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Tactic, Alta VerapazGuatemala, C. A. agosto 2013

revistaasuncion.org

La armonía personal y con nuestro entorno es fundamental para el logro de metas y satisfacción. Esta actitud provoca tranquilidad y marca nuestro actuar, contribuyendo a mantener un estado de satisfacción con nosotros mismos que redunda en bienestar personal y del entorno.

Y cómo no estar en armonía viviendo en este paradisíaco jirón que en acuarela de verdes ilumina senderos húmedos y frescos, brindados por la naturaleza llena de quietud y encanto para agradecer a la existencia el hecho de vivir en este privilegio de paisaje, enmarcado por montañas milenarias donde el arrullo de las aves ayuda a apreciar la perfección.

Eso es Tactic, esta es la Verapaz que reclama de sus habitantes el esfuerzo tesonero como impulso cotidiano para reconocer lo valioso de la vida y la bendición de disfrutarla en este rincón de apacibles celajes, bendecidos por la ubérrima riqueza de su suelo. Ánimo a todos los coterráneos que disfrutan del trabajo, valorándolo como una condición inherente al desarrollo, que aprecian la convivencia amable entre ellos y con la naturaleza que nos cobija en su amoroso regazo.

EDITORIALEDITORIALFUNDADOR

Eduardo Lemus Dimas

CONSEJO EDITORIALAdela Leticia Lemus, María del Carmen Lemus

de Sierra, Susana Lemus, Marta Lillian Lemus de Paz, José Antonio Lemus

DIAGRAMACIÓNEliázar Martínez Cáceres

ACOMPAÑAMIENTO TÉCNICO Tatiana Paz Lemus, Luis Velásquez, José Eduardo Sierra Lemus, Manuel Antonio Lemus, José María

Lemus Orantes

PUBLICIDADSilvia Orellana

Publicación incluida en la edición de periódicos y revistas españolas e hispanoamericanas de Barcelona, España.Editorial SERVIPRENSA, S.A. 3ª Av. 14-62, zona 1. Guatemala.

PortadaManos amorosas de tejedoras tactiquenses que entramando el hilo de sus ilusiones, conjugan el trabajo en armonía de formas y colores, herencia ancestral a través de la urdimbre artística, expresión de nuestra identidad.

DIRECTORIODIRECTORIO

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Fue deseo expreso de él le sepultaran en tierra -diría para seguir abonando este jirón patrio con sus virtudes- frente al templo del Calvario.

Los vecinos cumplieron. Falleció el 27 de febrero de 1,987, su cuerpo fue depositado en una fosa en el lugar que precisó. No obstante, él vive en el corazón de los que mucho le estimamos. El Padre quiso quedarse entre nosotros.

Nació hace 100 años en Bélgica, precisamente en 1,913.

Como anécdota. En oportunidad que un mayordomo de apellido Quej, con cierto liderazgo en la religiosidad popular y la política, inició una protesta frente a la Iglesia gritando: ¡No queremos al padre…, que se vaya el padre para su tierra! Él me dijo, porque estaba a la par encarando al protagonista sin pronunciar palabra, Carlos, vaya por favor a decir a la Policía que retiren a este borracho de aquí por el escándalo que está provocando..., como siempre la Policía nunca llegó. Lo tomé del brazo y nos retiramos del escenario.

El Padre hizo bastante porque la Mayordomía rectificara en cuanto a que la fiesta de un Santo no se prestara para degenerar en zarabanda: música, baile, licor y comida en exceso.

Entre su obra resalta:-Determinó que el Colegio “La Asunción” se estableciera en este municipio.-Infatigable porque el Movimiento de Cursillos de Cristiandad ingresara a nuestro territorio.-Procuró por crear un Círculo de Estudios Bíblicos, utilizando su propio manual.

-Fundó la Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa María de la Asunción.-Fundó el Dispensario Parroquial “María Eugenia”.-Estableció la Legión de María.-Se dedicó con horarios adecuados a la oftalmología, teniendo muy buen prestigio en las Verapaces.

De espíritu misionero consciente y consecuente, apenas descansaba para recuperar vigor y continuar con su misión evangelizadora. Pertenecía a la Congregación Misioneros del Sagrado Corazón, MSC. En esta Iglesia fueron Párrocos de la misma congregación el Padre Ricardo Terga Cintrón y Alfonso Rigouts. Nunca descuidó el uso del hábito, es decir la sotana negra que en exclusiva mi papá (Manuel de J. López) le confeccionaba en su taller de sastrería, o bien pantalones y camisa negra con cuello blanco que lo identificaba como un humilde siervo de Dios.

En la ilustración el Obispo Juan Gerardi y el Padre Fernando Leyns.

Carlos S. López Cantoral

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Con satisfacción publicamos la fotografía de tres tactiqueños privilegiados a quienes el Creador les ha concedido disfrutar una edad que les permite contemplar orgullosamente, a varias generaciones de descendientes. Que Dios derrame protección sobre su familia.

Manuel de Jesús López Teos

Rogelia Trujillo de Monterroso María Guzmán Molina

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El Comandante Militar local -en tiempos del General Ubico-, era adicto a la cacería, pero el delicado cargo que desempeñaba le impedía acompañar al grupo de cazadores que con una matatada de bastimento, muchos perros y en alegre camaradería, se iban por dos o tres días a disfrutar de su afición. Y se disculpaba de no poder acompañarlos porque, según explicaba textualmente con un dejo de presunción: “de lunes a domingo tengo que estar al pie del cañón por si me llama mi compadre el Coronel Jefe Político o mi padrino, el Presidente General Ubico; y ya saben que la Patria es primero”. “Chamarrín” (ese era el mote que a sus espaldas le endilgaban porque procedía de un pueblo de Occidente donde acostumbran los varones atarse una chamarrita a la cintura sobre el peculiar pantaloncito que usan), prieto, sapo, ojos de chino y cabello quishpinudo, piernas como paréntesis y algo media lengua, luciendo uniforme de gala completo, a solas y mirándose en el espejo desde todos los perfiles, sonreía y exclamaba: “El fisique está pura riate, el hablade es el que me chinga”. Aparte del gozo que le producía considerarse uno de los personajes más importantes y el más temido del pueblo, disfrutaba soñando dormido o despierto con las emocionantes etapas de la cacería. Su mente proyectaba la película: El mágico momento de oír el primer ladrido, marcial clarinazo de metálico sonido del perro líder anunciando haber encontrado “la juella”, la explosión de ladridos de los perros segundones en distintas tonalidades que permitían identificar al chucho ladrador, así como la distancia, rumbo y velocidad de la carrera, el violento latir del corazón cuando rompiendo con el pecho los breñales, veía asomarse al animal luciendo la ramazón de sus cuernos brillando por segundos al Sol para elevarse en elástico e increíblemente alto y largo salto y el apresurado instante de halar el gatillo calculando el ritmo del venado para sorprenderlo en el cenit del brinco y alojarle la bala en medio de los ojos o en el pecho para verlo desplomarse instantes después… ¡Y él amarrado a sus deberes oficiales! Sentirse sujeto a la oficina mientras sus colegas

cazadores se divertían, provocaba que el mal humor habitual del mílite se incrementara y lo descargara en uno o varios de los veinte soldaditos a su mando que tenían que soportar las “madreadas” y castigos que les imponía por imaginarias faltas. El único desfogue de Chamarrín era escaparse de noche acompañado de su asistente personal, el cabo Emiliano Coc, con el propósito de ”luciar” y matar desde luego, algún animal de monte, no importando si era venado, conejo, tepezcuintle, gato de monte, o de perdida un despistado conejo. La cuestión era matar.Malquerido por su áspero genio y arrogancia, y porque su crueldad se echaba de ver hasta sobre la ropa, los vecinos lo soportaban por los altos “conectes” que presumía tener y porque en aquellos tiempos un informe de supuestas o reales actividades que catalogaran a alguien como “enemigo del supremo gobierno”, acarreaba por lo menos una carceleada con tortura y todo; y cuando más, la aplicación de la tenebrosa “ley fuga”. Una noche de tantas, después de un día particularmente pesado, partieron Chamarrín y su escudero de “luciada”. Chaquetero de vocación, el chismoso y queda bien de Chomo Jutes le había “pitiado” que en algunos lugares, al otro lado de “La Cumbre” llegaban de noche los venados y los coches de monte a lamer la ceniza de los árboles tumbados y quemados en la tradicional “roza” que los campesinos hicieran para sembrar su maíz, así como a comerse los tiernos renuevos que brotaban de los troncos mutilados.Emiliano, el asistente, mula de dos patas, cargaba los implementos del cazador: el pesado fusil, bastimento, chamarra y hasta botas de repuesto. En su interior rogaba al Altísimo que no cazaran nada porque si lo hacían, a la ya pesada carga tendría que añadir las ochenta o cien libras de la carne de un venado mediano, a lo largo de por lo menos dos leguas. Y entretanto el mílite se regocijaba y lameteaba por anticipado del o los venados que caerían bajo sus disparos, y de lo que le presumiría a sus rivales. Vemos pues que Campoamor, tenía mucha razón al

MACHO DE MULA Waldemar Godoy Prado

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escribir que “todo es mentira, y todo es verdad, según el cristal con que se mira”. Para Chamarrín el gozo y para Emiliano el sufrimiento. Llegados a La Cumbre, se dieron un respiro. Arriba muy arriba, parpadeaban las estrellas y un viento fresco les ayudó a calmar la fatiga. El Capitán se echó al coleto dos tazas de café bautizadas con aguardiente San Chomo. Emiliano, previo el consabido “Con su permiso mi Comandante” se empinó su humilde botella de agua de masa. Y continuaron.La linterna del capitán puesta en la frente, como un inmenso ojo de cíclope, taladraba inquieta las tinieblas, arrastrándose sobre las nuevas siembras de maíz, escarbando arbustos, breñales y arboledas. De repente casi se le paró el corazón al Comandante: el rayo de luz había chocado con una masa donde dos brillantes y grandes luces, como a cincuenta metros de distancia, relumbraban. Con la mano izquierda le hizo una seña a Emiliano para que se quedara quieto. Éste maldijo mentalmente la suerte del jefe y deseó ser un ente invisible para llegar hasta la pieza de caza avistada, y espantarla.Cuando el cazador metió el cartucho calibre doce en la recámara de su escopeta, el breve y seco clik clak del metal, pareció acallar el susurrar del viento. A los ojos de Emiliano se distorsionó la imagen de su jefe hasta confundirse con el pino alto que le estaba sirviendo de apoyo, y el rayo de la linterna dando directamente en los ojos de la presa se intuía tan poderoso como para taladrar la montaña entera. El silencio infinito y negro como un mundo de brea, presagio de muerte, congelaba la noche, y de pronto: “¡¡¡BOOMM!!!... La explosión de la pólvora con hedor azufrado impulsó a velocidad de relámpago la bala que penetró justo en medio de los ojos. El animal se desplomó, el eco repitiéndose mil veces en ondas concéntricas invadió el entorno, y después, retornó el silencio. Un silencio preñado de amenazas que pareció alcanzar a las infinitas estrellas, hasta que brutal, con un dejo de diabólico gozo, se oyó la orden indiscutible: ¡¡Andá recógelo, lo vamos a chojiniar aquí!!” Y el resignado solípedo humano, maldiciendo en sus adentros la buena puntería de su jefe, guiado por el rayo de luz, caminó dificultosamente hacia la presa. Y al hallarla, el regocijo, el alivio de la tensión, las

ganas de carcajearse ruidosamente, de convertirse en aire, mariposa, pájaro parlanchín para contarle a todo el mundo la aventura, le llenaron el cuerpo, zangoloteando su cerebro como canicas juguetonas. Pero vuelto a la realidad de subalterno, contestando a la imprecación: “¿Que pasó, cabrón?”, siguiendo la rutina, contestó: “Con su permiso, mi Comandante, ¡con la novedad que es macho!”... “¿El qué?”, tronó Chamarrín que a cincuenta metros y con el viento en contra no había oído con claridad la primera frase de Emiliano, quien esta vez, a todo pulmón volvió a decir: “Con permiso, mi Comandante; ¡¡¡con la novedad que es machooooo!!!” El tirador, orgullosísimo, haciendo bocina con las manos, con la voz engolada, gritó: “¡Más mejor… así tendremos un buen cuero y voy a colgar la cabeza en mi despacho!...”Emiliano, entonces, cobrándose la humillación de dos años laaargos, laargos de servilismo y lambisconería, el resentimiento de ser tan poca cosa, las patadas recibidas en el fondillo, los miles de sentadillas sufridas para calmar el mal humor de su jefe, con un regocijo que no disimuló muy bien, soltó el golpe: “Con permiso mi Comandante, con la novedad que es macho, ¡¡PERO MACHO DE MULAAA!! Y añadió, como quien no quiere la cosa: “De esos que sirven para montar.”Estupefacción… Rabia infinita… Emiliano prudentemente recogió su carga y se anticipó en el camino. Chamarrín, echando espumarajos por la jeta, rugiendo su decepción y pateando los arbustos de la orilla, lo secundó.¿Cómo lo supo el pueblo?... Emiliano, amenazado de muerte, juró por el alma de su madre que nunca le contó la aventura ni a su mujer. La cosa es que a Chamarrín le cambiaron apodo los malosos y a sus espaldas le llamaban “El Comandante mata mulas”; y lo supo porque el mismo queda bien de Chomo Jutes, con la esperanza de ser invitado por lo menos a un trago, llegó sigiloso y de noche a contárselo. Chamarrín montó en cólera y le asestó al chismoso una patada en el fondillo, que le dolió como tres semanas. A partir de entonces a donde fuera Chamarrín sentía que lo miraban con sorna, y a los dos meses de la malaventura, anocheció y no amaneció…

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Mujeres integrantes de las comunidades Chiallí, Chi-Ixim, Chichuguá y Pasmolón, avanzamos hacia la organización y desarrollo de nuestras comunidades, ante la triste y dura realidad que nos ha tocado vivir; la pobreza, la exclusión, la discriminación y el racismo que el Estado y el sistema guatemalteco imponen a diario, nos obligan a juntarnos, organizarnos y luchar por y para nosotras, por ello hemos decidido buscar un desarrollo comunitario integral e incluyente, con la participación de mujeres jóvenes y adultas, mayas y mestizas, conscientes de la realidad del municipio de Tactic.

A la fecha hemos desarrollado diferentes actividades de relevancia en nuestras comunidades, como la celebración del 8 de marzo, día internacional de la mujer y el 10 de mayo día de las madres, creemos que celebrar estas fechas es valorarnos a nosotras mismas y saber que tenemos derechos; a la vez hemos gestionado diferentes proyectos ante las autoridades gubernamentales, los cuales han tenido poco avance.

Con esa acción se ha logrado apoyo para el adulto mayor beneficiando a diez familias y la entrega de víveres para cincuenta y siete, dicho apoyo se ha concretado en los más necesitados de nuestras comunidades.

