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EL ARTE RUPESTRE EN LA PROVINCIA DE NEUQUEN. Aspectos Estéticos. Universidad Nacional del Comahue Director - Investigador: Teresa Vega Dirección: Sargento Cabral 754 C.P. (8300) Ciudad: Neuquén País: Argentina Tel.: (0299) 4436007 E-mail: [email protected] PATAGONIA. Posición Del Neuquén Dentro De Los Estudios Del Arte Rupestre. “Dentro de las artes prehistóricas hay que incluir a aquellas que corresponden a pueblos que no llegaron a disponer de un código de escritura, y por lo consiguiente no pueden ofrecer documentos que sirvan de base para escribir la historia artística”. José Alcina Franch Se considera que son cuatro las etapas en las investigaciones para Patagonia. A la primera de ellas se la relaciona con las expediciones exploratorias de este territorio. En ella se destacan el Perito Moreno (1876), el Gobernador Moyano (1887) y Burmeister (1883/1891), cuyo espíritu científico pese a no ser especializado en el tema alcanzó para destacar los primeros testimonios sobre el arte rupestre. Otros científicos siguieron su ejemplo recorriendo la Patagonia. De la obra del Perito Francisco P. Moreno queremos destacar que el mismo contienen breves referencias sobre las pinturas de Punta Walichu en la costa Oriental del Lago Argentino (provincia de Santa Cruz). Es valorable su aporte científico si se piensa que para ese entonces aún no habían sido descubiertas en España las pinturas de Altamira ni del Levante. 1

El Arte Rupestre en Neuquén

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EL ARTE RUPESTRE EN LA PROVINCIA DE NEUQUEN. Aspectos Estéticos.

Universidad Nacional del ComahueDirector - Investigador: Teresa VegaDirección: Sargento Cabral 754C.P. (8300) Ciudad: Neuquén País: ArgentinaTel.: (0299) 4436007E-mail: [email protected]

PATAGONIA. Posición Del Neuquén Dentro De Los Estudios Del Arte Rupestre.

“Dentro de las artes prehistóricas hay que incluir a aquellas que corresponden a pueblos que no llegaron a disponer de un código de escritura, y por lo consiguiente no pueden ofrecer documentos que sirvan de base para escribir la historia artística”.

José Alcina Franch

Se considera que son cuatro las etapas en las investigaciones para Patagonia. A la primera de ellas se la relaciona con las expediciones exploratorias de este territorio. En ella se destacan el Perito Moreno (1876), el Gobernador Moyano (1887) y Burmeister (1883/1891), cuyo espíritu científico pese a no ser especializado en el tema alcanzó para destacar los primeros testimonios sobre el arte rupestre. Otros científicos siguieron su ejemplo recorriendo la Patagonia.

De la obra del Perito Francisco P. Moreno queremos destacar que el mismo contienen breves referencias sobre las pinturas de Punta Walichu en la costa Oriental del Lago Argentino (provincia de Santa Cruz). Es valorable su aporte científico si se piensa que para ese entonces aún no habían sido descubiertas en España las pinturas de Altamira ni del Levante.

El naturalista Carlos Bruch (Bruch, C. 1902: 173/6)1, fue quien realizó los primeros trabajos en las cercanías del arroyo Vaca Mala (hoy llamado Malalhuaca), un pequeño afluente del río Limay, aguas abajo de la confluencia de este último con el río Traful. Provincia de Neuquén.

La segunda etapa de estos estudios tiene lugar en las décadas de los años 20 y 30. Son investigadores provenientes del quehacer de las Ciencias Humanas, aunque de otros campos, los que se ocupan de dar a conocer las primeras noticias científicas en forma orgánica e intentan comenzar con las primeras explicaciones de aquellos testimonios. Se puede considerar que los precursores de los estudios sistemáticos en el área patagónica fueron Harrington desde 1932, Aparicio desde 1933 y Vignati desde 1934, destacados entre otros por su fecunda producción. En 1929 Lothrop hace referencia a los cueros pintados de guanacos, estrechamente vinculados a las expresiones del arte rupestre.

1 BRUCH, C. 1902: “La Piedra Pintada de Vaca Mala y las Culturas de la Cueva de Junín de los Andes”. En: RUMA XX. BS.AS:

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Varios sitios importantes para el conocimiento del arte rupestre de Patagonia entre los que se destacan el Cañadón de las Cuevas en la Estancia Los Toldos, con negativos de manos, La Piedra Museo de la Estancia San Miguel, con grabados y la Estancia Aguada del Cuero con pinturas geométricas son publicados por Aparicio entre 1933 y 1935.

En 1935, el investigador Francisco de Aparicio (1935: 100)2 efectuó un viaje a la Provincia del Neuquén con objetivo de fotografiar tres localidades con arte rupestre:

a.- Estancia Nonial (Roca grabada del Cerro Nonial)b.- Ñorquín (Roca grabada de Ñorquín)c.- Zapala (Cañadón de Santo Domingo)

En la primera localidad, Aparicio registró rastros de animales, una mano humana, y una “cruz”. De los primeros, la mayoría de los rastros pertenecían a guanacos (alineados como en movimiento), aunque también había de ñandú, uno de víbora y por último algunos difíciles de determinar entre zorro y puma.

En la segunda localidad (Roca de Ñorquín), el autor registró pictografías con motivos similares a Nonial, aunque aparecieron de otro tipo como “herradura de caballo” (el comillado es nuestro). Cabe aclarar aquí, que para este caso vale también la postura planteada por Schobinger para el sitio de Junín de los Andes (Schobinger, Hans 1956: 151)3.

También se registraban representación de manos y pies humanos.

