El Anarquismo y El Problema Del Poder II

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  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

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    El anarquismo y el problema del

    poder IIAcercamientos al concepto de partido en Bakunin [1]

    Entonces, hace apenas un ao, nos preparbamos para la revolucin que esperbamos ms

    pronto los unos, ms tarde los otros; y ahora, digan lo que digan los cegatos, estamos en

    plena revolucin. Entonces era absolutamente necesario mantener en alto la bandera de los

    principios tericos, exponer altamente esos principios en toda su pureza para formar un

    partido, por poco numeroso que fuera, pero compuesto nicamente de hombres que

    estuvieran sincera, plena, apasionadamente entregados a estos principios, de modo que cada

    uno en tiempos de crisis pudiera contar con todos los dems. Ahora ya no se trata de

    reclutar. Hemos logrado formar, bien o mal, un pequeo partido: pequeo con respecto al

    nmero de los hombres que se adhieren a l con conocimiento de causa, inmenso con

    respecto a sus adherentes instintivos, con respecto a esas masas populares cuyas

    necesidades representa mejor que cualquier otro partido. Ahora hemos de embarcarnos

    todos juntos en el ocano revolucionario y hemos de propagar nuestros principios no ya

    mediante palabras sino mediante hechos, ya que es la ms popular, poderosa e irresistible de

    las propagandas. Callemos a veces nuestros principios cuando la poltica, o sea nuestra

    impotencia momentnea con respecto a una gran potencia contraria lo exija, pero seamos

    siempre implacablemente consecuentes en los hechos. Toda la salvacin de la revolucinreside en ello.

    M. Bakunin. Cartas a un francs, 1871

    El presente ensayo pretende profundizar un aspecto que qued slo mencionado -junto con

    muchos otros- en el anterior de esta serie que, como hemos podido ir viendo, parece difcil

    de abordar y, por lo mismo, no nos atrevemos fechar de forma precisa. Decimos esto

    porque, a medida que avanza la reflexin -y sobre todo al terminar de escribir el presenteensayo- notamos que la nica forma de lograr una coherencia mayor de las ideas aqu

    esbozadas es desarrollar la visin amplia de cmo Bakunin comprende el proceso

    revolucionario en su conjunto; solo eso nos podr dar una idea ms precisa de lo que

    intentamos mostrar ac, as como nos entregar los elementos que podramos evaluar como

    agotados en su propio tiempo y los que son extensibles al presente. Esto ltimo tiene que

    ver incluso con reflexiones que van ms all del pensamiento de Bakunin y que giran en

    torno al anarquismo en general frente a los tiempos actuales, y que desarrollaremos al final

    del texto.

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    Aspectos generales

    Es posible hablar de partido en el pensamiento de Bakunin? Y en el caso de que fuera

    posible qu clase de partido es ese? Lamentablemente, mucha agua ha pasado bajo el

    puente y la palabra partido rememora cosas que desagradan mucho al movimiento

    popular, principalmente la derrota de la revolucin europea de principio de siglo XX, las

    nefastas experiencias con los partidos reformistas y autodenominados revolucionarios ya

    ms entrado el siglo XX, hasta el totalitarismo tan caracterstico de nuestro siglo y

    predominante hoy en su forma capitalista y democrtica. Sin embrago, por esa misma razn

    es fundamental volver a un tema que parece tan superado como es la idea del partido, no

    para embarcarse en experiencias polticas que repliquen lo pasado, sino para dar con un

    claro concepto del proceso revolucionario que incluye la figura del partido y, obviamente,

    logre una comprensin clara del rol efectivo del anarquismo en tales procesos.

    No est de ms decir que uno de los aportes ms originales y caractersticos del

    pensamiento de Bakunin es su idea de organizacin revolucionaria, su idea de partido, la

    cual no puede ser comprendido si no se hace en el contexto amplio de la idea bakuniana de

    revolucin social -que ya acercamos de forma parcial en un artculo anterior y

    desarrollaremos ms a fondo en un prximo- y que expresa el debate de fondo en los

    tiempos turbulentos de la AIT. Sin embargo, dada la extensin del tema no podemos ms

    que tratar de dar algunas lneas generales para un estudio ms amplio y que no puede ser

    abordado por un solo artculo. Pero en trminos de fundamento, de aquello que motiva elestudio de este importante problema -que por lo dems tiene implicancias prcticas

    inmediatas-, creemos oportuno retomar la palabra de un compaero que sostiene que volver

    a Bakunin hoy es buscar un antdoto a las mltiples actitudes infantiles que an predominan

    en el anarquismo y que, poco a poco, de la mano de las experiencias de una amplia gama de

    organizaciones especficas anarquistas al rededor del mundo, se ha ido superando, pero an

    tiene un gran tramo por recorrer.[2]

    Antes de empezar, creemos necesario aclarar que nos preocuparemos de un concepto, esdecir, el tema del partido poltico en Bakunin no se centrar en su despliegue efectivo -o

    histrico, si se quiere-, sino en su nocin de organizacin, la que madur a lo largo de toda

    su trayectoria militante y por medio de la cual profundizamos y desarrollamos el

    fundamento de lo que podemos denominar anarquismo clsico. Decimos esto porque la

    gran mayora de los historiadores o bigrafos de Bakunin estarn de acuerdo en decir que,

    en la prctica, la organizacin bakuniana era casi inexistente.[3] No obstante, no vemos en

    esto un impedimento para poder intentar una delimitacin conceptual de qu es lo que

    Bakuin entenda como organizacin poltica revolucionaria. Ya advertidos, podemos pasar a

    ensayar una concepcin posible.

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    Partidarios de una estrategia.

    En una primera instancia, a lo largo de sus muchos debates, Bakunin hace constantemente

    referencia a nuestro partido con el objetivo inmediato de distinguir tcticas y estrategias

    en el seno de la AIT. Por ejemplo, en una carta dirigida a Anselmo Lorenzo,[4] Bakunin,

    refirindose a las polmicas del ao 1872, dice:

    Usted ya ve que entre el partido marxiano y el nuestro hay un abismo. Y cuando le hablo

    de nuestro partido, le ruego tener en cuenta que no se trata de ninguna manera de mi

    partido. Es de nuevo una de las odiosas estratagemas de nuestros adversarios el querer

    representar a toda costa como la de un jefe de partido.

    En la misma carta, un poco ms adelante, dice, haciendo referencia a los modos desleales

    de algunos partidarios de Marx en contra de la tendencia bakuninista, y dejando un poco

    ms claro cmo comprende, a un nivel amplio, la idea de partido:

    Era el derecho de ellos [el iniciar esta lucha poltica] y de haberse conformado con

    atacarnos en nuestros principios, no tendramos por cierto nada que reprocharles. A sus

    argumentos, habramos opuesto los nuestros. En esa polmica, til as mismo para ambos

    partidos, el pueblo de la Internacional, nuestro juez natural, habra pronunciado su sentencia

    en ltima instancia.

    De forma bastante clara, podemos ver que el problema del partido tiene que ver con una

    toma de posicin en un contexto determinado, es decir, de lucha ideolgica, legtima y

    necesaria para Bakunin y que de forma natural se desarrollaba en la AIT, la cual, en su

    amplia base obrera, deba ser la que juzgara tal o cual posicin. Una lucha que, por lo

    dems, decantara en la ruptura terminal de la Internacional. Por otro lado, es importante

    notar que las relaciones que Bakunin tiene con Lorenzo no son -para decirlo de forma

    contempornea- estrictamente orgnicas, de ah que haga nfasis en que el partido no es

    su partido, propio, sumido directamente bajo su control, o bajo el dominio de un aparatopoltico, sino que hace referencia a una idea de partido no restringido, sino amplio en el

    sentido de una tendencia al interior de un contexto de debate poltico e ideolgico. Esto se

    reafirma si nos fijamos en el conocido libro de Max Nettlau sobre la internacional en

    Espaa en donde se aclara esta relacin entre Bakunin y los espaoles, la cual era ms bien

    indirecta. Si bien existi una alianza espaola fundada por Fanelli junto a la seccin de la

    Internacional, esta no estaba a disposicin del mando de Bakunin o algn rgano central,

    sino que actuaba con una amplia autonoma, sin vnculos orgnicos precisos ms all de una

    afinidad poltica e ideolgica.[5] De ah que tengamos que comprender este primer

    acercamiento a la idea de partido como una tendencia que cristaliza un programa de accin

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    poltica, y que va ms all de un aparato poltico. Como bien seala la ltima cita, consta de

    unidad de principios, expresada en la lucha de ideas al interior de un movimiento obrero

    amplio como era el de la AIT.

