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    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011

    EL ARTE Y EL OFICIO DE REDACTARSIMPLIFICADAMENTE

    THE ART AND SKILL OF WRITING IN A SIMPLIFIED WAY

    Amador Esteban Navarrete Canales*Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicacin

    Recibido: 31 de agosto de 2011 Aceptado: 04 de octubre de 2011

    RESUMEN

    En toda actividad humana, nadie discute hoy que es indispensable lasimplicidad en la comunicacin. Y ms an en el nivel de la comunicacinescrita. Pero la comunicacin escrita tiene sus propias reglas, que exigen serobservadas con detenimiento y prolijidad. En todo caso, lo prudente es saberajustar este tipo de lenguaje a los distintos grupos y personas con los quetratamos de comunicarnos.

    Tal es el caso de la divulgacin o vulgarizacin cientfica y tecnolgica,donde tenemos la obligacin de ser concisos en el escrito a fin de que lasideas expuestas sean fcilmente captadas por el pblico lector. Por eso, hoyse da la necesidad y la exigencia de una redaccin simple o simplificada.

    Palabras clave: Claridad, corregir, divulgar, escribir, pensar, redaccinsimplificada.

    ABSTRACT

    In all human activity, nobody discusses that is essential the simplicity incommunication. And even at in written communication level. But, writtencommunication has rules, which require to be studied carefully. In any case,it is wise to know how to use this language to the different groups and peoplewith whom we try to communicate.

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    Such it is the case of technology and science popularization, where wehave an obligation to be concise in writing to that the exposed ideas wouldbe easily grasped by reader. So, there is the need and demand for a simple orsimplified language.

    Key words: Clarity, To correct, To publish, To write, To think, Simplicityredaction

    Del pensamiento a la palabra

    Aprender a redactar es aprender a pensar. Se trata, en verdad, de unaprendizaje muy personal, difcil, nico e intransferible, pues nadie ensea apensar como tampoco nadie ensea a escribir bien, estrictamente hablando.Se puede impartir normas para orientar el razonamiento metdico(pensamiento lgico), as como se dan normas para expresarse con correcciny cierta elegancia (estilstica), pero nada de ello es suficiente. Puede uno,incluso, conocer un manual de estilo y pese a ello redactar con muchadeficiencia.

    Normalmente, el que piensa bien, el hombre de mente organizada, quienpiensa con lgica, ha de escribir bien. Pero no siempre sucede as, precisanRen Fell y Gonzalo Martn Vivaldi (1967: 43).

    Escribir bien es un arte y un oficio. As lo anotan quienes han pasado porestos difciles menesteres y alcanzan luego brillante pluma. Es un arte porquese cultiva cada da y cada da se aprende ms, a partir de los propios errores,y conociendo y leyendo en realidad deleitndose y apropindose del secretode los grandes escritores; y es un oficio, casi artesanal, porque es una tareadura, azarosa, constante, que obliga a un esfuerzo personal por doblegarnuestros vicios al redactar, a la par que se deja de lado el ego y laautosuficiencia.

    La forma simplificada de divulgar

    Quienes nos adentramos como investigadores en materias de Ciencias, elDerecho, la Ingeniera, la Administracin, el Turismo, la Psicologa, lasComunicaciones o en cualquier otra disciplina tenemos la imperiosa necesidad

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    de escribir libros y artculos con el fin de darlos a conocer a la comunidadcientfica y al pblico en general, y para ello tenemos que valernos de larespectiva divulgacin.

    Y qu es la Divulgacin Cientfica? En palabras del bilogo y acadmicofrancs Jean Rostand, expuestas en la Casa de la Unesco, en Pars, al recibir elPremio Kalinga, el 21 de abril de 1960, consiste, lisa y llanamente, en hacerparticipar al mayor nmero posible de personas en la dignidad soberana delconocimiento, en velar porque la multitud reciba un poco de lo que constituyeel honor del espritu humano y no se mantenga al margen de la grandiosaaventura de la especie; en acercar a los hombres entre s en la lucha porreducir esa distancia tremenda aunque invisible: la ignorancia; en combatirel hambre espiritual y la consiguiente falta de desarrollo, proporcionando acada uno una racin mnima de caloras espirituales (Calvo, 1977: 90).

    En sntesis, la divulgacin cientfica tiene la finalidad de integrar en cadaser humano una imagen del mundo e incorporar a su lenguaje los conceptosde la moderna ciencia, a travs de diferentes medios que la propia ciencia yla tecnologa ponen hoy a su servicio.

    El trmino Divulgar equivale a reivindicar la palabra vulgarizar, que algunoscalifican peyorativamente, a decir del profesor Calvo Hernando. Por elcontrario -anota- vulgarizar significa poner a disposicin de todos lo que, deotra manera, quedara reservado a unos pocos iniciados, en una raznexcluyente y cerrada.

