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EL MALTRATO ESCOLAR
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EL BULLYING
Es un fenómeno referente a la violencia escolar, específicamente el maltrato e
intimidación cotidiana, entre niños, niñas y adolescentes. El comportamiento
presentado durante este fenómeno es agresivo y con la intención de agredir a otro
para causarle daño; es persistente y repetitivo; puede durar semanas, meses o
incluso años.
En el bullying destaca un abuso de poder y un deseo de intimidar y/o dominar al
otro. Se da entre iguales, con un rango de diferencia de edades no mayor a los 3
años, y sucede generalmente entre varias personas, dejando sin defensa a la
víctima.
El agresor intimida a la víctima sin ninguna provocación, lo agrede causándole un
daño físico y/o emocional, que se manifiesta en baja autoestima, ansiedad e
incluso depresión, dificulta su integración con en el medio escolar y el desarrollo
normal del aprendizaje. A su vez, el agresor aprende que por la violencia puede
llegar a lograr sus metas, tomando decisiones impulsivas y poco asertivas.
De igual manera esto afecta a los demás compañeros que son testigos, ya que
llegan a ver este fenómeno como “natural” y los insensibiliza ante la violencia.
Tipos de bullying
Bullying físico: es la forma más habitual del bullyng. Incluye toda acción corporal
(golpes, empujones, patadas, formas de encierro, daño a pertenencias, etc.). En
los últimos años esta situación ha llegado a mezclarse con varias formas de abuso
sexual. Se identifica porque suele dejar huellas corporales. De acuerdo al
desarrollo, este comportamiento se vuelve más agresivo y violento con daño
específico en los varones.
Bullying verbal: incluye acciones no corporales (poner apodos, insultar,
amenazar, generar rumores, expresar dichos raciales o sexistas con la finalidad de
discriminar, difundir chismes, realizar acciones de exclusión, bromas insultantes y
repetidas, etc.). Tiene mayor uso en las mujeres en la medida que se acercan a la
adolescencia.
Bullying psicológico: son formas de agresión, amenaza o exclusión que se
llevan a cabo a espaldas de cualquier persona que pueda avisar de la situación; el
agresor puede permanecer en el anonimato (una mirada, una señal obscena, una
cara desagradable, un gesto, etc.).
Bullying Social: consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la
víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien
ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales
entre amigos o compañeros de clase.
Bullying en los colegios
En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes
sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive
esporádicamente.
Los datos se repiten alrededor del mundo, el acoso escolar afecta a niños de
todas las condiciones sociales, está presente en colegios públicos y privados, en
ciudades grandes y en pueblos más pequeños.
Cyberbullying: se practica a través de correos, blogs, páginas personales, chats,
telefonía celular, llamadas y mensajes de texto.
Estos medios le brindan al agresor la oportunidad de permanecer en el anonimato
y realizar acciones como las amenazas, difamaciones, groserías y las diferentes
formas de comunicación agresiva y violenta.
El acoso escolar es una amenaza que puede afectar a cualquier niño
El bullying se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y
repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más
estudiantes contra otro u otros. La persona que ejerce el bullying lo hace para
imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos,
agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de
meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos.
El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto
que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el
suicidio.
El hostigamiento y el maltrato verbal o físico entre escolares es bullying. Es un
acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno
o varios acosadores a una o varias víctimas. "un estudiante se convierte en
víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del
tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”, es la
más aceptada.
- Los expertos señalan que el bullying implica tres componentes clave:
-Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede
ser real o sólo percibido por la víctima.
- La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la
víctima de un modo intencionado.
Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se manifiesta.
Lo primero que un padre debe saber sobre la violencia entre niños, conocida en
inglés como bullying es que no es cosa de niños, sino un problema grave de salud,
especialmente en las escuelas, como lo indica la Organización Mundial de la
Salud.
En la actualidad el problema de la violencia entre niños y jóvenes es tan grave en
Estados Unidos que hasta grupos defensores de los derechos civiles están
pidiendo que el gobierno pase una ley Federal, para tipificarlo como un delito y
castigar aquellos niños o jóvenes que hostigan o intimidan a otros.
Ante una realidad tan preocupante, como padres es vital conocer cuáles son las
señales y cómo se puede prevenir el bullying, y determinar si factores
socioeconómicos, la propia agresividad de los padres o la convivencia familiar,
que se puede ver reflejada en las interacciones intrafamiliares, tal como la forma
cómo se tratan los hermanos son todos factores indicativos de que existe dentro
de la familia problemas con la violencia que se reflejan en la convivencia escolar
con otros.
