Educacion Popular - Rev Decisio 10

Embed Size (px)

Citation preview

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    1/10

    1

    Educacin popular:una mirada de conjunto

    Carlos Nez HurtadoINSTITUTO TECNOLGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE OCCIDENTE

    GUADALAJARA, [email protected]

    Antecedentes histricos

    Como corriente de pensamiento y accin, la educacin popular slo puedeentenderse y conceptualizarse a partir de su propia praxis. Por lo tanto, no se trata dedar una definicin de ella, sino que ms bien corresponde analizar sus componentes ysus diferentes expresiones para as construir las categoras que ayudan a dar cuentade su naturaleza.

    Este proceso prxico cuenta con importantes antecedentes relacionados con

    pedagogos, polticos, actores sociales e incluso prceres de nuestras historias quepodramos reconocer como precursores de la educacin popular.

    Sus planteamientos y propuestas polticas, educativas y pedaggicas son en verdadmuy coincidentes con las que sostiene la actual educacin popular. Entre aquellosviejos precursores encontramos las ideas de Simn Rodrguez, el maestro de SimnBolvar, del propio Bolvar, de Jos Mart, de Flix Varela, de Jos Carlos Maritegui,de Sandino, de Lzaro Crdenas y del Che Guevara, slo por mencionar a los msconnotados. En 1994 el Colectivo de Investigacin Educativa Graciela Bustillos deCuba realiz un muy interesante evento llamado Precursores de la educacinpopular.. En l se estudiaron justamente los planteamientos y propuestas de los aqumencionados y otros ms. Resulta realmente sorprendente la gran similitud de dichos

    planteamientos (acotados a su poca y circunstancia) con lo que plantea la educacinpopular.

    En Europa, y a pesar de las grandes diferencias contextuales, desde principios delsiglo pasado el movimiento de las escuelas populares (sobre todo en pases nrdicos)y el original movimiento de las universidades populares, marcan sin duda referenciasimportantes de carcter histrico a lo que hoy conocemos modernamente comoeducacin popular. Sin embargo, efectivamente se trata slo de referencias en elsentido histrico, pues ms que influir directamente su impacto tuvo que ver con elpredominio que ejercieron en muchos de sus precursores modernos.

    Habra que agregar ms actualmente -de una u otra manera la influencia indudable

    de las propuestas de pedagogos como Freinet, Vygotsky y Piaget, entre otros.

    Pero quien realmente vino a constituirse como el padre moderno de esta propuestaterico-prctica es sin duda el gran pedagogo brasileo Paulo Freire. Nacido en elnordeste brasileo y muerto en 1997, vivi una vida plena de compromiso coherente(que incluso le cost crcel y destierro durante la dictadura militar de los sesentas ensu pas) y de una gran produccin intelectual. Sus primeras obras La educacin comoprctica de la libertad y Pedagoga del oprimido, justamente de dicha dcada, se hanconvertido en verdaderos clsicos de la pedagoga moderna y, por supuesto, de lacorriente llamada educacin popular. A lo largo de su vida Freire nos ofreci muchasms obras, siendo las ltimas la Pedagoga de la esperanza y la Pedagoga de la

    autonoma. Como obras pstumas, su viuda Ana Mara Araujo de Freire (Nita) nos haregalado ya la Pedagoga de la indignaciny la Pedagoga de los sueos posibles.

    mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]
  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    2/10

    2

    Desde estos antecedentes podemos ahora encontrar la expresin ms actual de laeducacin popular a partir de la dcada de los sesenta, poca de gran inters eimportancia en cuanto a fenmenos sociales, polticos, religiosos y culturales serefiere. Freire escribi las obras mencionadas arriba a finales de dicha dcada,mismas que influyeron de manera muy significativa en los cada vez ms numerososestudiantes, jvenes militantes cristianos, intelectuales y religiosos que se volcaron altrabajo sociopoltico de base como consecuencia de fenmenos histricamentesignificativos que acaecieron en esos aos.

