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Pág. 56 Revista Mensual de distribución gratuita REVISTA DIGITAL DE ACCIDENTOLOGÍA VIAL El celular y la atención al conducir. No es necesario hacer un estudio del comportamiento de los conductores para estar seguros que si uno habla por teléfono mientras se está al mando de un vehículo la capacidad de reacción se ve seriamente afectada. Muchos de nosotros, en alguna situación hemos tomado el celular para atender una llamada, al menos para pedir que se nos llame luego y eso nos da la mejor evidencia de que hablar por teléfono nos distrae, incluso en muchas oportunidades resulta incómodo, y podríamos agregar que otras veces es difícil seguir el trayecto adecuadamente sin cometer algún error. Nadie desconoce que hablar por celular mientras se conduce constituye un riesgo para sí y para terceros, sin embargo pocos conocen qué es lo que sucede en nuestro cerebro realmente. Por el Lic. Osvaldo A. Cuello Videla

El Celular y la atencion al conducir

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Hoy en día nadie desconoce que hablar por celular mientras se conduce constituye un riesgo para sí y para terceros.No es necesario hacer un estudio del comportamiento de los conductores para estar seguros que si uno habla por teléfono mientras se está al mando de un vehículo la capacidad de reacción se ve seriamente afectada.Muchos de nosotros, en alguna situación hemos tomado el celular para atender una llamada, al menos para pedir que se nos llame luego y eso nos da la mejor evidencia de que hablar por teléfono nos distrae e incluso en muchas oportunidades resulta incómodo, y porqué no nos impide seguir el trayecto adecuadamente sin cometer algún error.Sin embargo muchas son las personas que consideran que el uso de un dispositivo manos libres, los libera del peligro.

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  • Pg. 56 Revista Mensual de distribucin gratuita

    REVISTA DIGITAL DE

    ACCIDENTOLOGA VIALEl celular y la atencin al conducir.

    No es necesario hacer un estudio del comportamiento de los conductores para estar seguros que si uno habla por telfono mientras se est al mando de un vehculo la capacidad de reaccin se ve seriamente afectada.

    Muchos de nosotros, en alguna situacin hemos tomado el celular para atender una llamada, al menos para pedir que se nos llame luego y eso nos da la mejor evidencia de que hablar por telfono nos distrae, incluso en muchas oportunidades resulta incmodo, y podramos agregar que otras veces es difcil seguir el trayecto adecuadamente sin cometer algn error.

    Nadie desconoce que hablar por celular mientras se conduce constituye un riesgo para s y para terceros, sin embargo pocos conocen qu es lo que sucede en nuestro cerebro realmente.

    Por el Lic. Osvaldo A. Cuello Videla

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    An as son muchas las personas que consideran que el uso de un dispositivo manos libres, los libera del peligro.

    En esta investigacin tra-taremos de revelar si esto es realmente cierto y qu es lo que involucra, adems de nuestras manos, el uso del telfono celular respecto de nuestra capacidad para poder guiar adecuadamente un vehculo, sin que ello signifique un peligro mientras se conduce.

    A esto se suma que los telfonos celulares dejaron de ser especficamente eso. Los avances tecnolgicos permiten realizar un sinfn de tareas con

    ellos, algunas de las cuales ya nos parecen absolutamente naturales, porque nadie pen-sara en estos tiempos en un celular que no pueda enviar o recibir mensajes de texto; sin embargo esta multifuncin que nos proporciona la tecnologa ayuda en proporcin cada vez ms peligrosa a las distrac-ciones del conductor. Hoy no slo podemos mandar y recibir mensajes, sino que podemos consultar un mapa GPS, nave-gar por la Internet, interactuar en las redes sociales e incluso en los dispositivos ms avan-zados nos permiten ver videos o la televisin.

