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GUÍA COMENTADA Pío Baroja El Árbol de la Ciencia TRILOGÍA “LA RAZA” El árbol de la ciencia (1909). Gustav Klimt

EL ÁRBOL DE LA CIENCIA. Pío Baroja - eclass.uoa.gr · LA VIDA DE UN ESTUDIANTE EN MADRID 1. Andrés Hurtado comienza la carrera Serían las diez de la mañana de un día de octubre

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  • GUA COMENTADA

    Po Baroja El rbol de la Ciencia

    TRILOGA LA RAZA

    El rbol de la ciencia (1909). Gustav Klimt

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    Po Baroja EL RBOL DE LA CIENCIA

    El rbol de la ciencia es, entre las novelas de carcter filosfico, la mejor

    que yo he escrito. Probablemente es el libro ms acabado y completo de todos

    los mos, en el tiempo en que yo estaba en el mximo de energa intelectual.

    Po Baroja

    En mi novela El rbol de la ciencia he pintado una

    contrafigura ma, dejando la parte psicolgica y cambiando el

    medio ambiente del protagonista, la familia y alguna otra cosa.

    Po Baroja

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    ndice

    Primera parte. La vida de un estudiante en Madrid 6 1. Andrs Hurtado comienza la carrera 6 2. Los estudiantes 9 3. Andrs Hurtado y su familia 11 4. En el aislamiento 13 5. El rincn de Andrs 15 6. La sala de diseccin 17 7. Aracil y Montaner 22 8. Una frmula de la vida 25 9. Un rezagado 28 10. Paso por San Juan de Dios 32 11. De alumno interno 35 Segunda parte. Las carnarias 40 1. Las Minglanillas 40 2. Una cachupinada 42 3. Las moscas 46 4. Lul 49 5. Ms de Lul 52 6. Manolo el Chafandn 54 7. Historia de la Venancia 56 8. Otros tipos de la casa 58 9. La crueldad universal 61 Tercera parte. Tristezas y dolores 68 1. Da de Navidad 68 2. Vida infantil 72 3. La casa antigua 75 4. Aburrimiento 77 5. Desde lejos 79 Cuarta parte. Inquisiciones 82 1. Plan filosfico 82 2. Realidad de las cosas 87 3. El rbol de la ciencia y el rbol de la vida 89 4. Disociacin 96 5. La compaa del hombre 98 [*] Resumen comentado de la conversacin entre AHurtado e Iturrioz 101 Quinta parte. La experiencia del pueblo 106 1. De viaje 106 2. Llegada al pueblo 107 3. Primeras dificultades 111 4. La hostilidad mdica 114 5. Alcolea del Campo 118 6. Tipos de casino 123 7. Sexualidad y pornografa 126 8. El dilema 127 9. La mujer del to Garrota 130 10. Despedida 135 Sexta parte. La experiencia de Madrid 138 1. Comentario de lo pasado 138 2. Los amigos 143 3. Fermn Ibarra 148 4. Encuentro con Lul 148 5. Mdico de Higiene 151 6. La tienda de confecciones 153 7. De los focos de la peste 155

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    8. La muerte de Villass 157 9. Amor, teora y prctica 160 Sptima parte. La experiencia del hijo 165 1. El derecho a la prole 165 2. La vida nueva 166 3. En paz 170 4. Tena algo de precursor 173 GLOSARIO 178

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    PRIMERA PARTE LA VIDA DE UN ESTUDIANTE EN MADRID

    1. Andrs Hurtado comienza la carrera Seran las diez de la maana de un da de octubre. En el patio de la Escuela de Arquitectura1, grupos de estudiantes esperaban a que se abriera la clase. De la puerta de la calle de los Estudios que daba a este patio, iban entrando muchachos jvenes que, al encontrarse reunidos, se saludaban, rean y hablaban. Por una de estas anomalas clsicas de Espaa, aquellos estudiantes que esperaban en el patio de la Escuela de Arquitectura no eran arquitectos del porvenir, sino futuros mdicos y farmacuticos. La clase de qumica general del ao preparatorio de medicina y farmacia se daba en esta poca en una antigua capilla del Instituto de San Isidro convertida en clase, y sta tena su entrada por la Escuela de Arquitectura. La cantidad de estudiantes y la impaciencia que demostraban por entrar en el aula se explicaba fcilmente por ser aqul primer da de curso y del comienzo de la carrera. Ese paso del bachillerato al estudio de facultad siempre da al estudiante ciertas ilusiones, le hace creerse ms hombre, que su vida ha de cambiar. Andrs Hurtado, algo sorprendido de verse entre tanto compaero, miraba atentamente, arrimado a la pared, la puerta de un ngulo del patio por donde tenan que pasar. Los chicos se agrupaban delante de aquella puerta como el pblico a la entrada de un teatro. Andrs segua apoyado en la pared, cuando sinti que le agarraban del brazo y le decan: Hola, chico! Hurtado se volvi y se encontr con su compaero de Instituto Julio Aracil. Haban sido condiscpulos en San Isidro2; pero Andrs haca tiempo que no vea a Julio. ste haba estudiado el ltimo ao del bachillerato, segn dijo, en provincias. Qu, t tambin vienes aqu? le pregunt Aracil. Ya ves. Qu estudias? Medicina. Hombre! Yo tambin. Estudiaremos juntos.

    1 Esta localizacin que ofrece Baroja es verdadera y sirve para que el lector site cronolgicamente la historia: estamos a finales de

    los aos 80 del s. XIX, en pleno reinado de Alfonso XII. Casi todas las experiencias de Andrs como universitario estn basadas en experiencias reales de Baroja, quien empez la carrera de medicina en Madrid en 1886-1987, en los mismos sitios y con los mismos profesores que aparecen en la novela. Por otra parte, el hecho (la anomala, dice Baroja despectivamente) de que los estudiantes de medicina entren a sus aulas desde el patio de la facultad de arquitectura, y que la primera clase del curso, de qumica, se d en la antigua capilla de un instituto son ya sntomas del absurdo y la incongruencia del mundo en que va a penetrar el protagonista de la historia. 2 compaeros se sobreentiende en el instituto San Isidro, de secundaria (entonces se llamaba de enseanzas medias). Muchos de

    ellos fueron amigos y conocidos de Baroja a los que este cambia el nombre y transforma en personajes literarios, por ejemplo, Aracil y Montaner. Desde el primer momento de la historia se presenta con claridad la inadaptacin de Andrs, el choque con todo lo que lo rodea: el lugar de estudio, los compaeros y, un poco ms adelante, la carrera en s misma (las asignaturas, los profesores, etc).

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    Aracil se encontraba en compaa de un muchacho de ms edad que l, a juzgar por su aspecto, de barba rubia y ojos claros. Este muchacho y Aracil, los dos correctos, hablaban con desdn de los dems estudiantes, en su mayora palurdos provincianos, que manifestaban la alegra y la sorpresa de verse juntos con gritos y carcajadas. Abrieron la clase, y los estudiantes, apresurndose y apretndose como si fueran a ver un espectculo entretenido, comenzaron a pasar. Habr que ver cmo entran dentro de unos das dijo Aracil burlonamente. Tendrn la misma prisa para salir que ahora tienen para entrar repuso el otro. Aracil, su amigo y Hurtado se sentaron juntos. La clase era la antigua capilla del Instituto de San Isidro de cuando ste perteneca a los jesuitas3. Tena el techo pintado con grandes figuras a estilo de Jordaens4; en los ngulos de la escocia, los cuatro evangelistas5, y en el centro una porcin de6 figuras y escenas bblicas. Desde el suelo hasta cerca del techo se levantaba una gradera de madera muy empinada con una escalera central, lo que daba a la clase el aspecto del gallinero de un teatro. Los estudiantes llenaron los bancos casi hasta arriba; no estaba an el catedrtico, y como haba mucha gente alborotadora entre los alumnos, alguno comenz a dar golpecitos en el suelo con el bastn; otros muchos le imitaron, se produjo una furiosa algaraba. De pronto se abri una puertecilla del fondo de la tribuna, y apareci un seor viejo, muy empaquetado, seguido de dos ayudantes jvenes. Aquella aparicin teatral del profesor y de los ayudantes provoc grandes murmullos; alguno de los alumnos ms atrevido comenz a aplaudir, y viendo que el viejo catedrtico no slo no se incomodaba, sino que saludaba como reconocido, aplaudieron an ms. Esto es una ridiculez dijo Hurtado. A l no le debe parecer eso replic Aracil rindose; pero si es tan majadero que le gusta que le aplaudan, le aplaudiremos. El profesor era un pobre hombre presuntuoso, ridculo. Haba estudiado en Pars y adquirido los gestos y las posturas amaneradas de un francs petulante. El buen seor comenz un discurso de salutacin a sus alumnos, muy enftico y altisonante, con algunos toques sentimentales: les habl de su maestro Liebig, de su amigo Pasteur, de su camarada Berthelot7, de la Ciencia, del microscopio... Su melena blanca, su bigote engomado, su perilla puntiaguda, que le temblaba al hablar, su voz hueca y solemne le daban el aspecto de un padre severo de drama, y alguno de los estudiantes que encontr este parecido, recit

    3 En 1767 (s. XVIII) el rey Carlos III expuls a la orden de los jesuitas de Espaa y se apropi, para el Estado, de este Colegio religioso construido en 1564. Efectivamente, el edificio, que se halla en el centro histrico de Madrid, aloj estudios universitarios (bellas artes, arquitectura, farmacia, medicina, etc) hasta bien entrado el s. XX. Desde 1945 es instituto de secundaria con el nombre de San Isidro. 4 pintor flamenco barroco (Jacob Jordaens, s. XVII).

    5 apstoles que escribieron los evangelios de Jess: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El centro educativo tiene nombre de santo, y se

    ha adaptado como aula una antigua capilla en cuyas paredes y techos hay frescos de estilo barroco, con representaciones de escenas bblicas y de los cuatro evangelistas. Es decir, los datos sobre el centro y la descripcin realista del aula le sirven a Baroja para subrayar la incoherencia (en contraste absurdo) de dos visiones del mundo completamente opuestas que se yuxtaponen en el mismo lugar: una, la mentalidad antigua, religiosa, esencialmente anticientfica, representada por la historia del aula y el edificio en s; y la otra, la moderna, asociada a las asignaturas de la carrera de medicina que se imparten all, supuestamente racionalista y cientfica. 6 una porcin de: muchas

    7 Liebig (qumico alemn), Pasteur y Berthelot (qumicos franceses): cientficos de la 2 mitad del s. XIX. Famosos mundialmente por

    sus descubrimientos.

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    en voz alta y cavernosa los versos de Don Diego Tenorio cuando entra en la Hostera del Laurel en el drama de Zorrilla8:

    Que un hombre de mi linaje descienda a tan ruin mansin.

