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UNIVERSIDAD DE VALENCIA CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTíFICAS INSTITUTO ESPAÑOL DE PREHISTORIA DEPARTAMENTO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA MARTÍN ALMAGRO-GORBEA EL BRONCE FINAL y EL / PERIODO ORIENT ALIZANTE EN EXTR.EMADURA MADRID 1977

EL BRONCE FINAL - eltiempodeltesorodealiseda.com · 35 Véase más arriba el capítulo II dedicado a la joyería de la Edad del Bronce, pp. 43 ss. M. Almagro-Gor- bea, 1974, "El Tesoro

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UNIVERSIDAD DE VALENCIA

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTíFICAS

INSTITUTO ESPAÑOL DE PREHISTORIA

DEPARTAMENTO DE PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA

MARTÍN ALMAGRO-GORBEA

EL BRONCE FINALy EL

/

PERIODO ORIENT ALIZANTEEN

EXTR.EMADURA

MADRID 1977

204 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

De los hallazgos menores hay que considerar en primer lugar un conjunto de piezas conser-vadas en el Museo Arqueológico Nacional. A ellos se deben añadir las recientemente halladas enMedellín y alguna otra. pieza suelta como la arracada de Madrigalejo, todas las cuales se exa-minan sucesivamente.

EL TESORO DE ALISEDA

SITUACIÓN y CIRCUNSTANCIAS DEL HALLAZGO

Este tesoro de enorme interés fue hallado en 1920 al extraer tierra para un tejar en el terrenocomunal de las afueras de la villa de Aliseda (Cáceres), y pasó a ser conservado en el MuseoArqueológico Nacional. 2

El lugar del hallazgo, la villa de Aliseda, es de gran importancia estratégica pues está situa-da en un cruce de caminos al Norte de un puerto que cruza la Sierra de San Pedro, divisoriaentre las cuencas del Tajo y Guadiana : por tanto domina un camino Norte a Sur qué se puedeconsiderar como una variante algo occidental de la Vía de la Plata. Además está sobre otro ca-mino natural que de Este a Oeste comunica la zona de Cáceres con Portugal y que aún hoy díaemplea el ferrocarril.

Las circunstancias del hallazgo son escasas y poco claras. Apareció en lo que entonces eraun pequeño cerro o altozano situado junto al camino que baja del puerto. 3 Se halló a un metrode profundidad "junto a una pared subterránea "como de cimiento" formada de piedras sueltasal azar sin argamasa". Los objetos estaban desparramados y mezclados en la tierra en un áreade 1 ó 2 metros cuadrados.

Según otra referencia, al otro lado del muro aparecieron dos "braserillo s" de plata. En ellugar consta que se recogieron cuatro asas de vasos que más adelante se citan y con ellas esde suponer que formaban conjunto el resto de las cerámicas recientemente localizadas en losfondos del Museo Arqueológico Nacional que añaden nuevo interés a este tesoro.

De los escasos datos recogidos y de las características del ajuar parece posible interpretareste hallazgo como el ajuar de una sepultura femenina, probablemente de túmulo del tipo queaparece en los Alcores de Carmona 4 o en Setefilla 5 aunque no tengamos noticias de hallazgosde huesos," pues probablemente no llamarían la atención o pudieron haber desaparecido en unterreno ácido como es el del lugar del hallazgo.

El importante hallazgo fue publicado por Mélida 7 y reestudiado por Blanco en lo que asus materiales se refiere 8 y recientemente por Blázquez 9 que ha recogido la principal bibliografíasobre el mismo.

1'1II

2 J. R. Mélida, 1921, Tesoro de Aliseda, Madrid.3 En una visita al lugar del hallazgo se pudo comprobar cómo la topografía ha sido modificada por las

construcciones edificadas al extenderse el pueblo hacia esa zona. ' ~4 G. Bonsor, 1899, "Les Colonies Agricoles Pre-romaines de la Vallée du Betis", R. A. 35.5 G. E. Bonsor y R. Thouvenot, "Nécropole ibérique de Setefilla (Lora del Río, Sevilla)", Bibliothéque de

/'Ecole de Hautes Etudes Hispaniques XIV, Paris, 1928. M. E. Aubet Semmler, 1975, La necrópolis de Setejillaen Lora del Río, Sevilla. Barcelona.

6 Sobre los túmulos en la Península Ibérica, M. Alrnagro-Gorbea, 1973, "Los campos de túmulos de Paja-roncíllo (Cuenca)", E. A. E., 83, pp. 101 ss,

7 J. R. Mélida, 1921.8 A. Blanco Freijeiro, 1956, "Orientalia" A. E. Arq. 29, pp. 359 ss.9 J. M. Blázquez, 1968, Tartesos y los orígenes de la colonización jenicia en Occidente, Salamanca, pp.

115 ss,

EL TESORO DE ALISEDA 205

Por ello no parece necesario dar de nuevo la descripción o el estudio de las joyas siendoconveniente sólo hacer su enumeración dividida en grupos insistiendo en detalles de especialinterés para la filiación cultural y cronológica del conjunto, salvo en aquellos casos en que porser objetos inéditos o insuficientemente publicados ha sido conveniente profundizar en su es-tudio.

OBJETOS DE ORO

l. Diadema (lám. XXII). Está formada por piezas .articuladas sobre plancha de oro. 10 Laparte central la forman placas cuadradas cada una con cuatro alvéolos circulares con rosetas dealambre doble enrollado y con granulado. Entre las rosetas corre por el centro una línea de al-véolos cuadrados, tal vez para pedrería, y otro alvéolo redondo está situado en el centro de cadaroseta, en uno de los cuales aún se conserva una turquesa (lám, XXII, 3). Este motivo central correentre cuatro líneas de hilos de oro con granulado completado por una serie de semiesferas en elborde superior y con anillos con cadenillas acabadas en bolas en el inferior.

Los dos extremos son sendas piezas triangulares. Ofrecen un reborde con hilo de oro enro-llado con granulado y cuatro círculos a modo de cabujón en el lado que da a la parte central.

En el centro aparecen motivos repujados resaltados por granulado formando palmetas yrosetas (lám, XXII, 4).

Este tipo de diadema aparece en el arte ibérico 11 y púnico peninsular 12 pero su prototipoes oriental, aunque se desconozcan paralelos exactos en forma o algunos detalles técnicos. 13 Elgranulado es más tosco que en Etruria y Oriente y las rosetas de alambre enrollado sólo se cono-cen en Etruria después del 600 a. de J.c., 14 dato éste que podría ser importante para la crono-logía del conjunto.

2"3. Arracadas 15 (lárn. XXIII, 1 Y 2). Son dos piezas idénticas formadas por un soporteamorcilIado abierto y decorado en el exterior por un motivo repetido siete veces, una crestería dehalcones sobre volutas enfrentadas a una palmeta central. El cierre es un alambre articulado. Elmotivo principal aparece. como señaló Blanco, en un cuenco de plata de Chipre fechado hacia el600. 16 en un sello de Tharros 17 de época semejante o algo posterior y en otro sello de Ibiza. 18

Los tubos de suspensión son semejantes. según Blaeqeez, 19 a otras piezas orientalizantes deCumas y de Cartago del siglo VII a. de J.C. así corno a las arracadas de Sines que constituyensus más próximos paralelos. 20

4-5. Brazaletes 21 (lárn. XXIII, 3 y 4). Son. como las arracadas. dos piezas gemelas. Estánformados por doble línea de espirales enlazadas contrapuestas que constituyen un calado central

10 J. R. Mélida, 1921, n." 2, p. 19.11 J. R. Mélida, 1905, "El Tesoro ibérico de Jávea", R. A. B. M., 1.3, pp. 360 ss.12 A. Vives y Escudero, 1917, La necrópolis de Ibiza, Madrid, p. 157, n.v 971.185.13 J. M. Blázquez, 1968, p. 121.14 A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 30.15 J. R. Mé1ida, 1921, n.? 3, p. 21.16 E. Gjerstad, Opúscula Archaeologica, p. 141, 1. 14.17 H. B. Walters, 1926, Catologue of Engraved Gems and Cameos in the British Museum, p. 47, n." 387,

1. 7.18 A. Vives, 1917,11.25,7.19 J. M. Blázquez, 1968, p. 122, W. Culican, P. E. Q. p. 98, nota 1.20 J. M. Blázquez, 1975, p. 281, 1. 103 C.21 J. R. Mélida, 1921, n.O 4, -p. 22.

