El Bosque de Las Frutifracciones

Embed Size (px)

Citation preview

EL BOSQUE DE LAS FRUTIFRACCIONES

EL BOSQUE DE LAS FRUTIFRACCIONES

Lus, Pablo y Mara, se encontraron delante del puente de troncos que atravesaba el ro, los tres amigos estaban de vacaciones, el da era radiante y su decisin firme, hoy en vez de piscina exploraran el bosque.

Durante aos haban credo que el bosque estaba encantado y que en l vivan extraos duendes que no permitan salir a quienes se aventuraban a entrar en l. Sus padres les haban contado esa historia cuando eran pequeos para evitar que jugando pudieran perderse.

Los tres se miraron, sonrieron y emocionados pusieron rumbo al bosque

Llevaban ms de una hora caminando cuando una extraa sensacin les invadi. A su alrededor no se escuchaba nada, solo haba un inquietante silencio.

Los tres amigos se miraron, aquello empez a no gustarles.

Qu os parece si nos volvemos?, total por aqu no hay nada que hacer. Dijo Lus, que era el ms prudente de los tres.

Vale. Contestaron al tiempo Pablo y Mara.

Sin ms comentarios, giraron sobre sus pasos y emprendieron el camino de regreso.

Avanzaban cada vez ms rpido, pero tenan la impresin de que en vez de acercarse a la salida se adentraban cada vez ms hacia su interior.

Los rboles adoptaban formas extraas, sus ramas se retorcan y eso les daba un aspecto siniestro.

De repente los tres quedaron paralizados. All estaba, delante de ellos, en mitad del camino, con menos de un metro de estatura, orejas puntiagudas, grandes manos y pies, mirada penetrante y una sonrisa que produca escalofros.

Hola! Soy un duende, de la familia de los Emticos, y me llamo Mat. Mat de los Emticos.

Sin darnos cuenta hemos entrado en el bosque - dijo Mara y ahora no encontramos la salida. Podra ayudarnos a encontrarla?

En este bosque no hay camino de regreso, solo se puede seguir avanzando, hasta que os encontris de nuevo en el puente de entrada.

Vale!, dijeron los nios, entonces sigamos.

Alto! - exclamo Mat al tiempo que saltaba de un lado a otro del camino y lanzaba al suelo un puado de polvo azul, que produca una explosin y una nube roja.

Asustado, Pablo salt detrs de Mara y Lus detrs de Pablo. Mara quiso retroceder pero Pablo la sujetaba con fuerza por la cintura y no se lo permita.

El problema es - sigui hablando Mat como si no hubiese ocurrido nada que desde este punto solo podris continuar si resolvis un pequeo enigma.

Cul?, se atrevi a preguntar Mara con la voz entrecortada por el miedo.

Fijaos en esos rboles no os parecen extraos?

Un poco s, dijo Lus. No tienen hojas, solo tronco y ramas retorcidas.

Pablo entonces se atrevi a hablar, tambin tienen unas frutas muy raras con nmeros y una raya.

Mara interrumpi. No son nmeros y rayas son fracciones, esa es 3/5.

Efectivamente, confirm Mat dando otro salto. Se trata de las frutifracciones del bosque. Como veis en cada tronco hay una fraccin y en cada rama un nmero.

Venid, acercaros.

Los tres nios avanzaron lentamente, procurando esconderse cada uno detrs de los otros.

Rpido!, grit el duende, no tengo todo el da.

Asustados, Pablo y Mara trataron de retroceder, pero Lus les dio un fuerte empujn. Mara dio un trompicn y se cay de culo. Pablo tropez con ella y termin de rodillas a los pies de Mat, que solt una fuerte carcajada.

Mirad aqu, dijo, mientras sealaba el rbol que estaba a su derecha. Este es el rbol de la fraccin 2/3 y todos los frutos que cuelgan de l son sus frutifracciones equivalentes. En la rama del 2 cuelga 4/6, y en la del 5, 10/15

Entonces, introdujo la mano en el bolsillo de su chaqueta, sac un polvo rosa, levant el brazo y lo lanz al aire. De nuevo explot produciendo ahora una nube de colores: amarillo, azul, rojo, verde Cuando el humo desapareci vieron que en el suelo haba una cesta de mimbre llena de frutifracciones.

Si queris continuar el camino tenis que escoger tres frutis de esta cesta y adivinar de qu rbol y de qu rama son.

Pablo se adelant, extendi la mano y cogi una. Llevaba marcada la fraccin 9/15 . Entre los tres empezaron a deliberar.

Cmo podremos saber de que rbol procede?

Podemos escoger un rbol, por ejemplo 2/5, y buscar fracciones equivalentes con los nmeros de cada rama a ver qu ocurre.

Bien pero para no equivocarnos coge ese palo y lo escribimos en el suelo.

Mara fue escribiendo las fracciones equivalentes a 2/5:

4/10; 6/15; 8/20

No sigas, dijo Lus, ya nos hemos pasado. Tiene que ser otro rbol. Pero si seguimos de esta manera podemos estar tres aos para cada frutifraccin.

De acuerdo probemos de otra forma, dijo ahora Lus. Vayamos hacia atrs desde la fraccin

Cmo?, preguntaron Mara y Pablo al tiempo.

Simplificando la fraccin, mirad 9 y 15 se pueden dividir entre 3. Cogi el palo y escribi en el suelo:

9/15 = 3/5

Tiene que ser el rbol que tiene 3/5 en el tronco y la rama 3.

Bien!, exclam Mat de los Emticos, pero todava os quedan dos ms.

Ahora fue Mara la que cogi una fruti y la enseo a sus compaeros 12/18.

Rpidamente, casi quitndose la palabra de la boca y el palo de las manos gritaron los tres: prueba con el dos! Pablo cogi el palo y fue escribiendo en el suelo:

12/18 = 6/9

ya est! exclam con satisfaccin y empezaron a buscar el rbol en cuyo tronco deba aparecer la fraccin encontrada. Horror! No haba ningn rbol al que le correspondiera esta fraccin.

Qu habremos hecho mal?, con lo fcil que pareca!

A lo mejor es que se puede seguir simplificando ms la fraccin, sugiri Lus.

Claro, eso es lo que ocurre 6 y 9 tambin son divisibles por 3.

Entonces fue Mara la que escribi 6/9 = 2/3

Enseguida encontraron el rbol 2/3 y una rama con el nmero 6.

Ya solo les faltaba encontrar el origen de una frutifraccin ms.

Vamos Lus, te toca a ti sacar la ltima. Algo nervioso, Lus extendi la mano y sac una fruta ms del cesto, 25/35. Esto estaba chupado, 25 y 35 se podan dividir entre 5 por tanto

25/35 : 5/5 = 5/7

Sorprendente!, verdaderamente tenis un buen dominio de las fracciones. Os habis ganado el paso libre, dijo Mat. Dio un paso atrs, un par de volteretas y desapareci detrs de un arbusto.

Casi instantneamente la luz empez a filtrarse entre las ramas de los rboles y los tres nios continuaron su camino, que rpidamente les condujo al puente en el que haban empezado su aventura.

Todava nerviosos y emocionados lo cruzaron preguntndose si alguien creera la aventura que acababan de vivir en el bosque del que nadie volva, y que a partir de ahora llamaran el bosque de las frutifracciones.

Y colorn colorado este cuento se ha terminado.