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Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE YLA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 17 Diciembre 2005 AREA III. Actividad física y deporte para la salud 1 COMUNICACIONES EFECTOS SOBRE LA MEJORA Y RETENCIÓN DE LA FUERZA DE UN PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DE 9 SEMANAS EN SUJETOS NO ENTRENADOS Rosa MªAceña Rubio Germán Díaz Ureña Daniel Juárez SantosGarcía Fernando Navarro Valdivielso, Fernando Universidad de Castilla La Mancha. Laboratorio de Entrenamiento Deportivo ([email protected]) RESUMEN En este estudio se ha analizado la mejora y retención de la fuerza dinámica máxima en 34 sujetos no entrenados, divididos en un grupo experimental (GE) (n=18) que efectuó un programa de entrenamiento para la mejora de la misma de 9 semanas de duración, realizando 2 sesiones de entrenamiento semanal, y un grupo de control (GC) (n=16) que no llevó a cabo ningún entrenamiento. Se tomaron mediciones del peso máximo elevado en 1RM, la fuerza máxima, y la fuerza media total, con el sistema de medición de fuerzas dinámicas ISOCONTROL 3.6, en el ejercicio de squat (SQ), antes (PRE), en la mitad (MED) y al final del tratamiento (POST 1), así como tras 1 (POST 2) y 2 meses (POST 3) de la finalización mismo. En el GE, los cambios de fuerza dinámica máxima obtenidos tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento fueron altamente significativos (p<0.01), logrando un 29% de ganancias al final del ciclo de entrenamiento, y un 31% tras 2 meses de la finalización del mismo. En el GC no se produjeron cambios significativos. En conclusión, tras 9 semanas de entrenamiento de fuerza, se puede mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en sujetos no entrenados, y se pueden mantener las ganancias logradas durante al menos otras 8 semanas más después de finalizado el entrenamiento. PALABRAS CLAVE: entrenamiento, fuerza, desentrenamiento, no entrenado.

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Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 1 COMUNICACIONES

EFECTOS SOBRE LA MEJORA Y RETENCIÓN DE LA FUERZA

DE UN PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO DE 9 SEMANAS EN

SUJETOS NO ENTRENADOS

Rosa MªAceña Rubio Germán Díaz Ureña

Daniel Juárez Santos­García Fernando Navarro Valdivielso, Fernando

Universidad de Castilla La Mancha. Laboratorio de Entrenamiento Deportivo ([email protected])

RESUMEN

En este estudio se ha analizado la mejora y retención de la fuerza dinámica máxima en

34 sujetos no entrenados, divididos en un grupo experimental (GE) (n=18) que efectuó un

programa de entrenamiento para la mejora de la misma de 9 semanas de duración, realizando

2 sesiones de entrenamiento semanal, y un grupo de control (GC) (n=16) que no llevó a cabo

ningún entrenamiento. Se tomaron mediciones del peso máximo elevado en 1RM, la fuerza

máxima, y la fuerza media total, con el sistema de medición de fuerzas dinámicas

ISOCONTROL 3.6, en el ejercicio de squat (SQ), antes (PRE­), en la mitad (MED­) y al final

del tratamiento (POST 1), así como tras 1 (POST 2) y 2 meses (POST 3) de la finalización

mismo. En el GE, los cambios de fuerza dinámica máxima obtenidos tanto en la mitad como

al final del programa de entrenamiento fueron altamente significativos (p<0.01), logrando un 29% de ganancias al final del ciclo de entrenamiento, y un 31% tras 2 meses de la finalización

del mismo. En el GC no se produjeron cambios significativos. En conclusión, tras 9 semanas

de entrenamiento de fuerza, se puede mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente

significativa en sujetos no entrenados, y se pueden mantener las ganancias logradas durante al

menos otras 8 semanas más después de finalizado el entrenamiento.

PALABRAS CLAVE: entrenamiento, fuerza, desentrenamiento, no entrenado.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 2 COMUNICACIONES

1. INTRODUCCIÓN

En numerosos estudios se ha podido comprobar que el periodo óptimo para conseguir

adaptaciones con el entrenamiento de fuerza se sitúa entre 8 y 10 semanas (Chestnut y

Docherty, 1999; Di Brezzo, Fort, y Hoyt­III, 2002; Geliebter y cols., 1997; Herrick y Stone,

1996; Higbie, Kirk, Gordon, y Barry, 1996; Hoff, Gran, y Helgerud, 2002; Ivey y cols., 2000;

Keeler, Finkelstein, Miller, y Fernhall, 2001; Mc Bride, Triplett­McBride, Davie, y Newton,

2002; Osteras, Helgerud, y Hoff, 2002). Sin embargo, lo que aún no está suficientemente

aclarado es durante cuanto tiempo se podrían mantener los beneficios obtenidos tras dicho

periodo de entrenamiento. Tan sólo se han encontrado dos estudios de similares

características al nuestro, en los que se ha logrado mantener las ganancias de fuerza

alcanzadas con el entrenamiento durante 6 semanas (Narici, Roi, Landoni, y cols., 1989) y 8

semanas (Housh, Housh, Weir, y cols, 1996). En otro estudio encontrado, en 12 semanas

encontraron ya pérdidas (Houston, Froese, Valeriote, Green, y Ranney, 1983).

Por este motivo, el presente estudio se plantea con la finalidad de analizar si con 9

semanas de entrenamiento se dan las condiciones suficientes para mejorar de forma

significativa la fuerza dinámica máxima en sujetos no entrenados, y si se podrían mantener

durante 8 semanas más las ganancias logradas con este tipo de entrenamiento.

2. MÉTODO Sujetos Los sujetos de estudio fueron 34 varones sanos, de 18­24 años de edad, estudiantes de la

Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, que por su escasa experiencia en el

entrenamiento de fuerza, fueron considerados como principiantes siguiendo las indicaciones

del Colegio Americano de Medicina del Deporte (Kraemer y cols., 2002). Procedimiento y diseño experimental Con el fin de probar el efecto de mejora y retención de la fuerza, se llevó a cabo un

programa de entrenamiento de 9 semanas de duración en el que se efectuaron 2 sesiones de

entrenamiento semanal (lunes y miércoles). La medición de peso máximo elevado en 1RM,

fuerza máxima, y fuerza media total, se llevó a cabo con el sistema de medición de fuerzas

dinámicas ISOCONTROL 3.6., en el ejercicio de squat (SQ), que fue el seleccionado para la

medición de la fuerza dinámica máxima tal y como recomiendan autores como Fry, Kraemer

y Weseman (1991); Brown y Weir (2001). Dichas mediciones tuvieron lugar: antes del

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 3 COMUNICACIONES

comienzo del estudio (PRE­), en la mitad (MED­) y al final del tratamiento (POST 1), así

como tras uno (POST 2) y dos meses (POST 3) de la finalización del mismo.

Antes de comenzar el tratamiento y previo al test inicial, se realizaron 6 sesiones de

instrucción del entrenamiento y de los test de valoración para asegurar una correcta técnica y

comprensión del proceso (Rhea, Ball, Philips, y Burkett, 2002). Se prohibió a los participantes

la realización de cualquier otro tipo de ejercicio de fuerza mientras duró el experimento. Se

les recomendó el seguimiento de una dieta equilibrada: hidratos de carbono (65%), grasas

(20%) y proteínas (15%).

Para la realización de los test, se trató de estandarizar al máximo todas las condiciones

que pudieran influir en los resultados. Para conseguir una gran fiabilidad y evitar la

variabilidad de las mediciones, los test de 1RM se realizaron en dos ocasiones separadas por

48 horas (Jones, Rikli, Beam, Duncan, y Lamar, 1997; Patterson, Sherman, Hitzelberger, y

Nichols, 1996; Rhea, Ball, Philips, y Burkett, 2002), tomando como el verdadero valor el más

alto alcanzado. La obtención del peso máximo elevado en 1RM, se realizó siguiendo el

protocolo utilizado por Kraemer y Fry (1995), por lo que se efectuó un aumento del peso de

forma progresiva hasta llegar a una carga con la que sólo se pudiera realizar una repetición,

seguido de un descanso de 3 a 5’ (Brown y Weir, 2001; W. J. Kraemer y Fry, 1995; Weir,

Wagner, y Housh, 1994), y se permitió intentar de nuevo hasta en tres ocasiones (Anderson y

Kearney, 1982; W. Kraemer y Fry, 1991; Wilson, Murphy, y Pryor, 1994), considerándose

como verdadero 1RM el valor más alto alcanzado siempre que la velocidad de ejecución fuese

inferior a 0,20 m/s (García, Monteiro, y González, 2003).

Partiendo del valor del peso levantado en 1RM, se formaron aleatoriamente ambos

grupos con tratamiento estadístico para evitar las diferencias significativas entre ambos

grupos.

El programa de entrenamiento se diseñó siguiendo el modelo que Fleck y Kraemer

(1997) adaptaron del modelo de periodización clásico para el entrenamiento de fuerza

propuesto por Stone, O’Bryant y Garhammer (1981). En la primera mitad del programa se

realizó un trabajo de hipertrofia muscular utilizando cargas entre un 70%­ 80% del 1RM. Tras

el momento de evaluación MED­, se trabajó la fuerza máxima con cargas entre 85%­ 95% del

1RM.

La duración de las sesiones de entrenamiento para el GE fue de unos 40 minutos en las

que se efectuó lo siguiente: a) calentamiento estandarizado de 10 minutos consistente en la

realización 7’ de carrera continua entre 120­140 p/m y 3’ de estiramientos (Brown y Weir,

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 4 COMUNICACIONES

2001) de los músculos a trabajar; b) 10 repeticiones al 40% del 1RM; c) la rutina de fuerza

correspondiente en cada sesión; d) estiramientos de los músculos implicados. Análisis estadístico

Se ha realizado un análisis de la varianza, Anova de medidas repetidas para analizar los

cambios experimentados en los distintos momentos de evaluación en cada una de las

variables, y la prueba T para muestras independientes para analizar las diferencias entre GE y

GC en cada momento de evaluación. El índice de significación estadística fue establecido en

p<0.05 para valores significativos y p<0.01 para valores altamente significativos. El tratamiento estadístico se llevó a cabo mediante el programa informático SPSS versión 13.

3. RESULTADOS

En la Tabla 1 se han recogido los datos descriptivos de las distintas variables medidas.

Se encontraron diferencias significativas (p<0.05) en los valores medios del peso máximo elevado en 1RM, la fuerza máxima y la fuerza media total en todos los momentos de

evaluación excepto en el momento PRE­ entre el GE y GC. En la Tabla 2 se indica el

porcentaje de cambios de las mismas, donde se puede observar como en las tres variables

seleccionadas para la medición de la fuerza dinámica máxima. En el GE se produjeron

mejoras altamente significativas (p<0.01) tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento, y los mejores resultados se obtuvieron tras 2 meses de la finalización del

mismo, aunque las ganancias durante el post­entrenamiento no llegaron a ser significativas.

Mientras que en el GC no se dieron diferencias significativas en ninguno los momentos de

evaluación.

Tabla 1.­ Datos descriptivos de las diferentes variables medidas en el test de squat, en los distintos momentos de

evaluación en el grupo exper imental y grupo control

PRE­ MED­ POST 1 POST 2 POST 3

GE GC GE GC GE GC GE GC GE GC

X (kg) 130,7 126,5 154,3 128,3 169,0 125,13 167,2 124,5 171,72 127,0

SD 18,70 21,6 21,7 27,3 19,7 19,6 24,4 20,5 19,69 22,1 1RM

n 18 16 18 16 18 16 18 16 18 16

X (N) 1590,5 1487,3 1829,2 1502,1 1974,4 1418,7 1877,9 1476,3 1995,26 1492,7

SD 260,9 325,9 233,5 300,6 238,2 325,9 284,5 314,9 221,22 349,9

Fuerza

Máxima

(N) n 18 16 18 16 18 16 18 16 18 16

X (N) 1306,6 1266,1 1542,6 1289,3 1688,2 1265,3 1662,4 1254,1 1712,95 1279,5

SD 185,7 208,4 217,7 278,4 207,3 207,9 244,7 205,4 195,06 2187,6

Fuerza

Media

Total

(N) n 18 16 18 16 18 16 18 16 18 16

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 5 COMUNICACIONES

Tabla 2.­ Porcentaje de cambios producidos en las diferentes var iables medidas en el test de squat (SQ),

en los distintos momentos de evaluación en el grupo exper imental y grupo control

VARIABLES 1RM (% )

Fuerza

máxima (% ) Fuerza media total (% )

GE GC GE GC GE GC

MED­PRE 18,10** 1,40 15,01** 0,99 18,06** 1,80

POST 1­PRE 29,28** ­1,12 24,14** ­4,84 29,20** 0,00

POST 2­PRE 27,92** ­1,61 18,07** ­0,75 27,22** ­0,96

POST 3­PRE 31,36** 0,39 25,45** 0,36 31,09** 1,05

POST 1­MED 9,46** ­2,56 7,94** ­5,88 9,44** ­1,83

POST 2­POST 1 ­1,05 ­1,00 ­4,89 3,90 ­1,53 ­0,96

POST 3­POST 2 2,69 1,97 6,24** 1,10 3,04 1,99

MOMENTO

S DE EVALUACIÓ

N

POST 3­POST 1 1,61 1,50 1,05 4,96 1,46 1,05

** ganancias altamente significativas (p<0.01)

4. DISCUSIÓN

En las tres variables de fuerza medidas (peso máximo elevado en 1RM, fuerza máxima

y fuerza media total), se obtuvieron ganancias altamente significativas (p<0.01) tanto en la mitad como al final del programa de entrenamiento en el GE.

Estas importantes ganancias logradas son habituales en sujetos con poca experiencia en

el entrenamiento de fuerza y/o los que no han entrenado de forma regular durante varios años,

ya que, debido a la elevada reserva de adaptación que poseen, pueden responder

favorablemente a la mayoría de los protocolos de entrenamiento (Faigenbaum y cols., 2002;

Fleck, 1999; Hakkinen, Pakarien, Alen, y Komi, 1985; W. J. Kraemer y Hakkinen, 2002;

Navarro, 2000).

En algunos estudios en los que también se ha trabajado la fuerza se han obtenido

similares ganancias (Baker, Wilson, y Carlyon, 1994; Fleck, 1999; Hoffman, 2002; O´Bryant,

1982; Stowers y cols., 1983; Willoughby, 1992, , 1993). Además éstas coinciden con los

hallazgos encontrados en la revisión de Kraemer y cols (2002), que observaron que los

incrementos de fuerza muscular están entorno a 40% en sujetos no entrenados y 20% en poco

entrenados.

Durante el post­entrenamiento, como se ha podido comprobar en la Tabla 2, se siguen

produciendo mejoras en el GE, de forma que los mejores resultados se consiguen tras dos

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 6 COMUNICACIONES

meses de la finalización del entrenamiento, y aunque estos cambios no son significativos si

los comparamos con los resultados obtenidos al final del programa de entrenamiento, parecen

indicar que se ha producido un efecto retardado en la obtención de ganancias. Es probable que

esto se haya debido a la aplicación de un programa de entrenamiento de considerable carga

teniendo en cuenta que los sujetos son no entrenados, lo cual ha podido suponer un exceso de

entrenamiento que es el ha podido provocar el retraso en la aparición de ganancias. En

relación a esto algunos investigadores han señalado que, la aplicación de una fase de alto

volumen puede provocar un retraso en el incremento de la preparación aproximadamente de

2­5 semanas (Fry y cols., 1994; Siff y Verkhoshansky, 2000; Stone y Fry, 1997; Stone y cols.,

1991).

5. CONCLUSIONES

A la vista de los resultados obtenidos en las distintas variables seleccionadas para la

valoración de la fuerza dinámica máxima en varones activos sin experiencia en el

entrenamiento de fuerza, podemos afirmar que:

1. El entrenamiento de fuerza durante un periodo de 9 semanas permite mejorar

la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en la mitad y al final del

programa de entrenamiento.

2. Los mejores resultados se obtienen 2 meses después de la finalización del

entrenamiento, y aunque las diferencias durante este periodo no llegan a ser

significativas, lo que si se puede afirmar es que no hay pérdida alguna de las ganancias

logradas durante las 9 semanas de entrenamiento.

Por tanto, podemos afirmar que, tras 9 semanas de entrenamiento de fuerza, se puede

mejorar la fuerza dinámica máxima de forma altamente significativa en sujetos no entrenados,

y se pueden mantener dichas ganancias durante al menos los 2 meses siguientes.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 7 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 8 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 9 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 10 COMUNICACIONES

ESTUDIO SEMILONGITUDINAL DE LA FUERZA EXPLOSIVA EN

JÓVENES FUTBOLISTAS DE ÉLITE

Rafael Aranda Malavés ([email protected]) Facultat de Ciències de l’Activitat Física i l’Esport. Universitat de València – Valencia CF

S.A.D. José Romero Sangüesa

Facultat de Ciències de l’Activitat Física i l’Esport. Universitat de València – Valencia CF S.A.D.

Francisco Forner Llacer Valencia CF S.A.D. Juan Torrijo Navarro Valencia CF S.A.D.

RESUMEN

El esfuerzo que realiza el futbolista durante la competición es específico de las

características del partido de fútbol. En éste el futbolista realiza un esfuerzo caracterizado por

su intermitencia y por englobar acciones de diferente intensidad (Bangsbo, et al., 1991). De

todas ellas, son las acciones realizadas a alta intensidad, las cuales requieren una alta

manifestación de fuerza y fuerza explosiva, las que parecen ser determinantes, basándonos en

el hecho de que son las diferencias en la capacidad para manifestar fuerza máxima (Wisloff,

et al., 1998) y fuerza explosiva (Cometti, et al., 2001) las que diferencian a los jugadores de

distinta categoría. La utilización de gomas elásticas para la valoración de la fuerza aúna varias

características que consideramos ventajosas para el conocimiento de la fuerza explosiva en

futbolistas.

Objetivo: Describir la variación de la fuerza explosiva de futbolistas de élite desde la

categoría infantil hasta la categoría juvenil.

Material y Método: 58 jugadores de categoría infantil, 43 de cadete, 43 de juvenil de

la escuela del Valencia CF S.A.D. realizaron dos repeticiones sobre un recorrido de 5 m. a

máxima velocidad con una resistencia de 24,4 N.

Resultados: Los resultados obtenidos en cadetes son mejores que los obtenidos en los

infantiles (p <0,0001) con una media un 32 % mayor. Los resultados obtenidos en juveniles

son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 47 % mayor y

que los obtenidos en los cadetes (p <0,01), con una media un 10 % mayor.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 11 COMUNICACIONES

Conclusión: Los futbolistas de élite de categoría cadete son capaces de desplazarse a

mayor velocidad tanto sin como con una resistencia añadida que los jugadores infantiles, y los

juveniles, a mayor velocidad que los cadetes.

PALABRAS CLAVE: fuerza explosiva, velocidad, gomas, fútbol.

INTRODUCCIÓN

En el fútbol, así como en muchos otros deportes, se requieren movimientos explosivos

en competición, lo cual hace necesario conocer los niveles de fuerza explosiva de los

jugadores con una doble intención: por una parte valorar el estado de forma del jugador, y por

otra establecer pautas de entrenamiento individualizadas para cada uno de ellos. En

competición no siempre se realizan los mismos movimientos que cuando se realizan las

valoraciones de fuerza, y muchas veces estos movimientos no se realizan a la misma

velocidad. Los valores de fuerza que se desarrollan en pruebas inespecíficas (generalmente

dentro de la sala de musculación no siempre se traducen en rendimiento durante la

competición, ya que la medida de fuerza es específica del gesto o movimiento valorado. Para

que haya una correspondencia entre el la valoración de la fuerza y el rendimiento en

competición, los movimientos utilizados durante la valoración deben ser lo más parecidos

posible a los de competición.

La competición en fútbol dura noventa minutos, en los que el futbolista realiza un

esfuerzo caracterizado por su intermitencia y por englobar acciones de diferente intensidad

(Bangsbo, et al., 1991). De todas ellas, son las acciones realizadas a alta intensidad, las cuales

requieren una alta manifestación de fuerza y fuerza explosiva, las que parecen ser

determinantes, basándonos en el hecho de que son las diferencias en la capacidad para

manifestar fuerza máxima (Wisloff, et al., 1998) y fuerza explosiva (Cometti, et al., 2001) las

que diferencian a los jugadores de distinta categoría, siendo los de mayor categoría los que

tienen mayor rendimiento en estas manifestaciones de fuerza.

La fuerza es importante en las acciones que realiza el futbolista, saltos, entradas,

golpeos, regates, cambios de dirección, y sobretodo, aceleraciones en distancias cortas.

“La fuerza explosiva es la producción de fuerza en la unidad de tiempo” (González Badillo & Ribas, 2002). Cualquier manifestación de fuerza (fuerza­máxima, fuerza­velocidad

y fuerza­resistencia) se puede realizar de forma más o menos explosiva.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 12 COMUNICACIONES

La fuerza explosiva se puede medir desde el inicio de la manifestación de fuerza hasta

cualquier punto de la curva fuerza­velocidad o entre dos puntos cualesquiera de dicha curva.

Por tanto, el sujeto tendrá tantos valores de fuerza explosiva como mediciones se hagan.

El gesto de competición se realiza a una velocidad específica y en un tiempo específico.

Estos valores de velocidad y tiempo pueden variar en función del rendimiento, ya que una

mejora en el rendimiento va asociada con un aumento en la velocidad y por tanto una

reducción del tiempo de aplicación de la fuerza para superar una misma resistencia.

Schmidblicher (1992), en (González Badillo & Ribas, 2002) comenta que los ejercicios

explosivos no son los que se producen a gran velocidad, sino aquellos en los que se produce la

máxima o casi máxima producción de fuerza en la unidad de tiempo.

No obstante, la fuerza explosiva y la fuerza explosiva máxima tienen una estrecha

relación con la velocidad de movimiento ante una misma resistencia externa, ya que la mayor

o menor velocidad depende de la capacidad de producir fuerza rápidamente y cuanto mayor es

el grado de desarrollo de la fuerza inicial (producida en la fase estática) más rápidamente

puede ser realizada la fase de aceleración (Verkhonshansky, 1996; en (González Badillo &

Ribas, 2002)).

La fuerza explosiva dependerá de: la composición muscular, sobre todo con el

porcentaje de fibras rápidas; la frecuencia de impulso; la capacidad de sincronización; la

coordinación intermuscular (técnica), las capacidades de fuerza máxima, la producción rápida

de la fuerza en la fase estática y en el inicio del movimiento; la velocidad de acortamiento del

músculo (González Badillo & Ribas, 2002).

La utilización de gomas elásticas para la valoración de la fuerza aúna unas

características que consideramos ventajosas para el conocimiento de la fuerza explosiva en

futbolistas:

1. Valora específicamente el gesto más frecuente realizado por el

futbolista en competición, la aceleración en distancia corta.

2. La resistencia que ofrece es en dirección horizontal;

3. No sobrecarga las estructuras del tronco;

4. Permite la utilización de los datos obtenidos para posteriormente

utilizar las gomas como medio de entrenamiento de la fuerza de forma

individualizada.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 13 COMUNICACIONES

OBJETIVO

Describir la variación de la fuerza explosiva de futbolistas de élite desde la categoría

infantil hasta la categoría juvenil.

MATERIAL Y MÉTODO

La muestra está formada por los jugadores de los equipos de la escuela del Valencia CF

S.A.D de la temporada 2005­2006 (De 13 a 17 años)

En total se han analizado 58 jugadores de categoría infantil, 43 de cadete y 43 de

juvenil.

Los jugadores realizaron dos repeticiones sobre un recorrido de 5 m. a máxima

velocidad con una resistencia de 24,4 N. Las pruebas fueron realizadas con un mínimo de 24

horas de descanso previo y a la misma hora del día y durante el mismo período de la

temporada tras un calentamiento previo de 15 minutos, y sobre una superficie de césped

artificial de tercera generación. El personal que llevó a cabo las mediciones fue el mismo en

todas las ocasiones. La velocidad de cada jugador se calculó a partir del tiempo que se tardó

en recorrer a distancia referida, el cual fue medido con la ayuda de fotocélulas tipo reflex

fabricadas por Sportmetrics, las cuales fueron situadas a una altura proporcional a la estatura

de los sujetos. Los datos obtenidos fueron tratados estadísticamente mediante el programa

SPSS 12.0.

RESULTADOS

Los valores de velocidad expresados en ratio respecto al mejor son los representados en

el gráfico 1, en el cual se puede observar como los resultados obtenidos por los cadetes son

mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001) con una media un 32 % mayor. Los

resultados obtenidos en juveniles son mejores que los obtenidos en los infantiles (p <0,0001)

con una media un 47 % mayor y que los obtenidos en los cadetes (p <0,01), con una media un

10 % mayor

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 14 COMUNICACIONES

0,0

0,2

0,4

0,6

0,8

1,0

Infantiles Cadetes Juveniles

Gráfico 1. Representación de la velocidad en 5m de jugadores infantiles, cadetes y juveniles con una

resistencia de 24,4 N. ** (p <0,01), ****(p<0,0001).

CONCLUSIONES

Los resultados obtenidos en esta investigación nos permiten concluir que:

Los futbolistas de élite de categoría cadete son capaces de desplazarse a mayor

velocidad tanto sin como con una resistencia añadida que los jugadores infantiles, y los

juveniles, a mayor velocidad que los cadetes.

Agradecimientos

Finalmente, cabe destacar la colaboración de la Escuela de Fútbol del Valencia CF

S.A.D y en especial todos los técnicos de la temporada 2005­2006.

REFERENCIAS

Bangsbo, J., et al. (1991). "Activity Profile of competition Soccer." Can. J. Spt. Sci. 16(2): 110­116.

Wisloff, U., et al. (1998). "Strength and endurance of elite soccer players." Med. Sci. Sports Exerc. 30: 462­7.

Cometti, G., et al. (2001). "Isokinetic strength and anaerobic power of elite, subelite and amateur french soccer players." Int. J. Sports Med. 22: 45­51.

González Badillo, J. J.; Ribas, J. (2002). Bases de la programación del entrenamiento de fuerza. Barcelona, INDE.

* * * * * *

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 15 COMUNICACIONES

INFLUENCIA DEL PROTOCOLO EN LA DETERMINACIÓN DE LOS

UMBRALES VENTILATORIOS Y BIOQUÍMICOS EN EJERCICIO

INCREMENTAL.

Pedro José Benito Peinado ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Educación Física y del Deporte (INEF), Universidad Politécnica de

Madrid. Francisco Javier Calderón Montero

Facultad de Ciencias de la Educación Física y del Deporte (INEF), Universidad Politécnica de Madrid.

Augusto García Zapico Facultad de Educación, Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN

La utilización de los umbrales como forma de prescribir ejercicio es muy utilizada en

el ámbito de la salud. Sobre todo para encontrar la intensidad mínima de entrenamiento. Las

metodologías de determinación de los umbrales siempre han presentado controversia, sobre

todo en la disquisición de la utilización de variables ventilatorias o bioquímicas. El objetivo

de este trabajo fue, la comparación de los métodos ventilatorios con los bioquímicos para

observar si existe relación entre ellos. Posteriormente también comparar los métodos más

utilizados para la determinación de los umbrales en ejercicio con el método propuesto.

Sujetos y Método: Doce sujetos varones, ciclistas aficionados fueron seleccionados

para hacer dos pruebas incrementales una con protocolo escalonado y otra en rampa en

cicloergómetro.

Resultados: No existen diferencias significativas entre los protocolos utilizados, si entre

los procedimientos ventilatorios y bioquímicos sobre todo en el primer umbral.

Conclusiones: El método propuesto en el presente trabajo es altamente reproducible y

no depende del tipo de protocolo utilizado, aunque si bien el modelo respiratorio pudiera ser

influido por protocolos discontinuos, no existen diferencias entre los aquí presentados.

PALABRAS CLAVE: Breathig pattern, Lactate Threshold, Ventilatory Threshold,

Individual Anaerobic Threshold.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 16 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN.

La utilización de los umbrales en la prescripción del ejercicio está fuerza de toda duda.

Su utilidad trasciende en los miles de artículos escritos sobre este proceso de adaptación

aguda al ejercicio. Sin embargo, la definición de los umbrales plantea algunas dificultades,

desde el punto de vista de las diferentes metodologías utilizadas para localizarlos. Tanto es

así, que es raro encontrar un artículo en el que se hable de la localización del umbral aeróbico,

tan solo hemos encontrado algunas aisladas referencias (Aunola, 1991; Aunola et al., 1988;

Aunola & Rusko, 1992). Todos los autores consultados (J.L Chicharro & Legido, 1991;

Espinosa & Sanchéz­Lafuente, 2001; García, Navarro, & Ruíz, 1996; Navarro, 1998;

Karlman. Wasserman, Hansen, Sue, Whipp, & Casaburi, 1994) coinciden en el planteamiento

de que el lactato supone el patrón oro para la determinación de la transición aeróbico­

anaeróbica, y por consiguiente de los umbrales, siendo más habitual la denominación del

método a través del procedimiento utilizado para conseguirlo.

El lactato que encontramos en sangre es el resultado de su producción y su aclarado por

otras regiones del cuerpo, sobre todo por hígado, riñón, corazón y músculos no activos

(Cabrera, Saidel, & Calan, 1999; J.L Chicharro & Legido, 1991:44).

La determinación de los umbrales por procedimientos ventilatorios no es un hecho

actual. Los primeros procedimientos ventilatorios que se correlacionan con los umbrales

lácticos datan de 1963 y 1977 (Margaria y Wasserman respectivamente, citados por J.L

Chicharro & Legido, 1991:56). A parte de la certera controversia que mantienen algunos

autores (Brooks, 1985; Davis, 1985) sobre estas metodologías, con respecto a si los cambios

respiratorios reflejan o no los cambios bioquímicos en el ejercicio, otros autores consideran

estas metodologías más que indicadas por su balance positivo de ventajas sobre

inconvenientes en la evaluación de los deportistas (J.L. Chicharro & Fernández, 1995; J. L.

Chicharro, Fernandez, Perez, & Legido, 1995; J.L Chicharro & Legido, 1991:53; Navarro,

1998:103; Ribas, Violan, Guerra, & Roman, 1994), sobre todo a partir del nacimiento de

alternativas en la determinación como el procedimiento de los inversos ventilatorios (Benito,

2004) o combinaciones de varios (Gaskill et al., 2001). Si a todo lo anterior añadimos la

inusitada controversia sobre si el protocolo puede influir o no en los resultados de los

umbrales (Carter, Jones, & Doust, 1999; Craig et al., 1995; Myers & Bellin, 2000; Myers et

al., 1992), tendremos un panorama completo de los problemas en su determinación.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 17 COMUNICACIONES

Por tanto el objetivo principal de este trabajo era comparar la influencia de los

protocolos en rampa y escalonados en la determinación por métodos ventilatorios y

bioquímicos para observar si existe relación entre ellos.

MATERIAL Y MÉTODOS Sujetos. Los datos descriptivos de la muestra se encuentran en la tabla 1. Doce sujetos

varones ciclistas aficionados seleccionados por la Federación Madrileña de Ciclismo y

nuestro Laboratorio participaron en el estudio. Todos los sujetos fueron informados de la

naturaleza del mismo, firmando un consentimiento por escrito para participar, siendo

desarrollado según las pautas éticas dictadas en la declaración de Helsinki de la Asociación

Médica Mundial, para la investigación con los seres humanos (WMA, 2000).

Medidas de intercambio respiratorio. Las mediciones de composición y volúmenes del aire espirado, se realizaron con un equipo Jaeger Oxicon Pro ® (Erich Jaeger, Alemania).

Todos los parámetros de intercambio de gases fueron medidos respiración a respiración y se

promediaron cada 15 segundos.

El protocolo de estudio. Las pruebas se realizaron sobre un cicloergómetro Jaerger ER800 ® (Erich Jaeger, Alemania). Los protocolos de esfuerzo usado consistían en un

minuto totalmente en reposo, 3 minutos de calentamiento a 50 vatios y prueba progresiva con

incrementos de 5 vatios cada 12 segundos (R) o prueba escalonada con incrementos de 25

vatios por minuto (E). El análisis de la transición aeróbica­anaerobica. Los datos de intercambio de gases se

analizaron usando una técnica de identificación visual, propuesta por Wassermann, 1973 (K.

Wasserman, Whipp, Koyl, & Beaver, 1973). En este método, se relacionan VE/VCO2,

VE/VO2, la PET CO2 y la PET O2 respecto a la carga, para determinar la transición aeróbica­

anaeróbica, usando los criterios habituales. Se ha demostrado que la combinación de diversos

métodos es más fiable en la determinación de los umbrales ventilatorios (Gaskill et al., 2001).

Los criterios para analizar el umbral aeróbico bioquímico (umbral láctico) fueron “el

valor más bajo en la concentración de lactato, a partir del cual se denota un crecimiento

constante y sostenido de los valores de reposo” de 0,2 a 0,5 mMol/L por encima de línea base

suelen tomarse como criterios para la determinación de dicho punto (Benito, Calderón,

García, Bonito, & Meléndez, 2002; J.L Chicharro & Legido, 1991; Davis, 1985; Simon,

Young, Gutin, Blood, & Case, 1983; K. Wasserman, 1984; K. Wasserman, Whipp, Koyl, &

Beaver, 1973). Para el umbral anaeróbico bioquímico los criterios fueron “el segundo

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 18 COMUNICACIONES

incremento consecutivo de la concentración de lactato por encima de la línea base de 0,5

mMol∙l ­1 ” (Baldari & Guidetti, 2000; Benito, Calderón, García, Bonito, & Meléndez, 2002). Análisis estadístico. Se realizaron medias y desviación estándar de todas las variables.

Tras realizar estudio de normalidad se aplicó una t de Student para muestras relacionadas.

También se realizó un estudio de correlación de Pearson para establecer si existían

correlaciones positivas entre las diferentes formas de calcular los umbrales.

El nivel de significación fue de p < 0,05. Para el análisis estadístico se utilizó el

programa SPSS v11.5 (SPSS Worldwide Headquarters, Chicago, IL).

RESULTADOS

Los descriptivos de la muestra analizada se presentan en la siguiente tabla, en la que se

observa la homogeneidad de los sujetos, a pesar de su reducido número.

Tabla I: Descr iptivos de la muestra. Media Desv. típ.

Protocolo Protocolo R E R E

Edad 27,8 27,7 1,83 1,96 Peso 79,5 79,1 7,14 6,91 Talla 179,5 179,3 2,81 3,14 Consumo máximo de O2

4,47 4,44 0,553 0,548

Consumo de O2 relativo al peso

56,23 56,13 7,75 7,91

Carga máxima 359,2 358 42,0 42,0 n=12 sujetos. Edad (años), Talla (cm), Peso (kg), FVC (L), FEV1(L), Consumo máximo de oxígeno (L), Carga Máxima (vatios). R =protocolo en rampa y E = protocolo en escalones.

La t­Test para muestras relacionadas realizado sobre todas las variables consideradas dio

como resultado, que no existían diferencias significativas entre ninguna de las variables

comparadas a través del protocolo, es decir que los tipos de protocolos estudiados no influyen

en la determinación de las variables. La tabla II muestra las medias de algunas de las variables

más importantes consideradas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 19 COMUNICACIONES

Tabla II: Medias y desviaciones típicas de algunas variables de las consideradas comparándolas según el protocolo utilizado.

Media Desv. típ. Sig

Protocolo Protocolo

Rampa Escalonado Rampa Escalonado

Consumo máximo de O2 4,474 4,442 0,553 0,548 NS

Producción máxima de CO2 5,133 5,313 0,739 0,636 NS

Carga máxima 359,2 358,3 42,0 42,0 NS

Frecuencia Cardíaca Máxima 192,5 185,5 14,0 6,7 NS

Consumo de Oxígeno para Ua por método de lactato 2,356 2,131 0,418 0,351 NS

Consumo de Oxígeno para Uana por método de lactato 3,731 3,537 0,499 0,411 NS

Consumo de Oxígeno para Ua por nuevo método 2,498 2,250 0,117 0,280 NS

Consumo de Oxígeno para Uan por nuevo método 3,917 3,559 0,526 0,557 NS

Concentración de LH para Ua por método de lactato 2,36 2,29 0,77 0,68 NS

Concentración de LH para Uana por método de lactato 4,39 4,31 1,08 0,95 NS

Concentración de LH para Ua por nuevo método 2,40 2,28 0,82 0,61 NS

Concentración de LH para Uana por nuevo método 5,27 5,10 1,34 1,30 NS

n=12 sujetos por protocolo. Consumos de O2 y CO2 en Litros, Frecuencia cardíaca en latidos∙minuto ­1 , carga en vatios y lactato en mMol∙L ­1 . NS diferencias no significativas entre las variables.

La siguiente tabla muestra la correlación de Pearson entre los métodos ventilatorios y el

método bioquímico en sus manifestaciones más habituales de determinación.

Tanto en carga como en consumo de oxígeno, se observa una falta de corelación del

nuevo método con respecto al procedimiento de análisis de lactato, siempre para el umbral

aeróbico.

Tabla XXIV: Correlación que obtienen los métodos ventilatorios con respecto al método del Lactato en cada una de sus manifestaciones.

U.A Consumo de O2 Frecuencia Card [Lactato] Carga

r Sig r Sig R Sig R Sig Ventilatorios 0,798 0,002 0,925 0,001 0,934 0,001 0,576 0,050 Nuevo método 0,507 0,056 NS 0,849 0,001 0,985 0,001 0,237 0,458 NS

U.An Consumo de O2 Frecuencia Card [Lactato] Carga

Ventilatorios 0,912 0,001 0,908 0,001 0,944 0,001 0,950 0,001 Nuevo método 0,863 0,001 0,872 0,001 0,910 0,001 0,674 0,016 n=12. U.a. Umbral aeróbico y U.an Umbral anaeróbico, métodos utilizados para comparar con el criterio del lactato. NS diferencias no significativas entre las variables.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 20 COMUNICACIONES

DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos en este estudio, nos muestran que los protocolos comparados

no difieren ostensiblemente en cuanto al comportamiento ventilatorio y bioquímico se refiere.

Es destacable que las cargas máximas alcanzadas siempre fueron superiores en las pruebas

con protocolos incrementales (aún contabilizando el tiempo que se estuvo por encima de la

última carga conseguida en el protocolo escalonado) y las producciones de VCO2 inferiores.

Este hecho nos sugiere que la dinámica de las cargas en bloques, produce unos incrementos

bruscos de la concentración de lactato que no es asimilada tan fácilmente como los pequeños

incrementos casi imperceptibles de los protocolos en rampa. Sin embargo en la literatura los

protocolos para análisis de lactato siempre se realizan en bloques (Aunola, 1991; Aunola et

al., 1988; Davis, 1985; James, Adams, & Wilson, 1989; McLellan & Jacobs, 1993; Prioux,

Ramonatxo, Hayot, Mucci, & Prefaut, 2000; Stegmann, Kindermann, & Schnabel, 1981;

Urhausen, Weiler, Coen, & Kindermann, 1994; Weltman et al., 1990 y otros), salvo en raras

excepciones (Pardo, 2001). Aunque es cierto que pueden producirse, y de hecho se produce

un retraso, entre la modificación de la condición bioquímica de músculo y sangre hasta que se

adapta la ventilación, se ha demostrado que existen mecanismos de anticipación que produce

el efecto contrario para anticiparse a la situación de acidosis (K. Wasserman, Beaver, &

Whipp, 1990). En nuestro caso es evidente que el comportamiento de las variables ha sido el

mismo entre ambos protocolos (el t­test no ha detectado diferencias significativas en ninguna

de las variables), solo cabe objetar que si hubiéramos comparado un protocolo en rampa con

otro en escalones más largo, de 3 – 4 minutos, las diferencias hubieran sido mayores, pero no

sabríamos si este hecho sería debido a la dinámica de la carga o al tiempo empleo en aplicarla.

Esto ya ha sido realizado por otros investigadores y los resultados obtenidos no albergan lugar

a dudas de que la duración de los incrementos puede influir notablemente sobre los

parámetros ventilatorios (Prioux, Ramonatxo, & Prefaut, 1997).

Utilizando el procedimiento descrito con anterioridad de los umbrales lácticos, Beaver y

col utilizan el criterio de la 0,5 mMol∙L ­1 (Beaver, Wasserman, & Whipp, 1986). La media de

estos autores para el Ua en consumo de O2 es de 1,83 (±0.30) L∙min. ­1 mientras que nosotros

obtenemos para el mismo dato 2,13 (±0,41) L∙min ­1 . Esto puede ser debido a la diferencia de

la muestra o a los procedimientos de análisis de gases, mucho más rudimentarios en aquellos

años. En cuanto a la concentración de lactato las diferencias con los autores precedentes son

muy evidentes. Ellos presentan unas concentraciones de 1,15 (±0,33) mMol∙L ­1 frente a los

2,29 (± 0,77) mMol∙L ­1 de nuestros datos, aunque otros están más en acuerdo con nosotros

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 21 COMUNICACIONES

2,00 (±0,50) mMol∙L ­1 (Prioux, Ramonatxo, Hayot, Mucci, & Prefaut, 2000). Mucho más

cercanos a nuestros resultados es el estudio de Gaskill y colaboradores, en la que se comparan

los métodos ventilatorios entre si con el del lactato (Gaskill et al., 2001). Estos autores sitúan

el umbral aeróbico láctico en torno a los 1,70 (±0,30) mMol∙L ­1 los cuales aumentan en

función del estado de desentrenamiento, es decir a peor condición física mayor concentración

de lactato, ligeramente alejados de nuestros 2,29 (±0,77) mMol∙L ­1 . En cuanto al consumo de

oxígeno, sus datos lo sitúan en 2,06 L∙min ­1 mientras que nosotros lo situamos en torno a 2,13

L∙min ­1 . Las diferencias observadas en cuanto a la concentración de lactato pueden ser

debidas a la diferencia en el equipo de análisis de lactato, aunque estas son mínimas.

Los datos de nuestros umbrales anaeróbicos son superiores a los presentados por

algunos informes previos. En nuestro caso el umbral anaeróbico se sitúa en una media de

279,17 (±37,1) vatios (media ± D.T), 3,54 (±0,41) L∙min. ­1 de VO2 , mientras que McLellan y

Jacobs presentan 240,3 (41,7) vatios, 3,16 (±0,64) L∙min­1 de VO2 (McLellan & Jacobs,

1993), datos que siguen muy alejados de los de Lucia y colaboradores con 234,7 (±34,6)

vatios. Este hecho puede ser explicado en parte por la muestra, o por el procedimiento de

análisis del VO2. Existen diferencias suficientes como para sospechar una infravaloración de

los datos de consumo en este artículo, ya que presenta para ciclistas de profesional valores

que son cuando menos “normales” comparados con los datos publicados (Gonzalez & Rubio,

1990; Lucia, Pardo, Durantez, Hoyos, & Chicharro, 1998). En cualquier caso, las

concentraciones de lactato de nuestro umbral anaeróbico son muy superiores a la de estudios

precedentes 5,1 mMol∙L ­1 frente a 3,46 (±0,66) utilizando la misma metodología (Urhausen,

Weiler, Coen, & Kindermann, 1994). Existen estudios que han probado que existe una

dicotomía entre los fenómenos ventilatorios y los bioquímicos (Simon, Young, Gutin, Blood,

& Case, 1983), pero el escaso número de sujetos nos ofrece garantías sobre sus resultados.

Otros han demostrado que la carga asignada al umbral anaeróbico puede influir de manera

determinante en su validez (Baldari & Guidetti, 2000).

El estudio de las correlaciones muestra la gran relación existente entre todas las

metodologías descritas, aunque parece evidente que el umbral aeróbico es el que menos

correlación consigue con respecto al patrón oro (procedimientos bioquímicos).

Finalmente es necesario destacar la gran correlación entre los procedimientos

bioquímicos y los umbrales calculados en forma de frecuencia cardíaca, lo cual da una

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 22 COMUNICACIONES

herramienta muy válida a los entrenadores para la aplicación de cualquiera de las

metodologías descritas para el control del entrenamiento.

CONCLUSIONES

El método propuesto en el presente trabajo es altamente reproducible y no depende del

tipo de protocolo utilizado, aunque si bien el modelo respiratorio pudiera ser influido por

protocolos discontinuos, no existen diferencias entre los aquí presentados.

El nuevo método aquí presentado para la determinación de la transición aeróbico

anaeróbica, presenta una alta correlación con el comportamiento del lactato en la inmensa

mayoría de sus manifestaciones.

REFERENCIAS

Aunola, S. (1991). Aerobic and anaerobic thresholds as tools for estimating submaximal endurance capacity. Unpublished Tesis publicada, Universite of Juvaskyla, Turku.

Aunola, S., Marniemi, J., Alanen, E., Mantyla, M., Saraste, M., & Rusko, H. (1988). Muscle metabolic profile and oxygen transport capacity as determinants of aerobic and anaerobic thresholds. Eur J Appl Physiol Occup Physiol, 57(6), 726­734.

Aunola, S., & Rusko, H. (1992). Does anaerobic threshold correlate with maximal lactate steady­state? J Sports Sci, 10(4), 309­323.

Baldari, C., & Guidetti, L. (2000). A simple method for individual anaerobic threshold as predictor of max lactate steady state. Med Sci Sports Exerc, 32(10), 1798­1802.

Beaver, W. L., Wasserman, K., & Whipp, B. J. (1986). A new method for detecting anaerobic threshold by gas exchange. J Appl Physiol, 60(6), 2020­2027.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 25 COMUNICACIONES

UN EJEMPLO DE EVALUACIÓN DE LA SALUD EN LAS

MODALIDADES DE LUCHA: DESATURACIÓN DE LOS MIEMBROS

SUPERIORES EN JUDO

Cristina Blasco Lafarga ([email protected]) Universidad de Alicante

Raúl Pablo Garrido Chamorro Centro de Tecnificación de Alicante

RESUMEN:

En el Servicio de Apoyo al Deportista del Centro de Tecnificación de Alicante estamos

estudiando los patrones de desaturación en miembros superiores, asociados a la práctica del

Judo, aislando para ellos aquellos trabajos específicos que pueden acarrear algún problema. El

trabajo consta de varias fases, de las cuales exponemos la primera.

Material y Métodos: Hemos realizado una experiencia piloto con ocho judokas jóvenes,

categorías ligeras, que ya entrenan un mínimo de una sesión diaria, en sesiones de dos horas.

Su nivel de condición física es alto y la orientación de su entrenamiento es de rendimiento,

pues pertenecen al grupo de Tecnificación de la Comunidad Valenciana. Hemos realizado dos

grupos de “moto gachi”, sistema clásico de entrenamiento de Fuerza Resistencia Integrada,

con una monitorización post­esfuerzo de la saturación con un plusioxímetro portátil TuffSat

de la marca Datex­Ohmeda.

Resultados: De las 32 tomas de saturación post­esfuerzo tomadas, el 68’75% se encuentran

por debajo del 95% (Límite de Normosaturación). Si nos referimos a las tomas post­combate

completo de cinco minutos, el 100% de los valores (8 = 25% de la muestra) se encuentra por

debajo de este umbral de normalidad. El 50% de las tomas post cinco minutos se encuentra

dentro del grupo de normalidad moderada y severa. El entrenamiento previo con “rulo” de

antebrazo sí parece aumentar los niveles de saturación. Parece posible hablar de un perfil de

“recuperación” de la saturación o reperfusión sanguínea similar al perfil de recuperación de

frecuencia cardíaca.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 26 COMUNICACIONES

PALABRAS CLAVE: desaturación, fuerza resistencia, quemazón muscular, isquemia­

reperfusión, Kumikata.

INTRODUCCIÓN

El mundo de la práctica deportiva ha evolucionado de forma espectacular en los últimos

años. Los conocimientos que acumulan los entrenadores, cada vez más asequibles y también

más rigurosos han llevado a muchos clubs deportivos a constituirse en verdaderos centros de

entrenamiento. La presencia de un campeón o deportista destacado, junto con el afán personal

de un buen entrenador por desarrollar al máximo su trabajo, pueden llevar a que cualquier

grupo deportivo, sea cual fuere su orientación inicial, acabe dirigido a la consecución del

rendimiento.

En absoluto queremos referirnos a esto como algo negativo, pero sí debemos

plantearnos muchas cuestiones que subyacen alrededor. Independientemente de los problemas

que puede acarrear el que los chavales se vean envueltos en el proceso sin haber tomado

ninguna decisión en firme al respecto, o de otras cuestiones de tipo ético, social, etc., nos

preocupa enormemente la repercusión que esta fase de “iniciación al rendimiento” pueda

tener en sus organismos.

Los que somos entrenadores vivimos rodeados de alusiones a la salud y a los posibles

problemas que acarrea el deporte cuando se practica con demasiada reiteración e intensidad.

