View
214
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
El Bosque
LA CRUZ QUE LLEVA A LA LUZ
Tiempo atrás, tuve un vecino, cuyo "hobby" era plantar árboles en la enorme quinta de su casa.
Algunas veces observaba desde mi ventana el esfuerzo para plantar árboles
y más árboles todos los días.
Entre tanto, lo que más me llamaba la atención,
era el hecho de queél jamás regaba los
nuevos que plantaba.
Noté después de un tiempo,que sus árboles
estaban demorando mucho en crecer.
Cierto día, decidí acercarme a él y le pregunté si no tenía temor de que los
árboles no crecieran, pues percibía que él
nunca los regaba.
Fue entonces cuando,con un aire orgulloso,
me describió su fantástica teoría.
Me dijo que si regase sus plantas, las raíces se acomodarían a la superficie
y quedarían siempre esperando por el agua más fácil venida de encima.
Como él no las regaba, los árboles demorarían más en crecer, porque sus raíces tenderían a migrar para el
fondo, en búsqueda del agua y de las variadas fuentes nutrientes encontradas en las capas más inferiores del
suelo.
Ésa fue la charla que tuve con aquel vecino mío.
Después me fui a vivir a otro país, y nunca más lo volví a ver...
Varios años más tarde,al retornar del exterior,
fuí a dar una miradaa mi antigua residencia.
Al aproximarme, notéun bosque que antes no existía.
¡Mi antiguo vecino había realizado su sueño!
Lo curioso es que aquél era un día de un viento muy fuerte y helado, en que los árboles de la calle
estaban arqueados, como si no estuviesenresistiendo el rigor del invierno.
Mientras tanto,al aproximarme a la quinta del
que había sido mi vecino, noté cómo sus árboles
estaban sólidos. Prácticamente no se movían, resistiendo implacablemente
aquél fuerte viento.
... Efecto curioso, pensé yo...
Las adversidades por las cuales aquellos árboles habían pasado, habiendo sido privados del agua,
parecía haberlos beneficiado,como si hubiesen recibido el mejor de los tratamientos.
“Dios mío, libra a mis hijos de todas las dificultades y agresiones de este mundo”.
Todas las noches, antes de irme a acostar, doy siempre una mirada a mis hijos. Me inclino sobre sus camas y
observo cómo han crecido.
Frecuentemente oro por ellos.
La mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean fáciles.
He pensadoque es hora de cambiar mis plegarias.
Este cambio tiene que ver con el hecho de que es inevitable que los vientos
helados y fuertes no alcancen a nuestros hijos.
Sé que ellos encontrarán innumerables
problemas y ahora me doy cuenta de que mis oraciones
para que las dificuldades no ocurran, han sido demasiado ingenuas...
...Pues siempre habrá una tempestad ocurriendo en algún lugar...
Al contrario de lo que había hecho,ahora pediré que mis hijos crezcan con raíces profundas,
de tal forma que puedan sacar energía de las mejores fuentes -de las más divinas-,
que se encuentran en los lugares más remotos.
Lo haré, porque, queramos o no,la vida no es fácil.
Oramos demasiado para no tener dificultades. Pero lo que necesitamos hacer
es pedir para desarrollar raíces fuertes y profundas, de tal manera que, cuando las tempestades lleguen
y los vientos helados soplen, resistamos con valor
y no seamos dominados.
¡FELIZ Y SANTA SEMANA!
NO OLVIDES QUE LAS DIFICULTADESSON FUENTE DE FORTALEZA
Y PUEDEN CONVERTIRSE EN UNA OFRENDA DE AMOR.