    Los que estaban al lado del recitador irrespetuoso se echaron a rer, y los dems estudiantes miraron al grupo de los alborotadores. Qu es eso? Qu pasa? dijo el profesor ponindose los lentes y acercndose al barandado de la tribuna. Es que alguno ha perdido la herradura por ah? Yo suplico a los que estn al lado de ese asno que rebuzna con tal perfeccin que se alejen de l, porque sus coces deben ser mortales de necesidad. Rieron los estudiantes con gran entusiasmo, el profesor dio por terminada la clase retirndose, haciendo un saludo ceremonioso y los chicos aplaudieron a rabiar. Sali Andrs Hurtado con Aracil, y los dos, en compaa del joven de la barba rubia, que se llamaba Montaner, se encaminaron a la Universidad Central, en donde daban la clase de Zoologa y la de Botnica. En esta ltima los estudiantes intentaron repetir el escndalo de la clase de Qumica; pero el profesor, un viejecillo seco y malhumorado, les sali al encuentro, y les dijo que de l no se rea nadie, ni nadie le aplauda como si fuera un histrin. De la Universidad, Montaner, Aracil y Hurtado marcharon hacia el centro. Andrs experimentaba por Julio Aracil bastante antipata, aunque en algunas cosas le reconoca cierta superioridad; pero sinti an mayor aversin por Montaner. Las primeras palabras entre Montaner y Hurtado fueron poco amables. Montaner hablaba con una seguridad de todo algo ofensiva; se crea, sin duda, un hombre de mundo. Hurtado le replic varias veces bruscamente. Los dos condiscpulos se encontraron en esta primera conversacin completamente en desacuerdo. Hurtado era republicano9, Montaner, defensor de la familia real; Hurtado era enemigo de la burguesa; Montaner partidario de la clase rica y de la aristocracia. Dejad esas cosas dijo varias veces Julio Aracil; tan estpido es ser monrquico como republicano; tan tonto defender a los pobres como a los ricos. La cuestin sera tener dinero, un cochecito como se y sealaba uno y una mujer como aqulla. La hostilidad entre Hurtado y Montaner todava se manifest delante del escaparate de una librera. Hurtado, era partidario de los escritores naturalistas, que a Montaner no le gustaban; Hurtado, era entusiasta de Espronceda; Montaner, de Zorrilla10; no se entendan en nada. Llegaron a la Puerta del Sol y tomaron por la Carrera de San Jernimo. Bueno, yo me voy a casa dijo Hurtado. Dnde vives? le pregunt Aracil. En la calle de Atocha.

    8 Se refiere a la obra teatral romntica Don Juan Tenorio, estrenada en 1844, y desde entonces uno de los dramas ms populares

    del teatro espaol. Efectivamente, D. Diego Tenorio es el padre de D. Juan Tenorio. 9 Eran las discusiones polticas tpicas y tpicas a finales del XIX (haca muy poco tiempo que en Espaa haba fracasado la I

    Repblica): los republicanos liberales frente a los monrquicos conservadores; o los de espritu antiburgus (o sea, anarquista o socialista) frente a los reaccionaros, defensores de la alta burguesa y la aristocracia. 10

    Ahora el enfrentamiento es literario: Hurtado prefiere la literatura rebelde y crtica con la sociedad (por ejemplo, Espronceda, autor romntico; y los autores naturalistas de finales del s. XIX, los cuales denunciaban abiertamente todos los vicios sociales e individuales). Montaner prefiere, sin embargo, una literatura ms convencional, caracterizada por el romanticismo tradicionalista de Zorrilla y por el rechazo a los naturalistas.

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    Pues los tres vivimos cerca. Fueron juntos a la plaza de Antn Martn y all se separaron con muy poca afabilidad. 2. Los estudiantes En esta poca era todava Madrid una de las pocas ciudades que conservaba espritu romntico11. Todos los pueblos tienen, sin duda, una serie de frmulas prcticas para la vida, consecuencia de la raza, de la historia, del ambiente fsico y moral. Tales frmulas, tal especial manera de ver, constituye un pragmatismo til, simplificador, sintetizador. El pragmatismo nacional cumple su misin mientras deja paso libre a la realidad; pero si se cierra este paso, entonces la normalidad de un pueblo se altera, la atmsfera se enrarece, las ideas y los hechos toman perspectivas falsas. En un ambiente de ficciones, residuo de un pragmatismo viejo y sin renovacin, viva el Madrid de hace aos12. Otras ciudades espaolas se haban dado alguna cuenta de la necesidad de transformarse y de cambiar; Madrid segua inmvil, sin curiosidad, sin deseo de cambio. El estudiante madrileo, sobre todo el venido de provincias, llegaba a la corte13 con un espritu donjuanesco, con la idea de divertirse, jugar, perseguir a las mujeres, pensando, como deca el profesor de Qumica con su solemnidad habitual, quemarse pronto en un ambiente demasiado oxigenado14.

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    El captulo 1 ha servido para contar el primer da de universidad de AHurtado, y para presentarlo someramente. A continuacin, los captulos 2, 3, 4 y parte del 5 suponen un corte brusco del ritmo narrativo mediante un amplsimo resumen acerca del pasado y la familia de este personaje. La tcnica narrativa empleada aqu, que consiste en arrancar el relato con una presentacin panormica situada en un momento y lugar concretos (el ambiente de un primer da de universidad), para pasar a continuacin, mediante un salto atrs narrativo, a ofrecer una necesaria informacin previa, despus de la cual se regresa al punto de la accin donde la haba dejado el narrador antes del salto atrs, corresponde a un modelo establecido por la novela realista del s. XIX, ej. Galds. Este 2 captulo va a empezar con un extenso comentario valorativo de Baroja. Concretamente, en esta primera frase, Baroja opone, implcitamente, el espritu romntico al espritu positivo o moderno. l (como hombre de formacin cientfica) va a censurar a los madrileos, personas que se niegan a adaptarse al presente, a los tiempos modernos. 12

    Se llama "determinismo" a la doctrina que implcitamente defiende aqu Baroja. A finales del s. XIX, el positivismo cientfico y las corrientes literarias del realismo y el naturalismo crean firmemente en el determinismo. El determinismo explica que la vida humana (costumbres, salud, formas de pensar, gustos, tradiciones, pero tambin vicios, enfermedades, etc) est completamente condicionada por leyes naturales de carcter causal y mecnico, especialmente por la herencia gentica y por el medio (entorno o hbitat). La herencia gentica se relaciona con la salud o enfermedad (fsica y espiritual) del individuo y de la sociedad; y el medio se relaciona con la clase social o la raza a la que se pertenece, la historia y la geografa del pas donde uno vive, la alimentacin y el vestuario, la mentalidad y las ideas, etc. Existe lgicamente una estrechsima relacin entre lo gentico-hereditario y el entorno pues las leyes naturales que rigen lo uno y lo otro son las mismas. La teora evolucionista de Darwin (que surge en pleno s. XIX) fue interpretada durante muchsimo tiempo como una explicacin determinista del origen las especies animales. Baroja (como AHurtado) era mdico y un mdico a finales del s. XIX era, en general, un cientfico con una visin determinista de la vida y la salud del individuo y la sociedad. El concepto de raza (que emplea Baroja varias veces en la novela y con el que da nombre a la triloga en la que incluy El rbol de la ciencia) es, en s mismo, un trmino determinista, y viene a significar la forma de ser, las caractersticas espirituales, la personalidad o idiosincrasia de Espaa y los espaoles. El determinismo a) suele negar en mayor o menor grado la libertad del individuo pues este no es otra cosa que la "consecuencia" (inevitable y necesaria) de la gentica y las circunstancias que lo rodean; b) defiende que las enfermedades corporales (fsicas y mentales) influyen decisivamente en las degeneracin moral del individuo, en si es bueno o malo, si tiene sentido del deber o no, si es capaz de pensar en los dems o no, si tiene instintos destructivos o no, etc. Para el determinista, un tuberculoso o un loco son enfermos corporales e, inevitablemente, tambin son enfermos morales, es decir, sus conductas (costumbres y relaciones con los dems) estarn perturbadas, sern patolgicas. Un loco y un tuberculoso son unos degenerados, personas sin sentido de la moral o con una moral enferma, poco higinica, poco fiable socialmente, incluso peligrosa. Todas estas ideas estn muy presentes, implcita o explcitamente, en esta novela, no solo en la naturaleza de los personajes sino tambin en la mentalidad de Baroja, en su forma de ver el mundo y la vida. 13

    Madrid (donde siempre ha estado la corte real). Recordemos que a Madrid tambin se la llama la Villa y Corte. 14

    El profesor de Qumica habla metafricamente utilizando trminos de esta ciencia. El oxgeno que produce la combustin sera los ambientes de juerga de Madrid, y las cosas que se queman (que se echan a perder) seran los estudiantes.

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    Menos el sentido religioso, la mayora no lo tenan, ni les preocupaba gran cosa la religin; los estudiantes de las postrimeras del siglo XIX venan a la corte con el espritu de un estudiante del siglo XVII15, con la ilusin de imitar, dentro de lo posible, a Don Juan Tenorio y de vivir

    llevando a sangre y a fuego

    amores y desafos16

    . El estudiante culto, aunque quisiera ver las cosas dentro de la realidad e intentara adquirir una idea clara de su pas y del papel que representaba en el mundo, no poda. La accin de la cultura europea en Espaa era realmente restringida, y localizada a cuestiones tcnicas, los peridicos daban una idea incompleta de todo; la tendencia general era hacer creer que lo grande de Espaa poda ser pequeo fuera de ella y al contrario, por una especie de mala fe internacional. Si en Francia o en Alemania no hablaban de las cosas de Espaa, o hablaban de ellas en broma, era porque nos odiaban; tenamos aqu grandes hombres que producan la envidia de otros pases: Castelar, Cnovas, Echegaray17... Espaa entera, y Madrid sobre todo, viva en un ambiente de optimismo absurdo: todo lo espaol era lo mejor. Esa tendencia natural a la mentira, a la ilusin del pas pobre que se asla, contribua al estancamiento, a la fosilizacin de las ideas18. Aquel ambiente de inmovilidad, de falsedad, se reflejaba en las ctedras. Andrs Hurtado pudo comprobarlo al comenzar a estudiar Medicina. Los profesores del ao preparatorio eran viejsimos; haba algunos que llevaban cerca de cincuenta aos explicando. Sin duda no los jubilaban por sus influencias y por esa simpata y respeto que ha habido siempre en Espaa por lo intil. Sobre todo, aquella clase de Qumica de la antigua capilla del Instituto de San Isidro era escandalosa. El viejo profesor recordaba las conferencias del Instituto de Francia19, de clebres qumicos, y crea, sin duda, que explicando la obtencin del nitrgeno y del cloro estaba haciendo un descubrimiento, y le gustaba que le aplaudieran. Satisfaca su pueril vanidad dejando los experimentos aparatosos para la conclusin de la clase con el fin de retirarse entre aplausos como un prestidigitador. 15

    El razonamiento determinista de Baroja quiere decir lo siguiente: las frmulas prcticas (costumbres) que emplea una sociedad para vivir (alimentacin, salud e higiene, relaciones de amistad, sexualidad, vida matrimonial y familiar, actitud ante el trabajo o el estudio, vestuario, diversiones, etc.) son el resultado de la accin de la historia, de la raza y del ambiente fsico y moral. Estas formas o frmulas de vida tradicionales son tiles siempre que la gente de cada poca sea capaz de adaptarlas al presente, a su presente. Tal adaptacin no se ha producido en Madrid (s en otras ciudades de Espaa). Los madrileos (y los estudiantes madrileos en particular), ajenos por completo a los avances cientficos y a la modernizacin de las formas de vida, reproducen conductas e ideas extraordinariamente antiguas (del s. XVII o del romanticismo), esto es, viven anclados en el pasado, y, en consecuencia, se inventan un mundo irreal, lleno de ilusiones, mitos, fantasas e interpretaciones errneas de la realidad. Triunfan el inmovilismo, la cerrazn, y el espejismo de que todo lo que se hace y se piensa es lo mejor que hay en el mundo. Se inventan enemigos de Espaa y lo espaol, y se tergiversa la Historia. Los madrileos se niegan a cambiar, a progresar, a abrirse a los nuevos tiempos. Este desajuste histrico, este anacronismo, produce en los estudiantes un completo desprecio por el conocimiento (estudiar, leer, investigar, pensar) y, paralelamente, una exaltacin de lo ms inmediato y grosero: comer, vivir, medrar, divertirse, gastar dinero y disfrutar de lo lindo. El resto sobra. 16