Todos los estados en el país ya tienen leyes o políticas anti-bullying que obligan a
las autoridades educativas en los respectivos distritos escolares tomar
medidas prevención contra el bullying en la escuela.
Por ello, es importante saber cómo definen este tipo de violencia las autoridades y
la escuela, qué es considerado bullying, qué debes hacer para educar a tú niño
sobre la convivencia sin violencia, y cómo brindarle apoyo psicológico si en algún
momento es víctima de la violencia de otro.
El bullying en las escuelas es cada vez más común y se da con mayor frecuencia
en niños más pequeños. El gran problema de esto es que el bullying puede afectar
tanto la salud mental de un niño que hay varios casos de suicidio por bullying.
El bullying se refiere a un acoso y abuso psicológico y/o físico constante a una
persona. Existen diferentes tipos de bullying y éste puede estar presente en
personas de todas las edades. Se da con mayor frecuencia en la casa (familia),
escuela (alumnos) y en el trabajo (compañeros).
Tipos de bullying
• Número de bullyign: pueden ser varias personas las que ataquen a una sola
persona o una persona atacando a otra persona.
• Bullying psicológico o físico: para agredir a una persona sólo con las palabras
para menospreciarla basta, aunque existen otros casos en los que también hay un
abuso físico.
• Medio del bullying: generalmente el bullying se da cara a cara de una persona
atacando a otra, pero hoy en día, el cyberbulling se está volviendo común, ya que
es muy fácil atacar a una persona a través de la computadora y sin enfrentarlo
directamente.
¿A quiénes afecta el bullying en las escuelas?
Generalmente, las personas más vulnerables al bullying son aquellas con baja
autoestima. En los niños, por ejemplo, es muy común que los niños mayores
acosen a los menores, ya que los pequeños pueden tenerles miedo.
En las escuelas, los niños pequeños y con características diferentes a las de los
demás son los más afectados puesto que es más sencillo molestarlos y es posible
que al sentirse diferentes se sientan menos importantes o especiales.
Los niños no son los únicos afectados, también las maestras y maestros pueden
recibir bullying por parte de los alumnos, ya que en muchas ocasiones no pueden
controlar a un grupo y no le permiten hacer su trabajo
¿Cómo detectar un abuso o ataque en la escuela?
En los niños uno de los mayores indicadores de que el niño está siendo abusado
en la escuela es que odia ir a clases o que muestra temor cuando tiene que ir a la
escuela. Muchas veces creemos que el comportamiento es normal y lo dejamos
pasar, pero es importante tomarlo como foco rojo antes de que sea demasiado
tarde.
También puede ser normal que no quiera ir a casa de sus amigos o que no tenga
amigos en la escuela. Es normal que los niños socialicen y no tener amigos puede
ser causa de bullying.
Rara vez los niños van a decir algo a sus papás sobre el abuso que están
recibiendo, ya que probablemente estén amenazados por el bullyign
Es importante tener una comunicación constante con los maestros sobre el
comportamiento de los niños, especialmente cuando hay un comportamiento
anormal y/o diferente.
Además, la situación se agrava cuando los afectados les ocultan el problema a los
adultos con los que conviven, como sus padres o profesores. Algunas medidas
para prevenir y atacar este problema, son:
1. No le pidas a tu hijo que resuelva solo el problema y mucho menos con
violencia, porque esto, lejos de solucionar el problema, puede ocasionar más
estrés en los niños o adolescentes. Fomenta valores como responsabilidad,
solidaridad, entre otros, con tus hijos.
2. Evita que en casa haya gritos, golpes o insultos, recuerda que los niños son un
reflejo de los que viven en casa.
3. Enseña a tus hijos a controlar sus emociones e impulsos.
4. Determina límites en su conducta.
5. Relaciónate y conoce a los amigos de tus hijos.
6. Enseña a tu hijo a reconocer sus errores y a pedir disculpas si es necesario. Si
comprobaste que tu hijo es un acosador, no ignores la situación porque
seguramente se agravará, calmadamente busca la forma de ayudarlo.
7. Cuando se detecta un caso de bullying, los padres del niño o adolescente
deben trabajar conjuntamente con la escuela para resolver el problema de una
forma inmediata.
