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Trabajo infantil y pluralidad de políticas: caridad, filantropía e inter- vención estatal Betty Espinosa Página 1 La difícil articulación de los esfuerzos para eliminar el trabajo infantil Patricio Rivas Página 2 Juan Botasso: “No tengo nada en contra del trabajo infantil, siempre y cuando no sean explotados, ni sea alternativo a la escuela Página 6 El trabajo infantil indígena: algunas reflexiones Fernando García Página 8 Magnitud y características del trabajo infantil en Ecuador Ana Esteves Página 13 Trabajo infantil: señal de atraso Ludwig Güendel Página 16 Página 18 Página 19 EDITORIAL ACTORES LA P ALABRA EL OBSERVADOR CIFRAS CONTEXTO BRÚJULA EVOLUCIÓN Trabajo infantil y pluralidad de políticas: caridad, filantropía e intervención estatal E l trabajo infantil es una de las problemáticas en torno a la cual se pueden observar en plena acción los tres grandes tipos de políticas que histórica- mente ha asumido la asistencia, como objeto de prácticas especializadas, desde principios distintos: la caridad, la filantropía y la intervención estatal. Pero al mismo tiempo que estas políticas se contraponen entre ellas, se enfrentan a la resis- tencia de actores que tradicionalmente no conciben las actividades de los niños/as como un problema sino como parte de su socialización, lo que constituye una nueva fuente de asimetrías entre la modernidad occidental y las demás culturas (B. Latour, 1991). La política de la caridad, característica de los regímenes feudales, se funda en el principio cristiano del don gratuito, practicado por aquellas personas que frente a lo que consideran un problema social responden dando algo (bien o servicio) sin espe- rar retribución, lo que rompe la lógica maussiana del dar-recibir-devolver. Esta rup- tura, que se manifiesta actualmente en las limosnas y donaciones que realizan personas, instituciones y empresas directa o indirectamente, pero sin pasar por el Estado, a niños/as que trabajan, ha generado estigmatización (R. Sennett, 2003) y establece relaciones asimétricas entre aquellos que detienen los recursos y los que no los tienen. Un segundo tipo de política es la filantropía, intervención moderna fundamentada en la crítica a los principios liberales de igualdad (R. Castel, 1997), que reestablece par- cialmente la relación personal y afectiva, paternalista, con respecto a los pobres. El don condicionado, a través de intervenciones pedagógicas y moralizadoras sobre el trabajo infantil, completa aquí las rela- ciones de mercado sin oponerse a ellas, profundizando la monetarización de la relación social (J. de Munck, 2005) así como las asimetrías. A esos dos tipos de políticas sin Estado, que se han practicado de larga data, trata de sustituir la intervención estatal a través de acciones racionalizadas y profesionales que requieren de ciertos dispo- sitivos: i) definiciones y delimitaciones precisas del trabajo infantil para poder intervenir; ii) cuantifica- ciones y localizaciones del problema y sus riesgos; iii) programas de diseño, seguimiento y evaluación de las intervenciones. La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han provisto a los Estados de la mayor parte de esos dispositivos legales (convenios específicos y marcos referenciales de derechos), técnicos (asesorías) y financieros. En este marco se ha propuesto la política de erradicación del trabajo infantil, al que se lo concibe como una marca del “atraso”, como lo explica Ludwig Güendel en su artículo en este boletín. Este tipo de polí- tica es actualmente operacionalizada por instituciones estatales y por organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, la complejidad de la problemática comienza por la conceptualización del trabajo infantil. En el contexto de la modernidad occidental se ha delegado a la escuela casi totalmente la socia- lización de los hijos. Es en la escuela donde se transmite lo que hay que aprender para vivir y, siguien- do a Foucault, se disciplinan los cuerpos para los trabajos que tendrán que realizar los niños/as cuando sean adultos. En este contexto, es no solo innecesario sino imposible plantearse una socialización direc- tamente en el trabajo de los padres, puesto que los espacios de los adultos y de los niños han sido com- pletamente separados. En otros contextos, como describe Fernando García en este número del boletín, el sistema educativo que se ofrece a las poblaciones indígenas no es adecuado culturalmente a sus nece- sidades de formación, por lo que se “aprende haciendo”, y la socialización se realiza in situ en las acti- vidades productivas de los padres y siguiendo el ritmo de la naturaleza. En un sentido similar reflexio- na Juan Botasso en la entrevista concedida. Patricio Rivas, en su análisis sobre actores, concluye sobre la difícil articulación de los esfuerzos para eliminar el trabajo infantil.Ana Esteves aporta con una carac- terización y datos sobre esta problemática en Ecuador. Históricamente se han construido diversas concepciones del estatuto y del trabajo de los niños/as, y asimismo las respuestas de políticas del Estado y otros actores han sido heterogéneas y contrapuestas. El objetivo de este número 4 del boletín de políticas públicas de FLACSO ha sido ofrecer una peque- ña muestra de la pluralidad de enfoques de políticas públicas y abrir algunas posibles pistas de debates sobre el trabajo infantil, un tema bastante complejo en el que se ponen en juego los principios de las sociedades modernas y tradicionales y de sus interrelaciones. Editorial 4 El trabajo infantil en perspectiva Boletín del Programa de Políticas Públicas - FLACSO Sede Ecuador - Abril 2009 Betty Espinosa * * Profesora investigadora de FLACSO Ecuador

Editorial - FLACSOANDES · 2009. 7. 8. · Boletín del Programa de Políticas Públicas - FLACSO Sede Ecuador - Abril 2009 Betty Espinosa* * Profesora investigadora de FLACSO Ecuador

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Page 1: Editorial - FLACSOANDES · 2009. 7. 8. · Boletín del Programa de Políticas Públicas - FLACSO Sede Ecuador - Abril 2009 Betty Espinosa* * Profesora investigadora de FLACSO Ecuador

Trabajo infantil y pluralidad depolíticas: caridad, filantropía e inter-

vención estatalBetty Espinosa

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La difícil articulación de los esfuerzospara eliminar el trabajo infantil

Patricio RivasPágina 2

Juan Botasso:“No tengo nada en contra del

trabajo infantil, siempre y cuando no sean explotados,ni sea alternativo a la escuela

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El trabajo infantil indígena:algunas reflexiones

Fernando GarcíaPágina 8

Magnitud y características del trabajo infantil en Ecuador

Ana EstevesPágina 13

Trabajo infantil:señal de atrasoLudwig Güendel

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EDITORIAL

ACTORES

LA PALABRA

EL OBSERVADOR

CIFRAS

CONTEXTO

BRÚJULA

EVOLUCIÓN

Trabajo infantil y pluralidad de políticas: caridad, filantropía e intervención estatal

El trabajo infantil es una de las problemáticas en torno a la cual se puedenobservar en plena acción los tres grandes tipos de políticas que histórica-mente ha asumido la asistencia, como objeto de prácticas especializadas,

desde principios distintos: la caridad, la filantropía y la intervención estatal. Pero almismo tiempo que estas políticas se contraponen entre ellas, se enfrentan a la resis-tencia de actores que tradicionalmente no conciben las actividades de los niños/ascomo un problema sino como parte de su socialización, lo que constituye unanueva fuente de asimetrías entre la modernidad occidental y las demás culturas (B.Latour, 1991).

La política de la caridad, característica de los regímenes feudales, se funda en elprincipio cristiano del don gratuito, practicado por aquellas personas que frente a loque consideran un problema social responden dando algo (bien o servicio) sin espe-rar retribución, lo que rompe la lógica maussiana del dar-recibir-devolver. Esta rup-

tura, que se manifiesta actualmente en las limosnas y donaciones que realizan personas, instituciones yempresas directa o indirectamente, pero sin pasar por el Estado, a niños/as que trabajan, ha generadoestigmatización (R. Sennett, 2003) y establece relaciones asimétricas entre aquellos que detienen losrecursos y los que no los tienen. Un segundo tipo de política es la filantropía, intervención modernafundamentada en la crítica a los principios liberales de igualdad (R. Castel, 1997), que reestablece par-cialmente la relación personal y afectiva, paternalista, con respecto a los pobres. El don condicionado, através de intervenciones pedagógicas y moralizadoras sobre el trabajo infantil, completa aquí las rela-ciones de mercado sin oponerse a ellas, profundizando la monetarización de la relación social (J. deMunck, 2005) así como las asimetrías.

A esos dos tipos de políticas sin Estado, que se han practicado de larga data, trata de sustituir laintervención estatal a través de acciones racionalizadas y profesionales que requieren de ciertos dispo-sitivos: i) definiciones y delimitaciones precisas del trabajo infantil para poder intervenir; ii) cuantifica-ciones y localizaciones del problema y sus riesgos; iii) programas de diseño, seguimiento y evaluaciónde las intervenciones. La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidaspara la Infancia (UNICEF) han provisto a los Estados de la mayor parte de esos dispositivos legales(convenios específicos y marcos referenciales de derechos), técnicos (asesorías) y financieros. En estemarco se ha propuesto la política de erradicación del trabajo infantil, al que se lo concibe como unamarca del “atraso”, como lo explica Ludwig Güendel en su artículo en este boletín. Este tipo de polí-tica es actualmente operacionalizada por instituciones estatales y por organizaciones sin fines de lucro.

Sin embargo, la complejidad de la problemática comienza por la conceptualización del trabajoinfantil. En el contexto de la modernidad occidental se ha delegado a la escuela casi totalmente la socia-lización de los hijos. Es en la escuela donde se transmite lo que hay que aprender para vivir y, siguien-do a Foucault, se disciplinan los cuerpos para los trabajos que tendrán que realizar los niños/as cuandosean adultos. En este contexto, es no solo innecesario sino imposible plantearse una socialización direc-tamente en el trabajo de los padres, puesto que los espacios de los adultos y de los niños han sido com-pletamente separados. En otros contextos, como describe Fernando García en este número del boletín,el sistema educativo que se ofrece a las poblaciones indígenas no es adecuado culturalmente a sus nece-sidades de formación, por lo que se “aprende haciendo”, y la socialización se realiza in situ en las acti-vidades productivas de los padres y siguiendo el ritmo de la naturaleza. En un sentido similar reflexio-na Juan Botasso en la entrevista concedida. Patricio Rivas, en su análisis sobre actores, concluye sobrela difícil articulación de los esfuerzos para eliminar el trabajo infantil.Ana Esteves aporta con una carac-terización y datos sobre esta problemática en Ecuador.

Históricamente se han construido diversas concepciones del estatuto y del trabajo de los niños/as,y asimismo las respuestas de políticas del Estado y otros actores han sido heterogéneas y contrapuestas.El objetivo de este número 4 del boletín de políticas públicas de FLACSO ha sido ofrecer una peque-ña muestra de la pluralidad de enfoques de políticas públicas y abrir algunas posibles pistas de debatessobre el trabajo infantil, un tema bastante complejo en el que se ponen en juego los principios de lassociedades modernas y tradicionales y de sus interrelaciones.

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El trabajo infantilen perspectiva

Boletín del Programa de Políticas Públicas - FLACSO Sede Ecuador - Abril 2009

Betty Espinosa*

* Profesora investigadora de FLACSO Ecuador

Page 2: Editorial - FLACSOANDES · 2009. 7. 8. · Boletín del Programa de Políticas Públicas - FLACSO Sede Ecuador - Abril 2009 Betty Espinosa* * Profesora investigadora de FLACSO Ecuador

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También son notorias las alusiones que se nos transmi-ten sobre su peligrosidad cuando no están acompaña-dos visiblemente por adultos. Pero junto a estas estig-matizaciones que se producen en el cotidiano urbanose esconde una realidad aún más dramática que escapaa nuestros ojos: la de los niños laborando en empleosdomésticos, en fábricas clandestinas o forzados a exte-nuantes jornadas laborales en el mundo rural.

