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EFECTIVIDAD DEL TRATAMIENTO ANTIFUNGICO EN DERMATITIS SEBORREICA: UNA REVISION DE TEMA Manuel Salamanca Estudiante de Pregrado Microbiología, Universidad de los Andes Director de Proyecto: Adriana Marcela Celis, M.Sc. Laboratorio de Micología y Fitopatología Uniandes Departamento de Ciencias Biológicas , Universidad de los Andes Bogotá D.C, Noviembre de 2013

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EFECTIVIDAD DEL TRATAMIENTO ANTIFUNGICO EN DERMATITIS

SEBORREICA: UNA REVISION DE TEMA

Manuel Salamanca

Estudiante de Pregrado Microbiología, Universidad de los Andes

Director de Proyecto:

Adriana Marcela Celis, M.Sc.

Laboratorio de Micología y Fitopatología Uniandes

Departamento de Ciencias Biológicas , Universidad de los Andes

Bogotá D.C, Noviembre de 2013

RESUMEN: La dermatitis seborreica (DS) es una enfermedad inflamatoria crónica de

difícil manejo, con alto impacto sobre la calidad de vida del individuo que afecta diferentes

zonas anatómicas especialmente las ricas en glándulas sebáceas. La DS representa una

entidad multifactorial establecida por la interacción entre las levaduras del género

Malassezia spp. y la piel de individuo junto con factores desencadenes que contribuyen

diferencialmente con la fisiopatología de la enfermedad. Se han identificado 14 especies del

genero siendo M. globosa y M. restricta aquellas aisladas con mayor frecuencia en lesiones

de pacientes con DS. El tratamiento de la enfermedad se ha basado tradicionalmente en

reducir el proceso inflamatorio y la colonización de las levaduras, con una respuesta

estacionaria en la mayoría de los casos. Por lo anterior se realizo una revisión sobre la

fisiopatología de la enfermedad y las diferentes alternativas de tratamiento antifungico

tanto tópico como oral en el manejo de la DS con el objetivo de establecer su efectividad

para generar una remisión tanto clínica como microbiológica. Se pudo establecer que

existe amplia evidencia en el uso de Imidazoles tópicos, sin embargo en los últimos años

nuevos compuestos no Imidazoles han aumentado la evidencia de su uso con buenas tasas

de remisión en relación con los grupos placebo. Los tratamientos orales aunque están

restringidos a pacientes con DS severa, recurrencias y pobre respuesta al tratamiento tópico

han reportado una efectividad superior a los grupos placebo en la mayoría de escenarios

clínicos. Se logro establecer que el tratamiento antifungico aun en monoterapia representa

una aproximación efectiva para el manejo de la DS. A pesar de la evidencia presentada aun

no es claro las consecuencias de eliminar la población de levaduras de la piel del

individuos, los perfiles de resistencia de Malassezia spp., ni la efectividad entre grupos de

diferentes medicamentos y no con respecto al grupo placebo.

INTRODUCCIÓN:

Malassezia es un género de levaduras que junto con otro número limitado de

microorganismos del reino de los Hongos (e.g. Candida spp. y Rhodotorula spp.) han sido

identificadas como parte de la microbiota normal humana (Findley et al., 2013). A

diferencia de las bacterias, su interacción con el ser humano no ha sido del todo

caracterizada y los estudios disponibles han permitido generar hipótesis sobre su papel en

un gran número de patologías dermatológicas y sistémicas. Principalmente, esta levadura

ha sido asociada a entidades como la pitiriasis versicolor, dermatitis seborreica (DS),

dermatitis atópica, pitiriasis alba, psoriasis, foliculitis, onicomicosis y formas sistémicas

diseminadas (Gaitanis et al., 2012). Particularmente en DS se han estudiado múltiples

factores que asociados con la presencia de Malassezia spp. expliquen la fisiopatología de la

enfermedad (Hay et al., 2011; Gupta et al., 2004b).

Sin embargo, a diferencia de muchas otras patologías de origen infeccioso, la presencia de

un microorganismo no representa la definición completa de la etiología en DS, es decir, la

fisiopatología de la enfermedad no depende únicamente de la presencia de la levadura. De

hecho se ha descrito comúnmente los casos de DS con aislamientos negativos para

Malassezia spp. sin embargo se ha propuesto que la presencia de la levadura podría

asociarse en gran medida con la severidad de la presentación clínica y principalmente la

posibilidad de recaídas (Gaitanis et al., 2012). Hace más de 30 años se estableció por

primera vez que los productos más eficientes utilizados para el tratamiento de DS tienen

propiedades farmacológicas con actividad antifúngica (Shuster, 1984) abriendo un

panorama de nuevos tratamientos para el manejo de la enfermedad y fortaleciendo la teoría

acerca de la relación de Malassezia spp con esta entidad dermatológica.

Todo lo anterior ha generado que la aproximación desde el punto de vista terapéutico sea

un reto y siga sin ser esclarecido el verdadero rol del tratamiento antifúngico en la DS ni su

superioridad respecto a los tratamientos basados en reducir el proceso inflamatorio o sus

combinaciones (Williams et al., 2010). Algunos estudios han demostrado la disminución en

la población de Malassezia en asociación con una progresión favorable de los síntomas

(Stefanaki & Katsambas, 2010) pero el abordaje terapéutico más adecuado desde el punto

de vista microbiológico es aún incierto. Adicionalmente no se ha podido establecer, con

evidencia que lo respalde, los beneficios reales de la erradicación del microorganismo en la

piel sobre la evolución de la enfermedad o el impacto que pueda representar sobre las

interacciones de la microbiota normal de la piel y las consecuencias que pueda traer para el

individuo.