A pesar de haber más motivos, Aparicio declaró la dificultad para interpretarlos, ya fuere por estar borrosos e imprecisos o porque sus contornos estaban confundidos (op. cit., 101). Por otra parte el resto del bloque presentaba numerosos hoyos hemisféricos que Aparicio menciona bajo la apariencia de morteros.

Por último, la tercera localidad (Cañadón de Santo Domingo) presentaba grabados y pictografías. Se repetían aquí los motivos de las dos localidades antes mencionadas y además signos de configuración laberíntica. Sobre el particular, Schobinger destacó la técnica utilizada en este lugar; por alteración de la superficie de la roca en la cual aparecían los grabados presentaba un color oscuro por acción meteórica. Al hacer el mínimo trabajo de percusión aparecía el color natural de la roca, ocre rojizo. En consecuencia, las figuras estaban delimitadas por los contrastes de color, con lo que a simple vista parecían pictografías (Sin embargo, en otoño de 1996, realizamos una campaña al cañadón de Santo Domingo y pudimos constatar que efectivamente había pictografías).

En 1944 Milcíades Vignati publicó los resultados de sus investigaciones; producto de la expedición que había efectuado a los lagos Nahuel Huapi y Traful en

2 DE APARICIO, Francisco: “Grabados Rupestres en el Territorio del Neuquén”. Buenos Aires. Publicaciones del Museo Antropológico y Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras. Serie A III. 1933 - 1935.3 SCHOBINGER, Juan: “Arqueología del Territorio del Neuquén”. En “Neuquenia, del Neuquén, para la Patria”. Boletín trimestral de la “Casa Neuqueniana”. Buenos Aires, Enero, Febrero, Marzo de 1956. Nº 25.

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1933 (Vignati, M. 1944)4. Había llegado en ese año a la zona a raíz de una denuncia hecha por el Señor Carlos Ortiz Basualdo sobre un cementerio indígena, lo que le dio la posibilidad de estudiar cuatro sitios en los alrededores del Nahuel Huapi: Abra Grande y Potrero de la Bahía (Península Huemul), Isla Victoria (sector norte) y Puerto Tigre (orilla occidental del lago Nahuel Huapi).

En 1941 se conoce la primera documentación fotográfica en color de la Cueva de Las Manos, en el Área del río Pinturas, al Noroeste de la provincia de Santa Cruz, con negativos y siluetas de guanacos a través del Sacerdote Alberto De Agostini. Sobre la Cueva de las Manos, Vignati publica en 1950 los resultados de un relevamiento en los que participaron los doctores Alberto Rex González y Federico Escalada, donde se documentan por vez primera escenas de caza naturalistas, a las que dicho autor comparó con las del arte levantino.

Esta etapa finaliza con la llegada de Menghin a la Argentina en 1949. A partir de sus conocimientos de la prehistoria del Viejo y el Nuevo Mundo se desarrollan en la Cátedra que ocupa, primero en la Universidad de Buenos Aires y luego en la Nacional de la Plata, dando este comienzo a la tercera etapa de este esquema. Entre los investigadores que reciben esta influencia debemos mencionar sin lugar a dudas a Schobinger (1953 y 1956), a Casamiquela (1958 y 1960) y a Gradin (1959/60). Existen dos trabajos de síntesis elaborados por Menghin que son fundamentales para las investigaciones posteriores (1952 y 1957), el segundo de los cuales es el más actualizado, y además resume sus ideas sobre el desarrollo estilístico del arte rupestre de Patagonia, destacando por primera vez en forma explícita la asociación entre la secuencia artística y la secuencia cultural.

Con la obra de Menghin se sentaron las bases en la investigación de los temas prehistóricos argentinos y por tanto del arte; él realiza los primeros estudios en el país sobre temas culturales, etnológicos y artísticos. Entre 1951 y 1953, Menghin realiza siete viajes: los tres primeros cubren la región meridional de la provincia de Chubut, provincia de Santa Cruz y Tierra del Fuego; los otros cuatro los dedica al Norte de Chubut, Río Negro, y extremo sur de la provincia de Bueno Aires, incluso llegó a ocuparse también de la Patagonia Chilena. El autor establece los primeros ensayos de clasificación cronológica y de contenido, incluyendo comentarios sobre la posible interpretación y las posibles relaciones con arte extracontinental.

4 VIGNATI, Milcíades Alejo: “Antigüedades en la Región de los Lagos Nahuel Huapi y Traful. I - VII”. La Plata. Instituto del Museo de la Universidad Nacional de la Plata. Notas del Museo de La Plata. Tomo IX. Antropología nº 23 bis. 1944.

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Gráfico 1: Primera clasificación de estilos rupestres patagónicos

1.- Estilo de negativos de manos: ejecutados mediante el estarcido de pintura. Estaría vinculado a la Industria Toldense que Menghin fechó 9.000 años a.C. Se encuentra asociado a signos como puntos, líneas rectas y circulares. Los colores utilizados en orden de antigüedad, hipotéticamente serían: rojo claro, negro, amarillo, blanco, rojo oscuro y verde.

2.- Estilo de escenas: comprende escenas de caza y de danza, de pequeño tamaño y algunas siluetas de guanaco. Su desarrollo va desde el 8.000 a. C. hasta el 2.000 a.C.. Menghin atribuyó a los autores de estas pinturas un nivel cultural similar al de los cazadores del Levante español, sin que ello implicara una vinculación genética.

3.- Estilo de pisadas: sus motivos característicos son los denominados rastros de ñandú (avestruz) y de felinos. Se caracteriza por la utilización de técnicas de grabado ejecutado por percusión o incisión. Aparecen asociados a imágenes esquemáticas de guanacos y pumas, lagartos vistos desde arriba y pequeñas figuras antropomorfas, signos lineales y circulares o sinuosos. Se extendería desde el 2.000 hasta los primeros siglos de nuestra era, se vincularía al Patagoniense inicial.