    Estos nuevos dispositivos, con pantallas tctiles y ms ni-

    veles de interaccin exigidos para su manipulacin oca-sionan mayores distracciones ya que es necesario mirar la pantalla, seguir secuencias para la navegacin, etc., inclusive marcar un nmero telefnico nos distrae, aunque hay muchos de ellos que pueden activarse con la voz, e inclusive con un nico coman-do para marcar nmeros especiales, sin embargo es vlido preguntarse Es slo lo que nos impide mirar el camino lo que nos distrae o hay otros rincones de nuestra mente que tambin desatienden la con-duccin?

    Muchos conductores creen que utilizando un dispositivo

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    manos libres y activando los comandos de voz estn fuera de peligro. Sin embargo aquellos que piensan que los efectos distractores de los telfonos celulares pueden ser eliminados por mantener sus ojos en el camino o mediante

    el uso de estos dispositivos se equivocan, ya que los peligros de conducir mientras se habla por telfono no tiene una relacin directa con lo que hacemos con nuestras manos ni donde ponemos la mirada, sino con nuestros cerebros.

    Una explicacin plausible y prctica de lo que sucede cuando hablamos por celular nos la da el reconocido investigador Daniel Simons, profesor en el Departamento de Psicologa y el Instituto Beckman de Ciencia y Tecno-loga Avanzada de la Universi-dad de Illinois, quien dedicuna dcada a la investigacin de los lmites de nuestras propias mentes y las razones por las que a menudo no somos conscientes de nuestro entorno.

    Simons es psiclogo y se doctor en psicologa experi-mental en la Universidad de Cornelly y dicta clases en el campo de la cognicin visual. Fue profesor de psicologa en la Universidad e Harvard.

    ACCIDENTOLOGA VIALEl celular y la atencin al conducir.

    Su primer libro que escribijunto con Christopher ChabrisEl Gorila Invisible y la investigacin que lo llev a su edicin le vali un premio IgNobel en Psicologa en el ao 2004.

    Simons demostr a travs de sus experimentos que no siempre somos conscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor, especialmente si centramos nuestra atencin en un evento en particular. Esto nos lleva a considerar que no todo depende del lugar donde pongamos nuestra mirada, sino que mucho de lo que percibimos depende de nues-tro cerebro.

    Los experimentos de Simons

    consistieron en exhibirles a un grupo de personas un video donde varias personas hacen pases con una pelota de baloncesto, y les pide a las mismas que cuenten cuntos pases hacen tres sujetos vestidos de blanco, mientras a su alrededor hay otros tres vestidos de negro que hacen lo mismo.

    La mayora de las personas se concentran en cumplir la tarea encomendada y contar los pa-

    ses de los jugadores y no advierten que entre ellos un gorila de un metro ochenta aparece, se detiene en medio de la escena, golpea su pecho y se aleja.

    Simons, al terminar el experi-mento preguntaba a los par-ticipantes si haban visto el gorila y para sorpresa de muchos, ms del cuenta por ciento, ni siquiera haba notado su presencia. Esto muestra cmo aquellos que centran su

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    atencin en un partido de baloncesto dejan de percibir otras cosas del entorno.

    Simons dice, respecto a los resultados de su investigacin: Durante ms de una dcada, mis colegas y yo hemos estado estudiando una forma de invisibilidad conocida como ceguera por falta de atencin. En nuestra ms conocida manifestacin, cuando mostra-mos a la gente el video y les pedimos contar cuantas veces los jugadores de baloncesto hacen pases, despus de unos 30 segundos, el gorila entra en la escena, ante la cmara, golpea su pecho y se aleja, la mitad de los espectadores no lo ve. De hecho, algunas personas miran directamente al gorila y no lo ven...

    Este video fue sensacin en la Internet, pero Simons replicsus estudios mostrando a otros espectadores un video similar. Sin embargo las personas estaban tan concentradas en la aparicin del gorila, que esta vez no advirtieron que las cortinas del fondo de la escena cambiaban de color.