También logramos sembrar treinta y dos cuerdas de frijol, con la participación de igual número de mujeres; la siembra fue

colectiva y con poco resultado, como parte de una primera experiencia, sin embargo nos faltó acompañamiento y asistencia técnica para obtener mejores logros.

Actualmente setenta mujeres contamos con huertos familiares en los que se ha sembrado espinaca, zanahoria, acelga y cilantro lo que contribuye en primer lugar, a mejorar la alimentación de nuestras familias y el resto de producto para venderlo en el mercado local, esto contribuye a mejorar la economía familiar.

Hacemos un llamado a otras comunidades para que se organicen y de esa manera hagan valer sus derechos y a las personas que creen en los cambios con nuestra participación, para que nos apoyen y juntos logremos avanzar en la cosecha de nuestros sueños.

Grupo de Mujeres Maya Poqomchí

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El General Jorge Ubico Castañeda es uno de los mandatarios más cuestionados de la historia política del país. Nació el 10 de noviembre de 1878 y falleció en el exilio en el año 1946, en la ciudad de Nueva Orleans. Era hijo del licenciado Arturo Ubico y de doña Matilde Castañeda. Por ser su padre de familia ilustre, desempeñaba el cargo de Jefe Político y Corregidor de la Ciudad Colonial de Antigua. Se encontraba Justo Rufino Barrios en pleno apogeo de su administración y por su estrecha amistad con el “Reformador”, el pequeño Jorge fue su ahijado. Tres veces intentó graduarse en la Escuela Politécnica pero no lo consiguió por su baja estatura.

Por influencias de su padre y por pertenecer a la aristocracia, el 24 de septiembre de 1897 logró se le concedieran los despachos de subteniente de infantería. Ese mismo año ya en el ejército, fue ascendido a teniente. El diez de agosto de 1900 lució el triple galón de capitán, el 8 de marzo de 1901 asciende a mayor. En 1903 obtiene el despacho de teniente coronel. Durante el año 1906 se le condecora con “Medalla de oro” por su valor y arrojo en la conocida como “Guerra de los totopostes” y es elevado al rango de coronel de Estado Mayor. En 1907 fue nombrado Jefe Político de Alta Verapaz hasta el año 1911. A la caída de Estrada Cabrera, el 22 de enero de 1922, en Asamblea Magna, el Partido Liberal Federalista mencionó su ascenso a General de División. En las elecciones del 6 y 7 de febrero de 1931, representando al Partido Liberal Progresista, la Asamblea Nacional, después de haber realizado escrutinio, lo declara Presidente electo con un total de 308,334 votos, tomando posesión del cargo el 14 del mismo mes y año.

Odiado especialmente por la intelectualidad guatemalteca por haber concentrado en él los tres poderes del Estado, el dictador es bien recordado por los que ven a nuestra patria desangrándose por el crimen organizado. Si bien limitó las más elementales libertades humanas como la libertad de expresión, con la aplicación de la “Ley fuga”, no hubo durante su gobierno delincuencia de ninguna clase y según relatan quienes vivieron durante su administración, se podía dormir con las puertas abiertas sin temor a los ladrones. Su figura cobra relieve en estos días cuando las prisiones se han vuelto escuelas del crimen y es el pueblo quien paga su mantenimiento y ese mismo pueblo está desesperado por tantas extorsiones, ordenadas desde el interior de las granjas de “Rehabilitación”.

Parte de la infraestructura física realizada durante su gobierno es el palacio nacional. La construcción de esta hermosa joya de la arquitectura del siglo pasado, costó la irrisoria suma de DOS MILLONES OCHOCIENTOS MIL QUETZALES; pero en su construcción no se robaron ni un solo centavo. Así mismo construyó los palacios de la Policía Nacional y de Comunicaciones y Correos. Durante su gobierno la deuda externa se redujo a cero y la ejecución de la obra social emprendida por el doctor Juan José Arévalo no hubiera sido posible si las arcas no hubiesen quedado rebosantes.

Para conocer sobre los excesos cometidos durante su gobierno, basta leer la obra “Hombres contra ombres” del escritor Efraín de los Ríos, quien fuera víctima del sistema y sufriera tortura y cárcel por no pensar como él. Para leer sobre su personalidad, sus virtudes y defectos se debe consultar “El dictador y yo” del intelectual Carlos Samayoa Chinchilla, Secretario Privado de la Presidencia durante su discutida administración.

El 25 de junio de 1944 una manifestación de maestros fue rechazada con armas y en ella perdió la vida la educadora María Chinchilla. Esta fue la chispa que propició el levantamiento de intelectuales, estudiantes y obreros y el primero de julio, Ubico dimitió del puesto, dejando en el poder a un triunvirato formado por los generales Villagrán Arisa, Buenaventura Pineda y a la cabeza el cobanero Federico Ponce Vaides. Este mal recordado gobierno provisional, continuó la misma política que su antecesor, razón por la cual el 20 de octubre de ese año fue derrocado por la llamada REVOLUCIÓN DE OCTUBRE, dirigida por campesinos, militares, obreros y estudiantes. La nueva Junta de Gobierno, estuvo integrada por el mayor Francisco Javier Arana, el capitán Jacobo Árbenz Guzmán y el civil Jorge Toriello Garrido. En el año 1945 asume la Presidencia de la República el doctor Juan José Arévalo Bermejo.

Carlos Humberto SantosEL ABOGADO DEL DIABLO

RUBÉN GUZMÁN MORALES

Este tactiqueño de corazón partió a la eternidad en febrero. Dedicó muchos años a la docencia y representó al terruño ejerciendo como Alcalde Municipal.También promovió fuentes de trabajo, junto a su esposa Lidia Guay de Guzmán, al instalar un almacén en el centro de esta Villa. Ambos fueron ejemplo de trabajo y dedicación para contribuir al desarrollo del municipio; desde ese ámbito supieron colocar el esfuerzo personal como parte del diario vivir, llevando a la práctica su aporte de ciudadanos conscientes, dignos de respeto e imitación.

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Tactic, Alta Verapaz

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Al develar imágenes de tiempos idos es inevitable que surjan los años de infancia. En ese Tactic lluvioso, de callejones alfombrados con musgo perlado y aroma húmedo, fomentamos los primeros contactos de la niñez y al rememorarlos asoman las amigas que en la vecindad fueron compañeras de correrías. En casas de esquina coincidimos con Irma y Margo Trujillo, Dorita, Chita y Nanita González; en la otra cuadra vivía Aracely Cantoral –Celita-. Con estas amigas iniciamos los juegos de primeros años que después se transformaron en contiendas basquetbolísticas, principalmente con Irma y Celita. Esa época forjó una amistad para toda la vida.

A Celita la recuerdo con su eterna sonrisa y las bromas a flor de piel, por su don de gentes, su calidad de persona, preocupación por los demás y la forma de ver la vida con entusiasmo. En las giras deportivas se prestaba para todo tipo de bromas, encontrando siempre la manera de hacernos alegres los largos desplazamientos que muchas veces se llevaron a cabo en camión hacia el recordado Uspantán, Gualán y municipios del Polochic.

En la escuela primaria y después en el colegio La Inmaculada, estaba al tanto de los últimos chistes e ingeniando momentos para divertirnos; en situaciones que reclamaban silencio y seriedad era imposible cumplir con esta condición, lo que en ocasiones provocó llamadas al orden que incentivaban más risas y la consiguiente reprimenda de las maestras.

A esta apreciada amiga me unió una amistad invariable, cimentada en el cariño que se acrecentó desde las aulas en nuestros primeros años escolares, cuando departíamos en piñatas, obras de teatro, correrías por callejones y bosques poblados de guayabas y moras. Con su alegría, enmarcada en carcajadas y desparpajo, solíamos pasar largos ratos disfrutando la sencillez de su presencia, su cándida expresión, su permanente acompañamiento, la férrea solidaridad que sabe dar quien tiene sembrada la tranquilidad y el positivismo. Ahora Celita es una estrella más en el firmamento, una luz como la que siempre iluminó su camino y nos ayudó a transitar el nuestro.

Susana Lemus Guzmán

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-¿Cuál es el apuro?Coma despacio, mastique bien. No desperdicie la comida, siéntese correctamente, recta, así… -No platique; no haga ruido al comer.

No no no… no se habla con la boca llena… esas eran las recomendaciones de la abuela, todos los días, durante el almuerzo (único tiempo que se hacía en el comedor grande de la que fue gran mansión). Solo no pensaba la destinataria que se colgaba de los camioncitos, que en aquel entonces apenas caminaban sobre viejas y grandotas piedras y hacían cinco minutos de una cuadra a otra.

Una niña de cinco años, la traviesa de su familia, comía apurada, porque justamente, al terminar todos de almorzar, pasaría por la calle de esta vieja casona, un carro verde bonito, conducido por gallardo alemán que trabajaba en el almacén El Gallo.

El vehículo robaba el sueño de aquella chiquilla a quien solían regañar todos los adultos por sus constantes travesuras (como saltar sobre el pozo, pasar por viejas y apolilladas tablas del cuarto de aperos de labranza en un segundo nivel descalabrado), que siempre la ponían en riesgo, con angustias consecuentes para las personas mayores que moraban ahí.

Mientras comía, observaba el sobrio comedor alto con tres puertas, mitad madera mitad cristal; la más grande daba al jardín florido circundado por tres grandes corredores y cuya fuente de piedra fue sellada para evitar peligros y accidentes.

En el balcón de las dos ventanas siempre se veía, el cuidado de la abuela en frondosas macetas de culantrillo y alicastas, y el interminable chipi chipi que hacía sentir más el frío y la humedad. La mesa y seis enormes sillas desvencijadas completaban aquel escenario umbroso, lleno de viejos recuerdos, que a la luz de la oxidada lámpara ponían lúgubre el ambiente; en el salón contiguo, estaba el calabozo, lugar de castigo de la traviesa pequeña, cuarto formado por el vértice de las gradas que conducían al altillo (segundo y tercer nivel) del comedor en cuyo frontispicio lucía en relieve, el escudo de la familia.

La infante se removía en la silla, luego de tragar la comida; pensaba que esas voces de mando eran una afrenta o fastidio. ¿Quién piensa en comer cuando hay algo más importante qué hacer? Oía a lo lejos, un motor de carro (de los pocos que ya circulaban en aquella ciudad) que se acercaba; cómo latía su corazón con la proximidad de aquel ruido que le sabía a música de fiesta… Ah! Y su melindrosa hermana no se apuraba, tendría que ayudarla, como siempre pensaba, y acto seguido, se tragaba los bocados para salir juntas. Eso sucedía a menudo, por lo que se las ingeniaba con un voy al baño; ya no aguanto; ay me duele…; alguna ocurrencia como tirar cosas a la ventana para distraer, pues lo más que se tardaba en pasar el carrito era un minuto, justo para sentarse y ver rodar el Mercedes Benz de don Teodoro, su conductor y propietario quien gentilmente, alzaba su mano e inclinaba el rostro como señal de saludo. (Con el corazón, pletórico de emoción, en parte por el atento saludo, pasaba las tardes soñando despierta con un carro igual, para cuando fuera grande, y le decía a su mamá: yo quiero probar un Mercedes, porque nunca se quedan en el camino… así dicen todos los que manejan… Yo quiero subirme a un Mercedes).

Cuando ella tenía 6 años la familia cambió de residencia; qué dolor experimentó su corazón porque ya no sería posible contemplar el paso del Mercedes diariamente; se acabó su distracción. Entonces la niña solía escaparse al parque porque en la esquina de éste, se ubicaba el almacén donde el dueño del flamante Mercedes trabajaba; a nadie le llamaba la atención el recorrido que hacía alrededor del carro para ver su interior pues no había delincuencia; todos se conocían y mientras husmeaba suspiraba ilusionada. Más adelante, un día, la parca visitó aquella familia llevándose al papá; comienza la angustia, el dolor, el vacío por lo insustituible que deja la ausencia de un ser querido.

LA TRISTEZA VIAJABA EN MERCEDESConcha Yolanda Ponce de Peláez

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Toda la gente consternada, como suele suceder, atendía a la madre que estaba embarazada y querían llevarla en andas al cementerio. El caballero alemán ofrece su flamante Mercedes y la niña no se hace esperar; antes que la mamá entra ella, se posesiona del lugar, y a pesar de sentir el corazón oprimido por la tristeza, siente su sueño realizado, el gozo de un niño que satisface un anhelo y tiene ánimo para decir: sí se me cumplió mamá.

Corto se hizo el trayecto; no alcanzó para saborear aquella comodidad, aun cuando finalmente le tocó ir de pie para que cupieran otras doñitas. Pasado el sepelio ya no hubo jalón; se llenó luego el gran carro con gente mayor y la niña regresó a pie con una tía. La vuelta a casa fue lenta como arrastrando los pies, mezcla de gran tristeza…y lágrimas que solo paliaban el reciente placer de haber probado el Mercedes Benz color verde. El infante dolor crece y la acompaña mucho tiempo, a veces muy fuerte, otras lo atenúa el recuerdo de aquel carro verde. La niña se convirtió en una joven deportista y profesional; con nuevas ilusiones y esperanzas, con metas más concretas en la vida.

Y el tiempo se fue, igual, el dueño del carro buscando otros derroteros. Durante muchos años no se vio transitar otro semejante y menos probar un colazo, hasta que pasados muchos lustros, en cierta ocasión acompañó a su esposo a la capital pues le entregarían un galardón deportivo; sucedió que un pariente bonachón queriendo que viajaran cómodamente envió el transporte para su desplazamiento y ¡albricias! Era un Mercedes corinto; pero debía aprovecharse el viaje para asistir al funeral de un gran amigo de la familia.

Un día, la joven que ya era madre, debiendo llegar al hospital para despedir de por vida a un accidentado, se sube al taxi que en suerte encontró, y descubre su interior muy parecido al vehículo que cargó con ella y su duelo allá en la infancia. Al bajar pudo constatar que se trataba de aquel carro verde de sus ilusiones, que aunque viejo, aún lucia elegante y ofrecía estabilidad y confort. Por sus venas y todo su ser recorría rápidamente el recuerdo de aquella época; fue como volver a vivir un pedazo de su infancia feliz, de aquella historia hecha de ilusiones, de sueños y de dolor, pero bajó tan rápido que no se detuvo para preguntar al conductor sobre su actual propietario.

Ya en el vestíbulo del hospital, se paseaba melancólica tratando de contemplar el taxi hasta que lo perdió de vista y mientras esperaba noticias recordaba la angustia de ese fatídico mes de julio, y exclama: ¡Que coincidencia! Cosas del destino. Para subirme a un meches, debe haber una gran tristeza en mi vida. Bien dice mi mamá. “No hay dos glorias juntas”.

Poesía de Mayra Guzmán de Marrocu

No me quites nuncala alegría de vivir

la ilusión del nuevo díael amor por compartir.

Sentir tu presencia en míy sobre todo...aceptar que terminará la vida

y tendré que morir.

ArmoníaDa un poco de vidaal amor que te mirada un poco de ansiaal placer que te espera.

Hoy tú… solo tú... tan solo túeres sueño divinodel amor que te extrañaeres impulso, esperanzade esa mujer que aún te ama.

