10
LACK -¿Qué fecha es? Las palabras clavaron sus garras en mis nuevas cuerdas vocales y salieron a rastras de mi seca garganta. Mi dicción es predeciblemente mala, como lo es siempre durante los primeros minutos después de un reenfundado. El timbre de la voz es evidente a pesar de la mala dicción y el balbuceo. Definitivamente un biomorfo, y mi último sexo es femenino. Todo esto lo descubro en los primeros segundos. El modelo se me escapa en estos momentos, pero lo sabré con certeza pronto, una vez que sea capaz de moverme como quiera. Mi primera apuesta es otro morfo Furia. La camilla está fría. Nada más que metal congelado con una crujiente tela sintética enrollada a su alrededor. Alojamiento típico de una casa de muñecas corporativa. El frío atraviesa mi piel y se asienta en mis huesos. Un mascador cortical aparece sobre mí, moviendo su luz de “bienvenido de vuelta” de lado a lado, posándose ocasionalmente en mis pupilas. Su rostro atildado y aburrido habla: -Consciencia confirmada.- se apaga la luz. Mi pregunta debería haber dejado en evidencia que estoy de vuelta, pero el tío es un esclavo del procedimiento. Todos los son. A los bancos de cuerpos corporativos les gusta que sus empleados estén paralizados por la obediencia, incapaces de pensar por sí mismos. Balbuceo de nuevo la pregunta. -¿Qué fecha es? -11 de marzo. -¿Cuánto desde la Caída? -¿Estás de coña? Trato de obtener los datos a partir de los insertos de malla de mi nueva carcasa antes de abrir de nuevo la boca. No hay suerte. Siempre resulta humillante preguntar a un técnico de carcasas el año. Me hace sentir como un aficionado, pero sin lugar a dudas hay circunstancias atenuantes, así que le presiono. Fuerte. -Responde a la puta pregunta.- La babosa corporativa me mira como si estuviera chiflado antes de responder. -Eh… 10 DC. No has estado fuera tanto tiempo. Tu último backup fue…- Echa un vistazo a sus entópticos en busca de la información. -… hace 14 días y 7 horas.- Tarda un segundo en prender, pero cuando lo hace, duele. Cuando me desaparece tiempo siempre me causa una conmoción. Dos semanas. Desaparecidas. Completamente borradas de mi existencia. Hace dos semanas había otro yo, enfundado en otro morfo. Hubo una misión, y me llevó a la muerte. Eso es todo lo que sé. O Firewall no consiguió recuperar mi pila cortical de mi cadáver para que pudiese recuperar esas dos semanas, o los hijos de puta decidieron eliminar ese tiempo de mí. Sin embargo, siendo sinceros, las dos opciones son preferibles a que haya otro yo triscando por ahí, haciendo quién coño sabe qué. A algunos t-humanos les encanta tener varios “yoes” dando vueltas por todas partes, pero yo mantengo a raya mi ego. Un único Sava ya es suficiente miseria que soltar en el universo. Mierda. Mi cerebro comienza a dar vueltas por territorio idiota; siempre lo hace los primeros momentos después de un reenfundado. Necesito un contexto físico. Algo tangible sobre lo que centrar mi atención. Me llevo las manos frente a los ojos, y mis brazos parecen sacos de piedras de dos toneladas. Los dedos son largos y delgados; los nudillos llenos de callos, con cicatrices y desfigurados. Evidentemente resultado de muchos puñetazos, puños acertando a mandíbulas, metal, carne. Un morfo Furia muy usado. Recibes lo que pagas, supongo; o lo que Firewall está dispuesto a pagar. ¿Por qué lo hago? En lo que respecta a la organización, soy poco más que un instrumento de precisión barato, que se mete en el reciclador cuando se rompe. Siempre habrá más de mí, hasta que los horrores sean demasiado intensos, hasta que los archivos se corrompan demasiado, hasta que sepa demasiado y Firewall decida deshacerse de mí, y luego otro imbécil dará un paso adelante para preservar la transhumanidad. Preservar la transhumanidad. Fantástico. ¡Ahora balbuceo como un bobo propagandista de Firewall! Mis brazos se debilitan y caen hacia mis costados. Sencillamente aún no tengo fuerza. Unos cuantos minutos más sin nada aparte de mis pensamientos. Mientras sale de la sala de recuperación, el mascador cortical se ríe ante mis débiles intentos por moverme. -¿Qué prisa tienes?-, dice, -Relájate un poco, ¿quieres? Si te estampas contra el suelo, te vas a quedar ahí hasta que puedas levantarte tú sola. No me pagan lo bastante como para hacer de niñera-. Su frivolidad no mejora demasiado mi estado de ánimo, y regresa la melancolía. ¿Qué experiencias han dejado de formar parte de mi consciencia? Tal vez algo irrepetible. ¿Descubría la auténtica belleza? ¿Tuve una epifanía? ¿Salvé una vida? Nunca lo sabré. Esos recuerdos, esa vida, esa versión de mí, ha desaparecido. El nuevo yo, que yace en esta camilla, no ha sido nunca moldeado por esas experiencias. Mi pecho se hunde con el peso de la pérdida. Tengo que pensar en otra cosa. Que le jodan. Probablemente no hubo alegría, ni revelaciones. Fueron dos semanas de mierda. Estoy seguro. Acabé aburrido hasta la extenuación. Mejor aún, destrozado y sufriendo como consecuencia de una angustia de proporciones épicas. Mi muerte no tuvo sentido. Sufrí una sobredosis de Patada, y me quedé pataleando en el

Eclipse Phase Lack

  • Upload
    ulises

  • View
    17

  • Download
    0

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Texto de ambientación del jdr Eclipse Phase en español.

Citation preview

Page 1: Eclipse Phase Lack

LACK -¿Qué fecha es? Las palabras clavaron sus garras en mis nuevas cuerdas vocales y salieron a rastras de mi seca garganta. Mi dicción es predeciblemente mala, como lo es siempre durante los primeros minutos después de un reenfundado. El timbre de la voz es evidente a pesar de la mala dicción y el balbuceo. Definitivamente un biomorfo, y mi último sexo es femenino. Todo esto lo descubro en los primeros segundos. El modelo se me escapa en estos momentos, pero lo sabré con certeza pronto, una vez que sea capaz de moverme como quiera. Mi primera apuesta es otro morfo Furia. La camilla está fría. Nada más que metal congelado con una crujiente tela sintética enrollada a su alrededor. Alojamiento típico de una casa de muñecas corporativa. El frío atraviesa mi piel y se asienta en mis huesos. Un mascador cortical aparece sobre mí, moviendo su luz de “bienvenido de vuelta” de lado a lado, posándose ocasionalmente en mis pupilas. Su rostro atildado y aburrido habla: -Consciencia confirmada.- se apaga la luz. Mi pregunta debería haber dejado en evidencia que estoy de vuelta, pero el tío es un esclavo del procedimiento. Todos los son. A los bancos de cuerpos corporativos les gusta que sus empleados estén paralizados por la obediencia, incapaces de pensar por sí mismos. Balbuceo de nuevo la pregunta. -¿Qué fecha es? -11 de marzo. -¿Cuánto desde la Caída? -¿Estás de coña? Trato de obtener los datos a partir de los insertos de malla de mi nueva carcasa antes de abrir de nuevo la boca. No hay suerte. Siempre resulta humillante preguntar a un técnico de carcasas el año. Me hace sentir como un aficionado, pero sin lugar a dudas hay circunstancias atenuantes, así que le presiono. Fuerte. -Responde a la puta pregunta.-