El número de estudios publicado en el tema ha aumentado en los últimos años debido a la

utilización de técnicas de detección no basadas en cultivo para Malassezia spp. que

permiten determinar asociaciones entre las diferentes patologías y las principales especies

del genero Malassezia. Por otro lado también se ha dado un gran avance en la identificación

de los mecanismos de patogenicidad e interacción molecular de este microorganismo, lo

cual ha brindado nuevas perspectivas sobre la fisiopatología y abordaje de la DS (Brunke &

Hube, 2006; Patiño-Uzcátegui et al., 2011). Por consiguiente el objetivo de este trabajo es

hacer una revisión acerca de la información disponible sobre la fisiopatología y

presentación de la DS en relación con las especies de Malassezia, haciendo énfasis en las

opciones terapéuticas antifúngicas disponibles para el manejo de la enfermedad.

MICROBIOLOGÍA:

Las levaduras del género Malassezia (anteriormente llamado Pityrosporum ovale)

pertenecientes al phylum Basiodiomycota, subphylum Ustilaginomycotina, clase

exobasidiomycetes, orden Malasseziales y familia Malasseziaceae (Gaitanis et al., 2012).

Estas levaduras se caracterizan por ser lipofílicas, algunas lipodependientes y residentes

ubicuas de la piel, han sido consideradas potencialmente patógenos ya que se han aislado

de la piel afectada y los agentes antifúngicos han demostrado ser una línea importante de

tratamiento (Gupta et al., 2004a). Sin embargo, la ausencia de una correlación entre el

número de organismos Malassezia y la presencia y/o severidad de las manifestaciones

clínicas resulta poco concluyente.

Por medio del avance en los métodos moleculares se han podido identificar 7 nuevas

especies en la última década (M. dermatis, M. japonica, M. nana, M. yamatoensis, M.

equina, M. caprae y M. cuniculi) (Sugita et al., 2002; Sugita et al., 2003; Cabañes et al.,

2011, Hirai et al., 2004; Sugita et al., 2004) adicionales a las 7 especies descritas

previamente en 1996 (M. globosa, M. restricta, M. furfur, M sympodialis, M slooffiae, M

obtusa, M pachydermatis) (Guého et al., 1996) para un total de 14 especies en la

actualidad. De las especies mencionadas se conocen 9 especies que colonizan la piel en

humanos y 5 especies (M. pachydermatis. M. caprae, M. cuniculi, M. equina y M. nana)

que colonizan la piel de otros animales (Hirai et al., 2004; Cabañes et al., 2011; Cabañes et

al., 2007). La diferenciación de especies es realizada mediante un perfil bioquímico por

catalasa y B-glucosidasa producidas junto con perfiles de asimilación lipídica (Tween y

Cremophor) (Gaitanis et al., 2012).Sin embargo, estos análisis carecen de especificidad a

nivel de identificación taxonómica por lo que las técnicas moleculares basadas en la

secuenciación de subunidades de RNA ribosomal (rRNA) son sin lugar a duda el gold

standard para la identificación (Gaitanis et al., 2009).

La identificación de estas nuevas especies ha promovido estudios en la epidemiologia de

este microorganismo con el fin de identificar si existe o no una correlación entre cada

especie con las diferentes entidades dermatológicas con las que han sido relacionadas. A

pesar de la evidencia inicial que soporta el rol de M. globosa como agente etiológico en

pitiriasis versicolor (Crespo et al., 2000) los estudios comprando controles sanos no han

permitido establecer diferencias significativas entre las poblaciones de levaduras aisladas

en individuos sanos e individuos afectados, soportando la hipótesis multifactorial de estas

enfermedades. Los estudios han mostrado, además, que M. globosa y M. restricta son las

especies con mayor frecuencia de aislamiento en piel humana tanto en individuos sanos

como afectados especialmente en cuero cabelludo (Gaitanis et al., 2012; Dawson, 2007).

Dentro de esta variedad de especies 7 han sido asociadas con microbiota de la piel humana

en DS M. furfur, M. restricta, M. sympodialis, M. globosa, M. obtusa y M. slooffiae

quienes se han detectado en la piel afectada de individuos con DS (Nakabayashi et al.,

2000).

El genoma de M. globosa se encuentra totalmente secuenciado (Xu et al., 2007) y ha

permitido identificar lipasas extracelulares, esfingomielinasas acidas, aspartil proteasas y

fosfolipasas codificadas en grupos de genes que han sido asociadas con procesos de

supervivencia y crecimiento como parte de la microbiota de la piel humana (Xu et al.,

2007). Sin embargo no se conoce el beneficio para el individuo con respecto a la presencia

de Malassezia spp. y su presencia en piel; ni tampoco las consecuencias de la reducción de

la colonización o su erradicación (Saunders et al., 2012). Se ha identificado que la

disfunción de los mecanismos de barrera inmunológica de tipo mecánico (e.g. Dermatitis

Atópica) o de tipo secretor como la pobre inducción de péptidos antimicrobianos como LL-

37 y HBD-2 generan una mayor capacidad de proliferación de Malassezia spp. (Ong et al.,

2002). Otro modelo propuesto es la respuesta inflamatoria aumentada ante la exposición a

Malassezia spp. por la acción de alérgenos liberados por el microorganismo (e.g. Mala s1,

7-9, ciclofilina, tiredoxina) que puedan generar reacciones de hipersensibilidad tipo IV

especialmente bajo condiciones de pH más alcalino del habitual (Salenders et al., 2006). El

mecanismo de liberación de estos alérgenos al medio también ha sido caracterizado

mediante la interacción de la levadura con el hospedero utilizando nanovesicualas,

particularmente en M. sympodialis utiliza vesículas extracelulares tipo exosomas de tamaño

nanométrico con capacidad de transportar alérgenos tanto en individuos sanos como con

dermatitis atópica y DS; dichos alérgenos inducen la liberación de IL-4. El titulo de IL-4 y

otras citoquinas asociadas al reconocimiento de los alérgenos de la levadura se ha

encontrado en relación con la progresión de los síntomas (Gehrmann et al., 2011).

