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Mª Isabel Rodríguez López – Arte cicládico © 2005 – E-excellence – www.liceus.com 1 EL ARTE CICLÁDICO ISBN - 84-9822-112-9 María Isabel Rodríguez López ([email protected]) THESAURUS: Arte prehelénico, Arte Cicládico, Arte Antiguo, Civilización del Bronce Antiguo, Arqueología Prehelénica. RESUMEN O ESQUEMA DEL ARTíCULO: En torno al año 3.000 a.C., surgió en las islas Cícladas una civilización marinera y comercial, gracias a la cual entraron en contacto diferentes pueblos asentados en las riberas del mar Egeo. De la mano de esta civilización afloraba también un arte original, especialmente significativo en el terreno escultórico. Los todavía misteriosos “ídolos” de mármol de Paros, caracterizados por la esquematización y la más rotunda plasticidad formal, son, sin duda, el emblema más expresivo de dicha civilización, y constituyen el primer capítulo de la plástica europea pregriega. Junto a ellos, otras no menos interesantes piezas artísticas procedentes de los contextos funerarios, resumen el quehacer y los intereses estéticos de estos marinos de la Edad del Bronce.

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Mª Isabel Rodríguez López – Arte cicládico

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EL ARTE CICLÁDICO

ISBN - 84-9822-112-9

María Isabel Rodríguez López

([email protected])

THESAURUS: Arte prehelénico, Arte Cicládico, Arte Antiguo, Civilización del

Bronce Antiguo, Arqueología Prehelénica.

RESUMEN O ESQUEMA DEL ARTíCULO: En torno al año 3.000 a.C., surgió en las islas Cícladas una civilización

marinera y comercial, gracias a la cual entraron en contacto diferentes pueblos

asentados en las riberas del mar Egeo. De la mano de esta civilización afloraba

también un arte original, especialmente significativo en el terreno escultórico. Los

todavía misteriosos “ídolos” de mármol de Paros, caracterizados por la

esquematización y la más rotunda plasticidad formal, son, sin duda, el emblema más

expresivo de dicha civilización, y constituyen el primer capítulo de la plástica europea

pregriega. Junto a ellos, otras no menos interesantes piezas artísticas procedentes de

los contextos funerarios, resumen el quehacer y los intereses estéticos de estos

marinos de la Edad del Bronce.

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1. El marco geográfico

Las islas Cícladas o Kyklades constituyen el archipiélago que se encuentra

situado entre Grecia continental y el extremo suroccidental de Asia Anterior. Su

nombre deriva del griego kyklos, "círculo", ya que se disponen de forma

aproximadamente circular en torno a la sagrada Delos (“la brillante”), isla en la que

Leto dio a luz, tras un largo periplo, a los gemelos Apolo y Ártemis. Este archipiélago

está compuesto por 34 islas de variados tamaños e innumerables islotes rocosos

esparcidos sobre las azules aguas del mar Egeo. Además de la citada Delos, las más

conocidas son: Serifos, Sifnos, Milos (entre las occidentales), Mikonos, Andros, Syros

(en el norte del archipiélago), Paros, Antiparos, Naxos, (en el centro del archipiélago),

Amorgós, Keros (en el este) y Thera -actual Santorini- (en la zona meridional) (fig. 1).

Los geólogos atribuyen la

peculiar formación y naturaleza de

estas islas, ricas en recursos

minerales, a una sucesión de cambios

geológicos: terremotos, erupciones

volcánicas y movimientos de la

corteza terrestre. Son islas de roca

metamórfica, a excepción de Thera y

Milo, ambas formadas por suelo de

tipo volcánico. Estas dos islas son

especialmente significativas en el

ámbito histórico y artístico: Thera,

como es sabido, es la cresta de un

volcán, que explotó en el 1450 a.C., y

cuyas fatales consecuencias se

dejaron sentir notablemente en el

mundo minoico. Milo, por su parte, es una isla rica en obsidiana, por lo que desde la

Antigüedad habría de convertirse en un pingüe centro comercial y de explotación de

dicho mineral.

Los isleños no dependieron completamente de la navegación, ya que muchas

de estas islas tienen suelos muy fértiles, y sus depósitos metálicos de cobre, plata,

plomo y oro, habrían de convertirse en un elemento básico para la nueva era griega

del metal. Los suelos volcánicos, por su parte, resultaban especialmente aptos para el

cultivo de la vid, al tiempo que el clima cálido y el siempre presente sol contribuyeron

Fig. 1. Mapa de las Islas Cícladas

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decisivamente a la calidad de los vinos, cuya fabricación se remonta a esta época. Por

otro lado, en algunos valles de altura se dio la cría de ganado, y la producción de trigo.

Este privilegiado marco geográfico estuvo habitado desde el Neolítico y en él

se desarrolló, desde el año 3.000 a.C., una civilización marítima y comercial, una

civilización consciente de ser la encargada de poner en contacto a los habitantes de

las riberas del Egeo, como demuestran, por ejemplo, la utilización de la obsidiana de

Milo o el mármol de Paros en puntos bien alejados del ámbito egeo.

