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Nombre: Edwin Aldemar Jiménez Quiroga. Código: 85101209 Semestre: IV
Maestría en Docencia. Profesor: Daniel Lozano
Materia: Políticas Educativas Legislación y Docencia.
Educación durante toda la vida para alcanzar el éxito en la modernidad
líquida del siglo XXI
(Ensayo)
La educación durante toda la vida es la llave de acceso al éxito académico
y económico en el siglo XXI. Partiendo de la base de que en esta modernidad
líquida en la que vivimos, hacemos parte de un mundo que cambia rápidamente
(instantáneamente) y el conocimiento ya no se concibe como algo estático o
terminado, por el contrario, ahora es algo dinámico y sin barreras gracias a las TIC
(Tecnologías de la información y la comunicación) y la globalización, entre otros
factores. En este orden de ideas, un docente que no se adapte al cambio y los
retos que plantea la sociedad liquida de Bauman, está condenado a desaparecer
para el mundo educativo, académico y económico.
Cabe señalar que, según el Banco Mundial (1999), la educación es más
importante que nunca para lograr el desarrollo económico y la reducción de la
pobreza, pero que por sí sola no reducirá la pobreza; se necesitan también
políticas macroeconómicas e inversiones físicas complementarias.
Por otra parte, según (Myers, 1960) hay una creciente tendencia a
considerar la educación como un producto antes que como un proceso. En efecto,
cuando es considerada como un producto, la educación pasa a ser una objeto que
se consigue se completa y se termina, o relativamente se termina. En este
sentido, la educación sería retrograda y arcaica y se desvanecería muy rápido
ante la sociedad líquida que plantea (Bauman, 2005). Claro está, que el medio
educativo colombiano aún redunda en el aspecto clásico de la educación pues los
proyectos educativos que propone el gobierno nacional aún no se articulan con la
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posibilidad de concebir la educación como un proceso continuo a lo largo de toda
la vida. En ese sentido se deben reenfocar las políticas educativas del Estado para
Colombia no se quede relegada nuevamente en el siglo XXI.
Antes se pensaba que el graduado había aprendido todo lo que necesitaba
saber acerca de las técnicas y aptitudes, es decir todo aquello que necesitaba
saber para obtener un determinado empleo, sin embargo, hoy día esa posición ya
no tiene muchos fundamentos, porque a la luz del avance del conocimiento y la
era tecnológica es frecuente ver como un profesional constantemente debe hacer
cursos de actualización o lo que hoy se llama las certificaciones, esto revalida la
tesis planteada en el párrafo inicial, en el sentido de que ahora hay que
capacitarse constantemente de acuerdo con las exigencias laborales de lo
contrario las puertas laborales se cerrarán con toda seguridad. Instituciones
como el SENA se hacen participes de los procesos de certificación en asocio con
entidades privadas y las Universidades.
Es común escuchar en los recién egresados frases como ¿Por qué este
conocimiento que es tan importante en el medio laboral no me lo enseñaron en la
Universidad? ¿Por qué no me enseñaron a manejar bien los paquetes de software
financiero o programas más comunes como el Excel?
Esto lleva a replantear el aspecto curricular sobre los contenidos que se enseñan
en la universidad y articular mejor la conexión entre el sector laboral y el sector
universitario.
De otra parte, dice (Myers, 1960), “el apetito de conocimiento debería
hacerse gradualmente más intenso a lo largo de toda la vida, a fin de que
cada individuo continúe creciendo y sea a la vez una persona mejor. ”
En efecto, antes, el conocimiento tenía valor debido a que se esperaba que
durara, así como la educación tenía valor en la medida en que ofreciera
conocimiento de valor duradero, pero esta posición en la sociedad líquida en la
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que vivimos se cae de peso, es obsoleta. Con la llegada de la internet el acceso al
conocimiento se hizo más versátil, y ágil.
