Educación a distancia: su polisemia y su prospectiva en la

Tiempo de Educar

ISSN: 1665-0824

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Universidad Autónoma del Estado de México

México

Serrano Barquín, Carolina; López Garduño, Laura

Educación a distancia: su polisemia y su prospectiva en la Universidad Pública

Tiempo de Educar, vol. 1, núm. 2, julio-diciembre, 1999, pp. 71-92

Universidad Autónoma del Estado de México

Toluca, México

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EDUCACIÓN A DISTANCIA: SU POLISEMIA Y SU PROSPECTIVA EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA

Carolina Serrano Barquín y Laura López Garduño

ABSTRACT RESUMEN

La evolución social, la globalización y los intercambios internacionales, en especial la celeridad y el vertiginoso desarrollo del conocimiento, así como el uso de las telecomunicaciones, afectan directamente el sistema educativo a nivel mundial. Por lo anterior habremos de darnos a la tarea de revisar las orientaciones educativas para pasar de una expectativa eminentemente cuantitativa y con un sentido extremo de competitividad a la creación de nuevos paradigmas, programas y prácticas educativas prospectivas, que equilibradamente contemplen procesos cualitativos, con sentido de complementariedad humanística y de orientación formativa. A la educación a distancia la conceptualizamos como modalidad educativa que comprende una situación formal de enseñanza y de aprendizaje donde el docente y el discente se encuentran en una dimensión témporo-espacial distinta, debiendo por ello establecer una relación a través de diferentes medios y modelos de comunicación, de tal forma que facilite la transmisión y la recreación del conocimiento, con posibilidad de diálogo e interacción síncrona o asíncrona. Esta investigación versa sobre educación a distancia y está basada en el análisis de la polisemia y la prospectiva de la Universidad Pública Latinoamericana, teniendo como elementos fundamentales el desarrollo de la creatividad y la autocrítica, así como de la corresponsabilidad, haciendo énfasis en la importancia de conocer y reconocer el contexto social específico.

Social evolution, globalisation and international exchanges, and specially the rapid development of knowledge, as well as the utilization of telecommunications, directly affect the worlwide education system. From this perspective, we will have to assume the task of reviewing the orientations in education, in order to overcome an eminently quantitative focus, and shift towards the creation of new paradigms, programs and practices that take into consideration qualitative processes, with a sense of humanistic complementarity and formative orientation. We support this concept of Distance Education: educative modality that embraces a formal teaching and learning situation, where teacher and student are located in a different time and space dimension, because of what they must establish a relationship through different means and communication models, in such a way that transmition and recreation of knowledge is facilitated, with possibilities of dialogue and interaction.

This research is based on the semantics of distance education and real prospectives in a Latinamerican Public University, regarding that one of the essential elements in educative practices, is the development of creativity, and self-criticism, as well as co-responsability, with a holistic overall view, enhancing the importance of thought in the process of communication in a specific social context.

PRESENTACIÓN “El transcurso del progreso educativo se parece más al vuelo

de una mariposa que al trayecto de una bala”.

Jackson. 1986

La educación a distancia en la mayoría de los países en desarrollo se inserta dentro de compromisos, retos y discurso institucional, tal vez como respuesta a la presión de las políticas educativas nacionales e internacionales, sin embargo transcurre por una serie de obstáculos que impiden su desarrollo, algunos reales, otros míticos, resultado de su propio desconocimiento, así como la falta de planes y programas institucionales tendientes a desarrollar una transformación educativa integral.

La situación real por la que transitan las universidades convencionales, que pretenden convertirse en Instituciones educativas bimodales, se basa en la confusión tanto de aspectos conceptuales como operativos de la educación a distancia, así como la adopción de un modelo ya existente en otro contexto.

Sin embargo las instituciones educativas bimodales, como es el caso de la universidad pública, deben definir muy claramente estos aspectos. En la medida en que se explicite y aclare formalmente qué es y cómo se desarrolla la educación a distancia, podrán elaborarse planes, programas y proyectos que el intercambio y la globalización internacional exigen.

En consecuencia, proponemos como punto de partida un informe de la UNESCO que señala el concepto de “educación durante toda la vida o educación permanente” (Delors, 1996), el cual incorpora las características de flexibilidad, diversidad y accesibilidad en tiempo y espacio. Es un concepto que permite y favorece la formación continua de los individuos, la actualización en su disciplina profesional y su crecimiento intelectual, lo que demanda desarrollar la capacidad de aprender a aprender.

72 � Revista Interinstitucional

Educación a Distancia. Su polisemia y su prospectiva en la universidad pública

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El Presente artículo se divide en tres temas:

El primero hace referencia a convenciones conceptuales, en el cual se analiza la polisemia de términos utilizados indiscriminadamente en el ámbito educativo, en particular en la educación a distancia, con el interés de hacer algunas precisiones que preceden al diseño, elaboración y operación de proyectos, una vez hechas éstas se propone analizar la complementariedad de modalidades educativas.

