14
  {PAGE }  El canon del aire: « Las aves » de Aristófanes Gregorio Luri La comedia  Las Aves, de Aristófanes, se estrenó el año 414, cuando la larga guerra contra Esparta ya estaba haciendo resquebrajarse la fe de los atenienses en sí mismos, pero aún no era previsible que llegasen al extremo de votar democráticamente el fin de la democracia. En ese momento estaba especialmente vivo el debate público en torno al “régimen” político de Atenas, es decir, sobre la “polieia” ateniense. Eso significaba que los atenienses tenían plena conciencia de la diferencia entre lo real y lo posible y de que lo real efectivo esaba muy lejos de satisfacer las demandas políticas que consideraban legítimas. Dicho de otra manera: estaba abierto el debate sobre la “  politeia recta”, la orthé politeia”. Y quizás no se vaya desencaminado si se sospecha que Aristófanes no decidió por casualidad que la primera palabra de su obra fuera precisamente “ orthé (recto). Ahora bien, ¿quién marca el norte de lo recto? La politeia era para un griego algo más que el marco jurídico de una  polis 1 . Tal como la encontramos definida en las obras de Isócrates, Platón 2  y Aristóteles, es el alma 1  En  Leyes 680 b-e, Platón utiliza este término para referirse al género de vida de los cíclopes que era salvaje, es decir, sin leyes.

El Canon Del Aire en Las Aves de Aristófanes

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Aristofanes

Citation preview

  • {PAGE }

    El canon del aire: Las aves de Aristfanes

    Gregorio Luri

    La comedia Las Aves, de Aristfanes, se estren el ao 414, cuando la larga guerra contra Esparta ya estaba haciendo resquebrajarse la fe de los atenienses en s mismos, pero an no era previsible que llegasen al extremo de votar democrticamente el fin de la democracia. En ese momento estaba especialmente vivo el debate pblico en torno al rgimen poltico de Atenas, es decir, sobre la polieia ateniense. Eso significaba que los atenienses tenan plena conciencia de la diferencia entre lo real y lo posible y de que lo real efectivo esaba muy lejos de satisfacer las demandas polticas que consideraban legtimas. Dicho de otra manera: estaba abierto el debate sobre la politeia recta, la orth politeia. Y quizs no se vaya desencaminado si se sospecha que Aristfanes no decidi por casualidad que la primera palabra de su obra fuera precisamente orth (recto). Ahora bien, quin marca el norte de lo recto?

    La politeia era para un griego algo ms que el marco jurdico de una polis1. Tal como la encontramos definida en las obras de Iscrates, Platn2 y Aristteles, es el alma

    1 En Leyes 680 b-e, Platn utiliza este trmino para referirse al gnero de vida de los cclopes que era

    salvaje, es decir, sin leyes.

  • {PAGE }

    (psykh) de la polis. Por eso Aristteles la considera tambin la vida de la ciudad (Poltica 1259 b). De ah que la eleccin de la mejor politea y la de la mejor forma de vida tengan tanto en comn, pues nadie debe considerar el vivir de acuerdo con la politeia como una esclavitud, sino como su salvacin (Poltica 1310 a 35-36). Siguiendo con Aristteles, podemos entender la politeia como la forma de la ciudad, estando constituida su materia por los individuos an no convertidos en ciudadanos, es decir, an no afectados por el rgimen, que es, en definitiva quien determina la manera de ser ciudadano. La forma tiene una dignidad ms elevada que la materia porque slo ella est orientada hacia un fin. La politeia orientada al mejor fin es la orth politeia.

    Nada ms normal para un griego que sentirse perdido si ha abandonado la propia politeia, que es lo nico que proporciona a los ciudadanos el sentido de la orientacin. Platn afirma que la politeia es el alimento (troph) de los ciudadanos, puesto que gracias a ella es posible dar sentido a la propia vida (y eso es la paideia). Desarrolla con cierto detalle esta idea en el Menexeno jugando con la polisemia del trmino troph (alimento, educacin, cra, gnero de vida, etc.). Hay que valorar este concepto porque permite entender la ciudadana como un enraizamiento en la madre tierra. Iscrates insiste en la necesidad de considerar a la propia tierra como nutricia, patria y madre3. Desde esta perspectiva hay que entender al Aristteles que defiende que la polis phsei (tiene un crecimiento natural) que proporciona los medios para que los ciudadanos vivan bien (eu zn)4. Por eso el hombre es politikn zon5. Podemos recordar ahora una ancdota recogida en una Vida annima de Aristfanes, segn la cual Dionisio de Siracusa le pidi a Platn que le explicara la politeia ateniense y ste, como respuesta, le entreg las comedias de Aristfanes6.