4.- Estilo de paralelas: lineales, onduladas y quebradas. Habría perdurado hasta tiempos mucho más tardíos y podría ser vinculado a los Pehuenches primitivos que fueron araucanizados hacia el año 1.700.

5.- Estilo de Grecas: distribuido especialmente en las provincias de Río Negro y Chubut, se caracteriza por sus trazos almenados o escalonados y sería el resultado de las influencias agro-alfareras del noroeste argentino. Se la ubica hacia el siglo V de nuestra era.

6.- Estilo de Miniaturas: Se destacan por su delicadeza y parecen ejecutadas con una pluma, los conjuntos no sobrepasan los 15 cm. de largo. Se tratan de líneas finamente onduladas o escalonadas, combinaciones triangulares, recuadros, diminutas figuras. Colores: rojo oscuro y verde excepcionalmente amarillo. Se ubicaría en una fase tardía del Tehuelchense.

7.- Estilo de símbolos complicados: Caracterizados por complejas formas curvilíneas serie de rayas, zig-zags, cruces, cuadrados o por figuras antropomorfas esquemáticas. Se trata de pinturas y grabados de diversa extracción. Serían resultante de recíprocas influencias de las modalidades anteriores5 .

No podemos dejar de decir dos palabras sobre las influencias ejercidas por Menghin. Sin duda emanaban de su erudición. Su aporte es válido hasta hoy solo con algunos ajustes. Sus sucesores, sin embargo, eligieron su camino independientemente, unas veces orientados a interpretaciones basadas en testimonios “psicológicos”, otras en datos “etnográficos” o bien en el análisis de la “funcionalidad” de los registros del arte rupestre, sin que ello conllevara una sujeción a las ideas filosóficas que sostuviera Menghin, con el cual muchas veces han discrepado en forma cordial.5 GRADIN, Carlos J.; SCHOBINGER, Juan: “Arte Rupestre de la Argentina. Cazadores de la Patagonia y Agricultores Andinos”. Ediciones Encuentro. Madrid. 1985.

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En 1948 y 1949 se realizan dos importantes expediciones a la Patagonia. Una a cargo de Imbelloni y la otra de Vignati. Ambas recogen importantes testimonios para el estudio del arte rupestre: material fotográfico, en el primer caso, que después es utilizado por otros investigadores (grabados rupestre de Estancia Punta del Lago Viedma), y calcos y fotografías en el segundo (Vignati, 1950), en su mayoría fueron obtenidos por los doctores González y Escalada a cuyo cargo estuvieron las tareas del relevamiento en la zona del río Pinturas (González, 1953 y 1977).

En cuanto a la Provincia del Neuquén de interés particular para nuestro estudio. En la década del 50 (más exactamente 1951), el Dr. Gregorio Alvarez y el Prof. Omar Robledo Bruzzone dieron a conocer una localidad con petroglifos en el Dpto. Minas, al Norte de la Provincia del Neuquén, descubierta por un minero en 1944.

El primer informe sobre los grabados fueron dados a conocer por ambos autores, en una conferencia pronunciada en Buenos Aires. En mismo concluían que la antigüedad de las manifestaciones artísticas era reciente.

La Provincia de Neuquén cuenta con más de un centenar de sitios con arte rupestre. Los estudios sistemáticos se vienen realizando desde los trabajos de:

El Prof. Hans Schobinger quien presentó su tesis doctoral y posteriormente publicó una síntesis de la misma en 1954 (Schobinger, H. 1956: 115-227)6.

Esta consistía en una excelente síntesis arqueológica regional, aún vigente, referente al arte rupestre norpatagónico, con especial atención en la Provincia del Neuquén. En este sentido, evaluó todos los sitios con arte rupestre ya registrados por Bruch, Aparicio, Vignati, Alvarez y otros inéditos.

La investigación de Schobinger es un hito fundamental e ineludible dentro de la prehistoria neuquina, no sólo en lo que respecta al arte rupestre, sino en cuanto tiene que ver con la arqueología de la Provincia.

Relevó veinticuatro localidades, de las cuales veinte correspondían a Neuquén y las cuatro restantes a Río Negro.

Algunas de las conclusiones a las que arribó fueron:

- predominan numéricamente las pinturas sobre los grabados;- los últimos se encuentran en su casi totalidad, en la región septentrional;- se observa una notable preferencia de la orientación de las expresiones rupestres hacia

el norte y noroeste. (A criterio de Schobinger, los pocos casos en que la orientación es hacia el sur responderían ante todo a la preocupación de los autores de estas manifestaciones, en buscar un buen lugar para plasmar su arte. Los sitios Vaca Mala y San Ignacio serían un buen ejemplo);

- gran predominio de las expresiones abstractas o ideoplásticas, a las que con frecuencia se halla asociado alguno que otro elemento naturalista.

6 op. cit.

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(Años más tarde -1962/63 completaría su informe sobre nuevos sitios con petroglifos).

Nuevos aportes fueron realizados por Molina desde 1955, Sánchez Albornoz desde 1957, Greslebin desde 1958 y Pedersen desde 1959. En 1960 se publica el trabajo de Casamiquela “Sobre la significación mágica del arte rupestre norpatagónico” en el que por primera vez se presenta una serie de explicaciones de motivos en base a los datos suministrados por informantes de extracción aborigen, abriendo un camino con promisorias perspectivas, que el investigador profundizó en el futuro.

En la década del 60, el Dr. Rodolfo Casamiquela presentó su trabajo “La Significación Mágica del Arte Rupestre Norpatagónica”. Su metodología se basó en la lingüística y en la etnografía de los Tehuelches Septentrionales.

