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ALTERACIONES EN LOS ESCENARIOS DE LA ACTIVIDAD McaLuhan (1969) denominaba a la televisión un medio frío, ya que no permite otra actividad que no sea la de prestarle atención, pero que a la vez no permite altos niveles de implicación, como sí ocurre con un medio dialógico como en la radio. Al estudiar los efectos negativos de la televisión de manera general se han hallado correlaciones significativas entre cantidad de televisión vista por los niños y el déficit en algunos procesos psicológicos, como los señalados en el apartado anterior. Uno de los posibles factores que lo explican, quizás el más importante, es el “efecto secante” de la televisión, ya que permite inhibir otras actividades infantiles generales (juegos, actividad productiva, etcétera) que han sido históricamente esenciales para el desarrollo infantil (Elkonin, 1987). El efecto secante de la televisión, estudiado por Gadberry (1980, citado por Del Río, 1996), en donde se interviene experimentalmente reduciendo el tiempo de televisión de los niños a la mitad; se controla a su vez la dedicación de los padres a sus hijos en ciertos grupos y se reduce la dieta televisiva. Los resultados muestran que los niños que contaron con aumento del tiempo con sus padres incrementaron su actividad de lectura, pero el grupo de niños que redujo la dieta televisiva tuvo un incremento considerable en su capacidad reflexiva respecto de los otros niños. La interpretación lleva a sostener que la televisión eliminar juegos y otras actividades sociales naturales que son más interactivas, y en la qué es la información fluye a un ritmo que permite la reflexión y el repaso, y no al ritmo intrusivo de la televisión que no permite reflexionar a los niños (Del Río, op. cit.). Esto es, los padres que más “median” la televisión (que la ven con sus hijos interviniendo), parecen ser un factor positivo decisivo, tanto actuando directamente en el proceso de recepción televisiva, cómo generando alternativas a él, para que el niño desarrolle otras actividades. LA TELEVISIÓN Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Este efectos secante de la televisión, también depende de la diferencia sociales entre los niños, en particular sobre la manera de elegir y de interpretar una emisión televisiva, y de leer (o no leer) diarios y revistas. Los niños adquieren significaciones diferentes según el medio social al que pertenecen. Aunque niños de sectores sociales diferentes

Educación en Medios

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PSICOLOGÍA EDUCATIVA

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ALTERACIONES EN LOS ESCENARIOS DE LA ACTIVIDADMcaLuhan (1969) denominaba a la televisin un medio fro, ya que no permite otra actividad que no sea la de prestarle atencin, pero que a la vez no permite altos niveles de implicacin, como s ocurre con un medio dialgico como en la radio.Al estudiar los efectos negativos de la televisin de manera general se han hallado correlaciones significativas entre cantidad de televisin vista por los nios y el dficit en algunos procesos psicolgicos, como los sealados en el apartado anterior. Uno de los posibles factores que lo explican, quizs el ms importante, es el efecto secante de la televisin, ya que permite inhibir otras actividades infantiles generales (juegos, actividad productiva, etctera) que han sido histricamente esenciales para el desarrollo infantil (Elkonin, 1987). El efecto secante de la televisin, estudiado por Gadberry (1980, citado por Del Ro, 1996), en donde se interviene experimentalmente reduciendo el tiempo de televisin de los nios a la mitad; se controla a su vez la dedicacin de los padres a sus hijos en ciertos grupos y se reduce la dieta televisiva. Los resultados muestran que los nios que contaron con aumento del tiempo con sus padres incrementaron su actividad de lectura, pero el grupo de nios que redujo la dieta televisiva tuvo un incremento considerable en su capacidad reflexiva respecto de los otros nios. La interpretacin lleva a sostener que la televisin eliminar juegos y otras actividades sociales naturales que son ms interactivas, y en la qu es la informacin fluye a un ritmo que permite la reflexin y el repaso, y no al ritmo intrusivo de la televisin que no permite reflexionar a los nios (Del Ro, op. cit.). Esto es, los padres que ms median la televisin (que la ven con sus hijos interviniendo), parecen ser un factor positivo decisivo, tanto actuando directamente en el proceso de recepcin televisiva, cmo generando alternativas a l, para que el nio desarrolle otras actividades.LA TELEVISIN Y LA CONSTRUCCIN DE LA IDENTIDADEste efectos secante de la televisin, tambin depende de la diferencia sociales entre los nios, en particular sobre la manera de elegir y de interpretar una emisin televisiva, y de leer (o no leer) diarios y revistas. Los nios adquieren significaciones diferentes segn el medio social al que pertenecen. Aunque nios de sectores sociales diferentes enciendan la televisin para ver el mismo programa, no supone una comunin ni una uniformidad en la recepcin que hacen de este (Mariet, 1993).No olvidemos que aunque el entorno social no modela ni determina directamente el comportamiento de la persona, tiene una poderosa influencia al constituirse como el universo de significacin a partir del cual el sujeto construir su mundo y su percepcin del universo.En la vida diaria de las familias populares, la televisin tiene una mayor presencia, casi exclusiva. Por lo general no se lee el peridico y prcticamente no escuchan la radio dentro de la casa. La televisin suele estar encendida todo el da, ocupando un lugar importante en la vida de los ms pequeos. Forma as parte de la vida cotidiana familiar y acta como reguladora de las rutinas domsticas. Define temas de conversacin en la familia, los cuales le permiten hablar ms fcilmente de s mismos. Hay en estos contextos una visin compartida de la televisin.Como nos ensea Mariet (1993), su presencia contribuye a la construccin de un nosotros (padres e hijos frente al televisor). El espacio televisivo en las familias de sectores populares es un espacio de reencuentro. Un vnculo importante entre madre e hijos. Para estas familias ver la televisin se realiza sin culpabilidad, al no ser considerada una actividad devaluada. Este consumo televisivo sin complejos ni