Estas situaciones han sido condicionadas por razo-nes estructurales y consuetudinarias, y forman parte deun círculo vicioso que se inserta en la dinámica de des-igualdad de nuestra sociedad. Si bien es difícil en esteartículo ofrecer un discernimiento de la complejidaddel trabajo infantil, sí proponemos ofrecerles la voz dealgunos de los actores que desde diversos espacios ac-túan en la ciudad de Quito y realizan acciones en elresto del país para la eliminación progresiva de esteproblema que nos priva de una sociedad más justa ydigna.

Niños que no tienen un vínculo familiar

A primera vista el mundo del trabajo infantil en la ciu-dad puede hacernos caer en un error. En efecto, pode-mos suponer que todos los niños presentes en la calleson trabajadores, y no es así. Alrededor de 170 niñosmenores de 18 años sin vínculo familiar deambulan

por las calles de Quito, éstos son considerados niñoscallejizados, es decir que sustituyeron la estructura fa-miliar por las redes de la calle, mientras que los niñostrabajadores en la calle mantienen aún el lazo con susfamilias. Se trata de dos ámbitos distintos, tal como in-dica Santiago Pérez1, del Patronato Municipal San José,“son poblaciones diferentes y que no pueden coexis-tir, ni siquiera en la calle coexisten en los mismos espa-cios, peor en una institución”, por esa razón esa insti-tución los atiende aplicando dos estrategias diferentes.

Desde el año 2007 esta institución municipalatiende a la niñez callejizada desde comunidades tera-péuticas alejadas de la ciudad. Esta comunidad “es unametodología, una modalidad de atención, un tipo deintervención basado en criterios sicológicos”, que bus-ca generar “normas de convivencias, darles una estruc-tura de vida y generar a partir de ahí los cambios espe-rados”, porque la calle si bien le ofrece otro tipo deestructura apta para la sobrevivencia, ésta “no les va agenerar oportunidades socialmente aceptadas”, explicaPérez. Como la incorporación a esta comunidad es detipo voluntaria existe otra modalidad de intervencióncon los niños callejizados que no quieren integrarse altratamiento terapéutico. Se trata de un acompaña-miento efectuado desde la calle, para ayudarlos en lasdifíciles condiciones que tienen que sobrellevar y queles impiden acceder a servicios públicos, como los desalud. En estas condiciones los equipos de educadores“hacen un mapeo y un trabajo de identificación de laspoblaciones de calle, hacen un primer acercamiento yasí hacen una primera referencia de los niños que estánpermanentemente en la calle. Pero no solo de niños si-no también de mujeres, de adultos jóvenes o adultosmayores que están en la calle”.

Pérez llama la atención sobre un aspecto singulardetectado en el mundo callejizado, se trata de la ausen-cia de las niñas. Al respecto menciona que la mayoríade esta población está compuesta por varones existien-do una relación de 4 a 1, “Las mujeres no aparecenporque pertenecen a otro estrato de la calle, se ven in-sertas en otros circuitos. Niñas pequeñas casi no en-cuentras, o si se encuentran están con sus padres quetambién viven en la calle. El mayor problema pasa conlos varones”.

2 actuar en mundosplurales No. 4

La difícil articulación de los esfuerzospara eliminar el trabajo infantil

Una de las ideas que tenemos en el mundo urbanodel drama vivido por los niños trabajadores provie-ne seguramente de la imagen de los jóvenes quehacen piruetas en los semáforos, venden caramelosen actividades deportivas o que ayudan a suspadres en ventas callejeras.

Patricio Rivas*

Santiago Pérez

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Benjamín Pinto

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El maltrato intrafamiliar y la orfandad parecen seralgunas de las principales razones por las cuales los ni-ños se callejizan. Jimmy Arteaga2 es voluntario desdehace cuatro años en el Centro de Referencia de la Ma-rín, ayuda a los niños y jóvenes en actividades cultura-les, a hacer sus tareas escolares y acompañarlos sana-mente para que no se vean tentados por la callejiza-ción.Arteaga recuerda que él también fue un niño dela calle.A la edad de 8 años, fruto del maltrato familiar,abandonó su pueblo y se dirigió a Quito. Una vez enla ciudad recuerda que, “me encontré en la calle, noconocía a nadie, me tocaba dormir bajo los puentes, sepasa una vida muy dura, me enseñaron a consumir ce-mento de contacto, los chicos que estaban en la calleya sabían que era eso y nos enseñaban a los nuevos”.Tuvo la suerte de conocer al Padre Marcos Paredesquien lo llevó a terminar sus estudios al Centro SanPatricio en Cumbayá, donde aprendió sastrería, car-pintería y finalmente se quedó con el oficio de electri-cista.Además pertenece actualmente al grupo de músi-ca Trafic Salsa desde el cual compuso un video clip sen-sibilizando sobre el tema de la niñez callejizada.

La callejización de los niños despunta como el es-cenario más crítico para esta población, como lo re-cuerda el propio Arteaga: del grupo de niños de aquelentonces “algunos se han muerto, otros están en la ca-lle, otros como mendigos o drogadictos; yo creo que seles debería enseñar un oficio y ayudarlos hasta que sepueda”. La comunidad educativa y pastoral en la cualse insertó Arteaga es la que hoy se conoce como laFundación Proyecto Salesiano, la cual trabaja atendien-do a más de 4500 niños y adolescentes, en siete ciuda-des del país desde hace treinta años. Los Centros deReferencia mencionados constituyen una de las nu-merosas iniciativas de la Fundación, que apuntan a unabordaje integral de la complejidad del tema de laniñez trabajadora y de la callejizada. La labor del cen-tro es destinada particularmente al seguimiento esco-lar de los niños para evitar el riesgo de su callejización,además de ofrecerles un espacio seguro para la recrea-ción y el descanso. Como lo explica Benjamín Pinto3,educador del Centro de Referencia Don Bosco ubica-do en la Terminal de Buses de la ciudad de Quito,“algunos de los días de la semana nos abocamos a lavisita de la familia del niño para evaluar su desempeño

y problemas que pudiera tener, con esa información esque ayudamos puntualmente al niño en sus tareas es-colares en los Centros de Referencia”.

Trabajo infantil en el Distrito Metropolitano de Quito

A diferencia de los que están callejizados los niños tra-bajadores en la calle son poblaciones que mantienen elvínculo con sus familias.A decir de Pérez, la niñez tra-bajadora son “hijos e hijas que nose deslindan de su hogar, sinoque acompañan a sus padres entareas económicas, o en su mo-mento lo hacen solos como losbetuneros, pero regresan a suscasas. Los niños de los semáforoshaciendo piruetas, vendiendochicles no están solos, sino quetrabajan de una manera sectori-zada, están por cuadras, esquinasy generalmente se turnan entrelos adultos, sean sus padres o no,para observarles y cuidarles dealguna manera” incluso de losniños callejizados. Benjamín Pin-to coincide con esta distinciónefectuada por Pérez, es decir queesta niñez comparte los mismosespacios pero están en situacio-nes diferenciadas.

En ese espacio son utilizadoscomo “instrumento de comer-cio”, porque “es más fácil venderun producto o mendigar algopartiendo del guagua. Comociudadano y desde la perspectivade la caridad funciona. Le compras al guagua, al vieji-to, viejita o a aquella persona que está con el guagua”señala Pérez. Agrega que esta forma laboral es dañinadebido a su profundo alcance, así “estás permitiendoque este niño se estructure desde la lástima, la caridad,desde la mendicidad”. Por lo que esta arista permiteasimismo entender el problema desde una práctica fo-mentada por la costumbre o, como lo manifiesta Pé-rez, desde una dimensión cultural, porque es “desde laformación de la identidad que se construye una perso-na […] éste es un problema cultural [es decir que trata]sobre cómo entiendo y concibo el mundo, y sobrecómo se me permite vivir”.

Otra diferencia sustancial es que la mayoría de laniñez trabajadora sí estudia.Tal como explica Pérez, lamayoría de los niños y niñas trabajadores, situados enun rango de edad de entre 6 y 10 años, estudian y tra-bajan;“pero esta lógica se rompe luego de los 13 añosdonde los niños ya no estudian porque se considerasuficiente saber leer y escribir”. Otro aspecto destaca-do por Pérez es que el interés por el estudio en el espa-cio urbano no es necesariamente fruto de la interven-ción institucional, “[los padres] entienden que la edu-cación es factor de mejoramiento de la calidad de vida,eso las familias lo tienen claro, es una característica másurbana que rural”. Visto desde esta perspectiva el

Programa de Políticas Públicas - FLACSO-Ecuador 3

Adiferencia de los que estáncallejizados los niños tra-bajadores en la calle son

poblaciones que mantienen el víncu-lo con sus familias […] “Los niñosde los semáforos haciendo piruetas,vendiendo chicles no están solos,sino que trabajan de una manerasectorizada, están por cuadras,esquinas y generalmente se turnanentre los adultos, sean sus padres ono, para observarles y cuidarles dealguna manera” incluso de losniños callejizados, explica SantiagoPérez.

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punto central del problema es la generación de opor-tunidades para estas poblaciones, “no puedes obligar alas personas, pero sí puedes mostrarle una serie deoportunidades” apunta Pérez.

Así el apoyo al estudio de los niños y niñas traba-jadores se ha visto reforzado con esta nueva lógica quebusca un mejoramiento de las condiciones de vida yampliación de las oportunidades de las familias. Esta

nueva estrategia está presente, ba-jo diversas modalidades, en las di-ferentes instituciones implicadasen el tema y consiste en apoyomicrofinanciero o bien efectuadomediante la implementación deplanes productivos familiares. Endichas acciones están comprome-tidas instituciones como la Fun-dación Proyecto Salesiano y elPatronato Municipal San José.Esto ha permitido “el empodera-miento del problema por parte delas familias, puesto que la respon-sabilidad económica es principal-mente de los adultos” y de esamanera poder abocar a las niñas yniños al estudio, puntualiza Pérez.Uno de los principales logros dela aplicación de estas estrategiasha sido la disminución del tiem-po destinado al trabajo por partede las niñas, niños y adolescentesen la ciudad de Quito. No obs-tante para potenciar este esfuerzoy acoplarlo a la actual reestructu-ración del país, estas institucionesse han sumado junto a otras insti-tuciones religiosas, ONG e insti-tuciones estatales al Consejo Me-

tropolitano de Protección Integral a la Niñez y Ado-lescencia de Quito –COMPINA-.

El COMPINA

EL COMPINA ejerce la rectoría distrital del Sistemade Protección Integral de la Niñez y Adolescencia,

actuando como responsable de la definición de laspolíticas públicas para la niñez y en la vigilancia de sucumplimiento entre los demás organismos e institu-ciones que conforman el sistema. Está integrado demanera paritaria por ocho representantes del Estado yocho de la sociedad civil. Este consejo busca la canali-zación de los esfuerzos para la ejecución del Plan deProtección Integral a la Niñez y Adolescencia 2006-2010, en el marco del Código de la Niñez y la Ado-lescencia, amparado en la Constitución de la Repú-blica y en las políticas nacionales respectivas.4

La convergencia de diversas experiencias en elseno de este consejo supone superar algunas diferen-cias de orden conceptual y metodológico que luegopuedan convertirse en recomendaciones. En esta ins-tancia existe una serie de comisiones especializadas,una de las cuales es la de niñez en situación de calle quefunciona desde junio de 2008. Tal como lo explicaVerónica Moya5, especialista de políticas públicas delCOMPINA,“la comisión está tratando de mirar cómonos va con esa política, en qué se está fallando” y asítratar de conciliar dos posiciones opuestas existentesen los discursos de los actores institucionales, una rela-tiva a la dignificación del trabajo infantil y otra deerradicación del mismo. Moya precisa que “estamostratando de ver cuáles son nuestras coincidencias y derecordar que no podemos admitir algunas que son vio-latorias de la ley”. Sin embargo, a juicio de Pérez exis-te un interés superior en cada institución, “en elCOMPINA tenemos en común que nadie de los pre-sentes queremos que los niños trabajen”, matizando laidea de que existe una diferencia en los discursos entreinstituciones religiosas o del Estado. En efecto aparen-temente los esfuerzos de cada uno de los actores insti-tucionales pueden parecer a primera vista de caráctercomplementario, pero deben articularse en base almarco legal existente.