¿Qué debemos hacer?. ¿Desvirtuamos el deporte?, ¿mantenemos aquello que no es saludable

a cualquier precio?... Los autores opinan que con los conocimientos actuales, las nuevas

tecnologías y la interacción entre profesionales de la salud de muchas áreas, los entrenadores

no pueden obviar la información que les llega sobre los aspectos aconsejables o

contraindicados de su deporte. Es por tanto un momento idóneo para profundizar al máximo

en las repercusiones orgánicas, psicológicas, etc. que produce cada deporte en función de su

idiosincrasia. El conocimiento de aquello que es negativo debe llevarnos, al menos, a

minimizar sus efectos y a buscar alternativas más saludables que permitan eficacia.

En este artículo reflejamos parte de un trabajo que estamos haciendo para evaluar las

repercusiones del trabajo de agarres en Judo. Conscientes de la necesidad de mantener

secuencias muy largas de fuerza resistencia en la musculatura de los antebrazos y dedos, los

autores se preguntan sobre la situación de bloqueo circulatorio, incluso descoordinación

muscular en las manos y adormecimiento, que solemos buscar en las fases de afinamiento de

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 27 COMUNICACIONES

la resistencia específica. ¿Qué sucede con el consumo de oxígeno en las extremidades?. ¿Se

llega a una situación de hipoxia celular?. ¿Tiene alguna repercusión este tipo de

entrenamiento y la situación que conlleva mejorar la resistencia en los agarres?.

Consumo de Oxígeno central y periférico:

Cuando realizamos una ergoespirometría, nos centramos en valorar el volumen de

oxígeno que un deportista introduce en sus pulmones por unidad de tiempo (VO2ml/min).

Pero ésta no es la cantidad que el músculo de nuestro deportista puede utilizar durante el

ejercicio (1), debido a que las diferencias entre difusión y perfusión limitan la cantidad de

oxígeno (O2) que llevan sus hematíes (1) a nivel periférico. Para valorar la cantidad de O2

que transporta la sangre usamos la saturación de oxígeno. La oximetría de pulso (medición no

invasiva de la saturación arterial) es actualmente un importante método de la monitorización

no invasiva de la saturación arterial porque ofrece una lectura confiable y constante de la

saturación de la hemoglobina arterial (4). Con ello podremos valorar la situación de

oxigenación periférica.

La saturación de oxígeno nos informa del porcentaje de oxígeno que llega a la sangre,

del total inspirado (3). De esta manera, podemos valorar la eficiencia de nuestro deportista

con respecto a la utilización del oxígeno (2). La oximetría percutánea pulsátil generalmente

correlaciona muy bien con la oximetría que se mide en la sangre arterial obtenida mediante

gasometría, con un error de 1­2 por ciento. Ambas formas de medición no presentan

diferencias significativas en cuanto al valor de la saturación de oxigeno, por lo que

consideramos a la medición de la saturación de la hemoglobina arterial por oximetría de pulso

un buen sistema de medición de la saturación arterial, con resultados tan confiables como los

realizados por la gasometría convencional(4).

Curva de disociación de la Hemoglobina: La saturación de la hemoglobina no sigue

una tendencia lineal, sino que cae de forma exponencial (ver los valores de la Tabla 1).

Figura 1: “Curva de disociación de la hemoglobina”(5)

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 28 COMUNICACIONES

Entrenamiento de la Fuerza resistencia integrada:

El Moto Gachi es un elemento “estandarizado” – es decir, reconocido y aceptado por

todos los Clubes de Judo­ de nuestro entrenamiento integrado. Con ello nos referimos a que

busca la optimización de los elementos técnico­tácticos en situación de máxima fatiga. O

dicho de otra forma, que desarrolla la resistencia de forma integral (resistencia lactácida a una

fuerza útil y adaptable a los requerimientos técnico­tácticos de la situación).

Precisamente por la valía que le atribuimos como elemento de máxima reproducción de

la fatiga competitiva en situación real, este bloque de entrenamiento se utiliza como puesta

apunto y siempre con intensidades máximas. En algunas ocasiones, buscando la máxima

dificultad y fatiga, lo realizamos casi exclusivamente de agarres (Kumikata), de forma que

tratamos de reproducir la sensación de quemazón de antebrazos, imposibilidad de relajar las

manos, incluso adormecimiento de las mismas que a veces sentimos en aquellos combates que

nos resultan especialmente duros. Como se dice en el campo del entrenamiento, a veces el

entrenamiento debe conseguir ser más duro que la propia competición.

Modelo del esfuerzo evaluado:

Grupos de 4 rivales de semejantes características. Uno de ellos se convierte en Judoka

fijo. El resto de adversarios se numeran y van entrando a combatir en parciales de un minuto y

medio cada uno, sin descanso entre los relevos de adversario. De esta forma, el judoka fijo

TABLA 2: CLASIFICACIÓN DE LAS DESATURACIONES Jerome A. Dempsey and Peter D. Wagner. Exercise­induced

arterial hypoxemia J Appl Physiol, Dec 1999; 87: 1997 ­ 2006. 9

Categoría % de Saturación

Normosaturación > 95%

Desaturación leve 93%­95% Desaturación moderada 88%­92% Desaturación grave < 88%

Figura 2. Curva de Disociación del oxígeno y la saturación (1).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 29 COMUNICACIONES

realiza un combate de cinco minutos (tiempo estándar del combate en competición) en los que

se asegura la máxima intensidad pues sus rivales llegan frescos y desarrollan secuencias

cortas. Para igualar el trabajo, se dejan unos 3 minutos de recuperación al acabar cada bloque

de cinco minutos. De esta forma se asegura algo de descanso intermedio (eliminación de

lactato acumulado) antes de que pase a ser fijo el siguiente Judoka.

En esta primera fase sólo tratábamos de comprobar si realmente se producía la isquemia

que le atribuíamos, y por ello se programaron dos situaciones diferentes. Un Moto Gachi se

realiza de forma clásica, tal y como se ha descrito. Pero en el segundo grupo de cuatro

judokas, el judoka fijo realizaba, treinta segundos antes de su combate, una serie de 20

segundos de “rulo de antebrazo” –subir y bajar un disco colgando de una barra de madera con

giros flexo extensiones de muñeca­. Con ello pretendíamos acentuar la fatiga y el

consiguiente bloqueo muscular, acercándonos a una simulación del esfuerzo competitivo

máximo.

Tablas de anotación y evaluación de los resultados: Tabla 3, valores generales de la muestra.

Tabla 4, Moto Gachi clásico :

Judoka 1 Judoka 2 Judoka 3 Judoka 4

FC SAT FC SAT FC SAT FC SAT Basal

70 99

Basal

120 97

Basal

135 98

Basal

96 99

Secuencias de 90” de esfuerzo

(parciales con al menos 5’ de descanso entre ellos, interrumpidas por el

bloque de randori completo cuando llegamos a nuestro turno de fijo)

J 2 142 97 J 1 186 98 J 1 190 97 J 1 175 98

J 3 180 86 J 3 192 96 J 2 175 88 J 2 192 98

J 4 ­­ 94 J 4 192 93 J 4 175 94 J 3 146 97

Secuencias de 300” de esfuerzo

(Tiempo de combate que permanezco como Judoka Fijo)

ORDE N

J ­> 2,3 y 4 ORDE N

J ­> 3 ,4 y 1 ORDE N

J ­> 4,1 y 2 ORDE N

J ­> 1,2 y 3

Rec 0 175 95 Rec 0 185 95 Rec 0 183 87 Rec 0 190 94

Rec 1 142 97 Rec 1 152 97 Rec 1 ­­ ­­ Rec 1 159 98

Nº de sujetos Sexo Edad Grado Categoría peso

8 Varones 17,9 + 2,4 Negro 1 y 2 Dan < 60 y < 66 Kg

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 30 COMUNICACIONES

Tabla 5: Moto Gachi con esfuerzo previo de Rulo :

Judoka 1 Judoka 2 Judoka 3 Judoka 4

FC SAT FC SAT FC SAT FC SAT Basal

­­ 98

Basal

­­ 98

Basal

­­ 93

Basal

­­ 98 Secuencias de 90” de esfuerzo

(parciales con al menos 5’ de descanso entre ellos, interrumpidas por el

bloque de randori completo cuando llegamos a nuestro turno de fijo)

J 2 > 200 94 J 1 175 91 J 1 193 97 J 1 188 96 J 3 > 200 92 J 3 176 100* J 2 200 91 J 2 192 95 J 4 > 200 92 J 4 177 88 J 4 196 87 J 3 183 93

Secuencias de 300” de esfuerzo

(Tiempo de combate que permanezco como Judoka Fijo)

Rulo ­­ 96 ­­ 96 178 99 150 92 ORDEN J ­> 2,3 y 4 ORDEN J ­> 3 ,4 y 1 ORDEN J ­> 4,1 y 2 ORDEN J ­> 1,2 y 3

Rec 0 178 86 Rec 0 174 90 Rec 0 199 90* Rec 0 157 94 Rec 1 151 95 Rec 1 146 94 Rec 1 169 96 Rec 1 131 96 ORDEN : Referido a la secuencia de adversarios que voy a encontrarme.

* Ver las conclusiones.

Tabla 6: Distribución global de la muestra según categoría de desaturación:

Categoría % de Saturación Nº de muestras % sobre la muestra

Normosaturación > 95% 10 31,25

Desaturación leve 93%­95% 10 31,25 Desaturación moderada 88%­92% 8 25 Desaturación grave < 88% 4 12,5

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 31 COMUNICACIONES

Figura 3. Gráficas de desaturación tras los parciales de esfuerzo de minuto y medio:

Figura 4. Gráficas de desaturación tras combates completos de cinco minutos como judoka fijo:

Nº total de muestras de saturación post­esfuerzo –realizadas de forma inmediata al fin del esfuerzo­: 32

Tabla 7: Distribución por tipos de esfuerzo según categoría de desaturación:

% de Saturación

Parciales sin rulo

% sobre la muestra

Parciales con rulo

% sobre la muestra

Fin Cte sin Rulo

% sobre la muestra

Fin Cte con Rulo

% sobre la muestra

> 95% 7 21,875 3 9,375 0 0 0 0

93%­95% 3 9,375 3 9,375 3 9,375 1 3,125

88%­92% 1 3,125 5 15,625 0 0 2 6,25

< 88% 1 3,125 1 3,125 1 3,125 1 3,125

80 85 90 95 100 % de Saturación

1

2

3

4

Judokas

Combate 5' bloque sin Rulo

Tp 0 de rec Rec al 1'

80 85 90 95 100

% de Saturación

1

2

3

4

Judokas

Ídem en el Cte completo con Rulo

20s de RULO (30s previo al Cte) Rec al 1' Tp 0 de rec

80 85 90 95 100

% de Saturación

1

2

3

4

Judo

kas

Desaturación en el Moto Gachi de kumikata (Parciales de 90" del bloque sin Rulo)

Serie3 Serie2 Serie1

80 85 90 95 100

% de Saturación

1

2

3

4

Judo

kas

Ídem en los Parciales del bloque con Rulo

Serie3 Serie2 Serie1

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 32 COMUNICACIONES

Tabla 8: Distribución selectiva de las muestras tomadas tras el combate de cinco minutos completo

% de Saturación Población de muestras tomadas al final del Combate de 5' % sobre la muestra

> 95% 0 0%

93%­95% 4 12,5 %

88%­92% 2 6,25 %

< 88% 2 6,25 %

CONCLUSIONES

­ Se confirma un nivel de desaturación en todos los casos, (el único dato de 100% en un

parcial del judoka nº 2, se explica porque su rival, judoka nº 3, estaba al final de su Cte. De

fijo y estaba ya bloqueado muscularmente –muerto, 90% de saturación)

­ Se confirma isquemia como consecuencia de niveles muy elevados de tensión muscular

isométrica y concéntrica durante secuencias de esfuerzo largas.

­ Se abre así un campo de trabajo sobre el que se debe investigar más a fondo, pues la

isquemia más severa lleva asociada problemas de salud graves como:

• El fenómeno de isquemia­perfusión reiterado es un factor desencadenante la

aparición de radicales libres de oxígeno (ERO) y de procesos inflamatorios altos.

• La hipoxia, incluso anoxia a nivel periférico puede provocar muerte celular y

problemas neurológicos graves.

• Ambos fenómenos se encuentran claramente descritos en la bibliografía médica

asociados a lo que se conoce como “Síndrome de Crash”, típico de

politraumatismos graves.

­ Habrá que investigar alternativas a esta situación propia de nuestro deporte. Por ejemplo, se

observa que los judokas más fuertes físicamente manifiestan desaturaciones menos

acentuadas. La mejora de fuerza máxima puede ser un factor minimizador del fenómeno. Un

trabajo más centrado en los desplazamientos corporales para compensar la carga isométrica

puede ser otro aspecto enriquecedor para la salud.

­ La medición de la saturación arterial periférica en miembros superiores puede ser una fácil

medidor del estado de rendimiento en judo, por su simplicidad y su fiabilidad. Además, se

observa en ella un patrón de recuperación al minuto similar al de la frecuencia cardiaca –datos

por publicar­ que vienen a confirmar la rápida reperfusión consiguiente (fuente de problemas

de salud).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 33 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 36 COMUNICACIONES

LOS MODELOS DEPORTIVOS DE COMPETICIÓN Y DE

RECREACIÓN Y SU RELACIÓN CON LA IMAGEN CORPORAL EN

LA ADOLESCENCIA.

Maria José Camacho Miñano ([email protected])

Emilia Fernández García ([email protected])

Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Educación ­ C.F.P.

RESUMEN

Introducción: El propósito de este trabajo es profundizar en las relaciones que se

establecen entre la imagen corporal en la adolescencia y la práctica de actividades físico­

deportivas, considerando específicamente el influjo de la participación en competiciones.

Metodología: La muestra del presente estudio está constituida por un conjunto de

adolescentes, pertenecientes a una muestra más amplia, que se definieron como practicantes

de actividad física; en total han sido 882 chicas (16,1% participantes en competiciones) y

1134 chicos (46,5% participantes en competiciones), de edades comprendidas entre los 12 y

los 17 años. Se aplicó el BSQ como medida para la valoración de la imagen corporal y

diversas cuestiones relativas a la práctica de actividades físicas.

Resultados: Tanto los chicos como las chicas que manifiestan participar en

competiciones muestran una imagen corporal significativamente más saludable que los que

son físicamente activos, pero que se encuadran dentro de un modelo de deporte recreativo.

Conclusión: Dado que la práctica de actividad física competitiva se asocia con una

mejor imagen corporal en ambos sexos, éste es un aspecto a tener en cuenta en los esfuerzos

de promoción de una imagen corporal positiva a través de la práctica de actividades físico­

deportivas.

PALABRAS CLAVE: imagen corporal, actividad física, género, adolescencia.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 37 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

La naturaleza de la relación entre imagen corporal y participación en actividades

físico­deportivas resulta enormemente compleja, y aún no ha sido determinada con claridad,

debido a la multitud de factores que inciden en ella. Entre ellos, se ha señalado que la

presencia o no del elemento competición, es una variable a tener en cuenta, ya que mediatiza

significativamente las relaciones del individuo respecto a la práctica físico­deportiva y la

vivencia de su propio cuerpo.

Esta cuestión se perfila como de gran trascendencia para el colectivo adolescente,

particularmente para las chicas, tanto por los particulares conflictos que giran en torno a su

cuerpo en desarrollo (Toro Trallero, 1995; Cooper y Goodyer, 1997; Levine y Smolak, 2002),

como por el hecho de que es precisamente en estos años cuando las chicas disminuyen

considerablemente sus niveles de práctica física (Pate et al., 2002; Fernández García et al., 2003; Riddoch et al., 2004).

En consecuencia, el propósito de este trabajo es analizar en qué medida la

participación en la actividad física, según que ésta incorpore o no el componente de

competición, se vincula con una configuración positiva de la imagen corporal en la edad

adolescente. Se parte de la hipótesis de que la práctica deportiva de competición se

relacionará con una imagen corporal más saludable que la práctica recreativa, debido a que los

y las deportistas que compiten, centran fundamentalmente su interés en lo que su cuerpo es

capaz de hacer (competencia motriz) más que en su apariencia física, posicionamiento éste

que, en última instancia, revierte positivamente sobre su imagen corporal (Sonstroem, 1997).

Si bien ha de matizarse que ciertas modalidades deportivas, en el caso del alto

rendimiento, exigen edades considerablemente jóvenes para la práctica deportiva, ésta es, en

cualquier caso, minoritaria; por este motivo, nuestro estudio se enmarca dentro de los

modelos deportivos que coexisten de forma predominante en estas edades de la adolescencia,

a saber, el Deporte Base, en cuya práctica el elemento competición es inherente a la misma y

la actividad físico­deportiva recreativa o el Deporte para Todos, realizada como forma de

disfrute, diversión y ocupación activa del tiempo libre (Sánchez Bañuelos, 1996).

Por lo tanto, el presente trabajo se ubica dentro de un enfoque del ejercicio físico como

un hábito estable orientado a la salud y el bienestar de los chicos y las chicas adolescentes.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 38 COMUNICACIONES

METODOLOGÍA.

Muestra. La muestra del presente estudio forma parte de un trabajo más amplio que

analizó la imagen corporal y la actividad física en la adolescencia en un total de 2.851 sujetos,

1.406 mujeres (49,31%), y 1.445 hombres (50,68 %), de edades comprendidas entre los 12 y

los 17 años, y estudiantes de ESO, en 23 centros de carácter público, situados en Madrid

capital y el área metropolitana de la Comunidad de Madrid.

De esta muestra general, se seleccionaron finalmente aquellos chicos y chicas

adolescentes que se definieron como practicantes de actividad física, eliminándose los que

afirmaban que “nunca” o “raramente” se ejercitaban en su tiempo libre, con el fin de asegurar

que las comparaciones entre los modelos deportivos mencionados se establecía entre

practicantes de actividad física. En consecuencia, la muestra definitiva estuvo constituida por

882 chicas (16,1% participantes en competiciones) y 1134 chicos (46,5% participantes en

competiciones).

Instrumentos. Los instrumentos de medida que configuraron el cuestionario

administrado, pueden agruparse en tres grandes bloques:

­ Datos de identificación: edad y sexo. ­ Cuestionario sobre la imagen corporal: Body Shape Questionnaire (BSQ), (Cooper, Taylor,

Cooper y Fairburn, 1987). Se trata de un cuestionario que, originalmente, fue diseñado para

valorar la insatisfacción corporal y la preocupación por la figura en personas que sufrían

Trastornos del Comportamiento Alimentario; no obstante, ha demostrado su capacidad para

valorar el malestar por la figura en población normal (no clínica), (Raich Escursell et al.,

1996). Consta de 34 ítems, en los que se usa un formato de respuesta en una escala tipo Likert

de 6 puntos, desde "1. Nunca" a "6. Siempre.” La puntuación del BSQ resulta de la suma de

las puntuaciones obtenidas en cada ítem, siendo las puntuaciones más elevadas las indicativas

de una peor imagen corporal. Ha sido ampliamente utilizado y está traducido y adaptado al

castellano por Raich Escursell et al. (1996); su fiabilidad ha quedado asegurada con los altos índices de consistencia interna (alfa de Cronbach entre ,95 y ,97). Para su aplicación en este

estudio se eliminaron dos ítems referidos a conductas patógenas de control de peso puesto que

estos dos ítems son los que menos correlacionan con el resto del instrumento (Raich Escursell

et al., 1996) ­ Cuestionario sobre los hábitos de práctica de actividad físico­deportiva que indagaba sobre la frecuencia (número de veces a la semana) con que se ejercitaban, con cierta intensidad,

fuera del horario escolar, estableciéndose la respuesta de forma dicotómica en seis categorías

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 39 COMUNICACIONES

posibles y excluyentes. Para conocer si la práctica del deporte tenía un carácter competitivo se

presentó una opción de respuesta dicotómica.

Técnicas de análisis de los datos. Para realizar los cálculos estadísticos aplicados en

el presente estudio, se utilizó el programa de estadística SPSS (Statistical Package for Social

Sciences), versión 11.5. Los estadísticos extraídos a partir de los datos obtenidos, fueron

Medias y Desviaciones estándar. Para comparar dentro de un mismo sexo los sujetos que

compiten y los que no compiten se ha utilizado el análisis de varianza (ANOVA) de un factor,

considerándose significativo un p valor<0.05.

RESULTADOS

Para determinar si existe una diferenciación en la imagen corporal de los chicos y las

chicas adolescentes practicantes de actividad física, en función de su participación o no en

competiciones, se realizaron, para cada sexo, los análisis de las diferencias de medias

correspondientes a las puntuaciones de la imagen corporal en los grupos que afirman

participar en competiciones y en los que no compiten.

En el caso de las chicas, las que practican actividad física competitiva, muestran una

puntuación en la imagen corporal ( X =74,47, DT= 34,42) muy inferior a las chicas que,

aunque afirman ejercitarse, no participan en competiciones ( X =81,93, DT=35,55),

constatándose a través de la aplicación del ANOVA de un factor que existen diferencias

significativas entre las chicas practicantes de actividad física en función de su participación o

no en competiciones. Este aspecto se concreta en unas puntuaciones considerablemente más

bajas en la imagen corporal, para las que compiten que para las que no compiten (F=7,252,

p=0,007).

En la muestra de chicos se constata que los que practican actividad física en su tiempo

libre de forma recreativa, muestran una puntuación en la imagen corporal ( X =49,09,

DT=21,478), superior a los que participan en competiciones ( X =45,08, DT=16,28), siendo la

diferencia estadísticamente significativa (F=11,807, p=0,001).

DISCUSIÓN

El análisis de las puntuaciones obtenidas en la imagen corporal, según el carácter

competitivo o recreativo de la actividad física realizada, revela que, tanto para los chicos,

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 40 COMUNICACIONES

como para las chicas, la práctica de ejercicio físico que incorpora la participación en

competiciones se relaciona con la posesión de una imagen corporal más positiva, en

comparación con aquellos sujetos que, aunque practican ejercicio físico, lo hacen según un

modelo de deporte recreativo, del que queda excluido el elemento agonístico. Sobre esta

cuestión, son varias las explicaciones que podrían justificar los hallazgos descritos en nuestra

muestra:

En primer lugar, el acceso a la práctica deportiva de competición, identificada en

nuestro trabajo principalmente con un modelo de Deporte Base, implica generalmente una

mayor adhesión y estabilidad en el tiempo de la práctica de actividades físicas, puesto que la

participación en competiciones exige, en principio, la posesión de una cierta destreza

enfocada a la consecución de resultados. La adherencia a la actividad física, según los años

enrolados en su práctica, es una variable que se ha asociado positivamente con una buena

imagen corporal (Camacho Miñano, 2005), hipótesis que podría justificar, en base a las

reflexiones efectuadas, la mejor imagen corporal que muestran los chicos y las chicas que

compiten, respecto a aquellos que no lo hacen.

Otra posible explicación, relacionada con la anterior, se sustenta en la posibilidad de

que, precisamente, el estilo de vida más activo de estos chicos y chicas que compiten, se

relacione con la posesión de un físico más atlético, y en consecuencia, más cercano a los

ideales estéticos imperantes. Se produce así una retroalimentación positiva que incidiría muy

adecuadamente sobre la imagen corporal (Huddy y Cash, 1997; Waaler, 1998). Además, y

según la Hipótesis de la función circular (Lerner y Jovanovic, 1990), los deportistas podrían

ser percibidos por los otros como con un cuerpo físicamente atractivo, lo que podría resultar

en un feedback positivo en relación a la apariencia que acentuaría la satisfacción corporal de

estos chicos y chicas jóvenes.

Por otra parte, y creemos que aquí se sitúa una de las explicaciones clave en relación a

los hallazgos obtenidos, la realización de actividades con un carácter de competición lleva

implícita una mayor orientación hacia el logro, que entroncaría, también en el caso de las

chicas, con una concepción funcional del cuerpo y, paralelamente, un menor interés en el

valor de atractivo físico. En base a la dicotomía de estereotipos que asigna el valor funcional

del cuerpo al varón y una concepción más estática y decorativa a la mujer, se han generado

tradicionalmente, y aún se perpetúan, profundas desigualdades de género (Martínez Benlloch et al., 2001); es posible que a través de la actividad física, fundamentalmente de carácter competitivo y organizado, se pueda contribuir a paliar esta situación y lograr así que las

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 41 COMUNICACIONES

chicas adolescentes aprecien sus cuerpos de una forma positiva, relacionada con su cuerpo

como entidad dinámica y capaz de conseguir logros deportivos. A estas mismas conclusiones

llegan Vázquez Gómez y Buñuel Heras (2000) mediante un trabajo de corte cualitativo.

Por lo tanto, dado que la práctica deportiva de competición en la adolescencia se

relaciona más favorablemente con una imagen corporal saludable, debe favorecerse que este

modelo deportivo esté al alcance de las chicas, evitando asimismo el abandono de aquellas

chicas enroladas en este modelo que se revela beneficioso para una estructuración positiva de

la imagen corporal. De este modo se podría contribuir, desde nuestro ámbito de estudio, a la

erradicación de las alteraciones de la imagen corporal, contrarrestando así los fuertes influjos

socioculturales que suscitan, en gran parte, este tipo de problemáticas entre las jóvenes.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 43 COMUNICACIONES

EFECTO DEL EJERCICIO INTERMITENTE VS. CONTINUO SOBRE EL GASTO CALÓRICO Y LAPERCEPCIÓN SUBJETIVA DEL

ESFUERZO

Daniel Ciudad Andres Orellana Monica Cervantes

Ángel Gutiérrez ([email protected] ) Departamento de Fisiología,Facultad de Medicina. Universidad de Granada.

INTRODUCCIÓN En los últimos tiempos no son pocos los centros y gimnasios que han generado

estrategias buscando captar nuevos clientes, realzando la conveniencia y el impacto que tiene

en la salud de las personas el incorporar como hábito de vida el ejercicios físico frecuente.

Dentro de estas nuevas formas se ha desarrollado el concepto de “Fitness Express”, idea que

se sustenta en un programa de entrenamiento en períodos de tiempo más reducidos y que

apunta a capturar a aquellas personas que por sus condiciones de trabajo o vida personal, no

pueden dedicarse a entrenar un mayor tiempo al día o la semana. Sin embargo, es importante

señalar las característica de esta nueva modalidad, en función de análisis de variables

fisiológicas tales como el cociente respiratorio, frecuencia cardiaca, consumo aeróbico

máximo (VO2 máx), consumo calórico, velocidad aeróbica máxima y valores de intensidad

submáximos, además de establecer la percepción subjetiva del esfuerzo en la prueba (RPE),

correlacionándolo con el esfuerzo objetivado a través de la medición de las variables

fisiológicas señaladas.

Los beneficios de la práctica regular de actividad física incluyen reducción de

enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, cáncer de colon, fracturas por

caídas, obesidad, depresión y ansiedad, entre otras. Así mismo, adecuados niveles de

condición física, representada en el consumo de oxígeno, están asociados a disminución de

los factores de riesgo cardiovascular, siendo clara la favorable relación entre actividad física,

evento cardiovascular y mortalidad (3 y 4).

La literatura en general, no es lo suficientemente precisa para identificar las

intensidades de ejercicios saludables (12), ello probablemente porque los trabajos poseen

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 44 COMUNICACIONES

pocos sujetos, las mediciones de V02 máx son indirectas, no se consideran grupos de riesgo

cardiovascular, entre otras variables. Los reportes previos (17) señalan que ejercicios

interválicos (IT) comparados con ejercicios aeróbicos constantes (CTE), producen mejoras en

la intensidad y en parámetros respiratorios, tanto en sujetos sanos como en cardiópatas, siendo

significativas en la capacidad aeróbica y rendimiento. Hay sugerencias de que la actividad

física rigurosa disminuye los factores de riesgo cardiovascular (1, 2, 6,7), sin embargo no

existe acuerdo en cuanto a las intensidades (V02 máx), incremento de la carga (k/h) y gasto

calórico (kcal) para un adecuado beneficio del ejercicio físico a entrenamiento de intervalos.

A la luz de recientes investigaciones en grupos de riesgo cardiovascular (4) se señala que

ejercicios de cargas ascendentes (k/h) parecen ser más importantes que los de intensidad (V02

máx) para reproducir una ganancia en la condición cardiovascular, recomendando al público

un mínimo de 19 K/wk de ejercicio moderado (40 % a 55 % del V02 pico).

Actuales recomendaciones de ejercicio físico para la salud, señalan actividades de

moderada intensidad que permitan consumir 150 Kcal /día (unos 30 min/día), y más

recientemente se sugiere un mínimo de 60 min/día. En 1998 la American College Sport

Medicine (ACSM) entrega recomendaciones acerca de la duración del entrenamiento,

intensidad y el modo de ejecución. (10)

Experiencias con programas de ejercicios para realizar en casa, aplicado a individuos

sanos y sedentarios de edad media, en base al consumo de V02 máx en rangos que oscilan

entre 40 % y 81 %, han sido categóricos en determinar que ejercicios de baja intensidad

cumplen con el objetivo de aumentar la capacidad funcional en dicha población.(11) Estudios

epidemiológicos de las modalidades de ejercicios, indican con no mucha frecuencia la

caminata y su rol en la prevención de enfermedades cardiovasculares (13), especialmente

cuando ésta se desarrolla a intensidades moderadas, siendo sus beneficios destacados

especialmente en mujeres post menopausias.

El desarrollo de un modelo conceptual que integra funcionalmente la percepción

subjetiva del esfuerzo en una prueba física (RPE), como es la desarrollada en la escala de

Borg, está asociada con una multitud de variables sicológicas y fisiológicas, entre las que se

cuentan la FC, FR, consumo de oxígeno, aumento de ácido láctico en sangre, actitud frente al

cambio de intensidad del ejercicio (9). Los estudios de la ACSM determinaron dicha

correlación subjetiva con la extenuación por el ejercicio, estableciendo, por ejemplo, que un

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 45 COMUNICACIONES

ejercicio de intensidad moderada (12­ 13 ptos. en escala de Borg) es igual a una FC máx entre

60 % y 79 %.

Esta investigación tiene como principal objetivo establecer un protocolo de ejercicios

interválicos de corta duración (30 min), cuyas intensidades de 40 % y 60 % de la VAM,

establecidas previamente mediante una prueba de esfuerzo máx., no sean extenuantes ( según

escala de Borg) y cuyo consumo calórico sea significativo, para luego confrontar este con el

obtenido en un protocolo de ejercicio a intensidad constante, de una hora de duración, esta vez

con una intensidad del 40 % de la VAM, pudiendo así establecer el tiempo, en que sea igual

el consumo calórico de la prueba interválica con la intensidad constante.

De esta manera y en función principalmente del consumo de oxígeno, creemos posible

conocer los efectos de ejercicios interválicos de corta duración, cuyo consumo calórico se

iguale al de un ejercicio de tipo constante submáximo de mayor tiempo y con un nivel de

percepción subjetiva del esfuerzo moderado. Establecer los beneficios que el programa de

ejercicios interválicos pueda generar, trae como consecuencia estimular nuevos estudios que

busquen dosificaciones de intensidades y tiempos para distintos consumos de grasa y

carbohidratos (CH), considerando siempre una percepción subjetiva del esfuerzo moderado,

de tal manera contribuir a que ejercicios interválicos con ciertas características, sean

saludables y extrapolables a la población general.

PALABRAS CLAVE: Ejercicio interválico, ejercicio constante, gasto calórico, percepción

subjetiva del esfuerzo.

MATERIAL Y METODO

A través de un diseño experimental cruzado catorce sujetos sanos, (Tabla 1), siete

mujeres (16 – 42 años ± 8,42) y siete hombres (16 – 47 años ± 9,84) previo consentimiento

informado, fueron sometidos a dos protocolos de ejercicio submáximo, sobre tapiz rodante, en

días diferentes. Uno de ejercicio interválico (IT) y el otro de ejercicio intensidad constante

(CTE). La prueba de IT, implicó la realización de bloques de dos y un minuto a intensidades

de 40 % de la VAM, para el intervalo de 2 minutos y de 66 % VAM, para el intervalo de 1

minuto respectivamente, completando diez palier para cada intervalo con un tiempo total de

prueba de 30 minutos. La prueba CTE, se realizó al 40 % VAM, durante 60 minutos.

Durante los test se controlaron las siguientes variables: frecuencia cardiaca (FC), consumo de

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 46 COMUNICACIONES

oxígeno (VO2) y cociente respiratorio (RER), a través del analizador de gases Oxycon­Pro, Pulsómetro marca Polar y el la percepción subjetiva del esfuerzo (RPE) usando la escala de Borg (Borg, G.1998).

Se evaluó la composición corporal de los sujetos a través de antropometría. Las

mediciones realizadas son las que corresponden al perfil restringido y bajo técnica de ISAK

(Sociedad Internacional para el desarrollo de la Cineantropometría). Se controló el error

técnico de medición (ETM) de los evaluadores y se usó el equipo Tom Kit de la marca

Rosscraft.

El gasto energético, medido en kilocalorías (Kcal.), obtenido a través del VO2 de los

sujetos en la prueba de ejercicio CTE, se iguala con el obtenido en la prueba IT. Obteniendo

un tiempo “x”. Se estudia el grado de correlación de las variables Kcal., RPE, RER para cada

test al tiempo dado.

ANALISIS ESTADÍSTICO

Los valores se presentan como media (±SD). La normalidad de la distribución de la

muestra se calculó mediante el test de Shapiro­Wilk, aceptando la normalidad de las variables

estudiadas cuando P>0,20. Para la comparación de muestras se utilizó el test de Student. Se

aceptó la significación cuando P<0,05.

Para el análisis antropométrico se utilizó el programa Life size.

Para el análisis estadístico de los datos de las pruebas se utiliza el programa SPSS

13.0.

RESULTADOS

Antropometricamente, los valores promedio (Tabla 1) se puede caracterizar a la muestra

como población general. En el Índice de Masa Corporal (IMC) el promedio de las mujeres

(22,1 kg/m²) se encuentran dentro de la categoría de peso normal. Para los hombres el valor

promedio corresponde a 24,2 kg/m², también a categoría de peso normal.

El porcentaje de grasa corporal medio fue de 24,7 para las mujeres. Dado que el

programa de análisis de la composición corporal utilizado en el estudio Life Size aporta

valores cercanos a la media del valor determinado por el programa. De manera que clasifica a

las mujeres en categoría promedio y a los hombres con 24,7 %, también en categoría

promedio. El índice cintura cadera sitúa a la media de los hombres (0,85) en valores normales

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 47 COMUNICACIONES

(menores a 0,95, Bray 1992), y el valor medio de las mujeres (0,71) se encuentra en la misma

clasificación. La relación cintura­altura para ambos casos tiene valores normales (menores a

0,50). Por tanto los valores medios de la muestra, tanto hombres como mujeres, representan

individuos normales con niveles de riesgo cardiovascular bajos.

Al comparar los tiempos entre ambos protocolos a un mismo consumo calórico, se

observó que el ejercicio CTE requiere un 47,1 % más de tiempo para igualar el gasto

calórico que el ejercicio IT, en ambos géneros, siendo la diferencia altamente significativa.

P≤ 0,001 (Tabla 2). En cuanto a la RPE durante la realización de ambos protocolos, no se

encontró diferencias significativas a igual consumo calórico.

Analizando el consumo calórico del ejercicio en ambos protocolos (Tabla 4), se

observan que : Las mujeres no muestran diferencias significativas en el consumo de

carbohidratos (P=0,96) y de grasas (P=0,96). Los hombres muestran diferencias significativas

en el consumo de las grasas (P=0,002), gastando más grasas en el ejercicio CTE. Esto no

sucede en el consumo de los carbohidratos que es igual en ambos protocolos (P=0,79).

DISCUSIÓN

El presente estudio recoge información acerca del ejercicio interválico, buscando

conocer intensidades y tiempos de trabajo capaces de lograr mayores beneficios en la

condición cardiovascular de las personas, a fin de establecer indicaciones precisas al

momento de prescribir el ejercicio físico.

En ambos géneros, la duración de la sesión puede ser menor (minuto) comparado con

una prueba de ejercicio CTE a un mismo consumo calórico. Por otra parte los hombres

demostraron tener mayores posibilidades de consumo de grasas al realizar ejercicio CTE en

contraste con las mujeres que consumen la misma cantidad de grasas en ambas pruebas.

No es mucha la literatura disponible que se concentre en establecer correlaciones entre

consumos calóricos y ejercicios de tipo CTE y IT, a intensidades submáximas y que permitan

mantener una percepción subjetiva al esfuerzo moderado. En ese sentido nuestra investigación

señala que al practicar un ejercicio interválico, en el caso de las mujeres, se consume igual

cantidad de grasa, sin mayor percepción subjetiva del esfuerzo y que además le ocupará

menos tiempo para su ejecución.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 48 COMUNICACIONES

CONCLUSIONES

El tiempo que se requiere en el ejercicio de intensidad CTE para equiparar el consumo

calórico del ejercicio IT, es de un 47, 1 % más.

La percepción subjetiva al esfuerzo no varió al comparar los resultados entre ambos

protocolos al mismo consumo calórico.

Las mujeres consumen la misma cantidad de grasa y carbohidratos en ambos protocolos.

Los hombres consumen la misma cantidad de carbohidratos en ambos protocolos.

Los hombres consumen mayor cantidad de grasa en el ejercicio a intensidad CTE que

en el ejercicio IT.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 50 COMUNICACIONES

Tabla 1.

Caracterización de la muestra

Género Media Desv. típ.

Edad Hombre 30.57 9.86 Mujer 26.29 8.42

Vo2 máx. relativo

Hombre 48.129 9.54

Mujer 40.086 10.26

Lactato intervalo

Hombre 2.800 1.56

Mujer 2.500 1.37 Peso Hombre 73.586 5.01

Mujer 57.500 7.52 Estatura Hombre 175.200 5.77

Mujer 161.129 6.05 IMC Hombre 24.043 1.35

Mujer 22.129 2.55 % Grasa Hombre 15.443 3.96

Mujer 24.171 6.64 RCC Hombre .8533 0.05

Mujer .7169 0.05 Índice cintura altura

Hombre .4737 0.03

Mujer .4276 0.04 Sumatoria pliegues

Hombre 79.986 19.61

Mujer 107.943 42.45

Tabla 2.

Diferencia de Tiempo al mismo gasto calórico en ambos protocolos

A igual Gasto Calórico Diferencia tiempo(minutos)

entre CTE­ intervalo Diferencia porcentaje(%) de tiempo entre CTE ­ intervalo

N 14 14 Media 12.4 41.7 Desv. típ. 5.5 18.2

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Tabla 3 Relación gramos grasa consumidos prueba CTE ­ IT

Media N Desviación

típ. Error típ. de la media

Gramos grasa consumidos cte. 8.37 14 4.29 1.14

Gramos grasa consumidos it 5.50 14 6.11 1.63

Tabla 4

Titulo:“ Se presenta los valores medios de consumo de carbohidratos y Grasa en el protocolo

intermitente y protocolo constante en mujeres y hombres”

Descriptive Statistics

7 16.36 59.60 45.93 15.88 7 23.16 73.52 46.25 19.71 7 4.03 12.40 7.6786 2.96 7 1.06 18.50 7.55 7.03 7 7 7.91 50.50 24.87 13.97 7 5.90 42.40 27.16 12.03 7 3.60 19.56 9.06 5.47 7 .74 13.90 3.46 4.65 7

CHO_constante CHO_intermitente grasa_constante grasa_intermitente Valid N (listwise) CHO_constante CHO_intermitente grasa_constante grasa_intermitente Valid N (listwise)

género mujer

hombre

N Minimum Maximum Media Deviación Std

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 52 COMUNICACIONES

CARACTERÍSTICAS ANTROPOMÉTRICAS DE LA ESCALADA EN

ROCA

Vanesa España Romero ([email protected]) Francisco Ortega Porcel Ángel Gutiérrez Sainz

Departamento de Fisiología. Facultad de Medicina. Universidad de Granada.

RESUMEN

La escalada en roca es un deporte cuya aceptación está incrementando de manera

importante. Son muchas las personas que deciden empezar a practicarlo por su riesgo

aparente, contacto con la naturaleza y su idiosincrasia recreativa, pero muy pocos estudios se

han centrado en su investigación. Del mismo modo, existen pocos datos sobre las

características antropométricas de los escaladores de Élite españoles. Para completar el vacío

de esta información, 23 escaladores de la Copa de España (11 hombres y 12 mujeres) han sido

evaluados. Estos datos son comparados con los de una prueba de la Copa del mundo

aportados por Watts et al., (1993) y correlacionados con el valor de fuerza precompetitiva,

tanto en términos absolutos como en relación al peso corporal. Las variables medidas fueron,

edad, años de experiencia en la escalada, peso, días de escalada a la semana, máximo grado a

vista y trabajado, suma de tres pliegues necesarios para el cálculo del porcentaje de grasa

corporal, fuerza de prensión manual de la mano derecha, en valores absolutos y relativos y

área grasa del brazo. Los resultados indican que el nivel de escalada entre los competidores de

este nivel Élite es muy homogéneo. Estos sujetos presentan un porcentaje de grasa muy bajo;

en cuanto a la fuerza de agarre en valores absolutos es moderada y alta cuando se presenta en

relación a la masa corporal. Estos datos no se alejan de los presentados por Watts et al.,

(1993) de escaladores de Élite de una competición del mundo.

PALABRAS CLAVE: Antropometría, Composición corporal, atletas de Élite, escalada

en roca.

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1. INTRODUCCIÓN

Desde que a mediados de los años 80 nace la escalada deportiva, el nivel físico de los

escaladores ha aumentado, ya que se pueden concentrar en la dificultad que exige una ruta

determinada (Watts et al., 1993).

El nacimiento del rocódromo ha ayudado a que el escalador pueda mejorar su forma

física y rendir mejor escalando. El rocódromo es una estructura urbana, al alcance de todos los

niveles de escalada, donde se han realizado las primeras competiciones internacionales de

escalada deportiva (1989). (Wall et al., 2004).

La disponibilidad de estudios científicos de esta modalidad deportiva es limitado (Wall

et al., 2004) y se centra en las características antropométricas y fisiológicas de los escaladores

(Grant et al., 1996; Wilkins et al., 1996; Watts et al., 1996; Watts et al., 2000 y Watts et al.,

2003).

El objeto de este estudio es analizar los datos antropométricos de escaladores de Élite

que han participado en diferentes pruebas de la Copa de España en 2005. Estos datos han sido

comparados con los datos recogidos por Watts et al. en 1993 en pruebas de la Copa del

mundo. Por otra parte, hemos correlacionado los datos antropométricos con la fuerza de

prensión manual, tanto en valores absolutos como relativos.

2. MATERIAL Y MÉTODO

Se estudiaron 23 escaladores de la Copa de España de escalada deportiva, con una edad

comprendida entre 22 y 33 años. De los 43 escaladores masculinos y 16 femeninos, 11

(25,58%) y 12 (75%) se pudieron analizar y se prestaron voluntariamente a la realización de

este estudio. Todos los sujetos fueron evaluados en las mismas condiciones a través de las

diferentes pruebas que componen la Copa de España, en Mayo, Junio, 2005.

Al mismo tiempo que se recogían los datos, los escaladores completaban un cuestionario

adaptado de Wall et al. (2004), en el cual se recoge información sobre la cantidad de años

escalando, días de la semana (promedio del mes), vía más dura a vista (ninguna realización

previa) y vía más dura trabajada.

El grado de escalada de cada sujeto fue definido como la ascensión de mayor dificultad

realizada a vista (Watts et al., 1993), siguiendo el sistema de clasificación europeo. Para el

propósito de este estudio, el grado de escalada fue convertido a una escala numérica estándar

utilizada por Watts et al. (1993). (Tabla 1).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 54 COMUNICACIONES

La masa corporal fue determinada sin zapatos usando una báscula modelo Seca 714 con

precisión de 100g (rango 0,1­130Kg). Los pliegues cutáneos fueron medidos en el

hemicuerpo derecho mediante un plicómetro modelo Holtain (rango 0­40mm), que tiene una

presión constante de 10 g/ mm2 de superficie de contacto. Los pliegues medidos y utilizados

para calcular la densidad corporal fueron tricipital, pectoral, abdominal y muslo en hombres y

tricipital, subescapular, suprailiaco y muslo en mujeres. Se han utilizado las ecuaciones de

Jackson y Pollock (1977) para hombres y Jackson et al. (1985) para mujeres. La ecuación de

Siri (1956) fue utilizada para el cálculo del porcentaje de grasa corporal. Fueron medidos

también perímetros corporales mediante una cinta métrica de material inextensible (rango 0­

150cm.) y diámetros óseos mediante pie de rey modelo Holtain (rango 0­14cm.). Los pliegues

se midieron de una forma estándar y con el sujeto en posición anatómica. También se midió la

longitud del brazo completo, longitud del brazo, y longitud del antebrazo. Además se midió,

la dimensión de la mano en sentido longitudinal, transverso y oblicuo, y la longitud del tercer

dedo.

La fuerza de prensión manual fue determinada para ambas manos como la media de los

valores obtenidos en el Test de dinamometría manual usando el dinamómetro electrónico

DYnex TM (precisión ± 0,1Lb). A los sujetos se les permitió descansar un minuto entre

pruebas, aumentando el tiempo de descanso si así lo requerían. Este valor absoluto de fuerza

máxima también fue expresado en relación a la masa corporal de cada individuo, lo que

consideramos como fuerza relativa al peso.

Los datos fueron analizados mediante SPSS y fueron clasificados por sexo.

3. RESULTADOS

Los datos descriptivos y antropométricos son recogidos en la tabla 2. Los participantes

en las competiciones nacionales tienen entre 20 y 30 años y exceden los 8 años de escalada.

El grado de escalada de la muestra fue clasificado en 3,85±0,52 para hombres y 3,31±0,53

para mujeres, superando en ambos casos el 4,00 cuando la ruta es trabajada, es decir, es de

7b+ a 7c+, superando el octavo grado cuando trabajan una ruta, llegando hasta 8b+ como

media del grado trabajado en la categoría masculina.

Cabe destacar el bajo porcentaje de grasa corporal que presentaban los sujetos

(4,73±4,40 % y 12,63±2,42 % en hombres y mujeres, respectivamente). Los valores de fuerza

expresados de forma relativa son más destacables que si se expresan de forma absoluta,

0,86±0,07 para la categoría masculina y 0,66±0,08 para la femenina.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 55 COMUNICACIONES

Los datos de peso (figura 1), porcentaje de grasa corporal (figura 2), grado a vista

(figura 3) y fuerza precompetitiva, absoluta y relativa, (figura 4 y 5) de los escaladores de

Élite de la Copa de España son comparados con escaladores de Élite de una prueba de la Copa

del mundo.

Los parámetros descriptivos de la población y antropométricos se han correlacionado

con fuerza de la mano derecha antes de la competición. En los parámetros descriptivos la edad

tiene relación significativa con la fuerza de la mano (r = ­0,90; P ≤ 0,05) para varones y (r = ­

0,651; P ≤ 0,05) para mujeres. Para estas últimas, el peso también se correlaciona

significativamente con la fuerza de prensión manual (r = 0,716; P ≤ 0,05). En parámetros

antropométricos, la fuerza de la mano en valores relativos tiene relación significativa para el

sexo masculino con el diámetro de la muñeca(r = ­0,885; P ≤ 0,05); el perímetro del muslo(r

= ­0,904; P ≤ 0,05) y perímetro del pectoral (r = ­0,888; P ≤ 0,05).

En cuanto a la categoría femenina, el diámetro del codo tiene relación con la fuerza en

valores absolutos (r = 0,628; P ≤ 0,05); y una relación muy significativa entre el perímetro

del antebrazo y la fuerza en los mismos valores (r = 0,746; P ≤ 0,01). Además la longitud del

ancho de la mano tiene relación significativa con el valor de fuerza obtenido(r = 0,845; P ≤

0,01) al igual ocurre con la longitud del dedo corazón (r = 0,616; P ≤ 0,05).

4. DISCUSIÓN

En el grado de escalada de la muestra la desviación típica observada es muy pequeña,

reflejando una homogeneidad entre los competidores de este nivel Élite.

El porcentaje de grasa corporal estimado es extremadamente bajo al igual que la suma

de los pliegues, indicando una masa corporal muy baja. El exceso de grasa corporal podría

aumentar el esfuerzo muscular requerido para mantenerse en los agarres o superarse por la

pared. Los valores obtenidos, siguiendo a Watts et al. (1993); Watts et al. (1996) y Mermier et

al. (2000); son normales para este grupo de población. La media de fuerza es más baja para

las mujeres que para los hombres, cuando estos datos son comparados con los valores

normales de la población, ambos sexos entran dentro del rango normal, siendo alto al

expresarlo en relación al peso corporal. El área grasa del brazo es muy similar en ambos

sexos.