    Nueva cita del drama Don Juan Tenorio de Zorrilla. O sea, vivir exclusivamente para amores (aventuras amorosas) y para desafos (peleas y duelos por honor, por amores, por apuestas, etc.), aunque esa vida lleve al fracaso o a la destruccin (crcel, enfermedades, muerte). A sangre y fuego es una frase hecha: destruir despreocupadamente a personas o cosas. 17

    Castelar y, sobre todo, Cnovas del Castillo fueron destacados polticos en la Espaa de finales del XIX y principios del XX, es decir, del periodo de la Restauracin monrquica (estamos en el reinado de Alfonso XII). Echegaray fue autor teatral y premio Nobel de literatura en 1904. En 1911, cuando Baroja escribe esta novela, los tres son personajes completamente desacreditados entre los escritores jvenes modernistas y noventayochistas. 18

    Baroja, sin decirlo, se hace eco aqu de uno de los argumentos ms empleados en Espaa por los sectores conservadores y reaccionarios del pas (prensa, clero, polticos, diversos intelectuales, etc.): los europeos no nos quieren porque nos tienen envida, porque nos ven superiores, pero no son capaces de admitirlo. Esta manera de pensar (absurda segn AHurtado) sera una consecuencia de la Leyenda Negra contra Espaa, creada por las grandes potencias europeas (Holanda, Inglaterra, Francia) desde el s. XVI para desprestigiar el imperio espaol de Amrica, tan codiciado por otros pases. Es decir, Europa nos ha envidiado siempre y siempre nos ha criticado injustamente. Los autores del 98, reformistas y regeneracionistas, rechazaban por completo estos argumentos considerndolos estpidos, demaggicos y pueriles. 19

    destacado centro de estudios parisino donde, hasta finales del s. XIX, se hallaba la Academia de las Ciencias, que inclua los estudios de fsica, qumica, biologa, etc.

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    Los estudiantes le aplaudan, riendo a carcajadas. A veces, en medio de la clase, a alguno de los alumnos se le ocurra marcharse, se levantaba y se iba. Al bajar por la escalera de la gradera los pasos del fugitivo producan gran estrpito, y los dems muchachos sentados llevaban el comps golpeando con los pies y con los bastones. En la clase se hablaba, se fumaba, se lean novelas, nadie segua la explicacin; alguno lleg a presentarse con una corneta, y cuando el profesor se dispona a echar en un vaso de agua un trozo de potasio, dio dos toques de atencin; otro meti un perro vagabundo, y fue un problema echarlo. Haba estudiantes descarados que llegaban a las mayores insolencias; gritaban, rebuznaban, interrumpan al profesor. Una de las gracias de estos estudiantes era la de dar un nombre falso cuando se lo preguntaban. Usted deca el profesor sealndole con el dedo, mientras le temblaba la perilla por la clera, cmo se llama usted? Quin? Yo? S, seor usted, usted! Cmo se llama usted? aada el profesor, mirando la lista. Salvador Snchez. Alias Frascuelo20 deca alguno, entendido con l. Me llamo Salvador Snchez; no s a quin le importar que me llame as, y si hay alguno que le importe, que lo diga replicaba el estudiante, mirando al sitio de donde haba salido la voz y hacindose el incomodado. Vaya usted a paseo! replicaba el otro. Eh! Eh! Fuera! Al corral! gritaban varias voces. Bueno, bueno. Est bien. Vyase usted deca el profesor, temiendo las consecuencias de estos altercados. El muchacho se marchaba, y a los pocos das volva a repetir la gracia, dando como suyo el nombre de algn poltico clebre o de algn torero. Andrs Hurtado los primeros das de clase no sala de su asombro. Todo aquello era demasiado absurdo. l hubiese querido encontrar una disciplina fuerte y al mismo tiempo afectuosa, y se encontraba con una clase grotesca en que los alumnos se burlaban del profesor. Su preparacin para la ciencia no poda ser ms desdichada. 3. Andrs Hurtado y su familia En casi todos los momentos de su vida Andrs experimentaba la sensacin de sentirse solo y abandonado. La muerte de su madre le haba dejado un gran vaco en el alma y una inclinacin por la tristeza. La familia de Andrs, muy numerosa, se hallaba formada por el padre y cinco hermanos. El padre, don Pedro Hurtado, era un seor alto, flaco, elegante, hombre guapo y calavera en su juventud. De un egosmo frentico, se consideraba el meta-centro del mundo. Tena una desigualdad de carcter perturbadora, una mezcla de sentimientos aristocrticos y plebeyos insoportable. Su manera de ser se revelaba de una manera inslita e inesperada. Diriga la casa despticamente, con una mezcla de chinchorrera y de abandono, de despotismo y de arbitrariedad, que a Andrs le sacaba de quicio. Varias veces, al or a don Pedro quejarse del cuidado que le proporcionaba el manejo de la casa, sus hijos le dijeron que lo dejara en manos de Margarita. Margarita contaba ya veinte aos y saba atender a las necesidades familiares mejor que el padre; pero don Pedro no quera.

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    Frascuelo (seudnimo) fue un torero muy conocido en la poca (finales del s XIX). El nombre autntico del matador era Salvador Snchez, de ah la broma.

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    A ste le gustaba disponer del dinero, tena como norma gastar de cuando en cuando veinte o treinta duros21 en caprichos suyos, aunque supiera que en su casa se necesitaran para algo imprescindible. Don Pedro ocupaba el cuarto mejor, usaba ropa interior fina, no poda utilizar pauelos de algodn como todos los dems de la familia, sino de hilo y de seda. Era socio de dos casinos, cultivaba amistades con gente de posicin y con algunos aristcratas, y administraba22 la casa de la calle de Atocha, donde vivan. Su mujer, Fermina Iturrioz, fue una vctima; pas la existencia creyendo que sufrir era el destino natural de la mujer. Despus de muerta, don Pedro Hurtado haca el honor a la difunta de reconocer sus grandes virtudes. No os parecis a vuestra madre deca a sus hijos; aqulla fue una santa. A Andrs le molestaba que don Pedro hablara tanto de su madre, y a veces le contest violentamente, dicindole que dejara en paz a los muertos. De los hijos, el mayor y el pequeo, Alejandro y Luis, eran los favoritos del padre. Alejandro era un retrato degradado de don Pedro. Ms intil y egosta an, nunca quiso hacer nada, ni estudiar ni trabajar, y le haban colocado en una oficina del Estado, adonde iba solamente a cobrar el sueldo23. Alejandro daba espectculos bochornosos en casa; volva a las altas horas de las tabernas, se emborrachaba y vomitaba y molestaba a todo el mundo. Al comenzar la carrera Andrs, Margarita tena unos veinte aos. Era una muchacha decidida, un poco seca, dominadora y egosta. Pedro vena tras ella en edad y representaba la indiferencia filosfica24 y la buena pasta. Estudiaba para abogado, y sala bien por recomendaciones25; pero no se cuidaba de la carrera para nada. Iba al teatro, se vesta con elegancia, tena todos los meses una novia distinta. Dentro de sus medios gozaba de la vida alegremente. El hermano pequeo, Luisito, de cuatro o cinco aos, tena poca salud.

    La disposicin espiritual de la familia era un tanto original. Don Pedro prefera a Alejandro y a Luis; consideraba a Margarita como si fuera una persona mayor; le era indiferente su hijo Pedro, y casi odiaba a Andrs, porque no se someta a su voluntad. Hubiera habido que profundizar mucho para encontrar en l algn afecto paternal.

    Alejandro senta dentro de la casa las mismas simpatas que el padre; Margarita quera ms que a nadie a Pedro y a Luisito, estimaba a Andrs y respetaba a su padre. Pedro era un poco indiferente; experimentaba algn cario por Margarita y por Luisito y una gran admiracin por Andrs. Respecto a este ltimo, quera apasionadamente al hermano pequeo, tena afecto por Pedro y por Margarita, aunque con sta rea constantemente, despreciaba a Alejandro y casi odiaba a su padre; no le poda soportar, le encontraba petulante, egosta, necio, pagado de s mismo.

    21

    Un duro eran 5 pesetas, luego 20 duros eran 100 pesetas y 30 duros, 150. Era muchsimo dinero. Tengamos en cuenta que entre 1898 y 1900 un sueldo mediano (por ej, empleado de oficina o de una tienda) era de unas 30 pesetas al mes. Es decir, el padre de AHurtado era capaz de gastarse lo equivalente a un sueldo entero en ciertos caprichos. 22

    O sea, era el administrador de toda la finca donde viva: cobraba recibos de cada vivienda, arreglaba desperfectos del edificio, reuna a los propietarios para discutir problemas de la comunidad, etc. 23

    Hay que entender que Alejandro era un funcionario o empleado nombrado por el partido poltico de turno que estaba en el poder. Y cabe deducir que fue el padre, a travs de sus amistades, quien lo haba colocado en algn ministerio mediante "enchufe" (recomendacin). Muchos de estos funcionarios no trabajaban, solo iban a recoger la paga mensual, como cuenta aqu Baroja. Y no trabajaban sencillamente porque en los ministerios no haba bastante ocupacin para tantos funcionarios como vivan de sueldos del Estado. 24

    indiferencia filosfica. No tena preocupaciones intelectuales de ninguna clase. 25

    enchufe. O sea, que iba aprobando por las splicas que se hacan o favores que se pedan a los profesores de Derecho (se supone, de nuevo, que las llevaba a cabo el padre directamente o amigos a de la familia por peticin de este).

  • 13

    Entre padre e hijo exista una incompatibilidad absoluta, completa, no podan estar conformes en nada. Bastaba que uno afirmara una cosa para que el otro tomara la posicin contraria. 4. En el aislamiento La madre de Andrs, navarra fantica26, haba llevado a los nueve o diez aos a sus hijos a confesarse.

    Andrs, de chico, sinti mucho miedo, slo con la idea de acercarse al confesionario. Llevaba en la memoria, el da de la primera confesin, como una cosa trascendental, la lista de todos sus pecados; pero aquel da, sin duda, el cura tena prisa y le despach sin dar gran importancia a sus pequeas transgresiones morales.

    Esta primera confesin fue para l un chorro de agua fra; su hermano Pedro le dijo que l se haba confesado ya varias veces, pero que nunca se tomaba el trabajo de recordar sus pecados. A la segunda confesin, Andrs fue dispuesto a no decir al cura ms que cuatro cosas para salir del paso. A la tercera o cuarta vez se comulgaba sin confesarse sin el menor escrpulo.

