Efectos Ruido Comunitario

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  • Revista de Acstica. Vol. 34. Nos 1 y 2 31

    Resumen:

    En este trabajo se presenta un estudio descriptivo sobrelos efectos del ruido en los residentes del centro histrico deMlaga. Esta zona fue catalogada como zona acsticamentesaturada y de alto riesgo, especialmente porque estn dentrode las zonas de ocio, donde los niveles nocturnos de ruidoalcanzan cotas superiores durante la noche que durante elda. Estos datos fueron proporcionados por el Ayuntamientode la ciudad tras la evaluacin acstica realizada (mapasacsticos).

    Los resultados de las variables no acsticas analizadasse obtuvieron a travs de un cuestionario de 170 puntos deinformacin que contestaron 225 participantes. En gene-ral, los datos han revelado que hay diferencias signifi-cativas entre los participantes que viven en las zonas satu-radas y no saturadas. Por ltimo, los anlisis decorrelacin e interaccin han puesto de manifiesto las re-laciones entre aspectos acsticos y no acsticos del ruidocomunitario.

    PALABRAS CLAVE: RUIDO, INTERFERENCIAS,SENSIBILIDAD, SALUD Y BIENESTAR.

    Abstract

    In this work it is presented a descriptive study about thenoise effects on the people living in the area of the historicalcentre in Mlaga. This area was catalogued as acousticallycrowded and a high risk area mainly because they are loca-ted in the leisure areas where the night levels of noise re-ach higher rates during the night than in the day.These datawere given by the town Council of the city after the acousticassesment performed (acoustic maps)

    The results of the evaluation of the no acoustic variableswere obtained through a questionnaire with 170 points of in-formation answered by 225 participants. In general, data re-vealed significant differences among the participants livingin the saturated and no saturated areas by the noise. Finally,the correlation and interaction analyses have displayed therelations between acoustic and no acoustic aspects of thecommunity noise.

    KEY WORDS: NOISE, INTERFERENCES, SENSIBI-LITY, HEALTH AND WELLBEING.

    Introduccin

    Los efectos no auditivos del ruido son a menudo com-plejos y actan con cierta sutileza. Generalmente se mani-fiestan de forma indirecta, por esta razn debemos asumirque muchos de los efectos de la contaminacin acstica co-munitaria son el resultado de las interacciones de diversasvariables psicosociales y ambientales. Esta es una de lasprincipales razones por las que la evaluacin del ruidodesde la Psicologa Ambiental est apoyada en parmetrosque no siempre guardan una relacin directa con el nivel deexposicin sonora valorada en decibelios (valores Leq) yrelacionada con las propiedades fsicas de los sonidos comosu intensidad, duracin y frecuencia. Sin embargo, son deespecial inters otro grupo de indicadores que estn rela-cionados con el componente psicolgico o sonoridad, atri-buto perceptivo que presenta diferencias cualitativas enfuncin de una serie de variables que tienen que ver con laedad, la satisfaccin residencial, el control ejercido sobre lafuente sonora, la prediccin del estmulo acstico, las acti-tudes y creencias respecto al ruido as como el grado desensibilidad de los individuos expuestos a la contaminacinacstica (Anderson, 1971; Fields, 1993; Griffiths y Raw,

    Efectos del ruido comunitario

    Clara Martimportugus, Javier Gallego y F. Domingo Ruiz.Facultad de Psicologa. Dpto. de Psicologa Social, Antropologa Social, Trabajo Social y Servicios Sociales.

    C/ Campus de Teatinos s/n. (29071 ). Universidad de Mlaga. Tlf: 952 13 10 94, Fax: 952 13 11 00. Correo electrnico: cmartimportu@uma. es

    PACS 43.50 QP

  • 1986; Lpez Barrios, 1996; Weinstein, 1980; Zimmer yEllermeir, 1998).