El segundo tema es la prospectiva de la educación a distancia en la universidad pública que transita por un proceso bimodal, para lo cual se hace un breve referente histórico hasta llegar al estado actual que propone proyectos educativos interinstitucionales e internacionales, este tema se fundamenta básicamente en los postulados y propuestas de la UNESCO.

El tercero y último aspecto corresponde a las conclusiones, resultado de la formación académica, la experiencia en la modalidad y el conocimiento de la misión institucional, como aporte empírico que apoya las reflexiones y consideraciones vertidas.

CONVENCIONES CONCEPTUALES

En la terminología educativa se han introducido conceptos y vocablos que a pesar de tener connotaciones diferentes, frecuentemente se emplean como sinónimos, lo que en un momento dado obscurece el verdadero significado del término y provoca confusión en su aplicación. Si bien la intención no es dar un glosario de términos, es preciso ofrecer aportaciones que permitan la construcción de convenciones conceptuales para continuar la reflexión sobre la complementariedad educativa.

Si entendemos la educación como el gran sistema a través del cual se desarrollan las actividades físicas, morales e intelectuales del hombre, entonces la educación presencial y la educación a distancia se desprenden como subsistemas, donde ambas modalidades expresan la forma en que se producen los procesos de enseñanza-aprendizaje, interrelacionando diversos procesos de comunicación.

El gráfico que a continuación se presenta permite observar una representación de un sistema de educación del cual se derivan los subsistemas o modalidades, con el fin de ubicar el lugar que ocupa la educación a distancia en un todo.

EDUCACIÓN SISTEMA

EDUCACIÓN A DISTANCIA

SUBSISTEMA O MODALIDAD

EDUCACIÓN PRESENCIAL

SUBSISTEMA O MODALIDAD

ABIERTO

CARÁCTER DEL PLAN DE ESTUDIOS

FLEXIBLE CERRADO O RÍGIDO

En este sentido la modalidad educativa expresa la forma en que se produce el proceso de comunicación e interactividad entre docente y discente: alude a la dimensión témporo-espacio-cultural del Ethos didáctico.

Entenderemos por dimensión témporo-espacio-cultural la distancia no sólo física o geográfica, sino también la distancia cultural y cronológica, esto ha creado la principal problemática de la educación a distancia, ya que al copiar un programa educativo a distancia de otras instituciones o países, cuyo contexto cultural no es acorde con el nuestro, es decir, con el desarrollo tecnológico, ideológico, económico y político, se provoca un gran fracaso.



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La educación a distancia es una metodología, una modalidad, un sistema o un subsistema educativo -según el criterio clasificatorio o concepción que de ella se tenga- que, al igual que otros propósitos o propuestas de esta índole, requieren fundamentar y justificar sus virtualidades y hallazgos, así como sistematizar sus principios y normas (García Aretio, 1999).

La educación a distancia es la modalidad educativa que comprende una situación formal de enseñanza-aprendizaje, donde docente y discente se encuentran en una dimensión témporo-espacial distinta, debiendo establecer una relación a través de diferentes medios y modelos de comunicación, de tal forma que facilite la transmisión y la recreación del conocimiento, con posibilidad de diálogo e interacción síncrona o asíncrona.

Por carácter del plan de estudios se entenderán las posibilidades ofrecidas al alumno para seleccionar los tiempos y carga académica, el cual puede ser:

• Cerrado, cuando el plan de estudios debe cubrirse necesariamente en un tiempo y con una carga académica fija, en periodos determinados.

• Flexible, cuando puede cubrirse en un mínimo y un máximo de tiempo y de carga académica, respetando la seriación del plan.

• Abierto, cuando las estructuras, normas, requisitos y metodología son elásticos, y en cuanto al tiempo se refiere es libre. El alumno puede seleccionar horario y número de créditos acordes con sus propias necesidades y ritmo de estudio.

El precisar las características de los planes de estudios (cerrado, flexible y abierto) obedece a una seria preocupación surgida al encontrar en ambientes universitarios la falta de conocimientos esenciales y operativos de los sistemas o modalidades educativas, sobre todo al considerar la educación a distancia en algunos casos, como un subsistema alterno, independiente, aislado o, incluso, objeto de rechazo por considerarlo antagónico al sistema presencial. Aquí podemos afirmar que la modalidad educativa no condiciona la calidad y factibilidad de un programa académico.


Existe también, la falsa idea de creer que toda la educación a distancia se ofrece con carácter abierto. García Aretio señala que la enseñanza abierta supone “falta de requisitos en la inscripción, ausencia de espacio físico para la docencia presencial, utilización de todos los medios de comunicación. No hay restricciones, ni exclusiones, ni privilegios” (1994).

