El Asesoramiento Psicopedagógico

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El asesoramiento psicopedaggico: una perspectiva constructivista.Eulalia BassedasPertenece al Servei Municipal d.Assessorament Psicopedaggic (SEMAP) de Sant Boi de Llobregat, Barcelona.Reflexiones sobre la intervencin educativa en la institucin escolar y en el proceso de enseanza-aprendizaje, realizada por el Equipo Psicopedaggico Municipal de Sant Boi de Llobregat (Barcelona). El planteamiento pedaggico se basa en el paradigma constructivista y en la teora general de sistemas. A continuacin, se estudian la concepcin del aprendizaje escolar y el anlisis sistmico de la institucin. Asesoramiento psicopedaggico, constructivismo, Psicologa y educacin, teora general de sistemas.La figura del profesional que trabaja en el seno de un equipo pluridisciplinar, cuyo mbito de actuacin es principalmente la escuela, resulta relativamente nueva en nuestro pas. Desde mediados de los aos setenta y principios de los ochenta han ido crendose diversos equipos psicopedaggicos compuestos generalmente por psiclogos, pedagogos y trabajadores sociales. En Catalua coexisten equipos psicopedaggicos dependientes de la administracin autonmica (EAP), de la administracin local y de ambas al mismo tiempo.La experiencia aqu presentada se desprende del trabajo realizado por un equipo psicopedaggico municipal (SEMAP de Sant Boi), actualmente homologado por la Generalitat de Catalua es decir, con doble dependencia administrativa. Inicia su trabajo el ao 1980, bajo las ideas directrices de un proyecto de intervencin elaborado desde el departamento de psicologa evolutiva y de la educacin de la Universidad de Barcelona.La necesidad de definir el modelo de intervencin ha conducido a los profesionales a discutir las estrategias e instrumentos a utilizar y las situaciones conflictivas encontradas, todo ello con el fin de ir configurando poco a poco unas lneas directrices de actuacin susceptibles de adecuarse a cada situacin concreta. Dichas lneas, que guan el trabajo del psiclogo en la escuela, son consideradas desde una perspectiva psicopedaggica que intenta valorar tanto los aspectos psicolgicos como los pedaggicos que estn presentes en el contexto escolar. La progresiva implantacin de los psiclogos escolares en la escuela pblica ha supuesto un proceso de crtica y de bsqueda de modelos de intervencin adecuados a las caractersticas de ese nuevo contexto de trabajo, que no es asimilable ni reducible a otros mbitos de actuacin. Este proceso, que implica tanto el anlisis de la prctica cotidiana como la formacin terica de los profesionales que lo impulsan, es la mejor garanta para construir y reelaborar los modelos de intervencin que coexisten en la actualidad.CONCEPTO Y OBJETIVOS.El proyecto de intervencin que sustent la creacin del equipo, expona algunas ideas claras acerca de los objetivos del trabajo psicopedaggico: El objetivo final de un servicio psicopedaggico es conseguir una incidencia real y efectiva dentro de la institucin escolar, tanto con vistas a contribuir a la mejora de la calidad de la enseanza como a encontrar soluciones adecuadas a los problemas de inadaptacin y de fracaso escolar (Bassedas y otros, 1981, pg. 71). As pues, ya desde un primer momento se hacia una referencia explcita a dos aspectos inseparables: contribuir a la renovacin pedaggica de la escuela y ayudar a superar las dificultades de los alumnos que fracasan. En el documento citado se especificaba que la consecucin de estos objetivos supone un trabajo a diversos niveles: con alumnos, enseantes padres e institucin escolar. Con visin retrospectiva es necesario sealar que las tareas que se apuntaban para cada uno de los estamentos citados eran muy amplias, y difcilmente abordables en un primer momento por el equipo. El trabajo se centraba prioritariamente en alumnos y maestros, y de modo indirecto en padres e institucin escolar. Las ideas bsicas del proyecto elaborado para la constitucin de los dos SEMAP (Sant Boi de Llobregat y Sant Just Desvern) continan siendo algunas en esencia, si bien habra que hacer algunas matizaciones, producto de la experiencia acumulada durante todos estos aos.El concepto de asesoramiento que nos satisface actualmente, y que recoge la experiencia acumulada, lo define como un trabajo conjunto y de colaboracin con el maestro cuyo objetivo es producir cambios en la situacin que se presenta. De este modo se da una gran importancia a la corresponsabilizacin ante la tarea, sin negar la realidad de que cada profesional tiene unas funciones concretas a realizar, funciones que hay que delimitar y definir Una consecuencia lgica de esta definicin es que el trabajo se lleva a cabo en el interior de la escuela, entendida como una institucin que se ve muy influenciada y que a su vez influye en la realidad del mundo exterior. Esta definicin es muy amplia, pero se pretende que a lo largo del escrito quede ms explicada y argumentada.El objetivo principal de la escuela, en el mbito social en el que nos movemos, es ensear y la tarea que los alumnos deben realizar en ella es aprender. Esta afirmacin podra considerarse innecesaria, ya que es algo que todo el mundo sabe y comprende. Pero de todos modos es conveniente resaltarla porque conlleva una serie de consecuencias para todos los que en ella sitan su labor profesional. El psicopedagogo debe implicarse absolutamente en esta situacin, debe compartir los objetivos de la escuela. Por esta razn es muy importante que todos los profesionales que trabajan en la institucin educativa, tomen partido por una explicacin sobre cmo se lleva a cabo el proceso de enseanza-aprendizaje, ya que ello facilitar una intervencin coherente.Esta reflexin comporta una toma de posicin en lo que se refiere al proceso de