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[ DEMOGRAF ] e~ J / Q~ \ \, \, \ \ ,\ España se halla inmersa en unarevolución reproductiva que está cambiando la forma de la pirámide poblacional. Las causas deello, una mayor supervivencia y la consecuente alteración delos rolestradicionales asociados al género y la edad, se insertan enlo que suele Ilamarse progreso « JULIO PEREZ DIAZ » CONCEPTOS BASICOS ¯ El término "envejecimiento dernográfico" fue creado por corrientes natalistas con el propósito decalificar nega tivamente la modernización dernográfica ¯ La trarlsformadón de la pirá mide deedades, con unpeso creciente delos mayores, constituye unaspecto más de la revolución reproductiva actual ¯ El detonante y motor dela revolución reproductiva es ta generalización dela supervivencia hasta la vejez. Su principal beneficiaria es la mujer, en el pasado sobrecargada por la elevada fecundidad que exigIa el reemplazo generaciona[, L a humanidad está experimentando una revolución repro- ductiva que le permite, por primera vez en la historia, disminuir la fecundidad (número de hijos por mujer). Ello se debe a que los recién nacidos tienen por delante una vida mucho más larga que sus antepasados, Ambas novedades, la democratizaci6n de una vida larga y la consecuente posibilidad de una menor fecundidad, se traducen en una nueva estructura de la pir,imide poblacional. Se trata de un cambio brusco, todavia en curso y sin precedentes en las civilizaciones anteriores¯ Sus consecuencias poliricas, econ6micas y sociales son enormes. Sin embargo, esa transformación demográfica sigue analizándo se según ideas del pasado. Cuandoempezó a advertirse, allá p(~r los albores del siglo xx y sólo en los países miis desarrollados, la reacción fue de alarma y rechazo. El descenso de la fecundidad se identificó con la decadencia de Occidente o la degeneración nacional. El darwinismo, la novedad triunfante entonces, se tra- dujo en organicismo y biologismo aplicados a la demograf;a y la sociologia. Se equipararon las sociedades a seres vivos, con sus mismas fases de juventud, madurez y declive. Desde entonces O.J.D.: E.G.M.: Fecha: Sección: Páginas: 20358 147000 01/11/2010 MONOGRAFICO 34-42 Tarifa (€): 25673

e~€¦ · En definitiva, España e~ tardia, pero rápida. De "segunda oleada', como Japñn o Polonia, pero muy adelantada respecto a los que se incorporaron a este proceso sólo

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Page 1: e~€¦ · En definitiva, España e~ tardia, pero rápida. De "segunda oleada', como Japñn o Polonia, pero muy adelantada respecto a los que se incorporaron a este proceso sólo

[ DEMOGRAF ]

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España se halla inmersa en una revolución reproductiva que está cambiandola forma de la pirámide poblacional. Las causas de ello, una mayorsupervivencia y la consecuente alteración de los roles tradicionales

asociados al género y la edad, se insertan en lo que suele Ilamarse progreso

« JULIO PEREZ DIAZ »

CONCEPTOS BASICOS

¯ El término "envejecimientodernográfico" fue creado porcorrientes natalistas con elpropósito de calificar negativamente la modernizacióndernográfica

¯ La trarlsformadón de la pirámide de edades, con un pesocreciente de los mayores,constituye un aspecto másde la revolución reproductivaactual

¯ El detonante y motor de larevolución reproductivaes ta generalización de lasupervivencia hasta la vejez.Su principal beneficiariaes la mujer, en el pasadosobrecargada por la elevadafecundidad que exigIa elreemplazo generaciona[,

La humanidad está experimentando una revolución repro-

ductiva que le permite, por primera vez en la historia,disminuir la fecundidad (número de hijos por mujer).Ello se debe a que los recién nacidos tienen por delanteuna vida mucho más larga que sus antepasados, Ambas

novedades, la democratizaci6n de una vida larga y la consecuente

posibilidad de una menor fecundidad, se traducen en una nuevaestructura de la pir,imide poblacional. Se trata de un cambiobrusco, todavia en curso y sin precedentes en las civilizacionesanteriores¯ Sus consecuencias poliricas, econ6micas y socialesson enormes.

Sin embargo, esa transformación demográfica sigue analizándose según ideas del pasado. Cuando empezó a advertirse, allá p(~rlos albores del siglo xx y sólo en los países miis desarrollados, lareacción fue de alarma y rechazo. El descenso de la fecundidadse identificó con la decadencia de Occidente o la degeneraciónnacional. El darwinismo, la novedad triunfante entonces, se tra-dujo en organicismo y biologismo aplicados a la demograf;a y lasociologia. Se equipararon las sociedades a seres vivos, con susmismas fases de juventud, madurez y declive. Desde entonces

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1 CRECE LA PROPORCION de personas en edad madura o en su primera vejez¯ Estas generaciones prestan un notable servicio a la sociedad,

pues contribuyen al cuidado de los nietos y de los mayores.