2. Cronología.

La cultura que se desarrolló en las islas Cícladas durante la Edad del Bronce

se designa tradicionalmente, siguiendo la terminología sugerida por el arqueólogo

griego Tsountas, como Cicládico, y se divide en tres fases sucesivas, de acuerdo con

la siguiente cronología:

1. Cicládico Antiguo (CA): ca. 3100 a.C-2000/1850 a.C.

2. Cicládico Medio (CM): ca. 2000/1850 a.C.-1600 a.C.

3. Cicládico Reciente (CR): ca. 1600-1050 a.C.

El momento más brillante del Bronce Cicládico corresponde al Cicládico

Antiguo. Tras este período, las islas cayeron sucesivamente bajo la influencia de Creta

(en el Cicládico Medio) y de Micenas (en el Cicládico Reciente), a excepción de

Akrotiri, en la isla de Thera (Santorini), que siguió manteniendo durante largo tiempo

una notable influencia minoica. Es por ello que en estas líneas se abordará

únicamente el estudio del Arte Cicládico correspondiente al Cicládico Antiguo, período

que la historiografía subdivide, convencionalmente, de forma tripartita, como a

continuación se señala:

1. Cicládico Antiguo I (CA I): ca. 3100/3000-2650 a.C.

2. Cicládico Antiguo II (CA II): ca. 2650-2450/2400 a.C.

3. Cicládico Antiguo III (CA III): ca. 2050/2000-1900/1850 a.C.,

Cada uno de estos períodos culturales esta representado por un asentamiento:

así, el CA I está representado por la llamada cultura de Grotta-Pelos; el CA II por la

cultura de Keros-Syros y el Grupo Kastri o Lefkandi I; el CA III, tiene su expresión

material a través de la cultura de Philakopi I, que se superpone ya al Cicládico

Medio.

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3. Algunos aspectos de la civilización cicládica.

Se ha señalado tradicionalmente que los más antiguos habitantes de las

Cícladas fueron los Carios, pueblo de piratas venidos de Asia Menor, y otras gentes

oriundas de Anatolia, que llegarían al archipiélago de las islas Cícladas, en oleadas

migratorias sucesivas. Parece probable que con ellos se introdujera en estas islas el

culto a la Diosa Madre, garante de la fecundidad, un culto de origen Neolítico. Los

hallazgos arqueológicos nos informan sólo parcialmente de las prácticas religiosas de

los habitantes de las Cícladas, por lo que conocemos muy poco de ellas: no podemos

establecer con seguridad si hubo espacios destinados al culto, aunque, como ha

señalado Zervos (1957) algunos vestigios arqueológicos, como los exhumados en el

puerto de Minoa (Amorgós) permiten vislumbrar la presencia de lugares sagrados al

aire libre, en una gruta sita en el interior de una gran peña. En este lugar han

aparecido depósitos con presencia de abundante cerámica, exvotos y huesos de

animales; estos hallazgos sugieren la celebración de ceremonias de ofrenda e

inmolación de animales, cuyas cenizas descansarían en la roca, símbolo de la Gran

Madre. Asimismo, las célebres esculturas conocidas como “ídolos cicládicos”, y las

llamadas “sartenes”, piezas artísticas a las que se hará referencia más adelante, son

probablemente manifestaciones artísticas de naturaleza religiosa, en relación con el

culto a la citada divinidad femenina.

La cultura cicládica es una cultura eminentemente urbana, como también lo

fuera la surgida en torno a la ciudad de Troya, cuya irradiación cultural debió ser

determinante en el Egeo a principios del II milenio a.C. Se dio entonces un

compromiso entre las tradiciones neolíticas y las aportaciones llegadas de Anatolia,

hecho que habría de señalar el comienzo de la Edad del Bronce en estos territorios.

Gracias al comercio de cabotaje algunos de los productos de elaboración cicládica se

extendieron hasta Creta, el Mediterráneo oriental, el continente griego, el Adriático, la

costa provenzal o, incluso, hasta las islas Baleares, (Demargne, 1964: 39).

4. Arquitectura.

Son muy pocos los testimonios que permiten forjar una idea de lo que fue la

arquitectura cicládica. El material de construcción por antonomasia de estas islas fue

la piedra, material que abunda en ellas. Las piedras, de muy diversos tipos, tamaños y

calidades, se utilizaron no sólo en los cimientos de las casas, sino también para dividir

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paredes, como revestimiento de techos o de suelos, así como para formar las tumbas

de cista. Y, pese a que pueda resultar paradójico a priori, esa es, para algunos autores

(Vermeule, 1971: 69), la razón principal de que sean bien escasos los restos

arquitectónicos de esta cultura, ya que al derrumbarse las casas no quedan indicios de

sus revestimientos o de los ladrillos que puedan suministrar información arqueológica

de las mismas: las piedras vuelven a dispersarse en los suelos de los que proceden.