Toda una ilusióntodo un sueño

armonía perfectadel extraño universo.

Tú... perfecta sinfoníade una vida de ensueño

sientes nostalgia de la vida perdida.

Mi Señor

La Chepa es una persona singular, hiperactiva, entusiasta, colaboradora, metiche, comunicativa, simpática y carismática, quizá por estas características ha vivido experiencias especiales, las cuales se han convertido en anécdotas únicas.

Cierto día sus parientes, quienes habían viajado de mojados hacía algún tiempo a Estados Unidos, le enviaron dinero e invitaron para que les visitara y fuera a conocer, era la manera como retribuían sus bondades recibidas cuando fueron pequeños. No hubo razón para desperdiciar la oportunidad, muy emocionada decidió aceptar la invitación e ir a conocer esas tierras, aunque la aventura no dejaba de producirle cierto nerviosismo.

Orientada por parientes y amigos se avocó a una Agencia de Viajes y allí le facilitaron todo. Le indicaron que no había vuelo directo a Los Ángeles para esa fecha, que haría escala en Miami pero no bajaría del avión, sería como un viaje directo. Fijada la fecha del viaje y el pasaje cancelado, la tensión le subió. Eso de viajar, subirse a un avión, llegar a un lugar donde no hablaban español y donde a sus anfitriones solo los vería por ratos por razones de trabajo, fue estresando a la pobre Chepa, al punto que la boca se le hinchó y se le llenó de bombitas. En el pueblo le dijeron que era herpes y que con enjuagues de bicarbonato se aliviaría. Inmediatamente lo puso en práctica.

El día del viaje, la inflamación y las bombitas no habían cedido, entonces dispuso llevarse el bicarbonato con ella. Llegó al aeropuerto acompañada de la comitiva familiar, entregó su equipaje y todos pasaron a sala de espera. Allí estaba cuando dos hombres con cara de pocos amigos se dirigieron a ella pidiéndole que les acompañara. -Por qué? Para qué? A dónde me llevan? La comitiva, sorprendida e intimidada, no chistó palabra.

-Por favor señora, no haga escándalo y acompáñenos (la condujeron a una sala para interrogarla). - Señora, se detectó un polvo blanco en su equipaje, se examinará en el laboratorio toxicológico, pero antes queremos saber quién le proporcionó la droga y a dónde la lleva? Quiénes son sus contactos? Cuánto le pagaron por llevar la cocaína?

-¡Ay señores! Están equivocados. Les juro que eso no es droga, es bicarbonato. Véanme la boca, estoy curándome de herpes, como se cura en mi pueblo. Por caridad, por su madrecita, créanme y déjenme ir. Mi vuelo saldrá dentro de pocos minutos y si lo pierdo no sé qué voy a hacer. Allá me esperan hoy.- Usted no saldrá de aquí hasta que no conozcamos el resultado del examen. Ella clamó a todos los santos del cielo, suplicó con lágrimas pero nada logró. Aquellos hombres eran unos témpanos de hielo, fríos e inconmovibles.

Los altoparlantes anunciaron el último aviso de abordaje a la aeronave y ella se deshizo en llanto, murmuraba “Chajuarí jau, nain cul jeyú” (Por qué Señor, me pasa eso a mí). Media hora después de despegar el vuelo llegaron los resultados confirmando lo dicho por ella. La familia ya había hecho los contactos necesarios al extranjero y a la Agencia de Viajes y arreglaron el viaje para el día siguiente, bajo las mismas condiciones. La pobre Chepa ya no quería viajar, pero por no perder lo del pasaje, tuvo que aventarse.

Cinco minutos antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Miami, el Capitán del vuelo anunció que permanecerían allí una hora, mientras limpiaban la nave y cargaban combustible, en tanto los pasajeros debían recoger su equipaje en la faja número diecisiete y pasar a la puerta número diez para abordar hacia Los Ángeles. A Chepa se le vino el cielo encima, cómo haría para llegar a esa

dichosa faja y pedir sus maletas y luego ir a la puerta diez? “Quinatowej jau” (Ayúdame Señor). Vio a una señora que andaba igual que ella y se le pegó, juntas comenzaron el corre y corre.

Llegaron a la faja diecisiete. Esperaron las maletas, Chepa estaba confiada, identificaría inmediatamente sus valijas porque se le había ocurrido amarrarles una bolsa de Paiz en forma de moña (aquellas amarillas imperdibles). Grande fue su sorpresa cuando comenzaron a aparecer muchas valijas con moña amarilla de Paiz. - “Ay jau” (Ay Dios). ¡Qué desgracia!- La misma idea se les ocurrió a varios chapines. No aparecieron sus maletas, pero también estaba latente la pena de buscar la puerta diez. Con su compañera de infortunio corrieron hacia allá para abordar la nave. Las distancias dentro del aeropuerto eran enormes, comenzó a pensar si no perdería nuevamente el vuelo como efectivamente sucedió. Escucharon que anunciaban la salida a Los Ángeles. A su compañera y a ella se les secó la boca, desesperadas rogaron por información y las orientaron a la puerta diez. Llegaron con la lengua de fuera, pero la puerta se había cerrado. Chepa intentó colarse pero fue en vano. Una negrona la regresó agresivamente al final de la cola. Acongojada la Chepa repetía lo que su compañera decía “go my fly, go my fly”. Pero nada lograron. Volvió a quedarse, menos mal que ahora tenía compañía.

Hubo de dormir sobre la alfombra de la sala de espera, aunque el frío del aire acondicionado no se los permitió. En su insomnio comenzó a pensar y a obsesionarse sobre qué haría sin su ropa. No llevaba dinero suficiente para comprarse lo que necesitaba. Qué haría el día siguiente para cambiarse? Habría pacas allá?... Otro día, a las

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UNA POCOMCHÍ DE VIAJEMagda de Herrera

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cinco de la mañana levantaron vuelo hacia su destino. En el aeropuerto la esperaba su familia. Sin esperanzas y más por curiosidad, se acercó a la faja de maletas y… ¡Milagro! ¡Allí venían rodando sus valijas! Esto la animó mucho.

Ya en Los Ángeles, las contingencias no se hicieron esperar. Se divertía con los “clavos” que hacía. Un día, para no depender tanto de sus anfitriones, les pidió la dejaran en el centro de la ciudad y la recogieran en el mismo lugar al salir del trabajo. Les pareció buena la idea, lo único que la acompañaría una de las hijas, las dejarían en un centro comercial y allí las recogerían. La niña era tímida y acentuaba esta actitud la impetuosidad de Chepa. Comenzó a ver vitrinas, de repente vio un sweater que le gustó. Entró, preguntó el precio, pero la dependiente solo hablaba inglés, con señas le indicó que esperara. Trajo al Jefe de Sección, un gringón que tampoco sabía español. Ella hizo uso de la mímica, ni así le entendían. Los gringos comenzaron a reírse de ver las pantomimas de Chepa, por lo que molesta les dice: - ¡Ah! Conque se ríen de mí, ahora verán. Y se desató hablándoles en pocomchí: “jarum tzac li chaqueta” (cuánto vale el sweater), “jin ninguaj in locom” (yo lo quiero comprar), “lic in tumin” (yo tengo pisto), “jat tac mem, ma ti chol ta tac” (ustedes son tontos porque no me entienden), en fin, le zumbaba la tarabilla. Sorprendidos los gringos y de ver el lenguaje verbal y corporal de Chepa, comenzaron a reírse más. La risa contagió a Chepa aunque por motivo diferente, ella creía haber empatado su ignorancia del inglés con la de los gringos respecto al pocomchí. La escena parecía la Torre de Babel, ninguno se entendía, pero Chepa se sintió satisfecha de haberlos dejado como ellos a ella: en la luna.

La niña acompañante había olvidado el pocomchí y su inglés era pobre, no sabía si reír, correr u observar la escena. Ya fuera del establecimiento le dice: - ¡Qué vergüenza! ¡Qué clavo!- ¡Y qué! Querías que se rieran de mí?

Yo también tengo derecho a reírme de ellos.

El día anterior a su regreso decidió caminar con la misma niña, de la casa a un supermercado que quedaba relativamente cerca. Todo iba bien, pero de repente se perdieron. No sabía cómo llegar al supermercado ni regresar a la casa. Repentinamente divisó un grupo de adolescentes. Como ya había aprendido algunas frases, se acercó y les pregunta: -How are you supermarket? Muy divertidos, le contestan en perfecto español: -Ah! El supermercado queda allá. Sorprendida por la respuesta en español, pero muy ufana le dice a la niña: - Ves? Ya puedo hablar en inglés. Hay que perder el miedo. Hay que soltarse para darse a entender.

Y sabe usted lo que les dijo? -Claro, les pregunté dónde estaba el supermercado. -Pues no. Usted les dijo otra cosa. -¡Ay nooo! Hoy si metí la pata, pero ya estuvo... Por lo menos nos orientaron. -Y no vio que eran latinos?-Pues… como los vi canchitos los creí gringuitos… o estaban teñidos?… Y vos, solo vergüenzas sos. Ni nos conocen. Al cabo, mañana me voy y no volveré a venir. Curada de espanto me voy.

El regreso fue otra historia, tan sufrida como la ida. Chepa se preocupó mucho por las noticias de la noche previa al viaje, pronosticaron que habría fuerte tormenta entre México y Guatemala el día siguiente. Sintió miedo. Estaba fresca en su memoria la experiencia de cuando viajó en avioneta a El Petén. Vivió el terror de una tormenta y sus turbulencias. La avioneta era hoja seca arrastrada por ráfagas de viento y los pasajeros pelotitas sacudidas dentro de una tómbola de lotería en movimiento.

Llegada la hora del retorno partieron hacia el aeropuerto. Abordó la nave. Como era devota católica, se encomendó a todos los santos y rezó

su primer rosario. No cabeceó ni un instante esperando “los trancazos” de la tormenta. No se veía nada. El cielo estaba negro. Distantes se divisaban relámpagos que evidenciaban tremendas descargas eléctricas y los rayos, como pequeñas serpientes iluminaban la obscuridad. Tal como vaticinara el pronóstico del tiempo, sobre territorio mejicano empezó la tormenta. ¡Madre mía! La Chepa comenzó a temblar y a cranear cómo pedir dos whiskies dobles para calmar su desasosiego, pero la misma turbulencia impedía que las aeromozas caminaran por los pasillos y ofrecieran algo. La tempestad golpeaba inmisericorde, Chepa no atinaba quién temblaba más, si ella o el avión, aunque éste recibía las descargas directas. La turbulencia era un suplicio para sus nervios. Era tanto su terror que deseó pellizcar a los niñitos que plácidamente dormían a su lado, calculó que si los despertaba llorarían, quizá gritarían y ella aprovecharía el coro para hacer lo mismo y desatar su miedo. Se contuvo, no fuera a ser que alborotara un hormiguero. Transcurrió más de una hora de martirio, creía estar en la antesala de la muerte, entre los condenados al fusilamiento.

Al fin comenzaron a servir el desayuno. Por la hora, no llevaban licores. Qué hacía Dios mío? Pedía o no el whisky? Pudo más la vergüenza, no por decencia, sino porque nadie lo hizo. Tampoco comió, su estómago lo hubiera devuelto inmediatamente por el ronroneo que le revoloteaba adentro. Además pensó, ya vamos a llegar, en casa desayunaré a lo chapín que buena falta me hace y adiós a este suplicio.

Al poco tiempo el Capitán anunció que se acercaban al aeropuerto La Aurora de la ciudad de Guatemala, recomendando a los pasajeros permanecer en sus asientos con los cinturones abrochados. Pero a los cinco minutos informó de la dificultad para aterrizar debido a la escasa visibilidad, advirtiendo que permanecerían en el aire durante cuarenta minutos mientras se despejaba, caso contrario,

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continuarían hacia El Salvador donde esperarían que aclarara el tiempo. ¡Ay Dios! ¡Ayayayyyy! Decía la pobre Chepa, nos salvamos de la tormenta, ahora el problema es otro: no podemos aterrizar y la gasolina podría acabarse de tanta vuelta en el aire.

Y empezó el conteo de los cuarenta minutos. La nave volaba en círculos, parecía trompo cansado o en mejores circunstancias, rueda de caballitos. Chepa rezaba rosario tras rosario y al tiempo que lo hacía pensaba: de esta no saldremos vivos, cuando se agote la gasolina ¡Pum, porrazo! ¡Malaya un whisky para no sentir la caída! ¡Ay, ay, ay…! El aire le faltaba, el estómago se le contraía, se le acalambraba el cuerpo, las fuerzas se le escapaban como peces en el agua... Sobrevolaron en círculos la capital, Amatitlán, Palín, Antigua y San Lucas Sacatepéquez. En cada vuelta divisaba a su derecha, sobre el mar de nubes espesas, las crestas majestuosas pero amenazantes de los cráteres de los volcanes de Agua, Fuego, Acatenango y Pacaya. En otras circunstancias hubiera admirado la escena, pero ahora no. ¡Oh mi Dios! – Decía Chepa -, si caemos dentro de

uno de ellos, ni tumba tendremos. Quién nos sacará de semejante hoyo? Será hasta que haga erupción y nos arroje fuera… será cuando nuestros huesos sean fósiles… Y seguía rezando.Al fin dejaron Guatemala. A las siete de la mañana llegaron a El Salvador y comienza en el aeropuerto otro calvario de órdenes y contraórdenes: “Pasen a la puerta ocho, a esperar el avión de retorno a Guatemala”. Al rato: “Con nuestras disculpas, vayan a la puerta dieciséis”. Luego: “Por favor regresen a la puerta ocho”. El problema de cada cambio era que requería movilizar las maletas de un lugar a otro y Chepa venía como mercader ambulante, cargada de tanates por regalos y encomiendas que le habían dado. Lo más incómodo era un condenado peluche de una amiga, que terminó sobre su cabeza amarrado a un pañuelo porque ya no tenía manos para cargarlo. El tiempo transcurría lento y el cansancio se agudizaba, con hambre, agotamiento y el calorcito de El Salvador, involuntariamente se quedó dormida en uno de los asientos de espera. Un alma caritativa la despertó a la hora de partir, si no hubiera vuelto a

perder el vuelo y somnolienta abordó el avión de regreso a Guatemala.

El corolario de la aventura fue que otra vez no estaba su equipaje. Sucede que en El Salvador se juntaron tres aviones provenientes de Chicago, Los Ángeles y Nueva York porque ninguno pudo aterrizar en Guatemala, quizás por esta razón les cambiaban puerta de abordaje. De esas tres naves, unos pasajeros quedaron en San Salvador, otros continuaron para países centroamericanos y América del Sur, pero como cada uno traía guatemaltecos a bordo quedaron en espera igual que la Chepa. Avanzado el medio día anunciaron el regreso a Guatemala y como sardinas fueron acomodados todos en un solo avión. Es de suponer que por sobrepeso humano quedó rezagado el equipaje en bodegas del aeropuerto salvadoreño y tres días después llegó a su destino.