206 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

bordeado por un grueso alambre con hilos retorcidos a los lados. Los remates son curvados enforma de palmeta con decoración repujada sobre fondo granulado fórmando palmetas y volutasmenores.

El motivo de la doble voluta es de origen minoico-micénico. 22 El motivo de los remates esla palmeta oriental pero interpretada con un barroquismo propio de estas joyas al sustituir lospétalos por nuevas palmetas. Por ello carece de paralelos aunque sí existen ciertos prototiposque se pueden tener en cuenta como una de las pateras de Curium 23 o las palmetas de los jarrosde las tumbas Regolini-Galassi.> Bernardini 25 y Barberini, 26 todas ellas fechables hacia media-dos del siglo VII a. de J.C.

6. Cinturón 27 (láms. XXIV y XXV). Está formado en la actualidad por 62 piezas y, aunqueno completo. su restauración nos permite hacemos una idea bastante exacta de la pieza en suestado originario.

El centro es una cinta lisa cruzada por cuatro líneas grabadas. A sus lados van placas repu-jadas representando grifos sobre lotos invertidos y un hombre luchando con un león rampante.Este tema se repite en las placas cuadradas de los extremos en dos series que aparecen rodea-das de la doble palmeta, representación estilizada del árbol de la vida, y contrapuestas en laparte central. Todo el fondo de la decoración aparece cubierto de granulado.

Los tres motivos del cinturón son típicos del mundo orientalizante: aeo1l:ó'tr¡c; 67JpÚlV, grifo y pal-meta. Asociados los vemos en el pectoral de la tumba Regolini-Galassi.28 Estos motivos apare-cen en diversas obras de Etruria 29 y del Mediterráneo Oriental como en Kavusi. 30

7. Torques de extremos vueltos? (lám, XXVI). Consiste en un arco de 23 cm. de diámetrode grosor decreciente hacia los extremos; éstos están vueltos y tienen forma de glandes alargadosy estilizados. Para Mélida pudo ser un soporte de velo. Blázquez se limita a comparado a lostorques de Berzocana. 32 Blanco piensa en un collar rígido 33 como los que vemos en terracotas deIbiza. 34

Su tamaño. muy amplio. para un collar. hace dudosa la identidad de este objeto pero losglandes vueltos de sus extremos no cabe duda que se relacionan con los torques de extremosvueltos y ensanchados del Bronce Final como los de Bodonal 35 y algunos de época ibérica conterminales vueltos de formas, semejantes. como los de Mogón 36 y Córdoba. 37 para los que el

22 H. J. Kantor, 1947, "The Aegean and the Orient in the Second Milenium B. C.", A. J. A. 51, pp. 21 ss.23 L. P. di Cesnola, 1877, Cyprus, London, p. 329.24 L. Pareti, 1947, La tomba Regolini-Galassi del Museo Gregoriano Etrusco, Roma, p. 224, n.? 165.25 C. Densmore Curtís, 1919, M. A. A. R. 3, p. 51, n.? 33, 1. 29.26 C. Densmore Curtis, 1925, M. A. A. R. 5, p. 21, n.? 17, 1. 6, ff. 1 Y 2.27 J~ R. Mélida, 1921, n," 6, p. 24.28L. Pare tí, 1947, pp. 190 ss.29 J. M. Blázquez, 1968, p. 117.30 F. Matz, Griechische Kunst, p. 479, 1. 281.31 J. R. Mélida, 1921, n.? 1, p. 19.32 J. M. Blázquez, 1968, p. 119.33 A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 15.34 A. García y Bellido, 1951, Fenicios y Cartagineses en Occidente, Madrid, ll. 19, 2 Y 22. Idem, 1956, Ars

H ispaniae 1, Barcelona, f. 13l.35 Véase más arriba el capítulo II dedicado a la joyería de la Edad del Bronce, pp. 43 ss. M. Almagro-Gor-

bea, 1974, "El Tesoro de Bodonal, Homenaje a M. Gómez Moreno", Rev. Universidad de Madrid, 22, pp. 21 ss.36 M. L. Herrera, 1953, "Un torques inédito del tesoro de Mogón", A. E. Arq. 26, p. 153, f. 1.37 K. Raddatz, 1969, Die Schatzjunde del Iberischen Halbinsel, }I¡i. F. 5, Berlín, L 5, p. 208.

EL TESORO DE ALISEDA 207

Torques de Aliseda consituye el precedente inmediato. El .típo de cierre tampoco es extraño aeste tipo de joyas. 38 Se puede considerar, tal vez, como una fase intermedia entre los áureos dela Edad del Bronce y los de plata de época celtibérica, adaptado a la moda y motivos orienta-lizantes como lo demuestran sus extremos en forma de glandes que pasaron al mundo ibérico.

8-65. Piezas de collar 39 (lám, XXVII). Han llegado hasta nosotros 5740 elementos de collarcuya estructura original nos resulta desconocida.

Los elementos actuales son los siguientes :

a) 2 estuches portaamuletos tubulares facetados con cabeza de Horus (lám. XXVII, 2).b) 2 estuches portaamuletos facetados.c) 2 estuches portaamuletos tubulares cilíndricos con extremo semiesférico.d) 1 estuche portaamuletos tubular cilíndrico con extremo plano.e) 2 cabezas de serpientes (lám. XXVII, 3).f) 2 crecientes con disco solar ..Ilám ..XXV1I.,2).g) 4 esferillas decoradas con granulado (lám. XXVII, 3).h) 10 estuches planos de extremos redondeados lisos.í) 9 estuches planos de extremos redondeados lisos.j) 19 cuentas en forma de hueso de aceituna.k) 4 cuentas en forma de neumático. 41

a-d) Estuches portaamuletos. Las dos piezas con cabeza. de Horus tienen sus paralelos enIbiza, Cádiz y dos piezas de procedencia desconocida del Museo Arqueológico Nacional y delInstituto Valencia de Don Juan. 42 Son objetos frecuentes en la orfebrería orientalizante y seempleaban como cajas de inscripciones mágicas 43 siempre acabadas en cabezas de animales odivinidades egipcias. Son frecuentes en el ámbito cultural fenicio.44 Las piezas lisas facetadas ocilíndricas son de finalidad semejante. La que ofrece tapadera de cuenco invertido y enganche decarrete se fecha en Cartago en tumbas anteriores al siglo VI a. de J.C. 45

Su interior estaba vacío conforme se comprobó al abrirlas para cerciorarse de este detalle.Sólo una de las piezas menores ofreció en su interior una pepita de oro nativo tal vez introdu-cida para que sonase.,

e) Colgantes en forma de cabeza de serpiente. Estos colgantes son más raros pero el valormágico-cultural de la serpiente entre los semitas es evidente. 46 El granulado de la decoración esalgo diferente del de las otras piezas según observó Blanco pero ello podría deberse al uso dela pieza. 47

38 K. Raddatz, 1969, n. 26, 1, 33, 1 Y 2; 43, 44, etc.39 J. R. Mélida, 1921, pp. 22-23.40 J. R. Mélida, 1921, p. 22. Cita que son sólo 53 pero en la ilustración se cuentan las 57 que nosotros

aquí recogemos.41 J. R. Mélida, 1921, p. 23. Cita sólo 3 como cuentas esféricas achatadas.42 J. M. Blázquez, 1968, p. 128.43 P. Cintas, 1946, Amulettes Puniques, Túnez, pp. 66 ss. J. Vercouter, 1945, Les Objets Egiptien et Egip-

tisants du Movilier Funeraire Carthaginois •.París, 1. 29, pp. 311 ss. B. Quillard, 1970-71, "Les étuis porte-amu-lettes carthaginois", Karthago 16, pp. 5 ss.

