EJERCICIOS DE HIPNOSIS

1.- En grupos de 3. A piensa en una situación en la que se implica profundamente, con un centro de atención limitado. Para algunas personas será practicar jogging; para otras, leer un libro. Puede ser escribir, mirar la televisión, ir al cine, conducir un coche en un trayecto largo. A le dice a las otras dos personas del grupo -B y C- cuál es la experiencia: correr, navegar, pero solo una palabra. A se sienta, cierra los ojos, y finge que está bajo hipnosis. Las otras personas describen qué creen que tendría que haber en términos sensoriales si están teniendo esa experiencia. Tienen que ser ingeniosamente imprecisos. B y C se turnan diciendo dos oraciones cada uno. Uno dirá: “puedes sentir la temperatura del aire en tu cuerpo, y la zona de tu pie que toca el suelo”. El otro puede decir “notas el latido de tu corazón. Puedes sentir la temperatura de tu piel”. Esas son experiencias que tienen que estar ahí. Después intercambian roles. Tomar 5 minutos cada uno.

2.- Vuelvan a hacer lo mismo, pero esta vez se limitarán a lo que debe estar presente en la experiencia sensorial actual y no sean específicos. Añadan otro elemento importante: una cadencia regular en la voz, y utilicen la respiración de la otra persona como la velocidad… la cadencia… y el ritmo… del habla… que generen. Tienen 5 minutos cada uno.

3.- Grupos de 3. Que la persona se siente y cierre los ojos, y empiecen a describir los elementos de su experiencia actual. Utilicen tres frases que sean afirmaciones de acompasamiento –descripciones verificables de la experiencia. “Estás sentado en una silla… Sientes el contacto de tu cuerpo con la silla… Puedes sentir tus brazos que tus brazos están cruzados… sientes dónde tocan tus pies el suelo… percibes la temperatura de tu cara… el movimiento de tus dedos… puedes oír los sonidos de otras personas moviéndose en la habitación… puedes sentir la temperatura del aire… puedes oír el sonido de mi voz…”

Todas esas afirmaciones se pueden comprobar. Digan tres frases que puedan ser verificadas, y después vinculen algo que no sea fácilmente verificable. Pueden enlazar una afirmación que sea una

descripción de dónde quieren que llegue: “y empiezas a sentirte más relajado”, “y poco a poco vas sintiéndote más a gusto”, “y no sabes qué voy a decir a continuación”. Haces tres afirmaciones de acompasamiento así, utilizando una palabra de transición, y añaden una afirmación que le conduce en la dirección que quieras llevarle. “Estás respirando… Hay sonidos en la habitación… Puedes oír a la gente moviéndose… y te preguntas, te preguntas realmente, qué estás haciendo exactamente. Hagan que la transición suene lo más natural posible. Uno será el sujeto y los otros dos se turnarán diciendo una serie de afirmaciones de acompasamiento y de conducción: “mientras te tomas tiempo y te remontas al pasado, y piensas en cuando corrías”. Observen lo distinto que resulta esta vez. Les ayudará practicar el acompasamiento no verbal: respiren al mismo tiempo que la persona a la que le hablan, o utilicen una cadencia de voz que se amolde a su respiración. Y es fundamental que lo que digan sea congruente con la forma en que lo dicen.

Cuando su sujeto parezca estar metido en la experiencia tan profundamente o más profundamente que antes, empiecen a violar esos principios, uno por uno. De repente, cambien completamente la cadencia de su voz. Observen si eso tiene impacto o no. Luego vuelvan a lo que estaban haciendo antes, y luego cambien de tono. Después prueben a no utilizar transiciones: “Estás sentado. Te sientes a gusto. Estás relajado. No sabes lo que va a ocurrir”. Observen lo que pasa al hacerlo. Prueben a añadir cosas que no son relevantes: “Puedes sentir los dedos en las llaves… y sabes que hay una cocina en alguna parte del edificio”, “puedes sentir tus pies contra el suelo… y sientes el entusiasmo y el interés de los políticos del DF”.

Cuando hayan establecido un buen estado sólido, varíen solamente un pequeño elemento y observen qué ocurre. Después vuelvan a utilizar todos los elementos y luego varíen otro pequeño elemento. Fíjense en lo que ocurre en la cara de la persona, en su respiración, en el color de su piel, en el tamaño de su labio inferior, en los movimientos de sus párpados. Tomen 5 minutos cada uno.

4.- Empieza haciendo cinco afirmaciones: cuatro de tipo sensorial, y después una de orientación interna. Enlázalas con alguna palabra de transición como y o cuando. “Estás escuchando el sonido de mi voz y puedes observar los colores de la habitación mientras sientes tu brazo

en la silla y empiezas a sentir una sensación de contento”. Después, haces tres afirmaciones verificables seguidas de dos no verificables, y luego dos y tres, una y cuatro respectivamente, y para ese entonces ya deberías tener un buen estado de trance en desarrollo.