En el proceso de interacción entre dos organismos existen determinantes propios del tipo de

respuesta inmune establecidos ante la exposición antigénica, en el caso de Malassezia spp.

la maduración de células dendríticas derivadas de la línea monocítica es el componente

celular principal que ha demostrado ser responsable de la presentación antigénica e

inducción de respuesta linfocítica predominantemente de tipo Th2 (Buentke et al., 2004).

Otro mecanismo alternativo descrito que contribuye con el aumento en la respuesta inmune

contra este microorganismo es la interacción de las células dendríticas con las células NK y

NKT en la piel para la remoción de células fagocíticas con antígenos fúngicos incorporados

(Buentke et al., 2002). El reconocimiento por PRR también ha sido estudiado siendo los

PAMPS identificados para Malassezia spp. los B-glucanos que son reconocidos por las

dectinas humanas tipo I (Vega & Kalkum, 2012). Algunos estudios también han propuesto

la quitina como un PAMP probable dentro del reconocimiento inicial de Malassezia spp

(Romani, 2011). Con respecto al prurito característico en DS se ha establecido como

probable manifestación desencadenada con el reconocimiento del zymosan por parte de los

TLR-2 con la respectiva activación de segundos mensajeros (MyD88) y una reactividad

cruzada con el receptor de alta afinidad de IgE (FceRI) en los mastocitos; desencadenando

liberación de histamina, proteasas, factores quimiotacticos, IL-6 y metabolitos del ácido

araquidónico (Selander et al., 2009).

En este escenario la diversidad de mecanismo de interacción descritos y el sinnúmero de

interacciones aun por describir representan un arsenal de oportunidades como blancos

terapéuticos para la prevención y tratamiento de las patologías dermatológicas asociadas a

Malassezia spp.

DERMATITIS SEBORREICA:

La DS es una afección inflamatoria crónica y recurrente de la piel con una predilección por

las áreas ricas en glándulas sebáceas (Naldi & Rebora, 2009). La enfermedad se caracteriza

por escamas y placas eritematosas mal definidas, con alta variabilidad en amplitud y

morfología dependientes de la localización de las lesiones (Ashbee & Evans, 2002). Los

sitios de mayor afectación son la región frontal facial, la región supraceliar, los surcos

nasogenianos, los plieges melolabiales, los canales auditivos externos, las regiones

auriculares anteriores, la región periauricular, el área esternal y la región genital. Aunque el

prurito es descrito comúnmente no ha sido reportado sino en el 80% de los pacientes,

especialmente aquellos donde el cuero cabelludo se encuentra afectado (Del Rosso, 2011).

En los últimos años ha sido ampliamente debatido si la caspa común (Pitiriasis sicca) hace

o no parte del espectro de la DS dada la ausencia de inflamación, sin embargo los hallazgos

sobre la fisiopatología de ambas entidades sugieren que podría establecerse como una

forma leve de DS (Gupta et al., 2004c; Lynch et al., 1982). Aunque la descamación en

general es leve a moderada y generalmente autolimitada, especialmente cuando se presenta

en el cuero cabelludo, se ha descrito producción de áreas confluyentes con compromiso

más extenso en placas discoides en casos asociados con comorbilidades que intensifiquen la

historia natural de la enfermedad (Del Rosso, 2011) y generen una mayor probabilidad de

recurrencias.

De manera similar a otras patologías dermatológicas el espectro de lesiones se ha

clasificado en variantes clínicas según el grupo etario afectado y el compromiso regional,

de esta forma se conocen 4 variantes principales de la DS: La DS del adulto, la DS infantil,

la DS asociado a VIH y la dermatitis tipo seborrea asociada a medicamentos (Schwartz et

al., 2006). Por otro lado teniendo en cuenta el compromiso regional se han descrito como

pitiriasis capitis, blefaritis, DS pitiriasiforme, DS flexural, foliculitis por Malassezia y

dermatitis exfoliativa dentro del espectro de la variante adulta; mientras la variante infantil

presenta las formas de DS del cuero cabelludo, la enfermedad de Leiner y la pitiriasis

amianteacea (Naldi & Rebora, 2009).

A pesar de su nombre, la DS no está asociada a la secreción excesiva de sebo, es decir,

"seborrea"; ni las glándulas sebáceas son las únicas afectadas. Sin embargo, el

funcionamiento glándulas sebáceas puede ser un factor permisivo ya que se ha visto que la

DS ocurre con mayor frecuencia durante los períodos de la producción de sebo activo, por

ejemplo, el periodo neonatal y en las zonas de la piel donde se produce sebo (DeAngelis et

al., 2005). Por lo anterior se ha propuesto un modelo de 3 facetas etiológicas donde se

requiere la presencia de Malassezia spp., secreción sebácea y sensibilidad individual para

desarrollar la patología (DeAngelis et al., 2005) De cualquier forma se conoce acerca de la

etiología de la enfermedad es que es multifactorial incluyendo levaduras del genero

Malassezia, las hormonas, los niveles de secreción sebo, respuesta inmune, factores

neurogénicos y factores externos aunque el mecanismo patogénico exacto sigue siendo

controvertido (Hay, 2011). El proceso inflamatorio puede estar mediado, en personas

susceptibles, por la acción de enzimas o metabolitos fúngicos que actúan sobre los

triglicéridos sebáceos, liberando ácidos grasos libres, al igual que la capa lipídica de

Malassezia que también parece modular la producción de citoquinas proinflamatorias por

parte de los queratinocitos (Hay, 2011).