    Lo importante de lo anterior es comprender que esta idea de partido de la que habla

    Bakunin se conforma como una tendencia programtica asumida por personas que escapan

    de cualquier tipo de unidad orgnica y no estn sujetos necesariamente a una estructura

    disciplinar determinada. En este caso particular, se trataba de una tendencia configurada al

    interior de la Internacional y que se ramificaba, de manera autnoma, por varios pases

    europeos. Es enbase a esta idea, por ejemplo, que Bakunin escribe Estatismo y Anarqua,

    un libro dirigido a estimular la propagacin de la internacional en el imperio ruso, dando

    ideas respecto a cmo orientar el nacionalismo eslavo y las dems perspectivas naturales del

    suelo ruso en el horizonte de la revolucin internacional. Este libro tiene como subttulo La

    lucha de las dos tendencias en la Asociacin Internacional de Trabajadores en un contexto

    en el que la divisin de 1872 segua an muy presente. Una vez ms, lo que trata de hacer

    esta obra es dejar en claro lo central de la propuesta socialista revolucionaria (que era como

    Bakunin denominaba a esta tendencia, diferencindola de la lnea autoritaria): la lucha

    encarnizada contra la explotacin capitalista y el Estado, considerndola no como propuesta

    ex nihilo, sino como un programa que se ha desarrollado, en fin, de las profundidades del

    proletariado mismo, primeramente en el seno del proletariado francs y austriaco, luego en

    los otros pases de Europa, una tendencia absolutamente nueva que se dirige abiertamentehacia la abolicin de toda explotacin y de toda opresin poltica, o jurdica, o

    administrativa y gubernamental, es decir, hacia la abolicin de las clases por medio de la

    nivelacin econmica de las riquezas (sic) y hacia la supresin de su ltimo apoyo: el

    Estado. [6]

    Entonces, en una primera aproximacin, la idea de partido alude al programa histrico del

    anarquismo en torno al cual se agrupan diversas expresiones diseminadas por Europa y las

    cuales responden, en parte, a expresiones espontneas de la clase obrera, por un lado, y porotro, a una clara lnea de construccin revolucionaria en el seno de la internacional y que

    tiene su completa maduracin en el congreso de Saint- Imier de 1872, el cual reafirma y

    consolida la perspectiva anarquista y que podemos resumir como:

    -Que la destruccin de todo poder poltico es el primer deber del proletariado

    -Que toda organizacin de un poder poltico pretendido provisional y revolucionario para

    traer esta destruccin no puede ser ms que un engao y sera tan peligroso para el

    proletariado como todos los gobierno que existen hoy

    -Que rechazando todo compromiso para llegar a la realizacin de la Revolucin Social, los

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    proletariados de todos los pases deben establecer fuera de toda poltica burguesa, la

    solidaridad de la accin revolucionaria.[7]

    Partidarios de una tctica

    Derivado de estas premisas estratgicas hay un segundo punto que tiene que ver con

    diferencias tcticas o formas de entender el quehacer en un periodo determinado y que se

    reafirma en las luchas polticas al interior de la Internacional. Como bien ya mencionamos,

    la Internacional se divide en 1872, expresando una serie de fenmenos que van mucho ms

    all de las aprensiones personales y vanidades de Marx y Bakunin, sino que justamente eran

    distintos programas polticos cubiertos bajo estas diferencias personales. Por un lado, Marx,

    inspirado en los logros del proletariado ingls y alemn, as como atento a las aperturas

    democrticas, pero sobre todo guiado por el fracaso de la Comuna de Pars, insisti en la

    necesidad de avanzar en la consolidacin de partidos polticos obreros que, en el marco de

    reflujo abierto por la Comuna, llevaran adelante la lucha. A esto hay que sumarle el

    pretendido proceso de centralizacin y concentracin de poder del consejo general, que fue

    la verdadera causa de la ruptura y adherencia a la internacional anti-autoritaria y que nos

    habla, claramente, de cierto predominio de la tendencia bakuninista o socialista

    revolucionaria al interior de la AIT. Por otro lado, junto a lo anterior, Bakunin tena la vista

    puesta an en los movimientos insurreccionales que todava se dejaban sentir en partes de

    Europa, como Espaa -entre 1873 y 74- o Italia, en donde, ya cercano a la muerte, participa

    de una insurreccin fallida en Boloa, etc. Esta perspectiva se sostiene hasta 1874, aunqueya el 12 de octubre de 1873 aparece publicada su famosa carta de despedida en el Boletn de

    la federacin del Jura donde se retira formalmente de la vida pblica. [8] Pero es en 1875

    que entrega su sentencia final y sus predicciones para Europa. En una carta dirigida a Elise

    Reclus asume que la hora de la revolucin ha pasado por no hallarse el socialismo en las

    masas, inaugurando as un periodo de evolucin, es decir, el de las revoluciones

    subterrneas, invisibles e incluso a menudo insensibles.[9] De ah en adelante la mayor

    parte del movimiento anarquista empieza una cada tendencial a partir de las condiciones

    objetivas que se tornaron terriblemente desfavorables para una poltica basada,

    fundamentalmente, en la guerra de movimiento y que fue incapaz de generar algn

    recambio poltico que le permitiera sobrellevar la situacin hacia una guerra de

    posiciones.[10]

    En otras palabras, Bakunin, as como el resto del movimiento colectivista o comunista no

    autoritario, tenan en comn no slo el programa econmico-poltico general, sino que

    comprendan la lucha poltica como la lucha contra las ideas de la participacin

    parlamentaria, pero ligada directamente a la generacin de situaciones insurreccionales, de

    accin directa, etc. Ms importante an, se trataba del rechazo a la alianza de clase que, en

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    el marco del desarrollo del partido poltico, era promovida por los marxianos como una

    forma de combatir los aspectos feudales de la sociedad capitalista emergente y fortalecer las

    bases materiales del proletariado en desarrollo. En ese sentido Bakunin entendi la poltica

    como la lucha contra el Estado, al mismo tiempo que perfilaba una poltica de clase

    autnoma, desechando toda posible alianza con la burguesa desde el principio, y, de forma

    alternativa y con un carcter mucho ms revolucionario, la necesidad de una alianza con el

    campesinado bajo la direccin de la clase trabajadora como forma de combatir los aspectos

    de formaciones sociales que poco a poco se retiraban de la historia.[11]

    En ese sentido, podemos re-afirmar que queda claro que la idea de partido es un

    programa, no un aparato determinado, pero un programa que va ms all de tres o cuatro

    consignas generales, sino que implica toda una perspectiva de cmo entender el proceso

    revolucionario, las tcticas y estrategias. No es slo una frase, sino una perspectiva de

    accin revolucionaria que apuesta a ser colectiva, a configurar una voluntad histrica.[12]

    El partido de los aliados.