Así, por ejemplo, la UNESCO (2008) plantea que para vivir, aprender y
trabajar con éxito en una sociedad cada vez más compleja, rica en información y
basada en el conocimiento, los estudiantes y los maestros deben manejar la
tecnología digital con eficacia. En un tejido educativo sólido, las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC) pueden ayudar a los estudiantes a alcanzar
las capacidades necesarias para llegar a ser:
• competentes para utilizar tecnologías de la información;
• buscadores, analizadores y evaluadores de información;
• solucionadores de problemas y tomadores de decisiones;
• usuarios creativos y eficaces de herramientas de productividad;
• comunicadores, colaboradores, publicadores y productores; y
• ciudadanos informados, responsables y capaces de contribuir a la
sociedad.
Gracias al uso continuo y eficaz de las TIC en procesos educativos, los
estudiantes tienen la ocasión de adquirir capacidades primordiales en el uso de
estas. El maestro es la persona que desempeña el papel más trascendente en la
tarea de ayudar a los estudiantes a adquirir esas capacidades. Además, es el
responsable de diseñar tanto oportunidades de aprendizaje como el entorno
propicio en el aula que facilite el uso de las TIC por parte de los estudiantes para
aprender y comunicar. Por esto, es esencial que todos los maestros
estén preparados para ofrecer esas oportunidades a sus estudiantes. Tanto los
programas de desarrollo profesional para maestros en ejercicio, como los
programas de formación inicial para futuros profesores deben comprender en
todos los elementos de la capacitación experiencias enriquecidas con TIC. Los
estándares y recursos del proyecto “Estándares UNESCO de Competencia en TIC
para Docentes (2008)” (ECD-TIC) brindan orientaciones destinadas a todos los
maestros y más concretamente, normas para planear programas de formación del
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profesorado y selección de cursos que permitirán prepararlos para desempeñar un
papel esencial en la capacitación tecnológica de los estudiantes.
Hoy en día, los maestros en ejercicio necesitan estar preparados para
ofrecer a sus estudiantes oportunidades de aprendizaje apoyadas en las TIC; para
utilizarlas y para saber cómo éstas pueden contribuir al aprendizaje de los
estudiantes, capacidades que actualmente forman parte integral del catálogo de
competencias profesionales básicas de un docente.
Los maestros necesitan estar aptos para empoderar a los estudiantes con
las ventajas que les aportan las TIC. Colegios y aulas –ya sean presenciales o
virtuales– deben contar con maestros que posean las competencias y los recursos
necesarios en materia de TIC y que puedan instruir de manera eficaz las
asignaturas exigidas, integrando al mismo tiempo en su enseñanza conceptos y
habilidades de estas. Las simulaciones interactivas, los recursos educativos
digitales y abiertos (REA), las herramientas sofisticadas de recolección y análisis
de datos son algunos de los muchos recursos que permiten a los maestros ofrecer
a sus estudiantes posibilidades, antes increíbles, para asimilar conceptos.
Las experiencias educativas tradicionales de formación de futuros maestros ya no
contribuyen a que estos adquieran todas las capacidades necesarias para enseñar
a sus estudiantes y poderles ayudar a desarrollar las competencias indispensables
para sobrevivir económicamente en el mercado laboral del siglo XXI. (UNESCO
Competencia en TIC para Docentes 2008).
De acuerdo con Plata (2000) con el advenimiento de los ordenadores esta
transformando la fisonomía del mundo actual; hoy su presencia invade las prácticas
corrientes del mundo de los negocios, del hogar, de la enseñanza, del acopio y
transmisión de información. Productos como la banca informática, la televisión por
cable, la comunicación por redes electrónicas, los CD-roms se han generalizado. El
mundo de la realidad virtual está ahí, al alcance de unos cuantos bolsillos; porque no
lo olvidemos el mundo del mercado cultural es también el mundo del capital.
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¿Y qué decir del ámbito laboral? Según (Kotter, 1995) lo recomendable es
evitar quedar atrapados en empleos de larga duración (puestos permanentes) y no
es recomendable desarrollar una lealtad institucional o dejarse absorber
demasiado en cualquier empleo durante un tiempo prolongado. Cabe señalar que
en esta sociedad moderna, la gente y en especial, la juventud, ya no le dan
importancia a los compromisos y menos a los compromisos de largo aliento, ahora
todo se vive en el corto plazo en el disfrute de lo instantáneo.