Respecto a esta definición observamos que en nuestro contexto educativo el sistema abierto sí precisa de ciertos requisitos de inscripción y de espacios físicos para actividades presenciales, como asesorías, exámenes, trámites administrativos y otros, siendo su principal diferencia con la presencial la apertura en cuanto al tiempo se refiere. A nuestro juicio la educación abierta puede darse de manera presencial y a distancia.

La educación a distancia no es sinónimo de abierta, como tampoco debemos aceptar la equivocada relación-dependencia de la educación a distancia con la más avanzada tecnología.

Esto significa que no debe confundirse el uso de implementos tecnológicos con la educación a distancia. Si bien es cierto que no puede ignorarse la utilidad de los medios telemáticos, tampoco debemos creer que éstos son la razón de ser de la modalidad, lo cual resulta tan terrible como confundir los medios con los fines de la educación. Es conveniente reflexionar sobre el postulado de Albert Einstein: “...la perfección de los medios y la confusión con respecto a los fines son, en mi opinión, los rasgos característicos de nuestra época”.

En la educación a distancia, la enseñanza está orientada principalmente hacia la población adulta, pues exige la madurez necesaria para desarrollar un comportamiento autodidacta. Por ello, en esta modalidad educativa es recomendable referirse a un proceso “andragógico” (andros-hombre), neologismo propuesto por la UNESCO en sustitución de la palabra pedagogía (paidos-niño), para designar la formación de los adultos, de manera que no se refiera exclusivamente a la formación de un determinado grupo etario, sino a una educación permanente.

“Se considera que la aparición de la enseñanza abierta y a distancia tiene también un carácter ideológico, bajo los principios de democratización


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de la enseñanza y justicia social frente a las desigualdades educativas” (UAEM, 1998).

Las bases teórico-filosóficas de la educación a distancia se pueden encontrar de manera formal en estudios realizados por Wedemeyer quien, inspirado en Carl Rogers, se basa en un ideal social, democrático y una filosofía liberal. Manifiesta que a nadie se le debe negar la oportunidad de aprender por el hecho de ser pobre, vivir lejos, o poseer alguna desventaja social, siendo la autonomía del estudiante una variable importante.

“El énfasis en la interacción y comunicación entre docentes y estudiantes que Holmberg (1985) glosó con el término de conversación didáctica guiada que suponía una comunicación no contigua apoyada por una comunicación simulada a través de la interacción del estudiante con los materiales de estudio y una comunicación real a través de la interacción escrita y/o telefónica. (sic) Es posible que esta aportación de Holmberg haya sido la más destacada en el ámbito de la educación a distancia. La insistencia en la interacción y comunicación son también propios de Bäät (1984) y Garrison (1993)” (García Aretio 1999).

Por su parte, García Aretio sugiere una propuesta teórica integradora o del diálogo mediado que comprende una comunicación didáctica de doble vía entre dos entes separados físicamente uno de otro, sea en el espacio, en el tiempo o en ambos y establecido a través de medios conformados por materiales preproducidos y por vías de comunicación, ya sea síncrona o asíncrona. Ese diálogo o interacción entre el que enseña y el que aprende se convierte, obviamente, en el elemento central de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.

Las hipótesis y teorías que sirven de base para el desarrollo de los programas y modelos de educación universitaria a distancia pueden aplicarse y combinarse de múltiples formas; sin embargo, no representan conceptos definitivos y de necesaria y rígida aplicación.

“La necesidad de iniciar nuevos ensayos en materia educativa viene impuesta por factores sociales y económicos, que nos llevan a una nueva sociedad, en que la cultura y la formación generalizada han pasado a ocupar el primer lugar. La cibernética y el uso de los

medios audiovisuales de comunicación de masas han producido un cambio trascendental en las tradicionales formas de transmisión del conocimiento. Si el descubrimiento de la imprenta abrió las puertas de la cultura y de las ciencias a las clases sociales más elevadas, la nueva civilización de la imagen ha provocado una universal apetencia de saber, cuya atención y satisfacción es competencia de las instituciones educativas” (UAEM, 1998).

Se ha mencionado que la educación a distancia considera la existencia de una dimensión témporo-espacial del ethos didáctico diferente a la presencial. Ésta tiene como sustento una metodología autogestiva mediada, que preferentemente se basa en paquetes didácticos y con el indispensable respaldo de los tutores, quienes a través de teleencuentros, asesorías y de una evaluación formativa permiten un contacto académico estrecho.

En el siguiente gráfico pueden identificarse los componentes fundamentales de la educación a distancia, así como su proceso interactivo.

EVALUACIÓN FORMATIVA

METODOLOGÍA AUTOGESTIVA

APRENDIZAJE INDEPENDIENTE

MULTIMEDIOS DE APOYO DIDÁCTICO

Los multimedios de apoyo didáctico hacen posible la transmisión de la información y establecen la interactividad; se encuentran desde los más simples como el correo postal y el teléfono, hasta los medios telemáticos más sofisticados como la teleconferencia (encuentro a distancia), de la



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que derivan la videoconferencia y la audioconferencia, así como la telecomunicación a través de computadoras. Sin embargo, lo más importante no es el medio utilizado, sino la calidad de los contenidos y la metodología de trabajo que se establezca.