Entre los ejemplos conocidos, merecen citarse los hallazgos de las

excavaciones dirigidas en Paros por Tsountas. En tales trabajos salían a la luz, en

1898, casas de planta rectangular con dos estancias comunicadas entre sí, de las

cuales la habitación situada en la parte interior tenía un remate absidado, acaso como

recuerdo de la cabaña neolítica.

Filacopí, en la isla Milo, es, en opinión de Renfrew (1972: 38) el único

yacimiento bien estratificado de las Cícladas (Filacopí II) se han encontrado

interesantes restos de viviendas, aunque éstas corresponden, mayoritariamente, a una

fase tardía (en torno al 2.000 a.C.). Se trata de casas de pequeño tamaño, con dos

habitaciones comunicadas entre sí y precedidas de un patio o vestíbulo abierto.

Además, y en virtud de la estratigrafía

citada, en este yacimiento se han

encontrado varios grupos de materiales

cerámicos de gran interés.

Uno de los aspectos más

destacados de la civilización cicládica es

el referido a sus fortificaciones, que, en la

mayoría de los casos, son murallas de

épocas recientes, ya bajo la influencia

minoica, como las de Chalandriani

(Syros), Filacopí (Milo) o Kastri, en Syros

(CA II). El prototipo más representativo lo

constituye el ya citado fuerte murado de

Chalandriani, en Syros (fig.2), consistente

en una doble muralla de piedra que se extendía sobre un risco naturalmente protegido,

gracias a profundas hondonadas. De dicha muralla se han conservado restos de unos

70 metros de longitud: era una muralla doble cuyo muro interior estaba provisto de

cinco angostas torres o bastiones en forma de herradura, que servirían,

probablemente, para facilitar el lanzamiento de proyectiles una pequeña ciudadela

fortificada sólo en los flancos más expuestos, con un muro ahuecado con bastiones

Fig. 2. Fuerte murado en Chalandriani (Syros), según Renfrew

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de pequeño y medio tamaño para facilitar el lanzamiento de proyectiles (Vermeule,

1971: 52).

De dicha muralla se han conservado restos de

unos 70 metros de longitud: era una muralla doble

cuyo muro interior estaba provisto de cinco

angostas torres o bastiones en forma de

herradura, que servirían, probablemente, para

facilitar el lanzamiento de proyectiles una pequeña

ciudadela fortificada sólo en los flancos más

expuestos, con un muro ahuecado con bastiones

de pequeño y medio tamaño para facilitar el

lanzamiento de proyectiles (Vermeule, 1971: 52).

Existe un segundo muro, con finalidad defensiva.

La entrada a la ciudadela era muy reducida, y se

realizaba por uno de los bastiones. El interior

consistía en grupos de pequeñas habitaciones

separadas por pasillos estrechos. Esta misma

disposición se encuentra en otros lugares durante este período, como Panormos

(Naxos) o Ayia Irini (Keos) (Storch de Gracia, 1987: 24).

Poseemos abundantes datos sobre la arquitectura funeraria, ya que se han

encontrado más de dos mil tumbas. Las tumbas cicládicas, a excepción de las

halladas en la isla de Syros, son tumbas de cista (fig.3): pequeñas fosas excavadas en

el terreno o incluso en la roca, de forma rectangular, trapezoidal o circular, delimitadas

las más de las veces mediante lajas de piedras. El enterramiento habitual es la

inhumación, que en ocasiones se realizaba colocando al difunto dentro de un pythos

que, a su vez, se introducía en la tumba (Storch de Gracia, 1987: 24). Normalmente

estas tumbas se excavan a poca profundidad, aprovechando las pendientes de las

colinas, y su pequeño tamaño responde a que el difunto era enterrado en posición

fetal, recostado sobre su lado izquierdo.

En la isla de Syros fueron habituales las tumbas de cámara, en cuyas paredes

se aproximan las hiladas de piedra hasta formar una falsa bóveda, cerrada en su

extremo superior por una gran lastra pétrea. Una abertura comunica estas tumbas con

el exterior, acaso relacionada con ciertos ritos funerarios (¿libaciones?). De las

tumbas, y de sus ajuares funerarios, proceden los abundantes testimonios artísticos de

la civilización cicládica (fig.4)

Fig. 3. Tumba en cista de la isla de Naxos.

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5. Escultura

Sin duda alguna, la más conocida y

singular expresión del arte cicládico la

constituyen, como ya se ha señalado, las

numerosas estatuillas de mármol procedentes

de las necrópolis cicládicas, y difundidas

hasta regiones tan alejadas como Cerdeña

(Arias, 1967:14), que habitualmente son

designadas como ídolos cicládicos. Estos

ídolos representan, en su mayor parte, figuras

femeninas, pero a finales del Cicládico

Antiguo hicieron su aparición, como veremos,

otras tipologías, entre las que destacan los

célebres músicos.