La participación española en las competiciones de escalada deportiva ha aumentado en

los últimos años. Cada vez hay más participantes en las competiciones nacionales y el equipo

español participa más en competiciones Internacionales.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 56 COMUNICACIONES

Comparamos el peso y el % de grasa corporal de los participantes españoles con los de

una Copa del mundo Internacional (Watts et al., 1993). Se observa que el peso, ilustrado en la

figura 2 y el porcentaje de grasa corporal, en la figura 3, son muy similares para los

escaladores españoles como para los de la Copa del mundo, observando una pequeña

diferencia en el porcentaje de grasa femenino.

En cuanto a la media del grado, definido a vista (figura 4) la categoría masculina de la

Copa del mundo supera el octavo grado de la escala numérica francesa mientras que la media

de los españoles no. La categoría femenina de ambas competiciones se encuentran en el

séptimo grado a vista.

La fuerza, tanto en valores absolutos como relativos es muy similar. Se ha

correlacionado la fuerza de la mano derecha antes y después de la competición, tanto en

valores absolutos como relativos con los distintos parámetros descriptivos y antropométricos

medidos.

Para ambos sexos, la edad tiene relación significativa con la fuerza de la mano, pues a

mayor edad menor es el valor de fuerza obtenido (Metter et al., 2002). En categoría

masculina, el diámetro de la muñeca está relacionado con valores menores de fuerza en

relación al peso, ya que el diámetro de la muñeca es un indicador de la complexión ósea.

(Guthrie et al., 1995). Además, a mayor perímetro del muslo y del pectoral menor es la fuerza

obtenida en relación al peso, por tanto el esfuerzo muscular requerido para mantenerse en los

agarres o superarse por la roca es mayor; ya se ha observado previamente que el peso

corporal de los escaladores deportivos es bajo para superarse cómodamente por la roca. En

cuanto a la categoría femenina se refiere el diámetro del codo tiene relación con la fuerza en

valores absolutos y una relación muy significativa entre el perímetro del antebrazo y la fuerza

en los mismos valores.

Existen muchos artículos en los que la forma de la mano de las féminas está asociada al

agarre sobre el cual se ejerce la fuerza isométrica máxima, es decir, el valor de fuerza en un

test de dinamometría manual depende de la forma de la mano (Ruiz­Ruiz et al., 2002; Clerke

A., 2005; Boadella et al., 2005). En nuestro caso, sólo se da en mujeres, ya que “la fiabilidad

es menor al realizar el test de dinamometría manual en este sexo”, (Clerke A., 2005). Se

observa que a mayor ancho de la mano y longitud del dedo corazón mayor es el valor de

fuerza obtenido.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 57 COMUNICACIONES

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11. WATTS PB, DAGGETT M, GALLAGHER P, WILKINS.(2000) Metabolic responses during sport rock climbing and the effects of active versus passive recovery. Int. J. Sports Med.21:185­ 90

12. WATTS PB, JOUBERT LM, LISH AK, MAST, WILKINS B. (2003). Anthropometry of young competitive sport rock climbers. Br. J. Sports Med. 37: 420­ 424

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15. WILKINS B, WATTS PB, WILCOX A. (1996). Metabolic responses during rock climbing in expert sport rock climbers. Med. Sci. Sports Exerc. 28:S159

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 58 COMUNICACIONES

CLASIFICACIÓN EUROPEA CONVERSIÓN DEL GRADO

6a 1,00

6b 1,50

6c 2,00

7a 2,50

7b 3,00

7c 3,50

8a 4,00

8b 4,50

8c 5,00

Hombres Mujeres

Edad 25,40±2,70 26,81±4,51

Peso 65,55±3,06 48,50±4,27

Años escalando 10,14±4,42 8,09±3,50

Días de escalada (en una semana) 5,33±1,12 5,18±1,68

Grado máximo a vista 3,84±0,52 3,31±0,53

Grado máximo trabajado 4,72±0,68 4,06±0,36

Suma de 3 pliegues hombres (pectoral+abdominal+muslo) 18,14±14,57

Suma de 3 pliegues mujer (tricipital+suprailiaco+muslo) 27,83±6,43

Densidad corporal (g/cc) 1,09±0,01 1,07±0,006

% grasa corporal 4,73±4,40 12,63±2,42

Fuerza pre­competición. Mano Dr. 56,34±4,30 31,72±4,34

Fuerza relativa pre­competición. Mano Dr. 0,86±0,07 0,66±0,08

Área grasa brazo (%) 43,48±19,31 43,70±8,95

Suma dinamometría manual (dr.+izq.)(Kg.) 113,18±8,95 62,27±9,05

Suma fuerza relativa (dr.+izq.) 1,73±0,14 1,29±0,17

Tabla 1. Carta de conversión usada para estandarizar el grado de dificultad de la escalada deportiva.

Tabla 2. Valores medios (SD.) del grupo de variables investigadas

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 59 COMUNICACIONES

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

peso

(Kg)

H.Esp H.Ch.World M.Esp. M.Ch.World

0

2

4

6

8

10

12

14

16

% grasa corpo

ral

H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World

Figura 2. % grasa corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo.

Figura 1. Masa corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo.

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 60 COMUNICACIONES

0

1

2

3

4

5

6

Grado

máxim

o a vista

H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World

0

10

20

30

40

50

60

70

Fuerza Pre­com

petic

ión Dr. (K

g.)

H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World

Figura 3. Grado máximo a vista de competidores en Copa de España y Copa del mundo.

Figura 4. Fuerza pre­competitiva mano Dr. de competidores en Copa de España y Copa del mundo.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 61 COMUNICACIONES

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

1,2 Fuerza Pre­com

petic

ión Relativa al Pes

o

H.Esp H.Ch.World M.Esp M.Ch.World

Figura 5. Fuerza pre­competitiva relativa al peso corporal de competidores en Copa de España y Copa del mundo.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 62 COMUNICACIONES

VALORACIÓN DE LA DIETA Y COMPOSICIÓN ÓSEA DE

BAILARINAS CLÁSICAS ADOLESCENTES A TRAVÉS DE UN

ESTUDIO LONGITUDINAL

Amaia García (amaia.garcí[email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.)

Antonio Torres ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.)

María Teresa Muñoz ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid) Guadalupe Garrido ([email protected])

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.)

RESUMEN

El ballet clásico es un arte cuyo instrumento es el cuerpo físico, su desarrollo exige de

un perfecto control corporal y del desarrollo de unas cualidades físicas comparables a las de

deportistas de más alto nivel. Las bailarinas requieren de un estricto control de peso y de una

fisionomía característica. Dichas exigencias han sido el origen de la incidencia de trastornos

en el comportamiento alimentarios en estos colectivos. Durante la época de crecimiento la

restricción energética de la dieta podría inducir en un retraso del crecimiento y de la pubertad.

Es conocido, que la actividad física de impacto y en particular cuando es practicada

desde la infancia, junto con la nutrición son factores que pueden condicionar el pico de masa

ósea (PMO), que determinaría la salud ósea en etapas posteriores de la vida.

Se ha realizado durante tres años consecutivos (2003­2005) una valoración anual de la

dieta en un grupo de bailarinas de ballet clásico, coincidiendo con una densitometría ósea

mediante Absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Se encontró un aporte marginal

para el calcio y la vitamina D, sin que dichos valores correlacionen con parámetros óseos.

PALABRAS CLAVE: Nutrición, Composición Ósea, Ballet Clásico y Adolescencia.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 63 COMUNICACIONES

1. INTRODUCCIÓN

La adolescencia es un período de tránsito entre la niñez y la etapa adulta, que se

caracteriza por una aceleración en el crecimiento y de la mineralización ósea. En el ámbito de

la alimentación dicha etapa se caracteriza por un aumento de los requerimientos de macro y

micronutrientes, así como una modificación en las pautas alimentarías que determinan la

selección de alimentos. En esta etapa de intenso crecimiento es prioritario un aporte elevado

de ciertos nutrientes, y las posibles deficiencias de éstos podrían tener un impacto importante

sobre la salud futura (Peña Quintana et al., 2001; Bonjour, 2002; Platen, 2001). Los hábitos

dietéticos así como los relativos a la actividad física diaria que se establecen en periodos de

infancia y adolescencia, tienden a perdurar en la edad adulta.

El tipo de dieta que se siga durante este período puede condicionar el pico de masa ósea,

y como consecuencia la salud del hueso en etapas posteriores de la vida (Peña Quintana et

al.,2001). La ganancia de masa ósea en las mujeres se acelera entre los 11 y 13 años (etapa

prepuberal) y representa aproximadamente la cantidad de hueso perdido durante los 30 años

que siguen a la menopausia (Bonjour, 2002). Hay que destacar, que durante los últimos años

de la adolescencia se adquiere el 50% del peso definitivo, el 25% de la talla adulta y e 50% de

la masa ósea (Peña Quintana et al.,2001). En las mujeres, al final de la adolescencia se

produce un gran aumento de la masa ósea, alcanzándose en muchos casos el pico de masa

ósea (PMO) (Díaz Curiel et al., 2000). Cuanto mayor sea el PMO alcanzado durante esta

etapa, menor será la incidencia en el proceso natural de desmineralización ósea, reduciéndose

al mismo tiempo el riesgo de fracturas.

Al ser la adolescencia una etapa clave en el establecimiento de los hábitos nutricionales,

el presente estudio pretende asesorar y seguir a lo largo de tres años las pautas de

comportamiento alimentario y buscar su posible relación con la composición ósea en un

colectivo en el que se requiere un estricto control de peso corporal.

2. MATERIALES Y MÉTODOS

La muestra estudiada (Tabla 1) está integrada por bailarinas adolescentes del Real

Conservatorio Superior de Danza de Madrid.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 64 COMUNICACIONES

Edad (años) Peso

(Kg)

Talla

(cm)

Body Mass

Index

(BMI)

%

Amenor reicas

(nº de casos)

Entrenamiento/sem

(horas)

2003 (n=23) 11.3 ± 0.8 33.5 ± 4.5 142.8 ± 7.6 16.3 ± 1.4 17 (4) 6 ± 2

2004 (n=21) 12.2 ± 1.0 38.2 ± 6.2 148.4 ± 8.1 17.3 ± 1.8 40 (8) 8 ± 2

2005 (n=18) 13.2 ± 1.0 42.6 ± 6.1 154.6 ± 7.9 17.8 ± 1.5 61 (11) 10 ± 2

Tabla 1­ Características generales de muestra

Se ha realizado durante tres años consecutivos (2003­2005) una valoración anual de la

dieta de estas bailarinas, coincidiendo con una valoración del estatus óseo mediante

densitometría.

Cada uno de los tres años, durante el mes de abril se entregó a cada bailarina un

cuestionario de registro de alimentos. Se incluye en dicha encuesta la recogida de datos de

ingesta de alimentos durante 5 días (4 laborables y 1 festivo) en las diferentes comidas del

día. En el mismo periodo se completaron encuesta de actividad que incluye las 24 horas del

día fraccionadas en períodos de 15 minutos para estimar el nivel de actividad física

desarrollado de forma habitual.

Los datos procedentes de los cuestionarios de registro de alimentos (5 días), se

procesaron con el software Nutritionist IV Diet Analisis (First Data Bank. San Bruno. Ca). Al tener dicho programa una base de datos abierta, se incorporaron una gran variedad de

alimentos y recetas suministradas por las propias madres de las bailarinas.

Durante el mismo mes de abril de cada año se valoró mediante Absorciometría Fotónica

Dual de Rayos X (DXA) con un equipo Hologic QDR­4500W la composición ósea (densidad

y contenido mineral óseos) en diferentes zonas anatómicas: columna lumbar (L2­L4),cadera

(cuello del fémur y trocánter) así como triangulo de Ward´s.

Los datos se trataron estadísticamente con el Software Statgraphics Plus 4.0. Se

determinó la correlación entre los diferentes parámetros mediante regresión simple y se

consideraron significativos los parámetros que presentan una p≤ 0.05. Las diferencias entre

variables se analizaron mediante un análisis de varianza (one way ANOVA) y mediante el

coeficiente de correlación de Pearson (r).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 65 COMUNICACIONES

3. RESULTADOS

La valoración de la dieta se llevó a cabo en tres ocasiones (Tabla 2). El aporte

energético expresado de forma absoluta (Kcal/día) y relativa al peso (Kcal/kg) en cada

valoración

2003 2004 2005

Kcal/día 2192 ± 414 2107 ± 377 2077 ± 371

Kcal/kg 67 ± 17 57 ± 17 51 ±13

Tabla 2­ Ingesta energética absoluta (Kcal/día) y relativa al peso (Kcal/Kg/día).

La distribución energética de la dieta (% de la energía aportado por proteínas,

carbohidratos y lípidos) (Figura 1). So observa una tendencia al aumento del porcentaje de

hidratos de carbono y una reducción significativa (p≤0.05) en el porcentaje de lípidos en la

última valoración con respecto a la anterior. Se relaciona de forma significativa (p<0.01;

r=0.65) esta disminución con un descenso en el consumo de grasas saturadas.

37

45

17

39*

45

16 35*

48

17 0

10 20

30

40 50

60

% P % HC % L

2003

2004

2005

*(p<0.05)

Figura 1­Distribución energética (% de proteínas, % de hidratos de carbono y % de lípido)s .

El aporte de vitaminas (Figura 2) y de minerales (Figura 3) que potencialmente

intervienen en la mineralización ósea se expresó como porcentaje de las recomendaciones Dietary Referentes Intakes (Food and Nutrition Board 1997 y 2001). El aporte de vitamina K sobrepasó las recomendaciones (RDA) en las tres valoraciones. Por el contrario, la ingesta de

vitamina D fue inferior a las propuestas como Adequate Intake (AI).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 66 COMUNICACIONES

73

142

92

136

83

130

0 50 100 150 200 250

% AI Vit. D

% RDA Vit. K 2003

2004 2005

Figura 2­Porcentaje de la recomendaciones de vitaminas K y D aportados por la dieta .

El aporte diario de calcio no alcanzó las recomendaciones (%AI). El consumo por la

dieta del resto de minerales (Mg, P, y Zn) fue el adecuado en las tres mediciones.

114 81

133 135 104 105

77

120

102 95 78 109

0

50

100

150

200

250

% AI Ca % RDA Mg % RDA P % RDA Zn

2003 2004 2005

Figura 3­ Porcentaje de la recomendaciones de calcio, magnesio, fósforo y zinc aportados por la dieta.

En la Tabla 3 y Figura 4 se muestran los resultados de las densitometrías óseas:

contenido mineral óseo (BMC) y densidad mineral ósea (BMD) de diferentes regiones

anatómicas (lumbar, cadera y triángulo de Ward´s). Como cabía esperar en una población en

etapa de crecimiento se observa un incremento en todas las áreas anatómicas analizadas.

CMO Total (g) CMO L2­L4 (g) CMO Cadera (g) CMO Ward´s

(g)

2003 (n=23) 1129.49 ± 163.68 26.00 ± 5.28 17.04 ± 3.15 0.76 ± 0.13

2004 (n=21) 1318.93 ± 198.08 31.53 ± 6.55 20.62 ± 3.58 0.76 ± 0.16

2005 (n=18) 1541.03 ± 222.94 36.62 ± 6.79 24.28 ± 3.11 0.88 ± 0.16

Tabla 3­ Evolución del contenido mineral óseo en columna lumbar, cadera y Ward´s durante los 3 años.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 67 COMUNICACIONES

0,000

0,500

1,000

2003 0,643 0,717 0,635 0,891

2004 0,706 0,777 0,660 0,928

2005 0,764 0,844 0,693 0,990

BMD L2­L4 BMD Cadera BMD Ward´s BMD Total

Figura 4­ Evolución de la densidad mineral ósea (g/cm 2 ) en columna lumbar, cadera y Ward´s durante los 3 años.

Se analizó la relación entre parámetros nutricionales y de composición ósea, se observó

una correlación entre la ingesta de vitamina K y la DMO L2­L4 (p<0.05; r=0.30), DMO

Cadera (p<0.05; r=0.29), DMO Ward´s (p<0.01; r=0.39), y la BMD total (p<0.01; r=0.36). De

igual forma, se observó una relación entre la ingesta de vitamina K y el CMO L2­L4 (p<0.01;

r=0.34), el CMO Cadera (p<0.05; r=0.29), el CMO Ward´s (p<0.05; r=0.31), y el CMO Total

(p<0.01; r=0.37). El aporte de vitamina D y de calcio no estaba relacionado con los

parámetros óseos en esta población.

4. DISCUSIÓN

La energía aportada es suficiente para el correcto desarrollo y crecimiento de la muestra.

En las tres mediciones se sobrepasan los valores recomendados para poblaciones similares

(Food and Nutrition Board, 2002; Malina, 2004). Por otra parte, se ha sugerido que en

deportistas de pesos corporales comprendido entre 35­45 Kg, similar al de nuestra muestra,

que precisen de una técnica muy depurada, las recomendaciones de ingesta de energía se

encuentren entre 1200 y 1900 Kcal/día (Neuman, 2001) dichos valores superan también a los

encontrados en nuestra población. En cuanto a la distribución energética de nuestra muestra se

observa que el % de energía derivada de los lípidos fue superior al recomendado (Food and

Nutritión Board, 2002; Lowery, 2004) para una dieta saludable. La ingesta marginal en

vitamina D y en calcio ha sido descrita en otras poblaciones de adolescentes sedentarias

(Bayo, 2001; Requejo et al., 2002). La relación entre el aporte de calcio y la DMO sigue

debatiéndose como se señala en una reciente revisión (Lanou et al., 2005). La dieta de este

colectivo de bailarinas resultó ser similar a la de adolescentes sedentarias españolas por lo que

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 68 COMUNICACIONES

se propone que se establezcan más programas de asesoramiento nutricional en estas

poblaciones.

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Bonjour, J.P. (2002). Intervenir en tus huesos. Cómo afecta la dieta, los estilos de vida y la genética al desarrollo óseo en los jóvenes. Reemo, 11(1), 16­18.

Díaz Curiel, M., Botella Serrano, B., Garcés Puentes, M.V., Ruiz Moreno, M., & Turbí Disla, C. (2000). Densidad mineral ósea en niños y adolescentes medida por absorciometría dual de rayos X. Reemo, 9(4), 137­141.

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Lanou, A.J., Berkow, S.E., & Bernard, ND. (2005). Calcium, dairy products, and bone health in children and young adults: a reevaluation of the evidence. Pediatrics, 115(3): 792­4.

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Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 69 COMUNICACIONES

ACTIVIDAD FÍSICA vs CONDICIÓN FÍSICA, INFLUENCIA SOBRE

EL RIESGO LIPÍDICO CARDIOVASCULAR (estudio AVENA)

E. García­Artero ([email protected]) F.B. Ortega Porcel F. Carreño Gálvez J.L. Mesa Mesa

Dpto. Fisiología, Facultad de Medicina, Universidad de Granada.

RESUMEN

La adolescencia es una etapa clave en el desarrollo biológico. En ella tienen lugar

numerosos cambios que determinarán en gran medida las características adultas del sujeto.

Los hábitos más relacionados con la salud, tales como los alimenticios o los referentes a la

práctica de actividad física, junto a características como las antropométricas o el nivel de

condición física, quedan en gran medida determinadas en la adolescencia. De cara a prevenir

la aparición de enfermedades cardiovasculares, será vital conocer en estas edades el riesgo

lipídico que presenta la persona. A pesar de lo tradicionalmente establecido, practicar una

mayor cantidad de actividad física no garantiza una buena salud cardiovacular. Es preciso que

dicha actividad física suponga una mejora de la condición física, especialmente de la

capacidad aeróbica y la fuerza muscular.

PALABRAS CLAVE: Actividad física, capacidad aeróbica, fuerza muscular, riesgo

cardiovascular, AVENA.

INTRODUCCIÓN

La práctica de actividad física regular se considera actualmente el método más eficaz

para prevenir la aparición de las principales causas de morbi­mortalidad en los países

occidentales (US Department of Health and Human Service, 2002). El Departamento de Salud

norteamericano sitúa la actividad física como el primero de los diez indicadores de salud entre

sus objetivos para el año 2010 (Healthy People 2010, 2000), motivado por los importantes

riesgos que conlleva el sedentarismo para la salud individual y social (Colditz, 1999). En

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 70 COMUNICACIONES

niños y adolescentes, el nivel de actividad física practicado también parece estar relacionado

con determinados factores de riesgo cardiovascular (Barnekow­Bergkvist et al., 2001;

Eisenmann, 2004).

Sin embargo, es conveniente realizar una clarificación conceptual respecto a dos

términos íntimamente relacionados pero diferentes: actividad física y condición física. La

primera se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos

esqueléticos y que requiere un cierto gasto enérgético. Considera el tipo de esfuerzo físico que

se practica, tomando también en consideración durante cuánto tiempo se realiza y con qué

frecuencia. Por su parte, la condición física es entendida como una medida integrada de todas

las funciones y estructuras que intervienen en la realización de ejercicio (músculo­esquelética,

cardio­respiratoria, hemato­circulatoria, psico­neurológica y endocrino­metabólica) (Castillo

et al., 2005).

Dentro del concepto global de condición física, la capacidad aeróbica y la fuerza

muscular se presentan como las cualidades físicas más determinantes sobre el estado de salud.

Recientes estudios muestran el poder de estas variables como predictores de morbi­mortalidad

por causa cardiovascular y por todas las causas, tanto en hombres (Myers et al., 2003; Metter

et al., 2002) como en mujeres (Mora et al., 2003; Carnethon et al., 2003; Hulsmann et al.,

2004). De modo similar, estudios transversales han demostrado la relación existente entre el

nivel de forma física y otros factores de riesgo cardiovascular durante la infancia y

adolescencia (Wedderkopp et al., 2003; Eisenmann et al., 2005). Importantes estudios

longitudinales han constatado que el nivel de condición física que se posee en la vida adulta,

así como la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular convencionales

(hipercolesterolemia, hipertensión, etc.), vienen condicionados por el nivel de forma física

que se tiene en la infancia o adolescencia (Hasselstrøm et al., 2002; Twisk et al., 2002).

Es objetivo principal de este trabajo comprobar cuál de estas dos variables (actividad

física o condición física) determina en mayor medida el perfil lipídico cardiovascular

saludable en adolescentes. Secundariamente se pretende analizar la relación del perfil

cardiovascular con dos parámetros concretos de la condición física: capacidad aeróbica y

fuerza muscular.

MATERIAL Y MÉTODOS

Este trabajo forma parte del proyecto AVENA, un estudio multicéntrico (Granada,

Madrid, Murcia, Santander, Zaragoza) diseñado para evaluar el estado de salud así como la

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 71 COMUNICACIONES

situación nutricional­metabólica y forma física de una muestra representativa de adolescentes

españoles (Gonzalez­Gross et al., 2003). De un total de 2851 adolescentes de entre 13 y 18,5

años, 460 fueron escogidos al azar para realizar el estudio bioquímico­metabólico.

El nivel de actividad física fue obtenido al considerar tipo, duración (mínimo de 12

minutos) y frecuencia de actividades físicas y deportivas fuera del horario escolar (día laboral,

día de fin de semana y práctica de actividad física en vacaciones). Los datos fueron obtenidos

a partir de cuatro cuestionarios en forma de recordatorio de las actividades físico­deportivas

realizadas, enumeradas en una serie de categorías atendiendo al nivel de gasto energético

(MET) (Martín­Matillas et al., sometido). La capacidad aeróbica (VO2máx) fue evaluada

mediante un test de campo indirecto máximo de ida y vuelta de 20 m hasta el agotamiento

(Léger et al., 1984). La fuerza muscular fue evaluada mediante tres test diferentes: salto de

longitud sin impulso y con pies juntos, dinamometría manual y test de suspensión en barra

con flexión de brazos, todos ellos incluidos en la batería EUROFIT validada y estandarizada

por el Consejo de Europa (Instituto de Ciencias de la Educación Física y el Deporte, 1992).

Con el ánimo de hacer contrastables estos tres diferentes parámetros de fuerza muscular,

fueron transformados mediante el método división de cada valor individual por el valor

máximo obtenido en dicha variable en cada grupo de edad ([13­13,9], [14­14,9], [15­15,9],

[16­18,5]). El índice de fuerza general fue calculado como el promedio de éstas tres variables

(Ortega et al., sometido).

Extracciones sanguíneas de 20 ml tomadas en la vena cubital permitieron llevar a cabo

los estudios hematológico, genético, imunológico y bioquímico­metabólico. Este último

sirvió para establecer una puntuación indicadora del riesgo de enfermedad cardiovascular

(cardiovascular disease, CVDzscore) en base a los valores de triglicéridos, colesterol LDL,

colesterol HDL y glucosa (Mesa et al., en prensa). Cada una de estas variables fue tipificada,

i.e., Z = ([valor ­ media]/DT). La variable tipificada del colesterol HDL fue multiplicada por

[­1] para invertir el sentido de su relación con el riesgo cardiovascular. El riesgo de

enfermedad cardiovascular (CVDzscore) fue calculado como la suma de las cuatro variables

tipificadas. Por definición la media de este parámetro es cero, y mayores valores suponen un

mayor riesgo cardiovascular.

El análisis estadístico de los datos fue realizado con el programa SPSS 12.0. Las

asociaciones entre las variables índice de actividad física, capacidad aeróbica e índice de

fuerza general con el riesgo cardiovacular fueron examinadas mediante correlación parcial.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 72 COMUNICACIONES

Edad y estadío madurativo (Tanner y Whitehouse, 1976) fueron empleadas como covariables

de ajuste en todos los análisis.

RESULTADOS

En la tabla 1 se muestran las características físicas y perfil metabólico de la muestra

estudiada. El peso y la talla fueron mayores en chicos (p≤0,001), mientras que el índice de

masa corporal fue similar en ambos sexos. Los varones presentaron una mayor capacidad

aeróbica (p≤0,001) y el porcentaje de sujetos activos fue tambien mayor en ellos (p≤0,001).

La variable nivel de actividad física que aparece en esta tabla es dicotómica (activo /

inactivo). Sin embargo, el posterior análisis de las correlaciones se realizó con el nivel de

actividad física como variable continua, con varios grados diferentes para describir el nivel de

actividad física de los adolescentes (Martín­Matillas et al., sometido).

Los parámetros bioquímicos revelaron unos valores más altos de triglicéridos y glucosa

para los varones (p=0,042 y p≤0,001 respectivamente). Las chicas mostraron un mayor

contenido de colesterol total, colesterol LDL y colesterol HDL (p≤0,001; p=0,002; p≤0,001

respectivamente). La ratio colesterol total / colesterol HDL fue mayor en chicos (p=0,002).

Tanto en varones como en mujeres, el nivel de actividad física no mostró correlación

alguna con el riesgo lipídico cardiovascular (CVDzscore). Tras ajustar por edad y maduración

sexual, la condición física aeróbica se relacionó inversamente con el riesgo de enfermedad

cardiovascular en chicos (r= ­0,17; p=0,011). Sin embargo, aunque en chicas parece existir

dicha relación, únicamente se observó una tendencia a la significación (r= ­0,10; p≤0,1) (Fig.

1). Cuando se realizó un ajuste adicional por nivel de actividad física, la fuerza de asociación

entre ambas variables se vio incrementada significativamente en varones (r= ­0,235;

p=0,001), mientras que en mujeres desapareció la tendencia a la significación (r= ­0,082;

p=0,275).

Tras ajustar por edad y maduración sexual, el índice de fuerza general se correlacionó

negativamente con el riesgo lipídico cardiovascular, de forma significativa en mujeres (r= ­

0,184; p=0,014) y con tendencia a la significación en varones (r= ­ 0,124; p=0,069) (Fig. 2).

Estos resultados no se vieron afectados cuando la relación fue ajustada adicionalmente por

nivel de actividad física.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 73 COMUNICACIONES

DISCUSIÓN

El nivel de condición física que posee un sujeto está determinado principalmente por

dos componentes. Uno de ellos es la carga genética del individuo, sobre el que, hoy por hoy,

poco podemos actuar. El otro comprende el conjunto de estímulos que se le presentan al

organismo. Entre estos últimos se situaría la actividad física que practica el sujeto. Por ello,

resulta lógico que el nivel de actividad física determine hasta cierto punto la condición física

aeróbica que presenta el individuo (Fig. 3).

En base a los resultados aquí presentados, el nivel de actividad física de los adolescentes

españoles no puede ser considerado un indicador del riesgo lipídico cardiovascular. Sí por el

contrario la capacidad aeróbica, pues se ha mostrado asociada notablemente en el riesgo

metabólico de los adolescentes. Mayores valores de condición física aeróbica suponen un

menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, especialmente en varones (Fig.1).

Además, nuestros resultados indican que en varones esta relación es independiente del nivel

de actividad física, lo cual implica que una mayor capacidad aeróbica supone un menor riesgo

metabólico sea cual sea el nivel de actividad física que practique el sujeto. Por otro lado, la

capacidad de fuerza de los sujetos estudiados, especialmente en mujeres, puede ser

considerada como un indicador del riesgo metabólico. Un mejor estado de la función

neuromuscular implica un menor riesgo de enfermedad cardiovascular (Fig. 2),

independientemente del nivel de actividad física practicado por la persona.

En anteriores trabajos el nivel de actividad física se ha correlacionado de forma positiva

con la salud cardiovascular en adultos (Cheng et al., 2003; Endres et al., 2003) y también en

niños y adolescentes (Eisenmann, 2004). La ausencia de dicha relación en este trabajo, junto

con la relación positiva establecida entre nivel de actividad física y condición física aeróbica

(varones r=0.181, p=0.009; mujeres r=0,259, p=0,000) (Fig. 3), plantea la posibilidad de que

pueda ser la condición física aeróbica la variable que realmente determina la relación entre

actividad física y salud cardiovascular presentada por anteriores estudios. Tal y como han

demostrado otros trabajos realizados también en adolescentes (Hasselstrøm et al., 2002;

Twisk et al., 2002), la condición física es mejor predictor del riesgo cardiovacular futuro que

el nivel de actividad física. Practicar suficiente actividad física, aunque importante, no es

requisito único para disminuir el riesgo lipídico cardiovascular. Esta actividad física que se

practica debe suponer una mejora de la condición física, sobre todo capacidad aeróbica y

fuerza.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 74 COMUNICACIONES

En el presente trabajo se presentan exclusivamente los parámetros bioquímicos

necesarios para establecer el riesgo lipídico cardiovascular (CVDzscore). La totalidad de los

valores de referencia de lípidos plasmáticos y lipoproteínas de los adolescentes españoles del

estudio AVENA, han sido mostrados en estudios previos (Ruiz et al., en prensa). De igual

modo, en este trabajo tan sólo se muestran la capacidad aeróbica y la fuerza general. La

descripción detallada del nivel de condición física de los adolescentes españoles (fuerza de

prensión manual, fuerza explosiva de tren inferior, fuerza resistencia de tren superior,

flexibilidad, velocidad­agilidad y capacidad aeróbica) ha sido publicada con anterioridad

(Ortega et al., 2005).

CONCLUSIONES

Un bajo nivel de condición física se muestra más eficaz que la actividad física como

indicador del riesgo metabólico­cardiovascular de los adolescentes españoles, especialmente

la capacidad aeróbica en varones y la fuerza muscular en mujeres. La condición física

aeróbica, como manifestación del estado de la función cardiorrespiratoria, y la fuerza general,

como expresión del rendimiento neuromuscular, son los parámetros de condición física con

mayor potencial para preservar la salud de los adolescentes y prevenir la enfermedad futura.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Tabla 1. Características físicas y perfil metabólico de la muestra estudiada. varones mujeres

(n=248) (n=212) P

Edad (años) 15,2 ± 1,4 15,2 ± 1,5 0,839

Peso (kg) 64,6 ± 14,0 56,2 ± 10,8 ≤0,001

Talla (cm) 170,5 ± 8,4 161,2 ± 6,0 ≤0,001

IMC (kg/m 2 ) 22,1 ± 4,0 21,6 ± 3,5 0,138

VO2 máx (ml/kg/min) 49,2 ± 10,4 42,2 ± 8,5 ≤0,001

Nivel de actividad física (% activos) 66,8 48,8 ≤0.001

Triglicéridos (mg/dl) 71,4 ± 32,1 65,8 ± 27,2 0,042

Colesterol total (mg/dl) 157,0 ± 26,6 171,4 ± 26,2 ≤0,001

Colesterol LDL (mg/dl) 91,98 ± 24,03 98,79 ± 22,89 0,002

Colesterol HDL (mg/dl) 50,7 ± 9,6 59,2 ± 11,6 ≤0,001

Col total / Col HDL 3,2 ± 0,7 2,9 ± 0,6 0,002

Glucosa (mg/dl) 95,4 ± 8,8 91,3 ± 8,3 ≤0,001

Resultados expresados como media ± desviación típica. ANOVA de un factor

(género) fue llevado a cabo. IMC: índice de masa corporal. VO2 máx: consumo

máximo de oxígeno.. LDL: low density lipoprotein. HDL: high density lipoprotein.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 77 COMUNICACIONES

Figura 1. Relación inversamente proporcional de la capacidad aeróbica (VO2máx) con el riesgo metabólico (CVDzscore).

20,00 40,00 60,00 80,00 100,00

VO2 máx (ml/kg/min)

­1,50

­1,00

­0,50

0,00

0,50

1,00

1,50

CVDzsco

re

Género varones mujeres

p=0,011

p=0,131

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 78 COMUNICACIONES

Figura 2. El índice de fuerza general se relaciona negativamente con el riesgo metabólico (CVDzscore).

0,20 0,40 0,60 0,80 1,00

Fuerza General

­6,00

­5,00

­4,00

­3,00

­2,00

­1,00

0,00

1,00 CVDzsco

re

Género varones mujeres

p=0,069

p=0,014

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 79 COMUNICACIONES

Figura 3. El nivel de actividad física que practica el sujeto determina

en cierta medida su condición física aeróbica (VO2máx).

0 2 4 6

Nivel de actividad física

35,00

40,00

45,00

50,00

55,00

60,00

65,00

70,00

75,00

VO2 máx (m

l/kg/min)

Género varones mujeres

p=0,009

p=0,000

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 80 COMUNICACIONES

LA BICICLETA COMO ACTIVIDAD FÍSICA PARA LA MEJORA DE

LA SALUD

María Garrido Guzmán ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Sevilla.

Agustín Cuello León ([email protected]) Técnico de estudios de transportes, Consultoría Alomón, Sevilla.

RESUMEN

La práctica de actividad física a través de la bicicleta sería un excelente ejemplo de

orientación hacia la salud y el bienestar. Ir en bicicleta prescindiendo de un vehículo

motorizado para ir a trabajar, podría llegar a ser una actividad cotidiana para muchas

personas, realizada diariamente por necesidad, rutina o entretenimiento. Ésta sería una buena

manera de realizar una práctica importante de actividad física, ya que nos encontraríamos con

un trabajo de bicicleta continuo. Ello nos aseguraría una mejora en el estado de nuestra salud

con los consiguientes beneficios que aporta el realizar una práctica moderada y aeróbica de

actividad física como puede ser: reducir el riesgo de enfermedades coronarias, controlar el

peso corporal o atenuar el estrés y la tensión de la vida cotidiana entre otros.

La creación de carriles bici ayudará a mejorar la salud y los estilos de vida de la

población alcanzando un modelo de vida activa que asegure calidad de vida. Veremos que

existe una relación directa entre la creación de carriles bici y la utilización de la bicicleta en la

ciudad, lo que nos confirmará que no es cierto que no se construyan carriles bici porque la

gente no utilice la bicicleta como medio de transporte, sino todo lo contrario, la creación de

carriles bici ayudaría a conseguir estilos de vida más activos en los ciudadanos, algo que

beneficiaría a la salud de los mismos.

PALABRAS CLAVE: actividad física, bicicleta, salud, estilos de vida.

INTRODUCCIÓN: ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD

Una perspectiva de salud está en consonancia con una actividad que va de moderada a

vigorosa, de tal manera que en los niveles moderados de actividad se encuentran los mayores

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 81 COMUNICACIONES

beneficios saludables. Por esto mismo, señalamos a continuación las características que tiene

una actividad física orientada al bienestar (Devís, 2000):

­ Adaptada a las características personales.

­ De moderada a vigorosa, es decir, entre una intensidad que permita a cualquier

persona una práctica constante durante largo tiempo y otra intensidad que lleve a la

sudoración y el jadeo en la respiración.

­ Habitual y frecuente de manera que forme parte del estilo de vida de las personas.

­ Orientada al proceso de la práctica más que al producto o excelencia atlética.

­ Satisfactoria.

­ Relacional, es decir, que permita la interacción positiva entre las personas.

­ Respetuosa con el medio ambiente.

­ Favorecedora de la autonomía intelectual relativa a la actividad física y la salud y del

desarrollo de habilidades sociales que sirvan para llevar una vida mejor.

Como vemos entonces, la práctica de actividad física a través de la bicicleta sería un

excelente ejemplo de orientación hacia la salud y el bienestar.

LA BICICLETA Y SU IMPLICACIÓN CON LA SALUD Existe una gran diversidad de actividades físicas que exigen niveles de intensidades muy

distintos. Los deportes, juegos u otro tipo de actividades son los practicados para realizar

práctica física, cada uno de ellos con determinadas características. Así mismo, el ir en

bicicleta es considerado como una actividad cíclica en la que se garantiza un mejor control de

la intensidad, porque se trata de movimientos repetidos y fáciles de mantener a ritmo

constante según la voluntad del practicante.

Ir en bicicleta prescindiendo de un vehículo motorizado para ir a trabajar, podría llegar a

ser una actividad cotidiana para muchas personas, realizada diariamente por necesidad, rutina

o entretenimiento. Ésta sería una buena manera de realizar una práctica importante de

actividad física para llevar una vida activa.

La actividad de ir en bici está incluida en el grupo de actividades aeróbicas. Sus

principales beneficios están relacionados con un fortalecimiento del corazón y una mayor

eficacia del sistema cardiovascular, así como el fortalecimiento de los músculos y los huesos

(Devís, 2000). La atenuación del estrés y la tensión de la vida cotidiana, el ayudar a sentirnos

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 82 COMUNICACIONES

mejor, controlar el peso corporal y reducir el riesgo de enfermedades coronarias son otros de

los beneficios que se obtienen de una práctica de actividad aeróbica como la bicicleta.

Además de estos efectos, según Giménez (2001) los principales efectos que se pueden

conseguir a través de la práctica de actividad física de forma continuada en personas adultas,

y no tan adultas son:

­ Mejora general de la salud, tanto física como psíquica.

­ Pérdida de peso.

­ Mejores recorridos articulares.

­ Menor cansancio al realizar cualquier trabajo físico.

­ Mayor agilidad.

­ Ayuda a prevenir enfermedades coronarias.

­ Ayuda a prevenir la osteoporosis, o disminuye sus efectos.

­ Mejora la sociabilidad de los participantes.

Sánchez (1996) también incluye como efectos positivos de la actividad física habitual

sobre la salud un aumento de metabolismo, lo que resulta beneficioso desde el punto de vista

nutricional, una mayor eficiencia del músculo cardiaco o una normalización de la tolerancia a

la glucosa.

Si tenemos en cuenta además, que una actividad física orientada a la salud está

determinada por factores como el tipo, frecuencia, duración e intensidad, vemos como

ejemplo, que según las recomendaciones básicas del American College os Sport Medicine la

promoción de la salud en adultos va determinada por las siguientes características (Rodríguez,

1995):

­ Frecuencia: 3 a 5 días por semana.

­ Duración: 15 a 60 minutos de actividad física aeróbica continua o intermitente.

­ Intensidad: 40­85% VO2 max., o entre 55­90% de la frecuencia cardiaca máxima.

Una intensidad menor, podría suponer beneficio para la salud, o incluso mejorar la

condición física en algunas personas, como individuos sedentarios o en baja forma

física.

­ Tipo: Actividad física que requiera la participación de grandes grupos musculares,

que pueda ser mantenida durante un período de tiempo prolongado, y de naturaleza

rítmica y/o aeróbica.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 83 COMUNICACIONES

Vemos entonces como precisamente el uso de la bicicleta cumple totalmente estas

recomendaciones y podríamos considerarlo como una actividad primordial en la consecución

de mejora de la salud. El empleo de la bici como actividad cotidiana por parte de adultos

principalmente, conseguiría grandes beneficios saludables.

EL CARRIL BICI: DOS CASOS DE ÉXITO

La salud es un problema social y un problema político, cuyo planteamiento y solución

pasa, necesariamente, por la participación activa y solidaria de la comunidad (Sánchez, 1996).

Además de ello, y tomando palabras de Tercedor (2001), una política llevada a cabo bajo

unos principios de salud también será determinante del estilo de vida; tal es el caso del

impulso de transporte en bicicleta (creación de carriles bici), de la promoción de transporte

alternativo al coche (programa “mejor sin coche” del Ayuntamiento de Granada) o de los

programas de fomento de la práctica deportiva llevados a cabo por Patronatos municipales y

Diputaciones provinciales. Por todo ello, la creación de carriles bici en las ciudades,

contribuiría a una mejora de la calidad de vida de la población.

Más del 30% de los viajes que se realizan en coche en Europa corresponden a un

desplazamiento inferior a 3 Km. y un 50% son inferiores a 5 Km. En ambos casos, la bicicleta

es un transporte eficiente y eficaz que puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las

personas y del entorno urbano.

La declaración de Ámsterdam, realizada por los participantes de la primera Conferencia

Mundial sobre la Bicicleta Vélo Mondial 2000, proclamó que las personas, incluidos los

niños, deberían tener derecho a usar la bicicleta cuando quisieran. Esta premisa se sustentó

sobre una serie de ventajas entre las que se pueden destacar las siguientes:

­ La bicicleta ofrece intimidad, independencia y libertad; el ciclismo es una actividad

emancipadora.

­ Un mayor uso de la bicicleta significa un mejor acceso a las oportunidades de empleo

y una mayor creación de puestos de trabajo, siendo una herramienta adecuada para el

desarrollo.

­ El ciclismo, como actividad física, mejora la salud física y mental.

­ El uso de la bicicleta amplía el radio de actividad de las personas, independientemente

de que sean jóvenes o de avanzada edad, hombres o mujeres.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 84 COMUNICACIONES

Por estas y otras razones los participantes realizaron un llamamiento para que los

gobiernos e instituciones pongan las condiciones necesarias para que el uso de la bicicleta se

vuelva más atractivo. Y esto, en la ciudad, conlleva necesariamente a la creación de carriles

bici.

Son tantas las iniciativas que han fracasado en la implantación del carril bici en las

ciudades españolas que, a pesar de todas las complejidades y dificultades que conlleva el

éxito de una actuación de estas características, el principal argumento que se utiliza para

obstaculizar cada nuevo proyecto es precisamente la gran cantidad de malos ejemplos de

carril bici que existen en la actualidad. Sin embargo, si se profundiza en cada uno de esos

casos, se observa como es la desidia y la falta de convicción en el éxito lo que ha llevado al

fracaso ideas y proyectos que podrían haber funcionado. A continuación se revisarán los casos

de dos ciudades que sí han conseguido alcanzar sus objetivos en los proyectos de carril bici

que iniciaron y han popularizado el uso de la bicicleta como medio de transporte en el ámbito

urbano.

La ciudad de Barcelona cuenta en la actualidad con más de 120 Km. de carriles bici que

conforman una autentica red ciclista en el entramado de la ciudad. La evolución de la longitud

total de esta red se muestra en la tabla siguiente:

EVOLUCIÓN DEL CARRIL BICI EN LA CIUDAD DE BARCELONA

1999 2000 2001 2002 2003 Tasa de crecimiento medio anual

Car ril bici (Km.) 108,6 110,2 116,1 119,1 121,7 3 %

Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

Gracias a esta amplitud de la red y a lo conexa de la misma se ha logrado que de las

300.000 bicicletas censadas en Barcelona, 30.000 utilicen diariamente los carriles bici de la

ciudad.

Los 13.000 viajes diarios que se registraron el pasado mes de julio son una muestra del

éxito alcanzado en los cinco años de existencia de los carriles bici “bidegorris” en San

Sebastián. La promoción de la bicicleta y la creación de 21,5 Km. de carriles bici ha supuesto

para una ciudad de tamaño medio como San Sebastián, con alrededor de 182.000 habitantes,

pasar de 4.000 viajes diarios a 13.000, lo que implica que el desarrollo de la red ciclista ha

multiplicado por tres el número de usuarios.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 85 COMUNICACIONES

CONCLUSIONES La creación de carriles bici ayudará a mejorar la salud y los estilos de vida de la

población como hemos comentado anteriormente. Alcanzar un modelo de vida activa que

asegurare calidad de vida incluso en la vejez, lo podemos conseguir gracias a un trabajo en

bicicleta continuo de fuerza, resistencia y flexibilidad tan importante a mantener en edades

avanzadas. Hemos visto asimismo, que existe una relación directa entre la creación de carriles

bici y la utilización de la bicicleta en la ciudad. Ello nos muestra que no es cierto que no se

construyan carriles bici porque la gente no utilice la bicicleta como medio de transporte, sino

todo lo contrario, la creación de carriles bici ayudaría a conseguir estilos de vida más activos

en los ciudadanos, algo que beneficiaría a la salud de los mismos.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 86 COMUNICACIONES

ANÁLISIS DE LA FRECUENCIA CARDIACA EN CLASES DE

EDUCACIÓN FÍSICA EN ALUMNOS DE 3º DE E.S.O. Y SU RELACIÓN

CON LA SALUD

Eduardo Generelo Lanaspa Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte. Universidad de Zaragoza.

Juan José Soler Sarradell ([email protected]) Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza

Javier Zaragoza Casterad Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza

Jose Antonio Julián Clemente Facultad de Ciencias Humanas y Educación. Universidad de Zaragoza

PALABRAS CLAVE: Frecuencia Cardiaca, Educación Física, Salud, Unidad didáctica,

Educación Secundaria.

INTRODUCCIÓN.

La presente comunicación es fruto del trabajo de investigación realizado en el

Departamento de Educación física del I.E.S. “Serranía Baja” de la localidad de Landete

(Cuenca­ Spain) y el grupo de investigación EFYPAF 1 de la Universidad de Zaragoza. Nos

proponemos conocer cual es el nivel de intensidad fisiológica de las clases de Educación

Física (EF) que se produce en un grupo de escolares de 3º de E.S.O., registrado por el

seguimiento de la Frecuencia Cardiaca (FC) a lo largo de toda la programación anual.

MARCO CONCEPTUAL.

El uso de la FC en clases de EF como indicador de la intensidad del ejercicio ha sido

investigado repetidas veces (Armstrong y cols. ,1990; Armstrong y Bray, 1991; Kemper, 1985; Klausen y cols. 1986; Li y Dunham, 1993; Strand y Reeder, 1993) entre otros. Algunos

de ellos, han demostrado la capacidad de aumentar en el alumnado el tiempo que pasan en

zonas de FC saludable, durante las clases de EF. (Seliger y cols. , 1980; MacConnie y cols., 1982; Shephard y cols.,1980). Durante 20 años, las investigaciones han indicado que la práctica de los niños en clases de educación física resulta insuficiente a nivel de moderada o

1 EFYPAF : Educación Física y Promoción de la Actividad Física. Grupo Emergente de Investigación reconocido por el Gobierno de Aragón (BOA de 15 de octubre de 2004).

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vigorosa actividad física (MVPA) (Cumming G.., 1969; Li&Dunham, 1993; Parcel y cols., 1987) y que la intensidad de las clases de E.F. son demasiado bajas en relación con las actividades diarias cotidianas (Taggart y cols., 1986).

En una breve revisión de algunos estudios que analizan la FC en clase de EF, podemos

comenzar con la comparativa que realiza Stratton (1996) sobre 17 estudios aplicados entre 1963 y 1995 que miden la FC en sesiones de actividad física. A partir de ellos, Stratton (1997) evaluó los niveles de actividad física en escolares durante las clases de EF mediante

telemetría. Algunos estudios más recientes son, entre otros, los de Gindre (2000), Fairclough y cols. (2003), Kulinna y cols. (2003) y Grotenhuis (2001). En España, pese a no ser muy abundantes estos estudios, encontramos los de Rivas (1992), Vidal (1998) Soler (2004), Generelo (1995) o Sierra (2000). Estos dos últimos estudios confirman que la preparación y

preocupación del docente consiguen estimular el compromiso fisiológico y ajustarlo al nivel

óptimo que se requiere durante las clases de EF.

En cuanto a las recomendaciones de intensidad de FC saludable, encontramos que no

existe un consenso claro en cual es la intensidad óptima (Aznar, 2002). Como complemento,

Navarro y Rico (1998) nos ofrecen unas consideraciones sobre el uso de la FC en escolares. A nivel internacional, aparecen entre las recomendaciones más aceptadas las del ACSM 2 (1991,

1998, 2003) que fija la intensidad saludable entre el 60­90% del Indice Cardiaco Máximo

(ICMax) o el 50­85% de la FC de Reserva (FCR). En cuanto a la cantidad de tiempo en dicha

FC saludable, aplicaremos las recomendaciones del U.S. Dept. H.H.SS. (1996) de alcanzar al

menos el 50% de la sesión de EF en MVPA y la más general del NASPE (1998) 3 para

escolares de secundaria con un mínimo de 30 minutos diarios en MVPA

OBJETO DE ESTUDIO.