    De esta forma, la reaccin de la comunidad ante el ruidopuede explicar algo ms que un simple malestar, los indivi-duos pueden sentir una diversidad de emociones negativascuando son expuestos al ruido comunitario, esto les hacesentirse insatisfechos, irritados, indefensos para dar solucinal problema, ansiosos y agresivos (Joob, 1988 y 1993), ins-trumentalizando estos sentimientos negativos en cambios deresidencia, cambios en el entorno fsico y social, reedefi-niendo sus necesidades personales, implicndose en activi-dades de protesta pblica mediante la participacin activa enmovimientos ciudadanos y en quejas a la administracin y lajusticia (Rohrmann, 1990). Aunque del 5 al 10% de los re-sidentes se quejan o participan en cualquier actividad rela-cionada con el ruido, el nmero de quejas est dbilmentecorrelacionado con la exposicin al ruido, ya que stas y laparticipacin estn mediatizadas por otras variables psico-sociales como la educacin, la autoconfianza o la orientacinpoltica (Avery, 1982; Schmer y Zeichart, 1989). Sin em-bargo, en los ltimos aos se est observando una mayor sen-sibilidad por los problemas ambientales, entre los que se en-cuentra la contaminacin acstica, lo que est favoreciendoposicionamientos polticos, jurdicos y comunitarios que de-mandan un control ms eficaz en la emisin de ruidos ennuestras ciudades, apoyados especialmente por las quejasciudadanas. Seguramente, como seala Corraliza (2001), es-tamos adquiriendo una mayor conciencia ambiental.

    El malestar puede definirse como un sentimiento de de-sagrado asociado con cualquier agente o condicin (el ruido)por un individuo o un grupo como algo que les afecta nega-tivamente a quien lo padece (Lindvall y Radford, 1973). Enlos grupos urbanos, el malestar producido por la exposicinal ruido est presente en trminos de cantidad de personasafectadas y resulta ser el efecto ms extendido causado porel ruido, aunque no sea el ms perjudicial. Se han realizadoms de 300 estudios sobre las reacciones ante el ruido co-munitario que relacionan intensidad sonora y malestar, lamayora de los cuales ha evidenciado que hay un grado demalestar relativamente elevado ante el incremento del nivelde presin sonora (Fields, 1993; Fidell, Barber y Schultz,1991; Schultz,1978). De esta forma, el malestar queda afec-tado tanto por el aumento de los niveles de presin sonora,como por el aumento del nmero de veces que ocurre ese rui-do (frecuencia) o por las actividades que se ven afectadas. Elproceso de la respuesta humana ante el ruido comunitario co-mienza con la percepcin del estmulo acstico, as el resul-tado del proceso perceptivo crear la base para un posiblesentimiento de malestar. Este sentimiento puede estar modu-lado por diferentes variables psicosociales relacionadas conlas condiciones de vida, las actitudes hacia la fuente de rui-

    do, las exposiciones previas al ruido, el momento del da, lasvariables personales y sociodemogrficas. Parece evidenteconcluir que las variables psicosociales explican un porcen-taje mayor de varianza (50%) sobre los efectos del ruido quelas variables fsicas que slo explican un 25% (Smith y Jo-nes, 1992). As, los valores Leq y Lmax pueden ser slo labase para predecir el malestar ante el ruido comunitario ypara proteger a la gente de un nivel de malestar elevado ina-ceptable (Buchta, 1993; Vos y Geurtsen, 1987). Por otra par-te, cuando se estudia el ruido comunitario es interesante te-ner en cuenta el ruido percibido como el silencio percibido(Guski, 1983).

    En este trabajo, el estudio de los efectos del ruido comu-nitario se aborda desde una serie de variables no acsticas.Diferentes investigaciones han evidenciado que la satisfac-cin residencial y comunitaria, as como algunos indicadoresambientales y de salud han resultado ser los parmetros quemejor discriminan los efectos del ruido sobre la calidad devida y la satisfaccin residencial percibida (Berglund y Lind-vall,1995; Lpez Barrios, 1996; Weinstein, 1980). Tambinse han evaluado las interferencias que el ruido produce enlas diferentes actividades habituales, el momento del da msmolesto y el tipo de molestias ocasionadas por el ruido. Laltima variable evala la sensibilidad al ruido. Es un hechoque aquellas personas que fisiolgicamente son ms sensi-bles al ruido tambin son ms vulnerables a padecer sus efec-tos. La sensibilidad se define como una predisposicin a sermolestado o afectado por el ruido en general y que se mani-fiesta a un nivel fisiolgico y conductual (Fields, 1993;Griffiths y Raw, 1989; Weinstein, 1980; Zimmer y Ellermeir,1998). En este trabajo la sensibilidad al ruido se evala a tra-vs de la asociacin de diferentes conductas ruidosas con elgrado de malestar personal asociado.