Las especies del genero Malassezia tienen la capacidad de producir lipasas por lo que

pueden iniciar una respuesta inflamatoria mediante la liberación de ácido oleico y ácido

araquidónico a partir de los lípidos del sebo (Riciputo et al., 1996) y producir índoles

bioactivos (Shuster, 1984). Estos dos ácidos grasos insaturados tienen efectos directos

irritativos y descamativos en los queratinocitos. Además, el ácido araquidónico

metabolizado por la ciclooxigenasa sirve como una fuente de eicosanoides proinflamatorios

como las prostanglandinas responsables del daño consecuente del estrato córneo. De

manera simultánea los queratinocitos en las áreas afectadas son estimulados para producir

citoquinas proinflamatorias aumentan y mantienen la respuesta inflamatoria estableciendo

la cronicidad de la infección (Bukvić-Mokos et al., 2012).

EPIDEMIOLOGIA:

Esta enfermedad está presente del 1 al 3% de la población en general, siendo más frecuente

en hombres que en mujeres, y se observa con frecuencia en pacientes con SIDA y

enfermedad de Parkinson (Gupta & Bluhm, 2003). Sin embargo esta prevalencia es

altamente variable algunos estudios en adolescentes han mostrado una prevalencia elevada

en adolescentes alcanzando hasta el 11% (de Avelar et al.., 2012). Otros estudios estiman

que afecta del 2 al 5% de la población y aparece con mayor frecuencia en hombres y no

existe predilección racial; también indican que es más frecuente en niños y en adultos se

presenta entre los 30 y los 60 años de edad con un pico epidemiológico entre la tercera y

cuarta década de la vida (Schwartz et al., 2006). Así, la DS constituye una patología de

amplio impacto en especial cuando está asociada a pacientes con inmunosupresiones

secundarias. Se ha establecido como una patología de alta incidencia en niños menores de 3

meses afectando del 11.6% al 70% para algunos cohortes (Mahe et al., 1996). La DS

también se produce con mayor frecuencia en pacientes con enfermedad de Parkinson y en

pacientes tratados con en manejo para patologías psiquiátricas con haloperidol, litio,

buspirona y clorpromazina (Binder & Jonelis, 1984). Adicionalmente se ha descrito como

una de las dermatosis más comunes visto en individuos infectados con infección por el

virus de inmunodeficiencia humana (VIH), especialmente aquellos que tienen un recuento

de linfocitos T CD4 por debajo de 400 células/mm3 (Chatzikokkinou et al., 2008). Otras

condiciones médicas asociadas con un aumento de la incidencia de la DS son

parkinsonismo y parkinson-plus inducido por neurolépticos, amiloidosis familiar y

Síndrome de Down (Binder & Jonelis, 1983; Ercis et al., 1996; Rocha et al., 2005)

Aunque en el país no hay muchos estudios publicados acerca de la incidencia o prevalencia

de la enfermedad el Centro Dermatológico Federico Lleras en el 2009 reportó 2.539

consultas por DS durante el año 2009, ocupando el cuarto lugar entre los motivos de

consulta, es decir, 4,6% del total de consultas de ese centro (Morales & Sánchez, 2011). A

pesar de la falta de evidencia clínica en el país sobre la frecuencia y asociación de la

enfermedad se han conducido algunos estudios de asociación entre aislamientos de

Malassezia spp. provenientes de lesiones de pacientes con DS.

Rincón et al., 2005 aislaron 6 especies de Malassezia de diferentes sitios de lesión con DS,

pitiriasis versicolor, dermatitis atópica y controles sanos. Ellos encontraron predominio de

M. globosa en las lesiones de los pacientes y era especialmente predominante en pacientes

con DS que eran positivos para VIH. Patiño-Uzcátegui et al., 2011 llevaron a cabo la

identificación molecular de 40 aislamientos de Malassezia provenientes de pacientes con

DS sin VIH, con DS con VIH, sin DS con VIH y sin DS sin VIH. En este estudio

pretendían evaluar la expresión de genes candidatos para virulencia de dichos aislamientos,

llegando a la conclusión que las lipasas podrían estar altamente relacionadas con el

desarrollo de la patología en la DS por especies de Malassezia y encontraron que la especie

predominante era M. restricta. Otro estudio realizado en Colombia con 134 individuos

demostró un porcentaje de aislamiento positivos para levaduras de Malassezia spp. de 71%

entre individuos sanos, pacientes con DS, paciente VIH positivo sin DS y pacientes VIH

positivo con DS; adicionalmente se logro establecer que no existían diferencias

estadísticamente significativas entre el porcentaje de aislamiento para diferentes grupos de

edad y sexo, de manera similar a previos estudios se encontró que Malassezia restricta es la

especie más frecuente en pacientes con DS, M. furfur la más frecuente en pacientes VIH y

M. sympodialis la mas frecuente en individuos sanos. De manera llamativa se reporto por

primera vez M. yamatoensis en individuos sanos (Amado et al., 2013).