44 J. M. Blazquez, 1968, p. 128.4S P. Cintas, 1946.46 J. M. Blazquez, 1968, p. 130.47 A. Blanco Freijeiro, 195~,p. 26.

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208 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

f) Crecientes con disco solar. Es un elemento típico del mundo púnico que pervivió largotiempo. 48La forma de lengüeta del disco de Aliseda se deriva de la circular que vemos en Car-tago y Etruria en la segunda mitad del siglo VII a. de J.c. 49y que también aparece en Villa-ricos. so

g) Esferillas decoradas. Su origen es difícil de conocer, pero por su técnica correspondenplenamente a las características de la orfebrería orientalizante. Aparte .de ciertas similitudes concabezas de agujas o granadas, sus paralelos más próximos los encontramosen Villaricos 51 y enotro colgante esferoide de procedencia extremeña del Museo Arqueológico Nacional, fechadohacia el 600 a. de J.C. 52

h) Estuches planos de extremos redondos. Fueron considerados como glandes aplanados porMélida y cama colgantes acorazonado s por Blanco y Blázquez. En total son 19 piezas, 10 conlos bordes decorados y 9 lisos. Todos ofrecen el característico carrete de suspensión de todos loscolgantes de Aliseda.

Son piezas frecuentes del período orientalizanteen la Penínsala y se..conocen en la Cruzdel Negro,53 Cástulo,54 Galera, 55 Extremadura 56 y otro sin procedencia del Instituto Valencia deDon Juan. 57

A veces aparecen representados en bronces, terracotas y estatuas como la famosa Dama deElche 58y la Dama de Baza, 59ya de fecha tardía.

j-k) Por último existen 19 cuentas fusiformes en forma de hueso de aceituna y 4 en' formade rueda de neumático que completan el conjunto.

66. Sello giratorio con escarabeo.de. amatista so (lám. XXVIII). La piedra es obra siria conel árbol de la vida entre grifos rampantes bajo disco alado, y dos deidades sedentes a los lados. Elmayor interés está en el engarce, de tipo giratorio con paralelos en el Chipriota Arcaicoy sobretodo en una pieza de Vulci fechable hacia el 700 a. de J.c. 61

67. Sello giratorio de cornalina 62 (lám. XXIX, 1 a 3). Ofrece un escarabeo con una figuraentronizada tetráptera y de doble cabeza, sin paralelos conocidos aunque de tipo semejante a lossellos anteriores. El tipo de engarce es característico del Chipriota Arcaico 1, fechable hacia el sigloVII antes de Jesucristo. 63

48J. M. Blázquez, 1968,pp. 129-130.49C. Picard, Das Wiederentdeckte Kartago, f. 46, n." 4.so L. Siret, 1907, Villaricos y Herrerías, Madrid, p. 434, f. 37, 1.51 L. Siret, 1907, 1. 17, n.O 20.52J. M. Blázquez, 1963, "Joyas orientalizantes extremeñas del Museo Arqueolégieo t":acionaÍ de Madrid",

Zephyrus 14, p. 13, ff. 14-15.53G. Bonsor, 1899, f. 76.54J. M. Blazquez, 1968, p. 126, 1. 42 B.55A. García y Bellido, 1943, La Dama de Elche, Madrid, p. 50, f. 49.56J. M. Blázquez, 1963, p. 14, f. 16.57 J. M. Blázquez, 1968, 1. 43 C.58A. García y Bellido, 1943.59F. Presedo, 1972, "La Dama de Baza", Bellas Artes 72, p. 17. ldem, 1973, "La Dama de Baza. Estu-

dio preliminar de su contexto arqueológico", Trab. Preh. 30, pp. 151 ss.so J. R. Mélida, 1921, p. 27, n." 12.61 A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 44.62 J. R. Mélida, 1921, p. 27, TI." 13.63 J. R. :Ylélida, 1968, y. :33.

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EL TESORO DE ALISEDA 209

68. Sello giratorio de jaspe oscuro 64 (lám. XXIX. 4 a 6). Ofrece una figura orante y elsistema de engarce y giro es semejante a las piezas anteriores. 65 Probablemente obra siria fecha-ble igualmente en el siglo VII a. de J.C.

69. Sortija con sello de oro 66 (lám. XXX. 1 Y 3). Ofrece un tema nilótico en el sello alar-gado de extremos redondeados. Sus paralelos lo sitúan hacia el siglo VII lo que va bien con laforma alargada antigua del sello. 67

70. Sortija con sello de oro 68 (lám, XXX. 2 Y 4). Ofrece un sello ovalado con un jinete y elaro decorado con volutas y granulado. Blázquez 10 considera pieza importada y cita como para-lelos una representación de inicios del siglo VIl a. de J.C. 69

71. Anillo con dos escarabeos de pasta de vidrio 70 (lám. XXXI). Ofrece la montura acaba- .da en triple voluta y los escarabeos de pasta azul en estuches granulados. Sus prototipos están enChipre y Siria aunque éstos no son de estilo tan jugoso. 71

72. Anillo con dos escaraboides de pasta de' vidrio 72 (lám. XXXII. 1 a 3). Es de caracterís-ticas semejantes al anterior pero la montura ofrece sólo dos volutas y los escaraboides aparecen cu-biertos por un enrejado. detalle que vemos en una pieza del British Museum considerada etrusca. 73

73. Anillo con cuatro escaraboides de pasta de vidrio 74 (lám. XXXII, 3 a 6). Ofrece unasola voluta en el enganche y más tosca que las anteriores y los escaraboides están cubiertos porfiligranas que les dan aspecto de caras humanas, motivo frecuente en joyas orientalizantes.75

74. Colgante con dos esierillas 76 (lárn. XXXIII, 1). Ha sido ya interpretada como un nazmo pendiente de nariz por Blanco. 77 Este tipo de joyas es muy corriente entre los púnicos comovemos en terracotas. 78 Raramente tienen colgantes como ofrece esta pieza de Aliseda pues suelenser simples anillos lisos, aunque un.colgante.algo .semejante se.halló.en .la.sepalrura 4d de Traya-mar 79 fechada hacia el siglo VII a. C. tardío.

