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1 UNIDAD 3. LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN MUNDIAL (1474 -1700) Introducción El matrimonio de Isabel I de Castilla con Fernando II de Aragón prepara la unión de los principales reinos peninsulares al conseguir que una sola monarquía gobernara sobre todo el territorio español peninsular. Aunque no hubo una unidad política de España y si una unión dinástica, con este casamiento se dio un primer paso para avanzar hacia una comunidad de intereses destinada a forjar la unidad del Estado Español. Con la llegada al trono de Carlos I (Carlos V), los reinos españoles recaían en la casa de Austria o de Habsburgo, que reinará en España durante dos siglos. Debido a la política matrimonial de sus antepasados, Carlos I llegó a reunir una de las herencias más extensas hasta entonces conocida. 1.- LA CREACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA. LOS REYES CATÓLICOS EL CAMINO HACIA LA UNIÓN DINÁSTICA El árbol genealógico de la familia de Isabel y Fernando muestra su parentesco: eran primos segundos. De acuerdo con las normas de la Iglesia católica, su consanguinidad les impedía casarse, sin embargo, lo hicieron en 1469, antes de que llegara la dispensa papal, que presuntamente llegó en 1471. Isabel era hija de Juan II de Castilla. No hubiera sido reina de no haber sido por los conflictos entre la nobleza y la monarquía que se desarrollaron durante los siglos finales de la Edad Media. Los nobles se opusieron a Enrique IV y a la sucesión de su hija Juana, apodada la Beltraneja por los enemigos de su padre, que decían que no era hija de Enrique IV sino de un noble de la corte llamado Beltrán de la Cueva, hombre de confianza del rey. Enrique IV de Castilla había nombrado heredera a su hermana Isabel en el Tratado de los Toros de Guisando (1468), con la condición de que se casara con Alfonso V de Portugal. Pero cuando descubrió que había contraído matrimonio en secreto con Fernando, hijo de Juan II de Aragón, la desheredó y nombró sucesora a su hija Juana. Aunque Juana era la legítima heredera, tan pronto como murió Enrique IV Isabel se hizo proclamar reina de Castilla, y comenzó una guerra contra su sobrina Juana. A Isabel la ayudaban las tropas del reino de Aragón,

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UNIDAD 3. LA FORMACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA Y SU EXPANSIÓN MUNDIAL (1474 -1700) Introducción El matrimonio de Isabel I de Castilla con Fernando II de Aragón prepara la unión de los principales reinos peninsulares al conseguir que una sola monarquía gobernara sobre todo el territorio español peninsular. Aunque no hubo una unidad política de España y si una unión dinástica, con este casamiento se dio un primer paso para avanzar hacia una comunidad de intereses destinada a forjar la unidad del Estado Español. Con la llegada al trono de Carlos I (Carlos V), los reinos españoles recaían en la casa de Austria o de Habsburgo, que reinará en España durante dos siglos. Debido a la política matrimonial de sus antepasados, Carlos I llegó a reunir una de las herencias más extensas hasta entonces conocida. 1.- LA CREACIÓN DE LA MONARQUÍA HISPÁNICA. LOS REYES CATÓLICOS EL CAMINO HACIA LA UNIÓN DINÁSTICA

El árbol genealógico de la familia de Isabel y Fernando muestra su parentesco: eran primos segundos. De acuerdo con las normas de la Iglesia católica, su consanguinidad les impedía casarse, sin embargo, lo hicieron en 1469, antes de que llegara la dispensa papal, que presuntamente llegó en 1471. Isabel era hija de Juan II de Castilla. No hubiera sido reina de no haber sido por los conflictos entre la nobleza y la monarquía que se desarrollaron durante los siglos finales de la Edad Media. Los nobles se opusieron a Enrique IV y a la sucesión de su hija Juana, apodada la Beltraneja por los enemigos de su padre, que decían que no era hija de Enrique IV sino de un noble de la corte llamado Beltrán de la Cueva, hombre de confianza del rey. Enrique IV de Castilla había nombrado heredera a su hermana Isabel en el Tratado de los Toros de Guisando (1468), con la condición de que se casara con Alfonso V de Portugal. Pero cuando descubrió que había contraído matrimonio en secreto con Fernando, hijo de Juan II de Aragón, la desheredó y nombró sucesora a su hija Juana. Aunque Juana era la legítima heredera, tan pronto como murió Enrique IV Isabel se hizo proclamar reina de Castilla, y comenzó una guerra contra su sobrina Juana. A Isabel la ayudaban las tropas del reino de Aragón,

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donde reinaba el padre de su marido, y a Juana las tropas del reino de Portugal, al ser Juana la Beltraneja hija de una princesa portuguesa. Por su parte, Fernando era hijo de Juan II de Aragón. Tampoco tenía derecho al trono, pues tenía un hermano mayor, Carlos de Viana, que sin embargo murió antes de fallecer su padre, el rey de Aragón.