El objeto de estudio es conocer cual es el nivel de FC media, medido en pulsaciones por

minuto (ppm) y cual es el Tiempo, medido en minutos (min.) y porcentaje de sesión (%), que

el alumnado está durante las clases de EF en zonas de intensidad moderada de FC, que

denominamos FC saludable (FCS), durante la aplicación de una programación anual de EF y

de las diferentes Unidades Didácticas (UD) que la componen.

MATERIAL Y MÉTODOS.

2 American College of Sport Medicine. 3 National Association for Sport and Physical Education (USA).

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El avance de los métodos de medición de la FC en la última década, popularizando el

uso de la telemetría tanto a nivel científico como particular, nos permite mediante los

pulsómetros realizar mediciones con gran precisión (Treiber y cols., 1989; Blanco A y

Enseñat A, 1999; Boudet y Chaumoux, 2001),. Los 6 pulsómetros utilizados son de la marca POLAR modelo “Acurex­plus”, instrumentos de contrastada fiabilidad.

El método utilizado es descriptivo y de caso. No se pretende generalizar o inferir los

resultados, dado que los sujetos no componen una muestra representativa de la población,

sino que todos ellos conforman la población en sí misma, en un contexto particular de

enseñanza de un profesor en clases de EF de 3º de ESO en un IES de zona rural. A pesar de

ello, se obtienen indicios interesantes sobre la intensidad de las clases de EF en adolescentes,

que deberán ser completados con otros estudios.

Para el análisis de la FC en clase de EF se comparan dos recomendaciones de

Frecuencia Cardiaca Saludable (FCS): El primero, el tiempo entre el 60­90% del Índice

Cardiaco Máximo (ICM), con la fórmula ICM = 220­edad 4 , que en nuestra población

equivale a una zona de FC entre 123­185 ppm. El segundo, el tiempo entre 50­85% de la FC

de reserva (FCR) calculado individualmente para cada alumno, a partir de la FCBase y la FC

Máxima obtenida por una prueba de esfuerzo. Se analizan los resultados por género y UD.

La población del estudio está compuesta por dos grupos­clase de 3º de ESO, con 56

alumnos inicialmente que, tras el filtrado por edad, resultó una población final de 37 alumnos

(18 chicas y 19 chicos) distribuidos uniformemente entre los dos grupos. Se estableció un

protocolo para el registro de la FC en cada una de las clases de E.F. (FCEF), mediante la

colocación de 6 pulsómetros simultáneamente, siguiendo una distribución rotativa y alterna

los días posteriores entre los alumnos de su mismo género.

Las UD y el número de sesiones fueron: Condición Física y salud (4), Cualidades

motrices (5), Deportes colectivos: fútbol­sala y voleibol (6), expresión corporal (2 ), Juegos

(3), Medio natural (2), Raquetas (5 ), Teoría (1) y Tests de condición Física (1).

Los dos periodos de EF semanales se impartían en una sola clase, resultando la duración

media del total de los registros de 89 ± 8,5 minutos, aproximadamente un 87% del tiempo

total de la sesión. De las 348 curvas registradas, desechamos un 11%, por errores en la

medición, y al final obtuvimos un total de 307 curvas de FC válidas.

4 Fórmula de Karvonen (1964) ajustada por edad que predice el ICM, usada por el ACSM actualmente.

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RESULTADOS Y DISCUSIÓN.

Los resultados describen la situación de la intensidad de la clase mediante dos tipos de

datos: la FC media (ppm) y los tiempos en las zonas de FC saludable (minutos, % sesión).

En primer lugar (A) se muestran los resultados medios de los 307 registros tomados

a lo largo del curso escolar y en segundo lugar (B) los resultados diferenciados por UD.

A) FC media y Tiempo de FC saludable del total del las sesiones de E.F.

A.1) FC Media del total de las sesiones. La FC media del total de las curvas de FC es de 131,81 ± 19,96 ppm. (N=307).

N . FCMedia (ppm)

d.t. Mín. Máx.

Chicas 155 134,67 20 73 175

Chicos 152 128,89 19 61 164

Por género, se aprecian diferencias significativas entre ambos sexos (p<0,05) siendo

más alta la media en chicas que en chicos. Hay estudios que coinciden con esta diferencia a

favor de las niñas (Stratton, 1995), mientras que otros no encuentran diferencias significativas entre ambos sexos (Klausen y cols., 1986) o incuso mayor intensidad en los niños (Mota,

1994). Esto nos lleva a pensar en la gran variabilidad de intensidad de las clases de EF en función del género.

A.2) Tiempos medios en las zonas de FCS del total de las sesiones.

N=307 Media

(minutos)

Desviación

típ.

Máximo

Mínimo

Media (%

sesió

n)

Desviación

típ.

Máximo

Mínimo

Tiempo entre 50­85%FCR 35,0 21,0 85,0 0,0 39,1 23,2 87,1 0,0 Tiempo entre el 60­90% ICM 49 24 95 0 55,2 25,8 96,1 0,0

Al comparar las dos recomendaciones de FC saludable del ACSM (1998), difieren en

sus resultados. El criterio más exigente es el del 50­85%FCR (35 ± 21 minutos; 39% de

sesión), y se aprecian diferencias significativas (p<0,05) con el del 60­90%ICM (49 ± 24 min;

55% de sesión). Los tiempos medios en actividad vigorosa se sitúan en 5,2 ±7 min. (5,7%sesión) con el criterio del 50­85%FCR y 4,6±6,8 min., (5% sesión) con el 60­90%ICM.

Al comprobar si la media de las clases de EF alcanza el 50% de la sesión de EF en la

zona MVPA, vemos como solo con el criterio del 60­90%ICM se cumple el objetivo (60,2%)

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 90 COMUNICACIONES

frente al criterio 50­85%FCR que no llega (39,1+5,7=44,8%). Consideramos más apropiado

el criterio basado en la FCR por ajustarse más a las características individuales.

En los diferentes estudios revisados por Stratton (1996), se observan algunas medias de

tiempo de clase de EF por encima del 50%FCR. Los resultados de Li & Dunham (1993) o

Stratton (1997) sugieren que los niños no gastan una proporción media del tiempo de clase

con FC por encima del 50%, con valores entre el 15­35%. Sin embargo Klausen y cols(1986),

obtienen una media superior al 50% del tiempo de clase, cuando usan un criterio más bajo de

FC (entre 37­46%FCR). Callesen y cols, (1983) descubrieron un gasto del 40% del tiempo de sesión cuando usaban un rango de FCS entre 136­140ppm.

B) FC media y FC saludable de las diferentes Unidades Didácticas. B.1) FC media de las diferentes Unidades Didácticas (ppm).

N Media Desv. t. Máximo Mínimo Condición Física y salud Chicas 20 141 11 160 117

Chicos 20 134 10 155 122 Cualidades Motrices Chicas 22 128 17 155 90

Chicos 20 124 10 147 106 Deportes Colectivos Chicas 29 154 9 171 139

Chicos 28 149 10 164 128 Expresión Corporal Chicas 12 127 21 159 96

Chicos 10 112 13 139 93 Juegos Chicas 17 125 18 157 102

Chicos 19 124 20 162 98 Medio natural Chicas 12 137 17 175 108

Chicos 13 128 17 159 96 Raquetas Chicas 31 140 10 162 122

Chicos 30 132 10 149 109 Clase teórica Chicas 6 85 9 98 73

Chicos 6 78 10 87 61 Tests Condición Física Chicas 6 107 7 117 95

Chicos 6 112 12 132 96

La FCEF media por Unidades didácticas y por sexos es una de los cruces más

interesantes de nuestro estudio. En ella se observa como por sexos los chicos tienen en casi

todas las UD una menor FCEF media. Las chicas por lo general, tienen mayor FCEF media

que los chicos, salvo en la UD de test de condición física y de Deportes colectivos, que son

muy similares). Llama la atención como en expresión corporal los chicos tienen una FCEF

media mucho más baja que las chicas y las chicas tienen una mayor dispersión de los datos,

apreciándose diferencias significativas en este contenido(p<0,05). En el resto de UD los dos

sexos tienen similares datos de dispersión.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 91 COMUNICACIONES

Podemos clasificar las UD en cinco grandes grupos de intensida: las unidades de

intensidad media­baja entre 120 y 130 ppm ( Cualidades Motrices, Juegos, Expresión

Corporal), las Unidades de intensidad media entre 130 y 140ppm (Medio Natural, Raquetas,

Condición física y salud), las unidades de alta intensidad (Deportes colectivos) , las de baja

intensidad (tests de condición física 5 ) y las de muy baja intensidad (teórica).

Estudios como el de Stratton (1997) o el de Gindre (2000) también muestran diferencias importantes de intensidad de FC según el tema de la UD. Por ejemplo, la media de los

deportes de invasión (como el fútbol, baloncesto o jockey) obtiene más alta FC media que

actividades como el bádminton o voleibol.

B.2) Tiempos medios en las zonas de FCS por Unidades Didácticas (minutos, %)

Chicas Chicos

N Media (minutos) Desv. t .

% sesión N

Media (minutos) Desv. t.

% sesión

Condición Física y salud Tiempo entre 50­85%FCR 20 41 14 46,48 20 33 12 37,26 Tiempo entre el 60­90% ICM 20 55 16 62,34 20 46 13 52,41

Cualidades Motrices Tiempo entre 50­85%FCR 22 31 22 34,88 20 27 15 30,47 Tiempo entre el 60­90% ICM 22 48 24 54,95 20 46 13 51,32

Deportes Colect ivos Tiempo entre 50­85%FCR 29 54 10 58,75 28 51 11 55,39 Tiempo entre el 60­90% ICM 29 70 8 75,77 28 63 10 67,94

Expresión Corporal Tiempo entre 50­85%FCR 12 36 28 38,25 10 17 16 18,17 Tiempo entre el 60­90% ICM 12 44 30 47,52 10 27 20 28,57

Juegos Tiempo entre 50­85%FCR 17 30 24 32,88 19 27 21 29,34 Tiempo entre el 60­90% ICM 17 39 27 43,54 19 36 22 40,33

Medio natural Tiempo entre 50­85%FCR 12 33 18 42,00 13 29 22 36,73 Tiempo entre el 60­90% ICM 12 50 17 64,13 13 42 21 53,05

Raquetas Tiempo entre 50­85%FCR 31 46 19 51,36 30 38 20 40,76 Tiempo entre el 60­90% ICM 31 68 18 74,74 30 58 22 62,43

Clase teórica Tiempo entre 50­85%FCR 6 0 0 0,07 6 0 0 0,00 Tiempo entre el 60­90% ICM 6 0 0 0,17 6 0 0 0,00

Tests Condición Física Tiempo entre 50­85%FCR 6 10 4 10,33 6 14 6 15,33 Tiempo entre el 60­90% ICM 6 18 7 19,55 6 27 16 28,97

Los chicos tienen una distribución de los datos similar a la mostrada en la FCEF media.

En la mayoría de los casos se superan ampliamente los 30 minutos de actividad física en FCS.

Se obtienen valores muy bajos en los test de condición física. Las chicas no alcanzan los

valores de FCS en las unidades de teórica (0 minutos), Tests (9,5 minutos), Juegos (29,9

minutos). Los chicos no los alcanzan en Tests (14 minutos), Teoría (0 minutos), Medio

natural (28,8 minutos), Juegos (26,5 minutos), Expresión corporal (16,9 minutos) y

Cualidades Motrices (27,3 minutos). Las diferencias entre las medias en la Unidad didáctica

5 En esta unidad se midió la batería EUROFIT pero se excluyó de la curva la prueba de coursse­navette por medirse un día aparte al necesitar los 6 pulsómetros en turnos para su medición, hecho que seguramente hubiera aumentado el tiempo y la FC media en las zonas de FCS

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de expresión corporal son significativas con ambos criterios de FCS entre chicos y chicas

(p<0,05)

Algunos estudios han demostrado que la participación en actividades deportivas

producen niveles superiores de MVPA que actividades de otro tipo (Hannon y Pellet, 1998; Stratton, 1997; McKenzie y cols., 2004) también coinciden en registrar que los niveles de actividad física varían según el contenido, donde las actividades de condición física producen

mucho más nivel de actividad, seguidas de el juego libre y de los juegos deportivos, con

diferencias significativas.

CONCLUSIONES.

El seguimiento de la FC en las Clases de Educación Física de los alumnos de 3º de ESO

del IES “Serranía Baja”de Landete (Cuenca) durante un curso escolar genera las siguientes

conclusiones:

1) Las clases de Educación Física impartidas generan beneficios para la salud del alumnado,

según los tiempos medios registrados en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable,

atendiendo a las recomendaciones del American College of Sports Medicine.

2) La implicación fisiológica en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable que producen las

clases de Educación Física desarrolladas, es mayor en las chicas que en los chicos.

3) Las Unidades Didácticas de Deportes de Equipo, Raquetas y Condición Física son las que

alcanzan mayor tiempo medio en las zonas de Frecuencia Cardiaca Saludable y cumplen las

recomendaciones del American College of Sports Medicine.. Por el contrario las Unidades

de Teoría, Expresión Corporal y Tests de Condición Física, no alcanzan estos valores

medios recomendados.

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LA PÉRDIDA DE PESO SALUDABLE EN DEPORTES DE LUCHA.

Jose Mª Llamazares Torices ([email protected]) Entrenador Regional de Lucha Leonesa. Profesor de Educación Secundaria.

Cesáreo López Rodríguez ([email protected]) Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte.

Profesor de la ULE Daniel Mateos Fuertes ([email protected])

Profesor de Educación Secundaria.

RESUMEN

Los procesos de pérdida de peso son comunes a todos los deportes de lucha en los

cuales se han instaurado categorías dependientes de este factor. Para conseguir competir en

una categoría inferior los deportistas utilizan prácticas muy perjudiciales para la salud

(diuréticos, deshidrataciones, lavativas, ayunos y dietas), con las cuales frecuentemente

disminuyen su rendimiento físico.

En este artículo se ofrecen distintos procedimientos para disminuir la masa y valores

guía de composición corporal que pueden servir de apoyo a los luchadores y entrenadores a

fin de no utilizar métodos que pueden afectar seriamente a la salud.

PALABRAS CLAVE: Perdida de peso, deportes de lucha, composición corporal, masa

grasa, deshidratación, programa educativo.

1) INTRODUCCIÓN.

Los deportes de combate, ya sean con agarre o de golpeo, han sido organizados en

función de distintas categorías de peso, principalmente con la finalidad de igualar las

posibilidades de los contendientes en el plano estrictamente físico, ya que se entiende que una

persona más corpulenta tendrá ventaja sobre otra más débil.

Sin embargo en esta práctica, el establecimiento de reglas ocasiona que algunos

practicantes intenten obtener algún beneficio manteniéndose al límite de dichas normas.

De esta manera algunos luchadores utilizan las técnicas de pérdida de peso como un

agente ergogénico (Mansilla, 1999; Villa y cols.,2000) con el fin de mejorar sus prestaciones

en la competición.

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Una revisión de la bibliografía existente refleja que la mayoría de los artículos

existentes en revistas americanas referentes a la lucha o “wrestling”, se refieren a la pérdida

de peso o “weight cutting”, así como a los efectos perniciosos y adversos que tienen sobre la

salud la utilización de métodos de discutible utilidad en la reducción de masa corporal.

Dentro de este enmarque se han realizado distintas propuestas como “el Proyecto de

Peso Mínimo de Winsconsin” (Opplinger, 1995), en el cual se intentan marcar unas pautas

para hacer más seguras estas practicas de disminución corporal.

El propósito de esta comunicación, va a ser reflejar los datos existentes en la literatura

acerca de este tema y hacer unas propuestas de aplicación al ámbito de los deportes de lucha.

2) INCIDENCIA DE LOS PROCESOS DE PÉRDIDA DE PESO SOBRE LOS

COMPONENTES CORPORALES.

La mayoría de los procesos de pérdida de peso se plantean sobre la disminución de

distintos componentes corporales que es posible reducir y que a continuación detallamos con

la su incidencia en el rendimiento físico.

2.1) Pérdida de masa grasa.

Entre los deportistas, y especialmente, entre los luchadores podemos encontrarnos los

dos extremos. El límite superior a partir del cual comenzarán a producirse alteraciones está

perfectamente descrito. Así en hombres jóvenes sería un 20%, siempre dependiendo de la

constitución. ( McArdle,W.D. y cols., 1990) Sin embargo en el otro extremo nos encontramos

con más problemas, ¿ cual es el mínimo de masa grasa que puede tener un individuo?.

En el ámbito de la lucha aparecieron iniciativas como “El proyecto de peso mínimo de

Wisconsin” (Oppliger, R.A. y cols.,1995) en el cual se proponía un peso mínimo para

participar en competiciones, un límite de pérdida de peso semanal y un programa de

educación nutricional. En este proyecto se determinó como cantidad mínima un 7% de grasa

en un luchador universitario para poder competir, sin embargo, otros autores determinan hasta

un 5% para participar en adultos varones.

En otros estudios del ámbito americano, se han encontrado porcentajes de grasa tan

bajos, como el 3%, lo cual puede significar, hasta que punto pueden llegar estos deportistas en

su intento de descender de peso.

En el caso de las mujeres su porcentaje de grasa mínimo será mayor, ya que tienen

depósitos ligados a la función reproductora, por lo tanto, estos datos nunca descenderán del 10

o 12%.

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2.2) Pérdida de masa muscular proteica.

La sección transversal del músculo, está directamente relacionada con la fuerza

producida por dicho músculo.

La utilización de dietas hipocalóricas en combinación con entrenamientos extenuantes,

puede llevar a la instauración de un estado catabólico, en el cual el atleta se consuma poco a

poco. El cuerpo, al no disponer de los suficientes hidratos de carbono, comienza a utilizar las

reservas proteicas y por lo tanto a perder musculatura.

En estudios como el de Roemich y Sinning (1997) se demuestra que a lo largo de la

temporada, en luchadores adolescentes se produce una pérdida de peso, pero dicha pérdida no

es debida como pudiera esperarse a los niveles de grasa ( de 9,9% a 8.0% ), sino que se

produce un descenso en la sección transversal, así como en las producciones de fuerza.

2.3) Depleción de glucógeno.

La glucosa proveniente del glucógeno es uno de los sustratos energéticos principales en las

actividades que requieran un aporte energético elevado como la lucha., por lo cual unos

adecuados depósitos de glucógeno pueden influir positivamente en el rendimiento, a la vez

que unos reducidos pueden perjudicar las prestaciones en competición.

Así podemos encontrarnos a algunos luchadores que asisten a la competición en

ayuno, con sus depósitos de glucógeno posiblemente vacíos, y esperando caer en una

hipoglucemia en cuanto comience el combate.

Un sujeto de unos 70 Kg tiene aproximadamente 530gramos de glucógeno, de los

cuales 450 son musculares y 70 son hepáticos. Si tenemos en cuenta que este sustrato se

almacena hidratado, está claro, que si un sujeto quiere perder peso, este puede ser un buen

sistema, ya que le va a permitir perder varios kilos. Los inconvenientes están claros, un

posible descenso en el rendimiento y la rápida recuperación del peso perdido en cuanto se

restablezca una dieta normal.

2.4) Deshidratación.

Villa y cols (2000) presentan una tabla en la cual se reflejan los efectos y

repercusiones de la deshidratación:

DESHIDRATACIÓN Vaciado gástrico

Volumen y osmolaridad plasmática Presión venosa central

Presión de llenado cardíaco y volumen sistólico Tasa máxima de sudoración

Flujo sanguíneo a la piel Rendimiento (sobre todo aeróbico)

Viscosidad sanguínea Frecuencia cardiaca

Temperatura a la cual aparece el sudor Utilización del glucógeno muscular

Incidencia de malestar gastrointestinal

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Odriozola (1990) presenta los siguientes efectos de la deshidratación: 2% : su

capacidad de trabajo comienza a resentirse, al 3% : su capacidad de contracción muscular

bajará entre un 20 y 30 por ciento y al 8% : golpe de calor, agotamiento por calor o calambres

continuados.

Como pudimos apreciar en el estudio de Kiningham y Gorenflo (2001) , la mayoría de

los métodos empleados por los luchadores se basaban en una deshidratación aguda realizada

en los días previos a la competición, y tal y como este autor documentaba tres muertes

producidas en los Estados Unidos, podrían estar debidas a tremendas pérdidas de agua.

2.5) Efectos combinados de los anteriores sustratos.

En la práctica los deportistas no pierden selectivamente uno u otro sustrato, sino que

las prácticas que emplean ocasionan reducciones en todos ellos, pero contrariamente a lo que

puedan pensar, lo que menos se reduce son los depósitos de grasa.

Villa y cols (2000) presentan en su libro un cuadro sobre los efectos que tiene una

brusca reducción de peso sobre los parámetros fisiológicos y funcionales:

REDUCCIÓN INCREMENTO SIN CAMBIOS

Gasto cardiaco y volumen sistólico Frecuencia cardiaca ¿Fuerza y potencia muscular?

Volumen sanguíneo y plasmático. Temperatura corporal ¿Velocidad de movimiento?

Agua y electrolitos musculares Fatiga crónica Ritmo sudoral Deshidratación Potencia y capacidad aeróbica Trastornos alimentarios Resistencia muscular y umbral anaeróbico. Disfunciones menstruales Trabajo realizado y tiempo de resistencia hasta agotamiento

Si nos damos cuenta, un luchador que constantemente intente pasar a la categoría

inferior, posiblemente acabe cayendo en una fatiga crónica que posiblemente le llevará a

bajos rendimientos, sino a lesiones y enfermedades.

Otros de los riesgos, cada vez más presentes en la actualidad es la caída en trastornos

alimentarios, cada vez más frecuentes en la población adolescente y deportiva en particular.

A este respecto Kinningham y Gorenflo (2001) reflejaban en su estudio, que los

luchadores que utilizaban métodos de pérdida de peso presentaban más episodios de comida

compulsiva, asociados a trastornos alimentarios, que los que no empleaban dichos sistemas.

El Colegio Americano de Medicina del Deporte en su manifiesto de 1996 presenta una

tabla con los posibles efectos de los métodos más empleados para perder peso y que nosotros

vamos a ofrecer de forma modificada:

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 100 COMUNICACIONES

METODOS POSIBLES EFECTOS

Ayuno y/o dieta y deshidratación. Estabilización o posible reducción de la fuerza muscular.

Ayuno y/o dieta y deshidratación. Estabilización o posible reducción de la capacidad anaeróbica.

Ejercicio y deshidratación. Menor volumen plasmático y sanguíneo, aumenta de la frecuencia cardiaca en reposo y submáxima, descenso del volumen sistólico, resultando un descenso de la capacidad de trabajo a intensidad constante.

Ayuno y/o dieta. Menor consumo de oxígeno.

Deshidratación y diuréticos y laxantes.

Compromiso de los procesos termoregulatorios, lo cual desciende la capacidad de resistencia y aumenta el riesgo de golpes de calor durante la práctica.

Deshidratación Descenso del riego sanguíneo renal y de la filtración.

Ayuno y/o dieta y ejercicio. Depleción del glucógeno, lo cual reduce la capacidad de resistencia de la musculatura, así como la capacidad de mantener los niveles sanguíneos de glucosa y acelera el catabolismo proteico.

Ayuno y/o dieta, deshidratación, diuréticos y laxantes.

Depleción de electrolitos, resultando un compromiso de la función muscular y posibilidad de arritmias cardiacas.

3) SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DESCUBIERTOS.

3.1) Programa educativo.

Al igual que en el proyecto de Wisconsin (Oppliger,R.A. y cols.,1995) , todos los

hallazgos descubiertos y las soluciones propuestas, no tienen ningún sentido, si no

conseguimos que lleguen a la población en cuestión.

La propuesta sería realizar un estudio previo en el cual se viera el alcance real del

problema a través de una encuesta

Tras conocer la realidad a la cual nos enfrentamos, una de las propuestas sería realizar

unas jornadas técnicas o unas charlas en las cuales se les explicara directamente a los

luchadores cuales son los métodos más adecuados para perder peso, cómo pueden controlar

esas pérdidas, cómo pueden deteriorar su salud sin darse cuenta, etc...

Otra solución sería enviar un experto a los clubes, para que él insitu pudiera trabajar

con los luchadores y explicarles lo que estaban haciendo mal.

3.2) ¿Es posible reducir la masa grasa?

Si tenemos en cuenta los datos aportados por Cesáreo López (1991) y Mirella Mansilla

(1999) nos damos cuenta, que a pesar de ser algo diferentes, nos encontramos con que la

mayoría de los luchadores se encuentran por encima del 7% aconsejado por el proyecto

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Wisconsin para luchadores universitarios y muy por encima del 5% recomendado por el

Colegio Americano de Medicina del Deporte.

Por lo tanto podríamos conseguir que nuestros luchadores, si fuera necesario redujeran

peso a partir de masa grasa y no restringiendo líquidos, agotando sus reservas de glucógeno o

perdiendo masa muscular.

La entidad de dichas pérdidas puede llegar a ser considerable, pero requiere un control

dietético y una disciplina, que quizás muchos deportistas nos estén dispuestos a aceptar y

prefieran seguir con sus antiguos sistemas.

3.3) Hidratarse adecuadamente es importante.

Existen muchos mitos acerca de beber agua en todos los deportes (López, 2002): “El

agua engorda”, “Si no bebes tu cuerpo se adaptará y cada vez necesitarás menos agua”,”Si

bebes agua te cansarás más”, “Cuanta más agua bebas más sudarás”, etc...

Si además los luchadores utilizan métodos de perdida de peso a través de los cuales se

pierde agua podremos intuir el peligro que corren estos deportistas.

Es importante que los luchadores aprendan a regular su peso sin recurrir a

deshidratarse, ya que además de disminuir posiblemente su rendimiento, están poniendo en

peligro su salud.

A la vez, deben aprender a hidratarse correctamente, antes, durante y después de las

competiciones.

3.4). Asunción de posibilidades.

En la actualidad ya es posible conocer el peso mínimo de una persona. La tendencia de

los entrenadores y luchadores es intentar estar siempre en la categoría inferior, pero llega un

momento en el cual esto es imposible y lo mejor que puede hacer ese luchador es aceptar la

realidad e intentar luchar en la categoría que realmente le corresponde.

4) CONCLUSIONES.

La pretensión de esta comunicación es demostrar que los métodos empleados en el

ámbito de las luchas y deportes de combate, son erróneos tal y como están planteados ya que

si se pretende que la reducción de peso sea un agente ergogénico, es decir, que aumente el

rendimiento, estos sistemas posiblemente lo disminuyan más que aumentarlo.

El ayuno, las dietas hipocalóricas, las saunas, los plásticos, el ejercicio en ambientes

calurosos, los vómitos, los diuréticos y los laxantes, no pueden sino deteriorar la salud de los

luchadores, a medio y largo plazo.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 102 COMUNICACIONES

Nuestra propuesta es que si realmente pretendemos que la reducción de peso produzca

beneficios a sus practicantes, ésta debe realizarse de una manera planificada y controlada, de

forma que sólo perdamos peso a partir de los depósitos de grasa de reserva.

Si esta pérdida la efectuamos a partir de las reservas de glucógeno, la cantidad de agua

en el interior del cuerpo o disminuyendo la masa muscular del luchador, posiblemente

estemos mermando sus capacidades físicas y perjudicando su salud.

Pero ante todo debería efectuarse un verdadero programa educativo entre los

luchadores y sus entrenadores, que les ayudara a no tener tantos errores en su entrenamiento o

al menos que éstos no fueran tan graves.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 103 COMUNICACIONES

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DISPOSICIÓN SAGITAL DEL RAQUIS AL REALIZAR EJERCICIOS

DE EXTENSIBILIDAD ISQUIOSURAL EN USUARIOS DE SALAS DE

MUSCULACIÓN.

Pedro Ángel López Miñarro ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM

Pedro Luis Rodríguez García Facultad de Educación. Universidad de Murcia

Pilar Sáinz de Baranda Andujar1 Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM

Ascensión García Ibarra Profesora de Educación Secundaria.

RESUMEN

Objetivos: Describir qué ejercicios de estiramiento isquiosural realizan los usuarios de

salas de musculación así como la postura adoptada por el raquis al realizarlos.

Método: A un total de 238 usuarios que realizaron uno o más ejercicios de estiramiento

isquiosural se les evaluó la cifosis dorsal y lordosis lumbar en bipedestación y la cifosis total

al realizar los estiramientos utilizando un inclinómetro ISOMED.

Resultados: El ejercicio dedos suelo es el más realizado (n=188), seguido del

estiramiento en bipedestación (n=66). El ejercicio dedos planta es el menos realizado en los

sujetos analizados (n=38). La cifosis dorsal y lordosis lumbar media de los 238 sujetos fue de

45,73º ± 8,64º y 32,14º ± 7,41º, respectivamente. Los valores de cifosis total en el ejercicio de

estiramiento en disposición dedos planta, dedos suelo y unilateral en bipedestación fueron de

101,58º±15,94º, 96,14º±11,34º y 70,64º±16,73º, respectivamente.

Conclusiones: Los ejercicios de estiramiento isquiosural más frecuentemente realizados

por usuarios de salas de musculación son el dedos suelo y el estiramiento unilateral en

bipedestación. La postura corporal adoptada al realizar estos ejercicios se caracteriza por un

aumento de la curva dorsal y la adopción de una postura invertida en el raquis lumbar, si bien

el estiramiento unilateral en bipedestación es el que aporta valores angulares más reducidos.

PALABRAS CLAVE: raquis, lumbar, dorsal, estiramiento isquiosural, inclinómetro.

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INTRODUCCION

La práctica de ejercicio físico en salas de musculación ha adquirido un gran auge en los

últimos años. El trabajo de acondicionamiento muscular realizado por los usuarios de las

mismas se centra en el fortalecimiento muscular, mientras las actividades de flexibilización se

realizan con poca frecuencia (López, 2003).

La cortedad isquiosural es frecuente en adultos (Hellsing, 1988; Kutsuna & Watanabe,

1981) y se relaciona con algias lumbares (Minkler & Patterson, 1994; Jones, Rikli, Max, &

Noffal, 1998), espondilolisis y espondilolistesis (Standaert & Herring, 2000), hernias discales

(Harvey & Tanner, 1991; Takata & Takahashi, 1994) y lesiones musculares (Cabry & Shiple,

2000; Croisier, Forthomme, Namurois, Vanderthommen, & Crielaard, 2002). Por tanto, la

población adulta debe realizar ejercicios de estiramiento isquiosural que sean efectivos para

prevenir y tratar dicha cortedad.

Al realizar los ejercicios, la postura del raquis es importante ya que si se realizan los

estiramientos con una cifosis dorsal aumentada y/o un raquis lumbar invertido, aumenta la

presión intradiscal (Sato, Kikuchi, & Yonezawa, 1999; Wilke, Neef, Caimi, Hoogland, &

Claes, 1999; Wilke, Neef, Hinz, Seidel, & Claes, 2001)), el estrés de cizalla anterior (McGill,

1997; Hedman & Fernie, 1997; McGill, Hughson, & Parks, 2000) y puede producir una

deformación viscoelástica de los ligamentos del arco posterior (Brereton & McGill, 1999;

Solomonow, Zhou, Baratta, Zhu, & Lu, 2002). Todo ello disminuye el umbral de tolerancia

de los tejidos y aumenta el riesgo de repercusiones en los tejidos vertebrales.

Sin embargo, no conocemos estudios que hayan estudiado qué tipo de ejercicios de

estiramiento isquiosural realizan los adultos que se ejercitan en salas de musculación, así

como la postura del raquis al realizarlos. El objetivo del presente trabajo es describir qué

ejercicios de estiramiento isquiosural realizan los usuarios de salas de musculación así como

la postura raquídea al realizarlos.

MATERIAL Y METODO

Se evaluaron tres sesiones de entrenamiento a 772 adultos varones voluntarios con una

media de edad de 25,36 ± 6,32 años, entre 25 salas de musculación seleccionadas

aleatoriamente. De estos, un total de 238 sujetos realizaron uno o más ejercicios de

estiramiento de la musculatura isquiosural. El estudio fue aprobado por el comité ético de la

Universidad de Murcia y los participantes fueron informados previamente acerca de los

procedimientos del estudio, firmando un consentimiento informado.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 106 COMUNICACIONES

A todos ellos se les evaluó la cifosis dorsal y lordosis lumbar en bipedestación relajada

al comienzo de su primera sesión de entrenamiento. Posteriormente, cuando realizaban algún

ejercicio de estiramiento isquiosural se procedía a la medición del mismo durante su

ejecución.

Para la cuantificación angular de la postura del raquis se utilizó un inclinómetro

ISOMED Unilevel. Para medir la cifosis dorsal en bipedestación se colocó el inclinómetro al

inicio de la curvatura torácica (T1), situándolo en esta posición a 0º. A continuación se colocó

donde se obtenía el mayor valor angular (final de la curvatura cifótica) que generalmente

coincidía con T12­ L1, obteniendo el grado de cifosis dorsal. En el punto donde se determinó el

mayor grado de cifosis dorsal, se colocó el inclinómetro a 0 grados y, a continuación, se situó

en L5­S1, obteniendo el grado de lordosis lumbar.

En los ejercicios de estiramiento isquiosural se midió la cifosis total puesto que la curva

lumbar se disponía invertida, y el raquis dorso­lumbar presentaba una curva única de

concavidad anterior. Para su medición el inclinómetro se colocó en T1 y se situaba a 0º,

colocándolo a continuación en L5­S1, obteniendo el valor angular de la cifosis total.

Para clasificar la postura en bipedestación se han utilizado las referencias de Santonja

(1993) para la curva dorsal, y Rodríguez (1998) para la curva lumbar.

Para los datos de la postura corporal se ha realizado un estadística descriptiva, así como

una t­student para medidas repetidas. Un valor de p < 0.05 se determinó para establecer la

significación estadística.

RESULTADOS

La cifosis dorsal media de los 238 sujetos fue de 45,73º ± 8,64º (rango: 22º­68º) y la

lordosis media de 32,14º ± 7,41º (rango: 12º­60º). Un 43,3% presentaban valores angulares de

cifosis dorsal normales (20­45º), mientras un 56,7% presentaban hipercifosis dorsal (>45º).

Respecto a la curva lumbar, un 86,1% presentaban valores de normalidad (20­40º), con un

2,1% de sujetos con rectificación lumbar (0­20º), y un 11,8% con hiperlordosis lumbar (>40º).

El ejercicio en disposición dedos suelo (DDS) es el más realizado (n=188), seguido del

estiramiento unilateral en bipedestación (EUB) (n=66). El ejercicio en disposición dedos

planta (DDP) es el menos realizado (n=38). Los valores de cifosis total en los estiramientos se

presentan en la tabla 1. Todos los sujetos dispusieron el raquis lumbar en cifosis, no

existiendo sujetos que mantuvieran una lordosis fisiológica o rectificada.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 107 COMUNICACIONES

Tabla 1. Datos descriptivos de la cifosis total (grados) en los ejercicios de

extensibilidad isquiosural.

Ejercicio n Media (SD) Mínimo Máximo

DDS 188 96,14 (11,34) 54 126

DDP 38 101,58 (15,94) 79 140

EUB 66 70,64 (16,73) 34 110

DDS: estiramiento en disposición dedos suelo; DDP:

estiramiento en disposición dedos planta; EUB: estiramiento

unilateral en bipedestación.

Al comparar la disposición raquídea entre los diferentes ejercicios de estiramiento

isquiosural en aquellos sujetos que realizaban dos o los tres ejercicios analizados, se observan

diferencias significativas entre el valor angular de la cifosis total en los ejercicios de

estiramiento TT y SR respecto al UE (p<0.001). Sin embargo, al comparar la disposición

raquídea entre la disposición TT y SR no se observan diferencias significativas (p=0.86).

DISCUSION

El objetivo principal de esta investigación es describir la postura del raquis reproducida

por los usuarios al realizar ejercicios de estiramiento isquiosural. Esto es importante porque

en las actividades físico­deportivas es preciso realizar ejercicios de estiramiento isquiosural

con una técnica adecuada. Para el estudio se ha utilizado un inclinómetro por aportar una

medida no invasiva, reproducible, válida y con buena correlación con la medición

radiográfica (Saur, Ensink, Frese, Seeger, & Hildebrandt, 1996; Ng, Kippers, Richardson, &

Parnianpour, 2001).

Los valores de cifosis total evidencian una marcada flexión intervertebral al realizar los

ejercicios. Tal flexión vertebral no aporta efectividad puesto que la musculatura isquiosural se

origina en la tuberosidad isquiática, y es la posición de la pelvis, cadera y rodilla la que

determinará la tirantez generada en la musculatura. En los ejercicios DDS y DDP se observa

una gran similitud en la disposición raquídea, sin mostrar diferencias significativas entre los

valores angulares medios, si bien respecto al EUB existen diferencias significativas

(p<0.001). El menor valor angular en el EUB se debe a la flexión coxofemoral unilateral que

genera tirantez en la musculatura isquiosural mientras el tronco permanece erguido. Según

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 108 COMUNICACIONES

Liemohn, Sharpe y Wasserman (1994) el estiramiento isquiosural unilateral es más seguro

que un estiramiento bilateral (DDS, DDP), porque el primero de ellos produce menor flexión

vertebral. No obstante, bastantes usuarios flexionan el tronco para intentar aumentar la

tirantez. Además, puesto que la mayoría de usuarios colocan la pierna a estirar a una altura

excesiva, se produce una marcada retroversión pélvica, que desemboca en una postura de

inversión lumbar. Sullivan, Dejulia y Worrell (1992) demostraron que una postura de ligera

anteversión pélvica (con lordosis en postura neutral) es más efectiva para mejorar la

extensibilidad isquiosural.

En los tres ejercicios, los valores son superiores a los que aportan mayor seguridad a las

estructuras raquídeas. Puesto que el estiramiento isquiosural debe basarse en la articulación

coxofemoral, sin flexión vertebral, la cifosis dorsal medida debería ser semejante a la cifosis

en bipedestación, siempre que ésta se encuentre en valores normales. Esto supone que la

media de cifosis total en los ejercicios debería estar en torno a la media de cifosis en

bipedestación (45,73º ± 8,64º). En este estudio un 56,7% presentan hipercifosis, por lo que

incluso deberían corregir su cifosis dorsal (disminuirla ligeramente) al realizar los ejercicios,

en vez que aumentar la flexión intervertebral. Respecto a la lordosis lumbar, debería estar en

posición neutral, no permitiendo su inversión. Según McGill (2002) una técnica inadecuada al

estirar los músculos coxofemorales conlleva un aumento innecesario de estrés sobre el raquis

lumbar. Más concretamente, diversos estudios han mostrado que una marcada flexión

intervertebral dorsal y lumbar aumenta la presión intradiscal (Sato et al., 1999; Wilke et al.,

1999; 2001), el estrés de cizalla anterior (Hedman & Fernie, 1997; McGill et al., 2000), y

disminuye el umbral de tolerancia de los tejidos vertebrales (Gunning, Callaghan, & McGill,

2001; Callaghan & McGill., 2001). Así también, la herniación discal parece estar asociada a

los movimientos repetidos de flexión que se acompañan de fuerzas compresivas moderadas

(Doers & Kang, 1999; Callaghan & McGill, 2001; Simunic, Broom, & Robertson, 2001),

circunstancias que acontecen en los estiramientos realizados por los usuarios de salas de

musculación.

Para McGill (2002), al realizar un DDP las curvas deben estar alineadas, lo que no

realizó sujeto alguno. Este autor plantea que las personas que son incapaces de mantener esta

postura vertebral deben evitar este ejercicio, hasta que posean la suficiente extensibilidad

isquiosural que les permita hacerlo de forma correcta. Mientras, es posible realizar otras

variantes que permiten una mejora de la extensibilidad, pero manteniendo en todo momento

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 109 COMUNICACIONES

una correcta postura del raquis. Una buena alternativa para estas personas sería el estiramiento

unilateral en bipedestación, pues facilita un mejor control de las curvas raquídeas. Sin

embargo, es necesario enseñar a los usuarios cómo realizarlo correctamente, ya que la

mayoría de los 66 usuarios que realizaron este ejercicio, se centraban más en la búsqueda de

distancia que en la correcta ejecución del ejercicio, lo que deriva en valores angulares de

cifosis total elevados.

En conclusión, los ejercicios de estiramiento isquiosural más frecuentemente realizados

por usuarios de salas de musculación son los estiramientos en disposición dedos­suelo y

unilateral en bipedestación. La postura corporal adoptada al realizar estos ejercicios se

caracteriza por un aumento de la curva dorsal y una inversión del raquis lumbar, si bien el

unilateral en bipedestación es el que aporta valores angulares más reducidos.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 111 COMUNICACIONES

ACTIVIDADES MOTRICES SIGNIFICATIVAS PARA EL TRABAJO

DE LA EDUCACIÓN POSTURAL EN LA ESCUELA.

Rosa Miralles Pascual ([email protected]) Maestra de Educación Física

RESUMEN

Los hábitos posturales generan en muchas ocasiones patologías estructuradas que

pueden evitarse con una correcta educación de la actitud en la edad de crecimiento, y es el

maestro de educación física, junto con todos los demás docentes, quien tiene una importancia

básica en esta prevención.

Se diseña y se pone en práctica una unidad de programación que trata de forma

interdisciplinar, el tema de la educaciónn postural, enmarcada dentro del eje transversal de la

educación para la salud.

Ofrecemos una unidad de programación interdisciplinar que intenta desarrollar de

manera lúdica y con actividades vivenciales y significativas toda la estructura corporal, las

características de la columna vertebral, las acciones incorrectas y las posibilidades de

prevención. Realizando siempre un trabajo basado en la concienciación y la movilización,

pues pensamos que es la mejor forma de modificar o mejorar una actitud, partiendo del propio

conocimiento.

El proyecto aboga por la motricidad como medio de aprendizaje de los contenidos

transversales y defiende que las tareas motrices, convenientemente diseñadas, van más allá

del componente recreativo, posibilitando la utilización de procedimientos de aprendizaje tanto

motrices como cognoscitivos y volitivos.

PALABRAS CLAVE: interdisciplina curricular, transversalidad, educación para la salud,

educación postural.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 112 COMUNICACIONES

Actividades motrices significativas para el trabajo de la educación postural en la

escuela.

Las costumbres sedentarias del actual modo de vida nos ofrecen a veces situaciones

realmente cómicas. Es frecuente observar a muchas personas frente al televisor, viendo

incontables horas de deporte, sentados en un cómodo sofá con un mando a distancia, para

evitar cualquier tipo de esfuerzo. En realidad, para involucrarnos en la actividad física y

beneficiarnos de ella es necesario practicarla, de lo contrario, estas situaciones cómicas, serán

probablemente la antesala a una posible dolencia de espalda que cada vez parece llegar en

edades más tempranas.

Podemos afirmar que en la actualidad son muchos los chicos y chicas que padecen dolor

de espalda, ya sea por la falta de ejercicio físico, por el peso que deben soportar con las

mochilas del colegio, o por haber adquirido malos hábitos posturales que, en muchas

ocasiones, nadie les ha explicado cual seria la forma correcta de realizar las distintas tareas.

Todo ello influye y ayuda a que la estructura corporal de los niños y niñas se vaya adaptando

a esas nuevas costumbres, relacionadas tanto con la alimentación como con el sedentarismo.

Nuestra idea se basa a empezar a concienciar a los alumnos y alumnas lo más pronto

posible, puesto que se trata de inculcar hábitos de vida saludables y para desarrollar o

modificar un hábito es necesario empezar cuanto antes mejor.

El planteamiento de interdisciplina curricular que recoge el presente texto es una tarea

que se ha llevado a cabo en unidades de programación a lo largo de dos cursos académicos

con el fin de armonizar las materias de conocimiento del medio natural y la educación física a

raíz del eje transversal de la educación para la salud. El énfasis puesto en la educación de la

postura corporal y todo aquello que comportan las áreas citadas, ha permitido dar

protagonismo a la vivencia motriz en cada una de las actividades que los alumnos han

experimentado. Intentamos optimizar un enfoque innovador sin tener miedo a transgredir la

propia disciplina.

Entendemos la motricidad como medio educativo que promueve situaciones y

acciones esenciales para la consecución de aprendizajes significativos, especialmente de

aquellos que requieren la motivación y la participación activa de los alumnos, como

pueden ser los contenidos transversales.

Para poder llevar a cabo proyectos interdisciplinares que desarrollen contenidos, no

solamente de las materias curriculares, sino también contenidos transversales, será

necesario superar la cultura disciplinar que predomina en las escuelas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 113 COMUNICACIONES

En la figura siguiente se pueden observar cuales son los principales factores que

dificultan el desarrollo de proyectos tanto interdisciplinares como transversales dentro de

los centros escolares.

Los factores que obstaculizan o limitan la transversalidad y la interdisciplina curricular hacen referencia a...

Una enseñanza... Una organización escolar... Un profesorado...

­ Basada fundamentalmente en

contenidos de actitudes, valores y

normas.

­ Más instructiva que educativa.

­ Que no prevé espacios dedicados

a estos tipos de enseñanza.

­ Falta de tiempo y de

organización.

­ Falta de medios.

­ Que considera que son contenidos

añadidos a los de las materias

instrumentales

­ Que no acostumbra a compartir

su saber.

­ Que se siente más seguro dentro

de su aula.

­ Que no posee un conocimiento

teórico y práctico adecuado al

respecto.

Se elabora y se pone en práctica una unidad de programación que trata de manera

interdisciplinar, el tema de la educación postural, enmarcada dentro del eje transversal de la

educación para la salud. Esta práctica se realiza en una escuela rural, concretamente con los

alumnos del ciclo medio y el ciclo superior de primaria, es decir, con alumnos y alumnas de

nueve a doce años. De todos modos coincidimos en que és imprescindible iniciarlo en la

educación infantil.

Ofrecemos una unidad de programación interdisciplinar que intenta desarrollar de

manera lúdica y con actividades vivenciales y significativas toda la estructura corporal, las

características de la columna vertebral, las acciones incorrectas y las posibilidades de

prevención. Realizando siempre un trabajo basado en la concienciación y la movilización,

pues pensamos que es la mejor forma de modificar o mejorar una actitud, partiendo del propio

conocimiento.

Las actividades y situaciones de enseñanza y aprendizaje que planteamos se basan en

principios que abogan por: partir de los conocimientos y de las experiencias previas de los

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 114 COMUNICACIONES

alumnos, crear zonas de aprendizaje progresivo, diseñar actividades contextualizadas, que

sean transferibles a la realidad de los alumnos y mostrarles como utilizar procedimientos de

aprendizaje.

Aprendizaje significativo. Adaptación de Coll (1993)

Durante el primer curso escolar se diseñó y se aplicó una unidad de programación de

corte interdisciplinar, que desarrollaba contenidos conceptuales, procedimentales y de

actitudes, valores y normas, de las distintas materias. Posteriormente, se analizaron

cualitativamente los resultados, utilizando como instrumentos de análisis:

Durante el proceso, un diario personal. Durante la práctica, la observación y la filmación de todas las sesiones realizadas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 115 COMUNICACIONES

Y para analizar la relación con el equipo docente se utilizó la entrevista personal, semi­ estructurada.

Este proceso nos permitió modificar y mejorar la unidad de programación, y pudimos

comprobar que el aprendizaje significativo de los contenidos transversales es factible a través

de las tareas motrices.

Algunas de las actividades diseñadas se describen a continuación:

• “¿Conoces éste hueso?” Objetivo: Conocer la ubicación de distintos huesos. Desarrollo: Los participantes se desplazan por el espacio, sin colisionar. Cuando el

maestro les enseñe una tarjeta, deberán de decir el nombre del hueso que aparece y lo deberán

tocar a un compañero.

Material: Tarjetas de los principales huesos del cuerpo humano a tamaño real.

• “Musculitos” Objetivo: Conocer y localizar distintos músculos. Desarrollo: Similar al juego del pañuelo. Se distribuyen en dos equipos, cada miembro

en lugar de tener un número, se le asigna el nombre de un músculo. En el centro se colocan un

par de láminas en donde figuran los músculos del ser humano en posición anatómica (plano

anterior y posterior) y con los nombres de los músculos a identificar ocultos. El docente

nombra en voz alta el nombre de un músculo. A partir de este momento al participante que se

le ha asignado éste nombre, correrá hacia el mural y deberá señalar con un adhesivo el lugar

en donde se localiza el músculo citado. Ganará el equipo que obtenga más aciertos. Los

compañeros que esperan su turno pueden ayudar desde su sitio, dándole consignas. Material: Dos murales o láminas (A3 o superior), en donde figuren los músculos del ser

humano, adhesivos de dos colores (un color por equipo).