75-268. Apliques en forma de palmetas 80 (lárn. XXXIII, 2). Son ciento noventa y cuatro .~piezas de ornamento muy características del mundo orientalizante como remates o adornos de ves-tidos o simple motivo decorativo aunque por su técnica y función debieron ser muy próximas a laspiezas de Sines. 81

Piezas muy semejantes de origen Egipcio se conocen en el oriente desde el segundo milenio. 82

64 J. R. Mélida,' 1921, p. 27, n.? 14.65 J. M. Blázquez, 1968, pp. 132-133.66 J. R. Mélida, 1921, p. 28, n.? 16.67 J. M. Blázquez, 1968, p. 133.68 J. R. Mélida, 1928, p. 28, n." 15.69 J. M. Blázquez, 1968, p. 133.70 J. R. Mélida, 1921, n.? 17.71 A. Blanco Freijeiro, 1965, p. 46.72 J. R. Mélida, 1921, n." 18.73 F. H. Marschall, 1907, British Museum Catalogue 01 Finger-rings, n.? 702, 1. 18.74 J. R. Mélida, 1921, n.? 19.75 J. M. Blázquez, 1968, p. 134.76 J. R, Mélida, 1921, n." 9, p. 26.77 A. Blanco Freijeiro, )956, p. 15.78 D. Harden, 1962, The Phoenicians, Londres, f. 77, A. García y Bellido, 1952, Historia de España, I, 2.

Espasa-Calpe, Madrid, ff, 306 Y 320,79 H. Schubart y H. G. Niemeyer, 1976, "Trayarnar", E.A.E. 90, Madrid, p. 223, 1. 54c.80 J. R. Mélida, 1921, n." 8, p. 26.8\ A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 14 siguiendo a F, Pou1sen, Orient, pp, 171 ss. J. M. Blázquez, 1975, pp. 118

Y 281, f. 12,1. 104 A.32 T Dothan, 1972, "Der-el-Balh Cemetery", ¡.E.J. 22, p. 70, 1. 13 A.

210 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

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íl269-270. Piezas de filigrana 83 (fig. 74, lám. XXXIII, 3). Son dos fragmentos de elementos

de filigrana seguramente restos de bordados sobre ricas telas como ha señalado Blanco. 84

271-272. Cadenillas de oro 85 (Iárn. XXXIII, 4) Ofrecen un complicado trenzado con un fes-tón formado por un hilillo ondulante para facilitar su enganche a la tela que debieron bordar. Asíse explica el cierre con motivo egipcio que se conserva en el extremo de una de estas piezas. 86

273-284. Elementos diversos 87 (lám, XXXIII, 3). Son cuatro esferillas y siete pasadores amodo de cerrojillos que deberían posiblemente formar parte de la decoración del vestido.

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FIG. 74. Filigrana, probablemente aplicada sobre tela, del te-soro de Aliseda. (Según Mélida.) Escala 5: 1.

285. Hilo de oro. 88 También se conservan pequeños testas de hilo de oro que suponemosde la misma procedencia que los elementos anteriores.

286. Extremo de una diadema (lárn. XXXIV, 1 Y 2). Esta pieza es inédita pues fue adqui-rida recientemente junto con un halcón de una de las arracadas por el Museo Arqueológico Na-cional, lo que parece confirmar su procedencia. 89 Por ello se procede a su descripción con mayordetalle.

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Consta de 'una pieza triangular acabada en un canuto fusiforme del que salen dos cadenillas,una que termina en otro canuto troncocónico, con una cabeza en forma de rueda de neumático.y la otra que ha debido perder su remate que tal vez enlazara con el anterior.

La pieza triangular ofrece dos caras con motivos idénticos. En la parte del borde aparecendos grifos afrontados a una doble voluta acabada en una palmeta. Debajo de ésta otros motivoscurvilíneos parecen trazar una continuación de esta figura del árbol de la vida. A los lados de estapieza y paralelos a los bordes un motivo de doble voluta se repite dos veces a cada lado.

Dimensiones: longitud máxima 125 mm.; anchura máxima: 40 mm.

83 J. R. Mélida, 1921, pp. 10-11, n.? 10.34 A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 14.85 J. R. Mélida, 1921, p. 26, n.? 7.86 J. R. Mélida, 1921, p. 26.87 J. R. Mé1ida, 1921, p. 27, n.O 11.88 J. R. Mélida, 1921.89 Catálogo de Expedientes del ,'vI useo Arqueológico Nacional. Expediente n:" 197J -51-1. Con esta pieza

se adquirió un pequeño halcón de filigrana procedente de una de las arracadas (7]-51-:2) que confirma la pro-cedencia de ambos objetes del Tesoro de Aliseda.

EL TESORO DE ALISEDA 211

La técnica es de fino repujado sobre un fondo de circulitos troquelados que resulta algoinsólito y nuevo en la orfebrería orientalizante y que parece recordar ciertas tradiciones proceden-tes del mundo continental europeo llegados a la Península al inicio de la Edad del Hierro. 90 Sinembargo es evidente que esta técnica trata de imitar aquí el efecto del cuerpo granulado quevemos en otras piezas de Aliseda. Este troquel circular lo vemos también en la cabeza de car-nero de El Berrueco 91 y en el thymiaterion sirio-chipriota de Cástulo, lo que podría indicar unorigen mediterráneo. 92 Otro detalle de interés son los aritos, formados por un hilo arrollado, queocupan el borde de la pieza y que por su escasa consistencia creemos estarían dedicados a sercosidos a alguna pieza de tela, tal vez un cinturón o diadema, de la que sería el remate, comovemos en la diadema de Aliseda .

. Los motivos, salvo los círculos troquelados, son plenamente orientalizantes. El motivo dedoble voluta recuerda por ejemplo el del anillo con cuatro escaraboides de este mismo tesoro.El motivo central es algo ambiguo y dudoso, tal vez una doble voluta estilizada, pero los grifosfrente al árbol de la vida es uno de los motivos más característicos del orientalismo.

Tal vez el paralelo más próximo sea en tamaño y forma una placa de plomo cubierta deuna lámina de oro procedente de Malta y conservada en Ashmoleam Museum. 93 Se fecha en elsiglo VII a. de J.c. El motivo se encuentra casi idéntico en el relieve fenicio publicado por Re-nan 94 del siglo VII a. de J.c., y que equivale al que ofrece el capitel protoeólico de Golgoi 95 yel escarabeo de amatista de este tesoro de Aliseda. % También vale para este elemento cuanto seha dicho de los grifos del cinturón aunque éstos ofrecen una rigidez que los aparta de la ligerezay fluidez de esta pieza que recuerda por su actitud la gracia de otras representaciones similarescomo la que aparece en cerámica de tipo Medellín, % a la plaza de Ibiza 97 o el trípode de barrode Cádiz 98 y en el mundo de la orfebrería la actitud de la figura del anillo de la tumba 5 de laJoya 99 aunque el grifo es un motivo frecuente en la Península. 100

El motivo del árbol de la vida aún se aproxima más al que vemos en las placas del cinturón." La parte inferior es igual a las dobles volutas de los bordes y la superior a las palmetas de la

zona central faltando únicamente el granu1ado que ofrece esta rica pieza. Los paralelos que sehan señalado para este motivo del cinturón 101 valen para esta pieza aunque indudablemente losmás próximos son los de la pieza de Malta citada y los extremos de la diadema del tesoro de

90 Véase capítulo II dedicado a la orfebrería del Bronce Final, p. 34, nn. n y 73.91 Véase más adelante, capítulo VII, p. 256.92 J. M. Blázquez, 1975, pp. 263 ss., f. 10.93 D. Harden, 1962, 1. 91.94 E. Renan, 1864, Mission de Phénlcie, París, 1. 4.95 D. Harden, 1962, 1. 45.% Véase más arriba, n.s 66, p. 208.% a Véase más adelante el estudio de estos materiales, capítulo XI, p. 431, 1. LXXV, F.97 J. M. Blazquez, 1968, 1. 55 A.98 C. Blanco, 1970, "Nuevas piezas fenicias del Museo Arqueológico de Cádiz", A. E. Arq, 43, pp. 50

ss. f. l.99 J. P. Garrido, 1970, "Excavaciones en la Necrópolis de 'La Joya', Huelva", E.A.E. 71, Madrid, p. 32,

f. 19, 1,1. 18.lCO M. M. Vidal de Brandt, 1973, "La iconografía del grifo en la Península Ibérica", Pyr enae 9, pp. 7 ss.101 A. Blanco Freijeiro, 1956, pp. 41, 42.

