El Arte Griego II_Pilar León Alonso

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Arte griego de las épocas arcaica y clàssica

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El arte arcaico

Desde finales del siglo VII y comienzos del siglo VI a. C. el artesanado griego, en general, se ve agitado por una fuerte sacudida que activa sus mentes y agiliza sus ideas. No es una explosin intelectual fulgurante como la de plena poca clsica, sino algo tan sencillo como la curiosidad ante cuestiones relacionadas con la esttica y el movimiento, con la posibilidad de sostener una construccin de piedra en lugar de una de madera y adobe, con la evolucin de las formas.Si se piensa en las duras condiciones de vida y en la modestia de recursos tcnicos de aquella poca, hay que descubrirse ante el tesn y el ingenio derrochados, como tambin ante la capacidad para admitir y corregir errores. Pese al individualismo y el aislamiento entre talleres y escuelas, el artesanado arcaico tuvo conciencia de la necesidad de contribuir al esfuerzo comn y ah radica en buena parte la fuerza y la pujanza del arte de esta poca.

LA ARQUITECTURA. EL TEMPLO GRIEGO

La manifestacin ms representativa y monumental de la arquitectura arcaica es el templo. Se trata de una construccin muy elemental en origen, derivada del mgaron micnico, en la que el espacio se reparte entre un breve mbito de acceso pronaos y una sala naos, en la que se deposita la estatua del dios. A estos espacios contiguos y comunicados se aadi un tercero opistodomos adosado al otro extremo de la cella o naos, pero incomunicado con ella. Una columnata exterior envuelve el conjunto, as como en el interior se pueden colocar columnas para ayudara sostener la techumbre.A un esquema tan sencillo correspondieron en un principio materiales asimismo humildes y deleznables, el adobe y la madera, de ah que apenas conozcamos la apariencia de aquellos viejos santuarios, entre los cuales, los predecesores del Templo de Apolo en Thermos, el primitivo Heraion de Olimpia y su equivalente en Samos. Pronto se inicia, sin embargo, un perodo de reflexin y mejora en las frmulas constructivas, que desembocar en la sistematizacin de los rdenes arquitectnicos. Acua entonces la arquitectura griega principios y soluciones susceptibles de ser perfeccionadas y embellecidas en el aspecto formal, como as ocurri con el paso del tiempo, pero inamovibles en lo esencial. De hecho, un orden no es otra cosa que un canon razonado y orgnico de elementos imbricados entre s y, una vez descubierto y aceptado, los griegos se atuvieron a sus normas durante siglos y slo dieron al traste con algunas de ellas en el Helenismo.

El orden drico en Grecia

Hacia el ao 625 los etolios renuevan el viejo santuario de Thermos y lo sustituyen por un templo consagrado a Apolo, cuyas caractersticas estructurales y formales denotan su vetustez. Cella profunda y alargada precedida por un breve pronaos, hilera de columnas en medio de la cella para sostener la techumbre y perstasis o anillo de columnas separadas por un pasillo de los muros de la cella. Los restos de la cimentacin, que es todo lo que se conserva del templo de Apolo en Thermos, bastan para demostrar que aun en estado incipiente, la planta ha sido diseada con criterio de claridad orgnica, una de las constantes de esta arquitectura. Los progresos realizados a lo largo del ltimo cuarto del siglo VII se aprecian a comienzos de la centuria siguiente en el templo de Artemis en Corf y en el de Hera en Olimpia.El templo de Artemis en Corf era un octstilo cuya cella, muy larga y dividida en tres naves por dos hileras de columnas, quedaba aislada en medio de la perstasis por un pasillo excesivamente ancho. Pronaos y opistodomos muestran la solucin cannica de las columnas entre las antas. Por su parte, en el Heraion de Olimpia la cella sigue siendo excesivamente alargada, pero la organizacin del espacio mejora con la colocacin de dos hileras laterales de cuatro columnas cada una; pronaos y opistodomos completan el patrn tpico por medio de una disposicin simtrica y de una pareja de columnas in antis, es decir, colocadas entre los remates apilastrados, prolongacin de los muros de la cella. Ante los restos del templo de Hera en Olimpia se tiene la certeza de que all adquiri carta de naturaleza el modelo de templo drico, obra de hacia el ao 600, seguramente, de un arquitecto peloponsico.Poco despus de mediados del siglo VI, en el ao 540, se fecha el templo de Apolo en Corinto, algunas de cuyas columnas y parte del arquitrabe todava se pueden ver de pie. En un paraje despejado y sereno, presidido por la mole impresionante del Acrocorinto, donde la leyenda sita la captura de Pegaso por Belerofonte, se yerguen siete fustes potentes y monolticos, viva la estra, bulboso el equino, macizo el baco; la estampa viva del drico arcaico. La cella, dividida en tres naves por dos hileras de columnas, que pudieron sostener un segundo piso, presenta la particularidad de estar dividida en dos espacios desiguales e independientes, a los que se accede respectivamente desde el pronaos y desde el opistodomos. Ms notable e importante es la peculiaridad observada en el estilobato, que permite reconocer por primera vez el efecto de la curvatura o convexidad de su piso.La actividad constructiva de este momento viene en buena parte determinada por la rivalidad de las grandes familias que ven en la construccin de grandes templos una forma de expresar su fuerza y su poder. Es el caso de los Alcmenidas, exiliados de Atenas y asentados en Delfos, donde levantan un templo a Apolo por el ao 525, en sustitucin de otro anterior, que haba quedado destruido. El nuevo templo, hexstilo, responde a las directrices marcadas por el templo de Apolo en Corinto y de su decoracin escultrica se encarg un maestro tico, probablemente Antenor. Al mismo modelo corintio remite el llamado viejo templo de Atenea levantado por los Pisistrtidas (561-510) en la Acrpolis de Atenas en honor de la diosa tutelar de la ciudad. El problema arqueolgico inherente a este templo es tan apasionante como complejo. Y sin entrar ahora en la discusin arqueolgica, merece la pena recordar que es la arquitectura de esta poca la que introduce en el Atica una novedad tan relevante como la adicin de rasgos jnicos a edificios dricos, que mucho tiempo despus retomarn los arquitectos del Partenn. Los responsables de tan feliz innovacin fueron seguramente los hijos de Pisstrato, de cuyo crculo formaban parte poetas y artistas jonios.Para admirar la arquitectura arcaica, hoy da es ms rentable e ilustrativo visitar la Magna Grecia (Sur de Italia y Sicilia) que la Grecia continental. El fenmeno colonial adquiri desde muy pronto extraordinaria vitalidad y las ciudades suritlicas llegaron a rivalizar en el terreno artstico con la metrpolis. Una de las ciudades mas prsperas del sur de Italia fue Posidonia, la Paestum romana, hoy Pesto, cuyas ruinas constituyen un paisaje arqueolgico inolvidable. En l juega un papel decisivo la secuencia ininterrumpida de templos que el viajero va visitando sin salir de su asombro.

Templos arcaicos de la Magna Grecia

La llamada Baslica es en verdad un templo erigido en honor de Hera poco despus de mediados del siglo VI, del que se conserva la perstasis completa, el arquitrabe, parte del friso y los fundamentos de la cella. Lo ms interesante en este templo es la libre interpretacin de los principios que rigen en el drico cannico, que da pie para pensar en una especie de arte colonial. La perstasis consta de 9 x 18 columnas, la cella tiene dos naves con otros tantos accesos y las columnas ostentan en el arranque del equino una decoracin tan variada como inusual.Las extraas asperezas que dan apariencia nica al templo de Hera, se liman y suavizan en el vecino templo de Atenea (mal llamado de Ceres), perteneciente a finales del arcaismo. Es hexstilo, de proporciones ms reducidas y responde a un proyecto que, sin eliminar los rasgos provinciales, como la decoracin labrada por debajo del equino, sigue la preceptiva cannica e incluso se hace eco de pormenores significativos, entre los cuales, la incorporacin de elementos jnicos. Los miembros del entablamento resultan desajustados en las proporciones, pero, a cambio de ello, un elemento tan sensible a la evolucin como es el capitel denota por el perfil ms cerrado y recogido la adecuacin a su tiempo.Panorama asimismo espectacular ofrece Sicilia, cuyas ciudades ostentan templos realmente grandiosos: Siracusa, Selinunte, Acragas, Segesta. Lugar de honor merece el templo siracusano de Apolo, fechado hacia el primer cuarto del siglo VI e inspirado en el modelo del templo de Apolo en Corinto. No mucho ms tarde se erigi un templo a Zeus Olmpico, y ya a comienzos de la poca clsica se construye el templo de Atenea, parte de cuya perstasis est integrada en la actual catedral.La acrpolis de Selinunte es uno de esos recintos arqueolgicos muy por encima de la ms acertada descripcin. Desde tiempos remotos los selinuntinos situaron en ella el culto a las divinidades locales, del que se hacen eco los llamados templos C y D, el primero de hacia 550 y el segundo algo posterior. Por sus caractersticas formales y estructurales cella profunda y alargada, adyton al fondo de la misma, perstasis muy desarrollada y distanciada de los muros de la cella no cabe duda de su dependencia de patrones arcaicos, como tampoco por la decoracin escultrica tpicamente arcaica de las metopas del templo C. Por su parte, el templo F es obra de hacia 530 y su apariencia actual, la de un denso mazo de columnas, en buena medida provocada por los muretes que cierran los intercolumnios, es un rasgo peculiar que desde el exterior da al conjunto un aire cerrado e impenetrable.Todava en el ltimo cuarto del siglo VI, hacia 520, los selinuntinos dedicaron un templo a Apolo, el llamado templo G; su construccin se dilat hasta el extremo de reflejar en distintas fases las novedades evolutivas llegadas desde la metrpoli. Esta circunstancia presta especial valor a la obra, pues sus capiteles, por ejemplo, ofrecen un variado e ilustrativo muestrario del desarrollo habido entre los aos 510-470; por lo mismo, las columnas representan los distintos estadios por los que pasaba la obra, totalmente acanaladas unas, inacabadas otras. Al final, tras tantas y tan largas vicisitudes, la propia envergadura de la obra templo octstilo y perptero determin que quedara sin concluir, si bien otra causa decisiva pudo ser la puesta en marcha del proyecto de construccin de un nuevo templo, el de Hera o templo E, estrechamente relacionado con el de Zeus en Olimpia.La floreciente y pujante ciudad de Acragas, la actual Agrigento, se caracteriz durante los siglos VI y V por un impetuoso frenes constructivo que ya sorprenda a sus contemporneos. Entre sus monumentos destaca el Olimpieion, construido por el tirano Theron en honor de Zeus Olmpico en recuerdo de la victoria sobre Cartago el ao 480. Su cronologa, pues, lo convierte en una obra de comienzos de poca clsica, que nada tiene que ver con el modelo drico conocido. Casi todo en l es inusual y entre las peculiaridades sobresalen las figuras de atlantes, versin masculina de las caritides.

