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50 Industrializar Argentina EDUCACIÓN BREVE RESEñA La relación entre el desarrollo de la edu- cación técnica y el del sector productivo en nuestro país siempre fue estrecha y asumió diferentes características y sen- tidos según los modelos productivos predominantes en los distintos perío- dos históricos. Pero, debe señalarse un hecho distintivo de la industrialización argentina: el sistema educativo público tuvo un papel central en la formación de la mayor parte de los técnicos de ni- vel medio y trabajadores calificados de todas las estructuras técnico-empresa- riales de nuestro país. 1 La expansión de la modalidad, gra- dualmente, cobró impulso a partir de la fundación de la Escuela Industrial de la Nación Otto Krause, en 1899. Ya en 1935, entre las escuelas de Artes y Oficios –creadas 25 años antes– y las escuelas industriales nacionales atendían cerca de 15.000 alumnos. Hacia 1945, la ma- trícula había ascendido a 34.000 alum- nos. Esa década puede identificarse con los inicios de la industrialización sustitutiva que cobra fuerza en el pe- ríodo siguiente. Al comenzar el primer gobierno pe- ronista, en 1946, se crea la Comisión Nacional de Aprendizaje (CNAOP) y se expanden las escuelas de enseñanza técnica vocacional, complementaria de la educación primaria. La enseñanza se orientaba a la formación de hijos de la clase obrera que crecía en un contexto de desarrollo industrial del país. Las es- cuelas de la CNAOP tendieron a reem- plazar a las antiguas escuelas de Artes y Oficios. Por otra parte, continuaban cre- ciendo las escuelas industriales naciona- les, que preparaban técnicos calificados para la naciente industria y permitían proseguir estudios superiores de inge- niería; poco tiempo después se crea la universidad obrera, luego, Universidad Tecnológica Nacional (UTN). En 1955, la matrícula de ambos ti- pos de educación técnica (escuelas in- dustriales y CNAOP) ascendía a más de 86.000 alumnos. Es decir, en sólo diez años, el alumnado técnico había crecido más de dos veces y media (153%). En el mismo período, la educación media tra- dicional también se expandió, aunque en menor medida, lo que se evidencia en que su participación en el total de la enseñanza media disminuyó del 87 al 82 por ciento. El 1959, se funda el CONET y se crean las Escuelas Nacionales de Educación Técnica (ENET) que unifican las Escuelas Industriales, las escuelas de la CNAOP y las pocas restantes de Artes y Oficios. Esta integración en un “modelo propio y único” 2 se da en el contexto del mo- delo desarrollista. Se establece un plan de estudios común de seis años, divi- didos en dos ciclos de tres años cada uno, y distintas especialidades. La jorna- da escolar comprendía dos turnos: uno para la enseñanza de las materias teó- ricas básicas y específicas, y el otro –a contraturno– destinado a la enseñanza eminentemente práctica en talleres. La matrícula de las ENET continuó crecien- do hasta alcanzar –en los años ochen- ta– los 370.000 alumnos en todo el país. Mirta Irene Judengloben Lic. en Ciencias de la Educación. Magíster en Políticas y Administración de la Educación. Docente e Investigadora UBA. La Educación Técnica: notas para el debate Las diversas perspectivas y concepciones sobre la escuela técnica, sobre cómo se forma un técnico, cómo y qué debe aprender, con qué tipo de docentes, en vistas a qué modelo de desarrollo productivo, etc., inciden en la forma de pensar y organizar las escuelas: ¿mantener la doble función de preparar para el trabajo y para acceder a estudios superiores o “elevar” al nivel superior los contenidos técnicos de especialización?; ¿formar técnicos calificados para las miles de PYMES u operarios flexibles para los pocos empleos que puedan generar las grandes empresas monopólicas, hoy extranjerizadas en su mayor parte, y que no desarrollan tecnología en nuestro país?