212 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

Évora 102 que ofrecen el mismo motivo aún más estilizado en forma de espirales contrapuestascuyo último eco aparece en el tesoro de Jávea.P'

En resumen, esta pieza se debe considerar .un remate de un .cinturón o de JJ.Da ..cinta o diade-ma de tela. Su técnica obliga a considerarla de distinto taller que el resto del tesoro del que for- .maba parte, en cuyas piezas parece muy directamente inspirada aunque con el aporte de ciertatécnica local como el troquelado. en vez de filigrana que creemos indica un taller peninsular encontacto tal vez con tradiciones. centroeuropeas extrañas ai resto de las piezas de este tesoro conlas cuales queda vinculada en técnica, forma y motivos.

287. Cuenco de oro 104 (fíg. 75. 2. Jám.XXXIV. 3). Es en forma de casquete esférico conel borde redondeado sin ninguna particularidad de interés salvo la riqueza del material de queestá formado. La semejanza de su forma con pateras fenicias ya la. señaló Mélida y ciertamenteesta forma, aunque muy sencilla, se aproxima a recipientes del Mediterráneo Oriental 105 pues notiene paralelos en el mundo europeo.

FIG. 75. Vaso de .cristal tallado y cuenco de' oro del tesorode Aliseda. Escala 1: 2.

102 C. Blanco de Torrecilla, 1959, "El Tesoro del Cortijo de Evora", A. E. Arq. 32, f. 3. J. M. Carriazo,1970, "El tesoro y primeras excavaciones de Évora", E.A.E. 69, 11.2 Y 7.

103 J. R. Mélida, 1905.104 J. R. Mélida, 1921, n." 20.lOS E. Gjerstad, 1948, S.C.E. IV, 2, p. 150, f. 28, 2; p. 159, f. 33, 1. E. Aubet, 1971, "Estudios sobre el

período orientalizante I"J Studia Archoeologlca 10.

EL TESORO DE ALISEDA 213

OBJETOS DE PLATA

288-98. Recipientes de plata 106 (fig, 76, 1 Y 2, Iám, XXXV, ¡Y 2). Un numeroso grupo demás de cien fragmentos de plata parecen pertenecer a uno, o tal vez dos grandes recipientes. Unode ellos al parecer era una especie de urna de perfil en S con la boca de unos 25 cm. de diámetro.Ofrece borde engrosado y liso de sección ligeramente triangular. Por estar muy Incompleta su re-construcción resulta imposible y su forma por este motivo tampoco es segura pero no parece tra-tarse de un brasero o vaso poco profundo como hasta ahora se ha supuesto (fig. 76, 1).

Los paralelos orientales de esta pieza son desconocidos y bien pudiera tratarse de la urnacineraria de la sepultura si se comprueba que en efecto no tiene nada que ver con un "braseri-110". 107 '

FIG. 76. Recipientes de plata muy fragmentados del tesoro de Aliseda. Escala 1: 2.

!()6 J. R. Mélida, 1921, p. 30, n." 22.IOí E. Gjerstad, S.e.E. IV, 2, 1948, .f. 28, 10, p. 152.

214 LA ORFEBRERÍA ORIENTALIZANTE

La forma del borde recuerda la del cuenco de oro y otras piezas fenicias y chipriotas 108

con las cuales se podrían relacionar los fragmentos de una patena o cuenco abierto, que tal vezestuviera carena da aunque su fragmentario estado no permite precisar su forma. La diferenciade perfil, de curva suave, y el reborde del labio engrosado hacia el interior individualizan cla-ramente esta pieza respecto a la anterior. y la aproximan más a los paralelos orientales 109 (fig.76, 2).

290. "Braserillo" de plata con soporte de usa con rnanosr" (fig. 77, Iáms. KKXVI yXXXVII). Es un cuenco de casquete -esfériceeon un borde horizontal que re une al-soporte delasa formada por dos manos opuestas y dos anillos.

Este cuenco pertenece al tipo más antiguo <fela serie estudiada por Cuadrado, 111 cuya fechadebe situarse hacia el siglo VII a. de J.C. y que forma parte de los elementos más típicos delmundo orientalizante en la Península hasta el punto que fuera de ella los paralelos sólo se cono-cen en Oriente. 112

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·~~------E-._----7\

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FIG. 77. "Braserillo" de plata del tesoro de Aliseda. Escala 1: 3.

108 E. Gjerstad, S.C.E. IV, 2, 1948, f. 28 f.109 Otro fragmento de un cuenco de bronce se halló en Setefilla. M.E. Aubet, 1974, "Estudios sobre el pe-

ríodo orientalizante Il", Studia Archaeologica .27, ..p.J2, f. 312.110 J. R. Mélida, 1921, p. 29, n." 21.III E. Cuadrado, 1966, "Los recipientes rituales metálicos con "asas de manos" de la Península Ibérica",

J:.rab. Pr~h.2f,·pp. 12 ss. Fecha la pieza en el siglo VI, pero sin motivos suficientes a nuestro juicio.112 E. Cuadrado, 1966, pp. 55 ss. W. Cullican, 1971, "Handle-attachrnents from Nubia, A note", Zephyrus

21.22, pp, 309 ss, Ofrece paralelo:n;JYNtrbia;"f<:!.:hados íraclael .siglo "in")' -en todo-caso anteriores-al 550 a. C.y considerados de influjo fenicio.

EL TESORO DE ALISEDA 215

Con este brasero probablemente se debe asociar un asa de característica forma en omega ycon los extremos ensanchados (fig. 77. 2) cuya filiación oriental es también indudable. 113

OBiETOS DE BRONCE

291. Espejo de bronce 114 (fig. 78. lám. XXXVIII. 1). Es un disco algo fragmentado de 16cm. de diámetro. totalmente liso en ambas caras y sin ofrecer señales de asa ni enmangue, tal vezpor tener los bordes deteriorados. Sus paralelos orientales son evidentes us aunque. como otrosobjetos de su contexto. pasó a formar parte de la cultura local de la Península y del Occidente Me-diterráneo tal vez desde fechas muy tempranas como vemos en el depósito del Bronce Final deLloseta.!" siendo de particular interés su aparición en el ajuar de la necrópolis orientalizante deJoya. 117

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FIG. 78. Espejo de bronce del tesoro de Aliseda. Escala 1:2.

113 W. Cullican, 1971, p. 313.114 J. R. Mélida, 1921, p. 30, n." 23.115 E. Gjerstad, S. C. E. IV, 2, 1948, pp. 142 SS., f. 25. El prototipo pudiera ser egipcio.116 M. Almagre, 1966, Las estelas decoradas del Suroeste peninsular, B.P.H. 8, p. 188. M. Almagro, 1962,

Inventaria Archaeologica E. 7, 2 (1), Madrid. Véase las referencias a este elemento en el capítulo V dedicadoa las estelas decoradas extremeñas, p. 183.

m Amable comunicación de su excavador J. P. Garrido, J. M. Blázquez, 1975, p. 392.