La babosa corporativa me mira como si estuviera chiflado antes de responder. -Eh… 10 DC. No has estado fuera tanto tiempo. Tu último backup fue…-

Echa un vistazo a sus entópticos en busca de la información. -… hace 14 días y 7 horas.- Tarda un segundo en prender, pero cuando lo hace, duele. Cuando me desaparece tiempo siempre me causa una conmoción. Dos semanas. Desaparecidas. Completamente borradas de mi existencia. Hace dos semanas había otro yo, enfundado en otro morfo. Hubo una misión, y me llevó a la muerte. Eso es todo lo que sé. O Firewall no consiguió recuperar mi pila cortical de mi cadáver para que pudiese recuperar esas dos semanas, o

los hijos de puta decidieron eliminar ese tiempo de mí. Sin embargo, siendo sinceros, las dos opciones son preferibles a que haya otro yo triscando por ahí, haciendo quién coño sabe qué. A algunos t-humanos les encanta tener varios “yoes” dando vueltas por todas partes, pero yo mantengo a raya mi ego. Un único Sava ya es suficiente miseria que soltar en el universo. Mierda. Mi cerebro comienza a dar vueltas por territorio idiota; siempre lo hace los primeros momentos después de un reenfundado. Necesito un contexto físico. Algo tangible sobre lo que centrar mi atención. Me llevo las manos frente a los ojos, y mis brazos parecen sacos de piedras de dos toneladas. Los dedos son largos y delgados; los nudillos llenos de callos, con cicatrices y desfigurados. Evidentemente resultado de muchos puñetazos, puños acertando a mandíbulas, metal, carne. Un morfo Furia muy usado. Recibes lo que pagas, supongo; o lo que Firewall está dispuesto a pagar. ¿Por qué lo hago? En lo que respecta a la organización, soy poco más que un instrumento de precisión barato, que se mete en el reciclador cuando se rompe. Siempre habrá más de mí, hasta que los horrores sean demasiado intensos, hasta que los archivos se corrompan demasiado, hasta que sepa demasiado y Firewall decida deshacerse de mí, y luego otro imbécil dará un paso adelante para preservar la transhumanidad. Preservar la transhumanidad. Fantástico. ¡Ahora balbuceo como un bobo propagandista de Firewall! Mis brazos se debilitan y caen hacia mis costados. Sencillamente aún no tengo fuerza. Unos cuantos minutos más sin nada aparte de mis pensamientos. Mientras sale de la sala de recuperación, el mascador cortical se ríe ante mis débiles intentos por moverme. -¿Qué prisa tienes?-, dice, -Relájate un poco, ¿quieres? Si te estampas contra el suelo, te vas a quedar ahí hasta que puedas levantarte tú sola. No me pagan lo bastante como para hacer de niñera-. Su frivolidad no mejora demasiado mi estado de ánimo, y regresa la melancolía. ¿Qué experiencias han dejado de formar parte de mi consciencia? Tal vez algo irrepetible. ¿Descubría la auténtica belleza? ¿Tuve una epifanía? ¿Salvé una vida? Nunca lo sabré. Esos recuerdos, esa vida, esa versión de mí, ha desaparecido. El nuevo yo, que yace en esta camilla, no ha sido nunca moldeado por esas experiencias. Mi pecho se hunde con el peso de la pérdida. Tengo que pensar en otra cosa. Que le jodan. Probablemente no hubo alegría, ni revelaciones. Fueron dos semanas de mierda. Estoy seguro. Acabé aburrido hasta la extenuación. Mejor aún, destrozado y sufriendo como consecuencia de una angustia de proporciones épicas. Mi muerte no tuvo sentido. Sufrí una sobredosis de Patada, y me quedé pataleando en el

Page 2: Eclipse Phase Lack

suelo en un frenesí acelerado hasta que me explotó el corazón. Algún ladrón de medio pelo Escoria me apuñaló en un corredor de una estación por algún RX de baja resolución del mercado negro. Me alegro de que me hayan borrado ese tiempo. Que lo jodan. Que les jodan. No necesito esas dos semanas.

Pero esos pensamientos son mentiras. Necesito esas dos semanas. No me siento completo sin ellas. Joder, me siento incompleto incluso sacrificando una hora. Tengo que saberlo.

Alguien debe saber lo que ocurrió. Sin duda. Tal vez un proxy de Firewall, Jesper probablemente. Esta vez era mi contacto. Eso lo recuerdo. El borrado podría haber sido cosa suya. Y los proxies tienen un gatillo fácil a la hora de borrarnos a los centinelas. Ni siquiera una reputación ganada a fuerza de sudor y sangre podría salvar mis recuerdos si Firewall considera que los resultados de una misión son demasiado delicados para que los posea un matón del círculo exterior como yo. Con tal de que se haga el puto trabajo. Con tal de que la transhumanidad persevere.

Vaya mierda de trabajo. ¿Cómo ha acabado mi vida, cómo han acabado

mis vidas, así? Siempre en las manos de otros. Otra vez el miedo, la paranoia. Tengo que

librarme de ello. Tengo que darle el beneficio de la duda a la organización. He sido un centinela durante décadas. Quiero pensar que he salvado millones de vidas, pero sencillamente no estoy seguro.

¿Confío en la organización? No, pero tenemos un entendimiento, un cierto grado de respeto. Aunque según avanzan los años, y los agujeros se hacen más grandes y más frecuentes, comienzo a tener mis dudas acerca del empeño de Firewall por mi supervivencia.

De repente, mi musa se despereza, acabando con mis ensoñaciones. Varias presentaciones entópticas aparecen en mi campo de visión, pasando por rutinas de diagnóstico al activarse finalmente mis implantes de trama. La familiar voz femenina de Careza entra en mi mente. Careza Musa de Sava

[Bienvenido de vuelta, Sava] El sonido es tranquilizador; como ser acunado por mi madre, o abrazado por una amante. La mejora armónica fue una inversión que mereció la pena. Careza ha aprendido a utilizarla bien. Rara vez pienso en mi musa como en una IA. Estos días es mi único amigo. Me pregunto si siente lo mismo. Nunca le he mandado ese pensamiento. Me lo guardo para mí. Tengo miedo de cuál pueda ser su respuesta. Hey Careza. Me alegro de estar de vuelta. [Sospecho que te vendría bien algo de beber] Me conoces demasiado bien, Car. Mejor de lo que me conozco yo mismo.