    Respecto a la valoracin del ruido por zonas, se han uti-lizado los datos proporcionados por el Ayuntamiento de M-laga de los que sealamos los ms pertinentes para este tra-bajo. Las mediciones fueron realizadas desde marzo del1999 a junio del 2000. Las horas totales de medicin fueronde 36. 254 desglosadas en: perodos semanales de 24 horas,superiores a 24 horas, fines de semana y periodos cortos deevaluacin de 15 minutos. Se utilizaron 3.271 puntos de me-didas totales durante 32 semanas. Los resultados globalesfueron los siguientes: LEQ-24 = 64,4; LEQ-d = 65,2; LEQ-n = 59,6 y LDN= 68,4. En Mlaga se superan los 65 dBApara periodos diurnos en un 55, 07% de los puntos medidosy los 55 dBA en los periodos nocturnos en el 71,92% de lospuntos medidos. Las zonas del centro histrico saturadasacsticamente superan estos valores especialmente durantela noche (esta considerada como una de las zonas de ocio dela ciudad), as el 76.8% de los puntos medidos superan los 65dBA durante la noche. Teniendo en cuenta que los aisla-

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  • mientos acsticos medios medidos estn en el orden de21dBA, esto significa que si las habitaciones de las vivien-das dan a la calle (dato que comprobamos y produjo un52,6% de participantes que tienen ms de tres ventanas quedan a la calle) se sobrepasen los 44 dBA por la noche, espe-cialmente los fines de semana que se incrementan un 7,3dBA en relacin con los das laborales. Los periodos de me-dicin contemplaron perodos de ocio y periodos de activi-dad por lo que utiliz un periodo continuo de muestreo dems de 94 horas, desde las 12.00 horas del viernes hasta las10 horas del martes siguiente. Para cada da de la semana sedeterminaron los siguientes ndices energticos: Leq 24,Leqd, Leqn y LeqDN y los ndices estadsticos: L1024,, L10D,L10N, L9024, L90D, y L90N (para mayor informacin tcnica con-sultar los datos proporcionados por el Ayuntamiento de M-laga).

    Los objetivos de esta investigacin estaban centrados envalorar los efectos del ruido comunitario sobre los aspectosno acsticos evaluados, en funcin de la distribucin de lamuestra perteneciente a diferentes zonas del centro histricode Mlaga: zonas saturadas por el ruido y no saturadas.Tambin se recogieron datos de residentes de otra zona de laciudad no perteneciente al centro histrico, pero dentro delcasco urbano, a la que se ha denominado otras zonas de laciudad.

    Mtodo

    Los participantes.

    Con un censo comunitario alrededor de los 4500 indivi-duos correspondientes a la zona cntrica de Mlaga se harecogido informacin de 225 participantes. Los participantesde la zona saturadas y de alto riesgo estaba representada por51,9% de la muestra total, los de la zona no saturadas re-presentaban el 44,4 de la muestra, ambas del centro histri-co y otra zona capuchinos-victoria a la que denominamosotras zonas de la ciudad estaba representada por el 3, 6%de la muestra. Esta zona de Mlaga no tiene problemas decontaminacin acstica (a partir de ahora las zonas se deno-minarn zonas saturadas, no saturadas y otras zonas).

    Para el muestreo tambin se tuvo en cuentas la heteroge-neidad en edad, sexo y en altura de la vivienda, esta ltimadentro de las caractersticas propias de sta zona de Mlaga.La participacin de los residentes era totalmente voluntaria einclua a todas las personas del centro antiguo de Mlaga quequisieran participar desde octubre a mayo de 2001-2002. Lamuestra comprende un total de 225 participantes, 95 varonesy 130 mujeres de los que se han procesado un total 198. Laedad de estos participantes se distribuye de la siguiente for-

    ma: entre 17 y 20 aos el 62% de la muestra. Entre 20 y 30aos el 24%. Entre 30 y 40 aos el 12,5%. Entre 40 y 50aos el 26%. Entre 50 y 60 aos el 114% de la muestra ymayores de 60 el 19,9%.