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2. EL NUMERO DE MUJERES doblael de hombres a los 80 años de edad¯

hablamos de %nveiecimienta demográfico" para refedrnos alproceso que configura la nueva pirámide poblacional.

Pero la.~ pobladones no enveiecen. No tienen edad. Duranteel úkimo siglo se ha demostrado que la "decadencia" predichaera una falacia. La trampa conceptual implicica en la deno-

minación "envejecimiento demográfico" es una herencia de laque no nos hemos desprendido aún y que sigue ejerciendo su

influencia. Es importante empezar con esta aclaración porquela población de España está experimentando dicha transfor-

mación con una intensidad y rapidez sin precedentes.

EL CAMBIO DE LA PIRAMIDEEn España crece la proporción de personas mayores de 64 años.Entre 1975 y 2010 ha pasado del 10 al 17 por ciento, y seguirá

aumentando en las próximas décadas. Laspirámides pob]aciona]es correspondientes aestos años no pueden ser más distintas.

En la pirámide de 1~)75, la Guerra Civilse hacia notar por la escasez numérica entorno a la franja comprendido entre los 25y los 30 años de edad (1o mismo ocurria en

Europa con la Segunda Guerra Mundial).

Pero, a diferencia de otros pa[ses, España no :~recuperó ]a natalidad con el fin de la guerra.

La dictadura y su aislamiento internacionalse tradujeron en dos décadas de miseria v -~pocos nacimientos, pese al nataJismo estatal.

!’ ,~. Llegó luego el bab), boom. los nadmientos’ " !’/"~ " batieron récords antes de iniciar un acusado

descenso a partir de 1975; la base de lapirámide de ese año presenta una amplitudnotable.

La pirámide de 2010 refleja, en cambio,un acusado descenso de la natalidad, prolongado durante g20 años. Sobresalen las edades aduhas centrales (generacLanesdel baby boom) q d ás h g d fl, uea om se anvstoen rosa asconun u- u

T~jo extraordinario de inmigrantes, sin precedentes en un palatradicionalmentc cmigratorio.

Si bien la comparación de esas dos pirámides puede inducira pensar que el envejecimiento demográfico corresponde aun cambio de los últimos 30 años, ello no es asi: nunca a lolargo del siglo xx dejó de aumentar la proporción de mayores.

Ni siquiera durante el baby boom. Es cierto que el procesose aceleró mucho después, durante el bab), bust (ca;da de lanatalidad) de final deI siglo, pero las fluctuaciones de la na-

talidad no deben hacemos perder de vista el auténtico motordel cambio, que es el constante aunlcnto de la supervivencia

LA NUEVA PIRAMIDE POBLAClONALLa comparad6n entre la pirámide pab[acional actual y la de hace sólo 35 años ofrece una clara imagen de la r~pida ~’ansformació n que ha sufrido lapob~ación española durante los últimos años (la proparcidn de mayores de 64 años ha pasado del 10 al 17 por dento). Las causas de ese cambio se hallanen un aumento constante de la supar4vencia generacional.

Muj~ Edad g~g,t ~JS a~t1 las eda- Hombres Mujeres Edaddes adultos. Ala

escasez num~rka generad6n delen tomo a la franja baby boom se le hacomprendida entre , sumado un fillos 25y~os 3Oafios o exb’aordina iRdeedad, .°,*" de inmigrantes,

Baby boom. ̄’Acusado descenso

baten r~cords, de la natalidadLa pir&mide (baby bust) pro-

:1 p~senta par ego, una base ampJia. 20 años.

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!i-"i"

,C DATOS REALE~

1~dia

Indonesia

Tu~eZ

BrasilChina

RepdeCorea

Ar~nlina

Jap~nPolonia

ESPA~A

Canadá

EEUUHungr[B

ÀustraJia

ReinoUnido

SueciaF’BNcja

1850

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1900

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1925 I%0 Ig75 2C~JO

generacional. Sólo en el ültimo decenio se ha producidn porprimera vez una inversión de la tendencia: la pruporci6n demayores ha llegado a disminuir bgeramente. Se trata de unespejismo provocado por la devadfsima inmigración de ¡~ve-nes, acompañada de cierro repunte de la natalidad y la jubilación de las generaciones de escaso tamaño nacidas durantela Guerra Civil.

El espejismo, no obstante, se disipa rápidamente. Aunquela reciente crisis económica ha f}enado la inmigración y estárelrasanda las uniones conyugales y la natalidad, pronto empe-zarán a jubilarse las generaciones nacidas en los anos cincuenra

v sc~enta. Ello conllevará un crecimiento notable del peso de]os mayores sobre el conjunto, que superará el 20 por ciento

probablemente anles de los próximos quince años. No se tratade una tendencia coyuntura] y pasajera, ni es una rareza. Lomismo ocurre en casi todos los paises desarrnllados, las principaEes diferencias deben guscarse en el inonicnto hisrórico enque se inici6 el proceso v el punta en que~e tncuemra aclualnlen[e.