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  • 50 Industrializar Argentina

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    BREvE RESEALa relacin entre el desarrollo de la edu-cacin tcnica y el del sector productivo en nuestro pas siempre fue estrecha y asumi diferentes caractersticas y sen-tidos segn los modelos productivos predominantes en los distintos pero-dos histricos. Pero, debe sealarse un hecho distintivo de la industrializacin argentina: el sistema educativo pblico tuvo un papel central en la formacin de la mayor parte de los tcnicos de ni-vel medio y trabajadores calificados de todas las estructuras tcnico-empresa-riales de nuestro pas.1

    La expansin de la modalidad, gra-dualmente, cobr impulso a partir de la fundacin de la Escuela Industrial de la Nacin Otto Krause, en 1899. Ya en 1935, entre las escuelas de Artes y Oficios creadas 25 aos antes y las escuelas industriales nacionales atendan cerca de 15.000 alumnos. Hacia 1945, la ma-trcula haba ascendido a 34.000 alum-nos. Esa dcada puede identificarse con los inicios de la industrializacin sustitutiva que cobra fuerza en el pe-rodo siguiente.

    Al comenzar el primer gobierno pe-ronista, en 1946, se crea la Comisin Nacional de Aprendizaje (CNAOP) y se expanden las escuelas de enseanza tcnica vocacional, complementaria de la educacin primaria. La enseanza se orientaba a la formacin de hijos de la clase obrera que creca en un contexto de desarrollo industrial del pas. Las es-cuelas de la CNAOP tendieron a reem-plazar a las antiguas escuelas de Artes y

    Oficios. Por otra parte, continuaban cre-ciendo las escuelas industriales naciona-les, que preparaban tcnicos calificados para la naciente industria y permitan proseguir estudios superiores de inge-niera; poco tiempo despus se crea la universidad obrera, luego, Universidad Tecnolgica Nacional (UTN).

    En 1955, la matrcula de ambos ti-pos de educacin tcnica (escuelas in-dustriales y CNAOP) ascenda a ms de 86.000 alumnos. Es decir, en slo diez aos, el alumnado tcnico haba crecido ms de dos veces y media (153%). En el mismo perodo, la educacin media tra-dicional tambin se expandi, aunque en menor medida, lo que se evidencia en que su participacin en el total de la enseanza media disminuy del 87 al 82 por ciento.

    El 1959, se funda el CONET y se crean las Escuelas Nacionales de Educacin Tcnica (ENET) que unifican las Escuelas Industriales, las escuelas de la CNAOP y las pocas restantes de Artes y Oficios. Esta integracin en un modelo propio y nico2 se da en el contexto del mo-delo desarrollista. Se establece un plan de estudios comn de seis aos, divi-didos en dos ciclos de tres aos cada uno, y distintas especialidades. La jorna-da escolar comprenda dos turnos: uno para la enseanza de las materias te-ricas bsicas y especficas, y el otro a contraturno destinado a la enseanza eminentemente prctica en talleres. La matrcula de las ENET continu crecien-do hasta alcanzar en los aos ochen-ta los 370.000 alumnos en todo el pas.

    Mirta Irene JudenglobenLic. en Ciencias de la Educacin. Magster en Polticas y Administracin de la Educacin. Docente e Investigadora UBA.

    La Educacin Tcnica:notas para el debateLas diversas perspectivas y concepciones sobre la escuela tcnica, sobre cmo se forma un tcnico, cmo y qu debe aprender, con qu tipo de docentes, en vistas a qu modelo de desarrollo productivo, etc., inciden en la forma de pensar y organizar las escuelas: mantener la doble funcin de preparar para el trabajo y para acceder a estudios superiores o elevar al nivel superior los contenidos tcnicos de especializacin?; formar tcnicos calificados para las miles de PYMES u operarios flexibles para los pocos empleos que puedan generar las grandes empresas monoplicas, hoy extranjerizadas en su mayor parte, y que no desarrollan tecnologa en nuestro pas?