    2 Timeo 85a

    3 Panegrico 25, Panatenaico 125.

    4 Poltica I.II.8

    5 I.II.9. El debate sobre todas estas cuestiones estaba tan vivo en Atenas que incluso podramos hablar, sin exageracin, de la politeia como de un gnero literario propio de la segunda mitad sel siglo V y de la primera del IV, entre cuyos autores podemos incluir a Herodoto, Tucdides, Hipodamo de Mileto, Faleas de Calcedonia, Critias, Protgoras, Eurpides, al llamado Viejo Oligarca, Iscrates y, especialmente a Platn y Aristteles. 6 No por su participacin directa en la vida pblica ateniense como prtano (primer magistrado), sino por su labor como poeta, lo podemos considerar como un educador de Atenas. Compiti con grandes comedigrafos como Cratino y Eupolis por el favor del pblico y conoci el xito y el fracaso, tal como l mismo nos cuenta en la parbasis de los Caballeros. Sabemos que obtuvo el primer puesto con Los Acarnienses, Los Caballeros y Las Ranas y el segundo con La Paz, Las Avispas y Las Aves. Conservamos once comedias de un total de cuarenta y cuatro que llegaron a la poca alejandrina.

  • {PAGE }

    Los protagonistas de las Aves son Evelpides y Pistherairos, dos adultos entrados en aos (324). Lo que se va a desarrollar no es pues una irona sobre el idealismo juvenil, sino, como veremos, sobre el cansancio democrtico de aquellos en quienes debiera apoyarse la democracia para tener futuro. Evelpides significa algo as como Buena Esperanza" y Pisthtairo Compaero-persuasivo". Podemos llamar, atendiendo al sentido, al primero Esperanza y al segundo Persuasin.

    El espectador de Aristfanes conoca la ambigedad de la esperanza (elpis). En el mito de Pandora se presenta como un mal que mora en el centro de la casa, sugiriendo que no hay habitar sin esperanza; pero en el Prometeo encadenado de Esquilo es un bien precisamente porque es ciega y como tal nos impulsa a aspirar a aquello que no sabemos si podremos alcanzar. Sin su impulso viviramos en un mundo sin sueos.

    El trmino griego para persuasin es peitho. Como verbo significa convencer o persuadir y como figura mitolgica personifica tanto la persuasin retrica como la seduccin ertica. Y es esta doble cara la que me parece imprescindible resaltar. En tanto que la mera presencia de la belleza provoca la inmediata conviccin de hallarse ante lo bello y la correspondiente emergencia del deseo, la percepcin ertica es el modelo de toda persuasin. Lo que la retrica pretende por medio de recursos discursivos es decir con la ayuda de una cierta tkhne- es lo que la belleza conquista con su mera presencia. Lo atestigua el mismo Aristfanes cuando en Las Ranas (1360) le hace proclamar a Eurpides que la sonrisa de Peitho es un discurso elocuente. Heraldo de Afrodita, la llama Pndaro. Es perfectamente comprensible que en Atenas hubiera una estatua de Peitho junto a la de Afrodita Pandemos. Segn Pausanias (11.22.3) el culto de ambas divinidades fue establecido por Teseo. A finales del siglo V la imagen de Peitho se hizo presente en gran cantidad de objetos y con frecuencia aparece como miembro del crculo de Afrodita y no es extrao verla en compaa de Pothos (Deseo) y Paideia (Educacin). Y es que la persuasin poltica es una amalgama de la persuasin retrica y de la ertica. Si aadimos que Alcman (frag. 64) la tiene por hija de Prometeo, vemos que tanto Elpis como Peitho apuntan en una direccin prometeica que el desarrollo de la comedia no har sino confirmar.

  • {PAGE }

    Ya hemos dicho que la primera palabra de la comedia es orths (recto, directo). Aadamos ahora que la pronuncia la Esperanza. Los protagonistas han comprado dos pjaros el mercado de las aves de Atenas al melanclico vendedor Filcrates, para que los conduzcan hasta Tereo, el rey tracio que, por su crueldad, fue convertido en abubilla. Pero esta primera palabra no expresa sino lo que los protagonistas son incapaces de hacer: ir en lnea recta. Parece que exista un refrn en la Atenas de esta poca que preguntaba lo siguiente: Quin queriendo ir de un lugar a otro no cesar de dar vueltas, sabe a dnde va? No debemos concluir que carece de Norte?