• “Bailongo” Objetivo: Movilizar las distintas zonas de la columna vertebral: cervical, dorsal y

lumbar. Desarrollo: Con música variada, los alumnos van movilizando los distintos segmentos

corporales. Durante la realización se permita bailar solos, por parejas o en grupo. A

continuación el maestro orienta según la música, que los discentes muevan una parte de la

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 116 COMUNICACIONES

columna concreta. Se trata de que los alumnos puedan identificar las distintas zonas de la

columna vertebral en función de la música, (salsa – zona lumbar, funk – zona dorsal...).

• “Quién va a Sevilla pierde su silla” Objetivo: Identificar la mejor forma de sentarse en una silla. Desarrollo: Se distribuye por el espacio diferentes sillas, una para cada alumno/a. Los

alumnos deben correr alrededor de las sillas, a la voz del docente, deberán sentarse. El

docente primero observará la postura adoptada por los alumnos y aquél que esté sentado de

forma incorrecta será el que pasará a observar a sus componentes y así sucesivamente. Para

pasar al rol activo, el alumno que observa tendrá que identificar al compañero que esté mal

sentado, argumentar y especificar qué problemas puede acarrear. Las sillas son de diferentes

tamaños y modelos (cojines, taburetes, sillas de despacho, de aula...), esto obliga a los

alumnos a adoptar continuamente su actitud postural.

El proyecto aboga por la motricidad como medio de aprendizaje de los contenidos

transversales y defiende que las tareas motrices, convenientemente diseñadas, van más

allá del componente recreativo, posibilitando la utilización de procedimientos de

aprendizaje tanto motrices como cognoscitivos y volitivos.

Defendemos el trabajo interdisciplinario como método de aprendizaje mucho más

significativo y global, pues partimos de la idea que los alumnos no son pequeñas partes

compartimentadas, sino un todo global y complejo que necesita interrelacionarlo todo,

experimentar y entender el porqué para poder llegar a comprender, consiguiendo así una

transferencia de los aprendizajes que se producen en la escuela, hacia la vida cotidiana.

Los hábitos posturales generan en muchas ocasiones patologías estructuradas que

pueden evitarse con una correcta educación de la actitud en la edad de crecimiento, y es el

maestro de educación física, junto con todos los demás docentes, quien tiene una importancia

básica en esta prevención. Estamos convencidos que es desde la infancia, y a través de la

escuela, que hemos de crear unos hábitos de higiene física y mental que permitan a los

alumnos un desarrollo personal sano, que les motive para desear el bienestar, una mejor

calidad de vida y unas relaciones interpersonales basadas en el desarrollo de la autoestima de

las personas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 117 COMUNICACIONES

Podemos constatar que, este tipo de contenidos referentes a ejes transversales son

ideales para ser desarrollados a través de propuestas metodológicas como la interdisciplina

curricular.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 118 COMUNICACIONES

ELABORACIÓN E INVESTIGACIÓN DE UN PROTOCOLO PARA EL

DESA (DESFIBRILADOR EXTERNO SEMIAUTOMÁTICO) EN

PLAYAS

José Benito Pastoriza Agulla ([email protected]) Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo

Diego López González Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo

Gerardo Miguel Calvo López Alumno tercer ciclo de la Universidad de Vigo José Luis García Soidán ([email protected])

Director Grupo Hi10.Fac. Educación Pontevedra. Universidad de Vigo

RESUMEN.

El propósito de esta investigación ha sido el de intentar valorar un protocolo de

actuación, así como calcular el tiempo de intervención y su eficacia, en varias playas con

distintas orografías del litoral de la provincia de Pontevedra, cuando se produce una parada

cardiaca y se dispone en el puesto central de socorro de un DESA.

Según datos del año 2002 en Galicia, se produjeron 74 ahogamientos y 1744 infartos

agudos de miocardio (serie Tempus del Instituto Nacional de Estadística), que tuvieron lugar

en distintas localizaciones entre ellas las playas, de ahí podemos deducir la importancia de la

presencia de un DESA en las zonas concurridas donde existe un mayor riesgo potencial, para

conseguir aplicar una descarga eléctrica antes de que transcurran los primeros cinco minutos

de un infarto, como se establece en los protocolos actuales de soporte vital básico (ILCOR,

2000). La legislación gallega y la de otras comunidades nos permiten la utilización del DESA

por personal no médico, siempre que tengan formación y acreditación para su uso. Revisando

la literatura existen pocos trabajos de referencia, respecto a la utilización del DESA en playas,

de ahí nuestro interés y la necesidad de valorar un protocolo de actuación y los tiempos de

intervención y su eficacia en este entorno.

PALABRAS CLAVE: protocolo, desfibrilador, playa.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 119 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN.

Las paradas cardiacas en playas son potencialmente reversibles, si rápidamente se hace

pasar por el corazón de las víctimas con fibrilación ventricular, una descarga eléctrica de un

voltaje e intensidad determinados. A este procedimiento se le conoce como desfibrilación

externa semiautomática (DESA). Si tenemos en cuenta las recomendaciones e investigaciones

realizadas en todo el mundo, que pretenden la presencia del DESA en grandes centros

comerciales, estadios deportivos y en general donde existen grandes concentraciones de

población, como puede ser una playa, nos vemos en la necesidad de adaptar un protocolo que

siga las normas internacionales (grupo ILCOR), así como valorar en la práctica los tiempos y

las actuaciones en cada una de las fases del protocolo.En algunos ayuntamientos y empresas

que gestionan playas de nuestro litoral, existe la preocupación de formar a su personal en

estos temas y se plantean la compra de un desfibrilador ya que, si tenemos en cuenta que por

cada minuto que una persona pasa con fibrilación ventricular, sin que se realice este

procedimiento de desfibrilación, se reducen en un 10% las posibilidades de supervivencia.

MATERIAL Y MÉTODO.

En 7 playas de la provincia de Pontevedra, 4 de la zona de Sanxenxo y O Grove y

otras 3 de la zona de Marín y Bueu, se realizaron varios simulacros de parada cardiaca en

cada una de las playas, durante la segunda quincena de mayo y primera semana de junio, ya

que en estas fechas había pocas personas en las playas y no funcionaba el servicio de

socorristas, por lo cual causaríamos pocos inconvenientes durante los simulacros. Los

simulacros fueron realizados siempre por el mismo equipo entrenado en un protocolo

experimental de actuación con DESA en playas, formado por 4 personas y un video­

observador entrenado en técnicas de investigación. El objetivo era medir el tiempo de

reacción y valorar las actuaciones desde que se producía el primer aviso de parada cardiaca,

hasta la utilización del desfibrilador en el primer lugar seco más próximo a la víctima en la

playa.

El método consistió en que un especialista sin previo aviso, simulaba una situación de

parada cardiaca, a la que inmediatamente tenía que dar respuesta el equipo con formación en

el protocolo diseñado para el DESA, analizándose simultáneamente tanto el tiempo de

reacción, como la corrección en la ejecución de los distintos pasos de la técnica; realizándose

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 120 COMUNICACIONES

al efecto un total de 24 simulacros en las 7 playas descritas anteriormente ubicadas en las Rías

Bajas, y que a su vez se recogieron en video y en hojas de registro construidas al efecto, para

posteriormente analizar estadísticamente los datos obtenidos con el programa SPSS 13.0.

Se hicieron varios simulacros de parada cardiaca realizados por un experto que simulaba

una parada cardiaca dentro del mar o en la arena, sin previo aviso a los socorristas y en

distintos zonas de cada una de las playas, oscilando la distancia de nado para los socorristas

entre los 25 ­50m, mientras que la distancia de remolque y traslado al primer lugar seco más

próximo en la arena, osciló entre los 15 y los 30 metros, dependiendo de la hora del día

(mareas). El objetivo era medir el tiempo de reacción del equipo de socorro, partiendo de un

protocolo inicial de intervención.

Protocolo. 1. Detección de la parada cardiaca y petición de ayuda.

2. Rescate y traslado de la víctima desde el mar o arena, al primer lugar seco más

próximo al lugar del suceso.

3. Realización de RCP por los socorristas iniciales.

4. Utilización del desfibrilador, que junto con el oxígeno y otro material, deben

ser traídos por otro socorrista avisado para ello.

5. Aplicación de oxígeno, utilización de manta térmica y preparación para

traslado en ambulancia, indicando la zona de evacuación.

Tabla1. Rejilla de control de tiempos y valoración de actuaciones de cada simulacro. Actuación 1:

Aviso, rescate y traslado

Actuación 2:

RCP y Desfibrilador

Actuación 3:

Oxígeno, traslado y

evacuación

Evaluación

Final Nº Simulacro

Tiempo Valoración Tiempo Valoración Tiempo Valoración Tiempo

total

Valoración

global

Comentarios e Incidencias:

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 121 COMUNICACIONES

* El tiempo de cada actuación se medirá siempre en segundos.

** La valoración de cada actuación se hará teniendo en cuenta la siguiente clasificación: E:

excelente; C: correcta;

I: incorrecta; TI: totalmente incorrecta.

En el apartado de valoración de las actuaciones se utilizaron los siguientes criterios:

o Actuación 1: detección, aviso, rescate y traslado. Dentro de los siguientes rangos: 1. Excelente: sin fallos // 2. Correcta: con algún fallo poco importante

¿cuál? // 3. Incorrecta: con fallos importantes ¿cuáles? // 4. Totalmente

incorrecta: fracaso total en la realización de las maniobras.

o Actuación 2: RCP y desfibrilación en el primer lugar seco más próximo a la víctima, midiendo los tiempos de intervención y de llegada del desfibrilador en

segundos. Analizando también de forma cualitativa lo siguiente:

§ Realización de la RCP por parte de los socorristas iniciales: valorando

también la actuación por los rangos 1 a 4 definidos anteriormente.

§ Tiempo de llegada del desfibrilador y puesta en marcha, realizada por

otro socorrista: valoración por rangos de actuación, de 1 a 4.

o Actuación 3: aplicación de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación en ambulancia: valoración por rangos de 1 a 4, de cada

una de estas actuaciones.

Videograbación

Los 24 simulacros fueron grabados en una cámara de vídeo sony DCR VX, mini­Dv,

con un zoom de 48x y siempre por la misma persona, que tenía formación previa en video­

grabación para investigación. A todos los participantes se les solicitó su consentimiento para

ser grabados, así como para participar en dichos simulacros.

RESULTADOS.

Se establecieron los tiempos medios globales para cada una de las intervenciones, que

fueron de ξ = 75“ y ς = ± 19”. Siendo la valoración cualitativa de las actuaciones en esta fase

de muy buena o buena en el 85% de los casos.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 122 COMUNICACIONES

0 20 40 60 80 100

Tº actuación 1

Gráfico 1. Tiempos de detección, aviso, rescate y traslado (actuación 1), En el gráfico 2, se recogen los tiempos realizados durante la actuación 2: RCP y

desfibrilación en el primer lugar seco más próximo a la víctima. Los tiempos medios

empleados en este apartado fueron: ξ = 218“ y ς = ± 59”.

0

50

100

150

200

250

Tº actuación 2

Gráfico 2. Tiempos empleados durante la aproximación, remolque y extracción.

En el gráfico 3 se recogen los tiempos medios empleados para la actuación 3, aplicación

de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación en ambulancia, cuyos

valores promedio fueron de ξ = 104“ y ς = ± 17”.

0

50

100

150

200

Tº actuación 3

Gráfico 3. Tiempos empleados para aplicación de oxígeno, manta térmica y preparación para el traslado y evacuación, medidos en segundos.

En el gráfico 4 se recogen las valoraciones medias objetivas de los 24 simulacros;

analizando las valoraciones globales de las actuaciones, por 3 expertos en soporte vital básico,

para comprobar la validez de las actuaciones en cada una de las fases del protocolo diseñado

para actuación en playas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 123 COMUNICACIONES

22%

10% 18%

50%

Excelente

Corr ec ta

Incor recta

Totalmente incorr ec ta

Gráfico 4. Valoración global en % del total de simulacros realizados con el protocolo del DESA para playas.

DISCUSIÓN.

Después de realizar los 24 simulacros nos encontramos que: se ha invertido una media

de 1’ 15” para detectar la parada y pedir ayuda remolcar y extraer a los que debemos añadir

aproximadamente otros 3’ 48” para conseguir una adecuada realización de la RCP y conseguir

que llegue el desfibrilador y por último debemos sumarle 1’ 44” para conseguir darle oxígeno,

y preparar para su traslado en ambulancia. Se invirtieron 6’ 37” por término medio. Estos

tiempos promedio son algo altos y susceptibles de mejora con el entrenamiento, no obstante

son útiles si tenemos en cuenta que la cadena de supervivencia se activa ya en un 1’ 15”,

además de que en unos 4’ a la persona ya se le está practicando RCP y ya puede recibir la

descarga del desfibrilador en un tiempo aproximado de 5’. En un 68% las actuaciones han

sido excelentes o correctas, no obstante existe alrededor de un 32% de intervenciones

incorrectas; que afectan a todas las situaciones del protocolo, lo cuál es preocupante ya que

son socorristas preparados para este protocolo y por tanto lo tienen perfectamente asimilado.

Para poder obtener datos más fiables, deben realizarse más simulacros y en otros tipos

de playas (con distintas orografías y zonas de acceso­evacuación).

CONCLUSIONES.

El protocolo diseñado al efecto, adaptado de las recomendaciones del grupo ILCOR,

puede ser útil para conseguir una descarga útil en un tiempo corto, ligeramente superior a los

5’ en las playas analizadas, para una persona que se encuentre en parada cardiaca. De ahí la

justificación de la necesidad de un desfibrilador en una playa, así como en cualquier otra

instalación de uso público, que tenga un gran número de usuarios. Pero debe ser ensayado

suficientemente para reducir los tiempos de actuación y sobre todo para realizar con eficacia

las maniobras en cada uno de los pasos del protocolo.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 124 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 125 COMUNICACIONES

EFECTOS DE UN PROGRAMA DE EJERCICIO FÍSICO SOBRE LA

CONDICIÓN FÍSICA Y EL PERFIL LIPÍDICO EN MUJERES

POSMENOPÁUSICAS

Francisco Pradas de la Fuente ([email protected]) Universidad de Zaragoza.

Luis Carrasco Páez Universidad de Zaragoza. Carlos de Teresa Galván

Centro Andaluz de Medicina del Deporte. Hospital de San Juan de Dios. Granada.

RESUMEN.

El objetivo de este estudio fue valorar el efecto de un programa de actividad física sobre

la condición física y diferentes parámetros bioquímicos indicadores del metabolismo lipídico

en mujeres posmenopáusicas. Un total de 16 mujeres, con una edad de 67.19 ± 1.33 años

(media ± dt) participaron en un programa de acondicionamiento físico de tres meses de

duración, realizando dos sesiones semanales de 60 min. de duración. Tanto al inicio como al

final del programa de intervención se registraron diferentes medidas referentes a la

composición corporal de las participantes, a la fuerza muscular desarrollada y a la

flexibilidad, mientras que se determinaron las concentraciones plasmáticas de colesterol,

triglicéridos y lipoproteínas de alta y baja densidad. Los resultados obtenidos muestran un

aumento significativo en los valores correspondientes a la fuerza isométrica máxima

desarrollada por las extremidades superiores así como en la fuerza explosiva desarrollada por

las extremidades inferiores. Además, después del programa, las participantes aumentaron

significativamente su flexibilidad, no observándose, por otro lado, ninguna mejora en los

indicadores bioquímicos del metabolismo lipídico. En el caso de las lipoproteínas de baja

densidad, se observó, incluso, un aumento significativo de su concentración plasmática

respecto a los niveles iniciales. Se puede concluir, por tanto, que un programa de

acondicionamiento físico de estas características y dirigido a mujeres posmenopáusicas,

consigue aumentar la capacidad para desarrollar fuerza muscular y la flexibilidad, aunque

parece necesario la realización de programas integrados (con intervenciones en el área de

educación sanitaria) para mejorar la salud y la calidad de vida de este tipo de población.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 126 COMUNICACIONES

PALABRAS CLAVE: acondicionamiento físico, menopausia, condición física, metabolismo

lipídico.

INTRODUCCIÓN.

Debido al incremento de la expectativa de vida en las mujeres, cerca de un tercio de la

vida la pasa en estado de menopausia. A consecuencia de lo anterior los países

industrializados están enfrentando un aumento de la población de mujeres posmenopáusicas

con un aumento concomitante de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y

osteoporosis, las cuales son dependientes de la deficiencia estrogénica. Además, la

menopausia está asociada con un incremento en el colesterol total y con cambios

desfavorables en el perfil lipídico. El incremento del colesterol total en el plasma, está

asociado con una disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), un predictor

importante de eventos cardíacos en las mujeres, y con un incremento de los niveles

plasmáticos de las lipoproteínas de baja densidad (LDL).

Por otra parte, el proceso de envejecimiento y el sedentarismo son factores clave en el

deterioro de la condición física, principalmente de la fuerza y la flexibilidad. Teniendo en

cuenta que la práctica de actividad física puede ser una terapia adecuada, entre otras cosas,

para regular el metabolismo lipídico y frenar la pérdida de la condición física, el objetivo de

este estudio fue valorar el efecto de un programa de actividad física de tres meses de duración

sobre la condición física y diferentes parámetros bioquímicos indicadores del metabolismo

lipídico en mujeres postmenopáusicas.

MATERIAL Y MÉTODOS.

Un total de 16 mujeres, todas ellas pertenecientes al Aula Permanente de Formación

Abierta de la Universidad de Granada y con una edad de 67.18 ± 5.19 años (media ± dt),

participaron en un programa de acondicionamiento físico de tres meses de duración,

realizando dos sesiones semanales de 60 min. de duración. Todas ellas fueron informadas de

las características y protocolos del estudio antes de la realización del mismo, firmando el

correspondiente consentimiento informado.

Antes de comenzar con el programa de acondicionamiento físico, cada participante fue

objeto de un reconocimiento médico cuyo objetivo fue descartar cualquier tipo de patología

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 127 COMUNICACIONES

que pudiera condicionar la participación en dicho programa y comprometer su salud.

Asimismo, y como referencia inicial, se sometió a las participantes a diferentes pruebas para

la valoración de su condición física. En lo que respecta a la fuerza muscular, se evaluó la

fuerza isométrica máxima de las extremidades superiores (dinamómetro Takei 5101) y la

fuerza explosiva de los miembros inferiores (salto con contramovimiento –CMJ–,

perteneciente al test de Bosco, sobre la plataforma de contactos Ergo Tester de Globus®).

Con el fin de valorar la velocidad gestual, las participantes realizaron la prueba “tapping –

test”, prueba que forma parte de la batería Eurofit para adultos, al igual que la prueba “sit and

reach”, destinada a la evaluación de la flexibilidad global del tronco. Además, se

determinaron las concentraciones plasmáticas de colesterol, triglicéridos y lipoproteínas de

alta y baja densidad (HDL y LDL, respectivamente), para así definir el perfil lipídico de las

participantes. Todas estas valoraciones fueron aplicadas de la misma forma una vez finalizado

el programa de ejercicio físico planteado.

El programa de acondicionamiento físico se desarrolló a lo largo de un trimestre,

realizando dos sesiones semanales de sesenta minutos de duración. Todas estas sesiones

fueron diseñadas teniendo en cuenta el principio de individualización, siendo supervisadas por

los investigadores. En la estructura de cada sesión se diferenciaron tres partes fundamentales:

calentamiento, parte principal (en la que se desarrollaba el contenido específico de la sesión) y

vuelta a la calma (mediante técnicas de relajación y trabajo de flexibilidad). La metodología

utilizada en el programa de intervención estaba centrada en actividades lúdicas, ya sea a

través de formas jugadas o de juegos predeportivos como bloque de trabajo básico. Para

desarrollar la fuerza y la flexibilidad se realizó un trabajo más específico con sesiones de:

­ Ejercicios de fuerza con autocargas, por parejas y con banda elática.

­ Multilanzamientos de balón medicinal.

­ Entrenamiento de fuerza en circuito interválico por tiempo y por repeticiones.

­ Ejercicios de flexibilidad y movilidad articular.

En lo que respecta al análisis estadístico de los datos, se aplicó la prueba de

Kolmogorov – Smirnov para valorar la normalidad en la distribución de las variables

consideradas en este estudio. Dado que todas ellas presentaron un distribución normal se

empleó la prueba T de Student para muestras pareadas para comparar el efecto del programa

de ejercicio físico planteado. Además, se calculó el coeficiente de correlación de Pearson para

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 128 COMUNICACIONES

determinar el grado de relación entre las distintas variables. En todo caso, el intervalo de

confianza se situó en el 95%.

RESULTADOS.

Una vez finalizado el programa de ejercicio físico, no se observaron cambios

significativos en la composición corporal de las participantes. El peso y el índice de masa

corporal (IMC) no sufrieron ninguna modificación apreciable (peso: 68.68 ± 3.4 y 68.43 ±

3.28 Kg; IMC: 28.34 ± 1.04 y 28.29 ± 0.95 Kg/m 2 , para las situaciones de pre­y post­test,

respectivamente).

Por otro lado, se hallaron mejoras significativas en la flexibilidad (Figura 1), en el

tiempo empleado para efectuar 25 ciclos en el “tapping – test” (velocidad gestual) (Figura 2),

en la fuerza explosiva de los músculos extensores de las piernas (tiempo de vuelo y altura del

salto tipo CMJ) (Figura 3), y en la fuerza isométrica máxima en la acción de prensión de las

extremidades superiores (Figura 4).

0

5

10

15

20

25

30

Pre­ Post­

cm

Figura 1. Distancia (cm) alcanzada en el test “sit and reach”. ***p<0.001

0

2

4

6

8

10

12

14

16

18

Pre­ Post­

s

Figura 2. Tiempo empleado en realizar los 25 ciclos en la prueba de “tapping­test”. ***p<0.001

***

***

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 129 COMUNICACIONES

0

0,05

0,1

0,15

0,2

0,25

0,3

0,35

0,4

Pre­ Post­ Pre­ Post­

Tiempo de vuelo Altura del salto

s

0

0,02

0,04

0,06

0,08

0,1

0,12

0,14

0,16

m

Figura 3. Tiempo de vuelo (s) y altura del salto en la prueba CMJ. **p=0.009; *p=0.012.

0

5

10

15

20

25

30

Pre­ Post­ Pre­ Post­

Mano derecha Mano izquierda

Kgf

Figura 4. Fuerza máxima isométrica (Kgf) registrada en las extremidades inferiores. **p=0.006; *p=0.05.

Los indicadores bioquímicos que definen el perfil lipídico sufrieron un aumento que, a

excepción de la HDL, que disminuyó ligeramente, y la LDL, cuyo aumento fue significativo

(p=0.002), no mostró significación estadística (Tabla 1).

TABLA 1. Indicadores bioquímicos del perfil lipídico.

Parámetros Pre­test Post­test

Colesterol (mg/dl) 209.51 ± 5.97 217.69 ± 8.74

Triglicéridos (mg/dl) 99.88 ± 11.43 104.81 ± 10.69

HDL (mg/dl) 59.63 ± 2.93 58.25 ± 2.23

LDL (mg/dl) 119.31 ± 4.70 140.88 ± 8.03**

** p=0.002, según la prueba T de Student para muestras apareadas.

** *

** *

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 130 COMUNICACIONES

El análisis de correlación arrojó, como era de esperar, una clara y significativa relación

entre los niveles plasmáticos de colesterol y LDL, tanto en la situación de pre­test como en la

de post­test (r=0.85, p<0.001 y r=0.93, p<0.001 ,respectivamente).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES.

Según los resultados obtenidos en este estudio, podemos afirmar, que la realización de

un programa de entrenamiento físico adecuado, adaptado y supervisado, contribuye de forma

significativa a la mejora de la fuerza explosiva de los músculos extensores de la piernas y de

la flexibilidad general del tronco. La actividad física regular es un importante factor que

contribuye a mantener un buen estado de salud (Chirosa, Chirosa y Padial, 2000). Además, un

buen trabajo muscular localizado es muy beneficioso para la persona mayor, ya que permite

tonificar los músculos, mejorando su fuerza y movilidad (Paglilla, 2001), retrasando los

perjuicios del proceso del envejecimiento en lo que a la condición física se refiere (Alcántara

y Romero, 2001).

Aunque los parámetros relacionados con la composición corporal (peso, IMC) no se

vieron alterados a consecuencia del programa de ejercicio físico, el perfil lipídico de las

participantes mostró un ligero, pero preocupante cambio. De hecho, los niveles de LDL

fueron significativamente superiores al final del programa de ejercicio físico. Tal y como

demuestran algunos estudios (Assmann y Schedule, 1992) , los cambios que, de forma

significativa, se dan en el perfil de lipoproteínas en las mujeres después de los 50 años,

ocurren antes en los hombres. Varios estudios cruzados y prospectivos han mostrado que la

menopausia está asociada con un incremento en los niveles plasmáticos de colesterol total y

triglicéridos (Jensen y col., 1990; De Aloysio, 1999). El aumento en colesterol total

observado después de la menopausia, es atribuido principalmente a un aumento en el

colesterol de lipoproteínas de baja densidad (LDL) al tiempo que el colesterol de

lipoproteínas de alta densidad (HDL) tiende a disminuir (Pansini y col., 1993; De Aloysio,

1999). Aunque los niveles de estos indicadores bioquímicos se sitúan dentro de la normalidad

para este grupo de población (PEPITW Group, 1995), no parece, a tenor de los resultados

derivados de nuestro estudio, que un programa específico de ejercicio físico de tres meses de

duración ejerza un efecto positivo en el perfil lipídico de mujeres posmenopáusicas.

Se puede concluir, por tanto, que un programa de ejercicio físico, basado en el

desarrollo de la fuera muscular y la flexibilidad, de tres meses de duración, consigue mejorar

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 131 COMUNICACIONES

estas dos cualidades físicas, aunque parece necesario el diseño de programas mixtos, con

intervención multidisciplinar (clínica, nutricional, educativa, preventiva, de promoción de la

salud y de la actividad física), para poder conseguir un efecto terapéutico sobre el

metabolismo lipídico y las patologías a él asociadas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 132 COMUNICACIONES

PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FISICO­DEPORTIVA EN LAS

CHICAS ADOLESCENTES A TRAVÉS DE PROGRAMAS DE

INTERVENCIÓN EN LOS CENTROS ESCOLARES

Elena Ramírez Rico ([email protected]) Universidad Camilo Jose Cela.

Emilia Fernández García ([email protected]) Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid

Mª José Camacho Miñano ([email protected]) Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN

El estudio que se presenta, tiene como propósito el analizar las tendencias

internacionales actuales orientadas hacia la implementación de programas de intervención

para la promoción de la actividad físico­deportiva en las chicas adolescentes. Para llevar a

cabo este propósito, y previa determinación de los criterios de búsqueda y de selección de

documentación, así como de las dimensiones objeto de estudio, se utilizaron técnicas de

análisis de contenido aplicadas sobre los programas de intervención seleccionados. El proceso

de análisis, de tipo inductivo, ha permitido identificar un conjunto de categorías emergentes y

subcategorías en cada una de las dimensiones de estudio, así como establecer un análisis

comparado entre programas. En las conclusiones, entre otras, se resalta la necesidad de

implementar programas de intervención, orientados a la promoción de la actividad físico­

deportiva en las chicas de estas edades, como consecuencias de los beneficios que aportan

sobre ellas.

PALABRAS CLAVE: Actividad física. Género. Programas de intervención.

Adolescencia

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 133 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

El descenso en la participación y la implicación con la actividad física en la edad

adolescente es una evidencia constatada en distintos trabajos, tanto en la literatura

internacional como en estudios españoles, siendo esta circunstancia mucho más acusada en la

población femenina (National Center for Chronic Prevention and Health Promotion, 2004;

Fernández y cols, 2002; Pate, Freedson, Sallis y cols, 2002; Riddoch y cols, 2004). Esta

constatación, ha desembocado en las conocidas pautas y prescripciones de actividad física

dirigidas a la infancia y la adolescencia (DHHS, 2000; Pate y cols, 1994; Sallis & Patrick,

1994) y ha promovido una corriente de interés, cuyas prioridades se establecen en torno al

desarrollo de técnicas efectivas, aproximaciones y programas de intervención, orientados

hacia el cambio de las actitudes y los comportamientos de actividad física en estas edades,

estudiando la eficacia de las intervenciones en la escuela secundaria para prevenir el declive

en la actividad física al comienzo de la adolescencia y en la transición a la juventud (DHHS,

1999; Sallis y cols, 1992) y considerando, en el caso de las actuaciones dirigidas a la

población femenina, las particularidades que caracterizan las relaciones de las chicas

adolescentes con la actividad física y el deporte (Arizona Department of health Services,

2004; Summerfield, 1998).

Así, las recientes iniciativas de promoción de actividad físico­deportiva en la

población adolescente se han centrado principalmente en programas de intervención, tanto en

el entorno próximo de la comunidad como en el entorno escolar (National Center for

Education in Material and child Health, 2005; Pate & Sirard, 2000; Wallhead & Buckworth,

2004), siguiéndose también este enfoque en el caso de los programas de intervención

dirigidos a las chicas adolescentes y, resaltándose reiteradamente, el importante papel que

puede desempeñar la institución escolar, que se configura como un espacio de relación.

Dentro de este espacio, las actuaciones suelen enfocarse tanto hacia las clases de Educación

Física como materia curricular, como, ampliando la dinámica de acción de los centros, a un

conjunto de actividades extracurriculares, entre las que se encontrarían con carácter preferente

las actividades físico­deportivas.

El interés sobre la intervención a través de programas, si bien esta contemplado

institucionalmente en el entorno internacional, encontrándose suficientemente promovido y

consolidado, y configurando la promoción de actividad física en las chicas adolescentes una

novedosa y reciente línea de investigación, en el caso de España no existe sobre esta temática

una trayectoria de intervención específica asentada.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 134 COMUNICACIONES

En función de lo anterior, el propósito general de este trabajo es el de identificar las

tendencias internacionales actuales en la implementación de programas de intervención que,

basados en el entorno escolar, se dirigen a la promoción de la práctica de actividad físico­

deportiva de las chicas adolescentes.

Para ello, y a partir del análisis de diferentes programas, los objetivos del estudio se

enfocan a la identificación de las características básicas que configuran dichos programas; la

detección de la necesidad y el impacto que éstos pueden tener en la vida de las adolescentes;

el análisis de los aspectos o factores clave que enfatizan y desarrollan y el establecimiento de

las posibles conexiones y divergencias existentes en los diferentes programas.

En función de esta situación, el trabajo que se presenta pretende analizar los diferentes

programas de promoción de actividad físico­deportiva en el contexto internacional, pudiendo

extraer referencias y pautas para trabajar en nuestro país.

DISEÑO

Para la consecución de los objetivos anteriores, se realizó un diseño de tipo descriptivo­

interpretativo, mediante análisis documental, y empleando técnicas de análisis de contenido.

El procedimiento seguido empleó tres fases:

Una búsqueda y selección de documentos, la cual supuso la determinación de los

criterios de búsqueda y la determinación de los criterios de selección de la documentación

inicialmente recogida. Los primeros ­criterios de búsqueda­ priorizaron la autoría

institucional, de organismos o asociaciones, la vigencia en su actualización, y su desarrollo

dentro del ámbito escolar. Los segundos ­criterios de selección­, una vez revisada la

documentación, se centraron en el cumplimiento de los programas de, al menos, 8 de las 9

dimensiones de análisis establecidas en la investigación.

La identificación de las dimensiones de análisis de la investigación, se determinaron en

las siete siguientes: elementos justificativos del programa, propósitos generales, objetivos del

programa, actividades, evaluación, recursos humanos y resultados.

Un proceso de análisis de la documentación que supuso las tareas de traducción de

documentos, análisis de contenido a partir de las diferencias de estudio, identificación de

categorías y subcategorías dentro de cada dimensión, definición de las categorías emergentes,

análisis comparativo de los resultados obtenidos en los diferentes programas y la

identificación de tendencias y rasgos de similitud – discrepancia entre programas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 135 COMUNICACIONES

RESULTADOS OBTENIDOS

Como resultado de la fase de selección de documentación, se seleccionaron finalmente

los programas “Girls First”, “New Moves” y “Leap”, ya que incorporan el conjunto de

dimensiones de análisis estipuladas como criterios de selección. Sus características básicas

son:

Girls First: Este programa es llevado a cabo por Sport Council for Gales, para las escuelas secundarias de Gales. Fue aplicado en 2001 con una duración de un año. Programa

diseñado para las actividades físico­deportivas extracurriculares (Gardens, 2002; Sport

Council for Wales, 2003).

New Moves: Este programa es llevado a cabo por División of Epidemiology School of Public Health, en Estados Unidos. Fue aplicado en Septiembre del 2000, con una duración de

un año. Programa diseñado para las clases de Educación Física (Newmark, Story, Hannan &

Rex, 2003; Neumark­Sztainer, 2000).

Leap: Este programa es llevado a cabo por las Universidades de Georgia, en el Sur y Norte de Carolina. Fue aplicado entre 1999 y 2000, con una duración de dos años. Programa

diseñado para las clases de Educación Física y el resto de actividades fuera del currículo

(Dishman, Motl, Saunders, Felton, Ward, Dowda & Pate, 2004; Felton, Saunders, Ward,

Dishman, Dowda & Pate, 2005).

De los resultados obtenidos en cada una de las dimensiones de análisis, y por cuestiones

de espacio, se recogen solamente las categorías más representativas (véase tabla 1 y 2).

Tabla 1: Categorías obtenidas correspondientes a las dimensiones de Elementos justificativos del programa; Propósitos Generales; Objetivos y Actividades.

DIMENSIÓN Elementos justificativos del programa

Propósitos generales Objetivos del programa Actividades

Nivel de actividad física Nivel de actividad

física

Cambios positivos hacía la

actividad física

Sesiones de

actividad física

Problemas de obesidad Mejora del disfrute Atender a las necesidades

de las chicas

Sesiones de apoyo

social CATEGORÍA

Responsabilidad del

centro Mejora del patrón

alimenticio Alimentación

Sesiones de

nutrición

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 136 COMUNICACIONES

En la dimensión de elementos justificativos del programa de las tres categorías

obtenidas que recogen la necesidad y justificación de la intervención, la más representativa es

la del ‘nivel de actividad’, señalando los tres programas estudiados los bajos niveles de

actividad física femenina en las chicas adolescentes. Este factor, destacado, está en conexión

con la categoría referida a la importancia de la implicación del centro escolar

‘responsabilidad del centro’, señalada explícitamente en dos de los tres programas estudiados. La tercera categoría, referente a la ‘problemática de la obesidad’ constituye una

justificación para la intervención en un solo programa. Estas categorías se configuran como

los fundamentos que a su vez sustentan la base de los propósitos y objetivos del programa,

estando en íntima relación con ellos.

En la dimensión de propósitos generales, los tres programas analizados se plantean la

necesidad de incrementar los ‘niveles de actividad física’ entre las chicas adolescentes, señalándose también el propósito de ‘mejorar el disfrute’ de las chicas (Girls First), creando actividades atractivas y accesibles para ellas. También surge como propósito, configurando la

tercera categoría, la necesidad de promover una ‘mejora del patrón alimenticio’ mediante la

educación, ya que el programa considera que estos patrones son deficientes.

Dentro de la dimensión de objetivos del programa se atiende a la mejora de los

‘cambios positivos hacía la actividad física’ (Girls Fist y New Moves), objetivo que se

encuentra íntimamente relacionado con los propósitos y fundamentación de los programas, ya

que se resalta la necesidad de incrementar ‘la práctica de actividad física’ entre las chicas adolescentes, para lo cual es necesario conseguir un cambio positivo hacia dicha práctica. Este

propósito entronca con el siguiente, representado en la categoría de ‘necesidades e intereses de las chicas’, ya que debe hacerse de manera que conecte con ellas, puesto que, en

ocasiones, las chicas no se sienten identificadas con las actividades que se proponen, tanto en

la Educación Física escolar como en las actividades extracurriculares. También se resalta

como objetivo la necesidad de ‘mejorar el patrón alimenticio’, al igual que se reflejaba en la fundamentación y propósitos del programa New Moves.

En la dimensión actividades del programa, los tres programas estudiados

implementan la intervención a través de ‘sesiones de actividad física’ que puedan ofrecer pautas para una mejor actuación, mediante la variación de las actividades, las calidad de las

actividades, su atractivo, etc.

Se identifican también otras dos categorías de ‘sesiones de apoyo social’ y ‘sesiones de nutrición’, presentes en el programa New Moves, con contenidos informativos­formativos

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 137 COMUNICACIONES

que ayuden a solventar los problemas que se encuentran las chicas en la sociedad y a mejorar

esas conductas alimenticias. Tabla 2: Categorías obtenidas correspondientes a las dimensiones de Evaluación; Recursos humanos y Resultados.

DIMENSIÓN Evaluación Recursos humanos Resultados

Evaluación inicial Personas que forman parte del

centro

Nivel de disfrute y

diversión

Evaluación del proceso Padres y voluntarios Nivel de actividad física

Evaluación sobre resultados Experiencias beneficiosas

CATEGORÍA

Evaluación post­intervención

Dentro de la dimensión de evaluación, se identifica el tipo de evaluación que han

utilizado los programas. La ‘evaluación del proceso’, referida a la valoración del proceso de implementación del programa y su desarrollo, y la ‘evaluación de los resultados’ en relación con los objetivos perseguidos por cada programa, son las dos categorías presentes en los tres

programas estudiados, aunque con diferencia en cuanto a la forma de evaluar. Sin embargo la

evaluación inicial y la post­intervención no esta presente en todos los programas.

En la dimensión de recursos humanos, las dos categorías obtenidas ‘personas que forman parte del centro’ y ‘padres y voluntarios’, resumen los dos grandes bloques de

recursos humanos con los que se cuenta para el desarrollo de los programas. Esta dimensión

es fundamental, incidiendo en la importancia del equipo multidisciplinar en la educación,

haciendo que de una manera colaborativa se consigan mayores logros y beneficios.

En la dimensión de resultados obtenidos por el programa, resalta, común a los tres

programas, que se ha conseguido el aumento del ‘nivel de actividad física’ de las chicas durante la implementación del mismo. Esta categoría estaría íntimamente unida con las otras

dos categorías de aumento del ‘nivel de disfrute y diversión’ y ‘las experiencias beneficiosas’. Con los resultados obtenidos, se puede ver cumplida la fundamentación reflejada en los

elementos justificativos de los distintos programas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 138 COMUNICACIONES

CONCLUSIONES

Las conclusiones que de una manera sintética se pueden extraer del estudio llevado a

cabo, constatan la existencia de un interés y desarrollo específico de programas de

intervención para la promoción de actividad física para las chicas adolescentes en el ámbito

internacional, así como la obtención de resultados positivos a través de la implementación de

dichos programas. Una vez analizados estos resultados, se resalta por tanto la necesidad de

apoyar y trabajar en esta línea con la población de chicas adolescentes españolas, así como la

conveniencia de adoptar parar ello enfoques colaborativos dentro del entorno de la escuela.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 140 COMUNICACIONES

ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD I: “ANOREXIA Y EJERCICIO FÍSICO”

Inmaculada Rodríguez Marín ([email protected]) Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Grupo de Investigación HUM653.

Universidad de Jaén Emilio J. Martínez López

Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén María Luisa Zagalaz Sánchez

Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén

RESUMEN

En los últimos tiempos se ha otorgado una importancia especial a la actividad física en

la anorexia nerviosa. Se ha comprobado que antes de iniciarse el trastorno, e incluso antes de

decidir un régimen alimentario restrictivo, una gran mayoría de pacientes ya practicaban

ejercicio físico con mucha más frecuencia e intensidad que el promedio de muchachas no

anoréxicas de la misma edad. La chica o chico anoréxico, incurren asiduamente en la práctica

de ejercicio físico, pero no se trata sólo de un procedimiento para perder peso, sino también

como conducta compensatoria recurrente para eliminar los supuestos “excesos” alimenticios

que tanto les sobrecogen.

La investigación que presentamos determina la población de riesgo para anorexia

nerviosa en adolescentes de ambos sexos que durante el curso académico 2003/2004 han

cursado de 1º a 4º de Educación Secundaria Obligatoria en centros docentes tanto públicos

como privados, y corrobora cómo el ejercicio físico que practican nuestras adolescentes está

encaminado fundamentalmente a perder peso.

PALABRAS CLAVE: anorexia nerviosa y ejercicio físico.

1. APROXIMACIÓN Y DEFINICIÓN DEL TÉRMINO ANOREXIA NERVIOSA

Vivimos en una sociedad y en un momento histórico en el que se está produciendo una

gran paradoja. En los últimos años se están incrementando, por un lado, los problemas de

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 141 COMUNICACIONES

obesidad y, por otro, los problemas de la conducta alimentaria de anorexia (AN) y bulimia

nerviosa.

La delgadez se ha convertido para algunas mujeres, cada vez más jóvenes, y también

para algunos hombres, en una especie de culto del que no pueden prescindir.

Sacrifican horas enteras dedicadas al ejercicio físico (EF) para conseguir adelgazar. Se

someten a dietas difíciles de cumplir, y terminan desarrollando una verdadera obsesión por

estar delgadas, que en algunos casos, da lugar a una enfermedad por dependencia. Tal ocurre

en las anoréxicas, que acaban deificando la delgadez, haciéndose dependientes de su símbolo,

para lo que pueden llegar hasta morir de hambre (Rodríguez, Zagalaz y Martínez, 2005).

La chica (aunque la AN puede darse tanto en varones como en mujeres, en el texto

haremos referencia sistemática al sexo femenino dada su muy significativa mayor tasa de

afectación) cree firmemente que está gorda, gruesa e hinchada y por lo tanto que debe reducir

al máximo la ingestión de alimentos. Su objetivo es perder peso y lo hace a través de dietas

restrictivas, empleo de conductas purgativas, exceso de EF, vómitos autoinducidos y/o abuso

de laxantes; alteran de forma notoria las conductas de la ingesta y facilitan la aparición de

comportamientos anómalos cuya finalidad es evitar la ganancia de peso. La valoración que

hace de sí misma la persona que tiene este trastorno está determinada por lo que opina de su

cuerpo.

El aumento del número de casos de AN junto con la repercusión consiguiente en los

profesionales de la salud, ha permitido constatar que todavía sabemos muy poco acerca de

este género de trastornos.

La AN es un trastorno psicosomático de raíz social, complejo y multicausal,

caracterizado por una pérdida significativa del peso corporal (superior al 15%, según edad,

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 142 COMUNICACIONES

sexo y altura), una distorsión de la imagen corporal, un intenso temor a la obesidad y la

decisión voluntaria de adelgazar, de carácter fundamentalmente femenino y adolescente, que

se da en las sociedades occidentales industrializadas, y donde, en los últimos años, el abuso

del EF vendría a completar y complicar el cuadro (Rodríguez, 2004).

El EF en general y el deporte en particular constituyen actividades y fenómenos socio­

culturales, profunda y extensamente, instaurados en nuestra sociedad occidental. Promovidos

y practicados colectivamente, están impregnados de connotaciones muy diversas,

especialmente el EF. Junto a salubridad y estar en forma,

implican juventud, fuerza, prestigio, esbeltez, delgadez, y mil

virtudes más.

Algo más de la mitad de la población femenina

adolescente de nuestro país reconoce que practica o ha

practicado actividad física con la intención de adelgazar. Por

tanto, restricción alimentaria y EF constituyen los dos

procedimientos básicos que nuestra sociedad ha consagrado

para modelar el cuerpo. Están muy difundidos, son muy

populares, y tienen la ventaja de ser francamente baratos. La chica anoréxica, por supuesto,

incurre asiduamente en el EF, pero no se trata sólo de procedimientos para perder peso, sino

también como conducta compensatoria recurrente para eliminar los “excesos” alimenticios

que tanto la sobrecogen.

En la última década la prevalencia de estos trastornos se ha disparado hasta el punto de

constituir una auténtica “epidemia social” o “trastorno étnico” (Serrato, 2000).

La AN es una enfermedad típica de las sociedades desarrolladas, con especial incidencia

en grupos sociales de poder adquisitivo elevado, así como en sujetos

de alto riesgo por su preocupación por la forma corporal, tales como

bailarinas, gimnastas, deportistas de elite y modelos.

La publicidad, la televisión, el cine, las revistas y la moda lo

gritan: ¡hay que estar delgado! Una vez claro el fin, aparecen los

medios: ejercicio físico, pastillas, dietas, vómitos, etc. No olvidemos

que el mundo de la moda y sus máximas representantes, las modelos

son “ideales de belleza” que millones de adolescentes imitan.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 143 COMUNICACIONES

En países desarrollados la AN se estima entre 1­4%, pero si consideramos formas

subclínicas, podría llegar hasta el 5% del total de la población de adolescentes de edades

comprendidas entre los 14 y 22 años. La AN suele acontecer al final de la etapa puberal (13­

14 años), con pico de incidencia a los 15­18. También pueden verse casos de inicio más

temprano, quizá lo más alarmante sea que esta preferencia por tener cuerpos más delgados se

está extendiendo a niñas de 6­7 años (Collins, 1991). No es de extrañar, sin embargo, si se

tiene en cuenta que las niñas imitan a sus hermanas mayores o a sus madres, están expuestas

al mismo bombardeo estimular que relaciona belleza con delgadez y hasta tienen

representaciones simbólicas de este ideal en sus juguetes. Sólo hay que mirar a las muñecas

tipo Barbie, Bratz, Witch, My Scene,... con las que habitualmente juegan (Vera, 1998).

La adolescencia es el periodo de mayor riesgo para el desarrollo de la AN, de ahí que

la investigación que a continuación mostramos esté centrada en el alumnado de educación

secundaria obligatoria (ESO) de la provincia de Jaén.

2. INVESTIGACIÓN ESTADÍSTICA – DESCRIPTIVA EN LA PROVINCIA DE

JAÉN.

Actualmente se reconoce y acepta la naturaleza multicausal de la AN. Es por ello que, el

estudio que presentamos conexiona la psicología con la educación, y más concretamente con

la Educación Física (Ed.F), dado el interés que la práctica de EF para perder peso presenta

entre el alumnado de ESO.

El objetivo principal de esta investigación realizada por la doctora Rodríguez (2004), era

por un lado estimar la prevalencia de la población de riesgo para AN en adolescentes de

ambos sexos que cursan primer ciclo (1º y 2º) y segundo ciclo (3º y 4º) de educación

secundaria obligatoria en centros docentes tanto privados como públicos de la provincia de

Jaén, y por otro, corroborar cómo el EF que practican nuestros y nuestras adolescentes está

encaminado fundamentalmente a perder peso, atendiendo al tipo de EF que practican, cuanto

tiempo dedican, y el valor individual y subjetivo que le atribuyen al EF.

Para realizar este estudio estadístico­descriptivo de encuesta se seleccionó la muestra

entre los jóvenes jiennenses de 12 a 16 años de edad matriculados durante el curso

académico 2003/2004 en el primer y segundo ciclo de educación secundaria obligatoria en

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 144 COMUNICACIONES

los centros privados­concertados y centros públicos de la provincia. Finalmente

participaron 1468 alumnos y alumnas (753 varones y 715 mujeres).

El material utilizado fueron dos encuestas autoadministradas, el EAT­40 (Eating

Attitudes Test) de Garner y Garfinkel y la encuesta sobre hábitos alimentarios y práctica de

EF diseñada específicamente para la investigación. Además, para el cálculo del Índice de

Masa Corporal (IMC = Peso en Kg / Altura en m 2 ) el peso y la talla se registró con una

báscula ergonómica digital y un tallímetro vertical móvil con plataforma.

Entre las principales conclusiones de la investigación destacamos que un 4,38% (IC

95%) de los varones y un 12,44% (IC 95%) de las mujeres, padecen actitudes

desordenadas en la ingesta, entre el alumnado de educación secundaria obligatoria de 12 ­

16 años de la provincia de Jaén. La prevalencia de la población de riesgo para AN nerviosa

en adolescentes matriculados en educación secundaria obligatoria de la provincia de Jaén

es de un 8,31% (IC 95%).

Corren mayor riesgo de padecer AN nerviosa las alumnas de 4º educación secundaria

obligatoria de las cuales un 15,97% presenta puntuaciones mayores o iguales de 30 en el

EAT­40. El 21,1% y el 10,8% de las mujeres y varones respectivamente de 1º ­ 4º de

educación secundaria obligatoria se autoevalúa como gordo y desean adelgazar.