    El peso del contexto

    El triunfo de la revolucin cubana marca significativamente los inicios de la dcada delos 60. La situacin de pobreza e injusticia generalizada en Amrica Latina hizo quedicho fenmeno atrajera la atencin y el inters de muchos militantes sociales, no slo,o principalmente, para copiar el modelo de lucha armada (que sin duda se gener)sino tambin para buscar compromisos desde el contacto con dicha realidad social y

    sus actores naturales. As, surgieron grupos, asociaciones sociales, expresionesreligiosas, etc. que buscaban acercarse al pueblo para tratar de generar y/o apoyarsus incipientes manifestaciones de organizacin.

    Preocupados por dicha mala influencia, el gobierno de Estados Unidos y suscmplices nacionales desarrollaron bajo la administracin Kennedy la Alianza para elProgreso, estrategia de cooptacin de dichas inquietudes mediante el desarrollo decientos de proyectos de desarrollo comunitario (vivienda, servicios bsicos,infraestructura, etc.) a lo largo y ancho de nuestra Amrica.

    Independientemente de la intencin poltica, la Alianza coloc -de hecho- inquietudessociales, capital, tecnologa y debate en el campo de las polticas pblicas, lo cualfavoreci, de alguna manera, las inquietudes y compromisos generados en esadcada por los fenmenos descritos, entre ellos, muy especialmente, el ConcilioVaticano II.

    El Concilio Vaticano II tuvo una gran influencia renovadora a nivel mundial, ya quecoloc a muy amplios sectores religiosos y cristianos en general en el camino -entreotras muchas consecuencias- del reencuentro con los pobres del continente. Elloprovoc la madurez del pensamiento y la prctica socioreligiosa de lo que se llam (yse llama) la Teologa de la Liberacin, expresada en los Documentos de Medelln dela Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) en 1968.

    Coincidentemente con la fecha de Medelln se dieron los movimientos del 68 en elmundo. En Mxico, bien sabemos, con su cuota enorme de sangre y sacrificio, marcsin duda un parteaguas en la conciencia y la vida poltica del pas.

    En estos escenarios realmente complejos aparecieron tambin construcciones tericasque pretendan explicar la pobreza del continente. As encontramos la teora de lamarginalidad y su antdoto, la promocin popular. Esta ltima, producida en Chilepor el equipo de Desarrollo Econmico y Social para Amrica Latina (DESAL) ofreci,quiz por primera vez, una interpretacin histrica y estructural de la pobrezacontinental. Su impacto fue significativo en el fortalecimiento de los proyectos que enforma incipiente se iniciaban por aquellos aos.

    Es en este escenario de finales de los sesentas que la obra de Paulo Freire se hizopresente, ofreciendo no slo aportes tericos y conceptuales, sino tambin propuestas

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    3/10

    3

    metodolgicas que sirvieron de asidero a muchos de aquellos que, concientizados(segn la propuesta freiriana) por los acontecimientos descritos, buscaban aportes queles permitieran concretar sus inquietudes sociales y polticas.

    As se inici, en su expresin moderna, la corriente de pensamiento y accinllamada educacin popular.

    Estos y otros fenmenos sociales, as como pensadores e intelectualescomprometidos, impulsaron el despertar de la conciencia de cambio hacia sociedadesms justas y ms humanas, creando as el ambiente y el espacio tico e intelectualque dio origen a esta importante propuesta.

    En los setenta el proceso continu fortaleciendo organizaciones de base, creandoorganizaciones no gubernamentales (ONG) y ampliando campos de accin. En 1979el triunfo de la revolucin sandinista en Nicaragua marc una nueva etapa en eldesarrollo de la educacin popular.

    En un continente sometido a regmenes dictatoriales en muchos de sus pases, laesperanza del cambio renaca y el carcter tan particular de dicho procesorevolucionario (humanista, participativo, con fuerte presencia cristiana) gener unespacio indito para el desarrollo de la educacin popular. Efectivamente, por primeravez esta corriente era invitada a asumir retos de envergadura nunca antesdemandados. Se trataba de asumir, desde sus presupuestos y propuestas, laelaboracin de polticas pblicas en materia educativa, de vivienda, de salud y defortalecimiento de las organizaciones sociales, entre otras, a nivel nacional.