216 LA ORFEBRERÍA ORIENT ALIZANTE

OBJETOS DE VIDRIO

291. Botella de vidrio 118 (fig. 75. 1. 1áms. XXXIX a XLI). .Esta importante pieza ofrece for-ma piriforme como los vasos de metal tan característicos de la metalistería fenicia. El vidrio es ver-de. tal vez fundido a la cera. tallado y grabado. Ofrece gruesas paredes y decoración de jeroglífi-cos de tipo ornamental. 119 Sus paralelos son un escaso número de piezas de dispersión muy am-plia pero que hacen suponer se trata de un producto asirio de influencia fenicia o más probable-mente sirio, aunque no sea posible precisar el taller de esta pieza. 120

OBJETOS DE PIEDRA

292. Pieza con extremos perforados 121 (Iárn. XXXVIII. 2). Es prismática aunque con loslados abombados. Considerada por Mélida como una piedra de afilar. su verdadero destino se nosescapa. Un posible valor ritual no se puede descartar pues piedras semejantes. aunque sin perfora-ción. aparecen a veces en sepulturas como en Acebuchal t" o en El Raso. 123

Por sus dos perforaciones recuerda los brazaletes de arquero de la Edad del Bronce 124 aun-que el mayor grosor de esta pieza y la diferencia cronológica no permitan confirmar esta interpre-tación.

CERÁMICA

Aparte de estos elementos que y.a .eran.conocidos y más o menos valorados. la reciente orga-nización de los fondos del Museo Arqueológico Nacional ha permitido localizar los fragmentoscerámicas procedentes de este hallazgo. algunos de los cuales fueron ya señalados por Mélidapero nunca publicados ni valorados.

Por su interés para conocer el verdadero contexto cultural de este hallazgo los describimosdebidamente a continuación (fig, 79. lám. XLII):

Cerámica a mano

293. Fragmentos de una urna (fig. 79. 1). Ofrece un borde vuelto bastante vertical bajo elcual corre una línea de impresiones digitales. La panza. al parecer ovoide. ofrece la superficie tra-tada a cepillo. Pasta tosca con gruesos desgrasantes de cuarcita y mica, pero compacta y de buenacalidad.

ns J. R. Mé1ida. 1921. pp. 30-31, n.? 34.119 l. Gamer-Wallert, 1976, "Die Hieroglyphen der Glaskanne ven La Aliseda' (Cáceres)", Rev. Universi-

dad Complutense 25, pp. 127 ss.120 A. von Saldern, 1970, "Other Mesopotamian G1ass Vessels (1500-600 B. C.)", en A. L. Oppenheim y

otros, Blass and Glassmaking in Ancient Mesopotamia, New York, n.? 44, pp. 212 Y 225, fig. 39. J. M. Blázquez,1968, pp. 60 ss.

121 J. R. Mélida, 1921, p. 32, n.v 25.122 G. Bonsor, 1899, ff. 119-120, pp. 88 ss.123 Comunicación personal de F. Fernández a quien agradecemos la noticia.124 H. Schubart, 1975, Die Kultur der Bronzezeit im Südwesten der Iberischen Haibinseí, M.F. 9, Ber-

lb, p:,=,. 96 S3. L. Siret, 1890, Les primeras Edades del Metal en el Sudeste de España, Barcelona, 1. 24, etc,

·EL TESORO DE ALISEDA 217

I

FlG. 79. Fragmentos cerámicas recogidos junto al tesoro de Aliseda. Escala 1: 2.

218 . LA ORFEBRERfA ORIENTALIZANTE

294. Cuenco con gallón perforado (ñg. 79. 2). Ofrece un borde curvado hacia fuera y unapanza redondeada a la cual se ha adosado un gallón vertical aquillado perforado Iongitudinal-mente para pasar una cuerda de suspensión.

La pasta da sensación de tosquedad pero es compacta y de buena calidad.

Cerámica a torno de fuego oxidante

295. Dos asas de una urna. Debió ser de buen tamaño, de cuerpo ovoide y de cuello vuel-to al exterior del cual saldrían dos o cuatro asas bífidas.

Barro rojizo de rotura rugosa pero compacto y al parecer cubierto de una capa más claraen su superficie (fig.79, 5 Y7).

296. Asa de ánfora púnica. Muy rodada, ofrece una pasta semejante a la pieza anteriorpero con desgrasantes de cuarcita de mayor tamaño (fig. 79, 6).

297. Asa de ánfora púnica. Es de forma más gruesa que la anterior y de pasta de aspectomás arenoso (fig. 79. 8).

Cerámica a torno de fuego reductor

298. Fragmento de plato de cerámica gris. Ofrece forma de casquete esférico con el borderedondeado. Pasta fina bien depurada pero algo abizcochada (fig. 79, 3).

299. Fragmento de plato (fig. 79, 4). Ofrece un amplio borde convexo inclinado haciafuera y diferenciado del resto del cuerpo por una pequeña carena bien señalada. Pasta toscacon mucho desgrasante que da a la superficie un aspecto arenoso y áspero.

Entre las cerámicas es de interés la presencia de cerámica a mano. El fragmento con ungallón vertical perforado queda de momento sin paralelos en la región, aunque formas agallo-nadas no son extrañas al Bronce Tardío del Suroeste Peninsular. 125 Por el contrario las urnas acepillo y con impresiones digitales son características de este ambiente orientalizante y se cono-cen en Extremadura 126 y en el Valle del Guadalquivir, por ejemplo en los yacimientos de la zonade Carmona, .127 Córdoba 128 o Huelva 129 en estratos fechados hacia el pleno siglo VII a. de J.C.

De la cerámica a torno, la urna de asas dobles es una forma característica de la fase orien-talizante en el Mediterráneo Occidental 130 y en la Península 13l y se puede fechar bien en el si-glo VII a. de J.C.

Las asas de ánforas son en sí menos precisas aunque este tipo de ánfora s recuerda por suspastas sobre todo a las de Medellín que examinaremos más adelante. 132

125 H. Schubart, 1975, ff. 2, 4, 35, 36, 26, 58 Y mapa 18.126 Véase el capítulo IV dedicado a las cerámicas del Bronce Final, pp. 134 ss. y M. Almagro-Gorbea,

1971, "La necrópolis de Mede11ín", N.A.H. 16, p. 193, 10,3.m G. Bonsor, 1899, f. 58, etc.128 A. Blanco y otros, 1968, "Panorama tartésico en Andalucía oriental". Tartessos. V S.l.P.P., Jerez, pá-

ginas 126 ss., 11.5 Y 8. J. M. Luzón y D. Ruiz Mata, 1973, Las Raíces de Córdoba, Córdoba, 1. 18.129 A. Blanco y otros, 1968, pp, 126 SS., ff. 5 Y 7.130 A. M. Bisi, 1970, La cerámica Púnica, Nápoles, 1970, 1. 11, 2 Y 3. G. Vuillemot, 1965, Reconnaissances

aux Echelles Puniques d'Oranie, París, f. 20, etc.131 G. Bonsor, 1899, f. 107. A. Blanco y otros, 1969, ff. 23 y 25. H. G. Niemeyer y H. Schubart, 1969,

"Toscanos-1964", M.F. 6, 1. 6. M. Rodríguez de Berlaga, 1900, El Museo Lorigiano, Málaga. J. M. Luzón yD. Ruiz Mata, 1973, 11. 15, 22, etc.

132 M. Almagro-Gorbea, 197!, p. 192, f. 10, 1. Ver más adelante el capítulo XI dedicado al yacimientocitado, pp. 469-70.

EL TESORO DE ALISEDA 219

Las cerámicas grises son características del mundo orientalízante extremeño y se hallan muybien representadas en Medellín 133 aunque el fragmento de borde convexo puede m,uy bien serfactura local, el de casquete tal vez no 134 y en cualquier caso representa otro elemento más delmundo orientalizante.