adquisicin de conocimientos, al papel otorgado al individuo y al medio en la facilitacin del aprendizaje, y en concreto acerca de la naturaleza de la relacin entre el organismo y la realidad exterior. En ltimo trmino significa situarse en un paradigma constructivista o mecanicista en relacin al modo como se lleva a cabo el proceso de desarrollo del ser humano. La perspectiva que se adopta es la del paradigma constructivista, segn el cual el sujeto participa activamente en la construccin de la realidad... y el conocimiento que poseemos del mundo exterior es sin duda una mezcla de sus propiedades reales y de nuestras aportaciones en el acto de conocimiento (Coll, 1979, pg. 65). Asimismo es necesario preguntarse acerca de las relaciones entre desarrollo y aprendizaje, ya que la concepcin subyacente al respecto repercutir de un modo importante en la interpretacin que se haga de los procesos de enseanzaaprendizaje. Las tesis de Vygotski, (1985) segn las cuales el aprendizaje posibilita y precede al desarrollo de las capacidades, resultan en este sentido muy sugerentes. Desde este punto de vista se atribuye un gran valor al aprendizaje como impulsor de las capacidades intelectivas del individuo y como motor que estimula los procesos de desarrollo.Como se ha dicho, estos planteamientos repercuten en la forma de entender los procesos de enseanzaaprendizaje y la adquisicin de conocimientos. Tambin es necesario adoptar una teora explicativa sobre dichos procesos, y por nuestra parte asumimos la que los define como procesos interactivos con tres vrtices (Coll, 1985): el alumno que est llevando a cabo el aprendizaje, el objeto de conocimiento que constituye el contenido de aprendizaje, y el maestro que tiene la funcin de ensear y acta en el sentido de favorecer el proceso de aprendizaje de los alumnos. Se postula que el alumno, mediante la continua interaccin con el adulto u otros compaeros en torno al contenido de que se trate, construye sus propios conocimientos mediante una actividad intelectual de tipo autoestructurante.La adopcin de esta perspectiva terica influir necesariamente en la intervencin psicopedaggica y exigir modelos y estrategias de actuacin que permitan actuar sin alejarse de los planteamientos tericos expuestos. Esta exigencia, de todos modos, provoca muchas dudas y dificultades, y hace patente la necesidad de continua investigacin. Implica la creacin de nuevos instrumentos y nuevas vas de intervencin que sirvan a sus objetivos.En definitiva, se trata de articular las intervenciones en la escuela alrededor de las reflexiones efectuadas sobre las cuestiones antes mencionadas (aprendizaje, desarrollo, enseanza...). A pesar de que no resulta sencillo, debe intentarse no slo cuando el trabajo se sita en propuestas o demandas de cambio metodolgico, sino tambin cuando se hacen programaciones para ayudar a alumnos con dificultades. En este sentido, es muy necesario aportar nuestra visin de la problemtica al maestro y buscar conjuntamente las vas que permitan al alumno avanzar, ya sea en el mbito de la escuela o en los servicios extraescolares. Indudablemente, los aspectos comentados no pueden entenderse como actuaciones que tienen xito inmediato en lo que se refiere a cambio de actitudes del enseante respecto al proceso de enseanza-aprendizaje. Este objetivo slo podr alcanzarse a largo plazo, despus de un trabajo continuo de colaboracin.Situndonos a otro nivel, en el trabajo de asesoramiento psicopedaggico debe darse un peso importante a todos aquellos aspectos que se refieren a la relacin con los maestros, al conocimiento de la institucin, y a los aspectos de comunicacin y relacin presentes en los sistemas integrados por personas. Demasiado a menudo se olvida que en la tarea del psicopedagogo hay de entrada aspectos que se refieren a la relacin que se establece con la institucin en la que se trabaja y con los componentes de dicha institucin, y que tienen un valor muy importante en lo que atae a los resultados finales de dicha tarea. Este olvido puede conducir al fracaso actuaciones que desde el punto de vista del contenido son muy correctas. Por ello es importante reflexionar sobre estos temas y adoptar puntos de vista coherentes y funcionales para la institucin. Tambin en este aspecto es necesario situarse en una perspectiva terica, que no puede ser contradictoria con la que hemos expuesto hasta ahora en relacin a la conceptualizacin de los procesos de enseanza-aprendizaje. En este sentido ha sido muy til la formacin iniciada en supuestos de la teora sistmica de la comunicacin humana. Esta perspectiva, que se sita tambin en un paradigma constructivista, contribuye al anlisis de la institucin y al mismo tiempo permite ubicar correctamente el significado del contexto de colaboracin maestro-psicopedagogo en lo que se refiere a compromisos mutuos y mbito de actuacin de cada uno.La teora general de sistemas tiene ltimamente una incidencia importante en la intervencin clnica y concretamente en el tratamiento de familias. No es ste el lugar apropiado para hacer una explicacin de los aspectos tericos que estn en la base de este tipo de intervencin para el cambio, pero existe actualmente en el mercado suficiente literatura que podrn consultar los lectores interesados (1). Sealemos nicamente que se ha partido del conocimiento de los cambios que se pueden obtener en el microsistema familiar mediante una aproximacin sistmica, y se ha intentado verificar si los instrumentos conceptuales ofrecidos por este modelo... se pueden aplicar eficazmente por psiclogos que ejercen en sistemas ms grandesw (Selvini, 1985, pg. 13). Esto significa que se trata de hacer una reflexin sobre los aspectos que han sido tiles desde esta perspectiva terica.Hasta este momento hemos enunciado las dos grandes lneas