    Lo vivido, creado y experimentado en ese proceso pronto se proyect al resto delcontinente, que a su vez trabajaba por la recuperacin y/o profundizacin de lademocracia. As pues, los ochenta fueron de fortalecimiento y desarrollo de laeducacin popular. Surgieron y se consolidaron experiencias muy valiosas. Sepromovieron y consolidaron redes y articulaciones. Es poca de intercambios, deinfluencias, de avance. A veces con mayor acierto metodolgico, otras tantas conintuiciones fundamentales; algunas -incluso- con serias deficiencias, pero la granmayora -insisto- se ubican y autodefinen como experiencias de educacin popular.

    Conforme fueron avanzando los aos, la capacidad de incidencia de los procesossociales populares fue aumentando. Nacieron las coordinadoras, los frentes y lasalianzasque relacionaron y dimensionaron a muchas de las organizaciones socialesde base, carentes en un principio de proyeccin poltica y, por lo tanto, de verdaderacapacidad de incidencia en los procesos de transformacin que les daban origen tico.

    Algunas veces como antecedente, y otras como consecuencia de estos fenmenos, lacreacin y el desarrollo de mltiples ONG fue tambin expresin explcita del avancede la educacin popular. stas se fueron haciendo cargo de las nuevas temticas yde la atencin a los nuevos sujetos (o sujetos emergentes, como se les ha dadotambin en llamar). As, el trabajo de la educacin popular se empez a expresartambin en la promocin y defensa de los derechos humanos, del cuidado del medioambiente o de la problemtica ecolgica, en la educacin para la equidad degnero, en el tema de la paz, entre otros; todos estos fenmenos expresaban lasnuevas problemticas, el desarrollo mismo de la conciencia sobre dichas temticas yel creciente protagonismo de la sociedad civil que colocaba nuevos sujetos antes noexistentes o siquiera considerados.

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    4/10

    4

    A finales de los ochenta el derrumbe del socialismo histrico, la cada del muro y laderrota electoral del sandinismo provocaron fuertes crisis en la educacin popular. Losnoventa son, en consecuencia, aos de desconcierto, de debates sobre larefundamentacin de la propuesta, de repliegue, de abandono del apoyo financierointernacional, pero tambin de fuerte impacto y presencia significativa en escenariosantes no abordados, como la incidencia en polticas pblicas, en foros internacionales,en la poltica misma y en la vida acadmica.

    En la actualidad el nuevo siglo ha permitido una etapa de re-encuentro, de nuevassntesis, de reactivacin. Es momento de reconocer la fuerza acumulada, de lanzarnuevas iniciativas. Es un momento de esperanza y de fuerte proyeccin.

    Qu es y qu no es la educacin popular

    Es importante reconocer que hay diferentes apreciaciones sobre el tema. Paramuchos, la educacin popular slo consiste en la aplicacin de determinadastcnicas o herramientas didcticas que hacen ms ameno y eficiente el proceso de

    enseanza-aprendizaje. Para otros es sinnimo de educacin de adultos, es decir,de todos aquellos procesos educativos formales que se realizan informalmente, esdecir, fuera del aula, con horarios flexibles, pero que en el fondo son parte de laspolticas compensatorias para los dficits del sistema educativo formal y escolarizado.Algunos ms la ubican en el terreno de otras modalidades educativas, comoeducacin a distancia, educacin especial, etc.

    Pero por su propio nombre de popular, y porque la mayora de sus prct icas serealizan justamente con sectores populares, casi todos coinciden en que se trata deprcticas marginales, a pequea escala, dentro de esquemas informales ynormalmente realizada con adultos pobres.

    Todas y cada una de estas interpretaciones se basan en aspectos que en verdadsuelen identificar a muchas de las prcticas concretas de la educacin popular y queutilizan o expresan alguno o algunos de los elementos aqu descritos. Pero para m (ypara una gran corriente de educadores y educadoras populares de Amrica Latina), laeducacin popular es algo mucho ms complejo e importante.

    Efectivamente, la educacin popular constituye una corriente de pensamiento y accindentro del campo de las ciencias sociales, particularmente de la pedagoga, quetrabaja principalmente dentro del gran espectro de lo que conocemos genricamentecomo el campo de lo popular, y como tal, no puede reducirse a meras modalidades,aspectos parciales, mtodos, etc.