    Despus, cuando muri su madre, en algunas ocasiones su padre y su hermana le preguntaban si haba cumplido con Pascua, a lo cual l contestaba que s indiferentemente27.

    Los dos hermanos mayores, Alejandro y Pedro, haban estudiado en un colegio mientras cursaban el bachillerato; pero al llegar el turno a Andrs, el padre dijo que era mucho gasto, y llevaron al chico al Instituto de San Isidro, y all estudi un tanto abandonado. Aquel abandono y el andar con los chicos de la calle despabil a Andrs.

    Se senta aislado de la familia, sin madre, muy solo, y la soledad le hizo reconcentrado y triste. No le gustaba ir a los paseos donde hubiera gente, como a su hermano Pedro; prefera meterse en su cuarto y leer novelas.

    Su imaginacin galopaba, lo consuma todo de antemano. Har esto y luego esto pensaba. Y despus? Y resolva este despus y se le presentaba otro y otro28.

    26

    navarra fantica es una generalizacin de Baroja que quiere decir que era exageradamente beata. En Navarra durante el s. XIX domin ampliamente el carlismo, una ideologa poltica que exaltaba el absolutismo monrquico antiliberal y la fe ultracatlica. No es de extraar entonces el que, siendo la madre navarra, fuera tambin exageradamente religiosa, hasta el fanatismo. 27

    pequeas transgresiones morales: pecadillos infantiles; escrpulo: sentimiento de culpa o pecado. La experiencia infantil de Andrs con la religin resulta muy decepcionante (un chorro de agua fra). Como nio que era, crea firmemente en lo aprendido en casa: la necesidad de limpiar el alma llena de pecados para no ir al infierno, la importancia de la confesin, imprescindible para despus comulgar limpio de pecado, el ir a misa con regularidad, etc. Pero lo que se encuentra en la iglesia el primer da que va, todo persuadido de hallarse ante un momento decisivo de su vida, es un cura descuidado que no hace mucho caso a sus pecadillos infantiles (pequeas transgresiones morales). Poco despus, en la casa, su hermano Pedro le viene a decir que l no se toma en serio lo de confesarse. El resultado de todo ello es que, para Andrs, la fe religiosa carece de autenticidad, que es una mentira que mantenemos por convencionalismo social o por tradicin pero en la que nadie cree de verdad. A partir de esta conclusin personal, Andrs pierde el inters por la fe (por eso ya no se preocupa de preparar bien sus confesiones y por eso deja de ir a misa, aunque ante el padre manifieste con indiferencia que s lo hace). Conviene, de todos modos, resaltar una cuestin: igual que le ocurre ante la universidad y la familia, es el no encontrar honradez, rectitud y sinceridad de pensamiento y conducta, lo que lo conduce al agnosticismo religioso o al atesmo. Andrs/Baroja no desprecia la religin por la religin misma, sino la falsedad, la hipocresa, la mentira, y, en la misma lnea, el fanatismo y la intransigencia de la Iglesia Catlica. Andrs no consigue de ninguna manera conciliar su personalidad y forma de pensar con el mundo que lo rodea. 28

    Fijmonos en que la soledad y el aislamiento de Andrs (su inadaptacin) no es solamente social (universidad, amistades, etc), sino tambin familiar. Y fijmonos en que, en su mundo de soledad, unas veces, recurre a leer novelas, y otras se ve dominado por la imaginacin, que acta en l como un deseo enloquecido e ilimitado, un deseo de hacer cosas que no se agota nunca, y que lo consuma todo de antemano, es decir, que le provocaba una insatisfaccin y una angustia permanentes. As pues, la tendencia a dejarse llevar por la imaginacin y la fantasa ya aparece en estas palabras como un elemento perturbador, patolgico (enfermizo), que acta negativamente sobre l mismo pues le hace perder el equilibrio emocional. A lo largo de la novela se va insistir una y otra vez en esta enfermedad de la fantasa que se manifiesta tanto en los pensamientos como en las conductas de Andrs. Pero esta reaccin o conducta espiritual de AHurtado es comn a muchsimos escritores (y personajes) del novecientos, de hecho, es un indicio de la llamada crisis de fin de siglo. La realidad es despreciable, el conformismo de la gente, la inmoralidad y la hipocresa, la mediocridad y la vulgaridad machacan la pureza del alma humana, la sed de ideales y de infinito. Del alma en crisis de AHurtado

  • 14

    Cuando concluy el bachillerato se decidi a estudiar Medicina sin consultar a nadie. Su padre se lo haba indicado muchas veces: estudia lo que quieras; eso es cosa tuya.

    A pesar de decrselo y de recomendrselo, el que su hijo siguiese sus inclinaciones sin consultrselo a nadie, interiormente le indignaba. Don Pedro estaba constantemente predispuesto contra aquel hijo, que l consideraba dscolo y rebelde. Andrs no ceda en lo que estimaba derecho suyo, y se plantaba contra su padre y su hermano mayor con una terquedad violenta y agresiva. Margarita tena que intervenir en estas trifulcas, que casi siempre concluan marchndose Andrs a su cuarto. Las discusiones comenzaban por la cosa ms insignificante; el desacuerdo entre padre e hijo no necesitaba un motivo especial para manifestarse: era absoluto y completo; cualquier punto que se tocara bastaba para hacer brotar la hostilidad, no se cambiaba entre ellos una palabra amable. Generalmente, el motivo de las discusiones era poltico; don Pedro se burlaba de los revolucionarios, a quien diriga todos sus desprecios e invectivas, y Andrs contestaba insultando a la burguesa, a los curas y al ejrcito. Don Pedro aseguraba que una persona decente no poda ser ms que conservador. En los partidos avanzados tena que haber necesariamente gentuza, segn l. Para don Pedro el hombre rico era el hombre por excelencia; tenda a considerar la riqueza, no como una casualidad, sino como una virtud; adems supona que con el dinero se poda todo. Andrs recordaba el caso frecuente de muchachos imbciles, hijos de familias ricas, y demostraba que un hombre con un arca llena de oro y un par de millones del Banco de Inglaterra en una isla desierta, no podra hacer nada; pero su padre no se dignaba atender estos argumentos29. Las discusiones de casa de Hurtado se reflejaban invertidas en el piso de arriba entre un seor cataln y su hijo. En casa del cataln, el padre era el liberal y el hijo el conservador; ahora, que el padre era un liberal cndido y que hablaba mal el castellano, y el hijo un conservador30 muy burln y mal intencionado. Muchas veces se oa llegar desde el patio una voz de trueno con acento cataln, que deca: Si la Gloriosa31 no se hubiera quedado en su camino, ya se hubiera visto lo que era Espaa. Y poco despus la voz del hijo, que gritaba burlonamente: La Gloriosa! Valiente mamarrachada! Qu estpidas discusiones! deca Margarita con un mohn de desprecio, dirigindose a su hermano Andrs. Como si por lo que vosotros hablis se fueran a resolver las cosas! A medida que Andrs se haca hombre, la hostilidad entre l y su padre aumentaba. El hijo no le perda nunca dinero; quera considerar a don Pedro como a un extrao.

    brota la angustia y la rebelda romnticas, una insatisfaccin exaltada que desprecia con violencia el mundo materialista y utilitarista (burgus) que lo rodea, pero que al mismo tiempo, pone en peligro su equilibrio emocional. 29

    De nuevo aparecen los antagonismos tpicos de la poltica de la poca: conservadores (defensores de la riqueza, de la burguesa, la iglesia y el ejrcito) frente a los revolucionarios (republicanos, socialistas, anarquistas, etc) que luchaban por la justicia social y defendan a los trabajadores y a los pobres. 30

    Liberales y conservadores eran los dos partidos que se turnaron en el poder durante todo el rgimen de la Restauracin borbnica (1975-1929). Unos y otros fueron cmplices del caciquismo y de un sistema constitucional aparentemente democrtico que en realidad estaba profundamente corrompido. 31

    La Revolucin de 1868 o La Gloriosa fue un levantamiento revolucionario espaol de enorme apoyo popular que trajo consigo el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del perodo denominado Sexenio Democrtico. La Gloriosa supuso una brusca sacudida en la historia del siglo XIX espaol, ya que a partir de ella se produce el primer intento de establecer un rgimen poltico verdaderamente democrtico, primero en forma de monarqua parlamentaria (reinado de Amadeo I, 1871-1873), y despus en forma de Repblica (I Repblica Espaola, 1873-1874). Sin embargo, ambas frmulas acaban fracasando. Lgicamente, como ocurre en esta disputa entre padre e hijo, los liberales exaltaban La Gloriosa y los conservadores la despreciaban.

  • 15

    5. El rincn de Andrs La casa donde viva la familia Hurtado era propiedad de un marqus, a quien don Pedro haba conocido en el colegio. Don Pedro la administraba, cobraba los alquileres y hablaba mucho y con entusiasmo del marqus y de sus fincas, lo que a su hijo le pareca de una absoluta bajeza. La familia de Hurtado estaba bien relacionada; don Pedro, a pesar de sus arbitrariedades y de su despotismo casero, era amabilsimo con los de fuera y saba sostener las amistades tiles. Hurtado32 conoca a toda la vecindad y era muy complaciente con ella. Guardaba a los vecinos muchas atenciones menos a los de las guardillas33, a quienes odiaba. En su teora del dinero, equivalente a mrito, llevada a la prctica, desheredado tena que ser sinnimo de miserable. Don Pedro, sin pensarlo, era un hombre a la antigua; la sospecha de que un obrero pretendiese considerarse como una persona, o de que una mujer quisiera ser independiente le ofenda como un insulto. Slo perdonaba a la gente pobre su pobreza, si unan a sta la desvergenza y la canallera. Para la gente baja, a quien se poda hablar de t, chulos, mozas de partido, jugadores, guardaba don Pedro todas sus simpatas. En la casa, en uno de los cuartos del piso tercero, vivan dos ex bailarinas, protegidas por un viejo senador34. La familia de Hurtado las conoca por las del Moete. El origen del apodo provena de la nia de la favorita del viejo senador. A la nia la peinaban con un moo recogido en medio de la cabeza muy pequeo. Luisito, al verla por primera vez, la llam la Chica del Moete, y luego el apodo del Moete pas por extensin a la madre y a la ta. Don Pedro hablaba con frecuencia de las dos ex bailarinas y las elogiaba mucho; su hijo Alejandro celebraba las frases de su padre como si fueran de un camarada suyo; Margarita se quedaba seria al or las alusiones a la vida licenciosa de las bailarinas, y Andrs volva la cabeza desdeosamente, dando a entender que los alardes cnicos de su padre le parecan ridculos y fuera de lugar. nicamente a las horas de comer Andrs se reuna con su familia; en lo restante del tiempo no se le vea. Durante el bachillerato, Andrs haba dormido en la misma habitacin que su hermano Pedro; pero al comenzar la carrera pidi a Margarita le trasladaran a un cuarto bajo de techo, utilizado para guardar trastos viejos.