El paradigma de inicio ~cmprano yproceso gradual se halla eu ]:rancia, cuyamortalidad y lbcundidad empezaron a des-~ender de forma mu) precoz. Ya en 1860 supoblación mayor babia alcanzado un pesodel siete pt~r ciento (España no lo consiguióhasta 1050) y ha tardado 120 años en ele-x~rlo basta el calorce por ciento (en Españaha ocurñdo en apenas tres décadas).

Se ha difimdido la creencia de que Es-

paña es uno de los países más envejecidosde Europa y del mundo. Sin embargo, estaidea, construida a finales de los años so-

venta, cuandn más aceleradn era el ritmode enveiecimienm denmgráfico, es falsa. Silas prweo_iones de población prolongabanindefinidamenrc las tendencias del nmmen-to, acababan en efecto con una Espana quebatia récords de población mayor en unh~~rizonte de mcdin siglo. Pero las proyec-

La proporciónde mayoresha pasado,en un siglo,del 4 al 18por ciento

) "C DATOSPRDYEZTADOS

KII ,

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3. MOMENTO HISTORICO enque los mayores de 64 añosalcanzan el 7 (verde), 14 (azul)Y 21 (rojo) por ciento de la po-blación, en España y diversospaíses del mundo (de los paí-ses que previsiblemente no al-canzaron el 21 por ciento antesde 2050 no se ha dibujado elsegundo tramo). El paradigmadel envejecimiento tempranoy gradual se halla en Francia.que experiment6 un descen-so precoz de la mortalidady la natalidad: su poblaci6nmayor alcanzaba un peso del7 por ciento ya en 1860 (la deEspaña en 1950) y ha tardadociento veinte años en elevarsehasta el 14 por ciento (España,

2025 2o5o sólo tres décadas).

ciones de tendencias son simp~e~ herramientas expioratorias,no predicciones. Es bien conocido por los demñgra{os quelas tendencias se comportan de ~rma c~]ica, no línea[. En [aactualidad, el peso de los mayores en España es muy similaral del coniunm europeo e inferior al quc ya alcanza en paisesde gran peso como Alemania o kalia (z~&~/~ jí’~zr~ 3), ext~orclinario descenso de la nat~lid~ iniciado en 1975 roc~fondo a mediados de los noventa, para inverñrse despugsdurante m~s de un decenio.

En definitiva, España e~ tardia, pero rápida. De "segundaoleada’, como Japñn o Polonia, pero muy adelantada respectoa los que se incorporaron a este proceso sólo a partir de lasegunda mitad del siglo xx. Algunos ni siquiera han llegadotodavía al siete por ciento, allnque evolucionen en esa direc-

ción. Se trata de pa~cs de Anl~ric~. ~sia ~ sobre todo, A~ica,en donde este relraso coincide con un desarrollo económico ysocial tardin y escaso.

LAS CONSECUENCIASEl canlhio de la pirámide poblaciona] entrafla consccuencia~ en todos los ámbitossociales, Algunas son automáticas: se tratade los "efe’oros de estructura". Entre ellosdestacan la leminización, el sobrcenvejeci-miento y el aumento de la dependencia.

La teminización de la poblaciñn se debea la ancestral diferencia de mortalidad entre

hombres y muieres, que desequilibra la rela-ción numérica entre ambos sexos a medidaque la población envejece. A los 80 años,las mujeres doblan a los hombres. Anrafin, estas diferencias no ten~an demasiadaimportancia. Hoy, las mujeres de 65 añoso más alcanzan una décima parte de lapoblación total española.

Conforme se generaliza la superviven-cia basta la primera vc]cz, se produce unsobreenvejccimienm: cada vez es mayor elnfimem de pers(+nas que alcanza edades

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muy avanzadas. Puesto que en el pasado la super Ivivencia hasta esas edades era muy escasa, ahora EL AUTORes el grupo que crece con mayor rapidez.

Dado que los problemas de salud guardan unarelación directa con la edad, el envejecimientodemogr;ifico causa el aumento de tos mismos. En

un país tan apoyado en la solidaridad familiarcomo Fapaña. el creciente peso del cuidado a losdependientes ha debido abordarse como asunto deEstado. En 2006. la Ley de Dependencia creú tinacuarta "pata" del estado de bienestar espanol, }unto

a la sanidad, la educaci6n y las pensiones.La nueva pirámide poblacional afecta también

a otros ámbitos sociodemográficos, Las formas deconvivencia y las estructuras de los hogares sondistintas en cada edad. de manera que la nueva

pirámide implica mayor peso de los bogares quecaracterísticos de la vejez, con lo que disminuyed tamaño medio de los hogares espanoles.