De otro lado, (Delors, 1996) afirma que es necesario volver a la escuela
para poder afrontar las novedades que surgen en la vida privada y en la vida
profesional acentuando el hecho de que es indispensable que todos aprendamos
a aprender para hacer del acto educativo un proceso continuo a lo largo de toda la
vida.
En este sentido, cabe señalar la importancia de estamentos mundiales
como la UNESCO cuya función central se basa en la esperanza de un mundo
mejor, capaz de respetar los derechos del hombre y la mujer, practicar el
entendimiento mutuo y hacer del progreso del conocimiento un instrumento de
promoción del género humano, no de discriminación.
Por tal motivo, se plantean varios procesos educativos importantes como
aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, su historia, sus tradiciones y
su espiritualidad y, a partir de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse la
realización de proyectos comunes o la solución inteligente y pacífica de los
inevitables conflictos; esto con el fin de forjar ciudadanos más tolerantes y que
puedan convivir en sociedad.
Para esto hace énfasis en que hay que preservar los elementos esenciales
de una educación básica que enseñe a vivir mejor mediante el conocimiento, la
experimentación y la formación de una cultura personal. Adicionalmente, según
(Brater, 1997) en la edad juvenil se debe procurar desarrollar las capacidades para
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la propia configuración y el acuerdo sociales, para la realización del propio camino
más allá de las metas ya establecidas.
Añadiendo a lo anterior, Lozano (2010) plantea que gracias a los efectos de
la globalización se ha ido perfilando un tipo ideal de persona, que es un ciudadano
formado con principios democráticos, el ejercicio amplio de la libertad y los
valores; además es un usuario de la tecnología que se identifica con las
necesidades culturales y el consumo progresivo de bienes y servicios;
consecuentemente es una persona que busca realizar el menor esfuerzo en todas
las actividades humanas y que vive del momento.
De otro lado, la UNESCO plantea unas necesidades básicas de aprendizaje
«Estas necesidades abarcan tanto las herramientas esenciales para el aprendizaje
(como la lectura y la escritura, la expresión oral, el cálculo, la solución de
problemas) como los contenidos básicos del aprendizaje (conocimientos teóricos y
prácticos, valores y actitudes) necesarios para que los seres humanos puedan
sobrevivir, desarrollar plenamente sus capacidades, vivir y trabajar con dignidad,
participar plenamente en el desarrollo, mejorar la calidad de su vida, tomar
decisiones fundamentadas y continuar aprendiendo». (Delors, p. 19)
Es así como también es importante para la sociedad del siglo XXI que en
los procesos educativos se valoren los talentos de todo tipo, de forma que se limite
el fracaso escolar y se evite el sentimiento de exclusión y de falta de futuro a un
grupo de adolescentes demasiado numeroso.
En este sentido, la educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción
hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que
implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto
personal, dándole una vital importancia a la imaginación humana, precisamente
para adelantarse a los progresos tecnológicos si queremos evitar que se agraven
el desempleo y la exclusión social o las desigualdades en el desarrollo.
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Dice Delors”debe imponerse el concepto de educación durante toda la
vida con sus ventajas de flexibilidad, diversidad y accesibilidad en el tiempo
y el espacio. La educación durante toda la vida se presenta como una de las
llaves de acceso al siglo XXI. Esta noción va más allá de la distinción
tradicional entre educación básica y educación permanente, y responde al
reto de un mundo que cambia rápidamente.” (Delors, 1996, p. 15)
“En la búsqueda de perfilar los alcances de la „educación para toda la vida‟, la
Comisión plantea dos conceptos relacionados con el campo educativo: „educación
pluridimensional‟ y „sinergias educativas‟. La educación es pluridimensional en sus
fundamentos: conocer, saber hacer, saber ser y saber convivir; en sus etapas:
educación escalonada durante toda la vida; en sus resultados dialécticos:
experiencia cotidiana y esfuerzo de comprensión; en la combinación de
conocimientos: formal / no formal; innatismo / adquisición; repetición o imitación /
apropiación singular / creación personal y en la complejidad de sus relaciones:
ámbitos cultural, laboral y cívico” (Guillén, 2008)
En palabras de Delors en forma muy poética afirma: “i Qué noble tarea de la
educación la de suscitar en cada persona, según sus tradiciones y sus
convicciones y con pleno respeto del pluralismo, esta elevación del
pensamiento y el espíritu hasta lo universal y a una cierta superación de sí
mismo! (Delors, 2006, p. 12).
