el arrepentimiento

carabajo

El arrepentimiento El tipo se tiró a la pileta. No había tiempo para pensar. Era ahora o nunca. Se la jugó y tomó la decisión. Cerró los ojos. Apretó los dientes. Gritó por dentro. Era un grito animal.

-¡Yo te diiije!, le decía su homónimo…¡ No hagas algo de lo que después te arrepieeeentas!

El homónimo del tipo era su otro yo. Su contradicción. Su contestatario. Porque él no aceptaba que fuera otra persona la que le dijera si estaba bien o mal. Para eso estaba su homónimo. O sea: él mismo.El tipo ensangrentado había matado el problema. ¨ Su ¨ problema. Y se aprestaba a enterrarlo. Se había sacado un peso de encima. ¡Era un alivio! Se había cortado el pene. De una vez y para siempre. Con un cuchillo. Los huevos no. Porque él decía que en la vida ¨ ¡siempre había que tener huevos! ¨. Es que la masturbación había llegado a un límite insoportable. Era hora de amputar el problema, ¨ su ¨ problema, y pensar en la muerte.Le escribió una nota a Juana en un papel prolijo: ¨ Juana, ¡estoy llegando a la conclusión de que la vida es meditar sobre la muerte!¨ El amor ¨ es meditar sobre la muerte¨ Estudiar ¨ es meditar sobre la muerte¨ El sexo ¨ es meditar sobre la muerteToda acción.¨ El trabajo ¨ es meditar sobre la muerteEn suma, ¨ la dificultad ¨ es meditar sobre la muerteSobre la finitudSobre nosotrosLa ciencia, la música, el arte, el pensamiento, son meditar sobre la muerteA veces nos asustamos cuando queremos ser felices y buscamos una vocación o una actividad en torno a elloEn suma el acto mínimo al vivir está considerando permanentemente que nos podemos morirPero yo entiendo que la poesía de toda acción es vinculada a ello. Como si el no hacerlo fuera verdaderamente estar muertos. Como la sensación de la lluvia que es adorable pero a la vez fatal y hermosamente poética.Y ¿sabes qué? ¡Me parece que deprime más el evitarlo que el hacerlo!Esto es un aprendizaje, una aceptación, y es muy elástico como para poder descansar de eso. Nos da descansos, alegrías y recreos. Y en medio de ello a veces conseguimos cosas que nos parecían imposibles. A eso sí lo llamo felicidad.

Acto seguido le añadió una poesía de amor que tituló El porvenir

¨ Nada está por venir si le cierras la puerta a lo que tenés ante vosA lo que es

A lo que vendráLo que venía ya no vieneY lo que va se detieneEl crucigrama de un enigmaEl crucial crucifijo que te hace dignoPorque nada de lo que se extirpa de poder andar puede andarseY el malentendido de tu caminar se detieneAnte corsarios que te hacen presaAnte la centella de una verdad siniestraNada va a dejar de existir si te vasPero vos no serás más si lo dejás ¨

Arrepentido de lo hecho con su miembro en el uso del mismo en sus fantasías masturbatorias con Juana, el tipo le envió en una encomienda en una bolsa su pene marchito, diciendo anotado, al borde inferior del sobre: ¨ ¡tuve que extirparlo! ¨