[Hospitality tiene ya la petición. Tiempo de espera, aproximadamente diez minutos.] Gracias. A Careza le gustan las conversaciones que tenemos cuando mi cerebro está ligeramente intoxicado. Siempre está tratando de que me emborrache. [No hay de qué, Sava. Antes de que preguntes, han pasado dos semanas. No tengo ninguna información acerca de lo que sucedió después de nuestro último reenfundado. Actualmente nos encontramos en órbita alrededor de la Luna a bordo del Selardi IV. Estamos enfundados en un morfo Furia marca CoreCorp con mejoras menores. Se activarán pronto. Me alegra informarte que los Titanianos salieron victoriosos y ganaron la Copa.] Mierda. Podría haber ganado un montón con esa. ¿Cómo iban las apuestas? Pero antes de que Careza pueda encontrar la información, cancelo la operación. No. Espera. No quiero saberlo. No hará más que irritarme aún más. Una energía nerviosa comienza a recorrer todo mi sistema y un grueso sabor familiar comienza a cubrir mi garganta. Necesito un cigarrillo. [Sí, lo sé. El anterior ocupante de este morfo era un fumador empedernido. Es posible que sea difícil eliminar el hábito esta vez.] Cada minuto que pasa me está gustando más y más este reenfundado. Odio fumar. El alcohol pase. Puedo aguantar el alcohol, pero fumar siempre hace que me sienta como una mierda. Cada vez que acabo reenfundado en un morfo con la adicción, lucho por desintoxicarlo. Careza continúa con su informe mientras trato de recuperar mi cordura ante un intenso deseo de nicotina. [Tu @-Rep continúa intacta.] Por fin buenas noticias. Al menos no cabreé a ningún aliado durante las últimas dos semanas. [Sin duda. ¿Estás en un estado de ánimo adecuado para una actualización sobre Rati?] Rati es mi pasión. La amante que considero por encima de todas. Desapareció hace dos años. Sin explicación. Aún me duele. Pasemos de la actualización por ahora, Careza. [Entendido] Haz un escaneo de informativos. Busca algún incidente importante durante las últimas dos semanas. Tal vez haya alguna pista acerca de lo que hayamos podido estar haciendo. Mientras Careza hace la búsqueda y continúa con su informe de situación normal, paso mi atención a la nueva funda. Por fin tengo fuerza suficiente para levantarme. Empujo el morfo hacia arriba y pongo los pies en el suelo. Espasmos me recorren todos los músculos. Siempre hace falta algo de tiempo para aclimatarse a un nuevo morfo. Por suerte, estoy familiarizado con el Furia de CoreCorp, ya me han enfundado en alguno en el pasado. Este me sienta como un par de zapatos viejos, un poco gastados y baqueteados, pero bien capaces de patear el pavimento si surge la necesidad. El tobillo izquierdo parece estar un poco delicado. Lo levanto un poco para

Page 3: Eclipse Phase Lack

echar un vistazo. Está un poco hinchado. Definitivamente no es un caso de disformia de nueva funda. Probablemente una herida molesta. Otra vez, una tocada de narices, pero te llevas lo que pagas, supongo. El nanotatuaje que rodea el bíceps derecho es basto y desagradable, incluso para los estándares de la Escoria: un serpentoide entero entrando en los genitales de una vaina de placer femenina, completamente animado. Un trabajo de mucha clase, por parte de cualquiera que decidiese grabar eso en el morfo. Odio las marcas identificativas, pero una vez más, si no te puedes permitir un morfo limpio, coges lo que haya. Me deslizo fuera de la camilla, consiguiendo no caerme de bruces en el proceso, y compruebo cuidadosamente el tobillo. Duele, pero no va a hacer que me caiga. Manda una petición para un parche, tobillo izquierdo. Bute debería valer. [Fenilbutazon. Está en camino. Y el cóctel llegará en aproximadamente 30 segundos. No hay nada fuera de lo común en las noticias.] Era de esperar. -Pásame mi bebida, por favor-. Extiendo mi mano en su dirección sin siquiera confirmar su presencia. El hombre da un paso dentro de la habitación, demasiado cerca de mí, y me pone la bebida en la mano. Su aliento huele como algún tipo de salchicha pasada. -No pareces nada mala bajo las sábanas, ¿verdad?- dice. –Eché un vistazo antes, pero debo decir que la camilla no te hace justicia. De pie, las curvas llaman realmente la atención. No es que tu cara sea nada del otro mundo, pero esas domingas…- Le corto antes de que se me llene de bilis la boca. –Es exquisito. Lo sé. Ahora cállate y apártate antes de que te arranque la piel de la cara y te deje inconsciente con ella-. Capta la idea y se escabulle de la habitación. La verdad es que es un buen par. [Si “buen” está definido, por sus proporciones, entonces diría que sí] IAs, tan formales como siempre. [Tu altura es aproximadamente 4 centímetros mayor de lo que permite tu propiocepción normal. Cuidado con la cabeza.] Gracias por el aviso. Lo tendré en la cabeza. [Eso ha sido malísimo.] Ya, ya, lo sé. Una sonrisa acaba apareciendo en mi cara mientras las pullas con mi IA aligeran el ambiente. Mirándome al espejo, trato de ampliar la sonrisa, para tener una mejor idea de cómo es mi nueva cara. Muestro algunos dientes. Manchas de nicotina en todos ellos. Bebo un trago largo de mi cóctel, y muevo un poco el alcohol en mi boca. Puedo sentir cómo mi sangre reacciona de forma instantánea. Cierro los ojos y suelto un suspiro. Unos instantes de paz, es todo lo que pido. [Tenemos un invitado, Sava] Mierda, no hay suerte. ¿Quién?

[Jesper, nuestro último proxy de Firewall, ha enviado una bifurcación de nivel beta de sí mismo. Muestra cierta impaciencia por hablar contigo.] Conéctalo. No pueden dejarme en paz, ¿verdad? Oficialmente, Firewall ni siquiera existe. Es por culpa de Rati que me echaron los tentáculos encima. Aquel lío en Marte. Allí es donde comenzó todo. La última vez que vi a Rati. Esos conocimientos sí me permitieron quedármelos. Pero, ¿por qué? Hasta aquel día, nunca me había dado cuenta de lo temible que era realmente el universo. No, temible no. Aterrador. No hay otra palabra para describir algo tan vasto, tan indiferente. Si la transhumanidad fuese aniquilada por completo, todo seguiría como siempre. Aterrador. No hay otra forma de explicar el sentimiento que tienes cuando te enfrentas cara a cara con cosas que están realmente más allá de tu capacidad de comprensión. Joder, ningún otro término podría encapsular las acciones que los transhumanos nos hacemos unos a otros, mucho menos lo que nos podrían hacer otros seres que acechen en el vacío. Tal vez fue por eso. Para enseñarme una lección. Para asegurarme de que nunca olvidaría, para que nunca dejase de ayudar a la organización, porque incluso el más leve atisbo de lo que hay ahí fuera en realidad es más que suficiente. La bifurcación de Jesper se materializa en mi campo de visión. Jesper Proxy de Firewall; Contacto de Sava @ Firewall

[Bienvenido de vuelta, Sava] Que te den, Jesper. Sabes que odio levantarme con lack. [Lo siento. No había nada que pudiese hacer.] Su expresión es seria y preocupada, pero sus reacciones kinésicas me indican que está tan calmado como puede estar. ¡Menuda actuación! Los putos proxies nunca se acojonan. Tienen todas las cartas y nunca son sus mentes las que están en juego. Ya. Claro. Al grano. No me habéis metido en un morfo de combate para que tenga algo de tiempo libre, así que debe haber algo serio. ¿Berk, Pivo y Sarlo están aquí? [Sí, han sido reenfundados en la misma instalación.] Al menos mi equipo está conmigo. Gente con la que puedo contar. Hasta cierto punto. De acuerdo. ¿Cuál es la situación? *** Pivo se aferró a la pulida superficie exterior de la estación con sus ocho brazos. La existencia de nano imanes en las puntas de los brazos de su traje de vacío eran lo único que evitaba que quedase a la deriva en las profundidades del espacio. Miró a través de su visor facial al oscuro orbe sobre él.