tericas que son la base de nuestro planteamiento de trabajo como psicopedagogos. Teniendo en cuenta que la labor profesional es amplia y es necesaria una formacin en aspectos muy diversos, conviene sealar que stos son los dos ejes bsicos alrededor de los cuales se pueden enlazar los nuevos conocimientos y aportaciones en lo referente al asesoramiento psicopedaggico. A continuacin, profundizaremos en los dos aspectos enunciados, mostrando, en la medida de lo posible, algunos instrumentos y vas de intervencin adoptados.LA CONCEPCIN DEL APRENDIZAJE ESCOLAR.Como ya hemos sealado anteriormente, uno de los objetivos que gua nuestra intervencin como psicopedagogos es la de ayudar a los maestros que tienen alumnos cuyo aprendizaje no es el esperado. Conviene precisar que ya de entrada partimos de la base de que los problemas no son nicamente del alumno. A pesar de que en un primer momento se acepta la identificacin del alumno con dificultades, nuestra respuesta intentar siempre dentro de lo posible ampliar el campo de observacin (Selvini, 1985) y tener en cuenta el contexto.Ello implica hacer un anlisis que recoja algunos aspectos que transcienden los puramente individuales. As, se intenta estudiar la situacin en la que se producen los problemas, la situacin de aprendizaje, la metodologa utilizada, los aspectos positivos del alumno, su situacin familiar y social, para que de este modo puedan ser relativizados algunos aspectos (los que se relacionan con la dificultad) y al mismo tiempo centrarse en otros (los positivos y rescatables). A partir de este primer contacto, se intentar provocar cambios que ayuden por un lado al alumno a salir de la situacin de no aprendizaje, y por otro al maestro a ver la situacin en un contexto ms amplio.En el abordaje de las dificultades se intenta hacer un anlisis ms global de la situacin en la que se producen los problemas que provocan un bloqueo en las capacidades del alumno. Hay diversos aspectos en los que se puede intervenir para desbloquear esta situacin y a travs de la actuacin se intenta incidir en algunos de ellos para que se provoque algn cambio que a su vez lleve a otros. A pesar de contemplar esta visin amplia de la situacin, es necesario centrar la atencin en promover la capacidad de aprendizaje del alumno y, por lo tanto, de enseanza del maestro. As, a travs del aprendizaje, se intentar provocar cambios en la situacin planteada.En este sentido uno de los aspectos que ms importan en el momento de dar orientaciones para ayudar al alumno consecuentes con la lnea terica adoptada es que los aprendizajes que ste realice en la escuela resulten tan significativos como sea posible. Esto se considera importante para todos los alumnos y en todas las situaciones (aula ordinaria, aula de educacin especial), pero lo es especialmente para ayudar a los alumnos que presentan necesidades educativas especiales. Muchas veces se intenta transmitir al alumno aprendizajes y conceptos que difcilmente puede asumir, porque estn demasiado alejados de sus posibilidades y no tienen esquemas para integrarlos. Ello provoca desinters e incomprensin de lo que significa aprender. Segn Ausubel el aprendizaje significativo es un proceso por el que se relaciona nueva informacin con algn aspecto ya existente en la estructura cognitiva de un individuo y que sea relevante para el material que intenta aprender (Novak, pg.71).Plantear al alumno aprendizajes significativos permite al maestro situarse en la zona de desarrollo prximo del alumno descrita por Vygotski (1985), zona que queda configurada entre dos momentos evolutivos y en la cual el nio puede resolver una situacin mediante ayuda pero no por s solo. Profundizando en el concepto de aprendizaje significativo, Coll (1987) ha puesto de manifiesto que para que un contenido de aprendizaje sea potencialmente significativo debe cumplir dos condiciones: por un lado debe tener una cierta estructura lgica y debe poderse insertar en la red de significados que el alumno ya posee, y por otro lado, el alumno debe tener una actitud favorable para aprender significativamente, tiene que poder atribuir un sentido al aprendizaje. As, ante una situacin de no aprendizaje lo primero que debemos plantearnos es cul o cules pueden ser los motivos que provoquen que aquel aprendizaje no sea significativo para un alumno, mientras que para los dems s lo es. A dicho alumno le faltan esquemas de asimilacin adecuados para la informacin que se pretende que asimile, sin los cuales no puede incorporar y entender lo que se le ensea. Ello significa que hay que hacer un gran esfuerzo para buscar el modo de poder llegar a conectar con el alumno con el objeto de ayudarle a avanzar, a tirar de l hacia el nivel de conocimientos y aprendizajes que implican los objetivos educativos. Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta para poder situarse al nivel del alumno es partir de lo que l ya sabe, no de lo que ignora. As, hay que mostrar una visin global del alumno que permita al maestro aprovechar los aspectos ms positivos que aqul presenta.No se puede pretender apoyar toda la intervencin en la escuela nicamente en el concepto de aprendizaje significativo, pero constituye una buena base para empezar la colaboracin con el maestro con vistas a ayudar al alumno. A partir de aqu, hay que buscar situaciones, material, etc., que posibiliten una interaccin profesoralumno en la que ste, mediante una actividad autoestructurante construya sus conocimientos con la ayuda que aqul le proporcione. En el trabajo diario no se deben olvidar cuestiones tan importantes como la orientacin familiar, los aspectos emocionales y relacionales, las ayudas teraputicas extraescolares... De todos modos, cualesquiera que sean las dificultades que presenta el nio, desde la escuela, y en relacin