Ahora, cuando le preguntan a Chepa cuándo volverá a viajar a Estados Unidos, sencillamente puja y dice: ¡jummm! ¡mare ta jin saguan! (¡No estoy loca!...)

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A los ocho años de edad, en marzo de 2012, inicia su preparación en ajedrez asistiendo a la Academia Luis Arturo Lemus de León de nuestro municipio, con la orientación de José Salvador Rosales; por su dedicación, esfuerzo e interés llega a formar parte de la categoría subnueve, participando en el proceso eliminatorio departamental para integrar la selección de Alta Verapaz.

Estuvo presente en la primera justa, rama femenina del departamento, en septiembre del año pasado, siendo reconocida con un trofeo. El 21 de diciembre compitió en el torneo navideño altaverapacense, obteniendo el primer lugar.

Este 2013 inició con tutoría de Nelson Armando Chamam, en La Casa del Deportista de Cobán. Fue convocada para integrar la selección departamental en la categoría subdiez, representándonos en los Juegos Nacionales Escolares 2013, logrando el subcampeonato.

Stephany Michelle Magaly Mérida Valenzuela

Los Juegos Florales Eduardo Lemus Dimas 2013 están dedicados a resaltar la Expresión Cultural Tactiquense, ocasión en que serán recordados quienes han sido homenajeados con el galardón, durante la conmemoración de los veinticinco años del evento.

GALARDONADOS 2012

PoesíaPrimer lugar. Elvin Genovevo Muñoz Sandoval. Obra: Hania.

Segundo lugar. Mayra Adalgiza Escalante de Sierra. Obra: Entre los juncos.

Tercer lugar. Ronald Roduel Pérez García. Obra: Canciones para encender la esperanza.

CuentoPrimer lugar. Pedro Francisco Granados Salazar. Obra: La prenda.

Segundo lugar. Carlos Humberto Leal Leal. Obra: Secuestrada.

Tercer lugar. Ramiro Augusto Argueta López. Obra: Lo juró de niño.

Juegos Florales

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A mi mujer le encanta visitar mercados de artesanías y “de pulgas” o “mercadillos” como dicen los españoles y si encuentra alguna pieza exótica que le gusta, la compra. Su última adquisición la hizo en ocasión de la celebración del Trece Baktun en el mercado de artesanías al aire libre, en los campos que quedan alrededor de las pirámides de Chichén Itzá en Yucatán, México. Se trata de una rústica escultura en madera a la que el artesano vendedor llamó “Esqueleto del Diablo”, una calaca con cuernos, una creación que solo a los artesanos se les podía ocurrir porque, que yo sepa, el Diablo, Lucifer, Satanás, Demonio, Cachudo, Chamuco, Pata de Cabra, Espíritu malo o “mal amén” de los predicadores, el “Dios sea con nosotros” de los joyabatecos, el Moloch de los fenicios, cartagineses y canaanitas, Cax Toc o Maús cuink de los quekchíes, nunca morirá, es inmortal y anda por ahí vivito y coleando y haciendo de las suyas en donde haya ocasión y lugar sin importarle a quién y por lo mismo no habría por qué hacerle un monumento o una escultura, pero cuando de hacer dinero se trata, hay que recurrir a lo que sea y eso hicieron los mercaderes mejicanos para sacarnos los dolaritos a los cientos de turistas que sin encontrar mayores novedades, abríamos la boca en el sitio arqueológico. Pero, no nos hagamos bolas y busquémosle al tema su lado bonito, que sí lo tiene, y se los voy a explicar con mucho gusto, faltaba más.

Hace algún tiempo escribía en mi libro “Lecturas Sabrosas”, que el Diablo no existe y resulta que ahora, con la aparición de este esqueleto, me asaltan las dudas porque, no sé si usted alguna vez se habrá puesto a pensar que, si el Diablo no existiera, tal vez viviríamos muy tranquilos y en paz, sin sobresaltos ni malos pensamientos. No existirían los malos, los secuestradores y los sicarios, los asaltantes, los extorsionistas y estafadores y los políticos corruptos. Ni siquiera habría pastores religiosos, ni predicadores.

Tampoco estarían esos pobres comerciantes de la religión y la ignorancia, esos merolicos en los parques o los que nos impiden gozar de una buena lectura o de un sabroso “pestañazo” en buses extraurbanos o en los urbanos, deleitarnos con las pegajosas canciones de “Los Tigres del Norte” pues no tendrían contra quien proyectar sus baterías echándole la culpa de todo lo malo que sucede en este convulsionado planeta.

¿Y, si este “espíritu maligno” existe y se muere? ¿Y si el “Ángel del mal” estira la “pata de cabra”?, imagínese el impacto que a nivel mundial provocaría tal acontecimiento. Moñas negras en los portones de los hacinamientos carcelarios y de los prostíbulos y sedes de algunos partidos políticos y los centros donde se

organizan y planifican actividades de terrorismo y extorsión; hasta se me ocurren algunos nombres individuales y jurídicos que prefiero callar, y quienes no tendrían empacho ni inconveniente alguno en financiar esquelas en los periódicos, lamentando “la irreparable pérdida de quien en vida fuera el cerebro, asesor y creativo de nuestra organización”.

Pero no se crea que con el deceso de don Sata, el mero cachudo, el Averno se desmoronaría y de él quedarían solo cenizas. Nada de eso, ese lugar de suplicio de los réprobos posee una

grande y especial organización, tan grande que tiene hasta sucursales y no me dejará mentir cuando se recuerde que alguna vez usted mismo refiriéndose a algún lejano lugar, habrá dicho “eso queda hasta por el quinto infierno”. Y están tan bien organizados que si aquello ocurriera, en las posibilidades de sucesión, hay, haciendo cola, unos diez mil novecientos noventa y nueve coludos sustitutos y no me lo estoy inventando, solo vuelva usted a hacer memoria y verá que en más de una oportunidad decepcionado por algún mal negocio, una amistad o conquista perdida, o solo porque su mimado equipo de “Los Príncipes Azules” del Cobán Imperial perdió la clasificación hacia la final de ascenso a la liga mayor, habrá llegado de la calle a su casa,

Humor Verde

Juan Tomás García B.EL TRECE BAKTUN Y EL ESQUELETO DEL DIABLO

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“echando chispas” y expresando: “vengo como once mil demonios”. Y aún existen más opciones. No hay que echar en saco roto el hecho de que las damas están avanzando a grandes zancadas y luchando a brazo partido por hacerse de espacios y mandos muy importantes e influyentes en todas las organizaciones y en “Sebalbáa”, como llaman los quekchíes al gran centro de suplicios, no es la excepción, allí también lo están logrando. Hay, en ese enorme reducto de pecadores, como en algunos países de Latinoamérica, abriéndose

paso, mujeres poderosas e influyentes, al igual que la consorte del Diablo mayor, que encabeza la fila; muchas diablesas están tirando a la basura, las ollas, sartenes, delantales y gabachas y solo se reservan el famoso bolillo (amansador de maridos bolitos, callejeros, trasnochadores e infieles) porque también aspiran a ser las ungidas, las meras meras titulares del poder. Me lo está confirmando mi mujer que sobre el hombro está leyendo y a su modo, censurando lo que escribo, susurrando y previniéndome al oído que: -“Ni se te ocurra publicar esto, porque te puede llevar la gran Diabla.”

Tengo en mis manos un Diploma de Honor en regular estado de conservación; este crédito fue dado al Señor Eduardo Lemus Dimas y su Conjunto Artístico en reconocimiento sincero por su colaboración. Dado en la ciudad de Cobán el 3 de mayo de 1,952, también como recuerdo de la Obra escénica “EL RETORNO” llevado a las tablas en la misma Ciudad Imperial el 21 de enero del mismo año.

En el documento de mérito aparece el sello del Patronato del Hospital de Cobán, A.V., firmado por la Presidenta en ese entonces Sra. Rosa de Stwolinski, las Vocales Señoras María Molina y Stella de Méndez, el Secretario Señor H. Guzmán M. y Tesorero con firma ilegible. Este diploma fue otorgado por el Patronado del Hospital de Cobán. Está impreso en la Tipografía (no había otro medio de impresión artística y técnica) El Norte. Me sorprendió conocer los nombres de los miembros del Grupo Escénico: Señora Martha Guzmán de Lemus. Señoritas Erla Noemí Moya Peláez e Irma Elizabeth Godoy. Los caballeros: José María Lemus, Luis Alberto Cantoral, Herlindo Guzmán M., Carlos Milián

Cantoral, Everildo Milián Cantoral, Juan Francisco Guzmán M. y Waldemar Godoy Prado. En cuanto al Conjunto Musical (que me imagino fue marimba por la cantidad de miembros) Caballeros: J. Humberto Teos M., Luis Guzmán, Arnoldo Teos, Manuel de Jesús López, Héctor Cantoral, Antonio O. Guzmán Molina, José Félix Cantoral, Manuel de J. Fernández y Armando Ruiz M. Como caso curioso, en el primer grupo encuentro en vida

sólo a Irma Elizabeth Godoy y Waldemar Godoy Prado. En cuanto al Conjunto viven Manuel de Jesús López y José Félix Cantoral. Sea este un momento especial para rememorar y elevar plegarias al Altísimo por el descanso eterno de aquella generación de hombres y mujeres cultos de nuestro bello Tactic…,

y también nuestras muestras de admiración para quienes gracias a Dios los contamos entre nosotros que habitamos este planeta llamado Tierra, en fase de sufrir una hecatombe si no recapacitamos a tiempo para frenar el desastre que en nuestra mente y ante nuestros ojos se avizora y cada día se agudiza.

Carlos Salomón López CantoralApunte histórico de la gente buena de nuestro pueblo

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José Eduardo Sierra LemusEL VIEJO CAPITÁNPara el tíoTonito

Ya no son para él esas faenas,no le quita más el sueño navegar,quizá extrañe el viento en cubierta,o que todos le llamen capitán.

Camarote por casa,nave por ciudad,compañeros por familia,todo ha de cambiar.

Así es la vida del marinero,que un día cumpliendo sus sueños,dejó todo en tierra firme,y se hizo a la mar.

El suave rumor de la brisa decembrinaha ocupado por completo el malecón,

zarparon los botes de pesca,se fueron sueños e ilusiones,

no nos dijeron adiós.

Poco después,el sol en tonos naranja se perdió en el horizonte

estallando en mil estrellas titilantes y una mordida clara en el cielo,

que irradiaba más luz.

Zarparon los barcos y sus marineros,zarparon los sueños buscando pescar,

se fueron todos menos uno,el viejo lobo de mar.

Shhhhhhhh…

Exrepresentativas de nuestro municipio, observando el desfile inaugural de la feria 2012

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Bodas

Ana Isabel Ochoa Lópezy Edgar Fernando Leal de la Cruz

Vilma Maribel López y Gilmer Leonidas de León García

Susely A. Guillermo Teosy Giovani Rodríguez Bercián

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Diego René y Valeria Viviana, alegría del hogar de Alejandro Soria y Vivi García de Soria

Myriam Alejandra Fernández Moya

Anayansi Génesis llena de alegría a sus padres Olga Elizabeth Chacón y José Carías

Madison Jimena, hijita de Sergio Benjamín Soria y Marlen Valdez de Soria

Edad de las Ilusiones

Rina Ana Eugenia Sosa Peláez

Promesas

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Belleza y Encanto

Dania Rocío Rivera ChenMiss Chiquitita

Victoria Elizabeth Ramos PeláezMusa Infantil

Sofía Fernández CabreraReina Infantil

y Encanto

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Iris Jeannette Aqueche GómezSeñorita Tactic

Mariana de los Ángeles Milián FrechMusa de los Juegos Florales

Dayana Estefanía GuillermoMiss Teen

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Esta tarde, como todas las tardes de mayo, comienza a llover. El cielo ha perdido el azul espléndido del verano para tornarse plomizo… Se escucha el perezoso canto de los gallos en las vecindades y los pájaros vuelan a toda prisa en busca de un refugio seguro, al ser sorprendidos por un trueno. De pronto, cae la bendita lluvia primero a torrentes y luego se va convirtiendo en calmada llovizna que llena un charquito acá, otro allá con gotitas musicales… Sin sentirlo, mi vista se fija solamente en uno como suele suceder y el pensamiento se pierde en los gratos recuerdos de la infancia cuando papá, a pesar de sus múltiples ocupaciones, paciente y amorosamente convertía pedazos de papel periódico en barquitos donde navegaban nuestros sueños infantiles, o mágicamente transformaba una caja de cartón en una linda casita de muñecas. Vislumbro en mis recuerdos, la figura erguida de Papa Tino, siempre tan serio, de fuerte carácter con su seguro y elegante caminar, pero tan tierno y cariñoso conmigo. Cuando llegábamos a casa de mamita Elena, lo encontraba sentado en su butaca; aún me parece aspirar el humo que despedía su cigarro confundido con el de la taza de café a las cuatro de la tarde, escuchando y disfrutando cada melodía que brotaba de las teclas de Chapinlandia, programa que aún transmite TGW en el mismo horario. -Buenas tardes Papa Tinooo.Cariñosamente me abrazaba preguntando: -Naana… ¿Y la Pecosiita? ¿Y el Paancho?-Los dejé durmiendo-, le respondía abrazada a su cuello.

La Pecosita y el Pancho, fueron dos mágicos amigos, con quienes compartí los primeros años de juegos; la Pecosita, llegó a mi vida en una cajita transparente primorosamente decorada. De rubios cabellos, ojos azules crispones que me miraban fijamente, sus mejillas ruborosas estaban salpicadas de pecas; cuando destapé la caja, impaciente por jugar

con ella, noté que tenía atados los pies y el torso con alambre bajo el vestido y asustada consulté con mamá, quien me dijo en tono serio que seguramente era una muñeca muy andalona y por eso la habían amarrado para que no se saliera de su cajita y se fuera a la calle. Entré en un terrible dilema como el de “ser o no ser”: “soltarla o no soltarla.” La curiosidad y la impaciencia terminaron convenciéndome pero por si acaso, siempre andaba con la Pecosita abrazada para que no se fuera a escapar, salvo cuando dormía su siesta.

Pancho…Pancho, era el muñeco con el que mis hermanas Raquel y Ligia jugaban a ser mamás; en aquel entonces la novedad era tener un muñeco casi del tamaño de un recién nacido, vestirlo, cambiarle el pañal porque se mojaba después de darle la pacha; mi hermano Sergio accedía a jugar con ellas toda vez le dieran el papel de sacerdote que bautizaba al Pancho, realizaba bodas, procesiones, etc. las amigas del vecindario completaban los personajes de los juegos llevando sus muñecos y pasaban momentos divertidos. Cuando las mamás de Pancho se iban al colegio, llegaba de contrabando a mis manos y por algunas horas también jugaba con mi amigo del cual fui heredera, un tiempo después.

Crecimos en una cuadra tan alegre y llena de amigos donde nuestra vida transcurría tranquila y sanamente y en la cual existía la confianza, cariño y solidaridad hacia los demás. Los juegos infantiles eran inocentes. En nuestro medio, ni siquiera existía la televisión, ni la posibilidad de tener una, pero eso es material para un futuro relato.