TRATAMIENTOS DISPONIBLES:

El tratamiento de primera línea clásicamente ha sido establecido como la combinación de

un agente antifúngico generalmente tópico en conjunto con un corticoesteroide (Picardo &

Cameli, 2008). Sin embargo el uso crónico especialmente de los corticoesteroides ha sido

asociado con efectos adversos significativos para la salud de los individuos afectados

(Gupta et al., 2004a). Por lo anterior se ha encontrado una pobre adherencia terapéutica a

estos medicamentos y por consiguiente una mayor tasa de recaídas (Baysal et al., 2004). De

cualquier forma la escogencia del agente terapéutico, la vía de administración y la

posología del mismo sigue siendo un reto para el manejo efectivo de la DS.

COMPUESTOS TOPICOS:

Con respecto al Ketoconazol, un compuesto antifungico del grupo de los imidazoles en la

familia de los azoles con actividad inhibitoria sobre la 14-α-esteroldemetilasa, un

Citocromo P450 (CYP) microsomal, en la vía de la síntesis del ergosterol a nivel de la

membrana celular fúngica. Su acción conduce a la acumulación de 14-metilesteroles los

cuales pueden interrumpir el empaquetamiento de las cadenas acilo de fosfolípidos,

alterando la funciones de los sistemas enzimáticos unidos a membrana y por consiguiente

inhibiendo el crecimiento de Malassezia spp. y otra gran variedad de hongos. El

ketoconazol en su aplicación tópica se ha descrito además que altera la permeabilidad de la

membrana citoplasmática (Bennet, 2011). Contradictoriamente, a pesar de ser usado en

combinación con corticoesteroides el Ketoconazol hace ya varios años ha mostrado

reducción significativa en la síntesis de esteroides endógenos, tanto adrenales como

gonadales, así como una disminución en los efectos centrales y periféricos de los

corticoesteroides; sin embargo también reduce la depuración de estos medicamentos hasta

el un 60%, específicamente de la metilprednisolona, sin mostrar un efecto significativos

sobre otros compuestos similares (Ludwig et al., 1989).

La presentación de Ketoconazol 2% Shampoo ha sido tradicionalmente utilizada para el

manejo inicial de DS. Se han descrito 10 ensayos clínicos doble-ciego, aleatorizados

contralados con poblaciones hasta de 1162 personas y una recuperación clínica de hasta el

88% de los individuos (Picardo & Cameli, 2008). El ensayo clínico doble ciego más grande

incluyó 1162 personas con DS grado leve a severo con lesiones en múltiples regiones

corporales, en este estudio el tratamiento fue considerado como efectivo (medido como

resolución completa de síntomas y lesiones) a las semana cuatro en 56% de los pacientes

que recibieron Ketoconazol al 2% en pomada dos veces al día comparado con el 42% que

recibieron placebo (P<0.001) (Elewski et al., 2007). Otros ensayo clínico comparando

Ketoconazol al 2% en formulación de gel usado una vez al día versus el grupo de placebo

en 459 individuos con DS de moderada a severa con compromiso multiregional presentaron

una remicion completa de las lesiones en el 25% de los pacientes comparados con el 14%

del grupo placebo al día 28 de tratamiento (P=0.001) (Elewski et al., 2006).

Al compararlo en estudios cabeza a cabeza con Ketoconazol 1% shampoo y sulfidio de

selenio 2.5% shampoo ha mostrado ser superior con respecto a mejorar síntomas en

pacientes con DS tanto estadísticamente (p<0.0001) como clínicamente (Pierard-

Franchimont et al., 2001;  Danby et al., 1993). Sin embargo estudios midiendo un desenlace

de resolución microbiológica son limitados con poblaciones poco representativas.

Faergemann, 1990 demostró mediante un estudio doble-ciego controlado no aleatorizado

con placebo que el Ketoconazol al 2% aplicado dos veces por semana por 4 semanas en

adultos con DS presentaba una resolución microbiológica definida como KOH directo del

sitio de la lesión y un cultivo negativo del 41% y una remisión total de los síntomas del

89% siendo estadísticamente significativa la diferencia con el grupo control (p<0.01). De

manera similar Ortonne et al., 1992 demostraron mediante un ensayo clínico con ciego

simple una disminución con diferencias estadísticamente significativas en el recuento de

levaduras de Malassezia spp. aisladas en pacientes con DS tratados con Ketoconazol al 2%

comparado con el grupo de pacientes tratados con Dipropionato de Betametasona al 0.5%.

Como otra alternativa de manejo el Ciclopirox al 1% o cicloxisporamina, este compuesto

tiene un mecanismo de acción complejo que ha sido descrito recientemente. El mecanismo

se fundamenta en la quelación de cationes polivalentes, concretamente los modelos

experimentales han demostrado actividad quelante sobre el hierro y algunos cofactores de

activación de aspartil proteinasas en un modo dosis dependiente (Subissi et al., 2010)

Este compuesto ha sido evaluado en 5 ensayos doble ciegos controlados aleatorizados

incluyendo evaluación dosis respuesta. El estudio mas grande con este compuesto utilizo

una o dos aplicaciones de este compuesto en Shampoo en 949 pacientes con lesiones

eritematodescamativas en cuero cabelludo, la remisión total de las lesiones se observo a las

4 semanas en el 45% de los pacientes con una aplicación semanal y en 58% de los

pacientes con dos aplicaciones semanales en comparación con el grupo placebo que redujo

las lesiones en un 32%, presentando diferencias estadísticamente significativas (P<0.001).