    Cmo pueden no notar algo que cambia justo delante de sus ojos? Esta forma de invisi-

    Daniel Simons, a la izquierda, es un profesor de psicologa cognitiva y jefe del Laboratorio de Cognicin Visual de la Universidad de Illinois. Junto con Christopher Chabrisprofesor de psicologa cognitiva en Union College de Nueva York, son autores del libro "El Gorila Invisible y otras maneras como nuestra intuicin nos engaa"

    invisibilidad, nos dice Simons, no depende de los lmites de la vista, porque est en los lmites de la mente. Conscien-temente slo vemos una pequea parte de nuestro mundo visual, y cuando nuestra atencin se centra en una cosa, no nos damos cuenta otras cosas inespera-das que nos rodean, inclu-yendo aquellas que deberas estar viendo.

    De hecho, la mayora de no-sotros no somos conscientes de los lmites de nuestra aten-atencin y ah reside el verdadero peligro. Podemos hablar por telfono y conducir porque estamos errneamente convencidos de que nos daramos cuenta de un acon-tecimiento repentino, como un coche detenindose delante de nosotros, una persona cruzan-do la calle o una motocicleta que se acerca en una encrucijada.

    Esto es lo que Simons denomina Ceguera por inatencin.

    Por su parte el investigador Christopher Chabris, estudiun caso muy particular ocurrido en una persecucin policial. En un incidente ocurrido en 1995 la polica estaba persiguiendo cuatro sospechosos alejn-dose de la escena del hecho. En esa oportunidad el Oficial Michael Cox persigui a uno de ellos a la carrera. Otros oficiales lo confundieron con u-

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    no de los ladrones y se origina una pelea para intentar reducirlo. Por otra parte el oficial Kenny Conley, se haba sumado a la bsqueda de los mismos sospechosos y paspor delante del altercado, sin siquiera detenerse. Conley fue investigado por perjurio y obstruccin a la justicia, al no haber intervenido ante el hecho del cual el oficial Cox fue vctima.

    Conley, asegur no haber visto la pelea y planteo una cuestin intrigante: Podra un testigo presencial en realidad no darse cuenta de un hecho como ese?

    Por eso es que el profesor de psicologa Christopher Chabrisautor tambin del libro- se decidi poner a prueba el testimonio de Conley y aunque no pudo simular una persecucin policial, en su experimento pidi a distintos participantes que corrieran detrs de un actor y contaran el nmero de veces que l se tocaba el sombrero. A medida que corran, pasaban delante de una pelea en la que dos hombres golpeaban a un tercero.

    Como resultado de este ensayo, incluso en plena luz del da, ms del 40 por ciento se perdi la pelea. Por la noche, el 65 por ciento no vio el altercado. A la luz de estos datos, la declaracin de Conley, en cuanto a que no haba visto a los policas golpeando a su compaero era plausible.

    En realidad la atencin de las personas estaba centrada en otro lugar y lo que ocurra frente a s no lo perciban, an cuando deberan haberlo visto. Sin embargo, intuitivamente creemos que los acontecimien-tos inesperados "capturarn nuestra atencin incluso si estamos haciendo algo ms, y esto es lo que sucede cuando hablamos por celular mientras conducimos.

    As tambin, los estudios realizados por Simons y Chabris sumaron el regsitro de los movimientos oculares, de-mostrando adems que la gente puede perderse la visin del gorila incluso cuando miran directamente a l. En la con-duccin, sobre todo cuando utilizamos dispositivos manos libres, creemos equivocada-mente que si estamos mirando a la carretera y manteniendo las manos en el volante, nos daremos cuenta si pasa algo importante. La realidad es que casi nunca se tienen plena conciencia de lo que nos rodea

    y las distracciones, como mantener una conversacin telefnica, restringen an ms aquello de lo que podemos darnos cuenta.

