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8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
1/41
J. M. Blázquez
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
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J. M. Blázquez
El caballo en las creencias griegas y en las de otros pueblos
circunmediterraneosIn: Revue belge de philologie et d'histoire. Tome 45 fasc. 1, 1967. Antiquité - Oudheid. pp. 48-80.
Citer ce document / Cite this document :
Blázquez J. M. El caballo en las creencias griegas y en las de otros pueblos circunmediterraneos. In: Revue belge de philologieet d'histoire. Tome 45 fasc. 1, 1967. Antiquité - Oudheid. pp. 48-80.
doi : 10.3406/rbph.1967.2666
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/rbph_0035-0818_1967_num_45_1_2666
http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/author/auteur_rbph_1274http://dx.doi.org/10.3406/rbph.1967.2666http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/rbph_0035-0818_1967_num_45_1_2666http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/rbph_0035-0818_1967_num_45_1_2666http://dx.doi.org/10.3406/rbph.1967.2666http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/author/auteur_rbph_1274
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
3/41
EL
OABALLO EN LAS CEEENCIAS GRIEGAS
Y
EN
LAS
DE OTEOS PUEBLOS
CffiCUNMEDITERRANEOS*
Hace ya bastantes
aiios que
L. Malten (x)
publicó
sobre el tema
de
este trabajo un excelente estudio, que
ha
constituido hasta el
momento
presente
el esfuerzo mas grande para conocer
que
signifi-
cado ténia
el caballo
en
las creencias griegas relativas
a la
vida
ultra-
terrena. L. Malten realizó un
concienzudo
anâlisis
de
todas las le-
yendas y mitos en los que el caballo se
podia
relacionar con la ultra-
tumba, al que afiadió
el
examen de varios relieves funerarios
con
representaciones
de caballos.
La
conclusion a que llegó
el
sabio
alemân
fue
que la presencia del caballo, como
la de la
serpiente
y del
perro,
en estos
relieves funerarios
hay
que
interpretaria
como
«
alte
Erscheinungsform
des
Toten.
Der
Künstler,
dem
die
Ersche
inungsform zum «Symbol» geworden,
verkoppelt sie
und häuft
damit
in Pferd,
Hund und Schlange
auf
einem und demselven Mo
nument
die
«
Merkzeichen
»
für die Toten». Esta tesis carece
de
valor
para M. P. Nilsson 2),
quien
no
ve
en el caballo un animal
chthónico, ni
psicopompo,
ni un daimon
de
la muerte, ni una
forma
de
aparición del muerto. Otros investigadores se
han ocupado de la
posible
signification del caballo o de su cabeza en relieves funerarios
griegos,
asi
R. Herbig (3) crée que
esta
ultima indica sencillamente
que
el
muerto esta
heroirizado.
Recientemente Charles
Picard
(4)
(*) Agradezco la
profesor
F.
Matz
las
muchas e importantes
sugerencias
sobre
este
tema, que han
quedado incluidas en el
texto,
agradecimiento
extensivo
al
profesor W.
Dehn por su indicaciones en lo
referente
a la
Prehistoria.
(1) J
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EL
CABALLO
EN
LAS CREENCIAS
GRIEGAS 49
pone
reparos
a
aceptar
la tesis
de
M.
P. Nilsson y se inclina a
ad-
mitir la propuesta por L. Malten.
Desde
el
trabajo
de
L.
Malten
no
se
ha
vuelto
a replantear
el
tema
en
un estudio monogrâfico.
Desde
entonces
ha
aparecido nueva
documentación y
la
conocida se puede
revisar
desde puntos
de
vista
distintos
de
los
de
L.
Malten,
que
es
lo
que
pretendemos
con nuestro
estudio, prescindiendo del examen
de mitos y
leyendas griegas, bien
estudiados ya por este autor. Presentamos los
prototipos
del material
arqueológico
mas importantes
para
el tema.
I. Epocas cretense, micénica
y homérica
Se unen las épocas creto-micénica y homérica por
juzgar que
poseen cierta unidad para el contenido de este trabajo. Los princi
pales
documentos
que hay que examinar
son
: Las pinturas del
sar
cofago de
Haghia Triada,
tumbas con esqueletos
o
huesos de caball
os articipación del caballo en el ritual funerario y
terracotas
de
carros o caballos
depositados
en
tumbas. Se
compara
el
material
su-
ministrado por
Grecia
con el de otras regiones mediterrâneas, en
busca
de
una mayor seguridad en la
interpretación.
Algunos autores
han
visto el
documento
mas
arcaico
de
una
rela-
ción entre el caballo y las creencias de ultratumba en
Grecia
en
una
de las
escenas
laterales
pintadas sobre el sarcofago de
Haghia
Triada, que
se
fecha hacia el
afio 1400
a. G.
(*)
y
cuyas pinturas
han sido
recientemente limpiadas
(2).
La escena
que
interesa
al
tema
de
este trabajo représenta un carro tirado por dos caballos sobre el
que
marchan dos mujeres,
una
de las
cuales empuna
un lâtigo.
Las
escenas de este sarcofago, el documento mas importante
de la
pintura minoica,
son de
sobra
conocidas
de
los
estudios
del Mundo
Antiguo,
para
detenernos
ahora
en
describirlas.
Las
escenas
han
sido
relacionadas unicamente con el culto
a
los muertos por
R.
Pari-
(1) S.
Marinatos, Kreta
und das mykenische Hellas (Munich 1959), p.
44,
lâm.
XXVII-
XXX F. Matz,
Kreta,
Mykene, Troja
(Stittgart 1956),
ρ 81,
lâm. 47 ; P. Demargne, Die
Geburt der griechischen Kunst
(1965),
p. 137, fig. 196.
(2) D. Levi, Archaeology, 9, 1956, p. 192 ss. ; Annuario
At. 33-34,
1957, p. 290 s.
4
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5/41
50
J. M. BLÄZQUEZ
beni
(χ),
F. ν. Duhn,
A.
Evans
y Charles
Picard
2),
o solo
con el
culto
a
los dioses por
Petersen
y
Harrison (3). Para
M.
P.
Nilsson (4)
todas las
escenas expresan la apoteosis del muerto,
si
bien bajo la
forma
del culto
al dios. El
carro
arrastrado por grifos,
segun este
autor, transportaria solo
al
muerto deificado,
al que acompafian
las
dos
diosas
del
carro
tirado por caballos. El
difunto séria
no
un
minoico, sino
un
aqueo. El intento
mas importante para interpretar
las pinturas y presentar una
explicación
coherente entre las diversas
escenas del sarcófago, sobre las que S. Marinatos (5)
confiesa
abier-
tamente
que
no se atreve a inclinarse por ninguna hipótesis, es el
realizado ultimamente por
F. Matz
6),
quien
propone
que
las
escenas
pertenecen
a
dos
ciclos
;
uno
en
relación
con
el culto funerario, el
segundo
con el culto
a la deidad. F.
Matz sostiene
que
las dos figu
ras,
que
después
de
la
limpieza
efectuada, se
ha
visto sin género
de
duda
que
son
dos mujeres,
que
marchan sobre
el
carro tirado por
caballos,
son
dos diosas. Como el
difunto
que
se encuentra
delante
de la tumba
es
varón,
hay
que descartar definitivamente la
hipót
esis de
los
au tores, como D. Levis
7), que
creen que la escena del
carro tirado
por caballos represente la marcha del
difunto
a la otra
vida.
Descartada
la tesis
de
que
los
caballos
representados sobre
el
sar
cófago
de
Haghia
Triada
(8)
posean
algun carâcter funerario, los
(1) Mon.
Ant.
19,
1908,
p. 1
ss.
(2)
Les Religions
préhelléniques
(Créta et
Mycènes)
(Paris
1948), p.
170 ss.
(3) La
bibliografia
en
F.
Matz,
Göttererscheinung und Kultbild im mimischen
Kreta, Ak.
Wiss. Lit.
7,
1958, p. 398 ss.
(4) The Minoan-Mycenaean Religion and its Survivals in Greek Religion (Lund 1950), p. 426
ss.
(5)
Op.
cit.,
p.
102.
(6) Göttererscheinung, p. 399 ss. Resefia de M. P. Nilsson
en AJA 64,
1960, p.
197
ss.
(7) Archaeology, p.
193
; Recien
temen te
J.
Porter Manert
(Antike Kunst 8, 1965, p.
91
s.)
ha sostenido
con buenos
argumentos
que
los
caballos del
sarcófago de
Haghia Triada
son cabras salvajes.
(8) El sarcófago de
Hagia
Triada plantea el problema de la fecha de introducción
del caballo
en
Creta
y
Grecia.
Todos
los autores estân
de
acuerdo
en
que es de introduc
ción
ecien
te.
A.
Evans, The Palace
of
Minos
(Londres
1935)
V
2,
p. 786 ss., p. 831 ss. ;
Charles
Picard, Religions préhelléniques, p. 171 ;
H.
L. Lorimer,
Homer
and the Monuments
(Londres 1950), p. 307 ss. ; G. Mylonas,
AJA
55,
1951, p. 134 ss. ; C. Blegen, Troy.
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EL
CABALLO
EN
LAS CREENCIAS
GRIEGAS
51
documentos mas
antiguos
son
las
tumbas donde aparecen esqueletos
completos de
caballos
o huesos
de
estos animales.
Dos
esqueletos de
caballos,
perfectamente conservados,
que
pertenecieron
a
un
prin
cipe,
se
han encontrado en
el
dromos de una tumba
de tolos de
Ma-
ratón
datada al
final del
HR II. M.