  • 51Octubre 2010

    Actualmente, el nivel medio tcnico atiende a cerca de 480.000 alumnos, es decir, cerca de un 23% ms que en 1985.3

    En 1980, la dictadura elimin del to-do una de las principales fuentes de fi-nanciamiento del CONET, proveniente de un impuesto que pagaban los indus-triales (ste fondo ya haba sido recorta-do por el anterior rgimen militar). Ello signific un gran golpe a la enseanza tcnica porque se le restaron los im-portantes aportes provenientes de esas grandes empresas. En cambio, se cre el llamado Rgimen de Crdito Fiscal, el cual se mantiene casi sin cambios has-ta hoy, e implica la desgravacin impo-sitiva de las empresas que inviertan en acciones educativas. Todo esto coinci-de con el inicio de un proceso de fuerte desindustrializacin y apertura indiscri-minada de las importaciones.

    En 1991, con la Ley de Transferencias, se disuelve el CONET. Poco despus, se sanciona la Ley Federal de Educacin de 1993, que en su articulado olvida la modalidad tcnica de nivel medio, y crea el Polimodal de 3 aos. Luego, se transfieren las ENET a las provincias y se agregan los llamados Trayectos Tcnico Profesionales (TTP) para las ex escue-las tcnicas, de modo de cubrir al-gunos de los contenidos especficos. En muchos casos, haciendo ejercicio de su seudo-autonoma (Judengloben, M., 2005), directivos y docentes decidan por propia voluntad si adoptaban o no los TTP, y qu contenidos de enseanza incorporaran.

    El objetivo de mantener el espacio laboral de sus docentes fue un factor muy importante a la hora de tomar ese tipo de decisiones; pero, sobre todo, fue-ron determinantes las historias y tradi-ciones institucionales y la resistencia de equipos docentes que, asumiendo posi-ciones de confrontacin con el mode-lo que se quera implementar, pelearon por conservar su identidad como escue-las tcnicas, ganando no pocos apoyos en sus comunidades. En un contexto de desinversin y creciente deterioro del sector, en la mayora de las provincias, la implementacin del Polimodal con TTP afect gravemente la calidad educativa, lo cual se tradujo en certificados deva-luados y rechazados en el mercado de trabajo, y un proceso de fragmentacin y profundizacin, a niveles inditos, de las desigualdades educativas y sociales.

    El modelo de gestin implementa-do, una suerte de dejar actuar a la ma-no invisible del mercado en el campo

    de la educacin tcnica, fue congruen-te con el proceso de desindustrializa-cin, privatizacin y dependencia tec-nolgica que predomin en nuestro pas: un pas de servicios, que poco o nada construye, que compra hecho, y exporta bsicamente materias primas y minerales.

    LA NUEvA LEy DE EDUCACIN TCNICALa sancin de la nueva Ley de Educacin Tcnica en septiembre de 2005 fue recibida con una mezcla de expectati-vas y cautela en el sector. Despus de ms de una dcada de vigencia de la Ley Federal de Educacin, una nueva norma nacional se presentaba para reparar esa grave omisin que haba tenido la LFE para con la educacin tcnica, y que ha-ba llevado a su casi disolucin en mu-chas jurisdicciones. Sin embargo, ms all del discurso, los instrumentos pres-criptos por la ley se apoyan en concep-ciones que tienen ms continuidades que rupturas respecto del perodo de los 90, por lo que se mantiene la ante-rior lgica fragmentadora en cuanto al diseo y modelo de implementacin de poltica pblica, en particular, con relacin a los roles y funciones que se asignan a los actores de los niveles na-cional, jurisdiccional e institucional. En ese sentido: - Los estados provinciales son los res-

    ponsables del sostenimiento princi-pal de las escuelas, en los aspectos de infraestructura y personal.

    - La Nacin, a travs del INET, con-centra recursos adicionales5 que asigna a travs de proyectos institu-cionales y jurisdiccionales, reservn-dose la funcin evaluadora.

    - Los criterios de evaluacin se basan en supuestos muchas veces implcitos o que no han sido consensuados sufi-cientemente. El INET contina ubicn-dose en el lugar del saber experto.