    Muchos pases han incluido en su legislacin la prohibicin del uso de telfonos celulares para hacer llamadas, sin embargo algunos de ellos no contempla el uso de otros dispositivos como mandar mensajes, el uso del GPS o el telfono manos libres. En Mendoza el artculo 85 inc 2.- apartado h) de la Ley de Trnsito considera falta grave Conducir utilizando sistemas de telefona celular o anloga, auriculares, utilizan-do pantallas o monitores de video vhf, dvd o similares en el habitculo del conductor y cualquier otro medio de comunicacin inalmbrico, o adaptado que influyan en la disminucin de atencin del conductor.

    La distraccin en realidad proviene de prestar atencin a la conversacin. Cada vez que

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    dividimos nuestra atencin, somos menos propensos a notar un acontecimiento ines-perado, como una persona cruzando la calle, o un vehculo menor entrando en nuestro carril, incluso cuando estos eventos inesperados estn directamente en frente de nosotros.

    La habilidad en la conduccin, por lo tanto no est en nuestra destreza fsica, sino en nuestra capacidad mental. El compo-nente de distraccin de hablar por celular no tiene nada que ver con tomar el volante con las manos. Los experimentos que evaluaron los efectos de la distraccin por hablar por tel-fonos con dispositivos manos libres, arrojaron los mismos resultados que si se manipula el mismo con las manos, acercndose los resultados de la conduccin a las situaciones en que el conductor est bajo los efectos del alcohol.

    Esto fue lo que determinuna organizacin sin fines de lucro dedicada a mejorar los estndares de conduccin en el Reino Unido. El Institute ofAdvanced Motorists demostrmediante distintos experimen-tos que enviar y leer mensajes a travs de un telfono celular mientras se conduce un vehculo, es ms peligroso que manejar alcoholizado.

    Segn los resultados de estos estudios se demostrque en conductores bajo los efectos de marihuana, su atencin se vio disminuida en

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    un 21%, mientras que los conductores con la dosis mxima permitida de alcohol en sangre slo vieron dismi-nuida su capacidad de reac-cin en un 12.5%. Entre tanto aquellos que utilizaron un celular su capacidad de res-puesta se redujo en un 37.6%, mientras que enviar un men-saje de texto disminuye la reaccin un 34.7% y aquellos que utilizaron un sistema de "manos libres" pierden la capacidad de reaccin en un 21%.

    Estas distracciones afectan igualmente a otros protagonis-tas del fenmeno vial ya sean motociclistas, ciclistas y pea-tones que tambin utilizan estos dispositivos mientras se mueven en la va pblica.

    Los telfonos celulares pueden ser convenientes y tiles en muchas ocasiones, pero hay un lugar en que parece que hacen ms mal que bien y es precisamente detrs de un volante.

    David Strayer, psiclogo del Laboratorio de Cognicin Aplicada de la Universidad de Utah ha estudiado el impacto de telfono celular por ms de cinco aos. En su laboratorio, equipado con simuladores de alta fidelidad para la conduccin, realiz experi-mentos controlados con distintos grados de dificultad, evaluando el tiempo de reaccin, obtenido con ello evidencia cientfica inequvoca de que las conversaciones por

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    telfonos celulares alteran el rendimiento de la conduccin.

    La atencin humana tiene una capacidad limitada, y los estudios sugieren que hablar por telfono produce una "ceguera de falta de atencin" sobre la escena de la conduccin.

    La investigacin psicolgica muestra que cuando los conductores usan telfonos celulares, ya sea en forma convencional o con dispositivos manos libres, su atencin a los eventos de la carretera y habilidades de conduccin son an peor que si hubieran bebido demasiado.

    La investigacin epidemio-lgica de Strayer ha encontrado que el uso de tel-fonos celulares est asociado con un aumento de hasta cua-

    tro veces la probabilidad de tener un accidente, y el riesgo es comparable al de conducir alcoholizado, incluso dentro del lmite legal.