Son esculturas de mármol de Paros, y

aunque todas poseen como denominador

común su original esquematización, sus perfiles redondeados y la ausencia de

detalles, pueden distinguirse en ellas, varios arquetipos: las que tienen forma de violín,

las que presentan los brazos cruzados bajo el pecho, las representaciones de mujeres

preñadas, las mujeres que exhiben a sus hijos en brazos o sobre la cabeza, y los ya

citados músicos. También es muy variable su tamaño, que oscila de los 5 centímetros

de las más pequeñas hasta las grandes figuras que pueden llegar a medir 1,5 metros

de altura. El modelado se conseguía, en todos los casos, mediante el desgaste de la

pieza de mármol con la piedra de esmeril o corindón (carbón cristalizado), un

extraordinario abrasivo cuyo principal centro de explotación era la isla de Naxos. La

mayoría de estas figuras se han encontrado en los cementerios, lo que ha dado lugar

a interpretaciones en relación con el mundo funerario, especialmente como amuletos

para los difuntos (probablemente las más pequeñas), o como indicadoras del lugar del

enterramiento, a modo de estela, si bien es cierto que también han aparecido otras

figuras en distintas aldeas.

Sus orígenes no están claros. Parece que surgieron en la última etapa del

Cicládico Antiguo I en una forma esquemática, mientras que las figuras más

naturalistas no aparecerían hasta el tercer estadio de este período. Siguiendo las

directrices de Renfrew (1972), puede admitirse que existen varias corrientes en la

evolución de estas figurillas. El citado autor considera que las más antiguas surgieron

en la cultura de Grotta-Pelos (Cicládico Antiguo I 3), y son muy esquemáticas, lo que

Fig. 4. Esquema de tipos de tumbas del Heládico Anterior y del Cicládico según Vermeule, fig.11

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impide identificar el sexo de las estatuillas. Entre ellas pueden diferenciarse tres

tipologías:

1. El llamado tipo de Plastiras (fig. 5), en el que los rasgos faciales se encuentran

muy marcados, a excepción de los ojos. Este tipo parece un desarrollo de las

figuras sentadas neolíticas.

Fig. 5. Ídolo cicládico del tipo de Plastiras

Fig. 6. Ídolo cicládico del tipo de Louros.

Fig. 7. Ídolo cicládico “de violín”.

2. El segundo modelo es el llamado tipo de Louros (fig. 6), cuya principal

característica es la de mantener los brazos estirados horizontalmente. Según

Getz-Preziosi (1985), este modelo es un desarrollo del de forma de violín, pero

para Renfrew (1972) es más bien un derivado del tipo neolítico de Dímini

corriente en el Neolítico Reciente de Tesalia. Estos dos tipos citados son los

únicos en los que se representan los rasgos faciales, a excepción de la nariz

que, salvo el tipo de forma de violín, se señala en todas las figuras. El género

de las figurillas de Louros no suele señalarse, mientras que las de Plastiras son

manifiestamente figuras femeninas.

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3. El modelo más conocido de este estadio cultural

es el llamado de "forma de violín", o de “caja de

violín”, representación de figuras muy

esquemáticas con un cuerpo, un largo cuello sin

cabeza, y los brazos apenas esbozados (fig. 7).

En esta estructura general, de naturaleza

abstracta, se incluyen, sin embargo, algunos

detalles tales como la incisión de órganos

genitales y collares. Su origen se ha interpretado

frecuentemente como una abstracción del tipo

sentado del Neolítico, antecedente también de

las figuras de Plastiras. Para algunos autores,

esta serie responde a un criterio abstracto de

representación que se reduce el cuerpo

femenino a un estructura geometrizada de cuello

largo, un prototipo que ya había estado presente en el Neolítico griego; no son

otra cosa que el desarrollo armonizado de aquellas piedras de forma oval y

eliptica que habían estado bien presentes en las necrópolis del Eneolítico, de

probable significado betílico y con carácter marcadamente anicónico (Arias,

1967: 15). Generalmente los ídolos “de violín” son de pequeñas dimensiones, a

diferencia de otras tipologías.

Durante la etapa final del Cicládico Antiguo II y el Cicládico

Antiguo III, el modelo más representativo es el que, a partir de

Renfrew, se conoce como folded-armed figurines (FAF), “figuras

de brazos cruzados”, así llamadas, precisamente, por mantener

todas ellas los brazos cruzados en ángulo recto sobre el vientre,

dispuestos uno encima del otro, en posición de abrazo (fig.8). El

esquematismo de las figuras se mantiene, aunque el escultor

muestra un especial interés por señalar los caracteres sexuales,

los senos y el triángulo púbico, a partir del cual se traza una

línea gruesa hacia abajo que marca la separación de las

piernas, aunque hay muchas variantes.