    32

    Se refiere al padre, a don Pedro. 33

    o buhardillas. Los cuartos ms altos de un edificio con techos inclinados que aprovechan el hueco del tejado. Durante el s. XIX eran las viviendas ms baratas (diminutas, sin agua corriente, muchas veces sin luz y muy insalubres). En ellas viva la gente ms miserable, los "desheredados", como se dice despus. 34

    Se da a entender que estas exbailarinas eran "queridas" (amantes) del viejo senador y que este las mantena. Lo de que eran bailarinas se refiere a que desde los aos 60 del s. XIX hasta los aos 30 del s. XX se hicieron muy populares en las grandes ciudades (Pars, Berln, Londres, Barcelona, Madrid...) los espectculos (o teatro) de variedades. Dentro del teatro de variedades haba muchsimos gneros diferentes (caf-cantante, cabaret, music-hall, revista, vodevil, burlesque etc, incluso el circo). Los ingredientes comunes a todos ellos eran los nmeros de humor y stira; la presentacin de fenmenos raros o extravagantes (como habilidades atlticas, animales amaestrados, magia e ilusionismo, saltimbanquis y contorsionistas y hasta personas con deformidades monstruosas); y los nmeros musicales (casi siempre acompaados de canciones y bailes). Tanto el humor como la msica y los bailes se realizaban con coreografas que solan incluir alusiones erticas y sexuales, de forma que el vestuario y los movimientos de las bailarinas eran muy insinuantes ("picantes"). Las chicas que se dedicaban al baile en los espectculos de variedades saban que tenan que salir a escena muy ligeras de ropa y, por la misma razn, los empresarios contrataban a muchachas atrevidas (y atractivas) que fueran del gusto del pblico masculino. En realidad, era ms importante lo que estas "enseaban o insinuaban que sus cualidades como bailarinas o cantantes. Tampoco era infrecuente que, en este tipo de ambientes, muchas de estas mujeres mantuvieran relaciones sexuales (pagadas o no) con aquellos varones con recursos que asistan a los espectculos. Hay que imaginar que las dos ex-bailarinas de las que se habla aqu se haban dedicado al teatro de variedades y que de ah haban pasado a ser mantenidas por el viejo senador. As pues, otro detalle ms con que Baroja denuncia el estado de degradacin moral de los polticos espaoles de la poca.

  • 16

    Margarita, al principio, se opuso; pero luego accedi; mand quitar los armarios y bales, y all se instal Andrs. La casa era grande, con esos pasillos y recovecos un poco misteriosos de las construcciones antiguas. Para llegar al nuevo cuarto de Andrs haba que subir unas escaleras, lo que le dejaba completamente independiente. El cuartucho tena un aspecto de celda; Andrs pidi a Margarita le cediera un armario y lo llen de libros y papeles, colg en las paredes los huesos del esqueleto que le dio su to el doctor Iturrioz y dej el cuarto con cierto aire de antro de mago o de nigromntico. All se encontraba a su gusto, solo; deca que estudiaba mejor con aquel silencio; pero muchas veces se pasaba el tiempo leyendo novelas o mirando sencillamente por la ventana. Esta ventana caa sobre la parte de atrs de varias casas de las calles de Santa Isabel y de la Esperancilla, y sobre unos patios y tejavanas. Andrs haba dado nombres novelescos a lo que se vea desde all: la casa misteriosa, la casa de la escalera, la torre de la cruz, el puente del gato negro, el tejado del depsito de agua35... Los gatos de casa de Andrs salan por la ventana y hacan largas excursiones por estas tejavanas y saledizos, robaban de las cocinas, y un da uno de ellos se present con una perdiz en la boca. Luisito sola ir contentsimo al cuarto de su hermano, observaba las maniobras de los gatos, miraba la calavera con curiosidad; le produca todo un gran entusiasmo. Pedro, que siempre haba tenido por su hermano cierta admiracin, iba tambin a verle a su cubil y a admirarle como a un bicho raro. Al final del primer ao de carrera, Andrs empez a tener mucho miedo de salir mal de los exmenes36. Las asignaturas eran para marear a cualquiera; los libros, muy voluminosos; apenas haba tiempo para enterarse bien; luego las clases en distintos sitios, distantes los unos de los otros, hacan perder tiempo andando de aqu para all, lo que constitua motivos de distraccin. Adems, y esto Andrs no poda achacrselo a nadie ms que a s mismo, muchas veces, con Aracil y con Montaner, iba, dejando la clase, a la parada de Palacio o al Retiro y despus, por la noche, en vez de estudiar, se dedicaba a leer novelas. Lleg mayo y Andrs se puso a devorar los libros a ver si poda resarcirse del tiempo perdido. Senta un gran temor de salir mal, ms que nada por la rechifla del padre, que poda decir: Para eso creo que no necesitabas tanta soledad. Con gran asombro suyo aprob cuatro asignaturas, y le suspendieron, sin ningn asombro por su parte, en la ltima, en el examen de Qumica. No quiso confesar en casa el pequeo tropiezo e invent que no se haba presentado. Valiente primo! le dijo su hermano Alejandro.

    35

    Obsrvese la tendencia o inclinacin de AHurtado a la soledad, a la lectura, a la contemplacin de cuanto lo rodea, y a la fantasa (a inventarse cosas e historias tomando como punto de partida el mundo contemplado). Ver nota 28. Esta, digamos, enfermedad de la fantasa tambin la padecer lo veremos ms adelante el hermano pequeo, Luisito. 36

    Con esta frase se reactiva la accin narrativa, es decir, se cierra el salto atrs que ha servido para que el lector conozca a fondo el pasado y la familia de AHurtado, as como la personalidad de este. En este captulo 5, y en los siguientes (6, 7, 8) veremos a Andrs avanzar en sus estudios de medicina, eso s, sufriendo siempre experiencias negativas y profundas decepciones con muchas asignaturas. En el captulo 8 se dice que ya est en 4 curso Pero adems de la vida estudiantil, los captulos estn salpicados de comentarios acerca de las costumbres y pensamientos de AHurtado. Un ejemplo lo tenemos aqu, donde Baroja cuenta cmo Andrs pierde el tiempo sin estudiar. Unas veces va de paseo con los amigos a ver el relevo de la Guardia en el Palacio de Oriente, residencia real, que era una parada militar (con revista, relevo y desfile de tropas vestidas con traje de poca) que se realizaba diariamente a ciertas horas; otras veces va a pasearse por los jardines de El Retiro (en el centro de Madrid); otras, pasa las horas mirando distradamente con un anteojo al vecindario desde la ventana de su cuarto.

  • 17

    Andrs decidi estudiar con energa durante el verano. All, en su celda, se encontrara muy bien, muy tranquilo y a gusto. Pronto se olvid de sus propsitos, y en vez de estudiar miraba por la ventana con un anteojo la gente que sala en las casas de vecindad. Por la maana dos muchachitas aparecan en unos balcones lejanos. Cuando se levantaba Andrs ya estaban ellas en el balcn. Se peinaban y se ponan cintas en el pelo. No se les vea bien la cara, porque el anteojo, adems de ser de poco alcance, no era acromtico y daba una gran irisacin a todos los objetos. Un chico que viva enfrente de esas muchachas sola echarlas un rayo de sol con un espejito. Ellas le rean y amenazaban, hasta que, cansadas, se sentaban a coser en el balcn. En una guardilla prxima haba una vecina que, al levantarse, se pintaba la cara. Sin duda no sospechaba que pudieran mirarla y realizaba su operacin de un modo concienzudo. Deba de hacer una verdadera obra de arte; pareca un ebanista barnizando un mueble. Andrs, a pesar de que lea y lea el libro, no se enteraba de nada. Al comenzar a repasar vio que, excepto las primeras lecciones de Qumica, de todo lo dems apenas poda contestar. Pens en buscar alguna recomendacin; no quera decirle nada a su padre, y fue a casa de su to Iturrioz a explicarle lo que le pasaba. Iturrioz le pregunt: Sabes algo de qumica? Muy poco. No has estudiado? S; pero se me olvida todo en seguida. Es que hay que saber estudiar. Salir bien en los exmenes es una cuestin mnemotcnica, que consiste en aprender y repetir el mnimum de datos hasta dominarlos...; pero, en fin, ya no es tiempo de eso; te recomendar; vete con esta carta a casa del profesor. Andrs fue a ver al catedrtico, que le trat como a un recluta. El examen que hizo das despus le asombr por lo detestable37; se levant de la silla confuso, lleno de vergenza. Esper, teniendo la seguridad de que saldra mal; pero se encontr, con gran sorpresa, que le haban aprobado. 6. La sala de diseccin El curso siguiente, de menos asignaturas, era algo ms fcil, no haba tantas cosas que retener en la cabeza. A pesar de esto, slo la Anatoma bastaba para poner a prueba la memoria mejor organizada. Unos meses despus del principio de curso, en el tiempo fro, se comenzaba la clase de diseccin. Los cincuenta o sesenta alumnos se repartan en diez o doce mesas y se agrupaban de cinco en cinco en cada una. Se reunieron en la misma mesa Montaner, Aracil y Hurtado, y otros dos a quien ellos consideraban como extraos a su pequeo crculo.

    37

    Obsrvese que se levanta del examen confuso, lleno de vergenza, es decir, tiene remordimientos porque sabe que no ha estudiado lo que deba. Hay un fondo de rectitud y honradez en el alma de Andrs, pero, al mismo tiempo, es incapaz en este caso de aceptar que la consecuencia de ello es suspender la asignatura. Por eso haba buscado, antes de hacer el examen, una recomendacin, que el to Iturrioz se mueva para influir en el profesor de Qumica, y as aprobarla. De un lado, los remordimientos por haber actuado incorrectamente; de otro, la deshonestidad de recurrir al enchufe para aprobar: AHurtado es un tipo contradictorio; l es plenamente consciente de ello, y esto lo hace sufrir.

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    Sin saber por qu, Hurtado y Montaner, que en el curso anterior se sentan hostiles, se hicieron muy amigos en el siguiente. Andrs le pidi a su hermana Margarita que le cosiera una blusa para la clase de diseccin; una blusa negra con mangas de hule y vivos amarillos. Margarita se la hizo. Estas blusas no eran nada limpias, porque en las mangas, sobre todo, se pegaban piltrafas de carne, que se secaban y no se vean. La mayora de los estudiantes ansiaban llegar a la sala de diseccin y hundir el escalpelo en los cadveres, como si les quedara un fondo atvico de crueldad primitiva. En todos ellos se produca un alarde de indiferencia y de jovialidad al encontrarse frente a la muerte, como si fuera una cosa divertida y alegre destripar y cortar en pedazos los cuerpos de los infelices que llegaban all. Dentro de la clase de diseccin, los estudiantes gustaban de encontrar grotesca la muerte; a un cadver le ponan un cucurucho en la boca o un sombrero de papel. Se contaba de un estudiante de segundo ao que haba embromado a un amigo suyo, que saba era un poco aprensivo, de este modo: cogi el brazo de un muerto, se emboz en la capa y se acerc a saludar a su amigo. Hola, qu tal? le dijo sacando por debajo de la capa la mano del cadver. Bien, y t? contest el otro. El amigo estrech la mano, se estremeci al notar su frialdad y qued horrorizado al ver que por debajo de la capa sala el brazo de un cadver. De otro caso sucedido por entonces, se habl mucho entre los alumnos. Uno de los mdicos del hospital, especialista en enfermedades nerviosas, haba dado orden de que a un enfermo suyo, muerto en su sala, se le hiciera la autopsia y se le extranjera el cerebro y se le llevara a su casa. El interno extrajo el cerebro, y lo envi con un mozo al domicilio del mdico. La criada de la casa, al ver el paquete, crey que eran sesos de vaca, y los llev a la cocina y los prepar y los sirvi a la familia. Se contaban muchas historias como sta, fueran verdad o no, con verdadera fruicin. Exista entre los estudiantes de Medicina una tendencia al espritu de clase, consistente en un comn desdn por la muerte; en cierto entusiasmo por la brutalidad quirrgica y en un gran desprecio por la sensibilidad. Andrs Hurtado no manifestaba ms sensibilidad que los otros; no le haca tampoco ninguna mella ver abrir, cortar y descuartizar cadveres. Lo que s le molestaba era el procedimiento de sacar los muertos del carro en donde los traan del depsito del hospital. Los mozos cogan estos cadveres, uno por los brazos y otro por los pies, los aupaban y los echaban al suelo. Eran casi siempre cuerpos esquelticos, amarillos, como momias. Al dar en la piedra, hacan un ruido desagradable, extrao, como de algo sin elasticidad, que se derrama; luego, los mozos iban cogiendo los muertos, uno a uno, por los pies y arrastrndolos por el suelo, y al pasar unas escaleras que haba para bajar a un patio donde estaba el depsito de la sala, las cabezas iban dando lgubremente en los escalones de piedra. La impresin era terrible; aquello pareca el final de una batalla prehistrica, o de un combate de circo romano, en que los vencedores fueran arrastrando a los vencidos. Hurtado imitaba a los hroes de las novelas ledas por l, y reflexionaba acerca de la vida y de la muerte; pensaba que si las madres de aquellos desgraciados que iban al spoliarium hubiesen vislumbrado el final miserable de sus hijos, hubieran deseado seguramente parirlos muertos.