Años más tarde (Casamiquela, R. 1987), publicó “El Arte rupestre de la Patagonia”, obra en la que presentaba un esquema descriptivo para analizar los diferentes estilos propuestos por él:

- zoomorfos- icnomorfos- antropomorfos- geométricos

Se considera la década del 70 como la cuarta y actual etapa de los estudiosdel arte rupestre de la Patagonia, Gradin realiza un aporte de excepcional interés; dedica su atención a la Patagonia sin desdeñar otras regiones; su trabajo no sólo consiste en el estudio artístico de las manifestaciones sino también en la posible relación entre éstas y el yacimiento arqueológico que pueda existir en la base de los abrigos, aplicando para ello la más minuciosa metodología, con resultados en el campo de la crolología, que han servido para delimitar algunos de los estilos artísticos, principalmente para las provincias de Chubut, Santa Cruz, Río Negro, La Pampa, provincia de Buenos Aires y sur de Mendoza; realiza el calco de las pinturas o grabados y la excavación arqueológica en los yacimientos fértiles; muestra de ello puede ser la monografía dedicada a la “Estancia Alto Río Pinturas” en colaboración con Aschero y Aguerre. En 1972 Menghin, junto con Gradin, pública su último trabajo sobre el arte rupestre de Patagonia. En adelante se destacan algunos investigadores como Aschero (1973), Fernández (1974/1976) y Cardich (1977) que tratan el aspecto artístico en Patagonia7.

Dado los avances realizados en cuanto a la documentación de sitios con arte rupestre se veía la necesidad de aunar los conceptos y la terminología utilizada por los diversos autores. Por ello en 1978 Gradin publica una nota metodológica, “Algunos Aspectos del Análisis de las Manifestaciones Rupestres”, en la que se intenta una clasificación de los motivos artísticos y se define una serie de términos utilizados en la literatura científica corriente como: motivo, conjunto grupo estilístico, modalidad y aún estilo. En ella considera la existencia de dos grandes grupos que denomina - Representativos y Abstractos - Teniendo en cuenta para ello el mayor o menor grado de vinculación entre la realidad natural y la obra, o entre la idea y la obra. Su

7 GRADIN, Carlos J.: “Arte Rupestre de la Patagonia. Nuevo Aporte para el Conocimiento de la Bibliografía”. En Boletín Contribuciones al Estudio del Arte Rupestre Sudamericano Nº 2 SIARB. La Paz - Bolivia. 1988.

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funcionalidad sólo puede entenderse si se considera los dos extremos de un mismo hecho: la manifestación artística y su autor, por cierto enmarcados en las respectivas coordenadas de tiempo, espacio y cultura, que es donde hallaremos las pautas para su interpretación. De allí la necesidad de insistir en las asociaciones contextuales.

En 1974, Jorge Fernández tomando como base los estilos de Menghin publicó “Estudios sobre Arte Rupestre del Neuquén”. En este trabajo prestó exclusiva atención a la dispersión del estilo de paralelas, tomando como localidad tipo el área de Colomichicó. Fijando tres áreas estilísticas para la Provincia del Neuquén: estilo de paralelas, estilo de pisadas y estilo de gracas. Realiza además el relevamiento de más de 100 sitios en la provincia.

En la cordillera andina de Linares (Provincia de Talca y Linares, Chile), los arqueólogos Hans Niemeyer y Lotte Weisner, a fines de la década del 60 hallaron unos afloramientos rocosos con arte y describieron, por consiguiente, un estilo de arte rupestre que denominaron Guaiquivilo. El mismo consistía en grabados que conformaban un arte abstracto-simbólico con gran cantidad de signos geométricos y ornamentales (Niemeyer, H. y Weisner, L. 1971)8.

Habiendo considerado las inquietudes vertidas por Schobinger en 1956 acerca de donde debían buscarse relaciones con el arte de Colomichicó, y contrariamente a lo que opinaron Niemeyer y Weisner, Fernández afirmó que este arte presentaba un estilo de paralelas en estado puro y no una mezcla de pisadas, paralelas y grecas como observaba en Guaiquivilo.

En consecuencia, supuso que el centro de dispersión había sido Colomichicó y de allí había irradiado a Chile. En relación a esto y con respecto a Guaiquivilo supuso que “La impresión global es que sobre un antiguo estilo de paralelas, en determinado momento de su desarrollo, y en forma gradual, hubieran comenzado a asociarse elementos del estilo de pisadas” (Fernández, J. 1979: 15)9.

Sin embargo, en un trabajo posterior decía: “es muy difícil establecer con seguridad si ha sido el estilo de Guaiquivilo el que ha invadido el aledaño territorio neuquino o si a la inversa, es desde este último sitio de donde se ha irradiado hacia el noroeste la tradición de paralelas”. (op. cit. 1979: 114).

Por último, en esta investigación concluía, con respecto a Colomichicó, lo siguiente:

- los grabados fueron realizados antes de la araucanización (siglo XVI).- al espacio temporal de los mismos se remontaría algún período entre los siglos XII y

XIV.- los autores de los petroglifos serían los ancestros de los Pehuenches observados por

Poeppig en 1828, si bien no puede afirmarlo con certeza.

8 NIEMEYER F., Hans y WEISNER, Lotte: “Los Petroglifos de la Cordillera Andina de Linares.(Provincias de Talca y Linares, Chile). Separata de Actas del VI Congreso de Arqueología Chilena, Santiago. Octubre. 1971.9 FERNÁNDEZ, Jorge: “Misceláneas de Arte Rupestre de la República Argentina”. Monografía de Arte Rupestre. Arte Americano Nº. Barcelona. 1979.

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En relación a este último punto, incorporó a la discusión sobre los responsables de los grabados la opinión de Alvarez, Robledo, Menghin y Schobinger quienes sostenían unánimemente que habían sido los Pehuenches.