Jameson (1) crée
que
estos c
ballos
eran
los
que condujeron al cuerpo del
difunto
a la tumba, que
después fueron sacrificados,quemados
y
enlerrados en ella,
como
parte
de
la ceremonia
funèbre. En Argos se
ha
descubierto recientemente
una
tumba, datada en el periodo
hellàdico reciente III
A2-B,
que
contenia dos crâneos humanos y un
esqueleto
de animal
que
podia
ser un cabailo 2). Un
esqueleto
de caballo se hallo
en
una
tumba de
Nauplia
(3).
En Troya
no
se
han
encontrado
huesos
de caballos
prâc-
ticamente hasta Troya VI y no en tumbas, sino en los depósitos de
las
habitaciones
4).
La costumbre de enterrar con los difuntos caballos o
carros
se en-
cuentra
documentada
en todo el Mundo Antiguo : Hispania,
Toya
(5)
s.
IV a. C.
y
La Pedrera de época de
La
Tène
I
(6) ; Gallia al
co-
mienzo de la
Edad
del Hierro (7)
;
Tracia
(8) ; Etruria
en
el
periodo
The
Sixth Settlement
(Princenton
1953) III 1,
p.
10
;
R.
M. P. Nilsson, Homer
and Mycenae
(Londres
1933), p.
228
;
AJA
64, 1960,
p.
197.
En
Troya
VI
(1900-1350) aparece
un
numero
tan reducido de huesos de caballo, y no
en
tumbas,
sino en
los depósitos de
las
habitaciones, que caba
pensar
que este animal era un articulo de alimento.
(1)
Archaeology
13, 1960,
p.
33 s., fig. 2
;
E. Vanderpool, AJA 63, 1959,
p.
280,
lâm.
74,
fig. 6 ; G.
Daux,
BCH
83,
1959, p. 583 ss., fig. 7 ; E. Vermeule, Greece in the Bronze
Age (Londres
1964), p. 298
ss.,
lâm.
XLVII
B.
(2)
BCH 80,
1956, p. 365, fig.
7.
(3) G.
Mylonas, Ancient
Mycenae. The Capital City
of
Agamennon
(Londres
1957), p. 83.
(4) C.
Blegen, /. c.
(5) J. Cabré, El
sepulcro
de
Toya, AEAE
1, 1925, p. 90
ss.,
fig. 22.
(6) J. Maluquer,
Zephyrus
10,
1959,
p.
5 ss.
;
E. Ripoll, Ampurias 21, 1959,
p. 276.
Segun
me
comunica amablemente A. Blanco
en
alguna
necropolis ibérica de
la
provincia
de Jaén
también aparecen
huesos de caballos
depositados en las
tumbas.
(7) R.
Joffroy, RAE8,
1957, p. 7 ss. ; R. Joffroy-D.
Bretz-Mahler, Gallia
17, 1959,
p.
5 ss.
; G.
Childe,
PPS 17,
1951
, p.
177 ss.
En tumbas
bohemias
de
la cultura
de Bilany,
fechadas al
final
del Hallstadt y en La Tène, se
encuentran
restos
de carros (M. Zuffa,
Enc.
Art.
Ant.
II,
p. 361).
(8) G.
Seure, BCH 49, 1925, p. 347
ss. ; BCH
25,
1901, p.
181
ss. ;
BCH 28,
1904, p.
210 ss. La costumbre tracia era enterrar
junto al
tûmulo el carro
y
los caballos. En el
tumulo de Doukhova Moghila se han encontrado nueve carros, y
en
el de Jamboli tres.
Bien
conservados son los hallados recientemente
en
CiÖkovci.
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52
J.
M.
BLÂZQUEZ
orientalizante
:
Regolini-Galassi
(*),
Fabiano
2), Alonteleone
de
Spoleto
3), Tomba del Duce en
Vetulonia
y
Tarquinia
(4) ; entre
germanos (Tac. Germ.
27),
ilirios,
belgas, wikingos (5) y escitas
(Her.
IV 71) (6) ; Anatolia, donde
la
costumbre escita fue
introducida
quizâs
por los cimmerios y de la
cual
queda
testimonio arqueológico
en el tumulo NY
de
Gordion,
datado a
finales del s.
VI
a.
C. que
con-
tenia los
esqueletos
de dos
caballos (7).
En
Osmankayasi
una tumba
(1) L. Pareti, La Tomba Regolini-Galassi (Ciudad
del
Vaticano 1947),
252,
lâm.
XXV
;
p. 286 ss., Lâm. XXXI.
Segun
este autor este ultimo carro de cuatro
ruedas
era un carro
funèbre ocasional, hecho
expresamente
para
los
funerales del
difunto.
Las
bigas,
por el
contrario,
eran
las
que
se utilizaban en
vida y parece
que se quemaban
sobre
las piras.
(2)
P.
Marconi-L.
Serra,
II
Museo
Nazionale
délie marche in Ancona
(Roma
1933),
p. 22.
(3) V. Poulsen, Etruscan Art. Etruscan Culture, Land and People (Columbia 1962), p. 369,
figs. 379-382 ; R. Hampe-Ε. Simon,
Griechische
Sagen in der frühen etruskiscken Kunts (Magun-
cia
1964),
p. 63 ss., lâms. 22-25.
(4)
D. Randall-MacIver,
Villanovans
und Early Etruscans
(Oxford 1924), p. 112.
(5)
Α.
Alföldi,
AC
8, 1939, p. 347
ss.
;
Α.
Berg. Mus. Aarb.
1916-17,
p. 1 1 ;
Ada
Arch.
11,
1940,
p.
99 ss.
;
24, 1953,
p.
162 s.
; DevisnsKa
Nova Ves. 1952,
p.
389,
p.
390
;
Rhein.
Vjbl. 15-16, 1950-51,
p. 28.
(6)
E. Minns,
Scythians and
Greeks,
(Cambridge 1913), p.
149 ss.
; T. Rice,
The
Scythians
(Londres 1957),
p. 92
ss.
;
Max
Ebert,
Reall.
Vorg.
13,
p. 68
ss.,
p. 80
ss.
;
M.
P.
Griaz-
nov - E. A. Golomshtok,
AJA
37, 1933,
p. 30
ss.
; M.
Rostovtzeff,
Skythien
und der Bos
porus (Berlin
1931), p. 330
ss.,
p.
338,
p.
345 ss.,
p.
353,
p.
382 ss.,
436
s. Iranians and Greeks
in
south Russia
(Oxford 1922), p. 47 ss., figs. 3-5 ;
Grahame Clark,
Antiquity 15, 1941,
p. 50 ss. ; F. Dvorak, Praehistoria I, 1938,
passim.
(7) R. S. Young, AJA,
60,
1956, p.
266.
Para
el
tema del presente trabajo es funda
mental
la tumba
aparecida recientemente
en
Salamina de Chipre (P. Dikarios,
AA 78,
1963, p.
142 s.,
p.
152 s.,
p.
156 ss.,
p.
160,
p.
172, figs. 26,
28-31 ; V. Karageorghis,
AA 78,
p. 548 s. ; Archaeology, 18, 1965, p. 282
ss.
; Le rayonnement
des
civilisations grecque
et
romaine
sur
les
cultures périphériques (Paris
1955),
p. 305 ss.
;
BCH 89, 1965,
p.
268 ss., figs.
68-69, 72, 80-82), perteneciente al periodo arcaico (s. VIII-VII) de enterrar caballos
sacrificados
en las
tumbas de
los
personajes
importantes.
El
primer
sacrificio
de
caballo
aparecio
en
1957
en
el dromos de
la Ilamada
tumba«
Real»,
en la
costa
este de
la
isla,
y
desde entonces
la
misma costumbre se ha observado
en
otras seis tumbas de este cemen-
terio por lo menos. En
el
dromos de
una
tumba del mismo
periodo
excavado
en 1962
apareció
el esqueleto
de dos caballos uncidos a un
carro.
En varios
casos
se han hallado
restos
de
esquetos
de caballos con arneses
o carros, asi
dos
en el
dromos de
la tumba n°
31
y
uno en la n° 19. V. Karageorghis crée
que
esta
costumbre pudo ser
introducida en
Chipre por
los
aqueos al final del segundo milenio A. C,
y
pervivió
hasta
el periodo ar
caico. Otras
huellas de
sacrificios
de caballos han aparecido
en
tumbas de Salamina data-
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
8/41
EL CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS
53
hitita arcaica contenia los esqueletos
de
unos
pocos
caballos
y
de
un
gran
numero de
asnos
(1).
Un
texto
del ritual funerario de un rey
y
de
una
reina hitita prueba la
existencia de sacrificios de
caballos
y
de carreras
de
carros
2).
En Palestina,
en
Hazor,
se
ha excavado
recientemente una cueva cuyo estrato mas profundo
guardaba
la
incineración
de
unos
pocos caballos
y
de gran
numero
de
asnos per-
teneciente al periodo
de los
Hyksos
y
al Imperio Nuevo,
con
unos
cuantos
hombres, quizâs
sus duenos
(3). En
el
estrato superior,
fe-
chado en la
Edad
de
Hierro I, habia
la
incineración de un nombre
con un
animal. Al
final
de la Edad
del Bronce se data
la incinera
ción
allada en Tell
el
Ajjul
de caballos y asnos
(4).
También
esta
atestiguada en la propia
China
(5), donde
en
Shang
das
en
el s. VII a.