Todos esos cambios suelen verse con temoL

De hecho, sirven a menudo para prever gravesproblemas para las pensiones de vejez, la atenciónsanitaria, la prestación de cuidados por parte delos familiares o la ~.omperitividad del mercado laboral. Segúnlas proyecciones de población, en apenas dos décadas Españaalcanzará su porcentaje récord de personas mayores; ello coin-

cidirá con la iubilacidn de las generaciones centrales del babrboom, que superarán la cuarta par(e de la población totah

MODELOS flUE FALLANEl problema de esas prr)yecciones es que predicen los cambios

de una variable en igualdad del resto de las condiciones. Sinembargo, el cambio que estamos describiendo en este caso (dde la pirámide poblacional) serra imposible sin la modificaciónde muchas otras condiciones. Los problemas dcrivados delenvejecimiento demográfico vienen prediciéndose de |brmaequivocada desde hace un siglo.

Dicho alarmismo se ha convertido en marca de ciertas escue-las de pensamiento, que han perdurado pese a la invalidez desu discurso, desmentido desde hace ya casi cien añ(}s. Hallamosun buen ejemplo de ello en la corriente iniciada en Francia,

en plena fiebre natalista, por demógrafus como Alfi’ed Sauvy nPernand Boverat, y rnantenida por su alumno Gérard-Francois

Julio P~rez Díazes demógrato y doctor

e~ sociolo~ia Desarrollasu labol en el grupode investigación de

dinámicas demográficasdel CSIC y a~tenormenleen el Centro de EstudiosDernogr~ficos Estudia laspollticas de poblaciÓn, elenvel,~im ~nto (JemOOra-

tico y la sc<lologiade la vejez

Dumont, a quien debemos el exitoso concepto de"invierno demogrdfico’.

Para comprender el modo en quc ha cam-

biado el resto de las condidoncs que rodean ala cstrucmra demográfica por edades, debemosconsiderar también los cambios quc ha sufridola significación de cada edad. Para empezar, los

adultos trabajadores no producen la misma riquezahoy que hace medio siglo¯ Era los anos sesenta,rodavia un tercio de los trabajadorcs españolesestaba ocupado en el sector agrario, muy poco

productivo y con tina propt~rciÓn devadisilna sinafiliación a la Seguridad Social.

Cuando se calcula la sostenibi/idad de la Se

guridad Socia] se considera sóh~ la relación entrela población en edad "productiva" y la poblaciónen edad "improductiva". Pero lo que resulta deter

minante no son esas cifras, sino la productividadde los trabajadores {la Seguridad Social ingresarámá.s dinero si éstos tienen mejores empleos, por

hallarse en un sector más productivo). De abi quehoy nos hallemos ante una situación en aparienciaparadójica: pese a que la relación nunlérica en(re

pensionistas y trabajadores es la ~peor" de nuestra historia(nunca antes habia habido tantos pensionistas), el sistema Pensiones se halla más consolidado que nunca.

Especial interés revisten las caracterisficas de las generaciones que cumplen los 65 años de edad: los "nuevos viejos"

españo]es, cora mucho retraso respecto a In ocurrido en otrospaíses desarro[lados, están revnlucionando el perfil socio]6gicotradicional de la vejez. Están cumpliendo 65 años las gcneracio

nes que, por primera vez, consiguieron la plena escolarización,

4. LA MADUREZ DE MASAS se logra cuando las generaciones consi-guen sobrevivir mayotitariamenta hasta los 50 años de edad. Se con-sideM entonces que los progenitores viven el tiempo ne(esario paracompletar la crianza de los hijos. En España se alcanzó este umbral enlas generaciones femeninas nacidas entre 1901 y 190S, mujeres quecumplieron los 50 ya en la segunda mitad del sigloxx Uzquierda). El rit-mo que ha seguida esta "modamizacidn social" varia de un pais a otro(derecha). Suecia destaca por la precocidad con que las primeras ge-neraciones consiguieron democratizar la supervivencia hasta umbralescrRicos de edad y, por tanto, aumentÓ la eficiencia reproduedva.

.. - ~~~~::~~:.-.-.

GENERACIONES ESpAfiOLAS DE MUJERES ENTRE 185¿Y 1960

10~J

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disfrutaron de una vida aduha y laboral sin interrupcionesbélicas, vieron odmo el trabajo agrario o el origen rural dejaban

de scr mayorirarios, y disfrutaron del consumo de masas deaucomóv~les, el¢crrudomé~dcos v otros productos.

Reviste, pues, suma importancia ahondar en la espectacularmodemización internacional que han sufrido las diMmicaspoblacionales, pues el envejecimiento de la pirámide constituye

sólo una de sus expresiones.