    - La gestin descansa y se susten-ta en las desiguales capacidades de gestin de las jurisdicciones e instituciones.

    - El modelo de gestin autnoma de las escuelas se sustenta en el vo-luntarismo de directivos y docen-tes, en tanto no se crean las condi-ciones materiales necesarias para el tipo de trabajo que se plantea6.

    - La nacin conserva la funcin de ho-mologacin / acreditacin de ttulos.

    EL PROGRAMA DE MEjORA INSTITUCIONAL DE LA EDUCACIN TCNICO-PROFESIONALEsta lnea de intervencin puede consi-derarse construccin expresa de la ac-tual gestin educativa, en el marco ms general de establecer una nueva insti-tucionalidad en la materia. Se trata de un programa nacional por el cual las ins-tituciones pueden acceder al financia-miento que dispone un fondo especfico, tambin establecido por la nueva ley.

    En el marco de esta investigacin, desde el ao 2007, hemos centrado la mirada sobre los procesos de imple-mentacin del este plan en el nivel ins-titucional. En tal sentido, a travs de un enfoque cualitativo, hemos indagado, en particular, las tensiones que se ge-neran en la gestin institucional con el fin de identificar tendencias actua-les (abiertas, en proceso) respecto de re-configuraciones institucionales, de constitucin subjetiva y de nuevas sig-nificaciones para lo educativo, especial-mente, para la creacin de condiciones tendientes al mejoramiento de la edu-cacin tcnica en nuestro pas.

    Los mltiples testimonios de direc-tivos y responsables de los planes (rele-vados en escuelas de Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano bonaerense) coin-ciden al describir las limitaciones de di-seo de esta lnea de intervencin y las tensiones que se generan en su imple-mentacin en las escuelas.

    El siguiente resume varios de los as-pectos crticos de la lgica de funciona-miento y gestin de esta poltica:

    Aqu, buscan mecanismos por los cuales la culpa de que las escuelas no re-ciban equipamiento la tienen ellas mis-mas. Ms all de las buenas intenciones y sabemos de la gente valiosa que en re-giones como la nuestra est involucrada en el Plan de Mejoras, el mecanismo es inaceptable: Presentaste el proyecto para que tengamos un torno? Cmo no lo presentaste!. Y si lo presentaste y no vino: ser porque lo hiciste mal!, formu-laste mal su fundamento, o su desarrollo, o excediste los objetivos educativos. En la Argentina de Tinelli sera: bailaste mal, patinaste mal, entonces no se cum-ple tu sueo (Vice-director y docente de ET Provincia de Buenos Aires).

    El testimonio resulta grfico para identificar la inversin de responsabi-lidades que se opera a travs de este modelo de seudo-autonoma de la es-cuela (Munn, H., 1999; Judengloben, M.,

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    2005). Se renen dos conceptos empa-rentados: privatizacin y descentraliza-cin. La privatizacin: porque una par-te de las funciones de la escuela deben ser asumidas en forma directa por la co-munidad escolar. La descentralizacin refiere al traspaso de responsabilidades desde niveles centrales de gobierno al personal de la escuela.

    Por otra parte, el mecanismo de ac-ceso al financiamiento, a travs de pro-yectos institucionales, que implica (de hecho) la competencia entre escuelas por los recursos que provee dicho fon-do, las obliga a un ejercicio de formu-lacin de proyectos para el cual se en-cuentran en desiguales condiciones tcnicas y organizacionales. El esquema ha recibido numerosas crticas: la exce-siva burocracia, la falta de tiempos ins-titucionales para el diseo de los pro-yectos, la carga de trabajo que recae en pocos voluntarios, las dificultades pa-ra la articulacin de los diversos proyec-tos en un proyecto institucional inte-gral, la falta de apoyos tcnicos para la formulacin de los proyectos, los tiem-pos demasiado prolongados que tienen los ciclos de los proyectos (hasta cuatro aos entre la presentacin, evaluacin, adjudicacin, implementacin) y lo li-mitado de los recursos que finalmente se otorgan, entre otras. Muchas veces, los requerimientos del nivel central de-mostrar la necesidad de cosas obvias se interpretan como una demanda con fines selectivos y de limitacin de los recursos disponibles.

