel pasillo. Te escuch cantn-dole a alguien por telfono laotra noche, me dijo. Me mo-lest la invasin a mi priva-cidad, le dirig una miradade odio. Ella baj un poco elrostro con timidez, inusualen ella siempre tan altiva, al-z la vista y sonrindome di-jo: me cantas una cancina m?; se sonroj. Que atre-vimiento!, bueno, estoy en sucasa, una rolilla y no pasanada, que no diga que soymamilas, aunque puso carade querer cancin romnti-ca. Simn, le contest seca-

    mente. Las romnticas esta-ban reservadas para Mayis.

    Poemas, y canciones medolan, senta que estaban es-critas para m, me identifica-ba con poetas y composito-res, entenda su sufrimiento,su aoranza, senta arras-trar una melancola de si-glos, este era el tiempo propi-cio para la cosecha en mi jar-dn de flores negras.

    Era un escndalo. Est-bamos todos en la sala, ha-ban invitado a otros primosde Jorge, yo observaba en si-lencio, a disgusto, ponanmsica y bailaban a go-go.Volv en m cuando Lucy medijo sonriente y firme: medebes una cancin! verdad?,y puso la guitarra frente am. Me sent contento de te-ner a mi compaera fiel, miconfidente, la que rea y llo-raba conmigo, no era Mada-me, como yo le deca a miguitarra, pero si su afn. Den-tro de su cuerpo de curvas,cintura y suavidad de mujer,exista un poema guardadolisto para expresarse.

    Das antes cuando Lucyme pidi una cancin, pensen cantarle algo de Beatles oDoors para salir del paso, pe-ro el da tras da de desespe-ranza y desilusin, me iba

    colmando. Tom la guitarra,la acarici, casi estaba afina-da, pues todas las noches an-teriores la haba llevado jun-to al telfono. Toqu una pe-quea introduccin de re-quinto y bajos. Cant: Cuan-do t te hayas ido, me envol-vern las sombras, cuandot te hayas ido con mi dolora solas. Evocar ese idiliode aquellas dulces hora,cuando t te hayas ido meenvolvern las sombras.Fue una aleacin, RosarioSansores, Mara DoloresPradera, y yo fundidos enun mismo sentimiento.

    Estaban algo asombra-dos, haba dejado el coraznen cada nota, en cada frase,en cada verso. Parecan sen-tir mi pena en silencio, luegoJorge aplaudi, y los demslo siguieron, dej la guitarray me par haciendo una reve-rencia. Servida, seorita, ledije a Lucy. Y ella me mircon decepcin. Sal al jardn,necesitaba el aire fresco de lanoche. Luego del fuerte agua-cero de la tarde el cielo lava-do dejaba ver las estrellas co-mo pocas veces en esa metr-poli. Cuntas veces las haba-mos contemplado juntos.Ah est Venus nuestra es-trella, estar ella tambin

    mirndola ahora?. Levantla mano como intentandotocarla. Mir su brillo y sin-ti su presencia. El brillo sereflej en la gruesa lgrimaque recorri su mejilla.

    Regres a la sala, Lucytena la guitarra. Porqueno cantas algo ms alegre?Me dijo. Cmo qu?, le con-test de mala gana.Hummmm te sabes LaVie en Rose? Huy,huy, hastaitaliano. Francs, menso,La de la pantera rosa?, bro-me Jorge. La conozco, dijesonriente, y le lance un re-to te la sabes?. Tom aireprofundo, enderez su torso,y con una voz de diosa canta capela en francs. Una vezms me encontr con la bo-ca abierta, mirndola embe-lesado. Algo muy profundodentro de m se removi, mesenta feliz y en paz. Lucy:tradceme por favor, le dijecon tono de splica, y cant:desde el da en que te vi, lavida para mi es de color derosa el brillo de sus ojospenetr mis pupilas tocandolas fibras ms profundas demi alma, la cancin, su voz,el lenguaje, su hermosura;el conjunto era un poema vi-vo que volvi a tejer: los hi-los rotos de mi alma.

    Los hilos rotos del alma

    AGEN

    CIAS