  • 19

    Otra cosa desagradable para Andrs era el ver, despus de hechas las disecciones, cmo metan todos los pedazos sobrantes en unas calderas cilndricas pintadas de rojo, en donde apareca una mano entre un hgado y un trozo de masa enceflica, y un ojo opaco y turbio en medio del tejido pulmonar. A pesar de la repugnancia que le inspiraban tales cosas, no le preocupaban; la Anatoma y la diseccin le producan inters. Esta curiosidad por sorprender la vida; este instinto de inquisicin38 tan humano, lo experimentaba l como casi todos los alumnos. Uno de los que lo sentan con ms fuerza era un cataln amigo de Aracil, que an estudiaba en el Instituto. Jaime Mass, as se llamaba, tena la cabeza pequea, el pelo negro, muy fino, la tez de un color blanco amarillento y la mandbula prognata. Sin ser inteligente, senta tal curiosidad por el funcionamiento de los rganos, que si poda se llevaba a casa la mano o el brazo de un muerto, para disecarlos a su gusto. Con las piltrafas, segn deca, abonaba unos tiestos o los echaba al balcn de un aristcrata de la vecindad a quien odiaba. Mass, especial en todo, tena los estigmas de un degenerado. Era muy supersticioso; andaba por en medio de las calles y nunca por las aceras; deca medio en broma, medio en serio, que al pasar iba dejando como rastro, un hilo invisible que no deba romperse. As, cuando iba a un caf o al teatro sala por la misma puerta por donde haba entrado para ir recogiendo el misterioso hilo. Otra cosa caracterizaba a Mass; su wagnerismo39 entusiasta e intransigente, que contrastaba con la indiferencia musical de Aracil, de Hurtado y de los dems. Aracil haba formado a su alrededor una camarilla de amigos a quienes dominaba y mortificaba, y entre stos se contaba Mass; le daba grandes plantones, se burlaba de l, lo tena como a un payaso. Aracil demostraba casi siempre una crueldad desdeosa, sin brutalidad, de un carcter femenino40. Aracil, Montaner y Hurtado, como muchachos que vivan en Madrid, se reunan poco con los estudiantes provincianos; sentan por ellos un gran desprecio; todas esas historias del casino del pueblo, de la novia y de las calaveradas en el lugarn de la Mancha o de Extremadura, les parecan cosas plebeyas, buenas para gente de calidad inferior. Esta misteriosa tendencia aristocrtica, ms grande sobre todo en Aracil y en Montaner que en Andrs, les haca huir de lo estruendoso, de lo vulgar, de lo bajo; sentan repugnancia por aquellas chirlatas en donde los estudiantes de provincias perdan curso tras curso, estpidamente jugando al billar o al domin. A pesar de la influencia de sus amigos, que le inducan a aceptar las ideas y la vida de un seorito madrileo de buena sociedad, Hurtado se resista. Sujeto a la accin de la familia, de sus condiscpulos y de los libros, Andrs iba formando su espritu con el aporte de conocimientos y datos un poco heterogneos.

    38

    instinto de inquisicin: impulso espontneo de averiguacin. Las diversas ancdotas referidas un poco antes a ese instinto de inquisicin del alumnado de medicina (las clases de diseccin, el trato a los cadveres, las bromas inhumanas, las ancdotas macabras), todos esos detalles focalizados en lo srdido, en la podredumbre humana, aunque se tian de tono humorstico, son de inspiracin naturalista, es decir, ya haban sido novelados por autores de finales del XIX (ej. Zola en Francia; Blasco Ibez y Emilia Pardo Bazn en Espaa). Ms adelante, encontraremos otros aspectos naturalistas a los que atiende Baroja. En la extensa conversacin filosfica de AHurtado e Iturrioz de la 4 parte volver a aparecer, teorizado, este instinto de averiguacin, de investigacin, cientfico, en definitiva. 39

    Wagnerianismo es la aficin (o fanatismo) por la msica de Wagner. Wagner (1813-1883; compositor posromntico alemn) y Verdi (1813-1901; italiano) revolucionaron la msica clsica, y en especial la pera, durante la 2 mitad del s. XIX, poca en que se hizo famosa en todo el continente la disputa artstica entre wagnerianos y verdianos acerca de cul de ellos era superior al otro. 40

    Otro prejuicio misgino (odio o rechazo a las mujeres) de Baroja. En las relaciones personales dice estas se caracterizan por una crueldad desdeosa, sin brutalidad.

  • 20

    Su biblioteca aumentaba con desechos; varios libros ya antiguos de Medicina y de Biologa, le dio su to Iturrioz; otros, en su mayora folletines41 y novelas, los encontr en casa; algunos los fue comprando en las libreras de lance. Una seora vieja, amiga de la familia, le regal unas ilustraciones y la Historia de la Revolucin francesa, de Thiers42. Este libro, que comenz treinta veces y treinta veces lo dej aburrido, lleg a leerlo y a preocuparle. Despus de la Historia de Thiers ley los Girondinos43, de Lamartine44. Con la lgica un poco rectilnea del hombre joven, lleg a creer que el tipo ms grande de la Revolucin era Saint-Just45 En muchos libros, en las primeras pginas en blanco, escribi el nombre de su hroe, y lo rode como un sol de rayos. Este entusiasmo absurdo lo mantuvo secreto; no quiso comunicrselo a sus amigos. Sus carios y sus odios revolucionarios se los reservaba, no salan fuera de su cuarto. De esta manera, Andrs Hurtado se senta distinto cuando hablaba con sus condiscpulos en los pasillos de San Carlos46 y cuando soaba en la soledad de su cuartucho. Tena Hurtado dos amigos a quienes vea de tarde en tarde. Con ellos debata las mismas cuestiones que con Aracil y Montaner, y poda as apreciar y comparar sus puntos de vista. De estos amigos, compaeros de Instituto, el uno estudiaba para ingeniero y se llamaba Rafael Saudo; el otro era un chico enfermo, Fermn Ibarra. A Saudo, Andrs le vea los sbados por la noche en un caf de la calle Mayor, que se llamaba Caf del Siglo. A medida que pasaba el tiempo, vea Hurtado cmo diverga en gustos y en ideas de su amigo Saudo, con quien antes, de chico, se encontraba tan de acuerdo. Saudo y sus condiscpulos no hablaban en el caf ms que de msica; de las peras del Real47, y sobre todo de Wagner. Para ellos, la ciencia, la poltica, la revolucin, Espaa, nada tena importancia al lado de la msica de Wagner. Wagner era el Mesas, Beethoven y Mozart48 los precursores. Haba algunos beethovenianos que no queran aceptar a Wagner, no ya como el Mesas, ni aun siquiera como un continuador digno de sus antecesores, y no hablaban ms que de la quinta y de la novena49, en xtasis. A Hurtado, que no le preocupaba la msica, estas conversaciones le impacientaban. Empez a creer que esa idea general y vulgar de que el gusto por la msica significa espiritualidad, era inexacta. Por lo menos, en los casos que l vea, la espiritualidad no se confirmaba. Entre aquellos estudiantes amigos de Saudo, muy filarmnicos, haba muchos, casi todos, mezquinos, mal intencionados, envidiosos.

    41

    Los folletines fueron muy populares desde los aos 70 del s. XIX hasta los aos 30 del s. XX. Eran relatos (cuentos, novelitas cortas) que se vendan en libreras y quioscos, y que aparecan por entregas, en cuadernillos independientes o publicados en peridicos y revistas (de ah la palabra, folletn, que viene de folleto). Estaban dirigidas a un pblico muy popular, iban ilustrados con grabados, y los argumentos eran enrevesados, melodramticos (amores desdichados, desgracias a montones y ros de lgrimas), a veces escabrosos (sanguinarios, morbosos) y poco verosmiles (parecidos a los "culebrones" actuales de televisin). 42

    Prestigioso historiador y poltico francs (1797-1877) 43

    Este ttulo de la obra de Lamartine hace referencia a uno de los bandos (el ms moderado) que particip en la Revolucin Francesa (1879), bando rival de los jacobinos (ver nota 45: Saint-Just). 44

    Lamartine (17901869): famoso poeta romntico francs. 45

    Saint-Just fue uno de los hroes de la Revolucin Francesa (1789). Perteneca al bando de los jacobinos (junto a Robespierre): se enfrent con gran valenta y violencia a los enemigos de la revolucin (la aristocracia y la monarqua francesas, y los estados absolutistas de Europa), pero tambin a aquellos que los jacobinos consideraban "falsos" revolucionarios (porque aparentemente apoyaban la revolucin, pero olvidaban al pueblo y respetaban el poder de la alta burguesa). Los revolucionarios moderados (los Girondinos) lo detuvieron en 1894 y, junto a Robespierre, lo guillotinaron. Ha pasado a la historia como un poltico maldito: justo y sanguinario, valiente y temible, fiel a sus ideas e insobornable. Esa leyenda de rebelda y radicalidad justiciera, de entusiasmo y accin ante la adversidad, es la que lleva al jovencsimo e inconformista Andrs Hurtado a identificarse con l. Aos despus esta simpata se evapora (ver captulo X, Paso por San Juan de Dios). 46

    San Carlos era el nombre coloquial que se le daba a la facultad de medicina. Luego se ver que el Hospital General estaba al lado de San Carlos (separados por un callejn). 47

    Teatro Real de Madrid, tradicionalmente uno de los centros musicales del pas donde actuaban orquestas y donde se representaban peras y zarzuelas. 48

    Msicos ambos alemanes: Beethoven, romntico (s. XIX); y Mozart, neoclsico (s. XVIII); efectivamente, considerados grandes genios de la msica clsica y precursores de la de Wagner (ver nota 39). 49

    La quinta y la novena sinfonas, composiciones archifamosas de Beethoven.