culpas se evidencia porque no est asociado a un sistema rgido de prohibiciones o limitaciones.De esta manera, en escenarios urbanos de sectores populares la televisin cumple una funcin compensatoria, que adems de sustituir una serie de actividades ldicas a las que no tienen acceso (cine, teatro, museos, video, etc.), desempea una funcin social. EN especial cuando las calles ya venidas de la ciudad en la que habitan son espacios peligrosos para los nios, o cuando se quedan en casa a cuidar a sus hermanos ms pequeos, la televisin es el puente con ese mundo cerrado. Po ello estos nios valoran su funcin educativa y esperan aprender de ella.El barrio del pequeo, su espacio urbano, la vivienda, la presencia (o ausencia) de cafs, de alternativas culturales como museos, de posibilidades recreativas como deportivos, son determinantes para el acceso de los nios y jvenes a una variacin cultural amplia. No importa de qu aspecto de la cultura hablemos (teatro, msica, pintura o cine), los nios construyen conocimientos ms ricos y diferentes en funcin de un medio social y cultural con vastas sugerencias y oportunidades. Ante esta pobre diversificacin cultural la televisin adquiere para los chicos de sectores populares una funcin compensatoria. En cambio, en los sectores ms favorecidos econmicamente el vnculo con la televisin es ms indirecto. Se responsabiliza a la televisin de ocupar el lugar de actividades ms productivas: leer, hacer la tarea, practicar deporte o jugar con amigos.En este sentido, un tema de inters para la psicologa educativa vinculada con los escenarios informales, es estudiar la forma en que los medios de comunicacin participan en la construccin de nuestra identidad. Cmo influyen sobre nuestra nocin de gnero, clase, raza, nacionalidad; sobre quines somos nosotros y quines son ellos. Como muestran algunos estudios, las imgenes de los medios de comunicacin organizan y ordenan nuestra visin del mundo y valores ms profundos; cmo comportarnos ante determinadas situaciones sociales; nos proponen qu pensar, qu sentir, qu creer, qu desear y qu temer. Nos ofrecen ideas de qu es ser hombre y qu es ser mujer, de cmo vestirnos, de qu consumir, de qu manera ser popular y evitar el fracaso, de cmo reaccionar ante miembros de grupos sociales diferentes al nuestro, y de qu modo responder a normal, instituciones y valores sociales (Garca, 2003).Una educacin en medios analiza la manera en que la cultura meditica construye valores e identidades a travs de ciertas representaciones. Asimismo busca revalorizarla cultura de los nios, sus experiencias cotidianas, su vida en el barrio y su consumo televisivo.El escenario cultural de los nios es uno de los pocos que, en opinin de los jvenes y nios, les pertenece y en el cual sienten que se habla de ellos y a ellos. Este escenario lo construyen los medios de comunicacin, la msica, el cine y otras expresiones culturales, es para muchos chicos el lugar desde el cual dan sentido a su propia identidad. Los nios y jvenes aprenden en l a hablar de s mismos en relacin con los otros.La identidad se construye a travs de la convivencia de las representaciones que tenemos de nosotros mismos con las que tenemos de los dems. La identidad se configura de manera integradora, interrelacionando vnculos de carcter espacial, temporal y social (Grinberg; 1993).El hecho de que en los relatos audiovisuales convencionales (y en general en los literarios y la narrativa) se juegue con personajes buenos y malos, permite disponer de personajes vividos como negativos en los que poder proyectar todo lo que experimentamos en nuestro interior como desagradable, y contar con personajes considerados como positivos para poder asimilarlos, porque representan valores que nos resultan placenteros (Del Ro, 1996).Como espectadores, seala Ferrs (2000), muchas veces nos hemos descubierto a nosotros mismos sufriendo sin que nos encontremos en peligro. En tales casos, comprobamos que no sirve de nada que nos demos toda clase de argumentos para ahorrarnos el sufrimiento. No sirve que intentemos convencernos de que no estamos en peligro, de que es seguro que la pelcula acabar bien, de que el actor o la actriz no sufrieron al representar aquellas acciones (al contrario, se lo pasaron bien y cobraron una fortuna).Ferrs nos seala que al igual que en los sueos, tambin en los relatos audiovisuales hay un proceso de simbolizacin y unos contenidos latentes enmascarados bajo los manifiestos. Y este proceso de simbolizacin o de significacin se realiza a travs de transferencias emotivas. En algunos casos, la atribucin de sentido y de valor no se produce argumentando o aduciendo razonamientos, sino por simple asociacin, por transferencia emotiva se asimilan aquellos aspectos, aquellos atributos o propiedades que nos resultan placenteros. Los convertimos en parte de nuestra identidad. Por tanto, la posible formacin critica a los medios es a travs de esos procesos de reflexin que nos permiten ser conscientes de la influencia de los medios. Cuando se premia o se castiga narrativamente- y por tanto con emotividad- a un personaje, accin o una situacin, se los est premiando o castigando desde los puntos de vista ideolgico y tico. La energa emotiva liberada por la historia, sea positiva o negativa, se canaliza en una direccin ideolgica y tica.LOS MODELOS CULTURALMENTE DISPONIBLES. ALTERACIONES SOCIOEMOCIONALES Y DE IDENTIDADSe considera que la identificacin no tiene lugar con una persona, sino con una representacin de esa persona. Y sta es la tarea que realizan los medios audiovisuales de masas, unas veces de manera intencional y otras de forma voluntaria: ofreces representaciones personales con las que poder llenar los vacos psquicos que presentan los receptores.La importancia de los modelos o de los mitos socialmente disponibles es fundamental, porque con ellos es con los que se construye el imaginario colectivo, y es mediante este imaginario como vamos configurando nuestra identidad. La cultura nos marca, para bien o para mal, imponiendo como modelos unas determinadas representaciones humanas.Podramos entonces definir las culturas por el tipo de hroes o de mitos que privilegian (Borrego, 1997). Para esta autora, la televisin estadounidense (Holllywood) y la publicidad son, sin duda, las responsables de construir los modelos comunicativos en muchas de las sociedades occidentales que ms han