A guisa de conclusión es importante notar que:

- nunca se hicieron excavaciones en Colomichicó- el único criterio especificado en las investigaciones antes mencionadas que nos

referencia a un marco cronológico son las crónicas etnohistóricas, pero no hay dataciones absolutas de ningún tipo.

Desde lo estrictamente arqueológico, muchos sitios han sido excavados hasta la fecha, brindándonos importante información sobre las tempranan ocupaciones prehistóricas de la provincia y sus respectivas estrategias de subsistencia.

Entre los sitios de mayor importancia podemos citar:

- Cueva Traful I; 9200 A.P. (Crivelli, E.; Curzio, D.; Silveira. M. 1993)- Cuyín Manzano; 9900 A.P. (Ceballos, R. 1982)- Chenque Haichol; 7700 A.P. (Fernández, J. 1988-90)- Alero Los Cipreses; 3400 + 80 A.P. -Comp. acerámico- (Silveira M. 1991)- Mallín del Tromen; 1815 + 145 A.P. (Pastore, M. 1974)- Alero Los Cipreses; 1510 + 90 A.P. -Comp. Cerámico- (Silveira M. 1991)- Alero Las Mellizas; 590 + 80 A.P. (Silveira M. 1991)- Alero Lariviére; 780 A.P. (Silveira M. 1991)

Profundización De Los Aspectos Estéticos De Los Petroglifos Y Pictografías De La Provincia Del Neuquén

Desde mediados de 1987 nuestro equipo de investigación en el marco del Programa de Formación de Recursos Humanos en investigación esta abocado a un nuevo enfoque del arte rupestre del Neuquén cuyos objetivos son:

* Profundizar sobre los aspectos artísticos de los petroglifos y pictografías de la Provincia del Neuquén y relacionarlo con el contexto cultural prehistórico. Ello nos permitiría captar sus modalidades específicas e integrarlas al bagaje artístico cultural, de la región y el país, como una impronta del hombre prehistórico, dotado de creatividad y susceptible de transmitir algo de su mundo espiritual.

* Desarrollar un análisis de las múltiples causas que provocan el deterioro del Arte Rupestre sean ellos de origen natural o provenientes de daño humano y una propuesta de medidas para remendiarlas.

* Proyectar la implementación de un plan de manejo de sitio con Arte Rupestre para visitantes en el marco de un uso sustentable. Un Estudio de caso. Estancia Haichol.

Marco teórico:

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Intentamos una definición de arte simplificada y hasta quizás incompleta con el objeto de definir el Campo Teórico.

El arte es el lenguaje del hombre que expresa la relación entre su interioridad y la realidad visible, que le permite llegar a la belleza como grado superior de existencia.

Nos interesa conceptualizar tres elementos en lo convencional:

- “Lenguaje del Hombre”: es su expresión, su forma de comunicación. Para nuestro estudio lo entendemos como discurso formal.

- “Relación de interioridad y realidad visible”: nos estamos refiriendo a la interacción dialéctica entre el Ser del artista y el mundo que lo rodea.

- “Belleza”: la entendemos como relaciones vivas entre formas y contenidos que nos impresionan, que nos agradan.

A estos cualitativos del Arte Rupestre trataremos de “medirlos” a partir de un pormenorizado estudio de cada una de las muestras, su representación individual y sus modos de representación (Punto, Línea, Superficie, etc..) a los efectos de su clasificación.

Dada la cantidad de representaciones de que se disponía se nos hizo necesario utilizar un método que intentara una sistematización que contemplara palabras y términos aceptados e ideas convencionales planteadas para una clasificación del Arte Rupestre en nuestro país, razón por la cual se tomó como base la propuesta metodológica presentada por el Carlos Gradin, denominada “Cuadro Clasificatorio de los Motivos del Arte Rupestre Argentino”. Esta categorización fue completada en el análisis de formas desde un ángulo que interesaba a nuestro trabajo e intenta abordar el estudio del arte rupestre a partir del ángulo de la plástica o del arte a través de los conceptos: Abierto - Cerrado, Simetría- Asimetría, Dinámico - Estático, etc..

Nos apoyamos para ello en una de las corrientes teóricas dentro de la Historia del Arte. El Formalismo: que supone una revisión dialéctica contra el determinismo positivista (explicación del arte desde el medio o las condiciones materiales).

Dentro de esta reacción es importante la TEORÍA ESTÉTICA DE LA VISIBILIDAD FORMAL propugnada por Fiedler, donde se acentúa el valor de la forma representativa. Remarca el valor de las formas visuales, ópticas. Es difícil integrar a los tratadistas bajo el nombre de metodología formalista. Pero todos coinciden en buscar una explicación al hecho estético: de su aparición, diferencias, analógicas y las condiciones de su variabilidad en cada momento y en cada lugar, insisten en el análisis explicativo, descriptivo, de los cambios de las formas, colocan en segundo lugar, el medio, el contenido etc...10

En el aporte de esta metodología es importante: centrar su interés en la obra de arte, como hecho estético concreto y potenciar el valor de las formas como lenguaje.

10 FERNANDEZ ARENAS, José. 1984. Teoría y Metodología de la Historia del Arte. Anthropos Ed. del Hombre. Barcelona - España

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Para el análisis de los conceptos de códigos visuales tomamos la obra de Umberto Eco, La Estructura Ausente y de ella la Sección B, la mirada discreta (Semiótica de los mensajes visuales) para abordar el Arte Rupestre como código visual y nuestras especificaciones relativas a lo analógico y digital y el principio de complementariedad que articula ambos códigos11.

Convencidos de que por esta vía se podía captar una parte de la realidad que nos ofrece el arte de la Patagonia, no pretendemos, con este método, lograr una cronología ni una evolución de los mismos, como tampoco una significación exacta.