  • 21

    Sin duda, pens Hurtado, que le gustaba explicrselo todo, la vaguedad de la msica hace que los envidiosos y los canallas, al or las melodas de Mozart, o las armonas de Wagner, descansen con delicia de la acritud interna que les produce sus malos sentimientos, como un hiperclorhdrico50 al ingerir una sustancia neutra51. En aquel Caf del Siglo, adonde iba Saudo, el pblico en su mayora era de estudiantes; haba tambin algunos grupos de familia, de esos que se atornillan en una mesa, con gran desesperacin del mozo, y unas cuantas muchachas de aire equvoco. Entre ellas llamaba la atencin una rubia muy guapa, acompaada de su madre. La madre era una chatorrona gorda, con el colmillo retorcido y la mirada de jabal52. Se conoca su historia: despus de vivir con un sargento, el padre de la muchacha, se haba casado con un relojero alemn, hasta que ste, harto de la golfera de su mujer, la haba echado de su casa a puntapis. Saudo y sus amigos se pasaban la noche del sbado hablando mal de todo el mundo, y luego comentando con el pianista y el violinista del caf las bellezas de una sonata de Beethoven o de un minu de Mozart. Hurtado comprendi que aqul no era su centro, y dej de ir por all. Varias noches Andrs entraba en algn caf cantante con su tablado para las cantadoras y bailadoras. El baile flamenco le gustaba y el canto tambin cuando era sencillo; pero aquellos especialistas de caf, hombres gordos que se sentaban en una silla con un palito y comenzaban a dar jipos y a poner la cara muy triste, le parecan repugnantes. La imaginacin de Andrs le haca ver peligros imaginarios que, por un esfuerzo de voluntad, intentaba desafiar y vencer.

    Haba algunos cafs cantantes53 y casas de juego, muy cerrados, que a Hurtado se le antojaban peligrosos; uno de ellos era el caf del Brillante, donde se formaban grupos de chulos, camareras y bailadoras; el otro, un garito de la calle de la Magdalena, con las ventanas ocultas por cortinas verdes. Andrs se deca: Nada, hay que entrar aqu, y entraba temblando de miedo.

    Estos miedos variaban en l. Durante algn tiempo, tuvo como una mujer extraa, a una buscona de la calle del Candil, con unos ojos negros sombreados de oscuro, y una sonrisa que mostraba sus dientes blancos.

    Al verla Andrs se estremeca y se echaba a temblar. Un da la oy hablar con acento gallego, y sin saber por qu, todo su terror desapareci.

    Muchos domingos por la tarde, Andrs iba a casa de su condiscpulo Fermn Ibarra. Fermn estaba enfermo de artritis y se pasaba la vida leyendo libros de ciencia recreativa54. Su madre le tena como a un nio y le compraba juguetes mecnicos que a l le divertan. Hurtado le contaba lo que haca, le hablaba de la clase de diseccin, de los cafs cantantes, de la vida de Madrid de noche.

    50

    una persona con exceso de cido clorhdrico en el jugo gstrico. 51

    sustancia neutra es toda sustancia que cuando se disuelve en agua no genera un cambio de pH, por ejemplo, la leche. Baroja (que era mdico) est considerando aqu que la msica puede actuar como sustancia espiritual curativa de la maldad, agresividad o mezquindad, igual que ingerir sustancias neutras (agua, por ejemplo) es un alivio o curacin para las personas con exceso de cido clorhdrico en el jugo gstrico. 52

    con el colmillo retorcido y la mirada de jabal: es una animalizacin caricaturesca. Lo de "colmillo retorcido" puede ser descripcin fsica y puede ser connotacin de la personalidad: persona de aspecto asalvajado y con malas y secretas intenciones. 53

    Eran locales de diversin (ocio) donde, adems de despacharse bebidas, se ofrecan espectculos de cante, toque y baile flamenco. Tuvieron su mayor auge entre los aos 80 del siglo XIX y la segunda dcada del siglo XX. 54

    ciencia recreativa: coleccin de prcticas y experimentos de fsica y qumica, realizados mediante observaciones de la vida diaria y mediante el empleo de objetos, productos y materias comunes (botellas, vasos, ollas, sal, alcohol, leja, agua, tintas, etc) para realizar experimentos caseros. Este personaje, que, a pesar de su curiosidad cientfica, aparece ahora enfermo y desvalido ante el saludable Andrs, ir ganando cada vez ms importancia como smbolo de la fuerza de voluntad y de la seguridad de su vocacin cientfica (de ingeniero e inventor). En Fermn Ibarra representa Baroja una historia de superacin que sorprende constantemente a AHurtado.

  • 22

    Fermn, resignado, le oa con gran curiosidad. Cosa absurda: al salir de casa del pobre enfermo, Andrs tena una idea agradable de su vida. Era un sentimiento malvado de contraste? El sentirse sano y fuerte cerca del impedido y del dbil? Fuera de aquellos momentos, en los dems, el estudio, las discusiones, la casa, los amigos, sus correras, todo esto, mezclado con sus pensamientos, le daba una impresin de dolor, de amargura en el espritu. La vida en general, y sobre todo la suya, le pareca una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable55. 7. Aracil y Montaner Aracil, Montaner y Hurtado concluyeron felizmente su primer curso de Anatoma. Aracil se fue a Galicia, en donde se hallaba empleado su padre; Montaner, a un pueblo de la Sierra, y Andrs se qued sin amigos. El verano le pareci largo y pesado; por las maanas iba con Margarita y Luisito al Retiro, y all corran y jugaban los tres; luego, la tarde y la noche las pasaba en casa dedicado a leer novelas; una porcin de folletines publicados en los peridicos durante varios aos. Dumas padre, Eugenio Su, Montepn, Gaboriau, miss Braddon56 sirvieron de pasto a su afn de leer. Tal dosis de literatura, de crmenes, de aventuras y de misterios acab por aburrirle. Los primeros das del curso le sorprendieron agradablemente. En estos das otoales duraba todava la feria de septiembre en el Prado, delante del Jardn Botnico, y al mismo tiempo que las barracas con juguetes, los tos vivos, los tiros al blanco y los montones de nueces, almendras y acerolas, haba puestos de libros en donde se congregaban los biblifilos, a revolver y a hojear los viejos volmenes llenos de polvo. Hurtado sola pasar todo el tiempo que duraba la feria registrando los libracos entre el seor grave, vestido de negro, con anteojos, de aspecto doctoral, y algn cura esqueltico, de sotana rada. Tena Andrs cierta ilusin por el nuevo curso; iba a estudiar Fisiologa y crea que el estudio de las funciones de la vida le interesara tanto o ms que una novela; pero se enga, no fue as. Primeramente, el libro de texto era un libro estpido, hecho con recortes de obras francesas y escrito sin claridad y sin entusiasmo; leyndolo no se poda formar una idea clara del mecanismo de la vida; el hombre pareca, segn el autor, como un armario con una serie de aparatos dentro, completamente separados los unos de los otros como los negociados de un ministerio. Luego, el catedrtico era hombre sin ninguna aficin a lo que explicaba, un seor senador, de esos latosos, que se pasaba las tardes en el Senado discutiendo tonteras y provocando el sueo de los abuelos de la patria57. Era imposible que con aquel texto y aquel profesor llegara nadie a sentir el deseo de penetrar en la ciencia de la vida. La Fisiologa, cursndola as, pareca una cosa estlida y deslavazada, sin problemas de inters ni ningn atractivo. Hurtado tuvo una verdadera decepcin. Era indispensable tomar la Fisiologa como todo lo dems, sin entusiasmo, como uno de los obstculos que salvar para concluir la carrera.

    55

    En este prrafo Baroja hace un diagnstico del estado intelectual, moral y emocional de AHurtado. Se destaca en l la extrema negatividad con que se ve a s mismo y las relaciones con todo lo que lo rodea. AHurtado es una vctima de su propia personalidad, frgil e hipersensible, zarandeado por la vida, que se le presenta como una fuerza imposible de dominar, confusa, horrible y que solo produce sufrimiento. A la conciencia extremadamente dolosa de la vida se la suele denominar pesimismo existencial, y, en este caso, es la primera vez que Baroja expone, sin mencionarlo, las ideas del filsofo Schopenhauer (ver nota 103). 56

    Los cuatro hombres son autores romnticos franceses y la mujer, Miss Braddon, una novelista inglesa. Durante el s. XIX y las primeras dcadas del XX fueron escritores inmensamente populares (hoy los llamaramos autores de best-sellers), y sus obras se tradujeron y publicaron sin cesar en Espaa bajo el formato de folletines (ver nota 41). 57

    abuelos de la patria: se trata de un sarcasmo caricaturesco. A los polticos muy importantes de un pas se les suele llamar, elogiosamente, padres de la patria. Pues bien, por su avanzada edad y para rerse de ellos, Baroja/AHurtado los llama abuelos de la patria. Por otra parte, este catedrtico de fisiologa de la universidad es, al mismo tiempo, senador, es decir, poltico. Era muy frecuente el doble papel pblico de ciertos personajes (militares, escritores, abogados, profesores, sacerdotes, etc) que, adems de a su profesin, se dedicaban a la poltica (a una poltica que solo trataba de tonteras y produca sueo, como se explica aqu).

  • 23

    Esta idea, de una serie de obstculos, era la idea de Aracil. l consideraba una locura el pensar que haban de encontrar un estudio agradable. Julio, en esto, y en casi todo, acertaba. Su gran sentido de la realidad le engaaba pocas veces. Aquel curso, Hurtado intim bastante con Julio Aracil. Julio era un ao o ao y medio ms viejo que Hurtado y pareca ms hombre. Era moreno, de ojos brillantes y saltones, la cara de una expresin viva, la palabra fcil, la inteligencia rpida. Con estas condiciones cualquiera hubiese pensado que se haca simptico; pero no, le pasaba todo lo contrario; la mayora de los conocidos le profesaban poco afecto. Julio viva con unas tas viejas; su padre, empleado en una capital de provincia, era de una posicin bastante modesta. Julio se mostraba muy independiente; poda haber buscado la proteccin de su primo Enrique Aracil que por entonces acababa de obtener una plaza de mdico en el hospital, por oposicin, y que poda ayudarle; pero Julio no quera proteccin alguna; no iba ni a ver a su primo; pretenda debrselo todo a s mismo. Dada su tendencia prctica, era un poco paradjica esta resistencia suya a ser protegido. Julio, muy hbil, no estudiaba casi nada; pero aprobaba siempre. Buscaba amigos menos inteligentes que l para explotarles; all donde vea una superioridad cualquiera, fuese en el orden que fuese, se retiraba. Lleg a confesar a Hurtado que le molestaba pasear con gente de ms estatura que l. Julio aprenda con gran facilidad todos los juegos. Sus padres, haciendo un sacrificio, podan pagarle los libros, las matrculas y la ropa. La ta de Julio sola darle, para que fuera alguna vez al teatro, un duro todos los meses, y Aracil se las arreglaba jugando a las cartas con sus amigos, de tal manera que, despus de ir al caf y al teatro y comprar cigarrillos, al cabo del mes, no slo le quedaba el duro de su ta, sino que tena dos o tres ms. Aracil era un poco petulante, se cuidaba el pelo, el bigote, las uas y le gustaba echrselas de guapo. Su gran deseo en el fondo era dominar, pero no poda ejercer su dominacin en una zona extensa ni trazarse un plan, y toda su voluntad de poder y toda su habilidad se empleaba en cosas pequeas. Hurtado le comparaba a esos insectos activos que van dando vueltas a un camino circular con una decisin inquebrantable e intil. Una de las ideas gratas, a Julio era pensar que haba muchos vicios y depravaciones en Madrid. La venalidad de los polticos, la fragilidad58 de las mujeres, todo lo que significara claudicacin, le gustaba; que una cmica, por hacer un papel importante, se entenda con un empresario viejo y repulsivo; que una mujer, al parecer honrada, iba a una casa de citas, le encantaba. Esa omnipotencia del dinero, antiptica para un hombre de sentimientos delicados, le pareca a Aracil algo sublime, admirable, un holocausto natural a la fuerza del oro. Julio era un verdadero fenicio59; proceda de Mallorca y probablemente haba en l sangre semtica60. Por lo menos, si la sangre faltaba, las inclinaciones de la raza estaban ntegras. Soaba con viajar por el Oriente, y aseguraba siempre que, de tener dinero, los primeros pases que visitara seran Egipto y el Asia Menor. El doctor Iturrioz, to carnal de Andrs Hurtado, sola afirmar, probablemente de una manera arbitraria, que en Espaa, desde un punto de vista moral, hay dos tipos: el tipo ibrico y el tipo semita. Al tipo ibrico asignaba el