    Su objeto agrega no es permitir que el beneficiario (el pblico comn ycorriente) utilice por s mismo las tcnicas o los conocimientos que se ledescriben, ni que domine todas las temticas y los vocabularios, sino darleuna idea adecuada de los progresos de la sabidura, una actitud abierta frentea la investigacin y los investigadores, y ofrecerle la posibilidad de tratar decomprender, por lo menos, el sentido de una invencin o un descubrimientode actualidadLa vulgarizacin es una pedagoga para adultos con susparticulares exigencias y servidumbres (Calvo, 1977: 93).

    La divulgacin o vulgarizacin escrita no es lo mismo que un tratamientovulgar del lenguaje sino saber utilizar el lenguaje cientfico, pero obligndonos

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    a ser concisos, simples, utilizando para ello la redaccin simplificada, a fin deque las ideas expuestas sean fcilmente captadas.

    En el campo de la ciencia en general no se puede ni se debe hacer literatura,tal como se entiende esta, tambin, de forma peyorativa. La literatura esexpresin de esttica (belleza) en cuanto al manejo de la lengua; recrea yeleva el espritu a las cimas del arte, e incluso contribuye a dar mayorcontenido a las aspiraciones humanas. En la difusin de la ciencia, el lenguajetiene otra funcin y otra finalidad: se mueve en un nivel distinto, quiere dara conocer aquello que se ha descubierto y que significa un avance endeterminada disciplina.

    Lo primordial: La claridad

    Lo primero que debemos buscar en cualquier escrito es la Claridad. Yaqu viene el asunto: qu nos impide ser claros?. Este es un problema dedisciplina, de esfuerzo continuado; un problema cuyas races debemosbuscarlas, necesariamente, en el propio hogar, en la escuela, en el fenmenosocial de grupos carentes de tradicin cultural y que requieren dejar atrs laignorancia y la pereza, cuando no el desnimo.

    La claridad en el estilo es innata. Se aprende a base de constancia, dededicacin, de tratar de mejorar el texto siempre, de autocorregirnos y dedejar que otros nos corrijan. Se es claro cuando escribimos gracias a ladisposicin natural que cada uno tiene como un don inherente a su persona.Por eso, se le dice al novato en periodismo que no se le ensea a redactar,como no se le ensea a pensar, cual si se tratara de una simpe actividadartesanal o de invocar una frmula mgica. Para expresarse con propiedad yen un estilo difano debe haber una disposicin innata. Si ello se da, si elmaterial humano est dispuesto, si la arcilla se deja moldear por el alfarero,entonces las normas gramaticales, de morfologa y de sintaxis, de composicin,y de ortografa y puntuacin son capaces de mejorar el estilo, de perfeccionarnuestro escrito y tambin nuestro hablar. Pero esto -reiteramos- es unaprendizaje lento, duro, continuado, reflexivo.

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    Y aqu viene en nuestra ayuda el maestro Azorn, quien citando unmemorable dilogo1 sostenido con Jacinto Bejarano, prroco de una perdidavilla de vila (Espaa), anota que:

    La claridad es la primera calidad del estilo. No hablamos sino para darnosa entender. El estilo es claro si lleva al instante al oyente a las cosas, sindetenerle en las palabras.

    Azorn: Que cmo ha de ser el estilo? Mirad la blancura de la nieve de lasmontaas, tan suave, tan ntida; mirad la transparencia del agua de esteregato de la montaa, tan limpia, tan difana. El estilo es eso: el estilo noes nada. El estilo es escribir de tal modo que quien lea piense: Esto no esnada. Que piense: esto lo hago yo. Y que, sin embargo, no pueda hacereso tan sencillo -quien as lo crea-, y que eso que no es nada sea lo msdifcil, lo ms trabajoso, lo ms complicado

    Bejarano.- La cualidad de simple en punto de estilo no es trmino dedesprecio, sino de arte. El estilo simple no tiene menos delicadeza ni menosexactitud que los dems. De todos los defectos del estilo, el ms ridculoes el que se llama hinchazn.

    Azorn.- Todo debe sacrificarse a la claridad, menos la claridad misma.

    Bejarano.- Otra cualquier circunstancia o condicin, como la pureza, lamedida, la elevacin y la delicadeza, debe ceder a la claridad. Ms vale sercensurado por un gramtico que no ser entendido. Es verdad que todaafectacin es vituperable; pero sin temor se puede ser claro.

    Azorn.- La nica afectacin excusable ser la de la claridad.

    Bejarano.- No basta hacerse entender; es necesario aspirar a no poderdejar de ser entendido.

    Azorn.- S, lo supremo es el estilo sobrio y claro. Pero cmo escribirsobrio y claro cuando no se piensa de ese modo?. El estilo no es cosa

    1 Dilogo tomado del Manual de Redaccin Periodstica (pg: 101-103) del profesor y periodista JorgeAugusto Jimnez Villacorta.

