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diego ayure y javier acosta presentan las edades de la historia
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Colegio San Benito
De Tibatí
Séptimo A
Presentado por:
Diego Romero Ayure
y Javier Acosta Vera
24mayo del 2013
Sistemas
Trabajo
correspondiente al
indicador 1.2
La prehistoria
Podemos definir Prehistoria
como el periodo de tiempo
previo a la Historia,
transcurrido desde el inicio de
la evolución humana hasta la
aparición de los primeros
testimonios escritos.
La importancia de la escritura
como frontera entre la
Prehistoria y la Historia, está
en que sólo a través de los
testimonios escritos, podemos
conocer con certeza
acontecimientos, hechos y
creencias de aquellas
personas que vivieron antes
que nosotros.
Al no existir el testimonio
escrito, la arqueología se
convierte en el único medio
para reconstruir los sucesos
de la prehistoria, a través del
estudio de los restos
materiales dejados por los
pueblos del pasado: sus zonas
de residencia, sus utensilios,
así como sus grandes
monumentos y sus obras de
arte.
Para su estudio, la Prehistoria
se divide en tres periodos que
se corresponden con la propia
evolución de la humana.
Edad antigua
La Edad Antigua es la época histórica
que coincide con el surgimiento y
desarrollo de las primeras
civilizaciones o civilizaciones
antiguas.
El concepto más tradicional de
historia antigua presta atención a la
invención de la escritura, que
convencionalmente la historiografía
ha considerado el hito que permite
marcar el final de la Prehistoria y el
comienzo de la Historia, dada la
primacía que otorga a las fuentes
escritas frente a la cultura material,
que estudia con su propio método la
arqueología. Otras orientaciones
procuran atender al sistema social o
el nivel técnico. Recientemente, los
estudios de genética de poblaciones
basados en distintas técnicas de
análisis comparativo de ADN y los
estudios de antropología lingüística
están llegando a reconstruir de un
modo cada vez más preciso las
migraciones antiguas y su herencia
en las poblaciones actuales.1
Sea cual fuere el criterio empleado,
coincide que en tiempo y lugar unos
y otros procesos cristalizaron en el
inicio de la vida urbana (ciudades
muy superiores en tamaño y
diferentes en función a las aldeas
neolíticas), la aparición del poder
político (palacios, reyes), de las
religiones organizadas (templos,
sacerdotes), una compleja
estratificación social, esfuerzos
colectivos de gran envergadura que
exigen prestaciones de trabajo
obligatorio e impuestos, y el
comercio de larga distancia (todo lo
que se ha venido en llamar
«revolución urbana»);2 nivel de
desarrollo social que por primera
vez se alcanzó en la Sumeria del IV
milenio a. C., espacio propicio para
la constitución de las primeras
ciudades-estado competitivas a
partir del sustrato neolítico que
llevaba ya cuatro milenios
desarrollándose en el «Creciente
fértil».3 A partir de ellas, y de
sucesivos contactos (tanto pacíficos
como invasiones) de pueblos
vecinos (culturas sedentario-
agrícolas o nómada-ganaderas que
se nombran tradicionalmente con
términos de validez cuestionada,
más propios de familias lingüísticas
que de razas humanas: semitas,
camitas, indoeuropeos, etc.), se
fueron conformando los primeros
estados de gran extensión
territorial, hasta alcanzar el tamaño
de imperios multinacionales
Edad Moderna
La Edad Moderna es el tercero de los
periodos históricos en los que se divide
tradicionalmente en Occidente la
Historia Universal, desde Cristóbal
Celarius. En esa perspectiva, la Edad
Moderna sería el periodo en que
triunfan los valores de la modernidad
(el progreso, la comunicación, la razón)
frente al periodo anterior, la Edad
Media, que el tópico identifica con una
Edad Oscura o paréntesis de atraso,
aislamiento y oscurantismo. El espíritu
de la Edad Moderna buscaría su
referente en un pasado anterior, la
Edad Antigua identificada como Época
Clásica.
El paso del tiempo ha ido alejando de
tal modo esta época de la presente que
suele añadirse una cuarta edad, la Edad
Contemporánea, que aunque no sólo
no se aparta, sino que intensifica
extraordinariamente la tendencia a la
modernización, lo hace con
características sensiblemente
diferentes, fundamentalmente porque
significa el momento de triunfo y
desarrollo espectacular de las fuerzas
económicas y sociales que durante la
Edad Moderna se iban gestando
lentamente: el capitalismo y la
burguesía; y las entidades políticas que
lo hacen de forma paralela: la nación y
el Estado.
En la Edad Moderna se integraron los
dos mundos humanos que habían
permanecido aislados desde la
Prehistoria: el Nuevo Mundo (América)
y el Viejo Mundo (Eurasia y África).
Cuando se descubra el continente
australiano se hablará de Novísimo
Mundo.
