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Economía Budista ¿Quién soy? Muchos definen su respuesta a esta pregunta desde lo que hacen, soy médico por ejemplo, otros desde lo que tienen, “tengo una membresía del Club del Nogal”, y otros a partir de las marcas de sus vivencias, “desde que murió tu padre soy una persona triste y sin esperanza”. Pero rara vez alguien conoce, o por lo menos quiere conocer, lo que realmente es sin identificarse con objetos externos. La revolución que puede cambiar la pésima dirección a la que están siendo dirigidas nuestras vidas no es política o económica, es espiritual. Todas las respuestas equivocadas que damos a la pregunta ¿quién soy? son una construcción cultural de una identidad que no dice nada de lo que realmente somos. Esta identidad brinda protección y seguridad. Esto da origen a un mundo basado en el egoísmo que se crea y se reproduce con el fin de fomentar la competencia y la acumulación material. “El infierno de los vivos – escribió acertadamente Ítalo Calvino en Ciudades Invisibles – no es algo que será; hay uno, es aquél que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos”. El tiempo La vida productiva se orienta por rutinas y tiempos estrictamente cronometrados que niega ese descubrir de lo que somos. El tiempo del reloj disminuye la capacidad de observar la diversidad, acaba con la emoción que produce maravillarse frente a la novedad y reduce la capacidad de sentir. Empezar a darse cuenta de que la repetición crea un cascarón que nos insensibiliza, que la vida no es una línea recta que tengamos que asumir como nos la imponen, es despertar y empezar a salir de este infierno. La única posibilidad de experimentar la vida está en el presente, en el aquí y ahora. El pasado nos condena a actuar restrictivamente, nos mantiene con miedo a fin de mantener la prudencia para no repetir hechos dolorosos que vivimos, y el futuro nos hace creer que hay algo mejor que el presente, y por esto mismo también es una restricción. La mejor forma de asumir la vida es imitar la naturaleza de un niño, que goza en la medida en que la vida se le va presentando, que lo doloroso que le ocurre se olvida pronto para seguir en el juego de la vida, y que no siente miedo de lo que está por acontecer. Cuando contemplamos la vida en lugar de esperar algo de ella, experimentamos la vida. No obstante la sociedad creó la ilusión de que sólo alcanzando metas externas podremos sentirnos satisfechos y tranquilos, pero como siempre hay algo por cumplir, esto nunca ocurrirá. De aquí que Carl Jung acierte al afirmar que “quien mira hacia afuera sueña y quien mira hacia adentro despierta”. El sistema de producción El sistema de producción (sea capitalista o socialista) está perfectamente construido, no solo organiza y planifica nuestras vidas sino que incorpora en cada uno el miedo para que no se cuestione o se abandone este sistema. No tendríamos tantos problemas si la construcción social con la que nos organizamos hubiera partido del altruismo en lugar del egoísmo. Adam Smith, a quien se le atribuyen las bases ideológicas del capitalismo,

Economía budista

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Cuestionamiento del principio de eficiencia y del concepto de desarrollo basado en la acumulación.