al aprendizaje, siempre hay posibilidades de plantearse una modificacin de la situacin que ayude a evolucionar al alumno. As, por ejemplo, frente al fracaso continuado de algunos alumnos de ciclo superior, en la escuela puede proponerseaunque sea unas horas semanales la asistencia de estos alumnos a un aula taller en la que se trabaje a partir de proyectos y que al mismo tiempo integre la programacin de los objetivos mnimos en las reas principales.La escuela que contempla la posibilidad de plantearse abiertamente, no de manera rgida, la situacin de enseanza-aprendizaje, permite que todos los alumnos puedan evolucionar y aprender, aunque sea a ritmos diversos. Slo as cumple su objetivo de educar y por lo tanto de posibilitar la evolucin en su desarrollo (Vygotski, 1985) a todos los alumnos. En este sentido, una de las funciones del asesoramiento psicopedaggico en la institucin consiste en la elaboracin de programas de trabajo con unos objetivos y planteamientos didcticos claros para los alumnos con dificultades.Es conveniente que las ideas de base expuestas, muchas veces implcitas, se expliciten en la colaboracin con los maestros. De esta forma se facilita la comprensin de los procesos de enseanza-aprendizaje y del modo como proponemos ayudar a los alumnos con necesidades educativas especiales en la escuela: con una buena planificacin del proceso educativo, con cambios metodolgicos adecuados y, sobre todo, partiendo del nivel del alumno, de sus capacidades y posibilidades, para as poder modificar sustancialmente una situacin negativa. Es importante tambin mostrar la necesidad de valorar los errores, observar las estrategias utilizadas y analizarlas para poder ayudar y conocer mejor a los alumnos. En un mismo orden de cosas hay que ir mostrando que de este modo se favorece el pensamiento autnomo de los nios (Kamii, 1982) y su crecimiento y autonoma personal e intelectual.Estas ideas se pueden comentar durante todo el proceso de colaboracin y de trabajo conjunto con los maestros, pero a veces resulta difcil. Ello puede ser debido en parte a que las ideas implcitas que algunos profesores tienen en relacin a lo que es la enseanza y el aprendizaje son muy distintas y es complicado llegar a establecer un dilogo en la misma lengua. Otras veces, en cambio, se constata que se ha podido establecer un dilogo constructivo abriendo de este modo buenas vas de colaboracin. Evidentemente, no resulta sencillo compartir estas ideas en los primeros contactos con un maestro y as algunas veces es necesario explicitar las dificultades de entendimiento y de colaboracin por ejemplo dejar claro que dudamos que un alumno con dificultades en la adquisicin de la lectoescritura consiga aprender si la enseanza le conduce a efectuar un aprendizaje mecnico, al cual el alumno no puede atribuir ningn significado.Los frutos que puede dar esta colaboracin hay que contemplarlos a medio plazo, sin esperar resultados inmediatos en la labor como psicopedagogos. Como sealbamos, a veces los maestros con los que se trabaja tienen concepciones muy diversas de lo que es y lo que significa el proceso de enseanza-aprendizaje.Hay que respetar estas concepciones en la medida que constituyen el bagaje cultural y profesional que aporta cada persona. De hecho, muchos maestros ensean en un primer momento tal como se les ense a ellos mismos, o como se les enseo a ensear. Y no debe olvidarse tampoco que las propuestas pedaggicas centradas en la potenciacin de la actividad autoestructurante y la construccin del conocimiento no son ni mucho menos mayoritarias ni aceptadas por todo el mundo, ni tampoco propuestas muy estructuradas que puedan aplicarsefcilmente en bloque. En realidad, lo que interesa sobre todo es aportar una informacin a los maestros que les permita entender el proceso de adquisicin de conocimientos por parte de los alumnos de manera diferente a como ha sido tradicionalmente conceptualizado. De lo que se trata, en definitiva, es de ir poniendo las condiciones para lograr que los aprendizajes que los alumnos realizan en la escuela devengan tan significativos como sea posible, en detrimento de aprendizajes exclusivamente memorsticos y repetitivos.De modo puntual, y paralelamente al trabajo con los alumnos que tienen dificultades, pueden proponerse actividades a grupos de maestros por ciclos, por escuelas que en cierto modo lleven a la introduccin en la escuela de nuevas prcticas escolares que se inscriban en la perspectiva terica enunciada. Estas actividades pueden circunscribirse a una institucin determinada, o formar parte de las actividades de formacin continua organizadas por diversos estamentos en la poblacin. Aqu podramos incluir aspectos tan diversos como la observacin sistemtica en la escuela, el aprendizaje de la lectoescritura desde una perspectiva constructivista, la introduccin de la metodologa loga de rincones de juego, la orientacin escolar y profesional, la comprensin lectora, el aprendizaje de las matemticas.Estos cursos, grupos de trabajo o seminarios deben conducir al cambio de actitudes y de ideas implcitas en relacin a cmo se aprende y cmo se ensea, aunque siempre partiendo de las creencias de los profesores y cuidando de que los desequilibrios cognitivos que se provoquen por la distancia que existe entre las ideas previas y las nuevas sugerencias no sean demasiado fuertes, lo cual impedira la consecucin de un aprendizaje significativo en relacin a lo nuevo. As, estos trabajos deben plantearse con metodologas y planificaciones diversas y siempre nos encontramos con grupos de enseantes que entienden y conectan ms que otros. Es importante dar instrumentos para que ellos mismos, en su propia prctica educativa, se siten en una actitud de investigacin y de ensayo de metodologas distintas con el fin de