La disciplina historiográfica que la
estudia se denomina Historia Moderna,
y sus historiadores, "modernistas"
(aunque no deben confundirse con los
seguidores del modernismo, estilo
artístico y literario, y movimiento
religioso (Modernismo teológico), de
finales del siglo XIX y comienzos del
siglo XX). La disciplina historiográfica
que la estudia se denomina Historia
Moderna, y sus historiadores,
"modernistas" (aunque no deben
confundirse con los seguidores del
modernismo, estilo artístico y literario,
y movimiento religioso (Modernismo
teológico), de finales del siglo XIX y
comienzos del siglo XX).
Edad contemporánea
edad Contemporánea es el
nombre con el que se designa el
periodo histórico comprendido
entre la Revolución francesa y la
actualidad. Comprende un total
de 224 años, entre 1789 y el
presente. La humanidad
experimentó una transición
demográfica, concluida para las
sociedades más avanzadas (el
llamado primer mundo) y aún en
curso para la mayor parte (los
países subdesarrollados y los
países recientemente
industrializados), que ha llevado
su crecimiento más allá de los
límites que le imponía
históricamente la naturaleza,
consiguiendo la generalización del
consumo de todo tipo de
productos, servicios y recursos
naturales que han elevado para
una gran parte de los seres
humanos su nivel de vida de una
forma antes insospechada, pero
que han agudizado las
desigualdades sociales y
espaciales y dejan planteadas
para el futuro próximo graves
incertidumbres
medioambientales.1
Edad Contemporánea es el
nombre con el que se designa el
periodo histórico comprendido
entre la Revolución francesa y la
actualidad. Comprende un total
de 224 años, entre 1789 y el
presente. La humanidad
experimentó una transición
demográfica, concluida para las
sociedades más avanzadas (el
llamado primer mundo) y aún en
curso para la mayor parte (los
países subdesarrollados y los
países recientemente
industrializados), que ha llevado
su crecimiento más allá de los
límites que le imponía
históricamente la naturaleza,
consiguiendo la generalización del
consumo de todo tipo de
productos, servicios y recursos
naturales que han elevado para
una gran parte de los seres
humanos su nivel de vida de una
forma antes insospechada, pero
que han agudizado las
desigualdades sociales y
espaciales y dejan planteadas
para el futuro próximo graves
incertidumbres
medioambientales.1
Edad Media
La Edad Media, Medievo o Medioevo
es el período histórico de la civilización
occidental comprendido entre el siglo V
y el XV. Su comienzo se sitúa
convencionalmente en el año 476 con la
caída del Imperio romano de Occidente
y su fin en 1492 con el descubrimiento
de América,1 o en 1453 con la caída del
Imperio bizantino, fecha que tiene la
ventaja de coincidir con la invención de
la imprenta (Biblia de Gutenberg) y con
el fin de la Guerra de los Cien Años.
Actualmente los historiadores del
periodo prefieren matizar esta ruptura
entre Antigüedad y Edad Media de
manera que entre los siglos III y VIII se
suele hablar de Antigüedad Tardía, que
habría sido una gran etapa de transición
en todos los ámbitos: en lo económico,
para la sustitución del modo de
producción esclavista por el modo de
producción feudal; en lo social, para la
desaparición del concepto de ciudadanía
romana y la definición de los
estamentos medievales, en lo político
para la descomposición de las
estructuras centralizadas del Imperio
romano que dio paso a una dispersión
del poder; y en lo ideológico y cultural
para la absorción y sustitución de la
cultura clásica por las teocéntricas
culturas cristiana o islámica (cada una
en su espacio).2
Suele dividirse en dos grandes períodos:
Temprana o Alta Edad Media (siglo V a
siglo X, sin una clara diferenciación con
la Antigüedad Tardía); y Baja Edad
Media (siglo XI a siglo XV), que a su
vez puede dividirse en un periodo de
plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI
al siglo XIII), y los dos últimos siglos
que presenciaron la Crisis de la Edad
Media o del siglo XIV.
unque hay algunos ejemplos de utilización
previa,Nota 1 el concepto de Edad Media
nació como la segunda edad de la división
tradicional del tiempo histórico debida a
Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a
temporibus Constantini Magni ad
Constaninopolim a Turcis captam deducta
(Jena, 1688),3 quien la consideraba un
tiempo intermedio, sin apenas valor por sí
mismo, entre la Edad Antigua identificada
con el arte y la cultura de la civilización
grecorromana de la Antigüedad clásica y la
renovación cultural de la Edad Moderna -
en la que él se sitúa- que comienza con el
Renacimiento y el Humanismo. La
popularización de este esquema ha
perpetuado un preconcepto erróneo: el de
considerar a la Edad Media como una
época oscura, sumida en el retroceso
intelectual y cultural, y un aletargamiento
social y económico secular (que a su vez se
asocia con el feudalismo en sus rasgos más
oscurantistas, tal como se definió por los
revolucionarios que combatieron el
Antiguo Régimen). Sería un periodo
dominado por el aislamiento, la ignorancia,
la teocracia, la superstición y el miedo
milenarista alimentado por la inseguridad
endémica, la violencia y la brutalidad de
guerras e invasiones constantes y
epidemias apocalípticas.