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    voluntaria, y esta es la invalidacin de la inutilidad -relativa- de todas lasreglas.

    Bejarano.- El estilo es una resultantefisiolgica. Cuando el estilo es oscurohay motivos para creer que el entendimiento no es neto.

    Azorn.- Recomendamos la sencillez y tornamos a recomendarla. Qu esla sencillez?. La sencillez, la difcil sencillez, es una cuestin de mtodo.Haced lo siguiente y habris alcanzado de un golpe el gran estilo: colocaduna cosa despus de otra. Nada ms; eso es todo. No habris observadoque el defecto de un orador o de un escritor consiste en que coloca unascosas dentro de otras, por medio de parntesis, de apartados, de incisos yde consideraciones pasajeras e incidentales?. Pues bien: lo contrario escolocar las cosas -ideas, sensaciones- unas despus de otras

    Dejemos el dilogo de Azorn (seudnimo de Jos Martnez Ruiz: 1873-1967), eximio miembro de la Generacin del 98 espaol, para seguir a otrogran escritor: el acadmico francs Andr Maurois2 (1885-1967), quien con laclaridad y la precisin del siguiente artculo: El Arte de Escribir, nos brindaconsejos magistrales para aprender a redactar en forma simple:

    Usted quiere aprender a escribir. Tiene razn. De nada sirve tener las ideasjustas si uno no sabe expresarlas debidamente. Ni las palabras, ni la elocuenciamisma, son suficientes, porque las palabras se desvanecen. Un escrito perdura:aquellos a quienes va dirigido pueden volver a leerlo, meditarlo. Queda paraellos como una imagen del autor. Una relacin readaptada, bien escrita, esten la base de ms de una gran carrera.

    Para escribir bien hay que poseer cultura. No es necesario estar al corrientede la literatura ms moderna. Es mejor el conocimiento de los grandes clsicos,que suministra citas y ejemplos, e introduce a una asociacin secreta ypoderosa, esta misteriosa francmasonera de los hombres cultivados que unoencuentra tan frecuentemente entre los mdicos, los ingenieros y los escritores.Sobre todo, la cultura nos da vocabulario. Uno no escribe con los sentimientos,sino con las palabras. Usted debe conocer suficientes de ellas y haber

    2 El Arte de Escribir de A. Maurois ha sido tomado del diario Clarn de Buenos Aires.

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    penetrado su sentido exacto. De lo contrario las emplear inadecuadamentey el lector no le comprender.

    La Academia Francesa pasa una sesin entera definiendo tres o cuatropalabras. Esto no es jams tiempo perdido. Por falta de un lenguaje preciso,todo un pueblo puede ser lanzado en prosecucin de objetivos vagos que nomerecen ser perseguidos. Por lo tanto, busque en los diccionarios -y sobretodo en el Littr- que le darn ejemplos preciosos. Cada vez que usted ignoreel sentido de una palabra, bsquelo. Lea a los grandes autores. Vea cmo,con las palabras que usa todo el mundo, l sabe crear un estilo. Culesautores? Molire, el cardenal de Retz, Saint Simon, Voltaire, Diderot,Chateaubriand, Hugo. Ensaye a descubrir el secreto de cada uno de ellos ylas fuentes de su maestra.

    No ensaye usted tener un estilo. Ya vendr solo si usted se forma a la vezun rico vocabulario y fuertes pensamientos. Aquello que uno concibe bien seenuncia claramente.

    Gurdese de lo rebuscado y lo pedante. Nada echa ms a perder un estilo.Diga simplemente lo que tenga que decir.

    Valry ha dado este consejo: De dos palabras, hay que escoger la menor.Es decir, la menos ambiciosa, la menos ruidosa, la ms modesta. Prefierasiempre la palabra concreta que designa los objetos, los seres, a la palabraabstracta. Los hombres, viene mejor que la humanidad, tal hombre, esmejor que los hombres. Las palabras abstractas son tiles, aun necesarias,pero pronto hacen que el lector vuelva a lo concreto. Con las palabrasabstractas uno puede probarlo todo, pero no realizar nada.

    Prefiera el sustantivo y el verbo al adjetivo. Ms tarde aprender a manejareste como lo han hecho Chateaubriand y Proust, pero esto es difcil.

    El filsofo Alain, que fue un gran profesor, dio este consejo: Reducid lospreparativos al mnimo. Es decir, no os preguntis por largas horas Cmocomenzar?, sino comenzad. La primera frase sugerir la siguiente. Lospensamientos se desarrollarn unos tras otros. Si queris una trama, noavanzaris jams. Si esperis inspiracin, esperaris en vano. La inspiracinnace del trabajo.