    La educacin popular, entonces, es una propuesta terico-prctica, siempre enconstruccin desde cientos de prcticas presentes en muy diversos escenarios denuestra Amrica (y ms all). Su visn es integral, comprometida social ypolticamente. Parte y se sustenta desde una posicin tica humanista. Asume unaposicin epistemolgica de carcter dialctico, rechazando por tanto el viejo,tradicional y todava consagrado marco positivista. En consecuencia, desarrolla unapropuesta metodolgica, pedaggica y didctica basada en la participacin, en eldilogo, en la complementacin de distintos saberes. Y todo ello desde y para unaopcin poltica que ve el mundo desde la ptica de los marginados y excluidos yque trabaja en funcin de su liberacin.

    Como una sntesis que ilustra su concepcin, Freire nos dice con respecto a laeducacin que como proceso de conocimiento, formacin poltica, manifestacin

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    5/10

    5

    tica, bsqueda de la belleza, capacitacin cientfica y tcnica, la educacin esprctica indispensable y especfica de los seres humanos en la historia, comomovimiento, como lucha.

    Y esta conceptualizacin amplia que Freire ofrece para la educacin en general cabemuy bien en lo que nosotros entendemos como educacin popular, pues l nodiferencia su visin de la educacin de su comprensin de lo que llamamoseducacin popular.

    Sus elementos sustantivos

    Desarrollar ahora, brevemente, cada uno de los elementos sustantivos que definen, ami juicio, a la educacin popular.

    Su posicin tica

    Vivimos en un mundo de crecientes injusticias, donde la mentira, la simulacin y lacomponenda favorecen el pensamiento y la accin de los sectores dominanteseconmica, poltica, social y culturalmente; un mundo globalizado bajo el modeloneoliberal vigente en el que privan la mentira, el egosmo, la explotacin y, lo que espeor, la asimilacin de la desesperanza y la aceptacin del orden vigente como algonormal y casi connatural al desarrollo de la humanidad. Este es el discurso del fin dela historia que despus de la derrota de los modelos socialistas histricos y de lacada del muro de Berln, se nos ha venido imponiendo como el nico vlido, el quedebe normar y guiar el desarrollo de la humanidad... no importa que para ello tenganque sufrir hambre y miseria cada da ms y ms hermanos nuestros.

    Los contrastes y la injusticia son verdaderamente escandalosos. Baste este dato para

    ilustrarlo. En 1987 haba en el mundo entero 145 personas -individuos con nombre yapellido, no familias, ni empresas, sino individuos- multimillonarios, es decir, con unafortuna personal de ms de 1000 millones de dlares. En el ao 1994 stos pasaron aser 358. Es decir, hubo un aumento del 150% en apenas 7 aos. Su ingreso es igual aldel 45% de la poblacin del mundo.

    Frente a ello, la educacin popular parte y se sostiene en un marco tico que, adiferencia de la tica del mercado, es profundamente humano. Es la tica de la vida,que encuentra una lectura moral en nuestro entorno latinoamericano (y mundial) loque nos lleva a un renovado compromiso en pos de la transformacin social.

    Freire advierte que La ideologa fatalista, inmovilizadora, que anima el discurso liberal,

    anda suelta en el mundo. Con aires de posmodernidad, insiste en convencernos deque nada podemos hacer contra la realidad social que, de histrica y cultural, pasa aser o tornarse casi natural.

    Esta advertencia tiene que ver con la necesidad de mantener viva la esperanza ynuestro consecuente compromiso tico.

    El mundo cambia. Los fenmenos que expresan los cambios, tambin. Algunos sonverdaderamente nuevos, pues el campo del conocimiento, la informtica, la gentica,etc., no existan o se expresaban como ahora. La lectura e interpretacin de dichosfenmenos no puede hacerse sino desde la opcin tica -y su lectura moral- que

    fundamenta y sostiene la educacin popular.

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    6/10

    6

    La tica nos gua. La moral, que es siempre expresin histrica y contextual de latica, es la que se mueve, cambia y se adapta... como se cambia el mundo.

    Ante los cada da ms complejos retos del mundo globalizado bajo el modeloneoliberal, nuestro posicionamiento tico nos conduce a replantear nuestrocompromiso de siempre, pero segn los signos de ahora.

    En la educacin popular la tica es un componente que no cambia. Cambia, s,nuestra lectura moral frente a los nuevos fenmenos. Y por ende, nuestrainterpretacin de los hechos y la adaptacin de nuestras propuestas.