La metodología comprende el desarrollo de habilidades, capacidades y actitudes que permitan al alumno desarrollar un aprendizaje independiente, con el apoyo de paquetes didácticos y la actividad tutorial. El paquete didáctico autoinstruccional consta de la guía del estudiante en la que se da información detallada de los propósitos del curso, el programa, los contenidos generales y las actividades de aprendizaje, integración, autoevaluación, prácticas, etc. Asimismo se dan a conocer las direcciones electrónicas, postales, teléfonos de sus tutores, bibliografía complementaria, bancos de datos e información de material auxiliar en videos y audios.

La evaluación como proceso permanente se orienta a la reflexión crítica y autocrítica del proceso de aprendizaje que refleje su carácter y procedimientos cuanti-cualitativos, justificados en términos de criterios ético-formativos y no sólo cognoscitivistas, para lo cual se sugiere el empleo de un proceso coevaluativo.

Tanto en el aspecto de la metodología como en la coevaluación el apoyo tutorial cumple una función esencial, pues el tutor (hodegogo; aquel que guía al aprendiz) dará la retroalimentación necesaria. Es pertinente aclarar las diferencias entre el asesor y el tutor. El primero es aquella persona que informa al estudiante de los aspectos administrativos, logísticos y didácticos generales, función que deberá desempeñar el coordinador de un programa específico; preferentemente un experto1 en educación a distancia. El tutor hodegogo guía al estudiante en su proceso formativo y en el aprendizaje independiente, es decir, se convierte en su cómplice académico, su función es desarrollar y conocer muy bien el material autoinstruccional, es decir, es un experto disciplinario con conocimientos generales de educación a distancia, que brindará la orientación requerida al estudiante, haciendo posible la comunicación permanente.

1 Como experto, se considera aquella persona que tiene conocimientos y experiencia.

Resulta esencial señalar que antes de ofrecer cualquier programa académico en la modalidad, se requiere planificar las estrategias para la formación, capacitación y actualización del docente y del discente que incursionarán en esta innovación educativa, para lo cual se sugiere que ésta (formación, capacitación y actualización)2 combine la EP y la EaD, para que no sean conocimientos eminentemente teóricos-presenciales, sino practicar y vivir la experiencia de estudiar a distancia.

La educación a distancia (EaD) surge como respuesta a las demandas sociales en cuanto a cobertura y oportunidades que la educación presencial (EP) no ha podido atender, pero resulta incorrecto suponer que aquella sustituya a esta última. Ambas formas educativas deben beneficiarse mutuamente de su coexistencia y acción (Barrantes, 1991). Esto significa que puede darse una complementariedad entre subsistemas, es decir, no son excluyentes (Gráfico 3).

GRÁFICO 3 COMPLEMENTARIEDAD DE MODALIDADES

semipresencial

EDUCACIÓN BIMODALIDAD COMPLEMENTARIEDAD CONVENCIONAL EP y EaD EDUCATIVA

*

*

Educación a Distancia

EaD

Educación Presencial

EP

Consideramos que la transición por la que pasan las universidades actualmente es el periodo de bimodalidad, etapa necesaria para esclarecer y consolidar la modalidad, para, en un futuro, llegar a la complementariedad educativa.

2 Términos que se han utilizado indistintamente. Cfr. Serrano, 1998.



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Cabe mencionar que tanto en EP como en EaD debe definir claramente el carácter del plan de estudios, es decir, si éste es cerrado, flexible o abierto y se sugiere no utilizar el término “semipresencial”. 3

En el contexto latinoamericano, donde no existe una sólida formación autodidacta, creemos que ni la educación presencial deberá ser totalmente escolarizada, ya que actualmente se debe hacer uso de la telemática, ni la educación a distancia deberá ser absolutamente a distancia, simplemente se recomienda para ésta, la presencialidad en algunos casos, como presentación de exámenes, defensa del grado, asesorías grupales y en prácticas de campo, de laboratorios, de hospitales, etcétera.

A manera de ejemplo en la modalidad presencial, las actividades serán escolarizadas, sin embargo, para aprovechar los beneficios de las nuevas tecnologías, algún tema o curso podrá ser a distancia; por lo tanto, el alumno deberá acudir a un lugar determinado (la escuela), en un horario específico, a recibir la clase o conferencia del tema, pero el profesor estará en otro sitio. Aquí podríamos definir esta actividad como una teleclase o teleconferencia o la llamada clase virtual, incluida en un programa presencial.

“Virtual” es también otro concepto que se ha utilizado arbitrariamente, ya que “virtual” es producir un efecto similar a la realidad, que tiene existencia aparente, por lo tanto, podemos concluir que la enseñanza sí puede ser virtual, ya que se simulan técnicas, medios, personajes y objetos para la enseñanza, pero resulta incorrecto decir que el aprendizaje es virtual.