construido a configurar el imaginario colectivo del siglo xx. Hollywood ha sido bautizado como la fbrica de sueos. La publicidad, por su parte, es un modelo comunicativo que lo impregna todo, en el sistema de que interfiere fsicamente en todos los dems discursos.Pues bien, tanto Hollywood como la publicidad parecen responsables de haber nutrido el imaginario colectivo occidental con unos modelos de belleza y de comportamiento muy alejados de la realidad, imponiendo unos estndares inalcanzables. Eso significa que las impresionantes mujeres que se nos ofrecen como modelos en los anuncios no existen ni siquiera en el mundo de la publicidad. Son el resultado de una artificiosa combinacin de fragmentos: la cara es de una, el cuerpo de otra, las manos de una tercera y la voz de una cuarta. Son lo que denominan mujeres-rompecabezas, que se crean para satisfacer carencias emocionales, pero que al mismo tiempo nutren el imaginario individual y colectivo imponiendo un ideal de belleza inasequible, irrealizable (Ferrs, 2000).Este contexto es inevitable pensar en el problema de la anorexia, problema que se incrementa cada ao. En estos momentos afecta ya a sectores sociales que antes le eran ajenos: no slo a las chicas, sino a los nios. El cine y la publicidad no son culpables, pero tampoco puede decidirse que se le imiten a reproducir las tendencias imperantes en la sociedad.Y no se trata slo de la anorexia. Segn una encuesta reciente, uno de cada cuatro chicos no est satisfecho con su cuerpo. La distancia creciente entre los modelos fsicos y la realidad desemboca en frustraciones y en depresiones.Como hemos podido percatarnos, los medios de comunicacin de masas tienen un indiscutible efecto educativo, sea intencional o involuntario. La educacin en medios se debera plantear, ante todo, por qu gusta un mensaje audiovisual, por qu resulta gratificante, qu instintos satisface, si son positivos o negativos, constructivos o destructivos. Slo desde esa toma de conciencia podr el sujeto descubrir cules sern los efectos del mensaje, es decir, cmo contribuir a modelar la conciencia aplicando los criterios de la lgica de la transferencia. Estos planteamientos nos llevan al anlisis del componente emocional en el estudio de los medios.RECUPERANDO LA DIMENSIN EMOCIONAL PARA EL ANLISIS DE LOS MEDIOSComo seala Ferrs (2000), no es posible enfrentar adecuadamente la educacin para los medios si no analizamos profundamente lo que implica ser espectador, si no comprendemos por qu son tan atractivos los medios audiovisuales, qu necesidades satisfacen y de qu manera ejercen su influencia socializadora. Este autor enfatiza la competencia emocional de las personas, y cmo influye sta en el consumo de mensajes audiovisuales. La importancia que se da a las emociones en nuestras culturas ha variado a lo largo de la historia. En las ltimas dcadas, desde la mirada cognitiva, sistema dominante para explicar los procesos mentales, las emociones comenzaron a ser marginadas. Considerada la mente como una computadora, no haca falta recurrir a las emociones para explicar su funcionamiento.En una fase posterior, los tericos cognitivos prestaron atencin a las emociones, pero las sometieron al dicto de la racionalidad, considerndolas como un simple complemento de la mente racional. Las emociones fueron redefinidas como procesos cognitivos fros, desprovistos de todo contenido pasional. Para estos tericos una emocin no se diferenciaba de un acto cognitivo: las emociones eran slo pensamientos sobre las situaciones (Del Ro, 1996; Ferrs, 2000 a y b).Ferrs cita los avances explicativos de la neurobiologa sobre las emociones y el inconsciente y muestra que stas tienen un peso excepcional en la mayor parte de las decisiones y de las creencias humanas. Los neurobilogos critican el tratamiento que la teora cognitiva ha hecho de las emociones y del inconsciente (LeDoux, 1999), afirmando que:() la cognicin y la emocin [] parecen funcionar a nivel inconsciente, y al nivel consiente nicamente llegan los resultados de los procesos cognitivos y emocionales (LeDoux, 1999, p. 23). Y ms adelante: es en el inconsciente emocional donde tiene lugar gran parte de la actividad emocional del cerebro (idedm, p. 71).Una conclusin inicial a la que podemos llegar es la propuesta por Ferrs:() si se reconoce la mente humana es sobre todo emocin e inconsciente, si los medios de masas audiovisuales afectan de manera fundamental en las emociones y en el inconsciente, y, finalmente, si el mundo acadmico centra su aproximacin a los medios en la racionalidad y en la conciencia, estamos gastando inadecuadamente nuestros esfuerzos y errando las posibilidades de solucin (Ferrs, 2000b, p. 17).Lo anterior se vincula con el concepto de modularidad cerebral, que es la relacin que existe entre cerebro emocional y cerebro racional, a travs de un complejo juego de interacciones entre dichos mdulos. Ferrs cita a Damasio (1996), quien seala que el sentimiento es un componente integral de la maquinaria de la razn. [] Determinados aspectos del proceso de la emocin y del sentimiento son indispensables para la racionalidad (Damasio, 1996, p. 9, citado por Ferrs, 2000). As para que se d un despliegue efectivo de las estrategias cognitivas se necesita de manera importante de la capacidad continuada de experimentar sentimientos.Ahora bien, seala como Damasio, aunque los mdulos se necesiten para un adecuado funcionamiento del sistema global no significa que no puedan actuar de manera autnoma, independiente:() anatmicamente hablando, el sistema emocional puede actuar independientemente del neocrtex. Hay ciertas reacciones y recuerdos emocionales que tienen lugar sin la ms mnima participacin cognitiva consciente. Esa necesaria integracin, no significa que las emociones y los sentimientos no puedan causar estragos en los procesos de razonamiento en determinadas circunstancias. Investigaciones recientes del proceso normal de los sesgos emocionales (Damasio, 1996, citado por Ferrs, 2000b).Es importante sealar, segn estos autores, que la mente racional confiere sentido y valor a la realidad mediante relaciones de causa efecto, y que la parte del cerebro emocional lo hace mediante estructuras de asociacin o de transferencia.Aunque estamos de acuerdo con esta aseveracin, la teora histrico-cultural nos habla de la necesidad de diferenciar el funcionamiento psicolgico