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xvii Con la aparición del volumen sobre la media y baja montaña de la serranía de Perijá, cumplimos con el objetivo que nos trazamos hace ya 16 años cuando pisamos por primera vez su territorio, hacer realidad el sueño de que un día como hoy contaríamos con la información sobre su biota y ecosistemas a lo largo y ancho de su intricada geografía. Varias exploraciones biológicas y el trabajo continuo de numerosas personas nos permiten hoy tener este compendio de conocimiento, que se fundamenta en información primaria cuyo costo económico no solamente es difícil -sino casi imposible- dimensionar por la complejidad de las fases involucradas (campo, trabajo de gabinete, redacción de textos, revisión, evaluación) hasta tener la versión final que conjuga el trabajo de numerosos especialistas, cuya dedicación al proyecto, es difícil expresar en los términos económicos convencionales. Usted tiene amable lector, una obra que ha demandado esfuerzos y sacrificios que no quiero que estén encerrados únicamente en mi corazón y en mi cerebro, sino que deseo trasmitírselo para que Usted como los pobladores del Cesar y como la mayoría de colombianos conozcan el proceso por medio del cual se alcanzaron estos objetivos. En las exploraciones biológicas estuvimos sometidos a diferentes riesgos tanto naturales como de orden antrópico; del efecto de los naturales, inherentes a nuestra elección de vida: el campo, la naturaleza y su dinámica, por fortuna en la mayoría de los casos salimos bien librados; situación diferente fue lo relativo a los riesgos antrópicos derivados de la situación política del país y de las actividades de diversos actores, gubernamentales y por así llamarlos “no gubernamentales”, cuyas expresiones de territorialidad nos produjeron más de un dolor de cabeza a lo cual se sumaron los intereses generados por otros sectores de tradición histórica en Perijá (contrabando, producción y transporte de drogas ilícitas). Para mi aún es difícil superar y sepultar recuerdos amargos, como el que me produjo el cañón de un fúsil cerca de mi oreja en una fría madrugada de diciembre, o contemplar impotente el impactante espectáculo de colombianos como nosotros, maniatados y sujetos al juzgamiento por actores cuya autoridad residía en los fusiles, o la zozobra de una noche de campamento rogando con todas nuestras fuerzas para que no se hiciera realidad la inminencia de una amenaza por parte de otro de los grupos protagónicos en nuestro conflicto social. Quizá estos recuerdos, necesiten como en este caso, liberarse para que se cumpla el ciclo del olvido. Mi intención con Usted amable lector, es recalcarle que no ha sido un camino alfombrado el que hemos tenido que recorrer para llegar a esta situación, cuando orgullosos y plenamente satisfechos entregamos esta obra. La Universidad de la nación, nuestra Universidad Nacional, está comprometida con el inventario del capital natural renovable y quizá único patrimonio que constituye la fuente ideal para realizar un ajuste en nuestro modelo de desarrollo: la biodiversidad y con este libro, así lo demuestra. La serranía de Perijá ha sido considerada en los últimos años como una región estratégica, probablemente por su condición de frontera natural con la República Bolivariana de Venezuela y ahora ese condicionante toma una significación real cuando se documenta su potencial biótico, su riqueza de paisajes y el papel fundamental en el mantenimiento de condiciones ecológicas que facilitan los procesos de desarrollo de la inmensa población de buena parte del Cesar y de La Guajira. El inventario detallado de los recursos bióticos y de los aspectos físicos del terreno, debe ser la herramienta apropiada para que junto con las entidades estatales encargadas de la conservación de la biodiversidad, todos incluyamos en nuestros compromisos morales la idea de promover la preservación y utilización adecuada y racional del patrimonio natural que encierra Perijá. Cuando con entusiasmo asumimos los retos que significaba emprender este megaproyecto no imaginábamos que los obstáculos mayores para el buen éxito de la ruta de trabajo, surgieran de la selva artificial -la de cemento- que con sus trabas burocráticas, su falta de colaboración, su dinámica paquidérmica, casi logran desarmar nuestros espíritus y hacernos creer que en nuestro medio, es imposible adelantar una tarea como lo fue el inventario biológico y la caracterización de la biodiversidad del Perijá. Imploramos porque algún día se asuma, que un eficiente y amigable proceso administrativo, es fundamental para la ejecución de proyectos de esta magnitud, importantes por la generación de conocimientos sobre nuestra biodiversidad. Cuando se colocan en la balanza las situaciones adversas y aquellas que nos llenaron de satisfacción a lo largo del desarrollo del proyecto, afortunadamente uno puede afirmar como ahora, que a pesar de todo seguimos creyendo en lo nuestro: nuestros estudiantes, nuestros profesores, nuestros colegas, nuestros amigos de la región y nuestra Universidad. Finalmente quiero dejar constancia que sin la decidida colaboración de los directivos de CORPOCESAR, de sus funcionarios y de la inmensa mayoría de los habitantes de los municipios, pueblos y veredas que visitamos y recorrimos, el sueño de 1993 no sería 16 años después una realidad; a todos ellos de corazón mil gracias. DEL EDITOR J. Orlando Rangel-Ch. Bogotá, marzo de 2009

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J. Orlando Rangel-Ch. Bogotá, marzo de 2009 xvii