C,
como
en
el dromos de una tumba en Kouklïa (Palaipaphos) con
solo un esqueleto de caballo. En el dromos de
la
tumba n°
47, también
de Salamina, se
hallaron
dos caballos pertenecientes a
una
primera
cremation
datada
en el
s.
VIII.
En
el siglo
VII esta
tumba fue
utilizada para
una
segunda
cremation,
y
se sacrificaron
tres
pares de
caballos,
no enterrados con sus carros. En el
tumulo
de la tumba n° 3
pertene-
ciente igualmente al s. VII se descubrieron
sacrificios
de caballos, desgraciadamente
la
tumba fue modernamente bastante destruida, pero quedan huellas del sacrificio a
la
entrada del dromos de dos parejas de
caballos,
cada uno enterrado con
su
carro. Los sa
rifi ios
de caballo
se
encuentran
solo en
tumbas de gentes
ricas
y aristócraticas ;
las
tum-
bas
nums.
47
y
3
pertenecen
a
dos
miembros
de la familia
real
de
Salamina. Caballos
sin carros fueron probablemente sacrificados a ciudadanos importantes. Un esqueleto
y huesos de
caballo
se
hallaron en tumbas
de Politiko y Kalopside E. Gjerstad,
Studies
on
Prehistoria
Cyprus (1926),
p. 81).
(1)
F.
Schachermeyr, Anzeiger
j
ûr
die Altertumswissenschaft
14, 1961, p. 157 ss. ; K. Bit-
tel, Die
hethitischen
Grabfunde
von Osmankayasi
(Berlin
1958),
p. 16, p.
24,
p. 63
ss.,
p.
720,
lâm.
XI. Ya en
tumbas reaies de
la
primera
dinastia
de Ur aparecen
enterrados
carros y
conductores de
carros.
Cf. W. Woolley, The Sumerians (1928), p. 39
s.
En general cf.
H.
Behrens, Die
neolithisch-frühmetallzeitlichen
Tierskelettfunde des Alten Welt (1964).
(2)
H.
Otten,
Hethitische
Totenrituale (Berlin 1958), p. 15, p.
27,
p.
59,
p. 61, p.
79,
p.
81,
p.
118,
p.
138
s.
(3)
IEJ
8,
1958,
p.
272
s.
(4)
F. Pétrie, Ancient Gaza
I,
(Londres 1931),
p. 45. También
en Tell el Aëêûl, en
Négelo,
en la
segunda mi
tad
del Bronce II cf.
A. G.
Barrois, Manuel
d Archéologie
biblique
(1953),
p. 282
s.,
p. 290
s.
Sacrificios de asnos
se mencionan en las
tabletas de
λΐ3π
y de
Raschâmra. Cf. C. H. Gordon, Ugaritic Literature.
A
comprensive
Translation
of the
Poetic
and
Prosetexts
(1949), p.
43,
p.
133,
fig.
11.
(5)
W. Watson, Archaeology in
China
(Londres 1960),
p. 46 ; China before
the
Han Dyn
asty (Londres
1961), p.
88 ss., fig. 22, lâm. 11
; Hsia
Ναι, Archaeology 16, 1963,
pp.
177-
179 ; L. Woolley, Ausgrabungen
lebendige
Geschichte
(1958),
fig. 38.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
9/41
54
J. M. BLÂQUEZ
Tsun Ling,
en la
provincia de Honan, se
documenta
un enterra-
mien
to
de carros
de
madera
con
caballos,
datado
entre
los s.
XI-
VIII a. C. Esta costumbre
se
remonta a la
Prehistoria (x) y
siguió
en
vigor
en
Grecia
y
en
el
Imperio
Romano,
aunque
muy posible-
mente
con significado diferente.
En
tiempo
de Pisistrato,
cuando
murió
Cimón, hijo de
Milciades, tres
veces vencedor
en ölimpia
con
la
misma
cuadriga,
se
enterraron junto a su
tumba sus
caballos (Her.
VI, 103). Un esqueleto de caballo ha aparecido en la
tumba
n.
437
de
Olinto
y huesos en la n. 376 ; D. Robinson (2) se inclina a
aceptar
que
estos enterramientos
de
caballos
son
de fecha posterior
a
las
tumbas.
Caballos
y
perros
enterrados con sus duefios estân
documentados también en Tesalia (3). En Roma el orador Regulo
(Plin.
Epist.
IV,
2,
23)
4),
sacrificó,
junto
a
la
hoguera
en
que
se
quemaba
el cuerpo del hijo, sus caballos de tiro y silla, sus ruisefiores,
sus
periquitos,
sus mirlos
y
sus perros,
grandes y
chicos. La razón
de
estos sacrificios
de caballos,
después depositados en las tumbas
de
sus duenos, en la época micénica, obedece muy probablemente
a
la
misma causa por
la que Aquiles quema
en
la
hoguera
de su
amigo
Patroclo 4
caballos,
9 perros, 12
prisioneros
troyanos,
ademâs
de
bueyes y
ovejas (//. XXIII
171-174)
(5).
Los
objetos que son
(1) F. Hancar, Das Pferd in
prähistorischer
und füherhistorischer
Zeit
(Munich 1955), p.
271 s., p. 275 s. ;
F. Benoit,
Uhéroisation
équestre (Aix-en-Provence
1954), p. 34 ;
F.
Scha-
chermeyr,
Poseidon und
die Entstehung des griechischen
Götterglaubens
(Berna
1950), p. 49 ss. ;
J. M. Bläzquez,
Ampurias 21,
1959, p.
281 ss.
(2) Excavations
at
Olynthus,
XI, Necrolynthia
(Baltimore 1942), p. 79, p.
90 s.,
fig. 20.
Junto a
una
tumba arcaica de Roma ha aparecido el esqueleto de un caballo, probable
mente
o pertenece a la sepuitura próxima. Cf.
E.
Gjerstad, Early
Rome,
I
(Lund 1953),
p. 122, fig. 143.
(3)
Poll. V,
47 ;
Anth.
Pal.
VII, 304.
(4)
Habebat puer
mannulos multos
et iunctos et solutos, habebat
canes maiores
minoresque, habebat
luscinias,
psilaccos,
mendas,
omnes
Regilus
circa
rogum
tncidauil.
En
este
caso,
como
en el
testamento de Lingon (CIL XIII,
5708),
por influencia
pitagórica
existe probablemente
la
creencia de que
el
interesado
seguia
utilizando
estos
objetos
en la
otra vida, creencia que
también podia ya darse en el
caso de Cimón y
en el
de los
caballeros tesalios.
Cf. J. Ba-
chofen,
Die
Unsterblichkeitslehre der orphischen Theologie
(Basel
1958),
passim. Resena
en
F.
Matz,
Gnomon 33, 1961,
p.
62 con algunas consideraciones
que
se refieren al
tema
de
este trabajo. Tambien Germania
36,
1958, 468 ss.
(5) El
arte etrusco
représenté esta escena
varias veces, pero
siempre
se
fijó
en el sacri-
ficio
de
los
prisioneros troyanos,
no en el
de los
perros
y caballos y
demâs
animales,
como
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
10/41
EL CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS
55
propiedad de
los
difuntos
tienen
que acompafiar a
sus
duenos
en
las tumbas
(1). La costumbre
de
estos sacrificios en época micé-
en
la
«Tomba
François»,
de
finales del
s.
II
o
comienzos
del
s.
I
a.
C.
(M.
Pallottino,
La
peinture
étrusque
(Ginebra 1952), p.
115 ss.
;
F.
Merssesrschmidt, Nekropolen
von
Vulci
(Berlin 1930), p.
153 ss.)
;
en la
cista
etrusca hoy en Londres
(H.
Th. Bossert, Hellas
und Rom (Berlin
1936),
lâm 260), en el sarcófago de
Torre
San
Severo,
de
principios
del
siglo
III
a. C. (R. Herbig,
Die
jüngeretruskischen Steinsarkophage (Berlin 1952), p. 40 s.,
lâm. 36
a-b)
y
en
varios vasos etruscos (J. D.
Beazley,
Etruscan Vase-Painting (Oxford
1947), p. 8 s., p. 88s., p. 137 s.). Huesos de perros sacrificados y enterrados con sus duefios
se documentan ya en la época micénica
(G. Mylonas,
Ancient
Mycenae, p.
83
; AJA
52,
1948,
p.
72 s.
;
A Companion
to
Homer (Londres
1963), p.
478 ss.
; M. P.
Nilsson,
Grie
chische Religion
2 I,
p. 178 ss.)
en
la
tumba I
de Asine ;
en
la tumba real de Dendra,
en
el
dromos
de la
tumba
6
de
Tebas
y
en las
tumbas
505
y
533
del
cementerio de
Kalkani.
También se conocen huellas probables de
sacrificios
humanos efectuados el dia
del
sepelio ;
seis esqueletos
se
han hallado
encima
de la puerta de
la tumba
de corredor 15
en la
parte
baja de
Micenas,
un
esqueleto encima de la
puerta de
la
Tumba VII de Prosymna ; un
esqueleto
en
la tumba 505 del cementerio de
Kalkani,
que segun G.
Mylonas {Ancient
Mycenae, p. 83),
pueden
considerarse
con cierta seguridad testimonios
de
sacrificios
y
confirmarian
los versos homéricos alusivos a los
sacrificios
de prisioneros troyanos (M.
P. Nilsson, Mycenaean
Religion,
p. 351 ; Griechische Religion
a
I, p. 352). También
en una
tumba
de cupula de
Midea
se han hallado
huellas seguras
de
sacrificios humanos,
que per-
sisten en
Grecia hasta
la
época de
la batalla
de Salamina
(Plut. Them. 13
;
también en
Salamina y Lapithros en Chipre, en el
periodo
geométrico cf.