En un 46,2% de alumnos y alumnas de 4º de educación secundaria obligatoria se ha

encontrado una gran preocupación por la figura corporal, que se refleja en su deseo de

adelgazar. Así mismo el 53,1% de las mujeres de la población nunca se encuentran

suficientemente delgadas. Un 58,2% de las mujeres adolescentes de 1º ­ 4º de educación

secundaria obligatoria manifiesta que le gustaría pesar menos frente a un 37,2% de los

varones. El 64,8% de los varones practican fútbol mientras que las mujeres prefieren en un

10,5% de los casos practicar aeróbic.

El uso del EF para controlar el peso corporal es utilizado en mayor porcentaje por la

población adolescente femenina de 12 a 16 años: el 15,4% de las mujeres manifiestan que

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 145 COMUNICACIONES

hacen EF para quemar calorías (frente a un 10,1% de los varones) y el 20,4% para estar

más delgadas (frente a un 8,6% de los varones). Un 25,8% de la población afirma dedicar

dos horas o más (al día) a la práctica de algún deporte fuera del centro escolar.

Todo parece apuntar hacia la idea de que el ejercicio físico deja de ser una forma de

disfrutar con el movimiento para convertirse en una lucha por conseguir el cuerpo ideal. No

obstante no olvidemos que la práctica de ejercicio físico no es negativa, sí lo es su uso

inadecuado.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 146 COMUNICACIONES

ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD II: “OBESIDAD INFANTIL Y

EJERCICIO FÍSICO”

Inmaculada Rodríguez Marín ([email protected]) Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Grupo de Investigación HUM653.

Universidad de Jaén Emilio J. Martínez López

Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén María Luisa Zagalaz Sánchez

Grupo de Investigación HUM653. Universidad de Jaén

RESUMEN

Hay toda una serie de circunstancias que de una u otra forma vinculan la reducción de la

actividad física con los problemas de sobrepeso u obesidad. Las causas de la obesidad infantil

se han relacionado de forma directa con los hábitos alimenticios de los niño/as: exceso del

consumo de bollería industrial, consumo de embutidos con mucha frecuencia, exceso de

sedentarismo, con especial incidencia de la televisión, ha incrementado la aparición de estos

problemas.

El número de niño/as obeso/as determinará el número de adultos obesos y

consecuentemente de enfermos crónicos. En España la obesidad afecta al 13,9% de los

niño/as y jóvenes y el sobrepeso se ha detectado en el 12,3% del mismo sector de población.

Estos datos afectan sobre todo a los niño/as entre 6 y 12 años, siendo la prevalencia de la

obesidad superior en hombres (15,6%) que en mujeres (12%).

Para evitar que un niño/a se convierta en obeso/a es importante conseguir una

alimentación adecuada, la práctica de ejercicio físico y cierta terapia que cambie la conducta a

la hora de comer. Y es imprescindible la implicación de los padres, e incluso, en ocasiones, es

necesario que los propios padres cambien sus hábitos ya que los hijos tienden a identificarse e

imitar a sus progenitores.

Lo que pretendemos es informar y ayudar a conocer este mundo en el que tantos

pequeños sufren.

PALABRAS CLAVE: obesidad y ejercicio físico

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 147 COMUNICACIONES

1. OBESIDAD INFANTIL

La palabra obesidad deriva del latín obesus que quiere decir “persona que tiene gordura

en demasía”. Se manifiesta por un incremento de peso mayor al 20 por ciento del peso ideal

esperado según edad, talla y sexo. Puede definirse como la acumulación excesiva de grasa en

el cuerpo, aunque en realidad es una enfermedad que implica mucho más que eso: dificultades

para respirar, ahogo, interferencias en el sueño, somnolencia, problemas ortopédicos,

trastornos cutáneos, transpiración excesiva, hinchazón de los pies y los tobillos, mayor riesgo

de enfermedad coronaria, diabetes y asma son todos problemas asociados al exceso de peso.

En la mayoría de los casos el médico, los padres y el niño niña

están más preocupados por los problemas sociales que la

obesidad origina, que por las alteraciones y complicaciones

físicas que ésta puede ocasionar. Existen dos grandes

consecuencias de la obesidad infantil:

• La primera está relacionada con cambios psicológicos:

• Baja autoestima.

• Bajos resultados en el colegio.

• Cambio en la autoimagen, particularmente durante la adolescencia.

• Introversión, a menudo seguida de rechazo social.

• La segunda consecuencia guarda relación con el aumento del riesgo de desarrollar

diversas patologías, como:

• Aumento en la presión arterial (hipertensión).

• Aumento de los niveles del colesterol general (hipercolesterolemia),

especialmente del “colesterol malo”.

• Altos niveles de insulina en la sangre (hiperinsulinemia).

• Problemas respiratorios al dormir (apneas de sueño).

• Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 148 COMUNICACIONES

El mayor riesgo de la obesidad infantil es el hecho de que mientras menor sea el niño

obeso, mayor el riesgo de desarrollar las complicaciones arriba señaladas durante el

transcurso de su vida.

2. TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD INFANTIL

La obesidad durante la infancia y adolescencia es el resultado de una compleja

interacción entre factores biológicos, psicológicos y sociales, por lo que el tratamiento del

niño o niña obeso/a debe ser multidisciplinario: endocrino, pediatra, nutricionista, psicólogo y

padres, participarán integralmente. Es importante vigilar que el niño/a al bajar de peso no

presente alteraciones en su crecimiento y desarrollo, no causarle alteraciones metabólicas,

disminuir el apetito y tratar de evitar los problemas psicológicos, objetivos todos ellos que se

persiguen durante el tratamiento. Una forma de lograrlos es a través de los siguientes pasos:

1.­ Cambiar el hábito alimentario del niño/a y la familia, aunque no es tarea fácil, sin

embargo se pueden utilizar diferentes técnicas que lo harán más sencillo:

a) Control diario. Consiste en que el niño/a lleve un registro semanal del consumo de

alimentos, especificando la cantidad de cada uno de ellos, así como la actividad física que

realiza y por cuánto tiempo.

Hay que evitar las actividades que condicionan el consumo de alimentos fuera de los

horarios de comida, como el ir de compras al supermercado antes de haber comido, consumir

alimentos que por costumbre se acompañen de otros hipercalóricos, como hamburguesas con

patatas y refrescos, pizzas, hot dogs y en general todo lo que se conoce como “comida

rápida”. Comprometer al niño/a en la observación de su dieta y actividad física, lo hará más

responsable y consciente de su problema.

b) Modificar los hábitos alimenticios: Es la etapa más difícil de lograr ya que se trata de

cambiar los hábitos de toda la familia; esta etapa puede conseguirse al reforzar los buenos

hábitos, como una correcta masticación de los alimentos, comer despacio, disminuir la

cantidad de alimentos, evitar golosinas, tomar agua en lugar de refrescos, ordenar las comidas

(tres a cuatro veces al día), no repetir platos, evitar el comer a deshora, no realizar otra

actividad simultánea como ver la televisión o distraerlo con juguetes (para que el niño/a tenga

mayor control de lo que ingiere), e incrementar la actividad física diaria.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 149 COMUNICACIONES

Los malos hábitos alimentarios de los padres los aprenden los hijos, añadir sal antes de

probar los alimentos, consumir azúcar en exceso, mantequilla, fritos y salsas, son algunos

ejemplos que durante las comidas diarias, el niño/a adquiere, inicialmente por imitación y que

posteriormente repite, lo que generará un mal hábito para su vida futura.

2.­ Dieta adecuada para su etapa de crecimiento y desarrollo: Bajo prescripción médica

se aportarán los requerimientos calóricos diarios del niño/a, de acuerdo a su etapa de

crecimiento y desarrollo. Es conveniente sugerir los alimentos que habitualmente se

consumen y particularmente aquellos que más le agradan al niño/a, así el médico podrá

seleccionar aquellos que sean adecuados para la nueva dieta.

Las dietas muy bajas en calorías no están indicadas para niño/as ni adolescentes,

generalmente son dietas que se emplean por periodos muy cortos y que no modifican la

conducta alimentaria, objetivo principal que se persigue, por lo que no se recomienda a estas

edades.

3.­ Ejercicio y actividad física rutinaria.­ Este punto es primordial en la vida de

cualquier niño/a, ya que favorece el gasto de energía y contribuye a disminuir de peso. El

niño o niña debe realizar ejercicio programado, incluyendo el llamado "ejercicio de vida

cotidiana", como acudir al colegio andando siempre que sea posible. Hay que evitar el

sedentarismo de los pequeños.

Iniciar al niño, niña o adolescente en la actividad física diaria es un principio

indispensable. Es recomendable que el ejercicio físico lo realice acompañado de los padres,

hermanos o amigos con una frecuencia de 3­5 días por semana, comenzando con una duración

de 15 minutos aproximadamente e incrementar paulatinamente hasta una hora completa.

Actividades como caminar, patinar, practicar natación, ciclismo, o bien, algún deporte

que interese y divierta al niño/a como jugar fútbol, baloncesto o tenis son siempre un

ejercicio.

No olvidemos que se debe favorecer la actividad física diaria entre todos los miembros

de la casa, caminar más, por ejemplo, y evitar realizar pequeños recorridos en coche, subir las

escaleras en lugar de utilizar el ascensor, aprovechar los fines de semana o cualquier descanso

para pasear en bicicleta, y como no, controlar

actividades sedentarias prolongadas, como pueden ser

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 150 COMUNICACIONES

pasar horas delante del televisor, del ordenador o de algún videojuego.

4.­ Participación activa de los padres y la familia.­ Esta es una parte muy importante del

tratamiento. No hay que olvidar que la alimentación es un hábito que se adquiere en el seno

familiar. De los padres depende en gran medida el tipo, cantidad y la preparación de los

alimentos que comerá el niño/a. Es muy útil modificar los hábitos alimentarios de toda la

familia, no comprar alimentos que el niño/a no puede consumir, utilizar platos pequeños,

ofrecer porciones pequeñas, mantener los alimentos fuera de la vista del niño/a, y por

supuesto, educar con el ejemplo. En ocasiones los padres condicionan indirectamente la

obesidad de sus hijos, al ofrecerle alimentos para distraer la atención de los niño/as, les dan

golosinas en los momentos en que están “ocupados” y no pueden atenderlos o bien los

premian con pasteles, dulces, chocolates y helados.

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

AESA.­ Agencia Española de Seguridad Alimentaria. (2005). Estrategia NAOS para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad. Ministerio de Sanidad y Consumo.

Aranceta B.J.; Serra M. L., Ribas, B.L., Pérez R.C. (2001). Factores determinantes de la obesidad en la población infantil y juvenil española. Obesidad infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­2000). Vol. 2.­ Barcelona. Masson.

Blasi, M.J. (2003). A burger and fries: The increasing Dilemma of Childhood Obesity. For Parents Particularly. Childhood Education; 79 (5): p.321­323.

Hopper, CA; Munoz, KD; Gruber BM; & Nhuyen PK. (2005). The Effects of a Family Fitness Program on the Physical Activity and Nutrition behaviors of Third­Grade Children. Research Quarterly for Exercise and Sport. Vol. 76. p. 130­139.

OMS (2002). Informe sobre la salud en el mundo. Reducir riesgos y promover una vida sana. Ginebra. 2002.

Perez R.C., Ribas, B.L., Serra,M.L., Aranceta B.J. (2001). Estrategias de prevención de la obesidad infantil y juvenil. Obesidad infantil y Juvenil [estudio EnKid]. Barcelona. Masson.

SEEDO. (2003). Prevalencia de obesidad en España. Estudio SEEDO (2000). Med. Clin. Barcelona. 12. 608­612.

Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2000). Desayuno y equilibrio alimentario. Estudio EnKid (1998­2000). Vol. 1.­ Barcelona. Masson.

Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2001). Obesidad infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­ 2000). Vol. 2.­ Barcelona. Masson.

Serra, M. L., Aranceta, B. J. (2002). Alimentación infantil y juvenil. Estudio EnKid (1998­2000). Vol.3.­ Barcelona. Masson.

Serra, M. L., Aranceta, B. J., Rodríguez S. F. (2003). Crecimiento y desarrollo. Estudio EnKid – Krece Plus (1998­2000). Vol. 4.­ Barcelona. Masson.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 151 COMUNICACIONES

DIMENSIÓN AFECTIVA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD:

DESINHIBICIÓN EN EXPRESIÓN CORPORAL

Mª Rosario Romero Martín ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de Huesca. Universidad de Zaragoza

RESUMEN Desde que la OMS en la primera mitad del siglo pasado definiera el concepto salud

desde una perspectiva amplia, éste se ha convertido en objeto de estudio desde muy diversas

disciplinas. Desde la aproximación de la Actividad Física, existe una cierta tendencia a la

identificación del concepto salud con contenidos de la condición física y la práctica deportiva

de tal manera que los estudios referidos a los aspectos afectivo­relacionales, como dimensión

humana imposible de desdeñar desde ese concepto amplio de salud al que aludíamos,

escasean e incomprensiblemente se relegan a otras disciplinas.

Desde ese prisma se plantea esta comunicación abordando una, en cierto modo, original

aproximación a la salud, como es la práctica de actividades físicas de expresión y estética.

Es de todos conocida la dimensión afectiva de las actividades físicas de expresión e igualmente es conocido que son frecuentes los bloqueos afectivos en los alumnos­ participantes a las sesiones los cuales determinan la planificación docente; el profesional debe

plantearse como objetivo la consecución de una cierta desinhibición de los sujetos ante las propuestas entendiendo por ello la habilidad para permitirse a sí mismo la expresión, comunicación o creación con base estética de ideas, sentimientos y sensaciones a través del cuerpo y el movimiento con una cierta soltura.

En esta comunicación profundizamos en uno de los factores de la inhibición, mostrarse ante los demás en producciones de carácter expresivo o estético, proponiendo un sistema de categorías que permitan planificar el trabajo del profesor o animador de sesiones de

contenidos expresivos en el ámbito de la Actividad Física.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 152 COMUNICACIONES

PALABRAS CLAVE: Expresión corporal, Actividad física y salud, Inhibición: bloqueos

afectivos y Planificación de la Actividad Física

1. INTRODUCCIÓN

Desde que la OMS en la primera mitad del siglo pasado definió el concepto de salud desde una perspectiva amplia, ésta se ha constituido en objeto de estudio de muy diversas

disciplinas. Desde la aproximación de la Actividad Física, existe una cierta tendencia a la

identificación del concepto salud con contenidos de la condición física y deportiva de tal manera que, los estudios referidos a los aspectos afectivo­relacionales como dimensión

humana imposible de desdeñar desde ese concepto amplio de salud al que aludíamos,

escasean e injustamente se relegan a otras disciplinas.

Desde ese prisma se plantea esta comunicación abordando una, en cierto modo, original

aproximación a la salud, como es la práctica de actividades físicas de expresión y estética,

cuestión que no nos pararemos a justificar.

Es de todos conocida la dimensión afectiva de las actividades físicas de expresión; también el hecho de que en los contenidos principalmente de Expresión Corporal, surgen con

frecuencia bloqueos iniciales en los asistentes a las sesiones que hacen que la organización de la interacción y la planificación docentes, deban prestar una especial atención al proceso

personal de la desinhibición entendida ésta en el contexto de la práctica de Actividad Física, como la habilidad para permitirse a sí mismo la expresión, comunicación o creación con base estética de ideas, sentimientos y sensaciones a través del cuerpo y el movimiento con soltura.

2. NECESIDAD DE PLANIFICACIÓN DE LA DESINHIBICIÓN

Sin duda una buena planificación y diseño de los programas de Actividad Física, ya sea

en el ámbito educativo, en el recreativo,… y también en los contextos de práctica saludable,

debe contemplar una previsión de cómo abordar la problemática causada por los bloqueos que

la persona siente y que mediatizan su forma de expresarse y relacionarse. Esos bloqueos que

podríamos denominar con el término genérico de inhibición y su respuesta por parte del profesor, animador de Actividad Física, sin entrar en el análisis psicológico que entendemos

excede las dimensiones de esta comunicación, es el objeto central de la misma.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 153 COMUNICACIONES

A esos bloqueos se refiere Bara (1975) como mediatizadores de la Expresión Corporal.

Para Santiago (1985) uno de los pilares básicos sobre los que asentar cualquier

programa de Expresión Corporal debe ser la toma de conciencia de lo que sucede dentro de

nosotros. Para ello la primera tarea de la Expresión Corporal debe consistir en liberar los bloqueos que impiden la libre expresión. Según esta autora, el profesor debe ayudar a la auto­ liberación a través de la percepción personal que lleve al auto­conocimiento. Percibir para la

autora es el “darse cuenta” de Stevens (1976), el tener conciencia de sí mismo. El percibir

lleva consigo la interiorización que lleva de la mano a la verbalización de las experiencias

sentidas cuestión que caracteriza a la Expresión Corporal si bien más en el ámbito terapéutico

que en el pedagógico donde la verbalización se tiende a reducir.

Motos (1985) menciona como líneas metodológicas al respecto: regla básica de utilizar

en las primeras sesiones aquellas tareas que parezcan mas “inofensivas” para avanzar hacia

los de mas riesgo personal y evitar la angustia o desazón del contacto corporal.

La mayoría de los autores estudiados se refieren a ello y plantean algunas soluciones, si

bien la experiencia nos demuestra que no existen recetas que no partan de la buena

planificación de la observación por parte del profesor para analizar los procesos por los que atraviesa el grupo y cada sujeto en particular.

Observamos con frecuencia en nuestra práctica profesional como profesores de la

licenciatura de CCAFD, ya sea en los trabajos de los alumnos en la asignatura de Actividades Corporales de Expresión, en la de Practicum e incluso en profesionales ya en ejercicio, que en las sesiones de Expresión Corporal o de otras Técnicas Expresivas corporales, existe una

tendencia clara a programar las tareas buscando como primer objetivo el desbloqueo y la

desinhibición como requisito para que fluya la auténtica expresión, situando en ocasiones

actividades específicas de desinhibición al principio de todas las sesiones e incluso, en

ocasiones, programando unidades didácticas iniciales específicas.

3. FACTORES DE INHIBICIÓN

En un cuestionario respondido por los alumnos de la Facultad de Educación de Zaragoza

en el curso 1999­2000, llegamos a tipificar distintos tipos de bloqueos en las sesiones

referidas a contenidos expresivos. De igual manera, nuestra experiencia nos ha permitido

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 154 COMUNICACIONES

diferenciar una serie de condicionantes relacionados con la inhibición, que vienen a

determinar las tareas de expresión. Esta inhibición parece manifestarse en, cuando menos, las

siguientes situaciones:

• Mostrarse a los demás, al público.

• Mostrarse a los demás bailando o en actividades expresivas y estéticas bloquea mas

que si es jugando a algún juego o deporte.

• Al contacto físico, contacto con personas de otro sexo o con las del mismo en

situaciones duales y esto suele estar referido a:

– condicionantes físicos (sudor de las manos, tener reparo hacia otro por su

olor,..)

– psicológicos (o a la suma de este y el anterior)

– por condicionantes derivados de los roles sexuales

• A emitir mensajes que nos hagan mas conocidos y por lo tanto mas vulnerables. En

este caso se diferencian las exposiciones que reproducen lo que ha indicado el

profesor de las creaciones personales, siendo estas últimas de más alto grado de

inhibición

• A la falta de habilidad en general.

Algunos de esos bloqueos se presentan también en otros contenidos (los tres primeros),

si bien se entendía mayoritariamente que se acentuaban en las sesiones de contenidos

expresivos.

No es frecuente encontrar comportamientos debidos a uno solo de los aspectos

anteriores pero en cualquier caso el profesor / animador debe tenerlos en cuenta para sus

propuestas.

4. PROPUESTA DE TRATAMIENTO DE UN FACTOR DE INHIBICIÓN:

EXPOSICIÓN ANTE LOS DEMAS

Para esta comunicación elegimos uno de esos bloqueos: la inhibición o bloque ante la “exposición o escenificación ante los demás”. A continuación exponemos una categorización

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 155 COMUNICACIONES

que parte de la descripción de tres condicionantes que estimamos principales que conforman

las tres categorías que son:

1. Agrupamiento y tipo de trabajo si es individual o en pequeños o grandes grupos

1. individual 2. pareja

3. trío 4. pequeño grupo (4­6)

5. medio grupo 6. toda la clase

2. Lugar de ejecución 1. Integrado en el grupo clase

2. En un escenario 3. Ocupación del resto del grupo

1. Están ejecutando también 2. Son espectadores

A partir de esas categorías establecemos un cuadro de posibles cruces entre ellas y a

continuación ordenamos las distintas combinaciones que surgen ponderando la dificultad a

tenor de nuestra experiencia

LUGAR DE

EJECUCIÓN

Integrado en el grupo clase En un escenario

AGRUPAMIENTO/

TIPO DE

TRABAJO OCUPACION

DEL RESTO

DEL GRUPO

Están

ejecutando

también

Son

espectadores

Están

ejecutando

también

Son

espectadores

1 (individual) 6 11 ­ 16

pareja 5 10 ­ 15

trío 4 9 ­ 14

peq. grupo (4­6) 3 8 ­ 13

medio grupo 2 7 ­ 12

toda la clase 1 ­ ­ ­

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 156 COMUNICACIONES

A partir de ese cuadro surgen cuando menos 16 posibilidades o categorías que se han

numerado por orden de menor a mayor dificultad en cuanto a la inhibición ante la

escenificación ante los demás, las cuales las tendremos en cuenta en la programación.

En el cuadro adjunto mencionamos las distintas categorías, sus características y algunos

ejemplos en el ámbito educativo:

CAT. CARACTERÍSTICAS

1 los demás agrupac. espacio

CONSECUENCIAS EJEMPLO

actúan

simultáneam

ente

actúan todos

los de la

clase

en el espacio

habitual de

clase, sin

escenario

que centre la

atención

nadie ve a nadie, el

alumno se siente

inmerso en su trabajo

en gpos. de 4; aprenden una

rutina de cuatro movimientos

que los unen y repiten cada

uno durante una frase musical,

tras lo cual lo interpretan toda

la clase en las condiciones de

la categoría uno.

8 los que no

son del

grupo son

espectadores

actuan en

grupos de 6

en un

escenario

supone una exposición

alta, pero el hecho de

que actúen varios a la

vez, diluye la

actuación de cada

persona en particular

gpo. de seis que prepara un

sketch con la técnica de mimo;

deben definir claramente los

personajes, un conflicto

simple, desarrollo y desenlace

16 son

espectadores

individual en un

escenario

la responsabilidad

recae sobre el

ejecutante que se

constituye en foco de

atención único

la performance que se exige para las pruebas de

oposiciones a funcionarios

docentes de E. Primaria y E.

Secundaria

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 157 COMUNICACIONES

5. CONCLUSIONES

• Hemos trabajado ya sobre esta propuesta y nos parece factible y sencilla de integrar

en la programación.

• Queda sin embargo todo un trabajo intenso sobre su utilidad y sobre su base

científica, lo cual implica analizar con mayor profundidad las vivencias de los alumnos

a partir de estas situaciones distintas y las reacciones de estos a través de metodologías

apropiadas.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• BARA, A. (1975). La expresión por el cuerpo. Buenos Aires: Búsqueda. • SANTIAGO, P. (1985). De la expresión corporal a la comunicación interpersonal.

Narcea: Madrid.

• ROMERO, M.R. (2003) (s.e.). Proyecto docente de la asignatura Actividades Corporales de Expresión para Titularidad de Universidad. Universidad de Zaragoza. Facultad de CC de la Salud y del Deporte de Huesca.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 158 COMUNICACIONES

INFLUENCIA DE LA EXTENSIBILIDAD ISQUIOSURAL EN LA

DISPOSICIÓN DEL RAQUIS AL REALIZAR UNA FLEXIÓN DEL

TRONCO EN MUJERES POSTMENOPAUSICAS

Pilar Sáinz de Baranda Andujar Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM.

Pedro Ángel López Miñarro ([email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. UCAM.

Antonio Cejudo Palomo Coordinador técnico del Programa de Gerontogimnasia del Ayuntamiento de Murcia.

Olga Rodríguez Ferrán Profesora de Educación Física. IES

RESUMEN

Objetivo: Valorar la influencia de la extensibilidad isquiosural en mujeres postmenopaúsicas

sobre el perfil sagital de la columna en un movimiento de flexión del tronco.

Método: A un total de 125 mujeres postmenopáusicas se les evaluó la extensibilidad

isquiosural mediante el test de elevación de pierna recta EPR), y se les midió la disposición de

la curva dorsal y lumbar mediante un inclinómetro ISOMED Unilevel al realizar una flexión

máxima del tronco en sedentación (test dedos­planta, DDP) y en bipedestación (test dedos

suelo, DDS).

Resultados: Las medias del EPR derecho e izquierdo fueron de 81.10º + 14.36º y de

82.70º + 14.73º, respectivamente (p<0.01). Existen diferencias significativas (p<0.05) en los

valores medios de la curva dorsal en el DDP entre el grupo de cortedad grado I (60,97 ±

10,79) y el de normalidad (54,74º ± 11,49). En el DDP no existen diferencias significativas

entre grupos. Para la curva lumbar, en el DDP hay diferencias (p<0.01) entre el grupo de

cortedad grado I (3,45 ± 9,77) y el de normalidad (10,86 ± 12,19), mientras en el DDS no

existen diferencias.

Conclusiones: Al realizar un movimiento de máxima flexión del tronco, las mujeres

postmenopausicas con mayor extensibilidad isquiosural presentan una menor cifosis dorsal y

una flexión lumbar más acusada.

PALABRAS CLAVE: raquis, lumbar, dorsal, estiramiento isquiosural, inclinómetro.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 159 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

La probabilidad de padecer una fractura vertebral en una mujer a partir de los 50 años es

del 32% (Cummings, Black, & Rubin, 1989). Entre las consecuencias de estas fracturas se

pueden destacar la pérdida de altura, el aumento de la cifosis dorsal (Ernst, 1998; Haczynski

& Jakimiuk, 2001), la aparición de algias dorso­lumbares (Ross, Dais, Epstein, & Wasnich,

1994; Lindsey, Kim, Hannibal, & Alamin, 1995), una menor movilidad intervertebral (Ernst,

1998; Cooper, Oneil, & Silman, 1993) y la posibilidad de padecer una segunda fractura

(Revel, Mayoux­Benhamou, Rabourdin, Bagheri, Roux, 1993).

Se ha establecido una asociación entre la hipercifosis dorsal, una baja densidad mineral

ósea y la pérdida de altura (Ettinger, Black, Palermo, Nevitt, Melnikoff, & Cummings, 1994),

así como una mayor probabilidad de padecer una fractura vertebral en aquellas mujeres con

mayores grados de cifosis dorsal (Ensrud, Black, Harris, Ettinger, & Cummings, 1997). Una

adecuada extensibilidad isquiosural podría ser una medida que incidiera positivamente en la

disposición de las curvas sagitales del raquis, lo que supondría un factor preventivo de la

fractura vertebral. Gajdosik, Albert y Mitman (1994) indican que la extensibilidad isquiosural

influye en las posturas de pelvis y tronco de adultos jóvenes. Li, McClure y Pratt (1996)

indican que la extensibilidad isquiosural podría afectar al movimiento de flexión del tronco.

Santonja, Ferrer y Martínez (1995) afirma que la cortedad isquiosural limita la flexión de la

pelvis en el movimiento de flexión del tronco.

Se ha comprobado experimentalmente que el exceso de compresión, la flexión vertebral

y una sedentación prolongada, disminuyen progresivamente el umbral de tolerancia de los

tejidos (McGill, 1997; Adams & Dolan, 1997), siendo, por tanto, factores de riesgo de la

fractura vertebral. Si una mayor extensibilidad isquiosural en personas mayores se asociara a

una menor flexión vertebral, supondría un factor de prevención de las fracturas vertebrales.

El objetivo del trabajo es valorar la influencia de la extensibilidad isquiosural en

mujeres postmenopaúsicas sobre el perfil sagital de la columna en movimientos de flexión del

tronco.

MATERIAL Y MÉTODO

Un total de 125 mujeres postmenopáusicas fueron seleccionadas de un Centro de la

Mujer y dos Centros de Personas Mayores de la Región de Murcia. La media de edad, peso y

talla fue de 60.55 + 8.57 años, 70.52 + 11.99 kg y 154.30 + 5.92 cms., respectivamente. El

estudio fue aprobado por el comité ético de la Universidad Católica San Antonio de Murcia y

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 160 COMUNICACIONES

las participantes fueron informadas previamente acerca de los procedimientos del estudio,

firmando un consentimiento informado.

La extensibilidad isquiosural fue valorada en ambas piernas mediante el test angular

elevación de la pierna recta, utilizando un inclinómetro ISOMED Unilevel. Para la realización

del test EPR, la explorada se situaba en decúbito supino sobre una camilla. Un explorador

colocaba una mano fijando la pierna no explorada y la otra mano se disponía bajo el raquis

lumbar para detectar la retroversión de la pelvis. Con las rodillas en extensión, otro

explorador realizaba una flexión pasiva coxofemoral de forma lenta y progresiva, hasta que el

explorador nota una basculación de la pelvis (Pope, Bevins, Wilder, & Frymoyer, 1985) o la

explorada manifiesta dolor en el hueco poplíteo (Hyytyäinen, Salminen, Suvitie, Wickström,

& Pentty, 1991), momento en el que se procedía a la medición en grados. Para clasificar la

extensibilidad isquiosural se siguieron las referencias de Ferrer (1998): normalidad (≥ 75º),

cortedad grado I (74º ­ 61º) y cortedad grado II (≤ 60º).

Además, se midió la curva dorsal y lumbar en flexión del tronco mediante un

inclinómetro ISOMED Unilevel al realizar los tests dedos­suelo y dedos­planta. La explorada

se sitúa en sedentación en el suelo (DDP) o en bipedestación (DDS), con las rodillas

extendidas y los pies juntos en 90º de flexión, en contacto con el cajón de medición Acuflex y

con las caderas en posición anatómica, sin rotación coxofemoral. En esta posición se le invita

a que realice una flexión máxima del tronco con piernas y brazos extendidos, deslizando las

palmas de las manos por el cajón.

Para medir la cifosis dorsal el inclinómetro se colocó al inicio de la curvatura torácica

(coincide generalmente con T1 ­ T2), colocándose en esta posición a 0º. A continuación el

inclinómetro se colocaba en la marca realizada en T12­ L1. Dicha marcación fue realizada

según las indicaciones de Madson, Youdas y Suman (1999). Para medir la lordosis lumbar, en

la zona en la que se determina el grado de cifosis dorsal se nivelaba el inclinómetro a 0º y se

colocaba a continuación en el inicio del pliegue interglúteo, que suele coincidir en L5­S1.

Valores negativos indican persistencia de lordosis.

Se realizaron tres mediciones de cada test de forma aleatoria con un intervalo de

descanso de 5 minutos. El valor medio de cada test se utilizó para el análisis estadístico.

A nivel estadístico se ha determinado la media y desviación típica de las variables

analizadas. Para establecer las correlaciones entre las variables se utilizó el test de Pearson.

Una t­student para muestras apareadas fue utilizada para comparar el valor EPR de ambas

piernas. Un ANOVA de un factor se utilizó para analizar la influencia de la extensibilidad

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 161 COMUNICACIONES

isquiosural, según referencias de normalidad, sobre la disposición del raquis lumbar y dorsal.

En el caso de ser significativa, se realizó un análisis mediante la prueba Tukey post hoc para

analizar las diferencias por pares. Todos los datos fueron analizados usando el SPSS 12.0 y el

nivel de significación fue de p < 0.05.

RESULTADOS

Tras la valoración de la musculatura isquiosural mediante el test EPR, para la pierna

izquierda la muestra estudiada refleja una media de 82.70º + 14.73º, con un mínimo de 48º y

un máximo de 128º. Tras la valoración de la musculatura isquiosural mediante el test EPR,

para la pierna derecha, la muestra estudiada refleja una media de 81.10º + 14.36º, con un

mínimo de 52º y un máximo de 120º. Existen diferencias significativas (p<0.01) entre los

valores angulares de ambas piernas. La correlación entre los valores EPR de ambas piernas

fue de r= .90.

En la tabla 1 se presenta la distribución de mujeres en base a las referencias de

normalidad para cada pierna. Los datos de la ANOVA indican que en la cifosis dorsal en el

DDS existen diferencias significativas (p<0.05), pero no así en el DDP. En cuanto a la curva

lumbar no hay diferencias en el DDS, pero sí en el DDP (p<0.01). La comparación de la

cifosis dorsal y lordosis lumbar al realizar los ejercicios dedos suelo y dedos planta en base a

las referencias de normalidad de la extensibilidad isquiosural se presentan en la tabla 2.

Las correlaciones entre la cifosis dorsal y el EPR derecho e izquierdo fueron de r= ­0.33

(p<0.01) y r= ­0.36 (p<0.01), respectivamente, para el DDS. En el DDP dichas correlaciones

fueron de r= ­0.21 (p<0.05) y r= ­0.19 (p<0.05), respectivamente. Para la curva lumbar

respecto al EPR derecho e izquierdo, el DDS presenta unas correlaciones de r= 0.11 (p>0.05)

y r= 0.17 (p<0.05). El DDP presenta correlaciones de r= 0.31 (p<0.01) y r= 0.29 (p<0.01),

respectivamente.

Tabla 1. Distribución de los casos según los valores de extensibilidad isquiosural valorada mediante el test EPR.

REFERENCIAS EPR IZQ EPR DRCH

Normal:≥ 75º 67,7% 64,6%

Grado I: 74º ­ 61º 25,4% 26,2%

Grado II: ≤ 60º 3,1% 5,4%

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 162 COMUNICACIONES

Tabla 2. Valores angulares medios (desviación típica) para la curva dorsal y lumbar en el dedos planta y dedos

suelo en base a la extensibilidad isquiosural.

Cur va dor sal Cur va lumbar Referencias EPR n DDS DDP DDS DDP

Normalidad 88 54,74 (11,49) 62,42 (11,48) 15,91 (13,93) 10,86 (12,19)

Cor tedad grado I 33 60,97 (10,79)* 63,52 (10,66) 12,30 (10,77) 3,45 (9,77) †

Cor tedad grado II 4 60,50 (10,24) 58,67 (3,05) 7,50 (13,20) ­1,67 (13,50)

* p<0.05 entre cortedad grado I y normalidad; † p<0.01 entre cortedad grado I y normalidad.

DISCUSIÓN

Al realizar el test DDS las mujeres con mayor extensibilidad isquiosural presentan

valores angulares de cifosis dorsal más reducidos y una inversión lumbar más acusada. No

obstante, en el DDP no se observa la misma tendencia en la cifosis dorsal, ya que no hay

diferencias significativas, si bien el grupo de normalidad presenta una menor cifosis dorsal

que el grupo de cortedad grado I. Gajdosik et al (1994), así como Tully y Stillman (1997)

encontraron que una mayor extensibilidad isquiosural está asociada a una mayor flexión

lumbar y menor flexión dorsal al realizar un DDS. No obstante, el estudio de Gajdosik et al

(1994) valora adultos jóvenes y utiliza unas referencias en el EPR que establecen el límite de

normalidad y cortedad en 85º y el de cortedad grado I y II en 65º.

El aumento de la cifosis en los movimientos de flexión del tronco en mujeres

postmenopáusicas, supone un factor de riesgo de la fractura vertebral ya que las fracturas se

localizan con mayor frecuencia en la región torácica media (T6­T8) y la transición tóraco­

lumbar (T12­L1) (Haczynski & Jakimiuk, 2001).

Hay que considerar que el número tan reducido de mujeres de nuestro estudio que

presentan cortedad grado II (cuatro), supone una fuerte limitación, ya que no es posible

establecer la relación y diferencias con el resto de categorías (cortedad grado I y normalidad).

Esola, McClure, Fitzgerald y Siegler (1996) indican que una mayor extensibilidad

isquiosural facilitaría mayor contribución coxofemoral en el movimiento de flexión del tronco

y, por tanto, menor inversión lumbar. Otros autores consideran este hecho como el resultado

de un bloqueo coxofemoral, que deriva en una la mala utilización del ritmo lumbopélvico,

produciendo una mayor flexión raquídea (Fisk & Baigent, 1984; Stokes & Abery, 1980).

Según Santonja y Martínez (1995) las personas con cortedad isquiosural, de grado I o II, al

intentar alcanzar los pies adoptan una inversión lumbar y una hipercifosis dorsal. Nuestros

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 163 COMUNICACIONES

datos apoyan estas afirmaciones en cuanto a la cifosis dorsal, si bien encontramos que una

mayor extensibilidad isquiosural induce un aumento de la flexión intervertebral lumbar.

Es necesario que en los programas de ejercicio físico se realicen ejercicios de

extensibilidad isquiosural con raquis alineado, así como un trabajo de concienciación pélvica,

con objeto de que las mujeres consigan un mayor control sobre su pelvis y raquis a la hora de

realizar movimientos de flexión del tronco. Sería interesante valorar la cinemática de la

flexión del tronco en relación a la extensibilidad isquiosural en las actividades de su vida

diaria.

CONCLUSIÓN

Al realizar un movimiento de máxima flexión del tronco, las mujeres postmenopáusicas

con mayor extensibilidad isquiosural presentan una menor cifosis dorsal y una flexión lumbar

más acusada, si bien existe una relación diferente según el test realizado.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 165 COMUNICACIONES

RELACIÓN ENTRE INTENSIDAD DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y

VARIABLES LIPÍDICAS Y SOMATOMÉTRICAS EN ESCOLARES DE

CUENCA.

Mairena Sánchez López (msanchez@enf­cu.uclm.es) Bernardo Berlanga Rodríguez

Blanca Notario Pacheco Cristina Fernández Sçaiz

Centro de estudios sociosanitarios. Cuenca

OBJETIVO: Analizar la relación entre niveles de intensidad de la Actividad Física (AF) con

diferentes variables lipídicas y somatométricas en escolares.

PALABRAS CLAVE: Actividad Física, cuestionario, lípidos, somatometría y escolares.

EMPLAZAMIENTO: comunitario provincial.

PARTICIPANTES: 1076 escolares de 4º y 5º curso de Educación Primaria.

MEDICIONES Y RESULTADOS: A todos los participantes se les determinaron las

siguientes variables: IMC, colesterol total, c­HDL, c­LDL, triglicéridos, frecuencia cardiaca

en reposo, presión arterial sistólica y diastólica, pliegue cutáneo y % de grasa corporal

(medido por bioimpedancia), y se les administró el CAF­PE, un cuestionario traducido y

adaptado al castellano del PAQ­C: Physical Activity Questionnaire for Older Children

(Kowalski y cols, 1997), un cuestionario auto administrado que recoge la AF de los 7 días anteriores a la entrevista. Todas las preguntas contienen 5 opciones de respuesta en una escala

Likert. La media de los ítems C1­1 (Pasear), C1­3 (Montar en bici), C1­14 (Jugar en la calle), C3 (Hacer deporte después del colegio) y el C5 (Deporte en el fin de semana)

sirvieron para valorar la intensidad de la AF categorizada en 3 niveles: Baja, Media y Alta.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 166 COMUNICACIONES

Mediante la prueba ANOVA se observó que existen diferencias estadísticamente

significativas en c­HDL, triglicéridos, % de grasa corporal y FC por niveles de AF; por el

contrario, no se encontraron diferencias significativas entre el resto de variables (tabla1):

Tabla 1. Relación entre niveles de AF y diferentes variables lipídicas y somatométricas.

CONCLUSIÓN: Las variables que mejor discriminan entre niveles de intensidad de la AF

son el c­HDL, triglicéridos, % de grasa corporal por bioimpedancia y la frecuencia cardiaca

en reposo.

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Intensidad

de AF

C­T HDL LDL Trigl PAS PAD PCT %GC FC IMC

Baja 163,45 63,63 86,09 68,65 103,89 63,37 16,47 24,69 77,89 18,64

Media 164,92 65,59 86,81 62,55 103,75 63,26 16,23 24,32 76,94 18,78

Alta 161,88 66,12 84,39 56,83 104,74 62,60 15,68 23,03 74,45 18,95

p 0,278 0,040 0,353 0,001 0,316 0,282 0,325 0,004 0,001 0,543

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 167 COMUNICACIONES

DIFERENCIAS EN FUNCIÓN DEL GÉNERO EN LOS HÁBITOS DE

VIDA ESCOLARES.

Pedro Antonio Sánchez Miguel Ernesto de la Cruz Sánchez Fátima Agúndez González

José Miguel Saavedra García ([email protected]) Grupo de investigación AFIDES. Universidad de Extremadura.

RESUMEN Los objetivos de este estudio son: (i) conocer los hábitos de vida de la muestra estudiada

y (ii) conocer si existen diferencias en estos hábitos de vida en función del género. Los sujetos

que participaron en este estudio fueron 213 escolares, subclasificados en género, siendo 166

niños (9,81± 1,12 años) y 47 niñas (9,97± 1,16 años). Todos los sujetos complementaron un

cuestionario referente a sus hábitos de vida. Se presentan descriptivos básicos de las variables

estudiadas y se realiza una la prueba t de Student para muestras independientes para conocer las diferencias entre los dos grupos. La principal conclusión que se puede extraer de este

estudio es que aunque el estilo de vida es similar en ambos sexos, existen diferencias

significativas entre ambos grupos en distintas variables como el uso semanal de videojuegos,

el consumo semanal de carne, la pertenencia a asociaciones deportivas y la realización de

actividades deportivas extraescolares.

PALABRAS CLAVE: Alimentación, ocio, deporte.

1. INTRODUCCIÓN

Existen estudios que demuestran que la población infantil presenta un nivel de

sedentarismo elevado, cuyo incremento es constante (García, 2001; Martínez­González et al.,

2001; Klee et al., 2004), lo que resulta preocupante si pensamos que es durante la etapa

infantil cuando se establecen los patrones de hábitos de vida que se fijarán en la edad adulta

(McLennan, 2004). La obesidad infantil se relaciona directamente con la prevalencia de la

obesidad en la edad adulta; dicho de otro modo, un niño obeso tiene muchas posibilidades de

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 168 COMUNICACIONES

ser un adulo obeso (Glenmark et al., 1994, Guo et al., 1999, Baranowski et al., 2000, Ludwig

y Gortmaker, 2004). Mantener una buena forma física previene la obesidad y los problemas

asociados a ella, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, el cáncer y problemas

mentales (Dwyer et al., 2002; Baranowski et al., 2000; Bianchini et al., 2002; Rovio et al.,

2005).

La práctica deportiva y la actividad física en forma de juegos son parte del aprendizaje y

elementos necesarios para el desarrollo adecuado de las personas, siendo la infancia un

período crítico para desarrollar hábitos de vida saludables (Haywood y Getchell, 2001). En

nuestro país los niveles de participación deportiva infantil son sensiblemente menores a los

del resto de Europa (García, 2001; Lasheras et al., 2001) y existen diferencias en la cantidad

de práctica de actividad física entre hombres y mujeres, siendo frecuente que en las edades

tempranas las chicas realicen menos ejercicio físico que los chicos (Lasheras et al., 2001; Tur

et al., 2004; Escalante et al., 2005a). Esto va acompañado de otras peculiaridades, como es el

caso de que las chicas que realizan actividad física llevan una dieta más adecuada que los

chicos en similar situación (Tur et al., 2004).

Otro aspecto fundamental para la salud, relacionado con los hábitos de vida, lo

constituyen los hábitos alimenticios. Los profesionales del ámbito biosanitario, profesores y

maestros asisten estupefactos a un brusco cambio de carácter negativo en los hábitos

alimenticios de niños y jóvenes, que en pocos años ha evolucionado hacia un menor consumo

de frutas, verduras y productos frescos respecto a décadas pasadas, asimismo existe un

incremento en el consumo de productos muy refinados y ricos en grasas (Nicklas et al., 2004),

impropios de una dieta adecuada. Esta circunstancia se ve agravada por el hecho de que en los

más jóvenes es frecuente dedicar una parte importante de su tiempo de ocio a actividades

pasivas como clases de refuerzo escolar, clases de música, ver televisión o jugar con

vídeoconsolas y ordenadores (Hernández et al., 1999; Hancox et al, 2004).

Así pues, los objetivos de este estudio son: (i) conocer los hábitos de vida de la muestra

estudiada y (ii) conocer si existen diferencias en estos hábitos de vida en función del género.

2. MÉTODOS

Los sujetos que participaron en este estudio fueron 213 escolares pertenecientes a

4centros escolares de Extremadura, y fueron clasificados en dos grupos en función del género.

Tabla 1. Caracterización de la muestra (n, media y desviación típica).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 169 COMUNICACIONES

Niños (n=166) Niñas (n=47)

Edad (años) 9,81± 1,12 9,97± 1,16

Talla (metros) 1,40± 0,08 1,39± 0,10

Peso (kg) 35,67± 9,57 38,19± 10,12

Todos los niños realizaron un cuestionario de 26 preguntas (modificado de Saavedra et

al., 2004) en el que se les preguntaba acerca de la valoración de su propio estado de salud (1

pregunta), sus hábitos alimenticios (10 preguntas), horas de sueño (2 preguntas), tiempo

dedicado a caminar (1 preguntas), ocio relacionado con las nuevas tecnologías (5 preguntas).

Todos los participantes realizaron el cuestionario asistidos por los responsables del estudio.

En cuanto al análisis de los datos, se calculan los descriptivos básicos para la totalidad

de la muestra y para cada grupo; mientras que para calcular las diferencias en función del

género se utiliza la prueba t de Student para muestras independientes.

3. RESULTADOS

En la tabla 2 se recogen los descriptivos básicos (media y desviación típica) de la

totalidad de la muestra, así como los descriptivos básicos de las submuestras (niños y niñas) y

las diferencias significativas entre los dos grupos, a través del valor de p.

Tabla 2. Descriptivos básicos (media± desviación típica) de las variables del cuestionario de hábitos de vida y diferencias significativas de los dos grupos a través de la prueba t de Student para muestras independientes..

Variable Niños/as

(n=213)

Niños

(n=166)

Niñas

(n=47)

P

Estado percibido de salud (0 a 10)

8,21± 1,66 8,23± 1,67 8,14± 1,62 0,752

Consumo fruta (días/s) 4,76± 2,35 4,36± 2,37 4,84± 2,24 0,219

Consumo carne (días/s) 3,59± 1,92 3,73± 1,91 3,10± 1,92 0,049

Consumo pescado (días/s)

2,48± 1,57 2,50± 1,63 2,40± 1,34 0,675

Consumo pasta/arroz/patatas (días/s)

3,37± 1,73 3,34± 1,82 3,45± 1,35 0,657

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 170 COMUNICACIONES

Consumo pan/cereales (días/s)

5,53± 2,10 5,53± 2,10 5,77± 2,00 0,470

Consumo verduras (días/s)

2,42± 1,99 2,38± 1,91 2,57± 2.26 0,562

Consumo legumbres (días/s)

2,42± 1,59 2,33± 1,57 2,75± 1,60 0,110

Consumo embutidos (días/s)

3,09± 2,01 2,95± 1,95 3,57± 2,17 0,063

Consumo productos lácteos (días/s)

5,90± 1,79 6,00± 1,74 5,57± 1,93 0,148

Consumo dulces y pasteles (días/s)

2,04± 1,86 1,97± 1,91 2,29± 1,65 0,259

Sueño por la noche (h) 9,10± 1,34 9,07± 1,33 9,20± 1,38 0,578

Sueño de día (siesta) (h) 0,38± 0,84 0,34± 0,81 0,51± 0,95 0,066

Televisión al día (h) 2,86± 1,95 2,90± 1,99 2,71± 1,82 0,538

Paseos o caminatas al día (h)

1,75± 1,18 1,71± 1,15 1,91± 1,28 0,309

Uso videoconsola (días/s) 2,50± 2,13 2,78± 2,04 1,52± 2,16 0,000

Uso ordenador (días/s) 2,12± 2,18 2,21± 2,21 1,80± 2,09 0,253

Televisores en casa (número)

2,62± 1,15 2,65± 1,18 2,53± 1,06 0,522

Televisión diaria (h) 3,01± 2,21 3,13± 2,32 2,59± 1,73 0,179

En la tabla 3, se muestran los porcentajes de variables referidas al estilo de vida.

Tabla 3. Porcentajes de diversas variables referidas al estilo de vida en ambos grupos.