    Evlpides y Peisthetairo creen saber a dnde se dirigen por el mero hecho de que los orienta el deseo, pero estn perdidos en una tierra desconocida. No pueden hallar ni tan siquiera el camino de regreso. Es en esta situacin de desconcierto cuando Evelpides expone los motivos del viaje (27-48). Nosotros dice- padecemos uma enfermedad (nson nosomen). Suponemos, por lo tanto, que van en pos de la salud. Su enfermedad es el desencanto poltico, ya que, aunque ambos pertenecen a una tribu y una familia estimables (timmenoi), no se encuentran a gusto en Atenas. Es decir, no se sienten partcipes de la politeia ateniense. Estn hartos de democracia. Este hartazgo, viniendo de Aristfanes, tiene la forma de una queja contra el constante recurso a los tribunales por parte de los ciudadanos. Los atenienses se pasan pleiteando toda la vida. Pero precisamente ese es el fundamento de la democracia: la aceptacin de la palabra como herramienta para resolver conflictos. La democracia es inevitablmente sofstica. Y, desde luego, como veremos, Peisthetairo extraer un muy buen partido de sus dotes oratorias. En realidad buscan un lugar relajado (tpon aprgmona) en el que pasar el resto de sus vidas, sobreentendemos que sin tener que rendir cuentas de sus actos a nadie. Este es su Norte. Por eso van en busca de Tereo, la abubilla, para ver si desde su alta posicin, ha visto alguna ciudad sobre la que puedan acostarse como sobre blancos cojines (120-123). La comedia se abre, por lo tanto, descubriendo la tensin entre la ciudad (la realidad) y el deseo. Podemos recordar que para Hegel, en la comedia aristofnica la conciencia individual, habiendose hecho autoconsciente, se presenta a s misma como el poder absoluto. Claro est que hay que aadir que el desenlace de cada comedia nos muestra lo finalmente ilusorio de esta desmedida pretensin. Si en el inicio de las Aves se sugiere la superioridad del deseo sobre todo lo que la ciudad considera absoluto (la familia, la moral ancestral, las leyes y los dioses), el

  • {PAGE }

    descubrimiento de las aporas en que desemboca un deseo sin media, exijir el replanteamiento radical del punto de partida.

    En el imaginario griego estaba muy presente la ciudad ideal, pero esta perteneca al pasado. Y as se mantena inmune al deseo. A ese pretrito tiempo mtico se le daba el nombre de tiempo de Cronos y ya se encuentra bien elaborado en el mito de la Edad de Oro de Hesodo. En el siglo V este mundo feliz renace en la comedia y los tres grandes comedigrafos, Aristfanes, Cratino y Teleclides lo llevan hasta la hiprbole. Cratino7 imagina en Las riquezas a los hombres de aquel tiempo jugando a los dados con hogazas de pan. Y Telclides en Los Anfitriones, afirma que cada torrente llevaba vino en su curso. Las tortas disputaban con las hogazas de pan por las bocas de los hombres, suplicndoles que las tragasen (...). Los pescados, viniendo a las casas, se asaban a s mismos, y se servan a s mismos en las mesas. Esta es una ensoacin utpica que se mueve entre la melancola y la irona, pero no es ridcula. Sin embargo Aristfanes conduce la accin hacia lo ridculo, que es, para l, el proyecto utpico de trasladar la Edad de Oro del pasado mtico al futuro ideal, suponiendo que la idealidad est al alcance del deseo. Lo ingenuo de las pretensiones de los dos atenienses se pone de manifiesto cuando, al interesarse Tereo por la politeia que estn buscando, descubrimos que en realidad no quieren vivir en ningn regimen, sino sobre l. No quieren ni una aristocracia ni, en realidad, ninguna de las politeias conocidas, sino una ciudad que les ofrezca todo a cambio de nada. Evlpides (otra vez l) describe as su proyecto: quieren encontrar una ciudad en la que todo trabajo se reduzca a esperar las invitaciones que llegan por la maana para asistir a baos y banquetes. Se imagina como un ciudadano pasivo de una ciudad generosa. Pisthetairo quiere vivir tambin en una ciudad as, pero lo que l quiere de ella no es amistad, sino sexo. Tereo, que supuestamente conoce todas las politeias, les asegura que nunca ha visto una ciudad as, es decir, una una ciudad feliz (eudamn plis) (144).