Las cabezas suelen ser ovales y alargadas, y en muchos

casos aparecen inclinadas hacia atrás, y sólo se señala en ellas

Fig. 8. Ídolo cicládico “de brazos cruzados”

Fig. 9. Ídolo cicládico

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el caballete de la nariz, larga y arqueada (fig.9). La longitud del cuello no es

exagerada; los hombros suelen ser muy anchos, las caderas estrechas y las piernas,

en ocasiones, muestran una ligera flexión de las rodillas. En las variedades de

Kapsala y Khaliandri, los pies están

inclinados, lo que sugiere una posición

tumbada. Los dedos de pies y manos

están indicados por medio de

incisiones. Como se ha señalado, los

brazos están cruzados, en bajorrelieve

sobre el vientre, y en algunos

ejemplares están sugeridos mediante

leves trazos o esbozos de muñones

incisos. La única parte del cuerpo

femenino que normalmente fue objeto de modelado son los senos, no muy grandes,

pero bien destacados en el conjunto corporal.

Las incisiones sirven también para señalar los repliegues carnosos del cuello, la

ingle, la rodilla, o el tobillo. Los órganos sexuales pueden representarse mediante la

habitual imagen del triángulo dividido, aunque ocasionalmente se omiten. El dorso de

las figuras, al igual que en los modelos anteriores, es muy simple. Es posible que

tuvieran algún tipo de decoración, ya que se han encontrado en ellas restos de

pigmentos rojos y azules. Esta decoración dejaría

vislumbrar diademas, collares, pintura facial y otros

aditamentos que servirían, sin duda, como

complemento icónico. Aunque, como decimos, la

orientación general es muy esquemática, la atención

que el escultor presta a los rasgos distintivos de la

figura femenina, destacando no sólo los senos y el

pubis, sino también el esbelto talle femenino por medio

de hombros anchos y caderas estrechas, hace que

estos ídolos sean llamados también de “tipo realista”,

en comparación con los primeros modelos (fig. 10).

En la etapa final del Cicládico Antiguo aparece

una mayor variedad de figuras, en las que puede

apreciarse una tendencia más naturalista. A este

estadio pertenecen los ya mencionados músicos, una serie de figuras masculinas que

representan a hombres tocando distintos instrumentos musicales. Algunos, como el

Fig. 10. Ídolos cicládicos “de brazos cruzados”

Fig. 11. El arpista de Keros, Museo Arqueológico Nacional

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conocido arpista de Keros (fig. 11), figuran sentados. Los que están representados de

pie poseen una

base sobre la que mantenerse, como el bello flautista de

Keros (fig. 12), que personifica a una figura masculina

tocando la doble flauta. Estas esculturas son más gruesas y

rotundas que los ídolos femeninos, prácticamente planos en

su volumetría. Otras figuras representan a cazadores,

hombres con una daga o un objeto similar, que son

interpretados como imágenes de gentes que han

conseguido una pieza de caza y entregan esta imagen a una

divinidad como agradecimiento. Hay también algunos

ejemplares en los que se han reproducido hombres

bebiendo.

Finalmente, merecen citarse un grupo de figuritas

que pertenecen a una tipología menos común, y que

muestran a dos figuras juntas (¿madre e hijo?), o bien

aquellas representaciones en las que

una de las figuritas (de tamaño

sensiblemente menor) surge,

erguida, de la cabeza de la otra, por lo demás idénticas en todo

(fig.13.).

Desde el punto de vista estilístico, las estatuas de las

Cícladas contribuyeron poderosamente a liberar la

representación de la figura humana de los esquemas de la

abstracción prehistórica, sin vía aparente de salida. Así, por

ejemplo, en la estructura geométrica de los citados músicos

comienza a aparecer de lleno una capacidad arquitectónica y

estructural, una conquista del espacio que resulta

absolutamente novedosa e inusitada.

Algunos autores han señalado que el auténtico valor

religioso de estos ídolos se nos escapa (Vermeule, 1971: 75), y

sin embargo, la interpretación tradicional ha convertido a estas

figuras en representaciones de la divinidad femenina

mediterránea. Otras opiniones sostienen que pudiera tratarse

de representaciones de ninfas y héroes, y también se ha querido ver en ellas a la

divinidad dadora de la vida, ya que la posición de los brazos sobre el vientre, o el

abultamiento manifiesto de éste, sugiere dicha idea. Para algunos estudiosos, la

Fig.12. Flautista de Keros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 13. Ídolo doble, con madre e hijo. Foto: Vermeule

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acentuación de los detalles sexuales podría aludir simbólicamente a la muerte, es

decir, al retorno al seno de la Tierra Madre, en analogía con ciertas divinidades

femeninas anatólicas, halladas en Çatal Huyuk (Arias, p.15). Sea como fuere, la

esquemática belleza de estos ídolos hizo que ya en su época fueran muy apreciados,

por lo que se han encontrado numerosos de ellos en territorios exteriores a las

Cícladas, especialmente en las tumbas de Creta, donde se sabe de la existencia de

una industria que imita estos ídolos, que quizá pudieron haber servido como amuletos

de protección en el tránsito al más allá.