8. Habla con los profesores, pídeles ayuda y escucha todas las críticas que te den
sobre tu hijo. Mantente informado de cómo la escuela está tratando el caso y los
resultados que se están obteniendo.
9. Nunca dejes de demostrarle amor a tu hijo, pero también debes hacerle saber
que no permitirás esas conductas agresivas e intimidatorias; además, deja muy
claras las medidas que se tomarán a causa de su comportamiento.
10. Si efectivamente comprobaste que lo están acosando, mantén la calma y no
demuestres preocupación, el niño tiene que ver en tu rostro determinación y
positivismo.
Maestros y administradores escolares
La prevención y erradicación del acoso escolar consiste en el compromiso de
crear un ambiente seguro, en el que los niños puedan progresar social y
académicamente sin sentir temor. APA recomienda que los maestros, padres y
alumnos tomen las medidas siguientes para evitar el acoso:
Estar informados y alertas: Los maestros y administradores deben estar
conscientes de que si bien el acoso ocurre generalmente en sitios como los baños,
el patio de juegos, los pasillos llenos de personas y los autobuses escolares,
además sucede con teléfonos celulares y computadoras (donde existe poca o
ninguna supervisión); debe ser tomado muy en serio. Los maestros y
administradores deben enfatizar que informar no es delatar. Si un maestro observa
un caso de intimidación en el aula, debe intervenir inmediatamente para impedirlo,
reportar el incidente e informar a los administradores escolares correspondientes
para que sea investigado. No es recomendable realizar una reunión conjunta con
el acosador y el acosado, pues sería vergonzoso e intimidaría enormemente al
estudiante que ha sido objeto del abuso.
Participación de estudiantes y padres: Es necesario que los estudiantes, así como
los padres, formen parte de la solución, y participen en equipos de seguridad y
grupos especiales contra la intimidación escolar. Los estudiantes pueden
informarles a los adultos acerca de lo que está ocurriendo realmente, y también
mostrarles las nuevas tecnologías que se utilizan para la intimidación. Los padres,
maestros y administradores escolares pueden contribuir a que los alumnos
adopten un comportamiento positivo, y enseñarles cómo intervenir en un caso de
abuso. Los estudiantes de más edad pueden ser mentores e informarles a los más
jóvenes con respecto a prácticas seguras de navegación por la Internet.
Crear expectativas positivas con respecto al comportamiento de estudiantes y
adultos: Las escuelas y aulas deben ofrecerles a los estudiantes un entorno
seguro de aprendizaje. Los maestros y entrenadores deben recordarles
explícitamente a los alumnos que el acoso escolar es inaceptable, y que ese tipo
de comportamiento tendrá las consecuencias correspondientes. Los maestros y
administradores deben crear un documento en contra del acoso, y pedirle a cada
alumno, así como a sus padres/tutores, que lo firmen y entreguen en la oficina,
para que comprendan la gravedad que implica un caso de intimidación. Además, a
los estudiantes que confrontan dificultades para adaptarse o tener amigos, se les
pueden facilitar amistades o darles “trabajo” a la hora del almuerzo y el receso,
para que no se sientan aislados ni corran peligro de convertirse en víctimas de
acoso.
Padres de niños acosados
Observe la actitud de su hijo para detectar señales de acoso: No siempre los niños
son propensos a decir que los están intimidando. Entre las señales de que un niño
está siendo acosado figuran: ropa desgarrada, temor a ir a la escuela, disminución
del apetito, pesadillas, llanto o depresión y ansiedad general. Si descubre que su
hijo es objeto de acoso, no recurra a frases como “no le hagas caso” ni “aguanta
sin quejarte”. Por el contrario, sostenga conversaciones abiertas en las que pueda
enterarse de lo que ocurre en la escuela con el fin de tomar medidas apropiadas
para rectificar esa situación. Pero esto es lo más importante: hágale saber a su
hijo o hija que está dispuesto a ayudarle y que no intente contraatacar al acosador.
Enséñele a su hijo a hacerle frente al acoso: Mientras no se pueda tomar alguna
medida a nivel administrativo, enséñele a su hijo a hacerle frente a la intimidación
sin exponerse a ser maltratado físicamente ni derrotado en una pelea. Practique
en casa para que su hijo aprenda a ignorar al acosador y/o crear estrategias
enérgicas a fin de manejar la situación. Ayude a su hijo en la identificación de
maestros y amigos que pudieran ayudarlo en caso de ser víctima de intimidación.