    Sin embargo, como tercer punto y principal, hay una nocin an ms reducida de partido

    que convive con la arriba descrita y que no es excluyente de la anterior; es ms, dentro de

    todo el discurrir poltico terico de Bakunin, se torna necesaria. Esta idea un poco ms

    restringida de partido s implica la construccin de un aparato partidario, en el marco de una

    comprensin total del proceso revolucionario. Por lo tanto, la idea anterior de partido slo

    adquiere su verdadera dimensin si comprendemos esta concepcin ms conspirativa que

    apuesta a convertirse en direccin revolucionaria. En otras palabras, cabra distinguir al

    partido con mayscula del partido con minscula. Ambos son implicados dialcticamente y

    que se vuelven momentos necesarios en el pensamiento de Bakunin.

    Para muchos anarquistas se ha vuelto un poco incmoda la trayectoria conspirativa del

    anarquista ruso, tratando de dar lecturas ad hoc, como por ejemplo lo hace A. Lenhing,

    quien sostiene, para nuestra sorpresa, que no logra entender Porqu Bakunin adopta estamanera de propagar sus ideas, confundiendo o no logrando entender el concepto de partido

    en Bakunin como un aspecto coherente en el resto de sus concepciones que, como es de

    esperarse de Lehning, desarrolla de forma notable.[13] As tambin, autores ms

    contemporneos como Frank Mintz sostienen que estas ideas de organizaciones secretas -

    que ms que secretas son organizaciones que pretenden asumir un rol de direccin

    revolucionaria-, son Una inmadurez segura que corresponde, es una opinin personal, al

    desconocimiento de un experimento social de envergadura, con intervenciones simultneas

    de grupos dirigistas, elitistas y masas populares espontanestas. La posibilidad, por lo tanto,

    para Bakunin de percatarse de la validez de sus enfoques y dejar ya en la papelera restos

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    absurdos de raciocinios autoritarios.[14] Obviamente, Mintz se refiere a la Comuna de

    Pars de 1871, a la cual Bakunin ver como el momento decisivo en la revolucin europea.

    Pero, antes que ser un momento de recapacitacin para Bakunin, la Comuna reafirma su

    programa ya elaborado en 1868 titulado Estatutos secretos de la Alianza: Programa y objeto

    de la Organizacin Revolucionaria de los Hermanos Internacionales [15] en donde ya se

    dilucida el programa de la comuna de Pars junto a la necesidad de una organizacin

    poltica revolucionaria. As tambin, al enterarse de que las cosas se movan en Lyon, se

    traslada rpidamente para intentar organizar una direccin revolucionaria competente que

    pudiese expandir el fuego por el resto del pas, destrozado por la guerra. Luego, ya pasada

    la Comuna, Bakunin la reivindicar como la realizacin del programa ya propuesto, sin

    desmentir nunca la necesidad de la organizacin conspirativa. Es ms, como bien se seala

    en el citado artculo de Lehning, si bien la famosa Alianza de Bakunin prcticamente no

    existi durante sus actividades dentro de la AIT, fue slo en Septiembre de 1872, en

    Zurich, que una nueva Alianza o Fraternidad fue fundada: La Alianza Socialista

    Revolucionaria. El programa fue escrito por Bakunin, entre el 2 y el 5 de Septiembre, y

    asumido el 13 del mismo mes, despus de una discusin con sus amigos italianos y

    espaoles[16]. Es as que, si creemos lo dicho por Lehning, Bakunin siempre sostuvo la

    necesidad de una organizacin revolucionaria especfica, incluso despus de la Comuna de

    Pars. Ms an, una lectura poltica ms certera podra reafirmar la necesidad de tal

    organizacin, considerando las limitaciones efectivas de la Internacional, diezmada por la

    represin a la hora de conducir la crisis nacional vivida en Francia, as como su propiofracaso en Lyon[17]. Por ltimo, el modelo de un rgano conspirativo asumido por

    Bakunin, se reafirma en su participacin en los levantamientos organizados por los

    libertarios en Italia que cuales eran iniciados por estas vanguardias insurreccionales. En ese

    sentido, no creemos que sea exagerado poder afirmar que la idea de la organizacin poltica

    revolucionaria en Bakunin es permanente y parte coherente de su perspectiva

    revolucionaria. Sin embargo, hay que tratar de aclarar de qu clase de organizacin se trata.

    Lo primero que hay que decir es que este concepto de partido ms conspirativo de Bakunin

    es uno muy diferente a toda la tradicin revolucionaria previa al anarquismo -como ya

    vimos ms arriba-, as como diferente a la tradicin bolchevique.

    La diferencia con estas dos perspectivas de minoras organizadas, en donde lo fundamental

    era la apropiacin del poder poltico por parte de una minora [18] (con una suerte de

    habilidad ventrlocuo-histrica ms o menos desarrollada), es que Bakunin entendi el

    proceso revolucionario como un proceso de masas, en donde el protagonista fundamental es

    el pueblo organizado buscando la revolucin social que comprende la toma del poder

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    poltico. Para 1865, en Organizacin de la Fraternidad Internacional Revolucionaria[19] ,

    dice:

    Debe comprender [el nuevo miembro] que esta revolucin, cuyo fin nico y supremo es la

    emancipacin real, poltica, econmica y social del pueblo, ayudada sin duda y organizada

    en gran parte por esa juventud [que compone la Fraternidad], slo podr hacerse en ltimo

    trmino por el pueblo. Que habiendo sido completamente agotadas por la historia todas las

    dems cuestiones religiosas, nacionales, polticas, solamente queda hoy una cuestin, en la

    cual se resumen las dems, y que es la nica capaz de conmover a los pueblos: la cuestin

    social. Que toda supuesta revolucin, sea de independencia nacional, como la ltima

    sublevacin polaca o como la que hoy predica Mazzini, sea exclusivamente poltica,

    constitucional, monrquica o incluso republicana, como el ltimo movimiento abortado de

    los progresistas en Espaa; que toda revolucin semejante, al hacerse al margen del pueblo

    y no pudiendo en consecuencia triunfar sin apoyarse en una clase privilegiada, y representar

    los intereses exclusivos de esta, ser necesariamente contraria al pueblo, ser un

    movimiento retrgrado, funesto, contrarrevolucionario.

    Es as que la perspectiva de revolucin social comprende un marco de actividad

    revolucionaria ms amplio que el de la revolucin poltica, por lo cual no puede haber una

    comparacin entre las perspectivas estratgicas. La minora de Bakunin busca potenciar un

    movimiento mucho ms profundo y fundamental que incluye la lucha poltica, pero ya nocomo la lucha por el poder del Estado, sino su destruccin. Dicho en palabras de Bakunin,

    De ningn modo la revolucin social excluye la revolucin poltica . Al contrario,

    necesariamente la implica, pero imprimindole un carcter del todo nuevo, cual es el de la

    real emancipacin del pueblo del yugo del Estado. Puesto que todas las instituciones y todas

    las autoridades polticas slo han sido creadas, en definitiva, con el objeto de proteger y

    resguardar los privilegios econmicos de las clases poseyentes (sic) y explotadoras contra

    las rebeliones del proletariado, est claro que la revolucin social deber destruir esasinstituciones y esas autoridades, no antes ni despus, sino al mismo tiempo: su mano audaz

    deber caer sobre los fundamentos econmicos de la servidumbre del pueblo.[20]

    En otras palabras, no basta con que la clase obrera se haga del poder poltico, del Estado,

    sino que debe destruir toda la vieja maquinaria y dotarse de rganos propios de poder,

    vinculados directamente al modo de produccin nuevo emanado de las nuevas relaciones

    sociales. En definitiva, se trata de disolver la dicotoma propia del orden burgus entre lo

    econmico y lo poltico, ahora superado bajo el dominio de la clase obrera y el pueblo.

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    El tema fundamental que se desliga de aqu es, en nuestra opinin, el tema del poder, de

    cmo enfrentar tal problemtica, y que es tratada por Bakunin varias veces, resolvindolo

    de una forma no estatal (en un sentido separado). Sin embargo, no podemos desarrollar de

    lleno ese tema, por ahora, pero s podemos intentar vislumbrar cmo se vincula la actividad

    de los revolucionarios, organizados en partido, de una forma coherente con una estrategia

    no estatal.