Page 4: Eclipse Phase Lack

La Tierra. Sus ojos se concentraron en la extensión de océano negro como la pez que se veía a través de las ominosas nubes. Pivo deseaba zambullirse en esas ancestrales profundidades. Nacido y criado para el espacio, nunca había llegado a sumergirse en el antiguo nicho ecológico de su especie. Lo más probable es que nunca tuviese la oportunidad de zambullirse en las saladas aguas de un océano de la Tierra. Ahora el planeta era una trampa mortal. Un yermo de formas esqueléticas. Se imaginó una época antes de la Caída, cuando sus ancestros nadaban a través de aguas azules y se deslizaban sin esfuerzo por arrecifes de coral, o flotaban tranquilamente siguiendo la corriente, sin cargar con el peso de la inteligencia. Tal vez aún sobrevivían octópodos bajo las negras aguas del presente, viviendo breves existencias, tomándose su tiempo, manteniendo viva la especie hasta que se pudiese reclamar la Tierra, y Pivo se uniera a ellos en ese día glorioso, abandonando por completo el conocimiento, y volviendo a los instintos. Los sensores de su traje de vacío interrumpieron la fantasía de Pivo, al detectar el impacto de una mira láser sobre su forma; contacto con Sava por medio de enlace láser de línea de visión. Cuando una misión exigía precisión este era el método preferido. La musa de Pivo procesó el mensaje, y la voz de Sava entró en su cabeza. Sava Agente de Firewall, Especialista en Operaciones Encubiertas, Morfo Furia

[¿Pasa algo? ¿Por qué has dejado de moverte?] Pivo Agente de Firewall, Especialista en Nanotecnología, Octomorfo [Simplemente disfrutaba del paisaje,] mandó Pivo de vuelta. [Podrás disfrutarlo mientras bajamos, durante horas si quieres. Métete en la estación antes de que te detecte algún robot centinela.] Pivo no se molestó en responder. No se podía discutir con Sava. No merecía la pena defender sus acciones. Pivo comenzó de nuevo a arrastrarse por el casco de la estación. La estación estaba conectada al final de un largo Nanocable negro de carbono que bajaba hasta la superficie de la Tierra; el único ascensor espacial que quedaba. Pivo localizó la brecha, una minúscula cicatriz en el casco metálico de la estación, resultado de la explosión interna responsable de la muerte de la estación durante la Caída. La brecha se encontraba en el sitio exacto en el que Sava dijo que estaría, y la descripción de su tamaño era exacta: un agujero apenas lo bastante grande como para que pasase un niño humano. De acuerdo con Sava, años atrás los nanosistemas de auto reparación sufrieron un mal funcionamiento antes de poder reparar completamente la brecha. A veces el nivel de detalle que Sava era capaz de

obtener de Firewall para sus misiones asustaba. Tras un instante de paranoia desechó rápidamente sus sospechas, comprimió su cuerpo cefalópodo y se arrastró por la abertura. En la oscuridad, Pivo activó su emisor de infrarrojos, iluminando la habitación con una luz fuera del espectro visual normal. El interior de la estación sin vida se volvió visible a sus sentidos mejorados en los espectrales colores alterados del espectro infrarrojo. Pivo casi prefería la oscuridad. Cristales de hielo brillaban desde todas las superficies, como consecuencia de la congelación repentina de la humedad de la desaparecida atmósfera. Congelados montones de restos humanos flotaban junto a trozos de metal del casco en un macabro ballet de gravedad cero. Pivo flotó a través de los restos orgánicos e inorgánicos, apartando ligeramente metal o carne para abrir paso cada vez más adentro de la habitación. La cabeza de una mujer pasó flotando despacio, su rostro congelado en un grito silencioso y desencajado. Del cuello cercenado sobresalía una pila cortical intacta. Durante un segundo, Pivo consideró la idea de coger la pila, pero no estaban ahí para recuperar almas perdidas. En lugar de ello, puso dos de sus brazos sobre la cabeza y la empujó hacia abajo, en dirección al suelo. Al igual que otros muchos desaparecidos durante la Caída, esta persona permanecería olvidada aquí. Pivo llegó hasta la esclusa sin incidentes, pero era consciente de que se le acabaría por terminar la suerte. Encontrarse con guardias hipercorporativos en una estación en ruinas era algo inevitable. Puede que los sensores ya hubiesen detectado su presencia. Sólo era cuestión de tiempo antes de que algún robot convergiese en su posición. Sólo esperaba que cuando ocurriese (como sin duda ocurriría), pasaría después de que hubiese abierto la esclusa y de que el resto del equipo estuviese dentro de la estación. La esclusa había sido soldada desde el interior. Pivo estaba preparado para esta circunstancia, pero convertía en certeza el ser detectado por robots guardianes. Recuperó la compostura durante unos instantes, se concentró en su tarea, y encendió el soldador de plasma integrado en uno de los brazos de su traje de vacío. Una áspera y caliente luz azul iluminó la habitación. Ahora los segundos eran su posesión más preciada. Estaba a punto de atravesar la puerta interior cuando su musa le mandó un aviso del sensor pasivo de teraherzios. Un objeto se movía rápidamente hacia la posición de Pivo, y ahora se encontraba a tan sólo veinte metros de distancia. Pronto se lanzaría sobre él un robot centinela. [Casi he pasado la primera puerta,] transmitió Pivo tranquilamente, aunque le hizo falta toda su fuerza de voluntad para mantener el soplete firme. [Tengo compañía. Preparaos.] [Entendido,] respondió Sava. Finalmente, Pivo consiguió atravesar el sello. El octomorfo deslizó cuatro brazos a través del metal cortado

Page 5: Eclipse Phase Lack

aún incandescente, y con un tirón forzado separó la puerta del marco. La puerta flotó lentamente alejándose hacia el interior de la habitación, con los bordes enfriándose rápidamente. La puerta interior de la esclusa no estaba soldada. El robot avanzó sobre la puerta, y con un golpe furioso la apartó a un lado. Claqueteó hacia la superficie cristalina del muro. Justo en el momento en que Pivo tiraba de la última palanca para liberar el cerrojo de la esclusa, fue engullido por brillante fuego de plasma. *** Sava había ordenado a Careza activar el neurachem el mismo instante en que se abriese la puerta de la esclusa. La musa hizo exactamente eso. En lo que para el cerebro cargado de Sava pareció una cámara lenta perpetua, la puerta de la esclusa se abrió hacia el interior de la estación, ayudada por el metálico ruido de una patada cortesía de Berk, el músculo del grupo. Con una ráfaga de pensamiento, el radar de puntería de Sava apareció en un desplegué entóptico y pintó dos objetivos: Pivo y un robot centinela. El perro guardián robótico ya estaba apuntando sus armas, pero Sava fue más rápido. Fuego de plasma lo bastante brillante como para fundir retinas brotó violentamente de su arma, chamuscando uno de los brazos de Pivo e impactando sobre la espalda del robot centinela. Un segundo disparo penetró el caparazón blindado del robot, fundiendo componentes críticos de su interior, convirtiéndolo en un montón inútil de metal fundido de desecho. Sava se movió con rapidez más allá del octomorfo, que estaba lanzando maldiciones, y disparó dos veces más sobre el robot humeante. [Limpio,] transmitió Sava. [Uno menos, pero siempre hay más. Contad con ello. ¿Pivo, estás bien?] [Me has quemado el brazo reproductor, puta.] Soltó Pivo, con muestras claras de agitación en los armónicos. [¿Prefieres que la próxima vez te deje para el robot?] Sava se giró hacia Sarlo. [Sarlo, ven aquí y encuentra la consola que necesitas. Berk, vamos a necesitar preparar posiciones defensivas, para darle a este pequeño hacker tiempo suficiente para mascar sus bits.] Pivo cortó a través de su traje de vacío y desprendió su brazo dañado, maldiciendo a Sava entre dientes mientras el traje de vacío se reparaba sólo rápidamente y sellaba el agujero. [Hey, no te preocupes, Pivo. Tienes siete más. Además, tampoco me pareces precisamente de los que se reproducen.] A Sava le encantaba jorobar a Pivo. Era una de las cosas que le hacían disfrutar de la vida. Empujándose de un muro a otro, Sarlo atravesó la cámara con facilidad y gracia. Su morfo neoténico era más ligero e incluso más diminuto que la funda normal de niño humano, completamente potenciado y a medida de sus “preferencias”. Había pagado una fortuna por él. Los demás nunca habían entendido su preferencia por fundas