    El estado civil ms representado estaba entre solteros 46,9% y casados 39, 7%. El 95, 99% eran de nacionalidad es-paola y la profesin liberal era la ms representada con el29,9% seguida de empleado 18%, estudiante 14% y amas decasa 10, 8%. El nivel de estudios ms representado es hastaBUP 30, 9%, titulado superior 27, 3% y titulado medio18%. El 64, 4% son individuos que estn en activo y la cla-se social ms representada es la clase media 70, 6% y la cla-se media alta 20,6%. Otro dato de gran inters es que el 96,3% residen en el centro histrico.

    Instrumentos

    Para la evaluacin de los efectos del ruido comunitario seha utilizado la escala de Impacto ambiental de Lpez Ba-rrios (1989). Esta escala evala principalmente los efectosadversos del ruido de trfico sobre diferentes conductas fi-siolgicas cognitivas y motoras, as como el grado de satis-faccin residencial, preferencias ambientales para la ubica-cin de la casa, interferencias del ruido en las actividadescotidianas e implicaciones de la contaminacin acstica so-bre el bienestar. Los tems tienen un formato de respuestatipo Likert de cinco categoras que van desde el 5 que signi-fica muy satisfecho al 1 nada satisfecho.

    La ltima escala utiliza evaluaba la sensibilidad al ruidopor medio de 52 tems con una escala tipo Likert de 5 opcio-nes de respuesta. Los autores Zimmer y Ellermeier (1998)establecen los niveles de sensibilidad a travs de las respues-tas (grado de acuerdo o desacuerdo) de los participantes auna serie de conductas fisiolgicas, cognitiva, motoras, so-ciales y ambientales relacionadas con la percepcin acsti-ca. Con el fin de facilitar su descripcin se han dividido enlas siguientes categoras: efectos de la sensibilidad acsticaen el rendimiento, valoraban las interferencias del ruido enel rendimiento cognitivo o en los trabajos profesionales delparticipante. Otro grupo de tems haca referencia a los efec-tos de la sensibilidad acstica con el sueo. El tercer grupode tems formaban la categora efectos negativos de la sen-sibilidad acstica sobre la salud y el bienestar psicolgico,estos tems valoraban estados de irritabilidad, cansancio,agresividad, ansiedad, malestar gstrico etc., respuestas muyrelacionadas con los estados de activacin fisiolgica ocasio-nados por el ruido. El cuarto grupo de tems forman la cate-gora interferencias y molestias y valoraban los efectos de lasensibilidad acstica sobre diferentes actividades comunescomo: hablar, tareas domsticas, or msica, etc. El quinto

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    grupo de tems forman la categora preferencias ambientalesy valoraban la sensibilidad acstica a la hora de escoger losespacios y lugares en funcin de la estimulacin acsticaambiental. El ltimo grupo de tems formaban la categoraevitacin y/o huida y valoraba la cautela de los participantespara no exponerse a fuentes de contaminacin acstica gene-rada por la msica alta, las reuniones multitudinarias o huirde los eventos ruidosos.

    Procedimiento

    La recogida de los datos las realizaron Licenciados dePsicologa y alumnos debidamente entrenados para entre-vistar a los participantes durante el curso acadmico 2001-2002.

    Anlisis de los datos

    Para los anlisis de fiabilidad de las escalas se obtu-vieron los coeficientes de consistencia interna a de Cron-bach. La escala de satisfaccin con el barrio produjo un =. 67. La escala de satisfaccin con la casa produjo un =. 77 y la escala de satisfaccin general produjo un =.82. La escala de percepcin sonora y molestias del ruidoen la casa produjo un =. 77 y la escala de molestias delruido en las actividades produjo un =. 86. Todas estassubescalas pertenecan al cuestionario sobre Impacto am-biental de Lpez Barrios (1989). La escala de sensibili-dad al ruido de Zimmer y Ellermeier (1998) produjo un =. 95.

    Con el fin de obtener los ndices medios, se procesaronlas respuestas de las diferentes variables. Los resultados semuestran en la tabla 1. Adems, para el procesamiento delos tems de la escala de Impacto ambiental de Lpez Ba-rrios (1989) se han obtenido los porcentajes de frecuencias

    por tems, de los que referimos los ms significativos (dadala magnitud de la escala).