6. La cerámica

En la Edad del Bronce se produjo un importante avance en el trabajo de la

cerámica respecto a las épocas anteriores, ya que, como es sabido, hizo su aparición

el empleo del torno lento, que acabaría por desplazar el trabajo manual de la

cerámica.

6.1. Formas de la cerámica cicládica

La cerámica cicládica presenta una gran

variedad formal, siendo la mayoría de los

prototipos formales derivados de las formas

precedentes, comunes en muchos casos a

todo el ámbito del Egeo. Sin embargo, entre las

novedades merecen señalarse dos nuevas

formas características, llamadas a extenderse

ampliamente por dicho ámbito. Una de ellas es

el llamado kernos, una vasija compuesta por

un pie común sobre el que se ensamblan una

serie de pequeños recipientes, y que puede

ofrecer formatos muy variados (fig. 14). Se

piensa que estos kernoi pudieron haber tenido

una función ritual, siendo empleados habitualmente en las libaciones, y como es

sabido, andando el tiempo pasarían a convertirse en prototipos asociados al uso

funerario.

La otra forma distintiva de la cerámica cicládica corresponde a las llamadas

“sartenes”, piezas de cerámica oscura y de forma lenticular, que han sido interpretadas

genéricamente como recipientes de tipo ritual. Algunos autores han señalado la

Fig. 14. Vasija cerámica en forma de Kernos

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hipótesis de que pudieron haber servido, convenientemente rellenas de agua, como

espejos. La relación entre el espejo, el agua y la muerte, podría explicar, en cierto

modo, la función de estos extraños objetos que eran frecuentemente decorados con

espirales (representación gráfica que simboliza el flujo de las ondas), y con primitivas

embarcaciones (Arias: 1967, 13). En ellas, pueden distinguirse dos tipos:

a) El primero es el llamado tipo Kampos, caracterizado por un reverso plano, y

decorado con una o más incisiones en forma de espirales. Tiene una sola asa

rectangular, y el círculo principal está decorado con incisiones en forma de espiral

alrededor de una estrella central (fig. 15).

b) El segundo grupo de ejemplares son

conocidos como tipo Syros, y se distinguen

por poseer el reverso ligeramente cóncavo y

dos asas puntiagudas. La decoración del

espacio central presenta, por lo común,

círculos concéntricos o espirales estampadas,

muchas veces acompañados por barcos

incisos y/o genitales femeninos, símbolo de

fertilidad (Vermeule, 1971: 75). Esta

asociación simbólica entre el mar y la fertilidad

de las hembras resulta especialmente

significativa en otros ámbitos del

Mediterráneo, y puede rastrearse también en el mundo minoico, acaso por herencia de

la cultura cicládica (Rodríguez López, M.I, 1987).

Dentro de esta tipología de Syros destaca una sartén de terracota encontrada

en la tumba 174 de Khalandrianí (Syros) y conservada en el Museo Arqueológico

Nacional de Atenas, en cuyo círculo principal se representa un esquemático barco de

remos, con un extremo levantado y un remate en forma de pez como insignia.

Fig. 15. Sartén cicládica del tipo Kampos

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El barco está rodeado por

una serie de motivos geométricos

que representan espirales. Debajo

del barco y separado por dos

líneas de triángulos estampadas

opuestos en forma dentada, que

repite el esquema decorativo

utilizado en el borde de la sartén,

se encuentra una representación,

también muy esquemática, del

triángulo púbico, flanqueado por lo

que algunos autores han

interpretado como dos espigas

(fig. 16). Otras piezas análogas

corroboran la misma

intencionalidad simbólica a la que

se hacía referencia en las líneas

precedentes (fig. 17).

Junto a estas dos formas

características del arte cicládico,

existen también otras muy comunes y

llamativas, como los askoi, vasijas con

formas animales, entre las que destaca

un erizo u oso que sostiene una vasija

(fig. 18). Asimismo, son muy

representativas las botellas de cuello

cónico con un acabado de tipo metálico

que imita la cerámica minia. Los vasos

cerámicos presentan, además de estos

prototipos característicos, una gran

variedad tipológica (fig. 19).