La obligación de articular las acciones de las uni-dades de atención es un reto que ha encontrado algu-nas resistencias debido a que éstas llevan consigo unapráctica histórica anterior a la conformación delCOMPINA. Moya explica al respecto que “encuentrasun todo desarticulado, cada uno trabajando en el enfo-que que creía, unos con abundantes recursos, otros conescasos, es una cosa compleja”.Asimismo advierte quepronto se dará otra dificultad relacionada con los“cambios en la institucionalidad, en las formas de ope-rar, de cómo nos articulamos a esta nueva lógica nacio-nal para que el Estado recupere su rol regulador”. Unnuevo rol estatal que estará directamente vinculadocon el éxito de los cambios estructurales que deman-dan la erradicación del trabajo infantil.

La perspectiva laboral

Además de las políticas configuradas a partir de los de-rechos de la niñez y la adolescencia existe otra pers-pectiva del tema del trabajo infantil. Se trata del abor-daje desde el ámbito laboral. Este enfoque proviene dela normativa internacional sobre el trabajo que produ-jo la Organización Internacional del Trabajo -OIT-desde su fundación en 1919 y posteriormente amplia-do en 1946 y 1998. Según explica Angélica Porras6,

4 actuar en mundosplurales No. 4A

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Trabajo agrícola forzosoen las bananeras, en laminería, en la construc-

ción o en el servicio doméstico sonalgunas de las otras caras de esteproblema que priva a los niños yadolescentes de sus derechos funda-mentales y a todos nosotros de unfuturo mejor. Existen además otrasdimensiones de carácter estructural,cultural o político. La labor rigurosade una serie de instituciones queestán abocadas a la tarea de elimi-nar el trabajo infantil en estos otrosámbitos merece ser rescatada eigualmente visibilizada.

Angélica Porras Elba Gamez

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coordinadora nacional del Programa Nacional deErradicación Progresiva del Trabajo Infantil de la OIT,“para nosotros el tema del trabajo infantil está relacio-nado con las condiciones de empleo de los adultos,con las cuestiones de justicia social y con las relacionesde carácter económico, por esa razón está dentro de laperspectiva laboral”. Constituyendo la eliminación deltrabajo infantil uno de los cuatros principios y dere-chos fundamentales del trabajo perseguido por la OIT,Porras hace hincapié en las convenciones 138 y 182,las cuales fueron ratificadas por el Ecuador. El prime-ro establece la edad mínima de admisión al empleo yel segundo determina las peores formas de trabajoinfantil.

Esta perspectiva laboral ha sido retomada con lacreación del Comité Nacional para la ErradicaciónProgresiva del Trabajo Infantil –CONEPTI–, quesigue la estrategia de la OIT de negociación y accióntripartita –Estado, empleadores y trabajadores–, comotambién de la coordinación con organizaciones de lasociedad civil, del poder local, de organismos interna-cionales y de otras instancias gubernamentales. Esta ac-ción tripartita ha conseguido varios éxitos orientadoshacia la eliminación del trabajo infantil.Aunque comoseñala Elba Gámez7, antigua secretaria técnica delCONEPTI, esta articulación no está exenta de dificul-tades. Según explica, hubieron “problemas políticos ypresupuestarios que no han permitido fortalecer suinstitucionalidad […] pero finalmente el año 2008 selogró posicionar y efectuar una propuesta de trabajoarticulado con todos estos actores mencionados paraactualizar el Plan Nacional de Prevención y Erradica-ción del Trabajo Infantil –Plan PETI–, y de esa ma-nera articularlo a la política pública del gobierno” yparticularmente al Objetivo 6 del Plan Nacional deDesarrollo, 2007-2010, llamado a “garantizar el trabajoestable, justo y digno”.

Otro de los resultados emanados de esta estrategiatripartita fue la eliminación del trabajo infantil en elsector de la producción florícola, que constituye unode los pilares de la exportación del país. En efecto, enel año 2005 se creó el Foro Social Florícola que en sucalidad de instancia multisectorial consiguió el respetode los empleadores a las medidas de regularización delas condiciones del trabajo de los adolescentes a partirde los 15 años y a la prohibición de la contratación deniños menores a esa edad en las plantas de producciónde flores. Su carácter multisectorial junto a la aplica-ción de la estrategia tripartita, plasmada en un persis-tente diálogo social y asistencia técnica, generó “unaapertura del sector florícola para el reconocimiento delproblema” indica Gámez. No obstante, queda pen-diente una efectiva vigilancia ministerial del tema paraque no se regrese a la situación anterior, más aún cuan-do es previsible que la crisis mundial afecte nuevamen-te las relaciones de orden laboral, como las de tiposocial en el seno de las familias trabajadoras.

Las formas de trabajo infantil exceden largamentelos ejemplos expuestos en este artículo.Trabajo agríco-la forzoso en las bananeras, en la minería, en la cons-trucción o en el servicio doméstico son algunas de lasotras caras de este problema que priva a los niños yadolescentes de sus derechos fundamentales y a todosnosotros de un futuro mejor. Existen además otrasdimensiones de carácter estructural, cultural o políticono exploradas aquí. La labor rigurosa de una serie deinstituciones que están abocadas a la tarea de eliminarel trabajo infantil en estos otros ámbitos merece serrescatada e igualmente visibilizada. Con los ejemplosexpuestos en este artículo podemos apreciar las dificul-tades que existen en articular la variada gama de es-fuerzos dispersos de las instituciones. De tal maneraque la nueva apuesta del Estado por recuperar su rolregulador no solamente estará condicionada por su ca-pacidad de proveer exitosamente las condiciones nece-sarias para la implementación de esta política, que estárecogida en la Constitución de la República y en elPlan Nacional de Desarrollo, sino también por la exi-gencia de recobrar la dimensión global y el caráctermultifocal del tema del trabajo infantil, en la medidaen que su ocultamiento afecta directamente el futurodel Ecuador.

Notas:* Investigador de FLACSO-Ecuador1 Entrevista realizada el 3 de abril de 20092 Entrevista realizada el 31 de marzo de 20093 Entrevista realizada el 31 de marzo de 20094 La Constitución de la República aprobada en el 2008 en su

transitoria sexta establece que el Consejo Nacional de la Niñezy la Adolescencia se constituirá en Consejo Nacional de laIgualdad, para lo cual adecuará su estructura y funciones a loestipulado en los artículos 156 y 157

5 Entrevista realizada el 1 de abril de 20096 Entrevista realizada el 7 de abril de 20097 Entrevista realizada el 2 de abril de 2009

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Desde su experiencia con el Ecuador indígena yrural ¿Qué opina sobre el trabajo infantil?

Yo también soy de origen campesino. Desde que yorecuerdo siempre he trabajado. Era una cosa absolu-tamente normal, de tal manera que yo no demoni-zaría el trabajo infantil. A mí me parece que el tra-bajo infantil es condenable solo cuando es alterna-tivo a la escuela, cuando para trabajar el niño no seeduca. Eso sí que no es aceptable, porque se le cortaal niño cualquier posibilidad de inserción en lasociedad en un mañana. Uno puede educarse y, enalgún momento, hacer algún pequeño trabajo deacuerdo a su edad, su fuerza y su entrenamiento.Esto es lo normal en la mayoría de los pueblos delmundo.

Yo no tengo nada en contra del trabajo infantil,siempre y cuando no sea una explotación. Porqueen muchos casos se trata de eso, se trata de un tra-bajo infantil que es causado por el destrozo de lafamilia. Hay adultos que viven de los niños. Hayadultos que los explotan para la mendicidad, hayadultos irresponsables que obligan a los niños a tra-bajos superiores a sus fuerzas. En Bolivia he visto aniños trabajar en las minas, en socavones de 80 cen-tímetros de alto, cargando costales pesadísimos, lle-nos de material. Evidentemente esto es condenable.Pero lo que sucedía en las sociedades rurales es queel niño ayudaba de acuerdo a sus posibilidades. No

necesariamente se trataba de una alternativa a laescuela. Yo contra eso no tengo grandes objeciones,ni mucho menos. Entre los Shuar el niño desdepequeño seguía al papá y empezaba a imitarlo, aayudarlo en la cacería, la pesca. La niña iba con lamamá a la huerta, hacía alguna cosita, estaba vien-do, estaba aprendiendo y paulatinamente iba inser-tándose en el sistema productivo. No creo que paraesos pueblos se pueda hablar de explotación.

¿Cree usted que existiría realmente una diferen-cia entre el mundo campesino y del puebloshuar?

Claro que hay diferencias, como las hay entre lasculturas. Se trata de dos formas de economía, dosformas de producción absolutamente diferentes.Evidentemente los dos sistemas involucran a losmiembros de la familia de una manera distinta. Unacosa es llevar al niño de cacería y otra cosa es tener-lo diez o doce horas cavando en el campo. Porque,si va a la escuela y hace los deberes, le queda muypoco para trabajar. Ese poco, si es acorde con lasfuerzas del niño, no es algo que deforme, que cer-cene, que comprima su personalidad. Puede ser to-do lo contrario, porque lo va preparando para unavida que será dura. Yo agradezco que mi infanciahaya coincidido con los años de la segunda guerramundial, un tiempo de estrecheces y privaciones:

La p

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raJuan Botasso:“No tengo nada en contra del trabajo infantil, siempre y cuando no sean explotados, ni sea alternativo a la escuela”

El padre Juan Botasso no es especialista en trabajo in-fantil, pero nos concedió una entrevista para hablar deltema desde su larga experiencia en el Ecuador. Este añocumplirá 50 años de haber llegado por primera vez alpaís. Su labor incluye un estrecho contacto de variosaños con el pueblo Shuar en la región amazónica, co-mo también diez años en Cayambe. Fue encargado dela Universidad Politécnica Salesiana, tiene un doctora-do en Antropología y es actual presidente del centrocultural Abya Yala. (Versión editada de la entrevista).

Entrevista realizada por Patricio Rivas

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aquello me entrenó para afrontar las dificultadesque, en la edad adulta, me tocó vivir en la Ama-zonía.

También los esquemas mentales son diferentes.Hay culturas, como algunas de los Andes, que con-sideran que la mujer no necesita ninguna educa-ción. En base a esta visión las familias no mandan lasniñas a la escuela, porque dicen que no sirve, que noles hace falta, porque la mujer no la necesita. Sonmentalidades que van cambiando poco a poco. Lasfamilias van entendiendo que la sociedad ya no es lamisma y el papel de la mujer no es el del tiempo enque su rol se limitaba al área familiar. Pero se tratade un proceso lento, durante el cual hay que acom-pañar a los distintos grupos con tino y paciencia.No son cambios que se puedan imponer con lafuerza. Para hacer un ejemplo: en Afganistán existeuna actitud hacia la mujer que para nosotros es ina-ceptable. Pero no se puede bombardear el país paraque las cosas cambien.

En base a su experiencia en el Ecuador indíge-na ¿Cómo entender que un niño aprenda y so-cialice acompañando a su padre en su labor dia-ria?