humanas infantiles, que llevaba hasta el punto de gastar sus propios créditos para asegurarse de obtener siempre un reenfundado en un neoténico potenciado, incluso cuando pagaba Firewall. Tampoco sabían de dónde sacaba su aparentemente infinita fuente de fondos personales, y tampoco querían saberlo. Siempre y cuando hiciese su trabajo. Sarlo Agente de Firewall, Hacker, Morfo Neoténico Dos mini zánganos seguían a Sarlo, iluminando la zona con luz infrarroja y efectuando un escáner activo en otras longitudes de onda. [Por aquí,] dijo, transmitiendo un mapa entóptico a la presentación de cada miembro del equipo. [No está lejos, a unos cien metros o así.] Una ruta iluminada apareció sobre el mapa. Sava y Pivo siguieron de cerca a Sarlo, mientras Berk luchaba por seguirles el paso en su funda ginoide acorazada. [No te quedes atrás, Plano. Pronto llegaremos a la gravedad,] transmitió Sava a Berk. Berk Agente de Firewall, Especialista en Seguridad, Sintético [No lo bastante pronto para mí,] respondió Berk. La estación abandonada estaba escalofriantemente tranquila. En todas partes podían verse aún señales de violencia y desesperación olvidadas mucho tiempo atrás. Escombros flotantes. Cuerpos desgarrados y congelados. Marcas de quemaduras y metal retorcido. La muerte controlaba este lugar. Cuando el equipo llegó a la estación de control, Sava y Berk asumieron posiciones defensivas en el corredor mientras Sarlo se ponía a trabajar en los durmientes sistemas de la estación. [¡La leche! El informe de misión era hasta correcto. Los sistemas de la estación siguen activos pero en estado durmiente. Quien quiera que sea el que está vigilando esta estación no destrozó los sistemas, dejó abierta la posibilidad para que se pudiera activar de nuevo el ascensor espacial.] Sarlo comenzó alegremente con su procedimiento para hackear el sistema. [¿Quién coño querría arriesgarse a bajar a esa bola de ceniza?] afirmó Berk. Pivo levantó agitado uno de sus brazos. [¿Necesito recordarte que algunos de nosotros pensamos que que reclamar nuestro planeta natal es una buena idea?] [Pensamiento reaccionario, si me preguntas,] replicó Berk. [Deshacernos de todas nuestras antiguas lealtades a ciudades estado ha sido una de las mejores cosas que la transhumanidad ha hecho jamás. Deja para los bio conservadores el refocilarse en las glorias pasadas. Yo apuesto por el futuro, por avanzar valientemente hacia el espacio, muchas gracias.] [Dejad la política.] Sava señaló a Berk. [Tú eres un anarquista, ya lo he entendido.] Luego señaló a Pivo. [Y a

Page 6: Eclipse Phase Lack

ti te ha entrado la vena reclamadora. Vale.] Pero el exacerbo de Sava se vio interrumpido por la aparición de media docena de puntos en los radares entópticos del equipo, moviéndose rápidamente. [Vienen contactos. Sarlo, ¿has entrado ya?] [Estoy en ello. Joder. Joder. Mierda.] La voz infantil de Sarlo sonaba petulante. [Trabaja más deprisa. Si esos robots tienen artillería pesada, estamos jodidos.] Sava y Berk descargaron una cortina de fuego de supresión por sus respectivas zonas del corredor antes siquiera de que los robots girasen las esquinas. Los robots detuvieron momentáneamente su avance, cubriéndose justo antes de cruzar. Más robots comenzaron a aparecer en el radar, moviéndose en dirección a la posición de los primeros en responder. [¡Nos quedamos sin tiempo, Sar! ¡Vienen más robots!] Sava lanzó otra descarga de fuego de supresión a la esquina. Berk no disparó su arma, a la espera de que algún robot avanzase por el corredor antes de disparar, pero los robots mantuvieron su posición. Se reunieron más, y más aún comenzaron a aparecer en el radar, moviéndose hacia el mismo punto. [¡Se nos van a echar encima en cualquier momento!] [Consideren esto un regalo, damas y caballeros…] Y con una última operación, Sarlo se hizo con el control de todo el sistema de seguridad de la estación. De repente, uno de los robots se volvió contra los demás. Otro se le unió poco después. En cuestión de segundos, humo y escombros comenzaron a rodar por el pasillo al desatarse el combate entre los robots. Sava y Berk bajaron sus armas y admiraron los ecos del trabajo de Sarlo. [¡Joder, Sar! ¡Supongo que es por esto por lo que eres uno de los mejores hackers del sistema!] [¡Aplausos, aplausos, friki obsoleto!] [Cuando tienes acceso a trucos de última generación cortesía de los mejores programadores IAGs leet de Extropía, no hay muchas cosas que no puedas hacer.] Sarlo lo dijo en un tono calmado, pero Sava estaba vigilando sus datos kinésicos, y se salían del mapa. El corazón del pequeño neoténico estaba palpitando como un tambor. Sava decidió no tocarle sus pelones huevos comentándoselo, sino que dejó a Sarlo disfrutar del momento. Había estado cerca, y otra como esta podría perfectamente no acabar bien para ellos. Sava permitió unos segundos de silencioso desahogo antes de hacer que el equipo volviese al trabajo. [Sarlo, ¿cuánto falta para que el ascensor esté activo?] *** Pivo se quedó pegado a la puerta, mirando mientras descendían por debajo de la capa de nubes saturadas de ceniza y se pudo vislumbrar la tierra debajo. Ahora se encontraban en la atmósfera, descendiendo por la planta

de judías situada entre la Tierra y la estación por encima suya, una inmensa proeza de ingeniería construida con nanotubos de carbono. El coche cohete se arrastraba por el cable, llevándoles cada vez más y más cerca del planeta en ruinas. La atmósfera de la Tierra estaba saturada de un polvo grueso, del color el óxido. El viento azotaba la superficie del planeta a una velocidad aterradora, girando peligrosamente en algunos lugares. La caída había acabado irremediablemente con los sistemas climáticos planetarios, cuando aparentemente la transhumanidad entró en guerra con un grupo de IAs renegadas conocidas como los TITANs. Bombas, fuegos descontrolados, ataques químicos, plagas de guerra biológica, voraces nanoenjambres, incluso bombas nucleares, cada uno de esos cataclismos se había cobrado su precio. Ahora el planeta era un lugar inhóspito, bajo los efectos de un invierno nuclear. Algunas de las nubes tenían formas inusuales, desafiando los vientos de elevación, e incluso parecían retorcerse mientras se movían: los prósperos descendientes de nanoenjambres aéreos auto replicantes, sospechaba Pivo. ¿Quién sabe qué otras monstruosidades les esperaban más abajo, evolucionadas a partir de los restos de las máquinas de guerra IA? El acceso a la Tierra estaba prohibido. Había sido abandonada al enemigo. Aunque se suponía que los TITANs se habían marchado hacía mucho tiempo, huyendo del sistema solar a través de puertas de agujero de gusano construidas en secreto, y llevándose consigo millones de mentes transhumanas descargadas a la fuerza, habían dejado sus herramientas. De igual manera, algunas de las armas que la transhumanidad desencadenó sobre las IAs, y en muchas ocasiones, sobre sí mismos, habían desarrollado una vida propia. Así que se abandonó la Tierra y se impuso un bloqueo con satélites asesinos de las hipercorporaciones en órbita que derriban a cualquier cosa que intente aterrizar o salir de la superficie del planeta. Como reclamador, Pivo formaba parte de una facción pequeña pero ruidosa que abogaba por un regreso a la Tierra. Creían que aún había esperanza para el planeta. Siempre había perseverado, y no era el momento de darlo por muerto. La Tierra necesitaba ser limpiada y terraformada, resucitando el hogar de la transhumanidad. Pero los reclamadores eran minoría. Para la mayoría de los supervivientes de la Caída, la Tierra representaba demasiados recuerdos horribles. Vidas arruinadas. Seres queridos desaparecidos. Sus propias muertes. Era un monumento a la arrogancia y a los errores de la transhumanidad, un crudo recordatorio de que, a pesar de todos sus avances y tecnología, o tal vez a causa de ellos, eran capaces de destruirse a sí mismos. Por supuesto, esto no impedía a algunos intentarlo. Grupos de carroñeros seguían haciendo incursiones en las ruinas del planeta, recuperando tesoros perdidos, artefactos culturales, o incluso las mentes preservadas de aquellos que no pudieron escapar. Algunos reclamadores habían dado comienzo a sus propias