He aquí la complementariedad educativa a que hicimos referencia anteriormente, como proceso de transformación entre lo tradicional4 y lo “virtual”, es decir tomar conciencia de la multidimensionalidad témporo-espacio-cultural que tiene la educación a distancia. Esto permite de

3 El uso de este término causa confusión, ya que tanto en EP como en EaD la semipresencialidad se da en mayor o menor medida. 4 Educación tradicional, convencional, presencial y escolarizada no son sinónimos, como tampoco lo son educación informal y no formal, sin embargo son conceptos que en este artículo no son de interés específico.


mejor manera llegar tanto a la complementariedad tecnológica-humanística como a la presencial a distancia.

PROSPECTIVA DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA BIMODAL. FUNDAMENTACIÓN PARA ELABORAR PROGRAMAS EDUCATIVOS INTERINSTITUCIONALES, INTERNACIONALES Y MULTIDIMENSIONALES

La evolución social, la globalización, los intercambios internacionales y en especial la celeridad, el vertiginoso desarrollo del conocimiento, así como el uso de las telecomunicaciones afectan directamente al sistema educativo a nivel mundial. Por lo cual habremos de darnos a la tarea de revisar las orientaciones educativas para pasar de una expectativa eminentemente cuantitativa y con un sentido extremo de competitividad tecnocrática, hacia la creación de nuevos estilos y prácticas educativas prospectivas que equilibradamente contemplen procesos cualitativos, con sentido de complementariedad humanística y de orientación formativa.

Tal situación está modificando los procesos, los medios y los fines de la educación, así como los paradigmas y modalidades. Dentro de las nuevas formas educativas se encuentra la modalidad a distancia, que permite la inclusión de novedosas metodologías, que armonizan perfectamente con la educación presencial y que permitirán la transportación adecuada al nuevo siglo.

La educación a distancia en la mayoría de los países en desarrollo se incorpora dentro de los compromisos, retos y discurso institucional, tal vez como respuesta a la presión de las políticas educativas nacionales e internacionales, sin embargo pasa por una serie de obstáculos que impiden su desarrollo, algunos reales, otros resultado de mitos y de falta de conocimiento de sus propósitos, medios y naturaleza.

La situación real por la que transitan las universidades convencionales que pretenden convertirse en instituciones educativas bimodales principalmente se basa en el desconocimiento de aspectos conceptuales y operativos de la educación a distancia. Por lo general se observa una simple adopción de un modelo ya existente en otro contexto, inclusive, en algunos casos, aún se le considera como subsistema alterno,


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independiente, aislado, llegando al extremo de verlo como objeto de rechazo, por ser antagónico al sistema presencial.

“Hace menos de treinta años, estas nuevas formas educativas incluidas generalmente en un pequeño número de programas clasificados como ‘extensión universitaria’, sólo intentaban proporcionar un ligero barniz cultural o indicaciones elementales sobre cómo aplicar determinadas técnicas muy específicas, el éxito de cualquier transferencia tecnológica tiene mucho que ver con el contexto cultural específico, donde se desea insertar” (Casas Armengol, 1987).

Otro problema, además de la falta de contexto cultural, es tomar programas o conceptos de universidades que trabajan exclusivamente la modalidad a distancia o con programas de carácter abierto. Sin embargo, para las instituciones educativas bimodales, como es el caso de la universidad pública, se deben definir muy claramente estas diferencias. Esta observación es necesaria, si se aspira a la complementariedad de las modalidades educativas presencial y a distancia, que el intercambio y la globalización internacional exigen.

Resulta primordial hacer algunos referentes históricos de esta modalidad, toda vez que sigue imperando la creencia de que si no existe transmisión vía satélite no hay educación a distancia; no deben condenarse los implementos tecnológicos como elementos sine qua non existe la misma, simplemente se irán incorporando dependiendo del sustento administrativo y financiero. Sin embargo seguirá siendo esencial la voluntad política por incorporar esta modalidad en los planes y proyectos institucionales. Si a esto sumamos la convicción y la capacidad de gestión en programas de intercambio, cooperación y convenios académicos y tecnológicos, se buscará la factibilidad económica a través de fuentes alternas de financiamiento, de patrocinios, asociaciones y de vinculación con la iniciativa privada y las organizaciones no gubernamentales.

Desde sus inicios, el desarrollo de las instituciones educativas ha estado vinculado con el propio auge de la tecnología, de tal forma que en su devenir se identifican tres generaciones distintas: la primera, caracterizada por el uso casi exclusivo de los materiales impresos; la segunda, en que se introducen lenguajes y medios audiovisuales; y la


tercera, caracterizada por el uso de nuevas tecnologías de la información y la comunicación,5 como a continuación se mencionan:

“Educación a distancia” es un término recientemente acuñado, aunque por la naturaleza de sus acciones muchos autores se remontan a los siglos XVIII y XIX; sin embargo, existen otros que van mucho más lejos para buscar sus orígenes en la enseñanza por correspondencia en las civilizaciones sumeria y egipcia, y especialmente en cartas y documentos del Antiguo Testamento, continuando esta tradición epistolar entre personajes del clero, como Lutero y San Ignacio de Loyola (Barrantes, 1992).