Por las tardes el grupo de los chicos más grandes integrado por Ervin, Bety y Jorge Monterroso, Luis René y Victor Hugo Ibáñez, Tonito Lemus, los hermanos Tujab, Irma Elena, Güichín y algunos otros amigos, se reunían en el patio de la casa y jugaban a saltar cuerda, electrizado, arranca cebollas, escondite, etc., y por supuesto, no podía faltar una que otra travesura

comandada por Ligia, la audaz capitana de la pandilla. Los chicos más chicos solamente observábamos, o nos entreteníamos en nuestro propio mundo jugando con mis primas Dinora, Silvia y Vicky, con Juanita, o con las hermanitas Gonzáles. Podía anochecer y los juegos nunca terminaban a no ser que nuestras madres llamaran para cenar o cumplir con alguna tarea, o que tuvieran los amigos que poner pies en polvorosa por alguna diablura.

Todos los días, a eso de las seis de la tarde, se escuchaba a un muchachito de pantaloncillos cortos llamado Juan Carlos (Juancito para doña Roge), llorar a moco tendido por su “chollate” (chocolate) en la acera del frente de la casa, lo cual me desesperaba porque nunca se callaba hasta cumplirle su gusto. Tiempo después, fue y sigue siendo mi gran amigo, primo y compañero de la infancia, de travesuras, de las posaditas donde hacíamos de José y María, de los concursos de baile infantil para las fiestas de agosto en las que competíamos con la pareja formada por Marlon Manchamée y Luky Milián. Mi hermano Gabriel y su fiel escudero Ramiroski (así fue bautizado por Joaquín Leal, Ramiro el hijo de Simona, la acompañante de mamita Raquel) integraban el equipo.

Nuestras travesuras eran sanas y dejábamos volar la imaginación convirtiéndonos en campeones olímpicos de natación, echándonos clavados entre los volcanes de aserrín que a veces llevaban al patio. Uno de los juegos favoritos y emocionantes era llamado “encomienda”: Se trataba de encostalar a cualquiera de nosotros quien era transportado a la casa de un vecino de la cuadra, llamábamos a la puerta y nos dábamos a la fuga. Momentos después, regresaba la encomienda arrastrando el costal y regañado, si había tenido la mala suerte de ir a parar donde alguien que en ese momento andaba de pocas pulgas.Hoy en día, seguramente se robarían el costal con todo y muchachito.Grato es recordar muy dentro de mi

María del Mar Godoy LA PECOSITA Y EL PANCHO

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En esta imagen de esos años vemos a José Antonio Lemus, Irma Elena Péláez,María del Mar Godoy, Juan Carlos Monterroso y Ligia Godoy

corazón a nuestros otros abuelitos: Doña Maruquita y don Guayito, quienes nos prodigaron desde pequeños, cuidados y mucho cariño; nos llenaron de mimos, pero también cuando era necesario nos llamaban al orden, e hicieron de su casa nuestra casa… además me encantaba visitar a Mama Trini. Cierro los ojos y la veo fabricando candelas en la cocina y el olor a cera caliente no se me olvida, o cuando me convidaba a meterme en su rinconcito de la cama ya en sus últimos años, tapándome con su chalito rayado de blanco y negro. ¿Y qué decir de doña Zoilita Guzmán? Siempre tan paciente y tierna, enseñándonos las loas para el ocho de diciembre, o fabricando vestiditos de papel de china para las chicas impúdicas que venían posando atrevidamente en los calendarios solamente vestidas con bikini! Siempre que intentábamos entrar a su jardín, nos decía que no podíamos porque estaba el tacuazín, y con eso nos quedábamos quietecitos, exceptuando a Juancito y Raulito, quienes en cierta ocasión, velaron por varios días una jugosa y enorme guayaba perulera que crecía y maduraba lentamente en la mera punta de un palito, como dice el poema del pajarito y que prometía estar de lujo. El obstáculo era ¡el tacuazín! Pudo más la ansiedad de comerse la guayaba e idearon un plan para esa noche, el cual consistía en escalar

sigilosamente por el cerco de lepa encalado y trepar desde allí para no ser según ellos, alcanzados por el tacuazín. A la hora pactada se lanzaron tras el sueño de alcanzar la guayaba, pero lo malo fue que ninguno de los dos acordó a quién le tocaría el fruto del enorme esfuerzo y cuando casi la alcanzaban, comenzaron a pelear por atraparla y, perdiendo el equilibrio, ¡cataplum! Fueron a parar a media calle con todo y cerco con la guayaba hecha puré bajo ellos y obviamente, al escuchar el escándalo, doña Zoilita salió asustadísima y, a su vez, todo el vecindario machete en mano. Creo que no pudieron asentar las coloradas posaderas durante varios días y desde entonces las guayabas les hacen daño.

Los años pasaron, cada uno fue tomando su camino y destino, y ese mismo destino con la bendición y voluntad del buen Dios, unió las vidas de Luis René y la mía con un lazo de amor que trasciende la eternidad, y que dio como fruto tres Pecositas y dos Panchos que son mi motivo de vivir, mis amigos, mis compañeros con quienes disfruto y comparto las bendiciones y amor que su padre nos manda desde el cielo… ¡Mis hijos!

La Pecosita y el Pancho, una tarde lluviosa de mayo abordaron un barquito de papel para viajar al país de la fantasía, donde los visito cada vez que los extraño y mi alma ansía recordar.

Si yo pudiera borrar los momentos de nostalgia y tristeza que hubo en tu vida... que yo pudiera pedir a Dios y Él borrara las lágrimas que vimos rodar por tus mejillas, sentiría un alivio y la tristeza se iría de mí. Cuántos días viviste quizá sintiéndote solo, cuántos días viviste con incertidumbre. No hubo alguien que en tu niñez insegura te dijera: Tú puedes, ten valor. Nunca hubo un padre que tomándote de la mano te dijera, aunque fuera una sola vez: Hijo, te quiero, sigue adelante. Y sin embargo, Dios te veía crecer y en silencio te decía tantas cosas que por tu inseguridad e inmadurez de niño no podías comprender. Pero creciste haciéndote todo un hombre, un hombre de valor, de entrega, de buena voluntad, de sentimientos nobles; un hombre de trabajo, eso fue tu vida. Nuestro consuelo: la muerte sigue a la vida, vamos unos pasos después de ti.

TE HAS IDO

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En una tarde fría del mes de enero del presente año, tuve la agradable visita de dos entrañables amigos de las letras con quienes hemos compartido experiencias en el ámbito de la literatura local, departamental y nacional; el objetivo del encuentro era seguir soñando en este maravilloso mundo de la retórica con Carlos Salomón López Cantoral y Carlos Humberto Santos. Este último decía en el coloquio que eran varios los libros publicados por nosotros, refiriéndose a los cuatro labriegos de la literatura. Por su parte Carlos Salomón expresaba complacencia por el reconocimiento de las obras de los autores locales, el prestigio ganado, así como la importancia de dar a conocer y conservar esos datos para los anales de la historia. Juntos recordamos en nuestra tertulia literaria de esa tarde los sueños, retos, desafíos y éxitos que nos han llenado el espíritu de grandes satisfacciones; el conversatorio literario comenzó a fraguarse el día que fuimos invitados por el escritor Óscar Waldemar Godoy Prado a su programa televisivo “De lo nuestro, lo mejor”, mismo que fuera transmitido en directo, en vivo y a todo color, por Sonivisión con especial apoyo de Antonio Guerrero, espacio donde tocamos el tema de la cantidad de libros editados así como las copias publicadas, suma inicial que nos pareció sorprendente, sin entrar en detalles precisos de los mismos. En ese programa, tuvimos la oportunidad de presentar nuestras propuestas literarias, logros nacionales y locales, así como el ideal mágico que representa ser, convertirse o poseer el grado simbólico de referente de las letras en un pueblo. Este programa, como otras acciones que hemos emprendido, han tenido repercusiones positivas en el andar de las letras, así que pensamos realizar un compendio que logre abarcar nuestra literatura y exponer de una manera general las ediciones

y publicaciones de dicha obra, para darlo a conocer de manera referencial y que en los anales de la historia se perpetúe en un documento maestro como lo es la Revista Asunción, que por muchos años ha sido, es y será, el referente bibliográfico y de consulta popular de la historia del municipio. Por tal razón, nos permitimos realizar un bosquejo histórico de la publicación de libros de los cuatro autores tactiqueños, reunidos en esa ocasión por el ilustre ejemplo del desarrollo de la cultura y las letras Waldemar Godoy Prado cuyos invitados éramos Carlos Salomón López Cantoral, Carlos Humberto Santos y este servidor. El documento tiene como propósito que los asiduos lectores de este monumento cultural, sepan y consideren el aporte que muchos coterráneos hemos realizado en bien del municipio, así como de nuestra cultura e historia.

Primeros libros de los autoresComo aporte al desarrollo de la literatura del municipio, encontramos de los cuatro autores en mención, que el primer libro publicado data del año 1987, por Óscar Waldemar Godoy Prado, cuyo título vio la luz con el nombre sublime e inspirador “Con los Pies Descalzos” con un sorprendente tiraje de 11,500 ejemplares, sumando cinco ediciones, mágica hazaña que sólo los valientes hacen realidad. Fue en el año 1993 cuando Carlos Salomón López Cantoral se lanza a la aventura de conquistar la pasión de los investigadores, intelectuales y estudiantes, publicando su valioso libro Monografía de Tactic, Alta Verapaz, mismo que fue, es y será un aporte valioso para la historia de la población cuya referencia bibliográfica es relevante en las investigaciones del municipio, con un tiraje de 1,000 ejemplares y dos ediciones. En el año 2002 Carlos Humberto Santos logra una aventura literaria publicando

su libro “Narrativa de mi Tierra”, libro orientado a la rama de cuento, con un tiraje inicial de 1,000 ejemplares, llegando a publicar 5,000 copias en total, debido a la buena aceptación y fuerte demanda del mismo.

En el año 2005 Erik Nolberto Guerrero Milián edita el libro “Relatos Breves” con una producción de 4,000 en cuatro ediciones, orientado a la rama de cuento.

Respetando el orden de la primera publicación de cada uno de los autores mencionados, enlistaremos las obras publicadas por los mismos desde su primer libro, hasta las publicaciones realizadas al mes de marzo del año 2013, acotando en cada libro publicado, el año de publicación dada a conocer y la cantidad de ejemplares en las distintas ediciones.

Libros publicados por Óscar Waldemar Godoy Prado1. Con Los Pies Descalzos (1987) 11,500 ejemplares.2. Camino de Cuatro Rumbos (1997) 3,000 ejemplares.3. De la Historia de la Verapaz (2006) 3,000 ejemplares.

Libros publicados por Carlos Salomón López Cantoral1. Monografía de Tactic, Alta Verapaz (1993) 1,000 ejemplares.2. Cuentos de Provincia (1997) 500 ejemplares.3. Senderos de Poesía (2000) 500 ejemplares.4. Candidez (2000) 500 ejemplares.5. Tinta en las Venas (2005) 1,000 ejemplares.6. Telar de Cuentos y Relatos (2010) 1,000 ejemplares.

Libros publicados por Carlos Humberto Santos1. Narrativa de mi Tierra (2002) 5,000 ejemplares.2. El Olor de la Campiña (2007) 5,500 ejemplares.

Erik Guerrero

CRÓNICA DE UNA REALIDAD LITERARIA EN TACTIC,ALTA VERAPAZ

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3. El Dolor del Silencio (2009) 4,000 ejemplares.4.Senderos de Otoño (2013) 3,000 ejemplares.

Libros publicados por Erik Nolberto Guerrero Milián1. Relatos Breves (2005) 4,000 ejemplares.2. Preparando el Futuro (2006) 4,000 ejemplares.3. Una Vida sin Vida (2007) 3,000 ejemplares.4. El Cambio (2008) 3,000 ejemplares.5. La Quinta Obra (2009) 3,000 ejemplares.6.Enseñanzas para la Vida (2010) 4,000 ejemplares.7. Ganando Batallas (2011) 3,000 ejemplares.8.Elogio al Pasado (2012) 3,000 ejemplares.

Datos generales de los autores y sus obras literarias

Los cuatro autores nacen en Tactic, Alta Verapaz y en la actualidad residen en el mismo municipio. Han aportado

en forma conjunta 21 libros publicados sobre diversa temática, editando 67,000 ejemplares distribuidos a nivel local, departamental, nacional e internacional.

Óscar Waldemar Godoy Prado (21-05-1936) ha orientado su literatura a la publicación de cuentos, leyendas, crónicas, semblanzas e historia. Publica su primer libro a los 51 años de edad y ha producido 17,500 ejemplares.

Carlos Salomón López Cantoral (05-11-1946), su producción incluye monografía, cuento, poesía, leyendas, anécdotas baladíes y relatos. Su primer libro vio la luz a los 47 años de edad, producción 4,500 ejemplares.

Carlos Humberto Santos (06-08-1952) abarca en su trabajo la escritura de cuentos. Publicó su libro inicial a los 50 años de edad, incluye 18,000 ejemplares.

Erik Nolberto Guerrero Milián (26-10-1967), su línea creativa está dirigida a la escritura de cuento,

motivación y fábulas. El primer libro fue publicado a los 38 años de edad y tiene en su haber 27,000 ejemplares.

Esto nos hizo meditar en la importancia que tienen para nosotros varios aspectos relacionados con la literatura local como los Juegos Florales “Eduardo Lemus Dimas”, fuente de oportunidades para participar en las justas literarias a nivel nacional; la Biblioteca Municipal que cuenta con un espacio especial para la literatura local y alberga la producción del municipio en general, el legado importante de las publicaciones de los libros por autores tactiqueños, pero aún más la trascendencia histórica que tiene la Revista Asunción, para el pueblo y los amigos del pueblo, que año con año esperan impacientes la edición de la referida fuente histórica y de consulta.

Carlos Santos, Erik Guerrero, Waldemar Godoy y Carlos López Fotografía Clara Elena Gramajo Alvizúres

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La mujer busive

En la cantinucha aquella del barrio La tempestad acababa de conseguir trabajo el labriego Sebastián, por lo consiguiente, poco o nada conocía del quehacer y de los clientes que frecuentaban el lugar.

Un día después de su contratación entró a este expendio de bebidas espirituosas, envalentonado, displicente como siempre, el albañil Anselmo, con dos o tres tragos entre pecho y espalda, se situó en la mesa del rincón, su predilecta, para luego solicitar el servicio. Haciendo alarde de su corpulencia y con el timbre de su voz elevada a la máxima potencia, llamó al nuevo cantinero, dirigiendo enseguida su malévola y vidriosa mirada hacia la rockola:-Marcame en esa babosada “la mujer busive”, vos caquero.-La mujer busive, dijo Sebastián bastante aturdido, ¿cuál será?