Fig. 17. Sarténes cicládicas del tipo Syros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 16. Sarténes cicládicas del tipo Syros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

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Fig. 18. Askos cerámico con representación de erizo u oso. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 19. Lámparas de aceite y recipientes para vino de elaboración cicládica, según Renfrew

6.2. Decoración de la cerámica cicládica

La ornamentación de la cerámica cicládica ha sido objeto de estudio para

muchos autores. De ellos, destaca la obra de Charles Dugas (1925), que propuso la

siguiente clasificación de los distintos tipos cerámicos, que él consideraba

contemporáneos:

• En un primer grupo, extendido por Naxos, Syros, Paros y Milo, la

cerámica es del tipo oscuro sobre fondo claro, lustrada. La arcilla que se

emplea es roja o gris y el color brillante, rojizo o negro, se coloca sobre

una masa blanca. Las formas son, habitualmente, las ánforas, los pithoi,

los cántaros con forma de pico, las salseras, los píxides, copas con pie

y los kernoi. Las decoraciones más usuales ofrecen motivos

geométricos o curvilíneos, círculos concéntricos, la doble hacha, peces

y pájaros estilizados.

• El segundo grupo, del que se han encontrado ejemplares sobre todo en

Milo y también en Paros, Delos y Amorgós, presenta también motivos

oscuros sobre fondo claro, pero el color es, en lugar de brillante, mate.

Las formas son las mismas que en el grupo anterior (de hecho, estos

tipos de decoración están presentes en casi todas las formas

cerámicas). Las decoraciones presentan motivos rectilíneos, la cruz de

San Andrés, esvásticas y cuadriláteros, y hay un incremento de los

motivos naturalistas, muy esquemáticos: cuadrúpedos, aves, serpientes

y hombres.

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• El tercer grupo, extendido por Paros y cuyo centro de fabricación parece

ser Milo, está constituido por vasos con decoración clara sobre fondo

oscuro. La superficie está cubierta de una capa marrón, negra o roja,

lustrada o pulida. Los motivos son geométricos, lo mismo que en el

grupo anterior, pero blancos. A este grupo pertenece la forma de copa

con pie que parece imitar la cerámica minia.

Ch. Dugas suponía que estos tipos cerámicos eran contemporáneos. Sin

embargo, G. Rachet (1969) sostiene que es posible distribuirlos cronológicamente a lo

largo de las distintas fases del Cicládico Antiguo. Para este autor, el primer grupo

citado se desarrolló desde el CA II, y es característico de las islas septentrionales,

mientras que el segundo grupo tuvo mayor acogida y desarrollo en las zonas

meridionales del archipiélago, siendo probablemente más tardío. El tercer grupo no

hizo su aparición hasta el CA III. Además, siguiendo el criterio del citado autor, parece

probable que fueran las cerámicas de las Cícladas las que inspiraran a los artesanos

cretenses en sus producciones correspondientes al MA III, piezas en las que abundan

el cuadrilátero y la espiral como motivo decorativo.

6.3. Distribución geográfica de la cerámica cicládica

Aunque la tipología establecida por Ch. Dugas es suficientemente completa y

puede ser presentada según un cierto orden cronológico, se basa sólo en el color

empleado en la decoración, y no tiene en cuenta el tipo de decoración (pintada, incisa

o incrustada). De hecho, los distintos yacimientos arqueológicos presentan también

otros tipos (minoritarios) de cerámica, por lo que sería conveniente añadir a la

clasificación de Dugas, aunque sea de forma somera y a modo de resumen de las

ideas principales, una tipología de la cerámica según la zona geográfica, incluyendo

también las distintas formas. Como se ha apuntado, estas zonas geográficas han dado

lugar a las diferentes culturas del Cicládico, y se corresponden, en términos generales,

con las distintas fases del Cicládico Antiguo, por lo que podría completarse, del

siguiente modo, la ya citada distribución cronológica propuesta por Rachet.

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En Grotta (CA I), la cerámica

aparecida es de paredes finas y está

acabada con un barniz tonalidad oscura. Las

formas (fig. 20) más típicas son cuencos con

bordes enrollados y tubos introducidos

horizontalmente por debajo del borde por el

exterior, sartenes del tipo llamado Kampos y

píxides cilíndricos. Este tipo de cerámica

convive con otro de tipo exclusivamente

funerario, ya que sólo se ha encontrado en

tumbas, con decoración incisa.

Durante el CA II, en Keros, hay tres

variedades de cerámica. La primera de ellas

es una cerámica de decoración oscura sobre

fondo claro que utiliza únicamente motivos

geométricos. Las formas más comunes son

las salseras, los píxides, las jarras con pico y las copas con pie. La segunda modalidad

es una cerámica de tipo Urfirniss, una versión cicládica de la cerámica del tipo Urfirniss

del Heládico Antiguo II. Las formas típicas son salseras y pequeñas copas con asas.

La tercera clase corresponde a una

cerámica con decoraciones incisas o

estampadas sobre fondo oscuro y

barnizado. Representa un desarrollo de la

cerámica de Grotta que incorpora motivos

curvilíneos y que utiliza, por primera vez,

círculos concéntricos estampados, espirales

y pequeños triángulos. Las formas comunes

son jarras, píxides globulares y sartenes del

tipo Syros (fig. 21).