Adicionalmente en este estudio se evaluó la efectividad en la profilaxis de recaidas a partir

de una submuestra de 428 pacientes con respuesta favorable al tratamiento con DS y en

actual remisión de lesiones y síntomas; en esta fase se encontró que el grupo de aplicación

semanal tuvo un porcentaje de recaídas del 15%, el grupo de aplicación cada dos semanas

de 22% y el grupo placebo de 35% (Shuster et al., 2005)

La evidencia es limitada en torno a estudios de comparación con dos compuestos

antifungicos, un ensayo clínico de no inferioridad con 303 pacientes que padecían de DS

facial el uso de Ciclopiroxolamina en crema dos veces al día por 28 días, seguido por una

dosis diaria por otros 28 días mostro mayores tasas de remisión clínica completa que en

paciente que utilizaban Ketoconazol en gel dos veces semanales por 28 días y luego una

vez a la semana (57% vs. 44% a los 56 días) (Chosidow et al., 2003)

Otros compuestos tópicos con actividad antifungica han demostrado efectividad en reducir

el proceso descamativo especialmente en las formas leves de la enfermedad. El Sulfidio de

Selenio al 2.5% y el Piritionato de Zinc al 1 o 2% han demostrado una mayor eficiencia del

Sulfidio de Selenio especialmente en prolongar le periodo de recaida (Brodell & Cooper,

2007). Sin embargo al comparar estos compuestos con el Ketoconazol al 2% de manera

profiláctica para evitar recaidas el Ketoconazol presenta una mejor protección (Peter &

Richarz-Barthauer, 1995; Pierard-Franchimont et al., 2001). En un ensayo aleatorizado con

246 pacientes diagnosticados con DS moderada a severa se comparo la efectividad en el

tratamiento con Shampoo de Sulfidio de Selenio 2.5%, Ketoconazol 2% y placebo todos a

dosis de dos aplicaciones semanales; la remisión de síntomas a las 4 semanas fue del 67%

con sulfidio de selenio, 73% con ketoconazol y 44% con placebo. En este ensayo

adicionalmente se estableció el porcentaje de cultivos negativos para Malassezia spp. a las

4 semanas, en el grupo del sulfidio de selenio el 34% de los cultivos fueron negativos, 28%

en el grupo del Ketoconazol y 2% en el grupo placebo, adicionalmente el prurito tuvo una

mayor reducción en el grupo de Sulfidio de Selenio que en grupo de Ketoconazol. De

manera interesante en este estudio no hubo una relación aparente entre la remisión clínica y

la remisión microbiológica de la enfermedad (Danby et al., 1993). Con respecto al

Piritionato de Zinc la evidencia es muy limitada, un ensayo clínico el piritionato al 1% fue

menos efectivo que el Ketoconazol al 2%, cuando se usaba dos veces semanales, en la

reducción de la severidad de los síntomas a las 4 semanas (67% de reducción puntaje de

severidad vs. 73% de reducción en el grupo de Ketoconazol P<0.02) (Piérard-Franchimont

et al., 2002). Se ha propuesto que el mecanismo de acción antifungico del Piritionato de

Zinc se da por 3 mecanismos: (1) Inhibición de los sistemas transportadores de la

membrana fúngica (2) alteración directa sobre la estructura de las proteínas con contenido

de azufre y hierro y (3) Mediante la incorporación de cobre intracelular a niveles

citotoxicos (Reeder et al., 2011).

Con todo lo anterior se puede establecer que el Ketoconazol sigue teniendo evidencia con

mayor calidad en el tratamiento tópico de la DS y ha sido asociado con buenas tasas de

remición clínica, sin embargo, su rendimiento como compuesto tiene una evidencia aun

muy escasa.

COMPUESTOS ORALES:

Con respecto al uso del Itraconazol la evidencia de su uso en la ultima década ha

aumentado de manera importante, en especial en aquellos paciente que no responden al

tratamiento con corticoesteroides. Un total de 6 ensayos clínicos y 3 reportes de caso

soportan su uso en DS, los estudios contaban con poblaciones de 30 a 160 pacientes con

diagnostico de DS y un puntaje que los clasificaba de moderado a severo. La dosis utilizada

fue de 200 mg/día por 7 días. La tasa de mejoría clínica y microbiológica varió de 58,6% a

93,0% y 40,0% a 86%, respectivamente. Una tasa de curación completa de 68% fue

reportada por un estudio pequeño usando Itraconazol durante 12 meses (Khondker et al.,

2010). Todos los estudios informaron la curación clínica y microbiológica. La respuesta

clínica óptima de itraconazol en general se alcanzó en el primer mes de tratamiento y se

mantuvo durante tanto tiempo como 3, 6 ó 14 meses. Para estos estudios la definición de

remisión microbiológica fue tener un examen microscópico de las lesiones con KOH

negativo con cultivos negativos para Malassezia spp. a partir de muestras de las lesiones.