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    Stendhal deca que l tena que escribir cada maana, genio o no genio,y el antiguo autor Plinio expres Nulla dies sine lnea (Ni un da sin unalnea). Si uno no se propone sentarse cada da en su escritorio, no para soar,sino para trabajar, si uno se permite pensar: esta maana no me siento bien,estoy indispuesto, en la maana los trabajos son difciles, entonces estperdido. Al da siguiente hallar una nueva excusa y la vida pasar entre laharaganera y el fracaso.

    Podremos dominar las dificultades de lenguaje y estilo, descubrir la frasepor una palabra familiar? S, porque se habr adquirido a la vez el gusto y laautoridad necesarios.

    Los grandes escritores tienen sus vulgaridades intencionales, los grandesembajadores escriben sus informes humorstica y brutalmente concretos. Hayque tratar de imitarlos, de obtener su experiencia y su talento.

    No hay que atraer la atencin, sino por la precisin vigorosa de lasfrmulas, por el ajuste perfecto de las frases a las ideas, por una brevedadcompacta y plena. En fin, hay que guardarse, mientras no se sea un maestro,de las frases largas. Bossuet las usa, pero l era Bossuet. Cuando el seorCaillaux era presidente del Consejo, le dijo a su jefe de gabinete, cuyo estilole pareca ampuloso: Esccheme, una frase francesa se compone de unsujeto, un verbo y un complemento directo, eso es todo. Y cuando necesiteun complemento indirecto, venga a buscarme.

    Us as una exageracin graciosa y oportuna. Pero, en el fondo, era verdad.

    Anotaciones a los textos de Azorn y Maurois

    Las palabras no solo se desvanecen. Tambin se gastan y pasan al olvidoporque, como todo en la vida, nacen, crecen, se reproducen y hasta mueren.En realidad, lo que ms sorprende es que la lengua se vaya creando y re-creando en el habla popular -y no en el gabinete de los acadmicos, quienesfinalmente se limitan a sancionar los vocablos y a darles legitimidad-, segncertero comentario escuchado al Director de la Real Academia Espaola (RAE),Vctor Garca de la Concha.

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    Esa es la razn de que tenga que renovarse cada cierto tiempo el Diccionariode la Real Academia Espaola (DRAE), incorporando nuevos vocablos. Apropsito, cabe saludar la reciente aparicin de la Nueva Gramtica de laLengua Espaola, tambin publicada por la RAE, que acoge por primera vezel hablar propio del castellano en Espaa y el riqusimo aporte de nuestrastierras americanas, en un idioma en el que ya se expresan ms de 500 millonesde personas en todo el mundo. Smese a todo ello la destacable labor delInstituto Cervantes, dedicado a la difusin del idioma castellano, que cadavez tiene mayor acogida y difusin, incluso en urbes cosmopolitas comoNueva York, Pekn, Berln y Ro de Janeiro.

    En cuanto al Estilo, el director de la Agencia espaola EFE, lex Grijelmo(2002: 299), expresa que: en realidad, toda persona que escriba mostrarnecesariamente un estilo, bueno o malo. Igual que tendr una letra y unafirma peculiares. Por ello, podemos establecer en primer lugar una divisinentre estilos correctos e incorrectos; y, despus, literarios o no literarios. Asu vez, Paul C. Jagot (1973: 15) refiere que: la originalidad, la elegancia y lariqueza del estilo necesitan de la personalidad, el gusto y la cultura. Todo elloes necesario para crear expresiones inditas, giros personales y usar con tientodel vocabulario.

    Sobre la referencia a la Cultura -en que coinciden Maurois y Azorn-,entendmosla en su sentido ms amplio: como valiosa creacin humana y delegado invalorable y universal para la humanidad. Absorber la cultura delpasado y el presente, propia y ajena, nos sirve como gran almacn al queacudimos cuando necesitamos expresarnos, especialmente por escrito. Esteesfuerzo por apropiarnos de la cultura, como uno se apropia del paisaje,segn precisa scar Mir Quesada de la Guerra (Racso, 1965), es lo que noshace verdaderamente cultos:

    La cultura conquista bienes y otorga derechos a cosas que no se logranpor la va de la prepotencia material. Emerson la ha expresado diciendo, mso menos as:

    El terrateniente es propietario de la hacienda, el burgus del jardn, elbarn del bosque, el industrial del molino, pero ninguno es dueo del paisaje;a tanto no les da derecho sus ttulos de propiedad: el paisaje es de quien sabeverlo.