En Kastri, dentro del grupo de la

cultura de Keros aparece un nuevo tipo de

cerámica caracterizado por un barniz

brillante rojo o negro, superficies amarillas y

por una variada cantidad de formas, las más

Fig. 20. Formas típicas de la cerámica de Grotta-Pelos, según Renfrew

Fig. 21. Formas típicas de la cerámica de Keros, según Renfrew

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características copas con dos asas, del tipo

llamado depas amphikypellon (según

designación homérica), platos, cuencos con

bordes curvados, etc. Hay también píxides

globulares como los de Keros, pero con un

barniz oscuro y decorados habitualmente

con ornamentación incisa que imita las

cuerdas de una cesta. Las jarras, con una

capa de barniz oscuro, presentan una

decoración incisa de líneas verticales,

semejante a la de los píxides (fig. 22).

En el Cicládico Antiguo III (Philakopi), la

cerámica se distribuye en dos grandes

grupos. El primero de ellos es de decoración

incisa, cuyas principales formas son los

píxides con forma de cono truncado y las jarras, así como los llamados vasos con pico

de pato. El segundo grupo, está representado por una cerámica pintada con un tono

apagado, pero no mate. La decoración consiste en trazos rectilíneos oscuros sobre

fondo claro (fig.23).

7. Otras artes

Paralelamente al apogeo de la

escultura cicládica, se fabrican recipientes de

piedra de gran calidad. Fueron muy

característicos de la producción de los

artesanos cicládicos los vasos marmóreos,

especialmente los de tipo globular,

decorados frecuentemente con pequeñas

marcas semicirculares horadadas. Los vasos

de mármol están, muy a menudo, mejor

realizados que las formas cerámicas, al

menos en los tiempos más antiguos. Entre

sus variadas formas se incluyen platos,

tazones simples, tazones sobre patada altas,

cubetas y cajas, así como vasos cónicos. (Vermeule: 1971, 70).

Fig. 22. Formas típicas de la cerámica de Kastri, según Renfrew

Fig. 23. Formas típicas de la cerámica de Philakopi I, según Renfrew

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Entre estos recipientes, destaca un píxide de esteatita en forma de granero (fig.

24) que reproduce un conjunto de siete silos circulares en torno a un patio central, con

una fachada porticada a dos aguas, y decorado a base de espirales enlazadas, tema

muy común en la decoración de los objetos cicládicos, como puede observarse en

otros ejemplares, menos elaborados.

El trabajo del metal quedó reservado para la fabricación de armas, dagas

sencillas cuyos ejemplares conocemos a través de los ajuares funerarios, aunque se

ha encontrado en Kastri una insólita diadema de plata decorada a base de líneas

punteadas con punzón, con decoración de círculos, cuadrúpedos y lo que puede ser

una figura humana con cabeza de pájaro, interpretada por algunos autores como la

representación de la Diosa (fig.25).

Fig. 25. Diadema de plata y otras joyas de Chalandriani (Syros) y Dokathismata (Amrgós, nn. 2-4), según Renfrew

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Índice de Ilustraciones con su correspondiente pie de foto.

Fig. 1. Mapa de las Islas Cícladas.

Fig.2. Fuerte murado en Chalandriani (Syros), según Renfrew.

Fig. 3. Tumba en cista de la isla de Naxos.

Fig. 4. Esquema de tipos de tumbas del Heládico Anterior y del Cicládico según

Vermeule, fig.11.

Fig. 5. Ídolo cicládico del tipo de Plastiras.

Fig. 6. Ídolo cicládico del tipo de Louros.

Fig.7. Ídolo cicládico “de violín”. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 8 Ídolo cicládico “de brazos cruzados”. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 9. Cabeza de ídolo cicládico “de brazos cruzados”. Atenas, Museo Arqueológico

Nacional.

Fig. 10. Ídolos cicládicos “de brazos cruzados”.

Fig. 11. Arpista de Keros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig.12. Flautista de Keros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 13. Ídolo doble, con madre e hijo. Foto: Vermeule

Fig. 14. Vasija cerámica en forma de Kernos.

Fig. 15 “Sartén” cicládica del tipo Kampos. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig.16. “Sartén” cicládica del tipo Syros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig.17. “Sartén” cicládica del tipo Syros. Atenas, Museo Arqueológico Nacional

Fig. 18. Askos cerámico en forma de erizo u oso.

Fig.19. Lámparas de aceite y recipientes para vino de elaboración cicládica, según

Renfrew.

Fig.20. Formas típicas de la cerámica de Grotta-Pelos, según Renfrew.

Fig. 21. Formas típicas de la cerámica de Keros, según Renfrew.

Fig. 22. Formas típicas de la cerámica de Kastri, según Renfrew.

Fig. 23. Formas típicas de la cerámica de Philakopi I, según Renfrew.

Fig.24. Píxide de esteatita en forma de granero. Atenas, Museo Nacional.

Fig. 25. Diadema de plata y otras joyas de Chalandriani (Syros) y Dokathismata

(Amorgós, nn. 2-4), según Renfrew.