Var iable Niños Niñas

Pertenencia a club o asociación deportiva 42,19 % 19,83 %

Tienen televisor en su cuarto 32,25 % 35,67 %

Van al colegio andando 48,97 % 43,45 %

Realizan actividades extraescolares deportivas

70,97 % 58,22 %

Realizan actividades extraescolares no 68,55 % 72,01 %

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 171 COMUNICACIONES

deportivas

El padre practica actividad física 35,10 % 37,08 %

La madre practica actividad física 33,45 % 35,55 %

4. DISCUSIÓN Como podemos observar, los datos obtenidos nos permiten afirmar que la dieta de los

escolares estudiados no es la adecuada (AESA, 2005) y no existen diferencias entre sexos en

la mayoría de parámetros correspondientes al estilo de vida, si bien existen algunas

diferencias significativas como en el caso del consumo semanal de carne donde se puede

apreciar un consumo más elevado por parte de los niños. En cuanto a la práctica de actividad

física y deportes, podemos afirmar que, en consonancia con otros estudios realizados en

nuestro país (Lasheras et al., 2001; Tur et al., 2004) y nuestra región (Escalante et al., 2005a),

las mujeres tienen un menor índice de participación deportiva en estas edades tempranas que

los varones (menor pertenencia a clubes deportivos y menor índice de participación en

actividades extraescolares de carácter deportivo en niñas), tendencia que suele invertirse en

las edades adultas ya que al alcanzar la madurez las mujeres extremeñas suelen ser mayoría

entre el colectivo de deportistas adultos (Escalante et al., 2005b). Esto puede deberse a que los

patrones de socialización en la infancia en chicos y chicas son diferentes en detrimento de

éstas últimas, ya que es frecuente que encuentren dificultades al acceso y práctica de actividad

física y deportes (Stucky­Ropp y DiLorenzo, 1993). En cuanto al estilo de vida, algunos

trabajos hacen énfasis en la inactividad femenina, afirmando que las chicas llevan una vida

más sedentaria (Klee et al., 2004; Lasheras et al., 2001), y si bien algunos resultados de

nuestro trabajo concuerdan con ellos, otros nos permiten afirmar que en ciertos aspectos las

chicas tienen un ocio menos pasivo (menor tiempo dedicado a videojuegos y tendencia no

significativa en un menor tiempo dedicado a ver televisión). En un estudio llevado a cabo en

adolescentes en Palma de Mallorca (Tur et al., 2004) se halló que los chicos padecían más

sobrepeso que las chicas a pesar de realizar mayor cantidad de práctica de actividad física

formal, lo que podría deberse a otros factores del estilo de vida y de ocio relacionados con la

inactividad como los ya mencionados.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 172 COMUNICACIONES

5. CONCLUSIONES

Las conclusiones del presente estudio deben ser interpretadas con cautela por dos

motivos, en primer lugar por que la muestra no se ha seleccionado al azar, ni a través de

conglomerados, sino por accesibilidad; y en segundo lugar por que existe una desproporción

evidente en el tamaño de la muestra de niños y niña. No obstante, podemos afirmar que (i)

los hábitos alimenticios de niños y niñas no son adecuados existiendo un exceso en el

consumo de productos cárnicos y un déficit en el consumo de alimentos de origen vegetal y

pescado; (ii) no existen diferencias significativas en la mayoría de los componentes del estilo

de vida entre niños y niñas y (iii) es necesario fomentar la práctica de deporte extraescolar

entre el colectivo femenino en edades tempranas y promover aún más la igualdad de

oportunidades entre ambos sexos para el acceso a actividades deportivas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 174 COMUNICACIONES

7. AGRADECIMIENTOS Quisiéramos agradecer a los siguientes Colegios, personificados en su Director,

Maestro de Educación Física y Monitor de Actividades Formativas Complementarias, su colaboración y total apoyo al estudio.

– Colegio Público Alfonso VIII (Plasencia). Director: Sr. D. Pedro Jiménez Barriga. Maestro de Educación Física: Sr. D. Carlos Merchán Pérez.

– Colegio Atenea (Mérida). Directora: Sra. Dña. Alicia Martínez. – Colegio San Calixto (Plasencia). Director: Sr. D. Juan José Núñez Sánchez.

Monitor de Actividades Formativas Complementarias: Sr. D. Gerardo Sánchez Hernández. – Colegio La Salle (Plasencia): Director: Sr. D. Gerardo Durán Proenza. Maestra de

Educación Física: Sra. Dña. Paloma Martín Nevado.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 175 COMUNICACIONES

DIFERENCIAS EN FUNCIÓN DEL GÉNERO EN LA CONDICIÓN

FÍSICA EN ESCOLARES PREPUBERALES EXTREMEÑOS

Pedro Antonio Sánchez Miguel Ernesto de la Cruz Sánchez Fátima Agúndez González

José Miguel Saavedra García ([email protected]) Grupo de investigación AFIDES. Universidad de Extremadura.

RESUMEN

Los objetivos de este estudio son: (i) conocer el nivel de condición física de escolares

extremeños y (ii) comparar dicho nivel en función del género. Los sujetos que participaron en

este estudio fueron 166 varones (9,81±1,12 años) y 47 mujeres (9,98±1,40 años).Todos los

sujetos fueron valorados a través de la batería Eurofit. Se presentan descriptivos básicos de las

variables, y se realiza la prueba t de Student para muestras independientes para conocer las diferencias entre los dos grupos. Las conclusiones que se pueden extraer de este trabajo son:

(i) la muestra se encuentra dentro de los parámetros normales en comparación con otras

comunidades autónomas, a excepción de la flexibilidad; y que (ii) los niños tienen una mejor

condición aeróbica que las niñas, no existiendo diferencias en el resto de variables analizadas.

PALABRAS CLAVE: Batería Eurofit, actividad física, deporte.

1. INTRODUCCIÓN

Son muchos los estudios que analizan la condición física en función del género. Así,

tenemos estudios que analizan la condición física a 1097 niños y niñas de 10 a 14 años en la

provincia de Córdoba mediante las pruebas de 1000 metros lisos, 50 metros lisos,

abdominales en 30 segundos, flexibilidad profunda del cuerpo y salto horizontal, obteniendo

que los niños presentan mejores valores que las niñas en todas las pruebas, a excepción de la

flexibilidad, dónde el sexo femenino obtiene mejores resultados debido a razones genéticas y

hormonales (Gómez et a., 2002).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 176 COMUNICACIONES

En Cataluña se midieron 1185 niños y 1228 niñas (utilizando la batería Eurofit) de

edades comprendidas entre los 10 y 14 años y, 952 y 872 de entre 15 y 18 años, existiendo

una tendencia general en ambos sexo de mejora progresiva de la velocidad de desplazamiento

y, en la velocidad segmentaria del miembro superior se produce a los doce años mejores

resultados por parte de las niñas y, después se invierten los valores. Al igual que en los

estudios anteriores, la niñas presentan mejores valores en la flexibilidad. Por lo que respecta a

la fuerza explosiva, se produce una tendencia progresiva en ambos sexos que se acentúa a los

15 años, siendo a partir de ahí incrementados los valores de los chicos y estabilizados los de

las chicas. En el course navette se incrementa los valores hasta los 12­13 años en las chicas al

igual que en la resistencia abdominal (14 –15 años), donde a partir de esas edades se

estabilizan, mientras que en los chicos es progresivo ese aumento y en la fuerza mantenida de

brazos se produce un gran aumento en los chicos de 13­17 años, no seguido por las chicas

(Prat et al., 1993).

En estudios realizados en el País Vasco (1996) con la batería Eurofit, valoran a 6658

sujetos de 9 a 17 años, obteniendo resultados decrecientes en el golpeo de placas y en la

carrera 10 x 5 metros con el paso de los años, en la flexibilidad son las chicas las que

presentan mejores valores, en el salto de horizontal, dinamometría, resistencia abdominal,

suspensión con flexión de brazos y course navette son los chicos los que presentan mayores

valores y ambos grupos, crecientes con la edad (Sainz, 1996).

En la Comunidad Autónoma de Aragón se analizaron 1068 escolares (549 niños y 519

niñas) de entre 7 y 12 años mediante la batería Eurofit, corroborando los resultados obtenidos

en el estudio del País Vasco, a resaltar que las niñas a los 7 años obtienen mejores resultados

en la suspensión con flexión de brazos, además de presentar los niños y niñas mejores valores

con el paso de los años en el course navette (Leiva y Casajús, 2004). En la misma comunidad

autónoma se valoró la condición física mediante el test de esfuerzo en banco y realización de

espirometría a 2731 escolares (1902 niños y 829 niñas) deportistas federados durante tres

temporadas de entre 7 y 16 años, llegando a la conclusión que las chicas tienen una peor

adaptación al esfuerzo que los niños tanto mediante la prueba del banco como con la

espirometría (Muniesa et al., 2003).

Así pues, una vez analizados los estudios que sobre la condición física hay en

diferentes Comunidades Autónomas en nuestro país, nos planteamos realizar una primera

aproximación a la realidad de Extremadura, planteándonos los objetivos: ((i) conocer el nivel

de condición física de escolares extremeños y (ii) comparar dicho nivel en función del género.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 177 COMUNICACIONES

2. MÉTODO

Los sujetos que participaron en este estudio fueron 166 niños (9,81±1,12 años) y 47

niñas (9,98±1,40 años) pertenecientes a 4 colegios de Mérida (Badajoz) y Plasencia (Cáceres).

A todos los sujetos antes de comenzar las valoraciones se les suministró el cuestionario de aptitud para la actividad física (C­AAF) (Thomas et al., 1992; Rodríguez,

1996) al objeto de identificar a los individuos con síntomas de enfermedad o factores de

riesgo que debería someterse a una valoración médica más completa antes realizar las pruebas

de valoración funcional. Del mismo modo, los padres de los escolares cubrieron un consentimiento informado sobre la actividad.

Los sujetos participantes en el estudio fueron evaluados con la Batería Eurofit

(Council of Europe, 1988):

– Talla y peso.

– Suspensión en barra. Valora la fuerza resistencia del miembro superior, a través

del tiempo que el sujeto es capaz de estar suspendido en una barra con prensión

manual.

– Carrera 10 x 5 m. Valora la coordinación y velocidad, a través de la carrera de diez

tramos (5 ida y vuelta) de 5 m.

– Golpeo de placas. Valora la velocidad gestual de tren superior a través del golpeo

alternativo con una mano de dos círculos de 20 cm de diámetro y que están

separados sus centros, 80 cm. Se completan 25 ciclos de ida y vuelta.

– Flexión profunda de tronco. Valora la flexibilidad de los músculos isquiotibiales y

columna vertebral.

– Salto horizontal. Valora la fuerza explosiva del tren inferior a través de un salto

horizontal hacia delante con pies juntos.

– Abdominales en 30 s. Valora la fuerza resistencia abdominal.

– Dinamometría manual. Valora la fuerza máxima de prensión a través de la

dinamometría manual de mano derecha e izquierda.

– Equilibrio del flamenco. Valora el equilibrio a través del equilibrio monopodal con

visión, consistente en mantener el equilibrio durante un minuto sobre una barra.

– Carrera de ida y vuelta. Valora la resistencia cardiorrespiratoria, a través de una

prueba progresiva divida en estadíos de 1 minutos sobre una distancia de 20 m.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 178 COMUNICACIONES

Se realiza un análisis de los datos, en el que se presentan los descriptivos básicos

(media, desviación típica) de la condición física de los dos grupos. Igualmente, comparamos

los dos grupos mediante la prueba t de Student para muestras independientes.

3. RESULTADOS

En la tabla 2 se muestran los descriptivos básicos (media y desviación típica) y las

diferencias significativas de las variables estudiadas entre los dos grupos, a través de la

prueba t de Student para muestras independientes.

Tabla 2. Descriptivos básicos (media±desviación típica) de las pruebas de la batería Eurofit de los grupos

masculino­femenino y diferencias significativas de los dos grupos a través de la prueba t de Student para muestras independientes.

Variable Masculino Femenino p

Talla (m) 1,41 ± 0,08 1,40 ± 0,01 0,249

Peso (kg) 35,67 ± 9,58 38,19 ± 10,13 0,909

Suspensión en barra (s) 12,64 ± 13,80 14,12 ± 13,06 0,961

Carrera 10 x 5 metros (s) 22,80 ± 3,78 25,40 ± 3,03 0,321

Golpeo de placas (s) 18,58 ± 4,62 16,29 ± 5,06 0,650

Flexión adelante de tronco (cm) ­2,85 ± 6,56 0,59 ± 6,25 0,680

Salto horizontal (m) 1,35 ± 0,24 1,18 ± 0,20 0,082

Abdominales (repeticiones) 17,86 ± 4,80 18,19 ± 3,82 0,053

Dinamometría m. derecha (kg) 15,87 ± 3,80 16,09 ± 4,82 0,190

Dinamometría m. izquierda (kg) 14,49 ± 3,79 14,87 ± 4,75 0,102

Equilibrio del flamenco (intentos) 8,75 ± 4,73 6,17 ± 5,28 0,122

Carrera ida y vuelta (estadío) 3,59 ± 1,98 2,67 ± 1,46 0,025

p = nivel de significación

4. DISCUSION

Los valores de las pruebas de la batería Eurofit se encuentran entre el percentil 45 y 65

de los estudios en muestras de escolares catalanes (Prat et al. 1993), vascos (Sainz, 1998) y

aragoneses (Leiva y Casajús, 2004) salvo los valores de la flexibilidad, que se encuentran por

debajo del percentil 30. De este modo, podemos afirmar que en todas las pruebas, salvo en la

flexibilidad, los valores de nuestros sujetos se encuentran dentro de la normalidad.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 179 COMUNICACIONES

En este estudio observamos como existen en muchos parámetros mejores resultados en

las niñas que en los niños en sus valores medios pero sin ser significativamente diferentes, por

el contrario en la única prueba que existen diferencias significativas (course navette; p=

0,025) los valores alcanzados por los niños son mayores que en las niñas.

Estos resultados se oponen a otros estudios realizados en Cataluña con la Batería

Eurofit (Prat et al., 1993), sobre niños y niñas de 10 a 18 años en donde se encuentran

diferencias significativas a favor de los niños a partir de los 15 años en la fuerza explosiva y

resistencia abdominal, de los 13 años en el course navette y en entre los 13 y 17 años en la fuerza mantenida de brazos (Prat et al., 1993): Las diferencias en estas edades, pueden ser atribuidas a que son edades peri o postpuberales, en donde las diferencias entre niños y niñas

se hace palpable, debido sobre todo a la regulación hormonal.

Asimismo, en el País Vasco se valoraron a 6658 escolares de 9 a 17 años mediante

Batería Eurofit (Sainz, 1996), existiendo diferencias significativas en la mayoría de las

variables pero de igual forma en edades peri o postpuberales. Así, en el golpeo de placas

existen diferencias significativas a mayor de los niños a partir de los 14 años, en el salto de

longitud, carrera 10 x 5metros y course navette a partir de los 11 años; en la resistencia

abdominal y la suspensión mantenida de brazos sólo hasta los 13 años.

Por lo que respecta a la Comunidad de Aragón se midieron 1068 escolares (549 niños

y 519 niñas) obteniendo diferencias significativas en la flexión de tronco adelante, salto

horizontal, dinamometría manual, resistencia abdominal, suspensión mantenida de brazos,

carrera 10 x 5 metros y course navette, teniendo en todos ellos un nivel de significación de

inferior a 0,001 (Leiva y Casajús, 2002). Además estos resultados continúan y se acentúan

con la edad. Así, estudios en 1501 niños de 13 a 16 años se encontraron diferencias

significativas en todas las variables de la Batería Eurofit (Ferrando et al., 2000).

5. CONCLUSIONES

Las conclusiones del presente estudio deben ser interpretadas con cautela por dos

motivos, en primer lugar por que la muestra no se ha seleccionado al azar, ni a través de

conglomerados, sino por accesibilidad; y en segundo lugar por que existe una desproporción

evidente en el tamaño de la muestra de niños y niña. No obstante, podemos afirmar que (i) la

muestra se encuentra dentro de los parámetros normales en comparación con otras

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 180 COMUNICACIONES

comunidades autónomas, a excepción de la flexibilidad; y que (ii) los niños tienen una mejor

condición aeróbica que las niñas, no existiendo diferencias en el resto de variables analizadas.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Council of Europe. (1988). Committe for the development of sport: European test of physical fitness. Handbook for the Eurofit Test of Physical Fitness. Roma: CONI.

Ferrando, J.A., Quílez, J. y Casajús, J.A. (2000). La condición física en los escolares aragoneses (13 a 16 años). Zaragoza: Diputación General de Aragón.

Leiva, M.T. y Casajús, J.M. (2004). Cineantropometría, condición física y estilos de vida de los escolares aragoneses (7 a 12 años). Zaragoza: Diputación General de Aragón.

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Questionnaire (PAR­Q). Canadian Journal Sports Science, 17, 338­345.

7. AGRADECIMIENTOS Quisiéramos agradecer a los siguientes Colegios, personificados en su Director,

Maestro de Educación Física y Monitor de Actividades Formativas Complementarias, su colaboración y total apoyo al estudio.

– Colegio Público Alfonso VIII (Plasencia). Director: Sr. D. Pedro Jiménez Barriga. Maestro de Educación Física: Sr. D. Carlos Merchán Pérez.

– Colegio Atenea (Mérida). Directora: Sra. Dña. Alicia Martínez. – Colegio San Calixto (Plasencia). Director: Sr. D. Juan José Núñez Sánchez.

Monitor de Actividades Formativas Complementarias: Sr. D. Gerardo Sánchez Hernández.

– Colegio La Salle (Plasencia): Director: Sr. D. Gerardo Durán Proenza. Maestra de Educación Física: Sra. Dña. Paloma Martín Nevado.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 181 COMUNICACIONES

EVOLUCIÓN DEL SOMATOTIPO Y LA COMPOSICIÓN CORPORAL EN BAILARINAS ADOLESCENTES DE BALLET CLÁSICO

Manuel Sillero ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid)

Amaia García (amaia.garcí[email protected]) Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.)

Mª de los Angeles Donoso ([email protected]) Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús (Madrid) Guadalupe Garrido ([email protected])

Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF., Madrid, U.P.M.)

RESUMEN.

Las bailarinas de ballet clásico entrenan diariamente, y desde la infancia, con un

volumen e intensidad de trabajo muy elevado, de manera comparable a como lo hacen las

gimnastas. Además, la danza les exige mantener un estricto control de peso para poder

dedicarse a ella profesionalmente en el futuro. Estos factores pueden influir negativamente en

el desarrollo normal de las niñas durante la etapa de crecimiento. El presente estudio

longitudinal analiza la evolución del somatotipo y la composición corporal de un grupo de

bailarinas del Real Conservatorio Superior de Danza de Madrid. Cada seis meses se realizaron

mediciones antropométricas antropométricas y sus resultados se compararon con otros valores

obtenidos por absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA) con el fin de comprobar la

validez de las mediciones antropométricas, evaluar la evolución del desarrollo de las

bailarinas estudiadas, y establecer unas normas de referencia aplicables a niñas de la misma

edad y nivel de práctica del ballet clásico en España.

PALABRAS CLAVE: Somatotipo, Composición Corporal, Ballet Clásico y Adolescencia.

1. INTRODUCCIÓN.

En el ballet clásico, como ocurre en las distintas disciplinas de gimnasia y en la mayoría

de los deportes de alto nivel, las bailarinas entrenan diariamente con un volumen e intensidad

de trabajo muy elevados desde la infancia. Además, a la bailarina de clásico se le requiere una

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 182 COMUNICACIONES

tipología esbelta desde edades tempranas, hecho que determina en muchos casos el abandono

de la actividad o el paso a otras especialidades que son menos exigentes con el peso corporal.

Estos factores podrían influir en el desarrollo ­ y en la composición corporal ­ de las niñas,

con posibles repercusiones negativas para su salud en un futuro.

Las técnicas antropométricas se han mostrado como válidas para analizar la

composición corporal en bailarinas (Eliakim et al., 2000), comparándolas con otras más

reconocidas como la absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Por ello, se

decidieron utilizar estas técnicas para estudiar la evolución de la composición corporal de un

grupo de bailarinas adolescentes, ligadas a un estudio nutricional y a un seguimiento del

proceso de maduración. Esto permitió asesorar de manera adecuada a los padres de las niñas

con el fin de evitar problemas nutricionales en un periodo tan crítico como es la adolescencia.

2. MATERIAL Y MÉTODOS.

La muestra estudiada está integrada por bailarinas adolescentes del Real Conservatorio

Superior de Danza de Madrid. La tabla 1, resume las características generales de la muestra

durante los tres años que ha durado el estudio.

N Edad (años) Peso (Kg) Talla (cm) Baile/sem (horas)

2003 23 11.3 ± 0.8 33.5 ± 4.5 142.8 ± 7.6 6 ± 2

2004 21 12.2 ± 1.0 38.2 ± 6.2 148.4 ± 8.1 8 ± 2

2005 18 13.2 ± 1.0 42.6 ± 6.1 154.6 ± 7.9 10 ± 2

Tabla 1.­ Características generales de la muestra. (Horas de ballet por semana = Baile/sem)

En la tercera semana de los meses de Abril y Octubre de cada año, se les realizó un

estudio antropométrico que incluía 13 mediciones (peso, estatura, dos diámetros, dos

perímetros y siete pliegues), las cuales permitieron elaborar el índice de masa corporal (BMI),

el somatotipo (Carter & Heath, 1990), la suma de 4 y 6 pliegues (Σ4 y Σ6) y la estimación del

porcentaje de Masa Grasa (%MG­Σ4 y %MG­Σ6) mediante las fórmulas de Yuhasz y

Faulkner (Esparza, 1993) (Fórmulas 1 y 2).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 183 COMUNICACIONES

% MG­Σ4 (Faulkner) = (∑ 4 pliegues x 0,153) + 5,783 Fórmula 1

% MG­Σ6 (Yuhasz para mujeres) = 4,56 + (∑ 6 pliegues (mm) x 0,143) Fórmula 2

Este estudio antropométrico fue parte de una completa valoración que incluía, entre

otros apartados, la determinación anual de la densidad y el contenido mineral óseos mediante

absorciometría Fotónica Dual de Rayos X (DXA). Para estimar la densidad mineral ósea

(BMD) y el contenido mineral óseo (BMC) y el porcentaje de Masa Grasa (%MG) totales, el

equipo utilizado fue un Hologic QDR­4500 W (Bedford,MA).

Los datos se recopilaron en una hoja de cálculo Excel de Microsoft ® , organizándolos

por tomas y por edades de las bailarinas. Se utilizó el programa SPSS 11.0 © para determinar

los estadísticos descriptivos, los coeficientes de correlación producto­momento de Pearson, y

las regresiones simples, considerándose significativos los resultados que presentaran una

significación del 5% (p ≤ 0,05). Las somatocartas han sido obtenidas mediante una aplicación

en Excel desarrollada por Sillero (2004).

3. RESULTADOS

Los resultados más relevantes de algunas de las variables registradas se pueden ver,

resumidos por años y por meses en la Tabla 2.

Edad BMI Σ4 (mm)

Σ6 (mm)

%MG­ Σ6

%MG­ Σ4

DH (mm)

DF (mm)

BMD (gr/cm 2 )

BMC (gr) %MG

11,48 16,6 58,5 29,0 12,9 10,2 5,3 8,0 0,89 1122 17,3 Abril 0,87 1,4 17,7 8,7 2,5 1,3 0,2 0,4 0,05 176 5,1 11,68 16,9 63,7 33,7 13,7 10,9 5,4 8,1 ­­­ ­­­ ­­­

2003 Oct. 0,87 1,5 18,7 10,4 2,7 1,6 0,2 0,4 ­­­ ­­­ ­­­ 12,18 17,3 68,2 37,2 14,3 11,5 5,4 8,3 0,93 1318 20,0 Abril 0,89 1,8 23,0 14,9 3,3 2,3 0,2 0,4 0,05 19 19,0 12,67 17,3 70,3 37,9 14,6 11,6 5,5 8,3 ­­­ ­­­ ­­­

2004 Oct. 0,92 1,8 21,2 12,4 3,0 1,9 0,2 0,4 ­­­ ­­­ ­­­ 13,16 17,8 70,1 38,1 14,6 11,6 5,5 8,3 0,99 1541 19,7 Abril 0,94 1,5 18,5 10,3 2,7 1,6 0,2 0,4 0,06 222 4,8 13,50 18,6 73,2 41,3 15,0 12,1 5,6 8,4 ­­­ ­­­ ­­­

2005 Oct. 0,86 1,8 26,9 15,6 3,8 2,4 0,2 0,3 ­­­ ­­­ ­­­ 12,39 17,3 67,1 36,0 14,2 11,3 5,5 8,2 0,93 1319 19,0 TOTAL 1,13 1,7 21,1 12,5 3,0 1,9 0,2 0,4 0,06 258 5,1

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 184 COMUNICACIONES

Tabla 2.­ Medias (superior) y desviaciones típicas (inferior) de algunas de las variables registradas. (DH =

Diámetro Húmero; DF = Diámetro Fémur).

Los coeficientes de correlación producto­momento de Pearson entre los diámetros óseos

y la BMD fueron de r (DH­BMD) = 0,572 (n = 56; p<0,05) y r (DF­BMD) = 0,439 (n = 56; p<0,05),

respectivamente, algo inferiores a los obtenidos entre los diámetros óseos y el BMC, que

fueron de r (DH­BMC) = 0,678 (n = 56; p<0,05) y r (DF­BMC) = 0,645 (n = 56; p<0,05). Respecto a

los coeficientes de correlación entre los porcentajes de masa grasa obtenidos por las fórmulas

antropométricas y por DXA, vemos que son mejores para los datos de la fórmula de Yuhasz

de 6 pliegues (específica para mujeres): r (%MG­Σ6­DXA) = 0,793 (n = 56; p<0,05); que para los de

la fórmula de Faulkner de 4 pliegues (“unisex”): r (%MG­Σ4­DXA) = 0,743 (n = 56; p<0,05). Sin

embargo, los valores de porcentaje de masa grasa obtenidos mediante DXA son más elevados

que los estimados mediante la antropometría mediante ambas fórmulas. La relación entre las

distintas estimaciones se resume en las ecuaciones de regresión lineal presentadas en las

fórmulas 3 y 4.

%MG­Σ6 = 0,448 (%MGDXA) + 5,445 Fórmula 3

%MG­Σ4 = 0,268 (%MGDXA) + 6,049 Fórmula 4

Las somatocartas de todos los casos

y los somatotipos medios (por tomas

y media general) de las seis tomas se

pueden ver en la figura 1. Se

aprecian somatotipos muy diversos

aunque las medias son somatotipos

centrados con tendencia a la

ectomorfía que, con la edad, van

despla­zándose hacia la izquierda,

indicando una ganancia en el

componente endo­mórfico, que es lo

normal en niñas adolescentes en

desarrollo

SOMATOCARTA. Valores de las 6 tomas.

­10

­8

­6

­4

­2

0

2

4

6

8

10

12

14

16

­8 ­7 ­6 ­5 ­4 ­3 ­2 ­1 0 1 2 3 4 5 6 7 8

Bailarina Somatotipo Medio 1ª TOMA 2ª TOMA 3ª TOMA 4ª TOMA 5ª TOMA 6ª TOMA

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 185 COMUNICACIONES

Figura 1.­

Somatocarta resumen de las seis mediciones realizadas.

4. DISCUSIÓN

La estatura y el peso medios de nuestras bailarinas (13,2 años, 42,6 Kg. y 154,6 cm) está

todavía lejos de los datos de otros autores con bailarinas algo más mayores: 21 años, altura

162,6 cm y peso 52,6 Kg. (Yannakoulia et al., 2000) y 17 años, altura 165,2 cm y peso 49,6

Kg. (Young et al., 1994). Sin embargo, la evolución del índice de masa corporal (BMI) indica

una ganancia progresiva de peso con la edad. Los datos de BMI en la última medición (18,6

kg/m 2 ) se asemejan ya mucho a los de van Marken Lichtenbelt y sus colaboradores (1995),

que refieren BMI de 18,9 kg/ m 2 en bailarinas de 22,6 años de edad.

Los valores de %MG estimados por técnicas antropométricas son claramente inferiores

a los obtenidos DXA, que suele ser el método de referencia (Yannakoulia et al., 2000); sin

embargo, debido a su elevada correlación con el DXA, su sencillez y economía, consideramos

que pueden seguir utilizándose como método de seguimiento de la evolución de la

composición corporal de las niñas, aunque sólo sea en forma de sumatorio de pliegues para

evitar errores en la estimación de porcentajes de masa corporal al aplicar una fórmula.

Estudios previos han expuesto valores de 17,4% de MG mediante pesada hidrostática, 16,4%

mediante DXA y 18.3% mediante un modelo antropométrico de 4 componentes en bailarinas

de 22,6 años de edad (van Marken Lichtenbelt et al., 1995); 19,4% mediante DXA y 19,9%

mediante Bioimpedancia eléctrica en bailarinas de 21 años (Yannakoulia et al., 2000); y

21,1% mediante conductividad eléctrica total (TOBEC) en bailarinas de 15 años

(Hergenroeder et al, 1991). Teniendo en cuenta que nuestras bailarinas son más jóvenes, y

algunas de ellas todavía no han tenido la menarquia, entendemos que su componente graso

está dentro de la normalidad para su nivel de actividad física y, desde luego, no se aproximan

a los valores referidos por Young y sus colaboradores (1994) sobre una población de

bailarinas de 17 años de media, con un 40% de casos anorexia nerviosa, que tenían unos

valores medios de MG del 7,8%.

Respecto a los últimos valores de densidad mineral ósea (BMD = 0,93 g/cm 2 ), están

todavía por debajo de los 1,09 g/cm 2 registrados en bailarinas a los 17 años (Young et al.,

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 186 COMUNICACIONES

1994), y los 1,147 g/cm 2 , a los 22,6 años (van Marken Lichtenbelt et al., 1995), pero

evolucionan progresivamente con la edad hacia, probablemente, valores similares. Nuestros

datos de diámetros óseos de fémur y húmero parecen estar más relacionados con el contenido

mineral óseo (BMC) que con la densidad mineral ósea (BMD) en bailarinas jóvenes.

Se puede concluir, en general, que las bailarinas de la muestra tienen una composición

corporal normal para niñas de su edad y nivel de actividad física, y su estricto programa de

trabajo parece no estar repercutiendo negativamente ni en su desarrollo normal, ni en su salud.

Sería conveniente realizar más estudios longitudinales con poblaciones activas y sedentarias

de adolescentes, para valorar el efecto de la actividad física sobre la composición corporal en

este periodo crítico del proceso madurativo.

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Carter, J.E.L., & Heath, B.H. (1990) Somatotyping: development and implications. Cambridge Studies in Biological Anthropology (Volumen 5). Cambridge: Cambridge University Press.

• Eliakim, A., Ish­Shalom, S., Giladi, A., Falk, B., & Constantini, N. (2000) Assessment of body composition in ballet dancers: correlation among antropometric measurements, bio­ electrical impedance analysis, and dual energy X­Ray absorbtiometry. Int J Sports Med. 21(8):598­601.

• Esparza, F. (Editor) (1993) Manual de Cineantropometría. Pamplona: (G.R.E.C.) FE.ME.DE.

• Hergenroeder, A.C., Fiorotte, M.L., & Klish, W.J. (1991) Body composition in ballet dancers measured by total body electrical conductivity. Med Sci Sports Exerc. 23(5):528­ 33.

• Sillero, M. (2004) Guión de prácticas de kinantropometría. (http://www.cafyd.com /doc2sillero05.pdf consultada en Octubre de 2005)

• Van Marken Lichtenbelt, W.D., Fogelholm, M., Ottenheijm, R., & Westerterp, K.R. (1995) Physical activity, body composition and bone density in ballet dancers. Br J Nutr. 74(4):439­51.

• Yannakoulia, M., Keramopoulos, A., Tsakalakos, N., & Matalas, A.L. (2000) Body composition in dancers: the bioelectrical impedance method. Medicine & Sciencia in Sports & Exercise. 32(1):228­34.

• Young, N., Formica, C., Szmukler, G., & Seeman, E. (1994) Bone density at weight­bearing and nonweight­bearing sites in ballet dancers: the effects of exercise, hypogonadism, and body weight. J Clin Endocrinol Metab. 78(2):449­54 (http://jcem.endojournals.org /cgi/reprint/78/2/449.pdf consultada en Octubre de 2005)

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 187 COMUNICACIONES

EFICACIA DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES PARA

PERSONAS MAYORES. UNA INVESTIGACIÓN REALIZADA

Àngels Soler Vila ([email protected]) Universidad de Barcelona UB Virtual­INEFC­Mèdia

RESUMEN

Esta comunicación presenta la evaluación de un programa SocioMotriz para personas

mayores autónomas, mediante la cual se analiza la eficacia del mismo en el ámbito motor,

psico­afectivo y cognitivo.

En una primera parte se expone el marco teórico en que se fundamente el programa y

las bases metodológicas en base a las que se lleva a cabo la intervención.

En una segunda parte quedan reflejados los resultados positivos obtenidos después de

10 meses de implementación del programa en cuanto a: forma física, agilidad utilitaria,

comportamiento psicomotor, adherencia al ejercicio físico, salud percibida, autoestima,

autoconcpeto y estado de ánimo.

Fruto de la investigación también se señala qué tipo de actividades son aquellas que más

inciden el los logros observados, resultando que las tareas orientadas al trabajo perceptivo­

motriz, de coordinación rítmico­motora y los juegos de velocidad de reacción son las que más

rendimiento procuran en los usuarios.

En la discusión se concluye que el programa ha incidido favorablemente en la capacidad

funcional y en la capacidad de adaptación exitosa a situaciones nuevas y conocidas y en la

seguridad y confianza en uno mismo, lo que permite suponer una mayor capacidad de

mantener la independencia en la vejez con una repercusión positiva en la autoestima, la

satisfacción y el bienestar y, por tanto, en el estado general de salud.

Todo ello refrenda el carácter preventivo­educativo de los programas SocioMotrices.

PALABRAS CLAVE: Personas mayores. Ejercicio físico. Envejecimiento saludable.

Competencia funcional. Evaluación del comportamiento.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 188 COMUNICACIONES

1. PRESENTACIÓN DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES (PSM)

Se trata de programas preventivo­educativo, dirigidos a todas las personas mayores de

65 años, que mantienen la autonomía en las actividades básicas e instrumentales de la vida

diaria, independientemente se su nivel de forma física.

Suponen una intervención integral a través del cuerpo y el movimiento, orientada al

mantenimiento de la competencia psicomotora que tiene como objetivos que las personas

mayores mantengan un buen estado de salud, participen activamente en el entorno próximo y

contribuyan a la construcción social.

Actúan incentivando la motivación del sujeto para activar y orientar su conducta en el

sentido de conseguir objetivos relacionados con la salud, la satisfacción y la calidad de vida.

Estimulando el sentido de competencia, el sentido del logro, las interacciones afectivas y

relacionales dentro del grupo de trabajo y la creatividad.

Se implementan mediante técnicas corporales variadas de toma de conciencia del propio

cuerpo, situaciones lúdico­recreativas y situaciones socializantes. En la sesión se combinan

tareas propias de gimnasia suave y de mantenimiento, juegos, expresión corporal, danzas

colectivas, actividades en la naturaleza y acuáticas. No se trabaja nunca monográficamente

(De Febrer d los Ríos y Soler Vila, 1989; Soler Vila y Jimeno Calvo, 1998).

1.1. Modelos de referencia

Enfoque global psico­biológico Wallon: Se propone un trabajo corporal sobre la unidad

de la persona, haciendo un tratamiento siempre global de los objetivos bio­psico­afectivos de

trabajo y proponiendo siempre la vivencia de la situación en uno mismo a compartir con el

otro y con el grupo. Se pretende contribuir al buen equilibrio entre el yo, el mundo de los

objetos y de los demás para que las personas mayores gocen de una vejez satisfactoria

(Wallon, 1998).

Teoría jerárquica de Maslow: Se atiende a los requerimientos básicos de movimiento

que propician el buen funcionamiento orgánico, potencia el mantenimiento de la capacidad de

acción, control y toma de decisión en lo cotidiano, dando respuesta a las necesidades de

seguridad y autorrealización que precisan las personas mayores para mantener la autonomía

(Maslow, 1991).

Enfoque del ciclo de la vida y de la acción de Fierro: Los PSM pretenden ser motor de

educación permanente ­para la salud y para el ocio­, que permita a sus usuarios integrar de

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 189 COMUNICACIONES

manera positiva los cambios vitales y ser protagonistas del cambio, manteniendo la capacidad

de toma de decisión y de creación, para "estar presentes en el presente" y no vivir sólo de la

experiencia pasada (Fierro, 1994).

Enfoque ecológico de la competencia motriz: Los PSM se implementan a través de

situaciones individuales y colectivas encaminadas a solucionar problemas motrices para

desarrollar la competencia motriz, fortaleciendo los esquemas de movimiento y posibilitando

una mayor adaptabilidad para que las acciones vividas en la sesión de trabajo puedan

generalizarse a las propias de la vida cotidiana (Ruiz Pérez y otros, 1996).

Animación sociocultural: Se pretende que las pesonas mayores tomen conciencia de sus

problemas y sus necesidades, y potencia la comunicación interpersonal para que éstas los

solucionens colectivamente. Para ello basan su intervención didáctica en pedagogías no

directivas, pretendiendo generar un proceso estable de participación y creatividad en torno al

cuerpo y el ejercicio físico en el cual las personas mayores se conviertan en agentes activos,

protagonistas de su propio desarrollo y del desarrollo de su comunidad (Simpson, 1980).

1.2. Finalidades (Soler Vila, 2002)

Facilitar un envejecimiento bio­psico­afectivo saludable:

­ A pesar de las limitaciones propias del avance en años.

­ Aprovechando todas las posibilidades existentes.

­ Aprendiendo estrategias que permitan un mejor afrontamiento.

­ Adoptando hábitos saludables que generen satisfacción y bienestar.

Potenciar la competencia funcional para evitar la dependencia de los demás:

­ Evitando síndromes de desuso causantes de discapacidad.

­ Adaptando patrones motrices básicos para realizar adecuadamente las avd de

autocuidado e instrumentales.

­ Entrenando habilidades psicomotoras.

Contribuir a la realización personal:

­ Facilitando la adaptación al cambio.

­ Revalorizando el propio cuerpo y potenciando la autoestima.

­ Desarrollando el sentido de competencia y el sentido del logro.

Facilitar disfrute y diversión:

­ Generando deseo más que necesidad.

­ Ayudando a reencontrar el placer del cuerpo y el gusto por el movimiento.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 190 COMUNICACIONES

­ Propiciando momentos de alegría y distracción.

Promocionar la participación activa en la sociedad:

­ Fomentando la capacidad de decisión y el protagonismo.

­ Descubriendo nuevas vías de acción y relación.

­ Propiciando la interacción grupal.

­ Promocionando una imagen positiva de la vejez.

2. EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DE LOS PROGRAMAS SOCIOMOTRICES

2.1. Diseño (Anguera Argilaga, 1995)

Análisis de los cambios observados en el comportamiento de los usuarios, a partir de las

comparación de los resultados obtenidos en los controles pre y post implementación del

programa. Para evaluar: Perfil psicomotor, fortaleza física, agilidad utilitaria, actividad física

habitual, conciencia corporal, aceptación del cuerpo y autoimagen, salud autopercibida,

memoria, estado de ánimo (depresión y potencial energético) e integración social.

Evaluación del proceso de implementación del programa, mediante un diseño de baja

intensidad "laglog" mixto diacrónico­sincrónico, para analizar:

­ Las variaciones en el nivel de competencia de cada sujeto, mediante el análisis de

tendencias.

­ La incidencia del tipo de actividad en el progreso del grupo, mediante análisis

loglineal.

2.2. Usuarios

La investigación se llevó a cabo en un grupo­clase compuesto por 19 usuarios (12

mujeres y 7 hombres), rango de edad entre 65 y 78 años. El programa se implementó durante

10 meses a razón de 2 encuentros semanales.

2.3. Resultados (Soler Vila, 2003)

Variaciones en el comportamiento de los usuarios

­ Mejoró la competencia funcional.

­ Mejoró la forma física: Nivel inicial bajo (+++velocidad de reacción, ++ adaptación

cardio­vascular y respiratoria +disponibilidad articular).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 191 COMUNICACIONES

­ Mejoró la competencia psicomotora: Nivel inicial adecuado a las AVD

(+++equilibrio, ++coor. perceptivo­motriz y rítmico­motora, +coo. Dinámica).

­ Mejoró el estado de ánimo: Mayor aceptación del cuerpo, seguridad y confianza en

uno mismo. Más espontaneidad y exteriorización de sentimientos. Más eficacia auto­

percibida. Se sienten más capaces, útiles y a gusto en su cuerpo y con más

perspectivas y estrategias para afontar el futuro inmediato. Reconocen y valoran que

son capaces de aprender.

­ Mejoró la salud auto­percibida, duermen mejor y sienten menos dolor.

­ Mejoró la relación y participación: aumenta la búsqueda de sus posibilidades y

limitaciones en la acción, la capacidad de interiorización, la aceptación del contacto

corporal, la aceptación de las diferencias dentro del grupo, la interacción con los

demás y la integración en proyectos comunes. Se sienten más valorados por los hijos.

Se incrementa la presencia en el entoprno y la participación en otras actividades.

­ Cambios positivos en el estilo de vida: aumentó la práctica de ejercicio físico, más allá

de la participación en el programa y aumentó la actividad física autónoma en casa

(excepto en las tareas pesadas), pero la vida sigue siendo muy sedentaria.

­ Mejoró la competencia cognitiva: ++ atención y concentración, ++ memoria, ++

aprendizaje, + capacidad de decisión (más acentuada en las tareas organizativas y

relacionales que en las motrices), + creatividad. No se observaron variaciones en la

capacidad de comprensión y construcción.

Evolución del nivel de competencia de los usuarios durante la implementación:

­ La tendencia fue positiva en todos los usuarios tanto en el ámbito motor como en el

afectivo­relacional y cognitivo.

­ La cohesión del grupo permitió la progresión conjunta. Ésta fue continua en todos los

usuarios excepto en 3: 2 describieron oscilaciones, retrocediendo cuando aumentaba la

difucultad pero recuperando con el tiempo el nivel de competencia y 1 avanzó hasta

mitad del programa y se estancó, respondiendo con dificultad pero continuando la

progresión.

­ El ritmo fue diferenciado según los usuarios, independientemente del nivel inicial: 3

usuarios avanzaron a ritmo más lento que los demás. El avance fue diferenciado según

los ámbitos así, la baja forma física inicial condicionó el comportamiento motor y la

adaptación psico­afectiva por el efecto de la fatiga.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 192 COMUNICACIONES

­ La evolución fue distinta para cada ámbito motor: En función de las características de

cada usuario. En el ámbito cognitivo la progresión fue fluida. Una mejor forma física

permitía mayor competencia motriz, cuando había una buena adaptación psico­

afectiva. El poco conocimiento de posibilidades y limitaciones condicinaba la

competencia motriz. Cuando mejoraba la competencia motriz aumentaba la eficacia

percibida y aumentaba mucho el rendimiento. Conforme se cohesionó el grupo mejoró

el comportamiento motor. Incidencia del tipo de actividad en el progreso del grupo:

Las tareas que permitieron un avance más significativo en el comportamiento motor,

afectivo­relacional y cognitivo de cada usuario y en el conjunto del grupo fueron las danzas

colectivas, los juegos perceptivo­motores y de velocidad de reacción, las tareas cardio­

vasculares y aquellas orientadas a la educación de la respiración.

3. DISCUSIÓN

Dimensión físico­motora: Se observaron resultados positivos, con una tendencia

ininterrumpida a lo largo de la implementación del programa. El programa ha permitido que

los usuarios disfruten de una mayor capacidad funcional por cuanto gozan de un mayor

control y dominio del cuerpo y ha aumentado la autoeficacia percibida por lo que les hace

más capaces de adaptarse mejor a las situaciones, conocidas y nuevas, de la vida cotidiana.

Todo ello repercute positivamente en la autoestima, la satisfacción y el bienestar y, por tanto,

en el estado general de salud.

Dimensión afectivo­relacional: Los resultados fueron muy positivos en todos los

controles y muy valorados por los usuarios, aun cuando el progreso fue muy paulatino. A

medida que se progresaba en este ámbito aumentaba significativamente la competencia

motriz, la capacidad de aprendizaje y la activación y participación social. Los usuarios

relacionaron los lobgros con el aumento del conocimiento y crecimiento personal, las

expectativas de futuro, el bienestar y la satisfacción.

Ámbito cognitivo: Las mejoras percibidas son aquellas que más positivamente han

valorado los usuarios por su repercusión directa en el día a día, con más seguridad y confianza

en sí mismos, lo que mejora el autoconcepto y permite mantener la independencia. La

autopercepción de los cambios a este nivel incidió muy positivamente en la aderencia al

programa y el cambio en el estilo de vida.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 193 COMUNICACIONES

Finalmente, la investigación permite reconocer científicamente el valor preventivo­

educativo de los Programas SocioMotrices ya que el tipo de intervención que proponen

facilita:

­ Envejecer sin discapacidad

­ Elevar el nivel funcional

­ Mantener un compromiso activo con el entorno

Y estos son los pilares en que se fundamenta el envejecimiento saludable según los

acuerdos alcanzados en la II Conferencia Mundial sobre Envejecimento (Madrid, 2002).

REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS

—Anguera Argilaga, Mª T. (1995). Diseños. En R. Fernández­Ballestero (Ed.), Evaluación de programas. Una guía práctica en ámbitos sociales educativos y de salud (pp. 149­172). Madrid: Síntesis. —De febrer de los Ríos, A. y Soler Vila, A. (1989). Cuerpo, dinamismo y vejez. Barcelona: INDE. —Fierro, A. (1994). Proposiciones y propustas para el buen envejecer. En: J. Buendía (Comp.), Envejecimiento y psicología de la salud (pp. 3­33). Madrid: Siglo XXI Psicología. —Maslow, A.H. (1991). Motivación y personalidad. Madrid: Díaz de Santos. —Ruiz Pérez, M.L.; Meléndez, A.; Linaza, J.L.; Graupera, J.L. y Martínez del Castillo, J. (1996). Vejez y competencia motriz. Revista Española de Educación Física y Deporte, Vol. 3, 30­38. —Simpson, J.A. (1980). Animación sociocultural. Madrid: Ministerio de Cultura. —Soler Vila, A. y Jimeno Calvo, M. (1998). Actividades acuáticas para personas mayores. Madrid: GYMNOS. —Soler Vila, A. (2002). Apuntes del curso de postgrado: Actividades físicas para personas mayores. Barcelona: Universidad de Barcelona (UB Vrtual). —Soler Vila, A. (2003). Evaluación de la eficacia del programa de intervención psico­ socio­motriz para ancianos (PIPSMA) sobre el bienestar de las personas mayores. Tesis doctoral presentada en la Universidad de Barcelona. Disponible en INEF Barcelona. —Wallon, H. (1988). Del acto al pensamiento. Barcelona: EUMO.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 194 COMUNICACIONES

LA ACTIVIDAD FÍSICA ESTÁ RELACIONADA INVERSAMENTE

CON EL CONSUMO DE TABACO EN ADOLESCENTES.

ESTUDIO AVENA

P. Tercedor ([email protected]) M. Martin­Matillas

M. Delgado P. Chillón

Grupo AVENA. Departamento de Educación Física y Deportiva. Universidad de Granada

RESUMEN

La práctica de actividad física se muestra como una conducta saludable, que a pesar de

ser reconocida como tal por la gran mayoría de la población no es practicada a los niveles

recomendados para mantener/mejorar la salud. Por otro lado, la aparición de conductas no

saludables parece ir en aumento entre la población adolescente, entre ellas el incremento del

consumo de drogas como el tabaco.

Empleando cuestionarios como instrumento de medida, previamente validados, se

procedió a estudiar una muestra representativa de adolescentes españoles (13­17 años de

edad) dentro del estudio nacional AVENA.

Los resultados muestran un menor nivel de práctica de actividad física en los

adolescentes de mayor edad, mostrándose las chicas menos activas físicamente. Igualmente se

apreció un mayor consumo de tabaco en los adolescentes de mayor edad, existiendo un mayor

consumo entre las chicas. El análisis correlacional realizado mostró una asociación directa

entre nivel de práctica de actividad física y el consumo de tabaco, de forma que los

adolescentes que menos actividad física realizaron consumieron a su vez más tabaco.

La investigación muestra la posible incidencia de la práctica de actividad física sobre

el consumo de tabaco. Se hace necesario intervenir sobre la adolescencia en general en

promoción de la actividad física y prevención del tabaquismo, especialmente en el caso de las

chicas. Se debe seguir profundizando en el estudio y aplicación de estrategias en las que la

actividad física se emplee como herramienta preventiva y/o terapéutica del tabaquismo junto

con otras medidas.