    Desde cundo las escuelas tienen que presentar un proyecto para demos-trar que necesitan tizas? Pues bien, pa-rece que nosotros tenemos que hacer proyectos para demostrar que necesita-mos un torno, una agujereadora, algn voltmetro o ampermetro, herramien-tas, materiales, etc. (Vice-director de ET Provincia de Buenos Aires).

    Las crticas centrales sealan que es-te modelo de gestin, basado en la es-cuela, impide la construccin de una necesaria visin integral del sistema de educacin tcnica, ni siquiera a nivel lo-cal, que se trata de recursos adicionales que no resuelven los problemas de fondo o ms estructurales, como infraestructu-ra, equipamiento integral, capacitacin docente, etc., y que se profundizan las desigualdades entre instituciones.

    En vistas a esos problemas, el INET ha incorporado, recientemente, lneas de financiamiento a nivel jurisdiccio-nal. Es decir, para disponer de un cupo

    de esos recursos, cada jurisdiccin de-be formular un Plan Jurisdiccional de Mejora, en el marco de lneas especfi-cas que establece la Nacin. Estos pla-nes pueden constituir un avance en el sentido de la necesaria orientacin y ar-ticulacin de los dispares proyectos ins-titucionales que se estn implementan-do (a travs del Plan de Mejora).

    Sin embargo, si pensamos en un en-foque de planificacin integral, que con-ciba a la educacin media tcnica como uno de los componentes fundamenta-les de un proyecto nacional de desarrollo productivo, se advierte que resulta im-prescindible la real participacin de otros actores, tanto del sistema educativo y cientfico como de la produccin y el tra-bajo, en particular de la pequea y me-diana empresa, que puede ser la mayor generadora de trabajo, y es la que ms sufre la falta de personal calificado. En este esquema, se seala la necesidad de abrir un debate profundo para la refor-mulacin de los planes de estudio.

    En sntesis, an no existe una pla-nificacin integral para la reconstruc-cin del sistema de enseanza tcni-ca y la disponibilidad de los recursos necesarios.

    ASPECTOS CURRICULARES y MODELO PEDAGGICO INSTITUCIONALEn cuanto a los contenidos curriculares, la propia definicin difusa de educa-cin tcnica que formula la nueva ley, da lugar a distintos interrogantes: for-macin para proseguir estudios supe-riores?, formacin para el trabajo?, pa-ra qu tipo de empresas? Las respuestas a estos interrogantes son complejas y expresan perspectivas y proyectos di-versos segn quienes los respondan.

    La orientacin predominante del ni-vel nacional se establece a travs de los llamados Marcos referenciales7, que ya fueron elaborados para las especialida-des ms importantes, dando inicio al proceso de homologacin de ttulos pre-visto por la nueva ley. Pero, tambin, se expresa en los dictmenes que emite el INET al evaluar los proyectos institu-cionales que presentan las escuelas pa-ra el Plan de mejora (cules aprueban o desaprueban). Los testimonios8 releva-dos dan cuenta de tensiones en relacin con los supuestos pedaggicos (no siem-pre explcitos) que orientan esos marcos (y las evaluaciones), poniendo de relieve la actualidad de un secular debate so-bre el perfil del egresado tcnico de nivel

    medio y, en consecuencia, sobre los con-tenidos de enseanza y el modelo peda-ggico e institucional adecuado.