Sí pretendemos, a través de un exhaustivo análisis de las formas, detectar un discurso formal, encontrar sus componentes básicos, las muestras elementales, los principios ordenadores y de repetición que permiten su articulación.

También pretendemos revalorizar el grado particular de desarrollo de expresión plástica de este grupo, además, un ordenamiento que vaya de lo simple a lo complejo en tanto formal y su resolución técnica.

La coherencia encontrada, con estos parámetros utilizados, nos permitió de alguna manera un ordenamiento de las imágenes que en un principio se nos presentó caótico.

Estamos persuadidos que este arte es un contenedor simbólico, pero que por el estado actual de los estudios o las investigaciones no está a nuestro alcance dilucidar.

Creemos que éste debe ser un paso superador de nuestro trabajo, una aspiración para el futuro, convencidos de que estos modos de representación no pueden ser dejados al azar de una aproximación con tal o cual hecho etnográfico.

Selección de los Sitios. Etapa I

En una primera etapa se trabajaron los sitios de Colomichico, Chacay y Chaquiras ubicado al norte de la Provincia del Neuquén, en el Departamento Minas. Se tratan de sitios con petroglifos.

CONCLUSIONES TRANSITORIAS:

El arte rupestre del Departamento Minas aparece claramente abstracto en un 88 %, el mismo no representa un mundo fenoménico visible, sino quizás un mundo suprareal.

Si tomamos elementos del discurso formal y de alta frecuencia, como son la Línea y el Punto y como elementos relacionantes de lo que dimos en llamar “principios ordenadores” de “repetición”, de “paralelismo”, de “simetría” y de “angularidad” nos destacan su naturaleza conceptual y de alto nivel intelectual. Además es de destacar que estos principios se observaron en las representaciones particulares y en totalidades que

11 ECO, Umberto . 1968: La Estructura Ausente. Editorial Lumen. Italia.

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conforman una composición geometrizante del arte, y que nos permitiera ordenarlos en 12 grupos12.

12 VEGA, Teresa et. al.: “Profundización de los Aspectos Estéticos de Petroglifos y Pictografías de la Provincia del Neuquén”. Parte I y II. Universidad Nacional del Comahue y Legislatura de la Provincia del Neuquén. Neuquén - Argentina. 1999.

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La Arqueología, por su parte, sólo nos brinda un contexto sociocultural escaso - (Fernández, 1978). La hipótesis que maneja el autor es que “... se trata del arte de una población pastoril y también cazadora - recolectora intensiva, que realizaban los grabados durante sus períodos de ascenso estival, (...)” “...La mayoría de estos sitios (...), se hallan cubiertos por un manto de nieve varios meses al año”. (Gradin y Schobinger, 1985)13.

Y en cuanto a su origen, Fernández afirma el carácter “no patagónico” de este estilo de paralelas. Su origen hay que buscarlo en la zona Central de Chile (cuenca superior del río Cachapoal) (Fernandez, 1978)14.

En cuanto a su cronología, la misma está dada en forma relativa ya que el único indicador es el estado de deterioro de los petroglifos. (Gradin y Schobinger, 1985).

13 op. cit.14 FERNANDEZ, Jorge: “Corpus de Arte Prehistórico Neuquino”. Revista del Museo Provincial. Tomo I Año I. Arqueología. Neuquén 1978. Publicaciones de la Dirección de Museos de la Provincia del Neuquén.

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Fernández, conceptualiza el estilo de paralelas a partir de una constatación óptica de las mismas (Fernandez, 1978). Nosotros proponemos que tales motivos existen no sólo en un nivel real, sino también en un nivel de organización compositiva “virtual”.

Quien buscase por la variante de la no estructura formal, de lo no geométrico, lo ilógico, encontraría sobrada cantidad de elementos de análisis; nuestra matríz de datos da una preeminencia de estos factores formales no geométricos mayores pero tal vez el “estilo” no esté dado por la cantidad de representaciones, ejemplos, muestras sino por la calidad del logro.

Las “paralelas”, “simetría”, “angularidad”, son componentes conceptuales de una geometría euclidiana.

La “repetición” es el componente de la estructura psíquica, que posibilita, que el uso de todos estos conceptos sumados a los elementos formales, Punto y Línea, permitan la concreción de una actividad gráfica, plástica.

En el presente trabajo se trató de acotar a una serie de elementos primarios, comunes, desde la estructura a la parte y en otros casos de la parte a la estructura eserncialmente estéticos formales. Ahora bien, no se utilizaron elementos de análisis analógicos, culturales (alfileres, peines, escaleras de un palo), ni fitomorfos (de ramas rectas, de ramas onduladas), ni zoomorfos (de felino, tridígitos, de artiodáctilos, etc.) no se mezclaron contenidos con formas como surgen de la lectura de otros trabajos como “Los Petroglifos de la cordillera Andina de Linares” (Provincia de Talca y Linares, Chile) (Niemeyer, Hans y Weisner, Lotte, 1971)15, con el que podemos encontrar convergencias con nuestras clasificaciones de forma y los grupos de familias utilizadas por ellos en su metodología de sistematización y divergencias en cuanto a las categorías de análisis planteadas por nosotros.

Señalamos además, la calidad que el “estilo” tiene y que no está dado por la cantidad de representación, sino por la calidad del logro, en tanto formal, como por su realización técnica si consideramos, que todos los motivos estudiados fueron de petroglifos, realizados, por picado por percusión.

Con nuestro trabajo creemos habernos acercado a un tipo de arte que constituye una de las manifestaciones más importantes de los primeros habitantes que ocuparon la Provincia del Neuquén, y que ha llegado hasta nosotros.