    El tema define nuestra posicin en el mundo, y la educacin popular tiene, sin duda,una opcin tica inclaudicable. En su propuesta, inherentemente, sustancialmente,como componente y como gua de su accionar, el componente tico es uno de suspilares fundamentales.

    Su marco epistemolgico

    En consecuencia con lo anterior, la educacin popular sostiene que el conocimiento,elemento esencial del hecho educativo, es un fenmeno humano, social, histrico ycontextual. En consecuencia, asume una teora del conocimiento acorde con susprincipios y valores. Si se trata de construir sujetos liberados mediante la educacin,nunca el conocimiento puede ser entendido y usado como un instrumento dedominacin y/o enajenacin. La educacin entendida y practicada como un actoliberador requiere de un marco epistemolgico en el que el conocimiento esconstruccin social permanente de los sujetos educandos, en el acto personal ysocial de comprender(se) y liberar(se).

    As pues, se parte de un marco epistemolgico de carcter dialctico, y no positivista,es decir, aquel que convierte al educando en mero objeto de transmisin pasiva deconocimientos preelaborados que, muchas veces, son ajenos a su sensibilidad eintereses. Lo que Freire llama educacin bancaria, que en Pedagoga del oprimidodefine como aquella en la que el conocimiento es una donacin de aquellos que sejuzgan sabios a los que juzgan ignorantes. Abunda sobre ello en Extensin ocomunicacincuando nos dice: Este es un modo esttico, verbalizado, es la forma deentender el conocimiento que desconoce la confrontacin con el mundo como lafuente verdadera de conocimiento.

    Por ello, para la educacin popular la realidad es la fuente verdadera de conocimiento,

    y en consecuencia, no podemos simplificarlo al aislarlo de las dinmicas reales socio-econmicas, culturales y polticas del contexto de la educacin para ensearlo enforma vertical, repetitiva y memorstica.

    Conocimiento es, pues, proceso que resulta de la praxis permanente de los sereshumanos sobre la realidad, nos recuerda Freire. Es cierto. El conocimiento siempre segenera socialmente. Siempre. Y hay momentos, pocas y circunstancias que provocansntesis que autores intelectuales con gran capacidad de comprensin y proyeccintienen la capacidad de sistematizar y presentar como un constructo terico.

    El conocimiento se produce desde la relacin dialctica entre el ser, el medio y lahistoria; por naturaleza es construccin social y debe ser socializado a niveles, capasy alcances diversos. Al ser social y compartible, es por tanto enriquecible siempre.Todo el conocimiento ha nacido de otro que antes ya exista. Esta es la dialecticidad

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    7/10

    7

    del hecho de conocer. No hay conocimiento esttico. Jams lo puede haber.

    La educacin implica una determinada teora del conocimiento puesta en prctica; enel caso de la educacin popular, uno de sus pilares fundamentales es su propuesta entorno al objeto que se trata de conocer y al mtodo de conocerlo. Freire reiterapermanentemente en toda su obra dicha preocupacin: l conocimiento, siempreproceso, resulta de la prctica conciente de los seres humanos sobre la verdadobjetiva que a su vez los condiciona. De ah que entre aquellos y sta seestablezca una unidad dinmica y contradictoria. Como dinmica ycontradictoria es tambin la realidad."

    En sntesis podemos decir que la educacin popular sostiene un enfoqueepistemolgico dialctico, complejo, procesual, holstico, contextual, histrico,dinmico, que supera las visiones parcializadas y profesionalizantes que el paradigmapositivista pregona y sostiene. Por ello apela e incorpora la esfera de lo sensible (claveen los procesos pedaggicos) pero encuadrando dicho nivel en el proceso mscomplejo del conocer: Todo conocimiento parte de la sensibilidad, pero si se queda a

    nivel de la sensibilidad no se constituye en saber porque slo se transforma enconocimiento en la medida en que, superando el nivel de la sensibilidad, alcanza larazn de actuar, nos dice Freire.