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    S, el paisaje es de quien sabe verlo, de quien capta el valor esttico, dequien intuye la belleza. Y esta capacidad es personal, reside en la culturapropia de cada uno; en su ser intrnseco; en lo que es considerado en smismo, en su espritu. Y no se compra con dinero; ni se alcanza con honores,ni con figuracin poltica ni encumbramiento en la buena sociedad. Pobre oacaudalado, conocido o annimo, influyente o desvalido, quien sabecontemplar el paisaje es su dueo, est donde est, sea quien sea, parezca loque parezca. Y estos bienes son de noble adquisicin, los otros, los materiales,los econmicos, pueden ser frutos del engao, del egosmo, de la perfidia, dela deslealtad, los bienes culturales jams. Se adquieren por espiritualsuperacin, por el perfeccionamiento moral

    Cuando Andr Maurois indica que por falta de un lenguaje todo un pueblopuede ser lanzado en prosecucin de objetivos vagosse est refiriendoimplcitamente a la manipulacin del lenguaje, propia de algunos polticosde segunda laya, que tratan de embaucar a los ingenuos. Al respecto, elmaestro espaol Alfonso Lpez Quints (2001: 140 y ss.) anota que cuando setrata de imponer a la fuerza una idea o se lanza sutilmente una ideologa loprimero que se manipula o artificia es el lenguaje.

    Siendo francs, Maurois cita a renombrados escritores a los cuales solopodemos acceder mediante traducciones si no dominamos el idioma galo.Pero en el castellano tenemos ejemplos de insignes escritores y poetas a losque podemos acudir: Cervantes, el primero; Unamuno, Ortega y Gasset,Juan Ramn Jimnez, por mencionar algunos espaoles. Y en nuestrocontinente quin no se deleita leyendo a Garca Mrquez, Vargas Llosa, CiroAlegra, Cortzar, Fuentes, Rulfo, Arguedas... Y entre los poetas de Espaa yestas tierras a Jorge Manrique, Fray Luis de Len, Teresa de vila, Machado,Garca Lorca, Vallejo, Neruda, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni

    Al escribir hay que ser sencillo y claro, como nos aconsejan Azorn yMaurois. Muchas veces a travs del escrito queremos brillar y despertaradmiracin, mediante el uso de trminos rimbombantes y la argumentacindemasiado recargada en la frase y en el contenido, que simplemente no dicennada y que en el fondo nos hacen caer en la cursilera cuando no en lachabacanera y hasta en la vulgaridad.

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    Recordemos que la mxima aspiracin de quien escribe es que lo lean y locomenten. Nadie escribe para no ser ledo o para refocilarse solitariamente.

    Corregir, siempre corregir

    Autocorregirse es un ejercicio siempre recomendable para quien quierapulir su escrito y mejorarlo. La autocorreccin ayuda a ser severo crtico deuno mismo, contribuye a encontrarse fallas, y para ello debe leerse y releerseel texto tantas veces hasta quedar satisfecho con la versin final. A la par,quien escribe y quiere mejorar su escrito debe aceptar las crticas y correccionesde otras personas, pues en este menester no siempre se tiene la razn.

    En el Periodismo hay una mxima que ensean los veteranos cronistas:todo texto puede ser mejorado, incluso el que ya est publicado y que nosparece el smmum del relato. Aunque debemos buscar la excelencia, tampocodebemos de pecar de perfeccionismos, que a nada conducen. Recordemos,que todo periodista trabaja contra el tiempo y que este es el mejor acicate, elmejor estmulo, para producir y producir bien.

    Gonzalo Martn Vivaldi (1986: 164) seala que: para conseguir un estiloconciso y denso, hay que saber tachar. El principiante en el arte de escribirsuele caracterizarse por el exceso de modificativos en sus escritos; redactacon cierta confusin porque carga los prrafos con multitud de frasesmodificativas (subordinadas o de segundo orden), que muchas veces no sonnecesarias para la comprensin del pensamiento principal.

    La norma que conviene seguir -anota este periodista espaol- es no romperla unidad de la frase o perodo y colocar el inciso modificativo, la expresinque cambia el sentido de lo que expresamos, donde menos estorbe a la claridaddel pensamiento: es decir, procurar que sea lo menos inciso posible, para queel pensamiento fluya sin interrupciones embarazosas.

    Precisemos este aprender a corregir y autocorregirse con un escrito quelleg a nuestras manos. Se trata de un artculo titulado Para una Evaluacinde la Justicia en Desarrollo como Libertad de Amartya Senn.

    (versin original) Sen destaca el hecho que el enfoque basado en elbienestar halla en este aspecto del utilitarismo una de sus races, pues si

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    bien el enfoque consecuencialista del utilitarismo nos lleva a actuar y elegirde acuerdo a la consecuencia esperada, es por tener a la utilidad comoconsecuencia esperada que el utilitarismo ha ido construyendo la sociedaddel bienestar, y sta ser realmente de bienestar si otorga al hombre lautilidad esperada

    (correccin) Amartya Sen destaca el hecho de que el enfoque utilitarista,basado en el bienestar, halla en este aspecto una de sus races. Ahora bien,si el enfoque consecuencialista del utilitarismo nos lleva a actuar y elegirde acuerdo a lo esperado es por tener -dentro de su concepcin- comoparadigmas a la utilidad y a la sociedad del bienestar que ha idoconstruyendo para el hombre, con la correspondiente utilidad esperada

    Con la debida correccin, todo el prrafo gana en precisin, enargumentacin y en ritmo. Adems, la certera puntuacin ayuda a laclaridad del pensamiento enunciado y evita redundancias innecesariasque, incluso, pueden llevar a pensamientos vagos u oscuros, cuando no aexpresar todo lo contrario de lo que queramos decir.