El jnico arcaico

El conocimiento de la arquitectura jnica arcaica, selecta y creativa, se identifica con lugares de resonancia y trascendencia especiales en la cultura griega, focos generalmente ubicados en Jonia y en la fachada oriental del Egeo. A los valores y tradiciones acrisolados por la arquitectura drica en el continente solidez, claridad, precisin, magnificencia, los monumentos seeros de Samos, Efeso, Ddyma, aportan gracia, esbeltez, decorativismo y lujo como notas predominantes. Suele estar generalizada la oposicin rigurosa entre drico y jnico y es comprensible que as sea desde un punto de vista formal.Dos aspectos diferenciales rene el templo jnico de poca arcaica. El primero es el modelo dptero, definido por la perstasis doble (dos filas de columnas exteriores) en torno a un amplio espacio central ocupado por la cella, a la que slo se suele yuxtaponer el pronaos. El segundo es un sentido innato de la pulcritud y de la suntuosidad con repercusin directa en la faceta decorativa u ornamental, a consecuencia de la cual se recurre al material noble por excelencia, el mrmol, a diferencia de la piedra local utilizada para el drico en Grecia y Magna Grecia. A estas caractersticas responden los tres exponentes ms grandiosos del jnico arcaico que son, por orden cronolgico, el Heraion de Samos, el Artemision de Efeso y el templo de Apolo en Ddyma o Didymaion.Entre los numerosos santuarios griegos se pueden establecer categoras segn distintos motivos o criterios, pero pocos hay con la solera del de Hera en Samos, no slo por mritos artsticos sino por representar en gran medida un profundo y genuino sentimiento religioso en el mbito del Egeo. En un paraje dedicado al culto de la diosa Hera desde comienzos del primer milenio, se construy en la primera mitad del siglo VIII el ms antiguo templo jnico conocido. Era una construccin sencilla y modesta, hecha con adobe, madera y piedra, materiales que no resistieron mucho tiempo y que hacia 670 dieron al traste con este primer templo. Le sucedi un segundo, en el que aparece una novedad digna de ser tenida en cuenta por su relacin con el modelo dptero posterior. Se trata de una cella muy larga y profunda, rodeada de una hilera de columnas o perstasis sencilla, que en el frente principal se hace doble. Todava hubo un tercer templo, erigido por los aos 570-560 y asociado a los maestros Rhoikos y Teodoros, dos artistas polifacticos que pasan por ser, adems, inventores de la tcnica de fundicin del bronce.En la poca de su despotismo (537-522), el tirano Polykrates quiso superar la imagen del anterior templo dptero y mand erigir otro, que reproduca exactamente la planta de aqul aunque tomaba del Artemision de Efeso, ya construido por entonces, las tres filas de columnas, en lugar de dos, para los lados cortos de la perstasis. Los detalles ms hermosos del nuevo templo se encuentran en los motivos ornamentales, especialmente palmetas y capullos de loto de una plasticidad admirable; veremos sus antecedentes en el Tesoro de los Siphnios en Delfos.

El Artemision de Efeso

Cuando la Antigedad quiso compilar las cosas extraordinarias que caba admirar en el mundo, determin que existan Siete Maravillas por encima de toda otra celebridad. Una de ellas era el Artemision de Efeso, el ms sensacional, monumental y afamado de los templos jnicos.Del antiguo esplendor hoy no queda ms que el sitio, convertido en una charca inmensa, por la que asoma alguna que otra piedra y en la que croan tan campantes las ranas, dueas y seoras de la otrora maravilla. Desde siempre reciba all culto Artemis como Seora de los Animales, pero alrededor del ao 550 los efesios deciden elevar un templo con todos los honores, aprovechando la experiencia del Heraion de Samos.Los arquitectos fueron dos cretenses, padre e hijo, Chersiphrn y Metgenes; adems, en determinado momento fue requerido Teodoros, uno de los arquitectos curtidos en el Heraion de Samos. El proyecto del Artemision ha pasado a la historia de la arquitectura griega por una concepcin majestuosa, sin precedentes, del modelo dptero. El aumentar a tres filas las columnas de la perstasis por el frente principal, prolongarlas por la pronaos y llevarlas al interior, determina la apariencia de autntico bosque de columnas tan grandiosa como osada. Si todo se hubiera reducido a cantidad, el Artemision no habra logrado el prestigio que alcanz; ste se debe al descubrimiento de soluciones sabiamente articuladas para tantos y tan diversos elementos. Adase la suntuosidad del mrmol y la decoracin copiosa y original, especialmente, los tambores inferiores de las columnas, ornados con figuras en relieve; algunas columnas fueron donacin del rey Creso de Lydia, segn transmite Herodoto y confirma un epgrafe.

El templo de Apolo en Ddyma

En la misma lnea de colosalismo que el Artemision de Efeso, desde el punto de vista de las proporciones, hemos de situar el Templo de Apolo en Ddyma, en las cercanas de Mileto, vinculado a un antiguo orculo de Apolo. Los milesios no quisieron ser menos que los samios y los efesios, e incluso aspiraron a rivalizar con ellos erigiendo en honor de Apolo un templo dptero semejante a los construidos por aqullos.La novedad principal es la conversin del templo propiamente dicho en un espacio descubierto, dentro del que se sita una capillita o naiskos para la imagen de culto. Esta especie de patio iba delimitado por un muro, de modo que desde el exterior daba la impresin de tratarse de la cella, puesto que, adems, a su alrededor se dispone la doble perstasis. Como en el Artemision de Efeso, la parte inferior de los fustes iba esculpida, en este caso con figuras de korai jnicas. Magnficos los capiteles y las basas, que hacen gala de todo el refinamiento inherente a tan costosa arquitectura.