LA POLÍTICA INTERIOR Al hablar de la política interior de los Reyes Católicos hay que delimitar claramente las diferencias entre los reinos de uno y de otro. Aunque ambos monarcas gobernaron en régimen de igualdad en sus reinos, las diferencias entre la Corona de Castilla y la de Aragón eran muy grandes:

¨ Castilla superaba a Aragón en extensión territorial, riqueza económica y población. ¨ Castilla crecía económicamente gracias a su potente comercio de exportación de lana, mientras que el comercio

catalán estaba en crisis. ¨ Castilla era un Estado unido, con un solo gobierno, Cortes únicas, moneda común y sin aduanas internas, al contrario

que Aragón, compuesto por tres entidades políticas (Aragón, Cataluña y Valencia), cada una con leyes e instituciones propias.

¨ La monarquía castellana no estaba sometida al control de las Cortes, mientras que en la Corona de Aragón el rey no podía modificar la legislación sin el consentimiento de las Cortes.

En consecuencia, la monarquía de los Reyes Católicos se basó en la primacía de Castilla sobre Aragón, debido a su mayor potencia y dinamismo. Con poder en Castilla, Fernando será el que conduzca buena parte de los negocios del reino, entre los que cabe destacar la ampliación territorial por las conquistas del reino de Granada (1492) primero, y luego del reino de Navarra (1512). La reina Isabel, a pesar de que en Aragón tenían prohibido reinar las mujeres, también intervino en ocasiones en asunto relacionados con esa corona. Los Reyes Católicos pretendieron realizar la unidad religiosa, en torno al cristianismo, pero el resultado fue una unidad religiosa más formal y aparente que real. Ante ellos se encontraban dos núcleos no cristianos:

¨ Los judíos: debido al odio del pueblo, muchos se habían convertido al cristianismo, pero se sospechaba de ellos que seguían practicando el judaísmo (se les llamaba “marranos”). Los Reyes Católicos, para averiguar quiénes de estos conversos “judaizaban”, crearon el Tribunal de la Inquisición, valiéndose de una bula del papa Sixto IV, de 1478. En 1492, se promulgó un decreto de expulsión de todos los judíos que no aceptaran la conversión al cristianismo.

¨ Los musulmanes: con la ocupación cristiana de Granada, su población fue respetada, de acuerdo con la capitulación, en su religión, leyes, libertades y bienes. Tras una rebelión musulmana en las Alpujarras, se produjo un bautismo forzoso y masivo. Poco más tarde, todos los musulmanes que no aceptaron el bautismo fueron expulsados, primero de Castilla (1502) y luego de Aragón (1526), logrando así una homogeneidad sin minorías religiosas.

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LA FORMACIÓN DE UN ESTADO MODERNO Los reyes Isabel y Fernando, que más adelante empezarían a llamarse “Reyes Católicos”, en aplicación del título que les concedió el papa Alejandro VI en 1494 por el éxito en la Reconquista del reino de Granada, iniciaron un proceso destinado a reforzar la autoridad del Estado, y en consecuencia, la de la propia Monarquía. Para que triunfara la nueva Monarquía fue necesario adoptar medidas destinadas a restablecer el orden y a pacificar el reino. De esta forma:

¨ Los nobles, que con sus rivalidades y tropelías causaban daños a los pueblos y desobedecían las decisiones de los reyes, fueron sometidos a la autoridad real. Apartaron a los nobles de los cargos superiores de la administración, ocupados progresivamente por juristas y letrados de formación universitaria, aunque continuaron teniendo grandes riquezas e influencias, dado que siguieron siendo la principal clase aliada a la Monarquía.

¨ El orden en los campos, llenos de malhechores que asaltaban a los caminantes, se consiguió mediante

la creación de la Santa Hermandad, un cuerpo armado para mantener el orden en los caminos. El restablecimiento de la paz y el orden interior favoreció el crecimiento económico. A partir de 1498, se suprimió la Santa Hermandad, aunque pervivieron las hermandades locales con una función de policía rural.