natural del cultural. Esta afirmacin seria oportuna para explicar esa parte natural del funcionamiento cerebral.Este breve anlisis sobre las emociones nos permite comprender su participacin en nuestra experiencia de espectador, cuando actuamos con los recursos naturales, esto es cuando no hemos aprendido a mediatizar nuestras emociones. En este nivel, natural o biolgico, podemos funcionar a travs del condicionamiento simple. Esto es, al aplicar estructuras de asociacin o transferencia es como nos identificamos con el personaje de una pelcula o como nos identificamos con el personaje de una pelcula o como nos proyectamos agresividad hacia otro. Al aplicar esas estructuras asignamos valor positivo a un producto por el simple hecho de que aparece vinculado a un personaje positivo, interpretado a su vez por un actor o por una actriz atractivos.Lo anterior puede clarificarnos por qu se invierte tanto dinero en la presentacin de productos comerciales en momentos clase de las pelculas y de las series televisivas. Lo cual es una muestra del peso de las emociones en la experiencia del consumo audiovisual y del conocimiento de los especialistas en publicidad sobre la manera en que construimos, cmo conferimos sentido y valor a la realidad cuando no activamos procesos cognitivos junto a las emocione. De esta manera tambin los medios audiovisuales de masas venden valores y contravalores, sin ms esfuerzo que el de asociarlos a emociones positivas o negativas.Lo que podemos sealar es que sta es una veta de investigacin para que los psiclogos educativos estudiemos estos mecanismos mediante los que se puede conferir sentido y valor a los productos en los medios de comunicacin de masas, y en especial para comprendes a su vez la vida cotidiana de los nios ante los medios y podamos aportar algunas posibles alternativas de solucin a los problemas de consumo, violencia, competencia, estereotipos, etc., asociados a la recepcin de medios audiovisuales.Pero a diferencia de lo propuesto por los citados autores que suponen que en el proceso cognitivo se activan procesos secundarios; en el segundo, primarios, Vygotsky nos seala que en ambas dimensiones pueden activarse procesos primarios y secundarios. Tambin las emociones pueden transformarse en funciones superiores. Lo interesante para Vygotsky no era el proceso aislado sino las relaciones funcionales entre ellos.Lo que queremos rescatar del anlisis de LeDoux y Damasio es que los investigadores en medios han analizado mayoritariamente este tipo de funcionamiento emotivo elemental. En ste, estamos de acuerdo, la simbolizacin no se realiza a travs de procesos secundarios sino primarios. En otras palabras, la construccin de sentido y de valor que realiza la persona es el resultado de procesos de asociacin, de transferencias emotivas, por similitud o por contigidad. Pero para Vygotsky lo ms relevante es el desarrollo de las funciones psicolgicas superiores.FUNCIONES PSICOLGICAS SUPERIORES. LA EDUCACIN SENTIMENTALPara ello recuperaremos el ejemplo citado por Del Ro y cols. (2002) sobre catarsis.Una versin simple, no sociocultural de la catarsis sugiere que los impulsos agresivos acumulados tienen salida tanto por la exposicin a la violencia de los medios como la accin violenta real, actuando as los medios como vlvula de seguridad. Experimentalmente esta aproximacin no ha tenido respaldo. La explicacin gentica y educativa es que la catarsis implica una capacidad que es preciso adquirir y desarrollar. La prueba es que los sujetos se diferenciaban por su habilidad para proyectar en estmulos audiovisuales sus sentimientos. Es decir, una cultura determinada puede ensear y construir mejor o peor la capacidad de catarsis (Del Ro y cols., 2002, p. 8).Vygotsky, en su psicologa del arte, abordada el problema psicolgico de la catarsis y planteaba la mecnica de la psicotecnia del sentimiento para canalizar la educacin sentimental que ya se haba planteado en el pensamiento literario.Del Ro y cols. (2002) sealan:() en relacin de las funciones superiores, los sentimientos no son simples emociones animales, sino que suponen una arquitectura humana cultural de otra naturaleza. Y en esta orientacin podemos ver culturas y dietas mediticas como ms o menos propiciadoras o cultivadoras de los buenos sentimiento, incluso de los malos sentimientos (Del Ro y cols., 2002, p. 9).Para conectar lo anterior con el proceso educativo en este escenario informal, podemos sealar la importancia del desarrollo del funcionamiento psquico superior. Vygotsky (1978) seala que desarrollo superior puede aplicarse a las emociones a travs del proceso de meditacin, con los instrumentos psicolgicos de carcter simblico, que permiten regular la conducta social. Es aqu donde los agentes educativos pueden utilizar la meditacin y mecanismos semiticos, entre ellos los que Vygotsky vincula al desarrollo de las emociones superiores, como la obra de arte, narrativa (cuento infantil, novela, teatro, cine, etc.), ya que son instrumentos externos que la sociedad pone a disposicin del nio para que ste desarrolle sus emociones superiores.Desde esta postura, el arte no slo reproducira la vida, sino que la creara, al introducir nuevas perspectivas y nuevas posibilidades. Para Vygotsky, la obra de arte no es en s buena ni mala. En este sentido se aleja de la concepcin del arte como una transmisin o socializacin de valores morales (Pes y cols., 1996). Estos autores nos aclaran:Para Vygotsky, una obra de arte es un conjunto de smbolos, con una funcin comunicativa (la obra de arte tendra como papel fundamental transmitir una experiencia humana y social de fuertes resonancias afectivas), pero con la peculiaridad de que el significado sera muy complejo y polismico, los elementos formales determinaran y entraran en contradiccin o innovacin con el contenido semntico y en este conjunto de smbolos el sentido predominara sobre el significado. Debido a todas estas caractersticas, incluyendo la activacin emocional, la obra de arte motivara en un alto grado de funcin intelectual (Pes y cols., 1996, p. 139).Vygotsky incluye los aspectos culturales en el proceso educativo. Mucha de la investigacin en los medios no reconoce esta diferencia. La intervencin de los medios lo ha hecho a travs de las emociones naturales o sensoriales, como modelo cultural no constructivo. De ah la necesidad de una educacin para los medios.