V. Karageorghis,
Archae
ology,
p.
549
s.).
Sobre
los
sacrificios
humanos en
la
mitologia
griega.
Cf.
J.
Forsdyke,
Greece
before
Homer.
Ancient
Chronology and Mythology
(Londres 1956),
p. 133 ss.
Crâneos
de
perros
sacrificados
se
han
encontrado
(M. P. Nilsson, Homer and Mycenae, p.
155
s. ;
Ch. Picard, Religion préhelléniques,
p. 288),
fuera
de Grecia
junto al esqueleto
de
un rey,
Straton,
en un
sarcófago de
Sidon
(O.
Hamdy-Bey-Th.
Reinach, Une
nécropolis royale
à
Sidon
(Paris
J892), p.
27).
Huesos de animales sacrificados
se
han recogido
en
tumbas
chipriotas, en la tumba
η
°
69 de Katydhate apareció
el
esqueleto de un
camello, en la
tumba n° 10
de
Lapithros
esqueletos de animales,
al
igual que
en la tumba
n. 201
s.
Tamb
ién e documentan
esqueletos de bueyes,
como en las
tumbas nums.
9
y
18
de
Politiko,
al igual que un esqueleto
de
perro,
y
en
diferentes
tumbas huesos
de pâjaros E. Gjerstad,
Studies,
p.
75,
p.
77,
p.
81). En Italia los sangrientos combates
que
se
celebraban
con mo·
tivo
del
sepelio
y
que
originaron los
juegos de
gladiadores,
no
son
mâs que
los primitivos
sacrificios
humanos
camuflados. De su
existencia
se
conoce documentación abundante
en las
pinturas itâlicas, tan
to
de Etruria, « Tomba degli
Auguri », fechada
hacia
el afio
530 a. C.
(M.
Pallottino, /. c,
p. 40), como
del resto
de
Italia, tumbas
de
Paestum del
siglo IV a. C. {FA
9,
1956,
p.
29,
p.
36, fig. 63
;
FA 12, 1959, n° 2871,
lâm.
XXXIII
;
F.
Weege,
Jdl
24, 1909, p. 113 ss.) y
en
Tracia,
Kasanlik
en
época helenistica (C.
Ver-
diani, AJA 49, 1945, p. 403 ss.).
(1) M. P. Nilsson, Homer and Mycenae, p. 154 ss. ;
Griechische
Religion1
I
p. 178, p. 376 ;
en las
p.
375,
p.
378 ss.,
cita
el autor tumbas
de
época micénica
donde aparecen huesos
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
11/41
56
J. M. BLÄZQUEZ
nica
responde, pues, probablemente
a la creencia de que
los objetos
de
los muertos
son propiedad
de
ellos
y
no a lo de que
los
difuntos
utilizan estos
objetos en
la
vida de ultratumba,
creencia esta
atesti-
guada
claramente
en
época
romana
(Luc.
De
luctu
XIV,
Philops.
XXVIII ; Plin. Epist.
IV
2, 23)
(*),
no documentada en Homero,
pues
el
pasaje
de
la Nekyia {Od. XI
567 ss.)
que présenta al
gigante
Orión
persiguiendo
en la
ultratumba las mismas fieras
que en vida
es
interpolado
y
probablemente de origen
pitagórico segun
F. Cu-
mont
(2). No
hay que descartar la
hipótesis
de que
estos
sacrificios
formaran parte del ritual funerario.
Sacrificios de
caballos a los muertos
se
conocen en Grecia, baste
citar
a Diomedes (Str. V 215),
Marmax
(Paus. VI
21, 7) y
Menelao
(Eurip.
Hel.
1258).
Una
huella
de
esta
costumbre se
encuentra
pro
bablemente
en
Euripides, Ale. 443,
cuando
escribe
el
poeta que
después de la muerte
de
Alcestes
cortaron la crin,
en Tesalia, a los
caballos. También
con
ocasión de la
muerte
de Calano (Plut.
Alex.
69, 3). Antes
de
la batalal
de
Leuctra, Pelopidas sacrificó
en la tumba
de
la hija
de
Skedaros yeguas blancas que aparecieron
en el momento de
la ofrenda (Plut. Pel. 22).
de
diferentes
animales como bueyes,
corderos, pâjaros,
ovejas y cabras. El sacrificio de
bueyes
fue
prohibido
en
la
época
de
Solón.
Cf.
F. Cumont,
Lux
Perpetua
(Paris
1949),
p. 29 ss. Ccn esta
misma significación
probablemente
en
Grecia
se
siguió enterrando a
los guerreros con sus armas todavia
en
el s. VIII a. C. en Atica (A. Brueckner-E. Per-
nice,
AM
18, 1893,
p.
107 ss.), en Thera
(F.
von Gaertringen,
Thera
II
(1903), p.
119
;
H. Dragendorff, Thera II,
p.
77,
p. 126, p.
306 s.
arcaica, p.
577
hellenistica y
en Assar-
lik (W.
R.
Paton, JHS
8,
1887,
p. 68).
La costumbre
aparece
ya
en
el mundo
micénico
cf. E. Vanderpool,
AJA
67,
1963, p. 280 s.,
lâms.
62-63, fig. 8. En época mâs reciente
pervivió esta
costumbre
entre los griegos
del
Ν.
como en una tumba
macedónica de Que-
ronea (G. Sotiriades, AM
28,
1903, p. 301),
en una tumba
real de Kovl-Oba,
en
Kertsch
(S. Reinach, Antiquités du Bosphore cimmérien (Paris
1892),
p. 11) y
en
tumbas helenisticas
del
sur
de
Rusia
y
Pérgamo
(P.
Jacobsthal,
AM
33,
1908,
p.
433).
En
Etruria
se
deposi-
taban a
veces
en
las tumbas objetos usados por los propios difuntos (Cf. L. Pareti, /. c,
p. 129), lo que prueba esta creencia también. En este sentido es importante el relieve pro-
cedente de Tarento fechado a
finales
del siglo V a. C. sobre
el
que estân representadas
varias
armas,
la coraza, el
yelmo, la espada y
el escudo.
Sobre la coraza hay
el
prótomo
de
caballo (R. Lullies, AA 72,
1957, p.
401,
fig.
21).
(1)
F. Cumont, Recherches sur le
symbolisme funéraire
des Romains
(Paris
1942),
p.
405,
p.
439
s.
(2)
Symbolisme
funéraire, p.
439,
p. 369.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
12/41
EL
CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS
57
En
la
época
micénica
y homérica el caballo se
halla documentado
en relation con
el
ritual funèbre
con
ocasión del sepelio
de los
per-
sonajes
importâtes,
como
en
tres
estelas
con
pinturas
y escenas
en
relieve
procedente
de la rumba
V de
Micenas, fechada en
el SHI,
que representan carros.
Los autores
que han estudiado estas estelas,
desde
H. Schliemann
y Ch.
Tsountas, hasta G. Karo
y A.
Evans,
interpretan
las
escenas
de carro,
como combates en
los
que parti-
ciparon
los difuntos.
G.
Mylonas (χ),
en
un
reciente
estudio
sobre
estas
estelas,
descarta
esta teoria
y propone
la nueva tesis
de que el
contenido
de
estas
representaciones
formaba
parte de los
ritos fu
nèbres
celebrado con
ocasión del enterramiento
de
los personajes
importantes. Estas
estelas
de
Micenas,
segun
G.
Mylonas
2),
se-
rian
la prueba
mas antigua
de la
existencia
de tal
rito. El mismo A.
Evans
acepta
que
competiciones
de
carros
con ocasión del
funeral
son
tradicionales en
Creta
(3)
La
tesis de G. Mylonas
y
A. Evans
es
tanto mas
aceptable
por el hecho de hallarse
atestiguadas
en
época
homérica (4)
carreras
de
carros con
ocasión de
las
pompas funè
bres, como
en
los funerales
de
Patroclo
(//. XXIII
6
ss.),
tema este
ultimo que
inspiró
al pintor
Sophilos una
bella
composition
sobre
un fragmento de dinos
hallado en Pharsalos,
fechado entre los afios
580
y
570
a.
C.
(5)
y
a Kritias
una
segunda
sobre
el
Vaso
François,
datado hacia
el
ano
575
(6). Se conoce abundante documentation
grâfica de este rito funèbre en
la
cerâmica del periodo geométrico :
ânforas protoâticas
y
plaças
âticas
del
Museo
Metropolitano de Nueva
York (7), ânfora del periodo
geométrico
del Museo del
Louvre,
y
crâtera
geométrica
procedente del
Dipilón y
de la Colección Lagu-
nillas
8),
ânforas
geométricas de
Cleveland
y Atenas 9),
anfora
(1) G. Mylonas, AJA
55,
p. 134
ss.
; S. Marinatos,
/.
c, p. 108
ss., figs. 146-147.
(2) Cf.
Ancient
Mycenae, p.
110.
(3) G.
Mylonas,
AJA
55,
p.
147,
fig.
55.
(4) M. P. Nilsson, Homer and Mycenae, p. 40 ; Mycenaean Religion, p. 616 ss.
(5) M. Robertson,
Griechische
Malerei (Ginebra 1955), p. 57 ss.
(6) P.
Arias-M.
Hirmer, Tausend Jahre griechische Vasenkunst (Munich
1960),
p. 7,
figs. 40,
42.
(7) J.
Boardman,
BSA
50, 1955,
p.