¨ Se aumentó la autoridad del Consejo Real de Castilla, que se constituyó en el principal órgano de

gobierno, y se crearon otros Consejos: el de Aragón, el de la Inquisición y el de las Ordenes Militares. En lo económico se reorganizó la Hacienda.

¨ Para el gobierno de los municipios los Reyes Católicos incorporaron la figura del corregidor (alcalde),

nombrado por el rey, con el que se pretendía controlar los municipios y terminar con la mala administración y con las banderías urbanas existentes entre las oligarquías nobiliarias.

¨ También controlaron a las Órdenes Militares castellanas para limitar su poder político y beneficiarse de sus rentas. El rey Fernando fue nombrado gran maestre de cada una de ellas (Calatrava, Alcántara y Santiago), y éste fue el primer paso para la incorporación de sus territorios a la Corona.

¨ Las instituciones de gobierno: Consejo Real, Audiencia y Chancillería eran las tres más importantes,

perdiendo fuerza las Cortes a favor del Consejo Real. Las modificaciones consistieron en ocasiones en pasar responsabilidades de unas instituciones a otras. Por ejemplo, la resolución de ciertas disputas legales se pasó del Consejo a la Chancillería. Se crearon dos chancillerías una en Valladolid y otra en Ciudad Real (después trasladada a Granada).

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LA POLÍTICA EXTERIOR La política exterior de los Reyes Católicos tuvo varios ejes de interés. Tras los problemas iniciales durante la guerra entre Isabel y Juana, los Reyes Católicos iniciaron un proceso de acercamiento a Portugal, del que es buena muestra los matrimonios de dos de sus hijas con los monarcas portugueses. También iniciaron un proceso de acercamiento a Inglaterra, con cuyo rey casaron a una de sus hijas. Las alianzas matrimoniales eran la muestra de la dirección que seguía la política exterior, y esa dirección lleva también a la casa de Austria, con quienes establecieron también lazos matrimoniales:

Examinando esos detalles de las bodas de los hijos de los Reyes Católicos, puede verse con claridad los objetivos de su política exterior: les interesaba tener buenas relaciones con todos los países europeos que les permitieran mantener una política de aislamiento a Francia, con quien estaban enemistada por los intereses que ambos tenían en Italia. Junto a esta política de alianzas, destacaron también en el ámbito exterior otros hitos importantísimos:

¨ La expansión por el Atlántico: Las Canarias se convirtieron en punto económico y estratégico importante.

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¨ La política norteafricana: La primera plaza conquista fue Melilla (1497), puerto interesante por su situación estratégica y por ser el lugar donde confluían las caravanas procedentes de Sudán con cargamentos de oro. Luego le siguieron Orán, Argel y Bugía.

¨ La guerra de Italia: Fernando el católico quiso integrar el reino de Nápoles en la corona aragonesa,

pero eso le llevó a enfrentarse con el rey de Francia, Carlos VIII, interesado también por ese territorio. Nápoles quedó integrada en la Corona de Aragón en el año 1503 después de una segunda guerra contra Francia.

¨ El descubrimiento de América: el 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón puso por primera vez el pie

en un territorio, una isla del continente americano. No debió de ser el primer europeo que pisó América, pues los normandos ya habían viajado al Nordeste de América del Norte, a la zona de la Península del Labrador, probablemente en el siglo X.

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2.- LOS AUSTRIAS MAYORES: CARLOS I (1500-1558) LA HERENCIA Con Carlos I (Carlos V), se entroniza en España la dinastía austriaca de los Habsburgo (Los Austrias), convirtiéndose nuestro país en el eje de la política mundial: ¨ De sus abuelos maternos, Isabel y Fernando (Los Reyes Católicos), recibe la herencia hispánica con las Canarias, las

posesiones en Italia (Cerdeña, Sicilia y Nápoles), y la parte americana que se ampliará en este reinado con conquistas desde México hasta el sur del continente.

¨ De María de Borgoña, su abuela paterna, recibe los territorios de los Países Bajos y el Franco Condado. ¨ De Maximiliano de Austria, su abuelo paterno, las posesiones austriacas. Además, en 1519, Carlos I es elegido

emperador de Alemania sucediendo a su abuelo Maximiliano.