Por otro lado la remisión clínico se definió como un puntaje de severidad igual a 0. En la

Tabla 1 se puede observar un resumen de los estudios mencionados previamente acerca del

Itraconazol oral para el tratamiento de DS. Los reportes de caso todos alcanzaron la

remisión clínica y microbiológica a las 3 semanas, 2 meses y 5 meses (Ninomiya et al.,

2000; Ninomiya et al., 2002; Ran et al., 2008)

Tabla 1 Ensayos Clínicos Itraconazol Oral en tratamiento de Dermatitis Seborreica (DS)

Estudio Régimen Duración del Tratamiento

Severidad de la DS

Remisión Clínica

Remisión Microbiológica

Caputo et al., 2002

200mg/día por 7 días

1 semana No evaluada 93% al mes de iniciado el tratamiento

67% al mes de iniciado el tratamiento

Shemer et al., 2008

200 mg/día por 7 días seguido de 200 mg cada dos semanas por 14 semanas

6 meses Moderado a severo

91.6% a las 24 semanas de iniciado el tratamiento

40% a las 24 semanas de iniciado el tratamiento

Das et al., 2011

200 mg/día por 7 días seguido de 400 mg cada mes en dos dosis

3 meses Severa sin respuesta al tratamiento con corticoesteroide tópico

83.3% a los 3 meses de iniciado el tratamiento

No reportado

Kose et al., 2005

200 mg/día por 7 días seguido de 400 mg cada mes en dos dosis

3 meses Severa sin respuesta al tratamiento con corticoesteroide tópico

58.6% a los 3 meses de iniciado el tratamiento

86% a los 3 meses de iniciado el tratamiento

Baysal et al., 2004

200 mg/día por 7 días seguido de 400 mg cada mes en dos dosis

12 meses Sin respuesta al tratamiento con corticoesteroide tópico

89.3% a los 12 meses de iniciado el tratamiento

79% a los 12 meses de iniciado el tratamiento

Khondker et al., 2010

200 mg/día por 7 días

12 meses Sin respuesta al tratamiento con

70.3% a los 12 meses de

N/A

seguido de 400 mg cada mes en dos dosis

corticoesteroide tópico

iniciado el tratamiento

Como se puede observar la efectividad del tratamiento es superior con tasas de remisión

tanto microbiológica como clínica superiores al 50% para todos los estudios, es decir, son

alternativas superiores en el tratamiento de DS. Sin embargo no se realizo una evaluación

del perfil de seguridad de los medicamentos dados los posibles efectos adversos asociados a

los mismos, en especial en aquellos esquemas con dosificación prolongada ni las probables

interacciones medicamentosas dado su actividad sobre el citocromo P-450. En 3 de los 6

estudios se estableció nuevamente una relación entre el porcentaje de remisión

microbiológica y el tiempo libre de recaidas. El mecanismo de acción del itraconazol por

hacer parte de los imidazoles es igual al previamente descrito en esta revisión para

Ketoconazol.

Con respecto a la terbinafina, una alilamina sintética, se ha descrito que tiene capacidad de

inhibir no competitivamente la enzima escualeno epoxidasa, una enzima en la vía

metabólica de la síntesis del ergosterol para la conformación estructural de la membrana

celular fúngica que a diferencia de la 14-α-esteroldemetilasa no hace parte de las enzimas

del citocromo P-450 y por lo tanto tiene menor numero de interacciones medicamentosas

(Ryder, 1992). Debido a su mecanismo de acción inhibe el crecimiento de los hongos e

impide que continúe su colonización especialmente en uso tópico. Su evidencia en DS es

menor que la encontrada para Itraconazol, dos ensayos clínicos aleatorizados contralados

con ciego simple y un ensayo abierto no comparativo se encuentran publicados. Los

tamaños de las poblaciones fueron 60, 174 y 661 con un promedio de edad entre los 35-39

años, los pacientes incluidos en estos estudios tenían diagnostico de DS severa o evolución

estacionaria al tratamiento con corticoesteroides quienes fueron manejados con un régimen

de 250 mg/día de terbinafina via oral por 4 a 6 semanas. En la tabla 2 se observar un

resumen de los resultados de los 3 ensayos clínicos.

Tabla 2 Ensayos Clínicos Terbinafina Oral en tratamiento de Dermatitis Seborreica (DS)

Estudio Régimen Duración del Tratamiento

Severidad de la DS

Remisión Clínica

Remisión Microbiológica

Scaparro et al., 2001

250mg/día 4 semanas + 8 semanas de seguimiento

Moderado a severo

68% a las 4 semanas de iniciado el tratamiento

12% a las 4 semanas de iniciado el tratamiento

Vena et al., 2005

250mg/día 6 semanas + 4 semanas de seguimiento

Moderado a severo

70% de grupo terbinafina vs. 45.4% de grupo placebo

N/A

Cassano et al., 2002

250mg/día por 12 días cada mes

3 meses + 1 mes de seguimiento

Moderado a Severo sin respuesta al tratamiento con corticoesteroide tópico

22.2% a los 3 meses de iniciado el tratamiento

32% a los 3 meses de iniciado el tratamiento

Comparativamente con el Itraconazol la evidencia es de menor calidad con una efectividad

reducida y tasas de remisión microbiológica muy inferiores en DS. Adicionalmente en dos

de los estudios se tuvo que suspender el ensayo por efectos adversos presentados asociados

al medicamentos oral. La pobre respuesta a la terbinafina por parte de Malassezia ha sido

previamente descrita tanto en modelos murinos que han establecido una mayor actividad

antifungica sobre los mohos filamentosos que sobre las levaduras en general (Ryder, 1992).

La disminución en la respuesta por parte de Malassezia a la administración oral de

terbinafina vs tópica también ha sido evaluada en otras patologías como la pitiriasis

versicolor, concluyendo que existe una pobre respuesta al tratamiento con Terbinafina oral

(Leeming et al., 1997). La actividad in vitro de la Terbinafina contra Malassezia también

ha sido estimada en comparación con el Itraconazol y Ketoconzol demostrando ser la que

tiene menor efecto inhibitorio sobre el crecimiento en comparación con los otros dos

compuestos (Sancak et al., 2005) En otros modelos animales, caninos, se ha demostrado

una eficacia en reducción del recuento de levaduras de Malassezia igual a la del

Ketoconazol (Guillot et al., 2003). Por todo lo anterior se puede evidenciar que la

terbinafina es un tratamiento con bajo rendimiento como terapia antifungica administrado

por vía oral en el tratamiento de DS.