    En tal sentido, pareciera haber una sorda pugna entre diversas posiciones: por una parte, la que se orienta a la se-cundarizacin de los contenidos de en-seanza, tendiendo a elevar los con-tenidos tcnicos de especializacin al nivel superior; por la otra, la que procura mantener una formacin tcnica con la doble funcin de preparar para el traba-jo y para acceder a estudios superiores. Otros interrogantes hacen ms comple-ja esta tensin: formar tcnicos califi-cados para las miles de PYMES u ope-rarios flexibles para los pocos empleos que puedan generar las grandes empre-sas monoplicas, hoy extranjerizadas en su mayor parte, y que no desarrollan tecnologa en nuestro pas?

    Pequeas y medianas empresas y microemprendimientos pueden, sin lu-gar a dudas, ser el mbito de desempeo de tcnicos calificados de nivel medio, si prevalece un proyecto de desarrollo pro-ductivo bajo otras premisas: recupera-cin de los recursos naturales, e inicio de un proceso de reindustrializacin soste-nido, independiente, que atienda a la ca-lidad de vida de todas sus regiones y pue-blos de manera armnica y con creciente dominio de tecnologas propias. En ese marco, la educacin tcnica constituye un componente fundamental.

    Esas diversas perspectivas y con-cepciones sobre la escuela tcnica, so-bre cmo se forma un tcnico, cmo y qu debe aprender, con qu tipo de do-centes, en vistas a qu modelo de de-sarrollo productivo, etc., inciden en la forma de pensar y organizar las escue-las. La organizacin tradicional de la es-cuela tcnica, sobre la base de una con-cepcin del conocimiento que divide de manera jerrquica la teora y la prcti-ca, se caracteriz por la divisin muy rgida entre tres tipos de espacios -au-las, laboratorios y talleres-, los cuales se correspondan con distintos tipos de docentes profesores, tcnicos, je-fes y maestros de taller, que a su vez tenan distintas formas de contratacin (cargos y horas ctedra) y hasta de ves-timenta. Los aspectos rgidos del mode-lo han sido objeto de crticas; muchas de ellas, fundadas en estudios e inves-tigaciones rigurosas, contienen valio-sos aportes para la comprensin de las. complejas interrelaciones entre proyec-to pedaggico y organizacin escolar9. Sin embargo, se advierte que existe otro

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    tipo de crticas, formuladas desde po-siciones supuestamente progresistas, que suelen descalificar a los directivos y docentes que sostienen la defensa de la educacin tcnica, atribuyndoles una visin nostlgica del pasado o defen-sora de un modelo obsoleto. La descali-ficacin, sin dudas, obtura y clausura el debate necesario sobre un modelo pe-daggico superador del anterior.

    A modo de conclusin preliminar de estas notas, y sin desconocer que el te-ma es muy amplio y complejo, se trans-cribe el testimonio de uno de los directi-vos entrevistados, el cual es una buena sntesis de la perspectiva y expectativas de uno de los actores ms comprometi-dos con el sistema:

    La escuela tcnica que necesita-mos debe recuperar el profundo cono-cimiento terico y el saber hacer que se han perdido. Ese saber hacer, saber cons-truir, saber diagnosticar, reparar, se ha deteriorado en los ltimos aos. Esto sig-nifica, por ejemplo, recuperar ese mo-delo que llev a la Escuela Tcnica del Astillero Ro Santiago a mantener ciertas

    rotaciones de taller con los experimen-tados artesanos especializados en solda-dura, en ajuste mecnico, en tornera, en montaje, y que han dado muestras su-ficientes de sus conocimientos y habili-dades por el slo hecho de que han sido parte de la construccin de decenas de barcos. Maestros de Taller como esos van desapareciendo de las escuelas tcnicas y, en varios aspectos, no tienen reempla-zo. Muchos docentes a cargo de mate-rias prcticas y especficas son egresados de profesorados que no tienen laborato-rios, que no tienen talleres, que no tienen prcticas, si bien se trata de profesora-dos que se avalan desde las autoridades educativas.

    Pareciera un trabajo de pinza: el sis-tema pone en duda la importancia del co-nocimiento cientfico y manual y, al mis-mo tiempo, no prepara en profundidad a los docentes para el saber y el saber hacer. Es difcil recuperarse, y el cambio debe ser muy profundo, y no slo en la escuela tc-nica propiamente dicha, sino tambin en aquellas instituciones que estn directa-mente vinculadas, como los profesorados

    tcnicos, y que todo esto se refleje en las habilitaciones de los ttulos.