54 ss.,
lâm.
4; J.
M. Cook, BSA
35, 1934-35,
p.
179 s., p. 184 s.,
lâms.
47, 50.
(8)
F. Villard,
Mon.
Mém. Piot. 49, 1957,
p. 17 ss. ; RA
32,
1949, p.
1065
ss.
(9) J. M.
Cook,
BSA 42,
1947, p.
149
ss.,
lâms. 21-22 ; G. Nottbohn, Jdl
58,
1943,
p. 1
ss.
;
A. D.
Fraser, AJA
44,
1940, p.
457 ss.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
13/41
58
J. M. BLÂZQUEZ
âtica
arcaica de Oxford (1),
crâtera
âtica arcaica
de
Munich 2),
ânfora
de
Leiden 3), etc. etc. El papel del caballo en
estas
pinturas
es doble,
Ilevar
el
cadaver a la tumba
y participar en los
juegos
fu
nèbres
en
honor
del
difunto,
ya
en
carreras de jinetes,
ya
de
carros,
cuyos
dos
cometidos se
encuentran
magnificamente expresados
en
la
gran crâtera
de Atenas
990 4),
fechada
a
mediados del
s.
VIII a.
G.
El carâcter funerario de estas
carreras
de jinetes
o de carros
(5)
la
admiten
todos los investigadores
(6), que estudian
esta
pintura
vascular.
Aparecen a partir del ano 1.300 a. C.
en tumbas
micénicas dimi-
nutos carros de terracota,
entre
las ofrendas
funerarias. La
signi-
ficación
que hay que dar a estas figuras no ha sido todavia bien de-
terminada y
se
han
propuesto diversas interpretaciones,
como
la
de
que
eran simples
juguetes,
tesis propuesta por G. Mylonas
(7).
Otras veces
son diminutos
caballos
de
terracota los depositados,
(1) J. M. Cook, BSA
35,
p. 181, lâm. 38 ; J. M.
Davison,
Yale Classical Studies 16, 1961,
passim
;
F.
Matz, Die geometrische und früharchaische Form
(Frankfort
1950), p.
292,
p.
402,
lâms.
187-189,
lâms.
193-194.
(2)
M.
Robertson, /. c, 36 ss.
(3)
Gids
voor
de
verzameling
van
griekse
Vasen
(1955),
p.
7
s.,
fig.
1.
(4) J. M.
Davison, /.
c, p. 36
s., fig.
25 ; P.
Arias-M. Hirmer, /.
c, p. 21
ss., fig. 5.
(5) M.
Robertson, /. c,
p.
35 ss.
;
R.
Hampe,
Ein frühattischer
Grabfund
(Maguncia
1960),
p.
60 s.
; M.
P.
Nilsson,
Griechische Religion
I, p.
176,
p.
377.
(6) Tambien
en
Etriria estas carreras formaban parte
del
ritual funèbre : « Tomba
délie
Olimpiadi»,
pintada
entre los
afios
525-520 a. C. (R. Bartoccini-C. M. Lerigi-M. Mo-
retti,
La
Tomba
délie
Olimpiadi (Milan 1959), figs.
13-16,
figs.
25-30
; R. Bartoccini,
Atti
VII
Congr. Intern.
Arch.
Clas. (Roma
1961), p.
177 ss.)
; «Tomba
délie
Bighe
»,
datada ha-
cia el ano 490 a.C.
y«
délie Iscrizioni» en
Tarquinia (F. Weege,
Etruskische Malerei (La
Haya
1921), lâms.
1-2,
fig.
81
; M.
Pallottino,
l.
c,
p.
61 ss.)
; « Tomba
del Colle Casuc-
cini», de
comienzo del
s. V a. C. (G.
Giglioli, /.
c, p.
34,
lâm.
CCII, 1)
y del « Depos
ito
e
Dei»
segundo
cuarto
del
s.
V
a.
C.
L.
Banti, Die
Weltder
Etrusker
(Stuttgart
1960),
p.
287,
lâm. 66)
en Chiusi.
Se
conoce
cipos
fechado
a
finales del
s.
VI a. C.
procedentes
de
esta
ciudad
con relieves que representan carreras
de
carros
(G.
Giglioli,
l.
c,
p.
29 s.,
lâm. CXLVIII, 1). Estas competiciones funerarias de carros se conocen también
en Paes-
tum,
en el
s. IV
a.
C. (A. W.
van Buren,
AJA
59,
1955, p.
30,
lâm.
86,
fig. 1 1) y
en
Tracia
en la
tumba citada C. Verdiani, /. c, p. 415, figs.
7,
10-11, 13 ;
A.
Vassiliev,
Das antike
Grabmal bei
Kasanlak. (Colonia 1859), lâms.
2-4,
11,
22-30, 41-44.
Cf.
L.
Malten,
RM
38-39, 1923-24,
p.
300 ss.
(7) G.
Mylonas,
Ancient
Mycenae, p. 78.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
14/41
EL
CABALLO EN LAS CREENCIAS GRIEGAS
59
como en
una tumba de cupula de Menidi
(1), de cronologia no
muy
concreta, pues sus
cerâmicas
van desde las
micénicas hasta
las
de
figuras negras. Estas terracotas
es
frecuente
encontrarlas en
tum
bas 2), en
tumbas
arcaicas
etruscas
(3),
y en
tracias, principalmente
en las fechadas entre los
siglos
II y
III,
y en
ibéricas
4), etc. La
cos-
tumbre
de depositar diminutos
caballos o
carros de terracotas en las
tumbas pervive
en Grecia
y
Roma
en
plena época
historica,
como lo
prueban
los
caballitos recogidös, en
una
tumba
griega de
Ampu-
rias
5),
de
época helenistica y
los encontrados
en tumbas roma-
nas 6). Tanto
G. Giglioli
(7),
P. Ducati
(8) y
L. Malten
9),
como F.
Gumont
(10),admiten
que
estos carros y
caballos no
son
me-
ros objetos
de
juguete, sino objetos simbólicos
que indican
claramente
que
en la edad arcaica existia la creencia de
que
los caballos se
utilizaban en
el
viaje
al Hades. Esta tesis,
seguramente,
no
es muy
aceptable,
pues
la
creencia en este viaje en
la
fecha
de algunas de
estas piezas, como
las micénicas,
ibéricas, o etruscas, no se puede
probar
(11).
El hecho de que los
cadâveres
fuesen conducidos en
carros a la
tumba, ya en
la época
micénica, pues en tumbas
de
Pilos,
se
han
descubierto huellas
de
ruedas en el suelo (12),de
que en ocasio-
nes se
enterrasen caballos
en las tumbas y
de que
el caballo
intervi-
(1)
M. P.
Nilsson, Griechische
Religion2
I, p.
380.
(2) M.
Gimbutas, The Prehistory of
Eastern
Europe
(Cambridge
1956),
p.
68,
p.
78 s.,
lâm.
XVI
; F. Hancar, /.
c.
p.
38,
p. 105 ss., lâm. II
6,
lâm.
III
2-3 ; S. Foltiny, AJA
63,
1959, p. 53 ss.
(3) Carros de
Fontecucchiaia,
Orvieto, Tarquinia, Capodimonte y caballos de
Piti-
gliano y
Vetulonia. Cf. J. M. Blâzquez,
Ampurias 19-20, 1957-58,
p. 31.
(4) J. Serra Râfols,
AEArq 73, 1948,
p. 383
ss.
(5) M. Almagro, Las necropolis de Ampurias,
I
(Barcelona 1953), p. 332 s., fig.
301.
(6) H. Deringer, Jahresb.
43,
1956-58, p. 149 ss. ; T. Leslie Shear, AJA
34,
1930,
p.
430, fig.
20 ; de época de Néron.
(7)
St.
Etr. 3,
1929,
p.
474
ss.
(8) Mont. Ant.
39, 1943,
p.
413.
(9)
Jdl
p.
223.
(10) Lux Perpetua,
p.
287.
(11) En Etruria
en el
periodo
arcaico,
al que
pertenecen
los carros citados, existia la
creencia de
ser las
tumbas moradas de
los difuntos (J.
M.
Blâzquez, Cuad.
Trab. Esc. Esp.
Hist.
Arq.
Roma,
9,
1957,
p.
49 ss.)
;
la creencia
también esta
atestiguada en Grecia (Plat.
Fed.
81 d).
(12) S. Marinatos, πρακτικά, 1960,
p.
251.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
15/41
60
J. M. BLÂZQUEZ
niera
activamente
en
los
juegos
funèbres,
explicaria
satisfactoria-
mente
la
presencia de estas terracotas en
las
tumbas. Ellas
aluden
simplemente
a
la
especial participación del caballo en las ceremo
nias funèbres.
En
este sentido es muy significativo el carro funèbre
acompanado
de
jinete, en
terracota de
Vari, Atica,
fechado
alrede-
dor del afio
600
a. G.
(*) que
reproduce exactamente los auténticos
carros
funerarios, bien
conocidos
por
la
pintura sobre
la
cerâmica
geométrica
(2) . Esta participación del caballo
en
las ceremonias fu
nèbres
explicaria
probablemente
la hipótesis de
Charles
Picard
(3)
de que unos
versos de
Homero (//. XVII 434-435)
sugieren la idea
de que
se
colocaban
esculturas
con
representaciones
de caballos
sobre las tumbas de
las
mujeres.
II.