La herencia recibida por Carlos de Gante

Además, en 1519 fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (Carlos V), sucediendo así a su abuelo Maximiliano. Pero para ello tuvo que recurrir a cuantiosos préstamos de banqueros alemanes, pues la corona imperial era electiva y la designación del nuevo titular correspondía a un reducido grupo de príncipes electores, cuya voluntad era necesario comprar con promesas e importantes sumas de dinero. En competencia con el rey de Francia Francisco I, lo que supuso un gasto enorme al que Carlos hizo frente buscando dinero en Castilla y en banqueros alemanes, el 23 de octubre de 1520 fue coronado rey de Romanos en Aquisgrán y tres días después fue reconocido Emperador electo del Sacro Imperio Romano Germánico. Estos asuntos en Alemania lo ausentaron de España hasta 1522. El 24 de febrero de 1530, el mismo día de su cumpleaños, en Bolonia, Carlos fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por el papa Clemente VII, quien se convirtió en aliado de la causa imperial. El ideario del emperador fue el ideal del humanismo de la Universitas Christiana, es decir, la supremacía de la autoridad imperial sobre todos los reyes de la cristiandad y la asunción de la defensa del catolicismo.

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LA POLITICA DEL EMPERADOR Tras la muerte de Fernando el Católico, Carlos de Gante, su nieto, fue nombrado rey de Castilla y Aragón (Carlos I). Llegó a la Península acompañado de sus consejeros flamencos, a los que dio importantes cargos, provocando el descontento de la nobleza y las ciudades. Además, con la muerte del emperador Maximiliano I de Austria, los intereses políticos y económicos peninsulares quedaron supeditados a la política de Carlos I y a sus intentos de conseguir el título imperial. Esta situación, junto con el autoritarismo del monarca, provocó el malestar de la población, que degeneró en revueltas en 1520 con la sublevación de las comunidades castellanas. Esta revuelta tuvo un origen urbano, pero pronto se propagó al campo. Los líderes de los comuneros fueron Bravo, Padilla y Maldonado, que reclamaban una mayor participación de los concejos en el gobierno del reino. Los comuneros fueron derrotados en la batalla de Villalar (Valladolid) en 1521. Por estas mismas fechas tuvo lugar en el reino de Valencia la rebelión de las Germanías (agermanats, clases populares), que se extendió más tarde a Mallorca. Estas revueltas tenían un marcado carácter anti señorial y de oposición a la oligarquía urbana. Los rebeldes fueron derrotados tras dos años de luchas, en 1522. De otra parte, su proyecto de unidad cristiana, no se podrá llevar a cabo porque el emperador tendrá que enfrentarse a otros problemas fuera de la península ibérica, tales como: ¨ LAS GUERRAS CONTRA FRANCIA: Francia era la otra gran potencia europea, y su rey, Francisco I, había

rivalizado con Carlos por la corona imperial alemana. Al no conseguirla y quedar rodeado por las posesiones de los Austrias, Francisco I pretendió hacerse con el predominio en Italia. La lucha por la hegemonía en Europa condujo, por tanto, a cuatro guerras contra Francia en tierras de Italia, entre 1521 y 1544, que confirmaron la supremacía de Carlos I y le permitieron la incorporación de Milán a sus dominios.

¨ LA LUCHA CONTRA LOS TURCOS: Carlos I consideraba como una de sus misiones fundamentales, la

defensa de la Cristiandad frente a la amenaza islámica, representada por el Imperio Otomano, que se extendía desde el sureste de Europa hasta el norte de África, y estaba en plena expansión. Así, el Mediterráneo se convirtió en permanente escenario de conflictos durante todo el reinado. Pero en este ámbito el resultado fue más incierto, pues se alternaron triunfos (conquista de Túnez en 1535) y fracasos (fallida conquista de Argel en 1541).

¨ EL PROBLEMA PROTESTANTE O LUTERANO: Alemania había sido el principal escenario de la reforma

protestante de Lutero, a la que se habían adherido numerosos príncipes para fortalecer su poder mediante la confiscación de bienes a la Iglesia católica. Entre 1545 y 1555 la defensa de la ortodoxia católica empujó a Carlos V a luchar contra los protestantes (victoria de Mühlberg, 1547). Pero después los príncipes protestantes obtuvieron el apoyo del rey francés, y cambió la correlación de fuerzas. Finalmente, por la paz de Augsburgo (1555), Carlos V reconoció la vigencia de las dos religiones en el Imperio Germánico, aunque se obligaba a los súbditos a profesar, en cada territorio, la religión de su príncipe.