El sólo hecho de dejarlo documentado habrá cumplido con uno de nuestros objetivos que es la difusión de su conocimiento por tratarse de un bien cultural perteneciente a todos los argentinos, teniendo en cuenta su conservación a través de los milenios es casi un milagro en un mundo donde las condiciones actuales de vida socioeconómica, conspiran de diversas maneras en contra de su buena conservación.

Selección de los Sitios. Etapa II

15 op. cit.

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Considerando que esta ponencia es parte de un trabajo de investigación mayor, sólo se abordarán, tres sitios con arte rupestres:

Arroyo Seco o Chenque Rayado (Núcleo Zápala) Abra Ancha (Subzona Aluminé) Estancia Huechahue (Subzona Lanín)

A.- La existencia de una importante cantidad de sitios con arte rupestre, algunos de

ellos ubicados en yacimientos arqueológicos científicamente estudiados.B.- La creciente afluencia de visitantes.C.- El creciente deterioro de los sitios.

CONCLUSIONES FINALES

Con la metodología que propusiéramos en la primera parte de nuestro trabajo, logramos a través de un exhaustivo análisis de las formas, detectar un discurso formal, como son, la Línea y el Punto, y como elementos relacionantes, lo que dimos en llamar” principios ordenadores” de “repetición”, “paralelismo”, de “simetría” y de “angularidad”.

Destacamos oportunamente, que estos principios se observaron, en las representaciones, tanto en formas individuales como en su conjunto que conforman, una composición geometrizante de este arte, destacamos además, la naturaleza conceptual, del Arte Rupestre de la Provincia del Neuquén.

Tratamos de acotar, a una serie de elementos primarios comunes, desde la estructura a la parte, y en otros casos de la parte a la estructura. Ahora bien, no se utilizaron elementos de análisis analógicos, culturales, (alfileres, peines, escaleras) ni fitomorfos (de ramas rectas, de ramas onduladas) ni zooformos (de felino, de dígitos etc..). No se mezclaron contenidos con formas.

En nuestra presente investigación, se incorporaron, no sólo sitios con petroglifos sino también con pictografías. Luego de un exhaustivo análisis visual de las imágenes y las técnicas empleadas, dedujimos lo siguiente: desde la concepción compositiva, esta técnica denotaba un alto grado de complejidad compositiva, que no se observaban desde su resolución formal. Las técnicas empleadas se basaron sólo en líneas y trazos relativamente simples; la cual no les exigió (a los autores de estos grabados y pictografías) mayores esfuerzos y habilidades en cuanto al empleo de las herramientas para confeccionar este arte.

En este sentido podemos nombrar sitios tales como Arroyo Seco, Huechahue y Quila Quina. (Todos ellos en la zona centro - sur de la Provincia del Neuquén).

En cambio en la zona norte (como Colomichicó, Chacay, Chaquiras) observamos lo contrario; un menor grado de complejidad compositiva y un alto grado de resolución formal.

Para afirmar lo expuesto, nos apoyamos, en los conceptos de Rudolf Arnheim (1), quien habla de un equilibrio físico y psicológico en el campo de la percepción

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visual y relaciona esta situación, con la estructura interna del individuo; la misma consiste en la incorporación de elementos de su experiencia, siendo ellos: la bipedia (sentido de lo vertical) y el horizonte (sentido de lo horizontal) y que en su intersección, aparecen, lo que damos en llamar ortogonales. Para nuestro método resultarán determinantes al permitir seleccionar direccionalidades, las que sólo tienen tres opciones posibles de desplazamiento: vertical, horizontal, diagonal u oblicua y curva.

A ésto sumamos otro aspecto experiencial del hombre, que consiste en la identificación de la disposición simétrica de “igualdad de formas” para la cual se remite en un eje y las equidistancias de puntos en relación al mismo. Esto explicaría, la recurrencia en la utilización de formas geométricas que experimenta en su percepción de la naturaleza.

De esta manera, nos aproximamos a una de las conceptualizaciones que consideramos de relevancia al momento de plantear nuestro marco teórico, la cual se refiere a la “relación de interioridad y realidad visible”. Nos estamos refiriendo a la interacción dialéctica entre el ser del artista y el mundo que lo rodea.

Desde el método de análisis formal, (no analógico), podemos llegar a describir caracteres formales que remitan a formas del mundo exterior, pero éstas, entendidas como direcciones y en unidades discretas opuestas y necesarias16. Este concepto nos resultará definitorio al momento de avanzar en la profundización de nuestro análisis de la percepción de lo estético formal del arte rupestre en estudio.

Podemos llegar a conjeturar, que todo este repertorio visual configura un código, que puede ser reducido a unidades discretas que para nosotros son: ortogonales (vertical, horizontal), diagonales - oblicuas; alto - bajo; corto - largo, curvas.

En relación a los valores el contraste es entendido como diferencia de valor (captación lumínica); en el campo visual el pasaje como igualdad de valor, que dará origen a lo que en la escuela gestaltica se comprende como: cerrado, abierto; claro, oscuro que con mucha frecuencia empleáramos en el estudio de los motivos.

Para el caso de las pictografías fue necesario remitirnos, a las estructuras del valor, lo que nos remite a colores cálidos (rojo, naranja, amarillo) y colores fríos: (violeta, azul y verde).

Nuestra estructura básica se resume así:

Lineal: ortogonal, diagonal, oblicua, alto, bajo.Valor: contraste, pasaje, abierto, cerrado, claro, oscuro.Color: cálido, frío.

16 WOLF, K.L. y KUHn, D. 1977. Formas y Simetrías. Tercer Cuaderno de Eudeba Bs. As.

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Estancia Huechahue: ubicado a 30 km. de Junín de los Andes y a la derecha de la Ruta Nacional Nº 237.