Page 7: Eclipse Phase Lack

misiones secretas, con la intención de establecer campamentos base desde los que comenzar sus propios proyectos de reclamación. De la mayoría no se volvía a oír hablar. El equipo de cuatro descansaba y preparaba el equipo en la gran sala principal del cohete, Sava y Sarlo en una atestada burbuja hinchable para que los biomorfos pudiesen escapar de los confines de sus trajes de vacío durante un rato. Pivo había preferido quedarse fuera de la burbuja y en su traje de vacío. El descenso apretado con Sava no le sonaba agradable. Las paredes de la sala estaban empapadas de sangre de décadas de antigüedad, congelada ahora en un marrón cristalino en la cabina despresurizada. Fuesen quienes fuesen los últimos pasajeros de este cohete, huyendo de una Tierra condenada, debieron acabar lanzándose violentamente unos contra otros, impulsados por la locura o la desesperación. [Me pregunto cómo fue.] Sarlo compartió el pensamiento con el grupo. [¿Qué?] Replicó Pivo. Sava se interpuso rápidamente y puso fin a la discusión que Sarlo estaba deseando comenzar. [Cortad la filosofía y la dramatización. Sabéis que no soporto esa mierda.] Sava trataba desesperadamente de mantener el orden y un aire de duro desinterés. Era demasiado sencillo dejar al cerebro vagar en el pasado y en el destino de los millones de fallecidos durante la Caída. Para contrarrestarlo, Sava siempre recurría a la diatriba. [Escuchad. Todos sabemos los parámetros de la misión. Vamos a localizar a alguien. Un correo. Lo más probable es que sea un cadáver. Su última posición conocida vivo fue la estación base en la que acabaremos cuando se nos acabe el viaje. Monte Kilimanjaro. Que, de acuerdo con fuentes bastante fiables, fue arrasado por robots asesinos, que probablemente estén aún por la zona.] Sava se detuvo durante un momento, por el efecto dramático, antes de continuar. [Recuperaremos algo del correo. Qué, no tengo ni puñetera idea. Sólo sé que para la organización es bastante valioso. Nos limitaremos a lo que sabemos. No quiero escuchar más putos “y si” o “me pregunto”. Si vuestros pensamientos están en cualquier otra cosa que no sea la misión, guardároslos. No quiero escucharlos.] Y con esa declaración, el resto del viaje a la estación Kilimanjaro se hizo en silencio, cada uno dedicado a sus propios pensamientos, sin un solo contacto entre ellos. *** El cohete claqueteó hasta detenerse dentro del oscuro y cavernoso hangar. En otra época, el hangar del Kilimanjaro fue el puerto Tierra-espacio más usado en el mundo, atendiendo cada año a millones de clientes. Ahora, mientras Pivo apretaba su rostro a una de las ventanas del cohete y miraba hacia el negro vacío del hangar, parecía como si el lugar fuese un vacío sin alma.

[Listo cuando vosotros lo estéis.] Avisó Sarlo a Sava, preparado para hackear la apertura de la puerta del cohete y permitir que el rancio aire lleno de polvo de la Tierra bañase al equipo. Sava asintió hacia Sarlo y la puerta del cohete se abrió con un sonido de descompresión. Un cegador polvo rojo grisáceo se extendió por el cohete desde el hangar y cubrió casi inmediatamente su interior. El primer paso de Sava en el hangar del Kilimanjaro aterrizó firmemente sobre la frágil cavidad torácica del esqueleto de un niño. Lo huesos se convirtieron en astillas y polvo con un crujido. El suelo alrededor de la esclusa del cohete estaba tapizado por una alfombra de esqueletos enredados en una masa de ropas hechas jirones. No había forma de evitar pisarlos. Uno por uno, los demás salieron de la esclusa. [Este lugar es una tumba.] Radió Berk al grupo. [Todo el planeta es una tumba,] replicó Sava, con un armónico de eco adicional para permitir que la palabra tumba continuase reverberando tiempo después de acabar de transmitir, añadido específicamente para jorobar a Pivo, que apagó inmediatamente el eco en su cabeza con una contramedida de su musa. Sava dio unos pocos pasos crujientes más hacia delante, y luego se detuvo. El resto del equipo la siguió. [Aquí hay algo raro.] Sava pateó a uno de los esqueletos. Los huesos crujieron y se partieron. [No veo ninguna calavera.] [Descarga forzosa.] Transmitió Sarlo. [Las máquinas de los TITANs cosecharon las cabezas de los muertos para escanearlas.] Se encogió de hombros. [Eso supongo, al menos.] [¡Callaos!] Sava hizo señales al grupo para que se callasen. [¿Quién más ha oído eso?] Un bajo zumbido mecánico reverberaba cerca. [Yo lo capto.] Respondió Pivo. [Delante, un poco al norte. A unos 30 metros.] Como respondiendo a la observación de Pivo, comenzó a escucharse otro zumbido, este detrás del equipo, desde el borde sur del hangar. Otro zumbido proveniente del este se unió al coro. Los sonidos se iban acercando, volviéndose más distintivos, más agresivos. [Aún no tengo visual. Este puto sitio está tan lleno de esta mierda de polvo que parece actuar también como chaff. ¡Los infrarrojos sólo me dan visión a unos veinte pies!] Sava señaló al equipo que se dirigiese a la derecha. [Permaneced juntos, nos moveremos lentamente y con los dedos en los gatillos. Las salas de pasajeros están al este de nosotros. Comenzaremos a buscar allí.] Ahora los zumbidos les rodeaban, justo más allá del alcance visual. [¿Qué coño es eso?] Un robot insectoide volador con seis brazos articulados acabados en pequeñas sierras circulares se lanzó desde la polvorienta oscuridad hacia Berk, que se tiró al suelo y lanzó fuego de plasma contra él. El robot se estampó contra una pila de huesos y los prendió fuego. El fuego se extendió con rapidez, saltando entre ropas secas. El llameante suelo del hangar iluminaba ahora la zona con el caliente fulgor anaranjado de las