LA ESCULTURA ARCAICA

Kouros y kore

La figura humana es el leit-motiv de la escultura griega. Desnudo o vestido, en reposo o en movimiento, erguido o sedente, el cuerpo humano polariz la atencin de los escultores y fue permanente objeto de estudio. Los escultores arcaicos en un principio se inspiraron en modelos orientales, ms concretamente, egipcios, pero en seguida siguieron derroteros propios y, lo que es ms importante, siempre se atuvieron a criterios propios, lo que les garantizaba la originalidad. Un breve repaso al tema de kouros lo hace ver con claridad.El kouros es, ante todo, el tipo escultrico que crearon los griegos para representar el ideal de belleza masculina.Conceptual y formalmente el esquema se origina mucho antes de comienzos de poca arcaica, pues lo haban desarrollado los egipcios dotndolo de rasgos caractersticos fciles de reconocer: postura hiertica y frontal; pies slidamente asentados en el suelo; pierna izquierda adelantada; brazos cados a lo largo del cuerpo y manos cerradas pegadas a los muslos; cabeza cbica adornada por una melena larga y maciza. La figura no deja de evocar lo que fue antes de ser tallada: un bloque de mrmol. A comienzos del perodo arcaico las cuatro caras del bloque se labran sin cohesin, de ah que la figura presente cuatro aspectos independientes, segn se contemple el frente, el dorso o los costados. Poco a poco comienza la bsqueda de la organicidad, de la unicidad plstica, hasta que desaparece la forma prismtica, gran triunfo de los maestros del arcasmo.Diferencias estructurales bsicas respecto al modelo egipcio son la ausencia de un apoyo por la parte posterior y la desnudez total, por lo que el kouros resulta una escultura exenta, que se sostiene a s misma, libre de aditamentos. El origen del tipo escultrico remonta al siglo VII, sin que conozcamos bien su significado; puesto que las estatuas de kouroi aparecan en lugares de culto y en tumbas, se pens que podran ser representaciones de Apolo, o bien estatuas funerarias. Esta segunda posibilidad es del mayor inters, pues plantea la cuestin de si se trata de una representacin genrica o de un difunto determinado, cuestin que, a su vez, suscita otra de contenido iconogrfico, es decir, en qu medida reflejan rasgos individualizados.Los primeros kouroi se esculpen en las islas, pues ejemplares muy antiguos proceden de Delos, Naxos y Samos. Hacia finales del siglo VII y comienzos del VI el Atica y el Peloponeso producen obras tan representativas del alto arcasmo como el Kouros de Sounion, el del Metropolitan Museum de Nueva York y la pareja Cleobis y Bitn del Museo de Delfos, obras de los aos 610-590. Pese a la afinidad esencial en la interpretacin del esquema tipolgico, se ve en ellas la impronta de las respectivas escuelas; as, por ejemplo, en los kouroi de Sounion y Nueva York el torso, las rodillas, la cabeza y el peinado estn mucho ms prximos entre s que respecto a Cleobis y Bitn. Estos dos se atribuyen al escultor argivo Polymedes y se caracterizan por la rotundidad de los volmenes y por una corporeidad maciza.Los kouroi ticos carecen de aquella hinchazn, son ms descriptivos y demuestran el inters de los escultores por el modelado, ya sea en un gigantn de 3 m de altura, como el Kouros de Sounion, ya en una figura algo menor que el natural, como el de Nueva York.
En relacin con la tcnica hay que destacar la preferencia de los escultores arcaicos por trabajar con puntero, como bien refleja la apariencia de la superficie del mrmol. En las melenas de los kouroi, formadas por cascadas de bolitas uniformes, se constata la perfeccin y la plasticidad que estos maestros lograban con ese instrumento.Durante el segundo cuarto del siglo VI dos obras procedentes de la Acrpolis de Atenas, sin ser kouroi en sentido estricto, el Moscforo y el Jinete Rampin, acreditan la evolucin emprendida. El Moscforo es un joven que lleva un ternero sobre los hombros y su cronologa est en torno al ao 570. En la envergadura de la parte superior del torso, en la robustez de brazos y piernas y en la estructura compacta, claramente manifiesta en la trabazn del cuerpo del joven y el del animal, se reconoce el estilo del alto arcasmo, si bien la evolucin se detecta en la apariencia blanda y redondeada de la superficie del mrmol, a diferencia de las aristas y formas cbicas preponderantes en la etapa anterior.Con el Jinete Rampin se alcanza la cima de la primera etapa del arcasmo. Es la estatua ecuestre ms antigua de Grecia y una de las ms atractivas entre las muchas del Museo de la Acrpolis. Durante mucho tiempo las partes de esta escultura estuvieron disociadas, porque la cabeza haba ido a parar al Louvre y el torso con la parte conservada del caballo permaneci en Atenas en el Museo de la Acrpolis. A la intuicin genial del arquelogo ingls H. Payne se debe la asociacin de la cabeza Rampin con el torso de Atenas y la recomposicin de una escultura esplndida hecha en mrmol de Paros hacia 550. En atencin a la calidad y al carcter oficial de la representacin se ha querido identificar con un personaje de la aristocracia ateniense y, ms concretamente, con uno de los hijos del tirano Pisstrato. Fuera de toda duda ha de quedar la categora del escultor, el mismo que esculpe la Kore del Peplo.Durante el arcasmo medio se consigue un planteamiento ms orgnico y un modelado ms minucioso, o sea, ms pendiente de la plasticidad de los detalles. As lo demuestra un grupo de kouroi, al que da nombre el ejemplar ms sobresaliente de la serie, el Kouros de Tenea. Procede de un taller corintio, en el que hacia 550 se haban hecho progresos considerables en lo referente a la tensin y esbeltez de la figura, rasgos fciles de reconocer en l. Contornos movidos, dinamismo fluido por todo el cuerpo, rostro animado con la tpica sonrisa arcaica; incluso el peinado refleja el esfuerzo por ganar movilidad. Muy distinto al Kouros de Tenea y algo posterior, hacia 530, es el Kouros de Anavysos procedente del Atica. Predominan en l las formas masivas, blandas, ms naturales, todo ello fruto de una evolucin estilstica, en la que, adems, deben ser valorados detalles como el ojo menos saltn, con la mirada fija en un punto, y la oreja modelada conforme a un criterio ms realista.A finales de esta etapa se producen cambios importantes, entre los cuales destaca el del peinado. Se impone la moda del pelo corto como una especie de casquete adherido al crneo, cuya redondez acenta. Ejemplo inmejorable es la preciosa cabeza Rayet, prodigiosa en la tensin unitaria que salta del mentn a los pmulos, de stos a los ojos y acaba en el contorno de la bveda del crneo. En esa lnea est el Kouros del Atica, prximo al de Anavysos, y an es superada por el Aristodikos, obra de hacia el ao 500 tpica del bajo arcasmo. Su postura es ms suelta, relajada y natural, a consecuencia de tener los hombros ligeramente cargados, el pecho henchido y el estmago plano.Comparado con el kouros de Anavysos, en el que contornos de brazos y costados todava van paralelos, el Aristodikos sorprende por la relacin ms compleja y rica entre sus miembros, sin olvidar que el modelado logra crear efectos de autntica relacin entre la estructura sea y la carne.Significa todo esto que al final de la poca arcaica se haban salvado no pocos escollos, aunque quedaba por resolver el problema de la ponderacin, es decir, la repercusin del peso del cuerpo sobre cada una de sus partes, cuando las piernas realizan funciones distintas. En los talleres ticos esta cuestin suscitaba gran inquietud, pues ya el Aristodikos preludia la solucin, que no se logra plenamente sino con el Efebo de Kritios, obra que inaugura el estilo severo a comienzos de la alta poca clsica.Por lo que se refiere a la figura femenina, hay que sealar desde un primer momento que, en contra de lo que se suele creer, el desnudo femenino en Grecia es tardo y slo se produce cuando la ocasin lo justifica. El ideal femenino se identifica con el vestido y con el atuendo digno. Esta diferencia tipolgica entre kouros y kore es esencial, como tambin lo es la ausencia de inactividad en sta, que suele sostener en una mano una flor, un fruto o un animalito; o bien recogerse con gracia los pliegues del vestido; o sencillamente, cruzar un brazo por delante del cuerpo. Por lo dems, pies asentados en el suelo y postura frontal como el kouros, de donde la facilidad de establecer paralelos desde el punto de vista estilstico. Respecto a la interpretacin, hay dudas sobre a quin representan las korai.Formas compactas, estructuras cbicas y pesadez en los volmenes son las caractersticas dominantes en las obras ms antiguas, al estilo del exvoto de Nicandra y la Dama de Auxerre, obras con fuerte carga abstracta y concebidas con criterio aditivo, embutidas en el vestido que marca el pecho y las caderas y bajo el que asoman las puntas de los pies. Es el estilo de la segunda mitad del siglo VII.En la primera mitad del siglo VI se dan cambios en la estructura, el ms llamativo de los cuales es la prdida de relacin entre el cuerpo y el vestido, a consecuencia de la frecuente superposicin de paos. Ejemplo claro es la Diosa de Berln (580-570) elegantemente ataviada, enjoyada y tocada con un polos (birrete bajo). Segn la costumbre drica lleva un peplo grueso y cerrado encima de un chitn con mangas y sobre el peplo se echa un manto, como un echarpe. La anchura de hombros y las formas tectnicas de la Diosa de Berln no distan mucho de los kouroi del alto arcasmo, sobre todo, de los que como ella son de procedencia tica. A un tipo distinto pertenece la serie de estatuas dedicadas como exvotos a la diosa Hera de Samos, la ms conocida de las cuales es llamada precisamente la Hera de Samos (hacia 570). Viste un chitn plisado y ceido sobre el que lleva el himation, un manto terciado. Ms que el cuerpo, resalta la identidad y protagonismo del vestido a causa del esmeradsimo trabajo de los pliegues, que dan a estas figuras apariencia de fustes de columnas.Al perodo comprendido entre 550-530, aproximadamente, corresponden la Kore de Lyon, la Nike de Delos y la Kore del Peplo. La primera de ellas ostenta an rasgos de la fase anterior, como la actitud rgida y una corpulencia semejante a la de atletas como el Moscforo. Viste chitn y manto cruzado, cuyos pliegues constituyen un esquema nuevo que veremos evolucionar. La Nike de Delos es un prodigio de ingenuidad y buena muestra del convencionalismo esquemtico imperante todava a mediados del siglo VI para representar a la figura en movimiento veloz o carrera.La figura adopta una postura forzada, que consiste en doblar las piernas en genuflexin y en distanciar del cuerpo los brazos doblados, como si las extremidades superiores e inferiores fueran aspas impulsadoras de la velocidad que aparentan. El extremo opuesto es la Kore del Peplo (530), una autntica obra maestra del escultor al que se atribuye el Jinete Rampin. Es de mrmol pario, conserva restos de policroma y hace gala de gran originalidad, pues cuando la indumentaria habitual viene impuesta por la moda jnica, ella viste el peplo drico por encima del chitn. El grosor del pao determina la cada de los pliegues en vertical y los detalles minuciosamente observados en el borde inferior del peplo, en el escote y en el talle son un alarde de plasticidad, por dems probada en el modelado de facciones. La forma ms suave y natural de ojos y boca, la apariencia ms unitaria de la epidermis y el movimiento del brazo izquierdo, que mitiga la frontalidad, son rasgos que manifiestan la elevacin respecto al jinete Rampin. Observada al natural, la Kore del Peplo es como si la idea de espontaneidad hubiera cobrado forma plstica.El atuendo tpico jnico formado por un chitn fino ceido al cuerpo y por un himation cruzado en forma de arco sobre el mismo, se impone en el ltimo cuarto del siglo VI y permite a los escultores crear un juego de paos con motivos preciosos, ricos y variados, a travs de los cuales se adivinan las formas anatmicas. Las korai de este perodo tienen un atractivo especial, no slo por las excelencias del modelado, sino por la variedad de expresiones y por el enorme refinamiento que acreditan peinados y adornos, entre stos los pendientes.Dos korai mayores que el natural, la n. 682 y la de Antenor tica, se sitan a comienzos del ltimo cuarto del siglo VI. La Kore n. 682 se nos muestra estilizada y afectada, con los rasgos inequvocamente jnicos: rostro ovalado, ojos rasgados, nariz y mentn puntiagudos; peinado artificioso, de largos tirabuzones, y paos ricos sirven de complemento. La Kore de Antenor, obra monumental del ao 525, lleva el nombre del escultor al que se atribuye, famoso por haber esculpido el frontn oriental del Templo de Apolo en Delfos y el primer Grupo de los Tiranicidas. Peculiaridades dignas de ser reseadas, aparte de la altura de 2 m, son el movimiento de los brazos y la conservacin del ojo izquierdo, incrustado en pasta vtrea.Finalmente, a la ltima dcada del siglo VI pertenecen dos korai dotadas de encanto y atractivo singulares. La Kore 675, de hacia el ao 510, es con sus reducidas dimensiones, su policroma, su atuendo elegantsimo y su coquetera, la pequea vedette del Museo de la Acrpolis. Fue hallada en la Acrpolis de Atenas, pero se atribuye a un escultor de Chos, pues de Chos es el mrmol en que fue labrada. El cotejo con la Kore del Peplo ayuda a comprender lo que va del modelo tico al jnico. Por su parte, la Kore 674, de un decenio posterior, representa el eterno femenino en versin de un gran maestro de finales del arcasmo. Elegantemente ataviada, con la expresin ausente, como abstrada, es muestra inmejorable de lo que los escultores eran capaces de obtener con los mejores mrmoles, concretamente de Paros delicadamente policromado. El tratamiento de los paos, ms cohesionado y unitario, y el modelado de las facciones a base de planos bien fundidos y con una epidermis tersa y fina proclaman la evolucin estilstica. La compostura y la gravedad del rostro son preludio del estilo severo.Todava a principios del siglo V la Kore de Euthydikos sigue el esquema de las korai arcaicas, pero las novedades que hay en ella son tpicas del primer perodo clsico, por lo que es preferible posponer su estudio.

El relieve. Frontones

He aqu otra modalidad escultrica intensamente cultivada desde comienzos de poca arcaica. Al igual que la escultura de bulto redondo, las manifestaciones relivarias que nos han llegado son preferentemente de piedra o de mrmol y algunas de ellas conservan an con viveza la policroma. Entre las diversas manifestaciones seleccionaremos las relacionadas con la decoracin arquitectnica frontones, frisos, metopas, las estelas funerarias y los basamentos de monumentos conmemorativos.Lo que hoy nos parece tan normal en un templo griego, esto es, la decoracin escultrica de sus frontones, represent un grave problema que slo se resolvi con esfuerzo e ingenio y, aun as, tard en llegar a una solucin verdaderamente feliz, entendiendo por sta la ntima compenetracin entre funcin y estructura.Entre las caras divergentes del tejado a dos aguas y la lnea horizontal de la cornisa quedaba un espacio triangular vaco, cuya disconformidad con los dems miembros del conjunto arquitectnico es fcil suponer. Para tapar aquel hueco se empezaron a utilizar placas de cermica decoradas, pero pronto se pens en posibilidades ms evolucionadas, como la colocacin de figuras apoyadas en el saliente de la cornisa y destacadas del fondo plano. Surge entonces el problema de la composicin frontonal, puesto que al poner en prctica esa idea se tropieza con el grave inconveniente representado por la forma triangular del espacio a decorar. Los primeros intentos de solucin los vemos a finales del siglo VII y dcadas iniciales del VI en el Templo de Artemis en Corf y en los restos hallados en la Acrpolis de Atenas; se caracterizan por la ausencia de coordinacin entre las figuras y por graves distorsiones a efectos de escala, ya que el tamao viene determinado convencionalmente por el lugar que las figuras ocupan en el frontn.A los escultores ticos no se les ocultaron los fallos de este pie forzado y hacia el ao 570 haban descubierto la forma de paliarlo. Para ello recurren a figuras que por su propia naturaleza o por las actitudes adoptadas monstruos serpentiformes, luchadores que se arrastran, etc. encajan con mayor naturalidad en las zonas cerradas y rincones del frontn. Los restos de un viejo frontn de piedra policromada conservados en el Museo de la Acrpolis de Atenas, en los que se ve a Herakles trabajando en lucha con Tritn y a un monstruo, cuyo cuerpo rene tres torsos humanos con colas serpentinas, llamado Barba Azul por la tonalidad que ostenta la barba de una de sus cabezas, ilustran claramente la sagacidad y el acierto del nuevo descubrimiento.El frontn del Tesoro de los Siphnios, en el que se representa la lucha de Apolo y Herakles por el trpode, los dos frontones del templo de Apolo construido en Delfos por los Alcmenidas, y el frontn del templo de Atenea erigido en la Acrpolis de Atenas por los Pisistrtidas ilustran claramente los pasos de la evolucin durante el ltimo cuarto del siglo VI, que parte de la sencilla secuencia de figuras verticales colocadas unas junto a otras e inicia la bsqueda de relacin y cohesin entre ellas, como ya se ve en uno de los frontones del templo de Apolo en Delfos, atribuido a Antenor, y en el grupo admirable, por encima de toda ponderacin, de Atenea en lucha con un gigante de la Acrpolis de Atenas.Todava cabe ver un paso ms en el rapto de Antiope por Teseo, grupo perteneciente al frontn del templo de Apolo en Eretria, obra de hacia 510-500.La cohesin de las figuras es ms aparente que real, pero supone un avance en cuanto ampla la relacin de las figuras entre s y con el espacio, aspecto que preconiza novedades venideras, cuando se abre la transicin al primer perodo clsico.