    Para los educadores y educadoras populares, los seres humanos somos seresindividuales cargados de experiencias personales, familiares y sociales.Histricas y objetivas, si podemos llamarlas as. Pero tambin cargadas deconnotaciones subjetivas. Somos seres que vivimos en un contexto objetivo,pero que tambin lo vivimos y lo interpretamos desde nuestra propiasubjetividad, nuestras creencias, posiciones ideolgicas, opciones ticas ypolticas. Somos seres sociales en un determinado contexto histrico. Este es elser humano, que es educador o educando. O mejor dicho, educador y educando

    siempre. Ese es el objeto/sujeto del hecho de conocer y de ensear.

    Con mucha frecuencia encontramos diferentes actores sociales, educativos o polticosque se adhieren claramente a lo anteriormente planteado. Es decir, a nivel dediscurso, posicin e intencin, no hay problema. Pero cuando se revisan sus prcticasconcretas encontramos una gran distancia entre teora y prctica. Es un problemageneralizado de incoherencia.

    En la base de esta distancia hemos encontrado un problema de carctermetodolgico, es decir, del cmo hacer realidad -coherentemente- lo que en eldiscurso y la opcin tica se proclama con honestidad. Normalmente no se trata de un

    problema de falsedad, mentira o incoherencia dolosa, sino simplemente deincapacidad de trabajar de otra manera diferente, nueva y consecuente con lo quebuscamos y expresamos en nuestro discurso sincero de carcter renovador.

    Y es que tantos aos de vivir, estudiar y practicar las viejas formas y los viejosmtodos nos han marcado ms de lo que nos imaginamos. Si desde que nacemos, enla familia, en la escuela, en la sociedad, en la iglesia, en la universidad, en la poltica,es decir, en prcticamente todas las instancias del quehacer social se nos educapara la competencia, en la anti-democracia, con mtodos verticalistas y autoritariosqu podemos esperar, en consecuencia, de nuestras formas de actuar, sino larepeticin de lo mismo?

    Si desde siempre se nos ha enseado a aprender (memorizar?), pero no a pensar;si slo se nos exigen resultados (sobre todo de tipo cuantitativo), sin importar el

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    8/10

    8

    proceso mediante el cual se obtuvieron dichos resultados; si siempre hay unaautoridad que es incuestionable (en la familia, en el aula, en el partido, en laorganizacin, en la iglesia) entonces cmo vamos a pensar libremente?Cundo seremos capaces de dialogar -e incluso de disentir- sin dejar de serrespetuosos? En una palabra, hemos sido domesticados, ms que educados. Por ello,aunque muchas veces queramos cambiar nuestros hbitos o mtodos de trabajo nosresulta realmente difcil lograrlo, pues el peso de lo establecido, lo autorizado, locorrecto, lo normal, sigue siendo muy fuerte y hasta determinante.

    La educacin popular siempre ha sido crtica de esta situacin, pero tambin ha sidopropositiva. En su propuesta metodolgica de carcter dialcticolos elementos de unapedagoga crtica y profundamente participativa, acompaados de una didctica enconsecuencia, permiten el desarrollo de un proceso de enseanza-aprendizajeverdaderamente activo, donde el conocimiento es construido procesualmente y enforma colectiva. Se hace a partir de los conocimientos, la prctica y el conocimientodel contexto que los propios educandos tengan de l. Se trata de un proceso terico-prctico, donde el conocimiento generado y acumulado por la humanidad (la teora),

    est al servicio del proceso de construccin colectiva del conocimiento, y no sobrel.Es la teora a partir de la prcticay no sobreella -como suele ocurrir- con lo que seaniquila el descubrimiento y el goce. La propuesta de la educacin popular tienesiempre, como punto de partida, la propia prctica social de los participantes en elproceso educativo. Parte de lo concreto, de lo simple, de lo personal y lo subjetivo. Delo ms cercano. Pero desde ah, procesualmente, avanza hacia lo abstracto y locomplejo, hacia las categoras cientficas que explican -al menos temporalmente- losfenmenos estudiados. Y esto -reiteramos- slo puede lograrse con la participacinactiva de todos los involucrados.

    En este proceso de enseanza-aprendizaje el maestro, o educador, no desaparece nipierde su rol conductor; por el contrario, sigue siendo elemento sustantivo y dotado de

    la gran responsabilidad de conducir a los educandos al desarrollo complejo de supersonalidad, a su crecimiento en conocimientos, hbitos y actitudes de colaboracin,de investigacin, de bsqueda, de respeto, de tolerancia. A crecer, en sntesis, no slocuantitativamente, sino -y sobre todo- cualitativamente.