    58

    fragilidad en el sentido moral y sexual: la facilidad con que segn Aracil las mujeres se dejan seducir o pierden su honra. 59

    Aqu "fenicio" significa que tiene habilidad para comerciar o negociar y sacar el mximo beneficio. Tal significado procede de los fenicios, un pueblo de comerciantes marineros que en la antigedad prerromana se extendi por todo el Mediterrneo. Los fenicios (como los cartagineses) tambin pertenecan a la cultura semtica. 60

    Los pueblos, la cultura y las lenguas semticas o semitas son, bsicamente, dos: la hebrea y la rabe. Vase aqu el determinismo de Baroja llevado a la exageracin: la sangre semtica (es decir, la raza) de sus ms remotos antepasados influye decisivamente en la personalidad de Aracil. Y por supuesto, frente a la fortaleza positiva de la raza ibrica (del tipo ibrico), el tipo semita o semtico (la raza semtica: rabes, judos, fenicios, etc) solo tiene caractersticas negativas. Es muy claro el racismo de Baroja (llmese antisemitismo o anti-judasmo), aunque convenga precisar que era muy comn en el pensamiento europeo de finales del XIX y principios del XX. Como tambin es muy claro el propsito de subrayar constantemente la radical incompatibilidad de caracteres entre Aracil y Andrs, oposicin, eso s, que no excluye el trato amable y la cercana, y que tampoco excluye que Andrs, framente, entienda esa filosofa del xito y del egosmo de Aracil.

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    doctor las cualidades fuertes y guerreras de la raza; al tipo semita, las tendencias rapaces, de intriga y de comercio. Aracil era un ejemplar acabado del tipo semita. Sus ascendientes debieron ser comerciantes de esclavos en algn pueblo del Mediterrneo. A Julio le molestaba todo lo que fuera violento y exaltado: el patriotismo, la guerra, el entusiasmo poltico o social; le gustaba el fausto, la riqueza, las alhajas, y como no tena dinero para comprarlas buenas, las llevaba falsas y casi le haca ms gracia lo mixtificado que lo bueno. Daba tanta importancia al dinero, sobre todo al dinero ganado, que el comprobar lo difcil de conseguirlo le agradaba. Como era su dios, su dolo, de darse demasiado fcilmente, le hubiese parecido mal. Un paraso conseguido sin esfuerzo no entusiasma al creyente; la mitad por lo menos del mrito de la gloria est en su dificultad, y para Julio la dificultad de conseguir el dinero constitua uno de sus mayores encantos. Otra de las condiciones de Aracil era acomodarse a las circunstancias; para l no haba cosas desagradables; de considerarlo necesario, lo aceptaba todo. Con su sentido previsor de hormiga, calculaba la cantidad de placeres obtenibles por una cantidad de dinero. Esto constitua una de sus mayores preocupaciones. Miraba los bienes de la tierra con ojos de tasador judo61. Si se convenca de que una cosa de treinta cntimos la haba comprado por veinte, senta un verdadero disgusto. Julio lea novelas francesas de escritores medio naturalistas62, medio galantes63; estas relaciones de la vida de lujo y de vicio de Pars le encantaban. De ser cierta la clasificacin de Iturrioz, Montaner tambin tena ms del tipo semita que del ibrico. Era enemigo de lo violento y de lo exaltado, perezoso, tranquilo, comodn. Blando de carcter, daba al principio de tratarle cierta impresin de acritud y energa, que no era ms que el reflejo del ambiente de su familia, constituida por el padre y la madre y varas hermanas solteronas, de carcter duro y avinagrado. Cuando Andrs lleg a conocer a fondo a Montaner, se hizo amigo suyo. Concluyeron los tres compaeros el curso. Aracil se march, como sola hacerlo todos los veranos, al pueblo en donde estaba su familia, y Montaner y Hurtado se quedaron en Madrid. El verano fue sofocante; por las noches, Montaner, despus de cenar, iba a casa de Hurtado, y los dos amigos paseaban por la Castellana y por el Prado, que por entonces64 tomaba el carcter de un paseo provinciano aburrido, polvoriento y lnguido. Al final del verano un amigo le dio a Montaner una entrada para los Jardines del Buen Retiro65. Fueron los dos todas las noches. Oan cantar peras antiguas, interrumpidas por los gritos de la gente que pasaba dentro del vagn de una montaa rusa que cruzaba el jardn; seguan a las chicas, y a la salida se sentaban a tomar horchata o limn en algn puesto del Prado.

    61

    tasador judo: esta expresin significa aqu persona avariciosa, que solo piensa en su beneficio. Un tasador es alguien encargado de calcular y ajustar el precio de una cosa o producto. El hecho de que sea "judo" es un prejuicio racista muy antiguo (presente en Baroja como en muchsimos otros autores de todas las pocas) segn el cual los judos seran personas avaras y sin escrpulos (tradicionalmente vinculados a los prstamos y a la usura). 62

    Los escritores naturalistas (ltimas dcadas del S. XX) eran novelistas realistas que en sus historias no eludan los aspectos ms srdidos de la sociedad (enfermedades, vicios, violencia, perversiones, etc). Zola en Francia, o en Espaa Emilia Pardo Bazn, Leopoldo Alas Clarn y Blasco Ibez fueron destacados naturalistas. 63

    escritores de novela galante o ertica (ejs espaoles: Octavio Picn, Felipe Trigo, Eduardo Zamacois, Antonio de Hoyos y Vinent, Alberto Insa, etc). La novela ertica o galante estuvo muy de moda durante los ltimos aos del s. XIX y primeros del XX, al mismo tiempo que entre el pblico disminua el inters por la novela naturalista. Lo caracterstico de las novelas galantes era el tratamiento abiertamente sexual de las relaciones amorosas (con un lenguaje alusivo y subido de tono y unas descripciones bastante explcitas). Llevadas al extremo, las novelas galantes se convirtieron en novela pornogrfica, llamada en la poca sicalptica. 64

    o sea, durante el verano 65

    Efectivamente, en este lugar (dentro del parque de El Retiro) se realizaban fiestas de verano y otoo que incluan actuaciones musicales, espectculos de variedades, quioscos de comida y bebida, y atracciones de feria.

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    Lo mismo Montaner que Andrs hablaban casi siempre mal de Julio; estaban de acuerdo en considerarle egosta, mezquino, srdido, incapaz de hacer nada por nadie. Sin embargo, cuando Aracil llegaba a Madrid, los dos se reunan siempre con l. 8. Una frmula de la vida El ao siguiente, el cuarto de carrera, haba para los alumnos, y sobre todo para Andrs Hurtado, un motivo de curiosidad: la clase de don Jos de Letamendi66.

    Letamendi era de estos hombres universales que se tenan en la Espaa de hace unos aos; hombres universales a quienes no se les conoca ni de nombre pasados los Pirineos. Un desconocimiento tal en Europa de genios trascendentales se explicaba por esa hiptesis absurda, que, aunque no la defenda nadie claramente, era aceptada por todos, la hiptesis del odio y la mala fe internacionales que haca que las cosas grandes de Espaa fueran pequeas en el extranjero y viceversa67.

    Letamendi era un seor flaco, bajito, esculido, con melenas grises y barba blanca. Tena cierto tipo de aguilucho, la nariz corva, los ojos hundidos y brillantes. Se vea en l un hombre que se haba hecho una cabeza68, como dicen los franceses. Vesta siempre levita algo entallada, y llevaba un sombrero de copa de alas planas, de esos sombreros clsicos de los melenudos profesores de la Sorbona69.

    En San Carlos corra como una verdad indiscutible que Letamendi era un genio; uno de esos hombres guilas70 que se adelantan a su tiempo; todo el mundo le encontraba abstruso porque hablaba y escriba con gran empaque un lenguaje medio filosfico, medio literario.

    Andrs Hurtado, que se hallaba ansioso de encontrar algo que llegase al fondo de los problemas de la vida, comenz a leer el libro de Letamendi con entusiasmo. La aplicacin de las matemticas a la Biologa le pareci admirable. Andrs fue pronto un convencido.

    Como todo el que cree hallarse en posesin de una verdad tiene cierta tendencia de proselitismo, una noche Andrs fue al caf donde se reunan Saudo y sus amigos a hablar de las doctrinas de Letamendi, a explicarlas y a comentarlas.

    Estaba como siempre Saudo con varios estudiantes de ingenieros. Hurtado se reuni con ellos y aprovech la primera ocasin para llevar la conversacin al terreno que deseaba y expuso la frmula de la vida de Letamendi e intent explicar los corolarios que de ella deduca el autor.

    Al decir Andrs que la vida, segn Letamendi, es una funcin indeterminada entre la energa individual y el cosmos, y que esta funcin no puede ser ms que suma, resta, multiplicacin y divisin, y que no pudiendo ser suma, ni resta, ni divisin, tiene que ser multiplicacin, uno de los amigos de Saudo se ech a rer. Por qu se re usted? le pregunt Andrs sorprendido.

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    Barcelona 1828 - Madrid 1897. Catedrtico de anatoma con muchsimo prestigio en la universidad espaola (Barcelona y Madrid) de finales del s. XIX. De Letamendi hay que destacar su carcter enciclopdico. Por supuesto escribi numerosos libros de medicina ("La Patologa general" o "La Clnica general"), pero tambin dej obras sobre epistemologa, filosofa, literatura, economa e, incluso, msica (una de sus aficiones favoritas). Tambin se dedic a la pintura, y realiz algunos cuadros sobre temas anatmicos. A pesar de que en su poca fue considerado un gran sabio, su obra careca de rigor cientfico, como denunciaba Baroja. Letamendi desconoca por completo los mtodos modernos de la investigacin mdica que triunfaban en Europa (y que Ramn y Cajal, contemporneo de ambos, s conoca a la perfeccin). Sus ideas resultaban demasiado tericas, i