Pero para lograr todos estos objetivos, es necesario que las reformas
educativas sean eficaces y exitosas y para esto deben tener en cuenta en primer
lugar, la comunidad local y, sobre todo, los padres, los directores de los
establecimientos de enseñanza y los docentes; en segundo lugar, las autoridades
públicas y, por último, la comunidad internacional, en ese sentido En ese sentido,
la Comisión de la UNESCO destaca la conveniencia de una descentralización
inteligente, que permita incrementar la responsabilidad y la capacidad de
innovación de cada establecimiento escolar.
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De aquí que la Comisión de la UNESCO formuló las siguientes recomendaciones:
desarrollar una política extremadamente dinámica en favor de la educación
de las niñas y las mujeres, conforme a la Conferencia de Beijing
(septiembre de 1995);
utilizar un porcentaje mínimo de la ayuda para el desarrollo (una cuarta
parte del total) para financiar la educación; este cambio en favor de la
educación debería también producirse en el nivel de las instituciones
financieras internacionales y, en primer lugar, en el Banco Mundial, que
desempeña ya una función importante;
desarrollar mecanismos de trueque de deuda por educación (debt-for-
education swups) con objeto de compensar los efectos negativos que
tienen las políticas de ajuste y la reducción de los déficit internos y externos
sobre los gastos públicos de educación;
difundir las nuevas tecnologías llamadas de la sociedad de la
información en favor de todos los países, a fin de evitar una
agudización aún mayor de las diferencias entre países ricos y pobres;
movilizar el enorme potencial que ofrecen las organizaciones no
gubernamentales y, por consiguiente, las iniciativas de base, que podrían
prestar un valioso apoyo a las actividades de cooperación internacional.
Cabe señalar que la universidad podría contribuir a esta reforma diversificando
su oferta:
Como lugar de ciencia y fuente de conocimiento que llevan a la investigación
teórica o aplicada, o a la formación de profesores; como medio de adquirir
calificaciones profesionales conforme a unos estudios universitarios y unos
contenidos adaptados constantemente a las necesidades de la economía, en los
que se aúnen los conocimientos teóricos y prácticos a un alto nivel; como
plataforma privilegiada de la educación durante toda la vida, al abrir sus
puertas a los adultos que quieran reanudar los estudios, adaptar y enriquecer sus
conocimientos o satisfacer sus ansias de aprender en todos los ámbitos de la vida
cultural; como interlocutor privilegiado en una cooperación internacional que
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permita el intercambio de profesores y estudiantes, y facilite la difusión de la mejor
enseñanza mediante cátedras internacionales.
Según (Morrison,2002) Todo indica que la educación superior está
orientada hacia unas transformaciones mayores, consideremos lo siguiente:
· El número de correos electrónicos enviados en promedio por día, fue de 10
billones en el 2000; 35 billones se esperan en el 2005
· Las compañías de cables y teléfonos se están consolidando para proveer
programas multimedia interactivos.
· Cursos y programas educacionales están siendo diseñados, producidos y
distribuidos por corporaciones.
El consejo para la financiación de la educación superior en el Reino Unido estima
que el mercado de aprendizaje en la red global será de 70 billones de dólares
(Kelly, 2002)
· El mercado de educación a distancia con competo cubrimiento de programas
conducentes a título, está creciendo a un ritmo de 40%. (Gallagher.& Newman,
2002).
· El programa de Rochester, financiado por Pew, ha patrocinado proyectos de
demostración en el Instituto Politécnico de Virginia y en otras instituciones para
demostrar cómo los colegios y las universidades pueden usar cursos en la red
para manejar más estudiantes más eficientemente y a un menor costo, sin pérdida
de la calidad (Morrison & Twigg, 2001).