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  • Economa Budista Quin soy? Muchos definen su respuesta a esta pregunta desde lo que hacen, soy mdico por ejemplo, otros desde lo que tienen, tengo una membresa del Club del Nogal, y otros a partir de las marcas de sus vivencias, desde que muri tu padre soy una persona triste y sin esperanza. Pero rara vez alguien conoce, o por lo menos quiere conocer, lo que realmente es sin identificarse con objetos externos. La revolucin que puede cambiar la psima direccin a la que estn siendo dirigidas nuestras vidas no es poltica o econmica, es espiritual. Todas las respuestas equivocadas que damos a la pregunta quin soy? son una construccin cultural de una identidad que no dice nada de lo que realmente somos. Esta identidad brinda proteccin y seguridad. Esto da origen a un mundo basado en el egosmo que se crea y se reproduce con el fin de fomentar la competencia y la acumulacin material. El infierno de los vivos escribi acertadamente talo Calvino en Ciudades Invisibles no es algo que ser; hay uno, es aqul que existe ya aqu, el infierno que habitamos todos los das, que formamos estando juntos. El tiempo La vida productiva se orienta por rutinas y tiempos estrictamente cronometrados que niega ese descubrir de lo que somos. El tiempo del reloj disminuye la capacidad de observar la diversidad, acaba con la emocin que produce maravillarse frente a la novedad y reduce la capacidad de sentir. Empezar a darse cuenta de que la repeticin crea un cascarn que nos insensibiliza, que la vida no es una lnea recta que tengamos que asumir como nos la imponen, es despertar y empezar a salir de este infierno. La nica posibilidad de experimentar la vida est en el presente, en el aqu y ahora. El pasado nos condena a actuar restrictivamente, nos mantiene con miedo a fin de mantener la prudencia para no repetir hechos dolorosos que vivimos, y el futuro nos hace creer que hay algo mejor que el presente, y por esto mismo tambin es una restriccin. La mejor forma de asumir la vida es imitar la naturaleza de un nio, que goza en la medida en que la vida se le va presentando, que lo doloroso que le ocurre se olvida pronto para seguir en el juego de la vida, y que no siente miedo de lo que est por acontecer. Cuando contemplamos la vida en lugar de esperar algo de ella, experimentamos la vida. No obstante la sociedad cre la ilusin de que slo alcanzando metas externas podremos sentirnos satisfechos y tranquilos, pero como siempre hay algo por cumplir, esto nunca ocurrir. De aqu que Carl Jung acierte al afirmar que quien mira hacia afuera suea y quien mira hacia adentro despierta. El sistema de produccin El sistema de produccin (sea capitalista o socialista) est perfectamente construido, no solo organiza y planifica nuestras vidas sino que incorpora en cada uno el miedo para que no se cuestione o se abandone este sistema. No tendramos tantos problemas si la construccin social con la que nos organizamos hubiera partido del altruismo en lugar del egosmo. Adam Smith, a quien se le atribuyen las bases ideolgicas del capitalismo,