Epoca arcaica
Los principales
testimonios
de este periodo
que
interesan
al
con-
tenido
de este trabajo
son
:
la
estela
de
Chrysapha, y
las
âticas
con
representaciones
de
jinetes
o
de
carros,
los
prótomos de caballos sobre
vasos âticos de figuras negras, y el texto
de
Herodoto
citado
anterior-
mente
referente
al sacrificio
de los
caballos
de
Cimón.
La
estela
de
Chrysapha
de
finales
del
s.
VI
4),
représenta
a
un
hombre
entronizado que
sostiene un kantharos en
su mano
derecha
y
una granada en la izquierda ; un perro se encuentra a sus
pies
y
un caballo en
el
ângulo superior derecho.
La
granada
es
un sim-
bolo
de inmortalidad,
tanto en
Grecia como
en
Italia,
y
a la
repre-
sentación
del
caballo
hay
que
atribuirla seguramente el mismo
sig-
nifîcado que
a
los prótomos de caballo
de
las
ânforas
atenienses y
de
los
relieves
con el tema del
banqueté funèbre,
de los
que se hablarâ
(1)
E.
Vanderpool,
AJA
61,
1957,
p.
281,
lâm.
84,
fig.
9
;
R.
Hampe,
/.
c,
p.
73,
lâm.
46 ; G. Richter, Greek Art
(Londres
1959), p. 219 s., fig. 322 ;
P.
Démarque, /. c, p. 335,
fig. 451 Una
terracota y
una pintura de
vaso
de figuras
negras
représenta magnificamente
la
conducción
del
cadaver
en carro
y
el cortejo funèbre. Cf.
P.
Gardner, Sculptured Tombs
of
Hellas
(Londres 1896), p. 6, figs. 3-4.
(2)
H. Marwitz, Antike
und Abendland 10, 1961,
p.
7 ss.
;
G.
Mylonas,
A Companion
to
Homer, p. 478
ss.
;
E.
Hinrighs, Annales Universitatis Saraviensu, 4, 1955, p.
124 ss.
(3) BCH, p.
455.
(4)
L. Malten, Jdl,
p.
218,
fig.
9.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
16/41
EL
CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS
61
mas adelante,
indica que
el
personaje
esta heroirizado, lo
que
tam-
bién
senala la
granada.
Fragmento superior de
estela
procedente
de
Lamptrai,
Atica
(Fig. 1) 1), con
la
figura en relieve
de
un
jinete que
conduce
al
paso
a
dos
caballos.
A los lados se encuentra siluetados un hombre y
dos
mujeres
todos colocados de perfil y con
las
manos sobre la
cabeza. Se fecha este fragmento
entre
los anos
575 y
545 a. C.
Mitad
inferior
de estela procedente del Atica. Se ven las piernas
de
un guerrero defendidas por caligines. El guerrero
Ileva
lanza
(2).
En la parte
inferior
de la estela
se
esculpió un guerrero en el momento
de
subir
a
un carro tirado por
4
caballos guiados por un auriga, escena
frecuente
en
vasos àticos.
Se
fecha este
fragmento
entre los
anos
540-530 a. G.
Parte
inferior de
estela hallada
en
Roma,
hoy conservada
en el
Museo Barraco.
De la figura superior
solo quedan
los
pies,
sin
calzado
y
la
extremidad de la lanza. El
relieve
inferior représenta a un jinete,
colocado de perfil, que camina, como
las
figuras de
las estelas an-
teriores, a la
derecha.
Su fecha es
alrededor
del afio
525 a. G. (3).
Estela de Lyseas, hallada
en
Velanideza. En
la parte superior se
pintó de perfil un hombre,
barbudo, que viste
chitón,
manto
y calza
sandalias.
Su
mano derecha
Ileva
un kantharos
y
su
izquierda
unas
hojas
de
laurel ( ?). Un
jinete
marcha
al
galope en la pintura
de
la
parte inferior.
Su
fecha es el ultimo tercio del s.
VI (4).
Parte
inferior
de una estela
con
pintura
de
un
jinete desnudo que
camina a la derecha.
De
la misma
fecha
que la
estela anterior
(5).
Se fecha
hacia
el
525
a.
G. una
estela debida
a
un artista jonio,
hoy
conservada
en el Museo de Antigüedades de
Gonstantinopla
(6)
(1) G.
Richter,
The archaic
Gravestones of Attica (Londres 1961),
p.
18 ss.,
fig. 68.
(2)
G. Richter,
Handbook,
p.
63,
fig.
75
;
Catalogue
of
Greek Sculptures
in
the
Metropolitan
Museum
of
Art
(Cambridge 1954), p.
13 s., lâms. XIX-XX
; Archaic Greek
Art (Nueva York
1949), p. 76 s., fig. 126.
(3) G. Richter, Gravestones, p. 45 ss.,
fig.
154 ; F. Gerke,
Griechische
Plastik in archaischer
und klassischer Zeit (Zurich 1938), p. 229 s., fig. 81.
(4) G. Richter,
Gravestones, p.
48, figs.
159-160.
(5) G. Richter, Gravestones, p. 48 s., figs. 163-164.
(6) K. Friis
Johansen,
The
Attic
Grave-Reliefs of the Classical Period
(Copenhague 1951)
p.
77, figs.
346 ; M.
Schede,
Meisterwerke
der
türkischen
Museen zu
Konstantinopel
I
(Berlin,
1928), p. 3, lâm. III.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
17/41
62
J. M. BLÂZQUEZ
con
figuras en ambos
lados
; en el
que aqui
interesa, el
escultor
co-
locó
dos escenas superpuestas, en la
de
arriba un jinete que marcha
a pie acompafiado por
un
sirviente
y un
perro
; la inferior
représenta
una cuadriga.
Sin negar que estas escenas, en
las
que
intervienen
caballos,
pueden
interpretarse sencillamente
como una
alusión
a la
profesión del di-
funto
en
vida, y asi las
interpréta
en
la estela
del Museo
de
Constan-
tinopla
K.
Friis Johansen
y
G.
Richter piensa para el
jinele
de
la
estela de
Lyseas que su
presencia
indica que
el difunto
poseia
c
ballos
de raza
;
quizâs estas composiciones en
las
que participan
c
ballos
sean
los
primeros
documentos,
como
sugiere J. Svoronos,
que
representan
personajes
heroizados
(1).
Las
razones
que
inducen
a
proponer esta hipótesis son las siguientes :
En la estela précédente
de
Lamptrai
la actitud
de las
figuras late
rales,
que contemplan al jinete,
con las
manos sobre
las
cabezas,
indica claramente que la
persona
central
esta
muerta,
pues es
la
misma con
que
aparecen
hombres
y mujeres
en escenas
de
Ilanto
alrededor
de cadâveres,
sobre
terracotas (2)
o en
pintura
vascu
lar3), que
cuenta
con una
larga tradición en
las
escenas
de
Ilanto
funèbre en
el
Mediterrâneo,
pues esta
documentada ya en uno
de los
lados
laterales
del
sarcófago de
Ahiram
de
Biblos
4),
del
s.
XI-X
a.
C.
En relieves
funerarios
de fecha posterior los difuntos heroiza
dosarchan
a
caballo o
acompafiados de
sirvientes y perros. El
(1) Del mismo modo
F. Cumont {Symbolisme
funéraire p. 439
s.)
y J. Aymard (Essai
sur
les chasses romaines
des
origines à la fin du
siècle des
Antonius (Paris
1951),
p. 513 ss.),
creen
que
las
escenas de caza sobre
relieves funerarios romanos poseen un
sentido
religioso. Sin em
bargo hay que admitir que
en
alguns estelas de guerreros se représenta un
verdadero
com-
bate, en
los relieves con jinete de Villa Albani (R.
Lullies, Griechische
Plastik (Munich
1960),
p. 65
ss.,
fig.
179) fechado en el
s. V y
en el
de
Doxileos, del afio
394
a.
C.
(R. Lull
ies,
/.
c,
p.
70,
fig.
192)
o
en
las
estelas
de
Nnason
y
Rynchon de
Tebas
(A.
Rumpf,
HdA IV
1,
p. 1 18,
figs.
4,
6,
lâm. 37), fechadas entre los
afios
440 y
410.
(2) G. Richter,
Archaic Greek
Art,
p. 8,
fig. 8
;
Handbook,
p.
221, fig.
327.
Tanto
G.
Richter,
como
K.
Friis Johansen
aceptan
que
todos estos
relieves representan personajes
heroizados.
(3)
E. Buschor,
Grab eines
attischen Mädchens
(Munich 1959), p.
26, fig. 10
;
E. Pfuhl,
Malerei und
Zeichnung
der Griechen
(Munich
1923),
p.
549,
p.
551, figs. 539, 553
; M. Ro
bertson,
/. c, p. 147 ;
A. Rumpf,
I.e. lâm.
8,
fig. 5 ; P.
Arias-M.
Hirmer, /. c, p. 70, figs.
128-129.
(4) H.
Bossert, Altsyrien
(Tübinga 1951),
p. 30,
fig. 440.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
18/41
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
19/41
64
J. M. BLÀZQUEZ
III.
Epoca clâsica
Los
relieves funerarios en
los que
aparecen caballos en
este periodo
obedecen a varios prototipos
:
escenas de despedida,
de
veneración,
de banqueté
funèbre y otras distintas
composiciones.
En Atenas en este periodo
en
las estelas se representan esculpidas
lekythoi
con escenas
de
despedida
(Figs.
2-3).
La temâtica responde
casi
siempre
a un esquema muy uniforme. En
uno
de
estos
lekytoi
se
ve
un viejo con barba, envuelto en un manto
y sentado,
delante
se encuentra un guerrero de pie,
detrâs
esta colocado un caballo
guiado por un joven
(1).