· Los programas de clases de Cisco cuestan alrededor de 1.800 dólares por
trabajador, mientras que en las clases basadas en la red, el costo es
aproximadamente de 120 dólares por trabajador (Sunday Times, 2001).
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· Las universidades corporadas crecieron de 400 en el 90 a 2000 en el 2000. El
número de estudiantes de estas instituciones está aumentado un 30% por año. En
el 2003 las corporaciones tendrán el 96% de su entrenamiento en la red. Para el
2010 estas corporaciones universitarias de entrenamiento pueden ser más
numerosas que las universidades e instituciones tradicionales (Morrison & Meister,
2001).
· En el 2000 el 49% de las instituciones universitarias tenían los salones de clase
conectados a la Internet, en el 2002 el dato es del 64%.
· La Biblioteca del Congreso y las bibliotecas socias, están lanzando un proyecto
piloto para crear un sitio de referencia global, de tal manera que la experiencia de
los bibliotecólogos esté disponible para los usuarios 24 horas al día, 7 días a la
semana.
· El 5% de todas las instituciones de postsecundaria, requieren que todos los
estudiantes tengan un computador personal.
En términos de la sociedad del siglo XXI en la que vivimos, no podemos
seguir concibiendo la educación en términos clásicos, pues la educación, tal como
la entienden hoy las agencias internacionales de desarrollo, adquiere valor sólo en
la medida en que se conecte con los sistemas globales de producción, o, lo que es
lo mismo, si entra en el juego del incremento de las competencias económicas,
sólo matizada con el fortalecimiento de la democracia participativa (Martínez,
1999).
En este sentido, un análisis general sobre el concepto de educación en la
actualidad tendría tres posibles fuentes: el discurso de los organismos
internacionales, las elaboraciones del campo de la investigación educativa
internacional y los discursos sobre la educación provenientes de los paradigmas
clásicos de las Ciencias de la Educación y las teorías del currículo (Martínez,
1999).
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Por tanto, el problema de hoy ya no sería de insumos, esto es, de maestros
capacitados, un buen currículo, equipamiento moderno, libros de texto, etc., sino
garantizar por diferentes vías un conjunto de resultados que se miden en términos
del aprendizaje de aquellas competencias que se consideran necesarias para
sobrevivir, lo que significa alcanzar la alfabetización mínima en la era de la
informática y en el mundo globalizado (Martínez, 1999).
Así Martínez, plantea la noción de La Escuela Competitiva que trata del
sistema educativo impulsado un proceso de reconversión educativa que supone
la integración de la educación, la escuela y el maestro a la lógica planteada por la
globalización de la sociedad, con lo cual se intenta la re fundación de los sistemas
educativos. Este momento designa el ciclo cualitativo, en el que el eje del discurso
sobre la educación está centrado en la calidad de los sistemas educativos. En esta
nueva dinámica el conocimiento se sitúa como factor fundamental de la
transformación social, y su uso debe generar un nuevo papel y una nueva función
para la educación.
Por otro lado, de acuerdo con el Banco Mundial, la educación es crucial
para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza y en este sentido la
educación debe atender a la creciente demanda por parte de las economías de
trabajadores adaptables capaces de adquirir sin dificultad nuevos conocimientos y
debe contribuir a la constante expansión del saber.
Pero para lograr estos objetivos hay que desafiar importantes desafíos
como aumentar el acceso a la educación en algunos países, mejorar la equidad,
elevar la calidad y, en los casos necesarios, acelerar el ritmo de la reforma de la
educación.
Así es clave, la intervención de los gobiernos que pueden ayudar a mejorar
el desempeño académico mediante el establecimiento de normas de rendimiento
claras y estrictas para las asignaturas principales.
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Para el Banco Mundial, los maestros más eficaces son los que tienen un buen
conocimiento de la materia y un amplio repertorio de técnicas de enseñanza, entre
las cuales es imprescindible el manejo de las TIC.
De otro lado los órganos rectores, los directores y el personal docente de
las escuelas, que son los que mejor conocen las condiciones locales, son los que
están en mejores condiciones de seleccionar el conjunto de insumos más
apropiados.