  • pensaba en una obra anterior a La Riqueza de las Naciones que sentir mucho por los dems y poco por nosotros mismos, que restringir nuestros impulsos egostas y fomentar los sentimientos benevolentes, constituye la perfeccin de la naturaleza humana. Contrario a Smith, la humanidad tomo el camino opuesto y se alej de la perfeccin, de la verdadera evolucin. Ahora el trabajo que debemos realizar cada uno consiste en desaprender todas las falacias con las que se nos adoctrin, con las que se nos convirti en esclavos dciles del sistema productivo. En eliminar una a una las necesidades que se nos impuso, porque solo aqul que se libera de deseos contempla la verdadera perfeccin (Lao Tzu). Hoy se invoca en todo momento el principio de eficiencia, es decir obtener el mayor beneficio al menor costo posible, y esa sabidura fue la que acab con el equilibrio de la naturaleza y produjo el calentamiento global, as como la conquista en nombre de Dios produjo millones de muertes de nuestras culturas ancestrales a manos de los invasores occidentales, lo mismos que llevaron a niveles demenciales el papel de la racionalidad. Las decisiones trascendentales de la vida en la actualidad no se juzgan a la luz del amor verdadero sino de la razn donde la eficiencia es uno de sus principios bsicos. Tenemos ms que aprender de nuestras civilizaciones prehispnicas que de las sociedades modernas, los Muiscas entendan con claridad que la fuerza del amor transforma la vida, que es la luz que marca el camino apartndonos de las tinieblas del temor que hay en nuestros corazones. Nos hemos acostumbrado a creer que la eficiencia procura beneficios para todos y a pensar que todo lo que hacemos es racional en este sentido. Pero solo para ilustrar lo absurdo de esta forma de pensar basta preguntarse si es eficiente cmo una ciudad es abastecida de alimento. Cul es el gasto de energa de tener un plato de comida en la mesa? Hay varias personas que se encuentran en los eslabones desde que el campesino arranca el alimento de la tierra hasta que llega al supermercado, todos buscando el mximo beneficio al menor costo, la suma de todos sus intereses conlleva a que el precio y el gasto de energa para que usted finalmente tenga alimentos en su plato es exageradamente mayor en relacin con lo que se emple para producirlo. Es esto eficiente? De la misma manera puede analizarse la provisin de servicios bsicos como el agua, de bienes pblicos como la salud y la educacin, y de servicios ms complejos como la intermediacin financiera. Las sociedades que hemos construido con base en el egosmo y la racionalidad son sencillamente espantosas, nos anulan desperdiciando nuestra energa vital. Volver al origen Para despertar no solo hay que cuestionar las creencias productivas sino todas las que hemos adquirido a lo largo de la vida. Todas ellas fueron creadas y trasmitidas para reducirnos a engranajes. Krishnamurti advirti en una conferencia a mitad del siglo pasado que "si uno desea encontrar la verdad debe estar completamente libre de todas las religiones, de todo condicionamiento, de cualquier dogma o creencia, y de toda autoridad que obliga a seguir, lo cual, en esencia, significa estar realmente slo, y eso no es nada fcil. Cuando nos alejamos de los referentes externos que nos condicionan nos acercamos cada vez ms a nuestro despertar, a ver lo que somos. Y qu es eso que somos? Somos vida, somos amor, somos energa, somos Dios. Cuando esto se entiende, o mejor, se experimenta, no hay que buscarle un sentido a la vida por fuera de nosotros mismos, porque

  • como dijo Viktor Frankl, la existencia con sus pruebas lo ofrece, y hay que desafiar a la vida para que siga entregando situaciones. El valor primordial de la vida es entregar amor. En la infancia de la humanidad el hombre era espontaneo, careca de expectativas y de ansias de acumulacin. Era energa vital fluyendo libremente. Pero el hombre invent la verdad, el conocimiento, y posteriormente exager el papel de la razn en nuestras vidas. En la medida en que la humanidad desarrollaba la racionalidad disminua su capacidad de sentir y de expresar amor, de ser vitales y libres. Con ello ms bien desat un impulso de muerte, de conquista, de apropiacin violenta y de dominacin de unos por otros. Aquello a lo que se llam desarrollo se convirti en un descenso en la evolucin. A partir de la razn siempre se estn ideando y produciendo metas por alcanzar, se est pensando en planes que apoyados en la lgica fuercen la obtencin de un resultado esperado. All acaba la inocencia y la candidez de la humanidad, se elimina el gozo de vivir y crear, y se genera la frustracin y el miedo. La produccin de necesidades y objetivos no se agota, y cuando no se logran vienen sentimientos como la vergenza, la culpa, la rabia, el miedo y la tristeza. Estos sentimientos dejan un impacto de dolor en las clulas que degeneran en enfermedades terribles como el cncer. Solo unas acciones basadas en unos sentimientos diferentes como el amor, la compasin y la alegra nos apartan de ese destino. "El amor y la compasin predic Dalai Lama anulan el miedo a vivir, ya que ambas cualidades de la mente se desarrollan en nosotros; aparece entonces la confianza interior y el miedo desaparece. Es nuestra mente quien crea el mundo en que vivimos". Todo lo que llamamos inteligencia racional no es ms que la forma en cmo nos hemos desconectado de la vida. Y para reconectarnos debemos empezar a desaprender los conocimientos intiles y a reducir nuestras necesidades a las ms bsicas. As eliminaremos el miedo, y viviremos con plenitud como la alondra de Basho: sobre los campos, sin apego a nada, canta una alondra.

    Jaime Villamil