    La llamada dictadurainvisible

    De forma un tanto poco feliz, Bakunin determina la actividad de los revolucionarios

    como la de una dictadura invisible. Trmino bastante paradjico y que, contra la

    precocidad reflexiva, da mucho que pensar y nada tiene que ver con las conductas

    intrigantes y perniciosas que tantos le han atribuido a Bakunin, sin contribuir un pice a un

    debate serio y constructivo. Dado que se trata de una exposicin, no podemos examinar en

    detalle el asunto, sino simplemente trataremos de orientar los aspectos centrales de esta

    idea. En los ya citados Estatutos secretos de la Alianza: Programa y objeto de la

    organizacin revolucionaria de los Hermanos Internacionales, dice Bakunin que

    esta asociacin parte de la conviccin que las revoluciones nunca las hacen ni los

    individuos, ni siquiera las sociedades secretas. Se producen por s misma, por la fuerza de

    las cosas, por el movimiento de los eventos y hechos. Se van preparando durante mucho

    tiempo en la profundidad de la consciencia instintiva de las masas populares, luego estallan,

    suscitadas en apariencia a menudo por causas ftiles. Todo lo que puede hacer una sociedad

    secreta bien organizada, es primerofacilitar el nacimiento de una revolucin

    propagando entre las masas ideas que correspondan a los instintos de las masas y

    organizar, no el ejrcito de la revolucin,el ejrcito siempre debe ser el pueblo sino

    una suerte de plana mayor revolucionaria compuesta de individuos entregados, enrgicos,

    inteligentes, y sobre todo amigos sinceros, ni ambiciosos ni vanidosos, del pueblo, capaces

    de servir de intermediarios entre la idea revolucionaria y los instintos populares [21]

    Como se ve, este prrafo es bastante claro. No se trata de que un pequeo grupo, porcohesionado que sea, tome en sus manos el proceso revolucionario, sino de una fina

    relacin entre los sectores populares y un elemento de cohesin principal, el cual condensa

    y opera, a la vez, como mediacin del programa socialista, como hilo rojo que entrega un

    grado de coherencia que responde, de hecho, a la actividad de las masas, es decir, cohesiona

    sus instintos populares efervescentes en un contexto determinado. Como bien dice en otro

    lugar, refirindose a la necesidad de las huelgas,

    las masas populares, cuando se sublevan, son como una masa de metal en fusin pronta a

    tomar debida forma si hay buenos obreros que sepan moldearla, en acuerdo con las

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    propiedades del metal y con las leyes inherentes a l, y en acuerdo con las necesidades y los

    instintos populares.[22]

    Este texto complementa directamente al anterior, ya que nos aclara esta doble necesidad del

    proceso de conduccin, tal como lo entiende Bakunin: por un lado, la actividad viva de las

    masas, la vida natural y espontnea propia de las contradicciones internas de la explotacin

    capitalista, pero al mismo tiempo, un segundo aspecto que slo tiene sentido a medida que

    las condiciones permiten que actu como elemento de cohesin, cohesin que no nace como

    una facultad exterior, propia de alguna secta, sino a partir de las mismas condiciones de los

    sectores en lucha. Pero el arte del moldear, por otro lado, seala un aspecto ineludible, un

    rol que debe ser cubierto y es el que comprende directamente el tema de la dictadura

    invisible.

    Hay que subrayar que Bakunin es reiterativo respecto de que solo la libertad puede generar

    la libertad, por tanto, no es posible pensar el desarrollo de la revolucin social bajo la gida

    del comisariado o los designios arbitrarios de esta plana mayor. Para Bakunin, como para

    toda la tradicin anarquista, se trata de la accin directa de las masas, encausada en una

    perspectiva programtica revolucionaria que, anclada en las problemticas que le son

    contemporneas, pueda hacer de partera de una sociedad nueva. Por lo tanto, esta dictadura

    invisible no puede ser interpretada como un viraje jacobino al interior de la perspectiva

    libertaria bakuninana, como un resabio de la actitud sectaria que tanto reprochaba Marx y elmismo Bakunin conden como socialismo doctrinario.

    Por lo tanto, si la poco feliz idea de dictadura invisible no puede ser entendida como un

    mandato externo y autoritario de unos pocos, nos parece pertinente acercarlo a la idea de

    corte gramsciano de hegemona, la cual tiene como caracterstica fundamental la

    adherencia voluntaria, por conviccin, de cierto sector social a un programa determinado, a

    un ideario particular, que logra identificar sus intereses. [23] Es as que en Bakunin

    podemos ver una idea incipiente de la problemtica hegemnica, o, mejor an, podemosdecir que el padre del anarquismo se planteaba la accin poltica en base a problemas muy

    similares a los que expresa el concepto de hegemona, logrando, a nuestro parecer, sortearlo

    con cierto xito, pero limitado, claro, por su propio tiempo y concepto de revolucin social,

    ms vinculada a la guerra de movimiento que de posiciones. Por otro lado, esta idea de

    hegemona, in nuce, tendra el plus de estar sustrada de su carga estatal o autoritaria

    tradicional. Si bien hacer un paralelo como este requiere de un desarrollo ms amplio -que

    esperamos lograr en un siguiente artculo-, nos parece suficiente como para dejar claro el

    talante no autoritario del partido bakuniano.

  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

    11/22

    Desarrollando ms esta idea de la adhesin voluntaria en Bakunin, v ale la pena mirar el

    Fragmento (tambin conocido como El sistema capitalista [24]), bifurcacin de El Imperio

    knutogermnico y la revolucin social. En este breve texto, Bakunin hace una alusin

    explicita a la adherencia voluntaria, sin bases en la coercin, sino lograda por el puro

    convencimiento, basndose en la influencia natural de las cualidades intelectuales o morales

    posedas, sin que esa influencia pueda imponerse nunca como un derecho ni apoyarse en

    una institucin poltica cualquiera [25]. O, como bien lo seala en otro pasaje, nuestros

    enemigos organizan sus fuerzas mediante el poder del dinero y mediante la autoridad del

    Estado. Nosotros slo podemos organizar las nuestras gracias a la conviccin y a la pasin.

    [26] Esta idea de convencimiento y conduccin libremente aceptada (cmo si pudiese

    haber otro tipo de conduccin real!) no es casual y tiene un fuerte arraigo conceptual en el

    oriundo de Priamukhino, sobre todo en su idea de autoridad natural. Como bien dice en

    Dios y el Estado[27], se trata de un tipo de autoridad que opera por adherencia, no por

    sumisin o dominio. Es decir,

    si me inclino ante la autoridad de los especialistas y si me declaro dispuesto a seguir, en

    una cierta medida y durante todo el tiempo que me parezca necesario, sus indicaciones y

    aun su direccin, es porque esa autoridad no me es impuesta por nadie, ni por los hombres

    ni por dios. [] Me inclino ante la autoridad de los hombres especiales porque me es

    impuesta por la propia razn. [] Cada uno es autoridad dirige nte y cada uno es dirigido a

    su vez. Por tanto no hay autoridad fija y constante, sino un cambio continuo de autoridad yde subordinacin mutua, pasajeras y sobre todo voluntarias[28].