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3.- LOS AUSTRIAS MAYORES: FELIPE II (1527-1598) LA HERENCIA Carlos I decidió abdicar y retirarse al monasterio de Yuste, donde murió. Pero decidió ceder a su hermano Fernando las posesiones de Austria, y, con ellas, los derechos a aspirar a la corona imperial alemana. Felipe II heredó todos los demás territorios. Su reinado recibe el calificativo de “monarquía hispánica”, debido a que a su final toda la Península estuvo bajo su mando, pues fue nombrado rey de Portugal en las Cortes de Tomar en 1581, y, al contrario que su padre, se centró en los intereses hispánicos. Separado ya del Imperio alemán, Felipe II hizo de España el centro de su corte, y dentro de España fue Castilla el reino en el que más se apoyó. Felipe II no saldría, desde su acceso al trono, de la Península, en lo que contrasta con su padre, que viajó mucho. Buscando un lugar retirado, estableció la capital en Madrid (1561) y más tarde él mismo se estableció en El Escorial. Su defensa del catolicismo y la hegemonía de España le valieron la enemistad de gran parte de Europa.

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LA POLITICA DEL REY Fue un monarca autoritario y buscó la defensa de la catolicidad fuera de sus territorios, lo que le llevó a enfrentarse a los franceses en San Quintín (Francia, 1557) y a los turcos en Lepanto (Grecia, 1571). También tuvo problemas religiosos en los Países Bajos donde se produce una sublevación, que fue sofocada por el duque de Alba y sus famosos tercios. Por último, también se enfrentó a Inglaterra, por la ayuda que prestaban a los sublevados protestantes de los Países Bajos, con la llamada Armada Invencible, que naufragó antes de llegar a las costas británicas (1588).

“La Invencible”, José Garnet de la Peña (1982). Museo del Prado

En cuanto a su política interior, el principal problema al que tuvo que enfrentarse fue a la sublevación de los moriscos de Granada (1568-1571) y el conflicto cortesano y político que supuso la traición de Antonio Pérez, secretario real. Felipe II se apoyó en dos bases: el poder absoluto de la monarquía y la defensa de la ortodoxia católica, siendo la Inquisición su principal instrumento de control, al prohibir cursar estudios en universidades extranjeras y la importación de libros. En 1581 quedó vacante el trono portugués; las Cortes lusitanas reunidas en Tomar, nombraron a Felipe II rey de Portugal, logrando la unidad ibérica con la que habían soñado los Reyes Católicos. Felipe II se comprometió a respetar los fueros y costumbres portugueses, así como mantener los cargos existentes. Se creó un Consejo de Portugal, y se eliminaron las aduanas con Castilla. Esta unión con España fue apoyada por nobleza y comerciantes, pero no así por las clases populares portuguesas. Portugal se desvinculó de la Casa de Austria a mediados del siglo XVII, tras la sublevación contra Felipe IV en 1640. De esta forma, Portugal recuperó su independencia de España definitivamente.

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4.- LA ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL BAJO LOS AUSTRIAS La monarquía española bajo los Austrias mayores estaba compuesta por grandes territorios, que mantuvieron sus vínculos mediante unos principios de gobierno, la monarquía autoritaria, y un conjunto de instituciones nuevas en Europa, como era el Consejo de Estado, creado por Carlos I, y que estaba formado por representantes de los diferentes reinos. Fue una monarquía autoritaria, con un gran centralismo administrativo. También existían consejos territoriales de cada reino, así como el Consejo de la Inquisición y el de Hacienda. En las diferentes colonias existieron virreyes y regidores. La estructura de gobierno de la Monarquía Hispánica durante la Edad Moderna se define como polisinodial, es decir, con multiplicidad de Consejos, si bien es verdad que este sistema sería utilizado bajo el gobierno de los Habsburgo (s. XVI-XVII), perdiendo influencia y eficacia con la llegada después de los Borbones (s. XVIII). Este sistema ralentizaba mucho la burocracia española, ya que el Soberano tenía que abordar muchas decisiones a la vez, que no siempre se alcanzaban a la primera y devolvía el tema al Consejo. Los Consejos, una vez cristalizada y desarrollada su evolución, se estructuraron en dos grandes bloques: los Consejos territoriales, que representaban la estructura institucional y constituciones de los diversos reinos, y los Consejos sectoriales, cuya especialización estaba plenamente definida en función de la naturaleza de los mismos. Las Cortes fueron perdiendo importancia, especialmente las de Castilla, que carecían de poder legislativo. En relación a la administración de justicia, los Austrias crearon nuevas audiencias, como la de Sevilla, y mantuvieron instituciones tradicionales como el Justicia Mayor y la Real Audiencia en Aragón.