L~ RUVOL[JClON REP/:IODUCTIVASon los sistemas demográficos en su conjunto los que vienencambiando dcsde hace unos dos siglos. Frente al conceptode transición demográfica, que describe sólo el cambio sin

explicar sus causas, varios autores hemos propuesto la teodade la revolución reproductiva. Consideramos que lo que hanconseguido los países desarro[Jados, y están en camino de con-seguir prácticamente todos los demás, es un salto cualitativo

en la eficiencia de sus sbaemas demográficos.Las analog~as que proporciona la teoría general de sbaenaas

resttltan de gran utilidad aquL Para conservarse, todo sistema

abierto, sea cual sea su organización interna, debe evitar ladegradación y el aumento de la entropia. Para ello incorpora elementos externos de duración limitada, que deben serrenovados. Lo mismo sirve para una población humana, si

la entendemos conm un "sistetna demográflco": se alimentade nacimientos y de inmigración, con lo que logra mantenerla población a pesar de que sus integrantes, los humanos,morimos irremediablemente.

La mayor o menor eficiencia de un sistema depende de la

relación entre los resultados que consigue y los elementos deproducción que requiere. Vistas ash las poblaciones huma-nas han sido siempre poco eficientes. Han sacado un escasorendimiento reprt~ductivo a las nuel,as vidas que traían al

mundo. Para mantenerse, necesitaban una ingente cantidadde nacimientos que, en su mayor parte, no Ilegaban a la edadFecunda. Podian equipararse a un motor de combustión que

quemaba mucho combustible pero perdia gran parte de laenergia producida sin convertida en trabajo,

Un número e/evado de hijos y una vida corta daban f’ormaa la pirámide: muy amplia en la base, se estrechaba rápidamente. Las edades maduras y avanzadas teadan un peso escaso.Eran pirámides "jóvcncs". Pero también determinaban las

relaciones de género, las organizaciones familiares y los flujosde recursos y cuidados entre generaciones, La vida era difícilpara los humanos hasta hace bien poco.

A fin~des del siglo x’~nt, las cosas empezaron a cambiar enalgunos lugares de Europa. Por diversos motivos, la elevaday azarosa mortalidad, típica de la historia humana anterior,

empezó a disminuir. Comcnzó a acelerarse el crecimientodemográfico. Las pirámides de población rejuvenecieron mástodavia, al ser la mortalidad infàntil la prhncra en reducirse.

Sólo cuando se consolidaron las mejoras de la superviven-cia reaccionaron de forma adaptativa los comportamientosreproducdvos de la siguiente generación. La fecundidad inicióentonces el dcscenso que ha conducido hzsta las hajisimastasas actuales

La teoria de la transición demográfica se ha criticado por

ser una meta generalización cmpMca, sin capacidad e×phca-fiva. Sin embargo, describe un cambio trascendental para lahumanidad. Si abandonase su conccpción de las poblaciones

LA REVOLUCION REPRODUCTIVALa teoria de la ~evolución reproductiva aplica i~ las poblaciones humanasla teoria general de sistemas, Estas pasan a considerarse "sistemas pobla-cionales’, que necesitan "alimentarse" de nacimientos y de inmigraciónpara mantener la población. Se describen las poblaciones en t~rminosde "eficiencia reproductiva’, es decir, la relación entre los resultados queconsigue y los elementos de producción que requiere.

Vistas asl, las poblaciones humanas han sido, durante la mayor partede la historia de la humanidad, poco eficientes (arriba). Sin embargo,a finales del siglo XVIli la situación cambió en algunos palses de £uropa,La mortalidad empezó a disminuir y comenzó a acelerarse el crecimientodemográfico. Las pirámides de población inicialmente rejuvenecieron.Las mejoras de la supervivencia terminaron por modificar los compor-tamientos reproductivos de la siguiente generación. La natalidad inicióentonces el descenso que ha conducido hasta las bajisimas tasas actuales,caracteristicas de los países más desarroilodo~ (abajo),

POBLACION POCO EFICIENTE

¯ Natalidad elevada (muypor encima de los dos hijos por mujerte6ñcamente necesaÓos para el reemplazo generadonal].

¯ Mortalidad infantil y juvenil elevadas (la mayode de la poblaciónno llega a la edad fecunda).

¯ Pirámide pobbdonal "joven": base amplia y peso escaso de las edadesmade~as y avanzadas.