    Desde la educacin popular la educacin hay que entenderla como un hechodemocrtico y democratizador, en el aula y ms all del aula. La clave est en laactitud democrtica del educador, que trabaja su propuesta mediante la pedagogadel dilogo y de la participacin. Que es capaz de ensear y aprender. Que sabehablar, porque sabe escuchar. Que puede ofrecer su conocimiento, porque estabierto al conocimiento de los otros. Que puede producir la sntesis entre el acto deensear y el acto de aprender, en esta visin de doble va: educador - educando,educando - educador.

    La educacin popular, acorde con su posicin tica de construccin de sujetoliberndose, y con su marco epistemolgico de construccin de conocimiento, afirmaen su propuesta metodolgica y pedaggica que el punto de partida de todo procesoeducativo est en el nivel en que el educando se encuentra, cualquiera que ste sea.Y Freire nos dice al respecto: Siempre el punto de partida es el sentido comn de loseducandos y no el rigor del educador. Y lo aclara cuando seala: Esto significa quedesde el punto de vista de la educacin como un acto de conocimiento, nosotros loseducadores debemos partirpartir, ese es el verbo, no quedarnos siempre de losniveles de comprensin de los educandos, de la comprensin de su medio, de la

    observacin de su realidad, de la expresin que las propias masas tienen de surealidad.

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    9/10

    9

    Para la educacin popular ello implica siempre un acto creativo e imaginativo deleducador en cuanto pedagogo. Educar tiene que ver entonces con ser un inventor yreinventor constante de todos aquellos medios y caminos que faciliten ms y ms laproblematizacin del objeto de conocimiento que ha de ser descubierto y finalmenteaprehendido por los educandos, que lo han trabajado en dialogicidad permanenteentre ellos, y entre ellos y el educador, que democrtica y pacientemente los conduceen una amorosa y solidaria comprensin del acto educativo.

    La propuesta de la educacin popular ofrece un camino pertinente para alcanzar esterigor, que tiene que ver no slo con el acto educativo en s mismo, sino con todo elaccionar socio poltico, cultural y organizativo, campos en los que interviene cada vezcon mayor impacto esta propuesta.

    Su opcin poltica

    Este cuarto elemento es tambin consecuencia y causa, a la vez de los otroselementos sustantivos. Efectivamente, si afirmamos que la plataforma tica no es

    considerada solamente como un referente abstracto o teortico, ni tampoco slo comouna gua de comportamiento individual, es lgico entonces que la educacin populartome una opcin poltica a favor de los marginados, de los oprimidos o excluidos,como se les ha dado en llamar ahora en el discurso neoliberal.

    Y esta opcin, lgicamente, la coloca en una posicin frente a la sociedad actual y almodelo socio-econmico, poltico y cultural dominante. No debe entenderse que slotrabaje con los pobres o excluidos -aunque sta ha sido, sin duda, una de susprincipales caractersticas, como ya hemos sealado- sino que actapreferencialmentea favor, desde y en funcin de esos sectores y de sus intereses.

    No basta entonces estar o trabajar con el pueblo para que podamos hablar de unaexperiencia de educacin popular. En realidad, depende de cmo, para qu y desdequ opcin se est con el pueblo. Es decir, se trata del compromiso y opcin poltica(obviamente no estamos hablando de opciones partidarias) desde el cual y hacia elcual se orienta nuestra accin: o al servicio de la liberacin, o al mantenimiento -aveces, incluso, ingenuo- de la sociedad y el modelo dominante.

    La educacin popular ha tomado histricamente su opcin; por eso, aunque ahoradebido a su desarrollo y relativa mayora de edad est trabajando y teniendo unafuerte incidencia en foros, debates y cumbres internacionales; o en procesos dereformas educativas en varios de nuestros pases; o en asesoras, e impulso apolticas pblicas, todo ello lo sigue haciendo desde su posicin y opcin tica y

    poltica.