    Sobreponindose a la decepcin Evlpides se interesa por la vida de las aves (ornthn bos) (155). Tereo afirma que no carece de recompensas (ouk kharis), pues no necesitan dinero y comen en los jardines ssamo, mirto, adormidera y menta. Llevis una vida de recin casados, le responde Evlpides.

    7 Su ltima obra, El botijo, triunf en el certamen de 423 sobre Las nubes de Aristfanes.

  • {PAGE }

    En este momento la comedia cambia de rumbo. Pisthetairo, sorprendido por lo que acaba de or, comienza hurdir un plan. Ha descubierto que se necesita algo ms que el deseo para realizar los sueos. En cierta manera podramos decir que hasta aqu ha sido conducido por la persuasin ertica, mientras que a partir de ahora tomar las riendas de la accin la persuasin retrica. Aqu comienza el dilogo entre lo ideal y lo posible. Pisthetairo se propone fundar una nueva ciudad con la colaboracin de las aves. Para ello necesita convencerlas tanto de sus beneficios potenciales como de su poder real, porque estn en condiciones de dominar a los dioses y a los hombres. Si estn dispuestas a colonizar el espacio intermedio en el que viven y cercarlo con una muralla convertirn su polos (ornthn plos) en una polis (181-5). Ya no se trata de edificar sobre sueos, sino de transformar lo existente. Y cuando se tiene suficiente poder, podemos dejarnos guiar por el norte del deseo, como los atenienses dejaron meridianamente claro en Melos. El deseo ingenuo del soador descubre que para su realizacin ha de ser el deseo del poderoso.

    Y os seorearis de los hombres (rxetnthpn) como ahora de los saltamontes y a los dioses los haris morir con un hambre melia, les dice Pisthetairo a las aves. Esta ltima expresin hace referencia al sitio de Melos por parte de los atenienses, acaecido un ao antes. Se trata de una referencia relevante que debe ser desplegada para entender alguna de las claves de esta comedia. La superioridad militar de los atenienses frente a los melios fue tan abrumadora que nunca pretendieron negociar su rendicin, sino imponer su absoluta sumisin. Demostraron una absoluta insensibilidad ante los argumentos morales y religiosos alegados por los sitiados. El poder descarnado es siempre impdico, es la fuerza sin autoridas, porque es la manifestacin prepotente de un deseo sin miramientos. Tras el inevitable fracaso de las conversaciones, los atenienses construyeron un muro de circunvalacin alrededor de Melos, para someter a la ciudad por hambre. As describe Tucdides (V, 116) el desenlace: Vino ms tarde otro ejrcito desde Atenas bajo el mando de Filcrates, hijo de Demeas. Sitiados ahora con mayor vigor y habiendo mediado un acto de traicin, los melios se rindieron ante los atenienses quedando a su discrecin. Estos mataron a todos los melios adultos que capturaron y a los nios y mujeres los vendieron como esclavos. Los atenienses repoblaron el lugar enviando ms tarde quinientos colonos.

  • {PAGE }

    Podemos recordar ahora que un vendedor de aves llamado como el ateniense que dirigi el sitio de Melos, Filcrates, es decir, amante del poder, se encuentra en el origen de esta comedia. Encontrarn tambin estos dos atenienses, ahora que ya aman el poder, la colaboracin de algn traidor?

    El espacio en el que viven las aves se caracteriza porque es un espacio interpuesto, un

    entre-dos: est en medio (en ms) del cielo y de la tierra. Pisthetairo comprende que si lo domina, controlar las comunicaciones (es decir la circulacin del humo sacrificial) entre hombres y dioses (190). Su estrategia consistir en convertir este lugar intermedio, que hasta ahora ha sido un simple espacio de mediacin, en lugar de referencia tanto de la tierra como del cielo.

    A Pisthetairos no le cuesta demasiado convencer a las aves con diferentes falacias. Fundamentalmente fomenta su narcisismo hablndoles de un pasado mtico en el que dominaban el mundo y lo hace para estimular su accin de cara al futuro. Curiosamente, pues, no les habla de un futuro utpico, sino de un pasado glorioso. Su estrategia surge inmediatamente efecto. Las aves se demuestran dispuestas a la accin porque no merece la pena vivir si no volvemos a conseguir por cualquier medio nuestra soberana (tn hmteran basilean.) (548-50). La conciencia del pasado es polticamente un arma de futuro.

