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Nuestra educación para el desarrollo sostenible, no debe limitarse a un aspecto fijado del proceso educativo, sino que debe convertirse en una plataforma predilecta para elaborar una nueva forma de vida.
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EDUCACIÓN Y DESARROLLO SOSTENIBLE
Por: Dra. Soledad Torres Elera.
Nuestra educación para el desarrollo sostenible, no debe limitarse a un aspecto
fijado del proceso educativo, sino que debe convertirse en una plataforma predilecta
para elaborar una nueva forma de vida.
Los sistemas educativos son al mismo tiempo agente y resultado de los procesos de
cambio social. Por ello, es necesario que el sistema educativo transforme las estructuras
socioeconómicas, las pautas de consumo, las relaciones de producción e intercambio, en
decisiva, el modelo de desarrollo establecido.
Educación para el Desarrollo Sostenible, indica claramente el propósito del esfuerzo
educativo: educación sobre el desarrollo sostenible, el cual es en realidad la meta de la
educación ambiental. Esto implica la necesidad de incluir los programas de educación
ambiental en la planificación y en las políticas generales, elaboradas a través de la efectiva
participación social. La educación ambiental debe constituirse con la gestión y no ser
utilizada como justificación ante las posibles deficiencias de ésta. Para hacer posible los
propósitos de la educación para el desarrollo sostenible, debe transmitir conceptos básicos
como: El desafío que debemos plantearnos hoy en día es el de favorecer la transición hacia
la sostenibilidad y la equidad, siendo conscientes de que esta transición requiere profundos
cambios sociales, económicos, políticos, tecnológicos, además de educativos. Un plan
fundamental de la educación para el desarrollo sustentable es lograr que tanto los individuos
como las colectividades comprendan la naturaleza compleja del ambiente resultante de la
interacción de sus diferentes aspectos: físicos, biológicos, sociales, culturales, económicos,
entre otros; y adquieran los conocimientos, los valores y las habilidades prácticas para
participar responsable y eficazmente en la prevención y solución de los problemas
ambientales en la gestión de la calidad del ambiente.
La educación ambiental resulta clave para comprender las relaciones existentes entre
los sistemas naturales y sociales, así como para conseguir una percepción más clara de la
importancia de los factores socioculturales en la génesis de los problemas ambientales. En
esta línea, debe impulsar la adquisición de la conciencia, los valores y los comportamientos
que favorezcan la participación efectiva de la población en el proceso de toma de decisiones.
La educación ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que incida en el
modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sostenibilidad y la equidad. La
educación ambiental para una sociedad sostenible y equitativa es un proceso de aprendizaje
permanente, basado en el respeto por todas las formas de vida. Es una educación que afirma
valores y acciones, que contribuyen con la transformación humana y social y con la
preservación de los recursos naturales y el ambiente.
Es consecuencia, es necesario plantearse un cambio para el siglo XXI, un cambio
que prevea una ruptura del sistema actual para evolucionar hacia una nueva sociedad basada
en un desarrollo sostenible real, no utópico. Pero a través de nuestra visión compartimentada
del mundo, de nuestro egoísmo tecnológico, económico y mercantil, del sistema
antropocéntrico dominante sobre el natural, de las luchas encarnizadas entre etnias, del
consumismo y despilfarro exacerbado de ciertas sociedades mientras otras atraviesan
períodos de penuria, nunca abordaremos el proceso que culmine en un nuevo paradigma de
subsistencia universal. Solo cuando reflexionemos que formamos parte de un ecosistema
mundial donde existen múltiples relaciones bidireccionales, a través de las cuales actuamos
sobre el medio pero también el medio condiciona las mismas, estaremos predispuestos al
cambio, estaremos en el camino de la actuación racional con el entorno, nos situaremos en
un nuevo paradigma necesario para este siglo, el paradigma de la reconciliación del ser
humano con la naturaleza para una supervivencia conjunta.