VALORACIÓN CULTURAL DEL TESORO DE ALISEDA

En resumen, del examen realizado del llamado tesoro de Aliseda se obtienen interesantesconclusiones que son fundamentales para la visión de conjunto que intentamos esbozar .

.Enprimer".lugar hayqueseñalar la homogeneidad técnica de las piezas de orfebrería, 10 r.-' ~. ~ _. ,'_ .• -. "- "~""-"-"'_"' .. ",~". " ,'_"" _,_... -, ..•. .' •..... ,.... -, ,_,' ::"", .. , "i .,,-',':C,-:--. , .•~. :.,"díál'hi¿l; 'sup~~er qué-pr~éeden"-de~{;''n~'éeiitro~~comúny son: de crQñ()ldgí~-semejante. 135 - {

Algunas piezas como la botella (le vidrioy los, escarabeos parecen ser de origen" sirio-feni- ,cio casiseguro comoyahemos s~ñalado.~Elir~s·tode las joyas ofreceitigualmentesuSparalélo~"iná~'próximbseri 'diéhás zonas y en Chipre l'efo con cie~ia:s,cpartfctilaridade~ que en conjunto~cen p.~Esa~,~!!....!1_!1.J-ª-Ui~,dif~I~Jlt~Lqu~~ci~!ó l~l~nt~.~os i~.ª-~l~~etEi~ o !E-!S posi-blemente un influjo paralelo al que manifiestan ciertas joyas etruscas, que se evidencia en a:rgú-:-nos temas' y-e-ií'-aetalIes--técnlCOs~como~-iasr~set;s-d~--hii~~r~j!~d_Q:_ESie":'i?l~~d.,eTa;-J~Y-;sde .,ATlsedaseraentifica adema-spor -CIerto~~oqci;~~~-'-y-te;¿encia a una expre-;ión -~ás'jugos;~-------"-_._".---'~---..,--"---_._-.'-' ...•,,-.-_ ..,,--_...•.•-- -,'-_ .._--,•..-_._,--, .. - -. --... --~.---- ... - - . .- -- ,- - -- "

de los temas orientalesquecaracterizan todo este c"onjuntoque indudablemente pertenece almíin- "00 orientalizante. La nueva pi~,i;;d~·Álised~·-;q~í d~d~~'a'c~~oc~r-"es"indudabiementé-una --~br~~'-'(te'distintd taller,' pero derivada de'l~'s piezas' anteriores. _.. .--., ..-,~

=~ 'Por último hay que tener en -cuenta las cerámicas que nos aportan nuevos e interesantes pun-tos de vista pues por una parte confirman el carácter orientalizante del conjunto, en especial lascerámicas a torno, aunque su procedencia peninsular, y tal vez incluso local. parece evidente.Las cerámicas señalan el fuerte y arcaizante substrato indígena que no parece lógico hallar juntoa tan refinada orfebrería, pero que tanto permiten precisar el ambiente socio-cultural.

Además estas cerámicas, están en relación con las que aparecen en el mismo mundo orien-talizante indígena del Bajo Guadalquivir en especial con las de los túmulos de la zona de Carmo-nao 136 Por ello creemos que se debe considerar este tesoro ~oino ajuar de un túIll.ulo sem~~~ª--!os del Bajo Guadalquivir y en el cual se debieron depositar objetos como ajuar funerario delper~~~;j;~nterrado~~---'-"-"---·_-- -----------.-- ------- ---- .-- -,-_ ....

Los restos de la pared subterránea de piedras sueltas al azar sin argamasa junto al que apa-reció el tesoro, es evidente que deben interpretar se como la estructura pétrea de la cámara cuyo tipode aparejo, de piedras unidas con tierra, tan bien documentado queda en Setefiiia. 137

La aparición de los "braserillos de plata" al otro lado del muro hace pensar en la posibilidadde existencia de otra tumba o en un depósito de ofrendas situado junto a la cámara, tal vez cercadel acceso que ofrece este tipo de túmulos.

133 M. Almagro-Gorbea, 1971, pp. 185 ss. Véase más adelante capítulo X, pp. 399 ss. y capítulo XI,pp. 462 ss.

134 M. Almagro-Gorbea, 1971, pp. 188 ss. H. G. Niemeyer y H. Schubart, 1969, L 13.135 A. Blanco Freijeiro, 1956, p. 26. J. M. Blázquez, 1968, p. 136.136 G. Bonsor, 1899.137 M. E. Aubet, 1975, f. 4, 11.2 ss,

220 LA ORFEBRERÍA ORIENT ALIZANTE

Los fragmentos cerámicos por _su diversidad se pueden interpretar como pertenecientes alajuar de la cámara o más prudentemente a sepulturas próximas en un fenómeno semejante al quevemos en Setefilla. 138

Por ello es evidente el nuevo interés histórico que adquiere este conjunto de objetos dentrode la secuencia cultural de Extremadura. El hallazgo de Aliseda puede por tanto interpretarse comoel ajuar de un túmulo funerario de lID .importante. personaje femenino de la cultura local orien-talizante pues su relación con este mismo .rito funerario en la zona del Guadalquivir es evidente.

El rito de enterramiento en túmulo podría relacionarse con otros túmulos de la Península Ibé-rica y del Suroeste de Europa 139 pero esta semejanza más bien debe considerarse debida al influjode un ambiente socio-económico parecido. en el marco de la existencia de una clara alta jerar-quia social y de una economía predominantemente ganadera. que ha facilitado la difusión y elarraigo de la idea del enterramiento tumular. El detalle de la existencia de una cámara abierta,diferencia radicalmente el túmulo de Setefilla de los túmulos europeos y obliga a ponerlo en rela-ción con los enterramientos en cámara mediterráneos. 140

Con este tipo de Setefilla se debería relacionar el de Aliseda. lo que confirmaría el claro ca-rácter orientalizante del conjunto.

Su ajuar también se relaciona especialmente con los de la zona del Bajo Guadalquivir. a lamisma cultura de los cuales pertenece por sus características orientalizantes que evidencian unarápida aculturación de la población indígena sin perder todavía sus fuertes raíces locales.

Este ajuar se puede fechar porisus., paral~19,sen 'el Mediterráneo hacia el .siglo Vlf. a. deCi;-- - -- . . - - •• , " ,. /.. . - -. -' . .' ,- • - 'te

Yla misma fechaofrece losmªteriales,cerámicos,indígena.s. pobres--pero de.grart,yalor.c[<?noló-· ,)gico.) .•a fecl1a~d~Lsigl0VI a\;...dec:.:;Pr:9P~$§!~"ha;.~éaño~!porBhinc_9·14~ya' nopa{eceb§y::s,l:!fi2ie!1- ftemei1teAustific~da ¡>ues.1acasi, totalidad "deIas piezasparecen corresponder al siglo VII. al menos -!las de más s~gur'ósparalelos y más firme cronologla. Además ninguna de ellas ofrece entre sus ca-racterísticas algún detalle que necesariamente se deba colocar en el siglo VI a. de C. La homoge-neidad del conjunto. por otra parte, como ya se ha señalado. permite deducir una fecha bastantepróxima para todo él. Por ello no nos parece desacertada la fecha propuesta por Blázquez deltercer tercio del siglo VII a. de C. 142 basada en el análisis de las piezas y de su enmarque en el con- .texto orientalizante del Mediterráneo.

La fecha algo más tardía de ciertos detalles como alguna de las técnicas de las arracadas 143cuyos paralelos van hacia, el 600 a. de C. nos in~linaría a modo de hipótesis a rebajar algo lafecha propuesta por Blázquez, para fechar el momento de su enterramiento que situamos hacia elúltimo cuarto del siglo VII a. de c.. fecha que creemos resulta concorde con los elementos tan-to internos como externos que tenemos para la valoración del conjunto y para su enmarque en lasecuencia cronológica-cultural de la región en la cual constituye un jalón importante.