    Pistherairos asume inmediatamente el mando y su primera orden es la de construir una ciudad amurallada entre (t metaxy) el cielo y la tierra. No teme enfrentarse a los dioses (570, 598). Es l, tambin, quien propone que la nueva ciudad se llame Nephelokonkygan (817), algo as como Cucpolis de las Nubes. El nombre es aceptado inmediatamente por ser bello y sobre todo grande (820). Evlpides, con escaso entusiasmo, se marcha para dirigir la construccin de las murallas, delegando el protagonismo de la accin a Peisthetairo.

    Pisthetairo es quien protagoniza el simbolismo de la fundacin. No olvidemos su relacin con Peitho. Para ello se dispone a realizar los sacrificios prescriptivos, aunque en este caso los dioses de referencia ya no son los olmpicos, sino los nuevos dioses, (tos kainos theos) (862), es decir las aves. Evidentemente todos sabemos que l no cree en estas nuevas deidades, pero no puede dejar de aprovechar su simbolismo como

  • {PAGE }

    estrategia poltica. Sin embargo su accin se ver continuamente iterrumpida por una sucesin de especialistas en diferentes materias que acuden a la nueva cudad a ofrecer sus servicios. El primero (858) es un sacerdote; el segundo, un poeta (904); el tercero, un adivino (959) y el cuarto es Metn (991). Todos ellos sern pronto despachados, porque sus ofertas parecen demasiado atenienses como para tener cabida en una ciudad de completa nueva planta.

    El caso de Metn es a mi manera de ver especialmente relevante. Aparece vistiendo el coturno trgico y llevando una escuadra, un comps y un cordel. Pisthetairo lo recbe como otra calamidad (hteron kakn) (992). Se presenta diciendo que quiere parcelar el aire -o, literalmente, geometrizarlo- y dividirlo en yugadas (gemetrsai8 bolomai tn ara hymn dielen te kat gyas) (994-5). Pisthetairo no lo conoce, cosa que sorprende a Metn, que se sabe conocido en Grecia y hasta en Colono (996). Sus intenciones son, claramente, las de realizar un diseo hipodmico del urbanismo de la nueva ciudad pero el plano otogonal es modificado por Aristfanes irnicamente por otro radial. Observemos las referencias a lo intermedio en su discurso de presentacin: Tomar las medidas con un cordel puesto en lnea recta, inscribiendo el crculo en un cuadrado; en medio estar el gora (kan ms agor), a la que llevarn vas directas y, como de una estrella, pues ser circular, por todas partes saldrn de ella los rayos, esplndidas calles rectas (1004-9). El gora, en la propuesta de Metn ocupa en la ciudad el mismo lugar que la ciudad de las nubes ocupa en el espacio natural y el deseo entre los hombres: el medio. Pero aceptar la propuesta de Metn significa, aparentemente, regresar a Atenas, as que Pisthetairo lo despide de una manera mucho ms expeditiva que a los anteriores: a golpes (1013). Y as tiene las manos libres para plagiarlo.

    8 Frecuentemente se habla, para definir la labor de Clstenes, de una correspondencia entre geometra y

    poltica. Cf. VERNANT, J.-P., Mythe et pense chez les grecs, Pars, 1965. La tesis de la geometrizacin del espacio poltico se la debemos a Glotz que la presenta en su Histoire grecque, t.. I, Pars, 1929, p. 508. Henri Joly tir con inteligencia de este hilo: La pense grecque passe simultanment dune conception hirarchique du monde et de la socit une rpresentation homogne et galitaire du cosmos et de la cit. Dune part, les notions, fondamentales pour la gomtrie, de centralit, degalit et de rversibilit dfinissent un nouvel espace circulaire et homogne, en Le renversement Platonicienne, Pars, 1974, p. 307.

  • {PAGE }

    A diferencia de los otros visitantes, Metn era un personaje histrico, ateniense, contemporneo de Aristfanes, famoso, sobre todo, por sus estudios de astronoma9 e ingeniera. Elabor un calendario que estuvo vigente hasta la reforma de Julio Csar y en el ao 433 aplic sus conocimientos a la construy un reloj de sol que se coloc en el monto Pnyx, lugar de reunin de las asambleas de la democracia. Parece que se trataba de una gran superficie de mrmol en el que 12 figuras de bronce indicaban los meses y donde se indicaban tambin mediante un sistema de clavijas mviles las festividades cvicas y los diferentes movimientos del sol y las estrellas. Quizs tena una forma semejante a la que Aristfanes sugiere como plano de la ciudad. Realiz tambin diversos proyectos relacionados con la conduccin de agua, entre ellos un acueducto en Colono (de ah la referencia de Aristfanes) y como gemetra trabaj en el problema de la cuadratura del crculo. Su fama debi de ser muy notable, pues aparece tambien en una comedia de Frnico, titulada Monotropos.