POBLACION EFICIENTE

¯ Natalidad baja.¯ Mortalidad intautil yjuveNlbaias.¯ $upervivenda mayoritafia hasta las edades fértiles,¯ Supervivencia mayorderia hasta las edades maduras (madurez de masas).¯ Pirámide l~blacional "madura’: base estrecha g peso notable

de las edades maduras y avanzadas,

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0 14año~ [Z~ 15-64años ~ >64años

35-

30:

5. POBLACION DE ESPAÑAentre 1900 y 2010, distribuidaen los grandes grupos de edadc~y en nóm~vos a~Dl~tos.

como simples stocles (apoyada sólo en tasas de mortalidad natalidad anuales y simultáneas) y atendiese a los cambiosreproductivos entre generaciones, tendria pleno sentido hablarde la mayor o menor eficiencia con que se reproducen laspobhciones. Esto es lo que incorpora la teoría de la revdución reproductiva.

Desde un punto de vista estrictamente demográfico, esaeficiencia aumenta cuando se "democratiza" la supervivenciageneracional hasta edades umbrales para la reproducción.En primer lugar, resulta fundamental asegurar la supervivencia mayoritaria hasta las edades fértiles; de nada sirvennata[idades devadas si la mayor parte delos nacimientos no sobrevive hasta tener,a su vez, la oportunidad de contribuira la reproducción. Luego, es igualmentebásico generalizar la supervivencia hastalas edades maduras, puesto que la repro-ducción mejora si los progenitores viven eltiempo necesario para completar la crianzade los hijos (madurez de masas). Aunquese trate de "metas" en apariencia limitadasal campo de la mortalidad, conseguirlas resulta cr ucial para incrementar la eficienciaglobal de un sistema reproductivo.

En toda la historia humana previa a larevolución reproductiva, sólo una pequeñaparte de la población infantil llegó a vivirIo suficiente para poder tener hiios. Lamayor parte moria mucho antes. La morta-lidad estuvo siempre por encima del 20 porciento en el primer año de vida; durante lainfancia posterior, proseguia la erosión. El50 por ciento hahia muerto mucho antesde Llegar a la edad ~eproductiva.

En tales condiciones, resulta evidenteque la fecundidad de [os supervivientes (minoritarios) debia ser alta, muy por encimade los dos hijos por mujer teóricamentenecesarios para el reemp[aTo generacionahy pese a fecundidades tal, elevadas, d re-sultado era muy pobre en términos de re-producción, con un ritmo de crecimientopoblacional prácticamente nulo, La "inefi-ciencia" del sistema tiene aqui un sentido

El envejecimientodemográficoha constituido

el principalestímulo parala investigación

médica yfarmacológica

literal: mucha inversión y escaso rendimiento. Por tanto, lastradicionales pirámides jóvenes que acompañan a la historiade la humanidad constituyen una expresión de atraso e inefi-ciencia reproductiva.

Esa ineficienda condicionaba muchos otros ámbitos de lasrelaciones sociales, empezando por las relaciones de género.En el pasado, el esfuerzo reproductivo de las mujeres era detal intensidad que siempre constituyó su principal ocupacióny el ancestral núcleo definidor de la propia feminidad. Deter-minaba también las opciones de vida y las empresas colectivas.Los proyectos individuales no tenian sentido, El individuo

aislado se consideraba inviable.]gualmente, las formas de convivencia es-

taban rigidamente condicionadas. Se maxi-mizaba la descendencia mediante un frágilequilibro de los recursos disponibles, escasose inestables; ello generaba formas familiaresextensas y complejas. Las parejas carec;ande los medios y la seguridad suficiente paraabordar la empresa familiar en solitario. Porotra parte, las estructuras extensas y compleias eran difícilmente evitables, teniendoen cuenta la devada probabilidad de morir"antes de tiempo" para cualquiera de losadultos de la íamilia.

las anteriores condiciones estructuralescambian cuando la supervivencia empieza ageneralizarse. La democratización de la vidahasta edades juveniles constituye un factorde éxito reproductivo; las pobIaciones crecen más rápido con un mismo número denacimientos si sus "inquilinos" permanecendurante más tiempo.

La demo,:ratizaci6n de la vida basta edades madtlras supone otro umbral de eficiencia. Por un lado, permite criar mejora los hijos. Por otro, es un éxito que seretroalimenta: al aumentar la proporción decada generación que sobrevive hasta edadesfé~tges, puede disminui~ la ~ar~tidad de h~jos que debe tener cada uno para asegurarun determinado volumen poblacional. Sedistribuye entre más personas el trabajo de"producir" y criar la siguiente generación.

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Tener menos hijos y en mejores condi-ciones cierra el c~rculo virtuoso. Ias nuevasgeneraciones, mejor cuidadas y atendidas,viven aún más años¯ Una circularidad defactores retroalimentados que conduce a laexitosa y eficiente dindmica poblacional ac-tual. Y también, claro está, a una pirámidede población completamente nueva,

LA SITUACION EN ESPAÑAEspaña parece un caso extremo de rápidocnvejedmiento demográfico. Pero toda sudemograEa es igualmente extrema. En losalbor¢s del siglo xx, la esperanza de vidano llegaba a los 35 años (muchos paiseseuropeos superaban ya los 50 años); unsiglo después, con más de 80 años, se sitúaentre las más altas del mundo.