El friso del Tesoro de los Siphnios

Quien por primera vez llega al Museo de Delfos pendiente del encuentro con el clebre Auriga y previamente accede a la Sala del Tesoro de los Siphnios, queda deslumbrado por los destellos de candor, genialidad y boato narrativo emitidos por aquellas placas de mrmol pario, sin duda las ms representativas del relieve arcaico y uno de los conjuntos ms fascinantes entre los muchos que ofrece la decoracin escultrica. Atrado por el tropel de personajes representados en las ms diversas actitudes -unos discuten, otros gesticulan, los ms se enzarzan en feroz combate-, el visitante se interesa por lo que all est pasando, que son episodios mitolgicos, entre los que destaca la corte olmpica reunida en asamblea para decidir sobre la Guerra de Troya; la batalla de los Dioses contra los Gigantes; el Juicio de Paris y el rapto de las hijas de Leucipo por los Dioscuros, temas respectivamente de los lados este, norte, oeste y sur del friso.Los relieves de los lados este y norte son los mejor conservados y los que permiten hacer ms exactas observaciones iconogrficas y estilsticas. La asamblea de dioses representada en el lado este es presidida por Zeus sentado en un lujoso trono en medio de los dos bandos que han formado los dems dioses; a la izquierda del espectador estn los protectores de los troyanos y a la derecha los de los aqueos. Entre los primeros vemos a Ares, dios de la guerra, que sostiene el escudo y empua un arma, perdida, con la mano derecha; ante l Afrodita o Leto y Artemis llaman la atencin de Apolo, que se vuelve vehemente hacia su hermana. Entre los segundos tenemos a Atenea en conversacin con Hera y, posiblemente, con Demter, tan alteradas y gesticulantes como los del bando contrario. A los pies de Zeus se postra Tetis para suplicar por su hijo Aquiles, de la que slo se conservan los dedos de la mano que tocan la rodilla del dios. La escena es fastuosa, como indican los atuendos y el mobiliario, pero no oculta las pasiones, intrigas y sentimientos encontrados de los protagonistas, que discuten locuaces y acalorados.Efectos an ms dinmicos e inquietantes, crueles a veces, se logran en la Gigantomaquia del lado norte, en la que los dioses avanzan en el sentido normal de la marcha, de izquierda a derecha, y los Gigantes al contrario, convencionalismo que da a entender que aqullos son los vencedores. Las mismas dotes de penetracin psicolgica constatadas en el lado este se repiten en el norte, unidas a una gran calidad plstica. Artemis y Apolo disparan flechas y como flechas avanzan ellos raudos e implacables contra toda una formacin de gigantes, representados como hoplitas. Hera y Atenea se nos muestran en perfecta anttesis: Hera, consorte oficial de Zeus y seora del Olimpo, acude al combate revestida de sus mejores galas; y naturalmente se ve en apuros para deshacerse de un gigante que yace a sus pies. En cambio, Atenea, toda sagacidad y precisin, armada de pies a cabeza, est en su elemento; ha dejado fuera de combate a un gigante y se dispone a despachar a otro.El anlisis de los lados oeste y sur no puede ser minucioso por su estado fragmentario, pero merece ser mencionado un detalle del Juicio de Paris representado en el lado oeste, que nos muestra a Afrodita en el momento de bajar de su carro. Con gracia y agilidad envidiables la diosa salta a tierra y, deliciosamente frvola, se lleva la mano al cuello para ponerse un collar.En los trabajos del friso tomaron parte dos maestros distintos con sus respectivos equipos de ayudantes y colaboradores; uno es responsable de los lados este y norte y otro de los lados oeste y sur. El maestro de los lados este y norte es un escultor joven e innovador, gran conocedor del mrmol de Paros, formado en talleres de las islas o de Asia Menor e influido por las maneras ticas, mientras el maestro de los lados oeste y sur demuestra apego por las frmulas tradicionales impuestas en los talleres jonios.Ecos del estilo acuado en el friso del Tesoro de los Siphnios llegan a la Magna Grecia y se observan en las metopas del templo de Hera en Foce del Sele, obra de los aos 510-500.

Estelas funerarias

Esta clase de monumento est muy bien definida dentro de la escultura griega, entre otras razones, por su funcin especfica y demanda abundante. No menos clara y sencilla es su estructura integrada por un basamento, una pilastra y un remate generalmente en forma de palmeta. En estelas monumentales sobre este ltimo elemento se suele colocar una escultura exenta, casi siempre una esfinge o un animal.La decoracin puede ir esculpida en relieve, incisa o pintada y presenta a las figuras de perfil, por regla general en actitudes alusivas a la actividad que el difunto desempe en vida. As, los jvenes adoptan el esquema del kouros y llevan entre otros distintivos la botellita de aceite que se utiliza en la palestra; las jvenes van vestidas y tienen una flor en la mano; los soldados aparecen con indumentaria militar. Piezas de gran calidad e inters son la estela del Metropolitan Museum de Nueva York (hacia 540) y la de Aristin (hacia 510) firmada por el escultor Aristokles y conservada en el Museo Arqueolgico Nacional de Atenas, ambas obras ticas. La finura del relieve y la precisin de las incisiones hacen de la estela de Aristion una pieza maestra.Entre las ms espectaculares est el basamento perteneciente a una estatua de un kouros, cuyas cuatro caras han sido decoradas con escenas de juegos. Basta ver los tipos y la interpretacin del movimiento para reconocer una obra muy evolucionada dentro del arcasmo, cuya cronologa se ha fijado en la ltima dcada del siglo VI. Giros del cuerpo en 3/4, pies despegados del suelo, anatoma ms realista, son las novedades que rpidamente se advierten junto a aspectos tradicionales, como el ojo visto de frente en un rostro de perfil o la tendencia al lineamiento grfico en los contornos.

LA CERMICA ARCAICA

No hay mejor escaparate de la vida y la cultura griega que la cermica. Basta con esto para comprender la importancia del tema y el inters de su estudio, que puede ser abordado desde diversas perspectivas sin que ninguna defraude, porque siempre aflora el genio en su faceta ms pujante y atractiva. Se ha sealado en ms de una ocasin, pero no est de ms repetir, que detrs de un vaso griego, adems de una forma airosa y de una decoracin bellsima, hay una funcin especfica. Hay vasos para el ritual del agua y para el ritual del vino contenerlo, mezclarlo, escanciarlo, beberlo; hay tarros para perfumes; hay cajas. Muestras tan variadas atestiguan el refinamiento alcanzado por la sociedad en la poca arcaica, en especial por los sectores acomodados, que son la principal clientela.Este aspecto de la cuestin, lejos de ser banal, pone de manifiesto la relacin de la cermica con las artes monumentales. No es una relacin de igualdad, pues se trata de una produccin ms barata, ms industrial y en grandes cantidades; pero son manufacturas muy apreciadas y solicitadas, conservadas durante largo tiempo, sobre todo, si su calidad va refrendada por artistas cotizados.

La tcnica de figuras negras

El efecto deslumbrante que causan los vasos decorados con dicha tcnica proviene de un trabajo esmeradsimo y complicado que requiere gran pericia. En primer lugar se preparaba la superficie del vaso, cuya tonalidad anaranjada cobraba fuerza. Luego se trazaban los contornos de las figuras y una vez definidas y delimitadas, se aplicaba en el interior una especie de barniz parduzco-negro, de modo que se obtenan siluetas. Por ltimo, la bicroma era enriquecida con detalles incisos -pormenores anatmicos, adornos, etc.- y con leves toques de color blanco para la encarnadura femenina o rojo oscuro para otros detalles. Todo este laborioso proceso exige atencin mxima, pero lo que ms obligaba a los artfices y por lo que hemos de admirarlos, es la extraordinaria habilidad para la incisin fina y para el trazo firme a mano alzada.La tcnica de figuras negras se deriva de la corriente miniaturista de la cermica corintia, aunque sea en el Atica donde adquiere esplendor. Su influjo se reconoce claramente en torno al ao 560 y no deja de ser notable que el principal agente difusor sean los vasos mismos. Falta informacin sobre el aprendizaje o formacin de los pintores de vasos, pero de lo que no cabe duda es de que se ejercitaban a fondo y de que practicaban a conciencia. Los perodos de actividad de muchos pintores son ms cortos que los de otros artistas, lo que indica que no podan ejercer mucho tiempo, probablemente por desgaste y prdida de vista.Las firmas en los vasos nos informan, a su vez, de la asociacin frecuente entre pintor y alfarero; o bien de pintores empleados en un alfar; incluso de pintores y alfareros que se retiraban, cuando haban ganado dinero. De los nombres se puede colegir el rango social humilde del artesano, fuera esclavo, libre o extranjero. Por ltimo, conviene tener en cuenta que la firma, como cualquier otra inscripcin en el vaso, puede tener un sentido decorativo, pero tambin expresaba el deseo de atestiguar la personalidad en el logro de una forma nueva.Tras las creaciones monumentales de la cermica prototica debidas al Pintor de Analatos, al pintor del Jarro de los Carneros, al Pintor de Nessos y al Pintor de la Gorgona, nos encontramos poco antes del ao 580, con un maestro tico cuya firma, Sophilos, aparece en dos fragmentos de vasos. En uno de ellos representa la carrera de carros durante los juegos fnebres en honor de Patroclo y en el otro la bodas de Tetis y Peleo. Este ltimo tema, la comitiva de invitados que acude a festejar a Tetis y a Peleo, vuelve a ser tratado por Sophilos en otro vaso, cuyos fragmentos conserva el Museo Britnico. Tenemos, pues, constancia del inters de Sophilos por los temas de la pica homrica, asimismo cultivados por la generacin siguiente, como veremos.