    El proyecto astronmico de Metn se corresponde bsicamente con el urbanismo ortogonal de Hipdamo de Mileto. Ambos pretenden geometrizar la naturaleza. Debemos intentar comprender a Metn o a Hipdamo no como especialistas en uno u otro campo del saber sino como entendidos en la naturaleza entera (es as como describe Aristteles a Hipdamos de Mileto en Poltica 1267b 23-1268 a14) y, por lo tanto, bsicamente como filsofos. Aristteles aade que fue este inters integral por la naturaleza (per tn hln phsin: es decir, por la naturaleza de las cosas) lo que llev a Hipdamo a inventar el trazado regular de las ciudades (hos tn tn plen diaresin) y a ser el primero que, sin dedicarse a la poltica, expuso cierto plan sobre la mejor politeia (per politeas ts arsts). Aristteles al tratar de Hipdamo se detiene para especificar algunos de sus hbitos, cosa que raramente hace. Puntualiza que era tan original en sus proyectos como en su manera de vivir, ya que le gustaba sobresalir hasta el punto de que algunos consideraban que viva de un modo excesivamente afectado, con su larga melena y ricos adornos, aparte de su vestido, barato, pero de abrigo, no slo en invierno, sino tambin en tiempo de verano. Podemos suponer que tena buenas razones para realizar esta observacin. Los filsofos acostumbraban a parecer ridculos ante los ojos de los ciudadanos corrientes.

    9 Calcul que la suma de 235 meses lunares es igual a 19 aos y, por lo tanto que el valor del ao medio

    es de 12+7/19 meses (365.2467 das, muy cercano al valor real, que es de 365.2422). Uno de los crteres de la Luna lleva su nombre.

  • {PAGE }

    Pero que hay de ridculo en los proyectos de Metn e Hipdamo? Qu puede haber de ridculo en la voluntad de racionalizar la convivencia, de asentar en la razn todas las dimensiones del habitar? Podemos entender que hay aqu una voluntad sacrlega, prometreica, porque lo que hace Metn es sujetar a los dioses celestes a la necesidad de una frmula matemtica y lo que hace Hipdamo es sustituir el templo como referencia urbanstica por el gora. En ambos casos la palabra, en tanto que palabra razonada, es decir, en tanto que logos quiere ocupar el espacio central, erigirse en referente. Qu hay de ridculo en esto? O, planteando la pregunta de otra manera, qu hay de ridculo aqu para una tradicin, la occidental, que se atrevi a cantar la dignidad del sacrilegio prometeico? Si bien todas las culturas parecen tener en sus orgenes mticos algn gesto de rebelda extrema contra lo sagrado, slo en el mito griego, y especficamente en la versin de Esquilo, este sacrilegio se presenta como prueba de la filantropa de un titn que nunca est dispuesto a pedir perdn por su accin sacrlega, s, pero filantrpica. Pero en la comedia aristofnica se ridiculiza, como veremos al mismo Prometeo.

    Todo esto es ridculo si se piensa que la naturaleza humana no puede geometrizarse. Que las ciudades no acogen sujetos cartesianos como ciudadanos, sino individuos concretos con sus grandezas y miserias, con sus deseos nobles y egostas, con sus similitudes y sus diferencias. Y el representante de la naturaleza humana es aqu Peisthetairo. Y en cierto sentido su descabellado proyecto est ms de acuerdo con la naturaleza humana que los de Metn e Hipdamo.

    Debajo de la irona hay, pue, una cuestin de peso: la de si es posible fundar una ciudad que ignore la naturaleza humana: o sea, la relevancia del deseo. Y, al mismo tiempo, la de mostrar los lmites del deseo en la fundacin de la ciudad deseada. Platn responder pocos aos despus a este problema diciendo que para fundar una ciudad lo imprescindible es un mito fundacional que permita unificar las diferencias individuales en una comn creencia sobre su origen y que, por lo tanto, permita una vida simblica comn. Por eso la fundacin de la ciudad debe estar asociada a la tierra o, ms exactamente, a la Madre Tierra. Los atenienses se consideraban a s mismos nacidos de la tierra, autctonos. Y esta es la creencia que intenta preservar Platn en su Repblica presentndola como una noble mentira. Y efectivamente, el surco trazado sobre la tierra es el primer simbolismo de la copertenencia ciudadana y, por lo tanto, de la