Las mejoras generacionales en materiade supervivencia son de una rapidez es-pectacular. Sólo así se explica la eficienciareproductiva conseguida y, por tanto, laposibilidad de reducir la natalidad hastaextremos nunca antes vistos, pese a que elvolumen total de la población española noha hecho más que aumentar, y muy porencima de las previsiones¯ La madurez de*nasas, umbral ya mencionado por el que lasgeneraciones sobreviven mayoritañamemehasta los 50 años de edad, se consigne enEspaña por primera vez en las gcneraciones femeninas nacidas entre 1901 y 1906,mujeres que cumplieron los 50 ya en lasegunda mñad del siglo xx.

Mucho se ha especulado sobre los factores históricos oculturales responsables de la precocidad con que algunos pai-ses nórdicos o anglosajones adoptaron las nuevas formas degamilia o de pareja. Es [o quc hoy se conoce como la "segundatransición demográfica’, La baja fecundidad de Suecia i suelevada ocupación femenina se contraponfan a las arcaicaspautas españolas que operaban todavia en el decenio de lossetenta¯ Las explicaciones se buscaron siempre en sus peculiaridades polñicas, ideológicas, culturales e, incluso, religiosas.Poca importancia se dio, en cambio, a la precocidad con quelas primeras generaciones suecas consiguieron democratizar lasupervivencia basta umbrales críticos de edad. con su conse-cuente efecto en la eficiencia reproductiva,

Cualquier manual básico de análisis dcmográfico explicaque Ios indicadores generales de natalidad vienen a ser unaficción instrumenta], Construyen una generación hipotéticade mujeres "ñnnorIales" y nos dicen cuántos hijos tendrfansi, en el transcurso de su vida, a cada edad tuvieran hijoscon la misma intensidad que han procreado las mujeresde esa edad a lo largo de un año cualquiera. Se ignora asicuántas de las mujeres de esa generación bipotética habríansobrevivido desde el nacimiento hasta la pubertad, cuántasmorMan durante su vida fecunda, cuánto ñempo vivirfandespués de ser madres o cuánto tiempo vivirian los hiiosque alumhraram La demogratfa hace "análisis" y separa lafecundidad en "cstado puro" de los otros determinantes que

CONSECUENCIASSOCIALESEl envejecimiento de la poblaci6nentrafia importantes consecuen-cias para la estructura social.Las más inmediatas:

FEMINIZAClON: La diferenciade mortalidad entre hombres ymujeres desequilibra ta relaciónnumérica entre sexos.

SOBREENVEJECIMIENTO; Creceel número de personas que a~canza edades muy avanzadas,

MAVOR DEPENDENCIA: Dadoque los problemas de salud guar-dan una relación directa con laedad, aumenta la rnorbilidad.

afectan a la reproducción, sobre todo lamortalidad¯

España proporciona buenos ejemplosde la diterencia entre fhcundidad y reproducción: las generaciones femeninas nací-das entre 1871 y 1875 tuvieron más de4,5 hijos por mujer, pero su reproduccióngeneracional apenas superó el reemplazo(una hiia por cada mujer nacida en /a generación de su madre)¯ (on la mejora de supervivencia ocurrió que las generacionesde entre 1936 y 1940 consiguieron la misma tasa de reproducción pero con casi doshijos menos por mujer (2,6)¯ Esta mayoreficiencia reproductiva explica que España,después del escaso crecimiento del siglo XlX,y tras un siglo xx de constante descenso dela natalidad, haya pasado de 18 a más de40 millones de habitantes.

En definitiva, el envejecimiento demo-gráfico no es más que el resultado de unamejor manera de mantener las poblacioneshumanas, más eficiente en el rendimien-to obtenido por cada nueva vida traída almundo. El descenso de la fecundidad seexplica en ese contexto, al menos desdeun punto de vista histórico. Nos centramosdemasiado en las pequeñas diferencias, dedécimas a veces, en la fecundidad de lospaíses más desatrollados, Y con demasiadafrecuencia se buscan las explicaciones en determinantes extrademográficos y culturales.Pero la modernización de la natalidad v laestructura por edades no pueden conside-

rarse cuestiones coyuntura[es, accidenta[es o que resulten derecientes polhicas fiscales n familiares, precios de [a vivienda,condiciones del mercado de trabajo o pautas de relación entrelos jóvenes. Resuhan de un cambio a gran escala en la supervivencia y la rcprodzlCC]&~ humanas, que seguirá acentuándose enlos próximos decenios, y que nos conduce de forma irreversiblea un nuevo equilibrio poblacionah

CONCLUSIONESEste artículo pretende huir del alarmismo reiterado sobre lasconsecuencias sociales, pol[dcas y económicas del envejeci-miento demográfico. Tales alarmas se fundamentan en previ-siones que nunca se han cumplido. Previsiones erróneas quenadie se ba vista ohligado a explicar porque se integran en dconsenso dominan e en el campo de la demograEa. Pero en

ciencia los errores deben servir para revisar [os supuestos departida v obtener nuevas previ ione Deberia adararse porqué el envejecimiento demográfico guarda una correlación casiperfecta con los niveles de riqueza y bienestar internacionalesy no con la pobreza. España, desde luego, no desmiente estarelación, sino todo [o contrario: no ha hecho más que pros-perar mientras la proporción de mayores pasaba de apenas el4 por ciento de hace un siglo al 18 por ciento actual.