En efecto, para mejorar la calidad de la educación es necesario que las
escuelas tengan la autonomía suficiente para usar sus recursos educacionales de
acuerdo con las condiciones locales y de la comunidad y son responsables ante
los padres y las comunidades.
Según Torres (2002), en el siglo XXI podríamos estar presenciando la
consolidación, antes que la reducción, de la brecha entre los países desarrollados
y los países en desarrollo en términos de educación y aprendizaje. De hecho, en
el contexto de la globalización y la emergente “sociedad del conocimiento”, el
aprendizaje a lo largo de la vida ha sido revitalizado y está siendo adoptado en los
países desarrollados como un principio organizador de la economía, la sociedad y
la educación del siglo XXI.
La Conferencia Mundial sobre Educación para todos (Jomtien, Marzo 1990)
propuso una visión ampliada de la educación básica, entendida como el
fundamento el primer peldaño del aprendizaje a lo largo de toda la vida.
En conclusión, la globalización, la sociedad del conocimiento, las TIC, y la
“sociedad liquida” en la que vivimos hacen imperante y obligante el hecho de
educarse a lo largo de toda la vida para no sucumbir en el mundo competitivo de
hoy y alcanzar el éxito económico y laboral en el siglo XXI. Es clave que los
docentes se actualicen y se preparen para los retos que plantea esta sociedad de
lo instantáneo, donde el futuro es inmediato. En donde los jóvenes tienen grandes
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ayudas educativas como la internet y colocan a los maestros de hoy día a la
necesidad de capacitarse y adecuarse a las TIC para no estar en desventaja con
respecto a sus estudiantes.
Añadiendo a lo anterior, el hecho de que los jóvenes de hoy día son muy
diferentes a los de generaciones anteriores a la internet. Y el docente debe estar
en capacidad de distinguir donde es propicio usar la tecnología y donde no,
teniendo en cuenta que para los jóvenes de hoy en día impera la ley del menor
esfuerzo, y lo instantáneo.
Por otro lado, las políticas educativas deben estar acorde con los
imperantes cambios del siglo XXI, dejando de considerar la educación como un
producto para verla como un proceso que se lleva a cabo a lo largo de la vida.
Los procesos educativos deben impulsar aspectos importantes como
aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, respetando su historia, sus
tradiciones y su espiritualidad, cultos y religiones, y, a partir de ahí, crear un
espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes o la solución
inteligente y pacífica de los inevitables conflictos; esto con el fin de forjar
ciudadanos más tolerantes y que puedan convivir en sociedad, para de esta forma
ir aminorando los índices de violencia en todas sus versiones (violencia física,
psicológica).
Nuestra educación debe procurar desarrollar en los jóvenes las
capacidades para la propia configuración y el acuerdo sociales, para la realización
del propio camino más allá de las metas ya establecidas. Nuestro sistema
educativo debe propender por explorar y potenciar los talentos de los jóvenes con
el ánimo de evitar con ello tanta deserción escolar, pues en la actualidad nuestro
sistema educativo nacional es estandarizado y deja de lado las habilidades
propias de cada joven.
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“La educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer
fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que
implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su
proyecto personal”. (Delors, 2006, p 12)
Además, se deben estudiar los currículos en el nivel de la educación
superior, sobre todo en el aspecto de las certificaciones o cursos de actualización,
que a mi modo de ver son un clara muestra de que en la universidad no se enseña
la totalidad de los contenidos y conocimientos necesarios para insertarse en la
vida laboral. Que de hecho según lo propone la modernidad líquida, deja atrás la
tendencia de trabajos estables y duraderos, para pasar al repentino cambio de
oficio laboral, según esto, un profesional que no adquiera conocimientos en forma
dinámica estará condenado a permanecer anclado a un solo oficio, a un solo
campo laboral, que probablemente limitará en gran medida sus oportunidades de
alcanzar el éxito laboral del siglo XXI.
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Banco Mundial”. en serie “El desarrollo en la Práctica”, Washington, D.C
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