Yo trabajé bastantes años con los Shuar. Lo queobservé es que en aquella sociedad cada miembroconocía todo lo que un adulto debía saber, para so-brevivir en la selva: cultivos, cacería, pesca, construc-ción de la casa….Solo el chamanismo exigía unaespecialización, que se adquiría a través de un largoaprendizaje. Pero se trataba de pocos individuos.Cada uno, hombre y mujer, llegaba a la madurezhabiendo interiorizado todo lo esencial. Solo le fal-taba probar su capacidad, su resistencia, su valor a

través de ciertas demostraciones, como participar enguerras, largas cacerías, días y noches en la selva, siera varón. Casi no existía la que llamamos adoles-cencia. Había un fluir de la vida que desembocaba,casi sin sobresaltos, en la edad en que se formabauna nueva familia.

Nuestra sociedad es totalmente diferente, es unasociedad que necesita infinitas especializaciones.Desde muy temprano cada uno debe escoger uncamino que lo llevará a ser sastre, piloto, médico omecánico….Escoger un camino significa renunciara todos los demás.

Usted hace una diferencia entre el trabajo y laexplotación

Exacto, porque la diferencia es enorme. Si un niñopor A o por B dedica dos horas diarias a limpiarzapatos y después va a la escuela y hace sus deberesno le veo un gran problema. Pero si se le obliga acargar bloques durante ocho horas, y eso no le per-mite ni crecer, ni desarrollarse, eso es algo criminal.¿Qué hace el niño las 24 horas del día? Tiene queestudiar, descansar, alimentarse. Si, además, ejercealguna actividad como poner en orden su cuarto,hacer ciertos mandados para la mamá, ayudar a lavarlos platos, a barrer, a atender en la tiendita, yo noveo que eso sea perjudicial. Otra cosa es que el pa-dre lo haga trabajar de forma irresponsable y queese pobre niño tenga que mantener a la familia. Es-to puede solo darse en culturas que han perdido elrumbo, pero no en las culturas tradicionales. Vol-viendo a mi experiencia en el Oriente, yo recuerdoque cuando los chicos shuar iban de pesca o decacería con el papá, jugaban y trabajaban al mismotiempo.

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El marco normativo

A partir de la Convención sobre los Derechos deNiño de 1989, que establece un enfoque de dere-chos orientado a la protección de la infancia, la ma-yoría de los países de América Latina promulgaronCódigos de la Niñez y la Adolescencia. De igualmanera han ratificado los Convenios de la OIT enmateria de Trabajo Infantil, el Convenio No. 138,adoptado en 1973, “sobre a la edad mínima de ad-misión del empleo” y su Recomendación 146 y elConvenio No. 182, adoptado en 1999, “sobre laprohibición de las peores formas de trabajo infantily la acción inmediata para su eliminación” y su Re-comendación 190.

En este marco los países de la Región están ha-ciendo el esfuerzo por armonizar sus Códigos deniñez y adolescencia con las disposiciones contem-pladas en esos dos Convenios para que, bajo el para-guas de la protección integral, se atienda a los niñosy niñas como sujetos de derechos y por tanto seproteja a las personas por debajo de la edad mínimalegal de admisión al empleo y se proteja al trabaja-dor/a adolescente.

Para ello, en los países de la región se han esta-blecido Comisiones Nacionales para la Prevencióny Erradicación del Trabajo Infantil2, como espaciostripartitos -gobierno, trabajadores y empleadores-con participación de otros actores sociales e institu-cionales. Estas Comisiones Nacionales, que cuentancon apoyo y asistencia técnica de OIT y UNICEF,tienen, entre otras la responsabilidad de formular ycoordinar la ejecución de los Planes Nacionales deerradicación y prevención del trabajo infantil.

Hasta ahora las organizaciones representativasde los pueblos indígenas no están incorporadas enestas Comisiones Nacionales no obstante que docepaíses de la Región han ratificado el Convenio No.169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países In-dependientes adoptado por la OIT en 1989 (Ar-gentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica,

Ecuador, Guatemala, Honduras, Méjico, Paraguay,Venezuela y Chile)

El Convenio No. 169 relativo a los Pueblos In-dígenas, obliga –como en otras materias– a coordi-nar y consultar las medidas y estrategias relativas altrabajo infantil con los pueblos indígenas para ga-rantizar que las normas no interfieran con el disfru-te de sus derechos como pueblos ni las prácticasculturales de formación de la persona y la repro-ducción social y, que al mismo tiempo, prevenganlas situaciones que atentan contra los derechos fun-damentales de los niños y de las niñas. Este mismoconcepto está expresado en la Declaración de lasNaciones Unidas sobre los derechos de los pueblosindígenas aprobada en septiembre de 2008.

De la misma manera estos instrumentos determi-nan la participación de los pueblos indígenas en lanecesaria tarea de armonizar la legislación de protec-ción laboral y la de derechos colectivos, de determi-nar el rol de la justicia indígena y de la organizacióncomunitaria en la sanción de formas internas inade-cuadas de trabajo infantil así como en adoptar lasmedidas necesarias para prevenir las formas inade-cuadas de trabajo infantil y para eliminarlo.

Así como existen complementariedades entrelos derechos de los niños y adolescentes y los dere-chos de los pueblos indígenas y tribales en países in-dependientes, y entre éstos y los derechos humanos,conviene que la formulación de las políticas referi-das a Trabajo Infantil así como en la legislación y ensu reglamentación tomen en cuenta que en variasinstancias se requiere una aproximación particular.

Definiciones básicas

Pueblos indígenas: se usa los criterios de identifi-cación que aporta el Convenio No. 169 sobre pue-blos indígenas y tribales en países independientes.Se entiende que se trata de colectividades que sedistinguen de otros sectores sociales por sus cos-

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El trabajo infantil indígena:algunas reflexiones

El presente artículo pretende poner en consideracióntres temas claves: precisar el marco normativo nacionale internacional, proponer algunas definiciones básicaspara entender el tema y plantear algunas reflexionesque se encuentran en discusión y debate al interior dela investigación social y antropológica.

Fernando García S.1

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tumbres, tradiciones, instituciones sociales, econó-micas, culturales y políticas y que se auto reconocencomo tales, independientemente del estatuto quelas legislaciones nacionales les otorgan o de la deno-minación que adopten (pueblos, nacionalidades,pueblos originarios, etc.).

Persona y ciclos de vida: Los pueblos indígenasestán en un permanente proceso de formación quese refleja en la acumulación de conocimiento-fuer-za. No todos los pueblos indígenas tienen las mis-mas costumbres ni las mismas creencias. Aunquehay enormes diferencias entre los pueblos indígenasde tierras bajas y de tierras altas y entre los indíge-nas que viven en zonas urbanas y en zonas rurales,en algunos pueblos se concibe que los niños y lasniñas no son “personas” por carecer de conoci-miento-fuerza hasta que tienen cierta autonomía dela madre, alrededor de los 2 años de edad en quepor ejemplo, a través de ritos de iniciación se lesasigna un nombre, se les corta el pelo o se les des-teta completamente.

A pesar de que se tiende a asegurar que en lospueblos indígenas no se marca etapas de la vidacomo en las sociedades no-indígenas, por lo gene-ral los pueblos indígenas establecen una fina distin-ción de grupos de edad acorde a la maduración psi-cológica y física. Estos grupos de edad o edadesestán asociados a la adquisición de habilidades cul-turalmente pautadas tanto como a los riesgos de sa-lud, tipo de alimentación, actividades, comporta-mientos y responsabilidades. Estas finas distincionesde edad o clasificaciones etáreas, designadas con tér-minos propios –a menudo diversos según se trate devarones o mujeres– se aplican al período de la niñezpropiamente, hasta los 11 a 13 años.

Niñez: en los pueblos indígenas los niños, y en par-ticular los varones a partir de los 5-6 años en el ám-bito rural, gozan de mayor autonomía que los niñosno-indígenas. En contextos tradicionales niños yniñas se socializan en ámbitos separados, incluso entérminos físicos, y adquieren sus habilidades bajo laorientación del padre/abuelo y la madre/abuelarespectivamente o los hermanos y hermanas. Estocambia con la escuela. Desde muy temprano las ni-ñas y niños indígenas adquieren responsabilidadesen el ámbito familiar, incluyendo responsabilidadesen el hogar y en el terreno productivo como puedeser el cuidado de animales menores.

La noción de derechos inheren-tes a los niños no suele ser un con-cepto tradicional indígena. Coexistela noción de progresiva autonomíaligada al crecimiento con la de laobligación de los padres de cuidar alos niños y niñas y prepararlos paradesempeñarse exitosamente. Encontextos tradicionales la noción dedisciplina es un componente impor-tante de la crianza en los niños apartir de los 5-6 años. Las formas enque se manifiesta el afecto hacia losniños y niñas varían de cultura encultura como también la importan-cia que la relación de edades tiene alinterior de la familia en la distribu-ción de alimentos y tareas.

Adolescencia: en los cánones occi-dentales la adolescencia correspondea una etapa menos definida, de ca-rácter transitorio en la que los rolesvarían marcadamente en función deltipo de normas de matrimonio, actividades produc-tivas de la familia y patrones de residencia. En gene-ral los adolescentes gozan de gran independencia desu tiempo y movilidad, pero tienen responsabilida-des con respecto a su familia nuclear o su familia deorientación, la de sus futuros suegros.

Un adolescente en un pueblo indígena por logeneral, en términos tradicionales debe haber ad-quirido ya todas las habilidades básicas requeridaspara la vida social y productiva, al igual que la mu-jer-adolescente que en esta etapa asumen responsa-bilidades domésticas, del hogar y de reproducción yambos responsabilidades con la familia y su comu-nidad. A menudo hay un desfase particularmentenotorio en esta etapa, entre el comportamiento quela escuela secundaria espera de ellos y ellas y losroles y comportamientos culturalmente pautadosque las culturas indígenas asignan a los adolescentes,tanto hombres como mujeres.

Educación y actividades formativas: tradicional-mente los niños y niñas indígenas adquieren de suspadres y abuelos la mayor parte de los conocimien-tos prácticos y teóricos requeridos para desempe-

La noción de derechosinherentes a los niñosno suele ser un concepto

tradicional indígena. Coexistela noción de progresiva autono-mía ligada al crecimiento con lade la obligación de los padresde cuidar a los niños y niñas yprepararlos para desempeñarseexitosamente. En contextos tra-dicionales la noción de discipli-na es un componente importan-te de la crianza en los niños apartir de los 5-6 años.

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ñarse en el medio en términos materiales y produc-tivos, de seguridad, salud, así como aquellos conoci-mientos requeridos para la vida social (simbólicos,hábitos, actitudes, valores, disposiciones, etc.).

En los primeros años (hasta los 5-6) buena partede esta formación se desarrolla bajo formas de ense-ñanza dirigidas que promueven la adquisición dehabilidades psico-motrices, en tareas domésticascercanas a la vivienda. A partir de esa edad la edu-cación indígena enfatiza disposiciones de disciplinay observación y el niño aprende haciendo tareasque hacen parte de las ocupaciones productivas y

domésticas asociadas a los roles decada género. Se suele señalar queen el mundo indígena la laboriosi-dad es un valor altamente estima-do; en realidad el estado de activi-dad suele ser un indicador del esta-do de salud de las personas: alguienque no es muy activo, que no tra-baja, está enfermo ya sea en térmi-nos físicos o sociales.