Un último problema es el del lugar de procedencia de todos los objetos por su interés paraconocer las relaciones culturales de este período y los focos del orientalismo en Extremadura.

Las cerámicas a mano debemos suponer que son todas locales. Las cerámicas a torno sonalgunas tal vez locales. pero todas peninsulares, probablemente de la Baja Andalucía.

138 M. E. Aubet, 1975, f. 4.139 M. Almagro-Gorbea, 1973, "Los campos de túmulos de Pajaroncillo (Cuenca)", E.A.E. 83, Madrid.140 M. E. Aubet, 1975, p. 157. V. Karageorgis, 1967, Excavations in the Necropolis oj Salamis 1, Nicosia,

pp. 25 ss.141 A. Blanco Freijeiro, 1956.142 J. M. Blázquez, 1968, p. 134.143 A. Blanco Freijeirc, 1956, p, 30.

i

1

EL TESORO DE SERRADILLA 221

Otros elementos de origen determinado son la botella de vidrio y los escarabeos que parecenproceder del área sirio-fenicia.

El resto. del conjunto. ofrece· indudable influjo del área sirofenicia peroc<;mpropiá persona-lidá¿Fy ;é~ñ,Si~r1.iLrasgOschipriota~ o ~de( ~~~do. f~ni~f5.·~'~~¿miticó ent~~did~ '~~ un sentido 4má~ arripÜ6P:jUíiiolcon.~otroide'ecos .etruscos quecórrespondenal mundo orientalizante pero sin')

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un foco .concretó.' Por ello se ha pensado que este foco debió estar situado en el area del Me-diterráneo Occidental. Esta hipótesis parece posible por los elementos que 10 integran, los cualesademás obligan a ponerlo en todo caso en relación con el mundo colonial fenicio o semítico. Ental situación el lugar más adecuado parece ser el Mediodía Peninsular y en él se ha situado pero ~'considerándolos "tartésicos" en el sentido amplio de la palabra. A nuestro juicio estas joyas nose pueden considerar tartésicas en el sentido de considerarlas propias de los indígenas orientali-zados, ni siquiera la pieza nueva de Aliseda que ciertamente presenta características peculiares. '

Todas las joyas por su técnica y concepción no se pueden considerar-otra c()s¡Lque~uI}:.ele-..- __.,.oJ,"_~,-:,,~-_~._--;:~-, +,.:.r... '~.--'-:~ .-:-t-.;~-_' .'~., .•::-"-'" '•.•.•-=-<;~,,"-_~v-_- . - .,. .~._-~, .' ~-:-:c~~·-wt;,:.;.;~it~,~;.,-~~ _ .. _j

mento colonial. "importado" en el mundo mdígena, que no creemos' que fUéra:Lcap~z.g~prodüeir~:w.obtá't~e.tál'calidad.' E'iíT[Óhseéúéncia,'el conjuntode Aliseda, salvo las piezas-deprocedencid 1oriental segura, debe ser considerado del 'Mediterránéo'~Óccid~~tal yde una rcolonia fenicia. A ~nuestro modo de ver sólo Cádiz, por su prestigio e importancia cultural, pudo haber representadoeste papel. 144 Además este hecho se confirma con la tradición de orfebrería en dicha ciudad biendocumentada ya desde el siglo VI a. de C. 145 y el extraño fenómeno de la inexistencia en otrocaso de productos atribuidos a sus talleres que resultaría inexplicable en una época en la que alparecer debió ofrecer esta ciudad su máximo florecimiento y desarrollo e influjo cultural.

Frente a este centro colonial peninsular, capaz de ser un foco del arte orientalizante en todoel Mediterráneo Occidental, los productos indígenas debieran surgir como imitaciones. A estosproductos, que sí podemos considerar ya tartásicos en el pleno sentido de la palabra, se podríaatribuir tal vez el nuevo aplique aquí dado a conocer y otra serie de joyas que examinaremos acontinuación y cuya pervivencia técnica posterior obliga a considerarlos ya con seguridad comoproductos locales.

EL TESORO DE SERRADILLA

Este tesoro constituye después del de Aliseda el mejor exponente de la orfebrería orientalizanteen Extremadura.

Fue hallado en el verano de 1965 al recoger leña en un olivar denominado Cholrito, en eltérmino de Serradilla, Cáceres.

El lugar del hallazgo era un grupo de rnadroñeras y arbustos entre los canchales del oli-var, situado en un paraje de gran pendiente no lejos del pueblo.

El tesoro apareció dentro de un vaso cerámica que rompió y tiró su hallador por lo que he-mos perdido este importante documento cultural. De su interior se recogieron las veinticuatro pie-zas de oro que lo integran con un peso de sólo 103 gramos lo que da idea de la ligereza detodas ellas. Todas las piezas están fragmentadas, probablemente desde la antigüedad, lo cual hace

144 M; Alrnagro-Gorbea, 1974, "L'Age du Fer dans la Peninsule Iberique", en J. Jehasse Ed. L'Age duFer en Mediterranée, Ajaccio, p, 13.

145 M. J. Almagro Gorbea, 1976, "Lote de objetos de oro de orfebrería gaditana", Rev. Universidad Com-plutense 25, pp. 31 ss.

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LAMINA XXIII

Tesoro de Aliseda: Arracadas, brazaletes y detalle de estos últimos.

LÁMINA XXIV

Tesoro de Aliseda: Extremo del cinturón y detalle del mismo.

LÁMINA XXVe

Tesoro de Aliseda: Grifos y flores de loto del cinturón.

LÁMINA XXVI

Tesoro de Aliseda: Tcrques de oro y detalle de su terminación.

LÁMINA XXVII

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Tesoro de Aliseda: Piezas de collar y detalles de las mismas.

LAMINA XXVIII

Tesoro de Aliseda: Anillo basculante con escarabeo de amatista.

LÁMINA XXIX

Tesoro de Aliseda: Anillos basculantes con escarabeos de cornalina y jaspe.

LAMINA XXX

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Tesoro de Aliseda: Sortijas con sello y detalle de los mismos.

LAMINA XXXI.

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Tesoro de Aliseda: Anillo con doble escarabeo .

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LÁMINA XXXII

Tesoro de Aliseda: Anillo con doble escaraboide y anillo con máscaras humanas.

LÁMINA XXXIII

1esoro de Aliseda: Nazrn y palmetas, restos de filigrana y cadenilla de posibleaplicación a una tela.

LÁMINA XXXIV

Tesoro de Aliseda: Extremo de diadema y detalle del mismo y pátera de oro.

LÁMINA XXXV

Tesoro de Aliseda: Vasos de plata fragmentados.

LÁMINA XXXVI

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T cSOIO de Aliseda: Interior y exterior del "braserillo de pia:a.

LÁMINA XXXVII

Tesoro de Aliseda: Enganche de manos del asa cei "braserillo" y asa probable-mente perteneciente 2.1 mismo.

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LÁMINA XXXVIII

Tesoro de Aliseda: Espejo de bronce y posible alisador de oiedra,

LÁMINA XXXIX

Tesoro de Aliseda: Jarro de vidrio con inscripción jeroglífica.

LAMINA XL

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Tesoro de Aliseda: Cartuchos grabados sobre el cuello del jarro de vidrio.

LÁMINA XLI

Tesoro de Aliseda: Inscripción pseudo-jeroglíñca grabada sobre el hombro deljarro de vidrio.

LAMINA XLII

Tesoro de Aliseda: Fragmentos cerámicas hallados con el tesoro,