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EL CALENDARIO DE NUESTRAS VIDAS Nunca me canso de recordar ese instante del viaje de regreso a casa en el que se divisa la inconfundible silueta que todos los egabrenses tenemos como referencia, que sobresale, dibuja el paisaje, y nos avisa de que muy pronto estaremos de nuevo en casa. Vivimos en un mundo lleno de mecanismos de los que dependemos inconscientemente, pero que condicionan muchas de nuestras decisiones, actividades, proyectos… si no la mayoría. De hecho, son quizás estas complejas maquinarias las que nos aprisionan en un tiempo medido al segundo, y casi todo lo que hacemos está encasillado en ese momento concreto por razones que se escapan de nuestro entendimiento, pero de alguna manera hacemos por instinto, porque algo más grande que nosotros mismos nos empuja a ello. Una forma de ordenar todos estos anhelos, por darle forma y medida, es el calendario. El que nos va presionando como nuestro contrincante en una carrera de fondo, como el jefe de nuestras vidas al que no tenemos más remedio que obedecer para que unos cuantos días al año nos permita tomar decisiones por nosotros mismos, limitados por el resto del tiempo en el que nos encadenamos al consenso, la rutina, el día a día. Pero esos días, si son escogidos con criterio y se saben aprovechar, valen mucho más que el resto del tiempo, el del trabajo duro, el que hay que pasar primero para luego poder decidir. Sin embargo, además de este contraste de mentalidades con las que gastamos nuestro tiempo, existe otra inexplicable inercia a mantener ciertas costumbres que se repiten siempre, aunque algunas veces quisiéramos estar haciendo otras cosas por diversas circunstancias, pero que tendemos a poner en nuestro calendario como fechas inamovibles, puede que para recordar que en otro tiempo nuestros antepasados quisieron enmarcar los momentos especiales en días también especiales, y es lo que nos esclaviza a nuestras raíces: las tradiciones. Por ello, muchos de los egabrenses que salimos fuera a desarrollarnos, escogemos ciertas fechas, unos más y otros menos, que casi por nada del mundo somos capaces de cambiar o,

El Calendario de Nuestras Vidas

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Artículo para los actos de la celebración extraordinaria del año jubilar mariano de la Virgen de la Sierra, patrona de Cabra

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EL CALENDARIO DE NUESTRAS VIDASNunca me canso de recordar ese instante del viaje de regreso a casa en el que se divisa la inconfundible silueta que todos los egabrenses tenemos como referencia, que sobresale, dibuja el paisaje, y nos avisa de que muy pronto estaremos de nuevo en casa. Vivimos en un mundo lleno de mecanismos de los que dependemos inconscientemente, pero que condicionan muchas de nuestras decisiones, actividades, proyectos si no la mayora. De hecho, son quizs estas complejas maquinarias las que nos aprisionan en un tiempo medido al segundo, y casi todo lo que hacemos est encasillado en ese momento concreto por razones que se escapan de nuestro entendimiento, pero de alguna manera hacemos por instinto, porque algo ms grande que nosotros mismos nos empuja a ello.Una forma de ordenar todos estos anhelos, por darle forma y medida, es el calendario. El que nos va presionando como nuestro contrincante en una carrera de fondo, como el jefe de nuestras vidas al que no tenemos ms remedio que obedecer para que unos cuantos das al ao nos permita tomar decisiones por nosotros mismos, limitados por el resto del tiempo en el que nos encadenamos al consenso, la rutina, el da a da. Pero esos das, si son escogidos con criterio y se saben aprovechar, valen mucho ms que el resto del tiempo, el del trabajo duro, el que hay que pasar primero para luego poder decidir.Sin embargo, adems de este contraste de mentalidades con las que gastamos nuestro tiempo, existe otra inexplicable inercia a mantener ciertas costumbres que se repiten siempre, aunque algunas veces quisiramos estar haciendo otras cosas por diversas circunstancias, pero que tendemos a poner en nuestro calendario como fechas inamovibles, puede que para recordar que en otro tiempo nuestros antepasados quisieron enmarcar los momentos especiales en das tambin especiales, y es lo que nos esclaviza a nuestras races: las tradiciones.Por ello, muchos de los egabrenses que salimos fuera a desarrollarnos, escogemos ciertas fechas, unos ms y otros menos, que casi por nada del mundo somos capaces de cambiar o, por lo menos, procuramos mantener en nuestro calendario remarcadas para hacer lo posible por estar donde queremos estar, donde siempre estuvimos. Y en mi caso, como en el de muchos, dira que el ms importante de todos es el 4 de septiembre, el da grande de Cabra. El da ms bonito del ao, por qu no.Aunque nuestras vidas estn movidas por muchsimas cosas que no controlamos, hay formas de dirigir el rumbo de las mismas, y una de ellas hacer un calendario personal, adems del que usamos todos desde tiempos inmemoriales, desde que el sol alumbra nuestra tierra de da y se esconde cada noche. Yo lo llamara el calendario de nuestras vidas, nuestro encaje de bolillos que nos permite adaptarnos al mundo sin dejar de ser nosotros mismos.Pero, adems de todo esto, hay algo por encima que se sale de nuestro entendimiento y de nuestras capacidades. No podemos verlo pero sabemos que existe. Y a veces, cuando menos lo esperamos, nos sorprende de tal modo que ni en nuestros mejores sueos encontraramos la forma de llevar a cabo lo que este misterioso titiritero puede cambiar nuestro rumbo, regalndonos momentos irrepetibles y que se viven slo una vez, que no dependen de ningn calendario. Y estamos ante uno de esos momentos.De hecho, puede que no volvamos a ver nunca algo igual en muchsimo tiempo, algo que demuestra una vez ms como la fe mueve montaas y que a la vez las montaas alumbran la fe. La visita tan esperada se convierte por una vez en un regalo que se adelanta para traernos esperanza antes de lo previsto, alegra antes de que acordemos, Sierra al pueblo ms serrano.Por si fuera poco, y si an hay dudas de que es un momento especial, la fe ha hablado, y ha querido trasladarse hasta lugares que antes no haba llegado, pero en los que siempre estuvo presente. El viaje de la fe que va a alterar el calendario de miles de personas durante 3 semanas y que ser recordado por todos con muchsimo cario, tanto o ms que como nuestras tradiciones.Vivimos en un mundo movido por mecanismos incontrolables, a veces hasta con temor a que no nos permitan llegar a donde queremos. Estamos atados a ciertos consensos que un da unos pocos decidieron y que inevitablemente debemos cumplir si queremos ir todos en el mismo barco, a los que nos adaptamos y terminamos por catalogar como lo correcto, lo que se debe hacer. Qu ser entonces lo que nos mueve a desencadenarnos de todo ello por estar cada ao ese da y a esa hora? Quin ser el culpable de que nuestros deseos se cumplan cuando pensamos que ya era imposible? Qu tendr que ver la fe con todo lo que se avecina?Invito a todos los que sientan lo mismo a que abran sus corazones durante las prximas fechas de tradicin unidos a la extraordinaria conmemoracin que nos toca celebrar, orgullosos de lo que somos y sin olvidar somos los ltimos en decidir cul es nuestro calendario y dnde queremos estar en cada momento. O quizs no lo seamos tanto como pensamos.