El Vaso Franois

A diferencia de Sophilos, que decora vasos de gran formato, los pintores jvenes prefieren las formas nuevas, menos voluminosas, sobre todo las copas. Esta forma se haba hecho muy popular en la etapa anterior, vinculada a Corinto (hacia 590), por las decoraciones con escenas de komastas, de las que tomaron nombre, pero ahora, tras evolucionar dentro del Atica, se las designa copas de Siana (por el lugar de hallazgo en la isla de Rodas), o copas de labio, por la zona del vaso en la que va la decoracin. Los temas elegidos por los pintores son figuras pequeas desarrolladas en una banda o friso colocado en la zona de los hombros del vaso en las copas de Siana, o bien en la franja superior, junto al borde del vaso, en las copas de labio.Es la obra ms sorprendente, ms espectacular y la que mejor revela el grado de evolucin alcanzado hacia 570. El vaso, as llamado en honor a su descubridor, Alessandro Franois, se conserva en el Museo Arqueolgico de Florencia. Es una crtera y va firmada por el alfarero Ergtimos y el pintor Klitias. Ergtimos dio a la crtera unas proporciones tan perfectas, armoniosas y bien articuladas que la convierten en pieza excepcional. Klitias le aplic una decoracin en la que se integran 270 figuras, adems de los numerosos letreros o inscripciones que sirven de explicacin. Las dispuso en registros o bandas superpuestas que se interrumpen a la altura de las asas, con excepcin de la que ocupa la zona de los hombros. Esta corre alrededor de todo el vaso y fue aprovechada para el tema principal: las bodas de Tetis y Peleo. Los temas representados en cada una de las caras, de arriba abajo, son los siguientes:Cara A: Procesin de los jvenes atenienses liberados por Teseo. Lucha de centauros y lapitas; las bodas de Tetis y Peleo. Regreso de Hefaistos al Olimpo. Animales y flores fantsticos Pigmeos contra grullas en el pie.Cara B Caza del Jabal de Calidn. Juegos fnebres en honor de Patroclo. Bodas de Tetis y Peleo (continuacin). Muerte de Troilo Animales y flores fantsticos (continuacin) Pigmeos contra grullas (pie).Asas: Artemis como seora de los animales. Ayax portando el cadver de Aquiles. Una gorgona volando.La claridad extraordinaria del dibujo, la precisin de las incisiones, la limpidez del tono oscuro de la decoracin sobre el claro del vaso, hacen de Klitias un maestro sin rival en su poca. Es capaz de descender al miniaturismo ms descriptivo detalles del estampado de los vestidos, del atalaje de los carros, de la casa de Peleo con indicacin del agujero para que entre y salga el gato, sin que el ritmo general de la narracin se resienta lo ms mnimo, porque dispone de recursos compositivos y estilsticos que resulta obligado mencionar.La composicin simtrica en forma continua y abierta, es herencia oriental, como bien se advierte desde poca geomtrica, pero en poca arcaica experimenta unas modificaciones peculiares y genuinas griegas, que consisten en resaltar el centro de la composicin y en cerrarla por los extremos, de modo que la narracin adquiere carcter de cuadro, de escena cerrada. La utilizacin de este recurso por Klitias hace escuela y marca un hito en la evolucin de las figuras negras, lo mismo que la combinacin de figuras vistas de frente y de perfil.El tndem Ergtimos-Klitias qued especializado en una produccin de alta calidad cuya marca compagina la belleza formal del vaso con decoraciones preciosistas, de ah el alto valor ilusionista de sus creaciones.

Nearchos. Lydos. Amasis

En el segundo cuarto del siglo VI tenemos las dos grandes tendencias de la cermica tica de figuras negras, la miniaturista y la monumental. Aqulla sigue siendo cultivada por los llamados maestros menores, sta por dos grandes artistas contemporneos de Klitias, Nearchos y Lydos. Nearchos es un dibujante de una pieza, especializado en figuras de gran tamao, recias y poderosas, como el Aquiles que acaricia los caballos de su carro en un fragmento de un kantharos del Museo Arqueolgico Nacional de Atenas. Lydos es un artista prolfico y representante tpico de los pintores de figuras negras, mucho ms interesados en los aspectos formales que en los de contenido. La Gigantomaquia, la Amazonomaquia, el Juicio de Paris, episodios picos varios, son temas representados por este gran artista, cuyo nombre el lidio alude a su condicin de extranjero y, probablemente, de esclavo.Una gran personalidad artstica, Amasis, irrumpe en los crculos productores de cermica de figuras negras a mediados del siglo VI y prolonga su actividad hasta la dcada 530-520. Posiblemente ana los oficios de alfarero y pintor, es decir, fabrica vasos que l mismo decora e inicia una actividad familiar que continuar su hijo, el Pintor de Kleophrdes. Puesto que el nfora ha adquirido total supremaca por estos aos en los alfares ticos, Amasis lo tiene en cuenta e introduce novedades de inters tanto desde el punto de vista de la evolucin formal como estilstica. Las asas, por ejemplo, son de seccin cuadrada; la banda radiada que ocupa el pie, se hace ms ancha; las figuras ganan plenitud y se expanden sobre el fondo.El xito de tales innovaciones va unido al del tema preferido de Amasis, el thyasos o cortejo dionisaco, que vemos representado en el nfora del Cabinet de Medailles de Pars, en la que dos mnades danzantes se acercan a Dionysos que sostiene en la mano derecha un kantharos, obra paradigmtica dentro de su dilatada trayectoria. Al final, vemos a Amasis con la misma fuerza creativa que en su juventud y an ms dominador de la tcnica de contornos e incisiones interiores, progresos que refleja el Anfora de Boston, decorada con la entrega de armas a Aquiles por su madre Tetis.

Exequias

Con ser los que hasta ahora llevamos vistos artistas de primersimo rango, a todos antecede el gran Exequias (550-530), alfarero y pintor de dotes excepcionales, creador original e interesado por la caracterizacin tica de las figuras. Estos rasgos quedan de manifiesto ya en sus primeras obras y alcanzan en su madurez cotas insospechadas. El estilo personalsimo de Exequias y las aportaciones que hizo a la tcnica de figuras negras se ven compendiados en su obra ms conocida y relevante, el Anfora del Vaticano. Dos temas que se han hecho clebres decoran sus caras: Aquiles y Ayax jugando a los dados y el regreso de los Dioscuros, Cstor y Polux, recibidos por sus padres, Tyndaro y Leda. Esta obra, fechada hacia el ao 540, es el mejor compendio del estilo desarrollado por Exequias, basado en el gusto por lo aristocrtico y seorial propio de poca pisistrtida, por la mesura y por la distincin como exponentes de un ideal de vida. Esa es la atmsfera creada en la escena del regreso de los Dioscuros; en la del juego de Aquiles y Ayax se aade la tensin y la vivacidad. La serena compenetracin de lneas horizontales y verticales del primer cuadro se convierte en dinamismo cambiante en el segundo a consecuencia de las diagonales, tringulos y el gran motivo central en V que forman las lanzas.Desde el punto de vista del estilo es interesante observar la estilizacin, la plasticidad, el cromatismo, ste ms vivo por la presencia del blanco y del violeta, caractersticas a las que acompaa la tendencia a matizar y a suavizar incluso situaciones drsticas como la lucha de Aquiles y Pentesilea del Anfora del Museo Britnico y el suicidio de Ayax de la de Bolonia. La segunda cara del nfora del Museo Britnico aparece decorada con un Dionysos de noble porte y un joven efebo, figuras que integran una composicin ms reducida y cuadrada que las anteriores. En ella hemos de reconocer la capacidad de evolucin del maestro que le lleva a posiciones ms abstractas como sugieren los brotes de hiedra expandidos por detrs de Dionysos, y las espirales de apariencia metlica, que desde esta cara pasan a la otra.No se limit Exequias a las nforas, sino que tambin se interes por las copas, otra forma cermica frecuente. Nos dej en este campo otra obra maestra, conservada en Munich, una copa cuyo fondo decora la magnfica nave en la que navega Dionysos entre delfines. Desplegada la vela, se adhieren al mstil y trepan por l frondosas vides, smbolo y complemento imprescindible de lo dionisaco. Hay que hacerse cargo del efecto ilusionista de este motivo, pensado para cuando la copa estuviera llena y la superficie movediza del lquido sugiriera que Dionysos bogaba sobre el mar. Sumamente original es tambin por abstracta y modernista la decoracin exterior de la copa en forma de grandes ojos.No menos inters e importancia tienen los fragmentos de placas cermicas pintados por Exequias, procedentes de Atenas, y conservadas en Berln.
Debieron de ser decoracin de una tumba, y representar la ceremonia del entierro, pues queda parte de la comitiva de plaideras y de uno de los carros del cortejo. De nuevo aqu se inclina Exequias por la introspeccin psicolgica y por el carcter tico ms que por la actividad exterior, y de nuevo da un recital de elegancia y dominio de la tcnica.La posicin privilegiada de Exequias en la cermica arcaica se justifica por ser el primero que ejerci autntica influencia, tal y como la entendemos hoy da, sobre las generaciones posteriores, o lo que es igual, su obra representa un modelo, un punto de referencia en la evolucin. Sus seguidores cultivan los mismos temas e imitan su estilo, aunque avanzan en aspectos significativos como el tratamiento del ojo, estudio de paos, recursos cromticos.

La tcnica de las figuras negras

A comienzos del ltimo cuarto del siglo VI o poco antes, en un taller tico dirigido por el ceramista Andokides, se patenta, por as decirlo, la nueva tcnica. Haba sido descubierta por artistas vinculados a Exequias, algunos de los cuales, como el Pintor de Andokides, haba utilizado la tcnica de figuras negras y la de figuras rojas en el mismo vaso, produciendo el primero de una serie de vasos bilinges. La nueva tcnica de figuras rojas bien puede ser considerada una inversin de la de figuras negras, puesto que consiste en revestir la superficie del vaso con un barniz negro dejando reservada la figura en el tono claro de la arcilla. Los detalles interiores, antes slo reproducidos por incisiones, ahora se dan con trazos de color oscuro; se ensaya el escorzo y, muy tmidamente, el sombreado.A lo largo del ltimo cuarto del siglo VI se afianza esta tcnica de figuras rojas, que no elimina a la anterior de figuras negras, pero la relega a un segundo plano. Crecen la productividad y el nmero de pintores, se diversifica el estilo y se asiste a un momento de verdadera eclosin artstica. Los pintores de vasos ms interesantes son ahora Epiktetos, Oltos, Euphronios y Euthymides.Epiktetos es alfarero y pintor, especialista en la decoracin de platos y copas, tondos elegantsimos como el del joven junto a su caballo de un plato del Cabinet des Medailles (Pars) Las decoraciones de Oltos no alcanzan tanta calidad, pero como la de Epiktetos se adaptan bien a espacios circulares. Euphronios es el que ms destaca por cultivar un estilo monumental de figuras corpulentas y musculosas, no exentas de vigor escultrico. A diferencia de sus compaeros prefiere los vasos de gran formato -nforas, crteras- en cuyas amplias paredes plasma escenas animadas, entre las que sobresale la lucha de Herakles y Anteo representada en la crtera del Louvre. Tipologa y estilo de las figuras son parangonables a los jvenes que compiten en juegos de palestra en la decoracin relivaria del basamento para la estatua de un kouros que hemos fechado hacia 510-500; esta cronologa conviene, asimismo, a la crtera de Euphronios. La versatilidad de este pintor le permite trocar el expresionismo y la fuerza en la ms delicada y elegante finura, como demuestra la decoracin del fondo de una copa de Munich, en la que aparece un jinete de inusitada elegancia, un autntico dandy, al que el pintor se refiere con un Leagros kals (el bello Leagros) en la correspondiente inscripcin.Rival y contemporneo de Euphronios es Euthymides, buen conocedor de la tradicin y de los grandes maestros como Exequias y al mismo tiempo innovador en materia de giros, escorzos y reduccin de las figuras en perspectiva. Ambas facetas quedan compendiadas en una nfora de Munich, en una de cuyas caras aparece Hctor colocndose la armadura en presencia de sus padres, Pramo y Hcuba, y en la otra una escena de komastas.El trnsito hacia el estilo severo y la primera poca clsica se advierte ya en estos maestros y en otros como Phintias o Sosias.