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5.- LOS AUSTRIAS MENORES: FELIPE III, FELIPE IV Y CARLOS II Los tres monarcas del siglo XVII acudieron para ayudarles en las tareas de gobierno a personajes importantes de la nobleza, los validos, que se convirtieron en hombres muy poderosos, al ser más que amigos y ayudantes del rey, fueron los auténticos artífices de la política del reino. Este ejercicio lo llevaron a cabo:

¨ El duque de Lerma y el duque de Uceda (validos de Felipe III) ¨ El conde-duque de Olivares y Luis Menéndez de Haro (validos de Felipe IV) ¨ Luis Menéndez de Haro, el Padre Everardo Nithard y Fernando Valenzuela (validos de Carlos II)

Los principales conflictos internos durante el siglo XVII fueron, en primer lugar, la revuelta de los moriscos durante el reinado de Felipe III, que terminó con su expulsión definitiva en 1609 del reino de Valencia y en 1610 de los reinos de Aragón y Castilla, para evitar las incursiones de los piratas que atacaban las costas de Levante y que se sospechaba recibían apoyos de los moriscos hispanos. Este hecho tuvo importantes consecuencias sociales y económicas, ya que la población morisca suponía una fuerza de trabajo especializada que fue imposible sustituir.

Durante el reinado de Felipe IV se producen las sublevaciones de Portugal y Cataluña, fundamentalmente provocadas por la política llevada a cabo por el conde–duque de Olivares, que, con el objetivo de recuperar el prestigio y la hegemonía de la monarquía española, va a exigir a los reinos no castellanos de la Corona un aumento de la aportación económica para costear su política y la participación española en la Guerra de los Treinta Años.

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Esta idea se tradujo en la práctica con la Unión de Armas, que buscaría la creación de un ejército compuesto por fuerzas de todos los reinos de la monarquía para la defensa de ésta. Cada reino tendría que aportar una cantidad determinada de tropas al conjunto. Sin embargo, el proyecto fracasó debido a la oposición de los reinos de la Corona de Aragón. Mientras que la rebelión catalana fue sofocada (corpus de sangre - toma de Barcelona, 1652), Portugal obtendrá su independencia definitiva de España en 1640, con el duque de Braganza, pretendiente al trono, que se alzó con el poder con el nombre de Juan IV. Pero el gran conflicto en Europa fue: LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS, una guerra librada en la Europa Central (principalmente el Sacro Imperio Romano Germánico) entre los años 1618 y 1648, en la que España se enfrentó a Francia y sus aliados. Finalizó con la Paz de Westfalia (1648). Sin embargo, las ventajas conseguidas por Francia en la Paz de Westfalia, llevaron al rey Felipe IV a no firmar la paz con Francia, y a continuar la guerra con el reino vecino. Con once años de retraso tuvo Felipe IV que firmar la paz con el rey francés, la Paz de los Pirineos (1659). Varios fueron los territorios que España tuvo que ceder a Francia: Artois, Rosellón y Cerdaña; Francia consiguió ventajas para el comercio en el Atlántico. Lo único positivo fue el acuerdo matrimonial entre príncipes de ambos países: Luis XIV de Francia (el rey Sol) se casaría con la princesa María Teresa de Austria, la hija de Felipe IV.

A Felipe IV le sustituyó su hijo Carlos II que, al no tener descendencia, marcó la política exterior española de finales del siglo XVII. Durante su reinado tuvieron lugar dos guerras contra Francia. Los años últimos del reinado de Carlos II estuvieron marcados por la locura del monarca, producto de las presiones políticas y las intrigas palaciegas, y por el problema sucesorio, como consecuencia de la inexistencia de hijos, lo que avivó la lucha por hacerse con el trono y su herencia. Su muerte, el 1 de noviembre de 1700, desencadenó la Guerra de Sucesión (1700-1713) al trono español, que se convirtió en un importante conflicto internacional por la hegemonía política en Europa.