    Tambin se han cruzado todas las variables no auditivaspor la variable sexo y zonas acsticas (saturadas, no satura-das y otras) de las que comentamos los datos ms destaca-dos. Con el fin de conocer las relaciones establecidas entrelas variables no acsticas procesadas se han llevado a caboanlisis de correlacin. Por ltimo, se procesaron los valorestotales de las variables: entorno fsico y social del barrio, sa-tisfaccin con el barrio, satisfaccin con la casa, satisfaccingeneral, molestias del ruido, interferencia del ruido en las ac-tividades y sensibilidad al ruido con las siguientes variablescriterio: estado civil, estudios terminados, estar en activo la-boral, clase social, altura de la vivienda, tiempo de residen-cia en el barrio, tiempo de residencia en la casa, zonas acs-ticas y sexo, para obtener los ANOVA resultantes de lasinteracciones entre variables. La informacin obtenida deesta forma nos permite conocer los posibles efectos de inte-raccin entre indicadores y criterios utilizados.

    Resultados

    En la tabla 1 se muestra las puntuaciones medias obteni-das de las diferentes variables. Destacan la satisfaccin ge-neral de los participantes (que incluye al conjunto formadopor al barrio, la casa y los vecinos) y el grado de interferen-cias del ruido en las actividades cotidianas, ambas puntanen una escala que va del 1 al 5. La variable entorno fsico ysocial del barrio punta por debajo de los valores medios, enuna escala dicotmica de 20 puntos de informacin. Un datode inters en la evaluacin del ruido comunitario est rela-cionado con la altura de la vivienda ya que discrimina, noslo las molestias ocasionadas por la proximidad de la fuen-te sonora, sino por sus efectos sobre la salud y el rendimien-to (Cohen, Glass y Singer, 1973, Cohen, Evans, Stokols yKrantz, 1986). En esta evaluacin la altura de la viviendade los participantes se reparte de la siguiente forma: el 11,3% residen en plantas bajas, el 16,0% en el primer piso, el21,6% en el segundo piso y el 22,7% en el cuarto piso, estaproximidad con la calle explica por qu en los anlisis de in-teraccin realizados conforme la altura de la vivienda au-menta se incrementa la satisfaccin con la casa y la satis-faccin general respecto a la contaminacin acstica. El tipode vivienda ms habitual es el bloque 85,1% y slo un 46%de personas viven en casas individuales. La mayora son in-dividuos que llevan ms de 10 aos residiendo en el mismobarrio (56,2%) y en la misma casa (56, 2%).

    Del procesamiento de los datos de la variable satisfac-cin hay que destacar el tem que hace referencia al ruido delbarrio. As el 29,9% de las personas consultadas consideran

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    Tabla 1. Puntuaciones medias totales

    VARIABLES N MEDIA

    Entorno fsico y social 198 8. 78 (escala dicotmica)Satisfaccin barrio 198 2. 52 (escala tipo Likert),, casa 194 2. 89 ,,,, general 194 3. 48 ,,Molestias del ruido 198 3. 15 ,,Ruido actividades 198 3. 40 ,,Sensibilidad al ruido 198 3. 01 ,,

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    su barrio bastante ruidoso y el 46,4% considera su barriomuy ruidoso. El momento del da ms molesto ha resultadoser durante la noche tal como lo manifiestan 63,9% de losparticipantes. Por otra parte, el 53,7% de los residentes delcentro histrico se ven obligados a cerrar las ventanas en ve-rano con mucha frecuencia debido al ruido, probablemen-te porque el 52,6% de la muestra tienen ms de 3 ventanas ensu vivienda que dan a la calle y el 79,4% de los partici-pantes manifiestan que el ruido de la calle es el ms moles-to. Respecto al aislamiento acstico el 69,6% de los partici-pantes carecen de l en su vivienda, aunque han expresado eldeseo de tenerlo el 85,1%.

    Uno de los datos ms preocupantes viene determinadopor las interferencias del ruido en el sueo, de las que sequejan el 69, 6% de los participantes. Tambin se quejan, enmenor porcentaje, de las interferencias del ruido para estu-diar o leer (64,9%), conversar con amigo (44,4%), hablarpor telfono (39,1%) y or msica o radio (36,1%).