El cambio demográfico en España ha facilitado una mayorinversión social ).’ familiar en los hijos, lo que ha congevadoun aumento notable del capital humano y social¯ Ello ha

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01/11/2010

MONOGRAFICO

34-42Tarifa (€): 25673

Page 9: e~€¦ · En definitiva, España e~ tardia, pero rápida. De "segunda oleada', como Japñn o Polonia, pero muy adelantada respecto a los que se incorporaron a este proceso sólo

hecho más productiva la economia y ha abierto tina nueva yabundante cantera de mano de obra. la femenina, ahora me-

nos obligada a las tareas reproductivas. Ni siquiera es ciertoque la nueva pirámide poblacional sobrecargue los sistemassanitarios. Son los cambios en las pautas de consumo y lamodernización de tales sistemas los que explican la mayor partedel it~crcmenm ¢1~ el gasto sanitario en los países desarrollados.

En todo caso, el envejecimiento demográfico ha constituido elprincipal estimulo para la investigación médica y farmacol6gicacontemporáneas; basta con observar la lista de galardonadoscon el premio Nobd de medicina en los dos últimos decenios

para constatar que son las enfermedades degeneradvas dc lossistemas circulatorio y nervioso las que ocupan la punta delanza de nuestro progreso sanitario.

La nueva pirámide conlleva también un mayor equilibrioentre las edades, lo cual tiene consecuencias positivas para la

econom{a productiva. Un perfil de usuarios y consumidoresmás diverso hace más estables los mercados frente a las crisis

sectoriales; además, la nueva vejez está abriendo sectores de con-sumo,v de servicios thndamentales para la economía de todos

los paises demográficamente evolucionados.to que se ha alargado tto ha sid<~ la vejez, sino la iuven-

rud. Quienes nacieron en España a principios del siglo xx

empezaron a trabajar a una edad promedio de 13 años y seconvirtieron en adultos muy pronto, y en viejos también.Hoy en España se considera joven a tina persona de 40 años.Ello guarda una relación directa con el apoyo y los recur-

sos que Ios mayores transfieren a los más jóvenes, y con elsimple hecho de que permanezcan vivos muchos más años.

En un país can un estado del bienestar poco desarrollado y

muy apoyado en la ayuda familiar, la proporción crecientede personas en edad madura o en su primera vejez ha sido

de gran ayuda para el resto de edades. Son esas generacioneslas que contribuyen a la sociedad mediante el cuidado de losnietos (ante la falta de ayudas públicas para la conciliad6nlaboral y familiar, servicios de cuidados o guarderias) y delos mayores. Ha aparecido, por tanto, un nuevo actor socialcon un peso demográfico creciente que be abierto nuevas

posibilidades de relaciones y estrategias tamiliares. Pero, sobretodo, se ha democratizado la supervivencia hasta la vejez,lo que transiorma por completo los ciclos vitales. No nos

hallamos ante una repetición de antiguas decadencias comola del Imperio romano, ni ante el abandono juvenil de laszonas rurales. Asistimos al mayor triunfv de la humanidaddesde sus inicios. No lo recibamos con miedo.

PARA SABER MASEL FIN OEL ENVEJECIMIENTO Toro Kirkweod Editorial Tusquets, ]999.

LA MADUREZ DE MASAS J Pérez Diaz. Imserso; Madrid, 2003

TIqE REPRODUCTIVE REVOLUTION J Maelnnes y J Pérez Díaz en Tbe 3ooolog~calRevJew, rol 51, n~2, pags 262 284; 2009.

¿DE(LIVE O REVO[UCION DEMOGRAFICA? F. C Billad y 6 Dalia Zuanna ColecdónMonograf[as n o 272. Centro de Investiga¢iolles Sociológicas; Madrid, 2010

APUNTE~ DE DEMOGRAFIA. B]o9 del autor. Contiene sus publicaciones,una sección temátka sobre enveiedrniento demográlko, apuntes de actua-lidad y material docente sobre demografia http://apuntesdedemografia.wordpress com

PORTAL MAYORES. Portal sobre vejez y envejecimiento, #uto de la colaboraciónentre el IMSERSO y el CSIC http://www imsersomayores csk es

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