  • {PAGE }

    exclusin. Carl Schmitt ha desarrollado a fondo este simbolismo en El nomos de la tierra. Efectivamente, sobre el simbolismo del surco, del lmite y del mojn (horos) se ha construido hasta el vocabulario de la lgica. Qu significa de-terminar? Y de-finir? La tierra no slo est unida al derecho, sino a todo lo pensable. Por eso en el imaginario griego el mar es el espacio de lo salvaje, porque no puede ser delimitado (o, en su caso extremo, slo es delimitado por la linea de la costa, o sea, por la tierra). El mar es el caos. Cosa que saban muy bien los aristcratas atenienses, que siempre prefirieron el olivo de Atenea al tridente de Neptuno. Y bajo esta perspectiva tambin es catico el aire, que es donde habita Boreas, ese terrible viento tracio.

    Schmitt defiende que en el gesto de asentamiento en un espacio que se expresa con un primer surco sobre la tierra se encuentra el sentido de la palabra griega nomos. Antes de ser una norma, una regla o una ley el nomos expresa la voluntad de asentamiento y, por lo tanto, de fundar un derecho. Es el acontecimiento constitutivo de la ley. Es el primer acto, el del origen, al mismo tiempo fundador, fundante, prelegal y fundamento de la legalidad. Es el acto que da sentido a la legalidad de la ley. Precisamente por esto Platn defenda la necesidad de la noble mentira.

    Nomos, efectivamente, procede de nemein (nm) que significa repartir, distribuir, asignar, atribuir, apacentar... El nomos es, por tanto, la expresin de una voluntad de visibilidad de un orden que se expresa, en primer lugar, en el reparto de lo que originariamente estaba indiviso, pero es divisible, la tierra. En este sentido el nomos puede considerarse como una muralla, puesto que tambin la muralla est basada en asentamientos sagrados. Schmitt concede, con toda razn, una gran importancia a un pasaje de Pndaro10 en el que se habla del Nomos Basileus, del nomos como rey, de la ley soberana, si se quiere. Conviene tener presente esta idea para entender la presencia de Basileia en la escena de esta comedia. La Basileia introduce la tercera y definitiva reorientacin del deseo.

    La modificacin sustancial del significado del concepto de nomos se produce a lo largo de siglo V, sobre todo con el influjo de la sofstica. Nomos deja de ser basileus para estar al servicio de la physis, de la naturaleza. La naturaleza es lo absoluto y la

    10 Fr. 169. Ha sido transmitido por Herodoto (III, 38) y Platn (Gorgias, 484b)

  • {PAGE }

    ley, positiva, regula convencionalmente la expresin de lo natural en el hombre. Para Aristfanes, sin embargo, es nomos en tanto que basileus, y ha de ser as porque la funcin de la ley no sera regular la expresin de lo natural, sino, por el contrario, el olvido de la naturaleza.

    Recuperemos el hilo de la comedia. Tras Metn se presenta un Inspector (epskopos) (1021) y un vendedor de decretos (1035). Ambos sern expulsados a golpes. Slo ahora Pisthetairo puede concluir el sacrificio a los nuevos dioses y anunciar ageros favorables (1118). Al mismo tiempo le llegan noticias de que la muralla ha sido acabada. Una muralla que, en realidad, no defiende a la ciudad de las nubes, sino que sita a los hombres y a los dioses. El metax, por lo tanto, comienza a hacerse notar como referente para hombres y dioses, y no slo como mediador entre ambos.

    Inmediatamente comienzan a llegar noticias favorables. Los olmpicos estn aislados y los hombres han comenzado a variar sus lealtades. Estn dispuestos a venerar a Pisthetairo y a las aves como pajaromanacos (ornithomanosi)(1282). Incluso comienzan a demandar alas para parecerse a las aves. Y es que Aristfanes sabe bien que siempre acabamos parecindonos a aquello que admiramos. A medida que el poder de Pisthetairo va en aumento, ms claramente se pone de manifiesto su carcter autoritario. Ese deseo que ha recurrido a la fuerza se manifiesta ahora como poder sin autoridad o, si se prefiere, sin legitimidad.