5.- Los mensajes corporales que nos envía nuestro compañero tenemos que clasificarlos en conscientes e inconscientes. Los inconscientes los voy a retroalimentar con reflejo corporal. Al retroalimentarlos, pueden pasar dos cosas: su conciencia se alterará y se dará cuenta de esas cosas, o simplemente se amplificarán sus respuestas inconscientes, de modo que un número creciente de sus respuestas será inconsciente y un número cada vez menor será consciente.

Tras acompasar una respuesta inconsciente, puedo empezar a amplificar o a conducir hacia alguna otra repuesta. Puedo acompasar su dilatación de la pupila dilatando mis propias pupilas, y luego, al mirarle, empezar a desenfocar mi mirada al ritmo al que él me siga. La mirada desenfocada es una buena indicación de trance, porque acompaña a un proceso interno opuesto a enfocar en algo en el mundo externo.

Puedo amoldarme a sus parpadeos, y parpadear gradualmente más veces y más lentamente hasta hacer que cierre los ojos. Puedo reflejar su tono muscular, y después relajar lentamente los propios músculos para ayudarle en la relajación. Cuando acompasas e induces de forma no verbal, no hay necesidad de hablar. Simplemente reflejas para conseguir compenetración, y después entras lentamente en un estado de conciencia alterado, cerciorándote de que la otra persona te está siguiendo.

6.- En este ejercicio previamente se tomará la precaución de investigar si la persona no tiene reacciones fóbicas al mar. De no tener problema alguno, se hará la siguiente inducción: “Quisiera invitarte a que, con los ojos abiertos o cerrados me sigas mientras te ofrezco una descripción de la experiencia… de estar en el mar… si realmente pudieras… ir al mar… u día como hoy… una de las primeras cosas de las que te darías cuenta… es que al levantar la vista… ves claramente… la luz característica del cielo… Quizás puedas ver algunas nubes flotando en el cielo… y al mirar a tu alrededor… puedes disfrutar… de la nitidez del

día… y miras hacia abajo y ves… la superficie de la playa… y mientras estás allí de pie… mirando la playa donde estás… puedes ver tus pies… y puedes sentir… la sensación… de tus pies… en la arena…

Y cuando miras… el mar… puedes ver ola… tras ola… acercándose desde el horizonte… hacia ti… cada una tiene una forma única… un rizo particular… un color particular al romper… y mientras miras las olas… acercándose… notas… que el viento arrastra… parte de la espuma de la cresta de la ola… al romper en la orilla… y contemplas esa espuma, puedes sentir… la humedad en el aire… cuando la brisa sopla en tu cara… y si ahora das… un par de pasos… en el agua… y sientes el frescor del agua… arremolinada en torno a tus pies… y tus tobillos… y puedes disfrutarlo realmente…

Ahora, si miras a uno u otro lado de la playa, puedes ver una figura familiar… alguien a quien no esperabas encontrar aquí… y le saludas con la mano… y la persona te llama… recordándote otro momento y otro lugar… y algo bastante agradable y sorprendente… derivado de aquella experiencia… y disfrutas la experiencia… y aprendes de ella… de todo lo que te ha resultado útil… Y cuando estés preparado… y hayas disfrutado de ello… a tu propio ritmo que quieras… vuelve…”

7.- La inducción más fácil de todas es preguntarle a tu compañero si ha estado en trance alguna vez. Si es así, tienes que pedirle que cuente con todo detalle la secuencia de sucesos que se produjeron la última vez que entró en trance. Hay que preguntarle por la configuración exacta de la habitación, el sonido de la voz del hipnotizador, y qué hizo exactamente el hipnotizador para conducirlo a ese trance. Observarán que a medida que la describe revivirá la experiencia. Es un ejemplo de regresión automática. Para volver a ella y conseguir toda la información e respuesta a las preguntas concretas que le estás haciendo, volverá a experimentar el estado de trance.

Si recuerda demasiado deprisa la experiencia, y no consigues una respuesta completa, puedes o indicarle verbalmente que vaya más despacio, o bien hacerle preguntas que exijan que te dé más detalles. Puedes preguntar “¿Estabas sentado justo como ahora mismo?”. “No, de forma muy diferente”. “¿Puedes enseñarme cómo?”. La última posición corporal que asoció al estado de conciencia alterado le ayudará a volver a coincidir con la experiencia de trance. “¿Estabas en una habitación

como esta?”. “No. Las paredes eran verdes”. “Deja que tus ojos se cierren y crea una imagen mental de la habitación donde estabas la última vez que lo viviste…”. Lo divorcias del estado presente, de las coordenadas espacio-temporales actuales, para darle mayor libertad de acceder a toda la información, y por consiguiente de volver a entrar en un estado de trance que fue más eficaz en el pasado.