EDUCACIN EN LOS MEDIOSUna educacin en medios analiza el papel central que desempean stos en la vida de los chicos y de los jvenes. Los medios son centrales en el proceso de socializacin de los nios. Los medios deben ser considerados como lo que son: agentes que influyen en la manera en que los nios comprenden y se relacionan con el mundo. Los medios son los responsables, en gran medida, de su iniciacin a la vida adulta. Por eso, cuando diseamos una formacin en medios lo hacemos como una va de entrada a la cultura y a la comprensin del mundo.La educacin en medios sugiere ensear a los nios a cuestionarse sobre las representaciones del mundo que difunden los medios, para que comprendan la forma en que damos sentido a la realidad y el modo en que los medios le dan sentido para nosotros. La educacin en medios consiste en aprender a analizar la manera en que los medios de comunicacin construyen el mundo y se presentan como mediadores entre el universo y nosotros.Lo anterior se vincula con el papel central que la investigacin histrico-cultural ha adjudicado a los contenidos argumentales culturales (mitos, rituales, arte, juego) para construir la realidad humana. Dos discpulos de Vygotsky: Bozhovich, investigando cmo los relatos construyen la conducta socio-moral, y Elkonin, investigando el juego dramatizado, han mostrado la construccin de la realidad como una construccin en funcin de los mecanismos mediacionales del compromiso entre imaginacin y realidad que supone vivir la vida como una ficcin humana a partir de modelos culturales (Del Ro, 1996, Olmos, 2002).En el caso de los medios de comunicacin, el nio contrasta los roles que observa de la televisin lo haca con el cuento, novela y el juego dramatizado. El problema, segn Del Ro (1996), es la posible debilidad de la experiencia de actividades directas culturalmente compartidas. Como ha indicado Bronfenbrenner (1988), la cantidad de roles con los que el nio puede interactuar en su vida diaria (cartero, panadero, pastor, carpintero, soldado, mdico, etc.), se ha empobrecido enormemente en la sociedad urbana. La televisin se convierte as en una fuerza compensatoria, pero lo hace desde la actividad vicaria y simblica, no desde la participacin directa. Y no slo a estar expuesto a roles sociales sino a que el propio nio pueda ejercer roles sociales diversos.En sntesis, los psiclogos educativos, as como la sociedad en general deberamos comprometernos con la educacin en medios, pero asegurndonos de que ofrecemos un tipo de educacin que tome en cuenta la dimensin emotiva de la experiencia de ser espectador, a fin de convertir lo inconsciente en consciente, las emociones unidad a las reflexiones, lo que exige que la educacin en los medios debe conceder mucha ms importancia a la competencia emocional.Una alternativa es incorporar los medios como objeto de estudio en lo que se denomina educacin en medios de comunicacin, que ensee a los alumnos a analizar crtica y reflexivamente los textos mediticos.Naturalmente no proponemos que los psiclogos educativos o los educadores asuman por s solos esta urgente tarea educativa, ni de los cambios necesarios para corregir excesos y defectos. Se trata de un esfuerzo colectivo en el que se tienen que involucrar todos los sectores de la sociedad.LA EDUCACIN INFORMAL EN EL CIBERESPACIOEs importante que como psiclogos educativos comprendamos que aunque las herramientas concebidas en el contexto urbano, como el alfabeto, han favorecido el desarrollo de la filosofa y la ciencia occidentales (Castells, 2000) y han permitido tender un puente entre el entorno natural y el urbano al favorecer un puente del lenguaje oral al escrito, y han posibilitado el discurso conceptual que transform cualitativamente la comunicacin humana, estas herramientas no han sido suficientes para que las personas, en este caso los alumnos, puedan participar de manera ptima en los nuevos escenarios que surgen en la denominada sociedad del conocimientoAhora, con los nuevos medios de comunicacin e informacin, estas limitaciones de acceso desaparecen para muchas familias urbanas. Y con ellos se debilitan los sistemas tradicionales de supervisin familiar. En este nuevo marco la sociedad debe proporcionar, ms que nunca, ejemplos y modelos de referencia. Esta nueva cultura, y sus posibilidades de informacin y comunicacin, proporcionan una escuela paralela a los ciudadanos, un poderoso escenario de educacin informal que ejerce una continua influencia sobre los miembros de esta sociedad. McLuhan comenta al respecto: hoy en nuestras ciudades, la mayor parte de la enseanza tiene lugar fuera de la escuela. La cantidad de informacin comunicada por la prensa, las revistas, las pelculas, la televisin y la radio, exceden en gran medida la cantidad de informacin comunicada por la instruccin y los textos en la escuela. Este desafo ha destruido el monopolio del libro como ayuda a la enseanza y ha derribado los propios muros de las aulas de modo tan repentino que estamos confundidos, desconcertados.EDUCACIN EN MEDIOSUna educacin en medios analiza el papel central que desempean estos en la vida de los chicos y de los jvenes. Los medios son centrales en el proceso de socializacin de los nios. Los nios deben ser considerados como lo que son: agentes que influyen en la manera en que los nios comprenden y se relacionan con el mundo. Los medios son los responsables, en gran medida, de su iniciacin a la vida adulta. Por eso, cuando diseamos una formacin en medios lo hacemos como una va de entrada a la cultura y a la comprensin del mundo.La educacin en medios sugiere ensear a los nios a cuestionarse sobre las representaciones del mundo que difunden los medios, para que comprendan la forma en que damos sentido a la realidad y el modo en que los medios le dan sentido para nosotros. La educacin en medios consiste en aprender a analizar la manera en que los medios de comunicacin construyen el mundo y se presentan como mediadores entre el universo y nosotros.Lo anterior se vincula con el papel central que la investigacin histrico-cultural ha adjudicado a los contenidos argumentales culturales (mitos, rituales, arte, juego) para construir la realidad humana. Dos discpulos de Vygotsky: Bozhovich, investigando como los relatos construyen la conducta socio-moral, y Elkonin, investigando el juego dramatizado, han mostrado la construccin de la realidad como una construccin en funcin de los mecanismos mediacionales del compromiso entre imaginacin y realidad que supone vivir la vida como una ficcin humana a partir de modelos culturales.En el caso de los medios de comunicacin, el nio contrasta los roles que observa de la televisin con los que encuentra en su vida real, de igual manera que en pocas anteriores a la televisin lo haca con el cuento, la novela y el juego dramatizado. El problema, segn Del Rio (1996), es la posible debilidad de la experiencia de actividades directas culturalmente compartidas. Como ha indicado Bronfenbrenner (1988), la cantidad de roles con los que el nio puede interactuar en su vida diaria, se ha empobrecido enormemente en la sociedad urbana. La televisin se convierte as en una fuerza compensatoria, pero lo hace desde la actividad vicaria y simblica, no desde la participacin directa. Y no solo a estar expuesto a roles sociales sino a que el propio nio pueda ejercer roles sociales diversos.En sntesis, los psiclogos educativos, as como la sociedad en general deberamos comprometernos con la educacin en medios, pero asegurndonos de que ofrecemos un tipo de educacin que tome en cuenta la dimensin emotiva de la experiencia de ser espectador, a fin de convertir lo inconsciente en consciente, las emociones uncidas a las reflexiones, lo que exige que la educacin en medios debe conceder mucha ms importancia a la competencia emocional.Una alternativa es incorporar los medios como objeto de estudio en lo que se denomina educacin en medios de comunicacin, que ensee a los alumnos a analizar crtica y reflexivamente los textos mediticos.Naturalmente no proponemos que los psiclogos educativos o los educadores asuman por si solos esta urgente tarea educativa, ni de los cambios necesarios para corregir excesos y defectos. Se trata de un esfuerzo colectivo en el que se tienen que involucrar todos los sectores de la sociedad.