Page 8: Eclipse Phase Lack

llamas. Al menos una docena de robots insectoides flotaban en un perímetro alrededor del equipo, esperando la oportunidad para atacar. Otro robot se abalanzó sobre Berk, con sus brazos de sierra golpeando salvajemente. Berk disparó, pero falló. El robot impactó contra la cabeza de Berk, y las sierras se asentaron en su cuello. Saltaron chispas en todas direcciones al golpear metal contra metal. Berk soltó su fusil y tiró del cuerpo del robot hasta que las sierras se soltaron de su cuello. [¡Corred, cojones, jodidos idiotas! ¡Yo me encargo de esto!] Sava disparó y derribó un robot, y luego se lanzó hacia el este, saltando sobre las llamas que le llegaban hasta la cintura. [¡Corred hacia la sala!] Pivo se elevó sobre dos brazos y corrió detrás de Sava, con sus otros cinco brazos golpeando alocadamente sobre su cabeza. [¡Quita de en medio, lentorro!] Sarlo sobrepasó al octomorfo, corriendo a través de las llamas hacia la sala de pasajeros. Berk lanzó al enfurecido robot contra una pila llameante de huesos, se puso de pie y siguió al grupo, cubierta de trozos de hueso y de polvo, con el zumbido del enjambre que la perseguía. Sava llegó a la sala en primer lugar y el portal estaba abierto. Girándose son el fusil en alto, Sava se puso a cubierto contra el marco de la puerta. Sarlo y Pivo habían pasado las llamas y Berk estaba acercándose, igual que lo hacían los robots. Sava comenzó a proporcionar fuego de cobertura sobre la cabeza de Sarlo, derribando otro robot, pero el resto del enjambre no pareció verse afectado. Simplemente siguieron avanzando. De repente, más robots aparecieron desde las sombras cerca de la sala de pasajeros. [¡Hay más! ¡Nos están flanqueando!] Sava disparó contra los nuevos robots para tratar de retrasar su trampa. Sarlo se encontraba a tan sólo treinta pies del portal cuando se tropezó en un montón de huesos. Su cuerpo infantil cayó de frente sobre el polvo y los restos humanos. Pivo saltó torpemente sobre él, se deslizó por el suelo y se aplastó contra el muro exterior de la sala cerca de la puerta a la derecha. Berk trató de detenerse y ayudar a Sarlo, pero, pero su impulso era demasiado potente y su agarre sobre el polvoriento suelo demasiado inestable. Siguió rodando sobre el suelo hacia delante en un montón de polvo, huesos destrozados y ropas hechas jirones, impactando finalmente contra Sava y al interior del pasillo. Los tres miembros del equipo que se encontraban en el interior de la sala se recompusieron justo a tiempo para ser testigos de cómo un robot se enganchaba sobre la cabeza de Sarlo mientras se levantaba. La máquina extendió dos brazos a los lados y hundió sus sierras en el cuello de Sarlo. Los ojos de Sarlo se abrieron enloquecidos y su cuerpo se tensó mientras las sierras atravesaban carne y hueso, cercenando su cuello en cuestión de segundos. El instante en que su cabeza se separó de su torso, el robot se levantó con ella y saltó por encima de las llamas, hacia el oscuro olvido del lado más alejado del hangar.

El cuerpo sin cabeza de Sarlo se debatió durante unos instantes y luego se colapsó, esparciendo sangre en arcos largos y desganados. *** Pivo, Sava y Berk se sentaron en silencio. Habían conseguido sellar el portal de la sala, sellando los horrores del hangar. Seguían pudiendo escuchar a los robots cazadores de cabezas flotando fuera del portal, golpeando ocasionalmente y lanzando sus cuchillas contra la puerta sellada. Berk rompió finalmente el silencio. [Estoy tratando con todas mis fuerzas de no pensar en qué van a hacer con él.] [Esfuérzate más. Sarlo era consciente de que las posibilidades de supervivencia eran escasas cuando firmó. Igual que todos.] Sava se levantó. [¿Se lo deberíamos contar? ¿Cuándo se reenfunde?] Pivo sabía que eso iba a molestar a Sava, pero lo soltó de todas formas. [¿Y eso sería amabilidad o crueldad, Pivo? Además, no hay ninguna garantía de que sobreviva ninguno de nosotros. Así que ¿a quién coño le importa? Esté donde esté tu último backup, espero que no vayas a echar de menos nada que te haya pasado desde entonces. Pongámonos en marcha.] *** Sin Sarlo, Pivo se hizo cargo de las labores de navegación. Estaban acercándose a la sala VIP corporativa, la última localización conocida del correo. El equipo atravesó corredores oscuros repletos de esqueletos descabezados y restos momificados. Años atrás, las fuerzas corporativas que defendían la estructura habían sido aniquiladas por máquinas de guerra IA, que habían asesinado sin piedad a todo el mundo situado en su interior. Los muros estaban repletos de cicatrices de combate y estaban cubiertos de sangre seca. Restos destruidos de máquinas de guerra IA llenaban también los pasillos, fantasmagóricos monumentos a las pocas victorias de la humanidad en su batalla perdida. Incluso como restos de chatarra, las máquinas tenían una presencia amenazadora. [Lástima que esta no sea una operación de recuperación.] Comentó Berk. [A los autonomistas les encantaría echar un vistazo a todo esto. Como mínimo, para discernir qué podrían tratar de hacer con ello las hipercorporaciones.] Al entrar en una confluencia de gran tamaño, los restos y escombros desaparecieron de forma abrupta, como si los hubiesen limpiado. [Estoy captando unas lecturas térmicas extrañas aquí. Patrones que no tienen sentido.] Transmitió Pivo. [¿Y qué se supone que significa eso?] replicó Sava.

Page 9: Eclipse Phase Lack

Antes de que Pivo pudiese formar conscientemente las palabras “no lo sé”, su musa le envió un estremecedor aviso: Musa de Pivo Compañero IA [Mis nanosensores registran la presencia de nanobots desconocidos en gran cantidad, de diseño altamente sofisticado, lo que sugiere manufactura TITANs. Contramedidas iniciadas.] [¡Nanoenjambre! ¡Moveos, moveos!] Pivo transmitió en su pánico mientras se lanzaba a la carrera a toda velocidad con dos de sus brazos. Sava y Beck siguieron a Pivo sin preguntas. Todos eran conscientes de los peligros de un nanoenjambre TITAN. A diferencia de los nanobots que Pivo utilizaba a menudo, que estaban fabricados con propósitos específicos en mente, y que no eran ni inteligentes ni capaces de sustentarse por su cuenta, este nanoenjambre específico era autónomo, auto replicante, adaptativo y capaz de fabricar casi cualquier cosa según fuese necesario. Incluso mientras huían, nanosensores individuales estudiaban a los tres agentes, transmitiendo detalles acerca de sus morfos y su equipo al resto del enjambre. Se encontraron delante con una bifurcación, y el camino se estrechaba en un túnel más pequeño. De repente, Pivo se detuvo, justo un metro antes del túnel. [¡¿Qué coño pasa, Pivo!?] Sava miraba hacia atrás, hacia el pasillo. [¡El puto enjambre podría acabar con nosotros mientras nos paramos a charlar!] [Mi musa detectó un pico de energía térmica aquí. El enjambre está tramando algo.] Avisó Pivo. [Pero aquí no hay nada.] Replicó Berk, mientras movía su brazo arriba y abajo por la entrada del túnel. Su mano de metal golpeó de repente contra el suelo, separada de su muñeca. [Cable mono molecular.] A pesar de que la situación parecía volverse más desesperada cada minuto, Pivo estaba impresionado y fascinado por la inventiva de la nanotecnología alienígena. [El enjambre ha llenado la puerta con él. Corta a través de cualquier cosa. Pero tiene poca fuerza elástica; probablemente lo hayas soltado.] [Afrontémoslo. Estamos jodidos.] Berk recogió su mano cercenada del suelo. Más atrás, en el corredor el nanoenjambre comenzó a asumir una forma visible mientras los nanobots se congregaban. El enjambre estaba coagulándose hasta convertirse en una neblina arrastrándose hacia ellos. Berk continuó, [Probablemente todo el puerto esté repleto de esta mierda. Llegados a este punto soy inútil. Estas cosas ya han invadido mis sistemas, mis diagnósticos se están volviendo locos.] [¿Qué estás diciendo, Berk? ¿Que estás acabada?] Transmitió Sava. [Si. Estoy acabada.] Berk agitó su cabeza en un gesto de disgusto. [Quién sabe con qué me han infectado estos pequeños bastardos. No quiero arriesgarme. Prefiero