    Strayer determin que escuchar la radio o audio-libros en el estereo, no afect en la misma proporcin el rendimien

    Profesor David Strayer de la Universidad de Utha

    to en la conduccin, lo que sugiere que escuchar por ssolo no altera la conduccin. Sin embargo estar involucra-dos en una conversacin, desva la atencin y la capacidad de procesar infor-macin relacionada con el entorno lo suficiente como para impedir conducir un vehculo

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    adecuadamente y de manera correcta.

    Strayer afirma que cuando utilizan telfonos celulares los conductores son ms pro-pensos a perder seales de trnsito y a menudo no observan sealizaciones, publi-cidades u otros signos puestos en el camino. Utilizando un dispositivo especial que sigue el movimiento ocular, Strayerdetermin exactamente dnde los conductores ponan la mirada y an aquellos que dirigan la vista directamente a dichas seales u objetos en la carretera aseguraban no haberlos visto, porque su atencin durante una llamada est en otra parte.

    Por lo tanto la comunicacin telefnica afecta la capacidad visual y por ende produce una disminucin en la capacidad de conducir, lo cual tambin fue corroborada por los psiclogos Miguel ngel Recarte Golda-recena de la Universidad Complutense de Madrid, y Luis Miguel Nunes Gonzlez de la Administracin de Espaa para la Seguridad Vial, quienes realizaron experimentos con vehculos reales y compro-baron en el ao 2002 que hay una disminucin de hasta el 30% en la atencin al hablar por telfono e incluso con otro

    pasajero mientras se conduce.

    Establecieron tambin que conversaciones de baja complejidad produca efectos menores; por lo tanto es la complejidad de la conversacin (inclusive con el acompaante) lo que produce la ceguera por inatencin, lo que demuestra que no son ni nuestras manos, ni los ojos lo que estn comprometidos, sino nuestro cerebro.

    Las distracciones que sufre el cerebro durante una con-versacin son tan o ms influ-yentes que las distracciones ambientales.

    Por otra parte en la Universidad Tecnolgica de Texas, los psiclogos Frank

    Durso, Kerstan Mork y John Morris, estn tratando de definir la naturaleza de la distraccin. Se preguntan si Es una funcin cognitiva especfica?, Es la atencin, un facilitador ms amplio de la funcin cognitiva? Segn la o-pinin de estos cientficos, ms

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    concretamente, se trata de un conflicto entre la imagen mental y la situacin actual, como un "out-of-the-car" (estar fuera del auto) lo que en una conversacin pone a los conductores en otro lugar mentalmente.

    La respuesta podra ayudar a determinar cmo regular ade-cuadamente estos dispositivos. Con o sin legislacin, dice Durso, es importante aumen-ar la conciencia de los conductores sobre los peligros de la distraccin.

    Por lo tanto, lo ms obvio que

    que los conductores pueden hacer en estas situaciones es estacionar en un lugar seguro para hacer o recibir llamadas si es verdaderamente urgente. En segundo lugar ser cons-cientes de que si un celular est en sus manos o un dis-positivo manos libres no hace ninguna diferencia en trminos de distraccin mental. La actividad mental en una con-versacin, incluso con el acompaante, se ve disminui-da al punto de resultar un peligro, al guiarnos a un ceguera por inatencin, que nos harpasar por alto eventos sin que

    Manos libres o de mano, el

    riesgo es el mismo

    Prof. David Strayer.

    nos demos cuenta, incluso si estamos mirando el entorno o dirigiendo la mirada direc-tamente a ellos.

    Lo que pasa por la cabeza es independiente de lo que haga-mos con las manos y creemos que estamos conduciendo bien cuando aferramos el volante y estamos dirigiendo la vista al camino, pero lo cierto es que el telfono celular, e incluso las conversaciones con un acom-paante, originan una falta de atencin que se equipara a las condiciones de conducir en estado de ebriedad.

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