    Una semblanza ejemplar

    En el Periodismo, donde nace y abunda la redaccin simplificada, llama laatencin la precisin vigorosa de la frase, el buen manejo del idioma y,especialmente, cmo es que un buen redactor -en este caso Humberto CastilloAnselmi y su notable semblanza del General De Gaulle en su visita a Lima,1964- despierta el inters del lector y lo captura hasta la ltima lnea:

    CHARLES DE GAULLE, HOMBRE SOLEMNE, ALTO, ARROGANTE

    As es De Gaulle: Un hombre solemne, de faz adusta, imponente estampa.

    Alto, de ojos pequeos y fulgurante mirada, tiene el rostro de esfinge y lavoz de trueno.

    Gesticula con aparente nerviosismo, mueve sus largos brazos lentamente,como aspas de molino.

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    Ayer apareci por primera vez ante los ojos del Per, vestido con su gloriosouniforme de legendario soldado vencedor de cien batallas, surgi tras laportezuela del avin, medio desconcertado y, al agacharse para ganar laescalerilla, se golpe en la frente, levemente.

    Descendi lentamente, por las escaleras, despus de saludar militarmente.Ya en suelo peruano, camin a grandes trancos, con firmeza,parsimoniosamente.

    De Gaulle dirigi su mirada al pabelln e irgui, con arrogancia, el cuerpo.

    Ese era De Gaulle, el Presidente, el libertador de Francia, el lder de unpueblo que sac a Francia de la humillacin de la derrota en la SegundaGuerra Mundial, el hroe, el soldado.

    Durante el intenso trajn que tuvo que realizar ayer, el presidente de Franciase comport ceremoniosamente, sin gestos espectaculares.

    Cuando estuvo en el aeropuerto, con el presidente Belaunde, permaneciserio, impasible. Escuch el discurso de bienvenida del Jefe de EstadoPeruano sin inmutarse. Apenas si tamborile, con sus largos dedos, sobresu uniforme.

    Cuando habl, lo hizo moviendo, levemente, la mano derecha y abriendoy cerrando los pequeos y vivaces ojos claros.

    En el hall del aeropuerto, cuando salud a las misiones extranjeras y arepresentantes del gobierno peruano, hizo gestos y ademanes diplomticos.

    Despus, a lo largo del serpenteante recorrido por las calles de Lima, saluda la gente casi sin sonrer.

    Pero la emocin hizo presa de este viejo y legendario soldado cuando, depie sobre el automvil descubierto, provoc el delirio del pueblo.

    All, bien plantado sobre el piso del automvil, respondi a los gritos dejbilo, a las ovaciones, al estallido de entusiasmo, agitando gravemente elbrazo derecho con los dedos de la mano estirados.

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    Una moderada sonrisa iluminaba su rosto plido y sudoroso.

    Merci, merci, merci, (gracias, gracias, gracias) repeta rtmicamente.Sonrea, mostrando apenas la fila de los dientes inferiores. La mscara eraenrgica. A veces echaba la cabeza hacia atrs con bruscos movimientosque componan una expresin de severidad o de sorpresa.

    Tras el largo recorrido, al llegar a la Plaza de Armas, De Gaulle estabacansado. En el mismo auto descubierto, ingres a Palacio de Gobierno.

    Descendi del vehculo y subi, paso a paso, las escaleras alfombradas.Arriba, lo esperaba Carito Belaunde. Entonces su sonrisa se hizo radiante.Dedic algunas frases galantes a la hija del Presidente y, despus de dirigiruna rpida mirada a quienes lo haban acompaado, penetr al interior.

    Hasta all, De Gaulle haba mostrado una personalidad llena de solemnidad,perturbada en ocasiones por la emocin.

    Pero ms tarde, cuando hizo frente a la multitud en la Plaza de Armas ycuando apareci en el balcn de la Municipalidad, surgi el desafianteconductor de un pueblo.

    Alz los brazos en V y salud espectacularmente a la gente que lo vitoreaba.

    En el balcn municipal recibi la Medalla de la Ciudad de manos de Bedoyay escuch, atentamente, las palabras del alcalde de Lima, mirndolo caraa cara.

    Cuando recibi la Medalla de la Ciudad, mostr la insignia al pueblo, conaparente orgullo.