    Estos cambios profundos, que recu-peren una escuela para aprender, impli-can, ineludiblemente, otros planes de es-tudio, y no enmendar los que tenemos, poniendo en prctica el famoso que algo cambie para que todo siga igual. Entiendo que es insoslayable tener como referencia los planes de estudios anterio-res, pero discutiendo las modificaciones necesarias (por ejemplo, la correcta rela-cin entre la teora y la prctica que his-tricamente estaban disociadas).

    Aqu tenemos la gran discusin: va-mos a pensar en una escuela para el de-sarrollo de una industria nacional in-dependiente que pueda fabricar en el pas las herramientas, mquinas o equi-pos que hoy se importan? O se piensa en un tcnico que slo pueda poner en marcha o reparar y modificar equipos importados? Vamos a recuperar la es-cuela tcnica o nos conformamos con la escuela tecnolgica donde el saber ha-cer se relativiza y dnde la especificidad no es tan importante? g

    Bibliografa- Gallart, M. A. (2006), La escuela tcnica industrial en Argentina: un mo-

    delo para armar?, CINTERFOR/OIT, Montevideo.- Judengloben, M. (2005), Las polticas compensatorias en la escue-

    la. Una mirada sobre las tensiones de la gestin en dos escuelas me-dias de la Ciudad de Buenos Aires, Tesis de maestra (publicado por la Ctedra de Administracin de la Educacin, CEFyL).

    - Munn, H. (1999), Introduccin a la discusin alemana sobre la auto-noma de la escuela. En: Munn, H. (comp.), La autonoma de la escue-la: libertad y equidad?, Aique Grupo Editor, Buenos Aires.

    - Saunero, R. (2004), Un modesto aporte en defensa de la Educacin Tcnica. En: Revista Industrializar Argentina, Ao 2, N 3, Buenos Aires.

    - Testa, J. y Snchez, P. (1988), Proyecto pedaggico y organizacin esco-lar e institucional. Sntesis de investigacin Programa de Cooperacin Tcnica CONET - CONICET (mmeo).

    - Vior, S. y Wiar, D. (2005), Atrapados en la Ley Federal. En: Edicin Cono Sur, N 78, Diciembre.

    1. Cfr. Vior, S. y Wiar, D., 2005; Saunero, R., 2004.2. Gallart, M.A., 2003.3. Cabe sealar que, en el mismo perodo, la matrcula total del nivel se-

    cundario creci ms del 100%. 4. En algunas jurisdicciones esto involucr su desaparicin, ya que su

    subsistencia qued librada a la definicin poltica, las posibilidades y las condiciones jurisdiccionales e institucionales, dado que la nueva estructura acadmica, la reduca a trayectos u orientaciones especfi-cas del ciclo Polimodal.

    5. Se trata de recursos provenientes del Fondo para el mejoramien-to de la educacin tcnico profesional, creado por la nueva ley, o de fuentes externas.

    6. Aqu se hace referencia, por ejemplo, a la inexistencia de espacios y tiempos para el trabajo institucional de planificacin de proyectos.

    7. El INET, con el acuerdo del Consejo Federal de Educacin, recientemen-te, ha establecido Marcos referenciales para iniciar el proceso de ho-mologacin de ttulos.

    8. Los testimonios a los que se alude corresponden a entrevistas realiza-das en el marco del Proyecto de investigacin UBACyT: La articulacin poltico-administrativa del sistema educativo. Estudio de Casos: el Instituto Nacional de Educacin Tcnica INET y el Instituto Nacional de Formacin Docente INFD (sub-equipo que estudia la educacin tcnica). UBA. FFyLL. Ctedra de Administracin de la Educacin.

    9. Testa, J., 1988, Gallart, M.A., 2006.