Establezca los límites con respecto a la tecnología: Manténganse informados,
tanto usted como sus hijos, acerca del acoso cibernético, e incúlqueles a sus hijos
que no deben responder mensajes amenazadores, ni tampoco reenviarlos.
Hágase “amigo” de su hijo o hija en Facebook o MySpace, y active los filtros
adecuados en su computadora. Además, trate de que la computadora familiar sea
la única que usen sus hijos, y colóquela en un sitio de la casa donde esté visible y
pueda ser supervisada. Si decide darle a su hijo un teléfono celular, analice con
cuidado antes de permitirle que use la opción de cámara. Además, comuníquele
que va a supervisar sus mensajes de texto. Como padre, usted puede insistir en
que los teléfonos se guarden en un área donde todos tengan acceso (como la
cocina) a determinada hora de la noche, para impedir el acoso nocturno y los
mensajes inadecuados. Los padres deben reportar el caso de intimidación en la
escuela, y darle seguimiento por medio de una carta con copia al Superintendente
Escolar si su pesquisa inicial no recibe respuesta.
Los padres deben reportar a la policía los mensajes amenazadores y guardar las
evidencias pertinentes de los mensajes de texto, de correo electrónico, o los
comentarios colocados en los sitios web.
Padres de niños acosadores
Detener el acoso antes de que comience: Hable con sus hijos acerca del acoso
escolar. Es posible que su hijo esté confrontando problemas para comprender los
signos sociales, e ignore el daño que está haciendo. Recuérdele a su hijo que
intimidar a otros puede acarrear consecuencias de índole jurídica.
Una casa “libre de acosadores”: Los niños imitan las formas de comportamiento
que adoptan sus padres. Estar expuesto a un comportamiento agresivo o a un
entorno demasiado estricto en casa hace que el niño tenga más propensión al
acoso escolar. Los padres/tutores deben dar ejemplos positivos en su forma de
relacionarse con otras personas y con sus hijos.
Detectar problemas de autoestima: A menudo, los niños con problemas de
autoestima acosan a otros para sentirse bien consigo mismos. Incluso los niños
que gozan de cierta popularidad y aceptación pueden tener tendencias crueles.
Los padres deben evitar y castigar el comportamiento cruel de sus hijos.
Estudiantes
Reportar los casos de acoso personal y cibernético: Es importante que los
estudiantes informen a un padre o a un adulto de confianza sobre cualquier caso
de intimidación. Con frecuencia, los niños no reportan casos de acoso cibernético
porque temen que sus padres les impidan usar el teléfono o la computadora. Los
padres deben respaldar a sus hijos si éstos les informan de un caso de
intimidación, y no impedirles que usen el teléfono como consecuencia de esa
situación. Los niños deben recordar que el acoso escolar es incorrecto, y que debe
ser resuelto por un adulto.
No responder al acoso con violencia: Aunque puede ser difícil quedarse cruzado
de brazos ante el acoso, como dice el refrán: “Dos males no hacen un bien”. Trate
de no demostrar enojo ni llorar. Hay que decirle con calma al acosador que deje
de intimidarlo, o, simplemente, alejarse para evitar problemas.
Estar siempre acompañado: Siempre que sea posible, evite que ocurran
situaciones en sitios donde no haya otros estudiantes o maestros. Trate de ir al
baño con un amigo o almorzar en grupo. Cuando monte en el autobús escolar,
siéntese cerca de la parte delantera. Si conoce a algún estudiante que acostumbra
a acosar a otros en un área de la escuela donde usted suele caminar, almorzar o ir
a clases, trate de usar pasillos alternativos para llegar a su destino.
La sociedad no puede permanecer ajena al acoso escolar, un maltrato que se da
en uno de los ámbitos fundamentales para la socialización de los niños. Una vez
desenmascarado el problema se ha de poner en la agenda de los poderes
públicos para asegurar su prevención, detección e intervención eficaces.
Una intervención adecuada que tiene que empezar y ser liderada por la
comunidad educativa y la familia, culminando en la actuación judicial en los casos
en que se requiera. Pero es la sociedad en su conjunto la que tiene que
responsabilizarse de que los niños se eduquen en un contexto de libertad,
igualdad y justicia.