La transmisión de padres a hijosde ciertos conocimientos centralespara el desarrollo de las capacidadesde auto-sostenimiento, que se llevaa cabo de acuerdo a pautas bien es-tablecidas, de acuerdo a su edad ycon una progresión preestablecida.Por ejemplo, uno de los procesosmás formalizados de aprendizaje enlas sociedades amazónicas, en elcaso de los varones, es el relativo al

conocimiento de los cantos de las aves, el mismoque se articula al conocimiento de numerosos otrosaspectos del bosque; se espera que un niño a los 7años conozca tantos diferentes cantos de aves, a los11-12 una cantidad notablemente superior y a los15-16 un repertorio muy grande. Como se apren-de haciendo, resulta que desde muy niños los hijosacompañan a los padres en la realización de tareasproductivas y tareas domésticas. Estas son activida-des orientadas y supervisadas por los padres queprogresivamente se hacen con independencia deellos. Debe tomarse en cuenta que este es un cono-cimiento que requiere ser desarrollado in situ y querequiere seguir el ritmo de los ciclos de vida de lanaturaleza.

La gama de conocimientos a adquirir respectode estos ciclos y su relación con las especies anima-les y vegetales directa o indirectamente aprovecha-bles es enorme, particularmente en ciertos ecosiste-mas. De allí que diversos expertos hayan hechonotar la interferencia entre los calendarios de esco-larización y las ocupaciones formativas, y que lospadres encuentren muchas veces difícil o inconve-niente priorizar la asistencia escolar regular frente aestas ocupaciones.

Actividades que realizan las niñas, niños yadolescentes indígenas como parte de las estra-tegias de reproducción familiar: los niños, niñas y

adolescentes desempeñan diversas actividades do-mésticas y productivas. Éstas forman parte de las es-trategias culturales de ayuda y reproducción familiary aunque se basan en los procesos formativos nosólo están ligadas a la adquisición inmediata de co-nocimientos. Bajo esta fórmula dedican algunas ho-ras al día a realizar actividades domésticas (cocina,acarreo de agua, cuidado de hermanos, lavado deropa, actividades en las parcelas, pastoreo, pesca, ca-za, etc.). Para algunas de estas actividades se emple-an herramientas (machetes, hachas, canoas, recorri-do de caminos a pie, tránsito por donde puedehaber animales peligrosos, etc.). En otros contextosy sin previo entrenamiento el uso de estas herra-mientas podría ser catalogado como situaciones deriesgo físico, pero el proceso formativo supone pre-cisamente una progresiva adquisición de habilidadesque marcha pareja con la maduración física y social.Por esa razón en los pueblos indígenas estás activi-dades se consideran culturalmente aceptables.

Escolarización: La relación entre escolarización yactividades formativas, y escolarización y activida-des que realizan los niños, niñas y adolescentes enlos pueblos indígenas, en apoyo de las estrategias dereproducción familiar, es compleja, y no admite unavisión simplificadora o de dirección unívoca.

A menudo el sistema educativo que se ofrece alos niños, niñas y adolescentes indígenas no tiendea preservar y fomentar la cosmovisión, el uso de lalengua propia, el aprecio y la preservación de la cul-tura, la relación con la naturaleza y el entorno. Másbien contribuye a problematizarlo ya que la mayo-ría de la veces es un sistema educativo no adaptadoni adecuado culturalmente a las necesidades de edu-cación de los pueblos indígenas.

Sin embargo, diversos estudios demuestran quelos padres indígenas valoran la educación formalcomo vía para superar las situaciones de discrimina-ción. Las estadísticas demuestran también que la tasade escolaridad en la primaria es muy alta, aún en laszonas culturalmente más tradicionales. En el caso delas niñas, quienes crecientemente asisten a la escue-la, terminan la primaria y se enrolan en la secun-daria.

Algunas reflexiones

En relación a las estadísticas el estimado aportado enlos últimos años por la OIT asciende a poco más del5% (5.7 millones en el 2004) de niños y niñas entre5 y 14 años de América Latina y el Caribe que tra-bajan.

Sin embargo, en la mayoría de los países noexisten datos específicos para la población infantilindígena trabajadora. Es probable que con estos cri-terios los porcentajes de trabajo infantil en la pobla-ción indígena sean iguales o más altos, dependien-do también del criterio que se emplee para deter-minar a la población indígena en los censos y en-

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Como se aprende haciendo,resulta que desde muyniños los hijos acompa-

ñan a los padres en la realizaciónde tareas productivas y tareasdomésticas. Estas son actividadesorientadas y supervisadas por lospadres que progresivamente sehacen con independencia de ellos.

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cuestas de hogares. Está pendiente incorporar al sis-tema estadísticas nacionales las variables que permi-tan determinar la incidencia del trabajo infantil ytrabajo infantil indígena y llevar a cabo un análisisde las correlaciones entre trabajo infantil, sectores,contextos y niveles y tipo de pobreza.

Con estas limitaciones se hace difícil establecerla incidencia específica del trabajo infantil en lapoblación indígena y mucho menos la situación es-pecífica de tal o cual pueblo en particular. Ello exi-giría incorporar a los principales registros adminis-trativos la variable étnica, lo que en algunos paísesimplica remontar aún muchas lagunas normativas eincluso constitucionales.

La mayor parte de la población infantil que lasestadísticas registran como trabajando se encuentraen el área rural y en el sector agrícola, aunque enmateria de trabajo infantil indígena la población ur-bana tiene una importancia cada vez mayor. De estose deduce que las cifras incluyen buena parte de lasocupaciones por cuenta propia que los niños y ado-lescentes, principalmente menores de 14 años, rea-lizan en el contexto familiar. En cambio, es posibleque las cifras no registren a los niños y adolescentesque se encuentran en labores a menudo domésticas,pero no exclusivamente, llamadas ocultas porqueestán subsumidas bajo formas de padrinazgo o ayu-da a cambio de educación.

A la luz del Convenio de la OIT No. 169 sobrepueblos indígenas y tribales en países independien-tes se ha tomado conciencia de que en el combatecontra el trabajo infantil se deben distinguir lo quees trabajo infantil, incluida la participación en acti-vidades familiares, en la agricultura,minería, comer-cio, en las que existen riesgos físicos, psíquicos ymorales (minería, producción de hoja de coca, etc.),de aquellas actividades aceptables que llevan a cabolos niños y adolescentes en su contexto familiar,adaptadas a su edad que hacen parte de su procesoformativo.

Hay menos consenso en torno a cómo tratar lassituaciones en las que no hay de por medio condi-ciones de explotación económica infantil pero laactividad tiene cierta incidencia en el ausentismo,rendimiento o abandono escolar cuando ocurre encontextos en los que las familias y los niños tienencomo perspectiva permanecer en sus territorios ypriorizan la participación de sus hijos en faenas pro-ductivas frente a una escuela que no parece aportara sus futuras posibilidades. Ser indígena no significaque los niños no tengan los mismos derechos y lospadres no tengan la obligación de enviar a los niñosa la escuela.

Es deber del Estado proveer una educación cul-turalmente adecuada o transferir la responsabilidady los recursos necesarios a los mismos pueblos. LosEstados reconocen en el preámbulo de la Conven-ción sobre los Derechos del Niño que el niño, parael pleno y armonioso desarrollo de su personalidad,debe crecer en el seno de la familia, en un ambien-te de felicidad, amor y comprensión. Junto a este

reconocimiento como sujetos de derechos los niñosno pueden ser aislados de los contextos culturalesde la familia y de las estrategias familiares de repro-ducción sin riesgo de afectar los derechos culturalescolectivos de los pueblos.

Todos estos factores obligan a definir un enfo-que diferenciado de cara a las ocupaciones o traba-jo infantil indígena en el entorno comunitario y ala vez exige que los criterios y estrategias sean con-sensuados con la población directamente involucra-da, incluyendo el diseño de la oferta escolar.

A continuación se ensaya una tipología de situa-ciones claramente de trabajo infantil indígena vi-gentes en América Latina que requieren la atenciónde las autoridades comunales y nacionales para dise-ñar estrategias que contribuyan a fortalecer los de-rechos de los niños indígenas y a mejorar sus opor-tunidades y condiciones de vida.

Trabajo infantil a cambio de ayudas: bajo una formaque aparenta responder a obligaciones sociales cul-turalmente pautadas se dan situaciones en las queniños huérfanos o hijos de familias indígenas pobreso pauperizadas que valoran que sus hijos estudienen escuelas de las ciudades, se encuentran sometidosa situaciones de trabajo infantil que comprometensu oportunidad de educación, su derecho a tiempolibre para recreación y descanso. En ellas las obliga-ciones de los niños no están pre-establecidas demodo que los niños trabajadores deben realizar todaclase de labores, sin horario, a cambio de alojamien-to, comida, vestido y útiles realizan trabajos domés-ticos o trabajos de apoyo en faenas de campo.

Trabajo infantil por patronazgo: se trata de una si-tuación de trabajo infantil donde hay de por me-dio un acuerdo explícito de trabajo entre los padresdel niño o niña y el empleador, y un pago sea direc-

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tamente al niño o a los padres. Se reportan situacio-nes donde el “empatronamiento” constituye unmedio para amortiguar o cancelar una deuda. Co-mo en el caso anterior corresponde a trabajos do-mésticos o rurales que tienen un carácter oculto yque muchas veces constituyen formas de trabajoforzoso.Aunque los Códigos de la Niñez establecenla obligación del empleador de empadronar a los ylas adolescentes trabajadores para que los munici-pios puedan ejercer una labor de supervisión, lanorma no se cumple por lo general ni las instanciasresponsables ejercen control. Bajo esta fórmula nosiempre las niñas, niños y adolescentes pueden con-tinuar sus estudios. Ocurre también que el “empa-dronamiento” se da con el intermediario que a suvez coloca al niño o adolescente en un trabajo loque lo pone en una situación que puede ser califi-cada de trata infantil para explotación laboral y tra-bajo forzoso de niños.

Trabajo infantil con la familia en labores agrícolasmigratorias: bajo contextos de agricultura modernao tradicional muchas familias indígenas migranestacionalmente para los períodos de zafra, inclu-yendo niños y adolescentes que asumen responsabi-lidades de trabajo. Se ha reportado este tipo de tra-bajo infantil en contextos de agricultura modernade exportación pero también en contextos más tra-dicionales (cosecha de café) y actividades extracti-vas. Incluso tienen lugar a través de migracionestransfronterizas que debilitan las posibilidades decontar con garantías. En estos contextos el costo dela jornada de trabajo de los niños y adolescentes esmenor. En ocasiones –cuando se paga al destajo– losniños son sometidos a gran esfuerzo para tratar deincrementar los ingresos globales de la familia. Aveces los períodos de trabajo son extremadamenteprolongados (9-10 meses) y determinan el abando-no temporal o definitivo de la escuela; cuando no,igualmente la inasistencia afecta el rendimiento ytiene consecuencias sobre el fracaso escolar. Por logeneral las jornadas de trabajo son extensas y no

existen mecanismos y procedimientos que facilitenla incorporación temporal de los niños en las escue-las y colegios. Con frecuencia esta migración esta-cional se convierte en un paso hacia la migraciónmás definitiva de la familia o los niños.

Trabajo infantil indígena servil: bajo condicionescada vez menos comunes subsisten otras situacionesde trabajo infantil servil indígena que también co-rresponden a las peores formas. Perpetúa la situa-ción de los padres dentro de un círculo de exclu-sión, en donde los niños se encuentran en situaciónde gran vulnerabilidad. Se originan en la falta decontrol sobre sus territorios y que permiten a unpatrón disponer de la fuerza de trabajo de las fami-lias indígenas a cambio de acceder a tierras y habi-litaciones en dinero o especies, terminando atrapa-dos muchas veces en un círculo vicioso de deudasque no les permite salir de esta situación. El casoparadigmático planteado es el de las familias, niñosy niñas guaraníes.