La denominación de educación a distancia tiene sus orígenes en Alemania e Inglaterra alrededor del año 1800, a través del servicio de correo y es ofrecido por las grandes universidades de la época. En los Estados Unidos fue Anna Elliot Ticknerd la que inició este movimiento desde su hogar, en Boston, logrando suscribir a más de 7000 mujeres en cursos por correspondencia durante 24 años. Con este éxito de la señora Elliot se consolidan al final del siglo XIX los estudios por correspondencia, al tiempo que varias universidades del oeste de los Estados Unidos ofrecían estudios a distancia para el público.

En 1967 la UNESCO en el informe titulado Los nuevos medios: memos a quienes planean educación refiere que en esa época 15 países incluyendo a los Estados Unidos, utilizaban la televisión y la radio para actividades educativas. En 1962 se crea la Universidad Nacional de Educación a Distancia en España. En 1970 da inicio sus actividades la Open University de la Gran Bretaña con su educación abierta y en 1974 la Open University de Israel; en 1972 el Consejo Internacional para la Educación por Correspondencia acuña el término “educación a distancia” para describir, el conjunto de prácticas educativas durante esos años.

La más notable evidencia del desarrollo de la educación abierta y a distancia ha sido la proyección y el éxito de las mega universidades. A ellas se les define como instituciones educativas con una inscripción de

5 Discurso del Dr. Fernando Vecino Alegret, Ministro de Educación Superior en la Apertura del IV Taller de Educación a Distancia, La Habana, Cuba, mayo de 1999.


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más de cien mil personas. En la actualidad existen diez de ellas en los siguientes países: China. Francia, India, Indonesia, Corea, Sudáfrica, España, Tailandia, Turquía y Reino Unido.

Las mega universidades han sobrepasado los límites que implicaba el eterno triángulo de acceso, calidad y recursos, que tradicionalmente frenaba el crecimiento educativo. Han sido pioneras en el ingreso a las universidades en sus países respectivos y han demostrado que el incremento en el número de alumnos, puede coincidir con las mejoras en la calidad de los materiales de estudio y en el apoyo al estudiantado.

Los directivos de estas instituciones se reunieron en junio de 1995 y manifestaron, entre otras cosas, que se encontraban inscritos 2,500,000 estudiantes. La historia de las mega universidades muestra claramente cómo podemos transmitir a la siguiente generación, una educación y capacitación acordes con el siglo XXI.

En América Latina se han hechos esfuerzos para mejorar y elevar la calidad de la educación, tal es el caso de la UNESCO, con su programa de Educación para Todos y la OEA, con su Programa Regional de Desarrollo Educativo, que como muestras de cooperación multinacional repercuten de manera especial en la educación abierta y a distancia, apoyando la creación de universidades, como la Universidad Abierta de Venezuela (UNA), la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de Costa Rica y la Facultad de Educación a Distancia y Enseñanza Dirigida de Cuba, entre otras, y creando finalmente el Consejo Latinoamericano de Educación Superior Abierta y a Distancia (CLESAD).

En nuestro país los primeros intentos del modelo educativo a distancia se realizaron informalmente a través del correo y periódicos locales y quizás el antecedente del sistema abierto de educación extraescolar sea el Plan de las Misiones Culturales, como actividad organizada y dependiente de la Secretaría de Educación Pública en la época del presidente Plutarco Elías Calles. El primer sistema oficial de educación abierta y a distancia en México fue del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, con cursos de capacitación por correspondencia.


La masificación educativa de la década de los sesenta es detonante de la dinámica de cambio; la matrícula estudiantil pasó de 252 mil a 785 mil estudiantes entre 1970 y 1980 y el gobierno mexicano emprende la reforma educativa tratando de brindar mejores condiciones de educación y planteando la necesidad de adoptar nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje flexibles y dirigidos a proporcionar al educando el ser autodidacta.

En esa época fueron pioneras la UNAM, bajo el rectorado del Dr. Pablo González Casanova que crea el Sistema de Universidad Abierta (SUA-UNAM), el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Pedagógica Nacional. Posteriormente, se incorporan la Escuela Superior de Economía, la Escuela Superior de Comercio y Administración, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, la Autónoma de Nuevo León, la Autónoma de Guadalajara, de Monterrey, del Valle de Atemajac, la Pedagógica Veracruzana y la Regiomontana, quienes, junto con otras, son aproximadamente 50 instituciones con servicios educativos a distancia y/o abiertos.