Puedes añadir otras técnicas verbales, como la incorporación de órdenes a tus preguntas para reforzar su poder. “Bueno, ¿te estabas inclinando hacia la derecha o hacia la izquierda cuando tus ojos empezaron a cerrarse?”.

8.- Hay otra forma realmente fácil de conseguir un estado de trance. Todo el mundo ha estado en un trance sonámbulo, la cuestión sólo es si lo han reconocido como tal. Por ejemplo, “ayer conduje desde Cuernavaca… donde vivo… cruzando toda la ciudad… Y esto como me ocurre tantas veces cuando manejo… especialmente por una carretera que conozco… de memoria… y que he recorrido muchas veces… lo último que recuerdo… antes de llegar a casa… es haber entrado en la carretera federal, la autopista que sigo todo el camino a través del trayecto desde allá. Y evidentemente conduje de manera muy segura… y durante el viaje… la monotonía del trayecto… supongo… me indujo una especie de… respuesta automática… e inconsciente… en la que podía confiar… para llevarme de forma segura… de mi punto de partida… a mi destino…

Y eso se parecía mucho… a otra experiencia que estoy seguro… que muchos han experimentado… que es la experiencia de sentarte en una clase… a la que es obligatorio asistir… pero la persona que está hablando… no es un orador muy emocionante… sino simplemente alguien… hablando de forma que induce… una sensación de… aburrimiento… y ofreciendo palabras sin preocuparse mucho… por estimularte… Y he observado… que en esas experiencias… mi mente tiende a vagar… a otros lugares y momentos… que son menos aburridos… y de alguna manera más estimulantes… que mi entorno actual…

O la experiencia que he tenido en mi vida… de caminar por el bosque… un día tranquilo… Una de las zonas más bellas… de la parte del país en que vivo… son los maravillosos bosques de coníferas… he

oído a gente comparar… el impacto visual… de esos bosques… con el interior de una catedral… una gran iglesia de alguna clase… y la sensación de majestad… y la paz… y el sosiego que suscitan… Y cuando paseo por los bosques de coníferas… o pienso en ellos… es el hecho de que sean tan homogéneos… y de que no alberguen… tanta vida silvestre… especialmente pájaros… Tantas veces hay… una especie de silencio mayestático… asociado a los paseos… por el bosque de coníferas… y aunque no hay mucha variación… en la experiencia que tuve… mientras camino por él… desde luego tengo una sensación de calma… y relajación… que aprecio… profundamente…”.

9.- Grupos de 3. La persona A induce a B. C utilizará toda su atención consciente para observar qué cambios se producen a medida que B entra en trance. Presten atención a qué afirmaciones y comportamientos producen mayor respuesta, y si hay alguna afirmación o comportamiento que saque a B del trance. C si observa que el hipnotizador está hablando demasiado deprisa, hará un gesto con la mano que indique que vaya más despacio. Si la voz del hipnotizador es demasiado alta y parece estar irritando a B, hará alguna señal para que baje la voz.

A le dará instrucciones generales de aprendizaje, y después de regreso. Amolden la respiración de su sujeto, y cuando hablen, hagan que la cadencia de su voz se adapte a su ciclo respiratorio. “Y disfruta… estas experiencias particulares… que tu mente inconsciente… te puede ofrecer en este punto… una sensación de asombro… y aventura… a medida que entras… en nuevos estados de conciencia… buscando en esta experiencia… una sensación de confianza… en tus propias capacidades… y la flexibilidad… en tanto que ser humano… Y después de hacerlo plena… y profundamente… tu inconsciente… lentamente… con todo respeto… puede devolverte a este estado… brindándote una sensación de descanso y renovación… Estaré atento… Si en cualquier momento… te interesa… que te ayude… a volver… indícalo con un movimiento de la mano”.

Entonces A se sienta y observa. Será una oportunidad excelente para que entrenes tus percepciones para observar los cambios que demuestra una persona al entrar y salir de estados alterados. Si

obtienes un movimiento de la mano, entonces puedes amoldarte a su respiración mientras dices “Voy a contar… al revés… de diez… a uno… lentamente… Cuando llegue a “uno”… tus ojos se abrirán… y tendrás una sensación… de descanso… y estarás… totalmente presente aquí”. Ahora cuenta al revés siguiendo el ritmo de su respiración hasta llegar a “uno”.