En esta muestra, encontramos el mismo módulo que se opone por una reflexión especular (a partir de un eje virtual).

Pero podemos apreciar un interesante dispositivo: el tratamiento de “ambigüedad”, que resulta así de la repetición de motivo entre la figura y el fondo.

A. Seco: Vemos aquí el tratamiento por separado del contenido y el continente, en posteriores trabajos con un solo cromo (rojo).

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E. Huechahue: Estructura muy similar a la anterior de A. Seco pero ya articulada la partición del plano.

A. Seco: El dispositivo de angularidad permitió construir, por disposición simétrica a un eje vertical, un motivo piramidal escalonado con un importante tratamiento a tres cromos rojo, blanco, amarillo, concéntricos a su vez, en una diferencia de escala (por extensión) del motivo (o módulo).

E. Huechahue: aquí el motivo es reflejado especularmente a un eje horizontal con tratamiento monocromo, produciendo un nuevo motivo.

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E. Huechahue

Aquí vemos el motivo como producto de una serie de operaciones que se ha complejizado, vislumbrándose la secuencia, y donde el motivo anterior se independiza.

En síntesis, estos son los elementos que entendemos como unidades discretas y que a su vez, nos permiten utilizar el principio de complementariedad antes mencionado.

Llegamos así, al concepto de “belleza” como la relación de las formas en un universo dado y que guardan una relación lógica entre sí, producto de una convención.

Si no estuviera este principio de articulación, no habría una estructura lógica producto de una convención que le permitiera al método formal funcionar como código, dándole a su vez un grado de belleza en el desarrollo de las imágenes.

Con respecto al estilo de grecas tanto Menghin (1957)17 como Rex González (1980), conceptualizan el estilo de grecas a partir de una constatación óptica de formas triangulares, rectángulos, rombos y cruces escalonadas, líneas almenadas y meándricas. “Estilo escalonado según Menghin”.

Nosotros proponemos que tales motivos desde lo formal se desarrollan entre paralelas reales o virtuales. Su estructura compositiva sigue siendo de paralelas por lo que no habría diferencias entre el estilo de paralelas y de grecas.

17 MENGHIN, O. 1957. “Estilos de Arte Rupestre de Patagonia”. En: Acta Prehistórica. v.I.PP.57-87.

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Con este tema se nos ha planteado un interesante debate en cuanto a una posible juventud de este estilo en relación al estilo de paralelas.

Esto estaría evidenciado por el alto nivel técnico observado en la ejecución de los motivos. “Los motivos básicos de este estilo están ejecutados con mano firme y segura, lo que revela una larga práctica en la ejecución de estos diseños”...

Menghin ubica este estilo como uno de los fenómenos más importantes del arte rupestre de Patagonia, lo considera de un “trazo exacto”.

Ambos autores consideran que este arte se desarrolla bajo influencias de una cultura avanzada. Lo relacionan con los más antiguos pobladores de la Patagonia septentrional (Tehuelches septentrionales) ya que se encuentran grecas en hachas ceremoniales y placas grabadas.

Por otra parte no aparece claro el grado de relación con los mapuches o araucanos que también presentan estos adornos en los tejidos aunque es factible una común influencia de las altas culturas de Perú y Bolivia.

Esta situación deja múltiples proyecciones para una futura investigación.

En cuanto a la antigüedad de estos estilos no está dicha la última palabra. Aunque por una razón de sistematización y estudio (a pesar de que los parámetros para esto no aparecen muy claros), se las ha agrupado en tres etapas fundamentales. La primera denominada como Arcaico Temprana que comprendería el estilo de “negativo de manos”, “motivos geométricos simples” y “escenas seminaturalistas”. La segunda etapa o intermedia que se caracterizaría por “la incorporación de la técnica del grabado y la aparición de otros motivos”. La última etapa o tardía presentaría una gran diversidad de modalidades pictóricas que estarían caracterizadas por “motivos geométricos y ornamentales” donde se incluiría el estilo de grecas.

Por otra parte Menghin toma la dominancia del color rojo oscuro como un valor diagnóstico para plantear una cronología y ubicaría su abundancia como una etapa más antigua. Completa esto con una caracterización formal de los motivos diciendo que las figuras regulares como triángulos, rectángulos, rombos, con escalonamiento constituirían los más antiguos; y a medida que estas se complejizan hasta constituír verdaderos laberintos irregulares con un espacio interior, nos pondría en presencia de su etapa más actual y más compleja.

Además del Análisis Formal, la Arqueología, sólo nos brinda información proveniente de sitios con fechados absolutos, cercanos a las localidades con arte rupestre, pero no del arte en sí. Sin embargo, nos dan una imagen aproximada de la antropodinamia y las ocupaciones humanas que se produjeron en la Provincia en épocas prohistóricas. Por ejemplo, a partir de las escavaciones de Fernández (1988 - 1990) en la cueva de Haichol podemos hablar de 7.700 años AP en cuanto a la antigüedad de las ocupaciones humanas. “Los materiales extraídos nos indican que los grupos se habrían adaptado a una subsistencia basada en la caza, en particular de guanaco, con recolección intensiva de piñones y también de huevos de ñandú y almejas fluviales...Otro cambio importante es la evidencia que para épocas tardías, siglo XVIII y XIX, había ya

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sociedades que eran pastoriles y que tenían un activo comercio de ganado con Chile” o las excavaciones en la Cueva de Epullán Grande de l0.000 - 7.000 AP. (Crivelli Montero et al MS y com. pers. e informe PREP l993 al CONICET). Estos trabajos que se realizan muy cerca de las cuevas con arte rupestre de ninguna manera nos permiten tomar estos parámetros para aplicarlos a las manifestaciones pictográficas y de petroglifos.

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