Sobre
un
segundo
lekythos
la
escena
se
complica
con
la
presencia
de
mayor numero
de
personas y
actitudes mas movidas
2), pues
intervienen cinco personas y un caballo ;
un joven
de
pie, que
ofrece
su
mano
derecha a un
segundo.
Detrâs de ellos
esta colocado
un
jinete ; el caballo
esta
en
actitud
de galopar. Encima
de
la
grupa
del
caballo, en distinto piano, hay
una
mujer
sentada, colocada de
per-
fil.
Una joven se apoya
sobre
sus hombros. Generalmente las per
sonas
que
despiden estân de pié, no sentadas. En
el lekythos de Po-
lymedes (3) el guerrero esta delante del caballo,
al que
un joven
de
snudo
sujeta. Esta escena
es
una
de
las
mas
sencillas.
Una
de
las piezas mas bellas (4) es
la
estela de
Panaitios
fechada
a
comienzos del s.
IV
a.
C.
Sobre ella se esculpió un lekythos con un
efebo
desnudo que
juega
con un aro comparable con el pintado sobre
una
crâtera
ateniense
de comienzos del
s.
V a. C.
(5) y
un ânfora
sobre la
que se ve un
guerrero (Panaitios) que viste chiton
y petasos
y
Ileva
dos espadas ;
su caballo
se encuentra
detrâs
y delante un
viejo
envuelto en
manto, que
tiende la
mano al guerrero,
seguido de un
muchacho. Todas
las
figuras estân colocadas de perfil, como
es fre-
cuente
en
estas
escenas. Sobre
el lekythos
de Hegemon
(6)
la
escena
(1)
A. Conze,
Die
attischen
Grabreliefs (Berlin 1900), p.
159,
fig.
745.
(2)
A. Conze, /. c, p. 231 s.,
fig.
1073.
(3) A. Conze,
Λ
c, p.
218,
fig. 1024.
(4)
A. Conze,
/. c, p.
228,
fig. 1062.
(5)
M.
Robertson, /. c, p. 98 ;
P.
Arias-M. Hirmer, /. c, p. 157, p. 79 s., fig. 155, fig.
157.
(6)
A. Conze, /. c,
p.
230,
fig. 1065.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
20/41
EL
CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS
65
es
muy
semejante, en
lo referente
a las
figuras centrales
con
alguna
diferencia en los vestidos. Su fecha
es
muy próxima a la del lekythos
anterior.
Parecida
composición
con
una colocacion de
las
figuras
diferente
es el
tema de
una
estela
rectangular (1) ; el difunto dando
la mano a la esposa,
en presencia del
caballo,
el
sirviente
y
dos
perros.
En
el lekythos de Pheidestratos (2), varias personas
contemplan
la
despedida. El
difunto extiende su
mano
a
su madré, detrâs
de
ella
se encuentra en
actitud triste
el padre. Un
joven
situado
detrâs
de Pheidestratos le
toca
el hombro con un gesto de
indidarle que
todo
esta dispuesto para
la
partida. Detrâs se
halla
el caballo. En
la
estela
de
Aristókles (3) se
représenta
ya la
marcha,
el
jinete
va de
Camino,
seguido
de un
servidor
a
pie.
Todas
estas
escenas,
en
las
que
participa el caballo, representan
la despedida
del difunto de sus
seres
queridos. En los relieves en los
que
aparecen
perros,
la presencia
de estos
animales
pareceria indicar
que
el
escultor
representó
la
caza
con
carâcter funerario,
tema que F.
Gumont reconoce que
posée esta significación desde
muy
antiguo y
que
prosiblemente
es
la que hay que dar a
las
escenas
de
caza de
león y
jabali
del sarcófago
de
la necropolis real de Sidón, fechado
a
comienzo del
s. IV
a. C. (4),
a
las
del Ilamado sarcófago de Alejandro,
que
procède de
la
misma
necropolis,
datado
entre los arlos
360
y
320 a.
G.
(δ),
a
las
de
dos
re
lieves
funerarios, en uno
de
los
cuales
el
jinete
se enfrenta con
un
jabali, en
una
actitud parecida a la que
se observa en un sarcó
fago
del
Museo
de
Siracusa
(6),
de
época romana imperial
7),
en el
segundo
con
un león
8), y
a las del sarcófago de
Chipre, fechado
(1)
A. Conze, /. c,
p.
240,
fig. 1111.
(2)
A.
Conze
/.
c,
p.
243
s., fig. 1
127.
Una
bella
estela con
escena
de
despedida
et
la
existente en
Moscu. Cf.
H.
Diepolder, Die attischen Grabreliefs des 5 und 4 Jahrhunderts υ.
Chr. (Berlin
1931),
p. 37
s.,
lâm. 32.
(3) A. Conze, /. c, p. 256,
fig. 1161
; J. Svoronos, Das AthenerNationalMuseum
(Atenas
1908), p. 330 s., lâm. 52.
(4) R.
Lullies,
/. c, 70 s., fig. 193, fig. 197.
(5)
G. Lippold, HdA, V, 1, 1960,
p. 288, lâm.
82,
fig.
2.
(6)
F. Benoit, /. c,
p.
58,
lâm. XXI,
fig. 1.
(7) J. Aymard,
/. c,
p.
513 ss.
(8) J. Svoronos,
/. c,
p.
660,
lâm.
CLXXXIV.
5
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
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66
J.
M. BLÂZQUEZ
alrededor
del afio
500
a. C.
(1).
Si bien, como también el nifîo y el
perro
se
encuentran
en escenas
no
de caza en
estelas, como
en las pro-
cedentesde Egina,fechada hacia
el afio
420 a. C.
(2) y
de
Ilissos 3),
datada
en
la
segunda
mitad
del
s.
IV
a.
C,
cabria
admitir
que
las
citadas escenas no representen necesariamente la partida a una cace-
ria. El
principal problema que plantean estas escenas
para el tema
déleste trabajo
es el mismo
que aparece
en otros
relieves de
los
que se
hablarâ
mas adelante, si existia en
Grecia, como
Etruria (4) y
Paes-
tum 5),
la
creencia
de que
el caballo era un animal psicopompo, lo
que se
examina
una vez
que
se
haya presentado
el
material que
puede
arrojar luz
sobre este
problema. Adelantaremos la
opinion
de
que
en
estas
escenas
de
despedida,
con
el
caballo
preparado
para
la
marcha,
probablemente
se representé simplemente, bajo
la
forma
de
la
partida a un
viaje, la
idea de la marcha a
la otra vida, sin
que
el caballo
haya que
atribuirle
necesariamente
un significado
especial,
pues en otros muchos relieves
funerarios
el caballo no se halla pre
sente a
la
despedida
(6).
Las pinturas de
las lekythoi
âticos, del
s.
V,
fabricados
expresa-
mente para ser depositados en
las tumbas,
ofrecen
diversos
temas
de carâcter funerario, como ofrendas a
las tumbas
7), pintura fe-
chada
entre los
afios
450-44 a.
C.
;
Caronte
con
su
barca
transpor-
tando muertos (8), datada hacia el ano
430
a. C. ; Thanatos e Hip-
nos
depositando al guerrero
muerto en el sepulcro, fechada
hacia
los
anos
450-440
a.G. (9) ;
jóvenes ante
las tumbas
(10),
del tercer cuarto
(1)
G.
Richter, Animals in
Greek
Sculpture (Oxford 1930), p·
21,
fig. 89.
(2) R.
Lullies, /. c,
p.
66,
fig.
182.
(3)
A. Lullies, /. c,
p.
79 s.,
fig.
226
;
A. Conze, /. c,
p.
221,
fig.
1033.
(4) J. M.
Blâzq.uez, Ampurias
19-20, p.
67 s.
(5) FA 12, 1959,
n° 2871,
lâm. XXII, fig.
71.
(6)
A.
Conze,
/.
λ,
figs.
1002, 1006,
1061
a,
1074, 1088,
1112,
lâms.
CXCVI,
CXCIX,
CCXX,
CCXXIII-CCXXIV, CCXXVI,
CCXXXII.
(7) W. Schmalenbach, Griechische
Vasenbilder
(Basel
1948), p.
37, fig. 138
;
E. Pfuhl,
/.
c.
p. 549
s., figs. 532, 541, 544, 547, 549. Para todos
estos temas. Cf.
A. Fairbanks,
Athenian Ukytiwi I-II
(Nueva
York
1907-1914),
passim.
(8) W.
Schmalebach,
/. c, p.
37, fig.
141 ; E. Pfuhl, /. c, p. 138, p. 549 s., figs. 542,
551 ; E. Buschor, Von griechischen Kunst (Munich 1956), p. 138, fig. 44.
(9) M.
Robertson, /.
c, p. 150 s. ;
E.
Busghor, Von griechischer Kunst, p. 139, fig. 45 ;
P.
Arias-M. Hirmer,
/. c,
p.
89,
fig.
184.
(10)
M.
Robertson, /. c,
p. 143.
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EL CABALLO EN
LAS CREENClAS
GRIEGAS
67
del
s. Va.G.
; despedida del guerrero ^jdatada hacia elano 430 a.
G. ;
duelo
de
una
joven ante el cadaver de su prometido,
de la misma
fecha
(2)
;
mujer
u
hombre
sentado ante
las tumbas,
de
finales
del
s.
V
a. G.
(3) ; sefiora y
su
doncella,
fechada hacia
el
ano
440
a. G.