LA EDUCACION INFORMAL EN EL CIBERESPACIOEs importante que como psiclogos educativos comprendamos que aunque las herramientas concebidas en el contexto urbano, como el alfabeto, han favorecido el desarrollo de la filosofa y la ciencia occidentales y han permitido tender un puente entre el entorno natural y el urbano al favorecer un puente del lenguaje oral al escrito, y han posibilitado el discurso conceptual que transformo cualitativamente la comunicacin humana, estas herramientas no han sido suficientes para que las personas, en este caso los alumnos, puedan participar de manera ptima en los nuevos escenarios que surgen en la denominada sociedad del conocimiento, en especial en el ciberespacio. Ya que como seala este autor, el alfabeto facilito, en Occidente, la infraestructura mental para la comunicacin basada en el conocimiento. Sin embargo, aunque permiti discurso racional, separa la comunicacin escrita del sistema audiovisual de smbolos y percepciones, tan importantes para la plena expresin de la mente humana. Por supuesto, la cultura audiovisual, contina Castells, tomo una revancha histrica en el siglo XX, primero con el cine y l radio, luego con la televisin, superando la influencia de la comunicacin escrita en las almas y los corazones de la mayora de la gente. Para este autor: en la actualidad se est dando una transformacin tecnolgica de dimensiones histricas similares: la integracin de varios modos de comunicacin de una red interactiva. Por vez primera en la historia, se integran en el mismo sistema las modalidades escrita, oral y audiovisual de la comunicacin humana.La aparicin de un nuevo sistema de comunicacin electrnico, caracterizado por su alcance global, su integracin de todos los medios de comunicacin y su interactividad potencial, est cambiando nuestra cultura y lo har para siempre.As, uno de los retos es abrir un espacio profesional en estos nuevos escenarios en donde se analice y se estudie esta nueva cultura que nos permita proponer modelos alternativos para esta nueva alfabetizacin global que incluye tanto lo escrito, como lo audiovisual y lo digital. En estos escenarios, coincidimos con Marques: nos encontramos ante un nuevo mundo, supercomunicado, ms accesible y lleno de posibilidades para el desarrollo personal y social, pero tambin lleno de nuevos retos y problemasLA EDUCACION INFORMAL EN INTERNET. LA ESCUELA PARALELA.Internet genera un ambiente de relacin similar aunque diferenciado del mundo fsico, en el que podemos hacer buena parte de las actividades que tradicionalmente realizamos en este: charlar, negociar, aprender cosas, hacer gestiones diversas.Tenemos as un escenario que incluye diversas fuentes de educacin informal, donde se unen: los medios de comunicacin e informacin tradicionales como libros y a prensa, l radio, la TV, el video, el telfono, las reuniones con amigos y familiares, y mas recientemente los videojuegos, el software educativo y las bases de datos en CD-ROM y ahora tambin los nuevos medios de telecomunicacin. Con la aparicin de internet, es necesario redistribuir el tiempo disponible. Disminuir el tiempo que se ocupa en otros medios: la TV, las reuniones con amigos, la lectura de libros y revistas. Los medios de comunicacin masivos anteriores ofrecan limitaciones de acceso, facilitando que de alguna manera la familia pudiera ejercer una cierta tutela sobre las actividades de ocio de sus hijos y sobre las consiguientes fuentes de educacin informal.Ahora, con los nuevos medios de comunicacin e informacin, estas limitaciones de acceso desaparecen para muchas familias urbanas. Y con ellos se debilitan los sistemas tradicionales de supervisin familiar. En este nuevo marco la sociedad debe proporcionar, ms que nunca, ejemplos y modelos de referencia. Esta nueva cultura, y sus posibilidades de informacin y comunicacin, proporcionan una escuela paralela a los ciudadanos, un poderoso escenario de educacin informal que ejerce una continua influencia sobre los miembros de esta sociedad. McLuhan comenta al respecto: hoy en nuestras ciudades, la mayor parte de la enseanza tiene lugar fuera de la escuela. La cantidad de informacin comunicada por la prensa, las revistas, las pelculas, la televisin y la radio, exceden en gran medida la cantidad de informacin comunicada por la instruccin y los textos en la escuela. Este desafo ha destruido el monopolio del libro como ayuda a la enseanza y ha derribado los propios muros de las aulas de modo tan repentino que estamos confundidos, desconcertados.Adems, como comenta Abraham Moles, el predomino audiovisual est definiendo una cultura diferente, una cultura mosaico, que consta de una serie de fragmentos yuxtapuestos, sin ejes de referencia, donde ninguna idea es necesariamente la principal pero muchas si son importantes. Por otra parte, si en las situaciones de interaccin personal la comunicacin se elabora generalmente con la palabra (que tiene significados ms precisos), en el lenguaje audiovisual que utilizan los medios de comunicacin el significante adquiere una gran importancia transmitiendo muchas veces mensajes con mltiples significados. En cualquier caso, estos medios de comunicacin incluyen las categoras conceptuales que establecen las relaciones, y por supuesto las ideologas y criterios de valor.Por todo ello, como seala Del Ro, es importante que las instituciones educativas apoyen a los nios y jvenes a sistematizar las diversas informaciones mosaico recibidas y proporcionen a los estudiantes una educacin para los medios de comunicacin, desarrollando una capacidad crtica que les permita discernir sobre la informacin recibida, especialmente en el caso de los mensajes audiovisuales. Es importante ayudarles a seleccionar y estructural la informacin que pueda resultarles til para construir su propia identidad y actuar en cada circunstancia concreta.

