El Ajo

El ajo es una hortaliza perenne que pertenece a la misma familia de las cebollas. En realidad a lo que nosotros llamamos ajo es el bulbo de la planta.

Las hojas son planas y delgadas, de hasta 30 cm de longitud. Las raíces alcanzan fácilmente profundidades de 50 cm o más. El bulbo, de piel blanca, forma una cabeza dividida en gajos o dientes.

A veces tienen unas pequeñas flores blancas en la parte superior del tallo.

Las plantas tienen un “nombre científico” y el del ajo es allium sativum.

La planta:

Bulbo

Raíces

Hojas

Flores

Cabeza

Dientes

Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes, cada uno de los cuales se encuentra envuelto en una delgada película de color blanco o rojizo.

Cada uno de los dientes puede dar origen a una nueva planta de ajo gracias al germen de su interior.

Se plantan en invierno o a principios de primavera.Se recogen normalmente en Agosto.

Su origen está en Asia, desde donde se extendió a Europa y América principalmente:

En España la producción principal se centra en Castilla la Mancha, en la zona de las Pedroñeras:

El uso principal del ajo es en la cocina, siendo el ingrediente principal de muchos platos de nuestra dieta mediterránea.

En otros platos también se usa para dar aroma o sabor.

Este olor tan característico se debe a la presencia de una sustancia llamada aliína, la cual fermenta y produce ese aroma (olor) tan característico.

Se usa en platos tan típicos como el salmorejo, el gazpacho, el ajoblanco, la sopa de ajo, el pollo al ajillo, el alioli…

Usos:

Sin embargo, por sus propiedades, también es muy importante su uso en medicina:

Se usa como antibiótico natural para combatir numerosos hongos, bacterias y virus.

Es diurético, ayuda a hacer pipí y a expulsar por él sustancias perjudiciales para el organismo.

Es expectorante, ayuda a expulsar flemas cuando nos resfriamos. También se usa para combatir el asma, la tos, dificultades respiratorias, bronquitis…

Incrementa las defensas del organismo, mejorando nuestra respuesta a virus y bacterias, es antiinflamatorio (evita la inflamación como cuando nos damos un golpe y la zona se “hincha”), anticoagulante (mejora la circulación), vasodilatador (hace que los vasos sanguíneos sean anchos para que la sangre circule mejor) y depurador (ayuda a expulsar sustancias malas para el organismo).

También se dice que mejora los síntomas de otras enfermedades y molestias como: mala digestión, estreñimiento, enfermedades del hígado y riñones, dolores de cabeza, manchas en la piel, insomnio (cuando no podemos dormir), varices (problema de circulación de la sangre),…

Es importante que para aprovechar todas sus características medicinales, debe consumirse en crudo. Existe el dicho de que “Ajo cocido, ajo perdido”.

La mazamorra es otra sopa fría de la cocina andaluza, típica de Córdoba; se diferencia del salmorejo cordobés por no llevar tomate, se hace con pan, ajo, vinagre, aceite y sal; el acompañamiento son las aceitunas negras y el huevo duro.

Una receta: Mazamorra Cordobesa.

Ingredientes:

Cómo se hace:

Generalmente los ajos provocan una digestión pesada, aparte de otros problemas de aliento. Estos problemas se pueden solucionar quitando la semilla central. Para eso, cortamos los ajos en dos mitades a lo largo y extraemos la semilla con la punta de un cuchillo.

Curiosidades.

El "perejil" ayuda a suavizar el "olor a ajo".

En Rumania, donde nacieron las historias de vampiros, se decía que los vampiros eran "los mosquitos del infierno"; por lo que el pueblo empezó a usar el ajo como repelente de vampiros y mosquitos.

Desde libros y mitos (son como cuentos) muy antiguos, se hace referencia al ajo:

En “La Odisea”, nos cuentan que un “ajo dorado” hizo que Ulises, el protagonista, no se convirtiera en cerdo como les pasó a sus compañeros cuando les lanzaron a todos un hechizo.

También, en el mito del “Vellocino de Oro”, la princesa, untó el cuerpo de su novio con zumo de ajos para protegerlo de los toros del monarca rey.

EL MILAGRO DE LAS SOPAS DE AJO

Cuenta esta leyenda que, estando el rey Jaime I en la ciudad de Teruel, cayó tan enfermo que todo el mundo temía por su vida. Ningún médico de la corte encontraba una solución para curar al rey, así que cada vez estaba más enfermo.

A uno de sus súbditos se le ocurrió la idea de aplicar al rey el mismo remedio que había utilizado, hacía tiempo, con un familiar suyo: poner a hervir una cazuela con agua, pan y ajos.

Los médicos, desesperados, aunque creyendo la idea un disparate, aceptaron la propuesta.

Pan y agua sí que había, pero no ajos que sólo podían conseguirse en tierras de Valencia, con los que estaban en guerra. Por lo que seis jóvenes caballeros se ofrecieron voluntariamente para ir a buscarlos. Tras mucho buscar consiguieron cinco cabezas del sabroso condimento pero sólo uno de ellos consiguió volver sano y salvo, los otros murieron en la aventura.

Una anciana fue la encargada de preparar las sopas de ajo que curaron inmediatamente al rey de su enfermedad y tras las cuales ,se le abrió tanto el apetito que continuó con unas chuletas de ciervo. A la mañana siguiente, tras dormir del tirón, fue informado de lo caros que habían resultado los ajos (que habían hecho que cinco de sus soldados murieran), pero el Rey, agradecido, recompensó a los familiares de los caballeros que habían muerto así como al superviviente.

Además dispuso que el cultivo de los ajos se propagara por todo su reino.

Este dicen que fue el origen de las sopas de ajo. (Leyenda turolense).

FIN