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Con la aparición del volumen sobre la media y baja montaña de la serranía de Perijá, cumplimos con el objetivo que nos trazamos hace ya 16 años cuando pisamos por primera vez su territorio, hacer realidad el sueño de que un día como hoy contaríamos con la información sobre su biota y ecosistemas a lo largo y ancho de su intricada geografía. Varias exploraciones biológicas y el trabajo continuo de numerosas personas nos permiten hoy tener este compendio de conocimiento, que se fundamenta en información primaria cuyo costo económico no solamente es difícil -sino casi imposible- dimensionar por la complejidad de las fases involucradas (campo, trabajo de gabinete, redacción de textos, revisión, evaluación) hasta tener la versión fi nal que conjuga el trabajo de numerosos especialistas, cuya dedicación al proyecto, es difícil expresar en los términos económicos convencionales. Usted tiene amable lector, una obra que ha demandado esfuerzos y sacrifi cios que no quiero que estén encerrados únicamente en mi corazón y en mi cerebro, sino que deseo trasmitírselo para que Usted como los pobladores del Cesar y como la mayoría de colombianos conozcan el proceso por medio del cual se alcanzaron estos objetivos.En las exploraciones biológicas estuvimos sometidos a diferentes riesgos tanto naturales como de orden antrópico; del efecto de los naturales, inherentes a nuestra elección de vida: el campo, la naturaleza y su dinámica, por fortuna en la mayoría de los casos salimos bien librados; situación diferente fue lo relativo a los riesgos antrópicos derivados de la situación política del país y de las actividades de diversos actores, gubernamentales y por así llamarlos “no gubernamentales”, cuyas expresiones de territorialidad nos produjeron más de un dolor de cabeza a lo cual se sumaron los intereses generados por otros sectores de tradición histórica en Perijá (contrabando, producción y transporte de drogas ilícitas). Para mi aún es difícil superar y sepultar recuerdos amargos, como el que me produjo el cañón de un fúsil cerca de mi oreja en una fría madrugada de diciembre, o contemplar impotente el impactante espectáculo de colombianos como nosotros, maniatados y sujetos al juzgamiento por actores cuya autoridad residía en los fusiles, o la zozobra de una noche de campamento rogando con todas nuestras fuerzas para que no se hiciera realidad la inminencia de una amenaza por parte de otro de los grupos protagónicos en nuestro confl icto social. Quizá estos recuerdos, necesiten como en este caso, liberarse para que se cumpla el ciclo del olvido. Mi intención con Usted amable lector, es recalcarle que no ha sido un camino alfombrado el que hemos tenido que recorrer para llegar a esta situación, cuando orgullosos y plenamente satisfechos entregamos esta obra.La Universidad de la nación, nuestra Universidad Nacional, está comprometida con el inventario del capital natural renovable y quizá único patrimonio que constituye la fuente ideal para realizar un ajuste en nuestro modelo de desarrollo: la biodiversidad y con este libro, así lo demuestra. La serranía de Perijá ha sido considerada en los últimos años como una región estratégica, probablemente por su condición de frontera natural con la República Bolivariana de Venezuela y ahora ese condicionante toma una signifi cación real cuando se documenta su potencial biótico, su riqueza de paisajes y el papel fundamental en el mantenimiento de condiciones ecológicas que facilitan los procesos de desarrollo de la inmensa población de buena parte del Cesar y de La Guajira.El inventario detallado de los recursos bióticos y de los aspectos físicos del terreno, debe ser la herramienta apropiada para que junto con las entidades estatales encargadas de la conservación de la biodiversidad, todos incluyamos en nuestros compromisos morales la idea de promover la preservación y utilización adecuada y racional del patrimonio natural que encierra Perijá.Cuando con entusiasmo asumimos los retos que signifi caba emprender este megaproyecto no imaginábamos que los obstáculos mayores para el buen éxito de la ruta de trabajo, surgieran de la selva artifi cial -la de cemento- que con sus trabas burocráticas, su falta de colaboración, su dinámica paquidérmica, casi logran desarmar nuestros espíritus y hacernos creer que en nuestro medio, es imposible adelantar una tarea como lo fue el inventario biológico y la caracterización de la biodiversidad del Perijá. Imploramos porque algún día se asuma, que un efi ciente y amigable proceso administrativo, es fundamental para la ejecución de proyectos de esta magnitud, importantes por la generación de conocimientos sobre nuestra biodiversidad.Cuando se colocan en la balanza las situaciones adversas y aquellas que nos llenaron de satisfacción a lo largo del desarrollo del proyecto, afortunadamente uno puede afi rmar como ahora, que a pesar de todo seguimos creyendo en lo nuestro: nuestros estudiantes, nuestros profesores, nuestros colegas, nuestros amigos de la región y nuestra Universidad.Finalmente quiero dejar constancia que sin la decidida colaboración de los directivos de CORPOCESAR, de sus funcionarios y de la inmensa mayoría de los habitantes de los municipios, pueblos y veredas que visitamos y recorrimos, el sueño de 1993 no sería 16 años después una realidad; a todos ellos de corazón mil gracias.

DEL EDITOR

J. Orlando Rangel-Ch.Bogotá, marzo de 2009