LA EDUACION EN LA POSMODERNIDADCon el arribo de los nuevos medios de comunicacin e informacin, las generaciones anteriores estn aprendiendo a ver el mundo de forma diferente porque fueron educadas en la cultura de los libros. En cambio los adolescentes de hoy recibieron educacin visual de los medios y ven ese mundo con absoluta naturalidad. Garca nos habla de la adolescentizacin de la sociedad, para hacer referencia a las condiciones sociales cuyas caractersticas propone al adolescente como modelo, en una cultura hedonista y superficial, en la que la adolescencia ha dejado de ser una etapa para convertirse en un modo de ser que envuelve a toda la sociedad: el logocentrismo desarrollado por nuestra educacin pierde terreno aceleradamente ante las nuevas formas de comunicacin de los jvenes basada en muchas imgenes y poco intercambio personal.Esto nos conecta con un tema extremadamente complejo, el de la posmodernidad. En este espacio no es nuestro objetivo profundizar sobre ese tema, sino reflexionar brevemente al respecto, en relacin con el escenario de la educacin informal.Gervilla (1993) trata de hallar el fundamento filosfico de este modo de pensar, sentir y vivir de la posmodernidad. Nos seala que surge a partir del desencanto de la razn, de la prdida del fundamento y de la ruptura de todo horizonte histrico o visin global. En este modo de vida todo vale, o al menos todo es susceptible de ser un bien cultural. Esa ausencia de rigidez y normas ocasiona una cultura agradable y placentera en la que el saber se busca por el por el placer o la utilidad de su posesin.Como hemos visto, los medios de comunicacin, especialmente la televisin, nos ofrecen a diario una pluralidad de formas de vida, modos de pensamiento y toda clase de informacin en la que, al parecer, todo o casi todo hoy vale con tal que alguien o algunos lo defiendan. De este modo, nos seala Gervilla: se fomenta un relativismo axiolgico y cultural acelerado de fuertes repercusiones educativas, en lo que se hace difcil lo universal y lo permanente.Estamos de acuerdo con Gevilla, OHara y Anderson al sostener que: la conciencia posmoderna ha surgido del efecto acumulativo del pluralismo, la libertad religiosa, el consumismo, la movilidad, y el acceso creciente a la informacin y el ocio. Como consecuencia de esta conciencia global, se hace cada vez ms difcil negar que existen diferentes visiones del mundo, y no queda claro por qu la propia debera ser la mejor. Por otra parte, la desaparicin de la frontera entre la realidad y ficcin puede ser un hecho comn, por ejemplo en los noticieros de televisin y los reality shows. La llegada de la realidad virtual y las tecnologas de la saturacin social disolvern la distincin que se mantienen entre hecho y ficcin. As, no solo es innegable que hay mltiples visiones del mundo, sino tambin que ninguna se basa en un acceso privilegiado a l realidad. Para Heller y Fehr (1989) la posmodernidad no constituye un periodo histrico concreto, ni una tendencia con caractersticas bien definidas; se trata ms bien de una condicin, una conciencia cada vez ms extendida y generalizada de desencanto ante nociones como razn, historia, progreso y emancipacin que durante la Ilustracin haban dirigido firmemente a la humanidad hacia un fin.En virtud de las dificultades de intentar caracterizar a la posmodernidad o la condicin posmoderna, quiz sera mejor preguntarnos cuales son las inquietudes que surgen al estar inmersos en esa condicin. En este sentido, diversos autores concuerdan en atribuir un papel determinante al desarrollo de los medios de comunicacin masiva en la emergencia de una sociedad posmoderna, especialmente por considerarse tecnologas de la saturacin social. Ante el impacto de las innovaciones de los medios de comunicacin, el self no queda neutro, pasivo. Todo este despliegue tecnolgico tiene consecuencias psicolgicas; el self se encuentra de forma inexplicable frente a situaciones, imgenes e informaciones completamente nuevas y potencialmente infinitas que tiene que asumir e interiorizar. Segn Gergen (1991), el incremento de estimulacin social a la que estamos expuestos cada uno de nosotros es tan exagerado que se produce un estado de saturacin social. Nuestro sentido familiar de self llega a estar tan superpoblado de roles sociales que se llega inevitablemente a un estado de fragmentacin. El self integrado, coherente y consistente al que aspiran las teoras humanistas no deja de ser un sueo desde la perspectiva de la posmodernidad. En resumen, los efectos de la posmodernidad podran equipararse a una situacin social debida a un exceso de estimulacin por parte de los medios de comunicacin.En la misma lnea de Gergen, Vattimo (1990) analiza las consecuencias de las revoluciones tecnolgicas de nuestro siglo para buscar el origen de la posmodernidad. Los medios de comunicacin masiva se han convertido en componentes de una explosin y diversificacin de visiones del mundo ya no solo referidas a las culturas del planeta, sino tambin a las subculturas dentro de una misma cultura. Se facilita la liberacin de las diversidades, de los dialectos. Con ello, llega el principio de su reconocimiento.IDENTIDAD Y POSMODERNIDAD Si recuperamos lo expresado sobre el proceso de saturacin social y la sociedad catica, podemos sealar que se ha producido un cambio en las caractersticas del self y, por lo tanto, un cambio en las caractersticas de la sociedad. Este self posmoderno tiene unas caractersticas totalmente distintas a las del slido self de la modernidad. Como seala Gergen: el self compacto, capaz de descubrir las verdades del mundo a travs de la razn y gracias a la aplicacin del mtodo cientfico, que tiene como mximo defensor a Descartes con su pienso luego existo, queda diluido y constituido en la posmodernidad por un conjunto de roles en constante construccin y reconstruccin, en un me comunico, luego existo.Es justamente en esta construccin y reconstruccin continua donde sentimos la transitoriedad, el desorden y el caos como un estado aceptable y necesario dentro de la posmodernidad.Es aqu cuando surgen ciertas inquietudes: la realidad ya no sugiere ser constante y objetiva, sino producto de una construccin social guiada por unas coordenadas temporales y espaciales desde donde interpretamos cada realidad. Esta realidad o realidades construidas socialmente, estn formadas por una imagen, vivencias e interpretacin que nos predisponen a un estado constante de construccin y reconstruccin. La verdad, por lo tanto, no deja de ser una forma de ficcin.Como vemos, estos cambios sociales nos atrapan e la complejidad de su estudio, pero no podemos negar que es necesario comprender esta realidad en la que se encuentra inmersa la humanidad, para poder disear o intervenir en estos escenarios educativos.