observar los efectos que generan en los alumnos y en su capacidad de aprendizaje.Siguiendo en esta perspectiva, es conveniente sealar que en las intervenciones como psicopedagogos con grupos de maestros se intenta evitar, en la medida de lo posible, dar recetas metodolgicas que los maestros tengan que aplicar directamente. Al contrario, se intenta ir facilitando instrumentos de cambio y pequeas experiencias que requieran elaboracin, aplicacin y discusin acerca de los efectos que producen. Entre otras cosas, no se dan modelos absolutamente acabados porque no son posibles y porque se debe aprender a actuar teniendo siempre muy presente la situacin de la que se parte.Actuando de esta forma se impulsa tambin en los maestros un pensamiento autnomo (que en definitiva es el que intentamos que presida nuestras actuaciones) y se estructura de este modo un mbito de colaboracin en el que cada profesional aporta perspectivas diversas sobre la materia. En la intervencin se procuran evitar situaciones de dependencia del maestro respecto al psicopedagogo, y se intenta establecer al mximo una situacin de colaboracin entre iguales, valorando las aportaciones desde perspectivas diferentes y apoyando la capacidad creadora de todo ser humano. nicamente mediante la aceptacin recproca de esta relacin podr establecerse un trabajo de colaboracin como se entiende desde la perspectiva adoptada.EL ANLISIS SISTMICO DE LA INSTITUCIN.El psicopedagogo centra su trabajo en la institucin escolar e intenta convertirse en un instigador y agente de cambio. La teora general de sistemas aporta instrumentos que permiten por un lado entender y analizar la institucin escolar como sistema y, por otro, analizar las relaciones personales y de comunicacin que se establecen entre el psiclogo y el maestro como seres humanos que interaccionan. A continuacin, intentaremos sealar los aspectos que contribuyen a alcanzar estos objetivos en la tarea del psicopedagogo.Desde una perspectiva sistmica, las instituciones integradas por grupos humanos tienen caractersticas parecidas a sistemas ms pequeos, como por ejemplo la familia. As pues, seconcibe la institucin como un sistema en el que se pueden analizar algunos de los aspectos que se han estudiado para el trabajo y diagnstico teraputico con las familias, desde este marco terico. Un mnimo conocimiento de la institucin permite contextualizar mejor el trabajo del psicopedagogo; en este sentido, los niveles de anlisis utilizados para hacer un estudio desde una perspectiva sistmica en los grupos humanos son tiles en la escuela. En primer lugar, se puede enfatizar el estudio de los subsistemas que componen la institucin escolar (equipo directivo, ciclos, niveles, grupos de padres, grupos de alumnos...). Se trata de ver qu tipos de relaciones se establecen entre ellos, cmo se marcan los lmites de actuacin en las funciones de unos y otros, qu comunicaciones se establecen entre los grupos, qu canales de informacin se utilizan, etc. En un primer contacto con la escuela interesar ver de qu manera asume su papel el equipo directivo y cmo se establecen las relaciones entre ste y los profesores, individualmente o agrupados en ciclos. Para ello ser til mantener reuniones tanto con el equipo directivo como con los ciclos, para entrever cul es el funcionamiento real de que se ha dotado la escuela.En segundo lugar, interesa el estudio de las reglas de funcionamiento que imperan en la vida de la escuela, de qu manera han sido elaboradas y se han desarrollado, as como analizar su momento actual, centrndose en lo que sera su historia. Es decir, tomar informaciones sobre el proceso por el que ha pasado la institucin, cules han sido sus diferentes situaciones en lo que podramos llamar la vida de la escuela.Por ultimo, y en tercer lugar interesar tambin conocer cules son las ideas subyacentes sobre lo que es la educacin por parte de la escuela o de los subsistemas dominantes y ver si esta ideologa est consensuada y aceptada, o no, por los diferentes estamentos que en ella conviven. Naturalmente, hay algunas informaciones relativamente sencillas de recoger en un contacto inicial. Hay otras que se pueden intuir en un primer momento y ms adelante se confirmarn o no. El tercer aspecto comentado el grado de acuerdo y consenso en torno a la ideologa slo puede llegarse mnimamente a comprender cuando se ha realizado un trabajo continuado en el interior de la escuela y se ha ido viendo la respuesta que han tenido sus componentes a diversas situaciones planteadas.Para ejemplificarlo comentaremos la situacin que se dio en el trabajo en una escuela situada en un barrio suburbial. Nuestra labor se centraba en intentar que los maestros ayudaran a los alumnos con dificultades. Ello a veces ha sido muy difcil porque los maestros, demasiado influidos por el contexto social y familiar que los alumnos presentaban, actuaban como si no fuera posible salir de una situacin tan compleja. Slo en la medida que la escuela se ha podido ir organizando (funcionamiento de los talleres, de las aulas de educacin especial, de los ciclos, etc.) y se han marcado objetivos ms claros, los alumnos tambin han podido ir mejorando y por lo tanto ha sido posible encontrar vas para continuar dicha mejora. La creencia de que a los pobres alumnos era mejor no exigirles mucho porque ya tenan una situacin familiar y social suficientemente difcil, y que era mejor que tuvieran de la escuela un recuerdo amable, estaba muy extendida y provocaba una dejadez en tareas propiamente escolares y de aprendizaje.Actuar sobre la institucin no es sencillo y faltan an muchos instrumentos y formacin teorico-prctica que lo permitan. De todos modos, los aspectos sealados ayudan a entenderla y analizarla mejor, ya sea para efectuar intervenciones puntuales que permitan