PALABRAS CLAVE: actividad física, salud, tabaquismo, adolescentes

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 195 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

El consumo de tabaco y otras drogas (legalizadas o no), constituye un problema de salud

pública de carácter prioritario, pues comporta niveles altos de morbilidad y mortalidad

prevenibles (King y cols, 1996). A pesar de la existencia de campañas y programas de

prevención, entre un tercio y la mitad de los escolares de países desarrollados experimentan

con el tabaco antes de finalizar la educación obligatoria. Así, a los 15 años el 30% de los

escolares europeos fumaron al menos un cigarrillo, según el European School Survey Project

on Alcohol and Drugs (Hibell y cols, 2000), proporción que llega hasta el 38% en los países

del Este. En España se aprecia un adelanto en la edad de consumo, estando situado en la

actualidad en torno a los 13,2 años, y un incremento del porcentaje de chicas consumidoras de

tabaco (Fernández, Nevot y Jané, 2002). A esta problemática social se une otra no menos

nociva para la salud: en cuanto a práctica de actividad físico­deportiva se refiere, los

adolescentes españoles son los menos activos de Europa y con mayores diferencias entre

sexos (Mendoza, 2000), existiendo en la actualidad una preocupación social más incipiente

aún al mostrarse recientemente los bajos niveles de forma física de los adolescentes españoles

(Ortega y cols, 2005) y los altos niveles de sobrepeso y obesidad (Moreno y cols, 2005),

asociados todos ellos con unos niveles bajos de actividad física, entre otros factores. En el

mismo sentido, la preocupación social se ha visto reflejada en la propia estrategia del

Ministerio de Sanidad y Consumo (2005) encaminada hacia la intervención nutricional, la

promoción de la práctica de actividad física, el control del sobrepeso y de la obesidad.

En ocasiones se ha sugerido la importancia de la práctica de actividad física para atenuar

el consumo de drogas o incluso para evitar la experimentación con las mismas (Cohen, 1993),

sin embargo no existe una evidencia científica que permita atribuir esta función a la actividad

física, existiendo incluso estudios contradictorios en los que se asocia, en determinados

grupos sociales, la práctica de deporte con el consumo de sustancias tóxicas, entre ellas el

tabaco (Mendoza y cols, 1994).

En el presente trabajo se analiza la relación existente entre la práctica de actividad física

y el consumo de tabaco en una muestra representativa de adolescentes españoles.

MATERIAL Y MÉTODO

Características de la muestra Con el objeto de estudiar la población adolescente española se seleccionó una muestra

de 2859 sujetos, con edades comprendidas entre los 12,40 y los 18,70 años y una media de

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 196 COMUNICACIONES

15,37 + 1,44 años. Los sujetos fueron elegidos de entre los escolares de Enseñanza

Secundaria o Formación Profesional, procedentes tanto de centros públicos como privados de

cinco ciudades españolas: Granada, Madrid, Murcia, Santander y Zaragoza. El 98,1% de los

sujetos era de raza caucasiana, un 1,1% de latinoamericanos indios y el 0.8% restante de raza

afroamericana, europeos del este, África subsahariana, África negra, asiática y gitana. Para

establecer el tamaño de la muestra, se emplearon los datos sobre población española del

Instituto Nacional de Estadística (1996), siendo el error muestral del 2% con una probabilidad

del 95%.

Para obtener grupos de edad equivalentes, la edad fue agrupada en cinco bloques desde

los 13 a los 17 años, donde el grupo de 13 años comprende los sujetos desde los 12,40 hasta

13,99 años. Asimismo los sujetos de 17 hasta 18,70 años se agrupan en el bloque de 17 años.

Diseño Se llevó a cabo un estudio transversal, descriptivo, no experimental con la intención de

conocer el nivel de práctica de actividad física y el consumo de tabaco en población

adolescente escolarizada. Para ello se aplicaron en cada uno de los centros escolares cinco

cuestionarios autoadministrados, un cuestionario permitía conocer la frecuencia de consumo

de tabaco; los otros cuatro cuestionarios se aplicaron para medir el nivel de práctica de

actividad física en diferentes periodos de tiempo. La aplicación de estos instrumentos se

realizó con los investigadores presentes en el aula. Los cuestionarios fueron elaborados

específicamente para los propósitos del proyecto Avena, siendo experimentados previamente

en diferentes estudios piloto (Tercedor y López, 1999; González­Gross, Castillo, Moreno y

cols, 2003). Las variables que se analizaron fueron: frecuencia de consumo de tabaco, práctica

actual de alguna actividad físico­deportiva fuera del horario escolar, frecuencia de práctica de

actividad físico­deportiva fuera del horario escolar, gasto energético en METs durante un día

lectivo, gasto energético en METs durante un fin de semana y gasto energético en METs

durante el verano. Para obtener un valor que expresase el nivel de actividad física de cada

sujeto, en primer lugar se obtuvo el gasto energético total en METs para cada uno de los

cuestionarios y se aplicó la técnica estadística de análisis factorial de componentes

principales, obteniéndose un índice de actividad física expresado mediante una variable

continua. Posteriormente, mediante la aplicación del índice de Youden (1950), se diferenció

la muestra entre sujetos activos y sujetos no activos (Martín­Matillas y cols, sometido).

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 197 COMUNICACIONES

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos en nivel de actividad física muestran a un 59,2% de los

adolescentes como activos físicamente, existiendo diferencias significativas en función del

sexo (71.1% de chicos vs 46,7% de chicas) (tabla 1).

Tabla 1.­ Nivel de actividad física en función del sexo

(p<0.001)

Son diversos los estudios que han analizado el nivel de práctica de actividad física de la

población escolar española (Chillón, 2005), sin embargo la falta de unanimidad en la

metodología aplicada hace difícil la comparación de resultados, tal y como ha sido indicado

por otros investigadores (Sallis y Saelens, 2000).

En cuanto al consumo de tabaco, alrededor del 15% de los adolescentes son fumadores,

ligeramente más las chicas que los chicos. En el caso de fumadores eventuales también son

las chicas las que más fuman. En cambio, el porcentaje de chicos que han dejado de fumar es

mayor (tabla 2).

Tabla 2.­ Consumo de tabaco

Sexo

Total Hombre Mujer No consume tabaco 73,9 74,7 73,1

Consume tabaco 15,0 14,7 15,2

Fuma a veces 8,2 6,8 9,6

Lo ha dejado 2,9 3,8 2,1

N 1692 834 858

Sexo Total

Hombre mujer

Iaf noactivos

N 332 579 911

% 28.9% 53.3% 40.8%

activos N 815 507 1322

% 71.1% 46.7% 59.2%

Total N 1147 1086 2233

% 100.0% 100.0% 100.0%

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 198 COMUNICACIONES

Estadístico de distribución: χ 2 = 2314,77; p<0,001

Conting sexo χ 2 = 8,67 y p<0,034

En la Encuesta Nacional de Salud (2001) se muestra una tendencia a reducir el consumo

de tabaco entre los hombres, pero sigue aumentando el número de fumadoras mujeres, que ha

pasado del 23% en 1987 al 27% en 2001, especialmente entre las más jóvenes (16 años).

Estos resultados muestran la importancia de adoptar medidas para promocionar la

práctica de actividad física a la vez que erradicar el consumo de tabaco, ya que se ha mostrado

como la actividad física, la dieta y el consumo de tabaco y alcohol están asociados con el

desarrollo de la obesidad, diabetes, enfermedad coronaria, osteoporosis y cancer (Stein y cols,

2005).

En el análisis de la relación entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco

se muestra una tendencia a fumar en menos cantidad o incluso a no hacerlo por parte de los

sujetos físicamente activos. Un 77,2% de los activos dicen no fumar frente al 69,4% de los no

activos (tabla 3). Este hallazgo muestra la relación significativa existente entre la práctica de

actividad física y el consumo de tabaco, coincidiendo con el estudio de Casimiro (2002)

realizado con adolescentes de 12 y 16 años de Almería.

Tabla 3.­ Relación entre la práctica de actividad física y el consumo de tabaco

Actividad física No activos Activos Total

Recuento 117 104 221 Sí % de iaf 19.8% 11.1% 14.5% Recuento 52 75 127 A veces % de iaf 8.8% 8.0% 8.3% Recuento 12 35 47 Lo he dejado % de iaf 2.0% 3.7% 3.1% Recuento 410 724 1134

Consumo de tabaco

No % de iaf 69.4% 77.2% 74.2% Recuento 591 938 1529 Total % de iaf 100.0% 100.0% 100.0%

χ 2 =25,7 y p<0,001

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 199 COMUNICACIONES

Una investigación llevada a cabo con estudiantes pre universitarios de Carolina del Sur

(Winnail y cols, 1995) mostró una asociación entre altos niveles de actividad física y ausencia

de consumo de tabaco. Sin embargo, en una muestra de estudiantes universitarios españoles,

Nerin y cols (2004) no encuentran diferencias significativas entre la práctica de ejercicio

físico y el consumo de tabaco.

Las medidas preventivas deben abarcar a toda la población, con especial énfasis en la

infancia. Dentro de esta etapa, y dado que el consumo de tabaco cada vez acontece a edades

más tempranas, es fundamental actuar con los grupos de mayor riesgo y/o más

desfavorecidos. Así, en el caso de las chicas la intervención se muestra prioritaria al ser el

grupo más incipiente en el consumo de tabaco a la vez que menos activo físicamente. Por otro

lado, en los niños y jóvenes con riesgo de enfermedad cardiovascular deben aplicarse medidas

de prevención que deben incluir una evaluación inicial del nivel de práctica de actividad física

así como la detección precoz del consumo de tabaco. Igualmente, deben ser aconsejados sobre

dieta, actividad física, estrategias para dejar de fumar y, en su caso, terapia farmacológica

dirigida por un especialista (Gidding, 1999).

Mientras los niveles de práctica de actividad física en los adolescentes disminuyen

conforme aumenta la edad (Tercedor, 2003), el consumo de tabaco se ve incrementado, lo que

muestra la importancia de adoptar estrategias de intervención sobre ambas conductas. La

experimentación con esta sustancia adictiva en la edad escolar sugiere la tremenda

importancia de la escuela en la prevención, ya que los programas que se implementan en este

ámbito tienen la ventaja de llegar a la mayoría de jóvenes, a sus familias e incluso a la

comunidad (Delgado y Tercedor, 2002). Sin embargo, el meta­análisis realizado por

Fernández, Nevot y Jané (2002) no mostró la aplicación de la actividad física en ninguno de

los trabajos analizados.

La presente investigación muestra la posible incidencia de la práctica de actividad física

sobre el consumo de tabaco, no obstante se hace necesario profundizar en el estudio y aplicar

estrategias en las que la actividad física se emplee como herramienta preventiva y/o

terapéutica junto con otras medidas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 200 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 201 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 202 COMUNICACIONES

INTERRELACIÓN ENTRE HÁBITOS DEPORTIVOS Y PERFIL DE

SALUD, EN EL SECTOR DE REÑACA (VIÑA DEL MAR­CHILE)

Lilyan Vega Ramírez ([email protected]) Licenciada en Ciencias de la actividad física y deporte.

RESUMEN

En las últimas décadas se viene dando gran importancia al estudio de los diferentes

estilos de vida personales y sus repercusiones en la sociedad. Se busca cada día más el

aumentar la calidad de vida a través de acciones dirigidas a la mejora de la salud, al óptimo

aprovechamiento del tiempo de ocio, a disfrutar de un elevado nivel socioeconómico, a

alcanzar una mejor forma física y a mejorar el nivel educacional y cultural. La consecución de

estas aspiraciones repercute de forma directa en el bienestar personal y social.

El presente trabajo analiza los resultados obtenidos de una encuesta realizada en el

sector de Reñaca, de la comuna de Viña del Mar (Chile), a una muestra constituida por 399

personas mayores de 13 años, En ella nos interesamos por sus hábitos deportivos así como por

conocer el perfil de salud de las mismas, lo que nos llevó a analizar también la posible

relación que pudiera existir entre ambas variables.

Los resultados muestran que el sector de Reñaca tiene un alto índice de participación

en las actividades deportivas. Así mismo comprobamos que existen diferencias significativas

entre los practicantes y no practicantes deportivos, referidas a algunos aspectos que miden

parámetros indicadores del estado de salud como el consumo de tabaco y el de alcohol. Estas

mismas diferencias las hemos observado en aspectos subjetivos como la consideración

personal sobre el estado de salud de los encuestados.

PALABRAS CLAVES: Hábitos, Actividad Física, Deporte, Salud, Reñaca.

ABSTRACT

In the last decades the study of the different styles of personal life and their effect in

the society are becoming very important. Each day it is too searched how to increase the

quality of life through the actions led to improve health, to the best exploitation of leisure

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 203 COMUNICACIONES

time, to enjoy a high socioeconomical level, to reach better fitness and to improve the

educative and cultural level. The attain of these ambitions has a direct effect on the social and

personal well face.

This work analysis the obtained results from an enquiry made in the area of Reñaca, of

the community of Viña del Mar ( Chile), a sample constituted with 399 people older than 13.

We were interested in the sports habits as well as to know their profile of health, which took

us to analyse also the possible relationship that could exist between both variables.

The results show that the area of Reñaca has a high index of participation in the sports

activities. We also verified that there are significative differences between the practising

sports and no practising sports, referred to some aspect that measure indicative parameters of

both the state of health and the consume of tobacco and alcohol. We have observed these

some differences in the subjective aspects as the personal consideration on the state of health

of the enquired people.

Key Words: Habits, Physical Activity, Sports, Health, Reñaca

INTRODUCCIÓN

La evolución que ha tenido cada sociedad en esta última década, derivada de los

grandes y continuos cambios que han afectado al ámbito político, social, tecnológico, legal y

demográfico, ha influido de modo decisivo en los modelos referidos a la cultura y a los

valores tradicionales, preconizando nuevos conceptos y estilos de vida.

Los estudios de desarrollo y modernización han estado en la vanguardia de las ciencias

sociales al menos durantes los dos últimos decenios y muchas de sus hipótesis han guiado

gran parte de la investigación realizada en economía, sociología, ciencias políticas y

antropología social. Es evidente que la comprensión del cambio social es uno de los grandes

retos de las ciencias sociales.

En el contexto social Chile en el año 2000 ocupa el lugar Nº 38 en el Índice de

Desarrollo Humano, alrededor del 85% habita en zonas urbanas. En 1998, la tasa de

alfabetización en personas de más de 15 años fue de 95,4%. La escolaridad media de la

población fue de 9,9 años. La tasa de crecimiento demográfico se redujo de 2,4% a 1,3% y el

grupo de 65 y más años ha aumentado de 4,3% a 7,0%.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 204 COMUNICACIONES

Así, los cambios socio demográficos que vienen ocurriendo, como el aumento de edad

de la población (la predicción de la ONU dice que un tercio de la población europea para el

año 2050 tendrá más de 65 años), la adquisición de hábitos insanos y, como consecuencia, el

aumento de los problemas de salud, junto con una mayor tasa de morbilidad y mortalidad de

enfermedades provocadas por estilos de vida no saludables, son ejemplos claros de la

transformación de la que hablamos. La previsión realizada por la Organización Mundial de la

Salud (OMS) apud Jiménez (2003, p. 10) para el año 2.020, señala que “ las diez principales

causas de muerte serán atribuibles a enfermedades de carácter no transmisible” . Entre ellas podemos nombrar: la Hipertensión Arterial, la Obesidad y la Diabetes II.

La actividad física y el deporte son vistos como uno de los elementos importantes en

este enfoque de estilo de vida saludable, ya que constituyen un factor de prevención y también

juegan su otro rol como agentes de rehabilitación. La actividad física regular produce efectos

beneficiosos sobre las articulaciones, pérdida de peso, efectos psicológicos positivos para la

salud y el bienestar de la población. La actividad física, la definiremos como “cualquier movimiento humano que demanda un gasto energético significativo que puede ser realizado

con un fin recreativo, para mejora de la salud, o atendiendo a su carácter competitivo o de socialización y cuyas actividades son practicadas de forma voluntaria”.

El objetivo del trabajo a sido:

• Identificar, analizar e interpretar las repercusiones e interrelaciones que los hábitos deportivos tienen con el perfil de salud del sector de Reñaca de Viña del Mar, diferenciando

según las principales variables.

METODOLOGÍA Selección de la Muestra

• La muestra esta compuesta por 399 individuos del sector de Reñaca de Viña del Mar

Chile, bajo la hipótesis de p = q = 0,5, para un nivel de confianza del 95,5% y un

margen de error de _+ 5%, Instrumental

• Elaboración de una encuesta para la obtención de datos sobre los hábitos deportivos y

el perfil de salud de la población de Reñaca.

• En consecuencia, el cuestionario mixto está formado por 52 preguntas, de ellas 44 son

cerradas y 8 abiertas.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 205 COMUNICACIONES

Procedimientos

• A fin de comprobar la claridad y validez de la encuesta elaborada, en el mes de

Noviembre de 2002 se llevó a cabo una prueba piloto. Para la recogida de datos el

trabajo de campo se realizó entre el 16 y 27 de marzo del 2003 La selección de la

muestra se realizó a través de un muestreo aleatorio simple en el que las personas

fueron abordadas en la calle, en su trabajo y en sus lugares de estudio del sector de

Reñaca. Análisis de los datos

• El tratamiento estadístico ha sido realizado con soporte informático. Los datos se

recogieron en una plantilla Excel con lo que se logró simplificar al máximo el proceso

de ingreso de datos en la computadora, incluyendo análisis descriptivo, análisis de X 2 .

RESULTADOS

La práctica deportiva en el sector de Reñaca es realizada en mayor porcentaje por los hombres, con un 64,84%, que por las mujeres con un 56,46%. Esto, a pesar de las cifras, no es una diferencia significativa entre los sexos, como lo indica el test de la X 2 obtenido.

En relación al análisis del estado de salud por sexos, los hombres consideran su estado de salud muy bueno y bueno (70,31%) en mayor porcentaje que las mujeres (51,29%). Para un estado de salud regular y malo, las mujeres presentan mayor porcentaje (46,87%) que los hombres (27,34%)

Otro aspecto interesante es analizar el tipo de enfermedad por sexos. En general, los hombres presentan menos enfermedades que las mujeres y solo para la obesidad destacan en mayor porcentaje (7,81%) frente a las mujeres (6,27%). Por otra parte, las mujeres sufren con

mayor frecuencia de hipertensión con 8,12% mientras que sólo un 3,13% de los hombres la

padecen.

El consumo de tabaco está relacionado con el ámbito social, reuniones de amigos, fiestas y diversión en general. Los hombres que fuman son el 42,52%, frente a las mujeres

que solo lo hacen en un 30,15%. En todo caso la proporción de no fumadores destaca sobre la

de fumadores, especialmente en las mujeres.

Con respecto al consumo de Alcohol no se aprecian grandes diferencias según el género del encuestado. Tanto los hombres, 44,88%, como las mujeres, 42,28%, presentan porcentajes

similares de ingesta de alcohol. Hecho que hemos asegurado al aplicar el test del X 2 .

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 206 COMUNICACIONES

Concluimos diciendo que no se encuentran diferencias significativas en el consumo de alcohol

entre ambos sexos y las que existen se deben al azar.

Son conocidos los beneficios que aporta a la Salud el practicar alguna actividad

deportiva. Las personas que realizan alguna práctica deportiva consideran en mayor

porcentaje que su salud es muy buena que los no practicantes. Esto nos indica que, independientemente de que tengan alguna enfermedad o no, su estado de ánimo puede ser

mejor.

El tabaco es uno de los cancerígenos más potentes para los seres humanos. Las personas fumadoras que realizan una práctica deportiva (28,39%) consumen menos tabaco que las que

no practican (42,33%). Por otra parte, el diferencial entre los no fumadores y fumadores en

los practicantes deportivos es mucho mayor que el existente entre sus homólogos no

practicantes.

El Alcohol es uno de los responsables de muchos accidentes que se producen diariamente en todo el mundo. Las personas que tienen una práctica deportiva consumen en

bastante menor porcentaje alcohol (37,71%) que los que no practican ninguna actividad

(50,92%). Además, el porcentaje de practicantes no consumidores de alcohol es casi el doble

que el de los consumidores, mientras que entre los no practicantes deportivos los

consumidores de alcohol sobrepasan a los que no lo toman.

Centrando ahora nuestra atención en la presencia de síntomas y los hábitos deportivos,

las personas que realizan alguna práctica deportiva puntúan, en general, más bajo la presencia

de síntomas que quienes no practican ninguna actividad física. La práctica de alguna actividad

les hace sentirse mejor, valorando con una frecuencia menor cualquiera de los síntomas

planteados.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El objetivo del presente trabajo ha sido analizar los hábitos deportivos y el perfil de

salud, así como sus interrelaciones de la población de Reñaca, mediante una encuesta

diseñada para tal fin. Se ha constatado, además, la existencia de una relación entre estas

variables. Esta relación podría responder a un nuevo estilo de vida de dicha población.

Para interpretar los resultados empíricos de la encuesta hemos tenido en cuenta la

profundización y radicalización de la etapa de desarrollo que va acompañada al proceso de

cambio social que ha experimentado Chile en la década de los años 90. En la actual fase la

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 207 COMUNICACIONES

población chilena se va acercando a niveles de bienestar social y material propios de países en

vía de desarrollo, que hace que vayan convergiendo en estilos de vida diferentes a los

tradicionales. Se caracteriza por una autonomía individual, por la radicalización de la

individualización y por la igualdad de género.

En cuanto a la actividad física, el avance que se ha tenido radica fundamentalmente en

un aumento de participantes en deportes que no están federados y en clubes deportivos

tradicionales, con una diversidad de actividades y con un fuerte componente individualizador.

Al analizar los resultados de nuestro trabajo se deduce que la práctica deportiva de la

población chilena, en términos cuantitativos, es superior a la obtenida por la encuesta nacional

de 1996.

Al parecer, las políticas de fomentar el deporte para toda la población han tenido sus

frutos diversificando y personalizando las actividades físicas y deportivas en las que se

implica una población practicante que es, además, cada vez más amplia en cuanto al género,

edad y condición socioeconómica. A la mayor práctica deportiva también podría decirse que

han contribuido los programas de promoción de estilos de vida saludables del Ministerio de

Salud el cuál tiene, dentro de sus propósitos, disminuir el sedentarismo de la población.

El avance de la sociedad en Chile va conduciendo a que una mayor parte de la población

viva en grandes ciudades y a que trabaje en actividades más o menos sedentarias en el

dominante sector de los servicios. Por tanto, es una población que necesita el reencuentro con

la naturaleza para su equilibrio físico, psíquico y/o social.

Los principales resultados obtenidos con el test de la Chi –cuadrado, en cuanto a los

hábitos deportivos y la salud, nos permiten constatar que la actividad física tiene un efecto

positivo en la salud de la población en general ya sea en forma directa o indirecta, como a

continuación relatamos.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 209 COMUNICACIONES

NIVELES DE ACTIVIDAD FÍSICA EN POBLACIÓN INFANTIL Y

ADOLESCENTE ESPAÑOLA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA

SALUD

Oscar Veiga ([email protected]) Universidad Autónoma de Madrid

Fernando Sánchez­Bañuelos ([email protected]) Universidad de Castilla la Mancha

Benilde Vázquez ([email protected]) Universidad Politécnica de Madrid

RESUMEN

En este trabajo se comparan las recomendaciones internacionales sobre actividad física

para niños y adolescentes con los datos sobre los niveles actividad física en población infantil

y adolescente que se desprenden de los estudios españoles disponibles. Para ello se ha

revisado los estudios que aportan información sobre el nivel de actividad física y seleccionado

aquellos que aportan una información más detallada para poder realizar una comparación

entre los patrones de actividad física y las recomendaciones existentes. Como conclusión, y a

pesar de la necesidad de actualizar los datos sobre actividad física en población infantil y

adolescente española, se puede concluir que resulta probable que un gran parte de esta

población no esté cumpliendo las recomendaciones establecidas. Por otro lado, es posible

señalar la conveniencia de que los estudios sobre patrones de actividad en el futuro incorporen

items que traten de medir la realización de actividades relacionadas con el desarrollo de la

fuerza y la flexibilidad.

PALABRAS CLAVE: Recomendaciones de actividad física; Patrones actividad física;

Niños; Adolescentes.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 210 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

Hoy sabemos que mantenerse físicamente activo es necesario para mantener un buen

estado de salud y disfrutar por tanto de una adecuada calidad de vida (Bouchard & Shephard,

1994; Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton, & McPherson, 1990; USDHHS, 1996).

También sabemos que el desarrollo tecnológico ha reducido hasta límites insospechados las

necesidad de utilizar nuestra propia fuerza muscular en nuestra actividad diaria. Se estima

que más de un 60 % de la población de los países desarrollados es completamente sedentaria

y no realiza los niveles de actividad física mínimos que pueden proteger su salud frente al

desarrollo de las enfermedades hipocinéticas (USDHHS, 1996). Tenemos indicios además de

que el sedentarismo comienza ya en edades tempranas, y que existe un gran estabilidad (tracking) de esta característica de modo que un niño sedentario será con mucha probabilidad un adulto sedentario (Malina, 1996).

Para poder valorar si la población infantil es o no suficientemente activa es necesario

conocer cuáles son los niveles mínimos de actividad que deberían realizar. En otra

comunicación presentanda al presente congreso hemos revisamos las recomendaciones

existentes sobre actividad física para el mantenimiento de la salud en adultos y su evolución,

así como su adaptación para el casos de población adolescente. En la presente comparamos

los datos disponibles sobre niveles de actividad física española en población adolescente con

las recomendaciones existentes.

1. Recomendaciones actuales sobre actividad física en adolescentes

En Conferencia de San Diego de 1993 se estableció por primera vez un consenso sobre

directrices específicas sobre actividad física para adolescentes. Dos fueron las directrices

finalmente propuestas en esta conferencia (Sallis & Patrick, 1994, p.307­308):

§ Directriz primera: “Todos los adolescentes deberían ser activos diariamente, o casi diariamente, como parte de sus juegos prácticas deportiva, trabajo, sus actividades de transporte, actividades recreativas y su educación física o ejercicio estructurado, en el contexto de la familia la escuela y sus actividades complementarias” ´.

§ Directriz segunda: “Los adolescentes deberían involucrarse tres o más veces por semana

en actividades de 20 minutos o más cada vez que requieran un nivel de actividad física de moderado a intenso”

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 211 COMUNICACIONES

Posteriormente en 1997, la Health Education Authority (organismo encargado de la

educación para la salud en Reino Unido) organizó un simposio de similares características

a la conferencia de San Diego de 1993. Las directrices surgidas al final del simposio

fueron las siguientes (Biddle et al., 1998, p.3):

§ Recomendación primera: “Todos los jóvenes deberían participar en actividad física, de al menos moderada intensidad, durante una hora al día.“Los jóvenes que actualmente realizan poca actividad deberían participar en actividad física, de al menos intensidad moderada, al menos durante media hora al día”

§ Recomendación segunda: “Al menos dos veces por semana, alguna de esas actividades

deberían contribuir a mejorar y mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud esquelética”

2. Comparación de los patrones de actividad física en la población adolescente española

con las recomendaciones sobre actividad física

En otro lugar hemos revisado la información existente sobre niveles de actividad física

en población adolescente española (Veiga, 2001). El Cuadro 1 recoge los principales estudios

disponibles, trabajos cuyos resultados son difícilmente comparables debido a que abarcan

diferentes tramos de edad y utilizan parámetros diversos en la medida de la actividad física. A

pesar de ello, todos muestran una información relativamente congruente, especialmente en lo

relativo a las tendencias observadas.

De todos los trabajos citados, el que mayor información aporta es el último estudio

realizado en España sobre Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud (ECERS) en

el año 1994 (Mendoza et al., 1996). Los resultados de esta encuesta nos permiten comparar

los niveles de actividad entre adolescentes de 11, 13, 15, 17 y 18 años. Este estudio realiza

una medida autoinformada sobre la frecuencia de realización de tres tipos diferenciados de

actividad física: la actividad física informal, la práctica deportiva y el ejercicio físico

vigoroso.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 212 COMUNICACIONES

Cuadro 1: Estudios españoles que aportan información sobre los niveles de práctica de actividades físicas y deportivas en el tramo de edad 11­19 años

Tipo estudio Estudios de Ámbito Nacional

Estudios carácter sociológico

De ámbito nacional Estudio sobre Hábitos Deportivos de los Españoles 1996 (García Ferrando, 1997). Estudio sobre Hábito Deportivos de los Españoles 2000 (García Ferrando, 2001). Estudio sobre Tiempo Libre y Actividades Deportivas de la Juventud en España (García Ferrando, 1993). Estudio sobre Actitudes y Prácticas Deportivas de las Mujeres Españolas (Vázquez, 1993). De ámbito no nacional Estudio sobre motivos de práctica deportiva y causas de abandono en jóvenes andaluces(Morilla & Prieto 1993) Estudio sobre Actividades Motrices en el Tiempo Libre en Galicia (Trigo, 1990, 1992). Estudio sobre hábitos y actitudes de los andaluces ante el deporte (Otero, 2000).

Estudios carácter epidemiológico

Encuesta Nacional de Salud 1993 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1995). Encuesta Nacional de Salud 1995 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1996). Encuesta Nacional de Salud 1997 (Ministerio de Sanidad y Consumo, 1999). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 1986 (Mendoza, Sagrera, & Batista, 1994). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 19990 (Mendoza et al., 1994). Estudio Español de Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud 1994 (Mendoza et al., 1994).

La comparación de la información sobre los niveles de actividad física que recoge el

estudio ECERS 1994 con las recomendaciones de actividad física expuestas con anterioridad,

nos permiten valorar si desde una perspectiva de la salud se puede considerar a la población

juvenil española suficientemente activa. La primera directriz de la conferencia de 1994, hace

referencia a la participación a diario o casi a diario en actividades físicas de al menos

intensidad moderada de todo tipo como parte de la actividad diaria de niños y niñas. Para

hacer una estimación del porcentaje de la población que cumple tal directriz la Tabla 1

presenta el porcentaje de sujetos que muestran una actividad diaria o casi diaria en cada uno

de los parámetros de actividad física contemplados según la encuesta de ECERS 1994. Como

puede observarse, los datos muestran que sólo un porcentaje no muy elevado de sujetos

parece cumplir esa directriz. Además, existe una clara tendencia a la disminución del

porcentaje que se sitúa por encima de la directriz con la edad y, así mismo, se observa un

porcentaje de cumplimiento mucho menor en el caso de las chicas. Los datos publicados no

nos permiten saber en qué medida se solapan las tres mediciones, para tener una apreciación

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 213 COMUNICACIONES

más exacta de que porcentaje de sujetos se involucran en alguna actividad física diariamente.

Las conclusiones expuestas serían similares respecto a la primera recomendación realizada

por la Health Educational Autority (Biddle et al., 1998)

Tabla 1: Porcentaje de participación diaria o casi diaria en diferentes tipos de actividad fisica según ECERS de 1998

ACTIVIDAD FÍSICA INFORMAL

CHICOS CHICAS

Edad (Años) 11 13 15 17 18 11 13 15 17 18

CADA DIA 38,5 40,5 29,5 23,7 23,7 29,8 23,8 16,2 9,2 10,1

PRÁCTICA DEPORTIVA

CHICOS CHICAS

Edad (Años) 11 13 15 17 18 11 13 15 17 18

CADA DIA 26,5 30,4 23,2 17,1 17,7 12,1 12,1 7,2 5,3 4,0

EJERCICIO FÍSICO INTENSO

CHICOS CHICAS

Edad (Años) 11 13 15 17 18 11 13 15 17 18

4­6 DÍAS 19,8 17,6 12,5 7,9 13,0 8,8 7,9 4,4 2,7 1,9

En relación con la segunda directriz del consenso de 1994, referida a la realización de

actividad física intensa dos veces o más por semana, la Tabla 2 la recoge información de el

porcentaje de chicos y chicas que dicen realizar algún tipo de actividad física que pueda ser

considerada como intensa (práctica deportiva o ejercicio físico intenso). Los datos indican que

aproximadamente dos tercios de los chicos de 11 a 15 años y la mitad de los chicos entre 17 y

18 años podrían estar cumpliéndola. En el caso de las chicas, sin embargo, aproximadamente

sólo 4 de cada 10 chicas de edades comprendidas entre 11 y 13 años, y apenas 2 de cada 10

chicas con edades entre 17 y 18 años, cumplirían la recomendación.

Tabla 2: Frecuencia de práctica deportiva y ejercicio físico intenso. Datos extraídos del estudio sobre Conductas de los Escolares Relacionados con la Salud de 1994 (Mendoza et al. 1996)

PRÁCTICA DEPORTIVA CHICOS CHICAS

Edad (Años) Más 2 días semana 77,3 80,0 75,7 67,0 63,9 54,9 53,9 37,9 33,4 29,1

EJERCICIO FÍSICO INTENSO CHICOS CHICAS

Edad (Años) 11 13 15 17 18 11 13 15 17 18 Más de 2­3 días semana 68,9 70,5 66,9 56,6 54,6 39,8 42,3 27,6 23,0 17,7

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 214 COMUNICACIONES

En cuanto a la segunda recomendación de la Health Educational Authority, los datos

de la ECERS 94 no recogen información alguna sobre actividades que específicamente

involucren el desarrollo de fuerza y flexibilidad, por lo que no es posible establecer ninguna

conclusión al respecto.

Es necesario hacer notar que existen diversos problemas para realizar una

interpretación correcta de los niveles de actividad física que permita valorar adecuadamente

su impacto sobre la salud. Por un lado, las medidas autoinformadas sobre actividad física

poseen una validez moderada y proporcionan una información relativamente imprecisa. Por

otro lado, las directrices actuales sobre actividad física en población infantil se fundamentan

más en la opinión de expertos que en datos fehacientes de investigación. Sin embargo, si se

valora toda la información expuesta se puede concluirse que, a pesar de las dificultades para

una interpretación precisa, parece que una gran parte de la población juvenil española no

cumpliría las directrices existentes sobre actividad física, realidad que es especialmente cierta

en el caso de las chicas. Por otro lado, la comparación entre países de los datos de los

Estudios sobre Conductas de los Escolares Relacionadas con la Salud muestra que la

población adolescente española se encuentra entre las más sedentarias de Europa (King,

Wold, Tutor­Smith, & Harle, 1996).

En resumen, el balance final no puede ser optimista, ya que los datos muestran un

elevado nivel de sedentarismo, especialmente en las chicas. Evidentemente, hay que poner

este balance en el contexto de que los datos disponibles son de hace una década, y es

indudable que los cambios sociales producidos en los últimos diez años en la sociedad

española pueden haber producido cambios en los patrones de actividad física. Sería necesario,

por tanto, retomar el esfuerzo por indagar cuáles son los patrones de actividad en nuestra

población juvenil en la actualidad, especialmente teniendo en cuenta que nuestra población

joven se mostraba hace diez años como la más sedentaria de Europa. En este sentido, es

interesante comentar que las tendencias encontradas por Mendoza et al. (1996) al comparar

los datos de las encuestas de 1986, 1990 y 1994 son la disminución de la actividad física

informal y el incremento de la práctica deportiva, de modo que sería de gran interés

comprobar si esas tendencias han seguido evolucionando en la misma dirección.

Desgraciadamente España no participó en la encuesta de 1998 por falta de financiación y los

datos de la encuesta de 2002 no están aún disponibles.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 215 COMUNICACIONES

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 217 COMUNICACIONES

REVISIÓN DE LAS RECOMENDACIONES SOBRE ACTIVIDAD

FÍSICA PARA LAPOBLACIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE

Oscar Veiga ([email protected]) Universidad Autónoma de Madrid

Fernando Sánchez­Bañuelos ([email protected]) Universidad de Castilla la Mancha

Benilde Vázquez ([email protected]) Universidad Politécnica de Madrid

RESUMEN

En este trabajo se revisa la evolución de las recomendaciones sobre actividad física

orientada al desarrollo de la salud en adultos que se han ido proponiendo en los últimos 30

años, que han pasado de un modelo cualitativo de prescripción de ejercicio, basado en las

características propias de la actividad (frecuencia, duración e intensidad), a un modelo

cuantitativo de prescripción, basado en la cantidad de ejercicio acumulado. El primer modelo

se fundamenta en la evidencia existente en torno al tipo de ejercicio que produce mejoras en a

condición física cardiovascular, mientras que el segundo modelo se basa en las evidencias

epidemiológicas sobre la cantidad de ejercicio que es necesario para protegerse contra la

enfermedad cardiovascular. Para todas las recomendaciones que se han ido elaborando para

adultos, diferentes autores que han propuesto adaptaciones para población infantil y

adolescente, que son también revisadas a lo largo del artículo. Finalmente se recoge el

consenso actual de recomendaciones sobre actividad física para población infantil que han

sido propuestas por el Simposio de Consenso de San Diego de 1993, y por Health Education

Authority de Gran Bretaña en 1998.

PALABRAS CLAVE: Recomendaciones actividad física; Niños; Adolescentes; Actividad

física para la Salud.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 218 COMUNICACIONES

INTRODUCCIÓN

En la actualidad nadie duda que es necesario realizar cierto nivel de actividad física si se

quiere mantener un buen estado de salud que permita disfrutar de una adecuada calidad de

vida. Existe evidencia científica suficiente para afirmar que la actividad física moderada y

regular protege contra un conjunto relevante de patologías y previene el deterioro funcional

asociado al envejecimiento (U.S. Department of Health and Human Services, 1996).

Sin embargo, las relaciones dosis­respuesta entre actividad física y salud son aún

insuficientemente conocidas y, por tanto, también lo es cuál es aquel nivel de actividad física

mínimo que producirá efectos beneficiosos sobre la salud (Fortier, Katzmzezky, Malina, &

Bouchard, 2001). Durante los últimos 30 años se han propuesto diversas recomendaciones

basadas en diferentes fuentes de evidencia. En este trabajo revisamos evolución de las

recomendaciones sobre actividad física, así como las adaptaciones que se han hecho para el

caso de la población infantil y adolescente.

1. Recomendaciones basadas de la mejora de la condición física cardiovascular

Las recomendaciones sobre actividad física en adultos han derivado tradicionalmente

de la investigación sobre sus efectos en el sistema cardiovascular. Durante mucho tiempo se

tomó como referencia para establecer estas recomendaciones aquel tipo y cantidad de

actividad física que tenía efectos contrastados sobre la condición física cardiovascular. Las

primeras recomendaciones fueron elaboradas por al American College of Sport Medicine (ACSM) y se publicaron en 1978 (American College of Sport Medicine, 1978). Éstas

proponían como pauta de actividad física la realización de ejercicio físico y continuo de alta

intensidad (por encima del 60 % del consumo máximo de oxígeno). Sin embargo, aunque se

asume que las directrices del ACSM de 1978 pueden promover beneficios para la salud, la

evidencia disponible no avala la presunción que sean necesarios altos niveles de condición

física para poseer una buena salud.

En el caso de los niños, a falta de investigación específica, se ha asumido durante

mucho tiempo una prescripción de ejercicio similar (Corbin, Pangrazi, & Welk, 1994),

recomendándose la realización de 20­30 minutos de actividad física, tres o más veces a la

semana, con una intensidad de 140 pulsaciones o más (Simons­Morton, Parcel, O'Hara, Blair,

& Pate, 1988).

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 219 COMUNICACIONES

2. Recomendaciones basadas en la investigación epidemiológica sobre cantidades de

ejercicio que protegen contra la enfermedad cardiovascular

Sin embargo, a partir de los años 90, la evidencia epidemiológica acumulada durante

la década de los 70 y los 80 cuestiona que sean necesarios los niveles de intensidad que se

derivan de las recomendaciones sobre acondicionamiento cardiovascular de la ACSM para

que se produzcan beneficios sobre la salud. De este modo, se pasa a reconocer el efecto

beneficioso para la salud de la actividad física de intensidad moderada, proponiéndose a partir

de ese momento la cantidad acumulada de actividad física (medida en términos de gasto

energético semanal) como criterio para la prescripción en lugar de la intensidad del ejercicio.

Este cambio de orientación en las prescripciones sobre actividad física supone el

cambio de un del modelo cualitativo de prescripción, donde las características de la actividad

(especialmente su intensidad) son el elemento relevante de la prescripción, a un modelo

cuantitativo, donde lo relevante de la prescripción es la cantidad de ejercicio acumulado. A

partir de esta nueva perspectiva, se pasa a proponer como recomendación mínima de actividad

física la equivalente a un gasto energético de 3 kcal/kgr/min, que equivaldrían a caminar una

media de 30 minutos diarios (Blair, Kohl, Gordon, & Paffenbarger, 1992), o a aquella

actividad necesaria para acumular un gasto energético semanal de 700 kcal/sem (Fletcher et

al., 1995).

Estas recomendaciones han sido extrapoladas al caso de la población infantil. Así,

Curenton (1994) ha propuesto como recomendación la realización de 20­40 minutos de

ejercicio aeróbico al día extrapolando la directriz de gasto energético para adultos de 3

kcal/kg/min. Por su parte, Blair et al. (1989) han propuesto la recomendación de una actividad

física que suponga un gasto energético de 4 kcal/kg/min, basándose también en la directriz de

3 kcal/kgr/min pero incrementándola en un tercio, ya que se sabe que durante la adolescencia

se produce un descenso de los niveles de actividad que puede estimar en torno a un tercio.

Corbin, Pangrazi & Welk (1994), por su parte, han propuesto elevar el nivel óptimo de

actividad física hasta los 6­8 kcal/kg/min, al considerar que aquellos niños y niñas que

alcancen esos niveles de actividad poseen una mayor probabilidad de permanecer activos

durante la edad adulta.

Las directrices del ACSM también evolucionado en el sentido de reconocer el valor de

la actividad física moderada, reduciendo en su recomendaciones de 1990 al 40 % del

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 220 COMUNICACIONES

VO2max el umbral mínimo necesario para obtener mejora de la condición física

cardiovascular en personas poco entrenadas y reconociendo además explícitamente que

intensidades aún más bajas pueden tener efectos sobre la salud. Posteriormente, la ASCM ha

incluido recomendaciones relativas al desarrollo de fuerza muscular y la flexibilidad dentro

del conjunto de componentes necesarios para la obtención de una condición física saludable

(American College of Sport Medicine, 1990;American College of Sport Medicine, 1998b). En

1998, además publican un conjunto de directrices específicas para personas mayores

(American College of Sport Medicine, 1998a) .

3. Recomendaciones actuales de actividad física basadas en el modelo cuantitativo de prescripción de ejercicio

En cuanto a las directrices sobre cantidad de actividad física que se derivan del modelo

cuantitativo, se han publicado dos pronunciamientos especialmente relevantes. Por un lado, el

pronunciamiento realizado de forma conjunta por el American College of Sport Medicine (ACSM) y Centre for Disease Control and Prevention (CDC) de los EE.UU, que da una

recomendación genérica sobre la cantidad y tipo de actividad física a realizar para promover

la calidad de vida. Esta recomendación señala “ todo adulto debería acumular un mínimo de 30 minutos o más de actividad física moderada la mayoría, preferiblemente todos, los días de la semana” (Pate, Pratt, Blair, & et al., 1995,p.406), haciendo hicapié que esos 30 minutos de

actividad física pueden ser realizados de forma continuada o acumulando tramos 8­10

minutos.

El segundo pronunciamiento es el realizado por el U.S. Department of Health and Human Services en su informe sobre actividad física y salud de 1996, que señala como recomendación mínima de actividad física una cantidad de ejercicio suficiente para gastar un

mínimo de 150 kcal día, siete días a la semana, o un total de 1000 kcal a la semana (U.S.

Department of Health and Human Services, 1996). En Gran Bretaña las directrices sobre

actividad física para adultos, elaboradas por su Ministerio de Salud (Health Department), proponen como recomendación 30 minutos de actividad física al día, al menos 5 días a la

semana, realizada de forma continuada o acumulados dos tramos de al menos 15 min.

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AREA III. Actividad física y depor te para la salud 221 COMUNICACIONES

4. Consenso actual sobre recomendaciones de actividad física en adolescentes

En 1993 se celebró en San Diego la Conferencia Internacional de Consenso sobre

Directrices de Actividad Física en Adolescentes. El objeto de ésta conferencia fue desarrollar

directrices basadas en evidencia científica que sirvieran de guía a médicos y otros

profesionales para realizar recomendaciones sobre actividad física en este grupo de población.

En las conclusiones de la conferencia, se reseña que apenas existe evidencia científica

específica para establecer recomendaciones de actividad física en niños y adolescentes (Sallis,

Patrick, & Long, 1994), razón por la cual las directrices propuestas tomaron como base los

efectos conocidos de la actividad física en adultos. Dos fueron las directrices finalmente

propuestas en esta conferencia (Sallis & Patrick, 1994, p.307­308):

§ Directriz primera: “Todos los adolescentes deberían ser activos diariamente, o casi diariamente, como parte de sus juegos prácticas deportiva, trabajo, sus actividades de

transporte, actividades recreativas y su educación física o ejercicio estructurado, en el contexto de la familia la escuela y sus actividades complementarias” ´.

§ Directriz segunda: “Los adolescentes deberían involucrarse tres o más veces por semana en actividades de 20 minutos o más cada vez que requieran un nivel de actividad física de moderado a intenso”

La directriz primera se basa en que parece imprescindible la realización de actividades

que supongan una sobrecarga del sistema músculo­esquelético para que exista un adecuado

desarrollo óseo. Por otro lado, también se basa en la suposición de que el gasto energético

vinculado al tipo de actividades propuestas conlleva la reducción del riesgo de sufrir

obesidad. La segunda directriz propone la realización de cierta cantidad de actividad física

dentro de un rango de intensidades de moderadas a vigorosas, y se justifica en que este tipo de

actividad parece estar vinculada a una mejora de la salud psicológica, el incremento de los

niveles de HDL­colesterol y el incremento de la condición física cardiovascular.

Pate, Trost & Willians (1998) han criticado con posterioridad las directrices

consensuadas en la conferencia de San Diego. En primer lugar, critican la falta de

cuantificación de la primera directriz, al no especificar realmente la cantidad de ejercicio

recomendada. La segunda directriz la critican por basarse en las prescripciones tradicionales

para la mejora de la condición cardiovascular en adultos, sin que exista evidencia científica

alguna que justifique esa relación dosis­respuesta en el caso de niños y adolescentes. Señalan

además, que el tipo de actividad recomendada en la segunda directriz puede no ser la más

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 222 COMUNICACIONES

adecuada desde un punto de vista motivacional, ya que los niños parecen mostrar poco

interés por las actividades de alta intensidad (Corbin et al., 1994)

En 1997, la Health Education Authority de Reino Unido organizó un simposio de ámbito

nacional de similares características a la conferencia de San Diego de 1993. Tras una revisión crítica

de directrices existentes, se realizó una nueva propuesta de directrices tratando de mejorar las

disponibles hasta el momento (Biddle, Sallis, & Cavill, 1998). Al igual que en la conferencia de 1993,

en las conclusiones del simposio se reconoce explícitamente que existe poca evidencia científica para

establecer criterios fundamentados sobre actividad física en población joven. Las directrices surgidas

al final del simposio fueron las siguientes (Biddle et al., 1998, p.3):

§ Recomendación primera: “Todos los jóvenes deberían participar en actividad física, de al menos moderada intensidad, durante una hora al día. Los jóvenes que actualmente realizan poca actividad deberían participar en actividad física, de al menos intensidad moderada, al menos durante media hora al día”

§ Recomendación segunda: “Al menos dos veces por semana, alguna de esas

actividades deberían contribuir a mejorar y mantener la fuerza muscular, la flexibilidad y la salud esquelética”

La primera directriz propone una cantidad de actividad física moderada superior al

mínimo de 30 minutos al día propuesta para los adultos y a menudo, por extensión, para los

niños. Este incremento en la cantidad de actividad física sobre el criterio mínimo se justifica

por la constatación de que, a pesar de que la mayoría de los niños británicos cumplen la

prescripción mínima de 30 minutos de actividad por día, el sobrepeso y la obesidad en este

grupo de población no ha dejado de crecer. Además, un número importante de niños muestra

al menos un factor modificable de riesgo cardiovascular, así como síntomas de malestar

psicológico. Por otro lado, propone como mínimo la realización de 30 minutos al día de

actividad física moderada para aquellos jóvenes que son poco activos. La indicación de

intensidad requerida para el cumplimento de la primera recomendación alude a una intensidad

de “al menos moderada” . Este nivel de intensidad implica, según Pate, Trost & Willians

(1998), actividades que requieran un gasto energético entre 5 y 8 METs, lo que en sujetos

jóvenes corresponde con intensidades comprendidas entre el 40% y el 60 % del consumo

máximo de oxígeno.

La segunda recomendación de la HEA, hace hincapié específicamente en la necesidad de

que se realicen actividades que desarrollen la fuerza, la flexibilidad y la salud esquelética,

reconociendo de forma explícita la importancia de este tipo de actividades para el

Congreso Internacional AÑO DEL DEPORTE Y LA EDUCACIÓN FÍSICA Cuenca 15 ­ 17 Diciembre 2005

AREA III. Actividad física y depor te para la salud 223 COMUNICACIONES

mantenimiento de una buena salud en niños y niñas. Esta recomendación representa una

novedad respecto a las directrices anteriores, que sólo aludían a un tipo de actividad orientada

a la mejora de la salud o condición física cardiovascular.

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