Trabajo infantil urbano: Niños indígenas que hanmigrado a las ciudades y trabajan por largas horas ensituaciones de peligro, muchas veces en las calles, amenudo en condiciones de riesgo físico, psíquico ymoral. La dedicación a estas actividades puede va-riar a lo largo del año. En algunas actividades losniños varones son mayoritarios; algunas de estas ac-tividades las desempeñan los niños en compañía desu padre/madre (reciclaje, por ejemplo). Aunquepara algunos es un trabajo a tiempo parcial no siem-pre se dan condiciones que permiten que asistan ala escuela o logren un nivel de rendimiento que nolos induzca a abandonarla. A veces se trata precisa-mente de trabajos informales de carácter temporalque permiten a los niños costearse los gastos asocia-dos a la escolarización.

Trabajo infantil doméstico:Aunque el trabajo infan-til doméstico hace muchas veces parte de otrosesquemas de padrinazgo, trabajo por ayudas o traba-jo servil, constituye en sí mismo una situación resal-tante porque abarca una proporción importante deniñas, en situaciones generalmente de explotación.Se trata de una actividad impropia para los niños yniñas por debajo de la edad permitida, aunque laexpansión urbana hace que nuevos contingentes deniños indígenas expulsados del campo, por losrequerimientos de ingresos monetarios que tiene lafamilia, se incorporan cada año en condicionessobre las que las autoridades de trabajo no ejercenningún control o supervisión.

Notas:1 Profesor investigador de FLACSO Ecuador2 En el caso del Ecuador se trata del Consejo Nacional para la

Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil, CONEPTI.

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En la realidad coexisten diversos enfoques sobre eltrabajo infantil, que a continuación mencionamosrápidamente. El paradigma del control social de lainfancia, influenciado por la cultura filantrópica ycaritativa, que considera al niño trabajador comoobjeto de protección y penaliza sus actividades la-borales. En este paradigma, el niño trabajador esconsiderado en “situación irregular” y debe ser con-trolado (Juez de Menores, sistema correccional) ypuesto bajo la tutela del Estado. Actualmente esteparadigma tiende a ser desplazado en el discursopúblico por el de protección integral de la infancia,propiciado por organismos internacionales deNaciones Unidas, para el cual los niños son consi-derados sujetos de derechos en lugar de objetos deintervención. En este paradigma el lugar de losniños no es el trabajo, ni las instituciones de meno-res, ni los reformatorios sino la familia y la escuela.Un tercer paradigma es el de la promoción social dela infancia que exige el derecho de los niños a tra-bajar y la creación de condiciones dignas de traba-jo para evitar su explotación. Representativos deesta última postura son los movimientos y organiza-ciones de niños, niñas y adolescentes trabajadores(NATs), que surgieron en América latina en ladécada de los 80, que buscan recuperar el protago-nismo de los niños en la sociedad2.

Desde el año 2000 se han realizado mayoresesfuerzos para situar en la “agenda pública” el temadel trabajo infantil. En 1990 el Ecuador ratificó laConvención de las Naciones Unidas sobre los De-rechos del Niño, que reconoce el derecho del me-nor de 18 años “a estar protegido contra la explota-ción económica y contra el desempeño de cual-quier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecersu educación, o que sea nocivo para su salud o parasu desarrollo físico, mental, espiritual, moral o so-cial”. El Convenio 138 sobre la edad mínima parala admisión al empleo y el Convenio 182 sobre laspeores formas de trabajo infantil, los dos de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue-ron ratificados por el país en el año 2000. En cuan-to a la legislación nacional, el Código del trabajo yel Código de la Niñez y Adolescencia (vigentedesde el 2003), regulan la participación de menoresen actividades laborales y sitúan en 15 años la edadmínima para cualquier tipo de trabajo. Adicional-mente se prohíbe a los adolescentes de 15-17 añosla realización de determinados trabajos considera-dos peligrosos y se fija la jornada máxima para losotros tipos de trabajo en 6 horas diarias. Los ajustesa estos códigos nacionales permitieron asegurar sucoherencia con los convenios internacionales ratifi-cados por el país3.

Los marcos legales descritos sugieren que noexiste una oposición total al trabajo infantil, ya queciertos tipos de trabajos no son considerados perju-diciales para el desarrollo integral del niño. El “tra-bajo infantil” que se busca abolir corresponde a unade las siguientes categorías4:

“Un trabajo realizado por un niño o niña que noalcance la edad mínima especificada para undeterminado trabajo y que, por consiguiente,impida probablemente la educación y el plenodesarrollo del niño o de la niña (15 años en elEcuador).

Un trabajo que se denomina trabajo peligrosoporque, ya sea por su naturaleza o por las condi-ciones en que se realiza, pone en peligro el bien-estar físico, mental o moral de adolescentes oniños y niñas que están por encima de la edadmínima para trabajar.

Cualquiera de las incuestionablemente peoresformas de trabajo infantil, que internacionalmen-te se definen como esclavitud, trata de personas,servidumbre por deudas y otras formas de traba-jo forzoso, como el reclutamiento forzoso deniños para utilizarlos en conflictos armados,explotación sexual comercial y pornografía, yactividades ilícitas”.

Magnitud y características del trabajo infantil en Ecuador

El trabajo infantil es un fenómeno bastante comúnen el país, que afecta al 14,3% de los niños y niñasentre 7 y 14 años. Ecuador registra una de las inci-dencias más importantes del fenómeno en la región:dentro de los 13 países que disponen de cifras com-parables, ocupa el tercer puesto luego de Guatemala(20%) y República Dominicana (17%) .

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Sobre esta concepción de “trabajo infantil”, inspira-da en el enfoque de la protección integral de lainfancia y que ha sido propiciada por los organis-mos internacionales de Naciones Unidas como laOIT y UNICEF, se basan las políticas públicas quese han elaborado en el país. En este marco en 1997se creó el Comité Nacional para la ErradicaciónProgresiva del Trabajo Infantil, CONEPTI, instan-cia tripartita adscrita al Ministerio de Trabajo y Em-pleo que tiene entre sus competencias la definiciónde políticas de prevención y erradicación del traba-jo infantil en el Ecuador. Bajo el impulso de estainstancia se elaboró participativamente el PlanNacional de Prevención y Erradicación del TrabajoInfantil 2008-2013, el mismo que se articula al PlanNacional de Desarrollo. La institucionalidad tam-bién se vio reforzada con la creación del ConsejoNacional de la Niñez y Adolescencia, conformadopor representantes del Estado y de la sociedad civil,que vela por el cumplimiento de los derechos de losmenores de 18 años. Desde el 2005 se cuenta con el

Plan Decenal de Protección Integral a la Niñez yAdolescencia, que dentro de las 29 políticas relativasa la protección de los derechos de la infancia inclu-ye medidas específicas para la eliminación del traba-jo infantil por abolir.

Desde 1998, el Programa Internacional para laErradicación del Trabajo Infantil (IPEC) tambiénha tenido presencia en el país con proyectos orien-tados a erradicar el trabajo infantil peligroso en la-drilleras, basurales, minería artesanal, así como suspeores formas. El IPEC también ha colaborado coninvestigaciones para una mejor cuantificación ycomprensión de esta problemática5.

Los esfuerzos emprendidos en relación a la pre-vención y erradicación del trabajo infantil, la mayorcoordinación entre los diversos sectores relaciona-dos con este problema social (municipios, emplea-dores, trabajadores, ministerios, organizaciones nogubernamentales, entre otros actores), la sensibiliza-ción a la opinión pública, así como las mejores con-diciones económicas del país durante el período2001-2006 han contribuido a la reducción del tra-bajo infantil. Según los resultados de la EncuestaNacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2006, cerca de662,665 niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17años están inmersos en actividades económicas6, loque representa el 17% de la población total dedicho grupo de edad7.Aunque estas cifras son altas,reflejan una reducción tanto absoluta como relativadel trabajo infantil si se toma en cuenta que en el2001, el universo de niños trabajadores era de720.450 (19.8% del grupo entre 5 y 17 años). Esimportante señalar que estas cifras están subestima-das debido a que la encuesta de hogares tiene difi-cultades para captar las peores formas de trabajoinfantil.

El trabajo infantil por abolir, tal como fue defi-nido anteriormente, afecta a 640.642 menores, esdecir a la casi totalidad de los niños trabajadores(662.665).Aproximadamente el 72% del trabajo in-fantil por abolir corresponde a la categoría particu-larmente perjudicial de trabajo peligroso8. Este afec-ta en mayor proporción a los niños (15.4% vs. 8.2%para las niñas en el grupo de edad 5 a 17 años) ytiene mayor incidencia en el área rural (29.8% vs.8.0% en el área urbana para el grupo de edad entre5 y 17 años).

El 44,6% de los menores trabajadores tiene en-tre 15 y 17 años. El trabajo infantil tiende a crecera medida que aumenta la edad del menor: en elgrupo de 5-9 años se registra una tasa de participa-ción de 5,6%, mientras que en el grupo de adoles-centes de 15 a 17 años aquellos que trabajan repre-sentan el 33,7% de dicho grupo de edad.

El trabajo infantil se concentra en el área rural, zonadonde reside el 66,8% de los niños trabajadores ydonde el 30,3% de los menores entre 5 y 17 añosestán involucrados en actividades económicas vs.9% en el área urbana. Los pueblos indígenas se ven

14 actuar en mundosplurales No. 4

30%

46%

12.3%

8%

2%2%

Ayuda al ingreso familiar

Ayuda en el negocio o finca familiar

Aprender a trabajar

Tener independencia económica

Pagarse sus estudios

Otras razones

Razones para que los niños trabajen

Distribución de niños, niñas y adolescentes trabajadores entre 5 y 17 añossegún grupo de edad, área, sexo, región y asistencia escolar

Características 2006Frecuencia Porcentaje

Grupos de edad De 5 a 11 años 164.552 24,83

De 12 a 14 años 202.585 30,57

De 15 a 17 años 295.528 44,60

Área Urbana 220.242 33,24

Rural 442.423 66,76

Sexo Hombres 416.067 62,79

Mujeres 246.598 37,21

Región Sierra 389.891 58,84

Costa 221.601 33,44

Amazonía 51.173 7,72

Asistencia escolar Sí asiste 432.603 65,28

No asiste 230.062 34,72

Total 662.665 100,0

Fuente: INEC, ENEMDUR, 2006

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particularmente afectados por esta problemática.Así, mientras que el 17% del total de niños, niñas yadolescentes de entre 5-17 años se encuentran eco-nómicamente activos, dicho indicador asciende al50% en el caso de los niños y niñas indígenas delEcuador. Esto se debe, entre otros factores, a lamayor incidencia de la pobreza en las zonas rurales;a la participación de niños y niñas en actividadesagrícolas desarrolladas dentro del ámbito familiar (el70% de la mano de obra infantil de 5-14 años seconcentra en la rama de actividad “agricultura,ganadería, silvicultura y pesca”); y, a la falta de acce-so a una educación de calidad. Entre los jóvenes de15-17 años se observa una menor participación enlas actividades agrícolas (48,5%) a favor del comer-cio, la industria, la construcción, en el caso de losniños, y del servicio doméstico en el caso de lasniñas. Esto está asociado a la migración hacia laszonas urbanas en busca de mejores oportunidadesde empleo y de educación.

Entre las razones avanzadas por los padres paraque los niños trabajen, las principales fueron: ayudaral ingreso familiar, ayudar en el negocio o fincafamiliar, para que aprenda a trabajar o porque es suobligación. El valor asignado a la “ayuda en el nego-cio o finca familiar” y “para que aprenda a trabajar”es mucho mayor en las áreas rurales. Esto está enconsonancia con la predominancia de las activida-des agrícolas de tipo familiar en el área rural y conla poca relevancia de los contenidos educativos eneste ámbito lo que incrementa la valoración del tra-bajo como actividad para garantizar la subsistencia.

