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Universidad de las Américas Puebla
Cultura de la información
El negocio de ser un artista
Fàtima Ramos Chàvez
Ana Paulina Hernandez Larala
Jose Antonio Ballesteros
El arte, a partir del siglo XX, ha cobrado un papel muy importante fuera del
ámbito cultural en todas las sociedades principalmente en el mundo occidental. El
mercado del arte, se coloca en la cúspide, porque el acceso a la adquisición de las
piezas de arte se ha abierto cada vez más a otros sectores sociales además del de la
burguesía.
En este ensayo buscamos explicar cómo el artista y el dealer, construyen un
nuevo mercado del arte, en el que las casas de subastas, los espacios públicos, los
coleccionistas y los nuevos medios electrónicos. Nos situaremos temporalmente en la
época contemporánea, pues es ahora que gracias a los nuevos medios, el arte ha
llegado al mercado global. Para el propósito del presente ensayo se definirá el papel
del dealer en el mercado del arte a nivel global y explicar la función de los espacios
públicos para la difusión de dicho mercado. Con base en lo anterior se propondrán
sugerencias de publicación y venta para la obra de arte.
Un dealer del arte es aquella persona que funge como intermediario entre un
comprador y el artista, se encarga de negociar precios ya sea para venta de piezas o
su préstamo. Un dealer necesita tener conocimientos de historia del arte y, por
supuesto, excelentes relaciones públicas, ya que la clave para moverse dentro del
mundo del arte son los contactos, pues a pesar del paso del tiempo y la apertura de
horizontes, este mundo sigue siendo muy exclusivo. Generalmente los dealers
provienen de familias de coleccionistas y también muy frecuentemente son
coleccionistas y caza-talentos.
En el pasado, el arte era casi de exclusiva exhibición en museos. Fue hasta el
siglo XIX que el arte comenzó a exhibirse en galerías, que consistían en espacios
creados por los propios artistas, quienes eran excluidos de los museos y buscaban
darse a conocer en otros espacios (Haskel, 1989). Fue en París que comenzaron
estas primeras exhibiciones cuando se inauguró “El salón de los rechazados”.
Actualmente las fronteras entre espacios son cada vez más delgadas. El espacio
público y el espacio privado se fusionan en puntos casi indistinguibles. El arte
progresivamente buscó liberarse de las ataduras de las instituciones que lo
encerraban, con ello, las producciones artísticas salieron de los museos y galerías. Lo
anterior obligó a los artistas a pensar sus piezas como parte del espacio público. Los
espacios de exhibición contemporáneos se convirtieron en calles, parques, cafés,
oficinas. Hoy en día cualquier lugar puede ser un espacio de la exhibición artística, lo
más relevante es que la obra se active con la exposición e interacción con el público.
Cabe señalar que los límites de una pieza de arte son cada vez más amplios, y
que dentro del mercado del arte, dicha ruptura de fronteras es sumamente importante.
El arte ya no es más un cuadro o una escultura de bronce bajo luces y con una ficha
técnica, ya que desde antes del pop-art y los ready-mades de Duchamp, los límites del
arte se fracturan hacia una homogeneidad entre el espectador y la obra de arte.
Una pieza no es necesariamente un objeto o conjunto de objetos, el arte se des-
materializa hacia el concepto o la idea, por lo que quiénes compran y venden arte
deben tener claros dichos horizontes, ya cada pieza necesita de un contexto específico
para funcionar, y es a partir de dicha atmósfera como se comporta la pieza. Aquí es
donde adquiere importancia el conocimiento del dealer, pues reconocer las
características de una obra es algo básico para que ésta pueda valuarse. Esta frontera
invisible entre lo valioso, lo costoso, lo despreciado y lo rechazado, es la que rige qué
se coloca y qué no en el mercado del arte. "Una 'economía simbólica' donde el trueque
se realiza en ideas y el valor cultural suele ser más significativo que la bruta
abundancia" (Thorton, p.122).
En la actualidad las redes sociales juegan un papel crucial, en el mundo del arte. Las
oportunidades de que la obra de un artista sea más conocida y difundida son infinitas
si las pensamos de manera virtual, pues así el artista puede tener contactos en todas
partes del mundo. La comunicación a nivel global funciona, entonces, como un
conector entre el artista y una sociedad cada vez más globalizada.
Los medios electrónicos son una manera más cómoda y rápida para un artista
de darse a conocer. Existen muchos sitios especializados para esto, en el que el autor
sólo tiene que subir su obra documentada -fotos, textos, o videos-, de esa manera la
publicación de su trabajo quedará en el interés del público hacia su obra. Con las
nuevas redes sociales (cómo facebook, blogger y demás) el artista sólo necesita crear
su perfil ya que las posibilidades de publicación que la red ofrece son infinitas y
ventajosas para la producción artística.
Las redes sociales hacen más accesible la producción artística, esto ofrece
ventajas y desventajas: la documentación de una pieza está a disposición de cualquier
persona en el mundo pero implica el riesgo del plagio, por lo tanto, el artista debe
proteger su trabajo mediante los derechos de autor que estén a su disposición. Es
importante que el artista cuente con un portafolio electrónico bien estructurado, donde
incluya todas sus obras, y cada una con su ficha técnica e información de compra-
venta.
Los nuevos medios de publicación proveen a los artistas de una riqueza de
recursos para crear admiradores, permanecer relacionados y visibles en el ambiente
artístico, y por último construir sus carreras en el mencionado ambiente. Estas
herramientas son accesibles a artistas emergentes como artistas establecidos ya que
el arte deja de ser elitista al romper con las fronteras institucionales que encierran la
producción de la obra artística, lo cual genera una convergencia con el público en
general.
En conclusión, podemos decir que el mundo del arte es un mundo de relaciones
públicas ya que un artista sin contactos tendrá dificultades para exhibir y vender su
obra, por lo que las relaciones de negocios son muy importantes. El artista necesita
tanto de un dealer, cómo de un manager y un publicista, como necesita su propia
creatividad, pues de cierto modo, su fama depende de su crecimiento como artista, es
así como sus posibilidades de expansión en el mercado del arte dependerán de lo
anterior, por lo que no podemos negar la íntima relación entre el arte y los negocios, ya
que tanto el manager como el publicista son personas dedicadas a los negocios, que
junto con el artista buscarán obtener los mayores beneficios posibles para todos los
involucrados en el mercado de la obra de arte.
Bibliografía
Burns, C. (2010). All change in New York. Art Newspaper, 19, 61. Retrieved
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Harris, G. (2010). Christie's launches its own fair. Art Newspaper, 19, 54.
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Haskel, F. (1980). Patronos y pintores. Madrid: Catedra.
Pollock, L. (2010). Elite art: how to get a foot in the door. Art Newspaper,
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Hart, J. (2009). Art Community Networking. Art Business News, 36(11), 28.
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Thornton, S. (2009). 7 días en el mundo del arte. Argentina: Edhasa
Argentina