    En este momento Aristfanes da paso a ciudadanos atenienses que solicitan la ciudadana de la nueva ciudad. Son ciudadanos representativos de lo que para el comedigrafo eran tres tipos comunes en Atenas: un hombre belicoso, un poeta y un delator. El primero quiere matar a su padre y quedarse con sus bienes y piensa que las leyes de la nueva ciudad le permitirn satisfacer sus deseos (1348). Pisthetairo aprecia en l su coraje (andren) (1349) y la belicosidad (mkhimos) (1368) ms que sus argumentos. No tarda en convencerlo para que encauce sus virtudes tomando un escudo, una lanza y un casco y se vaya a luchar a Tracia (1370-1). Es, evidentemente, el prototipo de soldado que toda ciudad necesita en el frente de batalla. La apropiacin del deseo ajeno es la mejor estrategia defensiva del tirano. Pisthetairo intentar hacer del poeta (1373) un pedagogo, pero sin conseguirlo. Fracasar tambin en su intento de dar al delator un oficio digno.

  • {PAGE }

    Tras los humanos aparece en persona un personaje extrao, que se tapa la cabeza. Se trata de Prometeo (1494), que se esconde de Zeus porque viene a delatar a los dioses y a revelar a Pisthetairo sus planes. Pisthetairo lo recibe con estas palabras: Mi querido Prometeo! ( phle Promthe) (1503). Con ningn otro se ha mostrado ms amable. Zeus est perdido (apllen ho Zes), dice Prometeo (1513). Los dioses estn en ayunas porque no les llegan el humo de los sacrificios humanos. Van a enviar embajadores para negociar, pero Pisthetairo no debe aceptar ningn compromiso hasta que no consiga que Zeus le conceda a Soberana (tn Baslein) como esposa (1531-36).

    Sorprendentemente Pisthetairo no sabe quin es Soberania (1536). Prometeo le explica que se trata de una bella joven que administra el rayo de Zeus y todo lo dems, la prudencia, las buenas leyes, la moderacin, los astilleros, los insultos, el habilitado del juzgado, hasta los tres bolos del jurado (kalst kr, per tamieei tn keraunn to Dis ka tlhapaxpanta, tn euboulan, tn eunoman, tn sphrosnn, t neria, tn loidoran, tn klakrtn t tribola) (1538-41). Por ello, si logra que Zeus se la entregue lo tienes todo. As pues los nuevos nomoi, las nuevas leyes, tambin deben asentarse en una utoridad precedente. Sin basileia no hay eunoma, es decir, buenos nomoi. De una forma u otra, nomos basileus es imprescindible para el gobierno de las ciudades. Es conveniente aadir que si anteriormente hemos asociado el nomos a la tierra, ahora debemos hacer otro tanto con Basilea. Segn Diodoro (III, 56, 1-4) Las dos hijas mayors de Urano fueron Basileia y Rea, que fue llamada tambin Pandora. Basileia superaba a las dems en prudencia e inteligencia y es conocida tambin como Gran Madre

    La analoga con Melos llega a su fin. Los dioses se han quedado sin recursos y Pisthetairo puede imponer su voluntad (ilustrada por la intervencin prometeica). La obra concluye con el canto de alabanza a Pisthetairo por parte del coro: Viva el vencedor glorioso, el ms alto de los dioses! ( daimnn hyprtate) (1764-5). Nadie se acuerda de Evlpides, de la Esperanza.

    BIBLIOGRAFA

  • {PAGE }

    ARISTFANES, Birds. Lysistrata. Women at the Thesmophoria. Loeb Classical Library, 179, 2000. DIONIGI, I. (ed.), La legge Sovrana. Nomos basileus, Rizzolli, 2006. DUNBAR, Nan (ed.), Aristophanes: Birds. Oxford, Clarendon Press, 1995 ERDMANN, M., Hippodamos von Milet, en Philologus, 42, 1884. Pgs. 123-36. HELLMANN, M.-Chr., L'architecture grecque. 1. Les principes de la construction, Paris, Picard, 2002, MACDOWELL, Douglas, M. Aristophanes and Athens: An Introduction to the Plays; Oxford University Press, 1995. MARTIN, R, L'urbanisme dans la Grce antique, Paris, De Boccard, 1956. MEUTER, Gnter, Carl Schmitts nomos basileus oder: Der Wille des Fhrers Ist Gesetz; Institut fr Staatswissenschaften, Universitt der Bundeswehr, Munich, 2000.

    RYKWERT, Joseph; La idea de ciudad. Antropologa de la forma urbana en el Mundo Antiguo; Madrid, Hermann Blume, 1985. SCHMITT, Carl, Der Nomos der Erde, Duncker & Humblot; 1997. STRAUSS, Leo, Socrates and Aristophanes, University Of Chicago Press; 1996. ZARONE, Giuseppe, Metafsica de la ciudad, Pre-textos, Valencia, 1993.