(4)
etc. etc.. Las pinturas de estos
lekythoi en las
que intervienen
ca-
ballos
mâs
bien son
escasas.
En alguna
de ellas,
como
en la
del
lekythos
conservado en el Museo del Louvre, fechada a finales del
s.
V,
en la
que se
ve
un jinete junto a
una tumba, la
actitud de
este,
que
es la
que frecuentemente tiene
el
muerto
en estos
vasos
5),
parece
indicar
que
el ceramista pintó un tema
de
los
relieves funerarios,
un jinere
difunto 6).
También
se
pintó
otras
veces
jinetes en
actitud
de
combate
(7).
Un
relieve
extraordinariamente importante para el contenido
de
este estudio es el conservado en el Museo de Berlin,
que
se data
hacia
el
ano 400.
Procède
de Cumas
y
se labró
probablemente en
algun
taller de
la Magna
Grecia.
Ha sido
bien descrito por
G. Blümel
(8) ;
R. Herbig
(9) hace ya bastantes afios y recientemente Charles Pi
card (10)
Ilamaron
la
atención de
su
importancia. Représenta
a
un
jinete que
viste
chitón
y
manto
y cubre la
cabeza
con
un
petaso ; el
caballo
esta en
actitud
de
galopar
con
ambas patas
delanteras
le-
vantadas.
Sigue al
grupo
una
mujer
que Ileva
himation
y
chitón.
Detrâs de la
cabeza
del caballo serpentea una culebra,
cuya
cabeza
esta dentro
de
un recuadro, delante del
jinete
en actitud
de
venera
tionAnakalypsis) estân colocados por orden
de
estatura descendente
seis personas,
seguramente
toda una
familia. En la
pared cuelga un
casco empenachado
y un
aspis
circular. La escena esta
encua-
(1) M. Robertson,
/. c, p. 144 s.
; P.
Arias-M.
Hirmer,
/. c,
p.
90, figs. 186-187.
(2) M.
Robertson, /. c,
p.
147
;
E. Pfuhl, /. c.
p.
549,
fig.
553.
(3)
M.
Robertson,
/.
c,
p.
152,
p.
154.
(4) G.
Nicole,
La peinture des vases grecs (Paris 1926), p.
39,
lâm.
LVI 6 ; E. Pfuhl,
/. c, p. 554, figs. 529-530 ; Arias-M. Hirmer, /. c, p.
90,
fig.
185.
(5)
G.
Nicole, /. c, p.
39,
lâm.
LVI
b.
(6) E. Pfuhl, /. c, p. 550
s., figs. 540,
550 ; M. Robertson, /. c, p. 154
ss.
(7) G. Nicole,
/.
c, p.
39,
lâm.
LVI
b.
(8)
Katalog der griechischen Skulpturen des fünften
und
vierten
Jahrhunderts
v.
Chr. (Berlin
1928), p.
76,
lâm. 86.
(9)
Le.
(10) BCH p. 455 s.
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J. M. BLÂZQUEZ
drada arquitectónicamente por dos columnas
a
los lados
y
un
friso
de
palmetas
en la parte
superior.
La postura de los brazos de tres
miembros
de la
familia y
de la
esposa senala que
estân delante de una persona
heroizada,
es
decir
de un muerto ;
la
presencia de la
serpiente refuerza
este
significado,
ya que como M. P. Nilson
(x)
escribe :
«
la culebra que
se
representé
muy frecuentemente
en el
arte geométrico, Ilegó
después
a
ser
un
simbolo
distintivo del
muerto, de la que
se
podria prescindir,
si el
muerto
se
representaba en forma humana».
Todo
ello indica que
el grupo de
jinete
y
caballo en
los
relieves
funerarios hay
que inter-
pretarlo
generalmente como la
representation
de
una persona
heroi
zada,
y
por
lo tanto
la
presencia
del
caballo
indica
que
su
duefio
esta heroizado
(2).
Esto
mismo
confirma el
relieve
del s.
II
a.
C.
procedente del Asklepeion de
Atenas,
en el que encima del
jinete
esta
escrito Θεόδωρος ώρως (Fig. 4)
(3).
La heroización del muerto
bajo
la
forma
de
un jinete, comoJ. Svoronos (4) escribe,
apareció
pri-
mero
en
Atica
(Fig. 5)
y
fue particularmente frecuente en el s.
IV
a. G. en Beocia (Fig. 6), Norte de Grecia y Asia Menor.
Se
conocen
dos relieves
datados
en
la segunda
mitad del s. IV pro-
cedentes
de Tanagra
y
de Atenas respectivamente,
con
escenas un
tanto originales.
En
el
primero
el
héroe esta
de
pie delante del
c
ballo,
y
alarga un recipiente
a
su esposa que
vierte el contenido
de un
vaso, entre ellos
hay
colocado un altar
rectangular.
Detrâs de la
esposa se
encuentra
un
matrimonio
que hace
el conocido
gesto de
veneration y dos
ninos colocados
delante de él. El
escultor repre
senté
bellamente
una
ofrenda
a
un
difunto
(5). En
el
relieve hallado
en el
Atica,
el
jinete
esta de pie delante
del caballo, su esposa
de-
(1)
Griechische
Religion
2,
I,
p.
199.
(2) Al mismo prototipo, aunque con
una composición
mucho mis sencilla, obedecen
los dos relieves
del Museo National
de Atenas (J. Svoronos, /.
c ,
p. 359,lâm. XXXIII,
figs.
3, 7,
este ultimo
pertenece
al
s.
III
y procède de
Laurión).
(3) L. Malten, Jdl, p. 218, fig. 11 ; J. Svoronos, /. c, p. 350 s., lâm^XXXIII,fig.8.
(4)
L. c,
p.
351. En Tesalia aparecen
también
algunos relieves que
caen
dentro del
tema
de este trabajo. Cf.
H. Biesantz,
Die thessalischen Grabreliefs (Maguncia 1965),
p.
12 Κ 17, con Totenmahl ; p. 31 L 50 todos
de
la primera mitad del s. IV ; p. 11 Κ 13 ;
p. 18 Κ 28 del cuarto del
s.
V.
(5) M. P. Nilsson,
Griechische Religion », I,
p.
184 ss.
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EL CABALLO EN LAS
CREENCIAS
GRIEGAS 69
tras,
y
delante
del grupo un nombre
al que
el
jinete
entrega
una
palma ( ?) (1). Se
pueden
citar
otros varios relieves funerarios,
que
obedecen a distintos prototipos, en
los
que
la
presencia del jinete in-
dica la heroización
del difunto (Fig.
7)
Asi en un relieve
hallado
en
el Pireo 2), fechado en el s.
IV a. G.,
el
jinete
esta
de
pie
ante una
serpiente enroscada
en el
suelo
3),
como
en
un segundo ejemplar
de la misma
fecha,
guardado
en
el
Museo
de
Siracusa,
en el que en
la escena
intervienen
mayor numero de
personajes, pues el
jinete se
encuentra en el
centro con
cornucopia,
visto
de
frente
y
colocado de
lante
del caballo ; en el
lado
derecho se
halla
un
guerrero de
pie, y
en el izquierdo un joven
de
perfil, que
le ofrece
un
casco
(4) La
cor
nucopia,
que
también
sostienen
algunos difuntos
en los
banquetes
funerarios (5), refuerza el significado
de la
presencia de la serpiente
y caballo.
Los relieves funerarios
con
el tema el banqueté funèbre (Fig. 8)
son abundantes
en la
segunda
mitad del s.
IV
y
en la época
hele-
nistica.
La
composition
es muy uniforme. En
la
escena participan
una pareja sobre
una kline
; el
varón
echado,
la
esposa
sentada
a
sus
pies ; él
suele
levantar un rhytón
o
una
phiale
en
su mano derecha,
mien
tras
sostiene la izquierda un vasopequeno,
delante de
la
kline
esta
colocada la mesa
con los alimentos, las
Ilamadas
πυραμίδες
por
los
autores
antiguos, debajo
de
la mesa
o detrâs de la pareja
serpentea
una
culebra (6).
Suele
estar
presente
un servidor, colocado junto
a una
gran crâtera y
también varias
personas,
hombres, mujeres
y ni-
fios, que levantan su brazo
en
la postura
ya
registrada
en otros
relie
vesfunerarios, a veces conducen
un
animal, oveja, o cerdo.
Con
frecuencia
en el ângulo superior
se
halla un prótomo de caballo
asomado
a
una
ventana, mas rara
vez
todo
el
animal
entero. La
(1)
G.
Blümel,
/.
c,
p.
77,
lâm.
87.
(2) J.
Svoronos, /. c,
p. 360
s.,
lâm. XXXIII, fig.
5.
(3) M. P. Nilsson
[Griechische Religion ,
I, p. 197), escribe que
la
presencia de
la culebra
se hizo
tan
necesaria en
los
relieves
que
aparece
enroscada a un ârbol,
cuando el
héroe
se
représenta a caballo, como
en
un relieve ateniense del s.
III a.
C. (J.
Svoronos, /.
c, p.
351,
lâm. XXXIII, fig. 6), tema
del
que
existen
multitud de copias y variantes.
(4)
F.
Benoît,
/. c,
p.
43,
lâm.
Ill,
fig.
2.
(5)
W. Hausmann, Griechische
Weihreliefs (Berlin
1960),
p.
29,
fig.
14.
(6) M. P.
Nilsson, Griechische Religion1,
I, p. 199.
8/18/2019 El Caballo en Las Creencias Griegas y en Las de Otros Pueblos
25/41
70
J. M.
BLÀZQUEZ
composición
esta
deli