clarificar algunas situaciones confusas que comporten disfunciones, ya para situarnos mejor y contextualizar la labor dentro de los subsistemas escogidos de la institucin. Hasta el momento, la formacin sistmica permite un anlisis de la escuela que contribuye a contextualizar y a hacer ms productiva la tarea psicopedaggica.Finalmente hay que sealar que es de gran importancia, tanto en lo que se refiere a las relaciones con los diferentes grupos de la institucin, como en la relacin y comunicacin personal con maestros, padres y alumnos, establecer comunicaciones funcionales y claras. De este modo, aunque situados en un ncleo pequeo de la institucin y haciendo un trabajo concreto, estamosmostrndole un tipo de relacin clara, con todo lo que de sano implica. Ello se puede manifestar en cualquier momento en que se perciba que los canales de comunicacin no son suficientemente claros.En lo referente al tipo de comunicacin que se desea establecer, uno de los aspectos ms claros es lo que se denomina la definicin de la relacin y el marcar el contexto. Actualmente, y despus de los aos de experiencia, otorgamos una gran importancia a marcar el contexto de colaboracin en la escuela desde el primer momento en que se inicia el trabajo en una institucin. Las ideas expresadas por el grupo de trabajo milans que ha profundizado sobre estos aspectos (Selvini, 1985) son interesantes. El profesional que trabaja en el sistema escuela debe ser el primero que defina su relacin con sus componentes y tambin debe definir, de acuerdo con ellos, los contenidos de esta relacin. Estos aspectos son imprescindibles para establecer una colaboracin. No hay que olvidar que posiblemente los maestros, padres y tcnicos de la administracin con los que se tiene que colaborar han tenido experiencias con otros profesionales de la psicologa que han respondido a las demandas realizadas de modos diversos.En este punto cabe recordar que la psicologa es an una ciencia muy joven, que ha tenido una vida corta, pero a la que se ha revestido en algunos casos de gran poder y en la que se han depositado expectativas mgicas que no se corresponden con sus posibilidades reales de actuacin. As, si no es el psiclogo quien define el tipo de colaboracin y de relacin que quiere establecer en el momento de iniciar el trabajo (qu puede o no hacer, qu quiere hacer, qu debe hacer como trabajador de la administracin al servicio de las escuelas pblicas...), cada persona con la que tenga que trabajar se habr forjado su propia imagen, habr definido por su parte la relacin esperando del psiclogo intervenciones que no podr o no querr aportar. Cada uno tiene sus ideas previas acerca de lo que deben ser las funciones de un psiclogo, y son stas y no otras las que marcarn las expectativas y, por lo tanto, la relacin.Por estas razones, hay que definir la relacin y explicitarla. Ello debe llevarse a cabo clarificando cul es el mbito de actuacin del psicopedagogo, en qu contexto trabajar, qu puede aportar en la colaboracin, cmo entiende el trabajo, cul es su dependencia laboral, cmo establecer la colaboracin de trabajo, cules sern las responsabilidades mutuas, etc. Esta primera definicin de la relacin permite poner las bases para el posterior desarrollo del trabajo, si bien habr que ir revisando ao tras ao las vas de colaboracin, porque llevar a cabo esta definicin de la relacin no significa eludir las dificultades, malentendidos, y confusiones.Esto ha ocurrido frecuentemente, como el caso en que nos encontrbamos con que la direccin de la escuela haca continuamente demandas de que dinamizsemos el trabajo de discusin en los ciclos, renovsemos la escuela, etc. Valoramos que esta necesidad era sentida bsicamente por el director y era ste quien a titulo personal nos haca estas demandas. El profesorado en general no tena mucho inters en cambiar aspectos de su prctica pedaggica y no se planteaba esta necesidad. La psicloga del equipo psicopedaggico se encontraba abrumada y comprometida con esta situacin, buscando maneras de dinamizar, mediante trabajos diversos, las discusiones de ciclo. Los esfuerzos eran muy grandes, pero los resultados pequeos. Slo en el momento que se pudo explicitar al director que peda que realizramos el trabajo que l no se vea capaz de llevar a cabo y que en realidad era una demanda suya y no del profesorado, la situacin qued mejor definida. Se seal que podamos situarnos en un ciclo y hacer una cosa concreta siempre y cuando los maestros se comprometieran a un trabajo conjunto en unos aspectos determinados, adems del asesoramiento para los casos individuales. Con ello el director pudo confiar en nuestro trabajo de renovacin en un ciclo y buscar el modo de dinamizar los ciclos restantes con los compaeros del equipo directivo, inspector, etc. Tambin la psicloga pudo actuar ms de acuerdo con sus posibilidades y en una situacin mucho ms tranquila. As, fue necesario que nos diramos cuenta de que no podamos comprometernos a realizar el trabajo que no nos corresponda, y que era absolutamente necesario reforzar el papel que otros compaeros de la escuela y de fuera de ella podan realizar.Los instrumentos que permiten definir la relacin son mltiples y variados, en funcin del momento en el que sea necesario realizarla. Escogeremos tres momentos distintos del trabajo en la escuela para ejemplificarlos. As, en el inicio de la relacin con la escuela, es conveniente presentar las caractersticas del equipo, ampliamente y a todos los niveles jerrquicos; tambin es necesario elaborar y aprobar un plan de trabajo anual conjuntamente con la escuela; y ya en el trabajo diario con los maestros, por ejemplo en la situacin de demanda de ayuda para alumnos con dificultades, establecer qu puede hacer uno y qu puede hacer el otro, marcando los compromisos mutuos. El modo