    Esta misma idea se repite en otros textos de carcter ms poltico. Por ejemplo, cuando

    hace referencia a la actividad de la organizacin revolucionaria, en una Carta a Richards,

    fechada el 12 de Marzo de 1870, Bakunin alude explcitamente a la accin de una dictadura

    colectiva, invisible, no revestida de un poder cualquiera, sino de la eficacia y el poder

    precedentes de la accin natural de todos los revolucionarios [29] . En una segunda carta,

    dirigida tambin a Richards, Bakunin, adems de citar nuevamente la idea de dictadurainvisible, dejar en claro que esta ser tanto ms saludable y poderosa cuanto menos se

    revista de poder oficial y cuanto menos ostensible sea su carcter [30] . Sin embargo, en la

    carta enviada a Nechaev, Bakunin aclara rotundamente esta concepcin hegemnica anti

    autoritaria de la organizacin poltica al decir de forma muy clara que tal organismo,

    compuesto por grupos

    firmemente unidos, animados por una misma idea y un mismo objetivo, aplicados por

    todas partes, de acuerdo por supuesto a las circunstancias, y segn un mismo plan, no

    detentan ningn poder reconocido oficialmente, sino que slo contarn con la fuerza de su

  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

    12/22

    pensamiento,que expresa la naturaleza misma de los instintos, deseos y necesidades

    populares; con la clara consciencia de su objetivo en medio de la muchedumbre que lucha

    sin objetivo ni plan; con la fuerza al fin de esta estrecha solidaridad que vincula todos los

    grupos oscuros en un todo orgnico; con la fuerza de la inteligencia y de la energa de los

    miembros que constituyen esos grupos y logran aunar en torno suyo a hombres ms o

    menos apegados a la misma idea y naturalmente sometidos a su influencia, dichos grupos,

    que no buscan nada para ellos mismos, ni provechos, ni honores, ni autoridad, estarn

    capacitados para dirigir el movimiento popular contra todos los ambiciosos, desunidos y

    opuestos unos a otros, y encaminarlos hacia la realizacin tan integral como sea posible del

    ideal social y econmico, y hacia la organizacin de la libertad popular ms completa. Esto,

    y nada ms a que esto, Bakunin denomina, la dictadura colectiva de la organizacin

    secreta[31].

    Por lo tanto, no cabe entender a esta dictadura sino como la influencia natural y

    personal[32] de los miembros de la organizacin, los cuales logran orientar la lucha de las

    masas que, en primera instancia emergen como una serie de sucesos divergentes, sin

    conexin necesaria. De ah que el rol de la organizacin sea el de orientar, no bajo un

    estandarte arbitrario, sino desde el des-cubrimiento de la unidad interna de cada lucha

    parcial mediante la lucha ideolgica en medio de las masas, logrando un liderazgo tico y

    moral, es decir, actuando como partido.

    Ya con estos puntos creemos que se puede plantear que la organizacin bakuninista no es

    un desvo autoritario, sino una forma coherente de implementar una perspectiva estratgica,con un claro nfasis en la conduccin de masas, pero una conduccin real, como fruto de la

    lucha ideolgica legtima, derecho de todos los revolucionarios sinceros.

    Hacia un intento de lectura global.

    Ya vistos estos tres aspectos del desarrollo del partido bakuniano (programa, tctica,

    organizacin partidaria) es necesario intentar una sntesis de los tres, buscando comprender

    que, en el fondo, las ideas elaboradas por Bakunin en torno a la figura partidaria hacen

    referencia ms a un proceso que a una serie de elementos estticos y combinados de forma

    exterior.

    En esta linea -del partido como proceso-, G. Lukcs, el filsofo hngaro, en sus escritos de

    juventud, creemos que logr comprender la contradiccin intrnseca de esta cuestin. En un

    texto llamado Partido y Clase, dice:

    Pero los crticos de la organizacin partidaria que atacaron esa posibilidad de accin por

    parte del proletariado, en medio del ardor de la lucha, no han visto con la claridad suficiente

    la necesidad de esa forma de partido como una formacin transicional. No vieron que esa

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    contradiccin en la que se encuentran el accionar de la clase y el accionar del partido, no

    reside en absoluto en que una forma sea simplemente correcta y en que la otra sea con la

    misma simplicidad incorrecta, tal como los oportunistas y los sindicalistas se han

    reprochado recprocamente; reside, en cambio, en que existe una contradiccin dialctica,

    es decir, una contradiccin tal que la dos formas de accin mutuamente excluyentes y

    enfrentadas entre s, son en la misma medida necesarias[33].

    En otras palabras, al hablar de una relacin dialctica entre partido y clase -homlogo al

    problema de la plana mayor y las masas populares o el metal en fusin y quienes

    sepan moldear-, no podemos pensar el asunto como una acomodacin exterior, es decir, la

    dialctica no viene a resolver el conflicto que dos formas externas la una a la otra tienen en

    tanto que diferentes, sino que, al contrario, la dialctica -al menos una de corte hegeliano,

    como puede ser la de Lukcs, Marx y Bakunin- se debe comprender como la unidad interna

    de formas que, en lo inmediato aparecen como exteriores, pero son expresiones

    diferenciadas de un mismo proceso que slo se puede comprender o volver inteligible a

    partir de esta diferenciacin y el proceso que las implica. Es ms, las posibilidades de su

    efectividad, de su desarrollo en tanto que proceso, se vincula necesariamente a estas formas.

    De ah que Lukcs remarque el carcter necesario de ambas, ya que sin una de ellas el

    proceso es imposible como tal. As como el valor no puede sino expresarse en otra

    mercanca, el proceso revolucionario no puede constituirse si no es en esta relacin de

    partido y clase. Esta diferencia interna y relacin especulativa es clave si se esperacomprender algo no solo del concepto de organizacin partidaria bakuninana, sino de la

    actividad poltica real.

    Ya teniendo en consideracin el movimiento interno que recorre la relacin partido-clase,

    podemos recurrir a un segundo autor para que nos ayude a definir la forma determinada que

    adquiere, en trminos generales, estos tres momentos del concepto de partido de Bakunin.

    Antonio Gramsci, en sus Cuadernos de la Crcel, desarrolla un concepto de partido que,mucho ms complejo y profundo que el bakuniano, tiene ciertos rasgos homologables en lo

    que respecta a su composicin, dndonos una alternativa para dar con una idea de cmo se

    expresara la unidad de estos tres aspectos descritos -movimiento amplio, vinculacin

    tctico-estratgica y elementos de cohesin principal-, al mismo tiempo que nos da una

    lnea de desarrollo posible.

    Por un lado, el italiano diferencia este elemento amplio, el cual define como

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    Un elemento indefinido, de hombres comunes, medios, que ofrecen como participacin su

    disciplina y su fidelidad, mas no el espritu creador y con alta capacidad de organizacin.

    Sin ellos el partido no existira, es verdad, pero es verdad tambin que el partido no podra

    existir solamente con ellos. Constituyen una fuerza en cuanto existen hombres que los

    centralizan, organizan y disciplinan, pero en ausencia de esta fuerza cohesiva se

    dispersaran y se anularan en una hojarasca intil. No es cuestin de negar que cada uno de

    estos elementos pueda transformarse en una de las fuerzas de cohesin, pero de ellos se

    habla precisamente en el momento en que no lo son y no estn en condiciones de serlo, o si

    lo son actan solamente en un crculo restringido, polticamente ineficaz y sin

    consecuencia.

    Por otro lado, Gramsci identifica un

    Elemento de cohesin principal, centralizado en el campo nacional, que transforma en

    potente y eficiente a un conjunto de fuerzas que abandonadas a s mismas contaran cero o

    poco ms. Este elemento est dotado de una potente fuerza de cohesin, que centraliza y

    disciplina y sin duda a causa de esto est dotado igualmente, de inventiva (si se entiende

    inventiva en una cierta direccin, segn ciertas lneas de fuerzas, ciertas perspectivas y

    tambin ciertas premisas). Es verdad tambin que un partido no podra estar formado

    solamente por este elemento, el cual sin embargo tiene ms importancia que el primero para

    su constitucin. Se habla de capitanes sin ejrcito, pero en realidad es ms fcil formar un

    ejrcito que formar capitanes. Tan es as que un ejrcito ya existente sera destruido si le

    llegasen a faltar los capitanes, mientras que la existencia de un grupo de capitanes, acordes

    entre s, con fines comunes, no tarda en formar un ejrcito an donde no existe.