Después de vacilar unos segundos, no sin dejar de mostrar temor fue al encargado del negocio, quien no había dejado de observar desde el mostrador donde se le cancelaba el consumo, cómo era su desempeño en el oficio. Este ser era otro ogro que no cesaba de bostezar dejando al descubierto su desdentada mandíbula superior:

-Mire, le dijo al principio tartamudeando- el hombre que acaba de entrar me pide que le marque el disco la mujer busive… y yo no sé qué ponerle.

-Sos más bruto vos Sebastián- le respondió -ese disco es “La abusadora”* hombre.

Sebastián, pues, bajó de la luna a la tierra con esta respuesta y dedujo que este nuevo trabajo necesitaría, además de paciencia, de mucha imaginación y de alguna lógica en relación a los títulos de los discos.

Al término de tan estruendosa música, otra vez Anselmo, quien tarareaba satisfecho entre baba y baba que le escurría hasta el mentón la letra de “La

abusadora”, volvió a llamar a Sebastián con la misma insistencia anterior… insolente, impertinente:-Mirá vos “nuevo”, ahora marcame “La otra mujer busive”. ¡Pero chispa vos mudo!

Sorprendido otra vez Sebastián no tuvo otro recurso que volver a preguntar con más preocupación que antes al encargado, que permanecía petrificado en su lugar:

-Dispense…, mire…, aquel mismo señor ahora me pide que le marque la otra mujer busive, ¿qué le pongo ahora?

-Marcale “La Canalla”* imbécil, respondió el cobrador furibundo, con ojos saltones y mirada que causaba estupor, propinándole un leve empujón hacia la puerta contigua, como reprochándole ser el cantinero que necesitaban.

El día siguiente, domingo de Pascua de Resurrección, Sebastián ya no se presentó a su trabajo, decidió atinadamente volver a las riveras del Polochic, a labrar con felicidad la tierrita que Dios le había regalado, diversificando ahora sus cultivos con hortalizas que muy buenos dividendos le produciría en el transcurso del año.

El atardecer y la aurora de la vida

-¿Le teme usted a la muerte?-No- dijo quejumbroso el interrogado, de nombre Miguel Castro, propietario de la hacienda “Las arrugas”, al joven entrevistador, -yo soy ya una tarde, un ocaso gris.-¿Y usted?– ripostó amable, sapiente.-Yo sí- respondió el novato periodista, esbozando alegre sonrisa. -Esa es la diferencia- asintió benevolente, simpatiquísimo don Miguel,-tú eres una alegre alborada. El acechado por los medios de comunicación cumplía precisamente ese día, ciento diez años de dichosa existencia en la paradisíaca Verapaz.

Carlos Salomón López Cantoral

*Canciones en boga interpretadas por Laura León, Los Vásquez y La sonora Margarita, aproximadamente éxitos de los años 2,000-2,005

Cuatro relatos cortos

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Ingenio (Pilas…, viva la quiero)

“Calladito le tenías…, calladito le tenías”, decían en alegre pero también burlón coro las compañeras de segundo grado básico que a poca distancia, con coqueteos entre sí, quisquillosas, observaban a la incauta e irreflexiva catorceañera Gloria.

La alumna, engreída al máximo, de blanca blusa que resplandecía al declinar la luz del día, enorgullecida, inmutable, aproximaba a pausas su cabeza a la de la silueta del embustero -su aparente Príncipe Azul- mayor que ella, situados atrás de la portezuela del microbús.

El tenorio era un cobrador, “brocha” en el caló del trasporte colectivo, que se las había ingeniado con exonerarle del pago diario del pasaje de aquí (Tactic) y viceversa a la comunidad de Pansinic.

Candidotes y candidatosa la ilustre memoria de don Chilo Gálvez Leal

Apostaría que fue en este pequeño pueblo de tierras muy áridas, donde sólo apenas se venden puros, abandonado a su suerte, donde únicamente en tiempos de efervescencia política llegaban los “candidotes y candidatos” a ofrecer hasta el cielo; aquí ocurrió lo que escuchamos en los corredores del chisme o de la nota simpática que de cierto modo causa hilaridad, pues la risa es remedio infalible para los sufrimientos del cuerpo y del alma.

LA CAMPAÑA POLÍTICA, sendos candidatos a diputados y alcaldes, uno por uno. Una tarima improvisada, tapiz por completo del hasta ahora sonriente prospecto, dis, el mejor para dirigir los destinos del pueblo o de la patria.

EL CANDIDATO A DIPUTADO, tan pequeño en estatura y rechoncho, de plano esperanzado en

crecer si llegare al Congreso, si no él sus bolsas, que los correligionarios debíanle cargar: -…yo les ofrezco construir los puentes que ustedes con urgencia necesitan en este pueblo tan abandonado, para así no sufrir por las crecidas de los ríos en el invierno.

Y aquel avezado, cansado vecino, harto de promesas, frustrado, que le refuta: -Señor, si en este pueblo no hay ríos.

El candidato, estúpido para responder, creyendo en la ignorancia de los aglomerados: -No importa, si ustedes me confían su voto yo les prometo construirles también un río.

EL CANTINFLESCO CANDIDATO A LA ALCALDÍA:-…Si ustedes me dan su voto, yo, Pedro Marimbero, les prometo solemnemente traer hasta este lugarcito tan arrinconado, sin luz ni agua ¡la energía potable y el agua eléctrica! Aplausos. La gente, asoleada, sólo esperaba el tamal que les ofrecieron.

EL DÍA DE LAS ELECCIONESJuan Catrín que aparece medio mareado. Los Fiscales que lo denuncian, la Policía Municipal, que le conoce muy bien, lo conduce al privado de la sargentía. Don Juan que con hidalguía defiende sus derechos: -Díganme señores agentes ¿Cuál es mi delito?

-Mire don Juan, desde ayer a las dos de la tarde está prohibida la venta de guaro.

-Señores, por favor, yo compré el guarito ayer cuando eran las once de la mañana…, entonces ¿Cuál es el delito? ¿Cuál es el delito?

Sorprendidos los Agentes, y el Jefe, lo dejaron en libertad, hasta le dieron de cariñosas palmadas en la espalda, que muy bien le cayeron.

Mauro ChinchillaANA PAULA

Quisiera poseer la inspiración de Arjona,el talento de Beethoven,

la grandeza de Miguel Ángelo la poesía de Alma América.

Mas no tengo nada de ellos,sin embargo, como nuevo abuelo

palpito de júbilo y agradecimientopor este especial nacimiento.

Si, Dios mío y nuestro, muéstranos Señorla forma de agradecerte la bendición de regalarnos en esta morada,la llegada de nieta tan esperada.

Bienvenida, bienvenida, bienvenidaseas Ana Paula querida,ahora que se produjo tu llegadaa todos nos has cambiado la vida.

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SaraLA MARIPOSITA CAUTIVA

Esta era una mariposita que disfrutaba su vuelo todos los días; salía por las mañanas a volar por el valle, se sentía libre para hacerlo por los jardines de flor en flor, de arbusto en arbusto, era una mariposa feliz que al despuntar el alba levantaba sus alas.

Pero un día fue insensata, mientras volaba libre y feliz vio una puerta abierta y sin titubear ingresó a una habitación, la puerta se cerró y un objeto principió a perseguirla. La mariposa estaba sumamente asustada, se escondió tras un cuadro aterrorizada. En ese momento la puerta se abrió y pensó que era oportunidad de escapar pero mientras volaba, sintió un golpe dándose cuenta que le faltaba una parte del ala. Lloró y se preguntó por qué había sido tan insensata, pensó que no viviría un día más. Logró refugiarse detrás de un espejo que colgaba en una pared, estaba desesperada.

Una mañana muy temprano alguien entró a la sala, después de un ruido la puerta se abrió, débil voló con dificultad logrando salir de la habitación. Era increíble que nuevamente estuviera libre. Voló y voló por el valle, admiró el color de las flores y su belleza, los árboles, los arbustos y a las otras mariposas que eran sus amigas.

Qué linda y preciosa es la libertad, ahora la apreciaba más para poder compartir en su ambiente, en compañía de sus amigas como nunca lo había experimentado. Se sentía feliz.

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HAN PASADO DIECIOCHO AÑOSConcha Yolanda Ponce de Peláez

Porque de tanto añorartebuscándote en las estrellas,mi alma supo encontrarteen la más grande de ellas.

Siento que tus largos pasosya no retumban en mi oído;hoy son susurros de ángeles;un recuerdo entristecido.

Alcanzaste los estadiosdel insondable firmamentoy el empíreo de lo divinoes ahora tu aposento.

No hay agua en las pupilas,ni dolor que oprime el pecho;canta, canta entre querubesante el que todo lo ha hecho.

Sin derrota ni tristeza,tu nombre es dulce melancolía,porque allá con los arcángeleseres canto, melodía.

Entre cirros de oro y granano hay aurora ni tarde gris,en tu alado corcel blanco,eres un ángel feliz.

Has traspasado las nubesflotando en lo infinito,con esperanza, hoy te digo:hasta la eternidad, Miguelito.

Cómo pasa el tiempo;igual que el agua del río

corre el fluido cristalen su loco desvarío.

Así los años transcurrendejando cauda tristeza;llega el agua del olvido,refrescando la cabeza.

Te fuiste surcando el espaciopor la ruta de los luceros

montando en corcel blancosin veredas ni senderos.

Muchas lunas estuvieronalumbrando los balconesy arrancaron los gemidos

sepultando ilusiones.

Cuántas horas, en silenteoscuridad, lloré tu partida;

sintiendo en las entrañasque me arrancaron la vida.

Ahhh… los días se fuerony tu imagen vive en mi mente

difusa, entre la niebla de la memoria en torrente.

Hoy, la pena que atormenta,se ha vuelto dulce calma;

he visto en el horizonteesa luz que alumbra el alma.

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Magda de Herrera y sus nietos Gabriel Rodrigo, Isabella Alejandrina y Ximena Lucía

Cuarenta años transcurridos con amor,

alegrías, tristezas o dolores,

gratos recuerdos más que sinsabores,

felicidad vestida para dos.

Años que llevan consigo emociones,

memorables canciones,

inolvidables encuentros,

álbum de incontables recuerdos.

Tiempos que al amor han añejado,

haciéndolo fuerte,

con un sabor más que exquisito,

que viste de hermosura a su deleite.

Años, divisores del tiempo,

forjadores de momentos

que hacen crecer,

que los tienen hoy frente a frente.

Frente a frente mirándose a los ojos,

disimulando sonrisas

reprimiendo caricias

guardándolas para compartir al estar solos.

Frente a frente contando con besos cada año,

porque un año más se cumple este día,

en que decidieron unir sus vidas

haciendo a un lado los temores, embriagándose de

amores.

Han sido fortaleza, consuelo y alegría

que llenan la vida de los que están a su alrededor.

Deseo para ustedes mucha salud, paz y amor…

Y en el disfrute de la vida…

ser el reflejo en el rostro de sus nietos,

la bendición de Dios.

El día que te conocí,nunca pasó por mi mente

enamorarme asíhoy estoy por ti, demente.

Siempre te amé,siempre tú me quisiste,juraste nunca dejarme

y a ti juré jamás olvidarte.

De pronto aquel calorempezó a desvanecerse

pero no tuve el valorde comprender que tu amor

estaba por despedirse.

Muy pronto me cambiaste,no pude decirte nada,

de mí te alejastedejando mi alma

abandonada.

En ese momento comprendíque era el fin de los dos,de amarte me arrepentíy solo salió de mis labios

un nostálgico adiós…

Alex Yovany Alvarado MiliánUN ADIÓS

A MIS QUERIDOS PADRES EN SUS BODAS DE RUBÍ

Skarleth María del Rosario López Gálvez

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Resulta obvio, como infinidad de cosas en la cotidianidad del entorno, hacer deducción, a manera de sencillez día a día, que no representa ser la primera con este medio escrito. Por cuanto un posicionamiento postrero solamente lo puede saber el Omnipotente en sus altos designios. Respecto al hecho de conformar el equipo humano que posibilita nuestra sincera como gustosa participación con la familia Lemus Guzmán, la meritoria edición de Asunción que rebasa las Bodas de Oro.

Condición grata constituye, desde tiempo ya lejano, tal actividad hecha realidad en las lides del pensamiento. Bandadas de avecillas sonoras cruzan por la mente cuando me propongo en las interioridades responder a tan encomiable propósito, congruente por lo mismo en mitad gozo innumerable y mitad sentimiento de dulce nostalgia, efectuada en un mano a mano, pleno de complacencias de raíces profundas, calidad antañona. Qué presto viene a ser el inexorable tiempo para decir: “Nosotros los de entonces, ya no somos los mismos”. Empero aportamos siempre con optimismo emprender dicha jornada anual, a favor de persistente colaborador. Bajo motivación momentánea o de durabilidad lisonjera. Que las hay, las hay, solo pende ubicarla en diversas circunstancias dentro de acciones de naturaleza fuera de serie, en contra de sujetos de la barbarie invasora, apostados dondequiera para delinquir en plena luz del día y también en horas nocturnales, propicias para satisfacer sus instintos totalmente satanizados en general.

Una tras otra ofrezco las debidas disculpas al instante de agradecerles a mis contados lectores que han tenido la paciencia de pasar su vista sobre los renglones de mis aludidas colaboraciones hasta el momento, también invariablemente. Decía el inolvidable escritor Francisco Reyes Narciso, muy a menudo, que al respecto “existe la fiebre de escribir”. Añado yo, queda en definitiva para la posteridad, pese a que las personas a título individual actualmente son furibundos amigos de la tecnología moderna en condición de entes históricos, biológicos, sociales y culturales.

Deseo que cada ejemplar de Asunción, en homenaje a la patrona religiosa de Tactic, sea el auténtico exponente de nuevos colaboradores. Es la actitud anhelante del paso simbólico de la estafeta en esta caminata de naturaleza literaria. Que a los pies de tan gloriosa advocación mariana, o sea la Virgen de la Asunción, sumen con nuevos bríos y entusiasmo febril que durante la fiesta titular en homenaje a la Reina del Cielo triunfante les bendiga desde el alba hasta los maitines, día tras día.

El acontecimiento de profunda exaltación mariana que preside los destinos de la colectividad, entre serranías plenas de verdor, que amurallan su geografía impresionante, deleite de las pupilas de propios y visitantes; total y justificable razón poderosa de sus habitantes endomingados comparte el natural jolgorio año tras año, con miras palpables a lograr la superación. Su desarrollo, progreso y mejoría, en beneficio, norte y guía, hacia derroteros vencedores que implica la participación colectiva.

Pone de manifiesto una voluntad a toda prueba, con hondas raíces visibles. La época actual de predominio divulgativo, merced al importante rol de la comunicación social trasciende de inmediato, sin muros potenciales. La vorágine extendida a los cuatro puntos cardinales, ajenos a fronteras como antaño, hoy cundió un hecho delincuencial en una escuela primaria, donde unos escolares fueron asesinados por un sujeto satánico dentro del ámbito del plantel educativo en horas tempraneras. La comunidad reaccionó con la intencionalidad de hacer justicia por su propia mano.