El arte clsico

Decimos "arte clsico" y englobamos en esta designacin casi dos siglos de produccin artstica, aunque tal vez de manera ms o menos consciente la restrinjamos al perodo clsico por excelencia, esto es, a las dcadas centrales del S. V.La transicin del arte arcaico al clsico acaece entre los aos 500-490 a.C., y a partir de entonces se inicia una secuencia evolutiva que finaliza el ao 323 a.C., cuando muere Alejandro Magno. Durante todo ese tiempo el arte clsico experiment cambios estilsticos profundos, a pesar de la fidelidad a determinados principios esenciales, de ah la necesidad imperiosa de establecer etapas. Corresponde la primera a la alta poca clsica, tambin llamada del estilo severo, cuya duracin es del ao 480 al 450. Desemboca sta en la poca clsica plena o madura, que viene a coincidir con el tercer cuarto del siglo V, entre 450 y la dcada 430-420.A comienzos del siglo V el orden drico se acerca a la consecucin definitiva del ideal del templo clsico. Dos monumentos de distintas caractersticas, el templo de Aphaia en Egina y el Tesoro de los Atenienses en Delfos, ilustran el proceso con claridad.Por los aos 500-490 los eginetas levantaron un templo en honor de una divinidad local, la diosa Aphaia, asociada o asimilada a la Atenea griega. Es el templo mejor conservado de los que quedan en suelo griego y se halla enclavado en medio de un paraje natural, todo lo cual justifica con creces la visita a la isla de Egina.La planta responde al modelo drico tradicional, hexstilo y perptero, y la cella adopta una estructura simtrica, precedida de pronaos y con opistodomos adosado, ambos con columnas in antis. El espacio interior de la cella se divide en tres naves, ms ancha la central que las laterales, por medio de dos filas de columnas que, adems, sustentan un orden superior. El material utilizado para la construccin fue la caliza local estucada, de extraordinaria blancura, origen de la luminosidad que irradia el templo. No obstante, su mayor atractivo es el efecto armonioso que representa un logro inmenso por parte del arquitecto y que consiste en dar al traste con la pesadez del drico arcaico.De hecho, en el templo de Aphaia en Egina el orden drico alcanza tal perfeccin, que las diferencias respecto al canon clsico del estilo severo, representado por el Templo de Zeus en Olimpia, apenas son perceptibles salvo en los detalles. As, por ejemplo, se mejora la solucin al problema del friso drico por medio de la contraccin; se perfecciona el sistema de proporciones que repercute favorablemente en la esbeltez de las columnas; se corrige el diseo de los capiteles, cuyos equinos adquieren un perfil ms airoso; incluso se adoptan algunos refinamientos de inspiracin jonia, al estilo de los que veremos triunfar en plena poca clsica.Del mayor inters resultan las observaciones sobre policroma, que permiten recuperar la apariencia cromtica del monumento. Los elementos definidores de la fbrica arquitectnica conservaban el blanco de la piedra, mientras los miembros complementarios respondan a una alternancia bcroma tpicamente severa: negro o azul para resaltar las verticales, rojo para iluminar las horizontales. Idntico juego de color se desarrollaba en los frontones, en los que se representaron episodios de las Guerras de Troya relacionados con hroes eginetas. Las partes desnudas de los cuerpos resplandecan en la blancura del mrmol de Paros, el color predominante era el rojo y el conjunto destacaba sobre fondo azul conforme al carcter etreo e ideal de la escena.En un recodo que forma la Va Sacra en su empinado recorrido hasta el Templo de Apolo, a la entrada de la Estoa de los Atenienses, se levanta un templo pequeo erigido hacia el ao 490. Tiene la forma cannica del thesauros con dos columnas in antis, obra de mrmol pario. Lo que hoy vemos es la restauracin llevada a cabo por los arquelogos franceses en 1906 y, pese a la problemtica inherente a ella, presenta la ventaja de devolvernos la idea original, la definicin del orden drico reducido a su esencia ms sucinta. No faltaba en ella la decoracin escultrica de frontones y metopas; aqullos se han perdido; stas, esculpidas con temas de amazonomaquia y hazaas del hroe ateniense Teseo y de Herakles, se conservan en el Museo de Delfos.Son piezas clave para comprender la ambivalencia estilstica del momento entre lo tardoarcaico y lo severo. Como sntesis quedan dos metopas soberbias, la de la lucha de Teseo con Antope, reina de las amazonas, que haba sido su amante y madre de su hijo Hiplito, y la de Herakles en lucha con la cierva de Keryneia, un estudio anatmico digno de servir de broche final al perodo de transicin.

LA ALTA POCA CLSICA

El templo de Zeus en Olimpia

En el Altis de Olimpia, cerca del viejo Heraion, los habitantes de Elis decidieron construir un gran templo a Zeus con intenciones menos altruistas de lo que durante mucho tiempo se ha pensado. Lejos de haber sido en su poca smbolo de la unidad griega, como aseguraban los historiadores, fue el botn de guerra obtenido por los de Elis tras aniquilar a la vecina ciudad de Pisa poco antes del ao 472, lo que permiti costear la obra. El prestigio sin par obtenido por el nuevo santuario, la importancia de los Juegos Olmpicos, el famossimo Zeus de Fidias y el desarrollo de la historia local son los factores que influyeron para crear la idea de ambiente panhelnico en torno al templo de Zeus.Las obras empezaron inmediatamente despus del triunfo sobre Pisa y concluyeron en 457, un perodo muy breve, si se atiende a la magnitud de la edificacin y de su decoracin escultrica, de la que nos ocuparemos ms adelante. Las fuentes mencionan como arquitecto a Libn de Elis, que es, por tanto, el autor del canon clsico, del arquetipo del templo drico, en el que est resumida y revisada toda la experiencia anterior.Es un templo hexstilo y perptero de proporciones perfectamente pensadas y observadas, sin que por ello se resienta el sentido de libre plasticidad, es decir, la individualidad de cada elemento segn su funcin y significado en el conjunto. Drpfeld fue uno de los primeros en observar que la definicin de la perstasis (6 x 13 columnas) deba responder a una norma fija y que la de la planta no estaba determinada por el perfil del basamento y de los muros de la cella, sino por la cohesin interna de las partes, realzada y perfeccionada con correcciones pticas. Aqu radica sin duda el mayor mrito de Libn, en haber sabido dar cima a la evolucin ya larga del orden drico.El interior de la cella era de tres naves, la central el doble de ancha que las laterales, y con doble orden de columnas superpuestas. La organizacin espacial resulta muy clara; a pesar de ello la posteridad la ha juzgado inadecuada para haber albergado la colosal estatua sedente de Zeus esculpida por Fidias casi 30 aos despus. A efectos de proporcionalidad tiene inters consignar que el basamento y la estatua ocupaban la anchura y altura totales de la nave central y un tercio de su largo. A decir verdad, la crtica se inici con el nuevo gusto romano y a ella contribuy el comentario de Estrabn, segn el cual se tena la impresin de que si Zeus hubiera podido levantarse, se habra golpeado la cabeza en la techumbre.El sistema de proporciones responde a un criterio que desconocemos con exactitud, pero que evidentemente se rige por la organicidad, el orden y la subordinacin de las partes al todo. A esto hay que aadir una larga serie de refinamientos y correcciones que hoy nos son muy bien conocidos gracias al anlisis pormenorizado de las ruinas del templo. Se aplic el principio de contraccin de esquina, para corregir las desavenencias de triglifos y metopas respecto a los ejes de las columnas; se estudi la proporcin adecuada para el ntasis de los fustes de las columnas; los capiteles adquirieron forma cannica, interdependientes las dimensiones de baco y equino y ajustados stos a la tensin precisa en una autntica leccin de clculo, dada su monumentalidad; por ltimo, los elementos horizontales se someten al efecto de la curvatura, antdoto ideal contra deformaciones pticas, que requiri no poco esfuerzo y mltiples operaciones. El material empleado para la construccin fue la piedra local, ms bien endeble y sensible a los efectos de la intemperie, mientras que el mrmol quedaba reservado para la decoracin escultrica.

El canon drico en la Magna Grecia

Todava hoy ante las ruinas silenciosas del templo de Zeus se puede percibir el mensaje de ordenada mesura dictado por Libn y disfrutar a la vista de los restos impresionantes del entablamento despiezado que reflejan la plasticidad de la curvatura. Y an se admira ms la excelencia del canon drico, cuando se piensa que sigui sindolo despus de construido el Partenn.Las resonancias del modelo de Olimpia llegan a las colonias suritlicas y se advierten con especial brillantez en dos templos magnficos, el llamado de Poseidn en Paestum y el templo E de Selinunte.El templo de Poseidn, posiblemente consagrado a Zeus aunque evoque al dios tutelar de la ciudad que lleva su nombre la antigua Posidonia, es el ms impresionante de los templos de Paestum. Proporciones, planta y forma tpicamente cerrada coinciden con los prototipos de Egina y Olimpia, es decir, con el canon arquitectnico de alta poca clsica. Su buen estado de conservacin ayuda a percatarse de la teora espacial desarrollada en aqullos y, ms especialmente, de la vitalidad y plasticidad de la obra, caractersticas que el arquitecto ha tomado del templo de Zeus en Olimpia. Tampoco faltan afinidades en detalles como el ntasis de las columnas, el perfil de los capiteles y la curvatura de elementos horizontales, rasgos plasmados por primera vez en Occidente.Por su parte, el Templo E de Selinunte es otro buen ejemplo del estilo severo de alta poca clsica. Sin prescindir de peculiaridades locales, el arquitecto se acoge a los preceptos bsicos imperantes en Grecia Continental, hasta el punto de ser la composicin arquitectnica la que demuestra la dependencia del canon drico clsico. A partir de este dato su cronologa se ha precisado entre los aos 465-450.