    Finalmente, existe

    un elemento medio, que articula el primero y el segundo, que los pone encontacto, no slo

    fsico sino moral e intelectual. En la realidad, para cada partido existen proporcionesdefinidas entre estos tres elementos y se logra el mximo de eficacia cuando tales

    proporciones definidas son alcanzadas [34]

    Si bien estos tres aspectos pueden no ser extremadamente coincidentes con las ideas que

    hemos esbozado de Bakunin, si son al menos bastante sugerentes para darle una mayor

    profundidad conceptual a los diferentes niveles ya identificados o, por otro lado, nos indican

    cmo habra que profundizar lo que en Bakunin aparece an como general, amplio y carente

    de desarrollo. Por un lado, tanto el elemento de base y el medio pueden ser homologadostanto a las masas populares en lucha como a los diversos cuadros que, si bien no tenan

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    vinculacin orgnica al partido bakuniano o grupo de cohesin principal, s caan en su

    radio de influencia directo, lo que se traduce en esta unidad mediada, como puede ser el

    ejemplo de Varlin, Anselmo Lorenzo y otros militantes socialistas revolucionarios de la

    Comuna o la Alianza en Espaa. Por otro lado, el elemento de cohesin principal responde

    al aparato ms reducido de los aliados, como le gustaba decir a Bakunin. Pero tambin es

    importante considerar que las concepciones gramscianas no son reducibles a un puro

    aparato -o eso es la menos lo que creemos-, es decir, Gramsci lograba identificar al partido

    como proceso, como un lder moral e intelectual, no slo como una estructura, por lo que

    la unidad de estos tres aspectos no se da exclusivamente en el marco de una organizacin

    delimitada y estrecha sino que, volviendo a Lukcs, son momentos implicados

    necesariamente, pero que se pueden relacionar de forma contradictoria, no lineal, etc., tal

    como se puede deducir de las observaciones de Bakunin.

    Pero, para terminar, creemos obvio que estas iniciales clarificaciones tericas no pueden

    resolver los conflictos ms cotidianos o que son propios del riesgo de la poltica y las

    relaciones humanas, porque como dice una famosa tesis de Marx, Es en la prctica donde

    el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el podero, la terrenalidad de

    su pensamiento. El litigio sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que se asla de la

    prctica, es un problema puramente escolstico (II tesis sobre Feuerbach). Nadie, por ms

    libertario que se declare, est exento del error poltico. Errores que van desde las

    pequeeces de las maneras de mesa hasta errores de envergadura sobre si tal situacin esapta o no para iniciar un proceso insurreccional, etc. Determinar de ante mano tales

    situaciones son problemas de la providencia, no de los revolucionarios. Sin embargo,

    podemos decir que slo es revolucionaria una organizacin que es capaz de sortear tales

    situaciones de forma exitosa, por lo que estamos sujetos a aquellos momentos crticos de la

    historia para ponernos a prueba. Esto al menos nos da una luz de qu se debe hacer hoy:

    construir una organizacin que, por medio de la experiencia y la actividad militante logre

    acumular tal cantidad de fuerza que, a la hora que se presenten las crisis, sea capaz de

    intervenir y ocupar un rol protagnico en las situacin, basndose en una importante

    claridad terica. De lo contrario, lo nico que podr hacer el anarquismo es contemplar

    desde los mrgenes de la historia mientras, cobardemente, afila su cuchillo para degollar a

    los generales que, si fracasan, se lanzarn en retirada hacia sus plumas, dispuestas desde

    siempre a cercenar a aquellos que, para bien o para mal, se atrevieron a dar el salto.

    Bakunin: ms Lenin que Marx

    Como ltimo punto, nos gustara hacer una reflexin ms amplia que la anterior, pero que

    permite entender un poco mejor su idea de partido. Si hubiese que buscar alguna analoga

    de Bakunin en las dems tiendas ideolgicas del socialismo para comprender su lugar,

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    creemos que su perfil es ms parecido al de Lenin que al de Marx. Aparte de ser ambos

    descendiente de la nobleza rusa y pelirrojos, su punto de encuentro pasa, por sobre todo, en

    que sus esfuerzos estaban puestos ms en la construccin de una organizacin

    revolucionaria que en la exploracin y asentamiento de una slida teora revolucionaria,

    aunque, como dir Gramsci, la prctica poltica ya es un hecho con repercusiones

    metafsicas, de un alto contenido filosfico. Bakunin, al igual que Lenin, sienta su base

    terica en autores previos. Lenin, por su lado, se posa sobre los hombros de personajes

    como Plejanov, Kautsky y del populismo ruso, es decir, en la ortodoxia socialdemcrata y

    la tradicin que le era contempornea, pero hace lo suyo en un lugar donde la gran mayora

    de los tericos haba dejado las cosas ms flojas: en la idea de partido -de claro corte ruso- y

    luego, ya en el marco de la quiebra de 1914, en el problema del poder. Ambos problemas

    que ya estaban presentes en el contexto de la crisis socialdemcrata de principios de siglo

    XX, iniciadas con la emergencia del revisionismo, por un lado, y la re-emergencia de la

    huelga de masas en Rusia, y que tiene como resultado la entrada fuerte de grandes como

    Rosa Luxemburgo, Pannekoek, Gorther, etc. son resueltos, en cierta direccin, por Lenin.

    Sin embargo, estas ideas de Ilich son bastante extraas a la tradicin marxista que le es

    contempornea, pero se posicionan definitivamente una vez que se instala en el poder,

    articulndose como la nueva ortodoxia. No obstante, esta propuesta leninista es, si se nos

    permite, una traduccin marxista de la tradicin populista rusa, primera escuela de Lenin

    entre 1887 y 1889. He ah una de las originalidades de Lenin y de su xito organizativo:

    darle al populismo ruso una base marxista y actuar en consecuencia.

    Por el lado de Bakunin, su apoyo terico es amplio, aunque creemos que son

    fundamentalmente Feuerbach, Marx, Proudhon y Buonarotti, superando las estrecheces y

    tendencias metafsicas de unos y el autoritarismo de otros, sin llegar, claro, a dar con una

    concepcin terica general superior a la de Marx. As tambin, al igual que Lenin, sus

    preocupaciones estaban mucho ms enfocadas en la actividad revolucionaria militante que

    en la teora o, dicho de otra forma, toda su actividad terica estaba sobredeterminada por el

    momento poltico. Obviamente, esto no quiere decir que no se desempeara en ese plano.

    Sus conocimientos tericos, plasmados en sus grandes trabajos que pretenden fundar

    tericamente su actividad revolucionaria, son una prueba real de ello. Sin embargo, se trata

    de ver bien los nfasis y, sin lugar a dudas, la idea tradicional de Bakunin como un activo

    militante de la revolucin no es gratuita. Es ms, esa verdad se ratifica en que la mayora de

    las veces a Bakunin se le estudia ms en trminos biogrficos que tericos. Este fenmeno,

    junto con confirmar lo que decimos, desestima lamentablemente sus aportes tericos y ha

    generado una idea de que el anarquismo, en trminos de fundamentos, padece importantes

    lagunas e inconsistencias. No podemos negar que eso es cierto, pero el dominio de la idea

    de un Bakunin militante desestima la posibilidad de extraer al menos una idea certera de

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    organizacin poltica revolucionaria, coherente, en el marco de un proceso revolucionario

    articulado como un todo y que subordina la concepcin de organizacin poltica. Es decir,

    estimar a Bakunin en trminos tericos, de acuerdo a su prctica poltica, abre un problema

    sobre el cual ya hemos lanzado algunas luces, es decir, la originalidad y riqueza del

    concepto de organizacin revolucionaria que, en nuestra opinin, es una de las ms

    consistentes a la hora de superar esa falsa dicotoma abierta por la discusiones ms

    tradicionales entre conciencia y espontaneidad que an recorre las formas de entender

    el quehacer poltico en el movimiento popular. En otras palabras, al igual que con Lenin,

    hay que reconocer en la prctica poltica de Bakunin un gran acontecimiento filosfico y

    actuar en consecuencia de ello. Esa es, creemos, la lnea que debe orientar cualquier estudio

    claro de Bakunin.