    Fue en el discurso que pronunci desde el balcn cuando dio a conocersu fibra, su temple, sus maneras grandiosas, sus calidades de hombrepredestinado por la historia, tal como l mismo suele considerarse.

    Con los pies aposentados firmemente sobre el piso, De Gaulle ley eldiscurso en castellano. Su voz sonaba potente, casi estruendosa, unvozarrn que se extenda, con lenta entonacin y graves modulaciones,por toda la plaza.

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    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011

    La mano derecha vivaz, los gestos secos, imperiosos, barran como unvendaval, con todas las emociones.

    Durante su primer da de permanencia en Lima, De Gaulle visti su beigeuniforme de soldado: Camisa blanca, corbata negra de pequeo y apretadonudo, medias negras, zapatos de cuero de punta ovalada y kep beige. Elpantaln era de boca ancha con gruesas franjas laterales color caf.

    En su pecho, resplandecan solo dos condecoraciones: La Cruz de Lorenay la de la Legin de Honor.

    En el dedo anular de su mano derecha, llevaba su aro de matrimonio decolor amarillo y en la mano izquierda, un reloj de oro con correa de cueronegro. Pequeos gemelos, tambin de oro, ajustaban los puos de la camisa.

    Hombre adusto, tieso, impertrrito, De Gaulle tuvo, sin embargo, algunoschispazos de buen humor. Hizo algunas bromas que pocos captaron y, alreferirse al discurso que haba pronunciado en castellano, dijo: Ojal quelo hayan entendido.

    ltimo sobreviviente de los grandes personajes que lideraron el mundodurante la ltima guerra mundial, De Gaulle fue visto por los limeos, ensu primera confrontacin popular, como un trozo de la historia de Francia,como la imagen rediviva del guerrero de las grandes hazaas, como elquijotesco hombre que enfrent con bros, todas las borrascas.

    Al final de la jornada, cuando la gente desocupaba la plaza, un estudiantesanmarquino dijo: De Gaulle parece haber sido creado para personificara Francia.

    Esta semblanza es un modelo de cmo el periodista demuestra su fina ydetallista observacin, cmo describe a un personaje histrico y su entorno,y cmo abunda en metforas, porque as lo exige el texto. Todo ello trasuntael acopio de amplia documentacin y cultura, y adems prueba palpablementeque la redaccin simple o simplificada puede llegar, incluso, a escritos decierta belleza literaria.

  • AMADOR ESTEBAN NAVARRETE CANALES180

    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011

    Una pasin en los blogs

    Tal como se ha despertado en el mundo un inters inusitado por leer lasaventuras de Harry Potter, y cuando docentes y padres de familia creamosque los videojuegos llenaban todo el ocio no creador de los infantes, depronto nos sorprende que se haya desatado una pasin por escribir en la redy todo gracias a los jvenes blogueros -y a los no tan jvenes- que quierencomunicarse y abrirse al mundo, seguramente ante tanto ruido y tantaincomunicacin en la familia y en la sociedad.

    Nos ha llamado la atencin, por ejemplo, los consejos que se brindan pararedactar y que se denominan: Normas para escribir bien; 4 reglas para escribirmejor; 8 tips para escribir mejor; 16 reglas para escribir bien y que te entiendanmejorY otros ttulos semejantes, pero el denominador comn es que todosapuntan a que se debe escribir con correccin, all precisamente (en la red)donde se violan todas las normas del idioma y se escriben chapuzas oinsignificancias, como dicen en la Madre Patria. Abordando este aspecto, elprofesor y periodista espaol Juan Cantavella Blasco (2010: 22) admite losaspectos positivos de los blogs, pero anota que detrs de esa apreciacin:hay que reconocer que muchos son de nfima calidad y de que solo unospocos destacan por encima de la mediocridad reinante. Suponemos que conel tiempo se irn depurando e irn desapareciendo los de menor vala, parapermanecer los que ofrecen unos contenidos dignos, densos y atractivos.

    Un bloguero, que no se identifica pero s seala que proviene de Aldala -est al lado de Valencia, segn precisa-, da ciertos consejos prcticos en:

    Normas para escribir bien

    (en bromas, entre jvenes blogueros)

    Aqu os dejo unas pequeas normas para aprender a escribir bien

    1. Lo primero es conoser vien la hortografia.2. Cuida la concordancia, el cual son necesaria para que no caigan en aquellos

    errores.3. Y nunca empieces por una conjuncin.

  • 181EL ARTE Y EL OFICIO DE REDACTAR SIMPLIFICADAMENTE

    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011

    4. Evita las repeticiones, evitando as repetir y repetir lo que ya has repetido.5. Usa; correctamente. Los signos: de puntuacin.6. Trata de ser claro; no uses hierticos, hermticos o errabundos

    gongorismos.7. Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe parecer

    equivocndose, abusando de los gerundios.8. Correcto para ser en la construccin, caer evite en transposiciones.9. Si parles y escrius en castellano, O.K.10.Por amor del cielo!, no abuses de las exclamaciones.11.Es importante usar los apstrofos correctamente.