Cielos apacibles de la Verapaz norteña, bajo su manto bendito por voluntad sacrosanta del Altísimo, no permitas sea mancillado por las huestes impías del crimen organizado que asuela al país y mantiene con el alma en un hilo a sus moradores del área urbana y rural, auténticos engendros del mal. Que la intercesión bienhechora de la patrona religiosa proteja sus tierras fecundas, a los habitantes trabajadores que ganan el sustento propio y de los suyos en jornadas extenuantes, de firme satisfacción.

UNA COLABORACIÓN MÁS Juan de Dios Rojas

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Que la Reina que preside los altares de tu templo colonial ornada de leones, de remembranza española y de humildes como sencillos hogares, donde anida el gozo y la unión familiar, sea siempre el paladín defensor de todos, verdadera confraternidad infranqueable. Gloriosa Virgen de la Asunción, tu bendición suprema sea impartida a manos llenas para tus fieles devotos en las serpenteantes veredas, majadas, caminos y extravíos por donde transitan rumbo a su lar querido, personas de ambos géneros, a diario.

Los infolios del tiempo hagan permisible siempre en las diversas épocas de la existencia una fuente inacabable de bienestar y prosperidad material, junto a lo espiritual. Sea un tesoro y un paradigma por doquiera, como los antepasados honorables, honestos, a carta cabal y cuyas faenas fueron los cimientos valiosos a manera de ejemplares primigenios en alto grado; semillas que hicieron brotar en esa tierra fértil por excelencia de buenas costumbres orientadas a un mejor destino, donde impere a perpetuidad el honor y la rectitud sea una recurrente sin fin.

Esas personas de bien supieron desempeñar con hidalguía el rol de piedra angular donde se asentó cada hogar día a día y noche tras noche, a propósito de mantener hacia arriba, como las hostias su nombradía que actualmente realizan. Todo sea por la tierra amada, todo sea por el terruño querido en aras de salir airosos donde actúen con el lema de alcanzar mediante esfuerzos inauditos y tesoneros, un lugar de buenaventura sin cesar jamás en dicho propósito invariable, cuyo destino apunta al engrandecimiento.

Sucesos de toda índole tienen resonancia vencedora en los diversos temas a tratar respecto de la villa tactiquense. En cada uno de ellos existe riqueza de hallazgos que registran el mejor esfuerzo que nos hablan sin mancilla de infinidad de actividades, de actividades de casos y cosas todas formativas que centran su orgullo en cada uno de los protagonistas diversos, a manera de actores de valía en su ramo correspondiente, en congruencia con la reminiscencia abundante y ejemplar, que se aposenta en cada hogar de dicha población. Es una fuente de riqueza transitar, a veces superficialmente, por esos rumbos con olor y sabor a faenas de ganadería y agricultura próspera. El modesto ejecutante de faenas de pequeñas industrias o el del arte mayor, contribuyen al engrandecimiento de sus ancestros y también de miembros familiares que prosiguen la obra, testimonio de una absoluta entrega brillante de dicho patrimonio nunca jamás perdido, cuando no sea cambiado por otros intereses y necesidades, a la postre muy en boga.

Preciso y conveniente al igual que urgente y necesario, implica el hecho primordial que todos por parejo, sin excepciones, integren esa mayoría que trasciende, estrecha filas potentes y adecuadas que generan mayor impulso como energía convincente, con tal de alcanzar las metas señaladas en la diaria lucha personal, admirable y tesonera por doquier. Nada ni nadie interponga sus oficios indeseables por disuadir en algún momento, tan significativa faena, característica y razón confiable del desarrollo. Las expectativas naturales, a la vez especiales, denotan desde tiempos lejanos el supremo esfuerzo porque la fiesta anual de prestigio entre las comunidades circunvecinas, que conjunta sincronizadamente el deseo hecho hermosa realidad de coadyuvar a manera invariable de acudir a tan meritorio ejemplo de festividad, envuelta en una alegría cascabelera, junto al sonar de la pirotecnia deslumbrante, el repique de campanas plenas de sonoridad e invitación a tener presencia durante el jolgorio en homenaje sublime a la Virgen de la Asunción, que preside y acepta tanta prueba de veneración año tras año y como bienaventurada da la bendición a sus hijos en general.

Quien llega una vez, queda impresionado sobremanera del bello lugar altaverapacense donde sus ancestros pocomchíes conservan, a modo de primacía lo tocante a la cultura, tradición, costumbres y usos que en suma definen y exaltan el brillo inconmensurable de dichas demostraciones heredadas y resumidas en el historial completo de los mencionados eventos que sobrepasan los linderos lugareños, toda vez que gozan las multitudes de visitantes que hacen acto de presencia con renovado placer, validando una y otra vez el sello muy propio de dicho jirón guatemalense.

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Con Cándida, mi esposa, nos dimos una escapada con el fin primordial de asistir a la boda de la hija de una pareja de nuestro cariño, cuya ceremonia tuvo lugar en el fastuoso escenario de una ermita rural, al pie de la Sierra del Guadarrama, en las inmediaciones de la célebre ciudad de Segovia. Y, aprovechando el salto sobre el Atlántico, decidimos disfrutar unos días, de París. Principia esta estación, romanticona y de encanto especial para quienes no conocemos el Otoño, sino solamente Invierno y Verano. “Otoño en París” es una melodía-poema, eclosión del alma. Como si el oro de las hojas y la seda fragante de las rosas que el viento besa, y convertidas en pétalos las hace suyas, inspiraran a los músicos poetas para sustraer de los jardines del alma lo mejor de sus versos musicales…

En el vuelo de España a Francia, el paso de los Pirineos zarandeó el avión al punto de hacernos rezar y sudar frío, pues si imaginarnos yacer en el fondo del mar es una aproximación a la tragedia, perecer estrellados en los aguzados picos de la cordillera, lejos de los seres queridos y del lugar donde nacimos, hace temblar hasta el alma.

Hoy amaneció lloviznando y el chipi chipi francés, cesó hasta las dos de la tarde, aunque el frío no amainó. Caminar sintiendo la llovizna y el viento, mezclándose con la gente, viendo estampas del diario vivir parisiense, es algo especial. Una señora muy mayor abrigada y con paraguas pasea a su French Poodle blanco, hablándole, mimándolo y acariciándolo como si fuera lo más preciado de su existencia. Los vendedores de castañas ponen la nota pintoresca con su improvisado fogón en un lugar de muchos caminantes. Las almendras verdes, van tornándose cremas con ribetes de rosado, hasta que se abre la cáscara y surge el apetitoso manjar que debe de soplarse y ventilarse hasta que, golosa la boca, reciba la cálida caricia de su exquisito sabor. Vemos ciudadanos que llevan una bolsa de papel grandecita como para dar cabida a una botella; de vez en cuando se detienen y, muy devotamente le dan un largo beso a lo que lleva dentro… y nos quedamos con la curiosidad acerca de la cosa esa que amerita tales muestras de cariño de los viandantes.

A las cuatro y media de la tarde, en el vestíbulo de La Ópera, nos reencontramos con alguien que ocupa un privilegiado lugar en nuestro corazón. Y expliquemos por qué: las Religiosas de la Asunción fundaron un Colegio de Primaria, en Tactic. Y entre las docentes había voluntarias procedentes de distintos países (exalumnas de colegios asuncionistas en varios lugares del mundo) que durante un año o dos, prestaban sus servicios, sin cobrar sueldo ni estipendio alguno. Cinco de ellas, una española, una francesa, una salvadoreña y dos nicaragüenses, comenzaron a frecuentar nuestro hogar, y con el paso de los días llegamos a quererlas entrañablemente, casi como a nuestras hijas. Terminado su tiempo de servicio, cada una regresó a su hogar, pero los lazos de afecto se mantuvieron, y por teléfono o carta, estuvimos comunicándonos. Y esta tarde otoñal, apareció Corín, la francesita. Ella y nosotros con treinta años más de los que teníamos cuando nos despedimos. Mas la figura elegante, el rubio cabello, los verdes ojos y la sonrisa cordial, no habían cambiado. Ahora sí, vestía como una parisiense que quiere lucir su figura y sabe hacerlo. Cuando estuvo en nuestro pueblo, sus trajes estaban de acuerdo con el ambiente.

Pasada la efusión del momento, Corin nos cuenta algo de su vida: que está felizmente casada y es madre de familia. Su esposo se desempeña como catedrático de la Sorbona, y ella trabaja en una de las Secretarías de la famosa Universidad. Vagabundeamos sin rumbo, conversando, deteniéndonos con frecuencia. Desde un restaurant donde tomamos un refrigerio admiramos a pocos metros el monumento a la toma de la Bastilla. La torre, azul y verde, con un ángel dorado en la cima, sigue siendo un ícono universal de los anhelos de la Revolución Francesa, plasmados en las palabras: LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD… Todo el conjunto esplende a la luz de un haz de potentes reflectores. El Sena, símbolo de la ciudad, con sus aguas turbias se desliza en su eterna faena, llevando sobre sus aguas embarcaciones de recreo en cuyo interior turistas de variadas procedencias gozan del paseo.

Entre las siete y media y las ocho de la noche llega Cristian Nicolás, el marido de Corin. Amable y sencillo, se nos hace fácil simpatizar con él e iniciamos la conversación que con animación creciente se prolongará hasta más allá de la media noche. Nos conducen a un callejoncito empedrado, angosto, bordeado de construcciones antiguas -resto dicen- de lo que fue un barrio de obreros. En una parte del callejón abre sus puertas un restaurant cuyo rótulo –nos traducen- significa “La Canalla”. Corin y Cristian, son clientes del negocio, desde hace varios años. Nos explican que ha sido siempre un sitio donde se reúnen pensadores bohemios, revolucionarios fuera de época con sus perennes anhelos de componer el mundo, pintores, poetas y escritores nuevos que tratan de hacerse de un nombre, de conquistar un lugar entre los consagrados. El interior es angosto espacio de aproximadamente seis metros de ancho por veinte de fondo, saturado literalmente de mesitas de escasos sesenta centímetros por lado, para cuatro parroquianos. El edificio es viejo, un tanto incómodo, pero nuestra alegría minimiza cualquier inconveniente. Se vive, se come bien y se bebe del buen vino y del peor. El ambiente con poca iluminación, humoso por la cantidad de cigarros (y alguna otra yerba) que indistintamente fuman hombres y mujeres, ruidoso por las conversaciones que van subiendo de tono a medida que las botellas se vacían, obliga a esforzar la voz. Frente a su grupo,

OTOÑO EN PARÍS Waldemar Godoy Prado

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un emocionado poeta lee a grandes gritos los últimos versos de su inspiración; en otro lado, alguien expresa su indignación contra algo, otros discuten de política, de fútbol y, al fondo, tres músicos bohemios, peludos, barbados y tocados con boinas oscuras, acordeón, guitarra y violín en ristre, tratan de hacerse oír. Los consumidores variopintos tenemos que esforzarnos para no colisionar con quienes pasan y con los que ocupan las mesitas adyacentes. Un típico francés, frisando los cincuenta, con gorra escocesa, alpargatas y pipa humeante trajina por todos lados, da órdenes a los servidores y saluda a sus conocidos y a los nuevos clientes. “Es el dueño”, nos dicen.

Mientras degustamos un excelente vino artesanal, con rodajas de tentáculos de pulpo a manera de boquitas, nos van contando la historia de “La Canalla”. Siempre con orientación popular pero con otro nombre, alrededor de los años cincuenta era un típico negocio capitalista: el propietario, llamado “el dueño de los medios de producción” en lenguaje marxista, fijaba los precios y daba trabajo al numeroso personal (explotados, siguiendo el mismo lenguaje) a cambio desde luego, de un salario. Entre los clientes había cuatro amigos decididamente comunistas, adversarios del sistema y al enterarse que el negocio estaba en venta, juntaron sus ahorros, hicieron un préstamo y lo compraron, con el propósito de transformarlo en un establecimiento sin fines de lucro. Bajaron los precios, abolieron las propinas y le daban a sus servidores –a quienes llamaban “compañeros”-, una participación justa de las ganancias de la operación, en lugar del salario que antes devengaban. Así comenzó, y se encontraron muy pronto con el descontento de los trabajadores que exigieron seguir devengando un salario fijo más las propinas, y no vivir dependientes del aleatorio reparto de utilidades. Tuvieron que acceder y se dedicaron los cuatro a promocionar entre la gente afín a su ideología las bondades del establecimiento que según ellos no era más que un lugar donde prestaban un servicio por el cual cobraban lo estrictamente necesario para mantenerlo, sin pretender convertirse en explotadores. Resultó después que de los cuatro, uno se “fajaba” realmente dirigiendo las actividades, y los demás le ponían poco entusiasmo; paulatinamente la amistad y propósitos iniciales se fueron erosionando, hasta que los tres disidentes recibieron un poco en efectivo y algo en especie como devolución por su aporte inicial, y el socio activo, “contra su voluntad” (así nos lo dijo él mismo cuando Nicolás nos presentó como sus amigos de América), tuvo que convertirse en patrono y por ende en un odioso capitalista, dueño de los medios de producción. Pasada la media noche hacemos la pregunta del premio gordo: Corín y Cristian Nicolás, ¿Qué tiempo tienen de ser parroquianos de “La Canalla?”. Se miran uno a otro y con una sonrisa pícara comienza Corín a contarnos que ella y Nicolás, fueron en tiempos de su juventud, revolucionarios admiradores de Fidel y del Che, idealistas luchadores que pretendían cambiar al mundo. Se conocieron e hicieron novios precisamente en este lugar. Ya juntos, se unieron a un grupo de agitadores participando en reuniones y manifestaciones, y hasta viajaron a algunas capitales de América para apoyar las causas que les parecieron justas. Más de alguna vez recibieron porrazos y manguerazos de agua de las fuerzas del orden. Y solamente cuando después de varios años de matrimonio Corín se embarazó, hicieron un autoexamen y decidieron que su juventud ya estaba pasando, que el mundo seguiría rodando con ellos o sin ellos, y que debían trabajar formalmente para labrarse un futuro que ofrecer a sus hijos. Y el sarampión de su rebeldía quedó atrás. Ahora, convertidos en los respetables académicos Nicolás, sus lugares habituales de esparcimiento y sus amistades, solamente visitaban “La Canalla” cuando atendían a alguno o algunos amigos de antaño, como era el caso nuestro, o los consumían los recuerdos y la nostalgia. Muy avanzada la madrugada, estamos de nuevo en el hotel. Los Nicolás se despiden prometiendo visitarnos. Cuándo? Dios dirá.

Aborda a mi vida la primavera, que de las estaciones es la primera;acorralado entre bellas rosas donde se postran miles de mariposas.

Los campos arrebolados se engalanan de colores y mi corazón de amores,pero vuelve el amanecer de un solsticio… y con él mi duro sacrificio.

En el verano con su aliento cálido, tú me escoges para ser válido,contigo el día es largo y las noches cortas, sin ti el día pasa a gotas;

mi amor por ti resplandece más que el sol, al ver tu rostro cual bello girasolindicándome que no eres un simple ocio… otra vez llega el duro equinoccio.