LA ESCULTURA DURANTE LA PRIMERA POCA CLSICA

La transicin al siglo V

Dos escultores ticos de trayectoria afn predominan en las primeras dcadas del siglo V, Kritios y Euthydikos.El nombre de Kritios va ligado a la aparicin del contraposto, una de las soluciones ms trascendentales de la Historia del Arte, a la que se ha atenido la representacin de la figura humana durante siglos. No hay constancia de que Kritios inventara o descubriera el contraposto, que es un hallazgo realizado en un taller tico a comienzos del siglo V, pero es en una obra suya, en el llamado Efebo de Kritios del Museo de la Acrpolis, en la que por primera vez lo vemos plasmado.El Efebo de Kritios se fecha hacia 480 y representa un avance sin precedentes en la bsqueda de expresin plstica para algo tan abstracto como la energa y la potencialidad del movimiento. Desde un punto de vista formal el contraposto equivale al hallazgo de un esquema definido por la contraposicin de los miembros a partir del juego de piernas, que acusa la diferencia funcional entre pierna de sostn, sobre la que recae el peso del cuerpo y, por tanto, se mantiene tensa, y pierna exonerada, que se flexiona.Tal actitud tiene inmediata repercusin estructural en todo el cuerpo, ya que la cadera de la pierna de sostn queda ms alta que la de la pierna flexionada e idntico desequilibrio afecta a los hombros, ms bajo el del lado de la pierna de sostn que el contrario; cabeza y cuello pierden su posicin axial y giran levemente en la direccin de la pierna exonerada.Cuando se ve de cerca y al natural el Efebo de Kritios, enseguida se comprende que el contraposto es ms que un esquema formal, puesto que dota a la escultura de contenido. Le da, en efecto, apariencia de cuerpo vivo con el pecho henchido, la espalda ligeramente arqueada, la musculatura activa. A todo ello contribuye de manera admirable el modelado, sobre todo en el torso, prueba inequvoca de la categora de Kritios como escultor.Entre las obras que se le atribuyen, ninguna fue tan clebre como el Grupo de los Tiranicidas, realizado en colaboracin con Nesiotes. Aparte del valor artstico, la obra tuvo extraordinaria resonancia poltica en cuanto smbolo de la libertad. Es el primer monumento de carcter poltico erigido en Europa y el primero que celebra el triunfo de la democracia. Tras dar muerte a Hiparco, uno de los hijos de Pisstrato, Harmodios y Aristogitn -los tiranicidas- pagaron su accin con sus vidas e inmediatamente se les declar hroes y se les erigieron estatuas.Como ya hemos visto, stas fueron encargadas a Antenor; veinte aos despus fueron robadas por los persas y sustituidas por otras idnticas fundidas en bronce por Kritios y Nesiotes. Las copias de mrmol conservadas en el Museo de Npoles permiten saber que son obra del 477 aproximadamente, algo posterior al Efebo de Kritios.El influjo de la obra de Kritios llega a talleres isleos e incluso al sur de Italia, como demuestran el Apolo Strangford y el Kouros de Agrigento, estatuas que reproducen los detalles formales, pero no penetran en la esencia ntima del contraposto.
Relacionado con el Efebo de Kritios y de la misma poca es la cabeza del Efebo Rubio, as llamado por conservar en el pelo su antigua tonalidad amarillenta. El peinado artificioso le presta monumentalidad y carcter tectnico, rasgos que le diferencian del Efebo de Kritios, como tambin la dureza de los rasgos fisiognmicos y la expresin sombra, en oposicin a la alegre luminosidad del rostro del Efebo de Kritios. No obstante, de la inclinacin y giro de la cabeza se deduce que la obra responda al mismo criterio de frontalidad y contraposto.
La relacin del Efebo Rubio con Euthydikos se establece en virtud del estrecho parentesco con la obra ms representativa de este escultor, la Kore de Euthydikos del Museo de la Acrpolis, fechada en el ao 490. Ni el Efebo Rubio ni la Kore alcanzan el tamao natural; sin embargo, ambos acreditan la monumentalidad y voluminosidad masiva, tpicas del estilo de Euthydikos. Coinciden tambin en la firmeza del modelado, en la fuerza de los detalles -valo del rostro, pmulos, contornos de ojos y labios-, as como en la concentrada interioridad de la expresin. Se trata, pues, de obras concebidas de igual forma, de ah la posibilidad de adscribirlas al mismo taller y al mismo maestro. Axialidad y sobriedad expresiva en ambas son los rasgos que definen el trnsito hacia el estilo severo.
La tradicin o escuela iniciada en este taller se expande y llega hasta Olimpia y al mismo crculo artstico hay que adscribir obras como la estela de Sounion, que representa a un joven en actitud de ceirse una corona.

Los frontones del templo de Aphaia en Egina

A comienzos del siglo pasado, en 1811, se dio a conocer en Munich la serie de esculturas recuperadas en las excavaciones de la isla de Egina. Eran originales de mrmol que el rey Luis I de Baviera adquiri para la Gliptoteca de Munich, si bien previamente las envi a Roma al taller de Thorwaldsen, que se encarg de repararlas y restaurarlas. Aunque el trabajo de Thorwaldsen fue digno del realizado por el maestro egineta, las esculturas perdieron su aura original y as han estado hasta hace unos aos, cuando se opt por liberarlas de los aadidos y recomposiciones llevados a cabo por el escultor dans. La ocasin fue aprovechada para montar las esculturas conforme a la antigua composicin frontonal, con lo que, en cierto modo, recuperaban su antigua funcin y sentido. Con buen criterio, los responsables de la Gliptoteca dejaron expuestas al pblico en las salas dedicadas a las esculturas de Egina, las piezas esculpidas por Thorwaldsen, ya que haban sido parte de su historia.El estudio de conjunto de las esculturas del templo de Aphaia fue publicado en 1906 por un gran arquelogo, A. Furtwngler, que aport, adems, la experiencia de sus excavaciones en Egina, de ah que la obra se convirtiera en un clsico para los estudiosos de la escultura griega.
La temtica de los frontones se refiere a las hazaas de los hroes eginetas en las Guerras de Troya; la primera, an ms mtica y legendaria, se narra en el frontn oriental, y la segunda, inmortalizada por Homero, en el frontn occidental. Ambos frontones responden al mismo esquema compositivo, pero difieren en el estilo. La composicin es estrictamente simtrica, presidida por Atenea en el centro, a cuyos lados se sitan los grupos de combatientes. El problema del estilo merece ser tratado despacio.En las excavaciones de Egina fueron hallados restos de tres frontones; dos de ellos correspondan al perodo de construccin del templo en la dcada 500-490, mientras el tercero era posterior, hacia 480. Esta situacin, anmala en principio, tiene su explicacin, que es la siguiente.Mientras se construa el templo se empezaron a labrar las esculturas para decorar los frontones y cuando al cabo de los aos estuvieron acabados, se comprob que se haban quedado anticuados a causa de la rpida e intensa evolucin estilstica de este momento. Para paliar la situacin se decidi renovar el frontn de la fachada oriental, que era la principal, renovacin que consisti en esculpir el frontn de nuevo; para el frontn de la fachada occidental, la trasera, se utilizaron las esculturas que estaban preparadas desde el principio. He aqu la causa de que tengamos un frontn oriental viejo y un frontn occidental de hacia 490 y un segundo frontn oriental de hacia 480. Las esculturas del primer frontn oriental fueron consagradas a la diosa y quedaron como reliquias en el santuario.La comparacin de las figuras del frontn occidental con las del segundo frontn oriental demuestra claramente el estilo ms evolucionado de ste, en el que se advierten los cambios incipientes del estilo severo, mientras en aqul queda la herencia tardoarcaica. As se ve en la figura de Atenea del frontn occidental, que viene a ser una kore armada, y en las figuras de guerreros que la acompaan, como el del casco frigio, identificado con Paris, que se agacha para disparar el arco, sin que en su cuerpo se adviertan la tensin ni el esfuerzo; o bien en el guerrero cado, que intenta extraerse una flecha del pecho, mientras se dibuja en su rostro la sonrisa arcaica.Son figuras planas que ejecutan movimientos convencionales y cuyas actitudes no sintonizan con los movimientos ejecutados. Lo mismo se puede decir del tratamiento de los paos, excelente trabajo de cincel, evocador del bruido del broncista, especialidad de los maestros eginetas, pero sometido a convencionalismos de rigidez, zigzags y falta de naturalidad.De la Atenea del segundo frontn oriental slo se conserva la cabeza, pero basta ver la estructura y el valo del rostro para advertir la evolucin. Idntica conclusin se saca al observar la figura sensacional de Herakles, arquero arrodillado como Paris pero "convertido todo l en un arco tenso" (Blanco), de modo que la forma cerrada expresa la intensidad y la cohesin del movimiento. Por su parte, el guerrero cado y moribundo es de un atrevimiento asombroso, pues apoyado en el borde del escudo gira sobre s mismo a punto de derrumbarse. La impresin que se tiene ante l es que de un momento a otro va a rodar del frontn, efecto que seguramente acrecentaba la altura. Hay otras, pero stas son las diferencias estilsticas sustanciales que explican la distancia cronolgica entre los dos frontones.

El Estilo Severo

A la hora de afrontar este tema la dificultad mayor es la ausencia de originales griegos, solamente suplida a base de innumerables copias conservadas de poca romana, de donde la importancia de la crtica de las copias en cuestin tan capital como el estilo. Slo a travs de ellas podemos conocer y seleccionar aquellos rasgos que mejor cuadran a la poca del original, es decir, slo a travs de ellas podemos indagar el estilo de sus creadores.El estilo severo es, ante todo, una postura artstica genuinamente griega, con precedentes griegos y con desarrollo dentro de Grecia. A diferencia de la situacin originada en poca arcaica, ms difusa y desperdigada por las islas del Egeo y por las colonias del Mediterrneo, el estilo severo es unitario y cohesionado, se centra en Grecia y se interesa por una temtica consustancial al pensamiento griego, que es la figura humana. En atencin a los rasgos externos se puede decir que el estilo severo es ritmo pautado, forma cerrada, grave compostura y modelado cuidadsimo, sobre todo con cincel plano.Entre los escultores de este momento destacan en Atenas, adems de los ya citados Kritios y Nesiotes, Hegias o Hegesias, del que apenas sabemos ms que el nombre, y Klamis, al que Plinio celebra como especialista en bellsimos caballos de bronce, asimismo recordados por Pausanias. Si nos atenemos a las fuentes, Klamis destac por su empeo en corregir la dureza y rigidez que atenazaban todava a las esculturas, lo que equivale a la bsqueda de formas ms naturales. Se le atribuyen un Apolo Alexikakos en el cementerio del Cermico y una Afrodita, obra que se tiende a identificar con la famosa Sosandra, tan admirada por Luciano.Hageladas es la personalidad artstica ms relevante del Peloponeso junto con Knachos de Sicione. Hageladas pasa por ser fundador de la escuela de Argos y maestro nada menos que de Mirn, Fidias y Policleto. Su obra ms famosa era el Zeus de Ithome, fechado hacia 490, mencionado por las fuentes y reproducido en monedas de poca romana.Onatas de Egina fue un broncista sumamente activo, cuyas obras no podemos identificar, como tampoco las de Pitgoras de Rhegion, un gran artista que abandon su ciudad de origen, Samos, y se traslad a la Magna Grecia. Pitgoras dio un paso decisivo hacia el realismo y hacia la reproduccin directa del natural, adems de haber buscado mayor correspondencia entre la figura y el espacio, faceta que le llev a cultivar la torsin del cuerpo y las composiciones en chiasmos, o sea, en aspa.La produccin caracterstica del estilo severo es la estatua de bronce, dos de cuyos ejemplares ms conocidos y representativos, el Auriga de Delfos y el Poseidn del Cabo Artemision, nos han llegado en bastante buen estado de conservacin.