como la institucin, y por tanto los subgrupos que la componen, haya vivido la definicin de la relacin, determinar las demandas que surgirn, y mostrar la manera propia de esta institucin de aceptar o rechazar el tipo de relacin y colaboracin propuesta. En el transcurso de la tarea habr que recordar tantas veces como sea necesario el tipo de relacin que se puede establecer, procurando de este modo ir reconduciendo expectativas no adecuadas y mejorando el contexto de colaboracin. Recordemos que la definicin que se propone implica justamente un contexto de este tipo, en el que el psicopedagogo se sita en una posicin definida por la necesidad de recibir la ayuda de los dems para poder llevar a cabo las tareas propuestas, con unos roles y funciones definidos y delimitados.Las aportaciones de la teora general de sistemas aplicada al estudio de la comunicacin humana pueden ser incorporados como modelo referencial bsico en el planteamiento de la intervencin profesional, tal como lo han realizado numerosos equipos de psiclogos en cualquier contexto. La opcin que realizamos se decanta ms por incorporar algunos aspectos que se consideran vlidos a partir de la prctica y relacionndolos con otros modelos tericos de referencia que son tambin tiles.En este sentido se adoptan algunos aspectos anteriormente comentados, pertinentes y adecuados para la consecucin de los objetivos de la intervencin psicopedaggica. Ms que una aplicacin del modelo sistmico a la intervencin psicopedaggica, lo que se defiende es la validez del anlisis que dicho modelo efecta en el mbito de la relacin y de la comunicacin, cuya pertinencia para la labor de asesoramiento psicopedaggico est fuera de duda.En este sentido, tomamos partido por una modalidad de intervencin tecnicoasesora, como la han conceptualizado algunos profesionales que han reflexionado sobre el tema (Selvini, 1986) en la que se trabajan los aspectos sealados hasta el momento a travs de un contenido, en nuestro caso lo psicopedaggico. De este modo, se pretende utilizar el contenido del asesoramiento psicopedaggico como va de entrada para actuar como agente de cambio en la escuela. Se seala otra modalidad de intervencin llamada relacional, en la cual se trabaja directamente con los subsistemas, los problemas de relacin y comunicacin.Lo importante es no olvidar el objetivo ltimo, que consiste en intentar que la institucin pueda aprender a enfrentarse a sus problemas y a buscar las mejores soluciones, haciendo los cambios que para ello sean necesarios.El trabajo que se plantea de este modo necesariamente tiene que marcarse unos objetivos a largo plazo. Asimismo, hay que volver a sealar la importancia de situarse en una parte de la institucin, aunque sea muy pequea, con el fin de ayudar en el cambio a partir del trabajo en este pequeo subsistema.CONSIDERACIONES FINALESLo dicho hasta ahora pretende mostrar las lneas bsicas que conforman el modelo de actuacin, modelo que deber irse completando a partir de la evaluacin del trabajo realizado. Quedan an muchos interrogantes que habr que ir resolviendo paso a paso a partir de la reflexin sobre la tarea cotidiana. El planteamiento expuesto tiene un eje vestebrador en lo que concierne a distintos mbitos en los que se sita el psicopedagogo, eje que significa intentar actuar en todos ellos bajo una perspectiva constructivista. Las tesis constructivistas subyacen a la concepcin del aprendizaje escolar, al anlisis de la institucin, al establecimiento de la colaboracin entre el psicopedagogo y los maestros, y se manifiestan tambin en la importancia concedida al trabajo en equipo.Si estamos de acuerdo en que la intervencin del psicopedagogo persigue el cambio, tendremos que tener muy en cuenta que cualquier proceso de transformacin se construye desde dentro, desde la dinmica interna de los sistemas implicados. As, para poder ayudar al alumno con dificultades es necesario partir de lo que ya sabe para facilitarle la construccin de los nuevos aprendizajes. Igualmente, los cambios de todo tipo en la institucin escolar (a nivel organizativo, metodolgico, de concepcin de la enseanza, de funcionamiento) deben configurarse partiendo de la realidad actual, mediante plazos y objetivos viables. Finalmente, tambin los cambios en los profesionales que estn implicados en la intervencin psicopedaggica (maestros y psicopedagogos), en cuanto a planteamiento de la actuacin en la escuela, concepcin del aprendizaje escolar, etc., deben partir de la reflexin mediante un trabajo de equipo y de colaboracin. Por todo ello, los cambios proyectados desde el exterior, que tienen poco en cuenta la realidad, pueden fracasar si no se lleva a cabo un trabajo sistemtico y continuado que permita la reflexin, la construccin y la apropiacin de las transformaciones por parte de todos los integrantes de la situacin.A causa de esto, la intervencin no puede ser uniforme en todas las escuelas. Es necesario que existan unas lneas de actuacin que den el marco general en el que se lleve a cabo el trabajo, pero hay que aprender tambin a hacer una intervencin psicopedaggica contextualizada. Esto es, conocer la situacin de la escuela y de sus integrantes, y adaptar las propias expectativas en relacin al asesoramiento psicopedaggico y el plan de trabajo a realizar en la escuela, a lo que sta pueda solicitar y asumir. Aceptar que cada escuela tiene su situacin particular, y que esto le lleva a tener una dinmica y un funcionamiento determinado, es una condicin indispensable. En este contexto, es bueno respetar la situacin real, aun considerando que no es un funcionamiento adecuado, y partir del estado actual de la escuela para provocar cambios en el sentido que pueda ser una institucin diferente, ms abierta. Esto ocurre muchas veces en escuelas que parecen muy equilibradas