Ya en otoño lo nuestro es madurez, una riña símil al juego de ajedrezlas hojas de color verde amarillento que caen al son del viento,

emigran presintiendo que el amor finaliza y los sentimientos vamos ordenandolos campos destellan tristezas y nuestro amor… engreído con esta certeza.

La peculiaridad fría es del invierno, pero ahora vivo en un aletargado infiernonubes grises, lluvia helada… corazón herido al despedir un amor querido.

Ya no retornarán nunca mis manos a tocarte ni tampoco mis labios a besarte.Quizás te vuelva a amar en la próxima estación… pero ahora es un cumplido

para mi querida revista Asunción

ESTACIONES DE AMOR Y DE OLVIDO Fernando Castillo Arévalo

La experiencia de más de 50 años que le ofrece:·Crema 100% pura.·Variedad de quesos: Crema, con chile, mozarela y pita.·Yogurt.·Mantequilla lavada y de costal.

Preparados en Tactic y por manos tactiqueñasA sus órdenes en el Km. 184.1 y en su tienda más cercana,

pregunte por la crema de Tactic: TACTILACTeléfono: 7952 9449 - 57324716

Al tactiqueñísimo Fredy Aroldo Cú, quien posee su propio laboratorio fotográfico profesional y al cual se dedica desde hace algunos años, hemos venido observando cómo día a día ha llegado a convertirse en un hombre público por cubrir cualquier evento cultural o el acontecer de la noticia periodística en sí, de toda suerte que ahora se desempeña como Corresponsal del periódico Nuestro Diario, muy destacado conforme transcurre su dedicación, por cuya razón sus noticias han ocupado las primeras planas de este medio de comunicación tan popular en el país.

Ha realizado estudios específicos en fotografía y reportaje, lo que le convierte en un periodista muy estimado en el medio a nivel nacional. Cubre tanto noticias de sucesos ingratos que han conmovido a los pacíficos ciudadanos, como también acontecimientos de la vida social, cultural y deportiva del departamento.

Tiene muchas inquietudes para dejar huella en la misión que el diario le ha confiado. Fredy es el cronista físico en su labor, por consiguiente en sus archivos, con el paso de los años, se encontrará perpetuado el presente de Tactic para tareas de investigación de las futuras generaciones. Le sugerimos conservar su archivo de fotografías; también que realice una exposición de su labor.

Su gran felicidad la constituyen su amabilísima señora esposa doña Victoria y sus adorables hijitos Daly Yesenia y Fredy Eleazar.Felicitaciones Fredy. Esta profesión no es nada remunerada, es riesgosa y por eso pedimos a Dios que siempre te proteja.

Fredy Aroldo Cú

Tactiqueño destacado Carlos Salomón López Cantoral

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CRESPONES NEGROS

En el hogar del profesor Carlos Deyler Herrera Paz

Raúl Salvador Manchamé Palma

Un acontecimiento inaccesible a la razónha sucedido acá en Tactic, bello municipio,

que toca profundo el alma y corazón,no lo creía, ni me convencía al principio.

Nos dejó el recordado paisanoCarlos Deyler, mi querido exalumno,la incertidumbre priva en el arcano;

lástima, un consejo hubiera sido oportuno.

No concibo la idea de que te marchasteDios sabe de este infeliz y desgarrador acontecimiento;

la verdad es que te fuiste y tristes nos dejaste;el Divino Maestro ya te dio un halagador advenimiento.

Dios mediante estás tranquilo y contento,desconsuelo dejaste en tu madre y familiares,

compañeros y amigos nos unimos a este lamento,esos momentos son casos muy peculiares.

El último jueves que viste la luz del díaplaticamos largo y tendido en el mercado,fue la última vez que contigo conversaría,no advertí ningún indicio en tu ser acumulado.

Cuando nos encontrábamos me decías adiós paisano;ya no voy a escuchar esa voz sonora,de lo terrenal a la eternidad hay un pasamano,nos veremos y platicaremos en el cielo otrora.

Cada quien tiene determinado el día en que nos ausentamosno es asunto de Dios, es el destino,ya está pronosticado el momento en que nos retiramossi no es así, dígalo usted que es adivino.

No te digo adiós mi querido amigo, paisanoy exalumno, sino hasta pronto.

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Como las aves migratorias vuelven al mismo lugar cada estación para reproducirse, así Antonio Sánchez volvió un día a su pueblo natal. Se había marchado muchos años atrás, cuando siendo adolescente y estando en el último grado de primaria, en una ocasión en que la guapa directora le llamaba la atención, por una baja de presión la hermosa profesora momentáneamente perdió el conocimiento derrumbándose en una posición muy incómoda; Antonio, que era pícaro por naturaleza, aprovechó la oportunidad para echarse un “taco de ojo”. Cuando la seño se enteró se ruborizó y fuera de control, lo expulsó del establecimiento.

El resto del ciclo escolar se quedó Antonio haciendo travesuras en el vecindario, causando daño en los sitios aledaños. “No tengo padre ni madre, ni perro que me ladre” exclamó un día, y sin más ni más se alejó de la casa de los parientes donde vivía. Antonio era bien conocido en el lugar precisamente por sus pequeñas fechorías y cuando se marchó definitivamente, todo el mundo se enteró de su partida. Algunos decían que se había escapado para la costa sur, otros aseguraban haberlo visto en Sayaxché. La verdad era que Antonio había conocido a un viejo chiclero y con éste se internó en la selva petenera en busca del preciado líquido.

Algunos años después empezó a tener a su alrededor un aura de heroísmo. Decían algunos que lo habían visto, que había sido picado por la mosca chiclera y perdido media oreja, que estaba fuerte como un viejo roble y que cuando llegaba a San Benito cerraba las cantinas para ser atendido con exclusividad y que pagaba por ello “chorros de billetes”. Antonio se convirtió en una especie de leyenda.

Nada de aquella especie de mito era cierto. Antonio era un hombre común y corriente. En los campamentos de chicleros donde normalmente permanecía, como no era muy amigo del aseo personal, los pies le despedían un tufo desagradable por lo que pronto se ganó el merecido sobrenombre de Macarela y fue con este mote con el que se le conoció en todos los lugares que frecuentaba y por todos los chicleros que le conocían. También a su pueblo natal llegó la nueva forma de referirse a él.

Macarela tendría unos veinticinco años cuando, cansado de tanto rodar tierras, decidió volver a la querencia. Originalmente había pensado llegar directamente a su pueblo, después cambió de opinión. Macarela no era un Brad Pitt precisamente, por lo que decidió vivir en una población veinte kilómetros alejada del suyo para comenzar con una nueva personalidad, ya que traía buen dinero del legendario Petén.

En el lugar donde Macarela fincó su nueva vida no encontró a la dama de sus sueños. Por mucho tiempo anduvo buscando novia pero nadie se interesó en él. Sin embargo, un día domingo como a las once horas, cuando el seleccionado local de su pueblo jugaba una final contra un representativo de oriente, Macarela apareció de la mano de una rubia como de metro setenta y cinco de estatura, provocando la envidia y la admiración del sexo masculino, ya que le dio la vuelta completa a la pista del estadio. La guapa acompañante era unos veinticinco centímetros más alta que él.

Tres domingos consecutivos llegó al estadio con la dama, provocando el mismo efecto y nadie lo reconoció porque tenía el cabello castaño y lentes oscuros, pero la última vez, varios jóvenes contemporáneos bajaron del graderío hasta la pista para apreciar mejor a la sin par Dulcinea. Fue entonces cuando uno de ellos descubrió la inconfundible sonrisa de Antonio, ahora más conocido como Macarela.

Habiendo sido reconocido, no tuvo más recurso que saludar a sus antiguos amigos. Fue entonces cuando se descubrió que su bella acompañante era una sensual cortesana a quien pagaba cincuenta quetzales por pasearse con él, cada domingo por calles y avenidas de aquella hermosa Villa. Cuando la plata se le terminó, también se terminaron los paseos dominicales. En la antesala del otoño, Macarela sonríe al recordar los tiempos idos y suspira con tristeza al pensar en su rubia y escultural amiga.

M A C A R E L ACarlos Humberto Santos

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Actualmente los niveles de estrés, enojo, tristeza, envidia afectan nuestra calidad de vida. Es importante llenarnos de positivimismo para aprender a enfrentar los problemas y buscar soluciones.

En muchas ocasiones Dios nos regala días con celajes hermosos pero nuestras miradas están enfocadas en preocupaciones que nos impiden disfrutar su belleza. De ahí la importancia de retomar el control de los pensamientos positivos para mejorar nuestra actitud.

Entre los mejores métodos para lograrlo esta la meditación, en buena manera es a través de la LECTURA. Esto nos ayudará a tener salud mental y física a la vez, según estudios se considera que el ochenta por ciento de las enfermedades está en la mente.

Aprovechemos la buena lectura que nos hará valorar nuestra esencia como persona -llamada conciencia, alma, espíritu o ser-. Cuando adquirimos pleno conocimiento de ello, nuestros pensamientos serán positivos y permitirán encontrar soluciones más prácticas, sin lastimarnos ni herir a los demás.

En nuestro país las estadísticas reflejan que de cada cien personas solo uno lee por placer. La lectura en los últimos años ha cambiado, entre las posiciones físicas más nobles conocidas en el humano está la relacionada con inclinarse levemente ante un libro o revista, disfrutando así de uno de los mayores ejercicios de libertad que jamás hayamos creado.

Si algo ha cambiado en esta época ha sido para mejor, hoy se lee más, hay nuevas formas de lectura derivadas de la navegación por Internet. En la red lee hasta quien no quiere leer, es algo imprescindible para navegar.

El fenómeno Internet también se ha dejado notar en la literatura pues se aprecia un cierto cambio en el lenguaje y las formas utilizadas por nuestros autores con un esfuerzo por la concreción que los lectores agradecemos, por lo que hasta podríamos hablar del blog como un nuevo género literario.

En el estudio de la asignatura escolar de lectura han sido muchos los jóvenes lectores perdidos por leer El Quijote, La Celestina, incluso Cien años de Soledad a destiempo, sin demeritarlos. Se debe evitar la frustración de acometer una lectura para la que no se está preparado. Los docentes han de ser más flexibles y optar por lecturas que refuercen e incentiven el hábito lector. Inquietar, suscitar, motivar, seducir, enamorar…Quizás sea un coctel de todas esas palabras lo que debe motivar la lectura y no la obligación.

Cuando llegue un libro o una buena revista a nuestras manos leámoslo, disfrutémoslo y luego compartámoslo; hagamos de nuestro país y por ende del mundo, una gran Biblioteca común que es uno de los sueños de quienes creemos que leer nos cambia la vida.

“La lectura no es algo que nos haga felices…pero ayuda adefendernos de la infelicidad…” (Vargas Llosa)

LEER NOS CAMBIA LA VIDACecilio Antonio Gálvez Fernández

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MOISAICO DE DESLUMBRAMIENTOTARACEADO EN PASIÓN

ARAUCARIASRascacielosde los pájarosy el anhelo…

CLAVELEs la boca de un hadaque te soplaen la piel.

FLOR DE MAYOSubido rubor de jacintoscumplida cita con el aguacero. COCUYOOscuridad, emoción…cigarro tuyo,quemándome el corazón.

LIBÉLULAOdonato piadoso,vibrante aguja azulzurcidora de ensueño. TEMPESTADExtraños diosesjugando boliches en el cielo.

LA GRANADAEmpurpurada, de rubíes atacada, en el patio pregona su abolengo de corona.

NIDOHuequillo exacto para un ¡pío!y un beso.

COCOAvaricia de blancor y frescura, entre la hirsuta y dura cabeza oscura.

BOSQUEVerdor, madera, trinos…¡caja de música!

RECUERDOVeme contigoa espaldasdel olvido.

CHORCHA¿Por qué escandalizascuando acaso viene…-su alma – al paraje?

MATILISGUATESAmarillo primario y rotundo…¿Posaríanse ahí,todos los canarios del mundo… ?

CLARINEROMonedero de charolguardas en el buchemonedas de sol.

PANALFoco de miel donde zumba el ardor matinal.

CATARATA¿Quién le pusoa la montaña cadenas de plata?

JACARANDA Árbol talabartero lila y buenopara un ¡te quiero!

GARZASCuartillas en blanco,que el aire roba a los poetas.

HUIPILCoge el hilo sutilmariposas y pacayasflores raras…frutas gayas.

PIEDRA DE TALCOCompendiode transparenciaslibro inéditodel río…

UN DURAZNOEn la rama cimera presumen su piel de quinceañera. PACAYAPor su falda hilachosa,parece hawaiana;pero es bien americana. RÍOCamino de agua,con afánperegrino…

POEMAAlgo así…como la fotografíade una rosa.

NOCHEEmbrujo de sombray luz entreveradas;hegemonía del silencio¡claroscuro infinito!

ROSARIOConstelación píade Padrenuestros y Avemarías.

VIDAMosaico de deslumbramientostaraceado en pasión.

Zoila Santa Cruz de Möll

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Lleva en el alma, belleza de artistaal mundo con dulce vocablo conquistasiempre ha sido del poeta inspiracióna la Virgen María reza con devoción.

Clara luz ilumina su pensamientocuando enuncia un sentimiento

con bellas expresionesdonde refleja sinceras emociones.

Brotan de su corazón lindas pulsaciones,convertidas en canciones,

para festejar con ellas en tierra y firmamentosin igual acontecimiento.

ALMA AMÉRICA Judith Gálvez de Hoenes

La familia Gramajo Alvizures, radica en la actualidad en esta Villa; es originaria de la aldea La Concepción del municipio de Palencia, departamento de Guatemala, quienes llegaron a Tactic, en mayo de 1994, su ocupación principal es la agricultura. Resaltamos que Lidia Aracely es Profesora de Enseñanza Media, religiosa al servicio de la Orden de Dominicas Misioneras de San Sixto, radica en Honduras; Clara Elena, Licenciada en Trabajo Social y estudiante de maestría en Desarrollo Rural; Rosa Angelina radica en Italia; Selma Mirtala es Bachiller en Ciencias y Letras; María Etelvina, Profesora de Educación Primaria Rural y de Enseñanza Media en Pedagogía y Ciencias de la Educación; María Marta Alicia es Profesora de Educación Primaria Urbana; María Lucía, Maestra de Educación Primaria Rural y Profesora de Enseñanza Media en Pedagogía y Ciencias de la Educación; Gilmar Alceste es Perito en Administración con especialidad tecnológica y estudiante de la Carrera Universitaria de Agronomía.

De pie: Dora Angelina, Adolfo Oswerto, Lidia Aracely, Clara Elena, Rosa Angelina, Selma Mirtala, José Felix (QPD), María Etelivina, María Marta Alicia, María Lucía, Gilmar Alceste.Sentados: José de Jesús Gramajo Zanuncini y María Margarita Alvizures Muñoz de Gramajo.

Familia Gramajo Alvizures

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