En el Estado de México, en el que está inserta la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), tienen lugar realidades en donde

“...se asientan diferentes subsistemas y niveles educativos, que en términos cuantitativos; en la modalidad escolarizada comprenden a un total de 3,143,849 alumnos matriculados, con 122,203 docentes y 14,812 escuelas; en la modalidad no escolarizada que comprende los niveles de educación inicial, especial, de adultos, artística, deportiva, para el trabajo, preparatoria abierta entre otros, que cuentan con 327,941 matriculados, 7,345 docentes y 1,464 escuelas. En el nivel de educación superior se asientan más de 50 instituciones, más de 40 formadoras de docentes.

Se encuentra una amplia gama de instituciones públicas y privadas, desde preescolar hasta posgrados tecnológicos y universitarios tanto de carácter local como nacional y con diferentes objetivos. La magnitud de estos datos indica que en el Estado de México existe una heterogeneidad educativa y que es una de las más grandes del país”. (RIIE, 1999).


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Actualmente la universidad pública bimodal, pasa por un proceso de transformación, este transcurso o metamorfosis resulta indispensable antes de aspirar a una complementariedad educativa, por lo que, habremos de referirnos tanto a la complementariedad tecnológica-humanística como a la complementariedad de modalidades presencial-a distancia. (Ver gráfico 3). Existen etapas de desarrollo; primero a nivel institucional, seguido de la etapa de programas interinstitucionales y posteriormente megaproyectos internacionales multidimensionales.

“Hoy en día, la internacionalización se refiere a un proceso de transformación institucional integral que pretende incorporar la dimensión internacional e intercultural en la misión y las funciones sustantivas de las instituciones de educación superior. De tal manera que sean inseparables de su identidad y cultura.

El proceso de internacionalización debe ser visto como una apertura institucional hacia el exterior y debe ser parte integral de los planes de desarrollo, planeación estratégica y políticas generales de las instituciones de educación superior. Sin embargo, para lograr este objetivo es preciso que exista, dentro de las instituciones de educación superior, una política institucional al respecto claramente definida y expresada en un plan de internacionalización respaldado por las autoridades universitarias, consensado en la comunidad universitaria e implementado por medio de una estructura administrativa y académica adecuada y competitiva” (Gacel, 1999).

La propuesta para elaborar programas educativos interinstitucionales e internacionales deberá tomar como referencia los fundamentos de la Conferencia Mundial sobre Educación Superior que organizó la UNESCO (Visión y Acción, 1999), en agosto pasado en París, Francia, y del cual retomaremos los puntos más relevantes y afines a esta propuesta.

Dentro de la pertinencia de la educación superior se indica que las instituciones deben fundar sus orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades sociales y, en particular, en el respeto a las culturas y la protección del medio ambiente, con base en un planteamiento interdisciplinario y transdisciplinario.


La educación superior deberá apoyar al desarrollo del conjunto del sistema educativo y a la nueva orientación de su vinculación con los demás niveles de enseñanza.

La diversificación y la calidad de la educación superior es un concepto multidimensional, para lo cual se percibe la necesidad de una nueva visión y un modelo de educación superior que deberá centrarse en el estudiante. Para alcanzar dicho objetivo hay que reformular los planes de estudio, no contentarse con el exclusivo dominio cognoscitivo de las disciplinas, sino incluir la adquisición de conocimientos prácticos, competencias y aptitudes para la comunicación, el análisis creativo y crítico, la reflexión independiente y el trabajo en equipo en contextos multiculturales.

Hay que utilizar plenamente el potencial de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para la renovación de la educación superior, mediante la ampliación y diversificación de la transmisión del saber, poniendo los conocimientos y la información a disposición de un público más amplio. Ha de conseguirse el acceso equitativo a éstos mediante la cooperación internacional y el apoyo a los países que no disponen de la capacidad para adquirir dichos instrumentos. La adaptación de estas tecnologías a las necesidades nacionales, regionales y locales y el suministro de sistemas técnicos, educativos, de gestión e institucionales para mantenerlas ha de constituir una prioridad.

La educación superior ha de considerarse un servicio público. Si bien se requieren fuentes de financiamiento diversificadas, privadas y públicas, el apoyo público a la educación superior y la investigación sigue siendo fundamental para que las misiones educativas y sociales se cumplan de manera equilibrada.

La asociación estrecha entre todas las partes interesadas-responsables de las políticas nacionales e institucionales, gobiernos y parlamentos, medios de comunicación, personal docente y asociado, investigadores, estudiantes y familias, el mundo laboral y los grupos comunitarios es indispensable si se quiere poner en marcha un movimiento de reforma y de renovación profundas de la educación superior.