Existe un mayor porcentaje de niños y adoles-centes varones que de mujeres dedicados al trabajo.La brecha de género tiende a incrementarse con laedad: el 43% de los adolescentes de 15-17 años rea-lizan actividades económicas vs. 23.1% para lasniñas. No obstante, es importante señalar que ladefinición de trabajo infantil no incluye la partici-pación en los quehaceres domésticos en el propiohogar, actividad que es mayor y más intensiva (ennúmero de horas semanales) entre las niñas queentre los niños: 69% y 57%, respectivamente. Aligual que el trabajo, las tareas domésticas constitu-yen un obstáculo a la participación y rendimientoescolar.

La menor asistencia, el rezago escolar y la des-erción temprana son aspectos que reflejan la dificul-tad de combinar el trabajo con los estudios. La tasade asistencia escolar de los niños trabajadores es sig-nificativamente menor que la de aquellos que norealizan ninguna actividad económica: 65% y 92%de los menores entre 5 y 17 años, respectivamente.La brecha de asistencia escolar entre los menoresque trabajan y los que no trabajan tiende a incre-mentarse con la edad, alcanzando 36 puntos por-centuales para el grupo entre 15 y 17 años (84% vs.48%). Esto se relaciona con el incremento progresi-vo de los costos de oportunidad del trabajo frente aotras alternativas de inversión del tiempo (en la

medida en que aumenta la edad, el aporte de losjóvenes al ingreso familiar es mucho más elevado yesto actúa como incentivo al trabajo en detrimentode la educación). De acuerdo con un estudio enbase a la Encuesta de Condiciones de Vida de 1999,el ingreso de los jóvenes en edad de estudiar elbachillerato que no se matricularon o desertaron enese año era de US$56 por mes, sin gran diferenciaentre áreas. Los/as jóvenes en este rango de edadque no estaban estudiando aportaban con 34% enpromedio del ingreso familiar. El aporte de este tra-bajo a las familias de los quintiles más bajos deingreso era de 61% en promedio, mientras que delquintil más alto era de 18%9. La falta de recursoseconómicos del hogar (53,7%), la necesidad de tra-bajar (11,6%) y la falta de interés por los estudios(9,3%) fueron las principales razones avanzadas porlos niños trabajadores para no asistir a la escuela.

A modo de conclusión, se puede afirmar que losdiversos instrumentos de política pública que en lapresente década han orientado el accionar en eltema de trabajo infantil contribuyeron a la disminu-ción de este problema social. De acuerdo con lascifras analizadas, las políticas públicas deben ponerespecial énfasis en el área rural donde se concentrala mayor parte del trabajo infantil.

Notas:

* Profesora asociada FLACSO-Ecuador.1 INEC, Versión preliminar del Informe Nacional de los

Resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2006,Quito 2008. Los datos analizados posteriormente provienen deesta fuente, así como de la presentación de Claudio Gallardo:Ecuador, Segunda encuesta nacional sobre trabajo infantil.Metodologías y principales resultados, INEC, Quito, Mayo de2008.

2 Peralta M.I., Muñoz C., La situación del trabajo infantil y su rela-ción con las políticas públicas e intervención social en Argentinay Chile, Perspectivas Nº 17, 2006, 75-122.

3 Marschatz Astrid (2005), Informe Nacional de los resultados dela encuesta de trabajo infantil en Ecuador, OIT, IPEC, SIMPOC,Costa Rica.

4 Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil(IPEC), Qué es trabajo infantil? http://white.oit.org.pe/ipec/pagina.php?pagina=156, último acceso 02/04/09.

5 IPEC, Ficha: Situación y avances sobre trabajo infantil enEcuador, OIT, 2009, http://white.oit.org.pe/ipec/documentos/fichaecuador.pdf

6 No incluye las tareas domésticas realizadas en el propio hogar.La encuesta identificó más de 3.9 millones de niños y niñas entre5 y 17 años en el 2006, lo cual representa aproximadamente el29% de la población total del país.

7 Incluye las formas incuestionablemente peores de trabajo infan-til, así como el trabajo que por su naturaleza o las condiciones enque se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad ola moralidad de los niños.

8 Según el censo de Población y Vivienda del 2001, aproximada-mente el 7% de la población se auto identifica como indígena.

9 El 70% de los hogares rurales se ubica en los 2 quintiles máspobres de la distribución de ingresos vs. el 45% en las zonas urba-nas.

10 Arcos Carlos y Vásconez Alison, “Eficiencia, equidad y retornosdel bachillerato en Ecuador”, en Arcos Carlos y Espinosa Betty,coords. (2008), Desafíos para la educación en Ecuador: calidad yequidad, FLACSO, Quito.

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Estamos acostumbrados en la región a que lo socialse aborde desde una visión reactiva, nunca anticipa-tiva, lo cual se produce a raíz de que está muy incor-porada en nuestro imaginario social la visión asisten-cialista y caritativa propia de las concepciones deci-monónicas. Así, cuando hablamos sobre la niñez nolo hacemos desde la perspectiva positiva y modernade los derechos sino desde un enfoque basado en lamisericordia. La lógica del “pobrecito” refuerza ac-ciones de los grupos religiosos o sociales que atien-den a los más pobres o necesitados desde la limosna.No es casualidad que el tema de niñez esté íntima-mente asociado a las estrategias asistenciales que sur-gen de empresas y de personas con recursos con algu-na sensibilidad social. Como ha señalado el científi-co social Eduardo Bustelo, muchas de estas expresio-nes alimentan conceptos equivocados y asistencialis-tas de responsabilidad social, una categoría en bogaactualmente que procura definir un concepto demayor compromiso del sector privado hacia lo social.

El tema de trabajo infantil es uno de estos aspec-tos de la niñez y la adolescencia que se tratan desdeesta perspectiva de la misericordia y no desde unenfoque de los derechos humanos. Es un tema polé-mico, ya que encierra una serie de creencias y cos-tumbres acerca del papel del trabajo y la formaciónhumana, muchas de las cuales, aunque parezca incre-íble, buscan un sustento en muchas teorías sociales yeconómicas, que postulan la funcionalidad del traba-jo infantil para complementar los ingresos de lasfamilias más pobres.

En primer lugar, existe la tendencia a concebir eltrabajo infantil, normalmente como algo natural. Lamáxima de que todas las personas deben ser produc-tivas y contribuir con el sustento individual y socialse aplica en este caso. Esta es una idea premodernapropia de las economías de subsistencia en la que

todas las personas integrantes de la familia debíaninsertarse en las actividades productivas. También esla reminiscencia de un concepto de sociedad en laque no se hacía distinción entre niñez y adultez.Combinadas estas dos ideas, resulta lógica la justifi-cación del trabajo infantil. Es paradójico que entrelos grupos medios y altos esta máxima no se aplicapara sus niños y niñas, creándose en la sociedad undoble estándar entre las familias: las familias pobresdonde se justifica el trabajo infantil y las familiasrelativamente más ricas, en las cuales la moratoria esalgo indiscutible.

La relación adultez-niñez surge con la moderni-dad y el capitalismo industrial. La familia, tal y comola conocemos actualmente, obedece a una reformula-ción de las funciones productivas y reproductivas,que tuvieron lugar en este contexto. En la era de lasociedad del conocimiento, la moratoria laboral de laniñez es más valorada todavía, ya que se visualizacomo un momento propicio para el desarrollo de las

Trabajo infantil: señal de atrasoLos temas de niñez y de la adolescencia y la pobrezageneralmente son tratados con prejuicios o desde elenfoque de la caridad. Ello ocurre porque los niños y lasniñas y, menos aún los/as adolescentes, no son concebi-dos como personas autónomas y con derechos sinocomo apéndices del mundo adulto. Es decir, no sonvalorado/as como sujetos con capacidad de discerni-miento y de toma de decisiones. Normalmente, losasuntos macroeconómicos, ambientales y político-insti-tucionales tampoco se asocian a la niñez, a pesar de queeste grupo social representa casi la mitad de la pobla-ción latinoamericana.

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capacidades y la transmisión de valores y normas so-ciales a la niñez, que a la postre mejorará los nivelesde productividad e integración social. No es una ca-sualidad el surgimiento de la escuela como una insti-tución especializada en esta actividad de preparaciónde la fuerza de trabajo y la preponderancia y univer-salidad que adquiere en este nuevo contexto. De ahíque en las sociedades plenamente modernas y de unalto desarrollo industrial, el trabajo infantil es sancio-nado moral y jurídicamente y disfuncional desde elpunto de vista del crecimiento económico y de labúsqueda de altos niveles de competitividad interna-cional.

En las sociedades latinoamericanas, caracteriza-das por fracturas sociales y estructuras económicas ysociales heterogéneas, persisten aún tradiciones ymodos de producción que legitiman el trabajo infan-til. En el 2008, 251.7 millones de personas (46.7%)son pobres e indigentes, lo cual es equivalente a casila mitad de la población. La mayoría de estos pobresson niños, niñas y adolescentes, de los cuales aproxi-madamente 17 millones trabajan tempranamente.

La pobreza expresa, además, un problema de des-igualdad social, uno de los ámbitos en los que, triste-mente, América Latina se distingue en el contextomundial, pero sobre todo un problema de privaciónde capacidades en muy diferentes ámbitos. La gentepobre es menos educada, con remuneraciones másbajas y con mayor adherencia a estos prejuicios y cos-tumbres premodernas que valoran el trabajo infantil.También la pobreza conduce a que los sistemas deprotección social frente a riesgos de distinta natura-leza no operen adecuadamente o no funcionen demanera definitiva, incluyendo a las familias y a lascomunidades, las cuales tienden a romperse y dejande funcionar como mecanismos de solidaridad ycohesión social. Bajo estas circunstancias, el trabajoinfantil se transforma en una estrategia de sobrevi-vencia de las familias pobres y un indicador de dete-rioro social.

En los años noventa, a pesar del ajuste macroeco-nómico, se construye un Estado más activo y com-prometido con los temas de niñez y adolescencia y de

la atención de la pobreza. Los avances en materia ju-rídica a nivel internacional, gracias a la aprobaciónde la Convención sobre los derechos del niño en laAsamblea General de la ONU y del Convenio 189promovido por la OIT, se refieren a la aprobación delos códigos de la niñez en América Latina y a lasreformas institucionales en el área de la protección.Las políticas focalizadas de reducción de la pobreza,que avanzaron hacia condicionalidades en los subsi-dios, también fueron importantes para atenuar estadramática situación de muchasfamilias, pero no han sido lasolución dado que es un proble-ma social que obedece a falen-cias estructurales de la sociedad.En este sentido, no parece haberotra vía más que el fortaleci-miento de la inversión producti-va y el desarrollo de sistemas deprotección social a través decapacitación, créditos y asisten-cia técnica a las familias. La otraestrategia primordial es el forta-lecimiento de la educación y demecanismos que contribuyan aque los niños se mantengan enla escuela, a través de múltiplesinstrumentos que van desde be-cas y subsidios para que los padres y madres matricu-len a sus hijos e hijas, hasta mecanismos curricularesy pedagógicos para sostener a esta población en elaula.

A pesar de estos avances jurídicos e instituciona-les, empresario/as inescrupulosos contratan mano deobra infantil a sabiendas de las implicaciones quetiene para los niños y niñas y para las familias pobresen términos de reducción de oportunidades. Esto lohacen porque les permite abaratar costos de produc-ción y hacer caso omiso de otras regulaciones labora-les. En lugar de cooperar, más bien contribuyen aempeorar el problema. Si no hay demanda de traba-jo no hay oferta, de modo que el apoyo que puededar este sector es primordial no contratando este tipode mano de obra. Es necesario, por consiguiente, tra-bajar con los órganos corporativos empresariales parael desarrollo de mecanismos de acreditación y audi-torías sociales de empresas que contribuyan a mos-trar las buenas prácticas de aquellas que son social-mente responsables y a explicitar quiénes no lo ha-cen. Aparte de trabajar para que la legislación secumpla y de fortalecer a las instituciones en la pro-tección de las familias pobres y sus niños y niñas, esnecesario, en consecuencia, crear estos mecanismosque reafirmen las sanciones morales a estas personasy empresas inescrupulosas.