    Por otro lado, esta analoga se puede profundizar an ms a partir de las debilidades

    compartidas. En nuestra opinin, tanto las concepciones de Lenin como las de Bakunin se

    fundan, principalmente, en una estrategia revolucionaria marcada por la guerra de

    movimiento ms que de posiciones, como ya mencionamos ms arriba. Es decir, la gran

    mayora de las tesis centrales del pensamiento tanto leninista -al menos del Lenin de

    octubre hacia atrs- como bakuniano tienen como eje central condiciones sociales

    caracterizadas por un nivel de desarrollo muy bajo de la sociedad civil, estados asfixiantes y

    una serie de factores que hacan que la lucha fuese mucho ms directa y donde la toma del

    poder se presentaba como el derrocamiento de las estructuras de coercin estatal, el asalto alEstado burgus etc. En otras palabras, ambas tesis de combate son ms propias de

    sociedades orientales, si lo decimos en clave gramsciana [35]. De forma an ms patente

    puede leerse la misma vida de Bakunin como una dedicada a la guerra de movimiento o

    maniobra. Ya en sus primeros aos vivi de forma indirecta el dicembrismo, luego, le

    tocar el turno a la insurreccin polaca de los 30, despus de la cual estn las insurrecciones

    de 1848 y, luego de los aos de reflujo que pas en prisin y el exilio, vuelve a una Europa

    que empezaba nuevamente a convulsionar. De ah que Herzen pueda decir que la reaccin

    europea no existi para Bakunin, para l no existieron los aos que van de 1848 a 1858; su

    conocimiento de los mismos fue en escorzo, en resumen, de paso. [36] . Esto es tan as que

    su retorno est marcado, de manera casi inmediata, por la fracasada insurreccin polaca del

    64 que lo lleva a abandonar los movimientos nacionalistas- y la efervescencia del

    movimiento obrero europeo -al cual se integrar definitivamente en 1868-, contexto de la

    AIT. Ciclo que finalmente se cierra con la Comuna de Pars y que dio paso a la dura lucha

    subterrnea de 30 aos y que se caracteriz por las aperturas democrticas, forzadas, sobre

    todo, por la entrada a la escena de las masas organizadas. Por lo tanto, no es descabellado

    pensar que las reflexiones de Bakunin, en una serie de aspectos, tienen el limite que es

    propio del pensar en contextos donde predominan las caractersticas de las sociedades

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    orientales, lo que nos debe llevar a lograr comprender este arte de forjar el metal en un

    tipo de procesos de lucha de clases diferente al nuestro, donde la forja puede darse de

    forma intermitente, con mayores dificultades e incluso con retrocesos [37] . Sin embargo,

    no estamos insinuando que Bakunin est absolutamente atado a su contexto -lo que hara de

    todo intento de recuperacin un mero anacronismo-, sino, al contrario, lo que hemos

    intentado hacer es recuperar un concepto fundamental que, en trminos incipientes, contiene

    elementos que nos puede dar pie para reflexionar en torno a las problemticas propias de

    nuestro tiempo, como es la conduccin revolucionaria, la hegemona, la construccin de una

    voluntad colectiva con vocacin de poder, con perspectivas revolucionarias, etc.

    Es as que, para cerrar, nos gustara reafirmar algo que dijimos al principio: sin lugar a

    dudas, Bakunin es uno de los pilares bsicos para pensar el quehacer poltico anarquista

    hoy, superando tanto las conductas ms infantiles y abstractas que desconocen la

    organizacin poltica como el partidismo tradicional que slo piensa a los partidos como

    organizaciones estatales in nuce. Al mismo tiempo, nos da el pie para disputar un concepto

    tan importante y determinante como es el de organizacin revolucionaria, dando as un

    enclave firme para afinar y dar la necesaria lucha poltica que espontneamente se lleva a

    cabo en el desarrollo de la clase trabajadora como clase para-s. En otras palabras, la

    necesidad de ahondar en Bakunin, particularmente en su concepto de organizacin

    revolucionaria, es hacer un esfuerzo por dar con los insumos que permitan acercar y

    diseminar al anarquismo en el imaginario de los sectores populares. En definitiva, se tratade una reflexin cuyo nico fin es ayudar a comprender nuestra propia actividad

    revolucionaria, ms ahora que la primavera florece en invierno en este lado del cono sur.

    Gabriel Rivas

    Agosto 2011.

    Santiago, Chile

    1. Dedicado a A. M. y a C. R. por sus vivificantes conversaciones y aportes.2. Le debemos este acertado comentario a Jos Antonio Gutierrez D.

    3. Como bien seala A. Lehning, Finalmente, si uno se pregunta qu fue lo que e xisti

    realmente en trminos de organizacin, la respuesta sera: bastante poco. Bakunins

    Conception of Revolutionary Organizations and Their Role: A Study of His Secret

    Societies. En Abramsky and Williams Essays in Honor of E. H. Carr Pg. 76.

    4. Carta de Miguel Bakunin a Anselmo Lorenzo, 10 de mayo de 1872, Locarno. La carta se

    halla ntegra en http://www.fondation-besnard.org/article.php3?id_article=794, la cursiva es

    ma.

    5. Max Nettlau, M. Bakunin, la Internacional y la Alianza en Espaa (1868-1873), Pg. 85 y

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    sigts. Tambin Juan Gmez Casas nos dice, refirindose al rol que ocup la Alianza en

    Espaa y sus vnculos a nivel nacional : Los fines de la Alianza eran los de mantener un

    estrecho contacto militante entre todos los revolucionarios convencidos. Los grupos

    aliancistas se desenvolveran a nivel local influyendo por la base a las secciones locales de

    la Internacional, que, por otra parte, haban sido creadas por ellos. Pero acaso haba que

    hacer una afirmacin tajante: en la mayora de las localidades los partidarios del programa

    de la Alianza de la Democracia Socialista, procederan a crear secciones de la Internacional

    antes que secciones de la Alianza, lo que no deja de ser lgico. Disponiendo de una base

    terica slida se sentan seguros y entonces la urgencia se conectaba con la necesidad de ir

    cuanto antes a la organizacin de secciones de la Internacional en todas partes. El objetivo

    era la Internacional. Acaso por este motivo la Alianza en Espaa no sera jams una

    organizacin estructurada, con organismos locales, regionales o nacionales sino un conjunto

    de grupos. No hay evidencia de una activa correspondencia interlocal entre los grupos de la

    Alianza. Las ideas fuerza del anarquismo aseguraban para todos los grupos dispersos por el

    pas, tampoco muy numerosos, una cohesin que derivaba de una orientacin comn y de

    una forma comn de entender los problemas. Historia de la FAI, Pag. 30, Fundacin

    Anselmo Lorenzo, Madrid

    6. M. Bakunin, Estatismo y Anarqua, en Obras completas, volumen V, ediciones la

    Piqueta, Pg. 108.

    7. Ver Vctor Garca, La internacional Obrera, completa en

    http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/internacional/caratula_internacional.html

    8. A. Lehning, Conversaciones con Bakunin, Editorial Anagrama, Pg. 327.

    9. Op. Cit Pg. 333..

    10. No por nada es la socialdemocracia la corriente que hegemoniza al movimiento obrero -

    a excepcin de Espaa e Italia, que an conservarn caractersticas de sociedades

    orientales -durante los 30 aos de reflujo que seguirn, y tendr que esperar a inicios de

    siglo XX para retomar fuerzas, justamente, en un momento favorable para la adopcin de

    tcticas ms agresivas. Este periodo de capa cada del anarquismo logra su punto ms bajo

    en el Congreso de Londres de 1881, marcado por una clara tendencia aparatista,

    proveniente del estancamiento tctico o cosificacin de la tctica insurreccional abierta por

    los italianos en 1872 y que tuvo como consecuencia el aislamiento casi total del anarquismo

    respecto de las masas. Esta nefasta lnea se rectificar luego con los intentos de entrar a la II

    Internacional (hacia 1889) y el retorno en masa de los anarquistas a los sindicatos obreros

    ya empezando el siglo XX.