utilizar un backup limpio. Olvidar que esta mierda haya pasado jamás. Seguid corriendo si queréis. Trataré de conseguiros algo de tiempo.] Berk se giró y corrió directamente hacia la niebla. El nanoenjambre la rodeó inmediatamente y comenzó a despiezarla. La piel metálica de Berk comenzó a disolverse mientras seguía corriendo alejándose cada vez más y más de Sava y de Pivo, dejando tras de sí un etéreo rastro de nanoenjambre. [¡Salid de aquí, imbéciles! ¡No hago esto para divertirme! Nos veremos la próxima vez.] Algunos minutos después, la señal de Berk desapareció. *** Sava y Pivo entraron en la sala VIP. Cuando el espacio puerto fue arrasado tantos años atrás, este fue el lugar de la última resistencia de los humanos. Montañas de esqueletos de personal de seguridad cubrían el suelo justo dentro del pasillo. Los restos chamuscados de una desesperada barricada estaban esparcidos junto a los montones de huesos. Había esqueletos vestidos en destrozadas ropas civiles agrupados alrededor de las paredes y de las esquinas, en algunos casos con una profundidad de tres o cuatro filas, como si todos ellos se hubiesen alejado lo más posible de algún avatar de la muerte en el centro de la habitación. Pivo comenzó una operación para localizar la señal RFID que se supone que el correo tenía implantada en su hombro izquierdo. El código desencadenó un contacto a tres metros. Pivo apuntó un largo brazo a un pequeño montón de huesos. [Está ahí, en algún lado.] Sava se acercó al montón de tres esqueletos y comenzó a examinar los huesos, arrancando o soltando todos los fémures. [Por dios, quiero un cigarrillo. Este morfo me tiene completamente jodido. ¿No he dejado ya claro que no fumo? Y aún así, siempre me enfundan en un morfo viciado.] Sava pasó el montón de huesos a Pivo. [Debe ser gracioso. Sólo debería llevarme unos minutos examinar estos huesos a ver si tienen el grabado nanoscópico.] Pivo comenzó a trabajar. [Tiempo suficiente para un cigarrillo, si quieres.] [Sí. Realmente gracioso. ¿Y si te convierto en polvo a ti y te fumo?] Sava se sentó en el suelo mientras Pivo soltaba una risita. Al correo fallecido, quienquiera que fuese, se le había confiado una información demasiado delicada para transmitirla. Nadie conocía las auténticas capacidades de los TITANs de intercepción y decodificación, por lo que el correo había recibido una inyección de nanobots que habían grabado un mensaje cifrado nanoscópico en uno de sus fémures. Sin embargo, no había conseguido salir del planeta. Su mensaje nunca había sido entregado. Pivo y Sava no tenían ni idea de qué era la información, pero obviamente alguien en Firewall la consideraba digna de adquirir. Tal vez información acerca de los TITANs. O la receta secreta de la familia de algún CEO de salsa para pasta.

Page 10: Eclipse Phase Lack

[Este es.] Pivo le pasó el fémur a Sava y tiró los demás al suelo. [¿Qué dice?] [No lo sé. No estoy seguro de querer saberlo.] Pivo continuó extendiendo el fémur. [Ya basta de drama, Pivo. Simplemente haz que lo lean tus nanos. Necesitamos una copia de esos datos. Si no quieres llevarlos, lo haré yo.] [Lo preferiría. Gracias.] Pivo puso a sus nanobots a trabajar descifrando la inscripción. Cuando acabaron, transmitieron los datos directamente a Sava. Pivo no quería tomar parte en ello. [Vale, ¿y ahora qué? ¿Cómo salimos de aquí? La única forma es volver por donde vinimos, y eso es un suicidio.] La complexión de Pivo pasó de un verde lechoso a casi un azul real. Siempre le pasaba cuando le comenzaba a asaltar la desesperación. Sava no dudó en responder, prefiriendo hablar en lugar de transmitírselo. -No vamos a salir, Pivo. Ni siquiera vamos a intentarlo.- Sava levantó su fusil de plasma y lo apuntó directamente a la cabeza oblonga de Pivo. -Hasta la próxima, calamar.- Sava apretó el gatillo, y un fulgurante proyectil de plasma redujo a Pivo a una espasmódica masa de cartílago quemado y sanguinolento sobre unos brazos convulsos. Los brazos siguieron golpeando contra el suelo en un charco cada vez más grande de sangre mientras Sava se sentaba al lado de un montón de huesos y se apoyaba contra una pared. Sava sacó un cigarrillo y lo encendió. La primera inhalación fue prácticamente orgásmica. A Sava le encantaba fumar. Al exhalar, Careza le llamó. [¿Entro en contacto con el Proyecto Ozma?] Sí. Pon a la señora en línea. Una voz de mujer, fría y dura, entró en la cabeza de Sava, tan distinta de la tranquilizadora voz de Careza. Agente Proyecto Ozma [¿Está lista para entregar, Agente Sava?] [Eso depende.] Sava dio otra calada. [Tal vez no fui absolutamente clara durante nuestra negociación inicial, Agente Sava. Sus opciones son bastante limitadas. Es poco probable que consiga salir con vida del planeta, y no nos podemos permitir perder esta información, ni podemos permitir que caiga en manos de su organización. Va a cumplir su parte del trato, y confiar en que nosotros hagamos lo mismo.] [O me dices en este mismo instante dónde está, o me llevo conmigo tu preciosa información.] Se produjo una larga pausa antes de que la mujer transmitiese de nuevo. [Es consciente de que habrá consecuencias, Agente Sava. Para usted y para Rati.] [Sí. Supongo que sí.] El cigarrillo ardió hasta el filtro y Sava lo tiró sobre un montón de huesos. [¿Qué va a ser, entonces?] [Nosotros no negociamos, Agente Sava, no después de haber hecho ya un trato. Haga lo que desee, y

nosotros reaccionaremos en consecuencia.] La conexión con la mujer se cortó. Sava se levantó hasta el lugar donde se encontraba el fémur del correo y lo cogió. Los restos de Pivo cubrían el hueso. Sava lo limpió y lo cogió para echarle un vistazo de cerca. Lo siento, Careza. Sólo envío de información. Deja el ego detrás. [Entendido.] Con la velocidad del pensamiento, Sava ordenó a Careza que activase el emisor lejano de emergencia de su pila cortical: un transmisor de neutrinos de una sola carga, alimentada por una minúscula cantidad de antimateria. La cabeza de Sava explotó y se esparció por toda la habitación, llevándose con ella el fémur del correo. Sin embargo, la información contenida en el fémur encontró su camino de forma casi instantánea a través de las oscuras profundidades del espacio, aterrizando con seguridad en un receptor dedicado de Firewall en algún otro punto del sistema solar. *** -¿Qué fecha es? Las palabras clavaron sus garras en mis nuevas cuerdas vocales y salieron a rastras de mi seca garganta. Mi dicción es predeciblemente mala, como lo es siempre durante los primeros minutos después de un reenfundado. El timbre de la voz es evidente a pesar de la mala dicción y el balbuceo. Definitivamente un biomorfo, y mi último sexo es femenino. Todo esto lo descubro en los primeros segundos.