    Pero adems, la educacin popular asume una posicin poltica consecuente al definira la educacin tambin como un acto poltico. Afirma, en consecuencia, que todaecucacin es, adems de un acto pedaggico, un acto poltico. Por lo tanto, no hayforma de mantenerse al margen de compromisos socio-histricos concretos. Laeducacin popular hace suyas las palabras de Freire cuando afirma que mi punto devista es el de los condenados de la Tierra. Desde nuestra opcin tica, nuestramirada polticatiene que sera favory desdela mirada de los pobres de la Tierra. Estaopcin por el cambio, desde la mirada e intereses de los oprimidos, asumiendo laeticidad del acto educativo, lleva a afirmar la necesaria y consecuente naturalezapoltica de dicho acto.

  • 7/31/2019 Educacion Popular - Rev Decisio 10

    10/10

    10

    A manera de conclusin su vigencia en el mundo actual

    Resulta casi ocioso hablar de la vigencia de la educacin popular despus de lo hastaaqu planteado. Efectivamente, ni los argumentos de la recomposicin geo-poltica delmundo, ni los de carcter ideolgico y poltico, ni los de tipo social o cultural hasta

    ahora burdamente esgrimidos por quienes piensan que la educacin popular ya notiene nada que hacer despus de la cada del muro, son vlidos o se sostienendespus de la argumentacin tica, poltica y pedaggico-metodolgica que hemossostenido lneas arriba. Si los fenmenos que le dieron origen, si los valores que lasostienen, si la atingencia de sus propuestas se vuelven cada da ms apremiantesante sociedades que han despertado y buscan la participacin consciente y crtica dela ciudadana, si se pronuncia y compromete con el proceso de profundizacin de lademocracia que anhelamos, entonces podemos afirmar que la vigencia y pertinenciade esta propuesta prxica de carcter socioeducativa, cultural y poltica llamadagenricamente educacin popular, no est en duda.

    Podemos afirmar, entonces, que la educacin popular no slo no ha perdido su

    vigencia, sino que como nunca est llamada a jugar un papel estratgico en el procesode cambio que viven nuestras sociedades, pues quiz por primera vez en muchsimotiempo, el rompimiento de muchas certezas nos ha dado -como he afirmado muchasveces- permiso para pensar, sentir y actuar con imaginacin, audacia y compromiso.

    Desde ah se afirma nuestra posicin ontolgica de esperanza por conquistar nuestroindito viable (en palabras de Freire) en medio de un mundo que ha querido decretar-sin xito- el fin de la historia.

    Tomado de Revista DECISIO(http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/sab1-1.php)N 10 Enero-Abril de 2005

    Lecturas sugeridas

    Freire, Paulo, 1999. La importancia de leer y el proceso de liberacin, Siglo XXI, 13 edicin,Mxico.www.sigloxxi.editores.com.mx

    Morin, Edgar, 2003. Los siete saberes necesarios para la educacin del futuro, UNESCO,Pars.http://upo.unesco.org/

    Nez, Carlos, 1997. La revolucin tica, Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario

    (IMDEC).www.imdec.net

    Para profundizar en el estado de la educacin popular en la actualidad se pueden consultar losdocumentos producidos por el CEAAL para su asamblea general de 2004 realizada en Recife,Brasil.www.ceaal.org Tambin se puede consultar la revista La Piragua para este mismotema.www.ceaal.org/piragua/reciente.htm

    Sobre el AutorCarlos Nez HurtadoEs coordinador de la Ctedra Paulo Freire del InstitutoTecnolgico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Forma parte de un grupo deexpertos de la UNESCO dentro del programa denominado la Dcada de las Naciones Unidaspara la Alfabetizacin. Es arquitecto. Se ha dedicado por casi toda su vida a actividades enreas como el desarrollo comunitario, la educacin popular y la educacin para adultos.

    http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/sab1-1.phphttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/sab1-1.phphttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/sab1-1.phphttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.sigloxxi.editores.com.mxhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.sigloxxi.editores.com.mxhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.sigloxxi.editores.com.mxhttp://upo.unesco.org/http://upo.unesco.org/http://upo.unesco.org/http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.imdec.nethttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.imdec.nethttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.orghttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.orghttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.orghttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.org/piragua/reciente.htmhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.org/piragua/reciente.htmhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.org/piragua/reciente.htmhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.org/piragua/reciente.htmhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.ceaal.orghttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.imdec.nethttp://upo.unesco.org/http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/www.sigloxxi.editores.com.mxhttp://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d10/sab1-1.php