El Fluconazol, otro compuesto del grupo de los azoles, también ha sido probado como

alternativa terapéutica en DS. Hasta el momento se encuentran disponibles 3 publicaciones

que estudian el uso de Fluconazol, Comert et al., 2007 evaluaron 63 pacientes con DS leve

a moderada con un esquema de 300 mg una vez por semana por dos semanas, en este

estudio se encontró que la disminución en la escala de severidad no tenia diferencias

significativas con el grupo placebo. Zisova, 2009 evaluó mediante un estudio no

comparativo la respuesta al esquema de 200 mg de Fluconazol una vez por semana en 4

pacientes con blefaritis por DS que tuvieran cultivos positivos para levaduras de

Malassezia, a las 4 semanas todos los participantes presentaron remisión microbiológica y

clínica. Zisova, 2006 mediante un estudio abierto comparativo se evaluó un régimen de 50

mg de fluconazol diarios por 2 semanas versus un grupo de régimen con fluconazol 50

mg/día más corticoiesteroides tópicos en 38 pacientes con DS leve a moderada, se obtuvo

una remisión clínica del 100% para ambos grupos con una remisión microbiológica de 85%

y 45.6% para el grupo de monoterapia y terapia combinada, respectivamente. En

conclusión el Fluconazol carece de un numero significativo de estudios que respalden su

uso sin embargo la limitada evidencia que existe sugiere que puede funcionar muy en

pacientes con DS leve a moderada y esquemas cortos de tratamiento con un alto

rendimiento tanto clínico como microbiológico, incluso en monoterapia.

El Ketoconazol vía oral también carece de estudios con evidencia significativa, en primer

lugar por la poca disponibilidad de la presentación oral y en segundo lugar por su actividad

cruzada con el metabolismo de los glucocorticoides endógenos. Un Ensayo clínico

aleatorizado controlado cruzado y 6 series de casos soportan su uso en DS. Ford et al.,

1984 probaron un esquema de 200 mg/día de Ketoconazol o placebo por 4 semanas y luego

un cruce de grupos por 4 semanas adicionales para un total de 8 semanas en 19 pacientes

con DS sin mención de severidad, el ensayo concluyo que a pesar de no existir remisión

clínica ni microbiológica si hubo reducción en la severidad de los síntomas y el numero de

levaduras por campo en el examen directo en ambas fases del estudio siendo superior que el

grupo placebo. También se realizo un estudio piloto con pramiconazol en 17 pacientes con

DS con única dosis de 200 mg mostrando a las 4 semanas una reducción en los síntomas sin

diferencias estadísticamente significativas con respecto al grupo placebo (Pirerard et al.,

2007)

CONCLUSIONES:

En conclusión, la DS es una entidad dermatológica multifactorial de una importante

morbilidad e impacto sobre la población general; la cual ha sido altamente asociada con las

levaduras del genero Malassezia y el entendimiento de su fisiopatología se ha podido

establecer gracias a la caracterización de mecanismos de patogenicidad e interacciones

moleculares entre el microorganismo y la piel del individuo. Los Este entendimiento ha

llevado a establecer una estrategia dirigida a reducir la colonización por parte del

microorganismo como el abordaje terapéutico mas común en el manejo de la DS, ubicando

a los antifungicos como la primera línea de tratamiento en comparación con las estrategias

basadas en reducir la inflamación.

Adicionalmente una numero importante de ensayos clínicos han permitido evidenciar la

efectividad de compuestos tanto tópicos como orales en DS, principalmente aquellos

basados en afectar la integridad y el metabolismo de la pared de Malassezia spp. resultan en

monoterapia de gran utilidad para generar una evolución clínica favorable e incluso

remisión de los síntomas. Además es posible establecer la relación positiva entre la

remisión clínica y la remisión microbiológica para la mayoría de los estudios.

Concretamente el Ketoconazol tópico, el Piritionato de Zinc, el Ciclopirox y el Itraconazol

oral tienen una evidencia significativa en el tratamiento de los pacientes con DS

especialmente aquellos con patología moderada y severa. De manera similar se ha

demostrado una asociación entre un tratamiento antifungico efectivo y una menor tasa de

recaídas de la enfermedad.

En cuanto a la reducción o erradicación de las levaduras de la piel, no existen estudios a

largo plazo que evidencien las consecuencias del tratamiento antifungico para el individuo

ni las posibles complicaciones sistémicas o dermatológicas de este evento. De manera

llamativa a pesar de las alternativas terapéuticas basadas en compuestos antimicrobianos no

se evidencia que estudios clínicos concluyan o hagan referencia sobre los perfiles de

susceptibilidad y resistencia de Malassezia spp. a los compuestos antifungicos usados,

representando un abordaje importante para futuros estudios y establecer una correlación de

estos mecanismos con la falla terapéutica o recaída de la enfermedad.

De este modo a pesar de la evidencia presentada es importante que futuros estudios clínicos

tengan en cuenta aspectos sobre la remisión microbiológica a largo plazo, los perfiles de

susceptibilidad del microorganismo y los mecanismos de patogenicidad involucrados en el

desarrollo de DS para poder establecer alternativas integrales de abordaje terapéutico que

permitan una mayor efectividad del tratamiento y reduzcan la carga global de la

enfermedad.

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