    En general los tems que evalan opiniones y creenciasrespecto al ruido sealan diferencias importantes respecto ala adaptacin al ruido. Sin embargo, cuando cotejamos estedato con los anlisis obtenidos del cruce de las variablesadaptacin al ruido por las diferentes zonas (zonas saturadas,no saturadas y otras zonas) se evidencia que el 67,0% de losresidentes de la zona saturada por la contaminacin acsticasealan que no es posible la adaptacin frente al 71, 4% deresidentes de otras zonas de la ciudad que expresan la posi-bilidad de adaptacin. Como se puede observar, parece queel ruido es el responsable de las diferencias de opiniones res-pecto a la adaptacin. En general, la opinin sobre el barrioes buena, el 43,3% sealan que se encuentran bastante sa-tisfechos con el barrio donde residen frente a un 5,7% queconsidera que su barrio no es buen sitio para vivir.

    Los tems de la escala de sensibilidad se valoraron porlas categoras establecida, tal como se presentan en los grfi-cos (ver grfico 1). Los resultados de la sensibilidad de losparticipantes sobre las preferencias ambientales no ruidosas,la salud y el bienestar, las interferencias en las actividades re-alizadas y el rendimiento presentan porcentajes medios ele-vados, seguidos de las interferencias del ruido con el sueo yde la evitacin o huida que hacen los participantes de situa-ciones ruidosas.

    Del cruce realizado entre las diferentes variables de la es-cala de Impacto Ambiental de Lpez Barrios (1989) y lavariable sexo, los datos ponen de manifiesto que las muje-res tienen una percepcin y opinin ms negativa que loshombres sobre las condiciones del barrio. Por otra parte, lasmujeres estn ms insatisfechas (66,7%), que los hombres(50,6%) respecto al ruido del barrio.

    Del cruce realizado entre estas variables y la variable zo-nas acsticas se han obtenido datos que aportan ms infor-macin. Los valores cruzados de la variable molestias oca-sionadas por el ruido en la casa y las diferentes zonasevaluadas han producido diferencias intergrupales impor-tantes respecto a las molestias de los bares y discotecas. Losresidentes de las zonas saturadas estn muy molestos de-bido a esta fuente de contaminacin (44,0%) y bastantemolestos (el 14,3%) frente a los residentes de las zonas nosaturadas que estn muy molestos slo en un 10%. De nue-vo los niveles de ruido fsico parecen discriminar las dife-rencias. Esta misma tendencia la encontramos cuando sea-lan las interferencias del ruido nocturno de las movidasen el sueo y en la adaptacin al ruido. Por otra parte, los re-sidentes de la zona saturada acsticamente manifiestan, enun porcentaje ms elevado que el resto de los participantes,la intencin de cambiar de vivienda si pudieran (58,2%).

    Los resultados ms destacados del crece de las categor-as de la sensibilidad al ruido por sexo y zonas acsticas sepresentan en los grficos 2 y 3. Como puede apreciarse lasdiferencias por sexo son poco significativas, aunque las mu-jeres son ms sensibles en todas las categoras. Sin embargo,los resultados por zonas acsticas presentan diferencias im-portantes entre las zonas saturadas por el ruido y las zonaspertenecientes a otros puntos de la ciudad y menos destaca-das entre las dos zonas del centro histrico (saturadas y nosaturadas), lo que pone de manifiesto que todo el centro his-trico es bastante ruidoso y las zonas consideradas de altoriesgo en el estudio realizado por el Ayuntamiento son unarealidad para los residentes.

    En la tabla 2 se presentan las correlaciones obtenidas so-bre las diferentes variables procesada. La opinin y la satis-faccin de los participantes sobre el entorno fsico y socialdonde viven correlaciona de forma positiva y significativa-mente con la satisfaccin con el barrio (r= . 465, p < 0,01),con la satisfaccin general (r= . 320, p < 0,01) y con la satis-faccin con la casa (r= . 174, p < 0,05). Correlaciona de for-

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    ma negativa y significativamente con las interferencias deruido en las actividades realizadas (r= - . 310, p < 0,01), conla percepcin del ruido y las molestias ocasionadas (r= - .280, p < 0,01) y con la sensibilidad al ruido (r= - . 148, p