Notas:* Director de Programas de UNICEF-Ecuador

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Es necesario, por consiguien-te, trabajar con los órganoscorporativos empresariales

para el desarrollo de mecanismos deacreditación y auditorías sociales deempresas que contribuyan a mostrarlas buenas prácticas de aquellas queson socialmente responsables y aexplicitar quiénes no lo hacen.

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Reforma a las leyes de seguridad social

A lo largo del mes de marzo y en lo que va de abril, entre las noticias relativas políticas públicas la prensa nacional ha prioriza-do aquellas vinculadas al proyecto de reformas a la Ley del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, a la Ley del ISSFA y a laLey del ISSPOL, presentado con carácter de urgente en materia económica. En este contexto, los puntos recurrentes de la noti-cia se centran en:

- la posible compra de cartera hipotecaria de los afiliados al Sistema Financiero Privado y la nueva normativa que regu-lará la entrega de créditos hipotecarios a afiliados y pensionistas de vejez y jubilación. Se reitera en varios medios queesta medida dinamizará el sector de la construcción, generará mayores plazas de trabajo y permitirá que el sector finan-ciero y de la construcción alcance niveles de crecimiento similares a los del 2008, gracias a la inyección de recursos delIESS.Actualmente las instituciones del sector financiero poseen una cartera hipotecaria de USD 1200 millones, de loscuales el 40% corresponden a los afiliados del IESS.

- la entrega mensual de fondos de reserva- la regulación de pensiones jubilares que establece que los beneficiarios de pensiones jubilares por vejez, que reingresen

a prestar servicios bajo relación de dependencia y perciban por ello un salario, dejarán de percibir el aporte del Estadocorrespondiente al 40% en caso de afiliados al IESS y al 60% en caso de afiliados al ISSFA e ISSPOL, si el nuevo sala-rio supera los USD 770 dólares. El descuento se efectuará sobre la diferencia que supere dicho valor. La modificaciónde la base del cálculo (de USD 512 en el proyecto del Ejecutivo a USD 770 en el informe de la Comisión de lo Laboraly Social) constituye una reivindicación de las organizaciones de jubilados, la misma que beneficia al 99% de los jubila-dos del IESS, siendo de alguna manera más afectados los jubilados de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.

- la creación del Banco del Afiliado y la conformación de su directorio

Foro Mundial del Agua, Iniciativa ITT – Yasuní y minería otra vez al debate

La prensa recoge reiteradamente la realización del Quinto Foro Mundial de Agua efectuado en Turquía desde el 16 de marzo ylos ecos de dicho Encuentro Internacional en el país, que incluyeron la suscripción de un acuerdo con el Fondo España delPrograma de Naciones Unidas para el Desarrollo con el objeto de implementar el Programa Gobernabilidad del sector agua ysaneamiento, en el plazo de tres años, con un financiamiento de USD 5.8 millones.Asimismo, la decisión del gobierno nacional,elevada a Decreto Ejecutivo 1572 emitido el 5 de febrero pasado, de ampliar indefinidamente el plazo para lograr apoyo econó-mico internacional que evite la explotación del crudo de la reserva del Yasuní, debido a la caída de los precios del petróleo, gene-ró la respuesta de la prensa nacional. Como también fue destacable la importancia dada al reinicio de la gran actividad minera enel país; varios medios escritos dedican sus páginas centrales al seguimiento de las acciones emprendidas por las empresas minerasa gran escala, así como a reseñar los graves daños ambientales y sociales producidos por la “minería ilegal”.

Regulaciones al Sistema de Educación Intercultural Bilingüe

Varios medios efectúan un seguimiento a las reacciones generadas por la suscripción del Decreto Ejecutivo 1585 emitido el 18de febrero del presente año, el mismo que según las organizaciones indígenas elimina la autonomía del Sistema de EducaciónIntercultural Bilingüe.

Regulaciones más fuertes a ONGs

Varios medios escritos realizan un seguimiento importante a la medida adoptada por el Gobierno Nacional mediante DecretoEjecutivo 982 suscrito en el año 2008, que modificó el reglamento para la aprobación y reforma de estatutos de lasOrganizaciones No Gubernamentales –ONG-. El seguimiento efectuado responde a la decisión del Ministerio de Salud de eli-minar la personería jurídica de la Organización Acción Ecológica. El gobierno nacional denuncia la existencia de 6000 organi-zaciones no gubernamentales sin control estatal y afirma que el Estado gasta alrededor de USD 672 millones por la entrega defondos a dichas organizaciones. Según las notas de prensa este sector gestiona alrededor de USD 3000 millones de dólares dedistintas fuentes de financiamiento nacional y externo para la realización de sus actividades.

Estrategia Nacional de Empleo

Se rescata en la prensa la firma del Decreto Ejecutivo para crear la comisión encargada de diseñar la implementación de unaestrategia Anti-crisis de Defensa del Empleo. Esta medida, que busca aplacar los efectos de la crisis internacional, servirá paraimplementar planes de inclusión económica de pequeños y micro productores, como también fomentar la economía solidaria,entre otros aspectos. Esta estrategia tiene cinco componentes: inclusión económica de micro y pequeños productores; fomentoa la economía popular y solidaria; fomento productivo; orientación de la inversión pública hacia actividades intensivas enempleo; y protección de los ingresos de las familias ecuatorianas.Asimismo se destaca la suscripción del Decreto Ejecutivo parala creación del Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria (IEPS), cuyo objetivo principal es impulsar el crecimientoy la consolidación de la economía popular y solidaria en el contexto del sistema económico previsto en la Constitución de laRepública. Esta entidad estará adscrita al Ministerio de Inclusión Económica y Social, y tendrá jurisdicción nacional.

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Reseñas de libros

Estado de los Derechos de la Niñez y laAdolescencia en el Ecuador 2005

Observatorio de los derechos de laniñez y la adolescencia,Observatorio social del Ecuador y UNICEF. Ecuador, abril de2006.http://www.odna.org/estado.html

Este nuevo informe es el resulta-do de tres años de vigilancia del cumplimiento delos derechos de las niñas, niños y adolescentes en elpaís. Nos ofrece un balance crítico de las políticasnacionales, la acción comunitaria y del incipientecompromiso de los gobiernos locales con el tema.También proporciona datos cuantitativos e informa-ción cualitativa sobre el marco general de desigual-dad que vive el país. El análisis ofrecido por el docu-mento constituye una herramienta completa paraadentrarse en el mundo de los derechos de la niñez,tanto para su investigación rigurosa como para lasensibilización necesaria sobre este tema.

Sistema de atención infantil en el Ecuador.

Programa Operación RescateInfantil y Programa Nuestros Niños.Rocío Gavilanes Reyes, ColecciónTesis FLACSO, FLACSO yAbya-Yala. Quito, 2008.

Este libro de Rocío Gavilanesexpone, a partir de dos estudios de caso -ProgramaOperación Rescate Infantil y Programa NuestrosNiños-, un análisis de los diversos sistemas estatalesde atención infantil del país, un diagnóstico de lainfancia, las fallas del mercado y la teoría de la agen-cia. El alcance de dicho trabajo reviste una cualidadpráctica al proporcionar información de interés paralas transformaciones estructurales y legales actual-mente en curso en el país.

Enlaces de interés relacionados al tema:

Gobierno

Ministerio de Trabajo y Empleohttp://www.mintrab.gov.ec/MinisterioDeTrabajo/index.htm

Ministerio de Inclusión Económica ySocialwww.mies.gov.ec/

Instituto de la Niñez y la Familia –INFA–http://www.innfa.org/

Consejo Nacional de la Niñez y laAdolescenciahttp://www.cnna.gov.ec/

Consejo Metropolitano de ProtecciónIntegral a la Niñez y Adolescencia deQuito –COMPINA-http://www.spinaquito.gov.ec/pages/index.php

Fundación Municipal Patronato San Joséhttp://www.fundacionpatronatosanjose.com/

Comité Nacional para la ErradicaciónProgresiva del Trabajo Infantil –CONEPTI–http://conepti.blogspot.com/

Organismos internacionales

UNICEFhttp://www.unicef.org/spanish/

Organización Internacional del Trabajohttp://www.oitandina.org.pe/

Programa internacional para la erradicación del trabajo infantilhttp://www.ilo.org/ipec/lang—es/index.htm

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20 actuar en mundosplurales No. 4

FLACSO Sede EcuadorDirector:Adrián Bonilla

Programa de Políticas Públicas y GestiónCoordinadora del boletín: Betty Espinosa

Tema central: Fernando García • Investigadores: Betty Espinosa, Ramiro Viteri,Ana Esteves y Patricio Rivas • Colaborador: Ludwig Güendel

Editor: Patricio Rivas • Diseño:Antonio Mena • Fotografías: Patricio Rivas

Flacso Sede Ecuador: La Pradera E7-174 y Diego de Almagro • PBX: (593-2) [email protected] • www.flacso.org.ec/html/doctrabpepe.html • Quito, Ecuador

Enlaces de interés relacionados al tema (Cont.):

Organizaciones de la sociedad civil

Fundación Proyecto Salesianohttp://www.salesianos.org.ec/chicos_calle.html

Centro del Muchacho Trabajadorhttp://www.centromuchachotrabajador.org/

Asociación Cristiana de Jóvenes delEcuadorhttp://www.acjecuador.org/portal/

Observatorio de los Derechos de la Niñezy la Adolescencia,http://www.odna.org/

Instrumentos de referencia

Constitución de la Repúblicahttp://www.presidencia.gov.ec/

Plan Nacional de Desarrollohttp://www.senplades.gov.ec/index.php?option=com_content&view=article&id=36:plan-nacional-de-desarrollo-2007-2010&catid=18:plan-nacional-de-desarrollo&Itemid=27

Código de la niñez y la adolescenciawww.oei.es/quipu/ecuador/Cod_ninez.pdf

Encuesta Nacional de Trabajo Infantil en el Ecuadorhttp://www.inec.gov.ec/web/guest/inicio

Reseñas de artículos

Trabalho infanto-juvenil é bom para quem?Werner, Rosiléa Clara

Mundos del trabajo y políticas públicas en AméricaLatina. Betty Espinosa,Ana Esteves y Marcela Pronko,editoras, Colección 50 años, FLACSO Ecuador,Ministerio de Cultura del Ecuador, 2008.

Este artículo caracteriza la situación de trabajo in-fantil y juvenil en el municipio de Medianeira, Bra-sil; da cuenta de las consecuencias que un trabajoprecoz tiene sobre la educación y futura inserciónlaboral de los jóvenes. En este sentido, plantea la ne-cesidad de realizar un proceso de concienciación ymovilización social para controlar las condiciones deeste tipo de trabajo, particularmente en lo relativo alas peores formas de trabajo infantil.

Trabajo infantil ambulante en las capitales latinoamericanasPinzón-Rondón Ángela Ma. Et al.

Salud Pública en México [en línea], 2006, v.48, n. 5,pp.363-372. ISSN 0036-3634. Disponible en http://www.scielosp.org/scielo.php?script=sci_pdf&pid=S0036-36342006000500002&lng=en&nrm=iso&tlng=es

Este artículo es el resultado de un análisis sobre eltrabajo infantil ambulante en algunas capitales lati-noamericanas: Bogotá, Ciudad de Guatemala, Ciu-dad de México, Quito y San Salvador. El estudioconcluye que se trata de una actividad peligrosa, delargas jornadas laborales, con exposición a múltiplesfactores de riesgo y que la solución al problema debede diseñarse caso por caso.