Los grandes bronces

El Auriga de Delfos es uno de los mitos del arte griego, un original de 1,80 m. de altura, que tiene la rara particularidad de conservar los ojos. Formaba parte de un grupo, del que se conservan restos del carro y de los caballos, dedicado por el tirano Polyzalos de Gela (Magna Grecia) tras una victoria en los Juegos del ao 478 o del ao 474. Lo que ms sorprende en esta obra es su enorme cohesin, es decir, la absoluta primaca del todo sobre las partes, junto a la que destaca la enorme tensin acumulada en la figura, que se muestra erguida y quieta sobre el carro, pero agitada por un dinamismo que fluye de su interior. Estos rasgos adquieren especial inters cuando se valoran los aspectos tcnicos de la escultura, que fue fundida por piezas con una tcnica de soldadura que nos es desconocida.Se ha supuesto que el modelo fue de madera por la apariencia dura y maciza que revelan los pliegues del chitn, aparte de que el grosor de la lmina de bronce no permite pensar en el procedimiento a la cera perdida. Desde esta perspectiva se valoran mejor los detalles, entre los que salta a la vista la maravilla del plegado con sus variaciones en las mangas, en el pecho, en la cintura y en las acanaladuras verticales formadas a partir del ceidor. Estos datos y la fuerza individualizada de determinadas partes, como por ejemplo la bveda del crneo, confirman el procedimiento tcnico de fundicin por piezas, a pesar de lo cual la unitariedad y el ritmo del conjunto no slo no se resienten, sino que resultan prodigiosamente realzados.Mencin especial merecen los ojos por cuanto contribuyen a dar vida a la figura. Pensemos que se es el ojo de poca clsica, tal y como hemos de suponerlo en las obras de este perodo. Est hecho con pasta vtrea blanca, cristal y masa coloreada e incrustada en la cuenca ocular; aparte van los prpados enchapados y las pestaas. Los ojos miran en distinta direccin, o sea, bizquean ligeramente, efecto que nos resulta extrao, pero que no es raro ni infrecuente en la Antigedad, pues se relaciona con el interesante fenmeno de las asimetras.En atencin a lo fisiognmico hay que sealar tambin la facilidad del escultor para mezclar detalles ideales con otros realistas. En este sentido los pies del auriga con su dura estructura sea, deformidades, venas y tendones minuciosamente observados y reproducidos son una leccin de realismo como el arte griego no volvi a dar con tal intensidad hasta el Helenismo. Conviene tenerlo muy en cuenta, para saber a qu carta quedamos a propsito del tpico del idealismo en el arte griego. Como el Poseidn de Artemision, el Apolo de Olimpia y dems creaciones cimeras de la primera poca clsica, el Auriga de Delfos demuestra la gran preocupacin que el arte griego tuvo por lo fisiognmico e iconogrfico, de forma que la caracterizacin interior y exterior de la figura no dejen lugar a dudas sobre la calidad y categora individuales.Rasgos tipolgicos e identificaciones corporales son suficientes para saber que el personaje representado en este caso es sencillamente un joven auriga, un muchacho cuyo oficio es guiar carros, pero de ninguna manera un hombre distinguido o el mismo Polyzalos, como se ha pensado por el hecho de llevar la cabeza ceida por una taenia, una cinta primorosamente adornada con un meandro de plata.Y llegamos a la cuestin crucial, quin es el autor de obra tan sealada. La discusin y las hiptesis encontradas se han sucedido sin alcanzar acuerdo. Hoy se acepta la procedencia de un taller suritlico, de acuerdo con la costumbre antigua de hacer encargos a artistas locales. Por estos aos hay en el sur de Italia fundidores, orfebres, y toreutas muy capaces, entre los que las fuentes destacan a Pitgoras de Rhegion, artista prolfico que haba hecho para Delfos un grupo de pancratiastas y al que las fuentes recuerdan por el realismo de sus creaciones. Esto es lo ms lejos que se puede llegar por el momento. Con seguridad slo se puede adscribir el Auriga de Delfos a un taller probablemente siciliano de los aos 70.Otro bronce original del perodo severo es el Poseidn del Cabo Artemision. Quien lo ha visto de cerca en el Museo Arqueolgico Nacional de Atenas, si adems ha tenido la fortuna de hacerlo despacio y con holgura, sabe la impresin especial que supone contemplarlo. Ocupa el centro de la sala, pero la llena toda de manera que el espectador, vaya hacia donde vaya, se lo encuentra y se siente alcanzado por la energa que emana del torso y despiden las extremidades. Aunque el Poseidn se fecha a finales del decenio 470-60, las bases de su esquema compositivo, tan justamente admirado, se conocan desde antes, como prueba el Aristogitn de los Tiranicidas, y se utilizaban con frecuencia, a juzgar por pequeos bronces de Olimpia y por la estatuilla admirable del Zeus de Dodona. No por ello hemos de restar mrito a la obra, pues el paso a gran formato exiga conocimientos acendrados en la tcnica de fundicin, dados el dinamismo y la fluidez del entorno de la figura, en la que se advierte la oposicin entre rasgos esenciales, tpica del estilo severo. As, por ejemplo, al ritmo deslizante y a la cadencia circular se contrapone la solidez del torso que sobre un motivo de base amplio en apariencia, aun cuando los puntos reales de apoyo -taln del pie izquierdo y parte anterior del derecho- son exiguos. Lo mismo se puede decir del modelado, que consigue generalizar la impresin de vigor corporal a base de musculatura, tendones y venas plenos de vitalidad y pormenoriza, en un alarde de plasticidad, la descripcin del peinado y de la barba.Como toda la estatuaria clsica y, an ms, la del estilo severo, el Poseidn de Artemision responde a la norma estricta de la frontalidad y de la apariencia de lmina. A ella se adapta el motivo de lanzamiento del tridente, accin que combina el equilibrio del esquema compositivo con la tensin que precede al movimiento impetuoso.Originales de bronce hemos de presuponer tambin para otras creaciones representativas del estilo severo que slo conocemos en copias de mrmol. Entre las estatuas masculinas sobresale una de Apolo, de la que se conocen varias copias, la mejor de las cuales se conserva en Atenas y se conoce como Apolo del Omphals. Observa fielmente las exigencias del contraposto y tanto la ponderacin como el modelado, e incluso el detalle arcaizante del peinado, se relacionan con las soluciones que aparecen en Olimpia, de donde deriva la cronologa entre 460-450 propuesta para el original del Apolo del Omphals.Entre las obras representativas de la estatuaria femenina, la Hestia Giustiniani, la llamada Aspasia o estatua de Amelung y la Dmeter de Cherchel jalonan la evolucin del estilo severo al de la madurez clsica. Las tres adoptan la tpica forma cerrada, que acentan los flancos rectilneos y la cabeza velada, y las tres comparten el ideal de grave compostura. Mientras la equilibrada ponderacin y sobriedad expresiva de los paos en la Hestia Giustiniani hacen pensar en un original de 470-460, el juego de piernas ms movido y la riqueza en el tratamiento de los paos permiten fechar el original de la Dmeter de Cherchel por los aos 40, prximo ya al crculo del Partenn.Entre ambas se sita la llamada Aspiasia, o estatua de Amelung, en honor del arquelogo que asoci la cabeza y el cuerpo dispersos hasta entonces. Es obra debida a un escultor peloponsico y se la ha considerado trasunto de la Sosandra de Klamis, extremo difcil de probar. Se trata, sin duda, de una representacin majestuosa y magnfica de una diosa totalmente envuelta en un manto, que slo deja libre el rostro. Los rasgos estilsticos sugieren una cronologa inmediatamente posterior a las esculturas femeninas de Olimpia, a comienzos de los aos 50.

La decoracin escultrica del templo de Zeus en Olimpia

En el ao 1875 las excavaciones realizadas por el Instituto Arqueolgico Alemn en Olimpia propician un hallazgo sensacional, las esculturas de los frontones y las metopas del Templo de Zeus. Cualquiera pensar que aquello caus un revuelo y un jbilo desusados, tanto entre arquelogos como en el pblico interesado; y sin embargo, no fue as. Hubo ms revuelo que jbilo e incluso algo de desilusin, porque la Europa culta de finales del siglo pasado, tan neoclsica y winckelmanniana, esperaba de Olimpia algo ms griego, o sea, suavemente ideal. Y, claro, ni los mismos arquelogos estaban preparados para aquella crudeza brutal a veces ni aquella severidad estricta, por lo que no respiraron tranquilos hasta que apareci en otro contexto el clebre Hermes Dionysphoros, deliciosamente dulce y gracioso.La situacin descrita va ms all de la ancdota, pues demuestra el esfuerzo que exige la comprensin real y profunda de los problemas inherentes al arte clsico. Es ms, el reconocimiento del valor y de la calidad de las esculturas de Olimpia tard en llegar y lo hizo de la mano de artistas como Maillol, tan impresionado por la grandeza de las esculturas de los frontones, que a su lado el Hermes Dionysphoros le pareca hecho dice con jabn de Marsella. Hoy da nadie duda que frontones y metopas de Olimpia son la cumbre del estilo severo y un hito en la escultura griega, porque al fin se impuso el juicio crtico que condujo a un mejor conocimiento de la realidad y a convertir el estupor en pasmo.

Los frontones

Dos episodios mitolgicos relacionados con el lugar fueron representados en los frontones; en el oriental, la dramtica carrera de carros entre Pelops y Enomao; en el occidental, la lucha entre lapitas y centauros en las bodas de Piritoo y Deidamia. Se suele decir, con razn, que en el frontn oriental reina la calma que precede a la tempestad y, en el occidental, la tempestad misma. Ambas formas de interpretar la accin responden plenamente a planteamientos propios del estilo severo. Aunque no conocemos al escultor responsable de los proyectos y de la organizacin de los trabajos, el anlisis de las esculturas nos ir desvelando aspectos notables de su personalidad. Por lo pronto, sabemos que tiene una extraordinaria capacidad de sntesis, reflejada en la seleccin de figuras y motivos de cada frontn.El tema de la carrera de carros entre Pelops y Enomao ofreca graves dificultades por tratarse de una historia terrible y complicada. A Enomao, rey de Pisa y padre de la bella Hipodamia, le haba predicho un orculo que morira a manos de su futuro yerno, prediccin a la que Enomao no estaba dispuesto a amoldarse. Para evitarla, desafiaba a una carrera de carros a los pretendientes de Hipodamia con el compromiso de que el vencido muriera a manos del vencedor. Confiado en la velocidad de sus caballos, regalo del dios Ares, Enomao daba ventaja a su rival, mientras haca una ofrenda en honor del dios; luego parta, alcanzaba al desdichado de turno y lo eliminaba. As una y otra vez hasta que apareci Pelops de Micenas, favorito de Poseidn y dueo de caballos an ms veloces que los de Enomao, causa de que se cumpli