    11. Estas similitudes (que pasan por el desarrollo de una revolucin agraria) y diferencias

    (expresadas en una alianza con la burguesa), quedan bien expresadas en el siguiente texto

    de Marx y Engels, que hace referencia a la tctica en Alemania:

  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

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    En Alemania, el partido comunista luchar al lado de la burguesa, mientras sta ac te

    revolucionariamente, dando con ella la batalla a la monarqua absoluta, a la gran propiedad

    feudal y a la pequea burguesa.

    Pero todo esto sin dejar un solo instante de laborar entre los obreros, hasta afirmar en ellos

    con la mayor claridad posible la conciencia del antagonismo hostil que separa a la burguesa

    del proletariado, para que, llegado el momento, los obreros alemanes se encuentren

    preparados para volverse contra la burguesa, como otras tantas armas, esas mismas

    condiciones polticas y sociales que la burguesa, una vez que triunfe, no tendr ms

    remedio que implantar; para que en el instante mismo en que sean derrocadas las clases

    reaccionarias comience, automticamente, la lucha contra la burguesa.

    Las miradas de los comunistas convergen con un especial inters sobre Alemania, pues no

    desconocen que este pas est en vsperas de una revolucin burguesa y que esa sacudida

    revolucionaria se va a desarrollar bajo las propicias condiciones de la civilizacin europea y

    con un proletariado mucho ms potente que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia

    en el XVIII, razones todas para que la revolucin alemana burguesa que se avecina no sea

    ms que el preludio inmediato de una revolucin proletaria. K. Marx & F. Engels,

    Manifiesto del Partido Comunista, Pg. 60, Editorial Sarpe.

    12. Es justamente sobre estos dos aspectos fundamentales sobre los que nos explayaremos

    en el siguiente ensayo.

    13. A. Lehning, Bakunins Conception of Revolutionary Organizations and Their Role: A

    Study of His Secret Societies. En Abramsky and Williams Essays in Honor of E. H. CarrPg. 58

    14. Prlogo a la edicin chilena de la Carta de M. Bakunin a S. Nechayev, indita.

    Subrayado en el original.

    15. Estatutos secretos de la Alianza: Programa y objeto de la organizacin revolucionaria de

    los Hermanos Internacionales, en http://www.fondation-

    besnard.org/article.php3?id_article=676

    16. A. Lehnin, Op. Cit. Pg. 74

    17. Para un comentario un poco ms amplio de los sucesos de Lyon ver El anarquismo y el

    problema del Poder I, Bakunin y la federacin de las comunas, en, Comunismo

    Libertario, n1, Pg. 27 y sigts.

    18. Si bien comprendemos que esta aseveracin es una reduccin un poco absurda de cmo,

    por ejemplo, el bolchevismo se plante la cuestin del poder. Sin embargo, a la luz de cmo

    decantaron los procesos revolucionarios orientados por la experiencia bolchevique, nos

    parece una aseveracin con un grado importante de verdad.

    19. Organizacin de la Fraternidad Internacional Revolucionaria, en

    http://miguelbakunin.wordpress.com/2008/07/24/fraternidadinternacional/

    20. M. Bakunin, La libertad, Pg. 71, Grijalvo, Mxico. La cursiva es ma.

  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

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    21. Estatutos secretos de la Alianza : Programa, la cursiva es ma.

    No podemos dejar de notar que estas palabras de Bakunin, aplicadas a la comprensin de un

    proceso insurreccional de masas, son muy similares a las ideas de Trotsky expuestas en su

    famoso capitulo XX de su Historia de la revolucin rusa. Bronstein dice: Lo que acabamos

    de decir no significa en absoluto que la insurreccin popular y la conspiracin se excluyan

    mutuamente en todas las circunstancias. Un elemento de conspiracin entra casi siempre en

    la insurreccin en mayor o menor medida. Etapa histricamente condicionada de la

    revolucin, la insurreccin de las masas no es nunca exclusivamente elemental. Aunque

    estalle de improviso para la mayora de sus participantes, es fecundada por aquellas ideas en

    las que los insurrectos vean una salida para los dolores de su existencia. Pero una

    insurreccin de masas puede ser prevista y preparada. Puede ser organizada de antemano.

    En este caso, el complot se subordina a la insurreccin, la sirve, facilita su marcha, acelera

    su victoria. Cuanto ms elevado es el nivel poltico de un movimiento revolucionario y ms

    seria su direccin, mayor es el lugar que ocupa la conspiracin en la insurreccin popular.

    L. Trotsky, Historia de la revolucin rusa, Tomo II, Pg. 576, Editorial Quimant, 1972.

    Las cursivas son mas.

    22. M. Bakunin, La Libertad, Pg. 131, Ediciones del Medioda, Argentina, 1968.

    23. Estamos absolutamente conscientes que este concepto fundamental de Gramsci va

    mucho ms all de lo que decimos y creemos que ser clave a la hora de comprender, en un

    prximo ensayo, el concepto bakuniano de revolucin social. Por ahora, slo nos quedamos

    con la idea de adherencia voluntaria.24. M. Bakunin, El sistema capitalista, http://miguelbakunin.wordpress.com/2007/12/29/el-

    sistema-capitalista/

    25. M. Bakunin, Obras Volumen III, Pg. 176

    26. M. Bakunin, La libertad, Pg.147

    27. Como ya es sabido, este texto responde a un fragmento de El imperio Knutogermnico

    y la revolucin Social, pero, para efectos de facilitar la fuente, damos como referencia

    Dios y el Estado, coleccin Utopa Libertaria..

    28. M. Bakunin, Dios y el Estado, Pg. 45, la cursiva es ma.

    29. M. Bakunin, Primera carta a Richard,

    http://miguelbakunin.wordpress.com/2008/01/03/primera-carta-a-richard/

    30. M. Bakunin, Segunda carta a Richard,

    http://miguelbakunin.wordpress.com/2008/01/11/segunda-carta-a-richard/

    31. M. Bakunin, Carta a Nechayev, http://miguelbakunin.wordpress.com/2008/06/17/carta-

    de-bakunin-a-nechayev/

    32. Ibd.

    33. G. Lukcs, Partido y clase, en Tctica y tica, escritos tempranos (1919 1929), Pg.

    49, ediciones El Cielo por Asalto.

  • 8/13/2019 El Anarquismo y El Problema Del Poder II

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    34. A. Gramsci, Maquiavelo y Lenin, Pg. 52-54, Editorial Popular Nacimiento. La cursiva

    es nuestra.

    35. En palabras de David Campione, Cules son las sociedades de tipo oriental?

    Sociedades como la Rusia de los zares, con escaso desarrollo de la sociedad civil, de debate

    poltico abierto, de opinin pblica, de sindicatos u otras organizaciones de nivel

    econmico corporativo, de partidos polticos de oposicin. Cules serian las otras

    sociedades, las de tipo occidental? Sociedades con amplio debate pblico, con parlamento,

    generalmente, o con otros espacios de debate, con una sociedad civil desarrollada. Gramsci

    y Amrica Latina: Guerra de movimientos-guerra de posiciones, en

    http://www.nodo50.org/carlosmarx/spip/article.php3?id_article=386

    36. A. Lehning, Conversaciones con Bakunin, Editorial Anagrama, Pg. 203.

    37. Esta reflexin, creemos, puede ser extendida al anarquismo en general, sugiriendo como

    investigacin ver cmo este ha sido capaz de desarrollarse o no en situaciones mucho ms

    complejas que implican ya no una guerra de movimiento, sino de posiciones.