    Claro que la ventaja de escribir en un blog consiste justamente en que setrata de una escritura sencilla, de tipo coloquial, casi como si estuviramoscharlando. Sin embargo, debe reconocerse que estamos ante una realidadgratificante: los mejores blogs son aquellos que estn bien escritos, que sonclaros, que saben transmitir un mensaje, y, obviamente, que son escritos poraquellos que saben de qu estn hablando.

    Resumiendo

    En sntesis, para mejorar la expresin escrita y redactar con claridad -ysimplificadamente- se dan las siguientes normas:

    1) Tracmonos un plan. No hacerlo es signo de impotencia o de ignorancia.Porque puede ser que se quiera desarrollar un tema, pero no se sepa dequ se trata.

    2) Sigamos un orden lgico; a lo que debe sumarse la precisin de los hechos;y la claridad en la exposicin y en todo el relato. El orden lgico es unproblema de la inteligencia. Hay que trabajar con prudencia y discrecin,que -como dira Pascal- son problemas del corazn y forman parte de lascosas que se sienten, que se viven y que se expresan.

    Como esquema general de la redaccin simple o simplificadarecomendamos usar: a) palabras cortas, b) oraciones cortas, c) prrafoscortos.

  • AMADOR ESTEBAN NAVARRETE CANALES182

    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011

    3) Recordemos que lo ms difcil es comenzar. Siempre hay que proceder enorden. Hagamos la presentacin o introduccin, en que expondremos loque se va a decir. Realicemos un pequeo inventario de las ideas principalesque se van a presentar, y a continuacin, las ideas secundarias. Por ltimo,los comentarios, las sugerencias y, finalmente, las conclusiones.

    Debemos tener en cuenta que la conclusin es decisiva: si es demasiadolarga, poco precisa o demasiado oscura, corremos el riesgo de fatigar al lector,quien enseguida nos abandonar.

    En realidad, resumamos en pocas palabras lo que se ha dicho en el cuerpoprincipal del escrito. Y para ello recordemos esta mxima: pensemos siempreen el lector para el que escribimos. Un resumen corto y bien hecho nos puedeayudar a ofrecer un abanico de posibilidades y soluciones donde el lectorpuede escoger. En fin, en la conclusin tendamos a condensar el todo enalgunas frmulas simples para beneficio de quien nos lee.

    ReferenciasFell, R. & Vivaldi, M. (1967). Apuntes de Periodismo, presente y futuro de una profesin. Paraninfo. Madrid.Calvo Hernando, M. (1977). Periodismo Cientfico. Paraninfo. Madrid.Cantavella, J. (2010). La Comprometida Pervivencia del Artculo Literario. Revista Cultura N 24. Asociacin de

    Docentes de la Universidad de San Martn de Porres. Lima.Castillo, H. Charles De Gaulle, hombre solemne, alto, arrogante. (25 de setiembre de 1964, fecha en que se public la

    semblanza en el diario Correo de Lima). El texto ha sido transcrito de: El Libro Diario del Periodista, publicado porla Asociacin Nacional de Periodistas (ANP), en julio de 2002.

    Grijelmo, A. (2002). El Estilo del Periodista. Taurus. Madrid.Jagot, P. (1973). La Educacin del Estilo, mtodo prctico para adquirir facilidad de redaccin y de estilo. Iberia S.A.

    Barcelona.Jimnez, J. A. (1985). Manual de Redaccin Periodstica. Redaccin Eficaz o Simplificada. Editorial Universitaria San

    Martn de Porres. Lima.Lpez Quints, A. (2001). La Tolerancia y la Manipulacin. Rialp S.A. Madrid.Maurois, A. El Arte de Escribir. (21 de abril de 1964, fecha de reproduccin del artculo por el diario Clarn de Buenos

    Aires). Disponible en: http://www.hildalucci.com.ar/Maurois.phpNormas para escribir bien (en bromas, entre jvenes blogueros). Disponible en http://www.vagos.es/showthread?t=444702RACSO (scar Mir Quesada de la Guerra). Erudicin y Cultura, 7 de noviembre de 1965. Artculo periodstico

    reproducido en la edicin dominical del Sesquicentenario del diario El Comercio de Lima, el 7 de mayo de 1989.Vivaldi, G. M. (1986). Curso de Redaccin, del pensamiento a la palabra. Paraninfo. Madrid.

  • 183EL ARTE Y EL OFICIO DE REDACTAR SIMPLIFICADAMENTE

    ISSN: 1817-0288* [email protected] Cultura: Lima (Per) 25: 165-182, 2011