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Los doce debates temáticos considerados como prioritarios por la UNESCO, son los siguientes:

Las exigencias del mundo del trabajo

La educación superior y el desarrollo humano sostenible

La contribución al desarrollo nacional y regional

La formación del personal de la educación superior: una misión permanente

La educación superior para una nueva sociedad: la visión estudiantil

De lo tradicional a lo virtual: las nuevas tecnologías de la información

La educación superior y la investigación: desafíos y oportunidades

La contribución de la educación superior al sistema educativo en su conjunto

Mujeres y educación superior: cuestiones y perspectivas

Promover una cultura de paz

Movilizar el poder de la cultura

Autonomía, responsabilidad social y libertad académica.

CONCLUSIONES

Como se expresó en la presentación de este artículo, después de analizar y generar un contexto semántico común, el objetivo principal es ofrecer una visión general de las etapas de desarrollo que podrían tener las universidades bimodales para elaborar una propuesta integral, interinstitucional e internacional, para aplicarla en la modalidad a distancia; por lo tanto, resulta conveniente compartir con el lector reflexiones en torno al tema, así como el deseo de hacer énfasis en un aspecto esencial bajo nuestra propia percepción: la problemática resultado de la falta de confluencia entre los fines y la praxis de la educación; dejar de rendir pleitesía a la competitividad académica, y buscar la complementariedad humanística por medio de la equidad y correspondencia entre lo informativo y lo formativo, lo teórico y lo


metodológico, lo tecnológico y lo humanizante, lo mecánico y lo sensible, lo útil y lo ocioso, lo material y lo espiritual. Para realmente rescatar la misión de la universidad pública hace falta formar hombres pensantes, íntegros, éticos, sensitivos y creativos. (Serrano, 1998).

La existencia y trascendencia del homínido que pasa a ser hombre y de las instituciones instruccionales que pasan a ser universidades se fundamenta en sus valores y en sus objetivos humanísticos (idem).

La intención de analizar el siguiente postulado: “Ha sido menester esperar hasta los comienzos del siglo XX para que se presenciase un espectáculo increíble: el de la peculiarísima brutalidad y la agresiva estupidez con que se comporta un hombre, cuando sabe mucho de una cosa e ignora de raíz todo lo demás” (idem), ofrece la posibilidad de creer que en el futuro ya no se hablará de educación presencial y a distancia, como subsistemas diferentes, e incluso que cada una requiera tener “especialistas muy especializados”(sic), sino que se hablará solamente de educación integral, formativa, desarrollada por equipos humanos transdisciplinarios, altamente calificados.

En cuanto al saber, habrá que diferenciar entre los conocimientos bajo una visión instrumentalista (que desafortunadamente son los más cotizados) y los saberes y conocimientos bajo una dimensión ética. Es decir, fomentar el amor por el saber, estamento de cultura, pero no aquel conocimiento vano o lleno de arrogancia que, no por ser muy actual, enriquece el espíritu.

Sánchez Vázquez, al hacer un análisis sobre la universidad del futuro, comenta que ésta tiene que elevar también la calidad de su docencia, sustituyendo el énfasis en lo informativo por lo formativo y desplazando lo repetitivo y memorístico por lo creativo. Pero, a la vez, hay que atender no sólo transmitir el saber y formar profesionalmente, sino también dar conciencia de las consecuencias sociales de ese saber, de su aplicación y del ejercicio profesional.6

6 Sánchez Vázquez, Adolfo. Citado por Serrano, opus cit.


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Asimismo, esta modalidad ante la utilización de la tecnología presenta una doble problemática, el uso y el abuso de la telemática, por lo cual no habrá de perderse la conciencia de que la tecnología está al servicio del hombre y no al revés, es decir que se trata de situar las nuevas tecnologías como un recurso didáctico más, al servicio de la educación.

“Hay muchos momentos en los que, sin pretenderlo, caemos en posturas sacralizadoras de la tecnología y perdemos de vista nuestro papel como educadores y educadoras, como agentes innovadores del ámbito docente, olvidando que también se puede reflexionar, innovar y aportar soluciones creativas que no pasen por el tamiz de un microchip” (Luna, 1996).

Efectivamente el suponer que a mayor instrucción e información se obtienen hombres libres es un error, ya que se corre el riesgo de convertirse en androide computarizado, que maneje un marasmo de información sin sentido, sin saberla seleccionar, y sin poderla reflexionar y analizar.

La aplicación de las nuevas tecnologías no va a solucionar todos los enigmas educativos, la cada vez más usual idea de asociar y condenar a los implementos tecnológicos como elemento sine qua non de la educación a distancia, es una falacia, podrá consolidarse como la herramienta más empleada, pero se valorará la función docente, pues nunca la computadora suplirá el pensamiento crítico, creativo y reflexivo del hombre.

En el próximo milenio se vislumbran esperanzas de crear nuevas expectativas ante la problemática del uso y del abuso de las tecnologías así como su aplicación con fines éticos que implicarán seguramente nuevas y ecológicas fuentes de energía como la solar, la eólica y la cinética.

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Educación a distancia: su polisemia y su prospectiva en la