EPISTEMOLOGA Y POSMODERNIDADComo podemos observar, cada contexto cultural en la historia de la humanidad soporta un cambio epistemolgico. De hecho, diversos autores relacionan el constructivismo y la posmodernidad.El constructivismo, en el intento de establecer una relacin efectiva entre conocimiento y realidad se aleja de la postura idealista y de la realista, por lo que se puede considerar una alternativa epistemolgica al objetivismo.Como alternativa a ambas posturas, la epistemologa constructivista parte de la premisa de que, exista o no una realidad externa al observador, el significado de esta es solo accesible mediante la construccin de dimensiones de interpretacin. El conocimiento se concibe como construccin, y la relacin entre este y la realidad es de adaptacin entendida como viabilidad.La premisa epistemolgica bsica del constructivismo seala que, exista o no una realidad externa al observador, el significado de esta es solo accesible a travs de la construccin de dimensiones de interpretacin. As, los individuos construyen proactivamente modelos de atribucin de significado sobre el mundo y sobre s mismo, que varan de uno al otro y que evolucionan en funcin de la experiencia y de los intercambios sociales. La realidad se construir activamente con base en los modelos de atribucin de significado. En nuestra opinin, el reto de la educacin de final de milenio reside en la aplicacin progresiva de las innovaciones derivadas del cambio epistemolgico a los procesos de aprendizaje. Por otra parte, debemos construir espacios que nos permitan reflexionar sobre las posibilidades que ofrece la metateora constructivista en los procesos educativos para construir un modelo educativo que nos sorprenda por su sencillez y su coherencia epistemolgica.Con respecto a nuestro objeto de anlisis de la educacin informal, esperamos que estas reflexiones nos permitan comprender como ciertos estilos de vida histricamente han cercenado al ser humano, por ejemplo la modernidad se form en lo racional en detrimento del sentimiento; la postmodernidad ha hecho otro tanto, pero a la inversa: ha mutilado la razn en favor del sentimiento. Como podemos ver, ambos extremos por ser unilaterales, son igualmente perjudiciales desde la visin de la educacin integral, que hemos venido proponiendo a lo largo del captulo, que une sentimiento y razn. La integracin de estas dos dimensiones razn-afecto ha sido y es nuestro reto educativo.Para finalizar, diremos que como psiclogos educativos nos enfrentamos a diversos retos que surgen de este mundo cada vez ms cambiante. En cada momento histrico encontraremos propuestas sociales que generan y continan fomentando sus valores culturales e intentan incorporar a las personas a esta cultura.Pero como hemos sealado, la educacin sin embargo, no puede reducirse a poner al hombre en relacin con la cultura o dentro de una u otra cultura. Esto es necesario como primer paso, pero no suficiente. Junto a ellos hemos de disear escenarios educativos que logran conjuntamente la formacin integral del ser humano. En especial, que esos espacios educativos sean como una va o camino para que a travs de la educacin las personas sean crticas de la cultura para lograr una transformacin y una nueva creacin cultural.En el ciberespacio, por lo tanto, es importante comprender la complejidad de lo educativo y la funcin de la tecnologa en ese devenir histrico, para comprender la gran responsabilidad que tienen las diferentes disciplinas vinculadas a la educacin, en especial el papel de la psicologa educativa en muchas de estas prcticas de educacin no formal.

LA ESCUELA DEL FUTURO: INTEGRACIN DE ESCENARIOS EDUCATIVOS Cummins (1989) seala que se ha escrito mucho acerca de la revolucin tecnolgica que ha ido modificando importantes aspectos de la vida contempornea, incluida la educacin. El desafo que ello plantea a nuestro sistema educativo es no solo proporcionar a los jvenes un acceso igualitario y suficiente a computadoras y otros avances tecnolgicos, sino ofrecerles a la vez oportunidades que les permitan desarrollar habilidades de pensamiento crtico y la creatividad requerida para mantener el control sobre la tecnologa en lugar de dejarse avasallar por ella. Porque, como afirma McLuhan, la divisin causada por la imprenta entre la cabeza y el corazn es el trauma que afecta a Europa desde Maquiavelo hasta el presente.Para poder arribar a una escuela del futuro, que pueda integrar los diversos escenarios educativos, es necesario realizar cambios importantes en los contenidos que se imparten, en las infraestructuras de los centros, en los medios y metodologas docentes, en la formacin docente, en la organizacin del sistema educativo; en la organizacin de los escenarios; el papel de los agentes educativos.Finalmente, no solo proponemos, al igual que Marques (1999), que la escuela del futuro traspase los lmites de sus paredes y se abra a la sociedad, para ser el espacio integrador de la actual educacin formal, no formal e informal, que proporcione el entorno vital de las personas, sino que se constituya un espacio de dialogo entre los diversos escenarios que hagan posible la definicin conjunta de las finalidades de la educacin en una sociedad determinada, y as crear un mbito de actuacin a lo largo de toda la vida de las persona, como institucin de referencia para proporcionar a los ciudadanos las competencias bsicas necesarias en cada momento y orientar a cada individuo en sus formacin integral.