en su estado, en las que aparentemente no hay problemas y tienen muy poco contacto con la realidad exterior. En este tipo de escuelas hay que plantearse la intervencin en el sentido de responder a las demandas, si existen, sin dejar de mostrar la necesidad de hacer cambios desde el interior de la institucin para que estos problemas puedan empezar a resolverse. Es por ello que no creemos en la idea de que hay escuelas buenas o malas, sino que hay centros en los que se puede hacer un trabajo que implica a toda la institucin a pesar de situarse en un rea y ciclo concreto y que provoca que sta se plantee aspectos de su funcionamiento y busque alternativas para resolverlo, y otras en las que el trabajo quizs estar an muy centrado en el asesoramiento en casos individuales pero se intentar ir provocando cambios de actitudes en lo que a los problemas del alumno se refiere.En este sentido, a partir de la discusin del trabajo llevado a cabo en el sector, se pudo llegar a diferenciar modelos y niveles de intervencin diferentes (Semap, 1985). En primer lugar, se sita la intervencin del psiclogo como la de un profesional que realiza pruebas a los alumnos nicamente para identificar la problemtica y proceder a la orientacin extraescolar o familiar conveniente. En esta concepcin, la implicacin del maestro en la resolucin de la situacin no se ve posible ni adecuada. De hecho, a las escuelas de este tipo les resulta difcil, en un primer momento, aceptar un trabajo de colaboracin como el planteado y pueden llegar a no generardemandas. Tambin hay escuelas que aceptan un trabajo de colaboracin en los casos problemticos, pero que tienden a rechazar los cambios en los aspectos metodolgicos.El objetivo en estos centros es ir consiguiendo cambios de actitudes respecto a cmo se puede ayudar a los alumnos con dificultades. Esto implica un trabajo conjunto con los maestros del aula de educacin especial, de la ordinaria, y reuniones con ciclos y claustros de profesores cuando se ve necesario. Por ltimo, hay escuelas en las que, adems de llevarse a cabo un trabajo efectivo y conjunto de ayuda a los alumnos con dificultades, se hace patente un grado de madurez bastante elevado que lleva a los maestros a plantearse la evaluacin continua de su prctica y a abrirse a la posibilidad de efectuar cambios en su metodologa didctica con el fin de conseguir resultados que les satisfagan ms. En este caso, el trabajo del psicopedagogo se sita tambin en la bsqueda conjunta de estos cambios que permitan construir una escuela que sea capaz de responder a las necesidades que se plantean desde el mundo exterior.La prctica ha ido mostrando que era conveniente pasar de una uniformidad en las expectativas y en los planes de trabajo a la posible intervencin en diferentes niveles. Esto comporta para los profesionales situar en el lugar adecuado los objetivos a conseguir y evaluar el trabajo realizado con tranquilidad, no esperando ms de lo que en realidad es posible conseguir, ya que conocemos la dificultad de efectuar cambios. Asimismo, definiendo mejor los niveles de intervencin, hay menos peligro de transmitir mensajes culpabilizadores a la escuela, que an bloquean ms la situacin y ayudan poco a avanzar.Por ltimo, es conveniente insistir en la necesidad del trabajo en equipo y en la formacin continua de los profesionales para lograr los objetivos propuestos. En este sentido, hay que resaltar la validez de las discusiones en torno a la revisin de la labor realizada en distintos centros, la presentacin de casos y actuaciones diversas en las escuelas, la elaboracin conjunta de instrumentos de trabajo, la preparacin conjunta de claustros y reuniones, la elaboracin de estrategias diversas delante de una situacin, etc. Estas discusiones se han realizado bien junto con otros profesionales en nuestro caso, profesores del departamento de psicologa evolutiva y de la educacin de la Universidad de Barcelona o miembros de otros equipos psicopedaggicos bien en el seno de nuestro equipo. En ellas se ha podido avanzar en el establecimiento de diversas estrategias de intervencin mediante las aportaciones realizadas por la experiencia y formacin de cada uno de los profesionales en un verdadero contexto de colaboracin.(1) Como obras generales que pueden ayudar, desde diferentes perspectivas, a una aproximacin a la teora sistmica aplicada, podemos citar:- WATZLAWICK, P. y otros (1983): Teora de la comunicacin humana, Ed. Herder, Barcelona.- MINUCHIN, S. (1979): Familias y terapia familiar, Ed. Gedisa, Barcelona.- SUAREZ. T. y ROJERO, C.F. (1985): Paradigma sistmico y terapia de la familia, As. Espaola de Neuropsiquiatra, Madrid.- BASSEDAS, E., COLL, C. y ROSSELL, M. (1981): Formacin universitaria y actividad profesional: un intento de integracin en el mbito de la psicologa. Infancia y Aprendizaje, n 15, pgs. 67-89.- COLL, C. (1979): El concepto de desarrollo en psicologa evolutiva: aspectos epistemolgicos.Infancia y Aprendizaje, n 7, pgs. 60-73. COLL, C. (1985): Accin, interaccin y construccindel conocimiento en situaciones educativas. Anuario de Psicologa, n 33, pgs. 61 -70. - COLL, C. (1987): Significado y sentido en el aprendizaje escolar. Reflexiones en torno al concepto de aprendizaje significativo. Documento interno.- NOVAK, J. (1985): Teora y prctica de la educacin, Alianza Editorial, Madrid.- KAMII, C. (1982): La autonoma como objetivo de la educacin: implicaciones de la teora de Piaget. Infancia y Aprendizaje, n 18, pgs. 3-32.- SELVINI PALAZZOLI, M. y otros (1985): Al frente de la organizacin, Ed. Paids, Buenos Aires.- SEMAP DE SANT BOI (1985): Memria del treball realitzat durant el curs 1984-t985. Documento interno.- VYGOTSKI (1985): Aprendizaje y desarrollo intelectual en la edad escolar. Infancia y Aprendizaje, n 27-28, pgs. 105-116.